Anda di halaman 1dari 15

Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua

UNAN- León

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Derecho.

Componente: Derecho Administrativo


Elaborado por:
Aracelly de los Ángeles Esquivel Varela.
Rosa Milena Martínez Delgado.
Assalia Barrera Aguilar.
Obed Eduardo Ramírez Rizo.
Janna Marcela Montalván Salgado.

Prof. Ofilio Hernández


Fecha: 30 de marzo del 2019.

¡A la libertad por la universidad!


Introducción

Hablar de Derecho Administrativo, nos remonta a tiempos antiguos en donde el hombre


descubrió la falta de una organización y administración de sus bienes y de los miembros
integrantes de sus tribus en general; así como de delegación de puestos dentro de las mismas,
éstos puestos de poder siempre fueron ocupados por los más fuertes.

El Derecho Administrativo, tiene la finalidad de regular la actividad del Estado; la cual se


realiza en forma de función administrativa, por lo cual es fundamental conocer en qué
consiste la actividad estatal, las formas que el Estado adopta para realizar esa actividad y
cuáles serían los signos distintivos del régimen a que se encuentra sujeta dicha actividad.

Con la presente investigación abordaremos algunos temas de relevancia para estudio del
Derecho administrativo, tocaremos sus principales fuentes que periódicamente fueron
moldeando este derecho hasta obtener el resultado de lo que hoy en día se tiene, también se
mencionaran sus calcificaciones y el papel que juega el poder ejecutivo, también
mencionaremos la importancia de este derecho con relación a sus funciones administrativa
para el estado. También exploraremos las funciones de reglamentación que posee el poder
ejecutivo y el cómo esta incide en las leyes.
Fuentes del Derecho Administrativo

Entendemos como fuentes del Derecho todo aquello que da nacimiento al derecho objetivo
o sea a las normas jurídicas; y como fuentes del Derecho Administrativo aquellas formas o
actos a través de las cuales el Derecho Administrativo se manifiesta en su vigencia.

En cuanto a la Administración Forsthoff, nos dice que vive, por una parte, según las normas
jurídicas generales vinculatorios para todos, y, por otra parte, según las normas especiales
para ella y a menudo creadas por ella. Así, desde el punto de vista de su procedencia, hay
fuentes "para" Administración, por ejemplo, la ley que es dictada por órgano distinto de los
administrativos, y fuentes "de" la Administración, los Reglamentos; las primeras dan lugar a
normas heterónomas desde el punto de vista administrativo, mientras que las segundas
representan el principio de la "autonomía" administrativa en cuanto "poder jurídico"
(Potestad reglamentaria).

Desde el punto de vista de la materia regulada, hay fuentes "exclusivas" del Derecho
Administrativo, por ejemplo, los Reglamentos, que normalmente no contienen más que
materia jurídico-administrativa, y fuentes eventuales de Derecho Administrativo, por
ejemplo, la ley: hay leyes administrativas, pero también las hay civiles mercantiles, penales,
etc.

Dentro de las fuentes de la Administración, deben tomarse en cuenta dos reglas; primero, que
a mayor jerarquía del órgano que dicta la norma administrativa, corresponde mayor valor
formal de la norma dictada y segundo que las normas reglamentarias de las entidades de
carácter publico integradas en el Estado (Municipios, Entes Autónomos) no pueden
contradecir el Derecho Estatal.

Dicho esto, la enumeración jerárquica del derecho administrativo de establece de la siguiente


manera:

 Fuentes directas
1. La Constitución
2. Las Leyes constitucionales
3. Las Leyes ordinarias
4. Los Reglamentos
5. Los Decretos
6. Los Acuerdos
7. Ordenanzas Municipales y Reglamentos, Estatutos y otras disposiciones de entidades
públicas.

 Fuentes directas subsidiarias


1. La Costumbre
2. Los Principios Generales del Derecho.

 Fuentes indirectas
1. La Jurisprudencia
2. Los Tratados Internacionales
3. La Doctrina.

En las fuentes indirectas por lo que se refiere a los tratados internacionales, estos solo tienen
un valor indirecto en Derecho Administrativo. En efecto, las normas jurídicas contenidas en
los tratados internacionales no son aplicables directamente en tanto no hayan sido aprobados
por el Poder Legislativo y publicados en el Diario Oficial; una vez publicados se integran al
ordenamiento jurídico ordinario y las normas que contienen pasan a ser normas de aplicación
directa.

Garrido Falla, sostiene que el principio de la legalidad es una de las consagraciones políticas
del Estado de Derecho y, al mismo tiempo, la más importante de las columnas sobre que se
asienta el total edificio del Derecho Administrativo. No solamente supone la sumisión de la
actuación administrativa a las prescripciones del Poder Legislativo, lo cual viene de suyo
postulado por la misma mecánica de la división de poderes y por el mayor valor formal que
a los actos del Poder Legislativo se concede, sino, asimismo, al respeto absoluto en la
producción de las normas administrativas al orden escalonado exigido por la
jerarquía de las fuentes, y finalmente, la sumisión de los actos concretos de una autoridad
administrativa a las disposiciones de carácter general previamente dictadas por esa misma
autoridad, o, incluso, por autoridad de grado inferior siempre que actúe en el ámbito de su
competencia.

El principio de la legalidad estatal ha sido tradicionalmente establecido en el Derecho


Constitucional Nicaragüense, en nuestras diferentes Constituciones encontramos un precepto
que con ligeras variantes dispone:
"Los órganos del Estado y los funcionarios públicos no tienen, ni bajo pretexto de
circunstancias extraordinarias, más autoridad ni competencia que las que expresamente les
confiera la ley". El principio rige para todos los órganos del Estado y por lo tanto a los
órganos de la Administración (Poder Ejecutivo).1

Ahora pasaremos a analizar las fuentes del derecho administrativo, así como la importancia
del papel que desempeña para la administración.

La Constitución es una fuente de extraordinaria importancia en el derecho administrativo,


claro está, de los países en que la Constitución es imperativa, en que es un orden jurídico
pleno impuesto por el pueblo al Estado, en el cual le regula su estructura y organización,
establece las facultades del mismo frente a los individuos y los derechos de los habitantes
frente a él.

Puesto que el derecho administrativo estudia la estructura de uno de los órganos jurídicos del
Estado (la administración) y el ejercicio de la función administrativa (facultades del Estado
en el órgano “administración” y limitaciones a las mismas, en los derechos de los habitantes),
fácil es advertir la importancia del derecho constitucional y concretamente de la Constitución
como fuente del derecho administrativo, ya que la Constitución establece un Estado de

1
RIZO OYANGUREN, Armando, Manual Elemental De Derecho Administrativo, I. Título, León-Nicaragua,
1991, pp,35-40.
Derecho, y por lo tanto es un principio constitucional de este Estado el respeto de los derechos
individuales, se justifica, por ejemplo, la introducción de la acción de amparo a pesar de no
haber ley al respecto; se justifica el control jurisdiccional de la constitucionalidad de las leyes
sin necesidad de que una ley lo establezca; y el control de legalidad por parte de los tribunales,
en cuanto a la forma, el contenido o el fin de cualquier acto administrativo o “de gobierno,”
aunque no haya recurso jurisdiccional especial para ello; etc.

Dentro de la supremacía constitucional Gordillo establece que su superioridad consiste en


que las leyes deben respetar la Constitución, y a su vez los actos administrativos deben
respetar las leyes: Los “actos de gobierno” deben respetar la Constitución; luego, dentro del
Estado, la Constitución es la máxima y última expresión de la juridicidad.

Las leyes, actos administrativos y demás actos estatales no son normas jurídicas graduadas
por el Estado con referencia a la Constitución; son normas jurídicas permitidas al Estado por
la Constitución, y graduadas por el Estado con referencia al Estado mismo, ya que frente a la
Constitución su condición es una sola: Falta de juridicidad, en tanto la Constitución no se la
otorgue.

Las normas estatales no son normas jurídicas si la Constitución no las autoriza, y por ello es
errado pretender que participan de la misma esencia que la Constitución sólo que en menor
grado. La esencia de la Constitución es ser fuente de toda juridicidad, es tener la expresión
del poder máximo “el pueblo” y de esa esencia no participan las normas jurídicas estatales,
cuyo poder proviene del Estado, y el Estado lo recibe de la constitución.

Un reglamento es una declaración unilateral realizada en ejercicio de la función


administrativa que produce efectos jurídicos generales en forma directa. Es una declaración,
o sea, una manifestación o declaración de voluntad, conocimiento o juicio. De esta forma
distinguimos el acto (en este caso el acto reglamentario) del mero hecho administrativo que
es tan sólo la actuación material de un órgano administrativo.

Unilateral, por oposición a bilateral. Se dice que un acto es bilateral, y particularmente un


contrato, cuando es el resultado de una declaración de voluntad común entre dos o más partes,
destinada a reglar sus derechos. En el acto unilateral falta esa “declaración de voluntad
común” y es, por el contrario, una sola parte, en este caso la administración, la que expresa
su voluntad, llamada por ello “unilateral.”

Dictado en ejercicio de la función administrativa. De acuerdo al concepto de función


administrativa dado, ésta es toda la actividad realizada por los órganos administrativos, y la
actividad realizada por los órganos legislativos y judiciales excluidas sus respectivas
funciones específicas. Por lo tanto, puede haber reglamentos dictados por los órganos
legislativos y judiciales: En estos dos últimos casos los reglamentos se referirán
exclusivamente al funcionamiento y organización interna de estos poderes.

Que produce efectos jurídicos. Esto es fundamental, pues si se trata de una mera declaración
lírica, desprovista de efectos o consecuencias jurídicas (crear derechos y obligaciones) no
parecería propio incluirla dentro del concepto jurídico formal de reglamento. De todas
maneras, debe advertirse liminarmente que es materia de “poderes normativos” de la
administración donde se debe cuidar contra el exceso autoritario del poder.

En forma directa. Esto quiere decir que el reglamento es por sí mismo susceptible de producir
los efectos jurídicos de que se trata; ello no se desnaturaliza si el mismo reglamento supedita
la producción de sus efectos al cumplimiento de determinada condición o al transcurso de
determinado tiempo, porque en tales casos, cumplido el plazo o la condición, es el mismo
reglamento el que produce el efecto de que se trata.

La costumbre surge como fuente de derecho cuando hay el convencimiento popular abonado
por una práctica y un cumplimiento usual, de que una regla determinada de conducta humana
es una norma jurídica.

Pero la costumbre no puede ser admitida como fuente de derecho administrativo a menos que
una ley expresamente lo autorice, pues las constituciones prohíben generalmente que nadie
sea obligado a hacer lo que la ley no manda ni privado de lo que ella no prohíbe. Entonces
para que la costumbre puede ser aceptada como fuente es cuando únicamente contenga la
creación de derechos para los administrados frente a la administración.

Jurisprudencia:
Hay dos concepciones de lo que es jurisprudencia: Una, que es el conjunto de normas y
principios imperativos contenidos en las decisiones de los órganos jurisdiccionales; otra, que
son las interpretaciones reiteradamente concordantes del orden jurídico positivo hechas por
órganos jurisdiccionales (auctoritas rerum similiter judicatarum.) La primera es la actual
noción anglo norteamericana, que identifica jurisprudencia con derecho positivo; la segunda,
la más generalizada en el mundo occidental.2

2
GORDILLO, Agustín, Tratado de Derecho Administrativo y obras selectas, Tomo 8, primera edición,
editorial Fundación de Derecho Administrativo, Buenos Aires, 2013, pp. 129.155.
Facultad reglamentaria

El reglamento es una norma o conjunto de normas jurídicas de carácter abstracto e impersonal


que expide el Poder Ejecutivo en uso de una facultad propia y que tiene por objeto facilitar
la exacta observancia de las leyes expedidas por el Poder Legislativo. La atribución de la
facultad reglamentaria al Poder Ejecutivo se justifica desde el punto de vista práctico por la
necesidad de aligerar la tarea del Poder Legislativo relevándolo de la necesidad de desarrollar
y completar en detalle las leyes para facilitar su mejor ejecución, teniendo en cuenta que el
Ejecutivo está en mejores condiciones de hacer ese des arrollo puesto que se encuentra en
contacto más íntimo con el medio en el cual va a ser aplicada la ley. Además, existiendo
mayores facilidades para la modificación de los reglamentos, el uso de la facultad
reglamentaria permite que la legislación se pueda ir adaptando oportunamente a las
circunstancias cambiantes en que tiene que ser aplicada, adaptación que no sería posible si
dependiera del Poder Legislativo ya que éste tiene procedimientos más complicados y
periodos reducidos de funcionamiento3

Existen varias diferencias fundamentales entre la ley y el reglamento, ellas son:

a. La ley es superior jerárquicamente al reglamento, por tanto, hay una distinción de


grado.
b. Consecuencia de lo anterior es que encontremos la reserva de la ley; es decir, ciertas
materias, por su trascendencia, sólo serán reguladas por ley y no por reglamento.
c. La ley, orgánicamente, emana del poder legislativo, en tanto que el reglamento lo
emite el ejecutivo.
d. El procedimiento de creación es distinto, según los órganos que emitan estas
disposiciones.
e. Todo reglamento está vinculado a una ley: no hay reglamento sin ley.

3
FRAGA, Gabino, Derecho Administrativo, 40ª ed., editorial Porrúa S.A, México,2000 p. 104.
f. Ningún reglamento puede abrogar o derogar a una ley, en tanto que ésta sí puede
dejar sin vigencia parcial o total a un reglamento.4

Por tal motivo, el reglamento es el conjunto de normas administrativas subordinadas a la ley,


obligatorias, generales e impersonales, expedidas unilateral y espontáneamente por el
presidente de la República, en virtud de facultades que le han sido conferidas por la
Constitución o que resulten implícitamente del ejercicio del Poder Ejecutivo.

En Nicaragua podemos encontrar lo referente a la reglamentación de las leyes como una


atribución que recibe el poder ejecutivo, la constitución política le delega este poder en el
artículo 150 inciso 10 que textualmente expresa “Reglamentar las leyes que lo requieran, en
un plazo no mayor de los sesenta días”. La finalidad de este es brindarle al presidente de la
republica la capacidad o potestad de reglamentar las leyes que sean necesarias siempre y
cuando no se exceda el periodo expresado en el artículo, la facultad reglamentaria que
corresponde al Poder Ejecutivo se da por la finalidad de facilitar y hacer factible la ejecución
de la ley, la cual es considerada como la función típica y natural del Ejecutivo. Es así que los
reglamentos deben limitarse a desarrollar y precisar los preceptos contenidos en las leyes,
pero no se podrá perder de vista que no pueden ni contrariar ni exceder, corregir o subsanar
el alcance de los diversos cuerpos normativos.

De igual manera, la potestad de reglamentar las leyes por el presidente de la república es


reforzada en la ley orgánica del poder ejecutivo (ley 290), en su artículo 9, que nos refiere
que el presidente de la republica pude reglamentar su funcionamiento conforme a lo
establecido en la constitución.

4
MARTÍNEZ MÓRELES, Rafael, Derecho Administrativo, 3 ª ed., editorial mexicana, México, 1998, pp.
261 y 262.
Régimen jurídico de la administración pública.

Para entender que es el régimen jurídico de la administración pública es necesario


conceptualizar a este; primeramente, el régimen es aquel sistema que establece y regula el
funcionamiento de algo y lo jurídico es aquello que está vinculado al derecho; por lo tanto,
es el conjunto de leyes que deben someterse a una materia.

El régimen jurídico de la administración pública, se señala que, desde el punto de vista


material u objetivo, la administración es la acción de administrar, que significa entre otras
cosas el cuidar los bienes propios o ajenos.

La administración puede ser analizada desde un doble aspecto:

1. En sentido objetivo (sustancial o material).


2. En sentido subjetivo (orgánico o formal).

Objetivamente la administración es una acción, un conjunto de actividades enderezadas hacia


un fin, presidiendo del órgano o autor del acto o actividad. Sustancialmente la administración
es la actividad concreta dirigida a través de una acción positiva a la realización de los fines
de seguridad, progreso, bienestar y colectivo, función por lo tanto en caminada a la
integración de la actividad individual con el interés colectivo. Como este aspecto no toma en
cuenta el órgano que realiza la actividad sino solamente lo sustancial de administrar, puede
haber, por tanto, administración en todos los poderes del estado.

Subjetivamente la administración implica una estructura orgánica, un ente o complejo de


entes al que el ordenamiento le atribuye la función de administrar. En otros términos,
administración pública en sentido subjetivo equivale a aparato administrativo que engloba a
cualquier órgano del estado.

En base a los elementos mencionados, puede la administración pública como el aparato


burocrático del estado, dotado de personalidad jurídica única, al que se encomienda la
protección y satisfacción de los intereses públicos cuya definición y promoción corresponden
a los poderes estatales. Cuando hablamos de administración, se hace alusión a las
generalidades de las instituciones del estado y los órganos de creación constitucional, como
por ejemplo a la contraloría general de la república, la procuraduría para la defensa de los
derechos humanos. La administración pública del poder ejecutivo apoya a los otros poderes
estatales, así como a cuenta organizaciones existan, mediante la prestación de servicios de
seguridad, financieros, etc.

La administración tiene una triple dimensión; en primer lugar, es esencialmente jurídica


debido a que su actuación se encuentra siempre sometida al orden jurídico; en un segundo
lugar, tiene una dimensión puramente técnica, a la orientada a la búsqueda de la eficacia y la
rentabilidad de la acción administrativa y, por último, posee una dimensión claramente
política, porque constituye el instrumento de todo gobierno, para poner en práctica las
políticas y estrategias gubernamentales.

Régimen jurídico de la Administración Pública en Nicaragua.

La fuente normativa primaria de la administración del estado se encuentra precisamente en


la constitución misma, la que alude expresamente a ella en diversos preceptos
constitucionales, refiriéndose a aspectos esenciales de su régimen jurídico.

Unos de los principios que sustentan el Estado Social de Derecho que proclama nuestra
constitución (art. 130.1) es el de la división de poderes, los que suman el art. 129 de la misma
ley fundamental, son el legislativo, el ejecutivo, el judicial, y el electoral. Estos poderes son
independientes entra sí y se coordinan armónicamente, subordinados únicamente a los
intereses supremos de la nación y a lo establecido en la presente constitución. Dentro del
poder Ejecutivo se encuentra el gobierno y la administración. La administración pública no
solo comprende la central del estado, sino la administración autonómica y la municipal que
son los entes territoriales en nuestro país, según el art. 175 Cn.

Como uno de los grandes principios constitucionales rectores de la organización y la


actuación de la administración pública de Nicaragua tenemos los siguientes:

1. Libre acceso a la información que sobre los ciudadanos tenga la administración en su


registro (art. 26.3 Cn), al prescribir que toda persona tiene derecho a conocer la
información que sobre ella hayan registrado las autoridades estatales, asi como de
saber por qué y con qué finalidad se obtiene esta información.
2. El principio de legalidad administrativa, consiste en que ningún cargo concede a
quien le ejerce, más funciones que lo confieren la Cn y las leyes (art. 130). Así mismo
ningún poder del estado, organismo de gobierno o funcionario tendrá otra autoridad,
facultad o jurisdicción que le confiere la Cn y las leyes de la república (art. 183) se
traduce tanto que los que gobiernan, administran, juzgan y les legislan se rijan por el
imperio de la ley.
3. Reserva de ley en cuento a la función pública, la que se debe ejercer a favor de los
intereses del pueblo. Debe ser regulada por una ley, el servicio civil y la carrera
administrativa de todo el funcionariado del estado (art. 131).
4. El principio de reserva de la ley para la organización administrativa del estado. En
efecto, el número, organización y competencia de los ministerios de estado, de los
entes autónomos y gubernamentales y de los bancos estatales y de más instituciones
financieras del estado son determinadas por la ley (art. 151). Así mismo, una ley debe
ser la que regule la administración municipal y regional.
5. La constitución además de someter al principio de la legalidad toda la actividad de la
administración, la somete también a la justicia al darle competencia a la corte suprema
(a quien le corresponde garantizar el principio de legalidad art. 160), para conocer y
resolver los conflictos administrativos surgidos entre los organismos de la
administración pública y entre estos y los particulares (art. 164.10).
6. La aprobación de presupuestos generales de la republica constituye un control de una
alta trascendencia que ejerce cada año la asamblea nacional sobre la administración
pública (art. 112, 113 y 138.6). El objeto de esta ley especial es el de regular los
ingresos y egresos ordinarios y extraordinarios de la administración pública. A pesar
de ser la administración pública la más importante de cuantas administraciones
administrativas existen, hay que decir que en nuestra Cn no existe por ahora, ningún
capítulo dedicado a ella en forma exclusiva, donde se establezcan los principios que
guíen su actuación.5

5
ESCORCIA Jorge Flavio, Derecho Administrativo (primera parte), Ed. SENICSA, edición actualizada,
Managua, Nicaragua 2017, pp. 224-227.
Conclusión

En conclusión, el Derecho Administrativo como ciencia encuentra su fundamento y sustrato en el fin


que persigue, es decir, el interés general del estado basándose en las funciones que el desempeña el
poder ejecutivo.

La forma en que se concreta dicho interés general, tanto en su dimensión colectiva como individual,
es mediante la correcta aplicación de las funciones administrativas que tratan de mantener un
equilibrio para el estado, esto también es referente a su potestad reglamentaria que se trata de una
regla, por tanto, se convierte en un mandato de optimización para los operadores jurídico
administrativos.

Además de que el Derecho Administrativo es esencial porque de ahí viene nuestra administración
pública la cual se encarga de velar el bienestar de la sociedad por medio de distintos aspectos, uno de
ellos son las reglamentaciones que en cierta medida funciona de auxiliar para el legislativo.
Bibliografía

ESCORCIA Jorge Flavio, Derecho Administrativo (primera parte), Ed. SENICSA, edición
actualizada, Managua, Nicaragua 2017

FRAGA, Gabino, Derecho Administrativo, 40ª ed., editorial Porrúa S.A, México, 2000.

MARTÍNEZ MÓRELES, Rafael, Derecho Administrativo, 3 ª ed., editorial mexicana,


México, 1998

GORDILLO, Agustín, Tratado de Derecho Administrativo y obras selectas, Tomo 8, primera


edición, editorial Fundación de Derecho Administrativo, Buenos Aires.

RIZO OYANGUREN, Armando, Manual Elemental De Derecho Administrativo, I. Título,


León-Nicaragua, 1991.

Anda mungkin juga menyukai