¿Qué es la política?
La expresión Ciencia Política se determina en función de:
1. El estado de la organización del saber: aquí la noción de ciencia queda precisada cuando se
separa de la filosofía, no antes.
2. El grado de diferenciación estructural de los componentes humanos: en este caso la política
calificó todo y nada específico hasta que las esferas de la ética, la economía y de lo político
social se mantuvieron no divididas y no se tradujeron materialmente en diferenciaciones
estructurales. En este sentido, el modo más difícil de desatar/dividir fue el de lo social y lo
político.
Entonces la noción Ciencia Política, varía en función de qué se entiende por ciencia y qué por
política.
Para estudiar y comprender la historia de la Ciencia Política es necesario que tengamos en cuenta
que la historia se divide porque ciencia y política son variables que han cambiado mucho en épocas
diferentes y con velocidades diversas. Por lo tanto, cualquier teoría de la Cs. Política debe ser dividida
en períodos, por más breves que fueran.
La idea de política.
A menudo se oye decir que mientras en el pensamiento griego la politicidad incluía la socialidad, hoy
nos sentimos inclinados a invertir esta relación, e incluir lo político en lo social y la esfera de lo
político en la esfera de lo social. Pero este discurso contiene al menos tres errores:
1. Tal relación no existía en el pensamiento griego.
2. La socialidad no es en absoluto “la sociedad”.
3. Nuestra sustantivación de “la política” no tiene nada que ver con “politiké”.
Para Aristóteles el hombre era un Zoon Politikon, es decir, un animal político por el hecho de
que el hombre vive en la polis y esta vive en él y se realiza como tal.
Al decir animal político, Aristóteles expresaba la concepción griega de la vida, que hacía de la
polis la unidad constitutiva y la dimensión completa de la existencia, quiere decir que los
griegos veían en el vivir político, la totalidad de la vida y la esencia. Por el contrario, el hombre
“no político” era un ser defectuoso (idion) e inferior.
En la concepción griega, el animal político no se distinguía en modo alguno de un animal social,
de ese ser que nosotros llamaríamos sociable. El vivir “político” era al mismo tiempo el vivir
colectivo, asociado y en comunión.
Para Aristóteles no había diferencia alguna entre Socialidad y Política y ninguno de los dos se
resolvía en el otro por la simple razón de que “política” significaba las dos cosas a la vez.
Donde los griegos decían “polis” los romanos decían “civitas”. Pero esta última con respecto a la
primera es una ciudad de politicidad diluída en dos aspectos:
Se configura como una civitas societas: calificación más elástica, que amplía los límites.
organiza jurídicamente; lo que permite sustituir la “politicidad” por la “juricidad”. (civilis
societas o iuris societas)
La problemática vertical es extraña al discurso basado en la nomenclatura griega. Esto significa que
en la antigüedad griega la discusión sobre política naturalizaba la verticalidad, ya que todo lo
relacionado con la jerarquía estaba dado por hecho y no se discutía, es decir, estaba naturalizado. Es
por ello que el hombre obedecía porque debía hacerlo. La mujer en aquel tiempo no era considerada
ciudadana y se encontraba mal posicionada.
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Expresiones griegas tales como “RES PUBLICA” o “RES POPULI” hacían referencia al discurso
horizontal, es por ello que se presentaban en este ámbito discusiones y a su vez se daba la política a
través de la cual se intentaba mejorar por alineación (horizontal) por medio de discusiones con el
objetivo de lograr el bien común.
Los autores medievales y renacentistas sostenían que el “dominium politicum” era político en el
sentido aristotélico, es decir, que apoyaba el bien común y designaba la visión horizontal, mientras
que el discurso vertical se desarrollaba mediante las voces realeza, despotismo y principado.
También podríamos decir que el dominium politicum representaba una especie de “sociedad sin
estado”. Un término que simbolizaba más que ningún otro el enfoque vertical, característicamente
político era “príncipe”.
La política de Aristóteles era a la vez una antropología ligada indisolublemente al “espacio” de la
polis. Caída la polis, la politicidad se atenúa, diluyéndose o transformándose en otra. Por un lado, la
política se juridiciza (pensamiento romano) y por otro, se teologiza. La mirada romana es un poco
más horizontal que la griega ya que por ejemplo en Roma la mujer era considerada ciudadana y en
Grecia no. En Roma podía actuar en política, aunque no al igual que el hombre. De cualquier manera,
ni en Roma ni en Grecia se discutía la dimensión vertical.
La autonomía de la política.
La autonomía de la política es un concepto que debe tomarse en forma relativa, de él se desprenden
4 tesis:
La política es diferente
La política es independiente (porque sigue leyes propias)
La política es autosuficiente ya que basta para explicarse a sí misma
La política es causa primera, es decir, que es generadora de sí y del resto
Cabe aclarar que la tesis capital, la más importante, es la primera. Decir que es diferente es poner
una condición necesaria, no todavía suficiente.
Hobbes teoriza una política todavía más pura que Maquiavelo, la cual es omniprevisora y
omnicausadora. El príncipe de Hobbes es el Leviatán (manipulador exclusivo y total del mundo del
hombre), quién crea las reglas de la política y establece qué es esta, mientras que el príncipe de
Maquiavelo gobierna aceptando las reglas. Además veía a la religión como un sostén de la política.
Hobbes le atribuía a su soberano el control de la religión. Hobbes afirmaba un Pan-Politicismo que
todo lo reabsorbe y lo genera todo a partir de la política. Sin embargo a Hobbes no se le reconoce la
paternidad de la Ciencia Política (a Maquiavelo sí) ya que es un filósofo de la política cuyo sistema se
inspira en la concepción mecanicista del universo y su método es el lógico-matemático, es decir, el
deductivo. Mientras que la ciencia nace de la inducción y la observación Hobbes no observaba, sino
que deducía.
El descubrimiento de la sociedad.
El paso más difícil es el de establecer la diferencia entre estado y sociedad.
El pensamiento romano y medieval no expresaban una idea autónoma de la sociedad. Esta se
configuraba como “civilies societas” y “iuris societas”. La separación fue muy lenta.
A Locke se le atribuye una primera formulación de la idea de sociedad por el hecho de que fue el 1ro
en teorizar el derecho de la mayoría y la regla mayoritaria, es decir, una regla que restituye una
operatividad a la noción de pueblo. Esta atribución corresponde a la doctrina contractualista, en su
totalidad, donde la idea de sociedad es una idea de paz, de contrato con el soberano.
La autonomía de la sociedad respecto al Estado presupone otra diferencia: la de la esfera económica.
Es decir que la separación de lo social respecto de lo político supone la diferencia entre la economía
y la política. Esta es la vía maestra.
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Primero deben resolverse cuestiones económicas para poder separarse la política de la economía.
Luego de esta separación surge la especificidad de lo social y su separación. El ámbito social es más
amplio que lo político o lo económico, por ello es que suele prestarse a confusión con estos últimos.
La sociedad se configura como una realidad tan autónoma que puede volverse objeto de una ciencia
en sí misma y que Comte bautizó con el nombre de sociología, la cual declaró como reina de las
ciencias, donde sistema social es el que genera el sistema político.
La identidad de la política.
Siempre se pensó en la política, ya que siempre se pensó que el problema de los problemas terrenos
era regular el dominio del hombre sobre el hombre. Hoy en día la política sufre una crisis de
identidad porque está en boca de todos y no se mide la forma en cómo se la emplea.
Los comportamientos políticos no se rigen por un solo criterio, sino que dan lugar a una gran
variedad de movimientos. No se puede tomar el concepto al pie de la letra, ya que en política no se
da un comportamiento que tenga características de uniformidad similares a los morales o
económicos. No hay un tipo particular de comportamiento, sino más bien un ámbito, un contexto.
Se pueden clasificar en función de los ámbitos que se adscriben al sistema político.
Para afrontar la crisis de identidad hay que preguntarse cómo se han ido diferenciando y organizando
desde el punto de vista estructural las colectividades humanas. La crisis de identidad es sobre todo
una crisis de ubicación. El personal político es mayormente inmune a la crisis de identidad. Los
políticos saben dónde está la política y sus dominios
Los conceptos poder y coerción política no bastan para explicar la esfera de la política. Aparte de la
objeción de que la política no es solamente poder y coerción, queda en pie el hecho de que, además
del poder político, debemos registrar también un poder económico, militar, religioso y otros más. Lo
mismo vale para la coerción social, la coerción jurídica, la económica y así sucesivamente.
Cuanto más nos alejamos del formato de la polis y de la pequeña ciudad-comunidad, tanto más los
conglomerados humanos adquieren una estructura vertical.
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Weber: Sociología de la dominación y del Estado.
Weber define al Estado (producto de un proceso histórico) como una asociación de dominación
política, que en un determinado territorio reclama exitosamente para sí, el monopolio legítimo de la
coacción física.
A las demás asociaciones o personas individuales sólo se les concede el derecho de la coacción física
en la medida en que el Estado lo permite, ya que se considera como fuente única del derecho de
coacción. Para que el Estado subsista es necesario que los hombres dominados se sometan a la
autoridad de los que dominan en cada caso. Los motivos que justifican por qué los dominados se
someten, son los motivos de legitimidad de una dominación (tradicional, racional y/o carismática) y
los medios externos en los que la dominación se apoya. La política sería así, la aspiración a la
participación en el poder, o a la influencia sobre la distribución del poder, ya sea entre Estados o, en
el interior de un Estado, entre los grupos humanos que comprende. El que hace política aspira a
poder, ya sea como medio al servicio de otros fines o por el poder mismo.
En el Estado moderno, el verdadero dominio consiste en el manejo de la administración, el cual se
encuentra en manos de la burocracia tanto militar como civil. El progreso hacia el funcionario
burócrata implica la modernización del Estado.
La sociología sostiene que el Estado moderno es una empresa con el mismo título que una fábrica
(en esto consiste su rasgo histórico), ya que la separación del trabajador de los medios materiales del
trabajo es común en ambos casos, la disposición de dichos medios está en manos del poder al que la
burocracia obedece.
El desarrollo de la política en un empresa supone la separación de funcionarios políticos y
funcionarios profesionales; los políticos se distinguen por el hecho de que se los puede “poner a
disposición” en contraste con la independencia de los profesionales. El verdadero funcionario debe
administrar de modo imparcial, debe ejercer su cargo sin cólera ni prejuicio.
La burocracia no es la única forma de organización moderna, pero es la que imprime su sello tanto
en el presente como en el futuro y hay que tener cuidado ya que debe ser un medio y no un fin. Si se
comienza a tomar a la burocracia como un fin el hombre quedaría atrapado en la llamada “jaula de
hierro”, salvándonos únicamente la dominación carismática ya que es lo inverso a la dominación
legal.
Existen dos maneras de hacer política como una profesión:
Vivir “de” la política como profesión, aquel que aspira a hacerse de ella una fuente
permanente de ingresos.
Vivir “para” la política como una profesión, aquel que no aspira a hacerse de ella una fuente
permanente de ingresos, sino que la persona es independiente de los ingresos que la política
le pueda reportar y esto quiere decir que debe poseer bienes de fortuna. Para que la
dirección de un Estado esté en manos de estas personas, ha de llevarse a cabo un
reclutamiento plutocrático.
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Los tipos de dominación.
Poder: es la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social más allá de la
resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa probabilidad. Es amorfo y puede adquirir distintas
formas. El poder es no legítimo ya que tiene el monopolio de la fuerza.
Toda relación social incluido el poder y la dominación, está enmarcada en un ordenamiento, esto es,
desde donde tomamos los sentidos que cargamos en el comportamiento subjetivamente mentado,
dirigido hacia otra persona.
Existen tres tipos puros de dominación legítima. Se habla de las 3 en legitimidad porque el dominado
habilita la dominación, la reconoce. El fundamento primario de su legitimidad puede ser:
1) Dominación legal (utilidad)
Se obedece a un estatuto (código, ordenamiento). Es una creación social histórica que se puede ir
modificando, mientras existe dominación, pero si en algún momento deja de funcionar se puede
modificar. El equipo administrativo está formado por funcionarios nombrados por el señor, y los
subordinados son miembros de la asociación (ciudadanos). La asociación dominante es elegida, y ella
misma y todas sus partes son servicios. Son los que mejores conocen el estatuto y lo aplican. Este
estatuto/normas deben ser universales, legales y deben estar escritas.
No se obedece a la persona, sino al estatuto que se impone sobre todo, esto se asocia al concepto de
imperio de la ley donde quien se impone es impersonalmente la ley. Si bien se obedece al “señor”, no
lo hacen por atención a su persona, sino que obedecen a aquél orden impersonal y al cargo que ocupa
esa persona. También el que ordena obedece al reglamento de una norma formalmente abstracta. El
tipo del que ordena es el “superior”, cuyo derecho de mando esta aceptado por una regla estatuida, en
el marco de una “competencia” concreta. El funcionario es un profesional, donde su servicio se basa en
un contrato, con un sueldo fijo, graduado según el rango del cargo. Su ideal es actuar sin influenciarse
por motivos personales. El deber de obediencia esta graduado en una jerarquía de cargos y dispone un
derecho de queja reglamentado. El modo de relacionarse, Weber, lo llama la disciplina del servicio
(código de conducta en función de servicio al estatuto)
No solo se aplica en una Nación, sino también en una empresa capitalista. El dominio de la empresa es
en parte heterónoma (Estado), y cada vez más burocrática en su organización administrativa. El ingreso
a dicho dominio es formalmente voluntario. Que el “contrato” constituya la base de la empresa
caracteriza a ésta como tipo destacado de la relación de dominación “legal”. Se obedece al contrato
porque es una manera de demostrar la relación entre medios y fines.
La burocracia en la modernidad se extiende a todos los ámbitos de la vida
Según Weber hubo dos formas históricas en las que se dio el tradicionalismo en occidente:
Patrimonialismo: combinación entre derecho romano y canónico. Representa una estructura
vertical que en su forma extrema puede adquirir la forma de monarquía absoluta.
El rey es el soberano propietario de las tierras y cuando otorga a alguien el reconocimiento
sobre ellas le da el poder administrarlas, pero no la propiedad. El rey se rodea de un séquito de
personas que tienen una relación cercana a él.
Feudalismo: es una estructura horizontal en la que el rey es rey por reconocimiento de los
señores, y estos son señores por el reconocimiento del rey y de sus derechos. Ejemplo:
monarquía parlamentaria.
Aunque sea una relación autoritaria el dominado abala al señor porque está apoyada sobre una base
afectiva. Es en la única de las 3 que existe el líder como tal.
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Rutinización del carisma
En el caso de que la dominación carismática no sea efímera sino duradera, la dominación tiene que
variar su carácter. Se racionaliza o tradicionaliza o ambas, es decir, la dominación sobrevive al carisma
cuando el líder no está.
Por otra parte, la rutinización también implica el proceso por el cual algo excepcional se vuelve
cotidiano u ordinario. Weber plantea distintas posibilidades teóricas para lograr la rutinización del
carisma:
Delegación en vida del carisma a otro líder, que este elige.
El séquito carismático es quien lo elije.
Por revelación (oráculos, juicios de dios, sorteo)
Herencia. Carisma como cualidad de sangre.
OSZLAK:
Estatidad:
La formación del estado es un aspecto constitutivo del proceso de construcción social donde se van
definiendo los componentes que estructuran la vida social organizada. Dentro de este proceso la
formación del estado nacional supone la conformación de la instancia política que articula la
dominación en la sociedad por un conjunto independiente de instituciones que permiten su
ejercicio.
La existencia del estado se conforma a partir del desarrollo de un conjunto de atributos que definen
la “estatidad” (la condición de ser estado: Instancia de organización del poder y de ejercicio de la
dominación política. Es relación social y aparato institucional)
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intento de creación de un estado, pero no duro más de una década. Luego con el triunfo de Pavón y
Bs.As. se allano el camino para la organización.
Varios fueron los factores que impidieron la organización nacional (aislamiento e independencia
provincial con formas caudillistas de dominación, intereses económicos regionales contradictorios,
lenguajes indígenas, no había homogeneidad étnica, órganos político- administrativos coloniales que
tendían a reforzar el ámbito provincial, pobres recursos y población escasa) DISPERSION DE
AUTORIDAD, INEXISTENCIA DE UN APARATO ADMINISTRATIVO Y JURIDICO CON ALCANCES
NACIONALES, Y SIMBOLOS DE SENTIMIENTOS DE PERTENENCIA
Todas las penetraciones tienen un común fundamento consensual facilitando una creciente
presencia articuladora del estado y forman parte del proceso de adquisición de los tributos de
estatidad. A su vez tienen a producir diversas consecuencias: