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Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles

Col. León XIII, Guadalupe, Nuevo León, México

CURSO PRÁCTICO DE LITURGIA PARA MONAGUILLOS Y MINISTROS

PARTE I: ACCESORIOS LITÚRGICOS

CAPITULO I: LOS VASOS SAGRADOS.


Cuando Jesús dijo: “hagan esto”, esto era una comida, comida ritual
ciertamente, pero una verdadera comida. Una comida –reunión para comer- pide que
los comensales rodeen un mueble donde están los alimentos y éstos estén contenidos
en recipientes adecuados.
Hablaremos, pues, de la vajilla que se usa en la “Cena del Señor”.

1.1 EL CALIZ.-
Los primeros cristianos renovaban la Cena del Señor con su vajilla ordinaria. El cáliz
era un vaso de metal, piedra o madera, pero más ordinariamente de vidrio.
Después de la paz de Constantino hubo oportunidad de hacerlos cada vez más
preciosos. Los cálices primitivos eran ordinariamente de copa amplia y,
generalmente, con asas. Había cálices ministeriales de gran tamaño para la
comunión de los fieles. En las diversas épocas artísticas van tomando
formas características, correspondientes a los distintos estilos. Después
como sólo el sacerdote tomaba el cáliz, su copa había llegado a ser muy
pequeña, en relación con la base. Ahora se vuelve a la simplicidad y
proporciones primitivas.
El cáliz, puesto que está destinado a contener un líquido, debe estar echo de material
no absorbente. Si se hace de metal que puede oxidarse, debe dorarse o dársele un
tratamiento especial. Siempre, dada su finalidad y significación, debe estar echo de un
material sólido, noble e irrompible. En cuanto a su forma y estilo deben ser
verdaderamente bellos sinceros y prácticos. Los vasos sagrados antes eran
consagrados por el obispo; ahora son dedicados normalmente dentro de la celebración

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Eucarística y lo pueden hacer los sacerdotes (Cfr. IGMR 289-296 y Pontifical Romano).

1.2 LA PATENA
Es el plato primitivo para contener el pan. Normalmente hace juego en material y
estilo con el cáliz. Llegó a haberlas de grandes dimensiones para la comunión con pan
más grueso que el hoy usado y para grandes multitudes. Al introducirse
el uso del copón, solo servía para contener la hostia del sacerdote y se
redujo a un disco plano, apenas unos milímetros más grande que la
hostia.
Hoy vuelve a tener las características primitivas: plato más o menos profundo
para contener todas las hostias de la celebración.

1.3 EL COPÓN
Su origen es la cajita, cilíndrica generalmente, llamada “píxide”, de metal, marfil, etc.,
donde se guardaba la santa reserva para llevarla a los enfermos.
Esta píxide llevaba a veces una tapa cónica; por esto se le llamaba también
“torre”. Luego se le puso un pie y, como aparecía como una copa grande,
tomó el nombre de copón.
La forma y el tamaño (a veces enorme) tradicionales no parecen tan
adecuados, ya que su forma expresa más bien que el contenido es un líquido y ahora
se ha urgido varias veces que la comunión se dé con las hostias consagradas en la
misma Misa. Por lo mismo, la cantidad de hostias en reserva no tiene que ser
exagerada. Parece más adecuado el uso de píxides para la reserva y de patenas más
profundas para la comunión. (Cf. IGMR 290, 292-296).

1.4 LA CUSTODIA
Al hacerse cada vez más popular la devoción de “ver la hostia” y al dársele culto más
solemne, nace este vaso eucarístico. Su finalidad es enmarcar y proteger el Santísimo
Sacramento. Las primeras custodias, desde fines de la Edad Media, tienen

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forma de torre. En el barroco se hace popular la forma de sol. (Cf. IGMR 290, 292,
294, 29).

ACCESORIOS DEL CALIZ

1.5 PURIFICADOR
Es un paño de lino no muy delgado o de otro tipo de tela que absorba el líquido, de
unos 40 cm. De largo por 25 de ancho; para distinguirlo de los manutergios se debe
bordar en el centro una cruz roja. No es conveniente que tenga más adornos.

1.6 LA PALIA
Es una pieza cuadrada y rígida. Lo más común es un cartón forrado con lino u otro
tipo de tela. Su función es cubrir el cáliz desde el ofertorio hasta la comunión, para
evitar que le caiga cualquier impureza. Antiguamente se suplía la palia con el mismo
corporal o mantel. Ha de tener, cuando menos, 15 cm. por cada lado, y se ha de
cuidar de que su adorno, si se pone alguno, sea bello y que tenga por motivo un
simbolismo litúrgico.

1.7 EL CORPORAL
Es un cuadro de tela de lino u otro material que se coloca en el centro del altar
durante la Misa, por razón de mayor decencia, para las especies sacramentales. Su
función es recoger las partículas del cuerpo de Cristo que caen de la patena, o al
fraccionar la hostia. Antiguamente era cuadrado o rectangular y suplía a la palia. Los
fieles tenían al corporal más devoción que a las mismas reliquias de los santos; se le
consideraba dotado de una eficacia sobrehumana contra las enfermedades y, sobre
todo, contra los incendios. Por esta razón se solía colocar el corporal como reliquia en
la consagración de los altares. No es conveniente que tenga adorno alguno, a lo sumo
en los ángulos del mismo o una guardilla sencilla en los lados extremos, con algunos
simbolismos litúrgicos. Su dimensión ha de ser tal que pueda caber cómodamente en

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él la patena con la hostia y el cáliz, y el copón o los copones para la comunión de los
fieles.

VASOS LITURGICOS SECUNDARIOS


1.8 VINAJERAS
Debieron de usarse desde el principio, pues aparecen reseñadas en los antiguos
documentos formando parte del ajuar de una iglesia. En general eran de cristal o
terracota (barro cocido) y con menos frecuencia de ónix y metales preciosos. Tenían
poco más o menos la forma actual. El cristal es la materia más apropiada para que las
vinajeras estén siempre limpias, pero no están prohibidas las de plástico (que son más
duraderas). Se ha de cuidar que tengan el cuello ancho y no muchos adornos, con el
fin de limpiarlas bien. En algunas parroquias se ven algunos frascos de farmacia
haciendo de vinajeras. No es digno. De ninguna forma ha de tolerarse las de latón o
cobre, pues se llenan de moho. Sería conveniente que la destinada al vino se
distinguiese de la del agua: un signo para esto puede ser una cruz roja o marrón para
el vino y blanca para la del agua.

1.9 ACETRE E HISOPO


La Iglesia ha hecho siempre gran uso del agua bendita en sus ritos. Con el fin de
poderla llevar de una parte a otra, ha destinado un vaso especial, llamado acetre. El
hisopo es utilizado para rociar el agua bendita a las personas. Hasta el siglo XV se
usaba para este fin una rama de arbusto, preferentemente de hisopo.

1.10 JARRA, JOFAINA Y MANUTERGIO


Estos tres elementos son utilizados en el rito de la purificación del sacerdote. La jarra
contiene el agua para derramarla en las manos del sacerdote. La jofaina es una
palangana no muy grande para contener el agua que cae sobre las manos del
sacerdote. Y el manutergio es la toallita que se usa para secarse las manos. No
necesariamente debe utilizarse la jarra, ya que se puede contener el agua en la misma
jofaina.

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1.11 CRISMERAS
Son los vasos destinados a conservar los santos óleos. En un principio solían
conservarse los óleos sagrados en una especie de paloma metálica que se colgaba del
techo del bautisterio. Durante la Edad Media se usaron, junto con las crismeras en
forma de paloma, otras de estaño o plata en forma de copas. En la actualidad se
fabrican crismeras de cristal con cubierta de metal, muy pulcras y cómodas. En la
Edad Media se conservaban en el mismo sagrario. Actualmente esto está prohibido. Lo
más general es conservarlos en un armario de la misma sacristía. Las crismeras han
de constar de tres vasos, cada uno con una señal, para no confundir la clase de óleos
que encierran. Las señales pueden ser éstas: I = Infirmorum (para los enfermos); O =
Cathecumenorum (para los catecúmenos); C = Chrisma.

CAPITULO II: LAS VESTIDURAS LITURGICAS


ORIGEN
Los vestidos litúrgicos se derivan del traje civil greco-romano. Las pinturas
catacumbales muestran que en un principio en nada se diferenciaba el vestido de los
ministros del culto del de los simples fieles que a ellos asistían, así se continuó
durante siglos, incluso después de la paz constantiniana; más aún, cuando en las
Galias se introdujo alguna forma en el vestido, Inocencio I censuró tal novedad
extraña, porque el clérigo debe distinguirse ciertamente de los demás, pero en la
“doctrina”, no en el “vestido”.
Sí, es cierto, y se comprende, que los ministros usasen en el culto trajes mejores por
reverencia a los divinos misterios y en atención también a la comunidad cristiana.
Cuando en Occidente, al final del siglo VI, se cambia el vestido al estilo de los
bárbaros invasores, se reservó el antiguo para el uso litúrgico y eclesiástico. La Iglesia
amenazó para que se mantuviera sin alteración alguna los vestidos antiguos, y ese es
el origen de que exista para la liturgia un vestido especial.

2.1 EL ALBA
Es la antigua túnica de los griegos y romanos. Como vestido específicamente litúrgico
se menciona ya en el siglo VI en el concilio de Narbona del 589. Tuvo formas muy

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variadas según las distintas épocas. Las primitivas eran de lana, y rara vez de lino o
ceda. Los adornos la fueron invadiendo hasta convertirla en una especia de camisón
con encajes. Hoy volvemos a la sencillez primera.
Su simbolismo es bien claro: significa la pureza, según se expresa con toda claridad
en la oración que había de decir el sacerdote al vestirla al celebrar la Misa: Dealba me,
Domine, et munda cor meum, ut in sanguine Agni dealbatus gaudiis perfruar
sempiternis.

VESTIDURAS QUE COMPLEMENTAN EL ALBA

2.2 EL AMITO
Es un paño que se coloca alrededor del cuello, para esto, tiene en dos extremos unas
cintas largas que sirven para ceñirlo al cuerpo. Etimológicamente proviene del verbo
latino “amicire” que significa “cubrir”, porque con él se cubrían los ministros sagrados
la cabeza. Mas este nombre no es anterior al siglo XI. En Alemania, después del siglo
XI se llamó humeral. Lo usaba el Romano Pontífice en las grandes solemnidades;
también lo usaban los diáconos y subdiáconos.
Después del siglo X se introdujo la costumbre de cubrir la cabeza con el amito,
especialmente en algunas ordenes religiosas. Esto fue origen del rito preconciliar en el
que el obispo imponía sobre la cabeza del nuevo subdiácono el amito y de que, al
usarlo los ministros sagrados, se lo pongan primero en la cabeza y luego lo dejen caer
sobre el cuello. Tiene el significado de “casco de salvación” y el de “dominar la
lengua”. Actualmente se usa solo como complemento del alba (cuando esta es de
cuello holgado y no cubre el cuello del ministro).

2.3 EL CINGULO
Entre los antiguos era el complemento imprescindible de la túnica, al menos para salir
a la calle. Necesariamente había de entrar en los ornamentos litúrgicos. No siempre
ha tenido la forma de cordón; hasta el siglo XV fué muy general la forma de faja, de
unos siete centímetros de ancho, que se adornaba con bordados, piedras preciosas y

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láminas de oro y plata. Simboliza la mortificación que debe ceñir a nuestro cuerpo
para la guarda de la preciosa virtud de la castidad.

2.4 LA ESTOLA
Es posible que sea una transformación de la banda honorífica, llamada primitivamente
orarium. Es una insignia “sacerdotal”.
Esta insignia es una banda larga y estrecha que cuelga del cuello del sacerdote u
obispo y, en el caso del diácono, cruza su pecho desde el hombro izquierdo hasta el
lado derecho de su cintura, donde se sujeta.
La estola significa la gracia de Dios que se derrama en el ministro para impartir los
sacramentos (por eso cae sobre su pecho). Se usa en los ritos de los sacramentos y,
en el caso de la Misa, se usa debajo de la casulla.

2.5 LA CASULLA
Procede de la antigua “pénula romana”, o capa cerrada que cubría todo el cuerpo, con
un orificio en el centro para introducir la cabeza; por eso se le llamó casulla, o casa
pequeña, que es el nombre más general para denominarla. Por su origen se ve que
fue una prenda de viaje de invierno, pero poco a poco reemplazó a la toga, y la
usaron, con algunos adornos, los grandes romanos en las funciones más solemnes,
tanto que en el siglo IV vino a ser el traje senatorial. En el culto se usó desde los
primeros tiempos. Ya en el siglo II aparece en una pintura de las catacumbas. Hacia el
siglo XII pierde la forma de gran manto, toma una forma elíptica y se recorta a los
lados, hasta llegar así en los siglos XIV y XV a la forma que hoy llamamos “gótica”.
Al imponerse el gusto por los bordados y telas ricas se hacen casullas más rígidas y
pesadas, que imponen la necesidad de recortarlas todavía más hasta llegar a la forma
de guitarra. Hoy, afortunadamente, se vuelve a un tipo primitivo, pero más amplio.
La casulla simboliza a toda la Iglesia reunida en torno a la Eucaristía.

2.6 LA CAPA PLUVIAL


Originalmente igual a la casulla, pero con capuchón. Con el tiempo se abre por
delante. Se le llama capa pluvial por el uso primitivo de defensa contra la lluvia. Es

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usada como vestidura litúrgica desde el siglo VI. En la liturgia se convierte en vestido
de ceremonia, y entre los monjes, en hábito de coro. La capucha original se convirtió
en una especie de escudo sobrecosido en la espalda. En la actualidad la capa pluvial
no pertenece a ningún orden sagrado determinado, pues puede ser usada por todos
los clérigos (obispos, presbíteros y diáconos) en diversas funciones litúrgicas.

2.7 LA DALMATICA
Túnica larga con dos franjas de púrpura que usaban los habitantes de Dalmacia, en la
actual Yugoslavia. A principios del siglo III se convirtió en traje de las personas más
distinguidas de Roma. Parece que en el siglo V se convierte en insignia de la orden
diaconal. Todavía en el siglo VI y VII se usaba como vestidura laica.

INSIGNIAS DEL OBISPO

2.8 MITRA
Los obispos y sacerdotes cristianos de los primeros tiempos no se cubrían la cabeza en
los actos cultuales. Pero en la vida domestica, tanto los hombre como las mujeres
solían cubrir su cabeza. Es posible que de uno de estos gorros se derive la mitra
episcopal. La mitra ha tenido una larga evolución desde la forma cónica original, hasta
la mitra actual, con los picos en la parte anterior y posterior. Las dos bandas
pequeñas que cuelgan por detrás no son una reminiscencia pagana, sino una
costumbre de la época. Significa la santidad que debe tener el obispo.

2.9 EL BACULO
Primitivo bastón de dignidad, terminaba en una bola o en una cruz o en una pequeña
barra transversal. Hacia el siglo XII se generalizan los terminados en espiral. Es signo
de la autoridad episcopal.

2.10 EL ANILLO

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En España aparece ya en el siglo VII como insignia peculiar de la dignidad
episcopal, y simbolizaba los desposorios místicos entre el obispo y su Iglesia. Se
usaba como sello de los documentos del obispo.

2.11 LA CRUZ PECTORAL


Probablemente procede de las “eucoplias”, o láminas de metal en forma de cruz que
contenían reliquias de mártires, cosas santas, sentencias de los evangelios,
jaculatorias e incluso reliquias de la Santa Cruz. Los obispos solían llevar éstas
eucoplias. Como ornamento litúrgico del Papa es mencionada por vez primera por
Inocencio III (1198-1216). Pero mucho antes la llevaron obispos y abades.

2.12 EL PALIO
Es una insignia de color blanco propia del Papa y de los Arzobispos. Resulta difícil
conocer el origen de esta insignia. Los palios los confeccionan las monjas de Torre di
Spechi, de Roma, las cuales utilizan para ello la lana de corderos bendecidos todos los
años el día de Santa Inés. Los nuevos palios se llevan en la mañana de la vigilia de los
Apóstoles San Pedro y San Pablo a la confesión de San Pedro.

PARTE II: LA CELEBRACION

CAPITULO I: CELEBRACIONES DOMINICALES Y FESTIVAS

INTRODUCCION:

Tenemos que recordar ante todo, que se trata de celebrar el DOMINGO como el
día del Señor, por tanto:
Desde los tiempos apostólicos, el primer día de la semana hebráica, tuvo para
los cristianos una significación especial, no solo porque conmemoraba la Resurrección
del Señor, sino además, porque fue el día preferido por el Señor para aparecerse a sus
discípulos entre la resurrección y la ascensión ( Mt 28,9; Lc 24,13s; Jn 20,19s).
Es también el día, en que el Señor glorificado envía desde el cielo al Espíritu
Santo como Don para la Iglesia (Jn 20,22; Act 2,1s). Todo esto hace que el Domingo
se convierta en el Día del Señor (Sal 117,24), el día preferido por la comunidad
cristiana para reunirse (Act 20,7) para ejercer la caridad (I Cor 16,1s).
Es cierto que al principio el Domingo no tenía una ritualidad elaborada y
completa, pero ya Pablo nos hace notar que este día gira en torno a la Cena del Señor
( I Cor 11, 17-34; Act 20,7). Lo mismo señalan otros escritos más o menos
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contemporáneos: Didadjé 14,2; La Carta de Plinio al emperador Trajano; así como la
Aplogía 67,3-6 de san Justino.
Según san Ignacio de Antioquía, el celebrar en Domingo, es un signo claro de la
pertenencia a Cristo, en contraste con los judeizantes que quieren seguir festejando el
sábado.
Como el Domingo era un día laborable, los cristianos, o celebraban el sábado por
la noche, o una vez que había concluido la jornada laboral. Pero cuando el emperador
Trajano prohibió las reuniones por las noches; entonces, los cristianos se reunieron en
las primera horas de la mañana.
Esto, no era un horario cómodo para cumplir, por lo que repetidamente los
escritos de la época reclamaban cada vez más insistentemente la asistencia a la
celebración dominical (Heb 10,25; Didascalia de los Apostóles II, 59,2 -siglo III-.
Hasta que el Concilio de Elvira (España) -siglo IV- castiga con la excomunión a
aquellos que viviendo en la ciudad no fueran a Misa tres domingos seguidos. Tal
excomunión era temporal, esto con el fin de que se enmendara.
En nombre de Domingo, no hacía solo referencia a ese nombre, sino que
evocando, el nombre que le fue dado por el NT: " Primer Día de la Semana ", trae a la
memoria el primer día de la creación, el día de la luz. Así, con el domingo, se inicia la
" Nueva Creación " (2 Cor 5,17).
Otro nombre del NT para este día es obviamente: el " Día del Señor " que
encontramos en Ap 1,10, que no solo quedó perpetuizado en el griego (kai hemeras
Kyrios), luego en el latín: (Dies Dominica), sino que además pasó a las lenguas
romances.
Este nombre lo menciona también san Jerónimo: " El Día del Señor es llamado
por los paganos Día del Sol, aunque de alguna manera nosotros también estamos de
acuerdo, porque hoy Cristo es la Luz del Mundo y el Sol de la Justicia..." (In die
dominica Paschae homilia).
El nombre de " Día Octavo ", significa que después de los siete días de la
antigua creación, incluido el Sábado, el octavo, inaugura la Nueva Creación que ha
acontecido con la resurrección de Cristo, en el cual, su ocaso, es sin lugar a dudas, el
día del eterno y universal reposo de toda la Creación.
Tertuliano y algunos otros autores de la época, le llamaron: "El Día de la
Resurrección", nombre que sobrevive en algunas lenguas eslavas.
Constantino el 3 de Marzo del 321 declara al Día del Sol como día de descanso
para todos los jueces y todos los habitantes de la ciudad, exceptuados los campesinos
que deben atender las horas que les son favorables (Codex Iustiniani III,12,2).

Poco a poco este criterio de descanso va siendo imperativo del Domingo, y así la
celebración litúrgica quedó como apéndice del mismo, cuando la razón de ser del
descanso, es la facilidad de poder asistir a Misa.
También, desafortunadamente, el domingo fue adquiriendo aspecto de sábado
(judío), siendo incluso penado el trabajo realizado ese día. La alta escolástica, volverá
a distinguir entre sábado y domingo, enfatizando que el descanso de este último, está
en razón de facilitar la participación en la liturgia. Finalmente, durante la alta edad
media y la edad moderna, se enfatizó tanto el sentido de precepto dominical, que
hasta el día de hoy nos llega su influencia.

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1.1 EL ACTUAL DOMINGO:
El Vaticano II ha insistido en el Domingo como la Celebración del Misterio
Pascual (SC 106). En este mismo número declara que debe continuar siendo un día de
descanso y una festividad preferida sobre otras celebraciones, a menos de que sean
de grandísima importancia.
Al respecto, la Instrutio Generalis Missale Romanum (IGMR) declara la
preeminencia de la celebración dominical, sobre todo aquellas de los tiempos fuertes.
Otro ejemplo de la importancia que se le restituyó al Domingo tras el Vaticano II, es
que antes no había un solo prefacio dominical, el que se usaba era el de la Santísima
Trinidad; en cambio, hoy hay 10 Prefacios Dominicales para el Tiempo Ordinario y
otros tantos para los tiempos fuertes.
Así como las menciones que se hacen en las Oraciones Eucarísticas I,II,y III: "
en el Domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de
su vida inmortal ". También el Derecho Canónico, casi parafraseando el número 106
de la SC, explícita el sentido cristológico del Domingo (CIC 1246,1), e incluso, pide
que en los lugares donde no se cuente con la asistencia de un presbítero, se reúnan
los fieles laicos a escuchar la Palabra o a la oración en familia.
Pero, no siempre el mundo corre según las enseñanzas de la Iglesia. Así, la
Organización Internacional para la Standarización, órgano de la ONU, estableció el
Domingo como el último día de la semana, o sea, el día séptimo. Este influjo es claro
en la sociedad moderna que al hablar de " Happy Week End " está haciendo relación a
Viernes por la tarde, Sábado y Domingo. Otros tipos de influjos negativos lo son el
grave y cada vez más creciente ausentismo a la Celebración Dominical. Este ritmo de
descrecimiento se ha agudizado desde el comienzo de la II Guerra Mundial hasta
nuestra fecha.

PARTE III: SACRAMENTOS:

CAPITULO I: BAUTISMO:

1.1 PRACTICA Y VIVENCIA:


1.- Todo bautismo realizado en sanatorio, hospital o clínica, los cuales solo
pueden ser celebrados en " articulo mortis " deben ser debidamente registrados y
reportados a la parroquia donde está ubicado el hospital (CIC 877. OBP 12-13). Por lo
que los párrocos que les corresponde estos sanatorios, deben velar por que no se
dupliquen las actas de bautismo. Si el niño(a) sobrevive, se debe asistir a completar el
rito del bautismo en la Iglesia donde se ha hecho el registro.
Sugiero, que se hagan unas boletas especiales, con el encabezado de la
Parroquia donde se encuentra el Hospital y, que las enfermeras, doctores, ministros
extraordinarios, diáconos o presbíteros que celebren este sacramento (CIC 878), lo
registren teniendo en cuenta a uno o varios testigos (CIC 875), que no
necesariamente, en caso de que el niño(a) viva, tengan que ser sus padrinos.

2.- La celebración solemne del Bautismo, es decir, incluida la crismación en la


coronilla del niño(a) solamente la pueden realizar los ministros sagrados (Obispo,
Presbítero, Diácono) la cual, si el peligro de muerte es tal, se omite para dar paso a la
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unción del Sacramento de la Confirmación (OBP 22). En cambio, si no hubiese uno de
estos ministros, los laicos o religiosas que tuviesen en razón al " peligro de muerte "
celebrar el bautismo, lo harán con el rito prescrito para ellos (del catequista) (CIC
861-862 OBP 20ss .132ss).

3.- Está prohibida la celebración solemne del bautismo a quien sea, fuera de los
templos parroquiales, (con excepción de aquellos que en razón de la distancia con la
sede parroquial, se tenga, con permiso del Ordinario del Lugar, licencia para ello). Por
tanto, ni los párrocos, ni los decanos, ni los superiores de las casas locales de los
Institutos Religiosos, tienen autorización para conceder tal licencia (CIC 858-860).

4.- Dentro de la catequesis ordinaria y pre-bautismal se debe procurar orientar a


los padres de los niños(as) sobre la conveniencia de que den a sus hijos(as) un
nombre cristiano (CIC 855) ya que muchas veces los mismos padres desconocen el
significado del nombre que quieren dar a sus hijos y que tal, en el idioma o cultura
original, contradice algunas veces, el sentido de la vida cristiana.

5.- A los seminaristas no se les ha conferido el que puedan presidir la


celebración del bautismo de modo ordinario, aun empleando el rito del catequista, a
menos que se trate de una Misión en un lugar lejano y se cuente por escrito con el
permiso del Obispo Diocesano. El Padre Rector del Seminario debe tener conocimiento
de ello. Hacer, otra cosa, puede exponerlos a efectos de " irregularidad " para acceder
a las Ordenes Sagradas.

6.- Fuera del tiempo pascual, cuando se puede utilizar el agua que se ha
debidamente bendecido en la Vigilia Pascual(* Ordo Baptismi Parvulorum (1969)
(1973) n. Iniciación Cristiana 21), no puede emplearse agua previamente bendecida
para la celebración solemne del bautismo, sino que debe en ese momento bendecirse
según los ritos que presenta el ritual (OBP. IC nn. 54. 223. 224).

7.- El lugar del bautismo dentro de la Iglesia Parroquial debe ser el bautisterio.
Por tal se entiende, o una capilla dentro de la Iglesia construida para la celebración de
este sacramento, o una pila o fuente, cercana al presbiterio, que tiene como objetivo,
la celebración comunitaria del sacramento (OBP.IC 19).
Por tanto, es un grave abuso a la dignidad de la persona y del sacramento,
utilizar recipientes de cocina, muchas veces de plástico, sobre una mesa (algunas
veces de aquellas que ciertas marcas de bebidas proporcionan) para la celebración del
sacramento que abre las puertas de la vida de la gracia a todo ser humano (OBP. IC
25).

8.- No está permitido que el sacramento del bautismo se realice dos veces en el
mismo templo (OBP.IC 27) a menos que exista una causa justa. Por lo que se debiera
tener mucha atención a las parroquias o templos donde se tienen diversos horarios a
fin de que se tengan varias celebraciones "particulares" una detrás de otra; las cuales
solo se sustentan en el criterio de "exclusividad".

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9.- Las " acomodaciones " que al ministro le competen realizar van en orden a
las moniciones, diálogos y oración de los fieles (OBP 27ss), tales como cuando se trata
de un hijo(a) de una madre o padre solteros; cuando la madre murió en el parto;
cuando la madre o el padre son viudos, o están separados, en el día en que se realiza
el bautismo. Otros casos son cuando los niños(as) han nacido con alguna tara o
defecto notable.

10.- No debe dudar el párroco en prohibir a ciertas personas que públicamente


se considere su vida como contraria a la fe y costumbres de la Iglesia, para que
asistan como padrinos del niño(a) a bautizar.

11.- Por lo demás, es conveniente, que los mismos padrinos del bautismo (CIC
893), sean también para la Confirmación y la Primera Comunión, a fin de dejar
claramente establecida la unidad de estos tres sacramentos, a los que llamamos:

INICIACIÓN CRISTIANA.

12.- Cuando se tengan a niños en uso de razón, jóvenes o adultos para la


celebración de la Iniciación Cristiana, deben los párrocos hacer del conocimiento del
Obispo de esta preparación catecumenal y seguir los pasos que presenta el Ordo
Initiationis Christianae Adultorum (1972)(1974) Observaciones Generales # 12. Si el
Obispo, no puede celebrar la Iniciación Cristiana de los mismos, depositará en el
Párroco el hacerlo con toda propiedad siguiendo las normas del mencionado ritual.
Ha de preferirse que la celebración de la Iniciación Cristiana se haga dentro de
la Vigilia Pascual, según la normas del ritual (OICA 8.49). Pero, de no ser posible
prefierase un domingo (OICA 58ss).

13.- El color litúrgico de la celebración del Bautismo, como de la Iniciación


Cristiana es el blanco.

14.- La preparación catequética para este sacramento no solo debe versar sobre
la moralidad o exigencias que brotan del sacramento; sino además del significado de
los ritos del Bautismo, a fin de que los papás y los padrinos participen activa,
consciente y fructuosamente del mismo.

15.- No se puede exigir a los papás el matrimonio eclesiástico como condición


para el bautismo del hijo(a) ya, que a nadie se le puede coaccionar para que acepte
un sacramento. Sugiero insistir en la catequesis de adultos y no en la presión que el
sacerdote puede ejercer en razón de su oficio. También, para tales casos, la Iglesia se
puede reservar designar a los padrinos, a fin de que se asegure convenientemente la
formación cristiana del bautizando.

16.- Los niños(as) no deben ser llevados al sacramento vestidos de blanco, sino
que después de la crismación, en el lugar donde se bendice la vestidura blanca, allí se
le puede poner la ropa blanca.

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17.- Es de desear que el rito del bautismo inicie en la puertas de la Iglesia
( donde esto sea posible ), después de la signación del niño(a), se entra
procesionalmente hasta el ambón donde se escuchará la Palabra de Dios. Luego, tras
una breve homilía, se pasa a la Fuente Bautismal para bendecir el agua y bautizar al
niño(a), allí mismo se le unge, se le impone y bendice la vestidura blanca y, se les
entrega el cirio. Luego, junto al altar se reza el Padrenuesto, a fin de vincular con el
sacramento de la Eucaristía ( el tercero de la Iniciación Cristiana ), allí se bendice a los
fieles y se despiden en las gradas del presbiterio o santuario.

18.- Cuando se trata de completar el rito, hay que seguir las normas del Ritual,
sin repetir el bautismo.

19.- Cuando se trata de admitir a la plena comunión en la Iglesia Católica a un


bautizado legítimamente en otra Iglesia Cristiana, no se le vuelve a bautizar, sino que
se siguen las normas como lo marca el Nuevo Ritual de la Iniciación Cristiana de los
Adultos. Si no está confirmado, el Derecho Canónico faculta al párroco a proceder una
vez que ha notificado al Obispo de ello.

1.2 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICO-LITÚRGICAS DEL


ACTUAL RITO DE LA INICIACIÓN CRISTIANA DE LOS ADULTOS

1.2.1 Premisa:
El catecumenado actual, cualquiera que sea, no puede tratarse de un tiempo
corto, apresurado. Tal debe representar un proceso de crecimiento. Ya desde el siglo
II, Hipólito de Roma nos presenta un desarrollo muy específico del catecumenado y la
posterior recepción de los sacramentos de iniciación cristiana.
Este requería por lo menos de tres años; durante este tiempo recibían instrucción en
la fe ( cada sesión terminaba con la oración y la imposición de las manos por parte del
catequista ).
La Cuaresma era un tiempo de preparación intensiva, en la cual los catecúmenos
eran ahora llamados, ya sea competentes, candidatos o electos (Roma). Se ingresaba
a esta etapa tras un examen sobre la conducta de vida. También en este tiempo, el
electo participaba de la liturgia de la Palabra y de muchos otros actos litúrgicos:
Exorcismos, imposición de las manos, imposición del signo de la cruz, entrega del
Credo y del Padrenuestro, como la degustación de la sal bendita.
Los sacramentos de la Iniciación Cristiana eran administrados en la Vigila
Pascual, iniciando el Sábado Santo con la oración en común con el Obispo. Durante la
Octava de Pascua, era para los Neófitos, el tiempo de la mystagogía en la cual debían
familiarizarse muy profundamente con el misterio de Cristo que habían recibido.
El Vaticano II dispuso que se reintrodujera el catecumendado tanto para los
adultos como para los niños en edad escolar (SC 64-66; AG 14). El Nuevo Ordo
aparece el 6 de Enero de 1963 (editio Typica) y la edición corregida en 1974 (editio
typica altera).

1.2.2 Etapas:

1) Pre-catecumendado:
Curso para Monaguillos y Ministros 14 06/05/19
Consiste en el primer contacto del simpatizante con la comunidad cristiana
representada por alguno(os) de los fieles, que en nuestro medio, puede tratarse de
algún amigo, compañero, etc.
La comunidad parroquial los debe recibir con alegría y entusiasmo, por ejemplo
en una reunión de párroco con los catequistas, ya que el simpatizante buscaría
primero conocer más de cerca a la Iglesia, antes de decidir ser miembro de ella.

2) Catecumenado:
* Rito de la admisión al catecumendado:
En el atrio de la Iglesia los candidatos son presentados de parte de su(s)
amigo(s) católico(s) que lo ha(n) acompañado en su proceso. Estos aceptarán el
encargo de la Iglesia de seguir ayudando en el crecimiento del catecúmeno.
* Oración de agradecimiento.
* Signación y procesión a la Iglesia.
* Liturgia de la Palabra.
* Entrega del Evangelio y del Crucifijo.
* Oración por los catecúmenos.
* Inscripción del nombre:
( La Iglesia ya los adopta como hijos y les asegura que los acompañará con
afecto y atención para que alcancen la gracia del sacramento ).
* El tiempo de duración:
Depende de cada catecúmeno con tal que éste no solo alcance el conocimiento
de la fe, sino que demuestre ser apto para la vida cristiana. Por tanto, el tiempo
mínimo deberá ser de un año. Durante este tiempo estará reforzado por la oración de
la comunidad cristiana, especialmente cuando se reúne cada domingo. Participarán
también de la liturgia de la Palabra y recibirán bendiciones y exorcismos.
* La elección del Padrino:
Se realiza cuando el Catecúmeno y quienes le han preparado opinan que es
tiempo de pedir el sacramento. El Padrino, deberá ser uno de los que le han
acompañado desde el principio en su proceso y que pueda dar testimonio de la fe del
catecúmeno.
* La preparación próxima:
Inicia el Miércoles de Ceniza, o bien, el Primer Domingo de Cuaresma. La
admisión se da con la elección del nombre. Ahora en adelante, se les llamará
"electos". El rito inicia con la presentación que de ellos hacen los padrinos y el
testimonio de los mismos sobre la idoneidad. A los electos se les interroga sobre su
deseo de recibir el sacramento y la posterior inscripción de su nombre en un libro
especialmente designado para ello. Los padrinos se harán corresponsables en esta
última etapa imponiendo su mano sobre las espalda del electo. Luego viene la oración
por los electos y la imposición de las manos.
Las siguientes seis semanas son llamadas "de purificación y de iluminación".
Estas son acompañadas con varios ritos que reciben el nombre de "escrutinios" que en
realidad son " grandes exorcismos " a los cuales podemos llamar: celebraciones
penitenciales. Consisten en oraciones litánicas e imposición de las manos, en los
cuales se reafirma la disposición del electo de renunciar al mal y de adherirse más
estrechamente a Cristo.

Curso para Monaguillos y Ministros 15 06/05/19


Estos escrutinios están previstos para los Domingos 3,4,5 de Cuaresma (Ya sea
en el Domingo tercero o durante sus ferias o en el Domingo quinto o sus ferias, se les
entregará a los electos, la Profesión de fe y el Padrenuestro).

3) La Iniciación Cristiana:
* El Sábado por la mañana:
Se da una liturgia de la Palabra con varios ritos: Effetá, se vuelve a entregar la
Profesión de fe y la imposición de un nuevo nombre y según las circunstancias la
unción pre-bautismal.
* En la Vigilia:
La Comunidad se prepara con la larga liturgia de la Palabra y la oración litánica.
Sigue la bendición del agua, la renuncia a Satanás y al pecado, la profesión de fe y el
baño bautismal.
De los ritos ilustrativos, tenemos la imposición de la vestidura blanca y del cirio
encendido.
Ahora sigue la Confirmación: Monición, Oración, imposición de las manos,
Oración sacramental, unción del crisma. Se continua con la Oración de los fieles,
donde participan por primera vez los neófitos. Luego, continua la celebración de la
Eucaristía como lo marca el Misal.
* Tiempo de la Mystagogía:
Durante el todo el tiempo Pascual debe tenerseles a los neófitos una especial
consideración en la vida de la parroquia, especialmente en las Misas Pascuales. Ya
cerca Pentecostés se puede tener una celebración especial de recopilación. Es
conveniente también celebrar el aniversario de la iniciación con alguna actividad
parroquial.

1.3 EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO:

1.3.1.- Etimología:
Bápto/Baptizo, significa sumergir,lavar, purificar, destruir. También implica:
despojarse, renovarse, revestirse, iluminados, lavados, santificados, justificados.

1.3.2 El Significado del Bautismo:


El Bautismo es el evento más importante de la vida cristiana y de todas las
confesiones cristianas, se puede decir que es un sacramento ecuménico. Se celebra en
la Iglesia por el mandato expreso de Jesucristo (Mt 28,19; Lc 16,16). Esto está
confirmado por la práctica de la Iglesia Primitiva.
Por el Bautismo se recibe una mutación interior (conversión) y la fe en
Jesucristo y en su Evangelio. Esto en ningún caso se puede entender que se logra via
ascesis, es por el contrario, don del mismo Dios (Jn 6,44). El Bautismo introduce en la
Iglesia y de sea manera pasa a hacer un signo de la vocación a la salvación. Es por
tanto, inserción en el Cuerpo Místico de Jesucristo (ICor 12,13). Esta unión con Cristo
es profunda e interior logrando así la participación en el misterio pascual (Rom 6,4;
Col 2,12ss). Es la puerta a la nueva vida y a la vez un re-nacer (Jn 3,5). La acción
salvífica del Bautismo elimina la separación del Hombre con Dios. Es decir, toda culpa
viene perdonada.(IJn 3,1).
Provoca una tensión escatológica:
Curso para Monaguillos y Ministros 16 06/05/19
POR LO TANTO, EL BAUTISMO NO ES SOLO UN RITO EXTERIOR DE ACOGIDA. POR
PARTE DE DIOS ES LA PRUEBA DE SU AMOR Y DE SU VOLUNTAD DE SALVARNOS.
POR PARTE DEL HOMBRE ES UNA NUEVA VIDA EN Y CON CRISTO, ORIENTADA A LA
PARTICIPACIÓN DE SU GLORIFICACIÓN.

1.3.3.- El Rito del Bautismo de los Niños:


1) Premisa:
La práctica de bautizar a los niños viene ya desde la edad apostólica (así nos lo
remite Orígenes en su Epístola a los Romanos, V,9;) aún cuando los textos bíblicos no
lo afirmen explícitamente, si lo hacen implícitamente: " Dejen que los niños vengan a
mí... "; "Se bautizó él y todos los de su casa... "; " Bauticen a todas las gentes... ".
Por otro lado es cierto que antes del siglo IV la práctica no es generalizada en la
Iglesia y que predominan los formularios sobre la iniciación cristiana de los adultos.
Pero, sacramentarios que retoman la práctica celebrativa del siglo V como el Gelasiano
Vetus, confirman ya formularios propios para el bautismo de los niños.
La necesidad del bautismo la entiende la Iglesia en el texto de Jn. 3,5. Por ello,
los niños no pueden ser privados de esta gracia. Los niños son bautizados en la fe de
la Iglesia, profesada por los padres, los padrinos y los demás presentes en el rito.

2) Exigencias Pastorales:
El actual rito insiste en la concientización que los padres deben de tener en la
educación cristiana y en la consecuente recepción de los demás sacramentos. Es
necesario atender adecuadamente a esta urgencia, a fin de no exponer el sacramento
a la ineficacia.
Una responsabilidad cada vez más creciente recae en la comunidad, a esta le
toca representar visiblemente a la Iglesia Universal. Esto, sobre todo porque el
bautismo es una inserción en el Pueblo de Dios. Por ello mismo, el bautismo debe ser
generalmente realizado en la Iglesia Parroquial, salvo caso de gravedad en el hospital
o en la casa. Pero también de vez en cuando, el bautismo ha de celebrarse en la Misa
Dominical a fin de patentizar la relación pascual y la conexión entre este sacramento y
la Eucaristía.
Los Padrinos prestan un servicio personal y particular. Su institución le viene por
aquel miembro docto de la comunidad que acompañaba al catecúmeno adulto en su
proceso y le servía de apoyo y consulta. Este, para la comunidad cristiana significaba
un respaldo, una garantía acerca de las buenas costumbre e idoneidad del
catecúmeno.
Su misión, claro está no terminaba con el rito, sino que le seguía acompañando
a fin de ayudarlo en su proceso. El rol absorbente de los padrinos que todavía en
algunas partes se da nace de la mal entendida parentela espiritual. El nuevo ritual de
1969 coloca a los papás como los principales responsables de la educación cristiana de
los niños. Los padrinos adquieren un rol subsidiario.
Los padres no pueden escogerse, pero si los padrinos. La comunidad cristiana es
responsable de la recta vialidad del ministerio de estos. En todo caso, es mejor no
tener padrino que conseguir uno que no esté capacitado para ejercerlo.
Estas son algunas de las condiciones para la elección de los padrinos:
- Que sea designado ya por el propio bautizando (bautismo de adultos), ya por
los papás o en falta de estos por el párroco o el ministro que lo celebra.
Curso para Monaguillos y Ministros 17 06/05/19
- Que haya cumplido los 16 años, a menos que el Obispo haya dicho otra cosa.
- Que sea católico, confirmado y que haya recibido la Eucaristía, así como vivir
de acuerdo a la responsabilidad de la encomienda.
- Que no sea reo de pena canónica.
- Que no sean los progenitores.

3) El Tiempo para el Bautismo:


La fecha para el bautismo: Hasta la Edad Media, eran bautizados durante la
Vigilia Pascual y se podía prolongar durante Pascua hasta Pentecostés. En algunas
partes inclusive en la Vigilia de Epifanía. La razón: evidenciar la relación con el
Misterio Pascual de Jesucristo.
Con el tiempo y debido a la gran mortandad infantil y acentuada la preocupación
por la suerte de los niños muertos sin bautizar, se pensó en la conveniencia de
bautizarlos quam primum: lo más pronto posible (CIC 1917, can 770), es decir los
primeros días, donde obviamente la madre estaba ausente. Hoy, en cambio, se pide
que sea dentro de las primeras semanas, a fin de que los padres puedan participar de
la apropiada preparación y la participación de la madre en el rito.

CAPITULO II: LA CONFIRMACIÓN:

2.1 VIVENCIA Y PRACTICA:


1.- En nuestra arquidiócesis acceden a la Confirmación los(as) niños(as) que
estén en la formación catequética o, que hayan hecho ya La Primera Comunión.
También, cualquier bautizado joven o adulto que no haya recibido el Sacramento de la
Confirmación y que nada impida a que solicitándolo lo pueda recibir.

2.- El orden teológico del Sacramento de la Iniciación Cristiana es: Bautismo-


Confirmación-Eucaristía. Por lo cual, en la medida de lo posible hay que respetar este
orden. De tal forma que cuando se trate de niños(as) que sin estar confirmados van a
ser su Primera Comunión, deben tener, dentro de su formación catequética, una
preparación inmediata al Sacramento de la Confirmación, previo a la Eucaristía.
Propongo el siguiente esquema:
* Al año de la formación catequética se le enseña al niño(a) a pedir a Dios
perdón por todas su pequeñas ofensas y se le prepara para acercarse al Sacramento
de la Penitencia, que además de perdonar los pecados, nos habilita para una
sincera y radical conversión.
* Tras una práctica penitencial, por parte del niño(a) donde los(as) catequistas
en compañía de sus papás lo van alentando en la práctica de este sacramento, se
inicia una preparación inmediata al sacramento de la Confirmación, la cual habrá de
celebrarse con suficiente anticipación a la Primera Comunión y, fuera de la Celebración
de la Misa. Los Vicarios Episcopales podrían celebrar la Confirmación en este contexto
en cada Parroquia o por Decanatos.
* Luego, de continuar el(la) niño(a) con su formación catequética y lleno de los
dones del Espíritu Santo, creciendo en la alegría y en la sabiduría, recibe dentro de un
contexto netamente eclesial (parroquial) la recepción de la Sagrada Comunión,
llegando así al vértice de su INICIACIÓN como Cristiano.

Curso para Monaguillos y Ministros 18 06/05/19


3.- Cuando un joven o adulto pide recibir este sacramento, le compete al
párroco asegurar su IDONEIDAD para que válida y fructuosamente lo reciba. Por ello
se entiende, una recta formación catequética donde el aspirante se situé dentro del
contexto teológico y pastoral de la Iniciación Cristiana. Se empape del Misterio de la
Santísima Trinidad y comprenda que significa recibir los Dones del Espíritu Santo.
Asimismo, recordamos, que al asegurar un párroco que tal feligrés está
idóneamente preparado para recibir el Sacramento de la Confirmación, debe
entenderse que también está en gracia de Dios, sin la cual, el Sacramento, aunque
válido, no fructifica en el receptor y lo expone al sacrilegio.
Por tanto, dado que no son pocos los jóvenes y adultos que piden la recepción
de este Sacramento, recomiendo a los párrocos extender un comprobante de
IDONEIDAD en el cual se asegure ambos requisitos: La preparación catequética y la
Gracia de Dios, así como su beneplácito en la asignación del Padrino o Madrina que se
ha elegido.

4.- Cuando el Obispo o el Presbítero asignado para ello, celebran la


Confirmación, pueden asociar a otros presbíteros para que les auxilien en la Unción.
Cuando esto suceda, deberá determinarse desde el inicio de la Celebración y, a la hora
en que el Obispo extiende sus manos sobre los confirmados para decir la oración
septiforme, los presbíteros que le asisten extienden también sus manos sobre los
confirmandos, pero en silencio.

5.- Los presbítero, pero no los diáconos, pueden confirmar apoyados por el
Derecho, cuando un fiel cristiano está en peligro de muerte, siempre y cuando conste
que no está confirmado. Por lo que antes de atender pastoralmente a un enfermo en
gravedad, consultar con sus familiares qué sacramentos ha recibido, para no ofender
la confidencialidad del sigilo sacramental.
También, puede por derecho propio confirmar cuando va a bautizar " in articulo
mortis " (CIC 883). Por lo que debe asentar en el acta, además del bautismo, la
confirmación. Cuando esto suceda, una vez derramada el agua sobre la cabeza del
niño(a) según el rito, en vez de ungir en la coronilla con el crisma, imponiendo las
manos sobre el niño(a) dice la oración septiforme. Terminada la oración lo unge con
crisma en la frente según el rito de la confirmación.
También, puede confirmar cuando un no católico, pero legítimamente bautizado,
pide ser admitido a la Iglesia Católica. Para tal, el párroco debe avisar al Ordinario del
Lugar o al Obispo y pedir el administrar el sacramento. Se requiere necesariamente la
previa catequesis y admisión al sacramento de la Penitencia.

6.- Los presbíteros no pueden bendecir el Santo Crisma (CIC 880).

7.- Ni los Obispos Auxiliares, ni el Vicario General pueden delegar a un


presbítero para que presida la celebración de la Confirmación.

8.- El Padrino o Madrina para la Confirmación debiera ser el mismo del Bautismo
(CIC 893.2), pero de no ser así, el párroco debe asegurar que el Padrino o Madrina
sean idóneos (CIC 874). En caso extremo, no es necesaria la presencia del padrino o

Curso para Monaguillos y Ministros 19 06/05/19


madrina, así como no es necesario que si el confirmando es hombre, tenga un padrino
y; si es mujer, tenga una madrina.

9.- El color litúrgico de la Confirmación puede ser el rojo o el blanco.

2.2 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICO-LITÚRGICAS:

1.- Origen y Significado de la Confirmación:


Su origen e historia debe ser visto siempre en relación con el bautismo. En
efecto, no es sino el Espíritu Santo, el que realiza la inserción del bautizando en la
Iglesia.
En Act 8, 14-17 acentúa de manera particular el signo de la imposición de las
manos que en la ceremonia del bautismo competía solo al verdadero y propio
responsable de la comunidad: El Obispo, sucesor de los Apóstoles, tal ya aparece con
Tertuliano y con Hipólito de Roma, quienes claramente expresan que después del
bautismo, realizado por el presbítero, y la imposición de las manos y la imposición del
signo de la cruz en la frente.
Así, estos gestos unidos a la oración de la comunidad, pasan a formar el signo
eficaz que el bautizado por la fuerza del Espíritu Santo es ahora miembro de la Iglesia,
con pleno título y con todo derecho, de tal manera, que queda posiblilitado para el
servicio eclesial.
No se puede decir ya más que la Confirmación confiere al Espíritu Santo, ya que
éste es recibido en el bautismo: I Cor 6, 11.19; Jn 3, 5; 7, 37-39.
De tal manera, que con el Vaticano II queda así establecida la teología de la
Confirmación: Con este sacramento el cristiano viene a ser perfectamente vinculado a
la Iglesia, enriquecidos con una especial fuerza del Espíritu Santo. De tal modo, que
quedan estrechamente obligados a difundir y a defender con la palabra y con los
hechos como verdaderos testigos de Cristo (LG 11).
Ni el Diácono, ni cualquier ministerio laical puede celebrar la Iniciación Cristiana,
a ninguna edad y bajo ninguna circunstancia. Estos sacramentos los ha de conferir el
Obispo, o si no lo pudiese hacer, pero siempre informado de ello, el Presbítero puede
celebrarla en los niños en edad catequética y en los adultos previamente preparados
por un consciente catecumenado. Por lo tanto, puede celebrar solo en este contexto el
sacramento de la Confirmación.

2.3 La Confirmación en la historia:

a) Los Santos Padres:


* La Traditio Apostolica y escritores de la época: Distingue entre la unción pre-
bautismal y la imposición de las manos y unción que confieren el obispo después del
bautismo. La teología que se desprende de este escrito es la siguiente:
* Ireneo y Tertuliano: El Espíritu Santo es dado como Don en sí mismo y no
para ofrecer una transformación como sucede en el bautismo: Este Don te posibilita al
servicio, especialmente de la oración y del sacrificio de sí mismo.
* Cipriano ve en él la "Consumatio" del cristiano.
* San Ambrosio: Confiere la "Perfectio" de los siete dones.
Curso para Monaguillos y Ministros 20 06/05/19
* San Agustín: Comunica la realización plena del cristiano, mediante los siete
dones. Considera además que el Espíritu y la Unción son el fuego de Pentecostés.
* San León Magno: Lo relaciona con el ministerio episcopal.
* Homilía de Fausto de Riez, a cerca de Pentecostés ( Siglo V ): La Confirmación
es una arma para la lucha, confirmados para la guerra. Esta teología va ser
retomada en el siglo XI y sucesivos.
* Inocencio I al Obispo de Gubio ( siglo V ): Considera un abuso de los
presbíteros ungir en la frente. Además, imponer la manos para conferir el Espíritu
Santo es un privilegio apostólico.

b) Durante los siglos V - VII:


* El Gelasiano Vetus: Utiliza el termino " Consignare ": donar al Espíritu
Septiforme. El gesto que confiere este Don es la imposición de las manos, la "
signatio " con el crisma es ilustrativo. Finalmente puntualiza el carácter moral del
sacramento, todo servicio sacerdotal y profético exige testimonio de vida.
* Ordo XI: No menciona la imposición de las manos, solo la recitación de la
fórmula septiforme y la unción del crisma en la frente con fórmula trinitaria.
Es revelador una anotación que hace este ordo, donde pide que no transcurra
mucho tiempo entre el bautismo y la confirmación, lo que quiere decir que ya se
acostumbraba la distanciación entre los dos sacramentos.

c) Del Siglo X al Vaticano II:


* Pontifical Romano Germánico: La imposición de las manos, pasa de ser
personal a un gesto general sobre los confirmandos, al parecer la razón es cuestión de
tiempo. La fórmula utiliza los verbos "Confirmo" y "Consigno".
* Pontificales del Siglo XI: Establece que se de la confirmación siempre y cuando
esté el obispo, de lo contrario se pase a la Eucaristía.
* Algunos pontificales como el de Poitiers no menciona la imposición de las
manos. El efecto es reforzar la fe y la alianza del bautizado.
* El Pontifical de Besançon apunta: Si el Obispo no se encuentra se omite la
confirmación pero hágase una pequeña oración que la recuerde.
* Pontifical Romano del siglo XII: Solo si el Obispo está presente que se celebre
la confirmación.
Los niños chicos que estén sobre el brazo derecho del padrino, los más
grandecitos sobre los pies del padrino. El Obispo impone a cada uno las manos, pero
antes dice una oración epiclética.
* Pontifical de la Curia, siglo XIII: Se celebre la confirmación solo si el
obispo está presente.
* Pontifical de Guillermo Durand: El Sábado Santo, confirme el Obispo en la
frente con crisma. Es evidente que Durand fusiona la unción con la confirmación. La
imposición de las manos pasa a segundo lugar. Aparece, además, la suave cachetada,
signo de la fuerza, a la vez que dice: " Pax tecum ".
Los confirmados deberían portar durante tres días una suave venda blanca sobre
la frente, que posteriormente el presbítero se encargaba de lavar la frente de los
mismos.
* Respecto al magisterio de la Iglesia: Inocencio III y IV ambos del siglo XIII,
subrayan que es un ministerio episcopal la confirmación.
Curso para Monaguillos y Ministros 21 06/05/19
* El II Concilio Ecuménico de Lyon (siglo XIII) establece que la materia es el
crisma y la forma es la oración.
* Santo Tomás de Aquino: La materia del sacramento es el crisma. Es el
sacramento de la confesión de la pasión de Cristo. Otorga la plenitud de la vida
sacramental y de los actos públicos del culto.
* El Concilio de Trento (siglo XVI): No aporta nada nuevo. Defiende la dignidad
del crisma, pero no le confiere un valor sacramental. Los efectos son: el aumento de
la gracia y la corroboración con el testimonio.
* Benedicto XIV (siglo XVIII), es quien norma que se debe extender la mano
sobre la cabeza del confirmando mientras que lo unge a la vez con el crisma en
la frente.
* Pío X (siglo XX): La confirmación ya no está unida al bautismo, con lo que
queda plenamente separados los sacramentos de la Iniciación Cristiana, ya que se
establece la edad de la comunión a los 12 años.

d) Vaticano II:
Con la constitución " Divinae Consortes " de Paulo VI entra en vigor el nuevo
ritual de la confirmación. El ritual presenta una introducción histórica muy bien
documentada. No identifica la imposición con la unción, aún cuando sean gestos
simultáneos. El sacramento se confiere por la unción aunque valora la imposición de
las manos.

2.4.- El Ritual:

1) Premisa:
Toda celebración exige de por sí un carácter festivo, con una razón especial lo
debe ser la celebración de la Confirmación. Por su carácter fuertemente eclesiológico
debe ser celebrada en presencia de la comunidad cristiana, especialmente en
presencia de los verdaderos laicos de la comunidad. Y en la medida de lo posible por
los ministros originarios: Los Obispos. Sin embargo, ellos, pueden delegar a algunos
presbíteros esta facultad, pero en peligro de muerte, cualquier Presbítero, puede
confirmar.
Ahora bien, cuando los que van a ser confirmados son bastantes, ya el Obispo,
ya el Presbítero delegado, puede asociar a otros presbíteros a impartir de manera con-
celebrada el sacramento (CE p. 465), sobre todo en la imposición de las manos y la
unción del crisma.
En cuanto a la edad para ser confirmado ha variado a través del tiempo, sin
embargo, a partir del siglo XIII era a los 7 años. El actual Código de Derecho la
establece en la edad de la discreción, pero concede a las diversas conferencias
episcopales decidir sobre otras edades. En Italia, es alrededor de los 12 años. En
Monterrey, en edad catequética.
En cuanto a los padrinos, a diferencia del antiguo Código, hoy es deseable que el
mismo padrino o madrina del bautismo, sea el mismo para la confirmación, a fin de
que quede cada vez más claro el íntimo nexo entre estos dos sacramentos. Sin
embargo, el nuevo código no lo establece como cosa obligatoria (CIC 892).

Curso para Monaguillos y Ministros 22 06/05/19


Ritualmente el Padrino o Madrina, participa litúrgicamente acompañando al
confirmando y, colocando su mano derecha sobre el hombro (izquierdo o derecho) del
ahijado.

2) El Rito:
La Confirmación, por sus nexos con el bautismo y la Eucaristía, se recomienda
que sea dentro de la Celebración Eucarística. Cuando es así, la liturgia del sacramento
inicia después de la proclamación del Evangelio. Se desarrolla así:
- El párroco o el catequista responsable de la formación de los confirmandos
los presenta al Obispo o su delegado, diciendo el nombre de cada uno de ellos, o si
fuesen muchos solo a título general.
Con la venida del Espíritu Santo en el Jordán inicia el ministerio público de Jesucristo.
Es por ello, que éste sacramento se le puede considerar como el que habilita para el
servicio ministerial, sea cual fuere.

3) El Efecto: La perfección, virtud, testimonio, edificación de la fe y de la


caridad.

4) Tiene carácter indeleble.

5) El ministro originario es el obispo, pero éste puede delegar a un sacerdote.

6) La invitación a la oración, el silencio, la oración septiforme se consideran


como co-coferentes del sacramento.

CAPITULO III: LA EUCARISTÍA:

3.1 VIVENCIA Y PRACTICA:


1.- La Eucaristía debe celebrarse ordinariamente en los templos, salvo caso de
retiro, misión parroquial y en los pueblos o colonias donde todavía no hay un t emplo
puede celebrarse en un lugar digno. Para ello, no deben ser usadas las recámaras,
sino los patios o salas. Por altar debe usarse una mesa digna, evitar las mesas que
promocionan refrescos. La mesa que se ha usado para la celebración de la Eucaristía
no debe inmediatamente usarse para otro fin.

2.- La Iglesia Católica de rito latino celebra la Eucaristía teniendo al crucificado


como signo principal después del altar. Por tanto, no está permitido suplir al crucifijo
por una imagen del resucitado. Recordemos a Pablo que dice que " predicamos a
Cristo y a éste crucificado..."
El Cristo, que preside el ábside de las Iglesias Ortodoxas es uno resucitado, pero
no saliendo del sepulcro, sino dispuesto para ejercer el juicio final, mirando
severamente hacia su izquierda, es decir, a aquellos que en el juicio no han sido
merecedores de la vida eterna.

Curso para Monaguillos y Ministros 23 06/05/19


3.- Los ornamentos utilizados por los sacerdotes (obispos y presbíteros) son: el
alba o sotana blanca, el síngulo (si es necesario), la estola DEBAJO de la casulla y, la
casulla.
La razón por la que la estola debe ir debajo de la casulla, es en primer lugar
porque en 1,700 años así ha sido; segundo, porque la casulla, según los Santos
Padres, simboliza al Pueblo de Dios, a toda la Iglesia. En cambio, la estola es un signo
de la autoridad y de la gracia de Dios que se derrama sobre el ministro, poner la
estola sobre la casulla, en semiótica, equivaldría a que la autoridad del ministro está
por encima del Pueblo de Dios.

4.- La sede del presbiterio (ahora llamado: SANTUARIO, ya que no es lugar


reservado de los presbíteros) debe ser única, no tiene porque tener dos sillas a sus
lados. Tal costumbre, suprimida por el Concilio Vaticano II cuando habla sobre la
presidencia, tenía su origen en la Missa Sollemnis en la que participaban el Presbítero,
el Diácono y el Subdiácono, que por lo demás no eran sino tres presbíteros, esta
práctica también ha sido condenada por la Sacrosanctum Concilium cuando especifica
que en las celebraciones litúrgicas el ministro solo debe hacer lo que el compete según
su ministerio y grado.

5.- El altar, signo de Cristo, debe estar libre de cualquier otro objeto que no sea
el mantel. Las velas, flores, imágenes y otros objetos no deben estar sobre él,
tampoco el misal porque la Misa debe iniciarse en la sede y no en el altar.

6.- Los ritos iniciales de la Misa:


a) Inician en la sede.
b) El presidente se persigna, sin añadir antes una monición que acompañe
a este gesto. Cierto es que la Conferencia Episcopal Alemana pidió que la asamblea no
contestara "AMEN", sino que lo dijera todo junto el presidente, porque no sentía
conveniente que la Misa iniciara con un diálogo así. Pero, esta reforma al Ordinario
de la Misa para Alemania, se hizo mucho antes que la reforma del Ordinario de
la Misa para todos los pueblos de habla hispana y, ni las Conferencias
Episcopales, ni la Congregación para el Culto Divino sintieron la necesidad de aplicar
esta modificación que los alemanes hicieran.
c) El saludo de la Misa es de extracción bíblica y se tienen muchas
opciones como para que el presidente invente la suya propia, en todo caso, habría que
hacerlo tomándola de la Biblia.
d) Después del saludo, el presidente puede dirigir una breve monición a
los fieles, donde les puede hablar con afabilidad e inclusive añadiendo un saludo
cultural (Buenos días, tardes, noches... ).
e) El acto penitencial de la Misa consiste solamente en el acto de contrición
y la absolución deprecativa de los pecados veniales, el Kyrie eleison, no forma
parte del acto penitencial, ni es tampoco penitencial, por lo que cuando, a la Misa se
unen otros ritos que llegan a omitir el acto penitencial, no están abarcando el " Kyrie
".
Como actos de contrición se ofrecen varias formas y éstas varían según el
tiempo litúrgico. El presidente y con fundamentos en la forma eucológica y bíblica
que caracteriza estas oraciones, puede en su oportunidad, solo para la Misa que está
Curso para Monaguillos y Ministros 24 06/05/19
celebrando, componer la suya propia, sobre todo cuando de trata de la tercera forma
(Kyrie con tropos): Tú que haz venido a sanar... Señor, ten piedad.
f) Los actos litúrgicos que suprimen el acto penitencial de la Misa son: La
aspersión con agua bendita (principalmente en los domingos de Pascua), el haber
llegado inmediatamente antes de la Misa en una peregrinación; o el haber participado
inmediatamente en otro acto litúrgico (Liturgia de las Horas, bendiciones, etc).
g) El himno: " Gloria in excelsis Deo " que por naturaleza debe ser cantado
(tiene su origen en el Ortos (laudes) Bizantino), lo inicia el propio presidente
entonando su título. No se debe abusar de este himno, que en parte, teológica y
litúrgicamente es una extensión del Kyrie. Por lo cual, solo debe ser cantado en
las solemnidades y en las fiestas donde se prescriba ( para las bodas no se prescribe a
menos que se celebre el Domingo ).
h) La Oración Colecta: Es eminentemente presidencial, por lo cual, se
comete un gran abuso en contra de la teología de este momento, cuando el
presidente, después de decir: " Oremos " no da pauta para que la Asamblea formule
su propia oración mental durante un momento de silencio prescrito para esto. Luego,
solo el presidente dice la oración que aparece en el Misal Romano, sin que nadie, ni
los concelebrantes lo acompañen repitiendo al unísono la oración colecta.
Tampoco está permitido decir dos oraciones colecta, como cambiarla por
otra, o hacer mezclas, tomando la oración colecta de un formulario y el resto de otros
(salvo el caso de Misas que el propio presidente puede combinar como es el caso de
ciertos formularios de las Misas Rituales, Votivas, Comunes o de Diversas
Necesidades).
La asamblea, vuelve a participar dando su asentimiento con un: AMEN,
que no solo significa: estoy de acuerdo, sino sobre todo, estoy comprometido con lo
dicho.

7.- Liturgia de la Palabra:


a) Basados en la tabla de precedencias del Misal Romano, las misas de
los tiempos fuertes, en el siguiente orden, no pueden cambiar de lecturas: Triduo
Pascual, Domingos de Cuaresma, Domingos de Pascua, Solemnidades del Señor, de la
Virgen o de los Santos, las ferias de Cuaresma y del 17 al 24 de Diciembre.
Cambian una lectura, preferentemente la segunda: Los Domingos de Navidad y,
Domingos Ordinarios.
Según las circunstancias pastorales las celebraciones indicadas del número
5 en adelante pueden cambiar totalmente el esquema de la Misa, pero guardando de
no privar al Pueblo de Dios de la riqueza del actual leccionario.
b) El lugar de la proclamación de la Palabra de Dios es el ambón, el cual
ha de ser digno, proporcionado con el altar y los demás elementos del santuario, debe
además ser fijo. Desde el ambón también puede predicarse la homilía y la Oración de
los fieles. No puede utilizarse el ambón para dar avisos o dirigir moniciones a los
fieles.
c) Por Biblia entendemos el conjunto de libros inspirados por Dios y dados
a su Pueblo, litúrgicamente se entiende que es el texto utilizado para el estudio de la
Revelación. Por Sagradas Escrituras, la liturgia entiende el texto bíblico que va ha ser
meditado, que se va a orar con él. Pero, por Palabra de Dios, la Liturgia entiende el
texto bíblico que es proclamado en cualquier celebración litúrgica. Es más, existe lo
Curso para Monaguillos y Ministros 25 06/05/19
que en liturgia se conoce como: "BIBLIA LITÚRGICA", es decir la serie de perícopas
que son utilizadas para las diversa celebraciones litúrgicas. Esta edición es propia para
la liturgia y no está tomada de las ediciones que conocemos como: La Biblia de
Jerusalén, la Español, la Latinoamericana, etc.
d) Los libros litúrgicos propios de la Palabra de Dios son: Los Leccionarios
I, II y, III. Desafortunadamente la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica no ha
proveído del Gradual, ni del Evangeliario.
Opcionalmente se presenta el libro: " Oremos al Señor " (Edición
española) y, Oración de los Fieles " (Edición mexicana) que son esquemas para la
Oración de los Fieles.
No está permitido, de manera ordinaria, utilizar los propios del tiempo
(folleto blanco de la Buena Prensa, ni el misal mensual, ni mucho menos las hojitas
dominicales).
e) La Primera Lectura de todos los Domingos del Tiempo Ordinario es
presentada como el " typus " de la lectura del Evangelio "antitypus ". Es decir, que
escogiéndose la lectura del Evangelio se busca en el Antiguo Testamento su
correspondiente, de esta manera se sigue el esquema teológico: Lo que Dios
prometió en el pasado, lo ha cumplido en Cristo.
f) La Segunda Lectura de los Domingos del Tiempo Ordinario sigue un
esquema ético-apostólico, es decir, una serie de enseñanza de los apóstoles de cómo
vivir la vida cristiana. Generalmente no tiene relación bíblica con la primera lectura y
el evangelio, salvo el caso de los tiempos fuertes y las solemnidades del Señor, de la
Virgen o de los Santos.
g) Entre la oración colecta y el inicio de la Liturgia de la Palabra debe
haber un momento de silencio - no tedioso - que manifieste la presencia del Espíritu
Santo.
h) Es preferible que todas las moniciones acerca de las lecturas se hagan
al inicio de toda la Liturgia de la Palabra y, es menos deseable que sea antes de cada
lectura, pues esto resta importancia y solemnidad a la proclamación de la Palabra de
Dios.
i) No debe decirse al inicio de las lecturas: " Primera Lectura " o segunda,
o salmo responsorial, etc. Mucho menos la cita bíblica pues no se trata de una clase o
estudio.
j) Tampoco debe decirse al final de las lecturas: " ESTA ES LA Palabra de
Dios " pues tal cosa no corresponde a la teología de ese momento, pues no se trata de
un RECONOCIMIENTO bíblico, sino de una auténtica proclamación. Si se dijera: " Esta
es la Palabra de Dios " habría que responder: " Amén ", es decir, estoy de acuerdo.
Pero, decir: " Palabra de Dios " equivale a exclamar como lo hacía el profeta: "
Oráculo del Señor ", es decir, Dios es el que ha hablado, por ello la respuesta: " Te
alabamos, Señor " es su correspondiente; Dios se ha dignado dirigirme su Palabra, a
mí no me queda más que alabarle por ello.
Jamás debe decirse: " HASTA AQUÍ LA PALABRA DE DIOS ", o " ESTA
TAMBIÉN ES LA PALABRA DE DIOS ".
k) Todos los salmos por su naturaleza deben ser cantados, en especial
los de la Misa se indica además que son RESPONSORIALES. Por ello, las comunidades
que los hacen de manera ANTIFONADA, es decir, cuando la comunidad de divide en
dos partes para tan solo recitar el salmo y omitir la antífona. Tal es un error, pues el
Curso para Monaguillos y Ministros 26 06/05/19
salmista está representado a Cristo que se dirige a su Padre y, la Iglesia se une a él
por medio de la antífona.
Cuando por alguna razón el salmo no pueda ser cantado, el salmista
deberá ser alguien distinto del lector de la primera lectura, pues un ministro no puede
cambiar dentro de una misma acción litúrgica de ministerio. Es decir, una cosa es
ser lector y, otra ser salmista.
l) Los salmos no puede ser sustituidos por cantos o por otros salmos, salvo
lo anotado arriba sobre la tabla de precedencias.
m) La aclamación antes del Evangelio es una tarea del coro, dicha desde el
coro y aunque su nombre es " aclamación " su naturaleza es ser también cantada.
Ahora bien, si el coro o el lector no la dicen, no debe el diácono o el presbítero decirla,
pues desdice de la proclamación del Evangelio.
n) Cuando tenemos una gran solemnidad y, donde se cuente con el
evangeliario, éste debe haber sido traído en procesión en medio de dos ciriales y
haber sido puesto en el centro del altar. El que lo ha traído no besa el altar como los
demás ministros, sino que besa el evangeliario.
El evangeliario permanece en el altar hasta la hora en que ha de ser
proclamado. Entonces el ministro ( diácono o presbítero ) solicitan la bendición, se
dirigen al altar, lo toman y llevándolo en alto van hasta el ambón acompañados de
ciriales y turiferario.
o) La razón de la bendición anterior a la proclamación del Evangelio no
está por el carácter del diácono, sino porque es una función eminentemente
presidencial; es decir, el presidente de la celebración es el que le compete la
proclamación del Evangelio, así como el compete la presidencia en la Oración
Eucarística. La bendición es una especie de delegación (por ello es dada por igual a
presbíteros o diáconos, indistintamente si es un obispo u otro presbítero el que
preside).
Tiene su origen cuando los obispos competían entre sí luciendo las
habilidades de sus diáconos en la interpretación cantada del evangelio. Tal es el
punto, que san Agustín exhorta a sus hermanos obispos a no ordenar a los
diáconos solo por su capacidad interpretativa, sino que vieran las demás cualidades
necesarias.
p) En la proclamación solemne del Evangelio (que en un principio debería
ser cantada) se saluda al Pueblo: " El Señor esté con ... " se signa el texto: " Lectura
del santo Evangelio... " se toma el incensario y se inciensa el texto tres veces dos; se
regresa al acólito y se canta (lee) el texto sagrado. Al final, si el que preside es
obispo, toma el evangeliario y se lo lleva a éste para que lo venere con el ósculo sobre
el texto. Luego, es devuelto con sobriedad al ambón.
No pueden los laicos, en la celebración de la Misa, proclamar el Evangelio,
a menos que con permiso del Obispo, y por graves problemas de salud, el presidente
no pueda hacerlo, lo cual sería poco común, pues el permiso habría de extenderse al
resto de las partes de la Misa.
q) Tampoco es conveniente que el que proclama el evangelio se haga
ayudar de otros ministros (laicos) para proclamar entre dos o tres el Evangelio como
si se tratara de la lectura de la Pasión que se lee en Semana Santa.
r) La Homilía, que se dice desde la sede o el ambón, es también
presidencial, por lo que no le está permitido al presidente encomendársela a un
Curso para Monaguillos y Ministros 27 06/05/19
religioso(a) o laico o seminarista, salvo el caso de la Misa con Niños, pero claramente
se advierte que si el presidente no estuviera dotado de cualidades pedagógicas para
dirigirse con eficacia a los niños se haga valer por otra que si tenga esas cualidades,
además de conocimiento de la ciencia litúrgica al respecto.
s) La homilía, no debería durar más de 11 minutos, pues la capacidad de
retención de la asamblea va disminuyendo conforme pasan los minutos. Pero, si al
párroco no tiene otros momentos para hacer crecer a la comunidad podría extenderse
un poco más, pero no rebasar los 15 minutos.
La homilía debería ser siempre cristocéntrica, pascual y esperanzadora.
Jamás una autoproyección del que la dirige, ni mucho menos un ataque a la
comunidad, la cual asiste para ser nutrida, no castigada.
La homilía debería manejar una sola idea, de modo que la asamblea pueda
digerir adecuadamente el mensaje y poder llevarlo a la vida.
t) La homilía, teológicamente es la actualización del mensaje que Dios nos
dirige en esa celebración litúrgica, es el HOY de la Liturgia. Por tanto, el tema, no
necesariamente es el de las lecturas, sino que puede además tomarse para ello, las
oraciones de la Misa, incluido el prefacio y la Oración Eucarística. También el motivo
de la celebración o, algún acontecimiento importante para la comunidad.
u) Al termino de la homilía debería haber un momento de silencio para que
los fieles mediten en su corazón la actualización del mensaje y lo procuren hacer vida.
v) La Profesión de Fe se dice en todos los domingos, solemnidades de
precepto y algunas solemnidades del Señor (feriales). Se cuentan con sus dos
versiones: El Símbolo Apostólico ( propuesto para la Pascua ) y el Niceno-
constantinoplano ( para el resto de los domingos y solemnidades ). Sin embargo, en
algunas ocasiones sobre todo aquellas que coincidan con el bautismo se puede decir el
triple asentimiento: " Creen en Dios Padre... "
La Profesión de Fe fue introducida en la Misa para recordar a los fieles
cristianos su deber de jamás caer en la herejía, de forma tal que la constante
repetición dejaría claramente cuales eran los pilares de la fe.
w) La Oración Universal de los Fieles, iniciada desde la sede por el
presidente, le siguen una serie de preces, que deben ser dichas en el ambón, donde
sólo se le inspira a la asamblea el motivo de la súplica, pero jamás el lector debe
dirigirse a Dios, el lector se dirige a la asamblea pidiendo que sea ella la que ore por
tal o cual cosa.
Por ello siempre dice: " Oremos para ...." o " Para ..., roguemos al Señor".
Y para que esto jamás se olvide, puede el coro cantar al final de cada súplica:
"Roguemos al Señor" y la asamblea contestar cantando: " Te rogamos, Señor ".
x) Tiene su origen el la liturgia herosolimitana (Jerusalén) del siglo IV
donde el Obispo invitaba a la oración, luego el diácono sugería la súplica y los niños
respondían cantado " Kyrie eleison " ( Señor se providente ), ya que la oración de los
niños jamás sería desatendida por Dios.
Desafortunadamente en el siglo V, en Roma el Papa reduce o suprime las
súplicas dejando solo tres respuestas: Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison.
Que al poco tiempo fueron trasladadas al inicio de la Misa, lugar que inadecuadamente
ocupan hasta el día de hoy.
y) La Oración Universal de los Fieles no debe pasar de seis súplicas que
han de estar inspiradas en la Palabra de Dios que se ha proclamado, de tal forma que
Curso para Monaguillos y Ministros 28 06/05/19
se cumpla la consecución teológica: DIOS PROMETIÓ (AT) - DIOS CUMPLIÓ (Ev) -
DIOS SIGUE CUMPLIENDO (Or. Un. de los Fieles ) - DIOS CUMPLIRÁ (Parusía). Sin
embargo, jamás se ha de olvidar pedir por los pobres, los enfermos, los encarcelados,
etc.
z) El estilo de súplica antifonado, propio de la Liturgia de las Horas puede
ser utilizado también para la Misa, siempre y cuando los fieles tengan la oración por
escrito.

a') El presidente, como representante de Cristo, concluye la oración


poniéndola en las manos del Padre. Pocas veces la Oración de los Fieles va dirigida a
Cristo, nunca al Espíritu Santo. Una porque la Misa está dirigida a Dios Padre, por
Cristo y es precisamente el Espíritu Santo el que nos impulsa en esta celebración.
b') Concluía la Liturgia de la Palabra, debe haber un momento de silencio,
que indique el paso a la Liturgia Eucarística.

8.- La Liturgia Eucarística:


a) Lo que nosotros (la Iglesia) ofrece a Dios Padre es a su Hijo Jesucristo y
con Él cada uno de nosotros. Por tanto, la Iglesia no le ofrece a Dios ofrendas
materiales como el pan, el agua y el vino.
b) Por lo que el nombre de OFERTORIO está mal entendido o presentado
de forma acomodaticia. Debemos subrayar, por tanto, el sentido de presentación de
los dones (pan, vino y agua) que son los elementos base para la consagración. Pero,
no es del todo correcto (teológicamente hablando) que en este momento ofrezcamos
también otros dones o regalos para los fieles o para el sacerdote. Ya que el verdadero
Ofertorio se da dentro de la Oración Eucarística: " Que el nos transforme en ofrenda
permanente para que gocemos de tu heredad... Y también en la doxología: " Por
Cristo, CON EL y en él ...
c) El Prefacio es parte integrante de la Oración Eucarística, por tanto en
una oración presidencial, no es lícito que los fieles la proclamen a voz junto con el
celebrante. Tampoco está permitido que el celebrante invente su propio Prefacio,
mucho menos que lo haga con una oración en silencio.
Debemos recordar que el MISTERIO DE NUESTRA REDENCIÓN es obra única de
Jesucristo. Él es el único que puede interceder por nosotros. Él es el único que cumple
con el sacrificio perfecto. Por tanto, la oración del que preside, significa esta
PRESIDENCIALIDAD DE CRISTO no del sacerdote. Al permitir y alentar a los
fieles a compartir esta oración, se desvirtúa el carácter ÚNICO de Jesucristo.
d) Solo las Oraciones Eucarísticas I, y III permiten asociarse a cualquier
Prefacio, siempre y cuando coincida con el tiempo litúrgico o solemnidad. Las demás
Oraciones Eucarísticas cuentan con un Prefacio propio y forman un todo con él. Por
tanto, no está permitido intercambiar los Prefacios con las restantes Oraciones
Eucarísticas. La única que permite en cierta medida esto es la Oración Eucarística II.
e) Nadie, puede inventar su propia Oración Eucarística, ni modificar su
contenido más allá de lo que el mismo texto permite (según las indicaciones ahí
mismo expresadas).
f) Las palabras de la Consagración deben decirse tal cual, no está de
ninguna manera permitido cambiar el " Tomad " por " Tomen "; o el "Bebed" por "

Curso para Monaguillos y Ministros 29 06/05/19


Beban ". Es más, está sancionando el hacerlo. Es decir, que es una cuestión ya
tipificada que no admite costumbre ajena.
g) El presidente de la celebración debe arrodillarse ante el Pan de la
Eucaristía una vez dichas las palabras de la consagración y después de habérselo
presentado a la Asamblea. Lo mismo hace también con el cáliz. No está permitido
omitir el arrodillarse ante el solo Pan, para hacerlo únicamente ante el Pan y el Vino.
Esta práctica corresponde a una discusión con los Luteranos, ya aclarada en el Concilio
de Trento, de que no se debe esperar a la consagración del vino, para entender que
ya está consagrado el pan. Los Luteranos, al principio hacían la genuflexión hasta que
consagraban el vino, para indicar que solo hasta ese momento en pan también
quedaba consagrado.
h) Ni los ministros extraordinarios, ni los seminaristas pueden participar en
la Oración Eucarística en las partes señaladas para los concelebrantes. Es más, en
caso de aspirar a las Ordenes Sagradas se considera como impedimento.
i) En la Doxología, no le está permitido a los fieles unirse a la oración del
que preside: Por Cristo con Él y en Él... Para los concelebrantes es opcional unirse o
no al que preside.
j) Los fieles no deben imitar los gestos del celebrante durante la recitación
del Padrenuestro, ya que las oraciones dichas con los brazos extendidos se entienden
que son ÚNICAMENTE PRESIDENCIALES porque recuerdan a Jesús clavado en la cruz,
es decir, ejerciendo su oficio de Cabeza de la Iglesia. De hecho, fuera de la Misa son
pocas las oraciones que se dicen con las manos extendidas, porque la Eucaristía es el
Memorial de la Pasión del Señor.
k) No está permitido omitir el embolismo para pasar directamente a la
paz, a menos que se trate de una MISA RITUAL DEL MATRIMONIO, con la cual es
embolismo da paso a la bendición nupcial, pero en seguida sigue el rito de la paz.
l) El gesto de dar la paz, es también un gesto de reconciliación, pero no es
necesario cruzar toda la iglesia para buscar al hermano con el que hay un
problema; sin embargo, se ha de entender que no se puede seguir sosteniendo el
rencor después de la participación en el MISTERIO POR EXCELENCIA DE LA
RECONCILIACIÓN QUE ES LA EUCARISTÍA.

3.2 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICO-LITÚRGICAS:

1.- El Vocablo Misa:


Los primeros cristianos la llamaron: Fracción del Pan, Eucaristía, Oblación. La
palabra " MISA " aparece a fines del siglo V y principios del siglo VI, este término
designaba: despedida. Con el uso religioso, se designó el término al conjunto de
oraciones finales de una celebración, sobre todo entre los monjes, que usaban el
término " Missa " al conjunto de oraciones que concluía el oficio divino. Finalmente,
ese término es usado para designar a todo el conjunto del Oficio, hasta llegar al siglo
VI cuando es usado para designar la liturgia de la Palabra y la Eucarística a ella unida.
Traducir: " Ite Missa est " como " Esta es la misión que ahora deben hacer", es
una solución pastoral que no encuentra resonancia en la historia del uso del vocablo.
Sin embargo, el uso del vocablo Misa, ya encuentra arraigo entre los santos Padres
como san Gregorio Magno (Missarum solemnia).

Curso para Monaguillos y Ministros 30 06/05/19


2.- Las Apologías:
A partir del siglo X se introducen las apologías (súplicas de perdón), que se irán
multiplicando colocándose por los celebrantes al inicio de la celebración durante o
después de la entrada ( se cree que sean de influencia irlandesa, ya que su religión
primitiva, tenía sometida religiosamente a los devotos de sus dioses, que eran
sumamente castigadores.
La razón de ser de estas " apologías " era salvarse o prevenirse de la ira divina
por medio de una oración que " aplacara " a la deidad. Desafortunadamente la idea
que algunos se hacen de Dios, es parecida a la concepción irlandesa, es por ello, que
hasta el día de hoy, aunque en menor numero, subsisten estas oraciones en
momentos claves: Al inicio de la Misa, antes de proclamar el Evangelio, antes de la
Oración Eucarística, antes de comulgar, por decir algunas.

3.- Los Ritos Iniciales:


a) EL CANTO DE ENTRADA:
Es atribuido al Liber Pontificalis del Papa Celestino I (422-431). Sin embargo, se
tiene noticias que san Agustín ( De Civitate Dei, 22,8 ) celebraba el día de Pascua,
entrando en la basílica, saludando a los fieles y sentándose para escuchar la Palabra.
El canto de entrada, es sin embargo, fruto de una preocupación pastoral: concentrar a
los fieles sobre la celebración que está por desarrollarse y esto mientras el celebrante
se dirige al altar.
El Ordus Romanus I (45-50 Ed. de Andrieu vol. 2, 81-83) nos describe una misa
papal en la Basílica de santa María La Mayor:
- El Papa llega a la sacristía donde se reviste.
- El presentan los nombres de los que leerán la lectura (Porque el Obispo es el
dispensador de cualquier ministerio en la Iglesia).
- El coro se encuentra ya adelante del santuario (presbiterio) en espera de la
orden para inicia el canto.
- Cuando todo está ya listo, el diácono con el manipulo del Papa, indica con una
seña desde la puerta de la sacristía que el coro puede empezar el canto de entrada.
Cabe decir al respecto, que la antífona del canto de entrada tiende a sintetizar el
misterio a celebrarse.
Con el Vaticano II, el canto de entrada se comporta más bien como canto de
apertura, ya que no acompaña a una verdadera procesión. Pero lo cierto es que debe
preparar a los fieles a la celebración y más si se cuida su relación con la Liturgia de la
Palabra, el Tiempo Litúrgico o la fiesta.
- La corte inicia la procesión. No debemos olvidar que esto tiene su origen en el
uso imperial, en tales procesiones, el emperador, era acompañado por sus ministros,
en medio de la música del órgano, de flabelli (abanicos), de velas y de incienso.
- Durante la misma, le presentan al Papa un cofrecito que contiene los " Sancta
", o sea, el Pan consagrado que ha sobrado de la celebración anterior, el Papa hace
reverencia (no se acostumbraba arrodillarse ante el pan " Eucaristizado "), luego
prosigue su camino (éstos serán mezclados en el cáliz después de la Fracción a fin de
poder consumirlos ).

Nota.- En Oriente se acostumbraba la " Pequeña Entrada " que consistía en una
procesión solemne de la Palabra de Dios que ensombrecía la entrada del Ministro.
Curso para Monaguillos y Ministros 31 06/05/19
Entre los siglos VII y VIII esto se usaba también en Roma, donde el Papa al llegar al
altar saludaba además al Evangeliario que ya estaba allí. Esto pronto va a cambiar y
en vez de dos entradas, solo habrá una donde el diácono llevará en la misma
procesión del Papa el evangeliario que dejará sobre el altar.
En el actual rito occidental, el diácono besa el evangeliario cuando lo deja sobre
el altar, no así todos los demás celebrantes.

b) EL BESO AL ALTAR, EL SALUDO A LOS FIELES Y EL ACTO PENITENCIAL:


El Beso al altar:
Desde la épica de san Ambrosio de Milán (Siglo IV), el altar es considerado como
un signo de Cristo, por ello, según lo atestigua el Ordo Romanus I, el Papa al llegar al
altar se arrodillaba en un momento de oración y recogimiento, luego besaba el altar,
como un saludo a Cristo.
En el anterior del Misal de san Pío V, el beso al altar, estaba precedido por una
serie de ritos como las oraciones al pie del altar y el acto penitencial, luego le seguían
otras oraciones.

c) El Saludo:
El Papa saludaba a los fieles con la expresión de origen semítico: "El Señor esté
con ustedes ". Pero en Oriente se usaba la expresión: " La paz a vosotros", tomada de
la apariciones del Resucitado a los apóstoles, la cual, hoy en día se utiliza solo para la
liturgia episcopal.
La respuesta del pueblo era:" Y con tu espíritu ". Este " espíritu " no se trata, de
ninguna manera, del alma de la persona (sacerdote) sino del Espíritu de Cristo que
habita en el sacerdote desde el día de la ordenación. Por lo que la traducción inglesa "
And also with you " no es correcta desde el punto de vista de los santos Padres
(Narsay de Nisibe, Hom. XVII).
La sugerencia que podríamos hacer para los redactores del Misal Romano es
escribir: " Y con tu Espíritu ", es decir, Espíritu con mayúsculas para entender que se
trata de Cristo, no del presidente.

d) El Acto Penitencial:
Antes del saludo a los fieles, el Ordus Romanus I (49), indica que el celebrante
al pie del altar incline la cabeza ( sin decir nada ). Con el tiempo Los Ordos ( VI,X)
desarrollarán tal rúbrica pasando de un simple gesto a darle un significado penitencial:
" Venit ad Tribunal Paenitentiae " para indicar claramente que el celebrante debe orar
por sus pecados ( Ordo X,12 ).
Más tarde aparecerá una fórmula breve que iniciaba con la palabra "Confiteor" y
que se irá desarrollando haciendo uso incluso de la intercesión de lo santos locales.
Esta apología corresponde a una evolución de la disciplina penitencial que tras el siglo
X provee la posibilidad de satisfacer la penitencia por medio de la Misa, es por ello,
que las apologías entran en la celebración.
En la Misa de la Curia del Siglo XIII ya encontramos varias de estas apologías,
pasarán por tanto, al Misal de san Pío V y que algunas de ellas pasaron inclusive al
Misal de Paulo VI ( Acto penitencial, después del Evangelio, después de la
presentación de las ofrendas, el lavatorio, después de la fracción, en la purificación de
los vasos sagrados ).
Curso para Monaguillos y Ministros 32 06/05/19
Hasta el Vaticano II, el Confiteor era en secreto para el celebrante y después
dicho por la asamblea. Con el Vaticano II surge una novedad al respecto, ahora, tanto
el celebrante como los laicos la recitan a la vez, o la hacen dialogada
(responsorialmente). Es probable que su uso se haya debido a la conciencia de la
presencia del Señor en la Liturgia de la Palabra, por tanto, convenía que la Asamblea
estuviese bien preparada. Actualmente el acto penitencial de la Misa es presentado de
diferentes maneras:

- Yo Confieso...
- Apiádate Señor ...
- Kyrie con tropos (Es decir, con súplicas adicionales, a manera de mini
oración de los fieles).
Puede también ser sustituido los domingos con la aspersión de agua bendita, lo
cual sería muy deseable, o suprimirlo después de la precedencia de otro acto litúrgico
inmediatamente precedente a la celebración de la Eucaristía como una procesión o la
celebración de la Liturgia de las Horas. Es nuestro deber recordar que el Kyrie eleison
no forma parte del acto penitencia, por tanto, no debe suprimirse.
Conviene, sin embargo, no hacer del acto penitencial un centro de la celebración
otorgándole una desmedida importancia, a fin de evitar la llamada "recaída
psicológica". Por ejemplo, como cuando se trata de celebrar la Pascua, comenzar con
el acto penitencial resta alegría a la fiesta, es cuando se debe sustituir con la
aspersión.
También es importante señalar que la Iglesia actual no le ha dado a este acto
penitencial el valor de absolución sacramental de los pecados mortales o graves.

e) EL KYRIE ELESION:
Para tratar el Kyrie eleisón tenemos que relacionarlo con la Oración Universal.
Esta exclamación era ya usada en el uso pagano como aclamación de honor dirigida al
emperador o a un dios, y por sí misma, nada tiene que ver con pedir perdón.
Su uso litúrgico nos lo reporta: La peregrina Egeria (SC 21): cuando al final de
las vísperas el diácono entonaba una súplica mientras los niños le respondían
cantando Kyrie eleisón. También las Constituciones Apostólicas, nos dicen que
después de la despedida de los catecúmenos y de los penitentes había una intención
de los fieles a la cual se respondía: Kyrie eleisón, pero que ésta era sobre todo propia
de los niños (VIII,6,9). Esto lo volveremos a tratar más ampliamente cuando
lleguemos a: " La Oración de los Fieles " ya que el Papa Gelasio (+496) modificó su
estructura, por una forma litánica: Kyrie eleisón, Christe eleisón, más tarde fue
trasladada antes de la Liturgia de la Palabras, inmediatamente después del ingreso.

f) EL GLORIA:
Es una de las composiciones más antiguas de la Iglesia, llamados Psalmi idiotici,
es decir, composiciones personales, mientras que los salmos bíblicos son inspirados.
Este canto era usado en la liturgia bizantina en el oficio matutino (Orthros), así
se usaba incluso en Jerusalén durante el siglo V según lo atestigua el Codex
Alexandrinus. La tradición del Liber Pontificalis le atribuye al Papa Telésforo (+154)
haber introducido este himno en la Misa de Navidad, pero no tiene fundamento ya que
tan solo la fiesta de Navidad fue introducida en Roma hasta el siglo IV. En cambio, en
Curso para Monaguillos y Ministros 33 06/05/19
la Liturgia Romana, la única indicación la ofrece el sermón 6to. de san León Magno
para Navidad ( In Nat. Dom. VI ).
El Himno del Gloria ha tenido varias versiones: en algunas de carácter arriano se
presenta a Cristo como inferior al Padre ( tal es el caso de la versión griega de las
Constituciones Apostólicas ) ya que intentan dirigir todas las súplicas no por medio de
Cristo, sino directamente al Padre. Otro es el del Codex Alexandrinus, es además del
más antiguo, aquel que es utilizado por la Iglesia bizantina y católica.
Al principio solo el Obispo entonaba este himno y únicamente en la fiesta de
Navidad, y así fue durante mucho tiempo. El Liber Pontificalis, atribuye al Papa Símaco
(498-514) su extensión a los domingos y fiestas de los mártires, pero siempre
reservado al Obispo. No es sino hasta el siglo XI cuando se rubrica que el Presbítero lo
podrá entonar si lo hace el Obispo. Aunque en el
sacramentario Gregoriano existe la rúbrica que menciona que el Presbítero podrá
entonar el Gloria si es Pascua (85,2). Y el Pontifical de Guillermo Durand ( finales del
Siglo XIII ) lo limitan y lo prohíben en ciertos tiempos y en alguna celebraciones.
Todavía el actual misal, si bien lo ha extendido a todos los presbíteros, por otro lado lo
ha suprimido en varias fiestas menores y celebraciones simples.

g) LA ORACIÓN COLECTA:
San Agustín no conocía en su tiempo esta oración. Se piensa por lo general que
fue introducida por san León Magno (440-461). Pero es necesario señalar que su
inserción en la celebración de la Eucaristía viene a modificar teológicamente la esencia
de la Liturgia de la Palabra: San Justino (Ap. I, 67) nos menciona como primera
oración, aquella que después de la Homilía se decía como Oratio Fidelium. Era, por
tanto, la proclamación de la Palabra de Dios la que provocaba la oración, y ésta estaba
cargada de lo que había oído de Dios. Esta nueva oración viene ahora a señalar que la
Asamblea a orado antes de escuchar al Señor, es decir, no se significa
convenientemente en el rito, el hecho de que es Dios mismo el que ha reunido a su
Pueblo, no el pueblo el que le ha pedido a Dios que se haga presente.
El nombre de colecta presenta algunos problemas: Los sacramentarios
Veronense y Gelasiano no la llaman así, el sacramentario Gregoriano la conoce solo
como " Oratio ". Lo más probable es que tenga su origen en la liturgia estacional como
la oración dicha después de que los fieles se han reunido (colecta) frente a la Iglesia
de donde partirá el Papa y sus ministros para dirigirse a la Iglesia donde celebrará la
Misa. Otros, la consideran como la oración que concluye las largas letanías que se han
pronunciado desde el punto de reunión hasta el de llegada donde se celebrará la Misa.
Otros más, como una oración similar a las acostumbradas durante la Vigilia Pascual
después de cada lectura y que encierran el sentido de cada una de ellas.
Sin embargo, la más verosímil, es aquella que explica que se trata de una
oración personal de los fieles que invitados por la palabra "oremos" se ponen en
oración silenciosa y que ésta viene a concluir y a recoger las suplicas de todos.
Cassiano la usa en este sentido cuando habla de la Colligere orationem, oración con la
cual el Abad terminaba la oración silenciosa de los monjes.
La oración colecta siempre está dirigida al Padre ( salvo algunas excepciones
como la Misa de Corpus Christi ) por medio del Hijo en la actividad del Espíritu Santo
como es el uso de la Liturgia romana clásica y que ha sido elegida para la oración

Curso para Monaguillos y Ministros 34 06/05/19


oficial de la Iglesia, pero no así para la privada o personal que puede estar dirigida a
Cristo o al Espíritu Santo.
Se compone de los siguientes elementos:
- Título a Dios Padre (designa una cualidad de Dios a la vez que señala
claramente a quien está dirigida la oración).
- Motivo teológico de la oración (puede estar basado en la biblia o en un dogma
o en un sentir oficial de la Iglesia ).
- Finalidad de la oración (es el aspecto práctico de la misma, lo que en concreto
se pide a Dios).
- La Mediación de Cristo, en la actividad del Espíritu Santo.
- Asentimiento de la Comunidad que la respalda con el " Amén ".
La Liturgia romana es riquísima en composiciones de estas oraciones, pero a la
vez, sancionadas por el Concilio de Cartago y de Mielvi, solo podrán ser usadas en la
Misa tras la revisión de personas especializadas. La tendencia del Misal Romano de
Paulo VI fue relacionarlas en la medida de lo posible con las lecturas de cada misa.

3.3 LA LITURGIA DE LA PALABRA:

1. PREMISA:
a) Resonancias del Mundo Judaico en la Liturgia de la Palabra:
La proclamación de la Palabra en la asamblea era un signo de la
presencia del Señor y un modo de diálogo entre el Señor y su Pueblo:
* Ex 19,5-6; 24,3.7.
* Jos 24,1: El es un instrumento de Dios que convoca al Pueblo.
vv. 2-13: Proclama las maravillas que Dios ha hecho con su pueblo.
vv. 14-15: No puede dejar indiferentes.
vv. 16-24: El Pueblo ratifica la alianza.
vv. 25-27: La alianza es definitivamente ratificada y se levanta una estela.
* Esd 8-9.
Por otro lado, el Culto de la Sinagoga en el AT es incierto, en ella no se
celebraban sacrificios, en cambio se escucha la Palabra y se reza. Viene a ser como
una sustitución del culto del templo que ha sido derruido. Esto ayudará a los israelitas
a espiritualizar su propio culto: " Ofrezcamos a Dios, en lugar de toros, el homenaje
de nuestros labios " Os 14,3.
Cuando el Pueblo regresó del exilio, compaginó estos dos cultos, pero mientras
que el del templo era cotidiano, el de la sinagoga era solo el sábado, el lunes y el
jueves, por la mañana a la hora del sacrificio matutino. Este estaba así estructurado:
- Shemà Israel.
- La lectura de la Torah.
- Midrash: La explicación de lo proclamado con una aplicación espiritual para la
asamblea.
- El canto de los salmos 112,113,114,115,116,135, el 'Hallel que se hacían de
manera responsorial respondiendo el pueblo: Aleluya.
- Seguía el Shemoneh Esreh: 18 bendiciones dichas a manera de peticiones.
- La bendición de Aarón (Nm 6, 24-26) con la mano derecha alzada.
Todos respondían: Amén.
- La colecta para los pobres, con la que finalizaba la oración.
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Nota.- No es difícil notar el paralelismo con la descripción de san Justino
(Apología I, al Emperador Antonino Pío, cap. 67).

b) La Liturgia de la Palabra en el Nuevo Testamento:


Jn 1,3: La Presencia entre nosotros del Logos encarnado es el punto
culminante de la presencia de Dios en el NT. La humanidad de Jesús es el sacramento
de la presencia del Padre. Esta presencia continua aún después de la resurrección, y
las apariciones de Jesús representan una catequesis para la Iglesia. Jn 16,7: La
comunidad (asamblea) es el lugar privilegiado de esta presencia. Por tanto, la Palabra
de Dios está íntimamente ligada a la convocación de la asamblea. I Tes 1,8; 2,13:
Pablo está consciente que la palabra que el dirige a la asamblea es Palabra de Dios, ya
que los apóstoles han sido constituidos ministros de la Palabra. La Palabra de Dios da
vida a quien la escucha: Jn 5, 24. Por tanto, la palabra proclamada es Jesús en medio
a nosotros.

Nota.- SC 7 al mencionar las diversas presencias del Señor en la Iglesia menciona


la proclamación de la Palabra.

c) En los Santos Padres:


San Justino en el 150 ya nos presenta un esquema para la Liturgia
de la Palabra:
- Lectura del Profeta.
- Lectura de las memorias de los apóstoles.
- Homilía.
- Oración Universal
- Beso de la paz.
En cuanto al núcleo fundamental de la Liturgia de la Palabra: Las lecturas, estas
fueron aumentando o disminuyendo según las épocas y las regiones. Nosotros
mantenemos la costumbre de la Iglesia Afro-romana presidida por Tertuliano y san
Agustín (AT-SALMO-NT-EVANGELIO).

2. LAS LECTURAS:
Las Constituciones Apostólicas documento syrio de finales del siglo IV nos
presenta así el orden de las lecturas ( VIII,5 ):
* Lectura de la Ley ( Rito sinagogal del sábado por la mañana ).
* De los Profetas.
* De las Cartas.
* De los Hechos.
* Del Evangelio.
El número de las lecturas:
Cuatro lecturas era el numero que se mantuvo en las Iglesias de Siria. Mientras
que la antigua liturgia bizantina de san Juan Crisóstomo, la africana de san Agustín, la
española, la galicana, la de Milán de san Ambrosio y en Roma, el uso ha sido de tres.

Ahora bien, la Iglesia de Roma jamás aceptó que se proclamaran ninguna


lectura que no fuera canónica (bíblica) en las celebraciones eucarísticas, mientras que
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en las Iglesias de Africa, España y en Gallia el día del aniversario del martirio (natalis)
de un santo se leía su pasión (III Concilio de Cartago, año 397). Mientras que en
Roma el papa Gelasio solo lo permitía para el Oficio.
La Sacrosanctum Concilium resaltó el lugar preeminentísmo de la proclamación
de la Palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas, de tal manera que actualmente el
90% de la Sagrada Escritura está contenida en los actuales leccionarios. Esto como
respuesta a la grave carencia que se tenía con el Misal de san Pío V, que fuera de
Cuaresma y la octava de Pascua, no había lecturas propias para cada día de la
semana, lo que obligaba a releer las del Domingo precedente.

3. EL SALMO RESPONSORIAL:
Representa en diálogo entre Dios y su pueblo con una pureza sin igual (Es la
respuesta del Pueblo de Dios a la Palabra que nos ha transmitido ). Tras la primera
lectura se debe hacer un momento de silencio y después entonar el canto del salmo.
El salmo no puede ser sustituido por un canto cualquiera, es más, la nueva
estructuración de la liturgia de la Palabra veló para que formara un todo con el resto
de los elementos. Debe también hacerse todo esfuerzo por musicalizar este momento.
Ésta debe ser sencilla, capaz de que el pueblo la pueda seguir.
La importancia de este canto la notamos ya en tiempos de san Agustín, que pide
que los diáconos no sean ordenados tan solo por su cualidad para cantar, sino además
por su calidad de vida (Enarrationes Ps. CXIX,1). Lo mismo señalará san Gregorio
Magno.

4. LA ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO:


Con una clara alusión pascual de la presencia de Cristo y a la vez escatológica
(Ap 9, 1-7) esta aclamación está atestiguada en todas las Iglesias orientales durante
los primeros siglos. Pero no así en Roma, donde la expresión era usada solo en el
tiempo de la Pascua.
La actual legislación la considera una canto que anuncia la proclamación del
Evangelio aun cuando no haya procesión del mismo.
Esta aclamación tiene una variación para el tiempo de Cuaresma: " Honor y
gloria a ti, Señor Jesús " que viene a equivaler a una traducción libre del termino: "
Aleluya ".
Hoy en día, se ha hecho un gran esfuerzo para que el contenido de este canto
esté básicamente relacionado con la lectura del Evangelio de cada día. Incluso, en las
misas solemnes va acompañada de un rito procesional de evangeliario, el uso del
incienso y de los ciriales. Para la liturgia episcopal se tiene contemplado que el
diácono o el presbítero que ha proclamado el evangelio, lo lleve al obispo para que
éste lo venere con el beso y la oración apologética descrita en el Misal. Mientras que
esto sucede, el coro vuelve a entonar y cantar el aleluya. En el caso de la liturgia
papal se prescribe, además de los ritos anteriores, que además el Papa bendiga con el
evangeliario.

5. LOS LIBROS LITÚRGICOS:


El más antiguo de ellos conocido es el Leccionario (Comes) de Würzburg (750).
Y a excepción del Comes de Alcuino no hay otros que pueda, hasta hoy comprobarse

Curso para Monaguillos y Ministros 37 06/05/19


que se hayan usado en Roma. Tenía una lectura de los Profetas, otra de los Apóstoles
y otra más del Evangelio (La misma estructura que la actual Liturgia de la Palabra).
Otro Leccionario romano antiguo es el de Murbach, pero no corresponde a la
Liturgia clásica romana ya que está mezclado con elementos franco-germánicos. El
manuscrito es de los siglos VIII-IX, y es mucho más pobre que el de Würzburg, sin
embargo se encuentra casi íntegro en el Misal de san Pío V, donde las lecturas han
sido reducidas a dos. Un elemento importante a notar en este Comes es que los
martes, viernes y sábado de las semanas durante el año tienen lecturas propias, como
resabio de la antiquísima ordenación de la Misa en oposición a los días de reunión de
los judíos (lunes y jueves = días del mercado).
Los libros modernos son: El Leccionario, Gradual, Evangeliario y, el de La
Oración de los Fieles, que deben ser confeccionados con materiales dignos y sobrios;
pero el Evangeliario, deberá revestirse de manera especial para significar su
preeminencia respecto a los otros libros, ser acompañado de una serie de ritos como
el del incienso, de las velas, del beso, de la procesión, de la bendición.

6. LA ESTRUCTURA INTERNA DEL LECCIONARIO:


El actual leccionario presenta dos ciclos: el Dominical y el ferial. El primero está
dividido a la vez en tres ciclos llamados: A,B,C. Y el segundo, en años pares e
impares, con la primera lectura distinta para cada ciclo y el Evangelio es el mismo
para ambos. Para el ciclo dominical, las lecturas del AT están en relación con el tema
del Evangelio a ser proclamado. Mientras que la segunda, es una lectura semicontinua
de los escritos apostólicos, que no coincide temáticamente con el Evangelio y por ende
con la primera lectura. Solo en las fiestas y los Domingos de Cuaresma se ha buscado
que la segunda lectura armonice con las dos restantes.
En cuanto al orden interno de las lecturas, para el ciclo ferial, se nota que
durante el tiempo ordinario se inclinan los leccionarios por las lecturas continuas o
semi continuas de los libros sagrados, sin que tengan relación entre sí. Lo que no
sucede, como ya indicamos, en los Domingos de los Tiempos fuertes.
Hay que dejar claro que los Domingos de Cuaresma poseen una secuencia muy
especial de lecturas en especial las del ciclo A, que debe proclamarse todos los años si
en ellos siempre hubiese catecúmenos, inclusive los prefacios están armonizados a
estas lecturas. Estas han sido organizadas según un esquema vertical y no horizontal,
es decir, no van en secuencia con los días feriales, sino con los dominicales a fin de
ofrecer una catequesis completa domingo tras domingo.
Mientras que en el tiempo pascual, la liturgia romana a diferencia de los otros
ritos, leía solo los escritos apostólicos (Hechos y Apocalipsis) esto ya lo encontramos
en el Comes de Würzburg.
Aunque el nuevo leccionario es una de las obras más espectaculares de la
Reforma Litúrgica del Vaticano II, ya que le ha devuelto al Pueblo de Dios la Palabra
de Dios, no es todavía una obra que no tenga " peros " sobre todo en lo que se refiere
a los Domingos del Tiempo Ordinario y la desarmonización de la segunda lectura.

7. EL MINISTRO:
En cuanto al ministro, se debe tener presente que son un instrumento por el
cual el Señor se hace presente a su Pueblo para dirigirse al mismo. ahora bien, si el
que preside la celebración no va a proclamar ninguna de las lecturas (porque hay
Curso para Monaguillos y Ministros 38 06/05/19
diácono u, otros presbíteros), es necesario subrayar que los demás ministros, solo
pueden participar ya por encargo del que preside, o con su anuencia. De modo tal,
que no sobra recalcar que el que proclame la Palabra de Dios debe ser consciente de
su contenido, de su significado y además y sobre todo de la mediación que está
ejerciendo en nombre de Dios y en servicio de la Asamblea convocada.
El lector instituido, tiene como ministerio litúrgico la proclamación de la Palabra
de Dios, en la Celebración Eucarística, con excepción hecha del Evangelio. Pero,
cualquier bautizado, bien dispuesto puede proclamar la Palabra de Dios en la Misa. Sin
embargo, debemos enfatizar, como Orígenes advertía ya en su tiempo, que no
podemos despreciar a la Palabra de Dios respecto de la Eucaristía. Puesto, que si para
los ministros se les pide una santidad de vida y un estado de gracia para desempeñar
su ministerio, también se le debe pedir lo mismo al lector, sea o no sea instituido. No
es comprensible como un fiel laico sube al ambón para dar a la Asamblea la Palabra
de Dios y luego, no se acerca a recibir el Cuerpo del Señor.
Al Diácono, desde el siglo V al menos, se tiene conocimiento que se les
encomendaba el oficio de " cantar " el Evangelio, oficio que siempre desempeñó el
Obispo. Pero, como cada una de las Iglesias Particulares, buscaba sobresalir en su
liturgia, los cantos fueron cada vez más elaborados. Esto obligó a los Obispos a
delegar a los Diáconos este oficio. Pero, san Agustín, en el Concilio de Cartago, ya
recrimina a sus compañeros esta costumbre. Advierte: " Cuando elegían a un
hermano para el oficio de Diácono, busquen en él las demás virtudes propias a su
estado, no solo el saber cantar ".
Hoy en día, en lo que se refiere a la liturgia episcopal, se acostumbra llevarle el
Evangeliario cerrado al Obispo para que lo bese. Ya que es precisamente el Presidente
a quien le toca la responsabilidad y cuidado de la Palabra durante la celebración. Por
otro lado, si los diáconos proclaman hasta hoy el Evangelio, función propia de los
Obispos (Siglo IV) es por los motivos que ya indicamos: " El canto " . Si hoy en día,
los Diáconos ya no cantan el Evangelio, ¿ Porque se les sigue asignado este oficio ?
¿ A caso el Obispo, cede a otro las palabras de la consagración en la Oración
Eucarística ? Si la proclamación del Evangelio es el momento más importante de la
Liturgia de la Palabra, a menos que exista un grave impedimento, la debe proclamar
el que preside.
Dado lo anterior, debemos dejar claro que la proclamación de la Palabra del
Señor es un oficio cien por ciento presidencial, de ahí que se tenga que pedir " la
bendición " al que preside, sin importar de quien se trate, pues es precisamente el que
preside quien debe realizar el oficio. La bendición es como una especie de delegación.
Se hace por tanto, cuando el Obispo preside y concelebran presbíteros; cuando
concelebran puros presbíteros; no, cuando concelebran puros Obispos, porque a cada
uno de ellos, se les ha dado el Evangelio para proclamarlo y predicarlo.
Finalmente, no debemos confundir las palabras, aún cuando en el Misal se indica
que es " lectura " éstas no lo son así en el sentido riguroso y teológico de las mismas.
La Palabra de Dios siempre es proclamada, pues indica esto que es Dios mismo el que
por la boca del lector el que se comunica a su Pueblo. Esto le confiere a la Palabra la
esencialidad de " Presente " del " Hoy " de la liturgia, mientras que un simple lectura
sería tan sólo el evocar un mensaje dado en el paso y solo traído a colación en el
presente. Por lo mismo, no se debe concluir una lectura diciendo: " Esta es la Palabra
de Dios ", o " Hasta aquí la Palabra de Dios " la respuesta a estas aclamaciones debe
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ser: " Amén " y no aquella de: " Te alabamos, Señor ". Decir, está es la Palabra de
Dios, es remitirse solo a la lectura. El lector, en cambio, ha hecho presente al Señor
por medio de la proclamación, el debe decir: PALABRA DE DIOS, es decir, "Oráculo de
Señor", o sea: DIOS HA HABLADO. Entonces sí: TE ALABAMOS, SEÑOR.

8. EL LUGAR:
El Lugar de la proclamación de la Palabra de Dios es el ambón, este si bien debe
ser austero, debe al menos ser fijo. Ahora bien, en Iglesias muy largas, debe moverse
el ambón por decirlo en medio de la asamblea para que sea mejor atendido ( Bema:
uso de la antigua Iglesia griega). Sin embargo, durante la celebración eucarística el
ambón debe pasar a un segundo lugar, dándole el primer lugar al
Leccionario/Evangeliario y al ministro que las proclama. Una vez terminada la liturgia
de la Palabra, el ambón, adquiere su importancia capilar al pasar a ser un signo de la
Palabra presente.
Finalmente, así como en la usanza judaica, en la que la Torah era custodiada en
una especie de tabernáculo, sería laudable que en los templos hubiera un armario
especial para estos libros, algo cercano a la capilla o lugar de la reserva de la
Eucaristía.

9. LA HOMILIA:
Justino, en la ya mencionada Apología I, nos muestra como ya en el 150 la
Homilía juega ya un papel basilar, pues esta apología no desea ser un examen
exhaustivo de lo que la Iglesia hacía, sino solamente presentar lo más importante de
la Liturgia cristiana. No era como antes del Vaticano II, una excepción, sino como una
parte esencial de la Liturgia de la Palabra. Al respecto, Justino y la Iglesia de su época
no hacen otra cosa que seguir el esquema sinagogal del sábado por la mañana (Lc 4).
La homilía era en tiempos de Justino una prerrogativa del que presidía (proestós).
Pero a partir de la épica carolingea (siglo VIII) empieza a caer en desuso.
La Homilía, no es un sermón común y corriente, es parte integrante de la
celebración, debe servir de enlace entre la Palabra proclamada y la celebración
eucarística que sigue y debe llevar a ella. No es por tanto, tan solo una exégesis de
los textos bíblicos, o de los misterios que se celebran, sino además la actualización
sentida como conversación familiar, del sentido vital y dinámico de la Palabra de Dios,
en la cual el presidente busca una reacción inmediata y mediata de los audientes.
Se prescribe que jamás se omita a menos que se tenga una causa justa, pero si
se trata del Domingo, ésta deberá ser mucho muy seria.
En razón del ministro, la homilía es oficio del presidente de la celebración, pero
éste puede delegar a otro ministro sagrado el dirigir la homilía, pero nunca a un
bautizado que no participe del sacramento del orden. También, cabe señalar que
ningún concelebrante puede intervenir por su propia voluntad en la homilía, sin que el
presidente no conscienta el hecho.

10. LA PROFESION DE FE:


Aunque ya para el siglo VI era una práctica en Oriente debido a que las herejías
se habían rápidamente extendido gracias al arrianismo. En Occidente se empezó a
imitar la costumbre oriental cuando a finales del siglo VI los visigodos renunciaron al
Curso para Monaguillos y Ministros 40 06/05/19
arrianismo, pero no en Roma. Su lugar dentro de la Misa no era después de la homilía
como ahora, sino antes del Padrenuestro, o sea, después de la Oración Eucarística y
como preparación inmediata a la comunión.
Sin embargo, el Credo ha pertenecido desde su origen a la celebración del
Bautismo, no de la Eucaristía. Pero, como ya aclaramos, en Oriente, y a causa de las
resoluciones del Concilio de Nicea (325) y las disposiciones del Concilio de
Constantinopla y Calcedonia entró a formar parte de la celebración de la Eucaristía.
Este hecho se le atribuye a Timoteo de Constantinopla (515) y su lugar era al inicio de
la celebración. Por decreto del Emperador Justino fue obligatorio en Oriente a partir
del año 568.
A finales del siglo VI el Credo pasó de Oriente a España, dado que algunos
arrianos conversos querían profesar públicamente su fe. Luego como reparación a los
daños causados a la fe de la comunidad, el Concilio de Toledo lo decreto obligatorio en
el 589. Su lugar era antes del Padre nuestro.
Carlomagno y san Paulino de Aquilea (siglo VIII) tuvieron una gran
responsabilidad en la introducción del " Filoque " en el Credo, pese a la reticencia del
Papa León III, porque en los textos más antiguos de Oriente, no se menciona esta
expresión. Sin embargo, como es lógico entenderlo, esta versión del Credo ya se
había extendido en Francia y Alemania a instancias de Carlomagno, pero no así en la
Iglesia Oriental que permanecía fiel a los textos más antiguos. Esto va a provocar
siglos más tarde el llamado: "Cisma de Oriente" y una de las dificultades más serias
(dogmáticamente hablando) para la unidad de las dos iglesias.
Mientras tanto, Roma continua firme en la costumbre de no recitar el "Credo" en
la Misa, ya que ella jamás había caído en la herejía (lo consideraba una práctica
penitencial-correctiva para las iglesias que habían caído en algún error dogmático).
Pero en el siglo XI, el Papa Benedicto VIII asediado por sus enemigos que
amenazaban con quitarle sus posesiones (Los Estados Pontificios) pidió ayuda al rey
alemán Enrique II. Una vez liberado de sus enemigos, se celebró una Misa de acción
de gracias, a la cual asistió el rey. Notó, sin embargo, que no se había recitado el "
Credo ", preguntó al Papa el por qué, y éste le contestó lo que ya indicamos: " Roma,
jamás ha caído en la herejía ". Tal cosa, no convenció al rey, por lo que incitó al Papa
a introducirlo en toda la Iglesia y colocarlo después de la homilía, antes de iniciar la
Liturgia Eucarística (en ese entonces se había perdido el uso de la Oración de los
Fieles, que a continuación mencionaremos).

11. LA ORACIÓN UNIVERSAL:


Podría tener su origen en las oraciones que se hacían una vez que los
catecúmenos abandonaban la asamblea dominical y los fieles oraban antes de la
Oración Eucarística. Pero, no deja de tener cierto parentesco con la liturgia sinagogal,
con el Shemoneh Esreh (18 bendiciones) que hemos mencionado.
Tenemos además un referimento Neotestamentario de esta oración (I Tm 2,1-
2). Después, Policarpo de Esmirna en su carta a los Filipenses, les recuerda la oración
que deben hacer por todos los santos, aunque por el rey, por los que los persiguen y
odian, aunque por los enemigos de la cruz. Sin embargo, no es sino san Justino (Apol.
I,65) el que hace un referimento claro a esta oración, al final de ella estaba el beso de
la paz y luego el ofrecimiento del pan. Otros santos padres como san Agustín, san
Cipriano e Hipólito de Roma atestiguan claramente el uso de esta oración.
Curso para Monaguillos y Ministros 41 06/05/19
Otro documento claro al respecto, es aquel de la peregrina española, la monja
Eteria que nos narra la liturgia de la Semana Santa en Jerusalén: Después de la
predicación del Obispo, uno de los diáconos sugiere a la asamblea el motivo de la
oración; luego, los niños en coro dicen: Kyrie eleison (algo así como: Señor se
providente), porque Dios siempre escucha la oración de los niños.
Se piensa que en Roma, el Papa Gelasio sustituyó este tipo de oraciones-
bendiciones, por el estilo griego de letanías en las cuales el diácono dice las
intenciones y el pueblo responde Kyrie eleisón. La oración pasó a tomar lugar antes de
la proclamación de las lecturas y que más tarde san Gregorio debió haber suprimido
las intenciones en las ferias dejando sólo las respuestas a manera de aclamaciones, o
sea: Kyrie elesión, Christe eleisón. En su lugar, o sea, después de la predicación se
introdujo una oración Supra sinodem (que vendría a ser la segunda o tercera oración
que aparece en el sacramentario Veronense).
La teología actual vería en la Oración de los Fieles la súplica de la Iglesia que
nace de la Palabra recibida: Como nuestro espíritu no sabe que es lo que le conviene,
es el Espíritu Santo el que nos mueve a pedir. Así, el tema de lo que Dios nos ha
revelado ese mismo día, se convierte en respuesta en la Oración.
Es decir: Lo mismo que Dios nos ofrece en la Palabra, es lo mismo que el pedimos. De
aquí la eficacia de la oración.
Pero, también es de desear, siguiendo el esquema de sencillez y nobleza que la
liturgia exige, pedir las Señor por las necesidades concretas de la comunidad.
Otras notas al respecto son:
* Debe tener relación directa con los acontecimientos concretos de la vida de la
comunidad, insertando esos acontecimientos en la Historia de la salvación, hacer el "
Hoy " de la Liturgia, es decir, que al mencionar, por ejemplo, a un enfermo, se haga
mención además de el valor de la misma enfermedad en el plan de la salvación.
* La oración debe estar dirigida al Padre celestial. Y no debe ser una oración que
el lector dirija al Padre, sino que éste debe sugerir el motivo de la oración y sean
todos los fieles los que la eleven al Padre. O sea, no se trata de decir: Te pedimos
Padre que ...; sino: Pidamos hermanos al Padre que ... Para que así la asamblea
responda: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
* La IGMR sugiere un cierto orden en la gradación de las súplicas, empezando
por las necesidades de la Iglesia Universal, de la Iglesia Local, del Mundo, de los
pobres y al final de los que concretamente asisten a la celebración.
* La oración es iniciada por el Presidente y el la concluye. Sería un grave abuso,
que el presidente asumiera también las preces.

3.4 LITURGIA EUCARISTICA:

1. EL OFERTORIO:
El primer esquema de esta parte de la celebración la encontramos ya en el siglo
II con san Justino:
* Se llevan el pan y el vino, así como el agua, inmediatamente, el que preside
dirige unas oraciones y acción de gracias ( Ap. I 65,67 ). Este gesto no era revestido
de ninguna solemnidad. Aquí también, san Justino, recuerda la ofrenda dada a los
pobres, los enfermos y a las viudas. Tampoco se muestra una relación entre esta
ofrenda y el sacrificio eucarístico, tal vez para no confundir el rito con las prácticas
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paganas de la época. Sin embargo, se tiene la palabra del apóstol Pablo que invita a
los fieles a ofrecer sus cuerpos como víctima santa, viva y agradable a Dios,
recordando que el culto cristiano es espiritual (Rom 12,1).
Otros testimonios sobre la ofrenda aparecen en la Didajé, 9; en Ireneo de Lyon
(Adver. Haereses, 24); en Tertuliano ( De Exhort. Castitatis II); en Hipólito de Roma
(Traditio Ap., pp.10-11.54-55); en san Cipriano (De opere eleemosynis, 15); en san
Agustín que aporta una luz importante sobre este rito: Los fieles llevan el pan y el
vino acompañando el gesto con un salmo ( Retractiones 2,11), a fin de que el
sacerdote los ofrezca a Dios y el sacerdote colocándolos en el altar dice la Prex
Mystica. Es claro notar que san Agustín solo menciona el gesto, pero no una oración
que lo acompañe mas que la Oración Eucarística que le sigue.
Poco a poco se fue insistiendo en la obligación de llevar la ofrenda, así lo explica
san Cesáreo de Arles (Sermón 13) pero esto se hacía antes de la celebración. La
ofrenda significa la participación al sacrificio que está por ser ofrecido, por lo tanto,
ésta supone la participación incluso a la comunión ( El Sínodo de Elvira, can. 28,
prohibía la ofrenda a los que no comulgaban ), por lo tanto, debemos descubrir una
estrecha relación entre el ofertorio, la Oración Eucarística y la Comunión,
componentes básicos de esta parte de la celebración.
Ahora bien, la obligación de la ofrenda no es sólo para los fieles, sino también
para todo el clero. No es posible que el celebrante se conforme con ofrecer solo el
sacrificio de Cristo y asumir el de la comunidad sin ofrecerse a sí mismo.

Doxología:
Es la fórmula de conclusión, incluso en la Traditio Apostolica se concluye con una
doxología similar a ésta. Sin embargo, debemos estar atentos a la formulación: in
unitate Spiritus Sancti, indica que el Espíritu Santo está unido a las dos Divinas
Personas, pero no que constituye la Tercera. En cambio, la expresión: cum Spiritu
Sancto, indica la igualdad del Espíritu Santo respecto al Padre y al Hijo.

c) En cuanto a los gestos que se dan durante la Oración Eucarística podemos


añadir:
- La elevación de las Especies Consagradas: Obedece a la necesidad de los fieles
de " Ver " la Hostia, obedece por tanto, al concepto del descenso del Señor al altar.
Otro motivo, es el de subrayar el hecho de la eficacia de las palabras mismas de la
consagración, pues algunos señalaban que la consagración completa sucedía sólo
hasta que se concluía también la del vino. Este decreto de elevar la hostia después de
la consagración es del siglo XII. La costumbre de elevar también el cáliz es del siglo
XIII y se hizo como paralelismo con la elevación de la Hostia. Esto trajo consigo, la
poca valorización de la elevación de las Especies en la doxología.
- Arrodillarse: El uso de arrodillarse desde la epíclesis hasta la aclamación
después de la consagración obedece como contestación para aquellos que no creían
en la presencia sacramental del Señor en el momento mismo de la consagración, sino
hasta que terminaba la Oración Eucarística. Hoy en día, algunas conferencias
episcopales, como la Norte-americana ha suprimido este gesto, por considerarlo poco
valorado en su sociedad.

Curso para Monaguillos y Ministros 43 06/05/19


Al decir verdad, es cierto que toda la Oración Eucarística es consagratoria de las
especies, pero también es cierto, que durante el relato de la institución se realiza la
transubstanciación de las mismas.

3.5 EL RITO DE LA COMUNIÓN:

Con el " amén " de la Doxología final, se cierra la parte central de la celebración
Eucarística y se enfoca a su culmine: la participación sacramental en lo que se ha
ofrecido, punto único y seguro de verdadera conversión. " El que come mi carne y
bebe mi sangre tendrá vida en mí y yo lo resucitaré en el último día ". Con esto,
queda patente el motivo de la celebración: La unidad de todos en Cristo y la promesa
de la vida futura.
Un gesto importantísimo de esta parte de la celebración es la fracción del pan.
No se trata tan solo de un gesto pragmático, en razón de poder comer la hostia. Es
más, durante muchos años, a la celebración completa se le llamó: La Fracción del Pan.
Muchos han tratado de darle un realismo a las palabras de la Institución, siguiendo
con gestos las palabras: Tomó pan, lo partió y lo dio (pero no resulta), jamás ningún
ritual ha tratado de seguir el orden y la forma judaica de la celebración. Lo cierto es
que de un rito sencillo en la era apostólica se fue pasando a un rito sofisticado que ha
ido variando a través del tiempo y de los lugares.
El gesto de la fracción está ligado al de la conmixtión ( unir el pan y el vino en el
cáliz ), recordamos que esto apareció en la liturgia cuando los presbíteros dejaron de
asistir a la misa que presidía el obispo, era entonces que uno de los asistentes a
aquella misa, llevaba un trozo de pan consagrado a la Misa del Presbítero y éste lo
mezclaba en el vino, para significar la plena comunión con el obispo y la Asamblea que
con él celebraba.
Conforme fue creciendo las Iglesias locales y ante la imposibilidad de enviar a
uno de los miembros de las parroquias a la Misa con el Obispo, el Presbítero
celebrante tomaba parte de su Pan consagrado y lo mezclaba en su propio cáliz
recordando así a su Obispo. Con el tiempo, y con el alegorismo del segundo milenio,
pasó tomando diversos significados, inclusive aquel de la traición de Judas. Hoy la
teología lo interpreta como la comunión de toda la Iglesia en la Humanidad y
Divinidad de Cristo.

a) El Padre nuestro:
No siempre ha ocupado en la liturgia romana su actual lugar después de la
doxología, antes estaba después de la fracción del pan ( así sucedía en Roma, Galia,
España, Milán y en el Oriente ). El motivo era que sólo después de la fracción se
entiende que ha concluido la parte sacrificial y entonces sí, se puede iniciar el rito de
la comunión.
El cambio se debe al Papa Gregorio que pensaba que cómo era posible que la
oración hecha por cualquier ser humano ( la Oración Eucarística ) fuera puesta al
centro de la Celebración y la Oración hecha por Cristo mismo se pusiera al final. Fue él
entonces quien la puso inmediatamente después de la Oración Eucarística a fin de
situarla en la parte central de la celebración y así destacar su importancia ( Ep. ad
Ioan. Syriacus, 9,12 ). Pero, san Gregorio no fue el primero en señalar esto, ya san

Curso para Monaguillos y Ministros 44 06/05/19


Agustín veía que el Padre nuestro debería ser la conclusión de la Oración Eucarística
( Ep. 149 ).
Cabe señalar también, que anteriormente el Padre nuestro era solo recitado o
cantado por el presidente de la celebración, para resaltar así su importancia como
oración sacerdotal, dominical, presidencial ( con esto le conferían una importancia
similar a la del Canon, casi como concomitante con la consagración).
A todo esto podemos añadir que el monje egipcio Juan Cassiano introdujo en
Europa la costumbre de que sólo el superior cantara el Padre nuestro en la recitación
del Oficio Monástico ( Conlat. Patrorum IX, 22 ) y fue consagrada la costumbre con
san Benito ( Regula Monachorum 13 ). En tal uso, sólo los monjes concluían diciendo:
" Y libarnos del mal ", por lo que se pudiera decir, que así se acostumbraba también
en la Misa.
El Padre nuestro actualmente está enmarcado por un prólogo y un embolismo
( que desarrolla la última petición de la Oración: Y libarnos del mal ... Libarnos de
todos los males, Señor... ).
En algunos lugares, pero sobre todo en Oriente, existía y existe la costumbre de
bendecir a la asamblea después del Padre nuestro y antes de la Comunión. El motivo
era preparar a los fieles para la comunión, pero la razón teológica de peso, es que no
hay bendición más grande que un bautizado pueda recibir, que no sea aquella que se
da en la comunión.
Por tanto, la bendición después de ésta resulta un poco o un mucho incoherente.
De esto dan testimonio la Liturgia de Santiago, san Marcos, san Basilio (orientales) y
las Constituciones Apostólicas VIII,13,9-12. Pero, también hay que reconocer que en
algunas otras partes se ofrecían ambas bendiciones, una después del Padre nuestro y
otra antes de la despedida.
Sin embargo, el Papa Zacarías, en el siglo VIII, reconoce que el uso de bendecir
después del Padre nuestro no es tradicional en Roma, pero advierte a la vez que tal
uso no tiene base en la tradición de la Iglesia y teme por el perjuicio que pueda ver en
los fieles ( Ep. 13 ad Bonifacium ). Y como se ve, nadie atendió al Papa Zacarías hasta
hoy.

b) La Paz y el Beso de la Paz:


Siempre han estado unidos el deseo de la Paz del Señor y el beso de la paz
ofrecido en la Asamblea. Este uso es incluso apostólico, pero era practicado antes del
ofertorio (Si tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda en el altar, ve
reconcíliate con tu hermano y vuelve y presenta tu ofrenda ).
La Traditio Apostolica no permite a los catecúmenos intercambiar este beso,
porque su beso todavía no es santo (Trad. Ap. , Ed. Botte, pp. 40-41). En cambio en
las Constituciones Apostólicas, el obispo ofrece el augurio de paz después de la
doxología, pero no se da el beso, sino que éste se ha ofrecido antes del ofertorio.
Pero, san Agustín nos ofrece la costumbre nord-africana que une la Pax Domini con el
beso de paz antes de la comunión (Serm. 227). Pero no compartida anteriormente a
él, ya que Tertuliano testimonia que este beso era ofrecido después de la oración de
los fieles y lo llamaba Signaculum orationis (De Oratione, 18).
En fin, para el siglo IV y V en Italia estaban los dos usos. El Papa Inocencio I en
su carta al Obispo de Gubbio explica que el beso de la paz está en relación a lo que
sucederá en la Oración Eucarística y no como preparación a la Comunión; en cambio
Curso para Monaguillos y Ministros 45 06/05/19
el Obispo de Gubbio, le informa al Papa que su costumbre era que no se podía dar
antes del Ofertorio. En fin, la historia le dio la razón a san Agustín y su mentalidad y
uso fue el que permaneció en la Iglesia: como preparación a la Comunión.
Como se sabe, para evitar los abusos que se cometían al respecto ya desde
Hipólito, se vio la conveniencia de separar a los hombres de las mujeres en la
celebración. No obstante, siendo la costumbre del lugar el beso en la mejilla como
saludo ordinario, en el segundo milenio desaparecerá la costumbre del beso, por un
simple saludo de paz.
En el Misal de san Pío V, la fracción sucedía inmediatamente después del
embolismo, después seguía la Pax Domini y se cantaba el Agnus Dei mientras el clero
se intercambiaba el saludo de paz. Esta modificación obligó también a modificar el
canto del Agnus Dei agregando a la tercer estrofa: Danos la paz.

c) La Fracción y la Conmixtión:
Debemos recordar lo ya expuesto sobre las celebraciones del Obispo ( el Papa )
y su clero romano. El Fermentum que era traído de esas Misas Papales para las Misas
de los Presbíteros. De esto, la Carta del Papa Inocencio I al Obispo de Gubbio lo
explica claramente ( Ep. ad Decentium ). El Fermentum era depositado en el cáliz en
el momento de la Pax Domini (Ordo II, 6).
Este rito subraya la unidad que la Eucaristía misma reclama con el ministerio de
los obispos, tal como lo dice san Ignacio de Antioquía: " Ninguna Eucaristía sin el
Obispo ".
Este rito para el siglo XIII se da solo en ocasiones muy memorables.
Pero además para comprender este rito debemos recordar lo antes dicho sobre
las Misas estacionales, (Ordo Romanus I, 48) como al Papa, durante la procesión de
entrada, le era presentado por el archidiácono los Sancta en un cofrecito, como el
Papa los reverenciaba y que después estos eran mezclados en el cáliz para que
formaran parte de la Comunión de esa Misa. Pero ¿porqué el Papa hacía esto, si el rito
tenía significado cuando precisamente era él el que no celebraba la Eucaristía ? La
razón la podemos encontrar tal vez, en la relación existente entre una y otra
celebración, o tal vez, el hecho que era más común ya para la época (siglo VIII) que
fueran más las Misas en las que el Papa no era presente, que cuando él las celebraba.
De todos modos el rito del Sancta, era previo al de la fracción del Pan, pues
después partía el Pan de la Misa, la parte derecha la mezcla en el cáliz y la parte
izquierda sobre la patena, va a su sede, mientras que el diácono reparte a los obispos
y presbíteros presentes una parte del pan consagrado mientras se canta el Agnus Dei.
El Papa permaneciendo en su sede, le llevan el pan y el vino consagrado, ahora,
de nuevo, toma parte del pan y lo deposita en el cáliz haciendo una segunda
conmixtión, el significado de esto sería aquel oriental, de unir el cuerpo y la sangre de
Cristo como signo de su resurrección, tal como lo explica Teodoro de Mopsuestia
(Homélies Catéchétiques, 16, ed. R. Tonneau).

d) La Comunión:
Siguiendo el genio de la cultura romana, la comunión de los ministros siempre
ha sido antes que la de los fieles.
En el Ordo Romanus I, indica que después de comulgar la sangre del Señor, que
le ha sido llevada por el archidiácono al Papa, el primero, se dirige a un ángulo del
Curso para Monaguillos y Ministros 46 06/05/19
altar y teniendo el cáliz entre sus manos anuncia a los fieles la próxima Misa
Estacional del Papa, indicando con esto, que los que no iban a comulgar podían
abandonar la Asamblea ( Or. Rom. I, 108). Todos los obispos y presbíteros recibían el
pan consagrado de las manos mismas del Papa ( en la sede ), pero lo comulgaban en
el altar. Los diáconos mezclaban un poco del vino consagrado en un cáliz (scyphus)
lleno de vino sin consagrar para la comunión bajo las dos especies para los fieles.
Durante este tiempo la schola cantaba el salmo 33 con la antífona de la
comunión y el Papa la concluía con el Gloria Patri (Cat. Mistagogicas de Jerusalén
5,20; Constituciones Apostólicas 8,13. Más tarde la antífona de la comunión tomará
una parte del Evangelio del día, sacramentalizando con esto la proclamación del
Evangelio. El actual Misal, con frecuencia ha seguido este último uso).
El uso de las oraciones preparatorias (adicionales) para la comunión tanto de los
ministros como de los fieles, fue un añadido posterior. Tales, son de origen no
romano, pues están dirigidas a Jesús y no al Padre. De las tres del Misal de Pío V, dos
han pasado al actual Misal. Mientras que las oraciones de los laicos han desaparecido -
afortunadamente - en el actual Misal, ya que éstas estaban tomadas del ritual de la
comunión a los enfermos ( hay que considerar que la comunión de los laicos durante
los siglos XII-XIX era poco frecuente, mas bien rara.
En cambio, se ha alabado la introducción de un exhortamiento tanto para los
ministros como para los laicos: Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo, dichosos los invitados a la Cena del Señor... Esto es significativo, ya que la
comunión es participación al banquete de la Cena del Cordero.
El actual Misal prevé un momento de silencio después de la comunión de todos,
éste, sin embargo, puede ser sustituido por otro canto. También se ha conservado una
oración que el presidente dice en voz baja a la hora de esta purificado, está tomada
del sacramentario Vernonense, 531.

e) Oración Post-Comunión:
El rito de la comunión finaliza con la Oración Conclusiva (Post-communion) rica,
casi siempre, en su contenido por su teología acerca de la participación a la Eucaristía.

Algo digno de ser tomado en cuenta, es que los avisos parroquiales no pueden,
ni deben darse antes de la oración conclusiva, ya que éstos no pertenecen de ninguna
manera a la Liturgia de la Eucaristía que todavía no ha finalizado.

3.6 RITOS CONCLUSIVOS:

Antiguamente la celebración terminaba con una oración de bendición (Oratio


super Populum) y la despedida. Esta oración está contemplada en el actual Misal, con
una monición que pide la inclinación de las cabezas de los participantes. Esta oración
de bendición es optativa y se recomienda para las solemnidades.
La celebración concluye con la despedida: Ite Missa est. Pero como ya lo
mencionamos no corresponde a la realidad. Por ello, la actual edición (1989-90) del
Misal Romano ha suprimido el decir: " La misa ha terminado ". En cambio, ofrece
varias alternativas.
Es, finalmente, esta parte de la celebración cuando se le puede informar
(brevemente) a la Asamblea de los avisos parroquiales, esto antes de la bendición.
Curso para Monaguillos y Ministros 47 06/05/19
CAPITULO IV: LA MISA CON NIÑOS:

OBJETIVO:
Que los niños sientan que son parte importante en la Iglesia y, que tiene el derecho
de ofrecer culto a Dios desde su propia identidad y personalidad. A la vez, que ellos se
sientan receptores de la gracia y del amor de Dios, hacia ellos y hacia sus padres.

4.1 OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

Formando la conciencia de los niños respecto a:


* Todos los bautizados, sin distinción, formamos la Iglesia.
* La Iglesia se reúne especialmente los Domingos para dar culto a Dios.
* Vivir el Año Litúrgico.
* El lenguaje de los signos, gestos y símbolos.
* La proyección en la vida de lo que celebran.

4.2 PRESUPUESTOS:
1) Un equipo que promueva y coordine la Misa con Niños:
* Pudieran no ser los catequistas, sino otro equipo, a fin de que los niños
distingan el catecismo, a la celebración.
* Bajo la guía del párroco, el equipo tiene que tener claro que quiere dejar en la
mente y en las actitudes del niño. Hablamos de una nueva evangelización, nueva en
su ardor, en su método ...
* Distribuya ministerios tales como: Coro, lectores, recepción, representaciones,
monitores, colecta, ofrendas y la coordinación general.
* Es importante que niños(as) pertenezcan también al equipo de Misa con Niños.
Ellos(as) podría ayudar a la ambientación de los cantos (gestos y movimientos) ya que
su participación ayuda a los demás niños(as) pierdan el temor o pena de participar
más activamente.

2) Verdadero conocimiento, por parte de los coordinadores, de la liturgia


cristiana.
* Para ello, requieren de una asesoría de parte de las Comisiones Diocesanas de
Liturgia.

3) Que los coordinadores distingan entre adaptar, acomodar e improvisar.


Recordemos que la adaptación de los ritos, compete a la Conferencia
Episcopal, dado el parecer de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los
Sacramentos.
Acomodar, compete al celebrante, de acuerdo a las exigencias presente en
la comunidad donde celebra. La acomodación, en ningún momento se convierte en
ley, debe entenderse como recurso pedagógico para UNA celebración en concreto y
NO UNA NORMA para todas las celebraciones.
La improvisación no es sinónimo de creatividad, sino de desorden. Los
recursos pedagógicos de la Misa con Niños deben ser claramente conocidos y

Curso para Monaguillos y Ministros 48 06/05/19


evaluados por laicos competentes en la materia, pues aunque no es su fin, si
contribuye a la formación y educación cristiana de los niños.

* Que la acomodación de las oraciones (colecta, ofrendas, post-comunión) no se


hagan sin la presencia y participación del párroco.
* La selección de lecturas o su abreviación debe estar en función al tema a
comunicar en la homilía.

4) La Misa no es una clase de catequesis, aunque su vivencia sea de gran


provecho para entender la liturgia. Por lo cual, el primer criterio es el culto a Dios y la
consecuente transformación y santificación de nuestra vida como personas y como
comunidad.

5) No se remarque tanto la diferencia entre la Misa "ordinaria" y la Misa con


Niños, de tal forma que entre una y otra exista cambio substancial. Que los aplausos,
gestos, cantos y movimientos sirvan para hacer participar a los niños, pero sin caer en
infantilismos que desdigan de la celebración litúrgica.

6) Habitualmente la celebración de la Misa con Niños debe hacerse en los


templos, pero en caso de experiencias inter-parroquiales, o de parroquias que tienen
muchas colonias y, deciden concentrarse para esto en un solo sitio, puede
considerarse algún auditorio, gimnasio, etc.

7) Otro recurso, son las celebraciones de la Palabra, donde los niños pueden ir
saboreando el mensaje de Dios e irse preparando para la gran Asamblea eucarística:
la Misa.

8) La Misa con Niños, que a la vez cumpla con el "precepto" dominical para los
papás, debe celebrarse el domingo o su víspera. Para el segundo caso, por víspera se
entiende siempre, ya por la tarde.

9) Se puede ir sugiriendo un cambio de terminología, en vez de Misa con Niños,


Misa Familiar pudiera ser un concepto menos restrictivo, más englobante, donde todos
se sientan que pueden participar.

10) Es importante quitar la mentalidad de que la Misa con Niños debe ser " muy
breve " pues propicia, en no pocas ocasiones, una celebración atropellada. La
experiencia demuestra lo contrario si se tiene el equipo y la adecuada ambientación.

4.3 LA MISA CON NIÑOS Y SUS PARTES

RITOS INICIALES:
11) La ambientación: no puede ser infantil (no hay que recrear un salón del
Kinder), pero sí algo que ayude a los niños a centrar su atención en el tema de la
celebración.

Curso para Monaguillos y Ministros 49 06/05/19


12) El ingreso y el canto de entrada: Sería conveniente, de ser posible, que los
niños esperaran al celebrante y sus ministros en el atrio de la iglesia (nartex) e
ingresar juntamente con ellos a la iglesia.

13) Se pueden hacer adaptaciones al saludo (litúrgico) seleccionado de la


Escritura algunas referencias a los niños. Por ejemplo: El Dios que nos dio a su Hijo
que dejaba que los niños se acercan a él, esté con todos ustedes...

14) En el acto penitencial: Tener mucho cuidado pastores, papás y catequistas


de no inculcar una conciencia " morbosa " de pecado. Hacer lo posible por que el
niño(a) confronte la realidad de todo lo que Dios nos da y cómo hacemos uso de ello,
es decir, a una acción de Dios (bondadosa) es natural una reacción (bondadosa, no
malvada) del hombre.
Hacer todo lo posible por dejar de usar el " Yo Confieso ..." ya que su estructura
deja entrever un Dios que con dificultad pude ser misericordioso ( por mi culpa, por mi
culpa, por mi gran culpa, por eso ruego a ... ).

15) Los niños pueden celebrar el don de la gracia-reconciliación que Dios da al


que se arrepiente de corazón, puede ser llevando a los participantes adultos alguna
flor, dulce, recorte, etc.
El gesto puede ser acompañado por una monición.

16) El Kyrie eleison: O Señor, ten piedad, no forma parte del acto penitencial, es
un elemento que tiene su origen el la oración de los fieles del siglo IV-V. Por tanto,
eliminar el tono penitencial de esta parte de los ritos iniciales. Su sentido es más bien,
de alabar la providencia divina.

17) El Gloria: es un himno que puede ayudar mucho a los niños(as) para exultar
alegremente por Dios que cuida de todos los hombres. Elementos como listones,
campanitas, globos pueden ser utilizados como elementos sorpresa. Obviamente,
después del gloria hay que hacer que los mismos niños(as) los guarden para que no
se distraigan.

18) La oración colecta: Puede ser " acomodada " a la psicología de los niños,
siempre y cuando no se utilicen "infantilismos, diminutivos, apodos, o palabras de
moda que desdigan de la nobleza de la celebración.

4.4 LITURGIA DE LA PALABRA:


19) Para la Misa con Niños se puede guiar uno por el Leccionario para la Misa
con Niños (Conferencia Episcopal Italiana) o bien, eliminar la segunda lectura y,
cuando el caso lo amerite, hace una abreviación de las lecturas (no siempre
recomendable).
En ningún caso está permitido ir comentado las lecturas conforme se
desarrollan, o escenificarlas en vez de proclamarlas. Tampoco es recomendable el uso
de un audiovisual o video que apoye la proclamación, ese recurso se reserva, si se
cree oportuno para el acto penitencial, la homilía, el ofertorio.

Curso para Monaguillos y Ministros 50 06/05/19


20) El Salmo Responsorial: Ojalá siempre pudiera ser musicalizado. Enseñar a
los niños que es necesario que la Iglesia le responda a Dios que acaba de hablar
(primera lectura) con el salmo (que es la voz de la humanidad unida a la de Cristo).

21) La aclamación antes del Evangelio: Aunque se trata del canto del Aleluya o
el Honor y Gloria a Ti, Señor, Jesús; se ha extendido el uso de otros cantos que
ayudan a los niños a disponerse de mejor manera a la escucha de la Palabra del Señor
Jesús. Sin embargo, es necesario recordar que hay que sabernos ajustar al Tiempo
Litúrgico, sobre todo si se trata de la Cuaresma.
Sería bueno se convocara a una mayor creatividad en este canto, sin que se
separara demasiado de la naturaleza de la " ACLAMACIÓN ".

22) El Evangelio: Siempre debe ser proclamado con respeto y solemnidad, una
monición previa a la aclamación puede ayudar a los niños(as) a ver que se trata del
momento más importante de la primera parte de la Misa, pues Jesús en la persona del
celebrante nos va a hablar, de que hay que saludarlo y estar atento a su enseñanza.
23) La Homilía: Si el presidente no se considera competente para llegar a la
psicología de los niños(as) puede hacerse valer de los(as) catequistas para que la
actualización de la Palabra de Dios sea lo más efectiva, lo que no excluye jamás es
que él mismo sea quien instruya a los catequistas sobre el tema a desarrollar.

24) Hay que respetar el tiempo en el cual los niños(as) son capaces de prestar
atención. Consultar con pedagogos al respecto sería muy útil para los equipos de
Misas con Niños, ya que si ese tiempo se absorbe en la primera parte de la Misa, la
atención disminuirá para la parte eucarística.

25) El niño(a) está acostumbrado a las tareas, hacer uso de ese recurso, puede
ayudar a la retención del mensaje y, a que desde chicos los niños(as) asocien siempre
que la Palabra de Dios no nos puede dejar indiferentes, sino que siempre debe
movernos al servicio a los demás.

4.5 LITURGIA EUCARISTICA:


26) La transición es importante, el niño(a) podrá en una hoja colorear el
mensaje evangélico a retener y llevarlo como ofrenda. El canto, el baile, el juego,
pueden ayudar.

27) Ofertorio: Sería bueno que una familia sea la que cada domingo lleve las
ofrendas de pan, vino y agua al altar, sería conveniente que el padre las recibiera con
cariño, las bendijera y agradeciera en ellas la solicitud de toda la Asamblea en su
contribución a las obras de la Iglesia.

28) Las Oraciones Eucarísticas para los Niños: La Conferencia Episcopal


Mexicana reconoce solo tres, pero existen otras muchas que otras conferencias han
introducido y que la Santa Sede ha aceptado. La invitación es a los Señores Obispos
para que dispongan la creación de estas oraciones pero desde nuestra creatividad, de
hecho en Monterrey se tiene una propia que se usa sin permiso de la Santa Sede,
invitamos a los que la usan a provisionalmente abstenerse de ella.
Curso para Monaguillos y Ministros 51 06/05/19
Sobre las respuestas con las que los niños(as) y la Asamblea participan en la
Oración, por principio litúrgico no es conveniente agregar más respuestas de las
indicadas. Lo mejor es hacer la sugerencia por medio del propio Obispo a la Comisión
Episcopal de Pastoral Litúrgica y que ellos respondan.

29) Algunos niños(as) pueden ser invitados a subir al santuario (presbiterio)


desde el momento del Ofertorio como un signo de que toda la Asamblea se ofrece
juntamente con Cristo al Padre. Pero, si los niños(as) son muy inquietos, se pude "
premiar " a los más participadores a que suban y rodeen el altar.

30) Para la oración del Padrenuestro, sería conveniente que los niños(as) por
medio de algún signo se reconocieran como miembros de una misma familia. Puede
ser que se les revista con algún redondel de fieltro sobre los hombros (como el de las
monjitas), puede ser también una túnica de algodón, un gafette, una coronita, etc.

31) Rito de la paz: Es un momento fuerte para la familia, el "ángel" de los


niños(as) ven continuamente el rostro de Dios, un besito a sus papás debe significar
un fuerte regalo de Dios para ellos. Hay que saber sembrar en los niños(as) el amor a
los pobres, a los niños(as) de todas las culturas, razas y credos. La creatividad al
respecto puede ser sorprendente (algunos edecanes pueden estar disfrazados con los
trajes típicos que identifiquen a los cinco continentes).
Conviene, además, que una representación de ellos, se acerque al celebrante
a darle y recibir la paz. Este contacto directo, ayuda en mucho a la sana relación del
pastor con su grey.

32) La Comunión: Es un momento muy sensible y especial, una buena parte de


los niños(as) no han hecho todavía su primera comunión. Tanta atención hacia ellos y
este que es el momento cumbre de la celebración serán excluidos. Para ellos(as)
debemos tener algo especial: Todos los niños(as) que no podrán comulgar pueden ser
bendecidos todos juntos con la presencia sacramental del Señor, luego pasan los que
comulgarán. Para los primeros Cristo ha llegado a sus corazones por medio del
espíritu, los demás por medio del sacramento.

33) El canto de la Comunión: Su naturaleza exige que solo el coro lo interprete


para poder así que la Asamblea se una lo más posible con el Redentor, por lo mismo,
la calidad y nobleza de esta interpretación no se debe hacer esperar. El niño(a) debe
aprender además a ser un gran contemplativo.

4.6 RITOS CONCLUSIVOS:


34) Los avisos a la comunidad se dan una vez terminada la oración post-
comunión. Recordemos, que además de ser breves, debe evitarse que se traten
mayoritariamente asuntos económicos (rifas, kermesse, libros, etc.).

35) Antes de la bendición que el presidenta da sobre la Asamblea, se puede


pedir a los papás que bendigan a sus hijos. Luego, el sacerdote recogiendo todas
estas bendiciones bendice a todo el Pueblo.

Curso para Monaguillos y Ministros 52 06/05/19


36) Puede terminar recordando la " tarea " para la semana que nos disponemos
a iniciar.

37) El canto de salida, por su naturaleza, exige ser vivo, dinámico, contagioso,
que lleve alegría para vivir la fe en Cristo con valentía.

38) Los despide en la puerta principal del templo. Es de desear que se procure
un momento agradable de convivencia a manera del antiguo ágape de los cristianos.

CAPITULO V: EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA:

5.1 PRACTICA Y VIVENCIA:


1.- Este sacramento es el signo visible del amor de Dios por sus hijos (Cfr.
Parábola del hijo pródigo) por tanto, no solo puede ser considerado en su aspecto
negativo " QUITA " el pecado; sino sobre todo, en su aspecto positivo: "
PERFECCIONA " la gracia.
2.- La Iglesia no quiso llamarle: SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN, por que
efectivamente reconoce otras formas de reconciliación, como lo es la CONTRICIÓN
PERFECTA Y, LAS OBRAS DE MISERICORDIA, principalmente. Al llamarle: de la
Penitencia, subraya el carácter TRANSFORMADOR del sacramento, en cuanto exige -
como consecuencia natural - la conversión de la persona y, por ende, su perfección en
Cristo.
3.- Este sacramento, NO DEBE ser celebrado simultáneamente con la
celebración de la Eucaristía, ya que la EUCARISTÍA es por excelencia el sacramento
del amor y del perdón. Por tanto, litúrgicamente pueden unirse a la Eucaristía los
demás como el Bautismo, la Confirmación, la Unción, el Orden Sagrado y el
matrimonio, pero no la Penitencia. POR TANTO ES UN GRAVE ABUSO celebrar este
sacramento cuando se celebra la Eucaristía, así como ABSOLVER A LOS FIELES
DENTRO DE LA EUCARISTÍA.
4.- El lugar para celebrar la Penitencia, es por excelencia, junto al altar, para
establecer (simbólicamente) la relación entre el sacrificio de Cristo y el consecuente
perdón de los pecados. Pero, canónicamente y litúrgicamente está establecido como el
lugar ordinario los llamados: CONFESONARIOS.
5.- Las vestiduras propias para la celebración de este sacramento son: el traje
talar (sotana) y la estola, también puede incluirse la cota o el roquete. Otra vestidura
es el alba acompañada de la estola.
6.- No está permitido celebrar este sacramento en las habitaciones privadas, a
menos que se trate de un enfermo o de un fiel en peligro de muerte.
7.- La formula sacramental de la absolución es: DIOS PADRE MISERICORDIOSO
QUE RECONCILIO CONSIGO AL MUNDO POR LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE SU
HIJO, Y ENVIO AL ESPIRITU SANTO PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS, TE CONCEDA
POR EL MINISTERIO DE LA IGLESIA EL PERDÓN Y LA PAZ. YO, TE ABSUELVO DE TUS
PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE + Y DEL HIJO Y, DEL ESPIRITU SANTO. Durante
este momento, el sacerdote de pie, debe mantener su mano derecha sobre la cabeza
del penitente y, al llegar al " Yo, te absuelvo... " trazar la señal de la cruz sobre el
mismo. Por tanto, es un GRAVE ABUSO solamente utilizar la última parte de la
fórmula sacramental.
Curso para Monaguillos y Ministros 53 06/05/19
8.- La formula: " Yo, te absuelvo ... " solo es permitida cuando se presenta un
peligro inminente de muerte. Por lo demás, para la validez de los sacramentos, se
requiere que las formulas sacramentales sean dichas al pie de la letra, haciendo lo que
la Iglesia quiere de ese sacramento.
9.- En materia del sexto mandamiento, no está permitido al celebrante abundar
sobre el tema, a menos, que requiera de algún dato general para formarse mejor
discernimiento, tales como el estado civil de la persona, pero no más.
10.- A cerca de las penitencias que se le piden al penitente hay que recordar
que algunas son: reparativas y por tanto condicionantes como son el robo injusto, la
difamación, la calumnia. Otras son medicinales para ayudar progresivamente al
penitente a lograr su conversión definitiva y, otras más son correctivas, para evitar
que el penitente, en lo posible vuelva a incurrir en tal o cual situación de pecado.
Finalmente las hay para apoyar el perfeccionamiento espiritual del cristiano.
11) La penitencia, no puede ser algo que el fiel cristiano tiene obligación externa
de cumplir, por ejemplo: Asistir a Misa los Domingos.
12) De acuerdo a las normas universales para la celebración de los sacramentos,
ninguno de ellos, puede ordinariamente celebrarse sin que la Palabra de Dios, forme
parte del mismo. Por tanto, para la celebración ordinaria de este sacramento, el
celebrante debe comunicarle al penitente una lectura breve de la Palabra de Dios. Hay
que recordar que el destinatario de la gracia, no debe autoproclamarse la Palabra,
sino que hay que comunicársela.
13) Este sacramento, debe concluir con una confesión gozosa de la misericordia
de Dios. El ritual presenta varias opciones, entre ellas: " Dad gracias porque el Señor
es bueno, porque es eterna su misericordia ".
14) Respecto de las celebraciones comunitarias de este sacramento, es laudable
que los párrocos INSTITUYAN semanal o mensualmente una celebración comunitaria
de la Penitencia, en cualquiera de sus dos modalidades: la sacramental y la
meramente penitencial. En la primera, los fieles acuden a la confesión y a la
absolución de manera individual. En la segunda, solo de manera deprecativa se
implora la misericordia de Dios.
15) Nuestro Arzobispo no a concedido a ninguno de los presbíteros facultades "
ordinarias " para proceder a la confesión y absolución general de los pecados. Por
tanto, recuerden los padres, que es el Obispo el dispensador de este ministerio y, que
si alguno no tiene potestad de perdonar los pecados en esta forma, NO ES VALIDA LA
ABSOLUCIÓN DE LOS PECADOS, ya que ésta no depende del Orden Sagrado del
Presbiterado, lo supone, sino de la autoridad del Obispo. Ahora bien, si alguien llegara
a tener tal potestad, conforme lo permita el Derecho, no puede celebrarla dentro o
simultáneamente con la Eucaristía.
16) Las formas en que el Derecho permite la confesión con absolución general
de los pecados son el casos extremos como: Una guerra, un temblor, un huracán, o
un peligro inminente de muerte. También, cuando inesperadamente un gran numero
de fieles pidan el sacramento y no sea posible hacerlo por la brevedad de tiempo. Al
decir " inesperadamente " no puede entenderse dentro del marco de una solemnidad
como la Navidad o la Pascua, ni en la fiesta patronal o en una boda, graduación o
cualquier otra celebración programada. Tampoco si se trata de un santuario donde
comúnmente se reciben gran afluencia de fieles.

Curso para Monaguillos y Ministros 54 06/05/19


17) Hay que recordar, que a nadie se le puede negar un sacramento, a menos
de que conste que hay de por medio un grave impedimento. Por tanto, los padres no
pueden, por razón de horarios, negar el sacramento a quien rectamente lo pida.
18) Sin embargo, el sacerdote, puede y debe negar la absolución de los pecados
a aquellos, que después de ser exhortados, no reúnan las condiciones necesarias para
la absolución como: El dolor de los pecados, la aceptación de la penitencia, el
arrepentimiento y el propósito de enmienda.

5.2 Fundamentos Bíblicos:

1.- Introducción:
Para poder iniciar el estudio de este sacramento, llamado comúnmente de la
Reconciliación, debemos esclarecer la idea de pecado y de la misericordia de Dios, que
son entendidos de diversa manera según las culturas y las épocas culturales de la
Iglesia.
Por pecado podemos entender la actitud consciente y libre de evadir la
vinculación que se tiene con la voluntad de Dios. Pero, el pecado no permanece como
un acto meramente personal, sino que lesiona los íntimos fundamentos y leyes de la
sociedad humana llevando una situación de injusticia hacia los demás. Además,
discontorciona la imagen y misión de la Iglesia, ya que el pecado grave de unos
cuantos, algunas veces, dificulta la construcción del Reino de Dios. Lesiona, inclusive
la imagen que Cristo mismo tiene de la Iglesia (Ef. 5,25-26).
En cuanto la concepción que se tiene de la misericordia divina, jamás debe ser
confundida como "tolerancia" hacia el pecado, sino como la realización de su justicia,
es decir, la voluntad decidida de Dios de salvar al mundo " Dios quiere que todos los
hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad ".

2.- Cristo: Modelo de vida.


Repetidamente Cristo afirma que él ha venido solo a cumplir con la voluntad del
que le envió ( ), de que su alimento, es incluso, cumplir con la voluntad del Padre (Jn
4,34). Además, Él está abiertamente en contra del pecado (Mt 18,6-9; 23,13).
Teniendo, sin embargo una disposición de permanente apertura y acogida hacia los
pecadores: Preparaba su conversión y les perdonaba los pecados (Mt 9, 2). Punto
culminante de esta actitud fue su sacrificio en la cruz (Rom 5,8) que ofrece perpetua y
permanentemente en el sacrificio de la Misa (por el perdón de los pecados). Y lo
instituyó como lema de la predicación de sus discípulos (Lc 24, 47); así como
administrar el bautismo para el perdón de los pecados (Mt 28,19; Mc 16,16).
Finalmente deja a la Iglesia como un signo de reconciliación, ya que por la
fuerza del Espíritu Santo, le concede el poder de perdonar los pecados (Jn 20,22s; II
Cor 5,18).

5.3 Desarrollo Histórico:

1.- Introducción:
Como respuesta al mandamiento y voluntad de Cristo de salvar al género
humano, la Iglesia ha usado, como ya hemos indicado, de este poder, a veces con

Curso para Monaguillos y Ministros 55 06/05/19


mucha severidad, a veces con mucha indulgencia, según las épocas, generándose así
diferentes procesos penitenciales.

2.- La Comunidad Primitiva:


Se tiene la costumbre de la excomunión del pecador, por un tiempo
determinado, de la comunión con el Pueblo de Dios, a fin de llevarlo a la conversión ( I
Cor 5, 1-13). Para el perdón de las culpas cotidianas bastaba la oración, el ayuno, la
limosna y otras obras buenas.

3.- En la época de los santos Padres:


Se consideraban como pecados capitales: la apostasía, el homicidio, el adulterio.
Tales pecadores tenían que cumplir con procedimiento penitencial público y
dependiendo de diversas modalidades el rito consistía en:
* Confesión secreta delante del Obispo o de su representante.
* Admisión como penitente.
* Asignación de una penitencia y de un padrino que vigile y aliente el
proceso penitencial.
* Exclusión de la Celebración Eucarística y de la Comunión, hasta que se
cumpliera con la obligación.
Nota: Este período penitencial podía durar años, incluso llegar hasta la
muerte.
* La Readmisión, sucedía en Roma, el Jueves Santo mediante la imposición
de las manos y la oración del Obispo que hacía sobre cada uno de los
penitentes.
Nota: Por lo general, este procedimiento era posible, solo una vez en la
vida, por lo cual, los fieles lo preferían cuando sentían que era cercano el día de la
muerte, de allí que en algún tiempo se le llamó: Penitencia de los Enfermos y Segundo
Bautismo.
En la misma época, se dio en los monasterios otra práctica penitencial, a la cual
podríamos llamar: Confesión entre laicos. Consistía básicamente en confesar la propia
culpa al hermano que estaba junto a la banca, generalmente no se trataba de
sacerdotes, sino de monjes. El rito concluía con una oración.
En cambio, cuando los monjes (orientales) se confesaban (sacramentalmente) el
tiempo y la penitencia eran sumamente inferiores a la penitencia pública eclesiástica.
La razón era simple, la misma vida de los monjes era ya una penitencia perpetua.
Pero, esto no obstaba para que fuera segregado de la comunidad hasta que cumplía
con la penitencia. Todavía aún, algún tipo de pecado, ameritaba incluso, la expulsión
del monasterio.

5.4 Del siglo VI - VIII:


Bajo el influjo de los monjes itinerantes, casi todos ellos sacerdotes, se llegó a
una fusión de las dos prácticas: La Confesión no era ya no ante un hermano, sino ante
un sacerdote y, éste daba la absolución, dejando la obra penitencial para después.
Con esto, se dio un giro gigantesco a la práctica antes realizada, donde el penitente,
primero debería manifestar su arrepentimiento y conversión, y una vez sano, se le
daba la absolución.

Curso para Monaguillos y Ministros 56 06/05/19


La penitencia, para evitar subjetivismos e indulgencias basadas en el
compañerismo se fijaba de acuerdo a una tabulación, llamada: Penitencia tarifada, de
este modo, la práctica penitencial era siempre objetiva.

5.5 Siglos IX - XIII:


Se pide que todo fiel cristiano se confiese una o tres veces al año. Esto vendrá a
concluir con una resolución del Concilio IV de Letrán (1215) en que prescribe que todo
pecador debe confesarse al menos una vez al año (Dz 812).

5.6 Siglos XIV - XX:


Se desarrolla la llamada: Confesión devocional. Consistía en la confesión de los
pecados veniales, con el fin de estar puros para recibir la Sagrada Comunión.
La Penitencia quedó reducida a una corta oración dicha después de la
absolución. Con esto, el proceso penitencial y su carácter público-social, quedó
completamente abandonado o, mejor dicho, sujeto a la confianza depositada en el
penitente. El Sacramento ya no se dio en el presbiterio (Siglo XVI) sino que se alejó
de éste, para reducirse a un lugar pequeño, individual que ofrecía la discreción para
una confesión privada, primeramente fueron las " habitaciones del sacerdote " es
decir, su oficina o despacho; luego, los llamados "confesonarios".
Estos, sin embargo, separaba al penitente del sacerdote, lo cual obligó al cambio
de signos como el de la imposición de las manos, por una señal de la cruz, y la oración
(deprecativa) dio paso a una fórmula indicativa: Yo te absuelvo de tus pecados...
(Aparece por primera vez hacia mediados del siglo XV en el Concilio de Florencia (Dz
699) y se canoniza en el Concilio de Trento (Dz 896).
Este sacramento llegó al Concilio Vaticano II con el nombre de Confesión, puesto
que todos los demás elementos de la reconciliación, tales como la conversión, el dolor,
el buen propósito, la satisfacción o reparación del daño. habían pasado a un segundo
lugar, o ni siquiera se hacía mención de ellos. Con esto, el sacramento quedaba
reducido a un acto privado del pecador con Cristo por medio de la Iglesia. Olvidándose
el carácter social y eclesial del mismo.

5.7 Nuevo Rito ( Vaticano II ):

1) Introducción:
Los Padres Conciliares notaron inmediatamente la carencia en este sacramento,
por lo cual piden en la Constitución de Liturgia que se exprese claramente la
naturaleza y el efecto del sacramento (SC 72).
Paulo VI el 17 de Febrero de 1966 firma la Constitución Apostólica " Paenitemini
" por la cual se reforma la disciplina eclesiástica sobre la Penitencia. Pero, el nuevo
Rito aparecerá siete años después, el 2 de Diciembre de 1973 con el título: Ordo
Paenitentiae. Intencionalmente no fue llamado: Ordo Sacramenti Paenitentiae, con el
fin de dejar claro que la Iglesia reconoce otras formas penitenciales eficaces, a las
cuales el cristiano también puede acceder.

El Nuevo Rito conoce tres formas:


* Rito de la Reconciliación de un solo penitente.

Curso para Monaguillos y Ministros 57 06/05/19


* Rito de la Reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución
individual.
* Rito de la Reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución
general.
Y contiene dos apéndices:

* Celebraciones penitenciales para Cuaresma y Adviento.


* Leccionario.

Ahora consideremos una por una:

2) Rito de la Reconciliación de un solo penitente:

Antes que nada, la introducción nos remite inmediatamente al lugar establecido


por el Derecho para la celebración de este sacramento: El Confesonario o la Capilla de
la Reconciliación (CIC 964).
El Sacramento puede celebrarse a cualquier hora, excluido el tiempo en el cual
se está celebrando la Misa en el mismo templo (Eucharisticum Mysterium, 35; Ordo
Paenitentiae 13).
En cuanto a las vestiduras que el Ministro debe portar se ha dejado a juicio del
Ordinario del Lugar. De ordinario se pide al menos la estola. Algunos consideran que
debe ser similar al que se pide para el bautismo ( Traje talar (sotana), cota y estola,
en cuanto que se trata de una verdadera acción litúrgica, y además, no es un acto
privado, sino oficial de la Iglesia.
La Descripción del rito:
1.- Saludo del Sacerdote al Penitente: Debe de ser muy humano, cálido y
adecuado a la edad y condición de la persona, de tal manera que permita y acelere la
confianza y fe en Dios.
2.- Signo de la cruz: Remite al motivo por el cual alcanzamos esta gracia: El
Misterio Pascual de Cristo y la presencia de la Santísima Trinidad, con la cual se busca
la reconciliación.
3.- Exhortación a la confianza en Dios: Pudiera ser a manera de bendición: El
Señor esté en tu mente, en tu boca, en tu corazón y en tu voluntad. Para que puedas
recordar y confesar tus pecados, dolerte y arrepentirte de ellos y hacer un propósito
de vida nueva. Aunque sería bueno, hacerle notar al penitente que, es Dios mismo, el
que mueve a la reconciliación, pero con el fin de que el mismo penitente, lleve una
vida justa y digna con la vida que Dios nos ha merecido por la muerte y resurrección
de su Hijo Jesucristo.
4.- El Sacerdote puede leer o recitar de memoria una pequeña parte de la
Escritura que manifieste la misericordia de Dios. Por ejemplo: " Vengan a mi todos los
que están cansado y agobiados por el peso del día y del trabajo, que yo los aliviaré ".
De esta manera se indica, que es la Palabra de Dios y su gracia las que preceden al
esfuerzo y arrepentimiento humano.
No es conveniente que sea el penitente el que haga lectura de la Palabra, pues
precisamente, es él el destinatario de la misma.

Curso para Monaguillos y Ministros 58 06/05/19


5.- Confesión de los pecados: El ritual pide de manera opcional se inicie con la
confesión general de los pecados ( Yo confieso ... u otra fórmula ). Luego, la confesión
en especie.
Para tal, se pudiera orientar a los penitentes a que en vez de seguir los 10
mandamientos, se sugiera un esquema más sencillo:
- Los pecados en relación con Dios.
- Los pecados en relación con los demás.
- Los pecados en relación consigo mismo.
6.- Exhortación por parte del ministro.
7.- Imposición de una adecuada penitencia, que obviamente no exime de la
reparación de los daños ocasionados por el pecado. Puede sin embargo, ser orientada
por medio de la oración, de la acción de gracias y en las obras de misericordia. Todo
esto a fin de redimensionar el carácter social del sacramento.
8.- Un acto de dolor expresado por el penitente. Puede ser una fórmula personal
del penitente o las que se sugieren en el ritual.
9.- La absolución: El sacerdote extiende su mano derecha sobre la cabeza del
penitente, mientras dice la oración/fórmula. Al llegar a la fórmula, el sacerdote traza
el signo de la cruz, manifestando la relación entre el sacrificio de Cristo y la
reconciliación del pecador que acepta tal redención diciendo: Amén.
Cuando el peligro de muerte es inminente, basta tan solo la fórmula/gesto.
10.- Se concluye con una acción de gracias y despedida, para los cuales hay
diversos textos y de pueden crear los propios.

3) Reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución 2


individuales:
Se sugiere cuando la parroquia puede establecer un horario habitual de
confesiones. Se indica que tal se celebrará iniciando con una celebración comunitaria
de la Palabra.
Cuando el número de fieles es pequeño, basta con un sacerdote, que en un
ambiente más familiar mueve a un arrepentimiento y conversión más profundo y
sincero. Cuando el grupo es numeroso, conviene la presencia de más sacerdotes.
Este tipo de celebración manifiesta más claramente el carácter litúrgico-eclesial
de la celebración.
* Canto de Entrada.
* Saludo.
* Oración.
* Liturgia de la Palabra.
* Exhortación.
* Confesión General de los Pecados: Yo confieso u otro tipo de acto
penitencial.
* Confesión Individual.
* Exhortación individual.
* Imposición de la penitencia.
* Acto individual de arrepentimiento.
* Absolución.
* Acción de gracias y despedida (Siempre y cuando no se prevea que se
concluya comunitariamente).
Curso para Monaguillos y Ministros 59 06/05/19
4) Reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución general:
Al igual que las anteriores formas de reconciliación, requiere del
arrepentimiento, el propósito y la disposición a la reparación de los daños ocasionados
por el pecado.
Esta fórmula la Iglesia la prevé solo en casos de un peligro general de muerte
( accidente, terremoto, guerra ) o cuando se presente una grave necesidad. Por tal
debe entenderse una situación de reclamo por parte de los fieles para ser absueltos y
que tal sea su numero que no pudieran ser escuchados en confesión o no se pudiera
en un tiempo razonable confesarlos y que tuviera que pasar mucho tiempo para que
volver a recibir la gracia de la reconciliación o de la comunión. Sin embargo, aún en
estos casos se requiere de la autorización expresa del Obispo. Entonces, previa
aceptación de una satisfacción que deberán cumplir individualmente y a la cual cada
uno podrá agregar algo más, reciben la absolución general.
Los que han recibido la absolución general de los pecados en la circunstancia
arriba señalada, tienen el espacio de un año para confesar sus pecados ya perdonados
a un sacerdote en confesión individual.
Por dar un ejemplo, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) ha considerado que
en Italia no es factible se den las circunstancias para que se otorgue la absolución
general, mas que aquellas que se requieren por peligro de muerte.

5) Celebraciones penitenciales:
La historia moderna de estas celebraciones arranca con fuerza a mediados de
los años 60's en Holanda y de allí a Alemania.
Al principio crearon algo de confusión pues algunos teólogos le daban carácter
sacramental a las mismas. Para lo cual fue necesaria la intervención de la
Congregación para la Doctrina de la Fe (16.VI.1972) la cual las declara como:
Reuniones del Pueblo de Dios para escuchar la Palabra, que invita a la conversión y a
la renovación de la vida; que anuncian nuestra liberación de pecado por medio de la
muerte y resurrección de Cristo.
La estructura es similar a la de una celebración de la Palabra. La utilidad está en
ayudar a los fieles a preparar su próxima confesión, educar en la consciencia de
pecado y además ayudar a los catecúmenos en su conversión. Incluso, donde no hay
sacerdote, ayudan en bastante para que los fieles consigan la contrición perfecta, por
la cual los fieles alcanzan en voto, la gracia sacramental.
Al igual que como sucede en las absoluciones generales, lo pecados que han
sido perdonados por contrición perfecta, deben ser confesados (no perdonados) en la
próxima reconciliación individual.
Finalmente, el ritual propone celebraciones penitenciales para Adviento: Examen
general de vida. Cuaresma: Esfuerzo de una conversión.

6) Conclusión:
Con todo, la Iglesia mantiene la resolución del Concilio de Trento, (Dz 1706s)
por la cual se establece que todo pecado mortal debe ser confesado individualmente,
aún cuando estos ya hayan sido perdonados, por absolución general o por contrición
perfecta.

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También pese a todo ello, debemos reconocer que el sacramento de la
reconciliación se encuentra en crisis. Que cada vez es menor el número de los fieles
que acuden a éste. Y desafortunadamente, también es menor la disposición o la
disponibilidad de los sacerdotes para confesar.
El camino penitencial de la Iglesia ha demostrado que ésta misma ha ido
respondiendo según las necesidades y modalidades de cada época. Hoy en día
reconocemos que el camino al arrepentimiento y a la conversión son dirigidos por la
gracia de Dios, que actúa siempre buscando la salvación del género humano. Y
también los mismos elementos que esa gracia de Dios ha dado a la Iglesia para
servicio de la humanidad.

5.8 SACRAMENTO DE LA PENITENCIA: * EUCOLOGIA *

1. - Introducción:
Este sacramento es el que más modificaciones ha tenido a través de la vida
litúrgica de la Iglesia debido, principalmente, a las diferentes concepciones morales
que se han tenido del pecado ( como ruptura de relación con Dios ), como también de
la misericordia de Dios.
Por tanto, para comprender aún mejor la eucología de este sacramento,
debemos tener como supuesto, la concepción moral que " hoy " se tiene del pecado;
así como la teología que emana del Concilio Vaticano II.
El actual " Ordo Paenintentiae " presenta una doctrina eclesiológica y cristológica
del sacramento1, es decir, considera a Jesucristo como el GRAN SACRAMENTO del
Padre, y a la Iglesia como EL SACRAMENTO DE CRISTO (LG 1). Los siete sacramentos
que conocemos, tienen su origen en esta esencial relación de Cristo con su Iglesia.
Por tanto, el pecado no es visto solo como una ofensa a Dios, sino además,
como una herida al rostro de la Iglesia (LG 11), que con el mal ejemplo de sus
miembros, distorsiona la imagen purísima que Dios tiene de su Pueblo. De esta
manera, el penitente, no solo debe ponerse en paz con Dios, sino además, obtener la
"Pax Ecclesiae".
Con estas premisas, podemos ahora considerar cómo será el cuerpo eucológico
de este sacramento:
a) Siempre en tensión con el Misterio Pascual de Jesucristo ( uno de los
principales logros teológicos del Concilio2 ).
b) Siempre en tensión eclesiológica y social ( en la Iglesia y para la
salvación del género humano3 ).
Así, la ruta pedagógica del sacramento (SC 59), irá llevando al penitente a
considerar su "pecado" dentro de un todo, dentro de una familia que está llamada a
ser "epifanía" de Dios. Y la reconciliación, no girará sobre una necesidad " ascética "
de pureza subjetiva, sino como una "URGENCIA" de vivir plenamente la realidad
bautismal4. Por ello, las oraciones harán alusión a la plena reincersión en la Nueva
Alianza y en la Comunidad Cristiana.

2. - LOS TRES RITOS DE LA PENITENCIA:

a) Valores Teológicos y Pastorales:

Curso para Monaguillos y Ministros 61 06/05/19


1) Ofrece una verdadera síntesis de la reconciliación, desde la ruptura del
Génesis, pasando por la Alianza, los Profetas hasta llegar a la plenitud de los tiempos
con Cristo Jesús. En todo este gran recorrido encontramos como constantes:
* La fidelidad amorosa del Padre.
* El incesante llamado a la conversión.
Así como el respaldo a una decisión del Concilio de volver a unir la Palabra de
Dios con la celebración de los diversos sacramentos (SC 24.35).

2) El aspecto eclesiológico: La Iglesia que es santa (LG 42) está integrada


además por miembros pecadores que requieren de conversión, por lo que
independientemente de los pecados concretos de sus miembros, ella de ordinario vive
la penitencia y la conversión5. De tal modo, que la penitencia de cada uno en
particular, es cosa que también a ella le interesa6.

3) El aspecto trinitario: Es una reconciliación global, tanto con Dios Padre,


Hijo y Espíritu Santo; así como con los hermanos y con su obra creadora7. Estos dos
últimos no en razón de ellos mismos, sino en razón de Dios mismo, pues pudiéramos
caer en un humanismo o en un ecologísmo, que al final de cuentas se reduce a un
materialismo y de allí al ateísmo.

4) La adaptación del sacramentos a las diversas regiones del mundo,


corresponden a las Conferencias Episcopales (SC 39-42); así como las adaptaciones
que según el ritual, puede el propio párroco realizar, a beneficio del penitente8.

b) Primer Rito: Confesión y Absolución de un solo Penitente:

1) Premisa:
Al parecer, este rito es presentado como el que debe ser preferido respecto a los
dos siguientes, según el esquema hermenéutico-litúrgico en el cual el primer esquema
ha de preferirse respecto del segundo y así los siguientes. Es decir, que este esquema,
no es precisamente el que mejor pudiera dibujar las aportaciones teológicas, morales
y pastorales que ya se han mencionado.
El rito es breve, sencillo y tiene una guía lógica fácil de llevar, incluso para
aprender de memoria. Práctico cuando uno, dos a lo mucho tres, buscan al sacerdote
para confesarse. Pero, resulta impráctico cuando se tiene una fila de penitentes que
esperan en poco tiempo alcanzar la gracia del sacramento.

2) El Esquema del Rito:


a) Signación:
Recuerdo del misterio pascual de Jesucristo por el cual se alcanza la
reconciliación y, conciencia de la Santísima Trinidad con la cual se busca la
reconciliación.
b) Saludo:
Aspecto antropológico que tiene como finalidad mover a la confianza. Se
presenta un esquema centrado en que el penitente tenga la luz, a partir de la Palabra
de Dios, para reconocer su situación de pecado y alcanzar la reconciliación confiando
Curso para Monaguillos y Ministros 62 06/05/19
en la misericordia divina. Además se presentan otras tres formas, con la posibilidad de
recurrir a la creatividad del sacerdote, sin caer en discursos que nos alejarían de la
finalidad de este momento. Pudiera, ser suplido por una especie de bendición
(acogida): " Que el Señor esté en tu entendimiento, en tu boca y en tu corazón, para
que puedas confesar tus pecados, arrepentirte de ellos y hacer un propósito de vida
nueva ".
c) La Palabra de Dios:
Aunque brevísima, se trata propiamente de una Liturgia de la Palabra de Dios:
Es como un centrar el momento particular con toda la Historia de la Salvación9. El rito
nos presenta siete opciones la mayoría relacionadas con el Misterio Pascual de
Jesucristo, la necesidad de la conversión, y el amor de Dios.
d) La Confesión de los Pecados:
Recomienda antes de la confesión del elenco de pecados en concreto, se haga
una confesión general de los mismos, para ello se podría usar el " Yo confieso ... " En
seguida, vendría la confesión concreta particular.
Debo señalar, sin embargo, que el contenido eucológico de este sacramento,
está considerando al penitente como un verdadero pecador que ha roto su alianza con
Dios y que tiene comprometida su salvación, ya que las fórmulas siguientes, serían
desproporcionadas, si tan solo se tratase de pecados veniales. Pero, en todo caso,
para ello está el juicio del confesor que podrá adaptar - en lo permitido - el uso de las
mismas.
d) Exhortación:
No solo con un fin terapéutico10, sino como una privilegiada ocasión para tener
un trato espiritual intenso con el penitente, el confesor habrá de reflejar el rostro
misericordioso de Dios, así como la firme esperanza de la Iglesia de reintegrar a la
vida de la gracia a uno de sus miembros. Por lo tanto, habrá que dejar de lado, la
antigua postura de juez y de reo, y abrirse a un horizonte de diálogo11, donde el
propio ministro, se declare también pecador, necesitado como el penitente de la
gracia12; así el que se confiesa se sentirá verdaderamente acogido. En suma, hay que
evitar cualquier protagonismo de parte del ministro en este sacramento, sin jamás
olvidar la brevedad y oportunidad de este momento.
e) Imposición de la Penitencia:
Esta es una de las novedades de la reforma de este rito, ya que la tradición más
antigua de la Iglesia atestigua que el paso de la situación de pecador a la de la
reconciliación (absolución) estaba mediada por la imposición y CUMPLIMIENTO de la
penitencia. Hoy, al menos, el rito quiere dejar en su lugar original la imposición de la
penitencia, aún cuando esta pueda o deba ser cumplida después de la absolución.
f) Contrición:
Previa a la absolución, el penitente mostrará que está verdaderamente dolido de
haberse apartado de la alianza con Dios y de la relación fraterna con los demás
miembros de la Iglesia. Nos se trata, por tanto, de un solo sentimiento interno,
personalístico, sino una verdadera, sincera manifestación de dolor y de súplica por la
gracia que se espera recibir. El rito presenta una serie de breves fórmulas de
contrición ( 9 en total ) que versan sobre el arrepentimiento, la pureza, el amor de
Dios, la conversión y el misterio pascual.
g) Absolución:

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Tiene un signo externo: La imposición de las manos13, o al menos la de la mano
derecha sobre la cabeza del penitente. Es obvio que este gesto es imposible de
realizar en los tradicionales "confesionarios" por lo cual, en algunas parroquias se han
diseñado "capillas" o sitos, donde se pueda celebrar este rito más cómodamente.
Implica además, algunas posturas físicas como el arrodillarse del penitente y, el
ponerse de pie de ministro que representa a Cristo que es el que perdona los pecados.
La fórmula originalmente era: " DIOS PADRE MISERICORDIOSO QUE
RECONCILIO AL MUNDO CONSIGO POR LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE SU HIJO, Y
ENVIO AL ESPÍRITU SANTO PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS, TE CONCEDA, POR
EL MINISTERIO DE LA IGLESIA, EL PERDÓN Y LA PAZ".

Inicia con un título de Dios muy apropiado para la celebración de este


sacramento, el título es judeo-cristiano. Le sigue una sección anamnética que lleva al
penitente hasta el momento mismo de la creación y lo reinstala en el lugar que le
corresponde dentro del Plan de Dios, y que nos es devuelto en Cristo Jesús, no solo
por su muerte, sino por todo su Misterio Pascual ( Rom 4, 25 ). Deja, además, clara la
acción del Espíritu Santo en el perdón de los pecados21, como la responsabilidad de la
Iglesia, en la administración de éste sacramento.
Sin embargo, algunos consideraron que la expresión en subjuntivo " Te conceda
" expresaba sólo el deseo de ese perdón, pero no aseguraba, por así decirlo, el
perdón. Por ello, insistieron en que se agregara una sección indicativa22, misma que
estaba en uso desde 1614, y que hasta el día de hoy basta cuando el penitente se
encuentra en eminente peligro de muerte: " YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS, EN
EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPIRITU SANTO23 ". Esta fórmula es
además acompañada del signo de la cruz, lo cual manifiesta que el pecador contrito y
convertido entra en contacto con el poder y la misericordia de Dios, con el triunfo de
Cristo en la cruz24. Es el momento en el que la Santísima Trinidad se hace presente
para borrar su pecado y devolverle la inocencia, y la fuerza salvífica de la Pasión,
Muerte y Resurrección de Jesús es comunicada al mismo penitente como misericordia
más fuerte que la culpa y la ofensa25.
La absolución termina con el asentimiento del reconciliado: AMEN, expresión que
no sólo significa: estar de acuerdo, sino coherencia con lo que se está de acuerdo. Es
solidaridad con la obra de Dios, con su fidelidad, y glorificación por la obra
realizada26. Por tanto, significa compromiso de retomar la alianza y hacer efectiva la
reincersión en la comunidad cristiana27.
h) Alabanza a Dios:
El confesor y el reconciliado, para expresar aquellas palabras de Jesús, de que
habría en el cielo más alegría por un solo pecador arrepentido que por noventa y
nueve que no necesitan arrepentimiento ( Lc 15, 7 ), exultan con las palabras del
Salmo 135: "Dad gracias al Señor porque es bueno. Porque es eterna su misericordia
". Con esto se enmarca la gratuidad de los sacramentos que proceden de la voluntad
decidida de Dios de salvar al mundo, desde el mundo y en el mundo, para lograr la
plenitud en el cielo. Por lo cual, podríamos, desde esta óptica afirmar que el
sacramento de la Penitencia, puede ser llamado, el " Sacramento de la Alegría " 28. El
rito además presenta cuatro opciones más a las cuales solo se responde: Amén.
i) Despedida:

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Para cerrar se vuelve al gesto antropológico: La despedida, ésta es una frase
sacada del evangelio con la cual solía despedir a los pecadores que encontraban en él
el perdón, la conversión y la paz.

C. - El Segundo Rito: Reconciliación de muchos Penitentes mediante Confesión y


Absolución individuales.

1) Premisa:
Este esquema a consideración del grupo que estructuró el sacramento de la
reconciliación era el modelo que debería adoptarse como el " propio " para la
celebración de la penitencia. Sin embargo, la decisión del Papa Paulo VI se inclinó
hacia el esquema que acabamos de presentar, sobre todo a solicitud de la comunidad
anglicana y teniendo como objetivo acercar hacia el ecumenisimo.
Pese a todo, este esquema ofrece una visión más eclesial del sacramento,
celebrado dentro de un conjunto en el cual se prevee la sensibilidad por el daño
ocasionado a la Iglesia, en cuanto, comunidad. Pero, también es cierto que jamás en
la Iglesia se había tenido una celebración de tal forma para la recepción del
sacramento. El modelo más cercano es el de la Penitencia Pública que iniciaba el
Miércoles de Ceniza y concluía el Jueves Santo por la mañana.
En un principio se pensaba además, que el después de la Liturgia de la Palabra,
del examen de conciencia y de la confesión individual de los pecados, el penitente
permaneciera en el templo, en oración, mientras el resto de los penitentes confesaban
individualmente sus pecados. Una vez confesado el último se seguiría con una
absolución general. El procedimiento fue vetado por la Sagrada Congregación de la
Fe29, que alegaba que alguno podría esperar la oportunidad para recibir la absolución
sin haberse antes confesado, o creer que con solo participar del resto de la
celebración, podría tener acceso a la absolución sacramental30.
Por tanto, se decidió que dentro de este rito, el penitente debería recibir
inmediatamente después de confesarse la absolución de manera individual. Sin
embargo, la absolución general de los pecados a los penitentes que han confesado
individualmente depende el Ordinario del Lugar31, esto podría ser aplicable, por
ejemplo en los colegios donde se tenga una especial preparación catequética, en los
seminarios, en las casas de formación religiosa, en los retiros para grupos maduros en
la fe.
Otra opción, sin que se pretenda desvirtuar, sobre todo para comunidades o
parroquias donde no es fácil congregar a varios sacerdotes para la confesión y
absolución indiviudales sería: Reunir a la comunidad para la Liturgia de la Palabra y el
Examen de Conciencia ( lo que llamamos Celebraciones Penitenciales) y durante
varios días o semanas ir confesando y absolviendo individualmente a los penitentes,
para que en determinado día, una vez concluidas las confesiones, se procediera
comunitariamente a dar gracias a Dios. Esto podría ser un buen esquema para la
Cuaresma o para el Adviento32.
Finalmente, este rito sería poco pastoral si lo realizara solamente un confesor
ante un gran numero de penitentes. Para tales casos, se debe contar con la presencia
de varios confesores, de modo tal que la celebración pueda desarrollarse en un tiempo
conveniente.

Curso para Monaguillos y Ministros 65 06/05/19


2) El Rito:
a) Ritos Iniciales:
* El Canto de Entrada: Se supone que la comunidad está dentro del templo, sin
embargo, creo que sería más coherente con la historia de este sacramento iniciar en
la puerta del templo.
* Saludo: Curiosamente omiten la signación y la mención de la Santísima
Trinidad que se encuentran en el primer rito y pasa al saludo que son de procedencia
bíblica, menciona incluso, que pueden usarse los de la Misa.
* Monición: Tiene como finalidad señalar la importancia y el motivo de la
celebración.
* Invitación a la oración: Mueve a un momento de silencio.
* Oración: Ofrece seis opciones que se centran en el perdón, en el amor de Dios
y tan solo una en la fuerza del Espíritu Santo.

b) Liturgia de la Palabra:
El esquema es el mismo de la Misa y ofrece dos opciones:
* El primer grupo de lecturas nos conducen desde el Antiguo Testamento en el
tema de la Alianza ( Antiguo Mandato ); el tema de la Luz que aparece como tema
intermedio ( II Lect. y Aclamación ) y el mandamiento nuevo de amor a Dios y al
prójimo ( Evangelio ).
* El segundo grupo de lecturas reúne varios temas teológicos: Dios es el que
llama a la conversión (Aclamación y Evangelio); la penitencia nos transforma en
nuevas creaturas (Salmo y II Lect.); la conversión debe ser visible (I Lect.).
* La Homilía, la cual habrá de ser breve, pues en seguida sigue el Examen de
Conciencia.
* Para el examen de conciencia se proponen dos opciones. La primera es breve
y concisa, especial cuando no se cuenta con mucho tiempo, ya que va directamente a
la confesión individual de los pecados. En cambio, la segunda, es más general y por lo
mismo, ayuda a no solo considerar los pecados, sino el conjunto total de la vida.

c) Liturgia del Sacramento:


* Confesión General de los Pecados: Es un elemento que apoya la tesis
eclesiológica del sacramento, todos somos familia que al pecar individualmente hemos
lesionado esta unidad y santidad de la Iglesia. Implica además el gesto de profunda
humillación, es decir, recitarla de rodillas.
* Oración Litánica: Una serie de oraciones de intercesión acompañadas por la
frase: " Te rogamos, Señor ".
* Padrenuestro: El cual pide que jamás sea omitido, sin duda su presencia se
debe a este sentido comunitario que se quiere expresar; pero además, es una
advertencia para todos los penitentes: " perdona nuestros pecados, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden " con lo cual concluyen las oraciones de
intercesión.
* Confesión y Absolución Individual: Ahora, cada uno de los penitentes se acerca
a confesar individualmente sus pecados, ser exhortado, recibir la penitencia,
manifestar su contrición y recibir la absolución. Luego, regresa a su lugar a orar
mientras espera que sus demás compañeros terminen de confesarse.

Curso para Monaguillos y Ministros 66 06/05/19


* Cántico de Alabanza: Como primer signo de haber sido reintegrados a la
comunidad de los santos, los reconciliados alaban la misericordia del Señor. El rito
presenta dos opciones: El Magnificat, o el Salmo 135, independientemente de otras
propuestas.
* Oración Conclusiva para Dar Gracias: Nos presentan siete opciones que versan
sobre el Misterio Pascual de Jesucristo, el amor de Dios, la imitación de Cristo y, el
perdón recíproco.

d) Ritos Conclusivos:
* Bendición Solemne: Presenta cuatro opciones, las dos últimas muy similares a
las de la Misa, esquemas trinitarios con tropos, es decir, invocaciones a cada una de
las personas de la Santísima Trinidad con peticiones de bendición distintas para cada
una.
* Despedida: De procedencia bíblica y con la respuesta de la comunidad "
Demos gracias, a Dios ".

d) El Tercer Rito: Reconciliación de muchos Penitentes mediante Confesión y


Absolución Generales.

Además de las consideraciones anteriores, tendríamos que señalar que


tampoco para este rito existe un apoyo en la Tradición a excepción de los caso de
peligro de muerte.
Sin embargo, la Iglesia de hoy y con ella todo el mundo, está viviendo
situaciones con las cuales jamás el hombre antiguo se enfrentó: Los sofisticados
medios de comunicación y de transporte han provocado la gran movilidad humana, los
centros de peregrinación son " abarrotados " por fieles de todas partes del mundo, con
idiomas distintos y con el " tiempo medido " que necesariamente nos llevan a ver las
cosas de otro modo.
Pero, aún en medio de todo, no podemos permitir que se rompa el proceso
pedagógico y teológico de la reconciliación, la cual, debe considerar un ponerse
delante de Dios con toda sinceridad, el dolor de haber ofendido a Dios y a la Iglesia
( los hermanos ), el estar dispuesto a transformar el pecado en bien y, el propósito de
reiniciar una vida de acuerdo a la gracia bautismal.
Finalmente, quienes por válidos motivos ha participado de una absolución
general sin antes haberse confesado individualmente no se le exceptúa de la confesión
individual que los mandamientos de la Iglesia señalan por lo menos una vez al año.
Obviamente los pecados perdonados ya por absolución general como por contrición
perfecta deben ser acusados ante el confesor, no para recibir la absolución de algo ya
perdonado, sino para recibir el beneficio de la exhortación, de la penitencia y de la
conversión.

CAPITULO VI: EL SACRAMENTO DE LA UNCION DE LOS ENFERMOS:

6.1 PRACTICA Y VIVENCIA:

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1.- Este sacramento antes llamado de la " EXTREMAUNCIÓN " porque era la
última Unción que la Iglesia hacía para un fiel cristiano. Ahora, ha cambiado el nombre
por su razón de ser: UNGIR A LOS ENFERMOS.
2.- Este sacramento se da a personas gravemente enfermas, por tanto, no se
entiende CUALQUIER ENFERMEDAD, sino aquellas que ponen en peligro la vida. SER
ANCIANO no significa estar enfermo. La ancianidad es una etapa de la vida y es un
GRAVE ABUSO dar este sacramento a las personas simplemente porque superan cierta
edad con el pretexto de decir que son MAS PROPENSOS a morir. El sacramento no es
para los más propensos a morir, sino a los que padecen una enfermedad grave.
Dentro de la cual, se supone guarde cama, aunque no necesariamente.
3.- ES UN GRAVE ABUSO conferir este sacramento a los fieles que van a ser
intervenidos quirúrgicamente. A menos que estén gravemente enfermos, pues el solo
motivo de que la anestesia puede acabar con la vida de alguien, no es razón para dar
el sacramento, pues ese motivo no es siempre por enfermedad, sino por otra utilidad
como la cirugía plástica o el parto.
4.- ES UN GRAVE ABUSO ungir a los fieles solo porque en esta épica todos
estamos en peligro de muerte a consecuencia del stress y los peligros del trabajo, de
viajar o de salir a la calle. El sacramento no es un SEGURO DE VIDA, sino un remedio
a la enfermedad.
5.- Cuando una persona está en franca agonía y ya anteriormente se le confirió
el sacramento de la Unción, no se le unge nuevamente, sino se le da el Viático y la
Indulgencia Plenaria en " articulo mortis ".
6.- ES UN GRAVE ABUSO usar de los signos sacramentales de la Unción como
son el aceite y la imposición de manos para las llamadas misas de sanación.
Ya que de acuerdo con las normas litúrgicas vigentes y las exhortaciones del Papa
Juan Pablo II, los actos piadosos jamás deben ser mezclados o confundidos con los
sacramentales.
7.- El Oleo llamado " Infirmorum " lo bendice el Obispo en la Misa que para ello
se celebra junto con el presbiterio en la Semana Santa. Sin embargo, cualquier
presbítero " AD CASUM " puede bendecir el óleo siempre y cuando sea un aceite
vegetal.
8.- ES UN GRAVE ABUSO obsequiar a los fieles del OLEO DE LOS ENFERMOS
como " remedio " para un enfermo. Reiteramos, los signos sacramentales no pueden
ser usados para actos piadosos.
9.- Cuando, en extrema gravedad, se administra este sacramento y hay
necesidad de previamente celebrar el sacramento de la Penitencia, se le pide al fiel
fuera de la confesión, los sacramentos que ha recibido, ya que obtener esa
información dentro de la confesión, se expone a la violación del sigilo, pedir estos
sacramentos posteriormente. Lo más recomendable es que se pregunte antes por
estas cosas. Cuando no se tiene la Confirmación y/o el Matrimonio, primero se da la
Penitencia; luego, la Confirmación; luego, el Matrimonio; le sigue la Unción y al final la
Comunión.
10.- Este sacramento solo lo pueden presidir los obispos y los presbíteros dado
que conlleva el perdón de los pecados. Pero, por excelencia le corresponde en primer
lugar su administración a los párrocos, capellanes de hospitales, en los seminarios al
P. Rector y, en los Institutos Religiosos Sacerdotales al Superior.

Curso para Monaguillos y Ministros 68 06/05/19


11.- Por una antiquísima costumbre, este sacramento no se puede conferir a los
niños(as) que no tengan la edad del discernimiento. Por tanto, a los bebés y a los
niños que no estén en edad catequética, aun cuando estén enfermos no se permite la
Unción para ellos. Probablemente esto se deba a la relación de por siglos ha guardado
con el Sacramento de la Penitencia.
12.- Para la celebración comunitaria ( dentro o fuera de Misa ) debe constar el
estado de gravedad de quienes solicitan el sacramento. Se debe, por tanto, tener un
control más serio sobre ello.
13.- No debe administrarse a personas que sufran de ansiedad o nerviosismo
como " remedio " para que sientan mejoría psicológica. Hay otras formas de ayudar
igualmente " efectivas " para lo que se busca dar remedio.

6.2 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICO-LITÚRGICAS:

1.- Introducción:
La Enfermedad y la muerte eran dos de los enemigos de Dios a vencer por
Cristo (Jn 5,24; 8,51; Rom 6,3-4.10). Ambas dos, sin embargo, hacen consciente al
hombre de su finitud y le muestran sus límites, entre ellos, el morir.
Ya desde el AT eran frecuentes las discusiones entre los vínculos existentes
entre la muerte, la enfermedad y el pecado (II Cro 21,15; Is 17,11), llegándose
inclusive a descargar las culpas de los antepasados en los descendientes. Cristo Jesús
va poner un alto a esto, responsabilizando a cada uno de sus propios pecados (Jn
9,2ss). Pero no así los efectos de los mismos, pues somos por lo demás conscientes
que el pecados de los padres, no se transmitirá como responsabilidad para los hijos,
pero si sufrirán por los mismos.
Este sacramento, lejos de ser solo una medicina, o un recurso psicológicos para
infundir confianza al enfermo, o a sus familiares, es sin lugar a dudas un vínculo
sumamente estrecho entre el enfermo y Cristo ( Jn 11,4; Mt 25,36; Flp 2,27).

2.- Fundamentos bíblicos, comprensión y desarrollo:

a) Comprensión bíblica del sacramento:


La enfermedad puede y debe ser vista como participación al misterio pascual de
Cristo, sobre todo si el cristiano al unir sus padecimientos a los de Cristo, se convierte
como Él en una fuente de gracia para todos los cristianos (Col 1,24).
Cristo, no solo se solidarizó con los necesitados, sino también con los enfermos
(Mt 25,31-42). Incluso, ha dejado a sus discípulos la responsabilidad de velar por los
enfermos, imponiéndoles las manos (Mc 16,18), de ungirlos con aceite de olivo (Mc
6,13) y de curarles (Lc 9,1). Los mismos discípulos después de la muerte, resurrección
del Señor curaban a los enfermos en el nombre y con el poder de Cristo (Act
3,1;5,15s).
Santiago nos narra ya como un servicio institucionalizado (así como el Bautismo
y la Eucaristía) la atención a los enfermos (St 5,14s). Así, desde entonces, este
sacramento se considera que otorga como efecto: La salvación corporal y espiritual,
alivio y eventualmente el perdón de los pecados.
Desde tiempos apostólicos, este sacramento era conferido a los enfermos, no a
los moribundos, se supone, sin embargo, que se trate de enfermos que no pueden ir a
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la Asamblea, pues se habla de que los responsables de la comunidad (los presbíteros)
sean llamados... Además, no se trata con esto, de un ministerio carismático, sino de
un ministerio oficial de la Iglesia.
Es además, uno de los pocos, sacramentos que se nos narra el rito:
* Llamen a los presbíteros.
* Oren sobre él.
* Los unjan con óleo en el nombre del Señor.
Luego se enumeran los efectos:
* La oración salvará al enfermo.
* El Señor hará que se restablezca.
* Los pecados le serán perdonados.
Pero, hasta ahorita, solo nos hemos movido perifericamente respecto al
sacramento, la virtud principal o naturaleza, es como en todo sacramentos, la
asociación vinculante, personal e íntima de Cristo con el enfermo. Es decir, el enfermo
es asimilado a Cristo sufriente y redentor (Jn 11,3).
De esta manera Cristo, extiende su atención a los enfermos mediante las manos
de los sacerdotes y la oración de la Iglesia.

b) Desarrollo histórico:
En la historia de este sacramento, encontramos, que en un tiempo se acentuó
mucho la atención en el óleo mismo, al punto, que hasta el día de hoy es llamado:
Unción de los Enfermos. La Bendición del Oleo estuvo siempre a cargo del Obispo.
Un ejemplo de esto lo encontramos en la oración del Obispo egipcio Serapión de
Tmuis (Siglo IV): " Nosotros te rogamos, a Ti que tienes toda fuerza y poder, salvador
de los hombres... te suplicamos que del Cielo de tu único Hijo se extienda sobre este
óleo el poder de curar, a fin de que los que reciban esta unción... destruya todo mal y
toda enfermedad... reciban la gracia y la remisión de los pecados, tengan el remedio
de la vida y la salvación, la salud y la integridad del alma, del cuerpo y de la mente y
la plenitud de la fortaleza ".
De tal modo, que no era tan importante, quién ungiera, sino quién bendijera el
óleo, por ello, se debe, que hasta el siglo IX aún lo laicos ungían con óleo a los
enfermos.
El problema que durante siglos acompañará a este sacramento, le viene por la
práctica que desde el Medievo tuvo el sacramento de la Penitencia. Es decir, cuando la
Penitencia se dejó para el final de la vida, por la grave carga que pesaba sobre ella.
También, este sacramento se dejó para el final ya que se creía que este sacramento,
solo se podía recibir en gracia, por lo tanto, después de la confesión.
Así pues, cuando el sacramento, se empezó administrar a los enfermos en
extremo graves, empezó a la vez a acentuarse más el carácter de perdón de los
pecados, que la curación y el alivio del enfermo.
Por ello mismo, el sacramento adquirió el nombre de " Extrema-unción ", ya que
sería la última vez que recibieras de la Iglesia una Unción. Esto provocó que los
cristianos temieran recibir este sacramento.

c) Actual comprensión:
Tal práctica y tal temor siguieron hasta el Vaticano II, pero aún antes de éste,
ya en algunos países se había adoptado el llamarle: Unción de los Enfermos, que
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después el Concilio (SC 73) exigiría una adaptación del Sacramento a su verdadera
naturaleza.

Los sacramentos, sin embargo, no invalidan las leyes de la naturaleza, de tal


manera, que por el solo hecho de ser conferidos se rompiera un proceso natural. Pero,
también es cierto, que este sacramento, no es para que el cristiano baje su guardia
ante el dolor, la enfermedad o la muerte. Por ser éste signo de Jesucristo, debe de
luchar contra esto y buscar su plena salud sin desesperación, con fe, con tranquilidad
y con paz ( Ecl 38,9; Mc 5,34; I Cor 15,26; II Re 8,8; II Mac 9, 22; Prov 18,14).

b) Sobre el receptor del sacramento:


La SC 73 establece que este sacramento puede ser celebrado cuando un fiel, ya
por enfermedad, ya por vejez, se encuentra en la cercana posibilidad de entrar en un
peligro de muerte. Sin embargo, se debe evitar una cierta flexibilidad para conferir
este sacramento a personas que solo padece de cierta ansiedad o sólo porque son
mayores de una cierta cantidad de años.
También, se debe tener cierto cuidado de no extremar las cosas en lo que se
refiere a conferir el sacramento a toda persona que va a ser sometida a una operación
quirúrgica, dado que este peligro de muerte, tiene que deberse a la enfermedad
misma, no a los peligros indirectos de la misma.
En lo que se refiere a los niños, estos pueden recibir el sacramento, siempre y
cuando han entrado en el uso de la razón y se hayan expuesto al pecado. Esto se
debe al resabio, de la acentuación de que el sacramento se recibe solo después de la
confesión. Pero se olvida su sentido originario de dar fuerza y salud, al cuerpo y al
espíritu.
En tanto a los que han perdido el uso de la razón o de la conciencia; se debe
tener presente que solo podrá conferírsele el sacramento, cuando no obste, que éste
haya negado el deseo de recibir este sacramento.

A todo ser que se tenga certeza de su muerte, no se le debe administrar el


sacramento, ni aún como consuelo de los familiares. Pero si se tiene duda efectiva de
su muerte, se le puede administrar bajo condición.

c) Sobre el tiempo:
El ritual es muy preciso en señalar que condena toda abuso que se cometa al
tratar de aplazar la recepción de este sacramento. Es deber, por tanto de todo fiel
cristiano de pedirlo, o si fuera el caso, que los familiares lo pidan. No se debe por
tanto, esperar a que la gravedad sea extrema. El Sacramento se puede repetir si el
enfermo después de aliviado vuelve a recaer, o si se agrava más dentro de la inicial
enfermedad.

d) Carácter Comunitario:
Como todo sacramento, la Unción de los Enfermos, tiene también un carácter
comunitario, así que tanto, en la casa de enfermo, como en el celebración de la Misa,
se debe pedir y contar con la participación de los familiares o de los vecinos. De tal
manera, que éstos sean signo visible de la oración de la Iglesia.

Curso para Monaguillos y Ministros 71 06/05/19


e) Los Ministros:
Ejercen de manera ordinaria este sacramento: Los Obispos, los Párrocos, los
capellanes de hospitales, los superiores de una comunidad religiosa clerical, como
aquellos que ejercitan directamente la vida pastoral. Los demás sacerdotes, lo puede
celebrar solo con el permiso de los anteriores, o si el caso lo amerita, después avisar
al responsable de la comunidad de haber procedido.

f) Sobre el Oleo:
El óleo ordinariamente debe ser de olivo, bendecido por el Obispo el Jueves
Santo, o el día señalado por él para el caso. Pero en caso de gravedad se puede
bendecir para el caso concreto el óleo por el mismo sacerdote. Este último óleo es
preferible que no se vuelva a utilizar en otras ocasiones, pues corresponde a una
necesidad, no a la forma ordinaria de uso.
El Oleo sobrante puede ser quemado posteriormente, al final de la celebración.

6.3 El Nuevo Rito:


a) Saludo por parte del Sacerdote:
Se tienen que evitar saludos ya hechos, tales como: ¿ Cómo les va ? ¿ Cómo
han estado ? Ya que muchas veces el estado de ánimo es muy deprimente. Conviene
usar un lenguaje cálido, pero respetuoso del momento. Que no se de la impresión de
que el sacerdote es ajeno al dolor de los allí presentes.
El ritual presenta además unos esquemas de saludo.

b) Aspersión con Agua Bendita:


Corresponde a una práctica antropológica que fácilmente manifiesta no solo
purificación, sino además renovación, frescura, vida. Para el cristiano es el recuerdo
del bautismo y por ende de la propia inserción en el Misterio Pascual de Cristo. La
aspersión se hace sobre el enfermo y sobre la habitación. Sería conveniente, dada
nuestra cultura, ampliar esta aspersión también sobre las demás personas presentes y
sobre el resto de la casa.

c) Monición:
Basada en Mt 18,20 o en St 5,14 representa un modelo que puede ser cambiado
por otro que exprese básicamente lo mismo: El sentido de la celebración, la
exhortación a la confianza y a señalar la naturaleza y beneficios de este sacramento.

d) Acto Penitencial o el Sacramento de la Penitencia:


Si el enfermo no se ha confesado antes, o tiene necesidad de hacerlo, se sigue
la confesión según el esquema del propio ritual. Si esta ya tuvo lugar antes, o el
enfermo está inconsciente, se sigue un acto penitencial semejante al de la Misa.

e) Lectura Bíblica:
No se trata de una sección opcional, sino obligatoria. El ritual presenta varias
opciones. Al final, si se cree oportuno se puede tener una breve explicación del texto.

f) Oración Litánica:

Curso para Monaguillos y Ministros 72 06/05/19


El Sacerdote está facultado para ampliarla, adaptarla o abreviarla, según el
caso. Puede darse en este momento o después de la Unción o en ambos momentos.

g) La Imposición de las Manos:


Lo hace solo el sacerdote sin decir nada. Este gesto era ya usado en el pueblo
hebraico también como signo de curación. Jesús y los Apóstoles lo emplearon. Además
el gesto resulta por lo demás elocuente si se trata el aspecto psicológico: Acogida,
confianza, ternura, protección y acompañamiento.

h) La Bendición del Oleo:


Solo en el caso que el sacerdote no disponga en ese momento del óleo
bendecido por el obispo. Para tal se puede usar cualquier aceite, siempre y cuando
sea de extracción vegetal. Es también ya conocido el uso que el aceite tenía en el
mundo antiguo, en el mundo hebreo como elemento curativo y refrescante. Pero, si se
usa del óleo bendecido por el obispo, entonces se sigue una oración de acción de
gracias.

i) La Unción:
Se hace sobre la frente (la mente) y las manos (las obras) del enfermo,
significado así la totalidad del ser ( alma / cuerpo ). Se puede, sin embargo, ungir en
otro lugar, si se encontraran motivos suficiente para no hacerlo en los lugares
mencionados.
Desde el Medievo la costumbre era ungir en cada uno de los sentidos y
acompañados de una oración expiatoria. También llegó a ungirse en el lugar donde se
localizaba el dolor u origen de la enfermedad.
El Rito se desenvuelve ungiendo y orando a la vez. Así como la unción está
divida en dos, así también la oración, que posee por ende, dos " amén ". Con lo que
se expresa la unión en la oración por parte del enfermo como de los demás presentes.

j) Oración:
Esta pondrá de manifiesto el deseo firme de la Iglesia de que el enfermo se
recupere y siga sirviendo a Dios en la tierra. O de fortalecer al enfermo para que
resista las tribulaciones por las que pasa, asociándose a los padecimientos de Cristo.

k) La Conclusión:
Se inicia con el Padrenuestro, se finaliza con una bendición.

CAPITULO VII: EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO:

7.1 PRACTICA Y VIVENCIA:


1.- TODOS LOS SACRAMENTOS LOS CELEBRA CRISTO EN PERSONA, por tanto
es totalmente erróneo afirmar que los novios son los que se casan a ellos mismos. Los
novios son los ministros del sacramento, en cuanto que el novio es signo de Cristo y,
la novia signo de la Iglesia.

Curso para Monaguillos y Ministros 73 06/05/19


2.- Todo ministro debe hacer lo que la " Iglesia quiere " de tal forma que deben
ser conscientes de ser ministros del sacramento y de hacer lo que la Iglesia hace. Si
ellos no son conscientes de ello...
3.- Los novios, en cuanto tales, han asumido excesiva autoridad sobre la forma
en que se celebrará el sacramento. Queda por demás decir, que ni los ministros
sagrados tienen tantas facultades sobre los sacramentos como los novios hacen.
4.- El rito actual del matrimonio, de acuerdo a las normas de la Conferencia
Episcopal Mexicana y de las normas universales sobre este sacramento no consideran
los ritos anexos de: El cirio y de la entrega del ramo a la Virgen. Sin embargo, está en
estudio en la Conferencia la posibilidad de admitir validamente en el ritual la entrega
de la Sagrada Escritura y del lazo. Las demás cosas como el rosario, el cirio y el ramo
ni siquiera fueron cuestionados.
5.- La Conferencia Episcopal Mexicana no ha dado normas donde apruebe el uso
de otras fórmulas para el consentimiento más que las que el ritual propone, y que no
es otra sino aquella de: YO ___ te acepto a ti _____ como mi esposa y ... Según la
forma directa o en forma de pregunta. Por tanto, no está permitido el uso de otras
formas de consentimiento aún cuando hayan sido aprobadas por otra Conferencia
Episcopal.
6.- Comparativamente la celebración del matrimonio supera en muchos casos la
propia ordenación de presbíteros, ya que la centralidad que han tomado respecto del
resto de la celebración Eucarística es desproporcionado. La misma Sacrosanctum
Concilium pide que los ritos sean sencillos, nobles y que se eviten las repeticiones.
7.- Los novios no deben leer las lecturas de la Misa, pues ellos son los
destinatarios de las mismas. En cambio, sería bueno que participaran en la procesión
de dones (si la hay).
8.- Los testigos del matrimonio no son un dato en un expediente, es necesario
saber si se cuenta con la presencia de ellos y, que verdaderamente funjan como
testigos de la Boda.
9.- Las preces de la Oración Universal no tiene por qué hacerla el mismo
celebrante. Bien, pueden los familiares o amigos de los novios hacerlas.
10.- En la procesión de entrada como de salida, según las costumbres, los
hombres debe llevar a las mujeres por el brazo izquierdo, de tal manera que su mano
derecha (signo de virilidad) quede libre. En cambio, la mano derecha de la mujer debe
descansar en la del hombre, para significar que su fuerza es su esposo o su
acompañante.
11.- Los cojines que todavía en muchas bodas se usan, corresponden al tiempo
en que los reclinatorios de las iglesias no tenían acojinado. Donde todavía así sea,
conviene que los lleven, pero donde ya el reclinatorio tiene acojinado, es mejor
prescindir de ellos.
12.- El velo de la novia representa " la sombra del Espíritu Santo " por ello es
costumbre muy antigua en España hasta el día de hoy, que una vez que se ha dicho el
mutuo consentimiento, la pareja es cubierta con el velo de la novia. De tal modo que
significa que el Espíritu Santo los ha hecho un solo ser. De ahí que en España no se
use el lazo.
13.- No debe pasarse por alto la Bendición Nupcial que se dice sobre los esposos
una vez dicho el Padrenuesto y suprimido el embolismo. Recordar que previamente
hay un momento de oración en silencio por parte de la Asamblea, luego, el presidente
Curso para Monaguillos y Ministros 74 06/05/19
de la Celebración, con las manos extendidas, dice la Oración. Al finalizar continúa con
el rito de la paz.
14.- La comunión debe darse a los nuevos esposos (solo a ellos) en las especies
del Pan y del Vino, dado que el sacramento del Matrimonio es un signo de la alianza
eterna entre Cristo y la Iglesia.
15.- Mucho se ha dicho que cuando se quita el lazo a los esposos, la verdad es
que como ni si quiera se considera en el ritual, pudiera ser después del rito de la paz.
Lo que no es correcto es hacerlo cuando se está rezando el Padrenuestro.
16.- Los nuevos esposos no deben darse mutuamente el sacramento de la
Eucaristía, puesto que el sentido teológico es recibirla. Ahora bien, ellos no son
ministros extraordinarios de la comunión, ni el celebrante está impedido para hacerlo
personalmente.
17.- Si los novios, a mi juicio, no son devotos de la Virgen María, ni rezan el
rosario, ni pertenecen a algún grupo mariano, resulta poco creíble el arrodillarse ante
una imagen de Nuestra Señora. Hay que evitar " poses " dentro de las celebraciones
litúrgicas, dado que los signos deben significar.
18.- En cuanto a los ritos preparatorios del Matrimonio se encuentran los "
esponsales " que siguen a la llamada " presentación ". Es bueno recordar que son
cosas distintas: La presentación es un acto administrativo, pero los esponsales son
una promesa oficial (litúrgica) de proceder con rectitud al matrimonio. Por tanto, es
conveniente que los padres dignifiquen este momento, otorgando a los papás de los
novios una participación más activa, ya que los esponsales ocurrían en la puerta de la
casa de la novia.

7.2 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICO-LITÚRGICAS:

1.- El Matrimonio Cristiano como institución en relación con la creación y


como sacramento:
El matrimonio es una realidad fundamentalmente conectada a la voluntad
expresa del creador (Gn 2,24), claramente aceptada en ambos Testamentos. Sin
embargo, el NT le da, como a todo evento, una relación íntima con el Misterio Pascual
de Cristo. En efecto, el autor de la Carta a los Efesios hace el paragón entre Cristo y la
Iglesia, y los cónyuges (Ef 5,25). De tal modo, todo bautizado tiene con Cristo una
relación esponsal, conyugal, obviamente no en el sentido genito/sexual; sino de una
identificación de destino, suerte y fecundidad.
Pero, la " epifanía " de esta relación esponsal de toda la Iglesia con Cristo,
queda claramente expresada en el amor y vida de los esposos. De tal modo, que no
solo el amor, fidelidad servicio, sacrificio y perdón de Cristo, son ejemplo y norma de
conducta entre los esposos; sino que además se alimentan de esta gracia. En la
medida en que los esposos manifiestan esta relación esponsal, más claramente se
manifiesta la relación: creación-redención de toda la historia de la salvación.
Por ello, y con razón, la Lumen Gentium (1) ha llamado al matrimonio cristiano:
La Iglesia Doméstica. Esto como participación de la Alianza eterna celebrada por
Cristo con la Iglesia sobre la cruz. Esto sería más fácilmente comprensible si
pensamos en que Cristo y la Iglesia son " la pareja original " y los esposos son " la
pareja copia " de la misma realidad. En pocas palabras, lo que toda la Iglesia es ante
Cristo, lo es el matrimonio como concretización.
Curso para Monaguillos y Ministros 75 06/05/19
La sacramentalidad al matrimonio, le viene, no por el acto externo (ritualidad)
de una bendición, ni siquiera de la libre aceptación de los novios para unir sus vidas,
tampoco de su recíproco amor; sino de que celebran, como todo sacramento, una
anámnesis: El pacto nupcial entre Cristo y la Iglesia, en la cual el señorío de Cristo
queda claramente manifiesto. Por ello, el matrimonio cristiano, sigue un ejemplo, un
mandato y una misión: Manifestar el amor profundo y fecundo de Cristo por la Iglesia.
Por otro lado, como se trata de una institución que ha nacido por voluntad divina
con la creación misma; la Iglesia respeta este evento, por lo cual, la decisión de unión
de vida y de destino, queda a cargo de los futuros esposos y su consentimiento
público ante un ministro autorizado y dos testigos es suficiente para que quede
establecido el sacramento.
Esta es la razón por la cual, el ministro no puede ser el presbítero, ni el diácono,
ni siquiera el obispo. Pero, se requiere la plena consciencia de los novios de la
situación teológica que están significando.
Hoy en día, se insiste más en las obligaciones morales y sexuales del
matrimonio que en su carácter teológico. De hecho, las pláticas pre-sacramentales se
orientan más sobre los métodos de fecundidad autorizados; la psicología de la pareja;
la sociología del matrimonio; y, finalmente las cuestiones legales y canónicas del
mismo.
Cabría, sin embargo, mencionar que en ciertas circunstancias, la Iglesia prevé
que el matrimonio cristiano se realice válida y lícitamente aún sin la presencia del
ministro y de los testigos: Por ejemplo, en peligro de muerte y cuando se presentara
otra grave dificultad como la ausencia de ministros por períodos superiores a un mes.
Finalmente, los ritos de la celebración del matrimonio, ilustran la esencia del
mismo: Unidos por la fe que nace de la escucha de la Palabra de Dios y por ella
animados y fortalecidos, tras previo examen, los novios expresan su consentimiento,
que abarca toda la vida; la comunidad ora por ellos y el ministro los bendice ( con una
fórmula tan larga como la de las ordenaciones ).
Llegando a tener como uno de los puntos máximos a la hora de la comunión de
ambos, que al llegar a ser un solo cuerpo por el sacramento, se consagran en el
Cuerpo de Cristo y se sellan con la Sangre del Señor.

2.- Líneas de desarrollo del rito occidental del matrimonio:


Por tratarse de una institución primaria (original) la Iglesia en sus primeros
siglos respetó y revalorizó los ritos familiares propios del las bodas, según la tradición
de cada región por donde se extendía.
En efecto, la ritualidad del matrimonio, dependía casi totalmente de ritos de
orden familiar: El papá del novio pide a otro jefe de familia (el de la novia), en
matrimonio para su hijo a una de sus hijas. Le toca, pues, al papá de la novia aceptar
o rechazar la petición. Si ésta era afirmativa, el novio entregaba a la novia un anillo y
algunos regalos.
Este rito se daba entre los judíos a la puerta de la casa del papá de la novia y
tenía el nombre de esponsales. De ahí la costumbre de que el matrimonio se celebrara
antiguamente a las puertas de la Iglesia ( in facie ecclesiae ). Venía después un
período de preparación para la boda, y finalmente venía una ceremonia de bendición o
buenos augurios y la fiesta para culminar con la noche de bodas.

Curso para Monaguillos y Ministros 76 06/05/19


Cristianamente, se consideró como fundamentante del matrimonio el
consentimiento mutuo de las partes y la bendición de la Iglesia.
Limitándose solamente a prohibir los ritos paganos más evidentes como: los oráculos,
el sacrificio a los dioses, así como de ciertos excesos en la fiesta.
Ya desde el año 400 el matrimonio viene celebrado junto con la Misa para
significar todavía más la fuerza de la Alianza Matrimonial con la Alianza Nueva y
Eterna del Sacrificio de Cristo.
En occidente para significar la ya realización de la boda, se hacía la velación de
la novia, mientras que en oriente ambos dos eran coronados. Además, por influencia
de la cultura romana, el rito de los esponsales, fue unido a la celebración de la boda
(la entrega del anillo y de los regalos).
El misal romano conocía además una bendición especial para la novia que venía
dicha después del Padrenuestro. No fue sino hasta la época carolingea (siglos IX-X) en
que la Iglesia fue " invitada " a atender las formas jurídicas del matrimonio; pero sin
que estos ritos entraran en la liturgia misma ( por ello, la presentación no se hace
dentro de los templos y en un ámbito litúrgico, sino jurídico ).
Más tarde, con la decadencia del Medievo, los raptos para concretizar alianzas
entre los reinos o entre las familias, obligó a la Iglesia a exigir la celebración pública
del matrimonio ( o sea del mutuo consentimiento ). De allí, que dejó de celebrarse en
la puerta de la casa de la novia y pasó a las puertas de la Iglesia.
Otros puntos rescatados serán:
* La Boda se celebrará ordinariamente dentro de Misa.
* La bendición de la esposa es retocada para hacer alusión a ambos
cónyuges.
* El matrimonio fuera de Misa debe celebrarse en el contexto de una
celebración de la Palabra (SC 78).

El Rito renovado apareció como parte del Ritual Romano, el 19 de Marzo de


1969 con el título: Ordo Celebrandi Matrimonium. Una segunda edición fue presentada
el 19 de Marzo de 1990 que reasume algunos aspectos de la adaptación, mayor
profundidad en las prenotandas, algunas variaciones en el rito y las correcciones
debidas al Nuevo Códice de Derecho Canónico de 1983.

3.- El Nuevo Rito del Matrimonio:

a) Celebración de un solo matrimonio dentro o fuera de la Misa:


En los prenotandos se hace mención a los aspectos teológicos del sacramento y
algunas indicaciones pastorales. Entre ellas, que el sacramento del matrimonio,
ordinariamente, se debe celebrar dentro de la Misa (No. 8), salvo ocasiones como
cuando los esposos por diversas razones, no van a comulgar (disparidad de cultos,
mixta religión), para este último se debe seguir un rito especial.
Cuando la celebración del Matrimonio, va unido a la Misa, se deben usar los
formularios propios en la sección de Misas Rituales, salvo el caso, que se trate de una
Misa Dominical o un Solemnidad, incluso en sus vísperas.
Cuando se trate de Domingos del Tiempo Ordinario y, siempre y cuando la
celebración se lleve a cabo en un horario no habitual o extraordinario, se puede

Curso para Monaguillos y Ministros 77 06/05/19


emplear la Misa Ritual. Pero, si se celebra la víspera del Domingo, puede decirse la
Misa Ritual la cual también serviría para cumplir con el precepto dominical.
Pero, cuando se trate de Domingos de Adviento, de Cuaresma, Pascua,
Pentecostés, o alguna otra Solemnidad del Señor, de María o de los Santos, debe
celebrarse siempre la Misa Propia del Tiempo.

7.3 La estructura es la siguiente:

a) * Rito de acogida en la puerta del Templo:


Recuerda, la antigua celebración del Matrimonio, a la vez, que con la procesión
hacia el altar, que el ministro inicia, se significa que la gracia matrimonial no se
obtiene por el simple deseo del amor humano, sino que todo don de la gracia de Dios,
se recibe sin mérito de quién la obtiene. A tal punto, que es Dios el que acerca a los
novios a la recepción de esta gracia.
Según una muy antigua tradición civil, los hombres debe tomar con su brazo
izquierdo a la mujer que los acompaña. Esto con el fin de simbolizar, que el hombre
tiene su brazo derecho libre, brazo que significa su virilidad, su fortaleza y además su
honestidad. Con ello, queda claro que el hombre, no por ir acompañado de una mujer,
pierde su virilidad. La mujer, en cambio, apoya su brazo derecho en el del hombre,
significado así su dependencia hacia éste.
Tradicionalmente, después del ministro, sigue el novio acompañado de su
mamá; luego, el papá del novio con la mamá de la novia. De manera opcional se
puede pensar en los padrinos, que se colocarían entre el papá del novio y las damas
de la novia. Al final sigue la novia, precedida por una de sus mejores amigas (llamada
aquí: guía, porque lleva un pequeño ramo que más tarde ofrecerá a la Virgen o dará
en sorteo a las solteras en la fiesta). También le preceden un pequeño grupo de niños
y niñas que auguran fecundidad a la novia (Resabio esto, de que no se creía antes que
los hombres fueran infértiles). La novia viene acompañada por su papá.
Tradicionalmente, los novios son colocados en un reclinatorio al cual, indebidamente
quedan asidos durante toda la ceremonia.

b) Los ritos ilustrativos:


La bendición y entrega de los anillos, ilustran el pacto matrimonial, como signo
de amor y como signo de fidelidad. Se sigue la costumbre romana de que sólo el
esposo entregaba anillo a la esposa, ésta se consagró en el ritual romano de 1614
hasta la reforma de Pío XII en 1950. Este rito, de origen pagano, negaba (de alguna
manera) la responsabilidad de fidelidad y de unión del hombre, ya que esto solo recaía
en la esposa. Sin embargo, entre los bizantinos y los mozarábicos (españoles) ya
desde el siglo XI el signo de mutua fidelidad era ya dado.
El rito romano (de la editio typica) solo conoce el rito de la entrega de anillos
como ilustrativo de la boda. La Conferencia Episcopal Mexicana, ha introducido otros
dos signos explicativos: La entrega de las arras y la imposición del lazo.
Las arras, no significan el aspecto material o económico en el cual, el esposo se
compromete a mantener el hogar y la esposa a administrarlo. Tiene un sentido mas
fuerte: Todo bien llega al matrimonio por el esposo (signo de Cristo), es puesto en la
esposa para que germine, de frutos y ambos dos lo regresan a Dios. Así. Dios, es
fuente y destino de toda acción en el matrimonio. Ejemplo de ellos son los futuros
Curso para Monaguillos y Ministros 78 06/05/19
hijos: Entran a la matrimonio, por el esposo, la esposa los hace crecer y ambos los
entregan a Dios.
El lazo, es un signo más tradicional aún de la cultura mexicana: Es un signo muy
evidente de que están unidos para siempre. El comentario popular es este: "Ya los
lazaron". Gesto con el cual, los asistentes a la celebración comprendían que ya
estaban casados.
Existe también la costumbre de darle a la novia un libro de oraciones y un
rosario. Obedece a la costumbre de que la mujer es la que debe de orar.
Hoy en día se ha hecho cada vez más habitual el uso de otros signos
"ilustrativos" como lo es la entrega de la Sagrada Escritura y del cirio que los papás de
ambos esposos, ayudan a encender. Este rito es de origen "chicano" principalmente en
California, USA.

CAPITULO VIII: EL SACRAMENTO DEL ORDEN SAGRADO:

8.1 PRACTICA Y VIVENCIA:


1.- Los ministerios del lectorado y acolitado son " laicales " y tanto en el
Pontifical como en el Ceremonial de los Obispos, aparecen antes de la llamada
Candidatura, mientras que la costumbre diocesana por años es de primero dar la
candidatura, y luego los ministerios.
2.- El signo de la candidatura se traspoló del antiguo rito de la tonsura, donde le
era impuesto el roquete al nuevo clérigo. Hoy en día, el signo de la imposición de la
cota resulta pobre y nada elocuente, cuando hasta los seminaristas del menor asisten
con sotana y cota a dicha celebración.
3.- La ceremonia en la cual se hacen los juramentos y la profesión de fe de
aquellos que van a recibir algún grado del Orden, incluido el episcopado, no debe
hacerse dentro de la Liturgia de la Palabra - lugar que ocupan los sacramentos - sino
dentro de los Ritos Iniciales, es decir, después del saludo y antes del Acto Penitencial.
Obviamente, por no ser un rito litúrgico, no suprime el Acto Penitencial de la Misa.

4.- Resulta incoherente en la expresión de la Vida Litúrgica Diocesana que los


seminaristas de II de Teología no puedan dar la Comunión, si por casualidad se
encontrara un Ministro Extraordinario de la Comunión y, esto debido a que el acolitado
lo reciben casi siempre al ingresar al III de Teología.
5.- Según las normas litúrgicas y de Derecho, quienes van a recibir algún
ministerio o grado del Orden, se les debe primero examinar acerca de su capacidad
litúrgica para desempeñar el ministerio o el grado que asume en el Orden Sagrado.
¿ Cómo puede ser esto si el estudio de tales cosas se imparten hasta el IV de Teología
?
6.- Los Diáconos que van a recibir el grado del Presbiterado pueden llevar
puesta la dalmática a su ordenación.
7.- Los obispos presentes en una ordenación de presbíteros no deben imponer
las manos a los ordenandos, una vez que lo ha hecho el Obispo que preside. El
Pontifical y el Ceremonial de los Obispos indica que solamente los presbíteros
presentes lo hagan en silencio y portando la estola sobre el alba o sobre la sotana si
no concelebran.
Curso para Monaguillos y Ministros 79 06/05/19
8.- Los acólitos que han sido instituidos dentro de la Celebración de la
Eucaristía, no deben distribuir la Comunión a los fieles, a menos que no haya
suficientes Ministros Ordinarios de la Comunión para ello.
9.- Los recién ordenados presbíteros requieren de la delegación expresa del
Obispo Diocesano para celebrar lícitamente la celebración de la Eucaristía y la
predicación dentro de la misma. En cambio, la necesitan para confesar y absolver
validamente los pecados (excepto el peligro de muerte).

8.2 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICO-LITÚRGICAS:

1.- Los Fundamentos Neotestamentarios y el desarrollo histórico del


sacramento del Orden:

a) Algo de Teología:
La Iglesia Primitiva siempre vio en Jesús a aquel que tiene y da el Espíritu
Santo; aquel que es el enviado del Padre y el que envía; aquel que sirve y llama a
servir. El es el Santo de Dios, el Liturgo, el Mediador de la Alianza, el Sacerdote; es
también a la vez, el que ofrece y lo que se ofrece; es el único y definitivo Sumo
Sacerdote; es el que está investido de pleno poder y al mismo tiempo, aquel otorga
todo poder.
El es el Hijo de David, el Profeta, el Hijo del Hombre, el Buen Pastor, el Rey de
Israel, el Hijo de Dios. El es el testimonio fiel del Padre que conduce a todos los
hombres a la salvación. El considera su sacrificio en la cruz como total obediencia a la
voluntad del Padre, la cual acepta con amor para la salvación del mundo. Su oficio
pastoral lo cumple plenamente en su oficio sacerdotal. Aquí entendemos por pastoral,
la misión misma de Jesús. El permanece como instrumento de la universal voluntad
salvifica de Dios. El como Señor glorificado, perpetua este servicio de salvación, a
través de todos los tiempos, por medio del Espíritu Santo. Y así se manifiesta a todos
los hombres como Maestro, Pastor y Sacerdote en la persona de sus enviados. El se
identifica con sus enviados: " El que los escucha a ustedes, a mi me escucha; el que
los desprecia a ustedes, a mi me desprecia. Y desprecia a aquel que me ha enviado "
Lc 10,16; Jn 13,20. Un envío de esta naturaleza, con una delegación de tal magnitud;
un tan alto grado de identificación, significa para los enviados una labor casi sobre
humana.
Por ello, para habilitarlos a este servicio, Cristo mismo les promete al Espíritu
Santo y les asegura la propia oración: Jn 17,17s. Todo este derroche de gracia, no
está en función de la propia santificación del que lo recibe, sino en virtud del servicio
(I Cor 12,28).

b) La Evolución en la comprensión del sacramento:


Es claro que a Jesús seguía un grupo amplio de seguidores: Se nos mencionan
los 12 Apóstoles, los 72 discípulos, e incluso un grupo de mujeres que lo
acompañaban. De todos estos, Jesús distingue a Pedro y a un grupo más selecto:
Santiago, Juan y Andrés.

Curso para Monaguillos y Ministros 80 06/05/19


Tras la Resurrección se entiende claramente que la Misión la confería a los 11
Apóstoles. Que éstos más tarde van a completar el número de los Doce y
posteriormente, se va a ayudar de diáconos para el servicio de la caridad.
Pero la comunidad primitiva conoció además una multiplicidad de ministros y
ministerios, que con la segunda generación de Cristianos, y ya desde Pablo empezaron
a tener un segundo lugar en el horizonte apostólico.
Para el año 110, san Ignacio de Antioquía ya menciona un Orden: Obispos,
Presbíteros y Diáconos, con poderes bien definidos y de recíproca relación. Estos, son
signos e instrumentos, representantes activos de Jesucristo, Profeta, Pastor y
Sacerdote, el cual opera en y a través de su Iglesia (SC 7).
Por ello mismo, la Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, va discerniendo cuales
ministerios y ministros son necesarios para cada época. De tal modo, que un esquema
fijo de ministerios no se puede pensar en ella. A la vez, los ministros (minus ter(tius)),
es decir, tres veces menos que los demás, no pueden identificarse con cualquier
aspiración de dominio o de poder que conduzca a la sumisión de los hermanos (Lc
22,25s).

2.- El Obispo:
De Episkopos, significa: aquel que supervisa. La actual significación apareció en
Siria en el siglo II ( con autoridad sobre los presbíteros y los diáconos ). Un testimonio
de ello lo encontramos en san Ignacio de Antioquía donde pide a éstos la sumisión al
Obispo.
Todavía aún más la autoridad de los obispos se vio consolidada cuando éstos
asistían a los concilios y sínodos para deliberar sobre la defensa de la fe contra las
herejías.
Para conferir el Oficio Episcopal se menciona ya desde la época apostólica: la
oración y la imposición de las manos ( Act 6,6; I Tm 4,14; 2 Tm 1,6). Y el rito es por
primera vez descrito en la Traditio Apostolica alrededor del año 215 (notas
características de este rito, respecto del uso actual son: La oración epiclética de la
Asamblea y la elección del candidato por parte de la comunidad ).
Siglos más tarde (siglo VIII-IX) con el influjo de la ritualidad francesa, los ritos
de la ordenación episcopal se extendieron con una serie muy amplia de símbolos,
hasta lograr de ella, todo un drama sagrado.
No es sino hasta el Papa Pío XII en que se declara que el rito fundamental para
los tres órdenes sagrados era: La oración y la imposición de las manos (Constitución
Apostólica: Sacramentum Ordinis. 30.XI.1947).
El Concilio Vaticano II era consciente de la debilidad, no solo del rito de
ordenación del Obispo, sino hasta de la teología del oficio episcopal. La SC con cierta
timidez reconoce esto y pide una reelaboración del rito donde todos los obispos
presentes imponen las manos al nuevo obispo (antes solo lo hacían tres obispos).
No va ser sino la LG y la CD las que profundizarán sobre el ser del Obispo:
Reciben la plenitud del Orden. De modo eminente y visible representan a Cristo
Maestro, Pastor y Pontífice, actuando en su persona.
El nuevo rito fue aprobado el 18 de Junio de 1968 con la Constitución
Apostólica: Pontificalis Romani, de Paulo VI. La Ordenación debe darse dentro de la
celebración de la Eucaristía en un día festivo o dominical. Y el " Electo " es asistido
durante la ordenación por dos presbíteros.
Curso para Monaguillos y Ministros 81 06/05/19
El poner el libro de los Evangelios sobre la cabeza del ordenando, mientras se
reza la oración de Ordenación, es un uso Sirio que ya se tiene noticia de él en el siglo
IV, significa el descenso del Espíritu Santo como Don dado por Cristo, presente en el
signo del mismo evangeliario.
La oración de ordenación actualmente sustituye una del siglo VIII que pertenecía
al sacramentario Gregoriano. La actual es básicamente la que presenta Hipólito de
Roma en la Traditio Apostolica, salvo algunos retoques.
La unción en la cabeza, está tomada de los ritos franco-germánicos del siglo VIII
que recoge la tradición judía de la unción del sumo sacerdote (Lv 8,12): Dios, quien te
ha hecho partícipe del sumo sacerdocio de Cristo, derrame sobre ti el bálsamo de la
unción, y con su bendición, haga fecundo tu ministerio.
Sigue la entrega del Evangeliario del cual el Obispo es custodio y principal
proclamador: Recibe el Evangelio y anuncia la palabra de Dios con sabiduría y
perseverancia. El anillo es símbolo de la fidelidad del Obispo a la Iglesia local: Recibe
este anillo, signo de fidelidad, y permanece fiel a la Iglesia, esposa santa de Dios. La
mitra que recientemente se impone con una oración hace referencia a la corona de
santidad: Recibe la mitra, brille en ti el resplandor de la santidad, para que, cuando
aparezca el Príncipe de los pastores, merezcas recibir la corona de la gloria que no se
marchita. Antiguamente se paragonaba con los rayos que salían de la cabeza de
Moisés. El báculo, llamado más propiamente: pastoral, es entregado con una frase
tomada de Act. 20,28. Recibe el báculo, signo de tu oficio pastoral, y cuida de toda tu
grey, porque el Espíritu Santo te ha constituido obispo, para que apacientes a la
Iglesia de Dios. Los ritos ilustrativos concluyen con el ensediamento del Obispo, es
decir, su toma de Posesión.

3.- El Presbítero:

a) Nociones:
El ministerio sacerdotal, debe ser visto, solo como participación a los tres oficios
de Cristo y por lo tanto como un desarrollo del único ministerio que Cristo le ha
confiado a la Iglesia. De tal manera, que cualquier comparación con el sacerdocio de
la AT o de las religiones paganas está fuera de lugar. En efecto, el nombre propio de
este grado del orden ( no sacerdotal, sino sagrado ) es el presbiterado. Por lo tanto,
solo de manera relacional, se puede hablar de sacerdocio o de sacerdote.
Estas falsas interpretaciones, dieron origen, desde la Edad Media, que varios
textos del AT entraran casi íntegros a la liturgia cristiana. Tal es el caso del rito del
presbiterado, que quedó consignado en el sacramentario gregoriano del siglo VIII.
Pero, mientras que el rito de la ordenación de obispos fue adecuado a la enseñanza de
la Traditio Apostolica (siglo II), quitándole las formas rebuscadas de la litúrgica
galicana. No así, sucedió con el rito de la ordenación de los presbíteros y diáconos,
que hasta el día de hoy se usan los formularios del sacramentario gregoriano del siglo
VIII.
Santo Tomás de Aquino (siglo XIII), y el Decreto Pro Armenis (siglo XV)
inspirado en la Summa Contra Gentiles, sostenían la opinión que el signo esencial de
la ordenación de los presbíteros era la entrega del cáliz y la patena. Hasta que Pío XII
en 1947 declara que el núcleo que confiere el Orden es: La imposición de las manos y
la oración. Esto va ir abriendo la brecha hasta llegar a la teología del Vaticano II. Pero,
Curso para Monaguillos y Ministros 82 06/05/19
como ya mencionamos desafortunadamente, el rito se seguirá tomando de la Edad
Media, y no de la Edad Post-Apostólica.
Sin embargo, el Vaticano II, insistiría mucho sobre la naturaleza, ser y quehacer
del presbítero, tal como lo enseña el Decreto sobre el ministerio y vida de los
Presbíteros: Presbiterorum Ordinis (7.I.1965). Pero, mayores precisiones tuvieron
lugar en la Constitución Apostólica: Lumen Gentium (LG 28), de donde, incluso, está
inspirada la homilía del Obispo el día de la ordenación. El Presbítero es colaborador
necesario de los obispos y constituyen con él, el único presbiterio al tiempo que hacen
visible a la Iglesia Universal.
Cuando el Obispo pregunta la responsable de la formación sobre la idoneidad, la
respuesta de éste, hace indicar un elemento que sobrevive de la Edad Apostólica: El
intervento de la Comunidad Cristiana en la elección del candidato.
El gesto de poner las manos en medio de las manos del Obispo, viene de la
cultura germánica, en la cual el vasallo quedaba sometido al señor feudal. Las letanías
de los santos, no es un rito accidental, sino fundamental de la ordenación, ya que los
presbíteros, son ordenados por el Obispo, pero en íntima conexión con la oración de la
ekklesia reunida en torno a él. La imposición de la manos por parte del resto de los
presbíteros presentes en la ordenación, tiene un sentido de acogida y no con-
consagrantes.
Como ya hemos mencionado, la oración de ordenación, no está a la altura
teológica y ministerial del presbiterado.
Solo los presbíteros, pueden revestir al neo-ordenando con las vestiduras que le
son propias para la Celebración Eucarística. Los neo-presbíteros concelebran con el
obispo y el resto del presbiterio, e inclusive, se puede hacer una mención especial en
la parte de las intercesiones por los vivos.

4.- Los Diáconos:

a) Nociones:
El oficio de los diáconos viene ya mencionado en los escritos del NT (Fil 1,2; 1
Tm 3,8s). Pero solo como precursores, del actual ministerio diaconal, pueden ser
considerados aquellos siete varones escogidos por los Apóstoles (Act 6,1-6). Que
aunque el texto indica que fueron elegidos para el servicio de las mesas y la atención
caritativo-social. Rápidamente, aparece que además predicaban y bautizaban
(Esteban, Felipe). Ya 1 Tm 3,8-12 insiste en algunos requisitos morales que deben
poseer los diáconos.
En el siglo II, san Ignacio de Antioquía, ya reconoce el diaconado como un
ministerio estable de la Jerarquía Eclesiástica. Aunque en Oriente, el diaconado se da
para serlo toda la vida. En occidente, ante la demanda de Celebraciones Eucarísticas,
como pago de penitencias y por sufragios, los diáconos fueron ordenados presbíteros.
De ahí en adelante, el diaconado va ser solo un grado para llegar al presbiterado. No
obstante, que el Concilio de Trento, intentó restablecer el diaconado permanente, esto
no fue llevado a cabo. Ahora, el Vaticano II, ha vuelto a insistir sobre la necesidad de
este ministerio en la Iglesia de manera estable.
El diaconado, se da a hombres en edad madura que vivan en matrimonio y a
jóvenes que deseen guardar el celibato para toda la vida, según el motu proprio de
Paulo VI: Sacrum Diaconatus (18.VI.1967). Respecto de la Liturgia de las Horas, los
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diáconos permanentes, se basan mediante una legislación propia de cada Conferencia
Episcopal.

5.- El Servicio Litúrgico de las Mujeres:


La carta apostólica: Ministeria Quedam, establece los ministerios laicales de
Lector y Acólito, y además, posibilita a las Conferencias Episcopales, a presentar algún
otro tipo de ministerio. La disposición VII de esta carta, establece que estos
ministerios quedan reservados al sexo masculino. Esto, a juicio de muchos, es una
grave discriminación hacia las mujeres.
En la Instrucción para la Exacta Aplicación de la Constitución Apostólica
(5.IX.1970), se le concede a las mujeres leer las lecturas en Misa, pero no el
Evangelio. En la Instrucción: Immensae Caritatis (29.I.1973) las admite para el
ministerio extraordinario de la Comunión, tanto dentro como fuera de la Misa. Total,
que para un ministerio estable de este tipo, las mujeres no pueden ser admitidas.
Pero, pese a esto, la Instrucción: Inestimabile Donum (3.IV.1980) no permite que ni
las mujeres, ni las niñas puedan desempeñarse como acólitos temporales u
ocasionales.
Sin olvidar, que en el pasado neo-testamentario, un grupo de mujeres seguía y
atendía a Jesús y a sus Apóstoles. Sin olvidar que éstas recibieron la primera noticia y
visión del Resucitado. Sin olvidar que estaban presentes el día de Pentecostés.
Sin olvidar que en la Edad Apostólica se menciona a las diaconisas y que la
Iglesia Oriental durante los primeros siglos tuvo diaconisas. Sin olvidar que no hay
razones teológicas de peso. Sin olvidar que hay muchas razones pastorales para
promover a las mujeres, no solo a los ministerios estables y aún al diaconado
permanente.
Sin olvidar que la Pontificia Comisión Bíblica aprobó por unanimidad que no
existían razones de base en la Escritura, tanto para admitirlas como para no
admitirlas.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, el 15 de Octubre de 1976, publicó:
Declaración sobre la Admisión de las Mujeres a la Ordenación Sacerdotal: " La Iglesia,
por fidelidad al ejemplo de su Señor, no se considera autorizada para admitir a las
mujeres a la ordenación sacerdotal " (AAS 69(1977) 98-116).
Finalmente en el año de 1995 la misma Congregación para la Doctrina de la Fe
declaró en el nombre del santo Padre Juan Pablo II como definitivo el no acceso de las
mujeres a las Ordenes Sagradas, quedando fijado como VERDAD del Magisterio
Ordinario de la Iglesia, por lo cual queda establecido para el presente y el futuro esta
enseñanza.

PARTE IV

CAPITULO I: ARENDER A ACOLITAR

Dentro de la Celebración Eucarística si no hay monaguillo sería bueno que le


preguntáramos al Padre, si le gustaría que le ayudemos al servicio del altar. Por lo que
doy a conocer algunas pistas para realizar este servicio.
1. Primero que nada ubicar la credencia donde se encuentran los vasos sagrados,
si hay tiempo checar e identificar el cáliz y el copón, así como la patena y las
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vinajeras. Checar el contenido de las ostias, corporal y purificador. Que este también
la jarra con agua, jofaina y manutergio. Si hay algo que falte comunicarle al sacristán
inmediatamente.
2. Tomar el misal romano, identificar el día que estamos celebrando, el domingo o
alguna fiesta o solemnidad, identificarlo con el listón que utilizaremos, solo para la
oración colecta y para la oración después de la comunión será cuando se presentará al
sacerdote. Preguntarle si utilizará los ritos iniciales.
3. Salir en procesión o directamente por el altar, según la costumbre de la
parroquia. Al llegar hacer reverencia al altar. Sentarse en un lugar propio y cercano al
sacerdote.
Después del Señor ten piedad, sigue la oración colecta, acercarse con el misal abierto
para que sea leída por el sacerdote.
4. En la proclamación del Evangelio acompañar al Padre hasta el ambón donde
proclamará la buena nueva, hacer reverencia junto con al Padre al altar y seguimos
con las manos juntas. Al terminar la proclamación el Padre dará la homilía. Nosotros
nos sentamos.
5. Al terminar seguirá, el credo; si es domingo o solemnidad, posteriormente la
oración universal.
6. A continuación el Ofertorio: si hay procesión de ofrendas, ayudar al Padre a
recibirlas, y colocarlas en el altar. Si no hay procesión de ofrendas, colocar cáliz,
patena, corporal, posteriormente el copón. Acercar jarra, manutergio, jofaina cuando
el Padre ha terminado la oración de los dones. Colocar el misal sobre el altar.
7. En el momento de la consagración hacer sonar las campanas: primero cuando
levanta la ostia y segunda cuando levanta el cáliz.(Se pueden sonar también al inicio
de la consagración cuando el sacerdote pone las manos sobre los dones, para que el
pueblo se ponga de rodillas y terminada la consagración se hacen sonar para que el
pueblo se ponga de pie)
8. En el momento de la comunión tomar la patena, al terminar ponerla en el altar
para que el Padre la purifique.
9. Acercar la vinajera que contiene el agua para que el Padre purifique los vasos
sagrados.
10. Ir retirando lo que esta sobre el altar y ponerlo sobre la credencia.
11. A continuación la oración después de la comunión. Abrimos el misal en la misma
hoja donde empezamos la oración colecta, en el listón previamente identificado.
12. Termina la celebración después de la bendición y despedida. Junto con el padre
después de que besa el altar hacemos reverencia al altar y nos retiramos.
13. Ya en la sacristía hacemos reverencia al crucifijo junto con el Padre.

CAPITULO II.- SACRISTÍA

Sacrista [sust. masc.] sacristán, dignidad eclesiástica encargada de la sacristía.

Sacristán [sust. masc.] El que en las iglesias tiene a su cargo ayudar al sacerdote en
el servicio del altar y cuidar de los ornamentos y de la limpieza y aseo de la iglesia y
sacristía.

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•Dignidad eclesiástica a cuyo cargo estaba la custodia y guarda de los vasos,
vestiduras y libros sagrados y la vigilancia de todo lo de la sacristía.
• mayor. El principal entre los sacristanes, que manda a todos los dependientes de la
sacristía.

Sacristana [sust. fem.] Mujer del sacristán.


•Religiosa destinada en su convento a cuidar de las cosas de la sacristía y preparar lo
necesario para el servicio de la iglesia.
•Mujer encargada de la sacristía.

Sacristía [sust. fem.] Lugar, en las iglesias, donde se revisten los sacerdotes y están
guardados los ornamentos y otras cosas pertenecientes al culto.
•(Poco usado) sacristanía.

Sacrista del Papa.


Es el que cuida de la sacristía papal, lleva el título de prefecto y se le da siempre a un
religioso de la Orden de los ermitaños de san Agustín, se halla un Agustino novelli,
que ejercía este oficio desde el año 1287. El papa Alejandro VI dio una bula en 1497,
por la que mando que este oficio se confiriese siempre a un agustino, aun cuando no
fuese Prelado, mas hace mucho tiempo que los sacristas del Papa son Obispos in
partibus. Tienen bajo su custodia todos los ornamentos, vasos de oro y de plata,
cruces, incensarios, cálices, relicarios y otras cosas preciosas de la sacristía papal.

Cuando el Papa celebra la misa pontifical o particularmente, el sacrista prueba


en su presencia el pan y el vino del modo siguiente: Si celebra el Papa
pontificalmente, el cardenal que le sirve de diacono, presenta tres hostias al sacrista,
y se come dos de ellas. Si celebra particularmente antes del ofertorio, le presenta dos
hostias, de las que se come una el sacrista, y su camarero le echa en una taza de
plata dorada agua y vino de las vinajeras. Cuida de conservar y renovar cada ocho
días una gran hostia consagrada para dar el viático al Papa in articulo mortis, y como
que es un párroco, le administra también la extremaunción.

Cuando viaja el Papa, el sacrista ejerce una especie de jurisdicción en todos los
que le acompañan, y en señal de ella lleva un báculo en la mano. Distribuye a los
Cardenales las misas que deben celebrar solemnemente, después de haber
manifestado la distribución hecha el primer Cardenal presbítero. Reparte también a
los Prelados asistentes las misas que deben decir en la capilla del Papa. Distribuye
igualmente las reliquias, y firma los memoriales de las indulgencias que piden los
peregrinos por sí o para sus parientes.

Si es Obispo o constituido en dignidad, tiene asiento en la capilla en presencia


del Papa entre los prelados asistentes. Si no se halla el Papa, se sienta entre los
Prelados según su antigüedad, sin tener consideración a su calidad de Prelado
asistente, si no tiene la dignidad episcopal, ocupa su puesto después del último, o del
último abad mitrado. Cuando muere el Papa entra en el conclave en calidad de primer
conclavista, dice todos los días la misa a los Cardenales, y les administra los
sacramentos, así como a los conclavistas.
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Sacristán.
El sacristán es un oficial eclesiástico a las ordenes del cura, cuyo cargo es custodiar
los vasos, libros y ornamentos sagrados. Según el concilio de Toledo del año 632,
estaba a las ordenes inmediatas del arcediano: Un sciat sacrista se subjectum
archiacono, et ad ejus curam pertinere custodiam sacrorum vasorum, vestimentorum,
ecclesiasticorum, seu totius thesauri ecclesiastici, necnon quae ad luminaria pertinent
sive in cera sive in oleo. Pero habiéndose modificado la disciplina, ha quedado a las
ordenes del párroco, que es quien le nombra y puede deponerlo.

Antiguamente era el mismo cargo que el de tesorero, desempeñado por un


presbítero. En la antigua literatura eclesiástica, era llamado sacellarius o
mansionarius, y algunas veces cimilliarcha, cuyo cargo se daba a un sacerdote. (véase
mansionario tomo VII pag. 77). El cargo era ejercido por levitas o clérigos de
reconocida probidad, pero ya desde el siglo VI se confió a seglares.

De todos modos es un cargo que debe ser ejercido con mucho celo y diligencia, por
hombres de una conducta irreprensible. Actualmente tiene obligación de tocar las
campanas para llamar a los divinos oficios, cuidar de la limpieza de la Iglesia, asistir a
las procesiones y preparar los ornamentos, misales, cálices y todo lo necesario para
el servicio del altar. El párroco deberá prohibir todos los abusos a que son propensos
los sacristanes y monaguillos. Cuidará que sean exactos, puntuales y diligentes, y que
traten con respeto a las cosas sagradas. Cuidara que nunca se presenten en la Iglesia
con traje poco conveniente, y mucho menos descalzos y sin medias, o lo que sería
peor, en mangas de camisa, como sucede en algunas partes, sino que se presenten a
ser posible, con sotana y sobrepelliz. pero, como dice el P. mach, consiste en el cura
formarse un sacristán atento, respetuoso y exacto, dándole él mismo ejemplo.

Sacristía.
Según el Cardenal Bona, la palabra sacristía se deriva de secretarium o lugar
retirado: Otros la derivan de sacrarium, y otros, por ultimo, de sacris-stare, porque en
ella se preparaban los clérigos para las funciones sagradas. Entre los griegos se
llamaba diaconicon, porque estaba a cargo de los diáconos.(Véase tomo III pag
554)... y en ella se guardaban los vasos y ornamentos sagrados. Actualmente existe
en todas las Iglesias un departamento cerca del altar destinado para vestuario de los
clérigos, y para guardar los ornamentos y vasos sagrados. No era conocida en los
primeros siglos porque los clérigos se revestían sobre la credencia puesta al lado del
altar. Desde el siglo XI, era ya un edificio separado, o a lo menos un departamento
generalmente al lado de la epístola.

Según el P. mach, la sacristía deberá estar contigua al Presbiterio en cuanto sea


posible, y tener puerta de comunicación con él. Debe procurarse que no haya en ella
trastos viejos, candelabros o sillas rotas, estatuas mutiladas, etc., como se ven en
algunas sacristías. Es indispensable que haya en ella una fuente o lavamanos con dos
toallas para que los sacerdotes se laven las manos antes y después de celebrar.
Curso para Monaguillos y Ministros 87 06/05/19
Se han de desterrar de la sacristía todos los abusos que son frecuentes en estos
lugares. Ut ab ipsa sacristía, laicorum nimia frecuentia, indecentes sermones, iurgia,
rixae, actisque profani removeantur, dice el ceremonial. El párroco pues, no permitirá
que este lugar se convierta en una especie de salón de tertulia, gabinete de lectura de
periódicos, o sala de juegos para los monaguillos. Sería lamentable, en efecto, que los
fieles no pudiesen orar con devoción en la Iglesia distraídos por el ruido y bullicio que
se hace en la sacristía, o que si algún sacerdote quisiera recogerse antes o después de
la misa tuviese que salir de aquel lugar por no reinar en él mas que la disipación.

El sacristán.
El sacristán prepara las celebraciones del Obispo juntamente con el maestro de
ceremonias, y bajo su dependencia. El sacristán arregla con diligencia los libros para
la proclamación de la Palabra de dios y para el rezo de las oraciones, las vestiduras y
lo demás necesario para la celebración. Vigila se toquen las campanas para la
celebración. Cuida que se observe el silencio y la modestia en la sacristía y en el
“secretarium”. El ajuar conservado por tradición local no se menosprecie, sino más
bien consérvese en óptimas condiciones. Y lo que se debe adquirir, escójase según las
leyes del arte contemporáneo, evitando, sin embargo, la sola afición de novedades.

Al ornato del lugar de la celebración sagrada pertenece, ante todo, la esmerada


limpieza del piso, de las paredes y de todas las imágenes y cosas que se usan o se
exponen a la mirada. Evítese en el ornato tanto la suntuosidad, como la avaricia, en
cambio manténganse las leyes de la noble sencillez, de la decencia y del arte genuino.

La índole de los pueblos y la tradición del lugar indicaran las cosas que deben
emplearse y como se han de ordenar “con tal que sirva a los edificios y ritos sagrados
con el debido honor y reverencia”. CVIISCN123.
Sea tal el ornato de la iglesia que aparezca como un signo de amor y de
reverencia hacia Dios, y al pueblo le sugiera la índole propia de las fiestas y la alegría
y piedad del corazón.

Curso para Monaguillos y Ministros 88 06/05/19

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