Aplicación:
Entonces, si Dios es por nosotros:
a) ¿No deberíamos estar también nosotros por Dios? ¿No le honraremos y le
confesaremos
delante de los hombres? ¿No seremos celosos de su gloria y diligentes en su servicio?
b) ¿No debiéramos estar deseosos de retener su amistad siguiendo reconciliados con Él?
¿Cuán temible es Dios como enemigo? ¿Quién puede oponerse a Él? Procuremos que
el
pecador deponga sus armas y busque la paz, y por la fe en Cristo Jesús será
aceptado
por Dios y recibirá salvación y vida eterna.
Conclusión: