EL discreto encanto de
la ociosidad
Víctor Monjarás-Ruiz
Lmera
a pintura impresionista francesa recoge, por pri
vez en la historia del arte, escenas de la vida
zas' a un sistema rígidamente organizado y racionali-
zado, a una tupida red de esferas de intereses, cam-
cotidiana. Es notable el interés de los pintores de pos de acción, áreas de monopolio, comisiones, de-
esa época por plasmar la alegría de vivir. Esto sucedía en pósitos y sindicatos".
la cultura occidental, es decir, en Europa, alrededor de la Por un lado se alabó el trabajo, y por el otro uno de
década de los años 1870. Era éste un momento histórico: sus productos: el tiempo no laborable. Siguiendo esta
la burguesía ascendente culminaba una etapa en el lógica, no resultaba extraño encontrar en el tiempo li-
desarrollo de la producción. El teórico de arte Arnold bre una oportunidad para festejar, precisamente, las
Hauser dice: "La vida económica alcanza el estadio duras jornadas diarias de labor. Y fue así porque el tra-
del gran capitalismo y pasa de un 'libre juego de fuer bajo se conceptualizó como una manera de realización
plomo, es decir, hacia delante y con paso firme.
Curiosamente, aunque el impresionismo es un arte ur-
bano porque describe, como apunta Hauser, "la versati-
lidad, el ritmo nervioso, las impresiones súbitas, agu-
das, pero siempre efímeras, de la vida ciudadana ",
simultáneamente sus creadores estaban construyendo
los elementos esenciales de una pintura ausente de
tema. Es decir, si la ciudad fue el "nuevo paisaje" que
descubrió el impresionismo y que tomarían los pintores
como temática, la manera como pintaban dicho paisaje
contenía el germen de la autonomía de la pintura frente al
tema. En 1877 el crítico de arte francés, Georges Ri-
viére, escribió en Journal d'art: "El tratamiento de u n
tema según los tonos y no según el tema es lo que dife-
rencia a los impresionistas de los demás pintores".
La autonomía de la pintura frente al tema es una de las
características de primer orden en el arte moderno. El
paulatino distanciamiento entre el parecido o la se-
mejanza con lo pintado se debió precisamente a la nece-
sidad de privilegiar los valores intrínsecos de la pintura,
en este caso el color sobre el tema. No importaba si un li
Bien podemos decir que el tiempo improductivo es pro- liar, a veces demasiado esteticista, a veces grotesco,
ductivo para un sector social. pero siempre alejado de los pasatiempos. Incluso la
La palabra inglesa hobby, traducible como pasa- función social de la pintura se disuelve y se concentra
tiempo o afición, nos da una idea de la trascendencia en un pequeño grupo de especialistas. Más allá de la
que ha tomado en nuestra cultura el tiempo fuera del temática, la pintura contemporánea se debate en pro-
trabajo. Y las imágenes han entrado al quite. Libres de blemas formales. Hauser abunda en la problemática del
todo profesionalismo laboral, ocupamos el tiempo en arte moderno y afirma: "La lucha sistemática contra el
otra actividad alentados por esas imágenes a veces uso de los medios de expresión convencionales (en la
cautivadoras que realiza el diseñador gráfico para la pintura), yla consiguiente ruptura con la tradición
publicidad. artística del siglo XX, comienzan en 1916 con el
El famoso intelectual John Berger se pregunta: dadaísmo (...) Es la intención del arte moderno descri-
¿Tiene el lenguaje de la publicidad algo en común con la bir, pintar y componer con la inteligencia, no desde las
pintura al óleo, que dominó el modo de ver europeo emociones".
durante cuatro siglos, hasta la invención de la cámara? Si los planteamientos en los que se desarrollarían
"Berger mismo se contesta: "Sí yno". En lo que co- las artes plásticas durante el siglo XX tuvieron
rresponde a la respuesta afirmativa nos dice que la pin- como fundamento ampliar los medios de expresión, si
tura al óleo expresaba posesión, incluido el tiempo la consecuencia más evidente fue el alejamiento
ocioso. La publicidad "ha captado las implicacion es de paulatino del gran público y sus intereses, la
la relación existente entre la obra de arte ysu especta- producción de imágenes, entre ellas las dedicadas al
dor-propietario, yprocura persuadir yhalagar con ellas tiempo libre, se trasladaron a las empresas editoriales:
al espectador-comprador". Por otro lado, la publicidad revistas, periódicos y libros, incluso a las productoras
no muestra lo que su dueño está disfrutando ya, como de discos, películas y videos, es decir, el mundo del
en la pintura al óleo, sino que ofrece una posibilidad de espectáculo. La forma de vivir de cantantes, actores y
acceso a determinados bienes con sus respectivos be- actrices se ha convertido en un modelo a seguir; sus
neficios, entre ellos precisamente el tiempo libre. aficiones y pasatiempos son promovidos con
La pintura del siglo XX prácticamente no se detiene inmensa cobertura en los medios masivos de
en el tiempo del aficionado. Toma un camino pecu comunicación.