Anda di halaman 1dari 93

I.

Psicopatología, clínica y ética


1."LA PSICOPATOLOGÍA: DE LA CLÍNICA AL PSICOANÁLISIS" GODOY.

Lacan decía que hay una clínica, desde que hay clínicos. Esa clínica es anterior al psicoanálisis,
es la que
construyeron los clásicos de la psiquiatría identificando y nominado una serie de tipos clínicos.
La psicopatología es el campo a través del cual el psicoanálisis va a incidir también en el campo
de la
psiquiatría. Esto lo demuestra el modo en que los psiquiatras Bleuer y Jung, tomaron las
concepciones
freudianas para a creación del concepto de Esquizofrenia.
Estos tipos clínicos no son especies naturales, sino el recorte, producido en el campo de la clínica
a partir de ciertos conceptos que agrupan un conjunto de síntomas
Se trata de producir la lógica que rige a la historia. Esta lógica puede recorrerse en dos
perspectivas distintas: una, nacida en el campo de la psiquiatría, nos permitirá entender cómo un
psiquiatra historiza
su disciplina, otra, desde la extraterritorialidad psicoanálisis y el concepto lacaniano de estructura,
nos
abrirá otra vía en la lectura de los clásicos. La psicopatología es el punto de intersección entre la
psiquiatría y el psicoanálisis.

Los paradigmas de la psiquiatría:

Lantén- Laura ha propuesto la utilización del concepto de "paradigma" establecido por Kuhn
para realizar una lectura de la historia de la psiquiatría, desde sus orígenes hasta la actualidad. E
paradigma constituye el conjunto del saber establecido que sostiene a la ciencia normal en su
función, opera como una referencia eficaz que permite resolver los problemas planteados en un
campo científico dado. Es un marco en el interior del cual es posible un conjunto de teorías. La
eficacia de este paradigma se mantiene mientras no surjan problemas que lo pongan en crisis. El
estado de crisis se mantendrá hasta el surgimiento de un nuevo paradigma. Lanteri-Laura agrega
a esta teoría que el pasaje de un paradigma a otro deja "restos" manifiestos durante un tiempo, es
decir, permanecen nociones o criterios residuales del paradigma anterior.
Con este modelo aplicado a la psiquiatría, Lanteri Laura distingue 3 paradigmas
fundamentales: El de La alienación mental, el de LaS enfermedades mentales, y el de
las grandes estructuras psicopatológicas. LOS DOS PRIMEROS PARADIGMAS
CORRESPONDEN A LOSÓOS TIPOS DE CLÍNICA QUE DISTINGUE BERCHERIE:
CLÍNICA SINCRÓNICA Y CLÍNICA DIACRÓNICA.

• 1° Paradigma: La alienación mental: La psiquiatría clásica surge en 1973, de la mano de


Pinel.
Corresponde al pasaje de la noción de "locura" al concepto médico de "alienación mental".
Podríamos ubicarlo como el paso fundacional de la psiquiatría que introduce la locura en el campo
de
la medicina, con lo cual pasa a considerarla como una enfermedad. Pinel, junto a Esquirol,
considera
a la alienación mental como una especialidad autónoma. Aquí se destaca el singular de "LA
alienación mental" (volverse otro cuando uno enloquece). Sus variedades de presentación no le
quitan el carácter de ''enfermedad única'", para la cual se supone una única forma de tratamiento:
el

1
tratamiento moral. En este período surge el dispositivo de la internación como parte esencial del
tratamiento moral. El asilo sería un ambiente enteramente racional que podría volverle la razón al
alienado. La crisis de este paradigma puede ser ubicada a partir de la obra de Falret que sostuvo
que,
lejos de tratarse de una enfermedad única, la patología mental se componía de una serie de
enfermedades específicas e irreductibles unas a las otras. Ellas son especies verdaderamente
distintas,
caracterizadas por un conjunto de síntomas y una marcha determinada. El trabajo de Falret
introduce
la crisis del paradigma de la alienación mental y sienta las bases sobre la que se construye el
paradigma de "LAS enfermedades mentales".

• 2° Paradigma: Las enfermedades mentales: Este nuevo paradigma pone el acento en la


semiología y en la observación clínica del paciente, ya que al multiplicarse las enfermedades se
vuelve crucial la evaluación diagnóstica. Al constituirse la patología mental como un conjunto de
enfermedades distintas, con sus signos propios y sus modos singulares de evolución, se
requería
reconocer sus signos. Es así como se despliega la semiología psiquiátrica para establecer un
pronóstico y un tratamiento adecuado. Esto produce un desarrollo marcado en la clínica: la
construcción de las grandes nosografías. La observación atenta y la descripción constituyen lo que
Lanteri Laura llama "empirismo estricto": el que hace valer la observación por oposición a los
presupuestos, es decir, la clínica como distinta y opuesta a la psicopatología. La crisis de este
paradigma se da porque la multiplicación de las especies mórbidas se torna difícil de ordenar.
Es decir, se produjo una proliferación de enfermedades sin causa. Empiezan a aparecer
clasificaciones, pero con ellas aparecen los problemas. La psiquiatría siempre fue la pobre de la
medicina. En esta última no basta con dar una clasificación a una enfermedad, sino que hay que
dar cuenta de la causa.

Psiquiatría Clásica: Dos rivalidades: Escuela alemana, y Escuela Francesa

Problema: al no poder fundar una causa de la enfermedad, cada escuela clasifica a las
enfermedades a su manera. Las clasificaciones de la escuela alemana no coinciden con las
clasificaciones de la escuela francesa. La psiquiatría nunca pasó del nivel sindrómico. Se tienen
los síntomas pero no la causa (síndrome).

Los psiquiatras buscaban la causa de estas enfermedades de acuerdo a ciertas localizaciones


cerebrales. Sin embargo, será el surgimiento de la obra de Freud, y sus incidencias en Bleuler
las que constituirán las bases para el tercer paradigma.

• 3° Paradigma: Las grandes estructuras psicopatológicas: Se empezó a tratar de agrupar el


caos que se generó en ese momento, debido a la proliferación de enfermedades sin causa. La
psiquiatría empezó a organizar las enfermedades en grandes estructuras, utilizando hipótesis
psicoanalíticas. Todas aquellas clasificaciones se empiezan a agrupar en grandes estructuras
(psicosis, neurosis).

Momento en que un conjunto de conceptos y la psicopatología misma se imponen en el ámbito


de la psiquiatría, produciendo una modificación crucial. Lanteri Laura ubica el surgimiento de
este 3° paradigma en la intervención de Bleuler y marca su declinación con la muerte de Henri
Ey. El modelo órgano-dinámico de H Ey implicará el último esfuerzo por constituir un sistema
que de su razón a la psiquiatría en su totalidad. La oposición entre neurosis y psicosis se
impondrá en este momento.

2
Para Lanteri Laura, con la prevalencia de la noción de estructura, la relación entre psiquiatría
clínica y psicopatología, se va a invertir completamente. La psiquiatría clínica pasará a un 2°
plano, como una disciplina médica inevitables, pero muy empírica, limitada a tareas útiles pero
sin preocupación antropológica, apuntando a establecer un diagnóstico y a conducir un
tratamiento. La psicopatología, al contrario, devendrá dominante. Uno de los autores que marca
el punto de crisis de paradigma de las enfermedades mentales es Bleuler. Diferencias entre
Kraepelin y Bleuler: Mientras que el primero con su concepción de demencia precoz se
encuentra en el 2°paradigma, Bleuler marca el pasaje del 2" al 3" al introducir el concepto de
esquizofrenia. Para Kraepelin, la demencia precoz constituía una enfermedad que podía ser
abordada a partir de la descripción clínica y cuya evolución asegura su unicidad. Bleuler por el
contrario se sitúa en otra perspectiva, introduce hipótesis psicopatológicas y no descriptivo-
semiológicas, poniendo en cuestión el valor de las enfermedades mentales. Esto traerá
aparejado una progresiva reducción de las enfermedades mentales junto con una ampliación del
concepto de esquizofrenia hasta cubrir casi todo el campo de la psicosis. Minovvski, seguidor de
Bleuler introdujo una crítica al 2° paradigma : La psiquiatría objetiva es insuficiente y no permite
analizar los elementos, más que como elementos psíquicos artificialmente aislados, a los que se
le atribuyen falsamente una realidad propia. Por el contrario, desde la perspectiva
psicopatológica, el síndrome mental no es una simple asociación de síntomas, sino la expresión
de una modificación profunda y característica de la personalidad humana entera. El diagnóstico
estructural consistirá para Minowski en la identificación del trastorno generador. Lo esencial es
encontrar que todos los síntomas de una entidad nosológica remiten a un mismo trastorno
generador, lo cual permita situar los síntomas en un análisis estructural.

El paradigma lacaniano: El psicoanálisis ha jugado un papel determinante en el pasaje del 2°


paradigma al 3°, tanto por las hipótesis psicopatológicas que Freud introduce, que tendrán
incidencia en la psiquiatría a través de Bleuler, como la distinción entre neurosis y psicosis. Sin
embargo, el 3"paradigma sigue estando en el campo de la psiquiatría.

DIFERENCIAS ENTRE "LA CLÍNICA DE LA MIRADA (PSIQUIATRÍA) Y LA CLÍNICA DE LA


ESCUCHA (PSICOANÁLISIS)

Punto de ruptura entre la concepción más sistematizada que produce la psiquiatría del 3°
paradigma y la orientación lacaniana del psicoanálisis. Si el 2° paradigma ponía su acento en el
fenómeno clínico y el 3° destacaba la noción de estructura, Lacan propone en lugar de una
disyunción, una conjunción: buscar la estructura en el fenómeno, poner el acento en la
estructura formal del síntoma.

La psiquiatría excluye el campo del goce, mientras que para el psicoanálisis la consideración
de la envoltura formal del síntoma, sea neurótico o psicótico es inseparable de la
problemática de goce que implica. El psicoanálisis constituye una clínica bajo transferencia.
Esto lo aleja de la descripción objetivante de la psiquiatría, introduciendo la posición subjetiva
de aquel que nos habla de los fenómenos que lo habitan.
Es una etiología basada en una serie de mecanismos psíquicos que no son observables sino
que se deducen de lo psíquico. El síntoma no se identifica por observación, sino por ¡apalabra.
Cómo se dice, cómo se transmite, cómo se vive, cómo se experimenta, aquello que el paciente
padece. En la psiquiatría hay una exterioridad del profesional respecto a la enfermedad. Mientras
que Freud utiliza una clínica que funciona en transferencia. El analista no es externo al síntoma,
sino que queda tomado dentro de él, uno queda incluido en el síntoma. El psicoanálisis
introduce una perspectiva ética que conecta al sujeto con lo que padece, a diferencia de la
psiquiatría en donde se construyen perspectivas del síntoma que lo desconectan del sujeto. Por

3
ejemplo, la cuestión genética que no tiene nada que hacer ni nada que decir. El psicoanálisis nos
brinda la posibilidad de establecer diagnósticos diferenciales. El diagnóstico tiene una utilidad
clínica: modo de cómo pensar la lógica del síntoma y como intervenir sobre él. No se trata de
clasificar o etiquetar una enfermedad (como se hacia en el 2° paradigma). El psicoanálisis nos da
una perspectiva para la cura.

Todo esto nos lleva a ubicar a la psicopatología en una perspectiva distinta a la de Lanteri-
Laura: Los trabajos de Freud son decisivos en la constitución del campo de la psicopatología
al introducir la formulación de hipótesis sobre la formación de síntomas.

Freud había reunido la histeria, las representaciones obsesivas, etc. Bajo el nombre de
neuropsicosis de defensa, porque había encontrado para estas afecciones un punto en
común: ellas nacían mediante el mecanismo psíquico de defensa. Aquí vemos como Freud
reúne en una misma categoría (neuropsicosis de defensa), entidades muy distintas,
porque la hipótesis psicopatológica del mecanismo psíquico de la defensa le brinda un
punto de vista en común. Vemos aquí como lo psicopatológico vence el plano descriptivo
del 2° paradigma y se basa en la explicación de las causas, recurriendo a hipótesis
psicopatológicas. LA PSICOPATOLOGÍA ES LA QUE VINO A DARLE A LA
PSIQUIATRÍA, LAS HIPÓTESIS EXPLICATIVAS QUE CARECÍA. Como conclusión,
podemos hablar de un paradigma lacaniano, ya no de la psiquiatría, sino del
psicoanálisis. Este se elabora a partir del modo en que Lacan produce las estructuras
freudianas a partir de la lectura de Freud, dando cuenta de la envoltura formal del síntoma
y su relación con el goce.

2-Situacion de la psicopatología- Mazzuca:


La psicopatología es una de las disciplinas que forman parte de la psicología como ciencia. Tiene
como objeto de estudio de los procesos y fenómenos psíquicos patológicos. Elabora sus
conocimientos a partir de hechos y no se vincula con ningún campo de aplicación aunque
siempre se relacionó con la psiquiatría y con el psicoanálisis (donde la psicopatología saco sus
datos empíricos).

Historia:

Surge a fines del siglo XIX formando parte de la tendencia de la psicología de constituirse como
ciencia y tuvo varias ramas o fuentes: el psicoanálisis, la psiquiatría y la psicología francesa.

En Francia; Ribot fundo esta disciplina y se basaba en el método patológico que era estudiar los
hechos patológicos para comprender la psicología normal. Ribot tuvo muchos discípulos
provienientes de la medicina que agregaron conocimientos filosóficos y del área de la psiquiatría.
TIENE ENTONCES UN ORIGEN UNIVERSITARIO DESPRENDIENDOSE DE LA FILOSOFIA. Y
SE INTEGRA A LA PSIQUIATRIA.

El psicoanálisis de Freud; invento una psicopatología que explica los síntomas de sus pacientes
neuróticos. Como ribot, busco construir una psicología del hombre normal partiendo de los
enfermos. La psicopatología asume en su obra la modalidad de describir los mecanismos
responsables del surgimiento, formación y mantenimiento y evolución de los diferentes tipos de
síntomas.

4
En la psiquiatría; con Bleuer, quien delimito la esquizofrenia, con Kraepelin quien marco la
demencia precoz etc.

(Sigue el texto de la historia de la psicopatología pero se repite en otras partes del resumen y no
creo que lo tomen. Igual son pocas páginas).

3-“Ética, psicopatología y psicoanálisis (lo normal y lo patológico)” – Mazzuca:

El término psicopatología tiene un campo de pertenencia: la cuestión de lo normal y lo patológico, la


salud y la enfermedad. Estas cuatro nociones conservan un carácter ético. La ciencia surge de, y se
sostiene en cierta posición ética que ubica el deseo de saber por encima de cualquier otro valor. Son
frecuentes las ocasiones en que el avance científico plantea nuevos problemas éticos. Y ha
comenzado a generalizarse la duda sobre si la ciencia y la tecnología que ella induce no traerán más
males que bienes no solo a la humanidad sino al planeta mismo. La psicopatología no es ajena a esta
problemática ética. La definición misma del campo de la psicopatología se establece por criterios
morales, y esto interviene también en cada una de las categorías diferenciales que han surgido en el
campo de la psicopatología, ya sea en las diversas entidades clínicas (neurosis, psicosis,
perversiones), o en las nociones fundamentales con las que se las aborda (síntoma, trastorno). Por
ejemplo, en el caso de la homosexualidad, que recorrió una trayectoria en la cual pasó de ser
considerada en sus inicios como un pecado y un delito, (consideración de fuerte influencia religiosa); a
ser pensada luego, en los inicios de la psicopatología, como una enfermedad, una perversión; y por
último en la actualidad a ser considerada como una de las formas de orientación sexual, una elección
subjetiva. Estos diversos modos de abordaje, que se distinguen tan claramente en el caso de la
homosexualidad, son aplicables en realidad a todas las categorías psicopatológicas, ya que, por lo
menos desde la perspectiva del psicoanálisis, las neurosis y las psicosis también son elecciones
subjetivas. Freud desde sus primeros trabajos psicopatológicos puntualizó que el inicio o el
desencadenamiento de la neurosis constituía una vía para eludir una decisión: para no enfrentar el
conflicto surgido en un momento determinado de su trayectoria vital, el neurótico prefiere enfermar en
vez de decidir. Este es uno de los rasgos más característicos de las neurosis, mantener una
indeterminación subjetiva que evita la resolución de los conflictos.
En cuanto a por qué enfermar con una u otra forma de neurosis, la elección se produce muy
tempranamente y no se trata de una decisión deliberada ni consciente. Esto problematiza el hecho de
denominarla elección subjetiva, pq el sujeto es más bien un resultado de esa elección y no tanto su
agente. Que la decisión sea inconsciente e ignorada por el sujeto, no lo hace menos responsable de
ella, como cree el neurótico que se ubica como víctima de su inconsciente. Un psicoanálisis consiste
para un neurótico precisamente en hacerse responsable del inconsciente, es la posición ética para
comenzar y sostener la experiencia psicoanalítica.
Si bien el modo de goce es un componente esencial en la definición de todas las categorías
psicopatológicas, este ocupa un lugar preponderante en la perversión. La posición subjetiva en relación
con el goce, lo que se estimula y lo que se desalienta, lo que está permitido, lo que está prohibido, en
el caso de las llamadas perversiones es donde resulta más evidente la existencia de diferentes
enfoques desde una perspectiva moral.
La histeria y la neurosis obsesiva son abordadas por Freud como formas de neurosis, y se definen
esencialmente por la modalidad de sus síntomas y de los mecanismos de formación de los mismos.
Esto difiere de la concepción psiquiátrica que las consideraba como enfermedades de origen orgánico
pero, al delimitarlas como neurosis y definirlas por sus síntomas, mantiene la dimensión de la
patología, es decir, las sigue presentando como enfermedades. Lacan es opuesto a Freud en este
punto: las distintas categorías son abordadas por él como estructuras subjetivas, modos de
constitución del sujeto que se caracterizan por sus posiciones en relación con el deseo, con el goce.
Estas estructuras no implican necesariamente que se haya desencadenado una neurosis.

5
Otro movimiento se produjo en el psicoanálisis en cuanto a la noción de síntoma. El síntoma era
inicialmente el índice de una patología, un trastorno. A medida que se desarrolla la obra de Freud, fue
explicando la formación del síntoma a partir del mecanismo de la represión como un retorno
(deformado) y una satisfacción (sustitutiva) de las representaciones y de los impulsos reprimidos. Así el
síntoma asume en el psicoanálisis una función diferente que en la psiquiatría pq constituye una
herramienta para la cura, permitiendo recuperar los elementos inconscientes disociados por represión.
Este movimiento en torno al síntoma, alcanza su punto máximo con Lacan, quien asume la función
eminente de la realización del sujeto. El concepto de síntoma se aproxima al de sublimación al ser
entendido como una forma de invención singular de cada sujeto.
El caso paradigmático es el de los llamados trastornos depresivos q de manera cada vez más común
se tratan con psicofármacos para suprimirlos o, por lo menos, moderarlos. La depresión es un síntoma,
pero no en el sentido freudiano, ya que no constituye por sí un retorno de lo reprimido. Hay q
diferenciar los síntomas psiconeuróticos de los síntomas actuales q son un efecto directo de ciertas
formas de vida: podríamos decir q las neurosis constituyen el índice o el aviso de q algo anda mal y
hay q cambiarlo. Sin embargo, esto no significa adoptar una posición contra el uso de medicamentos,
ya que los progresos de la psicofarmacología han permitido el acceso a la terapia en casos en q, sin
ellos, en especial en ciertas formas de psicosis, es muy difícil o imposible operar solamente a través de
la palabra.
Cuando se definen los trastornos depresivos sólo a partir de la descripción de las conductas e
ignorando las distinciones entre estructuras neuróticas y psicóticas, como lo hacen algunos sistemas
psiquiátricos de diagnóstico (entre ellos el DSM IV), el resultado es una falsa homogeneidad q ya no
permite distinguir cuándo es prudente proponerse moderar el síntoma con los efectos de los
medicamentos u otros recursos, o bien cuándo se puede indicar exclusivamente el recurso
psicoterapéutico.
De allí la ambigüedad de la noción de neutralidad terapéutica. Algo que resulta esencial es que el
terapeuta suspenda sus juicios de valor y ciertos ideales. Sin embargo, esa neutralidad no existe, ya q
siempre la acción terapéutica se sostiene en principios éticos. En este sentido, no hay terapeuta
indiferente.
Lo normal y lo patológico:
En un trabajo de Canguilhem hay un intento de clasificación de las teorías de la enfermedad. Distribuye
las concepciones en dos vertientes: una dinámica (heredada de la medicina griega, entendiendo la
enfermedad como la ruptura de un equilibrio) y otra ontológica (heredada de la cultura egipcia, donde
enfermar está referido al efecto de sustancias dañinas extrañas al cuerpo, y la curación se relaciona
con la expulsión de las mismas).
Cuando se cree que se está dando una definición científica de salud y enfermedad, de normal y
patológico, en realidad se está dando una definición moral q corresponde a algún sistema ético no
explicitado, q permanece oculto.
La diversidad de las éticas:
Lacan dedicó un año de su enseñanza a trabajar los problemas de la ética del psicoanálisis y a
caracterizar las diferentes posiciones éticas y el modo en q se traduce cada una de ellas en nuestras
disciplinas, destacando la importancia de tener en cuenta la diversidad de éticas. Se debe a Lacan el
propósito de destacar la dimensión ética de la obra freudiana. Señala como ideas moralizantes, por
ejemplo, la noción de genitalidad, de un amor genital. Antes del intento de Freud por definir el concepto
del principio del placer, había sido formulado como el principio de un sistema ético q conocemos como
ética hedonista (las q ubican el placer como meta). De allí q podamos considerar la obra freudiana
como el intento de traducir en términos científicos el sistema moral de la ética hedonista. Pero esto se
da en el primer Freud, ya que en la segunda tópica se ve obligado a plantear la teoría de un más allá
del principio del placer; lo q significa q la ética q guía la práctica de los psicoanalistas no es hedonista.
Esta se muestra insuficiente para regular la experiencia psicoanalítica. Freud no hubiera podido
construir su primera teoría del aparato psíquico si no hubieran preexistido las éticas hedonistas.

6
Igualmente, su obra no va en el mismo sentido q estas, sino en el inverso, de allí el más allá del
principio del placer.
Si queremos enunciar de una manera simple cuál es la máxima q rige la ética del psicoanálisis, Lacan
la traduce por esta pregunta: “¿has actuado conforme al deseo que te habita?”. Es decir, la fuente
principal por la q se puede ser culpable es haber cedido ante el deseo. Esto es lo q muestra la clínica
psicoanalítica. El deseo q es el núcleo y la fuerza originaria del sistema inconsciente debe asumirse
conscientemente. El deseo debe advenir, para hacerme cargo de ese deseo reprimido. Lacan dice: no
ceder ante el deseo, actuar según el deseo. Sin embargo, al avanzar en su enseñanza, Lacan modula
esta fórmula con algunas restricciones q son análogas a las objeciones q podrían plantearse a la
propuesta freudiana de suprimir todas las represiones. En esas condiciones el deseo queda al servicio
de la pulsión de muerte. Justamente por ir más allá del principio del placer, el deseo como imperativo
categórico implica ese riesgo. De allí q el deseo q rige en un psicoanálisis no sea un deseo puro, está
limitado y moderado por la decisión del sujeto q debe hacerse responsable de su deseo y de su goce.
La renuncia pulsional y la inhibición consecuente de la represión es una cosa distinta de la decisión
consciente del sujeto de renunciar a determinadas satisfacciones pulsionales. Freud dice, después de
levantada la represión algunos impulsos son satisfechos y sirven de fuente a la acción mientras q otros
son rechazados por el sujeto por entrar en conflicto con sus principios morales. Se trata de una
distinción q no solo es válida sino decisiva, y q da su fundamento a la afirmación de q un psicoanálisis
recién en su final pone al sujeto en condiciones de asumir una posición plenamente ética desde la q se
haga responsable de las condiciones de su goce y de su deseo, asumiendo algunas y rechazando
otras. La meta de la cura psicoanalítica está planteada de un modo tal que incluye la singularidad del
sujeto y no hace referencia a ningún modelo uniforme ni a ningún tipo ideal. De allí q la cura
psicoanalítica, la dirección correcta de esa cura, no progrese hacia el cumplimiento del ideal del yo.
Hay algunos pseudo ideales adoptados en el transcurso del movimiento psicoanalítico. Cada sujeto
debe inventar una solución singular a partir de su síntoma. El camino pasa por la asunción de la
castración y el ideal de autonomía. La cura se define contra los efectos de inercia y repetición del
inconsciente. El inconsciente es lo q permite restituir el sentido a ciertas conductas del sujeto q, sin el
curso de esta hipótesis, aparecerían como irracionales, como sin sentido. Pero restituir el sentido de
esas conductas, lo q efectivamente se logra en el tratamiento psicoanalítico, no conduce a afirmarlas
sino a desecharlas. Por eso conviene tener cuidado con las nociones psicoanalíticas q conducen a
entender el inconsciente como una especia de segundo y oculto sentido de la vida del sujeto q la cura
permitiría recuperar. No se trata de la recuperación de un sentido, pq el icc es un sinsentido, es
insensato. Lacan afirma que la ética del psicoanálisis es una ética del bien decir. Por una parte, se trata
de subrayar la oposición del decir, como enunciación, y de los dichos, como enunciados. El bien decir
se refiere también a una acción que no desmienta el deseo en que se sostiene.
Ética y psicopatología:
Se refiere a la ética de las diferentes estructuras clínicas, se usa el término patología de la ética. En la
perversión, dado el lugar preponderante que asume el goce en esta posición subjetiva, el perverso
frecuentemente transgrede las normas de la moral común. Sin embargo, la dimensión ética no está
menos presente en la neurosis que representa la posición inversa. Freud formuló que perversión y
neurosis eran como el positivo y el negativo de una fotografía. El perverso realiza lo que el neurótico
fantasea. El neurótico se caracteriza por el rechazo del goce y, sobre todo, por su negativa a ponerse
al servicio del goce del Otro. El peligro ante el cual surge la angustia como señal de alarma, iniciando
así el proceso de la represión, no es en la teoría freudiana un peligro proveniente de la realidad exterior
sino de la exigencia pulsional q busca su satisfacción. El neurótico se caracteriza (en cualquiera de sus
formas: histeria, obsesión o fobia), por sus inhibiciones y problemas con la acción. En vez de hacerse
responsable del ejercicio de su goce, elude las situaciones que implican conflictos entre sus diferentes
instancias subjetivas y entre éstas y la realidad. Esta cobardía moral se modula de distintas formas
según la variedad neurótica. Es más marcada en el obsesivo que se sostiene en la severidad del

7
superyo que paradójicamente, a través de los sentimientos de culpa y los escrúpulos, semeja una
subjetividad hipermoral e hiperresponsable.
El goce, inicialmente rechazado, termina por encontrar un medio de expresión en el mismo síntoma
neurótico y se constituye de esta manera en un componente adicional por el cual el sujeto neurótico se
aferra a su sufrimiento. El goce en el sufrimiento es un rasgo preciso que define el masoquismo moral
presente en todas las formas de neurosis. En el perverso, en cambio, el deseo se presenta como
voluntad de goce, experiencia q el sujeto busca activamente y, sobre todo, orientado a la producción de
goce en el Otro. En sus distintas formas, exhibicionismo o voyeurismo, sadismo o masoquismo, en la
medida en q los limites al goce son más amplios, choca frecuentemente con las normas de la moral y
del derecho. Si bien no siempre se impone al otro contra su voluntad, ya q la habilidad perversa apunta
a obtener el consentimiento del otro y la complicidad de su deseo inconsciente, igualmente se involucra
en situaciones delictivas, sobre todo en la paidofilia.
La subjetividad psicótica se caracteriza, en oposición a la neurosis y la perversión, por el rechazo de la
represión y por la negativa a admitir un significante amo. En términos de Lacan, por el rechazo del
significante del nombre del padre. De este modo se ubica fuera de la legalidad y plantea la delicada
cuestión de la inimputabilidad.
Se puede considerar que el psicoanálisis ha cumplido un papel significativo en la flexibilización de las
normas sexuales y en la moderación de la condena de la homosexualidad. En especial, al señalar el
carácter perverso de la sexualidad humana en todas sus formas, incluida la heterosexual, ha
contribuido a excluir la homosexualidad de la categoría de la perversión donde había sido colocada por
la psiquiatría.
Lacan, aun con su propuesta de retorno a Freud, no sólo señala el excesivo papel otorgado por éste a
la estructura edípica, sino que propone un psicoanálisis más allá del Edipo. Considera que la impronta
edípica constituye un freno para la experiencia analítica a la q le impone un cierto límite, reconocido por
el mismo Freud q lo denominó la roca de la castración, obstáculo con el q se topa todo psicoanálisis,
según la experiencia freudiana: la envidia del pene en la mujer y el rechazo de la pasividad en el
hombre. Lacan considera q esas dos posiciones límite son en realidad un efecto de la imposición de la
estructura edípica a la experiencia analítica y propone en consecuencia una extensión de esa
experiencia más allá del obstáculo freudiano de la castración por medio de la depuración de la función
del analista que debe reducirse a la del objeto.

4-“Lacan: resistencia de la psicopatología” – Schejtman:

El diagnóstico psicoanalítico puede sostenerse sin recurrir a la mera agrupación de síntomas o rasgos
de carácter que pierde el rumbo desconociendo la estructura al ordenarse exclusivamente por la
descripción. La dialéctica que la enseñanza de Lacan promueve de ida es el camino que lleva del tipo
clínico a la singularidad subjetiva manifiesta la renuencia del caso a la tipificación. De vuelta, la ruta
que retorna sobre lo particular del tipo de síntoma determina la no concesión del psicoanálisis a la
actualidad de un nominalismo que reniega de la psicopatología, la clínica y la transmisión.
En la actualidad se pueden observar manuales de diagnóstico y estadística, con clasificaciones de
agrupaciones de síntomas de las enfermedades mentales, en un consensuado ordenamiento de
entidades siempre provisorias, y al servicio de una pronta protocolización de los tratamientos reducidos
a prescripción psicofarmacológica. Desde la irrupción (a mediados del siglo XX) de tales manuales, con
el norteamericano DSM a la cabeza, de esos larguísimos catálogos de enfermedades mentales, no se
puede dejar de sentir la pendiente pronunciada que conduce a la desintegración de aquellas
construcciones que la fina clínica de la psiquiatría clásica comenzó a establecer a partir de las agudas
descripciones de Kraepelin por ejemplo, y que el discurso del psicoanálisis retomó y transformó
especialmente al conducir del fenómeno a la estructura proponiendo hipótesis sobre los mecanismos
de la formación de síntomas.

8
Frente al empuje clasificatorio y homogeneizante que conlleva el discurso del capitalismo, Lacan no
cedió ni en su orientación a lo singular, ni tampoco en su consideración del tipo clínico. Él concebía que
apuntar a lo singular no impide pasar por la particularidad. Más aun, que es preciso hacerlo para
desgranar lo singular.

5- Clínica psicoanalítica: Verba, cripta, Lectio. Schejtman.

Introducción

Verba volant, scripta manent.

Significa: las palabras vuelan, los escritos permanecen o a las palabras se las lleva el viento. Pero para
este primer Lacan las palabras perduran y las letras vueltas. El último lacan le da un lugar distinto a la
letra, el que la aborda en relación con el goce del síntoma. quizás no tendrá una perspectiva tan crítica
respecto de esta máxima clásica.

Viam viri in aulescentula.

Hay tres cosas que son incomprensibles para mi y una cuarta que no entiendo; el camino del águila en
el cielo, el camino de la serpiente sobre la roca, el camino del barco en medio del mar y el camino del
hombre en la doncella.

Lacan alude a este proverbio por su interés por la huella, el punto de partida. Lacan lo toma así: Hay
cuatro cosas, olvide la cuarta o no hare ningún esfuerzo por recordarla ahora, que no dejan ninguna
huella. Lo que le importa es la falta de la huella... del hombre en la mujer.
La falta de huella conduce a la imposibilidad de escribir la relación entre los sexos, no podemos partir
de ninguna huella para establecer el significante de la relación sexual.
Persiste siempre la falta de huella del hombre en la mujer. El hombre en una mujer como escribir en el
agua, no deja huella.

EL yo femenino.

Según Freud, el yo de la mujer se construye a partir de las huellas que dejan en el las parejas que una
mujer ha tenido. La idea de Freud se reduce así a concebir el yo de las mujeres como una especie de
museo en el que se conservan os rasgos de los hombres a los que ha amado. En realidad el yo como
tal se constituye por esta identificación regresiva que queda en el lugar de la elección de objeto
abandonada. Pareciera que alguna huella queda en el yo de la mujer. (Cabe diferenciar que no es lo
mismo en el yo de las mujeres que en las mujeres en si).

Primera parte; ¿Dónde hallar al clínico?

Piedra, papel o tijera

La clínica psicoanalítica no se confunde con la experiencia del análisis, supone más bien su
redoblamiento. Un redoblamiento que ya es conceptualización y tiene dos vertientes: dirección de la
cura y construcciones nosológicas. La clínica es una cuestión de conceptualización, de formalización.
El estudiante concurre a un espacio teórico donde son siempre palabras que provee esa tijera
conceptual sin la cual es imposible realizar ningún recorte clínico: no hay clínica sin recorte, luego se

9
llega a la observación y la tijera conceptual es puesta a prueba, se las ve allí con lo real de la
experiencia, digamos con la piedra.
El estudiante se retira de ahí con sus marcas: las que deja el encuentro con a experiencia y queda ahí
algo escrito.

La clínica psicoanalítica no es la experiencia analítica en bruto, supone la lecto-escritura de esa


experiencia, una conceptualización. Lacan ha insistido que la eficacia del psicoanálisis no le era
suficiente, además es necesario dar cuenta de esa eficacia, dar de ella sus razones. De lo contrario el
psicoanálisis es un esoterismo más, una experiencia inefable e intrasmisible.
Lacan propone que el analista debe ser al menos dos: el analista para tener efectos y el analista que a
esos efectos los teoriza. Osea el del acto y el que lo conceptualiza.

Analizante clínico

Lacan inicia preguntándose que es la clínica psicoanalítica: lo que se dice en un análisis, lo que surge
de boca del psicoanalizante. Lo que uno se propone decir desde el diván, el decir viento. En ese decir
vinto que sopla desde e diván, desde la posición del analizante es la base psicoanalítica. Esas
palabras que vuelan soltadas por el analizante a partir de la libre asociación soportan la clinica. No se
hace clinica desde el sllo del analista sin desde el diván.
Lacan indica que la libre asociación no conduce a cualquier lado, posee valor propio ya que hay cosas
qu se hacen volar. Lo que sea no termina siendo cualquier cosa. Se da porque se compromete con la
regla fundamental de la insistencia simbólica del significante y por aquello imposible de decir.
Terminará por entregar una marca que no es significante sino letra. En la asociación libre hay lo que
vuelta (vrba volante) pero también hay lo que resta, reposa y permanece (scripa manet).
Es necesario alcanzar ese resto
Discurso histérico

Para Lacan, hay tipos de síntomas, es decir, hay una clínica, la clínica acontece en el paso agregado
que consiste en determina tiempos de síntomas, lo que ya supone un orden de conceptualización. Es
necesario pasar por el discurso histérico para volverse psicoanalizante, proponía la necesidad de la
histeriacion del discurso.

No hay formación del analista.

“Habría que saber reparar en las cosas de las que no hablo: nunca hable de formación analítica, hable
de formaciones del inconsciente. No hay formación analítica. Del análisis se desprende una
experiencia, a la que es completamente errado calificar de didáctica” Lacan
Schejtman propone sustituir la formación del analista (que no hay) por las formaciones del
inconsciente. El único que se forma en el psicoanálisis es el analizante. No hay formación del analista,
porque al psicoanalista se lo pesca solamente en e tiempo del acto. El psicoanalista no puede formarse
como tal porque para hacerlo debe necesariamente dejar la posición a la que su práctica lo confina. Es
preciso para formarse dejar de lado la posición del analista.
La experiencia no es didáctica sino que señala, debe adicionársele la clínica.

Presentaciones de enfermos

Lacan hacia presentaciones de enfermos, se ocupaba de llevar adelante esa práctica clásica de la
psiquiatría. Se trata de una exposición al servicio del discurso analítico. Lacan se ubicaba en la
posición del analista. En la presentación de enfermos quien opera como clínico es el paciente mismo y
no el analista que más bien esta allí causando ese trabajo clínico del entrevistado. Cuando la entrevista

10
concluye y el paciente deja la sala y se abre a la conversación con el público que participo oyendo la
entrevista deviene también, el mismo, un clínico, pero que no está operando como analista: se lo
encuentra entonces construyendo un caso, destacando la lógica de su estructura tanto como la de la
entrevista misma, pescando y señalando el detalle que orienta el diagnostico.
La función del público que concurre a una presentación tiene una condición especial: brindar un aporte
semiológico. El psicoanalista que conduce la entrevista necesita de este tercero, en la tarea de
delimitar el síntoma. El analista debe dejar decantar el síntoma y recoger el resto, la scripta. El público
entonces facilita las cosas que son del orden de la inscripción.

Enseñanza.

Lacan indico que la clinica y la transmisión sosteruddas desde el lugar del sujeto, pues bien, ahora se
trata de la enseñanza y en especial la del psicoanálisis sea en nivel de la dirección de la cura o en el
de las construcciones nosológicas.
Para Lacan, odo enseñante enseña desde la posición del sujeto pero ello no acarrea que haya un
enseñante en todo sujeto. Un psicoanalista cuando enseña, no lo hace como tal: no enseña a título de
analista, sino desde su posición de sujeto, la que cede justamente en el tiempo en que dirige una cura.
Lacan se ocupa de desplegar los distintos estatutos de sujeto-enseñante. ( del amo- universitario-
histérico / analítico) y ello define las posibilidades distintas para el enseñante. El enseñante es un
sujeto en tanto que tomado por el discurso analítico Solo puede hablarse de analizante en el caso del
sujeto que ha consentido venir al lugar del trabajo.
Para considerar la entrada en análisis y con ella la institución del analizante, la histerizacion del
discurso es necesaria pero no suficiente, el pasaje por el discurso analítico resulta imprescindible.
Pasar de causar el trabajo del analizante a trabajar como sujeto por la causa del psicoanálisis…
enseñando.

Pase

El pase es doble: que hay el momento del pase y que hay el procedimiento homónimo. El momento del
pase es parte de la existencia del análisis, desencadena su final.
El dispositivo del pase, supone de este modo, el tiempo estrictamente clínico del fin del análisis. Y al
final del analsis (el momento del pase) no lo hace existir: no hace existir al cliico. ES QUE AL FINAL
EN EL LUGAR DEL PSICOANALIZANTE ADVIENE UN PSICOANALISTA Y YA HE INSISTIDO QUE
DONDE EST EL ANALISTA NO STA EL CLINICO.
En la experiencia del análisis tenemos un analizante; en el final de la experiencia un analizado. Y
según Lacan ese analizado es estrictamente hablando un analista. Asi un psicoanálisis conduce del
analizante al analista.

( FALTA TEXTO RESUMIR PORQUE NO ENTENDi

11
6- Cap 3: “Acerca del mecanismo paranoico”- FREUD

Freud va a contar con conceptos nuevos para poder resolver problemas que antes no pudo.
Aparece la teoría de la libido, en donde se anticipa el concepto del narcisismo. Aparece la
teoría de la represión, a diferencia del primer momento en donde se hablaba de defensa.

Hay que situar la especificidad de la paranoia, en la particular forma en que se


manifiestan los síntomas. Se apuntan al mecanismo de formación del síntoma o al de la
represión. Lo característico de la paranoia es el mecanismo de proyección. Sin embargo,
ocurre que en la paranoia, la etiología sexual no es evidente. Lo que se resalta de
manera llamativa son mortificaciones y relevamientos sociales, sobre todo en el varón.
Por ejemplo, en el delirio de persecución, el enfermo se siente perseguido y eso afecta sus
relaciones sociales: “La señora se volvió urania, desconfiada de los demás”. Se sufre una
mortificación en relación a los otros.

Schreber no había presentado mientras estuvo sano ningún indicio de homosexualidad en el


sentido vulgar. Estaba casado con su mujer (elección heterosexual).

El papel del deseo homosexual en la contracción de la paranoia: Hay un estadio en la


historia evolutiva de la libido que se da entre el autoerotismo y la elección de objeto. A este lo
denomina narcisismo. Allí el yo se constituye como unidad y se postula como reservorio de la
libido. En el narcisismo se toma al yo como el primer objeto de amor.
Allí los genitales son ya lo principal. El cuerpo o el yo tomado como objeto va a ser el patrón
sobre el cual se van a constituir las otras elecciones de objeto. Si el yo es el primer objeto
de amor, la primer elección de objeto es homosexual. Esta hecha a semejanza de propio
cuerpo. La elección homosexual narcisista es una elección realizada en base a la propia
imagen del narcisismo.
Luego, al alcanzar la elección de objeto heterosexual, las aspiraciones homosexuales no son
canceladas, ni puestas en suspenso sino esforzadas a apartarse de la meta sexual y
conducidas a nuevas aplicaciones, son sublimadas.
Los sentimientos sociales, las relaciones de amistad con personas del mismo sexo, y el
amor universal por la humanidad son sublimaciones de la meta sexual que presentaba
la elección de objeto homosexual.

Freud introduce una hipótesis singular introduciendo el concepto de fijación, regresión,


factor predisponerte y factor desencadenante. Freud dice que cada estadio de desarrollo
ofrece una posibilidad de fijación y así un lugar de predisposición. Para ello va a utilizar como
ejemplo el modelo hidráulico: Supongamos que en este recorrido se produce una fijación en la
elección de objeto homosexual (esto no quiere decir que el sujeto sea homosexual ni que el
sujeto no haya alcanzado la elección heterosexual). Esta fijación se establece como factor
predisponerte, vendría a ser una fisura en un dique. Si hay marea normal, no van a haber
consecuencias, ese dique va a funcionar bien. Pero si hay marea alta (máxima exigencia) esa
fisura se puede romper. La fisura (fijación en la elección de objeto homosexual) es el
factor predisponente y la marea alta es el factor desencadenante.
Si una persona queda fijada en el narcisismo, se encuentra ante una predisposición
patológica, y está expuesta al peligro de una marea alta de libido que no encuentre otro
destino y someta sus relaciones sociales a la sexualización, y de este modo deshaga

12
las sublimaciones que se habían adquirido en su desarrollo. Como los vínculos sociales
son una sublimación, estos están desexualizados, alejados de la meta sexual homosexual,
para poder pasar a la elección heterosexual. Cuando se produce una fijación en el
narcisismo, se corre el riesgo que por medio de la marea alta se produzca una regresión
y se genere una sexualización de los vínculos sociales.
La marea alta produce un acrecentamiento general de la libido demasiado violento que
no puede ser tramitado por los caminos ya abiertos y que por eso rompe, irrumpe,
desborda el dique en el punto más endeble del edificio, en el punto de predisposición,
en esa fisura, en esa fijación. Ha interrumpido en el seno de lo social un goce que no pudo
tramitarse. Eso que debía canalizarse de una determinada manera (sublimación) irrumpe y se
produce una violenta sexualización de los vínculos sociales. La relación de Schreber con el
médico estalla y se transforma en un delirio. Irrumpió un goce extraño que no debió aparecer
allí.
La marea alta produce una regresión hacia esa fijación y genera un estallido que no se puede
canalizar por las vías utilizadas. No pudo ser regulado ese goce por la carretera principal.

La neurosis comienza como una defensa, con la represión. En cambio en la psicosis primero
se da la desexualización, y la sublimación de las mociones homosexuales, luego hay una
marea alta que genera que se rompa con esa sublimación y que se sexualicen los vínculos
sociales. Como por medio de la regresión se vuelve a la elección de objeto homosexual,
recién ahí actúa la represión. El comienzo de la psicosis es distinto al de la neurosis. La
psicosis comienza con el desarmado de los vínculos sociales, con el desarmado de la
sublimación y se pierde toda la construcción que se había alcanzado hasta ese momento. En
la neurosis se comienza con la represión y luego empiezan a aparecer los síntomas.

“Los paranoicos procuran defenderse de una sexualización de sus investiduras


pulsionales sociales”. El punto débil de su desarrollo debe buscarse en el tramo entre
el autoerotismo, narcisismo y homosexualidad y allí se situará su predisposición
patológica”.

1º Problema: ¿Cómo distinguir en la paranoia, los distintos tipos de delirio? ¿Cómo de la


defensa frente a lo mismo, pueden surgir diferentes tipos de delirio?

2º Problema: ¿Comprobamos que en todos los casos de paranoia se da el mecanismo de


proyección?

Las diferentes formas de la paranoia pueden figurarse como contradicciones de la misma


frase, “YO (un varón) LO AMO (a otro varón)” centrándose en cada uno de los puntos
gramaticales.

A la frase “YO (Sujeto) LO (Objeto) Amo (Verbo)” la contradice:

 Delirio de persecución: “Yo no lo amo, pues lo odio”. Se contradice el verbo de la


frase. El mecanismo de la formación de síntoma en la paranoia exige que la percepción
interna, el sentimiento, sea sustituida por una percepción de afuera.
La frase “pues yo lo odio” se muda por proyección en “el me odia, me persigue”.

 Delirio erotomaníaco: Se contradice el objeto. Certeza de que el otro lo ama.


Todos los enamoramientos no se instalan con la percepción interna de amar, sino con la de
“ser amado”, que viene desde afuera.

13
“Yo no lo amo, pues yo la amo”. Por medio de la proyección, la frase se transforma en: “Yo
noto que ella me ama”. Entonces: “Yo no lo amo, yo la amo porque ella me ama”

 Delirio de celos: Se contradice el sujeto de la frase.

o En el varón: Ejemplo: Delirio de celos del alcohólico: El alcohol cancela


inhibiciones y deshace sublimaciones. No es raro que el varón sea empujado al alcohol por el
engaño de una mujer.

“No yo amo al varón, es ella quien lo ama” y sospecha de la mujer con todos los hombres a
quienes él esta tentado de amar. Con el hecho de ya haber negado el sujeto de la frase, está
colocando algo en el otro.
En este caso falta la desfiguración proyectiva. La proyección no opera de la misma
manera que en los otros delirios.

o En la mujer: “Yo no amo a las mujeres, sino que él las ama”. La mujer celosa
sospecha del hombre con todas las mujeres que a ella misma le gustan.

 Delirio de grandeza: Niega la frase directamente en su conjunto.


“Yo no lo amo porque no amo a nadie, solo me amo a mi mismo”. Es una sobrestimación
sexual del yo propio.

Aquí Freud no llega al resultado que esperaba. Se produce un punto de obstáculo en la


elaboración del concepto de proyección.

En la formación de síntoma de la paranoia, actúa el mecanismo de la proyección:


“Una percepción interna es sofocada, y como sustituto de ella adviene a la conciencia su
contenido, luego de experimentar cierta desfiguración. Le adviene como una percepción desde
afuera”. En el delirio de persecución, la desfiguración consiste en una mudanza de afecto, lo
que era sentido adentro como amor es percibido como odio desde afuera.

“Uno estaría tentado de postular a la proyección como lo más sustantivo, como lo


específico de la paranoia y absolutamente patognomónico de ella, sin no recordar a
tiempo que: la proyección no desempeña el mismo papel en todas las formas de
paranoia y que no ocurre solo en la paranoia, sino que se da también en otros casos, en
la vida cotidiana de las personas. Ciertas causas de nuestras sensaciones las
trasladamos hacia fuera normalmente.
Bajo estas objeciones que se le presentan, cae la hipótesis de que la proyección es el
mecanismo protognomónico, específico de la paranoia. Freud decide abandonar el
estudio de la proyección como mecanismo de formación de síntomas. Deja una pista
que luego la retomará Lacan: “QUIZÁ NO ERA CORRECTO DECIR QUE LA SENSACIÓN
INTERIORMENTE SOFOCADA ES PROYECTADA HACIA AFUERA, SERÍA MEJOR DECIR
QUE LO CANCELADO ADENTRO RETORNA DESDE AFUERA”.

Hubo un punto de Impass en la proyección y Freud decide avanzar por otro lado:

14
Teoría de la REPRESIÓN en la paranoia.

 1º momento: Fijación: Precursora y condición de cada represión. Detención en el


desarrollo libidinal, inhibición, pasivo. La fijación está ligada con la predisposición de la
enfermedad. Caso Schreber: La fijación queda ligada a la elección del objeto homosexual.
 2º momento: Represión propiamente dicha: Es un proceso activo. Se produce en el
momento en que se genera la mara alta de la libido. Eso que estaba latente, esa
predisposición se activa mediante la marea alta, estalla el conflicto entre una representación
inconciliable y el yo y actúa la represión. La represión va a consistir en un retiro de las
investiduras libidinales que han generado el conflicto. Se produce un desasimiento de
la libido de personas antes amadas. Se produce la perdida de la realidad y una pérdida
de relación con los objetos. Se cumple MUDO, no tenemos ninguna noticia de ese
momento no presenta manifestaciones muy marcadas, solo se puede inferir a través de
los procesos siguientes.
En el caso Schreber, en el apogeo de la enfermedad apareció en él la convicción de una gran
catástrofe, un sepultamiento, un fin del mundo. Él mismo era el único hombre real que
quedaba y las pocas figuras humanas que aún veía los consideraban como “hombres
hechos a la ligera”. El sepultamiento del mundo era la consecuencia del conflicto que había
estallado entre Schreber y Flechsig, o en la segunda fase del delirio de su relación ahora
indisoluble con Dios.
El enfermo ha sustraído de las personas de su entorno y del mundo exterior en general,
la investidura libidinal que hasta entonces les había dirigido. Desde ahí todo se volvió
indiferente para él. El sepultamiento del mundo es la proyección de esa catástrofe
interior (haberle retirado la libido a los objetos). Utiliza el termino proyección no como
mecanismo sino como que el sepultamiento del mundo es el efecto externo del mundo interno.
Su mundo subjetivo se ha sepultado desde que él ha sustraído su amor. El mundo para un
sujeto es la realidad. Implica una cierta construcción que puede perderse. El mundo de cada
uno de nosotros son los objetos que hemos investido libidinalmente.
 3º momento: Fracaso de la represión, Retorno de lo reprimido:
El paranoico intenta reconstruir ese mundo, para poder vivir dentro de él. Lo edifica
denuevo mediante el trabajo de su delirio. “La formación delirante es el intento de
reestablecimiento, de reconstrucción de la realidad.” Es un intento de curación.
Mientras que lo patológico es lo mudo de la represión propiamente dicha, el retiro de la
libido de los objetos.
Este proceso se manifiesta de manera RUIDOSA ya que deshace la represión e intenta
reconducir la libido a los objetos abandonados.
Lo ruidoso da cuenta de un proceso donde se van a formar los síntomas que tienen
características mucho más llamativas.
La irrupción o retorno de lo reprimido tiene una forma particular que esta determinada. Esta no
es igual en todos los casos ya que dependen de la fijación.

1º Problema: El desasimiento de la libido no puede ser exclusivo de la paranoia, ni tener en


los otros casos en los que sobreviene, consecuencias tan graves. Es muy posible que el
desasimiento de la libido sea el mecanismo esencial y regular de toda represión. En la vida
normal, se dan continuamente tales desasimientos de la libido de personas u objetos, sin
enfermar por ello. Por lo tanto, el desasimiento libidinal no puede ser en sí lo patógeno de la
paranoia: hace falta un carácter particular que diferencia el desasimiento paranoico de la libido
de otras variedades de ese mismo proceso.
En la paranoia, la libido liberada (por el desasimiento de los objetos) se vuelca al yo. Así
se vuelve a alcanzar el estadio del narcisismo en el cual el propio yo se ubica como

15
único objeto de amor sexual. Los paranoicos llevan una fijación en el narcisismo y el
retroceso desde la homosexualidad sublimada hasta el narcisismo indica el monto de la
regresión característica de la paranoia.
Lo que termina valiendo como intento de curación es que Schreber vuelve a reconducir
la libido a los objetos de manera megalómana. Delirio de grandeza: hace un pacto con
Dios y la estabilización: se va a transformar en mujer, acorde al orden cósmico. Este aparece
como una figura de la ley. Se da la metáfora delirante sustituyendo a la metáfora paterna que
no está presente en la psicosis. No se da el Edipo y por lo tanto la ley no puede ser
introducida por el padre, y por eso se ve la ley en el orden cósmico.

2º Problema: En el historial de Schreber, el delirio de persecución hacia Flechsig se presentó


antes que el sepultamiento del mundo, de manera que el retorno de lo reprimido había
ocurrido antes que la represión propiamente dicha.
Freud responde a esta objeción diciendo que existe la posibilidad de que ese desasimiento
de la libido pueda ser parcial (abarca a un solo objeto, aquel que se ha originado como
conflictivo para el sujeto) o total, general.

En el caso Schreber el personaje problemático es Flechsig. Antes de la enfermedad, Schreber


tenía una relación muy particular con el médico, se lo admiraba, se lo respetaba etc. Esa
relación de Schreber con Flechsig implica una relación transferencial. La esencia le hacía
recordar a su hermano. A su vez, Schreber mantenía un vínculo social con Flechsig. Los
vínculos sociales implican una sublimación de la elección homosexual de objeto. Cuando
aumenta la libido, aumenta la tensión y se produce la marea alta que lleva a la sexualización
de los vínculos sociales. Es allí donde interviene la represión propiamente dicha. En este caso,
el desasimiento libidinal es parcial,
Es solo de Flechsig. Luego, le siguió el intento de reconducir la libido al objeto (delirio) pero
con signo cambiado. Antes había un vínculo positivo hacia Flechsig, ahora este se transformó
en un perseguidor (delirio de persecución). Esa desfiguración es la huella de lo producido
en el retorno de lo reprimido. Es lo más frecuente comenzar por un desasimiento parcial y que
luego este se generalice. Mediante el fracaso de lo reprimido, vuelve a activarse el conflicto.
Cuando se quita por segunda vez la libido de los objetos se va a producir el
sepultamiento del mundo. Aquí el desasimiento no es parcial, sino general.

Con esta explicación, Freud aclara que los 3 momentos de la represión no se dan de manera
lineal evolutiva.

Caso Schreber:

1º momento: Fijación, predisposición.


2º momento: Represión propiamente dicha. Desasimiento parcial de los objetos (Flechsig)
3º momento: Retorno de lo reprimido: Delirio de persecución.
2º momento: Desasimiento general de los objetos (Sepultamiento del mundo)
3º momento: Retorno de lo reprimido. Delirio de grandeza. Estabilización, solución asintótica
del delirio.

Freud considera que no es correcto el uso del termino demencia precoz con lo denominó
Kraepelin (no siempre los casos evolucionan hacia la demencia ni empieza precozmente) ni
tampoco el de esquizofrenia de Bleuler. Piensa que es más adecuado bautizar a la demencia
precoz bajo el nombre de parafrenia. De esta manera intentaba reunir a la esquizofrenia y la
paranoia en el grupo de las parafrenias. Sin embargo todo esto no tuvo éxito.

16
esquizofrenia P paranoia
1º momento: Regresión: Liquidación de amor de Regresión hacia el narcisismo. Delirio
Fijación objeto. Regreso al autoerotismo de grandeza.
infantil.
2º momento: Triunfa más la represión
Represión propiamente dicha. Prevalece el
desasimiento, el retiro de la libido
de los objetos (psiquiatría:
trastorno de voluntad, atención y
afectividad)
3º momento: Hay intento de cura pero es muy Triunfa más el retorno de lo
Retorno de lo pobre. Pérdida de unidad corporal, reprimido. Reconducir la libido a los
reprimido trastornos en el cuerpo, objetos. Intento de curación. Delirio en
fragmentación. Alucinaciones. su fase final que implica una suerte de
solución.

Freud diferencia la esquizofrenia de la paranoia pero no las considera como dos bloques
separados, como dos compartimientos estancos que no tienen relación. Pueden combinarse
síntomas de la esquizofrenia y de la paranoia.
Un caso puede comenzar con síntomas esquizofrénicos y luego que se den síntomas
paranoicos, como es en el caso Schreber, que lo denomina “Demencia paranoide” o
puede comenzar con síntomas paranoicos y derivar en una demencia. El caso Schreber
comienza más del modo esquizofrénico (prevalece el retiro de la libido, hay alucinaciones
corporales, verbales y auditivas y también por la aparición de una fantasía de deseo, la
transformación en mujer), pero luego se inclina más hacia un cuadro paranoide, por el
mecanismo de proyección y el desenlace. Aparece el delirio como intento de curación. En un
principio rechaza esta ocurrencia, pero luego la acepta mediante la estabilización del delirio
para ser la mujer de Dios, de manera asintótica, más adelante. De esta manera puede vivir
más tranquilo en el mundo. Todo esto está ligado a algo que el siente en el cuerpo. Hace una
teoría de su goce. Irrupción del goce no regulado en el cuerpo.
La estabilización del delirio marca como el delirio se concentra en un punto y se cierra sobre
un punto que implica una solución al delirio. Todo en base a un significante “ser la mujer de
Dios” para salvar a la humanidad y hacer “hombres de espíritu Schreberiano” (Dimensión de
grandeza). Cesa la lucha y la enfermedad, triunfa algo del intento de curación. El delirio
expandido luego del desencadenamiento de la enfermedad, se contrae luego en la
estabilización y se cierra en un punto.

Freud dice que el delirio de Schreber es análogo a su teoría de la libido: Los rayos del
Dios compuestos por la condensación de rayos solares, haces nerviosos y espermatozoides
son las investiduras libidinales figuradas como cosas y proyectadas hacia fuera. Que el mundo
quede sepultado porque el yo del enfermo atraiga hacia sí todos los rayos (libido en el yo), que
luego en el proceso de reconstrucción e deba cuidar angustiosamente que Dios no suelte la
conexión de rayos con él (compulsión a pensar). Los psiquiatras no le dan al delirio una lógica
ni coherencia. Freud sí la ve y le da validez al delirio de Schreber. Todo lo que sucede en su
desarrollo tiene un sentido.

17
7- Introducción al narcisismo- FREUD

La diferencia entre la neurosis y la psicosis está dada por el punto de fijación. Freud
define narcisismo como aquella conducta por la cual el individuo da a su cuerpo un trato
parecido al que daría al cuerpo d un objeto sexual: lo mira con complacencia sexual, lo
acaricia, lo mima, hasta que gracias a estos manejos alcanza la satisfacción plena. El
narcisismo entra dentro del desarrollo sexual regular del hombre. El narcisismo, en este
sentido, no sería una perversión, sino el complemento libidinoso del egoísmo inherente a la
pulsión de autoconservación, de la que se atribuye una porción a todo ser vivo. Los
parafrénicos (esquizofrénicos de Bleuer) muestran dos rasgos fundamentales de carácter:
delirio de grandeza y el extrañamiento de su interés respecto del mundo exterior (personas y
cosas). Esta última alteración los hace inmune al psicoanálisis, los vuelve incurables. Los
neuróticos también han cancelado, en cierta forma, el vínculo con la realidad. Pero el análisis
muestra que, aunque hayan cancelado el vínculo erótico con personas y cosas, aún lo
conservan en la fantasía. Han sustituido los objetos reales por objetos imaginarios de su
recuerdo o los han mezclados con estos, por un lado; y por el otro han renunciado a
emprender las acciones motrices que le permitirían conseguir sus fines en esos objetos. A
todo este proceso Freud lo llama introversión de la libido. Con esto Freud inaugura una
nueva forma de represión: la introversión. Los parafrénicos parecen haber retirado realmente
su libido de las personas y las cosas del mundo exterior, pero sin sustituirlas por otras en su
fantasía. Hacer la regresión en la fantasía permanece dentro de la elección de objeto. En la
esquizofrenia, el destino de la libido retirada de los objetos, fue conducida al yo, y generó el
delirio de grandeza. Este delirio de grandeza, es un estado exacerbado del narcisismo
primario. El narcisismo que nace por replegamiento de las investiduras de objeto como un
narcisismo secundario, que se edifica sobre las bases de otro, primario, oscurecido por
múltiples influencias. En la vida anímica de los niños y de los pueblos primitivos podemos
encontrar algunas características de los delirios de grandeza: sobreestimación del poder de
sus deseos y sus actos psíquicos, la omnipotencia de los pensamientos, una fe en la virtud
ensalmadora de las palabras, y una técnica dirigida al mundo exterior, la “magia”. La
investidura originaria del yo es cedida a los objetos en forma de seudópodos, pero siempre
algo se conserva en el yo. La oposición entre libido yoica y libido objetal establece que cuanto
más gasta una, más se empobrece la otra. Las energías psíquicas que al comienzo están
juntas en el estado de narcisismo y son indiscernibles, solo con la investidura de objeto se
vuelve posible diferenciar una energía sexual, la libido, de una energía de las pulsiones
yoicas. El ejemplo de la libido máxima puesta en el objeto es el enamoramiento, y de la libido
puesta en el yo es la fantasía del fin del mundo. No está presente desde el principio una
unidad comparable al yo en el individuo; el yo tiene que ser desarrollado. Las pulsiones
autoerótica son iniciales, primordiales; por lo tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo,
una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se construya. Freud deja esta nueva acción
psíquica enigmática. La separación de la libido en una que es propia del yo y una endosada a
los objetos es la insoslayable prolongación de un primer supuesto que dividió pulsiones
sexuales y pulsiones yoicas.

18
8- Freud: TÓTEM Y TABÚ:

Los humanos no nacen persona, se tienen que convertir en eso. Freud se pregunta: ¿Cómo
es que cada uno que nace, llega a convertirse en ser humano? En otras palabras: ¿cómo es
que se conforma el aparato psíquico? ¿Cómo se estructura la subjetividad? Freud dice que el
aparato psíquico se conforma mediante la interiorización del Edipo y luego por la formación del
superyo.

¿Qué es un padre? ¿Qué función ocupa el padre en la constitución del aparato psíquico, en la
subjetividad? El pasaje al estado humano implica la introducción de una ley. ¿Cuál es la
función del padre en la introducción de la ley? Freud, para poder responder a todas estas
preguntas, construye un mito, hace como un cuento acerca del asesinato y la devoración del
padre.

El totemismo parece ser el primer soporte históricamente hablando de la cultura, de la ley. Las
primeras organizaciones culturales, las primeras instituciones son organizaciones totémicas.
Por más primitivo que sea, eso era una cultura.

El tótem es en general un animal comestible que se haya en una relación particular con la
totalidad del grupo. El tótem es en primer lugar el antepasado de su clan y en segundo lugar
su espíritu protector. Los individuos que tienen el mismo tótem se hallan sometidos ante la
sagrada obligación cuya violación trae un castigo automático de respetar su vida y abstenerse
de comer su carne o aprovecharse de él en cualquier otra forma.

El tótem sirve como identificación: ese tótem sirve para nombrar a todo un grupo de
individuos, es algo que los ubica en relación con una representación. Es un animal o un
elemento que funciona agrupándolos.

Estos individuos se reconocen formando parte de una clase, de un grupo. Se arma una
concepción de que esos individuos descienden del tótem. Los que forman parte de ese clan
tienen dos prohibiciones:

• No matar al tótem

• No mantener comercio sexual con las mujeres del grupo (exogamia totémica)

Cuestiones antropológicas. Se toman diferentes vías para intentar responder cómo se llega a
dar la identificación con el tótem. Cada una de estas vías ilumina un aspecto esencial del ser
humano.

• Vía nominalista: Necesidad que tenían los proto- humanos de conseguirse un nombre. En
este texto no se ahonda, no se profundiza en qué es un nombre. Este es lo que engancha al
ser humano a una estructura simbólica, que lo trasciende. Esta vía no se basa en dar
nombres, sino también en que ese nombre pueda inscribirse. Acá entra en juego la escritura.
Hay otro antropólogo que sostiene que otorgar un nombre no es un acto sencillo. Cuando
ciertos sujetos querían nombrarse de una determinada manera parecía un acto sin mayores
consecuencias. Sin embargo, se termina generando un efecto sobre este nombre al pasar de
generación en generación. Los individuos de la última generación terminar creyendo que
descienden del tótem. Es decir, el ser humano es un animal como los demás, con la diferencia
de que tiene un nombre.

19
• Vía sociológica: Por ejemplo, en el pasado había un grupo de personas que se
encargaba de la caza de animales. El ser humano es un animal como todos los demás, con la
diferencia de que incorporan la división del trabajo, la distribución de la mercancía, etc.

• Vía psicológica: El tótem se determina en función de ciertas circunstancias de la


concepción del bebe. El tótem de cada individuo está determinado por la creencia, el
pensamiento, lo que aparece en la cabeza de la madre en el momento en que se entera que
está embarazada. Esto va a marcar la identidad de ese nuevo ser que esta por nacer.

La prohibición del incesto lleva a la exogamia. La exogamia es un hecho de la cultura que


surgió después de totemismo. Freud para explicar cómo surge la exogamia utiliza una
hipótesis de Darwin: la idea de "a horda primitiva". Los animales vivían en manadas y había un
solo macho que podía conceder todos sus deseos y era el único que podía mantener comercio
sexual con las hembras del clan. Esto da la idea de un macho dominante sobre el resto que
impide la satisfacción sexual.

Posición de Freud:

Los hombres se comportan en base a algunos animales que pueden generar una
identificación con ellos. En las fobias infantiles se reproduce la relación que tienen los
hermanos de la horda con el tótem. Este permite la identificación, pero a la vez es el soporte
de una limitación: poder elaborar el complejo de Edipo. Los animales que desencadenan una
fobia infantil, son el sustituto del padre. Allí se produjo un desplazamiento desde el padre
hacia el animal. Lo que le importa a Freud es esto. Se ha desplazado sobre ese animal
totémico el deseo edípico de asesinar al padre para poder mantener relaciones sexuales con
la madre. De allí viene el miedo a la represalia por el padre. Los dos deseos edipicos que
están en la formación de una fobia (matar al padre/mantener relaciones sexuales con la
madre) son los dos deseos prohibidos por el tótem. Si el tótem es el sustituto del padre, se
entiende que el grupo crea que desciende del tótem. El tótem es el sustituto del padre y tanto
este como la fobia infantil se han generado a partir de los deseos edipicos. Esos dos deseos
localizan una ambivalencia. Se desea asesinar a padre para poseer a la madre, pero a la vez
este padre les brinda protección y seguridad. Freud dice que antes existía la práctica del
banquete totémico. Este grupo de hermanos, decide juntarse, cazar al tótem y devorarlo. Este
hecho está acompañado de una ceremonia de duelo por el tótem, que es seguida por una
fiesta, un festejo. Esta es la manera que tienen los individuos que forman parte del grupo
totémico de reforzar, de conmemorar ese lazo que los une (de pertenencia al grupo). Hay una
idea de que una comunidad social, cultural simbólica, tiene un soporte, un refuerzo en algo
más material. Esto tiene que ver con la incorporación de la comida. Hay un intento de
encontrar lo simbólico, en donde esto se inserta en algo muy corporal (comida). En la
alimentación se pone en juego a satisfacción. Aquí hay un enganche, un punto de articulación
entre el goce y el símbolo. La ley no entra en abstracto, entra en el viviente a través de la
relación que se tiene con el goce, con la satisfacción, entra por los agujeros del cuerpo.

Freud toma la hipótesis de Darwin del padre de la horda, la hipótesis del banquete totémico y
la relación entre el goce y lo simbólico y en base a estos 3 elementos elabora su hipótesis:

Un día, los hermanos del banquete, expulsados por el padre de la horda se aliaron, mataron y
devoraron al padre y así terminaron con la horda primitiva, paterna. El acto de devoración
genera una identificación del padre en estos hermanos. Luego de esto se genera un duelo
pero a su vez un acto de celebración por parte de estos hermanos. Para aceptar que
semejante acto criminal (matar al padre y devorarlo) tenga como resultado el pasaje de la

20
naturaleza a la cultura, al totemismo solo hace falta suponer esa ambivalencia. Odiaban a ese
padre, pero también lo amaban y adoraban. Luego de este hecho apareció retroactivamente el
sentimiento de culpa y el arrepentimiento. El padre muerto, se volvió más fuerte y más
poderoso de lo que era en vida. Por lo tanto, lo que antes era odiado e impedido a los
hermanos por el padre, ahora obedecido por ellos y transmitido a las próximas generaciones.
Desde esta culpa y este arrepentimiento que se generó en los hermanos del banquete, se
inventaron las leyes del totemismo: no matar al padre y no mantener relaciones con la madre.

Entonces el tótem es el animal que viene a representar al padre y en estos grupos, se hacen
rituales en donde se produce una celebración. Allí se mata al tótem y se lo devora. Así cada
individuo que pertenece al grupo, se identifica con él.

ARTICULACIÓN CON LACAN SEMINARIO 3

Lacan dice que la única pregunta que se hace Freud es cómo el proto-humano se ubica en el
lenguaje. Lacan dice que tótem y tabú es solo una versión de la función del padre. Hace una
articulación entre la cuestión del padre en tótem y tabú y la cuestión del lenguaje, en particular
del significante "el nombre del padre". Lacan afirma que no puede haber padre sin el
significante "el nombre del padre" y responde a la pregunta de Freud diciendo que el viviente
entra en el lenguaje a través del padre. Es la función del padre introducir al sujeto en la ley.
Lacan dice que somos seres hablantes porque vivimos en el mundo de la palabra, en el
mundo del lenguaje. La vida del hablante pasa por ese lenguaje. Todo lo que el sujeto desea,
todos lo que quiere ser es en función del otro, y por lo tanto esta delimitado, mediatizado,
fragmentado por la palabra. El padre le tiene que transmitir al hijo "tu eres el que me seguirá"

La palabra no es más que el significante. No tiene otro soporte material más que ese. Es por
eso que se le pone tanto acento al significante. "El nombre del padre" tiene el soporte en el
significante. Sin embargo, puede suceder que se pierda algo en el camino y que se den
significaciones distintas. Un pequeño accidente en el soporte material del significante puede
transformar o impedir la palabra que trasmite el padre. Acá vemos el gran peso del
significante.

9- LACAN SEMINARIO 1: "LA TÓPICA DE LO IMAGINARIO"

Juego recíproco, entre los 3 registros: lo imaginario, lo simbólico y lo real.

Todo el problema reside en la articulación de lo simbólico y lo imaginario en la constitución de


lo real. En lo imaginario va a incluir la imagen del cuerpo, la identificación con esa imagen en
el espejo y la aparente unidad que esta provee. En cuanto a lo simbólico, Lacan le va a dar
una función primordial y en cuanto a lo real no hay nada bien definido. Lo que sí se sabe es
que se diferencia de la realidad.

Estadio del espejo: No es simplemente un momento del desarrollo. Cumple también una
función ejemplar porque nos revela algunas de las relaciones del sujeto con su imagen en
tanto Urbild, arquetipo del yo. El estadio del espejo se da entre los 6 y los 18 meses. Es
necesario entender el estadio del espejo porque nos va a brindar la idea de cuerpo propio. No
es necesario que haya físicamente un espejo para que se constituya el yo. Este es un modelo
teórico. Lacan sostiene que no nacemos con un cuerpo. El ser humano nace prematuro, antes
de que tenga un control sobre sí mismo, nacemos antes de tiempo: "fetalización de cuerpo". El

21
ser humano nace incordiando bajo un período de indefensión motriz y de regulación de sus
miembros. Por lo tanto, no hay un cuerpo sino una fragmentación del mismo. Esto hace que el
organismo vivo no pueda generar una imagen de unidad, que es lo que implica la noción de
cuerpo. Lo que viene a intentar solucionar este problema de discordancia fundamental va a
ser ¡a identificación con la imagen de unidad. Debido a que el organismo solo no puede dar la
unidad, se busca por otros medios.

Lacan toma la hipótesis de Freud que dice que el hombre no viene al mundo con un yo
constituido, sino que este se tiene que constituir. "El yo es una construcción".

Lacan presenta una disyunción entre el yo y el sujeto. Utiliza un modelo óptico para explicar
cómo se forma el yo del narcisismo.

Hipótesis estructural fundamental: Para que haya óptica es preciso que a cada punto dado en
el espacio real, le corresponda un punto y sólo uno, en otro espacio que es el espacio
imaginario. Sin esta hipótesis, la óptica es imposible.

Un espejo esférico produce una imagen real. A cada punto de un rayo luminoso proveniente
de un punto cualquiera de un objeto situado a la distancia le corresponde en el mismo plano,
por convergencia de los rayos reflejados otro punto luminoso. De esta manera se produce la
imagen real del objeto.

Para que esa imagen se vea, el ojo debe estar bien ubicado. Al ojo se lo equipara con el
sujeto. Si el ojo esta mal ubicado no se va a obtener la imagen o esta va a aparecer
distorsionada. En consecuencia no se puede constituir el cuerpo o si se constituye se hace de
manera fragmentada. El cuerpo en ese caso puede perderse, no en cuando a lo real, porque
físicamente seguimos teniéndolo, sino en cuando a lo imaginario.

Tenemos una caja y sobre la caja se coloca un florero, real. Debajo de este hay un ramillete
de flores que permanece oculto. Mientras no vemos el ramillete real, que está oculto, vemos
aparecer un ramillete imaginario. El espejo esférico hace aparecer una imagen real (un jarrón
envolviendo las flores), cuando en realidad el jarrón está oculto en la caja y no se ve. Se ve la
imagen allí del florero, donde no lo esta.

La relación entre el florero y las flores, sirve como metáfora para explicar la construcción del
yo. El yo es esencialmente imaginario. No es algo real. Esta dando envoltura, hace de
contingente a algo que pareciera ser real pero que es solamente una imagen. El yo vendría a
ser el florero que envuelve las flores y las flores vendrían a ser las pulsiones, las sensaciones,
los sentimientos del viviente. El yo viene a darle al aparato, al viviente una función de
síntesis. Si el ojo se acomoda bien, se verá la imagen real del florero rodeando el ramillete,
confiriéndole estilo y unidad, reflejo de la unidad del cuerpo.

El espejo esférico que permite que se refleje la imagen es el aparato neuronal en buen estado.
Cuando algo falla en este aparato, aparecen las anomalías: epilepsias, trastornos, síntomas
que tiene características psicopatológicas. Que el aparato neuronal este en buen
funcionamiento es condición para que se genera la imagen.

Lacan: "La sola visión de la forma total del cuerpo humano brinda al sujeto un dominio
imaginario de su cuerpo, prematuro respecto a dominio real. Esta formación se desvincula así
del proceso mismo de la maduración y no se confunde con él. El sujeto anticipa la culminación
del dominio psicológico y esta anticipación dará su estilo al ejercicio ulterior del domino motor

22
efectivo. Esta es la aventura imaginaria por la cual el hombre por primera vez experimenta que
él se ve, se refleja y se concibe como distinto, otro de lo que él es. Porque la imagen del
cuerpo que se refleja da una sensación de completad, de unidad, cuando en realidad el
viviente esta totalmente descompaginado. Esta es la dimensión esencial de lo humano, que
estructura el conjunto de su vida fantasmática. Lacan utiliza la palabra "viviente", o "masa
amorfa de carne" para describir el caos originario que se vive en este. No hay nada delimitado,
no hay un yo conformado desde el inicio. La imagen del cuerpo ofrece al sujeto poder ubicar lo
que es y lo que no es del yo. El niño queda fascinado por la imagen que ve en el espejo. Ve
en la imagen una unidad que como tal no posee en su organismo. La unidad nos viene de
afuera, al identificarnos con esa imagen de unidad que se ve reflejada en el espejo. "Imagen
ortopédica": intenta sostener una falla en el cuerpo. Esto da cuenta de que la unidad se
alcanza por fuera del organismo, en la exterioridad, en otro (imagen del espejo).La imagen da
una idea de totalidad, de perfección, de completud donde no la hay. Veo mi cuerpo como una
unidad en esa imagen, cuando en realidad mi cuerpo está fragmentado".

La noción fundamental que quiere destacar Lacan en el estadio del espejo es que el cuerpo,
como superficie entera, como superficie cerrada, es algo que se constituye. Se tiene que
producir esa proyección que da por resultado la superficie del cuerpo, y que esa construcción
no es algo que surge por maduración del organismo biológico, sino que más bien lo tenemos
que entender como algo que VIENE DESDE AFUERA, SE TRATA DE UN PROCESO
MENTAL. Un proceso mental que se produce por una identificación con una forma que está
afuera, que está en el Otro. "Accedemos a tener un cuerpo solo a partir de cuerpo de otro". LA
CONSTITUCIÓN DEL CUERPO, DE ESTA SUPERFICIE ES ANTERIOR A LA
MADURACIÓN DE LA MOTRICIDAD. Aun antes de que e individuo tenga un dominio real
sobre el organismo y manejarlo como algo entero, coordinado, unificado, antes de eso se
constituye este cuerpo como proyección mental. La construcción imaginaria precede a la
maduración motriz.

"EL YO ES OTRO". TRANSITIVISMO: Marca esta alienación imaginaria con el otro. No solo
implica la relación con el otro sino también con los semejantes. Punto de identificación
imaginaria especular con el semejante. Algo del transitivismo acompaña a la formación del yo.
"El yo no es el lugar que nos da identidad, sino que al contrario, es el lugar de ALIENACIÓN".
El yo es un lugar de engaño (porque es el resultado de una identificación con una imagen
exterior a uno mismo, en el espejo). El reconocimiento del cuerpo se realiza afuera, tiene que
ver con el otro. El cuerpo propio se constituye por la captación del cuerpo de otro.

Para que la ilusión se produzca ante el ojo que mira, es preciso cumplir con una condición: el
ojo debe ocupar cierta posición, debe estar en el interior del cono. Si esta fuera del cono ya no
verá la imagen y verá las cosas tal como son, en su estado real, un pobre florero vacío o bien
unas desoladas flores. El ojo aquí es el símbolo del sujeto. En relación entre lo imaginario y lo
real y en la constitución del mundo que de ella resulta, todo depende de la situación del sujeto.
Para que se pueda acomodar lo real, la posición del ojo tiene que estar representado por lo
simbólico.

Existe en primer lugar un narcisismo en relación a la imagen corporal. Esta imagen es idéntica
para el conjunto de mecanismos del sujeto y confiere su arquetipo, en tanto es humano y no
animal. Ella hace la unidad del sujeto, la vemos proyectarse de mil maneras. Este primer
narcisismo se sitúa a nivel de a imagen real del esquema óptico, en tanto esta imagen permite
organizar el conjunto de la realidad en cierto número de marcos preformados.

23
En el hombre, la reflexión en el espejo manifiesta una posibilidad original e introduce un
segundo narcisismo. Lo fundamental es de inmediato la relación con el otro. El otro tiene para
el hombre un valor cautivador, dada la anticipación que representa la imagen unitaria tal como
ella es percibida en el espejo. El otro se confunde en mayor o menor grado, según las etapas
de la vida, con el Ideal de yo. La identificación narcisista, la del segundo narcisismo es la
IDENTIFICACIÓN CON EL OTRO, que en caso normal permite al hombre situar su relación
imaginaria y libidinal con el mundo en general. El sujeto ve su ser en una reflexión en relación
al otro, es decir, en relación al Ideal del yo.

En el mundo animal, esta dominado por lo imaginario. Se destaca la extrema importancia de la


imagen. Lo que guía al animal en su conducta es la imagen del objeto, no el objeto como tal.
Esto se ve claramente cuando se le presenta al animal una trampa, una falsa imagen, un
compañero macho que no es más que una sombra con sus características similares. Basta
con esta sombra para que se desencadene el acto sexual. Lo que sucede en el animal es el
mismo fenómeno imaginario que sucede cuando se utiliza un espejo esférico. El animal hace
coincidir un objeto real con la imagen que esta en él. Sin embargo, esto no sucede en el
hombre. Mientras que en los animales, el registro imaginario es suficiente para guiarlos en la
vida, en los hombres es absolutamente insuficiente. Aquí es donde ocupa un lugar clave la
necesidad del otro.

NO ES PORQUE EL REGISTRO IMAGINARIO ES INSUFICIENTE QUE SE REQUIERE DE


LO SIMBÓLICO PARA QUE VENGA A REEMPLAZARLO, NO ES PORQUE LA
ESTRUCTURA BIOLÓGICA DEL SER HUMANO LO PROVEE DE UN IMAGINARIO
REDUCIDO QUE SE REQUIERE DE UN LENGUAJE Y SU ESTRUCTURA PARA
SOBREVIVIR, SINO QUE HAY QUE INVERTIR EL ARGUMENTO Y ADVERTIR QUE
PORQUE EL HOMBRE HABLA, PORQUE ES UN ANIMAL CAPTADO POR LA
ESTRUCTURA DEL LENGUAJE, SE PRODUCE UNA DESORGANIZACIÓN EN EL
REGISTRO IMAGINARIO. DE ESTE MODO SE DAN VUELTA LOS VECTORES DE
DETERMINACIÓN Y LO SIMBÓLICO EN VEZ DE APARECER COMO LA SALVACIÓN A
LAS HERRAMIENTAS IMAGINARIAS INSUFICIENTES, ES LA ESTRUCTURA QUE
INTRODUCE UNA PERTURBACIÓN EN EL FUNCIONAMIENTO DEL ORGANISMO. ES EL
LENGUAJE EL QUE POR SU ESTRUCTURA Y SUS CARACTERÍSTICAS EL QUE
PRODUCE UN EFECTO DE DESORGANIZACIÓN DE LO IMAGINARIO.

LAS MANIFESTACIONES DE LA FUNCIÓN SEXUAL EN EL HOMBRE SE CARACTERIZAN


POR UN DESORDEN DISTINGUIDO. NADA SE ADAPTA. ESTA IMAGEN PRESENTA UNA
ESPECIE DE FRAGMENTACIÓN, DE ESTALLIDO, DE DESPEDAZAMIENTO, DE
INADAPTACIÓN, DE INADECUACIÓN. EL LENGUAJE PRODUCE UN DESARREGLO, UNA
PERTURBACIÓN, UNA DESNATURALIZACIÓN EN EL SER VIVO. EL SER HUMANO
MUESTRA A DIFERENCIA DE LOS ANIMALES, ESA TRAUMATIZACIÓN, ESE
ENFERMEDAD RESPECTO AL LENGUAJE. IDEA MÍTICA: HABÍA UN SER VIVO QUE
FUNCIONABA BIEN. AL ENTRAR EL LENGUAJE EN EL SER VIVIENTE SE VA A
PRODUCIR UNA PERTURBACIÓN, UN IMPACTO. EL SER HUMANO VA A RECIBIR LOS
PRIMEROS SIGNIFICANTES. EL LENGUAJE SE INCORPORA COMO DE UN SOLO
GOLPE. Los órganos deben inscribirse en el aparato psíquico. Dependemos muy poco
respecto de la naturaleza de los órganos y dependemos mucho de cómo estos se inscribieron
en nuestro aparato psíquico, de qué significantes se les dio. Los órganos deben tomar una
función simbólica, deben inscribirse en el aparato y dependiendo de cómo se inscribe se verá
si se incorpora aquél órgano al cuerpo, o si se le es extraño a él.

Ahora colocamos un ESPEJO PLANO, donde se obtiene una imagen virtual.

24
Este aparato demuestra que estando colocado en un punto muy cercano a la imagen real,
puede vérsela no obstante en un espejo con su imagen virtual. Esto es lo que se produce en el
hombre. El sujeto virtual, reflejo del ojo mítico, es decir el otro que somos, esta allí donde
primero hemos visto en nuestro ego, fuera nuestro, en la forma humana. Esta forma esta fuera
nuestro. El ser humano solo ve su forma realizada, total, el espejismo de sí mismo, fuera de sí
mismo.

El acomodamiento del ojo depende de otro registro. La situación del sujeto está caracterizada
esencialmente por su lugar en el mundo simbólico, en el mundo de la palabra. De ese lugar
depende que el sujeto tenga o no derecho de llamar Juan.

LACAN VA A REPLANTEAR LA TEORÍA DEL ESPEJO INICIAL Y VA A DECIR QUE NO


ALCANZA SOLO CON QUE EL NIÑO VEA SU IMAGEN EN EL ESPEJO, SINO QUE FALTA
LA PARTE EN QUE ÉL SE DA VUELTA Y BUSQUE LA MIRADA DE SU MADRE, PARA QUE
ESTA LE DE SU APROBACIÓN "VOS SOS ESE". ESTO QUIERE DECIR QUE NOS VEMOS
COMO EL OTRO NOS VE, COMO EL OTRO NOS QUIERE VER, Y NOS IDENTIFICAMOS A
LA IMAGEN QUE EL OTRO NOS DA ACERCA DE QUIENES SOMOS.

Narcisismo: "Is magesty the baby". Los padres depositan en su hijo toda una serie de deseos
y frustraciones que ellos tuvieron en su vida. Ven una perfección en su hijo. Sin embargo, a
medida que estos hacen cosas, esta imagen que tienen sobre ellos se va desmoronando. El
narcisismo de los padres da cuenta de que ven en sus hijos sus identificaciones ideales. Por
todo esto, el narcisismo del hijo es una continuación del narcisismo de los padres. "Así te
quiero ver, así debes ser". Todo esto comienza en el estadio del espejo: "así también te veo
yo". Plano simbólico. Lo simbólico determina a lo imaginario. No hay posibilidad de unidad, de
identificación a una imagen si lo imaginario no está mediatizado por ese signo, esa señal, esa
palabra que viene del otro.

El bebe ve su imagen en el espejo y ve una forma entera, cerrada, una unidad. Es muy
importante que la madre crea que su hijo es hermoso. Aquí aparece otro registro, el simbólico,
alguien externo a él que tiene que mirar a ese niño amorfo para que se sienta lindo. La
sensación subjetiva del bebe es algo incompleto, desconfigurado. Lo que se vive en carne
propia nunca va a coincidir con a imagen que se refleja, ya que esta da la sensación de
unidad, de completad, cuando en realidad esto no es así (anticipación, prematuro). En su
origen, el yo se crea de una manera ALIENADA, en base a LA MIRADA DEL OTRO. La
imagen que refleja el espejo, tras la mirada de la madre hace que el niño se sienta hermoso,
completo etc. Por eso aparece el júbilo en el niño, la alegría. Los seres humanos se forman en
base a OTROS seres humanos y nunca hacia adentro (ellos solos). No hay manera de que el
ser humano se constituya como tal, sin la mirada del otro, es imprescindible que haya otros
semejantes. El ser humano no tiene otra manera de construir su yo que mirando hacia fuera,
hacia el otro. Lo que conforma al yo no se podría haber hecho sin tomar al otro como
referente.

En cuanto a lo simbólico, la estructura del lenguaje es la que lleva incluida en sí misma la


regulación y la legislación del grupo humano. Por ejemplo, llegan dos niños al mundo,
materialmente, en lo real de su cuerpo no hay diferencia, son dos humanos. Sin embargo
tener diferentes apellidos (Macri o Gonzáles) va a hacer que los sujetos se constituyan de
manera distinta. Esto se da a través del registro simbólico, por medio de la palabra que no
tiene nada que ver con lo imaginario. Lacan va a recalcar la importancia del otro. Sostiene que
no venimos al mundo con determinaciones ya dadas, no somos personas ya definidas, sino
que nos vamos construyendo, determinando desde el otro. El ser humano es

25
fundamentalmente determinado por la palabra. Este es el Otro de lo simbólico. El discurso del
otro nos va a marcar y va a generar determinaciones en nosotros mismos. Incluso antes de
que uno nazca, ya hay varias nociones simbólicas que nos determinan (los padres nos hablan,
etc.)

Cruce entre lo simbólico y lo imaginario: Conflicto de interposición: Lo imaginario genera una


resistencia, un obstáculo al eje de lo simbólico. Lacan va a reformular la idea freudiana.
Decide no privilegiar al yo, sino al ICC, porque el yo resiste al paso de la palabra en el ICC,
hace obstáculo para poder hacer CC o ICC. Ya sabemos que el ICC no resiste, el ICC insiste.
El yo genera la ilusión de que tenemos una especie de identidad y también de creer saber lo
que decimos. Esa ilusión es contraria a la idea de ICC porque la hipótesis freudiana implica
que no somos dueños de lo que decimos. Lacan sostiene que como psicoanalistas, pueden
situar en el paciente la marca del otro. Ese discurso, ese texto gobierna al ser humano, lo
determina. Se presenta una antinomia entre el yo y el ICC.

De la inclinación del espejo depende que veamos más o menos perfectamente, la imagen. Si
se inclina demasiado se va a obtener una imagen difusa, y si se inclina poco también. Esto
representa la difícil acomodación de lo imaginario en el hombre. Podemos distinguir a partir de
las diferentes posiciones del ojo que mira, cierto número de casos que nos permiten
comprender las diferentes posiciones del sujeto en relación con la realidad. Se trata de la
relación entre la constitución de la realidad y la forma del cuerpo.

Podemos suponer ahora que la inclinación del espejo plano está dirigida por la voz del otro.
Vemos acá que la regulación de lo imaginario depende de algo trascendental: esto es el
vínculo simbólico entre los seres humanos. En el hombre no puede establecerse ninguna
regulación imaginaria verdaderamente eficaz y completa si no es mediante la intervención de
otra dimensión. Socialmente nos definimos por intermedio de la ley. Situamos a través de
intercambio de símbolos nuestros diferentes "yos" los unos respecto de los otros. La relación
simbólica define la posición del sujeto como vidente. La palabra, la función simbólica define el
mayor o menor grado de perfección, de completad, de aproximación de lo imaginario. El Ideal
del yo (simbólico, el Otro) dirige el juego de relaciones de las que depende toda relación con el
otro. Y de esta relación con el otro depende el carácter más o menos satisfactorio de la
estructuración imaginaria (yo ideal).

La posición en la estructuración imaginaria solo puede concebirse en la medida en que haya


un GUIA que este más allá del plano imaginario, a nivel del plano simbólico, del intercambio
legal, que solo puede encarnarse a través del intercambio verbal entre los seres humanos.
Ese guía es el Ideal del yo. El Ideal del yo es el otro en tanto hablante, el otro en tanto tiene
con uno una relación simbólica, sublimada, que en nuestro manejo dinámico es a la vez
semejante y diferente a la libido imaginaria. El intercambio simbólico es lo que vincula entre sí
a los seres humanos, osea la palabra, y en tanto tal permite identificar al sujeto. Aquello que
del otro lado, siempre bello, siempre completo es el yo ideal. Es hacia donde mira el sujeto.

• El yo ideal es del orden de lo imaginario, es la otra cosa que queremos ser, es la


referencia a la que miramos continuamente. Es el semejante al cual miramos e intentamos
acercarnos a él. Es el yo como semejante. Imagen que vemos que nos hace fascinar porque
la vemos completa y hermosa. Pero esto es imaginario porque esa imagen no es real, es una
ilusión. El objeto del deseo es siempre el objeto del deseo del otro. El chico desea el objeto
porque el otro lo tiene, y cuando lo tiene él ya no le interesa más.

26
• El Ideal del yo son los ideales de Otro, mamá, papá, etc. Lacan utiliza la letra (A) para
denominar al "Gran Otro". Esta en el registro simbólico. Es la mamá que sostiene al bebe
cuando se esta mirando al espejo. Se necesita del gran Otro (A) para que garantice la imagen
que el niño ve en el espejo y de esa manera se pueda dar la completud, la unidad. Es el Otro
que actúa como garante para que estas situaciones imaginarias funcionen. Hace de ley, de
garantía para que el espejismo se pueda dar. Es el Ideal del yo el que sostiene esa imagen
amable que le brinda el yo ideal. Si decimos que el yo se constituye a partir de la imagen del
otro (yo ideal) no alcanza. Para que se produzca la identificación con el otro y la noción de
totalidad en uno, el plano imaginario debe estar SOSTENIDO por el Ideal del yo, Simbólico.

Desde el yo todavía hay cierta incapacidad motora, cierta incompletud del cuerpo. Este sujeto
ve del otro lado a otro que sí puede controlar sus movimientos. El chico ve en ese otro algo
que le fascina (yo ideal) y quiere ser como él. Lo que hace de espejo y de ese yo ideal es el
hermano, el primo, el amigo, etc. El dominio imaginario del cuerpo anticipa lo que
efectivamente va a poder hacer más adelante. Para esto, es necesario que el gran Otro crea
en él, incida en él y le garantice que en un futuro va a poder llegar a ese ideal que anhela.
Este gran Otro debe motorizar al sujeto para que ese yo se pueda constituir completamente.

En el espejo plano se produce una relación de simetría entre el yo y el yo ideal que va a


necesitar de otra instancia que marque una distancia en esta relación. Esto es la ley de lo
simbólico.

La inclinación del espejo plano esta dirigida por la voz del otro. Para que se de la imagen, el
espejo tiene que tener cierta inclinación. Esa voz del otro es la del Ideal del yo. Este Otro
influye en el sujeto en la manera en que lo mira, le habla, lo trata. De esta manera se va
determinando la inclinación del espejo. La madre trasmite sus sentimientos no solo mediante
el haba, sino que importa qué se dice, cómo se dice, en qué tono, etc.

Hay valores que se transmiten conciente e inconcientemente de generación en generación por


medio del habla y de significantes. No alcanza solo con lo que se dice, sino que hay
pensamientos y valores que se transmiten igual.

El Ideal del yo va a ser el soporte simbólico del yo imaginario, que va a tomar al yo ideal como
modelo a seguir, pero que necesariamente requiere de un soporte simbólico para que se
pueda completar su imagen. Por ejemplo, el nombre propio que le da posición al sujeto.

Lo que viene a poner cierto orden es el registro simbólico. Este es el que va a comenzar a
delimitar qué es yo y que es no yo. Esto comienza con la adjudicación del nombre propio y se
da un principio de acomodamiento. Yo soy Juan, no soy Pablo. Esta bicicleta es de Pablo, no
es mía, etc. Freud en el Complejo de Edipo dice que la mamá es el primer objeto que nos dio
satisfacción, que nos brindo los primeros cuidados, etc. Uno no se acuesta con la madre
porque hay cierta regulación que introdujo leyes y delimitó lugares. Hay un lugar para la
mama, otro para papa y otro para el hijo. Este lugar debe respetarse más allá de los deseos,
etc. Todo esto lo introduce el registro simbólico, desde Freud con el complejo de Edipo, desde
Lacan con la introducción del lenguaje, donde el Complejo de Edipo forma parte de este. En la
medida en que la estructura del lenguaje otorga la palabra, esa palabra implica la regulación
que permite el pacto. La palabra permite establecer el pacto con el otro. Esto es únicamente
posibilitado por lo simbólico. Los niños necesitan de otro que les inculquen el lenguaje. Una
vez que ellos lo internalizan no necesitan de la presencia física de sus padres. Ahora van a
estar mediatizados por el lenguaje mismo.

27
Lacan le adjudica a la palabra él papel fundamental. La palabra plantea una relación dialéctica
con el otro. Uno recibe del otro su propio mensaje, que es el que tiene lugar de escucha, quien
describe lo que ha dicho (poder discrecional del oyente). La dialéctica son las vueltas que se
dan entre el que habla y el que escucha. El otro con su puntuación es el que incide en la
determinación de lo que se ha dicho. Este receptor no adopta una posición pasiva. Es decir,
uno habla y no sabe bien lo que dijo. Es el otro de quien me entero lo que dije. Por ejemplo: si
una persona cuenta un chiste, y nadie se ríe, eso no es un chiste. Aquí se demuestra el poder
que tiene el que escucha. Este es el poder que la experiencia analítica utiliza en su dispositivo.

Concepto de estructura del lenguaje. Saussure

El signo lingüístico es una entidad bifásica que une la imagen acústica (significante) con un
concepto (significado). Esto está unido a un concepto de bi-univocidad.

Lacan va a modificar el signo lingüístico de Saussure en base a la experiencia analítica. La


primera modificación va a ser acentuar la diferencia y la separación entre los dos aspectos, el
significado y el significante, que en la teoría de Saussure eran inseparables. Donde había algo
entero que hacía del signo una unidad, un elemento, introduce una barra que los separa, los
diferencia. También va a invertir los términos. Coloca al significante arriba con letra mayúscula
(simbólico) y al significado abajo, con letra minúscula (imaginario). De esta manera rompe con
esta pareja y le impone al significante un carácter independiente del significado. La
articulación de significantes es la que produce significado. Es decir, el significado es un efecto
del modo en que se combinan los significantes.

De este modo, Lacan va a decir que no se trata de que a cada significante le corresponda un
significado. Cuando escuchamos hablar a alguien, no vamos otorgando un significado por
cada significante, sino que va pronunciando sino que escuchamos una serie de significantes,
una serie de palabras, mantenemos en suspenso el significado hasta que en un determinado
momento, en una puntuación, retroactivamente le adjudicamos un significado que permanece
indeterminado hasta el punto final.

Lacan va a decir que el significante en sí mismo no significa nada, nunca significa algo solo,
sino que significa cuando se relaciona con otros significantes, cuando se asocia a ellos. No
hay un significante que tenga un único significado sino que la significación depende de con
qué significantes se articula y cómo. Todo esto quiere decir que el significante es un elemento
opositivo, negativo y diferencial ya que no cobra valor, ni significación por sí solo, sino en
relación con los otros significantes. Esto quiere decir que un significante determinado se define
por sus diferencias con los otros significantes. Tanto en el nivel de significante como en el
nivel del significado, es la oposición con todos los otros lo que define la identidad de un
elemento. Por lo tanto Sussure reformula la definición "la lengua es un conjunto de signos" por
la definición "la lengua es un conjunto de diferencias". Lacan dice que un significante es lo que
los otros significantes no son. El registro de los significantes se entiende no por lo positivo sino
por lo negativo, por las diferencias que se ponen en juego, no por lo que son, sino por lo que
no son.

Lacan vuelve sobre los que denomina "los 3 textos mayores de Freud": "La interpretación de
los sueños", "Psicopatología de la vida cotidiana" y "El chiste y su relación con el inconciente"
para que se reconozca en ellos los desarrollos de la lingüística moderna. Es decir, para hacer
notar que las formaciones del ICC (sueños, síntomas, actos fallidos, etc.) son hechos de
lenguaje y solo se resuelven por su relación con el registro de lo simbólico. Lacan sostiene
que el ICC de Freud es un inconciente que se halla más ligado al significante, es decir a lo

28
simbólico, que a significado (lo imaginario). El inconciente es el discurso del otro que habla y
nos determina.

Hablar implica dos tipos de operaciones entre los significantes: Los dos polos del lenguaje.

• Relaciones de concatenación: Relaciones de encadenamiento entre significantes. Orden


de sucesión, de una palabra con la otra, de significantes. Hablar es concatenar significantes.
POLO METONÍMICO

• Relaciones de selección. Podría haber utilizado otro significante en vez del que dije. En la
cadena se sustituye un elemento, un término, un eslabón por otro. POLO METAFÓRICO.

Lacan equipara los dos polos del lenguaje con las dos leyes del proceso primario, que rigen el
ICC. Estas son, la condensación y el desplazamiento. Por lo tanto, estas son homologas a los
dos polos del lenguaje.

• Polo de la metonimia: Desplazamiento

• Polo de la metáfora: Condensación.

Por lo tanto, si son homólogos, Lacan deduce que: "EL INCONCIENTE ESTÁ
ESTRUCTURADO COMO UN LENGUAJE"

El ser humano, no es natural. Su naturalidad ha sido alterada por el lenguaje. Esto demuestra
la brecha entre el mundo natural y el humano. Estamos fundamentalmente determinados por
el lenguaje.

La diferencia entre estas dos especies es que la animal tiene un código rígido que no admite
ambigüedades.

En cambio, el lenguaje sí admite malos entendidos, chistes, equivocaciones, etc.

El lenguaje es determinante, incide incluso en nuestras necesidades de satisfacción. En el ser


humano no hay necesidad puramente biológica, orgánica o instintiva como en la especia
animal.

"EL HOMBRE ES UN ANIMAL ENFERMO DE LENGUAJE"

Sentido paradojal: el lenguaje nos enferma, pero a la vez va a ser el que nos brinde la cura. (A
través del dispositivo analítico, por medio de la escucha)

La noción del cuerpo:

El cuerpo es una formación imaginaria. No se debe confundir al cuerpo con el organismo


biológico, ni con el sujeto. Uno de los efectos del lenguaje es que separa al cuerpo del sujeto.
Si los seres humanos en tanto somos captados por el lenguaje, podemos hablar e incluso
sentir, tener la vivencia del cuerpo como algo distinto, como algo que tenemos "tengo un
cuerpo" y no "soy un cuerpo". Esta distinción, este efecto de separación entre sujeto y cuerpo
solo es posible por la intervención del lenguaje. Si ubicamos el cueipo en el registro
imaginario, cuerpo significa entonces, imagen del cuerpo, Imago corporal. Por lo tanto, lo que
es eficaz para la determinación de la conducta no es la materialidad del cuerpo sino la
representación que de él se forma el individuo. Cuando hablamos de cuerpo no nos estamos

29
refiriendo al organismo biológico. En los síntomas histéricos, se puede producir una parálisis
en el brazo del paciente. Sin embargo, no hay ningún daño real de! organismo biológico,
ningún daño anatómico. El cuerpo es una realidad que se construye. No se nace con un
cuerpo. El cuerpo no es primario, sino que es secundario. Que no se nace con un cuerpo
quiere decir que el cuerpo se construye secundariamente, que no es algo dado de entrada.
Esto implica que no tenemos que identificar al cuerpo con el organismo biológico.

Freud define al NARCISISMO como un estadio de la historia del desarrollo de a libido,


intermedia entre el autoerotismo y la elección de objeto. En esta configuración, el individuo
toma a su propio cuerpo como objeto de amor, antes de pasar a la elección de una tercera
persona. Esta fase es normalmente indispensable. Esto quiere decir que el narcisismo no
debe ser pensado solamente como una etapa de la evolución, sino que se trata de una fase
que en cierto sentido siempre subsiste.

El narcisismo no es primario. El narcisismo en el hombre es secundario. Lo dice así porque es


algo que no esta dado desde el comienzo y que se requiere de un nuevo acto psíquico para
que el yo se constituya. Es secundario a la fase del autoerotismo, previa. Freud designa con el
nombre de narcisismo a la fase del desarrollo libidinal en que se constituyen el cuerpo y el yo.
Por eso dice Freud sobre el yo en el texto "Introducción al narcisismo": se requiere de un
NUEVO ACTO PSÍQUICO para que el yo se constituya. Es decir, que el yo no existe desde el
comienzo. Yo y cuerpo son dos nociones que están estrechamente relacionadas. En el yo y el
ello, Freud dice que inicialmente, el yo es un yo corporal y es la proyección de una superficie.
Esta superficie debe ser construida a través de la identificación con la imagen que refleja el
espejo. El cuerpo es una superficie construida en el plano imaginario. Esto quiere decir que la
primera forma del yo es la representación del cuerpo.

Es necesario guiarse por la sucesión de fases que distingue Freud al introducir la teoría del
narcisismo. La fase autoerótica, la fase del narcisismo y la fase objetal.

En el AUTOEROTISMO las pulsiones son iniciales, primordiales, parciales. Son un conjunto


de pulsiones vinculadas a las zonas erógenas. Estas pulsiones son independientes de las
otras, son parciales y no hay nada que las articule. El autoerotismo precede a la constitución
del cuerpo y a la constitución de lo que es yo y lo que es no- yo. En esta fase el cuerpo está
fragmentado y se demuestra con el plural de las pulsiones: "las pulsiones parciales". Aquí no
hay unidad. Entonces el narcisismo no esta dado desde el comienzo, es secundario, algo tiene
que agregarse, se requiere de un nuevo acto psíquico, que se produzca una nueva operación
para que surja, para que se constituya la organización narcisista, es decir, para que se
constituya el yo. En el narcisismo se produce una unificación de las pulsiones parciales bajo el
nombre de LA libido. La libido es una. Puede haber dos modos de situar esa libido (en el yo o
en los objetos) EN EL NARCISISMO, EL YO APARECE COMO EL RESERVORIO DE LA
LIBIDO, LA LIBIDO ESTÁ CONCENTRADA EN EL YO. Si hay un efecto de unificación de las
pulsiones parciales, si hay un efecto de síntesis sobre las pulsiones que antes eran
independientes, eso ocurre porque el objeto de esta nueva fase es ÚNICO, es decir porque en
la fase narcisista surge un objeto, se constituye un objeto que no estaba en el autoerotismo.
PORQUE SURGE EL PROPIO CUERPO COMO OBJETO ÚNICO DE LAS PULSIONES,
ESTO TIENE POR EFECTO LA UNIFICACIÓN DE LAS PULSIONES.

Hay cierta equivalencia entre el yo y los objetos. El cuerpo, o el yo que surge inicialmente
como cuerpo es el primer objeto que se conforma como objeto total, como objeto unifícador de
la libido dispersa en la fase previa, el autoerotismo, en los diversos objetos de las pulsiones
parciales. Esa es la principal característica del narcisismo. La configuración narcisista esta

30
caracterizada justamente por presentarse como una unidad y una totalidad. La imagen del
cuerpo que surge con esta configuración es la imagen de cuerpo como entero, del cuerpo
como totalidad, de imagen unificada del cuerpo. Sin embargo hay una parte de lo parcial que
nunca alcanza una completa unificación. En todo caso lo que pensamos como unidad participa
como ficción para poder vivir en el mundo. Hay algo que queda velado, de modo tal que
tenemos la noción de unidad (tanto en el cuerpo, en el yo y en la realidad).

Por más de que luego esa libido sea depositada o trasvasada hacia los objetos, EL
NARCISISMO PERDURA. TAL ORGANIZACIÓN NARCISISTA, EN DONDE EL SUJETO SE
COMPORTA COMO SI ESTUVIESE ENAMORADO DE SÍ MISMO, NO DESAPARECE
NUNCA POR COMPLETO. EL NARCISISMO ES IMPRESCINDIBLE PARA LA
SUBISISTENCIA DEL VIVIENTE. Las pulsiones de autoconservación que tienen por finalidad
la conservación del individuo están tan dañadas y carentes en los seres humanos por ser
animales que hablan que requieren de este complemento libidinal para llegar a cumplir su
meta. SIN ESTE AMOR HACIA SÍ MISMO EL VIVIENTE QUE HABLA NO PODRÍA
SOBREVIVIR.

Lacan dice que ese nuevo acto psíquico del que habla Freud es enigmático e intenta resolver
esta interrogación con el estadio del espejo. Dice que este nuevo acto psíquico es la
identificación con el otro que nos brinda una unidad corporal de la cual al principio carecemos.
Esto se da a partir de la identificación especular. Lacan sostiene que nacemos fallados,
defectuosos y que esto solo se puede modificar con la identificación del niño con esa imagen
que se ve reflejada en el espejo.

En el estadio del espejo, Lacan dice que no es en el organismo de sí mismo donde el sujeto
se representa y se reconoce como un cuerpo entero y unificado, sino que es algo que le viene
desde afuera, por identificación con la imagen del otro, que asume el valor de imagen
especular, algo que el sujeto encuentra afuera, en otro lugar que no es donde él está. Es por
la identificación de la imagen del otro que el niño adquiere la imagen de su propio cuerpo.
"Porque el otro tiene un cuerpo y yo soy como el otro, yo tengo un cuerpo". Estamos hablando
por el momento de una identificación imaginaria, no simbólica. Esta característica del
imaginario en el hombre es una consecuencia de su acceso a la estructura del lenguaje, de la
estructura simbólica. El espejo mismo es una máquina simbólica que se define por diferenciar
dos espacios, uno rea! y uno virtual, al mismo tiempo que los pone en una relación biunívoca,
esto es que a cada punto de un espacio, le corresponde un punto y solo ese del otro espacio.
De esta manera, la estructura del lenguaje, el registro simbólico es condición para la
identificación imaginaria. Si en un primer momento planteamos las cosas solo en términos
imaginarios, podemos pensar la idea de que el imaginario viene primero y lo simbólico
después, y esto es incorrecto. El Otro es siempre otro del lenguaje, antes de ser otro de la
imagen. La constitución de la imagen corporal entonces pasa a ser ubicada como un efecto
que viene de lo simbólico.

La noción de realidad:

Para Freud la realidad no es algo que esta dado ahí, de antemano, no es algo dado para el
sujeto, no es un dato primario sino que es algo que se construye. ASÍ COMO SE
CONSTRUYE LA REALIDAD, TAMBIÉN PUEDE PERDERSE.

Hay una OPOSICIÓN ENTRE REALIDAD Y LO REAL. Esta distinción no esta dada desde el
comienzo.

31
Antecedentes:

• La realidad para el ser hablante esta fuertemente determinada, por lo simbólico. El


cuerpo, el yo y la realidad son construcciones. La realidad depende de cómo llamamos las
cosas, de los símbolos y significaciones que se emplean. Entre el ser humano y las cosas hay
una MEDIACIÓN. Son palabras que ordenan nuestro mundo y la relación que tenemos con las
cosas y con nosotros mismos. Un ejemplo de esto es el estadio del espejo que da cuenta de
que no tenemos una relación directa con nuestro organismo, sino que está mediatizado por la
imagen que refleja el espejo. Así como la realidad puede perderse, el cuerpo también. El
sujeto puede sentir una fragmentación del mismo, y el sujeto puede sufrir distintas alteraciones
de la realidad imaginaria de su cuerpo. Se altera la relación del cuerpo con su imagen.

• Lacan en el seminario 2 toma la interpretación de un sueño de Freud y dice que este


marca el momento de viraje de la medicina al psicoanálisis. Es un sueño de angustia. Cuando
hay un punto de angustia en un sueño, uno se despierta sobresaltado, uno se topa con algo
difícil de nombrar, que no se reduce a la anécdota del sueño.

NUESTRA REALIDAD SE COMPONE POR AQUELLO QUE PODEMOS NOMBRAR. EN


OPOSICIÓN A ESTO, LO REAL ESTÁ COMPUESTO POR LO INNOMBRABLE Y LO
INSITUABLE, YA QUE PARA PODER SITUAR ALGO, TENGO QUE NOMBRARLO. LA
ANGUSTIA ES LA REVELACIÓN DE LO REAL, SIN NINGUNA MEDIACIÓN POSIBLE, ES
EL OBJETO ANTE EL CUAL TODAS LAS PALABRAS SE DETIENEN. En la angustia las
palabras fracasan en vez de poder transmitir lo que a uno le pasa. Aquí se puede distinguir al
miedo de la angustia. El miedo puede ser nombrable: "le tengo miedo al perro, a las alturas,
etc.", mientras que la angustia es esa sensación de opresión que uno no puede explicar, hay
algo que uno no llega a nombrar, es el punto en el cual todas las categorías fracasan
(categorizar ago es meterlo dentro de lo simbólico). El objeto de angustia es el objeto real, es
lo real que se opone a la construcción de la realidad.

• ¿No será la vigilia otro modo de dormir? Nuestra vida es en general bastante dormida.
La realidad está adormecida y solo hay ciertos momentos en que nos despertamos, cuando
aparece un trauma que nos choca, que nos impacta con lo real. El trauma marca algo que
resulta perturbador para e aparato psíquico. En los puntos de fracaso de la maquinaria
simbólica, del aparato psíquico es donde aparece lo real. Esto genera una puesta en cuestión
de la realidad en que ese sujeto se sostenía. Esto puede ser motivo de análisis. En el análisis,
se recibe a la gente que se despierta un poco, y así uno se puede replantear la realidad en
que vivía. Cierto encuentro con lo real puede generar una perturbación que lleve a dudar
sobre la realidad en que se estaba viviendo.

LO REAL DESPIERTA, LA REALIDAD DUERME. LA REALIDAD FUNCIONA COMO


PANTALLA DE LO REAL. PARA QUE LA REALIDAD SE CONSTITUYA, LO REAL DEBE
ESTAR VELADO, MEDIATIZADO POR LO SIMBÓLICO. ESTO HACE QUE SE PUEDA
CONSTITUIR LA REALIDAD Y QUE UNO PUEDA DORMIR O VIVIR MAS O MENOS
TRANQUILO. LO REAL PROBLEMATIZA, PERTURBA LA REALIDAD.

• El psicoanálisis va a querer saber sobre ese objeto de angustia. No mira para otro lado,
no intenta adormecerse como sí se hace en la realidad ara poder conservar a homeostasis del
aparato según Freud en el principio del placer. El aparato psíquico intenta adormecer,
mantener la homeostasis del aparato. Cuando hay algo que lo perturba aparece lo real.

32
Estructura v desarrollo:

Está la creencia de que lo imaginario es inicial y que el lenguaje viene después. En el caso del
sujeto humano, se tiende a pensar que cuando nace esta en el registro imaginario, y cuando
empieza a hablar accede al registro simbólico. Esto constituye uno de los graves problemas
del psicoanálisis: las cuestiones de las fases, de las etapas libidinales y otras nociones
relacionadas con el desarrollo individual que muchas veces son entendidas como etapas
cronológicas, como un tiempo lineal donde una cosa viene antes y otra cosa después, sin
utilizar la noción de RETROACCIÓN.

En Lacan, el estadio del espejo se introduce inicialmente como una fase del desarrollo. No se
trata en ninguno de los casos de un desarrollo cronológico. Autoerotismo/Narcisismo/Elección
de objeto. Lacan sostiene que estas construcciones tienen que ver con una estructuración que
adquiere una forma lógica y no cronológica. Aquí la idea de tiempo pierde importancia. La
lógica consiste en que se necesita pasar primeramente por una fase, para poder así pasar a la
siguiente.

Ya Freud advertía en introducción al narcisismo que éste no es solo una fase sino una
configuración psíquica permanente cuyos efectos se siguen produciendo en la fase siguiente.
El narcisismo no está desde el comienzo, pero una vez instalado, no se sale nunca de él lo
mismo para el autoerotismo, que subsiste aún instalado el narcisismo y en la fase objetal. Hay
una relación entre estructura y desarrollo que se ve en el acceso mismo al lenguaje. El
lenguaje no debe concebirse por partes. No es que el niño aprende primero las palabras y
después las frases y posteriormente la composición de un párrafo, sino que el ser humano
está sumergido en el lenguaje. El niño entiende lo que se le dice mucho antes de empezar a
hablar. La operación del habla no tiene inicialmente una función de comunicación de
significados, sino que en el bebe constituye solo un juego, a veces solitario en relación con el
Otro materno, con el que goza más como una trasmisión musical que una transmisión de
significados. Es por eso que Lacan considera al significante no sólo anterior al significado, sino
independiente de él.

El yo es un objeto:

El yo debe ser ubicado del lado del objeto, en vez del lado del sujeto. La definición de la
naturaleza objetal del yo se introduce cuando se propone la teoría del narcisismo. La
introducción de esta teoría tiene como función principal formar la noción del yo como objeto de
la libido. La libido ocupa el yo (lo carga, lo caquectiza, lo inviste). De esta manera el yo se
convierte en el primer depósito de la libido, desde el cuál esta puede trasvasarse para ocupar
otros objetos. Esta movilidad y equivalencia entre la libido del yo y la libido objetal es una de
las tesis centrales de introducción al narcisismo. Si se carga excesivamente el objeto, el yo se
deslibiniza. Esto es lo que ocurre en el enamoramiento, en donde el objeto resulta híper
estimado y el yo disminuido. Este es opuesto a la paranoia donde según introducción al
narcisismo, el yo aparece híper estimado. En introducción al narcisismo aparece el yo como el
primer depósito de la libido. El yo reúne la libido dispersa en el autoerotismo en muchos
objetos de las pulsiones parciales.

El sujeto elige su yo, de la misma manera que elige sus objetos de amor, porque en realidad el
yo no es más que eso, un objeto de amor. Mantenemos relaciones amorosas con nuestro yo
como con cualquier otro objeto porque el yo es un objeto.

Las unidades elementales:

33
El registro imaginario esta compuesto por imágenes cambiantes. Hay una plasticidad en este
registro que le es característica. Las imágenes pueden cambiar. En la teoría de la Gestalt, se
habla siempre de figuras cerradas, unificadas en su totalidad. Esto no ocurre en lo
SIMBÓLICO ya que este se caracteriza por a DISCONTINUIDAD y el CORTE. Esto es por el
hecho de estar compuesto por elementos. Solo para el registro simbólico se utiliza el término
ESTRUCTURA. La estructura es un conjunto de elementos. En la estructura del lenguaje los
elementos son los significantes. La característica principal de la estructura es que a partir de
un número limitado y pequeño de elementos, puede construirse una enorme cantidad de
unidades de otro nivel. Un elemento es algo que no es reductible a otra cosa, una unidad
mínima que no se puede dividir y que además se distingue de otros elementos. Entonces los
elementos son unidades. La unidad es un concepto relativo: lo que es unidad en un
determinado nivel, no lo es en otro. En cualquier nivel, hay un elemento que cumple la función
de uno. En a estructura del lenguaje, su elemento es llamado por Lacan, RASGO UNARIO. La
noción de unidad es problemática. El sujeto nunca coincide consigo mismo, a diferencia de a
especularidad del yo, que lo duplica. El sujeto hereda una propiedad del significante que se
define por no ser nunca igual a sí mismo, un significante, al repetirse ya no es el mismo.

Lacan utiliza el término rasgo unario para designar la cualidad que tiene el uno que no es la de
ser único, porque al repetirse, se va produciendo una diferencia.: el significante al repetirse ya
no es el mismo. Es decir, que un significante por el solo hecho de repetirse, ya es otro
significante. Esta es la PROPIEDAD ESENCIAL DEL SIGNIFICANTE, LA DE NO SER IGUAL
A SÍ MISMO. EL SUJETO, QUE ES UN EFECTO DEL LENGUAJE REPITE ESTA
PECULIARIDAD, AL NO SER IDÉNTICO A SÍ MISMO. Pero Lacan delimita una diferencia que
subsiste aún cuando ya no hay diferencia. Esto es lo que llama Lacan "pura diferencia".

Problema de la psicología: falta de certeza de que un estadio una vez constituido permanezca
inmutable. Lacan piensa a la estructura como algo que no tiene estabilidad interna y que por lo
tanto en ciertos momentos de la vida del sujeto, aparece una maquinaria que va a intentar
reemplazar aquello que se salió de eje. Las tres grandes nociones (cuerpo, yo y realidad)
sufren avatares, hay una idea de cierta fragilidad, de que estos momentos fijos, de que estas
estructuras puedan tambalear. Estas 3 grandes nociones, así como fueron construidas
también pueden perderse. De esto se encarga la psicopatología. Por ejemplo, en la paranoia
Freud explica que hay algo que retorna a un estadio previo. Lo que se conquistó en ese
momento (narcisismo) se pierde y se produce una regresión a un estadio anterior
(autoerotismo). La noción de uno tiene dos caras: el uno de la totalidad, el uno que tiene que
ver con algo entero, pero también el uno de las diferencias, lo que hace que este uno sea
diferente de otro uno.

LOS DOS EFECTOS DEL LENGUAJE:

• FRAGMENTACIÓN. PERTURBACIÓN, EFECTO DE CORTE. EL LENGUAJE


CAVA AGUJEROS. ESTOS AGUJEROS QUE CAVA SON LAS ZONAS
ERÓGENAS. (AUTOEROTISMO)

• UNIFICACIÓN. (NARCISISMO). CONSTITUCIÓN EN EL REGISTRO IMAGINARIO DE


FIGURAS TOTALES Y ENTERAS.

Creemos que la identificación es lo que da identidad. Si entendemos identidad en el sentido de


una coincidencia con uno mismo, entonces hay que notar que la identificación no es nunca
fuente de identidad, sino que es fuente de alienación porque implica asumir algo ajeno,
hacerse ser algo que no se es. Si uno se detiene en la mirada de otro, se genera un

34
sentimiento ambivalente. Por un lado, esta mirada constituye la imagen, la unidad, pero por
otro lado genera esa imagen aberrante de querer apropiarse de esa imagen del otro. Resulta
muy difícil situar la diferencia entre el yo y el otro. No hay algo que defina su identidad porque
siempre esta situado en alguien ajeno a él. Esto es una idea alienada. Por ejemplo: el niño le
pega a otro y se pone a llorar. Esto demuestra la dificultad para diferenciar quien es yo y quien
es el otro, porque el yo se constituye a partir del otro. Esto por un lado genera agresividad, y
por otro alegría (el jubilo que tiene el niño al verse en el espejo).

En el plano imaginario, no se puede salir de esa agresividad hacia el otro. En el mundo de los
seres que hablan, el imaginario solo genera esa agresividad y esa ambivalencia de amor/odio.
La agresividad es algo propio del estadio del espejo. Esta forma de agresividad no es
pulsional sino que es un efecto de la organización narcisista que es especular e imaginaria.
Pero muchas veces se olvidan de la otra parte: sin esta organización narcisista es imposible
para el organismo subsistir. EL NARCISISMO ES LO QUE HACE LA VIDA VIVIBLE EL
SURGIMIENTO DE ESTA FASE MARCA UN HITO FUNDAMENTAL EN LA PROGRESIÓN
DE LA AUTONOMÍA DEL SUJETO EN RELACIÓN CON EL OTRO. INICIALMENTE EN EL
AUTOEROTISMO, EL VIVIENTE DEPENDE TOTALMENTE DEL AMOR DEL OTRO PARA
SATISFACER SUS NECESIDADES FUNDAMENTALES. SUSTITUIR EN PARTE EL AMOR
DEL OTRO POR EL AMOR A SÍ MISMO, TOLERAR SIN GRANDES DESEQUILIBRIOS LOS
RECHAZOS DE OTRO, CONSTITUYE UN PASO DECISIVO EN LA SEPARACIÓN DEL
SUJETO.

El efecto del lenguaje sobre los seres que hablan por un lado desorganiza y por otro lado
organiza. El imaginario en el ser que habla condena a la ambivalencia, desorganiza y es
necesario lo simbólico para ordenar. Pero el lenguaje primero fragmenta a ser viviente y luego
permite su unificación.

"El lenguaje es la ley que puede ordenar, que si no esta nos llevaría al mata o muere"
(ambivalencia) Una nueva forma de intervención de lo simbólico provee que mediante la
imagen amable del gran Otro (la madre), el sujeto forje la ilusión de que es un ser diferente a
los otros. Esto es lo que le permite adquirir una cierta idea de una representación en el mundo
a través del Ideal del yo que le permite ser amables por otros.

Dado que lo esencial y la condición del lenguaje es el uno, Lacan dice que las dos primeras
fases de Freud (autoerotismo y narcisismo) coinciden con las dos vertientes del uno: el uno
que divide, que opera fragmentando y el uno que unifica, que sirve para armar conjuntos. De
este modo resulta posible pensar esas sucesión (autoerotismo- narcisismo) como los dos
efectos del lenguaje, el primero, de fragmentación, es el de la fase autoerótica, el segundo de
unificación, corresponde al narcisismo.

El primer efecto del lenguaje es el de fragmentación. El lenguaje corta al viviente y abre los
agujeros de las zonas erógenas. El primer efecto del lenguaje es dividir, fragmentar, cortar. E
lenguaje, en definitiva opera por el establecimiento de diferencias, hasta la diferencia mas
pura que es la que se sostiene aun cuando ya no hay más diferencias. Todo esto tiene
consecuencias en el viviente. El significante es un CORTE. Podemos concebirlo como una
TIJERA. "El hombre piensa porque la estructura del lenguaje corta su cuerpo (esto no tiene
nada que ver con la anatomía)

En términos de organismo biológico el viviente tiene una unidad en sí mismo que pierde por
efecto de su acceso al significante. Es por efecto del significante que se producen esos cortes
que Freud llamó pulsiones parciales y zonas erógenas. Este es el primer efecto del lenguaje:

35
el significante que corta, que fragmenta, que corta, que diferencia. El lenguaje esta compuesto
por unidades discretas que no están en continuidad sino que están cortadas unas con
respecto a las otras. ACCEDER A ESTA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE ES ESTAR
CORTADO. ESTE ES UN EFECTO GENERAL E INICIAL DEL ACCESO AL LENGUAJE.

El segundo efecto del lenguaje es el de totalización, de formación de unidades, de reunión, de


unificación que opera en la producción de una figura unitaria, que es el cuerpo como una
figura entera.

AMBOS EFECTOS VIENEN DE LO SIMBÓLICO Y REPRODUCEN DE ALGÚN MODO LA


COMPOSICIÓN MISMA DEL LENGUAJE. EL PRIMERO QUE SE REFIERE A SU
CONDICIÓN, A QUE HAY UNO, EL SEGUNDO AL LENGUAJE MISMO QUE ES UN
CONJUNTO, UNA REUNIÓN, UNA ARTICULACIÓN DE SIGNIFICANTES. DE ESTOS
EFECTOS, EL PRIMERO RECAE SOBRE EL VIVIENTE QUE DE ESTE MODO VE
DESARREGLADAS SUS FUNCIONES VITALES, Y EL SEGUNDO SOBRE EL CUERPO,
FORMÁNDOLO Y PERMITIENDO DE ALGÚN MODO COMPENSAR ALGO DEL
DESARREGLO INICIAL. ESTE SEGUNDO EFECTO SE VE EN LA FASE NARCICISTA
DONDE SE PRODUCE UNA UNIFICACIÓN DE LAS PULSIONES PARCIALES EN LA
LIBIDO QUE ES ÚNICA, Y LA IMAGEN DEL YO COMO UN OBJETO TOTAL, ENTERO.

EL VIVIENTE ES REAL, EL CUERPO IMAGINARIO. TENEMOS ENTONCES DOS EFECTOS


DE LO SIMBÓLICO, UNO EN LO REAL, OTRO EN LO IMAGINARIO.

El primer efecto del lenguaje se basa en una MORTIFICACIÓN DEL VIVIENTE. Esta
mortificación es el punto de alteración radical, es una PERTURBACIÓN DE ESE GOCE
ARMÓNICO, mítico y único que se da al principio en el viviente. Lo que resta de esa
mortificación es un goce anárquico (sin orden) de las pulsiones parciales. Esto corresponde al
autoerotismo en Freud. En base a esta alteración que se produce por la entrada al lenguaje,
ese goce mítico se pierde y aparecen diferentes tipos de goce, diferentes formas de tramitar y
de recuperar aquél goce mítico.

Para que se constituya el narcisismo, el cuerpo como unidad, este goce anárquico debe ser
tramitado y regulado bajo una ley. A este último goce Lacan lo denomina GOCE FÁLICO. Esta
regulación la va a introducir la FUNCIÓN PATERNA.

10-Seminario 3- LA CARRETERA PRINCIPAL- LACAN

Lacan hace una COMPARACIÓN ENTRE LA FUNCIÓN PATERNA Y LA CARRETERA


PRINCIPAL. La carretera principal es algo que existe en sí y se reconoce de inmediato. No es
un medio que sirve para ir de un punto al otro, sino que es una vía de comunicación. La
carretera anuda las vías de comunicación, polariza los caminos (estos implican valores,
significaciones, etc.). Se utiliza esta comparación para ilustrar la prevalencia del significante
sobre el significado. La carretera principal es el significante, y los caminos son los significados.
Se tiene a pensar que los caminos ya están y que por eso desembocan en la carretera. Pero
eso está mal pensado. Debido a que se funda la carretera principal, se puede pensar en
caminos. Esto es, el significado es un efecto de la combinación de significantes. Se remarca la
independencia del significante y su efecto de determinación en el significado.

36
Porque la carretera principal es en a experiencia humana UN SIGNIFICANTE INDISCUTIBLE,
marca en la historia una etapa.

Esta carretera es un significante que polariza, aferra, agrupa a las significaciones. El


significante crea el campo de las significaciones. Esta carretera principal es algo que ordena el
tránsito y fundamentalmente orienta hacia una dirección precisa. Si esta carretera esta
cerrada, va a ver que buscar otros caminos colaterales, y así uno corre el riesgo de perderse.

Lacan da este ejemplo para destacar a la función paterna que orienta el sentido y polariza las
significaciones. Estas significaciones van a estar reguladas de una determinada manera. La
significación ordenada por "EL NOMBRE DEL PADRE" va a formar la SIGNIFCICACIÓN
FÁLICA.

La función de ser padre no es pensable de ningún modo en la experiencia humana sin la


categoría del significante, es puramente simbólica. Es decir, uno no puede dar cuenta de lo
que es ser padre en el ámbito imaginario, ni en el real, como sí sucede con la madre (ella lleva
al hijo en su vientre, el hijo cuando nace sale de ella, etc.)

Sin embargo un efecto retroactivo es necesario para que el hecho de copular reciba para el
hombre el sentido que realmente tiene, pero para el cual no puede haber ningún acceso
imaginario ni real, que de cuenta de que el niño es tan de él como de la madre. PARA QUE
ESTE EFECTO DE RETROACCIÓN SE PRODUZCA, ES PRECISO QUE LA NOCIÓN DE
SER PADRE HAYA ALCANZADO EL ESTADO DE SIGNIFICANTE PRIMORDIAL Y QUE
ESE SIGNIFICANTE TENGA SU CONSISTENCIA Y SU ESTATUTO.

No hay una sola función del padre sino tres. La del padre simbólico, la del padre imaginario y
la del padre real. "El nombre del padre" corresponde a la función simbólica. Una función
simbólica trasciende a quien la ocupa. La función trasciende al funcionario. Esto quiere decir
que no es necesario que haya alguien físico que lo asuma, no importa que alguien no haya
ocupado explícitamente esa función, sino que lo que es determinante para el ser humano es la
función simbólica, que esté el puro significante "el nombre del padre", que se haya instalado
esta función del padre. Quiere decir que esta función puede estar presente más haya de que
no haya alguien explícito que la encarne. La función de padre hace de carretera principal para
el sujeto. Un Edipo puede constituirse también cuando el padre no esta presente. Se puede
comprobar que el padre existe incluso sin estar.

El significante "el nombre del padre" va a permitir el pasaje del primer efecto del lenguaje
(fragmentación) al segundo efecto (unificación). Es decir permite el paso de! goce anárquico al
goce fálico. Este es un goce regulado, organizado y compatible con la unidad del cuerpo.

37
11-Lacan: Seminario 5. "LA METÁFORA PATERNA"

El padre interviene en diversos planos. De entrada prohibe a la madre. Este es el fundamento,


el principio del complejo de Edipo, ahí es donde el padre está vinculado con la ley primordial
de prohibición del incesto.

La amenaza de castración se trata de la intervención real del padre con respecto a una
amenaza imaginaria, ya que no sucede realmente que se lo corten. La castración es un acto
simbólico cuyo agente es alguien real (el padre). El padre prohibe a la madre. En cuanto
objeto, es suya, no es del niño. En este plano es donde se establece la rivalidad con el padre
que por sí misma engendra una agresión. El padre frustra claramente al niño de su madre. Es
el padre simbólico el que interviene en una frustración (acto imaginario que se refiere a un
objeto real, la madre, en tanto el niño tiene necesidad de ella) La privación se trata del padre
en tanto se hace preferir por la madre. En la medida en que el padre se convierte en un objeto
preferible por la madre, puede establecerse la identificación del niño con el padre, y se
produce la masculinidad en él.

¿QUÉ ES EL PADRE? Para la función del padre en la naturaleza no hay soporte ni real ni
imaginario. A diferencia de esto, para ser madre hay un soporte real (lo tuvo en el cuerpo, lo
parió) y hay un soporte imaginario (el hijo sale del cuerpo de la madre, puede pensar como va
a ser su hijo cuando nazca, etc). En el padre no pasa esto, no hay nada más que lo simbólico.
Solo un apoyo simbólico puede instaurar una función paterna. Ser padre es otra cosa, es algo
innombrable. El hecho de ser padre tiene que ver con un acto de reconocimiento, con una
ligazón cultural que responde a ciertas costumbres.

El padre no es un objeto real, aunque deba intervenir como objeto real para dar lugar a la
castración. No es tampoco un objeto ideal. El padre es el padre simbólico.

Al decir que el ICC está estructurado como un lenguaje, Lacan equipara los dos polos del
lenguaje con las dos leyes del proceso primario, que rigen el ICC. Estas son, la condensación
y el desplazamiento. Por lo tanto, estas son homologas a los dos polos del lenguaje (metáfora
y metonimia).

El Edipo de Freud va a ser pensado desde esta perspectiva y es por eso que el Edipo va a ser
pensado como una metáfora. La metáfora paterna es el esqueleto formal mínimo del complejo
de Edipo. Lacan reduce el Edipo a la lógica de la metáfora (sustitución entre dos significantes.
Es un significante que viene en lugar de otro significante). El padre es un significante que
sustituye a otro significante. Aquí esta el único mecanismo de la intervención del padre en el
complejo de Edipo. La función del padre en el complejo de Edipo es la de ser un significante
que sustituye al primer significante introducido en la simbolización, el significante materno, en
cuanto a la "madre que va y viene". Este se hace efectivo por la alternancia de la presencia y
la ausencia de la madre (lo que desarrolla Freud en el Fort-da) Lacan denomina a este primer
significante "deseo de la madre". Cuando hay alternancia entre presencia y ausencia se pone
en juego el deseo. El niflo se pregunta qué busca la madre en otro lado que no es él. Si la
madre esta siempre presente, no generaría en el niflo muchas preguntas acerca de su deseo.
Según Lacan, un significante sólo, en sí mismo no significa nada. Allí se va a producir una
incógnita. Esta simbolización primordial le abre a niño la dimensión de algo distinto que la
madre puede desear en el plano imaginario. Así es como el deseo de Otra cosa hace su
entrada. Hay en la madre un DESEO DE OTRA COSA distinta que satisfacer el propio deseo
del hijo. Este algo más que hace falta para la madre es la existencia detrás de ella de todo el
orden simbólico del cual depende y que permite cierto acceso al objeto de su deseo, que ya es

38
un objeto tan especializado, tan marcado por la necesidad instaurada por lo simbólico que es
absolutamente impensable de otra forma sin su prevalencia. Este objeto es el FALO.

Si el niño se pregunta qué significa que la madre aparezca y desaparezca es porque él es el


objeto parcial, lo que significa que él es el falo. El niño puede descubrir lo que es la incógnita
imaginaria, y una vez que la comprende, hacerse falo. Sin embargo la vía imaginaria no es la
vía normal porque nunca es completamente accesible. Lo que va a despejar esta incógnita es
la metáfora bajo la vía simbólica. La metáfora produce una significación polarizada.

El significante primero (el deseo de la madre) solo no significa nada. Únicamente cuando se
articulan dos significantes, el primero cobra significación en base al segundo. Es decir, se va a
necesitar de un segundo significante que lo sustituya en el mismo lugar. De esta manera se
produce algo nuevo, algo que no estaba dado anteriormente. Este segundo significante "el
nombre del padre" produce una significación nueva que antes no estaba. La significación
producida por la metáfora paterna es el FALO. De esta manera, la madre queda también
remitida a una ley paterna.

Para el niño, la metáfora paterna viene a despejar esa incógnita del deseo de la madre, que
despierta angustia. Ese enigma que genera la madre es resuelto bajo el nombre del padre. Lo
que desea la madre tiene una SIGNIFICACIÓN FÁLICA.

La metáfora paterna implica una ley de regulación del goce, de la orientación, es la carretera
principal que ordena, que organiza, que polariza las significaciones. Esto implica el fin de la
anarquía en el goce y permite introducir el DESEO. Para que haya un deseo, tuvo que haber
anteriormente un goce que no se pudo realizar, algo prohibido por la ley y tiene que haber un
objeto perdido (madre). Para pasar a un goce regulado tuvo que actuar la CASTRACIÓN. Esta
se superpone a la primera pérdida del goce mítico (mortificación del lenguaje). De esta
manera, la función paterna viene a redoblar algo que ya introdujo el lenguaje, "ya no es
posible el goce todo".

LACAN DEFINE A LA CASTRACIÓN COMO UN EFECTO DE LA ESTRUCTURA DEL


LENGUAJE SOBRE EL SER HABLANTE. ESTA ES LA CONSECUENCIA QUE SE
PRODUCE EN EL VIVIENTE POR EL ACCESO AL LENGUAJE. EN ESTE SENTIDO, LA
AMENAZA PATERNA DE LA CASTRACIÓN ES SOLO UNA VERSIÓN IMAGINARIA DE UN
EFECTO QUE ES ESTRUCTURAL. TAMBIÉN LA DEFINE COMO PRIVACIÓN DEL GOCE O
COMO SEPARACIÓN DEL GOCE QUE ES REAL, DEL CUERPO QUE ES IMAGINARIO.

LA METÁFORA PATERNA VIENE A REDOBLAR AQUELLO QUE YA FUE INSTALADO POR


EL LENGUAJE (EL EFECTO DE FRAGMENACIÓN SOBRE EL VIVIENTE).

LA METÁFORA PATERNA LLEGA A PROHIBIR ALGO QUE ES IMPOSIBLE. EL GOCE ES


IMPOSIBLE POR ESTRUCTURA PORQUE EL LENGUAJE LO HA PRODUCIDO DE ESA
MANERA. PROHIBIR LO QUE ES IMPOSIBLE NOS PERMITE DETENERNOS EN LA
BÚSQUEDA DE ESE IMPOSIBLE. ESTO NOS RESGUARDA YA QUE CUANDO UNO
BUSCA LO IMPOSIBLE, SE CORRE EL RIESGO DE LA DESTRUCCIÓN DEL SER
HUMANO. ES NECESARIO QUE SE DE LA PROHIBICIÓN DE ESO IMPOSIBLE, QUE ESE
IMPOSIBLE SE REDOBLE EN UNA FUNCIÓN DE PÉRDIDA PARA QUE HAYA ALGO QUE
PUEDA SER DESEABLE. SE DA UNA DISTANCIA ENTRE EL GOCE TOTAL Y EL GOCE
REGULADO QUE PERMITE Y SOSTIENE LA FUNCIÓN DESEANTE. LA METÁFORA
PATERNA PERMITE PODER DESEAR, UNIR EL DESEO A LA LEY. NO HABRÍA DESEO SI

39
NO ES POR A LEY PATERNA QUE AL MISMO TIEMPO NOS PRODUJO ESA
SEPARACIÓN DE LA MADRE BAJO LA AMENAZA DE CASTRACIÓN.

Significación Fálica: se inscribió una falta en la estructura del lenguaje, lo que implica una
pérdida del objeto. Esto genera la búsqueda de valor fálico que produce esa falta.

Por la pérdida de un objeto, van a aparecer objetos sustitutivos, investidos libidinalmente,


desables, que van a tomar valor fálico para uno. No depende de lo que la otra cosa es, o
puede ser usada sino del valor que toma y que lo torna deseable para el sujeto. No tiene que
ver con el valor de uso sino con un objeto de deseo que cobre valor en el sistema.

La posición del significante del padre en el símbolo es fundadora de la posición del falo en el
plano imaginario como objeto privilegiado y prevalente. Esta el deseo de la madre, de otra
cosa, que está más allá. Para poder alcanzarlo se necesita una mediación y esta mediación la
da precisamente la posición del padre en el orden simbólico. La relación del niño con el falo se
establece porque el falo es el objeto de deseo de la madre.

Decir que el Edipo es una metáfora implica que este tiene un desarrollo. Lacan toma de Freud
4 elementos esenciales: estos son estructurales y necesarios para que el viviente se convierta
en ser humano, en ser hablante, según Lacan.

• El deseo materno: No importa si es la madre biológica o no, importa que cumpla con su
función. Tiene que haber en el mejor de los casos un deseo por parte de la madre, que
después de su nacimiento la lleve a libidinizar el cuerpo del niño mediante sus cuidados,
mediante su voz, los sonidos, caricias, etc. Tiene que haber alguien que esta esperando a ese
niño y que lo quiere. En este sentido la madre es totalmente humanizadora.

* Significante del padre "El nombre del padre": Siempre va a haber una figura que
intervenga bajo el nombre del padre, por más de que no esté presente el padre verdadero
(puede ser el médico, el profesor, el tío, etc.) este nombre del padre es algo que se ubica
únicamente en el plano simbólico. Es una necesidad de la estructura que la función del padre
este en ese lugar.

Este padre simbólico es el que transmite la ley, el que limita y regula el goce, el que polariza
las significaciones y el que introduce la cultura.

• Niño: En los mejores casos, el niño es un significante, porque lo es para sus padres. Es
algo que se espera en esa estructura. Pensar el nombre del bebe, comprarle ropa, ponerle un
cuadro de fútbol, antes de que nazca, etc. Son anhelos y deseos por parte de los padres que
se dan a través de ciertas coordenadas significantes. Todo esto es algo que se empieza a
tejer en el registro simbólico. Es importante que esto suceda porque sino ese real, ese
viviente no logra humanizarse. Tiene que haber alguien que lo espere, que lo antecede y que
de esa manera le pueda inculcar el lenguaje antes de que nazca.

• Falo: Aparece en el plano imaginario y es lo que resuelve la incógnita. La madre desea e


falo.

LOS TRES MOMENTOS DEL EDIPO (Despliegue diacrónico a partir de la metáfora paterna
como estructura)

40
1) El niño, para ser el deseo de la madre, va a tener que desear lo que ella desea. Por eso se
dice "deseo de deseo". Lo que el niño busca, en cuanto deseo de deseo es poder satisfacer el
deseo de su madre, es decir, ser o no ser el objeto de deseo de la madre. En el primer tiempo
el sujeto se identifica con lo que es objeto del deseo de la madre, es decir, el falo. Aquí la
metáfora paterna actúa al estar la primacía del falo ya instaurada en el mundo por la
existencia del símbolo del discurso y de la ley. Al niño para gustarle a la madre, le basta y le
es suficiente con ser el falo. Ecuación pene=hijo. Para que el hijo sea el falo de la madre, el
debe identificarse con este. La condición para que todo eso suceda es que la madre también
tuvo que haber pasado por el complejo de castración (en donde ella asumió esa falta. En base
a esa falta surge su deseo). De esta manera, el hijo toma valor fálico imaginario ya que es el
señuelo que viene a colmar esa falta. La función paterna en este primer momento responde al
registro simbólico y permite que se de esta ecuación simbólica. PADRE SIMBÓLICO

2) El padre entra como esa figura privadora que ha castrado a la madre. El niño se da cuenta
que no es más el objeto de deseo de su madre ya que se da cuenta de que ella empieza a
mirar para otro lado. La madre empieza a mirar al padre que es el que pone cierta distancia
entre ella y su hijo (que representaba al falo). Tiene que aparecer alguien que diga basta, que
diga no, es un momento de ruptura. Este es el punto nodal y negativo ya que la madre se
remite a una ley que no es la de su capricho, sino la de Otro y junto con esto, el nifio se da
cuenta de que su deseo es soberanamente poseído en la realidad por aquel mismo Otro a
cuya ley ella obedece. Imagen terrorífica del padre.

Es decir, la madre esta castrada porque ya no gobierna la ley de su capricho sino que ahora
acata a la ley del padre. Esto es la clave del complejo de Edipo. En este momento la función
del padre es separadora. Aparece el padre como privador del deseo de la madre ya que el es
el que dicta la ley. Le dice "no reintegrarás tu producto": el padre le dice a la madre de que ella
no podrá devorar al falo. La madre es privada del falo. La castración ejercida es la privación de
la madre y no del niño. PADRE IMAGINARIO.

3) De esta etapa depende la salida del complejo de Edipo. Hasta este momento, el padre ha
demostrado que es el portador del falo y de la ley. Por lo tanto, de él depende la posesión o no
por parte de la madre de dicho falo. Ahora es preciso que el padre mantenga lo que prometió.
Se necesita de un PADRE REAL que de pruebas de que tiene el falo, tanto a la madre como
al hijo. Lacan va a decir que no se trata solamente de la relación madre/padre, sino que detrás
de esta se esconde otra cuestión: la de la MUJER/PADRE. Es necesario que el padre haga de
la madre su mujer, en relación al deseo. El padre debe hacerse cargo del deseo de la madre,
como mujer. Es necesario que haya un padre que de pruebas de su potencia ante la madre
como mujer. "Si no hay alguien que se coge a la madre, la madre se devora al hijo". La mujer
debe buscar el falo fuera de su hijo. Este paso es necesario para que el hijo no quede tomado
por la madre como el único que puede satisfacer ese deseo del falo. Es decir, en este
momento, cuando la madre quiere falo se lo va a pedir al padre y esto hace que la madre
libere al nifto como objeto de goce.Es así que se produce un desplazamiento de la
significación fálica y la madre va a buscar el falo en el padre. El padre puede darle a la madre
lo que ella desea, y puede dárselo porque lo tiene. La salida de complejo de Edipo se produce
si el niño se identifica con el padre. Esta identificación se llama Ideal del yo.

41
II. Nociones introductorias psicoanalíticas:

12- “Una introducción a los tres registros” – Schejtman:

Los primeros tres de Freud: inconsciente-preconsciente-consciente


Los últimos: yo-ello-superyo
Trípode que sostiene la enseñanza de Lacan desde su inicio: lo simbólico-lo imaginario-lo real
Lo simbólico  el significante
Lo imaginario  el significado
Lo real  la cosa
La concepción de los tres registros lacanianos se inauguran en la conferencia ante la sociedad
psicoanalítica francesa, en Julio de 1953. Los tres registros son ubicados como la puerta de acceso de
la enseñanza de Lacan. Lacan propone, desde su enseñanza, un retorno a Freud y a sus escritos.
Pero se puede decir que Lacan no retorna a Freud desarmado, sino que lo hace armado de sus tres
registros.
Se destacan tres aspectos del retorno:
1) Se ha vuelto necesario un retorno pq Lacan supone entre sus contemporáneos una suerte de “ida de
Freud”. No podría, en efecto, retornarse a un lugar del cual no se ha salido. De manera que el retorno a
Freud que Lacan impulsa es propuesto en el seno mismo de la desviación que se produce a partir del
posfreudismo, considerado por él como un retroceso respecto de la vía abierta por Freud. Y no habla
solo de desviación sino más bien de degradación. Este retorno entonces, es una rectificación del modo
en que se leía a Freud.
2) El retorno es el intento de recuperar un abordaje racional de la experiencia analítica. La enseñanza
de Lacan conlleva una exigencia de racionalidad que compromete la posición del analista. El retorno de
Lacan a Freud es un retorno a la racionalidad.
3) El retorno no debe entenderse como una simple reiteración del texto de Freud, sino que este retorno
hace diferencia incluso a Freud mismo.
También se destacan tres vertientes de la operación de Lacan:
1) Aquella por la cual Lacan continúa el trayecto freudiano extendiendo sus planteos. Un ejemplo se
encuentra en la oposición neurosis-psicosis: Lacan termina por asentar esta oposición determinando
sus fundamentos.
2) Lacan no se encarga solamente de extender el desarrollo de Freud, sino de establecer su lógica. El
abordaje de algunos conceptos freudianos se va a esclarecer, se va a ordenar lógicamente a partir de
la trilogía lacaniana.
3) Finalmente, se encuentra a Lacan en una posición crítica respecto de los planteos freudianos. Por
ejemplo, en los desarrollos sobre el fin del análisis y la institución analítica. El abordaje lacaniano sobre
estas y otras materias, se plantea no sólo como un más allá de Freud sino como una posición que no
excluye la crítica de los desarrollos freudianos. El retorno a Freud es uno que continúa pero al mismo
tiempo marca discontinuidad con el mismo. Habría que considerar la obra de Lacan como un largo
debate sostenido con Freud.
De la prevalencia de lo simbólico a la equivalencia de los registros:
La tripartición lacaniana de lo simbólico, lo imaginario y lo real se modifica completamente de un
extremo a otro de su obra. Cada uno de los registros, y también las relaciones que se establecen entre
ellos, sufren modificaciones a lo largo de los veinte años de enseñanza de Lacan. Puede notarse que
los tres no están dispuestos en el mismo orden en el titulo de la conferencia de 1953 que en el
seminario de 20 años después. Hubo dos cortes en la enseñanza de los tres registros de Lacan:
el primero se ubica en los años ’50 en el inicio de su enseñanza, y el segundo en los años ’70, cerca
del final de la misma.

42
En la enseñanza de Lacan de los años ’50 existe una evidente supremacía de lo simbólico respecto
de lo imaginario y lo real. La prevalencia de lo simbólico en este primer Lacan puede ser atribuida a
la corrección de la desviación posfreudiana. Los posfreudianos, según Lacan, olvidaron del registro
simbólico como eje crucial de la experiencia analítica y de la lectura de Freud; perdieron el hilo del
descubrimiento fundamental de Freud al perderse en el frondoso bosque de lo imaginario. Lacan
toma La interpretación de los sueños, Psicopatología de la vida cotidiana y El chiste y su relación con
el inconsciente como las tres grandes obras de Freud, anticipatorios de la lingüística moderna. Hace
notar que las formaciones del inconsciente (el chiste, el sueño, los síntomas, el acto fallido) son hechos
de lenguaje y sólo se resuelven por su relación con el registro de lo simbólico. En los años ’50 Lacan
plantea que el inconsciente está estructurado como un lenguaje; un inconsciente que se encuentra
más ligado al significante (lo simbólico) que al significado (lo imaginario).
Esta supremacía de lo simbólico que desarrolla Lacan en los años 50, veinte años después, en “RSI”,
más bien termina suponiendo a los tres registros como homogéneos: ninguno debe considerarse
como previo ni como prevaleciendo por sobre los demás. Lo que le permite dar cuenta de la relación
entre sus tres en esta época es el nudo borromeo. En la cadena borronea los eslabones están
engarzados de una manera tal que si se suelta alguno de ellos, cualquiera sea, se suelta el resto. Se
puede observar en la figura que ninguno de los redondeles penetra al otro y, sin embargo, se
mantienen encadenados, no puede irse cada uno por su lado. Lacan se refiere a esta propiedad del
borromeo indicando que los eslabones se anudan de no anudarse. El tercer anillo es la garantía que
sostiene al nudo sin que se desarme. Lo que explica que el borromeo mínimo precise de tres
eslabones y que si se corta uno, cualquiera de ellos, la cadena se desarma. En la cadena borromea los
tres círculos son intercambiables, homogéneos e indistinguibles unos de otros. El último Lacan supone
entonces que sus tres se hallan anudados al estilo de borromeo. Y se sirve de ese anudamiento para
destacar que esos tres son homogéneos. No hay prevalencia, primacía o superioridad de uno por
sobre los demás. El Lacan de los años `70 también se vale del anudamiento borromeo para asentar
aquel que será un pilar de su pensamiento en esta época: su conocido “no hay relación sexual”. El
planteo de Lacan descarta en los seres hablantes la posibilidad de una cadena simple de dos
eslabones que se asocian pasando cada uno por el agujero del otro. Establece que no hay relación
sexual, impugnando por completo la idea de que los sexos son complementarios. Lacan no cree que
de dos pueda hacerse uno. Los seres hablantes se enlazan, se anudan, al estilo del nudo borromeo. El
nudo entre los sexos se establece a forma de nudo borromeo. Destacando el lazo borromeo entre los
sexos, no deja de ponerse en manifiesto la función necesaria que en tal anudamiento cumple un
tercero. La función del tercero deviene necesaria tratándose de un lazo Borromeo, si no se trata de
algo contingente, no debería sorprender entonces el hallar por doquier a ese tercero sosteniendo las
relaciones de pareja; incluso volviéndolas soportables, ya se trate del amante, el hijo, el trabajo, la
suegra, la ley, o lo que fuere. En cualquier caso, el borromeo (donde el mínimo es tres) es el
encadenamiento obligatorio entre los sexos allí donde falta la complementariedad, donde no hay
relación sexual.
Resumiendo, en el comienzo de la enseñanza de Lacan hay supremacía de lo simbólico; y al final,
homogeneidad entre los tres registros, ninguno prevalece por sobre los otros.
Insistencia de lo simbólico:
En el comienzo de su enseñanza, Lacan hace hincapié en considerar a las formaciones del
inconsciente (sueños, lapsus, síntomas, etc.), del lado de lo simbólico, como hechos del lenguaje.
Es necesario decir que el descubrimiento freudiano en relación con el sueño no consistió, como a
veces se cree, en poner en evidencia que los sueños portan un mensaje para el soñante, que poseen
un sentido, que pueden ser interpretados. No hay dudas de que ese saber es previo a Freud. Desde
que el hombre es hombre le atribuyó al sueño un sentido e intentó develarlo, no hubo que esperar al
psicoanálisis para eso. Saber que el sueño porta un mensaje y pretender revelárselo al soñante no es
una innovación freudiana. El avance que aporta Freud en esta cuestión, va más allá de la idea del
sueño como portador de un sentido oculto. El avance freudiano radica más bien en afirmar que puede

43
accederse a ese sentido descifrando el sueño como se descifra un jeroglífico; es decir, que el
inconsciente está estructurado como un lenguaje, que la materia de sus formaciones es el lenguaje
mismo y que puede conocerse su sentido descifrándolos. Lo que hace Freud es un análisis lingüístico;
lo que encuentra en los sueños, los olvidos, los chistes, los síntomas, es decir, lo que encuentra a nivel
del retorno de lo reprimido, es una “insistencia palabrera”, la del inconsciente estructurado como un
lenguaje. Las formaciones del inconsciente comportan la insistencia propia de un mensaje que quiere
hacerse oír, y ese mensaje, ese saber no sabido, que es lo reprimido, se hace oír de una manera que
lacan no deja de enfatizar en su enseñanza de manera simbólica. Lo simbólico se asocia a la
insistencia propia de esa memoria significante que es el icc.
Resistencia de lo imaginario:
Hay insistencia que sobre el fondo de algo que inevitablemente resiste. Y esa resistencia es
conceptualizada por este primer Lacan como imaginaria. Lo que nos permite dar una primera ubicación
para lo imaginario en relación con aquello que resiste. Por el momento, tendríamos así, insistencia del
inconsciente, insistencia del retorno de lo reprimido, del lado de lo simbólico; y resistencia a nivel de lo
imaginario. El yo es aquello que resiste allí donde lo imaginario se interpone frente a la palabra que
quiere hacerse oír. Los síntomas analíticos se producen en la corriente de una palabra que intenta
pasar. Los síntomas analíticos, como formaciones del inconsciente, situados del lado de lo simbólico
de una palabra que insiste, que intenta pasar. Esta palabra encuentra siempre la doble resistencia del
ego del sujeto y de su imagen. Como contrapunto de esta insistencia simbólica que se manifiesta en lo
sintomático del retorno de lo reprimido, a la pareja del yo (el ego del sujeto) y su imagen, del lado de la
resistencia, como aquello que se interpone en el camino de esa palabra que intenta pasar. Se trata de
un comentario sostenido en el Esquema L. En él se distinguen y oponen lo simbólico y lo imaginario, y
no hay lugar en este esquema para lo real. Esta oposición se construye a partir de dos ejes:
1) a – a’ : el eje imaginario, en el que se condensan todas las relaciones del yo con el semejante, del
yo con el otro con minúscula, del yo con su imagen especular, a partir de la que se constituye como tal
y por lo que es designado con la misma letra: a minúscula. También este eje es el lugar de la
resistencia en tanto que imaginaria: la doble resistencia del ego del sujeto y su imagen.
2) A – S : el eje simbólico, donde puede ubicarse la insistencia palabrera del inconsciente. Esa
palabra que desde el Otro con mayúscula (el inconsciente, afirma Lacan, es el discurso del Otro) se
dirige al sujeto (S) aun no barrado en este primer Lacan, convocándolo desde el lapsus, el sueño o el
síntoma. Retorno de lo reprimido, palabra plena que proviene del Otro, que se hace oír quebrando la
cháchara de palabra vacía del eje imaginario, con la irrupción de alguna formación del inconsciente.
El sujeto sólo recibe el mensaje que le proviene del Otro en el instante en que ese eje imaginario a – a’
trastabilla y se le revela, a aquel que supone un dominio sobre su hablar, que, más que hablar, él es
hablado. Se hace lugar a esa palabra plena que comporta cualquiera de las formaciones del
inconsciente en el momento mismo en que se desbarata la convicción que hace que creamos que
somos nosotros quienes comandamos nuestro discurso.
a – a’ es entonces el eje en el cual cada quien supone que lo que dice es producto de lo que quiere
decir. Ese es el discurso del yo. Corresponde al punto en el que nos reconocemos en lo que decimos y
en el que, por otra parte, creemos comprendernos. Pero eso no es más que palabra vacía; cháchara
en la que el ego del sujeto se reconoce y ensalza, puesto que allí se sitúa el narcisismo.

Relectura del estadio del espejo: el sostén simbólico del yo y del narcisismo:
La constitución del yo en la fase del narcisismo es un resultado de la elaboración freudiana. Lo esencial
del planteo de Freud sobre este tema es que el yo no es un dato primario, sino que se construye (como
el cuerpo y la realidad). Lo primario es el autoerotismo en el que reina la satisfacción anárquica de las
pulsiones parciales. El empuje a la unificación de las mismas (unificación nunca consumada de manera
plena) comienza en la fase del narcisismo en la que el yo se constituye como anhelo de unidad. Esa
constitución yoica (o ese pasaje del autoerotismo al narcisismo) no se consuma si no es por la
mediación de un “nuevo acto psíquico”, del cual Freud no termina de revelar su naturaleza. Luego

44
Lacan sitúa con precisión en qué consiste tal nuevo acto psíquico que da por resultado la constitución
del yo. El montaje del estadio del espejo es lo que le ha permitido forjar una respuesta frente al
enigma dejado por Freud: una identificación debe producirse para que el yo se constituya como tal.
Esa identificación en el estadio del espejo consiste en una identificación imaginaria con la imagen del
semejante. El yo es, desde el comienzo, otro. El júbilo que despierta esa captura narcisista por la
imagen especular es resultado directo de la ilusión de unidad con la que asoma esa instancia recién
constituida: el yo. A la prevalencia del registro imaginario en la identificación constitutiva del yo, el
Lacan de los años ’50 agrega la necesidad de subrayar que la identificación imaginaria con la imagen
especular, debe estar hecha sobre la base del sostén simbólico. La función del ideal del yo, como
instancia simbólica, es indicada por Lacan como la reguladora de las relaciones del yo con sus objetos.
Así, si bien es imaginaria la identificación constitutiva del yo, en estos años ’50 Lacan subraya que tal
identificación no seria posible sin este soporte simbólico del ideal del yo. La diferenciación entre el
ideal del yo como simbólico y el yo ideal como imaginario es decisiva. Freud designa dos
funciones diferentes: el ideal del yo es exactamente simétrico y opuesto a yo ideal. La exigencia del
ideal del yo encuentra su lugar en el conjunto de las exigencias de la ley. La palabra, la función
simbólica, define el mayor o menor grado de perfección, de completitud, de aproximación a lo
imaginario. El ideal del yo dirige el juego de relaciones de las que depende toda relación con el otro. Y
de esta relación con el otro depende el carácter más o menos satisfactorio de la estructuración
imaginaria.
- el ideal del yo, que se anota I (A), instancia simbólica que regula y sostiene la identificación
imaginaria
- el yo ideal que Lacan escribe como i (a) se trata de la imagen amable (pasible de ser amada) que,
aunque es imaginaria, se le ofrece al yo desde el lugar simbólico del ideal del yo para que se
identifique con ella.
- el yo, que se escribe i (a)’ ya que se constituye a partir de la imagen pregnante del semejante, del otro
con minúscula, del yo ideal – i (a) –
Queda claro que la identificación imaginaria especular [ del eje i (a) – i (a)’ ] se soporta en la instancia
simbólica I (A).
El sujeto se constituye en el lugar del Otro. Se constituye por su marca en la relación con el
significante. En ese momento llamado jubiloso donde el niño se asume como totalidad que funciona
como tal en su imagen especular, frecuentemente este niño realiza un movimiento con su cabeza hacia
quien lo lleva, hacia quien lo soporta, hacia quien lo sostiene, que está allí, detrás de él, hacia el adulto.
Un movimiento hacia aquel que allí representa al gran Otro, como para solicitar en cierto modo su
asentimiento. Realiza un movimiento con la cabeza que gira y vuelve a la imagen y parece demandarle
que ratifique el valor de ésta. Es preciso que desde un lugar tercero (simbólico) se le ratifique al niño
que esa imagen del espejo le corresponde, que se le garantice que “ese” del espejo es él. No hay
identificación imaginaria sin esta garantía que lo simbólico del lugar del Ideal del yo provee. Queda
distinguido así el otro imaginario (donde posicionamos al yo ideal, la imagen del semejante a partir de
la cual el yo cobra consistencia) del lugar del Otro con mayúscula (en el que leemos esta instancia
simbólica del Ideal del yo que avala la identificación del yo con aquella imagen amable).
En el estadio del espejo, en la masa, en la hipnosis, reencontramos los tres términos: la pareja
imaginaria del yo con el semejante (la identificación del yo con el ideal) y el orden simbólico que la
hace posible (el lugar del ideal del yo).
Lacan lee el narcisismo freudiano con su dispositivo del estadio del espejo. El estadio del espejo para
Lacan es algo que no se abandona. Los síntomas neuróticos dan cuenta de una resistencia a ser
abandonado. Con el estadio del espejo Lacan establece la noción de identificación imaginaria. El
narcisismo del yo se constituye a partir de la identificación con una imagen.
El otro  el semejante, la imagen en el espejo, con lo q construye su yo, lo simbólico
El Otro  lo imaginario. Encarnado por la figura del que viene a sostener al pequeño y le dice que ese
en el espejo es él. Imagen amable (pasible de ser amada). Ideal del yo.

45
La significación fálica es un modo de ponerle un límite a ese deseo materno.
Lo que viene del icc es una insistencia. La insistencia del significante que esta reprimido y quiere
hacerse oír. Y lo hace desfiguradamente.
Significante y significado: el significante en cuanto tal no significa nada:
Lacan retoma la articulación entre significante y significado de la lingüística moderna. Propone un
algoritmo que atribuye a Saussure:
S
s
En Lacan hay variaciones respecto a Saussure: Lacan destaca la supremacía del significante (S)
respecto del significado (s) y la caída de la relación biunívoca que todavía unía a ambos en el signo
lingüístico. Formaliza la separación tajante entre significante y significado. Podría decirse que queda
así declarada la independencia y prevalencia del primero respecto del segundo, la supremacía de lo
simbólico del significante respecto de lo imaginario del significado. El significante permanece al orden
simbólico, mientras que el significado es un efecto que se localiza en lo imaginario.
El error es creer que el significante significa algo. El significante en cuanto tal no significa nada. Un
significante es lo que representa a un sujeto para otro significante. Lo que nos devuelve de inmediato a
que si no hay relación sexual entre los hablantes, en su lugar, copulan los significantes. El significante
en cuanto tal (suelto) no significa nada, pero articulado con otros engendra efectos de significación. El
significante no significa nada hasta que se articula con otro. Para que surja el significado es necesario
que un significante se asocie con otro. Es la cadena mínima constituida por el par significante. Si
decimos “banco” por ejemplo, hasta no agregar allí un segundo significante, por ejemplo “billetes” o
“plaza” o “bancarse” no se sabe qué significa ese “banco”. Así, el significado depende de la articulación
mínima de dos significantes. El significado es un efecto, en lo imaginario, de la articulación significante,
simbólica. Si no hay complementariedad entre los sexos, lo que hay es copulación de los significantes
en el inconsciente, engendrando efectos de significación, de sentido.
El inconsciente no será para Lacan una serie de significados ocultos para el ser hablante, sino que
para él en esta época, el inconsciente supone la insistencia de la cadena significante. También hay que
tener en cuenta la relación que se establece entre el yo y el registro de las significaciones, de los
significados. El yo se sitúa para Lacan del lado de lo imaginario.
La metáfora paterna:
La lectura del Complejo de Edipo freudiano permitirá dar cuenta de la relación expuesta entre
significante (simbólico) y significado (imaginario). La metáfora paterna puede plantearse como el
paradigma mismo de la producción de significación a partir de la articulación significante. La propuesta
de la metáfora paterna constituye un intento de formalización del complejo de Edipo. Lacan afirma que
“toda la cuestión de los callejones sin salida del Edipo puede resolverse planteando la intervención del
padre como la sustitución de un significante por otro significante”. Y también: “el padre es un
significante que sustituye a otro significante. Aquí esta el mecanismo esencial, el único mecanismo de
la intervención del padre en el complejo de Edipo”. Un planteo como este encuentra su razón al ser la
respuesta lacaniana al empirismo o ambientalismo reinante de entonces, que atribuía a la excesiva,
impropia o escasa presencia paterna las patologías surgidas. Al principio se creía que era algún
exceso de presencia del padre lo que engendraba todos los dramas. Era una época en la que el padre
terrorífico se consideraba un elemento lesional. En la neurosis se aprecio muy rápidamente que era
todavía más grave cuando era demasiado amable. Se comprueba que el padre existe incluso sin estar,
lo cual debería incitarnos a cierta prudencia en el manejo de la función del padre. Incluso en los casos
en que el padre no está presente, se ha instaurado “normalmente” el complejo de Edipo. Y en otros
casos, está presente y sin embargo no acontece. Lo fundamental no es la mejor o peor actitud, la
mayor o menor presencia, que tenga el padre de la realidad, sino lo que hay que localizar en el nivel
del padre simbólico. No se trata de los efectos que produce el padre del sujeto, sino la operación
simbólica que Lacan denominó “nombre del padre”. Es un significante que es señalado por Lacan
como esencial, como soporte de la ley: el nombre del padre funda el hecho mismo de que haya ley, es

46
decir articulación en un cierto orden del significante. Su operatoria entraña la sustitución de otro
significante: aquel que es nombrado “deseo de la madre”. Entonces, lo esencial de la metáfora
paterna comprende la sustitución del significante “deseo de la madre” por el significante “nombre del
padre” y sus efectos.
Para presentar esta metáfora paterna se supone un primer tiempo lógico en el que se sitúa una
primera operación de simbolización que se efectúa a partir de las “idas y vueltas” de la madre. No se
trata de su mayor o menor presencia, sino de la simple oposición significante que opera el hecho de
que, de a ratos, la madre se ausenta: la oposición presencia-ausencia, captada en su núcleo más
fundamental por el fort-da freudiano. Hay allí simbolización de esa ausencia. Podemos escribir el deseo
de la madre (DM) como un significante, como un S1. Pero un significante solo, aislado, no produce
significación, por lo que designamos con una “x” lo enigmático del deseo materno desde la perspectiva
del niño: DM/x.
Esta x, en este primer tiempo lógico, indica que no hay razón “aun” para ese deseo. El deseo de la
madre se presenta originalmente como un deseo sin razón, sin sentido, caprichoso, ilimitado, absoluto,
insensato. Podría decirse que el niño se halla, en este primer tiempo, “sujetado” por este deseo sin
razón.
Lo que sigue es la operación de un segundo significante, un S2 que abroche y produzca un efecto de
significación por la sustitución de aquel primer significante insensato. Opera entonces el significante del
nombre del padre: sustituye, hace caer debajo de la barra al deseo de la madre, tachándolo,
limitándolo al interpretarlo y otorgarle significación. Por su operación metafórica el nombre del padre
induce la irrupción de significación “s” minúscula en el lugar de esa x que indicaba lo enigmático del
deseo materno. Se trata de la significación phi minúscula: la significación del falo. X= s φ
El nombre del padre fija la razón del deseo materno en el falo. Responde al enigma del deseo de la
madre por una vía interpretativa: el nombre del padre interpreta que lo que la madre desea es el falo.
Se produce un efecto retroactivo de interpretación de un significante sobre otro y la producción de
significación fálica.
El niño no halla aún, en este primer tiempo, la clave de esa ausencia, la significación de esa falta, la
razón de ese deseo. El NP no introduce la falta en la estructura sino que nombra esa falta (la significa)
como castración. El NP debe ser concebido como el significante que inscribe (por su operatoria en lo
simbólico) el nombre de la falta. El NP indica que a lo que la madre le falta es el falo. El NP “castra” el
DM. La castración deviene la operación simbólica que induce la limitación del caprichoso DM
significándolo como deseo fálico. Una vez que el niño vislumbra que lo que la madre desea es el falo,
sólo debe dar un paso para intentar identificarse con el mismo y hacerse con el falo, un ser.
En el primer tiempo lógico, en el que el niño se encuentra capturado, sujetado, a merced del
insondable deseo materno, no es únicamente este DM el que está a la espera de recibir una
significación, sino también el ser mismo del sujeto.
La MP se localiza en lo simbólico y se reduce a la sustitución de un significante (DM) por otro (NP).
Nombre del padre, metáfora paterna y significación fálica son nombres relacionados pero que no se
confunden. El NP es un significante, la MP es la operación de sustitución de ese significante en el lugar
primeramente simbolizado por la ausencia de la madre; y la significación fálica es el efecto en lo
imaginario producto de esa sustitución.
El mar del sentido en el que normalmente estamos sumergidos, ese código común que comprende el
cúmulo de significaciones estables que ordena nuestra existencia y la vuelve sosegada, depende de
esta operación metafórica que, por el NP, encuentra en el falo su clave universal. Ese delirio
compartido, que es el C de E, nos condena a tener la ilusión de comprendernos por hallarnos
adormecidos por la universal significación fálica.
La apelación al NP allí donde no se lo encuentra no es sin consecuencias. El psicótico nos hace saber
que ha quedado al margen de este código compartido que supone la significación fálica. Que se
exceptúa del delirio edípico (al que no pocas veces suple por uno personal) y por una razón muy
sencilla: es que no habiéndose inscripto para él, en el lugar del Otro, el nombre del padre, no se

47
produce la operación de la metáfora paterna y por ello tampoco la significación del falo. El psicótico
llega a toparse con un agujero en el lugar del Otro (agujero en lo simbólico producto de la ausencia del
NP en la estructura designado P0 -p sub cero-), lo que inevitablemente acarrea un agujero correlativo
en lo imaginario, que evidencia que la significación fálica se encuentra para él vacante (φ0). En la
psicosis encontramos, entonces, ausencia del significante del NP en el lugar del Otro, carencia del
efecto metafórico, agujero correlativo en el lugar de la significación fálica.
Neologismo psicótico: Caso Marina (anorexia articulada a una estructura psicótica).
Los síntomas tienen una función en la estructura. Síntomas extraños. Trataba los síntomas por una vía
acuática y anoréxica. Ruidos extraños, fricciones síntomas psicóticos. Forclusión del significante
nombre del padre: en el psicótico se da esta falla en la estructura, que el paciente intenta suplir por
otros lados. No cuenta con la función paterna. En el lugar de la metáfora paterna no operante en la
psicosis aparece la metáfora delirante que es la sustitución de un significado por otro. Si le sacamos al
psicótico su manera de lidiar con el síntoma terminaría aun peor. Hay que prestar atención a la función
que cumplen los síntomas. Para los casos de psicosis Lacan supone una sumisión absoluta a los
cánones del paciente.
Metáfora delirante. Genealogía Marina: sus padres no son sus padres. Ella es hija de Neptuno. Se
arma una historia, una construcción simbólica que le permite una estabilidad menos precaria. El delirio
psicótico es un intento de curación antes que la enfermedad misma. Debemos distanciarnos de los
abordajes diagnósticos puramente descriptivos. Que el paciente no coma no significa que sea
solamente anoréxico, hay que corroborar que no esté articulado a una psicosis/neurosis/histeria. Que
haya delirio o alucinación tampoco quiere decir que sea una psicosis. Hay psicóticos perfectamente
estables que se confunden con la neurosis. No necesariamente son pacientes de mayor gravedad que
los neuróticos. Hay neuróticos que son mucho menos estables que ciertos psicóticos. Nos vamos a
alejar del diagnóstico puramente descriptivo para prestar atención a la función que cumple el síntoma
en la estructura  diagnóstico estructural.
Lo real y la realidad:
En primer lugar, muchas veces lo real, en el Lacan de los ’50, no se distingue de la realidad. En el
Seminario 3 introduce el distingo entre los tres registros al referirse a la diferencia que hay entre tres
mapas:
- Un mapa político: se encuentran en él, en forma de huellas, sedimentos, toda la historia de las
significaciones humanas manteniéndose en una suerte de equilibrio y trazando líneas enigmáticas que
son los límites políticos de las tierras. A este, referido a la historia de las significaciones humanas,
corresponde el registro de lo imaginario.
- Un mapa de las grandes vías de comunicación: puede verse por ejemplo cómo se trazó de sur a norte
la vía que atraviesa los países para enlazar una cuenca con otra; es el que mejor expresa, en la
relación del hombre con la tierra, el papel del significante. Es el mapa que corresponde a lo simbólico.
- Un mapa físico: se verán cosas inscriptas en la naturaleza, ciertamente dispuestas a jugar un papel,
pero aun en estado natural. Corresponde a “lo real”, pero un real que no se distingue de la realidad de
las cosas en estado natural.
Hay otras oportunidades en las que es posible leer la intuición de lo que va a ser después “lo real”
lacaniano. Un punto crucial es el sueño freudiano de la inyección de Irma. Hay aquí una aparición
angustiante de una imagen que resume lo que podríamos llamar revelación de lo real, dice Lacan. Ese
real, es como tal, innombrable, es situado no solamente por fuera de lo imaginario, sino también por
fuera de lo simbólico. A partir de esto, se puede establecer una oposición entre real y realidad, ya que
nuestra realidad comporta una serie de mediaciones imaginarias y simbólicas que no están ahí más
que para vedarnos el acceso a ese real último. El estadio del espejo y, más precisamente los
esquemas ópticos, dan cuenta del andamiaje simbólico-imaginario en el que se sostiene no sólo
nuestro yo y nuestro cuerpo, sino también, la realidad misma. Y tales mediaciones son responsables
de que esa realidad, nuestra realidad, sea suficientemente consistente y soportable, es decir, que

48
tengamos una existencia convenientemente sosegada. Lo real, entonces, no es la realidad, sino más
bien, aquello que en la realidad queda elidido, velado.
Ese real va tomando la forma de un objeto en Lacan. Ya hay aquí alguna alusión de lo que más
adelante en su enseñanza denominará objeto a. Se trata de un objeto que, presentificado, se torna la
causa misma de la angustia. El objeto que causa la angustia es exactamente aquello que, como real,
debe permanecer oculto, velado, si es que se pretende sostener una realidad más o menos estable o
una existencia sosegada. Sólo podemos continuar adormecidos (ese es el estado básico del ser
hablante: la anestesia de lo real), mientras ese real permanezca velado. Y ese real no se revela más
que en esos instantes de despertar, en esos encuentros, fortuitos, azarosos, en relación con los cuales
la angustia es una señal inequívoca. La vida es sueño, hasta que el sueño se interrumpe por el
encuentro con lo real. Frente a la angustia del sueño por lo general acontece el despertar. La angustia,
señal del encuentro con lo real, nos empuja a despertarnos para seguir durmiendo luego bajo el
atontamiento discursivo de la vigilia. No nos despertamos más que para volver a adormecernos en esa
realidad que Freud designaba como psíquica y que se caracteriza por mantenernos alejados, a
distancia de lo real.
En el Lacan de los años ’50 se ubica lo simbólico del lado de la palabra plena, en la insistencia del
significante en las formaciones del icc; lo imaginario en relación con una primera versión de la
resistencia, pero también del lado del significado y de la identificación especular por la que el yo se
constituye; y, lo real, unas veces confundido con la realidad, otras, anticipando desarrollos posteriores.
El primer Lacan da primacía al registro de lo simbólico por sobre lo imaginario y lo real. Para Lacan la
novedad de Freud no es tanto haber encontrado que el sueño tiene un sentido que puede ser
interpretado, sino que la novedad freudiana es haber establecido el carácter simbólico del sueño. Lo
real no encuentra lugar en la primer enseñanza de Lacan. Empieza en el seminario 7
aproximadamente. En la primer enseñanza toda resistencia es imaginaria. En la última enseñanza
Lacan habla de la figura de nudo borromeo, pone los tres registros en un mismo nivel, ya no sostiene la
primacía de lo simbólico.
La causa real de la insistencia simbólica:
En el primer periodo lacaniano se ubica la resistencia del lado de lo imaginario. Luego en el decurso de
su obra, es del lado de lo real que se ubica aquello que resiste. Lo real comenzará siendo señalado
como aquello que resiste a la simbolización. Es este mismo real que provocará el insistente trabajo del
icc por simbolizarlo. En el seminario 11 nos habla del “automaton”, en relación con el retorno de lo
reprimido, y no deja de indicar que la causa de esa automaticidad es real; un real que está más allá del
mismo automaton. Lacan localiza al automaton al servicio del principio del placer. También sitúa lo real
del trauma. Es del lado de lo traumático que entra en juego otra noción aristotélica (“tyche”) que Lacan
propone como “encuentro con lo real”. El trauma supondrá el quiebre de la homeostasis por la irrupción
de una cantidad que rebasa la posibilidad del aparato de tramitarla o ligarla. El trauma supone en la
contingencia un desgarro de la realidad; incluso a veces, la pérdida de la misma. Lacan aquí se refiere
a la noción freudiana de “compulsión de repetición”, ligándola al trauma y a lo real. En los años 50 no
dudaba ubicar esta compulsión del lado de la insistencia del significante. No se diferenciaba así del
retorno de lo reprimido. Es recién un Lacan intermedio el que retoma las posiciones establecidas por
Freud en “Más allá del principio del placer” y distingue dos formas de la repetición:
1) la insistencia del significante en el retorno de lo reprimido: se trata de la repetición simbólica, de la
automaticidad del icc. Nadie puede soltar de su boca siquiera un par de números al azar decía Freud,
puesto que estos estarán determinados por lo icc. Automaton que se hace oir en todas las formaciones
del icc.
2) la compulsión de la repetición, cara real de la misma: lo real puede ser abordado como lo que vuelve
siempre al mismo lugar. Se trata de una repetición que no tiene otro fundamento más que el encuentro
contingente, traumático, con lo real: el tyche
La resistencia real deviene así, causa de la insistencia simbólica. El trabajo del icc es simbólico pero su
causa es real.

49
Los objetos a y los dos efectos de la estructura del lenguaje:
La consideración del objeto a: Lacan no lo aborda siempre del mismo modo ni dice siempre lo mismo
cada vez que se refiere a él. Por eso, se distinguen diversas versiones del objeto a: los objetos a.
En primer lugar, Lacan llamó “objeto a” al objeto perdido freudiano. Se trata de un objeto que falta al
ser hablante desde siempre. Y que de haberlo, proveería la posibilidad de una satisfacción que está
vedada al humano, precisamente por habitar el lenguaje: la satisfacción del instinto, la satisfacción de
las necesidades. Debe señalarse que un primer efecto del lenguaje sobre el viviente supone el
trastocamiento absoluto de la satisfacción de las necesidades, el enloquecimiento de la naturalidad
instintiva. Lacan adjudica desde temprano tal consecuencia a la operación que Freud llamó
identificación primaria.
En el humano la satisfacción no es ya la del instinto sino la de la pulsión, que tiene asegurada la
desarmonía, porque habitar el lenguaje excluye el acceso al objeto adecuado. Es la más antigua
demanda donde se produce la identificación primaria. El enloquecimiento del instinto en el viviente se
adjudica entonces a esa demanda (D) que se opera desde el Otro primordial. Queda expuesta la
distancia que separa a la identificación primaria, radicalmente simbólica, de la identificación propia del
estadio del espejo, predominantemente imaginaria. En la identificación que opera en el estadio del
espejo es el yo lo que se constituye por la vía de la alienación imaginaria con el semejante, mientras
que en la identificación primaria se trata de un tiempo lógicamente anterior: el de la alienación
simbólica por la que el sujeto barrado ($) se constituye “identifijándose” con el S, que proviene de la
demanda del Otro primordial. Tal sujeción primordial a la denominada lengua materna trastorna la
naturalidad del organismo y vuelve imposible el encuentro con un objeto que nunca se tuvo, puesto que
el sujeto se constituye precisamente a partir (y con) esa falta originaria. Ello supone un agujero en la
estructura misma, y así una segunda versión del objeto a. Lacan se refiere también al objeto a en
esos términos: el agujero que queda para el ser hablante en el lugar del objeto perdido freudiano. Se
trata de la dimensión del objeto a como falta radical.
Hasta aquí, dos versiones del objeto a:
a1: el objeto que falta desde siempre
a2: el agujero mismo que denota esa falta radical en la estructura
En tercer término viene la sutura de ese agujero que aportan los objetos pulsionales: oral, anal,
escópico e invocante. El pecho y las heces, descriptos por Freud, y se agregan dos objetos lacanianos:
la mirada y la voz. Ellos constituyen las “sustancias episódicas” del objeto a. La satisfacción que Freud
denominó autoerótica, se logra a partir del contorneo de estos objetos pulsionales que constituyen así
una tercera versión del objeto a en Lacan.
El primer efecto del lenguaje, además de trastornar el instinto, fragmenta al viviente, abriendo el
campo del autoerotismo: satisfacción anárquica de las pulsiones parciales, por no comportar unidad
corporal ninguna aún. Si el primer efecto del lenguaje es de fragmentación, el segundo efecto del
lenguaje genera la unidad corporal, la constitución del cuerpo. La unificación es también para Lacan
un efecto del lenguaje. Si se logra, en el estadio del espejo, no se produce más que en el ser hablante
y por efecto del significante. Tiene soporte simbólico en el ideal del yo. Se posibilita por una operación
que es de corte. Ambos efectos del lenguaje provienen del corte que el significante introduce: la
operación del significante es siempre de corte, pero hay el corte que fragmenta y el corte que unifica. Al
efecto del corte del lenguaje que fragmenta Freud lo denominó autoerotismo. El segundo efecto del
corte del lenguaje es el efecto de unificación que hace cuerpo. Con el corte cae un sobrante: sin el
desprendimiento de ese resto no hay conformación corporal. Introducimos la conformación corporal a
partir de este recorte y, también, como se entrevé, una cuarta versión del objeto a: el resto de la
operación de corte que, unificando, hace cuerpo. Para que el cuerpo se conforme es preciso que la
satisfacción pulsional se recorte, se limite. Freudianamente llamamos castración a esta operación. La
castración para Lacan puede definirse como “la separación del goce y el cuerpo”. Pero justamente no
hay cuerpo antes de esta separación, es esta operación de pérdida de goce lo que lo constituye como
tal. Para Lacan el goce fálico es resultado de la operación de separación del goce y del cuerpo que

50
produce la castración. Es por la coordinación del objeto pulsional con la castración que se localiza una
cuarta versión del objeto a. Se trata del objeto causa del deseo que no es primario. El objeto a se
vuelve causa del deseo. El límite al goce que la castración introduce es lo que posibilita lo que
llamamos deseo al delimitar su causa.
Lo que Freud denominó narcisismo comporta la unificación propia del segundo efecto de lenguaje que
depende de la operación de la castración: no hay unificación que no provenga de su corte. El
narcisismo precisa la castración, la supone, incluso por constituir su rechazo: es lógicamente posterior
a ella. El efecto de unificación narcisista podemos describirlo bajo la rúbrica de una quinta especie del
objeto a, recubierto ya por los velos imaginarios: a5 es i(a), el objeto de amor, el semejante.
La esquizofrenia prueba todo lo dicho por la negativa: donde no opera la castración se vuelven
patentes las dificultades en el nivel de la conformacion del cuerpo y de la operación del deseo
(fragmentación corporal y trastorno en la voluntad). Y dado que no se pierden, la voz y la mirada
retornan en la alucinación, y el goce permanece en el cuerpo en el nivel de lo que Freud considero
fijación al autoerotismo.

Lo que diferencia al ser humano del resto de los seres vivos es el lenguaje. Pero para Lacan no
solamente se agrega la capacidad de hablar, sino que ese agregado del lenguaje lo perturba, lo afecta
también en su ser vivo. Por esa entrada del lenguaje es radicalmente transformado, es un ser vivo
alterado por su entrada en el lenguaje. Este ser que se encuentra alterado por el lenguaje es un ser
desnaturalizado, ya no es meramente un ser natural como los otros. Está tomado y alterado también en
las formas en que ese ser se satisface. Pq en los seres vivos (en su estado natural, no los animales
domésticos q ya están un poco desnaturalizados por nosotros, están alterados en su naturaleza por la
acción del hombre). El instinto en los animales los lleva a realizar los comportamientos adecuados para
satisfacer sus necesidades, mantenerse vivo y reproducirse. Esos seres vivos no mediatizados tienen
un saber proporcionado por la naturaleza, que es el instinto, y que funciona de la misma manera para
toda la especie. El ser humano es capaz de destruirse a si mismo, de hacer cosas paradójicas consigo
mismo, el ser humano esta afectado, enfermo por el lenguaje. Los seres humanos presentamos
desviaciones respecto a los seres vivos que se manejan por instinto. Lacan hizo hincapié en esto
porque el PSA es una práctica de la palabra. La pulsión no es un instinto, porque no tiene las
características del instinto animal: unívoco que se satisface de manera uniforme en toda la especie. Se
puede pensar que la entrada en el lenguaje implica una pérdida estructural, si estamos diciendo es un
trastorno, una desorganización, una alteración radical de ese ser vivo, que ese saber instintivo queda
perdido, esos modos de satisfacción instintivos quedan perdidos. Estamos pensando en la pérdida
como estructural.
Una de las afirmaciones de Lacan es “no hay relación sexual”. Afirma que si en Freud vemos la
sexualidad como etiología principal en la patología, es porque estructuralmente hay algo de la
sexualidad que falla en los seres hablantes. En los animales no falla la reproducción sexuada pq esta
bien dada por el instinto y el modo en q se aparean los animales es bastante claro, univoco. Es
bastante más complejo en los seres hablantes entenderse con el otro sexo y combinar algún tipo de
vínculo. Lacan interpreta que lo que descubre Freud es que hay una falla estructural en la sexualidad
humana. Esa falla, ese agujero, esa grieta en su goce producida por esta entrada en el lenguaje. Y que
haya más o menos represión, o que la época sea más o menos represiva no quiere decir que esa
grieta sea menos fuerte. Quedamos tomados, capturados por el lenguaje. Esa entrada en el orden del
lenguaje implica una primer pérdida de goce. Los animales son seres más sencillos, uniformes,
predecibles en su comportamiento. El psicoanálisis no tiene una idea del tratamiento analítico como
normalización, ya que no considera que hay sujetos normales y otros que no, sino que todos estamos
tomados por la locura inherente a ser seres hablantes. Los seres vivos tienen medios de comunicación
sofisticados. Los sistemas de comunicación de los seres vivos que se manejan por el instinto son
rígidos, sin chiste, sin lapsus, inequívocos. Al contrario, el ser hablante puede decir una cosa y luego
otra, es más complicado. La razón fundamental de la falta en el ser hablante es esta entrada del

51
lenguaje. Hay todo un juego de intentos de sustitución de eso que falta, y eso es lo que va a
caracterizar todos los fenómenos propios de lo humano que no se encuentran en los animales, como
son los términos que usamos en PSA de pulsión, de deseo, de amor. No podemos hablar de amor o de
deseo por fuera de los seres que hablan. Y el deseo no tiene nada que ver con lo uniforme, coherente,
especifico, de una necesidad biológica. El deseo, lo pulsional es el intento de tramitar, de sustituir algo
que está perdido por estructura para el ser que habla. Y esto es lo que genera la variabilidad que los
objetos toman para los seres humanos a diferencia de la rigidez de los animales: para el cangrejo
cualquier cangrejo es lo mismo, para nosotros es más dificultoso. Por eso toda pareja humana es un
poco sintomática en ese aspecto. Cuando ponemos el acento en la pérdida inicial, estamos destacando
el efecto de fragmentación del lenguaje. El lenguaje desarregla, fragmenta, pulveriza. Cuando Lacan
habla del lenguaje se refiere también a los elementos en su unidad más mínima: los significantes,
incluso reducido a los sonidos básicos, como por ejemplo en los laleos del bebé, ahí ya esta operando
el lenguaje y la fragmentación, y no solamente a la articulación de una frase o discurso. El lenguaje
también nos va a dar medios para intentar tapar esa grieta, ese desarreglo. El lenguaje es perturbación
y es también lo que nos va a ayudar a construir formas de equilibrio, de estabilidad. Es decir,
perturbación y regulación. Esto es lo que serían los dos efectos del lenguaje: un aspecto de
perturbación, de desarreglo, de fragmentación; pero también de cierta regulación. Esa regulación no
tiene nada que ver con el equilibrio de un ser vivo, va a ser una forma de equilibrio dentro de ese orden
que es el orden del lenguaje. El primer efecto del lenguaje introduce esa pérdida de goce mítico, un
desarreglo en esa forma de fragmentación que llamamos autoerotismo, ese caos de las pulsiones
parciales. El autoerotismo es el desarreglo en el goce producido por la entrada del lenguaje. Conjunto
de pulsiones parciales q operan caóticamente, que no hay nada que las regule. Va a ser necesaria una
cierta operación que introduzca una regulación. Lacan encuentra el esbozo de esta operación
planteada en el Edipo freudiano. Lo que hace de bisagra entre esos dos efectos del lenguaje
(fragmentación/unificación) es lo que lacan va a llamar la metáfora paterna. La metáfora paterna es el
intento por parte de Lacan de extraer del Edipo freudiano cuáles son las operaciones simbólicas
fundamentales que introducen una cierta regulación para el ser hablante, que es necesario pasar por
cierto tipo de operaciones para que ese efecto de caos encuentre una cierta regulación, un cierto
equilibrio, una cierta normativización. Lacan hace una lectura del Edipo freudiano tratando de ir más
allá del cuento. Incluso toma el mito del tótem y tabú, para decir que más allá del mito, de la historia,
Freud esta descubriendo cierta instancia de regulación. Tanto la historia de Edipo como la de tótem y
tabú nos cuentan cierto mito sobre la pérdida de goce. Son historias que ubican algo del goce perdido
por estructura en el mito de un goce prohibido. Así “hay a quien echarle la culpa de esa falta, de lo que
es inaccesible: al padre”.
Lacan insiste en el concepto de otro. Poner el acento en el lenguaje es marcar q las cuestiones q nos
van a determinar como sujeto las recibimos o las constituimos en función de otro. La posición de Lacan
es opuesta a una innatista, o biologicista, q suponen q las determinaciones ya están en los genes del
sujeto.
Deben conjugarse dos funciones esenciales en la relación del sujeto con el otro para que el deseo se
constituya:
- Nos constituimos como sujetos en el lugar del otro, el lenguaje nos viene del otro. Ya nuestra llegada
al mundo esta marcada, venimos a ocupar un lugar en esas faltas que el otro ya tiene por ser hablante.
Para constituirnos como seres hablantes tenemos q venir a ocupar un lugar en el deseo del otro. El
bebe necesita ser alojado en ciertas coordenadas libidinales, en un deseo que sea singularizado, en
general esa función es llamada el deseo materno. En principio el DM es pensado como una función
simbólica. Esa función es el significante deseo de la madre. No hay un deseo de maternidad en general
en la mujer, es solo si ha pasado por ciertos modos de tramitar esa falta. Tiene que ver con como la
niña tramitó su paso por el Edipo, la ecuación simbólica pene=hijo. La madre hace al bebe equivalente
a lo que le falta, de alguna manera tiene que ser alojado en ese lugar. Si el bebé es atendido

52
solamente en sus necesidades básicas, no sobrevive, es necesario que sea alojado en un deseo
humano.
- La otra función necesaria, es que luego se requiere otra función que de alguna manera introduzca
también una separación. Y que no seamos meros objetos para ese deseo del otro, que no seamos
devorados por el deseo del otro, poder separarnos de ese lugar y que podamos constituirnos como
sujetos deseantes. Que lo lleve a la exogamia.
Son dos funciones contrapuestas entre si. Primero ser alojado en un deseo y luego poder separarse de
ese lugar para poder constituirse como deseante. Lacan llama a la primera función deseo de la madre,
y nombre del padre a la segunda. Funciones que en la perspectiva de la familia tradicional son en
general encarnadas por lo que llamamos una madre y un padre, a su vez encarnados por una mujer y
un hombre. Estas funciones están constantemente en movimiento. La metáfora paterna es tomar a
estas dos funciones. Deben cumplirse estas dos funciones para que algo se regule en este ser
perturbado por haber entrado en el orden del lenguaje. Los que entran en juego son el significante del
deseo de la madre y el significante del nombre del padre, son funciones no personas para Lacan. Lo
importante es si la función se cumple. El nombre del padre marca lo que introduce un sujeto dentro de
un linaje. Es algo que opera como una brújula, como una orientación. Lacan da el ejemplo de la
carretera principal. Cuando uno encuentra una carretera principal, la misma carretera nos lleva, nos
conduce, nos orienta sin mayores inconvenientes. Si la carretera principal falla los caminos se
multiplican y es muy factible que me extravíe si no me invento un camino propio, y probablemente tarde
más tiempo. La carretera principal es algo que me oriente. Los animales tienen una brújula que no falla
y es el instinto, nosotros necesitamos armarnos una brújula, y en este sentido para Lacan el
significante del nombre del padre es el orientador. De alguna manera el nombre del padre polariza las
significaciones, las organiza. Para Lacan también es posible que no necesariamente haya quien
encarne la función del nombre del padre. La cuestión no es si el niño tuvo o no alguien q encarne la
función, la cuestión es si esa función operó o no operó, independientemente de si hubo alguien q la
encarne o no. Antes se relacionaban las psicosis con niños que no tuvieron padre. Pero con Lacan
podemos ver q no es así. Puede no existir la persona concreta q encarne eso, pero la función puede
darse igual. Esa función es equivalente al padre muerto, porque va más allá de su presencia concreta.
Lacan dice que el padre simbólico es el padre muerto, y la función trasciende a quien la ocupa, y puede
ser que no haya quien la ocupe efectivamente. También un niño pudo haber crecido con su madre y su
padre, y sin embargo las respectivas funciones simbólicas no haber estado presentes.

La estructura del nudo borromeo de tres:


En el último periodo de la enseñanza lacaniana se ubican finalmente los tres registros y sus relaciones.
En los años 70 Lacan presenta sus tres anudados de modo borromeo y los supone homogéneos. La
escritura del nudo borromeo supone su aplanamiento, con la consecuencia de la constitución de una
serie de campos que, son indistinguibles antes de tal puesta en el plano. Esos campos, que no son otra
cosa que agujeros, son siete. Lacan asigna a los tres registros: “cuerpo” a o imaginario, “muerte” a lo
simbólico y “vida” a lo real. Y a las intersecciones entre ellos: entre simbólico e imaginario se encuentra
la “s”= el sentido. Entre simbólico y real “Jφ” = goce fálico. Y, entre real e imaginario, “JA” = el goce del
Otro. Finalmente, en la intersección entre los tres registros, el objeto a.
Los goces:
Se puede ver el significante íntimamente relacionado con el goce: el significante es la causa del goce,
por él también se pierde el goce, por él también se recupera. Se considera el tratamiento freudiano de
la “paradoja del superyo”. La obediencia del superyo compele a la renuncia a la satisfacción pulsional,
es decir, a la renuncia del goce. La satisfacción es abandonada, es suplida de inmediato por otra, en
efecto, se puede gozar de la renuncia del goce. La pulsión siempre encuentra una satisfacción
sustitutiva.
En el Lacan de los 70 se destaca su “no hay relación sexual”. El abanico de goces a los que tiene
acceso el hablante, se sitúa en el lugar del goce imposible de la relación que no hay. O sea, los goces

53
(esos que si hay) son ya una suerte de suplencia respecto de aquel que es imposible: el goce de la
complementariedad de los sexos.
El sentido, es como tal, algo de lo que se goza. En el objeto a se encuentra un “plus de gozar”. Estos
son los goces que se inscriben en las intersecciones del nudo borromeo:
1. El sentido, debe considerarse un efecto de lo simbólico en lo imaginario. Efecto de la articulación
significante.
2. El goce falico, deviene fuera del cuerpo. La castración es definida por Lacan como aquello que
separa el goce del cuerpo.
3. El goce del Otro que nos queda fuera de lo simbólico, fuera del lenguaje. Lacan nos dice que no
existe pero no esta excluido que se sueñe con lo que no existe.
4. Plus de gozar: el objeto a
Goce para Lacan: Es la consecuencia sobre mi cuerpo de estar afectado por el significante. No
siempre se presenta como placentero. El cuerpo responde porque el goce se adhiere de determinadas
maneras. El goce se mide como tensión que el aparato psíquico busca descargar. Una descarga que
nunca puede llegar a cero. Liga esa tensión al campo del significante para después poder tramitarla de
alguna manera, trata de darle sentido. El goce es la satisfacción del cuerpo, pero que no siempre es
placentera. El retorno de lo reprimido está del lado de lo simbólico.

III. Surgimiento, desarrollo y culminación de la clínica psiquiátri-ca:

13-PAUL BERCHERIE: "FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA"

Motivos por los cuales se estudia la psiquiatría clásica:

• Nos interesan algunos cuadros que esa psiquiatría elaboró. Esa investigación da como
resultado ciertos cuadros clínicos, la mirada clínica. Hay algunos de esos cuadros que son
actuales y se ven en los hospitales, es por eso que tienen su valor.
• Hay distintas maneras de practicar la actividad clínica, hay distintos métodos clínicos, hay
distintas maneras de mirar. Esto es un problema actual. Estamos en un momento de crisis
paradigmática. No estamos de acuerdo en nada, ni en qué es el objeto de estudio, ni
respecto a los cuadros que vemos. No es que cada uno le pone nombre, sino que cada uno
ve las cosas de manera distinta y a partir de eso se va a iniciar un tipo de tratamiento. Como
profesionales, hay que tomar una posición (personal, apuesta). No hay un saber único
aceptable. A veces, volver sobre la historia sirve para iluminar los problemas actuales. Mirar
es una actividad. Depende de cómo se miran las cosas, vernos cosas distintas. La clínica
Sincrónica y la clínica diacrónica son dos maneras de observar.

La clínica psiquiátrica es la observación morfológica, la descripción formal de las


perturbaciones psicopatológicas. La mirada parece constituir la metáfora que obsesiona a esta
práctica y que transparenta la relación que la estructura. La clínica se basa en describir
exhaustivamente, analizar objetivamente y clasificar racionalmente.
Dos grandes escuelas estuvieron en oposición a lo largo de todo el período que vamos a
estudiar: los franceses por un lado, y los alemanes por el otro.
La clínica como método consciente de sí mismo y sistemático apareció en una fecha precisa y
con un autor particular, Pinel.
Lo que define enteramente a la clínica es la observación más o menos compleja en la
modalidad de su mirada según las etapas y las escuelas.

54
ZLOTNIK."LA PSIQUIATRÍA CLÁSICA Y SUS DOS CLÍNTCAS"

Durante mucho tiempo, los locos no eran considerados como enfermos pertenecientes a la
medicina. Recién a mediados del siglo XVII, surge el asilo como lugar de encierro, pero no
específicamente para lo locos, sino para todo sujeto considerado improductivo y por ello
segregado socialmente. En esos lugares no se hacían diagnósticos, ni tratamientos a las
personas, sino que simplemente eran lugares de encierro para los marginados del sistema.
Luego de la Revolución Francesa, se decide hacer una distinción entre aquel que es
considerado loco y aquel que no lo es. Para hacer este trabajo, es convocado un médico,
Pinel. El fue el 1° dedicado al diagnóstico, tratamiento y atención de quienes comienzan a ser
llamados "alienados".
Paul Bercherie distingue dos tiempos en la historia de la psiquiatría: el primero, cuyos
principales referentes son Pinel y Esquirol, denominado el período de la Clínica Sincrónica, y
el segundo, el período de la Clínica Diacrónica, iniciado por Falret como consecuencia de los
trabajos de Bayle, y donde también estará allí ubicado Kraepelin.

LA CLÍNICA SINCRÓNICA- 1° PARADIGMA- (PINEL)

La clínica sincrónica se caracteriza por tomar a la enfermedad mental en el momento preciso


en el que se esta abordando, sin tener en cuenta sus antecedentes, ni el tipo de evolución.
Es decir, estudia el aquí y ahora en el momento de evaluación de la enfermedad. Es una
clínica que se basa en la descripción de síndromes (conjunto de síntomas que se presentan
en un determinado momento).
La enfermedad mental, si bien es tomada como un género unitario, puede presentar diversos
tipos de síndromes, sin que necesariamente se establezca un orden de sucesión entre ellos,
ya que lo que interesa es hacer una descripción precisa y rigurosa de lo que se presenta en
el momento de la evaluación de la enfermedad.
Esta clínica sincrónica se basa solamente en la descripción de los signos presentes y más
notorios (síntomas primarios y positivos), no se detiene en los detalles y posee una
desconfianza de la teoría.
Esto último se puede ver reflejado con PINEL, que se limita a la mera descripción de los
fenómenos observados y destaca una distancia respecto a la explicación teórica de dichos
fenómenos. Es por esto que Pinel decía que la alienación mental nunca iba a tener una
causa específica, sino que se encuentran muchas causas generales.
La tradición Hipocrática consiste en poner acento en la observación clínica y la descripción
objetiva delos fenómenos, y no en una elaboración teórica o profundización interpretativa.
Dentro de esta corriente se inscribe Pinel. Se trata de observar no para explicar, sino para
describir lo real. Pinel considera la alienación mental como una perturbación de las funciones
intelectuales, es decir de afecciones producidas en condiciones normales. La alienación
mental forma parte del conjunto de las neurosis cerebrales. Según Pinel, existen dos tipos de
neurosis cerebrales: por un lado las comatosas que son la anulación de las facultades
mentales y por otro las vesanias dentro de las cuales Pinel ubica la alienación mental. Estas
no implican la abolición de las facultades mentales sino solo su perturbación.
La locura es concebida por este autor como única y dentro de ella encuentra distintos
síndromes que lejos de conformar diversas formas clínicas, son entendidos como distintas
apariencias de ese fenómeno único (la locura).
Pinel convierte al concepto de locura, en el concepto de alienación mental y la define como
una enfermedad, en el sentido de las enfermedades orgánicas, una perturbación de las
funciones intelectuales, es decir de las afecciones del sistema nervioso. Le da a la locura un
lugar de objeto de estudio en la medicina.

55
En la nosología de Pinel, la locura se encuentra desplegada en distintos síndromes:

• La manía propiamente dicha, en la que el delirio es general, es decir que concierne a


todos los objetos, estando lesionadas muchas de as funciones del entendimiento y que se
acompaña de una viva agitación. Pinel describe la manía sin delirio, donde todas las
funciones del entendimiento quedan intactas y solo hay alteración de la afectividad y
excitación.
 La melancolía, en la que el delirio esta limitado a un objeto o a una serie particular de
objetos.
Las facultades mentales permanecen intactas fuera de ese núcleo delirante y el
comportamiento naturaleza triste o de naturaleza alegre y exaltada.
• Demencia o abolición del pensamiento y el juicio: La demencia es la incoherencia en la
manifestación de las facultades mentales, el desorden y la movilidad, la destrucción de a
función de síntesis.
• Idiotismo: supresión más o menos completa de la actividad mental, quedando el sujeto
reducido a una existencia vegetativa.

En relación con la etiología, Pinel determina 3 tipos de causas:

• Físicas: un traumatismo, un golpe fuerte, un accidente que pueden producir una lesión.
• La herencia: transmisión hereditaria, procesos degenerativos
• Morales: donde encontramos el 50% de los casos

En base a esto, Pinel utiliza el tratamiento moral. Considera que el medio ambiente del
alienado juega un papel capital en la cura, y por eso es necesario aislarlo en el asilo para
retirarlo de sus percepciones habituales desde dónde se engendró la enfermedad. Será
sometido a una disciplina severa y paternal, regulado por la ley médica. El asilo debe ser un
centro de reeducación modelo y panóptico. Recomendaciones institucionales: la proscripción
de la violencia, la existencia de un grupo numeroso de personas y bien entrenadas para
observar y comprender a los enfermos. El objetivo era dominar al alienado poniéndolo en
estrecha dependencia de un hombre apto (por sus cualidades físicas y morales) para ejercer
sobre él un poder irresistible para cambiar el círculo vicioso de sus ideas.

Pinel, en esta clínica, sostenía que no había una causa específica para cada fenómeno
observado,
sino que se le atribuyen causas generales.

Esquirol fue el más fiel discípulo de Pinel. La locura es definida por él como una afección
cerebral crónica, sin fiebre, caracterizada por desórdenes de sensibilidad, inteligencia y
voluntad. Esquirol sigue el mismo modelo de descripción de síndromes y su nosología es la
siguiente:

• Idiotez: Hace una distinción entre idiotez e idiotismo. Para Pinel el idiotismo es adquirido,
mientras que la idiotez para Esquirol es congéníta. Describe 3 grados de idiotez: imbecilidad,
la idiotez propiamente dicha y el cretinismo. Anteriormente, el idiotismo estaba dentro de la
locura, pero cuando Esquirol lo ubica como congénito, queda por fuera del campo de la
locura.
• Demencia: Esta dividida en una forma aguda y curable y dos formas crónicas e incurables.
En este momento, la Parálisis general progresiva, siendo un síndrome puramente motor
todavía formaba parte de la locura como una de las complicaciones de la demencia.
• Manía: Es considerada en los mismos términos que Pinel, pero excluyendo la forma sin

56
delirio razonante. Esquirol ubica a esta manía sin delirio dentro de las monomanías.
• Monomanías: En el nivel de los afectos encontramos dos formas: la lipemanía,
caracterizada por ser una pasión triste y la monomanía propiamente dicha, una pasión alegre.
Relacionada con una perturbación producida a nivel afectivo que genera una exaltación como
alegría o euforia

Con relación a la etiología de la alienación mental, Esquirol al igual que Pinel, le atribuye
causas físicas y morales, dándole un predominio a estas últimas. Sin embargo, luego
introduce su tesis de las pasiones como causas, síntomas y medios curativos de la locura. De
este modo, llegamos a la culminación de la clínica sincrónica.

Transformación metodológica: El descubrimiento de Bavle, un punto de viraje

Cuando Bayle publica su tesis, la parálisis general era un síndrome ya reconocido. Esquirol la
había descripto como una simple complicación de la locura con predominio en la demencia,
que puede sobrevenir en un pronóstico fatal a largo plazo. Bayle descubre la causa específica
de la enfermedad.: la patogenia provocada por la meningitis desencadena una alienación
mental acompañada por perturbaciones motoras (parálisis general) y lleva a la demencia.
Aquí se contrarresta con Pinel, que sostenía que no se podía establecer una causa específi6a
para la enfermedad.
Con su descubrimiento se describe por 1° vez en la historia de la psiquiatría una enfermedad
como un proceso secuencial desarrollando en el tiempo cuadros clínicos sucesivos que
reposan sobre una base anátomo-patológica unívoca. Bercherie señala que la parálisis
general se distingue como una enfermedad que despliega en un ciclo diacrónico una
secuencia de estados mórbidos que recubren el conjunto de síndromes que describía Pinel.
La importancia de este descubrimiento se basa en que la locura como género homogéneo
deja de estudiarse a partir de un corte transversal que describe sus cuadros según el método
de la clínica sincrónica y se pasa a la clínica diacrónica.

CLÍNICA DIACRÓNICA: 2" PARADIGMA: KRAEPELIN

Falret pone a punto esta nueva concepción de la clínica. No se basa en la parte central del
cuadro, sino en pequeños signos secundarios en apariencia, pero que son en realidad
esenciales, muy finamente analizados, que lo especifican y diferencian de todo otro cuadro
parecido (prevalecen los detalles). La locura deja de ser un género homogéneo para
convertirse en un conjunto de enfermedades clasificables en su diferencia, donde aparece la
noción de las enfermedades mentales como unidades clínico- evolutivas. Esta clínica se basa
en la evolución de la enfermedad, es decir, no se detienen en la observación del cuadro en
ese momento específico, sino que también se considera el pasado, sus antecedentes y su
forma terminal. También se toman en cuenta los signos negativos (signos que deben estar
ausentes para poder definir a la enfermedad, funciones que deben estar conservadas) y
busca la etiopatogenia específica (causa específica de la enfermedad).
Todo esto permite la diferenciación de las distintas entidades clínicas hasta entonces
confundidas en los conglomerados sintomáticos de las nosologías de Pinel y Esquirol.
Morel, alumno de Falret, en el punto de la etiopatiogenia, propone para el campo de las
vesanias puras, es decir, sin causa orgánica un punto de vista metafísico, místico. Supone
que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de dios, y que a aparición de un
trastorno implica que algo de la naturaleza del hombre ha sido alterado. Desde esta
perspectiva, toda desviación es una degradación. Esta teoría pasa a ser conocida como la
teoría de la degeneración. Morel sostiene no solo la transmisión hereditaria de la
degeneración una vez adquirida, sino que además señala el carácter de la herencia

57
progresiva. Esto implica que a medida que el germen patológico se transmite, sus efectos se
agravan y los grados de decadencia física y moral se ven incrementados hasta la imbecilidad,
idiotez y finalmente la degeneración.

KRAEPELIN ANTES DE 1900. BERCHERIE

La paranoia antes de Kreapelin se encontraba dividida en formas combinatorias


(interpretativas) y formas fantásticas (alucinatorias). Desde mucho tiempo los alienistas
alemanes las distinguían y Kraepelin las describía desde 187, pero para la división de
conjunto, había seguido hasta aquí KrafftEbing (formas depresivas y expansivas). La división
de la paranoia en función de la estructura clínica prepara la etapa siguiente: efectivamente
son las formas fantásticas las que engendran las demencias vesánicas secundarias
(neologismos, autismo, disgregación y transformación de la personalidad: el Delirio Crónico de
evolución sistemática de Magnan). Este último es el paradigma de la clínica diacrónica y es
una entidad clínica donde se denominan las locuras propiamente dichas o las psicosis y cuyo
curso tiene 4 períodos: El período de incubación o inquietud, caracterizado por un malestar
cenestésico general, un período de persecución con alucinaciones elementales y verbales,
luego el período de grandeza y finalmente el período de demencia, caracterizado por una
disminución de la actividad intelectual. Griessinger, fundador de la escuela alemana de
psiquiatría presenta una nosología edificada sobre la de la de evolución de las formas
clínicas dentro de un mismo proceso, a lo que denominó monopsicosis. Vamos a tomar una
entidad de su nosología llamada locura sistematizada que consiste en una formación
delirante secundaria a una forma de locura aguda. Al mismo tiempo, Kahlbaum considera a
la locura sistematizada no como un delirio secundario de una forma aguda, sino como una
forma primaria que cuenta con un delirio sistematizado, sin alteración de las facultades
mentales que llamará paranoia. Luego Snell describe a esta locura sistematizada como un
estado delirante y alucinatorio primitivo, no secundario. Esta enfermedad adquiere una
extensión máxima recubriendo gran parte de la patología mental, en tanto incluye locura
aguda, crónica, delirio agudo, crónico, terminación demencial, no demencial, presencia de
alucinaciones, ausencia de alucinaciones, etc.
Este es el debate que precede a las obras de Kraepelin y que define el contexto en que se
instala su elaboración.
6° edición: 3 entidades problemáticas del sistema de Kraepelin:

• Paranoia: Solo comprende los delirios sistematizados combinatorios. Se trata de un grupo


homogéneo. Es un desarrollo tramposo, bajo una evolución continua de un sistema delirante
duradero e imposible de romper, que se instaura con una conservación completa del
pensamiento, la voluntad y la acción. Esto es lo que la diferencia de las demás, ya que su
evolución no conduce a un debilitamiento intelectual. La paranoia, enfermedad constitucional
reposa sobre dos mecanismos fundamentales: el delirio de referencia y las ilusiones de la
memoria, que producen os diferentes temas de persecución, de celos, de grandeza, de
erotomanía
y la forma especial del delirio de querulancia. Se trata siempre de una enfermedad crónica.

• Demencia precoz: Cuadro que se caracteriza a nivel de la evolución con un desenlace de


deterioro de las facultades mentales, a diferencia de la paranoia. Triada de síntomas
fundamentales: pobreza afectiva en relación con el mundo exterior, indiferencia, falta de
voluntad, apatía (fata de vinculación afectiva), perturbaciones en el orden del pensamiento.
Síntomas accesorios: Automatismos, manías, movimientos marcados, delirios, alucinaciones.

58
La memoria, la orientación y la inteligencia están intactas.

• Psicosis maniaco depresiva: Tiene una evolución cíclica. Trastornos de estado de ánimo que
va
desde la manía o la euforia hasta la depresión o la melancolía. (Trastorno bipolar) Síntomas:
perturbación del humor, del pensamiento y de la voluntad. Estos se pueden combinar y dar
formas mixtas. Se va pasando por los dos polos, dependiendo del momento de la enfermedad
(maniaco, euforia, aceleración o depresivo, empobrecimiento, falta de voluntad, etc.)

En la 6ta edición de su tratado, Kraepelin despeja el problema de la locura sistematizada y


establece una serie de 13 enfermedades ordenándolas de acuerdo a su etiología. El ordenamiento
que lleva a cabo Kraepelin está relacionado con la confusión entre delirios crónicos, agudos,
primarios y secundarios, alucinatorios o no, haciendo una clara distinción entre la demencia
precoz y la paranoia. Esto lo hace a partir de lo que denomina elementos esenciales o básales,
diferenciados de los elementos accesorios, que son los fenómenos clínicos más evidentes y
manifiestos de una patología, pero que no están presentes en todos los casos.
Kraepelin dijo que la ciencia joven tuvo que re-escribir y delimitar las formas patológicas. Todos
los intentos de división se basaban en las manifestaciones exteriores de la locura (síndromes) y
fracasaban porque era imposible incluirlos en cuadros delimitados. Había una necesidad de
distinguir los cuadros de estado (formas de manifestación pasajeros) de la enfermedad
subyacente, que es la base de esos cuadros. Entonces se le da una significación profunda a la
evolución y al desenlace de la enfermedad. Hay cuadros que parecen ser muy similares, pero que
pueden tener un desenlace y evolución distinta. Los que evolucionan de igual manera van a
corresponder a la misma enfermedad. Luego se hace un análisis detallado para distinguir las
formas patológicas reales de los cuadros de estado. Hay una relación entre síndrome y
enfermedad, pero lo clínica diacrónica sostiene que hay que prestarle atención a los detalles y no
a lo más llamativo.

14-DEMENCIA PRECOZ O EL GRUPO DE LAS ESQUIZOFRENIAS. BLEULER

"La idea de la demencia precoz deriva en su totalidad de Kraepelin, a él le debemos también


el agrupamiento y descripción de los distintos síntomas". Bleuler no coincide con el nombre de
la enfermedad pero sí acuerda con el cuadro armado por Kraepelin. La manera que tiene
Bleuler de interpretar la demencia precoz de Kraepelin termina destrozando la teoría. El
resultado de la esquizofrenia es muy distinto al de la demencia precoz de Kraepelin.

Se produce un cambio de método clínico: Bleuler ya no construye sus cuadros con los mismos
métodos que Kraepelin. Este último, se ubica en e segundo paradigma de las enfermedades
mentales y se basa en la clínica diacrónica. Por otro lado, Bleuler ya forma parte del tercer
paradigma, el de las grandes estructuras psicopatológicas. Bleuler ubica muchos casos
clínicos en "el grupo de las esquizofrenias" pero lo fundamenta diciendo que todos tienen el
mismo mecanismo psicopatológico, que es el mecanismo de la producción de síntomas. Es
decir, Bleuler agrupa estos casos clínicos en función del mecanismo, y no le da mucha
importancia a que se presenten ciertos síntomas distintos en algunos de ellos. Aquí se
diferencia del segundo paradigma, en donde los síntomas eran totalmente observables
(delirio, postulado, trastornos en la afectividad, alucinaciones etc.). En el caso de Bleuler, el
mecanismo no es algo que se pueda observar, es un supuesto. Aquí se acerca a Freud, ya
que él introdujo su hipótesis. Sostenía que los mecanismos que rigen el ICC en la neurosis
(desplazamiento y condensación) se encuentran en pacientes esquizofrénicos. Luego cuando
Bleuler explica que es lo que la distingue de las neurosis, se va alejando un poco de él.

59
El recorte que hizo la cátedra de este texto se basa en describir los síntomas principales y
accesorios de la enfermedad, cuando en realidad, esto pertenece a la segunda clínica, y
Bleuler se ubica en el 3° paradigma.

Se ha convertido en una cuestión vital, saber cuáles de las formas agudas de la enfermedad
culminan en estados incurables y cuáles no. Hasta el presente, todas as formas agudas
descritas en las psicosis simples podían terminar en la recuperación o conducir a formas
secundarias. Kraepelin consiguió aislar un cierto número de síntomas presentes en afecciones
con pronósticos muy pobres y ausentes en otros grupos de enfermedades. Las psicosis
caracterizadas por a presencia de esos síntomas fueron reunidas bajo el término demencia
precoz. Esto constituye un gran progreso en relación a los anteriores intentos de definir el
grupo patológico. Entonces, además de la misma sintomatología, encontramos también los
mismos resultados finales, en términos de la dirección en que se desarrolla la enfermedad. El
desarrollo del concepto de la demencia precoz constituye una parte considerable de toda la
evolución de la psiquiatría teórica.

Bleuler decide acuñar un nuevo nombre para esta enfermedad porque el de demencia precoz
lo considera inapropiado. Sostiene que este solo designa a la enfermedad y no al enfermo y
que además es imposible derivar de él una adjetivo que denote las características de la
afección (sonaba mal "demente precoz) En esa época, el concepto de demencia y el de
precocidad eran aplicados a todos los casos que tenían a mano. Sin embargo, actualmente se
incluyen pacientes que no llegan a una demencia, ni tampoco sufren una deterioración
temprana. No se trata de una demencia y tampoco es siempre juvenil ni precoz en el
desarrollo del proceso patológico, sino que puede aparecer más tarde. De este modo propone
la aplicación de las concepciones freudianas en la demencia precoz y la llama Esquizofrenia
porque el DESDOBLAMIENTO DE LAS DISTINTAS FUNCIONES PSÍQUICAS es una de sus
características más importantes.

Con este término designamos a un grupo de psicosis cuyo curso es a veces crónico y a veces
está marcado por ataques intermitentes y que puede detenerse o retroceder en cualquier
etapa, pero que no permite una completa cura. Es decir, puede haber un retroceso en la
enfermedad, un mejoramiento, pero nunca se va a llegar al estado anterior, antes del brote.

Síntomas fundamentales:

La enfermedad se caracteriza por un tipo específico de alteración del pensamiento (trastornos


de asociación), de la afectividad y de la relación con el mundo exterior, en donde prevalece la
fantasía, en oposición a la realidad (incitación a divorciase de la misma, autismo).

Si la enfermedad es pronunciada, la personalidad pierde su unidad. La integración de os


diferentes complejos e impulsos es insuficiente o falta por completo. Los complejos psíquicos
no se combinan en un conglomerado de esfuerzos con un resultado unificado como en la
persona sana sino que un conjunto de complejos domina a la personalidad por un tiempo,
mientras que otros grupos de ideas e impulsos son segregados. Las ideas son elaboradas
solo parcialmente, de manera ilógica.

De este modo, el pensamiento se ve alterado, ya que el proceso de asociación opera con


fragmentos de ideas y conceptos. EL TRASTORNO DE ASOCIACIÓN ES EL SÍNTOMA
FUNDAMENTAL PARA BLEULER. El pensamiento opera con ideas y conceptos que no
tienen relación o tienen una relación insuficiente con la idea principal, y que por lo tanto

60
deberían quedar incluidos del proceso mental. El resultado de esto es que el pensamiento se
vuelve confuso, ilógico y extravagante.

En cuanto al tiempo en las asociaciones pueden suceder dos perturbaciones peculiares: la


prisa en el pensar, y la obstrucción. En la primera se produce un flujo de ideas acelerado que
se incrementan patológicamente. Esto se produce en los estados maníacos ocasionales,
donde se produce una fuga de ideas. Por otro lado, en la obstrucción faltan los hilos
asociativos, y la cadena de pensamiento se irrumpe totalmente. El proceso del pensar se
detiene en medio de un pensamiento, o en el intento de pasar a otra idea, se detiene
súbitamente por completo. Cuando el sujeto retoma el pensamiento, surgen ideas nuevas que
no tienen relación alguna con las anteriores. Esto se produce en los estados depresivos,
donde aparece un retardamiento. La obstrucción es diferente a la inhibición, que es un
síntoma habitual de las depresiones afectivas pronunciadas. El pensar y el actuar inhibidos
proceden lentamente con dificultad, acompañados por una pérdida anormal de energía
psíquica. Esta energía psíquica parece comportarse como un fluido viscoso en un sistema de
tubos, pero que sin embargo logra pasar por ellos a pesar de su densidad. En cambio en la
obstrucción, el libre flujo del fluido se detiene bruscamente, súbitamente porque en alguna
parte se cerró la llave de paso. La Inhibición es un enlentecimiento, dificultad para seguir el
curso de las asociaciones, mientras que la obstrucción es una interrupción brusca.

Puede suceder también, que dos ideas que no tienen relación entre sí se encuentren
casualmente y se combinen en un pensamiento, cuya forma lógica es indeterminada
(condensaciones) o que se produzcan asociaciones por el sonido. Puede aparecer la
tendencia al estereotipo, en donde el enfermo se aferra a un círculo de ideas y quedan fijados
ya que las retoma una y otra vez. En los casos de Generalmente, en los casos más graves,
hay una marcada escasez de ideas, hasta llegar al monoideísmo.

En cuanto a la afectividad, en los casos más graves parece faltar completamente las
emociones y los sentimientos, se produce una deterioración emocional tan grande que los
enfermos permanecen sentados durante todo un día, dejan que se los vista, se los desvista,
que se los lleven de un lugar a otro, su rostros son inexpresivos, etc. En los casos más leves
el grado de intensidad de las reacciones emocionales no es proporcional con el
acontecimiento que las produjo. Aparece la indiferencia ante todas las cosas, los amigos, los
conocidos, etc. Lo que les sucede a los demás no les importa en lo más mínimo. Es por esto
que manifiestan una tendencia al apartamiento. En la medida en que la afectividad se ve
deteriorada, la atención también lo está. Cuando fata la disposición afectiva, también estará
ausente el impulso a dirigir la marcha de las sensaciones y los pensamientos, y de seguir los
procesos internos y externos. Esto también se relaciona con la voluntad, que también se ve
afectada. Los pacientes ya no se sienten impulsados a hacer nada, sea por iniciativa propia o
por la indicación de otros. Hay una fata de interés, de iniciativa y de una meta definida.

La ambivalencia es la tendencia del psiquismo esquizofrénico a otorgar un índice positivo y


negativo al mismo tiempo. En la ambivalencia afectiva el mismo concepto puede estar
acompañado simultáneamente por sentimientos agradables y desagradables (amar y odiar a
la vez). En la ambivalencia de la voluntad el paciente quiere y no quiere comer, comienza por
llevar la cuchara a la boca muchas veces, pero no puede completar el acto, no puede hacerlo
por esta ambivalencia. Pide trabajo, pero se pone furioso cuando se le da algo por hacer. Se
habla de ambivalencia intelectual cuando un paciente dice "soy un ser humano pero no soy un
ser humano". Los pacientes no notan las contradicciones, no son concientes de las mismas,
piensan una cosa y simultáneamente la otra.

61
En cuanto a la relación con la realidad, en los casos más graves los enfermos no tienen más
contacto con el mundo externo y viven en su propio mundo. Se apartan completamente del
contacto con el mundo exterior. A este desapego de la realidad junto con la predominancia de
la vida interior se lo denomina autismo. La realidad del mundo autista puede parecer más
válida que la del mundo real, entonces los pacientes toman a su mundo fantástico por real y a
la realidad por una ilusión. En los casos menos graves, la relación con la realidad sólo se
encuentra deteriorada.

Síntomas accesorios:

Pueden presentarse o no durante la enfermedad. Los más conocidos son las alucinaciones y
las ideas delirantes.

Una característica de las alucinaciones esquizofrénicas es su preferencia por la esfera auditiva


y por la de las sensaciones corporales. Casi todos los enfermos escuchan voces, o se
presentan ideas delirantes o alucinaciones en relación a los órganos del cuerpo. Las voces
que alucinan los pacientes brindan todos sus impulsos y temores y su relación alterada con el
mundo exterior. Las amenazas y los insultos son el contenido principal de estas voces.
También pueden prohibir al paciente que haga lo que estaba pensando hacer. Todo esto le
genera una gran confusión al paciente. En cuanto a las alucinaciones de las sensaciones
corporales, cualquier órgano puede ser la sede del dolor más intenso. Por ejemplo, el brazo
puede volverse tan sensible que ante el menor roce se le produce un profundo dolor. Entre las
alucinaciones corporales, las sexuales son las más frecuentes y las más importantes.
Experimentan toda práctica obscena y repugnante que se pueda concebir en la fantasía más
extravagante. Los pacientes hombres sienten que se les extrae el semen y que se les provoca
erecciones dolorosas y las mujeres son violadas del modo más diabólico.

Bleuler señala que las cuatro características principales de las alucinaciones son: la
intensidad, la claridad, la proyección y el valor de realidad. Estas son independientes entre sí.
En cuanto a las ideas delirantes, el delirio de persecución y el delirio de grandeza son los que
se encuentran con mayor frecuencia en todos los casos. La influencia corporal constituye una
tortura insoportable para estos pacientes. La idea de ser envenenado y de ser maldecido es
muy frecuente también en estos pacientes. Las aspiraciones eróticas se expresan en muchas
ideas delirantes. Estas ideas delirantes pueden ser abandonadas y reemplazadas por otras.
No son inquebrantables como en la paranoia.

Síntomas negativos, las funciones simples intactas:

En contraste con las psicosis orgánicas, comprobamos en la esquizofrenia que la sensación,


la memoria, la conciencia y la movilidad no están afectadas directamente. La orientación auto
psíquica es normal. Los pacientes saben quienes son, donde están, quienes están a su
alrededor. El problema es que no les interesa lo que sucede en su entorno.

62
15-LAS PSICOSIS PASIONALES. DE CLERAMBAULT.

De Clerambault define a la Erotomanía como convicción delirante de que otro (objeto del
delirio) está enamorado de él. Es un objeto destacado. Es un delirio amoroso basado sobre un
postulado fundamental: es el objeto quien ama al sujeto "el me ama", generando sentimientos
de orgullo, deseo y esperanza. Se puede confundir con el reivindicador pero se diferencia
siguiendo su evolución.

Bajo el nombre de psicosis pasionales, De Clerambault reúne el síndrome erotomaníaco,


los delirios de celos y de reivindicación. De este modo el grupo paranoico queda
disociado de las psicosis pasionales.

En los pasionales se produce un nudo ideo-afectivo inicial (postulado), en el que el elemento


afectivo está constituido por una emoción profunda, destinada a perpetuarse sin cesar y que
acapara todas las fuerzas del espíritu desde el primer día. La personalidad del pasional esta o
amenazada o exaltada. Las primeras y principales convicciones del pasional se obtienen por
deducción de un postulado. Este es una idea madre de la que salen de ella nuevas cadenas
de ¡deas que están coordinadas entre sí, pero no subordinadas. El postulado tiene ese
carácter fundamental, generador, es un axioma que sostiene el delirio. Por ejemplo: "El me
ama"
Si se suprime en el delirio pasional esta idea madre del postulado, todo el delirio cae.
Por el contrario, ninguna de las convicciones del interpretativo puede ser calificada como
equivalente a este postulado. En este tipo de delirio no hay idea prevalente, directiva no
hay célula madre. El término de idea prevalente tomado en sentido estricto solo se aplica
bien a los pasionales.
La pasión del erotomaníaco o del reivindicativo tiene una fecha precisa de comienzo. La
pasión de estos no modifica la concepción que ellos tienen de sí mismos, ni tampoco sus
relaciones con el entorno.

El pasional, ya sea erotomaníaco, reivindicativo o celoso, tiene desde el inicio de su delirio una
meta precisa: su delirio pone en juego de entrada su voluntad y es este justamente un rasgo
diferencial. El delirante interpretativo vive en un estado de expectación, el delirante pasional
vive en un estado de esfuerzo, avanza hacia una meta, con una exigencia conciente, completa
de entrada. No delira más que el dominio de su deseo. El modo de extensión del delirio es
especial, ya que queda reducido todo trabajo imaginativo o interpretativo al espacio que se
extiende entre el objeto y el sujeto. Las concepciones en el interpretador irradian
constantemente en todos los sentidos utilizando cualquier acontecimiento y cualquier objeto.
El interpretativo tiene a veces puntos de vista retrospectivos, hacia el pasado, mientras que los
pasionales que están apresurados, miran hacia el futuro.

Los reivindicadores ya fueron separados de los interpretativos por Serieux Y Capgras,


rompiendo así con el criterio homogéneo que sostenía Kraepelin para la paranoia, y se
produce un desplazamiento de término. Todos los criterios diferenciales entre el delirio de
interpretación y de reivindicación son válidos para la comparación entre el delirio interpretativo
y el delirio erotomaníaco. De clerambault considera paranoicos a los delirantes interpretativos,
y pasionales a los delirantes reivindicativos.

Todos estos reivindicadotes proceden de un dato único: la patogenia pasional. Como


consecuencia de estos rasgos pasionales tales como la animación inicial, el objetivo único y
conciente de entrada, el olvido de cualquier otra cosa menos de la pasión es de donde deriva

63
la limitación típica de las ideas de persecución y de grandeza al servicio de los intereses
únicos de esta pasión.

Ningún pasional normal esconde nuestro postulado, es decirnos cree ser amado más que él
ama. Todos sus esfuerzos parten de la idea de que podrá hacerse amar, dato exactamente
inverso al del postulado. Es decir, todo este delirio no se entiende. Hay cosas que cuenta el
enfermo que son incongruentes con la realidad (por ejemplo, el hombre que la mujer
consideraba que estaba profundamente enamorado de ella estaba efectivamente casado y
ella lo negaba por completo). Esto deja de ser incongruente si se supone que es la mujer la
que le tiene una gran pasión a él y que es esa idea, la que se convierte en postulado y
mantiene ese delirio. Hay una pasión, una idea que sostiene a ese delirio.

Kraepelin, en la 8° edición de su tratado va a distinguir dentro de la paranoia al delirio de


querulancia (es su versión del delirio de reivindicación)

Delirio de querulancia: Habito que consiste en encarar los hechos cotidianos a través de una
interpretación delirante. Se produce una subordinación de la conducta al delirio, mientras que
la memoria y la actividad psíquica se hallan poco modificadas. Se trata de estados incurables.
Este delirio representa una variedad de la paranoia. Este comienza cuando el sujeto es
víctima de una injusticia imaginaria o real. Es en torno a esta injusticia que se desarrolla todo
el delirio. Aparece la necesidad imperiosa para el enfermo de pelear hasta el fin por la
reparación de esta injusticia que está persuadido de haber sufrido. Tienen una certeza
inamovible. Hay que diferenciar a los querulantes de los querellantes. Fuera del delirio, se
comportan frecuentemente como gente suave y tranquila. La insignificancia de las causas
extrínsecas, de los fundamentos que le llegan del exterior, de otras personas da cuenta de la
enfermedad. La paranoia es un estado de predisposición mórbida. Representa un fenómeno
degenerativo, y esto se ve confirmado por la lentitud del desarrollo, por la cronicidad, la
incurabilidad del mal y la escasa importancia que el enfermo le da a las influencias objetivas
que recibe del exterior (delirio inquebrantable). Aparecen ideas de persecución que cada vez
abarcan a más personas y hay una reacción desproporcionada, como exagerada. El
querulante piensa que le va mal en su vida a partir de haber sufrido una injusticia. Hay una
desproporción entre lo que está enjuego y el nivel de involucramiento de dicha situación.

16-“La psicopatología: de la psiquiatría al psicoanálisis” – Godoy:

Lacan dice que la historia no es el pasado, sino que es la lectura que se hace a posteriori, desde el
presente, que ordena y da su razón de ese pasado. El pasado no cambia, pero la historia puede
renovarse. Hay una clínica desde que hay tipos clínicos. La clínica es anterior al psicoanálisis, es lo
que construyeron los clásicos ordenando y nominando los tipos clínicos. Los términos que utilizaron
Freud y Lacan (como paranoia, demencia precoz, histeria, etc.) provienen de la psiquiatría clásica. Ese
uso no ha sido sin consecuencias. Al ser retomados desde la clínica psicoanalítica no solo encuentran
una elucidación nueva sino también una perspectiva que subvierte a la clínica que los forjó. La
psicopatología es el campo a través del cual el psicoanálisis va a incidir también en la historia de la
psiquiatría. Los tipos clínicos no son especies naturales, sino que son el recorte, producido en el
campo de la clínica, a partir de ciertos conceptos que, explícita o implícitamente, agrupan un conjunto
de síntomas.
Los paradigmas de la psiquiatría:
Georges Lanteri-Laura ha propuesto la utilización del concepto de “paradigma” para realizar una lectura
de la historia de la psiquiatría, desde sus orígenes hasta la actualidad. El concepto de paradigma fue
introducido en la historia de la ciencia por Kuhn, quien plantea una teorización de los paradigmas

64
científicos. El paradigma constituye el conjunto del saber establecido que sostiene a la ciencia normal
en su función, opera como una referencia eficaz que permite resolver los problemas planteados en un
campo científico dado. No se trata de una teoría en particular sino de un marco en el interior del cual
son posibles un conjunto de teorías. La eficacia de ese paradigma se mantiene mientras no surjan
problemas que lo pongan en crisis. El estado de crisis se mantendrá hasta el surgimiento de un nuevo
paradigma y el establecimiento de una nueva forma de “ciencia normal”. Para Lanteri-Laura el
paradigma “regula de manera coherente, eficaz, racional y económica la disciplina en cuestión”.
Además hace dos rectificaciones al planteo de Kuhn para aplicar este concepto a la psiquiatría:
- aclara que la constitución de un nuevo paradigma y una nueva ciencia normal no es sin un arrastre
residual de ciertas concepciones provenientes del paradigma anterior
- introduce cierta dialéctica entre los paradigmas, en donde algunas nociones y problemas de un
paradigma superado pueden permanecer “latentes” manifestándose luego en otro. El pasaje de un
paradigma al siguiente deja “residuos” manifiestos durante un tiempo (nociones o criterios residuales
del paradigma anterior).

1º Paradigma  CRISIS  2º Paradigma  CRISIS  3º Paradigma

Lanteri-Laura distingue 3 paradigmas fundamentales a lo largo de la historia de la psiquiatría:


1) Paradigma de la alienación
2) Paradigma de las enfermedades mentales
3) Paradigma de las grandes estructuras psicopatológicas
Los dos primeros paradigmas se corresponden con dos clínicas descriptas por Bercherie: la clínica
sincrónica y la clínica diacrónica, no estableciendo una clínica de las estructuras. Es decir que la
clínica sincrónica se corresponde con el paradigma de la alienación, y la clínica diacrónica con el
paradigma de las enfermedades mentales.
1) Paradigma de la alienación mental: El paradigma de la alienación mental corresponde al pasaje de
la noción social y cultural de “locura” al concepto médico de “alienación mental”. Podríamos ubicarlo
como el paso fundacional de la psiquiatría que introduce la “locura” en el campo de la medicina con lo
cual pasa a concebirla como una enfermedad. Esto permite en la práctica sustraerla de otros
dispositivos (por ejemplo judiciales y policiales) para ubicarla en el plano de la asistencia médica. La
alienación mental se constituye así en una especialidad autónoma, opuesta a todas las otras
enfermedades de la medicina, y sus manifestaciones (manía, melancolía, demencia e idiotismo) no
constituyen para Pinel enfermedades irreductibles sino simples variedades q incluso pueden sucederse
en el mismo paciente. Lo que se destaca aquí es el singular de “la” alienación mental. Sus variedades
de presentación no le quitan el carácter de enfermedad única, para la cual se propone una única forma
de tratamiento: el tratamiento moral de la locura. Por “moral” podría entenderse algo más próximo a lo
que hoy en día llamaríamos “psicológico”. Pinel es el primer psiquiatra que establece un tratamiento
psíquico: el tratamiento moral, que implicaba a los enfermos internados reeducándolos aislándolos de
su medio y obligaciones. En la psiquiatría hasta el momento no había tratamientos. El primero que
aparece es el PSA.
Es en este período que surge el dispositivo de la internación como una parte esencial del tratamiento
moral. Dicho dispositivo se erige bajo la suposición de que aislar al alienado de sus lazos familiares y
de los problemas del mundo evita las pasiones que agravan la alienación mental; a su vez el “asilo”
encarnaría un ambiente enteramente racional que podría devolverle la razón al alienado. El tratamiento
moral buscaba luego, a través de este aislamiento, dirigirse a lo que “restaba” de razón en el alienado y
ocuparlo en un trabajo que pudiera alejarlo de su padecimiento.
Es decir que la psiquiatría surge a partir de un primer psiquiatra llamado Philip Pinel. Surge un
movimiento cuando Pinel es nombrado director de un asilo en Francia. Pinel establece una
diferenciación entre los locos (alienados) y delincuentes (encadenados). Distingue de los delincuentes
a los alienados y les libera de las cadenas. Establece que los actos que estas personas realizaban

65
eran a partir, o como consecuencia, de la alienación mental. Así se genera una diferencia entre los que
son responsables de sus actos y los que no lo son. Se establece la creación de asilos para alienados
mentales, diferente a las cárceles. Se crea un nuevo campo de la medicina que antes no estaba, sino
que de esas personas se encargaba la policía.
Esquirol (psiquiatra frances). Establecieron una clínica de la alienación mental como concepto singular.
“La” alienación mental, no “las” alienaciones. El delincuente era responsable de sus actos y el alienado
no. La alienación pasa por diferentes estados (alucinaciones, delirios, humores depresivos), por eso es
sincrónica.
Dos grandes escuelas de la psiquiatría clásica que están todo el tiempo en discusión son la escuela de
Francia y la de Alemania. El gran exponente de la escuela alemana es Griesinger.
Este paradigma va desde 1780 (cuando Pinel es nombrado director del asilo) y termina en 1850 dando
lugar al comienzo del segundo paradigma: de las enfermedades mentales.
La “crisis” de este paradigma puede ser ubicada a mediados del siglo XIX a partir de la obra de Falret,
un alumno de Esquirol, que sostuvo que no se trataba de una única enfermedad mental, sino que la
patología mental se componía de una serie de especies mórbidas específicas e irreductibles unas a
otras, caracterizadas por síntomas y una marcha determinada. Esto otorga las bases sobre las que se
constituye el paradigma de “las” enfermedades mentales.

2) Paradigma de las enfermedades mentales: El trabajo de Falret introduce la crisis de la noción de


alienación mental y sienta las bases sobre las que se construye el paradigma de “las” enfermedades
mentales. Destacamos el plural de “las” en contraposición a “la” alienación mental. Este nuevo
paradigma llevará a poner el acento en la semiología y en la observación clínica del paciente, ya
que al multiplicarse las entidades mórbidas se vuelve crucial la evaluación diagnóstica a fin de
elucidar que enfermedad padece el sujeto. Cuando se trataba de la alienación mental, bastaba con
distinguir a esta de otras enfermedades del campo de la medicina y, una vez reconocida, sólo había
una modalidad de tratamiento: el tratamiento moral. Al constituirse la patología mental como un
conjunto de enfermedades distintas, con sus signos propios y sus modos singulares de evolución, se
despliega la “semiología” psiquiátrica en su máxima riqueza para poder establecer un pronóstico y un
tratamiento adecuado. La semiología psiquiátrica pasa a ocuparse de los síntomas que el enfermo
manifiesta espontáneamente, los signos que el psiquiatra debe buscar y discriminar, y de los
síndromes, asociaciones más o menos específicas de síntomas y signos, que reenvían a una
clasificación, a una nosografía. La observación atenta y la descripción constituyen lo que Lanteri-Laura
llama “empirismo estricto”: el que hace valer la observación por oposición a los presupuestos.
La crisis de este paradigma llegó con la multiplicación de las especies mórbidas, que se tornan difíciles
de ordenar y surge el cuestionamiento por la teoría de las localizaciones cerebrales. El surgimiento de
la obra de Freud y su incidencia en psiquiatras como Bleuler introducirán las bases para la constitución
del tercer paradigma de la psiquiatría.
El máximo exponente de este paradigma es Emile Kraepelin (alemán), que sitúa en 1899
principalmente en la sexta edición de su tratado una diferenciación de los grandes cuadros de la
psiquiatría estableciendo una diferencia que no sólo era nosográficas (en el sentido de los síntomas y
síndromes) como hasta el momento, sino también nosológica, e implicaba diferencias y oposiciones
más evolución e historización de la enfermedad. Los enfermos mentales: por eso ahora es plural, no
singular como la alienación. La clínica de los enfermos mentales establece los grandes cuadros
clínicos de la psiquiatría clásica a partir del tratado de Kraepelin (6º edición). Hasta la quinta tomaba lo
que decía la psiquiatría de la época. El principal autor de la escuela alemana es Kraepelin pq establece
tres grandes cuadros:
o paranoia
o demencia precoz (dp llamada esquizofrenia)
o locura maníaco-depresiva

66
En su novena edición hace un par de diferenciaciones (toma las objeciones de la escuela francesa). Lo
que Kraepelin plantea es que no nos alcanza con describir los síntomas de un enfermo si no podemos
situar una evolución de los síntomas, una oposición y una diferenciación con otros pacientes. Es
necesario que haya un pronóstico.
A partir de otra crisis que se establece en el paradigma de las enfermedades mentales (por un lado la
falta de comunicación entre Francia y Alemania producida por la guerra). Se establece una disolución
de los cuadros. Cada escuela empezaba a inventar sus cuadros (disgregación de los cuadros) en la
cual no había ningún sistema pese al gran sistema que había creado Kraepelin.

3) Paradigma de las grandes estructuras psicopatológicas: La psicopatología no nace con el tercer


paradigma. Por el contrario ella tiene su propia historia. Lo que se destaca en el tercer paradigma es el
momento en que un conjunto de conceptos y la psicopatología misma se imponen en el ámbito de la
psiquiatría, produciendo una modificación crucial de sus coordenadas. Para ubicar la historia propia de
la psicopatología, debemos indicar que el término psicopatología fue utilizado por primera vez por el
alemán Emminghaus en 1878 pero como equivalente a psiquiatría clínica. La psicopatología nace más
tarde como método y disciplina propia. Ribot crea el “método psicopatológico” que buscaba
comprender la psicología normal a partir del estudio del hecho patológico. Para Ribot la enfermedad
era una experimentación sutil producida por la naturaleza misma que brindaba un campo de estudio
privilegiado. La psicopatología constituía entonces una disciplina fundamentalmente teórica opuesta a
la psiquiatría como práctica médica. Janet se volcará luego a la medicina y será uno de los fundadores
de la psicopatología dinámica. Introducirá la noción de una estructuración de tipo evolutiva del aparato
psíquico. Sostendrá un debate con Freud y será uno de sus principales oponentes. Los trabajos de
Janet serán luego retomados por Henri Ey para la elaboración de su modelo órgano-dinámico.
La psicopatología francesa comienza en la filosofía y la psicología especulativa, y luego se inserta en el
campo de la psiquiatría. En Alemania, sigue el camino inverso. Jaspers opone la psiquiatría como
profesión práctica, a la psicopatología como ciencia. En la profesión psiquiátrica práctica, se trata al ser
humano como individual entero; en cambio, el psicopatólogo queda en el dominio de los conceptos y
las reglas generales. Propone así estudiar los estados tal como los enfermos los experimentan: sus
confidencias y sus escritos se convierten en el material más preciado para representarse lo que pasa
realmente en la enfermedad. Establece una fenomenología entendida como un procedimiento empírico
mantenido en marcha por la comunicación por parte del enfermo. “Sólo por los enfermos nos son
comunicados los fenómenos patológicos más esenciales”. Plantea que los enfermos fueron los
descubridores de muchos conceptos básicos. Jaspers propone un elemento unificador de los cuadros.
No describir al enfermo sino escucharlo, escuchar lo que el enfermo dice.
Lanteri-Laura ubica el surgimiento del paradigma de las grandes estructuras psicopatológicas en 1926,
en la intervención de Bleuler en el Congreso de Psiquiatría de Ginebra y fecha su declinación en 1977,
año de la muerte de Henri Ey.
La noción de estructura que manejó la psiquiatría entre los años 20 y 40 tuvo su origen en la Gestalt, la
cual realizó una severa crítica a los métodos y conclusiones de la psicología experimental alemana,
cuyo máximo exponente fue Wundt. Fue con Wundt con quien comenzó su trabajo Kraepelin
(exponente de la culminación del segundo paradigma).
La oposición entre neurosis y psicosis se impondrá en este momento. Esta distinción proviene del PSA,
y le permitirá a la psiquiatría organizar todo lo que no corresponde a lesiones cerebrales evidentes ni a
factores exógenos indudables. Para Lanteri-Laura, con la prevalencia de la noción de estructura, la
relación entre psiquiatría clínica y psicopatología se van a invertir: la psiquiatría pasa a un segundo
plano, como una disciplina muy empírica y carente de amplitud. La psicopatología devendrá dominante.
Uno de los autores que marca el punto de crisis del paradigma de las enfermedades metales y el
pasaje al tercer paradigma, de las grandes estructuras psicopatológicas, es Bleuler. Mientras que
Kraepelin con su definición de demencia precoz se encuentra de lleno en el segundo paradigma,
Bleuler marca el pasaje del segundo al tercero al introducir su concepto de esquizofrenia. Para

67
Kraepelin, la demencia precoz constituía una enfermedad que podía ser abordada a partir de la
descripción clínica y cuya evolución asegura su unicidad. Bleuler, por el contrario, introduce hipótesis
psicopatológicas y no meramente descriptivo-semiológicas, poniendo en cuestión el valor del
paradigma de las enfermedades mentales. Esto traerá aparejado una progresiva “reducción” de las
enfermedades mentales junto con la ampliación del concepto de esquizofrenia hasta cubrir casi todo el
campo de la psicosis y, por consiguiente, comenzar a relegar al olvido a la paranoia.
Todo proceso patológico daría por resultado dos tipos de síntomas: los negativos, que son resultado de
la disolución de la función superior, y los positivos, consecuencia de la liberación de los niveles
inferiores. Es a este dinamismo entre instancias jerárquicas al que Ey llama “estructura” y deduce una
estratificación de los estados psicopatológicos según el estado de degradación de la actividad psíquica.
Así las estructuras neuróticas implicarían el nivel de degradación más leve y las demencias el más
grave. El modelo de Ey es organicista pq atribuye la acción determinante a un proceso cerebral o
somático, pero quiere distanciarse del mecanicismo postulando un juego dinámico de fuerzas que
operan entre la desorganización y la reorganización en el nivel inferior de la actividad afectada.
La crisis del paradigma estructural se debe en parte a lo abusivo de la utilización del concepto de
estructura que, al ganar amplitud, perdió precisión; luego a una declinación, en el nivel práctico, de las
nociones introducidas por estas concepciones. Es también el cambio introducido por el surgimiento y la
multiplicación de los psicofármacos así como la diversidad de dispositivos psicoterapéuticos las que
introducen nuevos problemas prácticos que ponen en cuestión al paradigma de las grandes
estructuras. Lanteri-Laura sostiene que las referencias psicopatológicas se han multiplicado sin que
ninguna de entre ellas se halla podido imponer a las otras. El autor se pregunta si la autoridad de
hecho adquirida por el DSM bastará para establecer, con su modelo sindrómico, un nuevo paradigma
(el cuarto). La vía que lleva a los DSM fue abierta por la concepción sindrómica de Schneider, un
discípulo de Jaspers que introdujo la noción de síntomas de primer orden. Cada síndrome posee
algunos síntomas que pueden servir para el diagnóstico, por ejemplo los once signos de la
esquizofrenia. Así se deja de lado la etiología y la evolución misma es relativizada. Según Schneider la
decisión de calificar a un síntoma como esquizofrénico no ha de adoptarse de modo personal y
subjetivo, sino a ser posible de acuerdo con otros observadores.
El “paradigma” lacaniano:
El psicoanálisis ha jugado un papel determinante en el pasaje del segundo paradigma al tercero: tanto
por las hipótesis psicopatológicas que Freud introduce, que tendrán una incidencia en la psiquiatría a
través de Bleuler, como por la distinción entre neurosis y psicosis. Sin embargo, el modelo construido
en el tercer paradigma sigue estando dentro del campo de la psiquiatría. Podríamos ubicar los trabajos
de Lacan en una búsqueda que, si bien comienza en el seno del tercer paradigma, lo articula de un
modo singular con el segundo, en especial a partir de introducir un concepto de estructura radicalmente
diferente. Este pasará a estar referido a la estructura del lenguaje y buscará articular a dicha
estructura el efecto subjetivo. Si el segundo paradigma ponía su acento en el fenómeno clínico y el
tercero destacaba la dimensión de la estructura, Lacan propone en lugar de esa disyunción una
conjunción: buscar la estructura en el fenómeno. Lacan se ubica contrario a su época. En una época
que comienza a relegar la paranoia él centra su trabajo en la paranoia de autopunición. También se
proponía buscar las estructuras conceptuales que se imponen en el sistema del delirio paranoico y que
inciden en la percepción de la interpretación delirante. El modo en que Lacan lee a los autores clásicos
lo llevará a poner el acento en la estructura formal del síntoma. Para Lacan el estudio del automatismo
mental presenta un valor singular al aislar la estructura presente en el síntoma, aquello que luego
definió como el significante en lo real de la psicosis. La psiquiatría excluye el campo del goce y trata de
dar descripciones objetivas. El psicoanálisis, en cambio, considera que la consideración de la envoltura
formal del síntoma es inseparable del goce, y cree en la clínica bajo transferencia. Cree en la moción
de “describir y explicar”.

Neurosis – Psicosis – Perversión  Tres grandes estructuras para Lacan.

68
Clínica sincrónica: Griesinger – Pinel – Esquiroz
Clínica diacrónica: Kahlbaum (maestro de Kraepelin). Kraepelin toma del primero el concepto de
paranoia.

17-"PARANOIA". KRAEPELIN

Definición de paranoia: Grupo Homogéneo. Singular afección en la cual la autofilia y las ideas
de persecución se desarrollan con mayor lentitud, sin que la emotividad o la voluntad sean
trastornadas. En esta enfermedad se instala un sistema que es producido por una manera
especial de interpretarlo todo por medio del delirio. Se instala una manera de ver las cosas
totalmente particular, que el enfermo adapta a cada acontecimiento que le toca vivir. El ritmo de
la enfermedad es crónico y lento. Los pacientes empiezan a tener sospechas, que luego se
tornan en certezas para dar lugar finalmente a una inquebrantable convicción. Esta enfermedad
puede estar presente durante muchos años sin que se la perciba y solo raramente están en los
asilos. Por lo demás están en condiciones de ejercer una profesión que les permita vivir.

Se ha tomado la forma del delirio como signo protognomónico: delirio de grandeza, delirio de
persecución, de culpabilidad, etc y son estos delirios los que sirven también para clasificar ciertas
psicopatías. Sin embargo la opinión de Kraepelin es que la naturaleza del delirio es de poca ayuda
para la determinación de un tipo de enfermedad, para definir de que enfermedad se trata, no
sirve para hacer el diagnóstico.

Síntomas positivos de la paranoia:

• Delirio INQUEBRANTABLE, profundamente enraizado en el individuo psíquico,


donde ha alcanzado formar un sistema. Ante este delirio, se produce una modificación
completa del organismo psíquico. El individuo se aferra mucho a una idea y ve el mundo
entero a través de ese delirio. Este delirio es coherente y verosímil. Lo que cuenta el sujeto
no es una fantasía y no es algo bizarro, tiene una coherencia. Es decir, el sujeto va tejiendo
toda una trama alrededor de ese delirio, entonces aunque su pensamiento es falso, el delirio
es coherente.
Sin embargo hay algo en la manera de aferrarse a esa idea, que hace que la persona sea
delirante, a pesar de que ese hecho o idea, haya ocurrido efectivamente. Hay algo en esa
certeza que aunque sea verdadera es muy extraña.
Una interpretación es asignar una significación, un sentido al delirio. Es algo que concluís a
partir de algo. Ideas delirantes: puede haber una idea que se instale en el sujeto de la noche
a la mañana, sin interpretaciones, o puede ser que se llegue a una idea a partir de varias
interpretaciones. Todo esto da cuenta del énfasis que se le la a la evolución de la enfermedad
y a los detalles. En la paranoia se da determinado delirio que tiene ciertos detalles. No
importa el contenido del delirio, el tema, sino que tenga ciertas características formales. El
delirio que se da en la paranoia es INQUEBRANTABLE. No hay manera de correr al
paranoico de su delirio. Cuando uno le empieza a dar una serie de fundamentos distintos a los
de su delirio, el enfermo se sorprende y no puede entender realmente que hay una posibilidad
de pensar distinto a él. El hecho de que el delirio sea sistematizado, es decir que posea una
lógica interna rígida y rigurosa, que se extiende globalmente al conjunto de la realidad es
considerado por Kraepelin un elemento esencial de la paranoia.
• Ilusiones (el objeto se percibe distorsionado): Sensoriales y de la
memoria.

69
Síntomas negativos:

• NO HAY ALUCINACIONES (percepción sin objeto en lo real). Si llega a haber alguna


alucinación no es lo más importante del cuadro, no influyen en el desarrollo del delirio.
• No hay deterioro de las facultades mentales: no se manifiesta ningún trastorno en el
terreno de
la emotividad ni de la voluntad.

18-"LA LOCURA SISTEMÁTICA (PARANOIA)" KRAEPELIN

Los únicos estados patológicos que puedo considerar semejantes a la paranoia son
aquellos que evolucionan globalmente del mismo modo que ella.

Paranoia: Grupo de casos en el curso de los cuales se desarrolla precoz y progresivamente


un sistema delirante, de entrada característico, permanente e inconmovible, pero con una
total conservación de as facultades mentales (inteligencia, comportamiento, memoria) y del
orden de los pensamientos. Conduce al sujeto a un trastorno total de toda concepción de su
existencia y a una mutación de sus opiniones respecto de las personas y los acontecimientos
que lo rodean. La progresión de esta enfermedad se da de una manera muy lenta. Primero
aparece una cierta depresión, una cierta desconfianza, así como quejas corporales y miedos
hipocondríacos. Poco a poco sus concepciones y sus pensamientos patológicos comienzan a
tener influencia en sus percepciones, hasta que se instala el delirio inquebrantable. Después
de un cierto tiempo de evolución de a enfermedad, se instala un constante debilitamiento
psíquico. La aparición de todas estas ideas delirantes se hace sobre la base de
interpretaciones patológicas de acontecimientos reales. A veces, percepciones reales
son interpretadas por él de manera valorizada. Pequeños hechos insignificantes, toman para
el enfermo una significación en relación con su propia persona.
Inquebrantabilidad del delirio: el proceso es tal que la aprehensión de todo lo que enlaza
cada aparente coincidencia solo puede hacerse a partir de tal o cual convicción inicial que se
instaló un día como inquebrantable y que permanecerá en él. Las ideas delirantes progresan
en un orden lógico, el delirio refuta toda objeción de manera muy punzante. Todos los
pensamientos y todas las acciones del enfermo están totalmente bajo la influencia del delirio,
hasta el extremo de que no querrá escuchar razón y persistirá en seguir y defender sus ideas
apasionada y tercamente.

19-Demencia precoz: Kraepelin

Comienza este informe con el caso de un joven que ingresa a la sala de entrevista
tranquilamente, sin manifestar emoción y sin prestar atención a nada, aunque es conciente de
lo que pasa alrededor suyo. Comprende perfectamente todo lo que se le dice, pero para
obtener una respuesta es necesario hablarle muy despacio y repetir la pregunta. Él se
considera enfermo, pero no tiene una noción precisa de los trastornos que experimenta ni sus
características. Es hipocondríaco. Atribuye su enfermedad a las prácticas de onanismo de su
infancia. Ha terminado toda relación con su entorno. Habla constantemente en tono monótono,
sin signos de sentimientos en su rostro. Sabe perfectamente donde se encuentra, pero no le
preocupa nada de lo que lo rodea. No siente la necesidad de hablar, por eso solo emite
monosílabos. No se lo puede sorprender en la menor manifestación de voluntad. Sufre de una
disminución de los sentimientos afectivos. Lo que ocurre alrededor suyo no le afecta.
Conserva la inteligencia y la memoria. Permanecen días y días acostados, sin la necesidad de

70
ocuparse. No habla, no se interesa por nada, permanece inmóvil. Por momentos ríe sin razón.
La ausencia de afectividad coincide con una pérdida de juicio especial, esto último contrasta
con la persistencia de los conocimientos adquiridos previamente. Este estado mórbido se
traduce por la degradación de la inteligencia y la afectividad. Además de la degradación
intelectual y la pérdida de las reacciones sensitivas los enfermos presentan una risa tonta y
vacía, que no responde a ningún sentimiento de alegría. Otros signos de gran valor son las
muecas, las contorsiones, los finos temblores de rostro, la tendencia a usar lenguaje
estrafalario, a hacer palabras por asonancia sin preocuparse por el sentido. Cuando se les
tiende la mano abierta, ellos ponen la suya muy rígida. Kraepelin piensa que el onanismo es
más una manifestación que la causa de la enfermedad. La demencia precoz comienza por una
fase de depresión. Los pacientes están ansiosos y luego se vuelven atontados. Kraepelin
también da el ejemplo de un jornalero. Todos los movimientos de estos pacientes muestran
cierta incomodidad y falta total de iniciativa. Tienen flexibilidad cérea; es decir, que copian los
movimientos que ven. Tienen desigualdad pupilar. Es un estado patológico que se relaciona
con el juicio y no con la memoria. La emotividad está muy atacada, por lo que se encuentran
alteradas todas las manifestaciones de la voluntad que están bajo se dependencia. Hay una
ausencia de toda actividad intelectual, un desapego a todas las cosas, y una imposibilidad de
librarse a todo acto espontáneo. Estos síntomas representan, junto con el debilitamiento del
juicio, las características fundamentales y permanentes de la demencia precoz. Todos los
demás signos que se manifiestan, aunque pueden tomar un primer plano, no son primarios. La
primera fase de la demencia precoz se caracteriza por estados de depresión con
alucinaciones sensoriales, muy marcadas al comienzo, o con delirios estúpidos. Las
modificaciones de la emotividad, aunque constantes, son poco apreciables en un comienzo.
Por último Kraepelin da el ejemplo de un cartero. La llegada a la clínica no suscita ninguna
reflexión en estos pacientes. Se constatan una exageración muy marcada de los reflejos
rotulianos. Los rasgos principales son: emotividad debilitada, ausencia de voluntad
espontánea, sugestionabilidad, alucinaciones sensoriales, una manera particular de tender la
mano. Se resisten a toda actividad que se le solicite. El estado de imbecilidad es el final más
común. Pero también hay casos donde existen las mejoras, y se los puede considerar
curados. Los enfermos han perdido actividad e inteligencia, su emotividad está restringida,
pero pueden retomar su antiguo lugar en la vida. Sus mejoras, son solo momentáneas por lo
general, y las recaídas que se producen sin motivo aparente, toman entonces un aspecto más
serio.

Demencia precoz: Kraepelin

Kraepelin comienza haciendo una introducción de la historia de la escuela alemana. En el


siglo XX hubo un debate que opuso a las dos grande escuelas que fundaron la clínica: la
escuela francesa y la alemana, desembocando en una simple coordinación de la nosología
alemana con el efímero concepto krapeliano de parafrenia y en una verdadera síntesis en la
escuela francesa. La gran guerra interrumpió de manera duradera entre escuelas, en tanto
que la propagación universal de las concepciones alemanas, facilitada por la difusión del
pensamiento freudiano, iban a cerrar definitivamente un debate interrumpido demasiado
pronto. Todo comienza con Kraepelin y la introducción, en la sexta edición (1899), el concepto
de demencia precoz. Este concepto capitaliza el esfuerzo más específico de la escuela
alemana. Kraepelin encuentra su fuente en el pensamiento de Griesinger, el fundador de la
escuela clínica alemana, y su concepción de la locura como un gran ciclo donde cada especia
sindromática representa una etapa de la degradación progresiva del espíritu que constituye la
enfermedad mental. La herencia de Griesinger se invistió en el pensamiento de Kahlbaum,

71
quién propone a partir de 1863 un bosquejo nosológico de gran originalidad del que procede la
mayoría de los conceptos nosológicos kraepelianos. Él intenta una diferenciación de las
psicosis en función de su desarrollo diacrónico, pero por sobre todo su terminación. De esta
forma opone las formas cuya evolución clínica es ineluctablemente desagregativa, de aquella
s que evolucionan sin regla particular pero dejan en su decurso un psiquismo intacto; y las
formas estables cuya evolución cuantitativa del modo de inicio resume las capacidades
diacrónicas. Hasta Kraepelin la clínica alemana permanece débilmente estructurada. Recién a
partir de su cuarta edición (1893), donde aparece una clase de procesos psíquicos
degenerativos, rebautizados procesos demenciales en la quinta edición (18996), donde
Kraepelin reagrupa la hebefrenia y la catatonia de Kahlbaum, con una nueva forma delirante
particularmente florida e incoherente, rápidamente discordante y desembocando bastante
rápido en el debilitamiento psíquico disociativo: la demencia paranoide. En contrapartida, los
estados secundarios desaparecen de la nueva clasificación, completamente absorbidos por la
constitución del nuevo grupo. En la misma época, Kraepelin divide la gran clase de los delirios
sistematizados (paranoia) en formas no alucinatorias y alucinatorias. En su sexta edición
(1899) decide reagrupar procesos demenciales y paranoias fantásticas creando un único
cuadro: el de la demencia precoz. Esta configuración nosológica va a dar vuelta al mundo y
quedar como base del trabajo conjunto de los trabajos clínicos y psicopatológicos
ulteriormente consagrados a la psicosis.

El concepto kraepeliano de demencia precoz está constituido alrededor de la distinción


entre, por una parte, un síndrome basal caracterizado por el doblegamiento afectivo, la
indiferencia, la apatía, la ausencia de iniciativa voluntaria, la desorganización del pensamiento
y de la psicomotricidad, y por otra parte de síntomas accesorios variados (depresión,
excitación, ideas delirantes, alucinaciones, síndrome catatónico) que especifican las formas
clínicas de la afección. El síndrome basal define esta demencia muy particular que constituye
la esencia de la afección, y del cual la emergencia y la dominación progresiva resumen de
hecho la evolución de las diversas formas clínicas. Afecta esencialmente a la esfera afectiva y
volitiva, soporte y corazón de la personalidad, que ella desagrega. Todo el esfuerzo de
Kraepelin conduce sobre un diagnóstico que anticipe sobre la evolución ineluctable de la
demencia precoz, detectando los primeros signos del síndrome basal en medio de la masa de
síntomas secundarios que inicialmente y con frecuencia los enmascaran.

Kraepelin sitúa bajo el término de demencia precoz una serie de cuadros clínicos que
tienen la particularidad común de culminar en estados de debilitamiento psíquico
característicos. No es sistemático, pero su frecuencia es muy grande. Las lesiones corticales
solo son, en el mejor de los casos, parcialmente reversibles. En el interior de la demencia
precoz existen tres grupos principales: la hebefrenia, la catatonia y la demencia paranoide. La
primera es lo que Kraepelin venía llamando hasta el momento demencia precoz; la segunda
es la catatonia de Kahlbaum; y la tercera incluye no solo los cuadros clásicos ligados a la
demencia paranoide, sino también los cuadros clínicos considerados antes como paranoia,
pero que evolucionan rápidamente hacia un profundo debilitamiento psíquico.. Todo el campo
de la demencia precoz recubre procesos demenciales. Hay una diversidad muy grande en los
estados clínicos observables dentro del cuadro de la demencia precoz, sin embargo en todos
los casos encontramos trastornos fundamentales bien específicos, que pueden ser en
principio no muy marcados y que se vuelven nítidos sobre el final de la evolución, cuando las
modificaciones durables y características de la vida psíquica engendradas por la demencia
precoz no están enmascaradas por los signos secundarios que acompañan a la enfermedad.

72
 Trastornos psico – sensoriales: La aprehensión misma de las percepciones exteriores
no está gravemente alterada. Los enfermos comprenden muy bien lo que pasa alrededor de
ellos. Su orientación está casi siempre conservada: saben donde se encuentran, reconocen
las personas presentes y pueden decir la fecha del día. Conservan de una manera totalmente
característica la conciencia, que solo puede perderse por momentos en estados de estupor.
Puede ocurrir que el sentido de la orientación este desordenado a causa de las ideas
delirantes: no porque son incapaces de comprender o de reflexionar, sino porque las ideas
delirantes son más poderosas que las señales otorgadas por la percepción. Los datos
otorgados por los sentidos están gravemente perturbados a causa de la aparición de falsas
percepciones o alucinaciones. En algunos casos están a lo largo de toda la enfermedad; más
frecuentemente tienden a desaparecer progresivamente para solo reaparecer de una manera
remarcada en ciertas fases de la evolución terminal. Las ilusiones auditivas son las más
frecuentes. Estas alucinaciones tienen en general, al comienzo de la enfermedad, una
tonalidad desagradable e inquietan mucho a los enfermos. Más tarde son percibidas de
manera diferente: algunos las viven como producciones artificiales, mientras que otros no le
prestan mucha atención y no hablan de ellas. Lo más frecuente es que estas no posean
ningún sentido ni coherencia.
 Trastornos de la atención: La conciencia del enfermo está perfectamente conservada.
Solo está trastornada en los estados de excitación o de estupor. Por el contrario, la atención
está habitualmente perturbada durante estas fases. Incluso si se logra que uno pueda, por un
pequeño instante, llamar la atención del enfermo, se observa que solo presentan una gran
distractibilidad que vuelve imposible su mantenimiento bajo esas circunstancias. Lo que le
falta a estos enfermos es el interés, el anhelo o las motivaciones internas para dirigir su
atención sobre los hechos del entorno. A pesar de percibir perfectamente lo que ocurre a su
alrededor, no se engancha, no intenta aprehenderlo. En los casos de estupor refundo puede
volverse completamente imposible despertar la atención del enfermo. La memoria de los
enfermo está relativamente poco trastornada. Las capacidades de observación están
frecuentemente bien conservadas. El curso del pensamiento termina siempre, más o menos
rápidamente, por estar alterado, ya que cierta incoherencia del pensamiento se instala
progresivamente. En los casos menos graves, esta incoherencia aparece simplemente bajo la
forma de una gran distracción o de una gran versatilidad de pensamiento. En los casos más
graves se desarrolla un profundo desorden del lenguaje con una pérdida completa de toda
lógica interna y la formación de neologismos. Se encuentra en el interior del pensamiento de
los enfermos, índices de estereotipias, fijaciones con ciertas representaciones, que pueden
además dominar todos los pensamientos. Más tarde las capacidades de juicio quedan
gravemente alteradas. Ya no comprenden bien lo que sucede a su alrededor, ni se inquietan
por la situación en curso. Por esta razón, no tienen más que una opinión inexacta de su
situación Aunque tienen cierta conciencia de las modificaciones mórbidas que padecen, les
falta la posibilidad de comprender la gravedad de sus trastornos.
 Ideas delirantes: Ideas delirantes, durables o transitorias, se desarrollan con extrema
frecuencia. En los primeros momentos de la enfermedad, presentan en general una tonalidad
depresiva con temas hipocondríacos, de culpabilidad y de persecución. Un poco más tarde se
agregan ideas de grandeza. Todas estas ideas delirantes quedan rápidamente teñidas de
incoherencia, tienen un aspecto quijotesco que resulta del desarrollo precoz de un
debilitamiento psíquico. Estas ideas se modifican rápidamente en su contenido por el
abandono de ciertos temas. Los enfermos traen a diario nuevas ideas delirantes. En la mayor
parte de los casos, las ideas delirantes que en un comienzo eran muy extravagantes, se
desdibujan lentamente hasta que al final desaparecen. En el mejor de los casos se mantienen
ciertas ideas delirantes sin extenderse por un tiempo, hasta que al final terminan por
desaparecer.

73
 Apatía emocional: Al nivel de la afectividad los enfermos sufren perturbaciones
intensas. Al comienzo de la enfermedad desarrollan estados de tristeza, de ansiedad,
acompañados, a veces, de un aviva agitación. Lo más importante es la instalación, sin
excepción, de un deterioro más o menos acentuado de la afectividad. El desinterés por el
entorno es una consecuencia de este desorden afectivo, ya que el las motivaciones afectivas
son el motor para llamar la atención sobre cualquier cosa. La indeferencia característica del
enfermo en sus relaciones, el embotamiento respecto de sus seres queridos, son
característicos. El enfermo ya no experimenta ni una verdadera tristeza ni una verdadera
felicidad interior nunca más. Pasan días enteros sin participar de la vida. Se vuelven cada día
más insensibles a los malos tratos corporales. Solo la alimentación pareciera conservar para
ellos un cierto atractivo. Esta total indiferencia respecto de los hechos exteriores se mantiene,
incluso en los cuadros terminales, como una de las características principales de la entidad
clínica. A veces se le suma la irritabilidad que aparece por momentos y no persiste de manera
durable.
 Trastornos de la voluntad: es en estrecha conexión con los trastornos de la actividad
que se despliegan trastornos importantes del comportamiento y de las acciones. Gozan de
una disminución de los impulsos voluntarios que es el desorden fundamental, pero en los
estados terminales la voluntad puede llegar a ser inexistente. Los enfermos han perdido todo
deseo de ocuparse o de tener actividades. Paralelamente a esta incapacidad de acciones
autónomas, pueden aparecer, de manera durable o transitoria, impulsos a actuar. No se trata
de un brote de impulsos voluntarios, sino solo de una excitación motora: estos movimientos no
apuntan a la realización de objetivos, sino a la exteriorización desordenada de una tensión
interna. Todos estos comportamientos se desarrollan de manera muy violenta y
extremadamente rápida. Actúan impulsivamente, sin predisponerse en lo más mínimo sobre el
motivo que los lleva a actuar. Esta incapacidad para controlar la emergencia de impulsos se
encuentra en las fases de excitación y también durante las de estupor. Estas fases están
caracterizadas por la obstrucción de la voluntad: cada impulso causado por esta se encuentra
aniquilado por una fuerza contraria: negativismo. El negativismo se encuentra muy a menudo
en esta patología. Hay en ellos una resistencia inflexible contra toda modificación de la
situación. Las influencias externas no pueden hacer nada sobre este negativismo, pero puede
suceder que impulsos internos logren quebrantarlo. Cuando estos impulsos logran emerger
una vez tienden a reaparecer en un intervalo más o menos corto; así se instalan toda clase de
estereotipias gestuales, verbigeraciones, y manierismo. Todas estas manifestaciones son
desviaciones condensadas y mórbidas de gestos usuales. Actos normales como respirar o
escribir se realizan de una manera particular, añadiendo todo tipo de impulsos paralelos. En la
demencia precoz es muy común la aparición del automatismo de comando: se relaciona con
una importante alteración de la voluntad y desaparición de las inhibiciones y motivaciones
propias del individuo. Los enfermos son dóciles e influenciables. Las capacidades para el
trabajo del enfermo están sensiblemente alteradas. Pierden el sentido estético, y son llevados
a realizar producciones fuera del sentido común; también se aprecia una caída del sentido
artístico.
 Trastornos somáticos: Existen un aserie de signos mórbidos que pueden tocar el
cuerpo pero las relaciones fundamentales con el trastornos no están del todo aclaradas.
Existen ataques similares a ataques epilépticos que son más comunes en algunos enfermos
que en otros. Tales ataques pueden constituir el signo del inicio de la enfermedad. También se
observaron calambres, parálisis histéricas, afonías, contracturas localizadas, embotamientos
súbitos, etc. Estos trastornos pueden aparecer y desaparecer súbitamente. Las pupilas están
claramente dilatadas, donde puede haber desigualdad pupilar, y los reflejos osteo –
tendinosos son exagerados. Existen variaciones en el ritmo cardíaco, la salivación, la
sudoración, la menstruación, el sueño, y el peso entre otras.

74
La demencia precoz está compuesta por diferentes modalidades evolutivas mórbidas que
tienen el mismo punto de partida. La demencia precoz se diferencia de otras enfermedades
por tener un pronóstico relativamente más favorable. Los síntomas más comunes de la
demencia precoz incluyen un debilitamiento mental, el aspecto insensato de quejas
hipocondríacas, la ausencia de la capacidad de juicio, la indiferencia con respecto a las
actitudes de las personas que los rodean, la actitud alelada, la ausencia de mejoría durante
los momentos de alivio, y manifestaciones de automatismos de comando y negativismo. Aquí
se sitúan algunas diferencias entre la demencia precoz y otras enfermedades:

 Diferencia con parálisis general: Las manifestaciones psíquicas pueden asemejarse


mucho, pero en la parálisis general el debilitamiento es mucho más acelerado, así como la
declinación del espíritu. En la parálisis general los desórdenes se manifiestan en la
orientación, la compresión, la memoria y la capacidad de atención; mientras que el
embotamiento y la debilidad del juicio aparecen en primer plano en la demencia precoz.
 Diferencia con la Amentia: Los enfermos de amentia se comportan de manera mucho
más natural y no están presentes el negativismo y las estereotipias tan marcadas que sí
aparecen en la demencia precoz.
 Diferencia con Epilepsia: En la epilepsia el humor es eufórico, mientras que en la
demencia precoz está dominado por las ideas e impresiones delirantes.
 Diferencia con la Psicosis Maníaco – Depresiva: En la demencia precoz se instalan
previamente las alucinaciones múltiples y las ideas delirantes insensatas. El humor del
demente es independiente de sus representaciones, mientras que no es así en el psicótico,
donde nunca faltan la tristeza interior y la ansiedad. La reticencia de los depresivos
encuentran fin ante la amenaza, mientras que en la demencia precoz son insensibles de
cualquier intimidación.
 Diferencia con la Manía: Los maníacos son menos lúcidos que los dementes. Pero el
discurso de los dementes está a menudo más desprovisto de sentido que el de los maníacos.
La atención de los maníacos está exaltada.
 Diferencia con la Histeria: La principal diferencia reside en la debilidad mental del
demente precoz, la incoherencia de pensamiento y la incapacidad de juicio opuesto a la
conservación intacta de estas facultades en la histeria.
 Diferencia con Paranoia: Los delirios de los paranoicos evolucionan más lentamente y
siempre tienen coherencia y se insertan dentro de un sistema; mientras que en el demente
precoz son extravagantes, faltos de coherencia e inconexos. Son más comunes las
alucinaciones en la demencia precoz, además de tener un comienzo súbito. En los dementes
las ideas delirantes desaparecen o son reemplazadas por otras, en el paranoico el núcleo del
delirio siempre permanece intacto. El paranoico conserva el aspecto exterior de sujeto sano,
mientras que el demente precoz se deteriora rápidamente.
 Diferencia con la Imbecilidad: Es la relación entre los datos anteriores y las capacidades
intelectuales actuales lo que ayuda en esta diferenciación: si el enfermo ha logrado adquirir en
un pasado conocimientos se trata de la demencia precoz.

75
20-LAS PSICOSIS IRREVERSIBLES (DEMENCIA PRECOZ) : KRAEPELIN

Todo comienza con Kraepelin y la introducción, en la 6° edición de su tratado (1899) del


concepto de demencia precoz. Permitió armar un cuadro lo suficientemente estable como para
que prevalezca en la actualidad como un cuadro clínico. La denominación ha cambiado
(esquizofrenia).

Kraepelin distingue síntomas principales o básales, síntomas accesorios, síntomas positivos y


negativos, pero no brinda ninguna hipótesis que de cuenta de una explicación de la
enfermedad. SimplementE observa y diagnostica ciertos rasgos observables.

Para Kraepelin, los trastornos fundamentales son aquellos que conforman el síndrome basal.
Por otro lado, cuando hace referencia a los signos secundarios que acompañan la
enfermedad, se está refiriendo a los elementos accesorios más evidentes pero con los que
corremos el peligro de hacer una observación superficial que nos impida delimitar un
verdadero cuadro clínico. De esta manera, vemos como los fundamentos de la clínica
diacrónica intervienen en la conformación de la demencia precoz en donde la fase terminal de
la enfermedad es crucial para su delimitación.

El concepto de Kreapelin de demencia precoz está constituido alrededor de a distinción entre,


por una parte, un síndrome basal caracterizado por el doblegamiento afectivo, la indiferencia,
la apatía, la ausencia de iniciativa voluntaria, la desorganización del pensamiento y de la
psicomotricidad, y por otra parte de síntomas accesorios variados (alucinaciones y delirios). La
demencia precoz no es una demencia verdaderamente orgánica ya que las funciones
intelectuales de base (memoria, orientación, razonamiento) permanecen intactas.

Kraepelin dice que la enfermedad se inicia tempranamente en la juventud (precoz), luego tiene
una evolución discontinua crónica y posee una terminación demencial.

Kraepelin para poder elaborar el cuadro de demencia precoz parte de cuadros antiguos:

• Hebefrenia: Inicio temprano de un estado demencial. Comienzo en la juventud y mal


pronóstico. Locura con predominio de alucinaciones, ideas delirantes fragmentarias y pobres,
gran perturbación de la voluntad y de la afectividad.

• Catatonía: Reúne los mayores trastornos a nivel corporal. Cenestesias extrañas,


presencia de manierismos (movimientos raros, gestos extraños que salen de lo común),
rigidez, falta de plasticidad y movimiento. El estupor catatónico es el momento en que el sujeto
queda como un vegetal, totalmente desconectado del mundo exterior.

• Demencia paranoide: Incluye alguna formación delirante que lo aproxima y asemeja a la


paranoia. Locura con comienzo más tardío. Es una locura más leve y tiene un mejor
pronóstico.

Aquí incluyó a la paranoia alucinante o fantástica. En su 8° edición, Kraepelin, esta paranoia


fantástica pasa a formar parte del grupo de las parafrenias.

Kraepelin reúne estos 3 casos y quedan agrupados dentro de la demencia precoz.

El concepto de demencia precoz permanece heterogéneo en Kraepelin y esto generará una


abertura que cada escuela se esforzará por llenar después. Hay una diversidad muy grande

76
en los estados clínicos observables en el cuadro de la demencia precoz. Kraepelin sostiene
que en todos los casos encontramos trastornos fundamentales bien específicos que pueden
ser no muy marcados y que son en general más nítidos en el final de la evolución, cuando las
modificaciones durables y características de la vida psíquica engendradas por la demencia
precoz no están enmascaradas por los signos secundarios que acompañan la enfermedad.
Por eso Kraepelin determina bajo el término de demencia precoz una serie de cuadros clínicos
que tienen la particularidad común de culminar en estados de debilitamiento psíquico
característicos. La demencia precoz es incurable. Nunca se va a poder volver al momento
sano, antes del brote. La estructura psicótica es irreversible.

Síntomas fundamentales:

Trastornos de voluntad, en la afectividad, y en el pensamiento. Estando trastornadas estas


áreas se desorganiza y dispersa a personalidad del enfermo, es decir la persona no se puede
sentir integrada en un yo.

En cuanto al trastorno de voluntad, el enfermo va desde las pocas ganas de hacer cosas,
hasta momentos de manía, sin ser el sujeto conciente de esto. Queda borrada la integración
de por qué esta haciendo eso o por qué dejó de hacer lo que estaba haciendo. Los
esquizofrénicos pueden pasar días acostados en la cama, sin hacer nada. Cuando se les
pregunta por qué no hacen algo, contestan que no tienen ganas. Esto demuestra la ausencia
de toda actividad voluntaria, y de cualquier estímulo para hacer las cosas. Aquí aparece el
negativismo que consiste en una resistencia inflexible contra toda modificación de la situación,
contra toda administración alimentaria, todo esfuerzo por vestirse. También puede permanecer
días reteniendo el excremento o la orina sin tomar conciencia de esto (se vuelven cada vez
más insensibles a las sensaciones corporales)

La atención esta perturbada, hay en los enfermos una falta de interés o las motivaciones
internas para dirigir su atención sobre los hechos que suceden a su alrededor. A pesar de
poder percibir lo que sucede a su alrededor (ya que la aprehensión de las percepciones
exteriores no está perturbada), no se engancha, no busca aprenderlo ni comprenderlo. En el
otro extremo podemos encontrar accesos maníacos violentos. De pronto, sin ninguna
explicación, el enfermo comienza a hacer algo maníacamente. Por ejemplo: "Forest Gump",
que de un día para el otro comenzó a correr y no paro por 3 días. Ningún yo decidió correr,
simplemente lo hace y no hay explicación para ello.

En cuanto al trastorno de la afectividad se puede decir que hay una indiferencia característica
del enfermo en sus relaciones afectivas, un embotamiento de interés respecto de sus amigos,
su familia, y también respecto de sus posibilidades de expresión. Los enfermos ya no
experimentan más interiormente ni una verdadera alegría, ni una verdadera tristeza, no
expresan más deseos ni penas, sino que al contrario, parecen pasar días enteros sin participar
realmente de la vida, para terminar completamente sumergidos en una oscura apatía o en una
euforia sin sentido.

En cuanto al trastorno del pensamiento, en las asociaciones se puede decir que se produce
una incoherencia progresiva del mismo. En los casos más graves se desarrolla un profundo
desorden del lenguaje con la pérdida completa de toda lógica interna. Esto lleva a la formación
de neologismos (utilizar ciertas palabras que salen del entorno común del lenguaje en el que
nos manejamos). También pueden aparecer índices de estereotipia, que son fijaciones sobre
ciertas representaciones que pueden dominar todos los pensamientos de los enfermos.

77
Síntomas accesorios:

Alucinaciones y delirios. Son los elementos más llamativos. Son secundarios, por lo que
pueden estar o no. Aparecen ideas delirantes teñidas de incoherencia que dan cuenta del
desarrollo precoz de un debilitamiento psíquico. Estas ideas, lejos de permanecer
inquebrantables, se modifican muy rápidamente en su contenido. Se abandonan ciertos
temas, y se buscan otros nuevos. El delirio que era muy extravagante al principio, se puede
desdibujar progresivamente, hasta desaparecer.

Síntomas negativos:

La aprehensión de las percepciones exteriores no esta alterada. Los enfermos comprenden


muy bien que pasa alrededor de ellos. Puede percibir con precisión toda clase de detalles de
su entorno, por lo que su orientación esta conservada. Saben donde se encuentran,
reconocen las personas presentes y pueden dar la fecha del día. La conciencia y la memoria
reciente permanecen conservadas.

Diagnóstico diferencial entre demencia precoz y paranoia:

En la paranoia las ideas delirantes se desarrollan siempre de manera progresiva en el curso


de los años, mientras que en la demencia precoz esto se produce a menudo en pocos meses.
Por otro lado, la instalación de múltiples ilusiones sensoriales o alucinaciones juega un rol
mayor en la demencia precoz, mientras que están en un segundo plano en la paranoia y son
poco frecuentes.
En la demencia precoz aparecen ideas delirantes absurdas que pierden rápidamente toda
verosimilitud. Los enfermos no demuestran para nada ninguna oposición y no tienen ninguna
necesidad de hacer corresponder su delirio con la visión del mundo que hasta ese momento tenían. De
esta manera el curso del pensamiento se vuelve incoherente y confuso en la demencia precoz. En la
paranoia, al contrario, el delirio se presenta como una explicación y una interpretación mórbidas de
acontecimientos reales. El delirio permanece inalterable, inquebrantable, el sujeto interpreta el mundo a
través de su delirio. En cambio, en la demencia precoz las ideas delirantes desaparecen y son
reemplazadas por otras. El comportamiento exterior, tanto como las facultades mentales quedan
rápidamente alteradas en la demencia precoz: se instalan manifestaciones de estereotipia,
manierismos, y a veces desórdenes en el lenguaje provocando neologismos. El paranoico, al contrario
conserva exteriormente el aspecto de un sujeto sano, no presenta índices de catatonía y conserva
siempre el orden de sus pensamientos y sus actos. En la demencia precoz se presentan variaciones en
la enfermedad sin motivos: excitaciones ansiosas o eufóricas, estados de insensibilidad o
embotamiento, mientras que la paranoia evoluciona de manera uniforme. La personalidad en la
demencia precoz está desintegrada, mientras que en la paranoia el yo se mantiene bastante bien
armado. Por último, la evolución demencial de la demencia precoz puede no presentarse en la
paranoia.

78
21-22 LA PSICOSIS MANÍACO-DEPRESIVA:

El trastorno fundamental tiene que ver con el humor, aunque también pone el acento en la
perturbación de la ideación y de la voluntad. La idea de que existe una circularidad o
alternancia entre los accesos maníacos y los episodios depresivos es la base de este cuadro.
Estos cuadros pueden también presentar delirios o alucinaciones que habrá que leer en el
contexto más amplio de los trastornos del humor, la ideación y la voluntad. Este tipo de
psicosis evoluciona por brotes y remisiones, con alternancia de los estados maníacos y
depresivos y no llevarían a un déficit de las funciones mentales en su evolución, al menos no
de manera marcada. Actualmente la denominación más utilizada es la de trastorno bipolar,
aunque tampoco recubre exactamente la descripción, rica y fructífera, que hiciera Kraepelin de
la psicosis o locura maniaco-depresiva.
Gran diversidad clínica. No es homogénea como si lo era para Kraepelin la paranoia. Hay
formas simples, formas mixtas y hay transiciones. Depresivo-maniaco-remisión
Es una enfermedad intermitente; distinta al progreso lento, lineal de la paranoia, y al acceso
por brotes que tiende hacia la degeneración como en la demencia precoz. Es absolutamente
distinto a la cronicidad de la paranoia y a la debilitación que tiende al deterioro mental de la
demencia precoz. No es crónica, no avanza lenta y progresivamente (continuamente) como la
paranoia. No hay deterioro de las funciones psíquicas superiores. El curso, la evolución de la
enfermedad se da en esta intermitencia donde se suceden una forma clínica con otra, o a
veces son manifestaciones simples que en determinado momento remiten, y hay una vuelta a
la normalidad, al estado anterior, una restitución integral (restitución ad-integrum). Puede
ocurrir que el paciente vuelva a un estado de normalidad. En cambio, demencia precoz y
esquizofrenia son crónicas en el sentido de que no son curables, pero ambas evolucionan de
distinta manera. El curso de la enfermedad tiene la característica de avanzar por
intermitencias, por periodos, es periódica. Locura circular alude al circuito, a una secuencia:
pacientes que arrancaban con un episodio maniaco, y luego pasaban a una depresión, luego
había una restitución ad-integrum y posteriormente volvían a un episodio maniaco y
nuevamente depresión, etc. Incluso hay pacientes que pueden darse cuenta de cuando van a
pasar de un periodo al otro, que logran percibir ciertas repeticiones. Pueden ubicar las
coordenadas de un nuevo episodio, por ejemplo: “estoy sintiendo que otra vez, porque
siempre arranca en un momento donde siento que no puedo dormir, y empiezo a no poder
comer…”
En la psicosis maniaco-depresiva hay diversidad clínica, avanza por ciclos. Hay pacientes en
los que hubo restitución ad-integrum de las funciones psíquicas. A veces los pacientes mismos
encuentran o reconocen cuando comienzan estos estados nuevamente.
Pertenece al paradigma de la psiquiatría diacrónica. El curso de la enfermedad, el modo en
que evoluciona y el desenlace nos permiten ubicarlo.
Los síntomas basales que permiten la realización de un diagnóstico diferencial son:
- es posible una restitución de las funciones psíquicas, no es crónico
- evoluciona de manera intermitente en una secuencia de estados (periodicidad, circularidad)
En un mismo cuadro hay presencia de dos formas clínicas. Dos cuadros que arman un circuito
(maniaco y depresivo), pero son el mismo cuadro. Dos presentaciones clínicas tan diversas
pero que pertenecen a la misma enfermedad. La misma enfermedad que tiene estados
circulares que avanzan con intermitencia. Kraepelin dice que sea que esté en un estado o en
el otro (que pueden ser periodos de la misma enfermedad) lo que hay es una coloración muy

79
especial del humor. Hay trastornos del humor, del estado de ánimo, estado de humor muy
particular que se puede diferenciar con mucha nitidez. Desde la tristeza absoluta del depresivo
hasta la euforia, la exaltación del maníaco. Son dos formas de presentación del humor, no son
trastornos de la afectividad. Esto no se ve en la abulia de la esquizofrenia. Hay ausencia del
deterioro y del debilitamiento intelectual (síntoma negativo, por ausencia).

(ESTA BASTANTE RESUMIDO PERO NO SE VIO MUCHO EN CLASE ASIQUE NO ME PARECE


IMPORTANTE. FALTAN LOS CASOS).

23- “Actualidad de la psiquiatría clásica” – Leibson:

Algo es clásico cuando más allá del tiempo transcurrido desde su producción, sigue provocando
efectos. Lo clásico no necesariamente supone tiempos muy lejanos, aunque sí un cierto lapso, de al
menos dos generaciones. Lo clásico es aquello que se renueva, se reedita, puede ser retomado y
vuelto a trabajar, lo que sigue alimentando preguntas fructíferas. Llamamos psiquiatría clásica a una
serie de textos producidos a partir de una práctica, que sentaron las bases de la disciplina,
especialmente en lo que respecta a cuestiones metodológicas. Se trabajará el período comprendido
entre 1890 y 1930.
Actualmente, se utiliza el DSM que es un manual de diagnóstico y estadística que se ha impuesto para
el uso prácticamente universal en el campo de la psiquiatría. Es un manual de diagnóstico con fines
estadísticos. No pretende ser un texto, sino una clasificación ordenada, que dice condensar un saber
acumulado y basado en el consenso alcanzado entre un grupo de numerosos expertos, que abarcaría
de manera inequívoca todo lo que la clínica puede presentar y requiere ser clasificado a los fines de
encontrar un lenguaje común entre los psiquiatras a nivel universal. Esto, sin emitir ninguna opinión
teórica acerca de por qué las cosas ocurren, han ocurrido u ocurrirán. En cambio, en Kraepelin por
ejemplo podemos ver verdaderos textos, en el sentido de que revelan la preocupación por la claridad y
el detalle; encontramos allí testimonios clínicos muy valiosos por su riqueza narrativa y conceptual.
La clínica que nos muestra la psiquiatría clásica se basa en una práctica previa a la existencia de los
psicofármacos, no influenciada ni condicionada por éstos. Se trata entonces de una clínica con
pacientes no medicados y que por lo tanto no incluye los efectos secundarios de la medicación ni las
distorsiones que esta puede generar en los diversos cuadros. Además, es una clínica que no intenta
definir cuadros en función del alcance de una medicación sino a partir de lo visto y lo oído. Se trata de
una práctica mucho más cercana al psicoanálisis que la psiquiatría reciente.
La psiquiatría nace con Pinel a fines del siglo XVIII. El acto de separar a los delincuentes de los locos,
otorgándoles a estos últimos un estatuto jurídico y médico específico, marca el campo de lo que de ahí
en más será una práctica dependiente de la medicina aunque con fuertes raíces en el discurso jurídico.
La psiquiatría irá atravesando distintos momentos hasta llegar a la actualidad, donde el eje de la
investigación y la práctica no está tanto puesto en cuestiones de descripción y nomenclatura, sino en la
investigación cada vez más orientada hacia la cuestión biológica (neurociencias y sus derivados) y los
recursos terapéuticos acordes a esa línea de trabajo (los psicofármacos).
La psiquiatría, desde su surgimiento, se caracteriza por ser lo que Foucault llama una “clínica de la
mirada”. Se sustenta en la descripción detallada, que apunta a distinguir fenómenos, y luego
agruparlos en cuadros clínicos de la manera más neta y clara posible.
Lanteri-Laura indica tres épocas (paradigmas) en el desarrollo de la psiquiatría:
1) La primera, llamada clínica sincrónica, sigue el paradigma de la Alienación Mental. Nace con Pinel,
sigue con Esquirol en Francia, Griesinger en Alemania, y abarca aproximadamente la primera mitad del
siglo XIX. Se trata de la concepción de la enfermedad mental como un cuadro único que podía tomar
distintas formas en distintos pacientes o en distintos momentos, pero sin dejar de constituir una misma
enfermedad: la Alienación Mental. Griesinger habla del “ciclo único de la locura”. Estos autores
prefirieron no utilizar el término locura, y llamarla alienación, vesania, demencia, etc. La gran

80
innovación que introduce este primer momento es que se considera a los alienados como enfermos y
por lo tanto concernidos por el campo de la medicina, ya no son endemoniados, ni delincuentes, sino
pacientes y deben ser considerados y tratados como tales.
2) Un momento crucial y que determinará un giro en el modo de considerar la enfermedad se produce
en 1822 cuando un anátomo-patólogo llamado Bayle realiza una serie de autopsias de pacientes que
habían padecido un cuadro llamado Parálisis General, descripto como una de las formas de la
alienación mental y caracterizado por presentar trastornos motores acompañado de delirios, en general
de grandeza, o megalomaníacos. Era un cuadro principalmente orgánico porque el paciente se iba
paralizando progresivamente, pero además había también un estado de demencia progresiva: el
paciente iba entrando en delirios y pérdida de la memoria (demencia senil). Bayle, como patólogo,
observó efectos en el cerebro en estados terminales de la sífilis en épocas en las cuales aún no
existían los antibióticos. Con lo cual el virus seguía trabajando insidiosamente con consecuencias a
nivel cerebral (parálisis progresiva). Bayle, en las autopsias, constata la existencia de lesiones
específicas en las meninges, lesiones que no aparecían en otros pacientes con otras formas de
alienación mental. Este descubrimiento hará que, hacia 1850, algunos autores planteen q no se trata
de una única enfermedad, sino que habría q considerar la existencia de distintas enfermedades, cada
una de las cuales debería coincidir con la descripción de una lesión específica. Esto implicó incorporar
la psiquiatría al paradigma médico de la época: el método anátomo clínico, que indica que una
enfermedad determinada se define por varios parámetros, una evolución típica, una etiología conocida,
un tipo de lesión histopatológica definida y un mecanismo fisiopatológico preciso. El ideal era encontrar
un tratamiento también específico para cada enfermedad. A partir de ahí surge un segundo momento
denominado clínica diacrónica, o paradigma de las Enfermedades Mentales. En psiquiatría, a falta de
poder ubicar varios de estos parámetros, se profundizó la observación de los estados terminales de los
cuadros clínicos, o sea la evolución de los mismos y no solamente el corte sincrónico q se realiza en el
momento del examen psiquiátrico.
Otro elemento que pone en cuestión al paradigma de la alienación: Pinel, situando que así como la
medicina tiene toda una serie de diferenciaciones nosológicas entre los cuadros, la psiquiatría
también debe tener esas diferenciaciones, y no solamente nosográficas (diferenciación entre el
síntoma y los síndromes). La nosología agrega una diferencia interna situando además las
oposiciones: determinados síntomas para un cuadro y determinados síntomas para otro cuadro. La
nosología también incluye el estudio de la etiología y la evolución del cuadro, lo que permite establecer
no sólo un diagnóstico sino que también un pronóstico del cuadro. La psiquiatría debe tener una
diferenciación entre los cuadros que además implique una etiología y un pronóstico, además de una
diferenciación entre los cuadros.
Los principales exponentes de este paradigma son: inicialmente Falret en Francia. Y, en Alemania,
Kahlbaum, que ejerció fuerte influencia sobre Kraepelin. Y otros: Serieux, Capgras, Séglas, Ballet,
Bleuler, De Clérambault. Este cambio de paradigma y de método abrió la posibilidad de definir cuadros
clínicos de manera clara y distinta según parámetros derivados de lo observable y suponiendo además
una lesión específica para cada uno de ellos.
3) El tercer período es denominado por Lanteri-Laura como el período de las Grandes Estructuras, más
psicopatológico que nosológico y dominado en parte por los cambios que se produjeron en la
neurología con la caída de la teoría de las localizaciones y el avance de modelos estructurales
(Gestalt). Se trata en este momento de buscar explicaciones orientadas hacia la cuestión de los
fenómenos y sus mecanismos de producción. Sus exponentes son: Jaspers, Bleuler y otros.

81
24- EL DELIRIO DE REIVINDICACIÓN. SERIEUX_Y_CAPGRAS

Definición: El delirio de reivindicación es una psicosis sistematizada, caracterizada por el


predominio exclusivo de una idea fija, que se impone al espíritu en forma obsesiva,
orientando solo la actividad del sujeto en sentido patológico y exaltándolo en la medida de los
obstáculos encontrados. E! reivindicado! se nos presenta como .un obsesivo y un maníaco.
Hay en él una íntima conexión con estos dos estados, que conducen más a un delirio de los
actos que a un delirio de las ideas. Sus tendencias interpretativas están menos marcadas que
los interpretadores. En este delirio encontramos sujetos exaltados, razonadores, exagerados,
fanáticos que sacrifican todo al triunfo de una idea dominante. A este delirio le vendría mejor la
denominación de "delirio a base de representaciones mentales exageradas u obsesivas".

Síntomas esenciales:

• Mea obsesiva: Es una idea que se instala de entrada y es el punto de partida que
reivindica
ese delirio, es irresistible. En el momento en que la idea surge se da libre curso a la
exaltación. Por ejemplo: una novia perdida, una herencia no recibida, un empleo rechazado,
etc. Cualquier decepción por más mínima que sea, a partir del momento en que se considera
inmerecida, se convierte en una preocupación obsesiva y provoca no solo la idea de una
revancha, sino también de darle un castigo a la persona culpable del daño. Esta idea obsesiva
va tomando día a día una importancia mayor para el reivindicador, un valor desmesurado,
exagerado. No se trata de una reivindicación legítima de derechos injustamente dañados.
Para satisfacer esa obsesión, el reivindicador descuida su profesión, su futuro, etc. Solo lo
guía su sed de venganza. Sin embargo, el reivindicador no lucha contra su obsesión. Está
convencido de ella, es la verdad más absoluta y solo busca satisfacerla. No llegan sin
embargo a verdaderas concepciones delirantes, como sí sucede en los interpretadores.
• Exaltación maníaca: Hiperactividad. En base a esa idea obsesiva, el reivindicador
emprende mil actividades, tiene la necesidad insaciable de romper todo lo que se le opone. La
necesidad de pelea es uno de sus actos. Luchar llega a ser para él no solo un medio, sino el
único objetivo de su vida.

Diagnóstico diferencial entre delirio de interpretación y delirio de reivindicación:

• El reivindicador aparece como un espíritu exaltado, imperiosamente dominado por su


pasión, mientras que el interpretador aparece como un espíritu falso dirigido por sus
tendencias paralógicas.
• En el reivindicador no se descubre un tema delirante en desarrollo progresivo, sino una
serie de períodos de excitación que sobrevienen cuando los hechos reales emocionan
profundamente al sujeto. En los momentos más calmos, los reivindicadotes parecen
personas normales. Contario a esto, los interpretadores están como insertos en una novela
que se va agrandado progresivamente en base a esa concepción predominante y al
enriquecimiento de su delirio.
• El delirio de reivindicación tiene como punto de partida una idea fija, mientras que el
delirio de interpretación solo llega a la idea fija secundariamente, luego de un lento
desarrollo.
• El reivindicador lleva las ideas a la acción, mientras que el interpretador se contenta con
vivir en un sueño delirante sin pasar a la acción.
• La excitación del interpretador es siempre transitoria, mientras que la del reivindicador esta
siempre en primer plano.
• El reivindicador se mantiene siempre en el terreno de las realidades, mientras que el

82
interpretador se pierde cada vez más en el campo de su delirio.
• El reivindicador conserva la noción exacta del medio que lo rodea, no se deja llevar por las
falsas ilusiones, ni se desvía nunca hacia un delirio. No se lo ve interpretar erróneamente las
conversaciones de la gente, los juegos o las canciones. En el reivindicador están ausentes las
interpretaciones múltiples que el interpretador hace a propósito de las impresiones
sensoriales, sensitivas o cenestésicas actuales o pasadas.
• El delirio de interpretación aparece en estos sujetos con sus interpretaciones múltiples y su
extensión progresiva, no tiene ningún punto de partida exacto, ningún estimulante real, sino
una serie de inferencias y deducciones basadas en hechos disfrazados.

25-SÍNTOMAS DEL DELIRIO DE INTERPRETACIÓN. SERIEUX Y CAPGRAS


(FRANCESES)

Definición: El delirio de interpretación se caracteriza por la existencia de dos órdenes de


fenómenos en apariencia contradictorios: por un lado los trastornos delirantes y por el otro
una conservación increíble de la actividad mental. En primer lugar, se coloca a los síntomas
positivos como las concepciones e interpretaciones delirantes, y en segundo lugar se ubica a
los síntomas negativos que son la integridad de las facultades intelectuales y la ausencia o
escasez de alucinaciones.

Síntomas positivos:
Las concepciones delirantes aparecen como el síntoma principal. Los rasgos comunes de las
concepciones delirantes están relacionados con el estado mental característico de los
interpretadores, quienes saben defender sus ficciones a través de argumentos tomados de la
realidad. Es decir, los interpretadores no inventan completamente los hechos imaginarios, no
se trata de ficciones sin fundamento sino que se conforman con desvirtuar, disfrazar o
amplificar hechos reales. Los interpretadores llegan a una concepción delirante del mundo
exterior, a través de la deformación sistemática de los hechos. La interpretación es el
mecanismo a través del cual se constituye ese delirio. En el enfermo, el campo de las
interpretaciones es ilimitado. Estas interpretaciones pueden ser exógenas o endógenas.
Las exógenas tienen el punto de partida en el mundo exterior, en los sentidos: las actitudes, los
gestos, la mímica de los demás, la palabra y la escritura, etc. Por ejemplo: la lectura de los
diarios sirven para descifrar enigmas muy complejos, jeroglíficos, o frases secretas dirigidas
hacia el enfermo. Las endógenas porque tienen por fuente las sensaciones internas, tomadas
del estado orgánico (por ejemplo, una mujer que interpreta que los dolores menstruales se
deben a la intervención de sus enemigos). También puede haber interpretaciones de
recuerdos (delirio retrospectivo), en donde se aplican hechos exactos, pero los adornos, las
ilusiones y las falsificaciones de los recuerdos son producto de la imaginación. Aparece la
intervención del lenguaje en las interpretaciones. Allí se da un juego de significación personal,
un simbolismo. En este delirio, hay ausencia de alucinaciones o pueden aparecer algunas
episódicas que no tienen influencia y juegan un rol secundario en la elaboración del delirio.

Síntomas negativos:
Presencia de una gran inteligencia y memoria. La misma persona que se mostraba alienada
aparece lúcida y razonable. Hay ausencia de trastornos graves de la vida intelectual o
afectiva, y también de trastornos sensoriales. No hay trastorno de la conciencia ni confusión
de las ideas. La actividad motriz no está alterada.

83
IV. Relación psiquiatría-psicoanálisis:

26- TEXTO DE BERCHERIE (2)

27- El diagnostico en la psiquiatría y el psicoanálisis- Mazzuca

El diagnostico en la psiquiatría y en el psicoanálisis son dos cosas distintas. Para la psiquiatría


se utiliza el DSM y para el psicoanálisis un diagnostico estructural de la orientación lacaniana.
El diagnostico ya es parte de la operatoria terapéutica.
La psiquiatría y el psicoanálisis responden a concepciones psicopatológicas diferentes y se
sustenta de una metodología diagnostica diferente.
La clínica freudiana constituye una clínica diacrónica y tmb el diagnostico. Las
denominaciones de las psicopatologías son muy amplias y en si mismas no tienen valor
descriptivo, dice muy poco del paciente.
La psiquiatría; Utiliza el DSM, es una concepción que rechaza las teorizaciones y aun las
explicaciones. Se compone de categorías clínica que integran conjuntos de síntomas cuya
presencia simultánea en el momento actual es exigible para el establecimiento del diagnóstico,
si los síntomas cambian se debe luego cambiar de categoría ya que lo que importa es
determinar el estado actual del paciente de una manera compartida por un conjunto de
operadores. Apunta a una organización, administración y supervisión y control de la gestión de
organizaciones terapéuticas, para lo cual se requiere como herramienta fundamental un
sistema de categorías clínicas que provean un lenguaje común.

84
Preguntas Piscopato 2013:
A
1-clincia sincronica-diacronica -principales exponentes y la crisis que dio el pasaje de una a la
otra.
La clínica sincrónica plantea el diagnostico de una enfermedad teniendo en cuenta los
síntomas en el momento de la consulta y no se interesa por su evolución a lo largo del tiempo,
plantea a la enfermedad mental como un cuadro único, que abarca distintas formas. La
innovación de Pinel (principal exponente) consistió en considerar a los alienados como
enfermos y no como endemoniados o delincuentes. El pasaje a la clínica diacrónica se gracias
a las investigaciones de Bayle quien realizando autopsias en pacientes que padecían paralisis
general, una de las formas de la alienación mental, descubre que habían lesiones cerebrales
que no aparecían en otros pacientes. Este descubrimiento hará que posteriormente se
consideren varias enfermedades mentales, asociada cada una a una lesión cerebral, a partir
de este momento surge la clínica diacrónica, que consiste en separar cuadros clínicos según
ciertos parámetros observados, asignando a cada cuadro una lesión específica. Tiene en
cuenta además no solo los síntomas en el momento actual (sincrónico), sino su evolución a lo
largo del tiempo. Los principales exponentes son: Falret y Khalbaum, pero también tenemos a
Clerembault, Serieux et Capgrass , Bleuler y Kraepelin, entre otros.

2-articular el NP con la carretera principal y complejo de edipo y mito de la horda primitiva.


Lacan plantea en su lectura del complejo de Edipo que durante todo su desarrollo esta
presente lo que denomino metáfora paterna: En un 1er momento, situamos la simbolización
por parte del niño de la presencia/ausencia de la madre, como un significante (S1) al cual
denominamos “deseo materno”, sin embargo este significante por si mismo no significa nada,
por lo que el deseo materno queda como algo enigmático, caprichoso, sin razón. Es necesario
que en un 2do tiempo lógico un nuevo significante aparezca y signifique retroactivamente al
deseo materno (S1). Este S2 es lo que Lacan denominó Nombre del padre, el cual significa al
deseo materno como deseo del falo. Nombra de esta manera aquella falta originaria como
castración, es decir que indica que lo que a la madre le falta es el falo. El significante Nombre
del Padre actua entonces como carretera principal, otrogando una significación fálica a dicha
falta constitutiva, la nombra y de esta manera el sujeto vuelve a perder lo que estaba perdido
desde un inicio. El nombre del padre “castra” el deseo de la madre. Al vislumbrar esto el niño
va a querer ser aquello que la madre desea, es decir hacerse falo. Este es el 1er tiempo del
Edipo según Lacan, en el cual el hijo adquiere una significación fálica para la madre. En un
segundo momento el padre se hace presente, priva a la madre, no procrearas tu producto, la
madre remite entonces a una ley que no es la suya sino la de Otro. La significación fálica vira
de esta manera hacia el padre. Aparece de esta manera la palabra del padre como ley. En un
3er tiempo aparece el padre como aquel que tiene, como padre potente quien puede darle a
la madre lo que ella desea, en este momento el niño se identificara con el padre en tanto
portador del falo y saldrá con todos los títulos en el bolsillo ya que se reservara para si todas
las posibles elecciones de objeto que no sean la madre. La metáfora paterna
Lacan plantea que el padre del complejo de Edipo no es el padre en tanto progenitor sin el
padre en tanto símbolo, esto se ve reflejado en Totem y Tabu a través del mito de la horda
primordial, en la cual hay un padre privador quien goza de todas las mujeres de la tribu, el cual
es asesinado por los hijos, quienes posteriormente por culpa y por miedo a ocupar el lugar del
padre instauran la prohibición del incesto y del parricidio. Es decir lo que el padre prohibia en
vida, ahora muerto cobra mucha mas fuerza y se instaura como ley, el padre muerto ocupa el

85
lugar de símbolo con el cual los hijos se identifican. Es por esto que para Lacan para el
atravesamiento del complejo de Edipo no es necesario un padre mas presente, menos
presente, sino un padre simbolico.

3-explicar por que dice freud, es un supuesto necesario que no hay una unidada comparable
al yo ... articular con estadio del espejo y los efectos del lenguaje
Freud plantea como un supuesto necesario, que no haya una unidad comparable al yo desde
el comienzo, es decir que el yo debe desarrollarse. Inicialmente están presentes pulsiones
autoeroticas que se satisfacen anárquicamente, estas son primordiales y por lo tanto es
necesario un nuevo acto psíquico para que el narcisismo se constituya. Este acto psíquico
nunca es especificado por Freud, posteriormente Lacan lo retoma en su enseñanza y lo
denomina identificación del Estadio del Espejo, momento en el cual, el yo se constituye en
base a una identificación con la imagen del semejante. Esta identificación es imaginaria y
requiere de un soporte simbólico que lo acompañe, de un Otro que le garantice que ese que
está reflejada en el espejo, es él. A esta instancia simbolica sobre lo cual se estructura lo
imaginario ubicamos al ideal del yo, el cual avala la identificación del yo con aquella imagen
unificada y amable del que el espejo le brinda, dicha imagen es lo que denominamos Yo ideal.
Podemos decir entonces que el yo se constituye como un anhelo de unidad, ya que la
unificación de las pulsiones nunca es completa sino parcial.
Esta fragmentación del yo en pulsiones parciales, se debe según Lacan a lo que Freud
denomino “identificación primaria”, mediante la cual el sujeto queda alienado al S1 proveniente
del Otro primoridal. Esta sujeción a la lengua materna trastorna la naturalidad, suspende la
satisfacción de las necesidades, y además las fragmenta al organismo, por el mero hecho de
habitar el lenguaje queda perdida esta posibilidad de satisfacción plena, es decir la del instinto,
en el humano no se satisface el instinto sino la pulsión. Sin embargo, en un 2do momento,
denominado por Freud narcisismo, se da una unificación del cuerpo, esto también es un efecto
del lenguaje, posibilitado por la castración.
Podemos diferenciar de esta manera la identificación primaria (simbólica) de la identificación
imaginaria, correspondiente al estadio del espejo. En esta última, el yo se constituye mediante
la alienación imaginaria con la imagen del semejante y requiere de un soporte simbolico,
mientras que la identificación primaria sucede en un tiempo previo y consiste en una
alienación simbólica al signficiante del Otro primordial.
C
1-la concepción de kraepelin de locura maniaco depresiva
Kraepelin caracteriza a la psicosis maniaco depresiva como un cuadro en el cual el trastorno
fundamental tiene que ver con el humor, destacando también modificaciones en la voluntad y
el humor. Esta enfermedad se caracteriza por la alternancia de accesos maniacos y estados
depresivos, también pueden aparecer estados mixtos con características maniacas y
depresivas. Tiene como característica que no hay una perdida en las facultades mentales, o al
menos no de manera marcada. Los accesos maniacos se caracterizan por un humor
expansivo, eufórico, fuga de ideas, necesidad de actividades y excitación psicomotriz. Estos
accesos ceden espontáneamente luego de un lapso de tiempo. En el episodio depresivo
observamos un humor triste, decaimiento, enlentecimiento del pensamiento, inhibición severa,
dificultad para entender o producir frases, hay riesgo de suicidio.
Como signos psíquicos podemos destacar los siguientes: Una percepción debilitada,
comprende todo de manera superficial, hay trastornos de la conciencia, por momentos puede
perder la orientación, quedar aturdido. En general la memoria no se modifica en gran parte,
hay trastornos sensoriales, tanto ilusiones (percepción errónea del objeto) como alucinaciones
visuales y auditivas, sin embargo estas ultimas no son tan comunes. La productividad y la

86
actividad queda afectada tanto en los accesos maniacos como en los estados depresivos, en
los primeros observamos una gran incoherencia, no hay objetivos, lo que piensan lo ejecutan.
Por el contrario en los estados melancólicos observamos una inhibición muy grande de la
voluntad, no comen, no se bañan, pasan días sin salir de la cama. Otro aspecto muy
importante es la presencia de ideas delirantes, hay accesos de hipocondría y también aparece
el delirio de insignificancia o auto acusación, están convencidos de ser la pero basura del
mundo, son culpables de los crímenes del mundo, si ven un delito en la televisión se
convencen de que ellos fueron los culpables. No hay conciencia de la enfermedad.
Diagnostico diferencial con demencia precoz: El desenlace en la locura maniaco depresiva no
termina en debilitamiento psíquico, como si ocurre en la demencia precoz, por otro lado
debemos diferenciar la obstrucción del pensamiento típica de la demencia precoz de la
inhibición propia de los estados depresivos de la locura maniaco depresiva. Ademas en esta
ultima, vemos presente un delirio de culpabilidad, ausente en la demencia precoz. Tambien
podemos destacar una posición activa y un cierto interés por lo que lo rodea en la locura
maniaco depresiva, en oposición a la total pasividad del sujeto y falta de interés por el entorno
típico de la demencia precoz.
D
1- Desarrollar el síndrome basal y los síntomas accesorios de la DP. ¿ Que otras formas
incluye? Desarrolle diagnostico diferencial con la Paranoia.
Kraepelin en su 6ta edición agrupa bajo la forma de demencia precoz a las paranoias
alucinatorias o fantásticas, la hebefrenia, catatonia y a las demencias paranoides, ya que lo
que hay en común en estos cuadros es que están afectadas 2 funciones mentales: la voluntad
y la afectividad. Es por esto que establece los siguientes síntomas fundamentales (síndromes
basales): indiferencia afectiva, doblegamiento afectivo, agitación, euforia, falta de voluntad,
negativismo, trastornos en el curso del pensamiento y del lenguaje. Por otro lado determina
que las alucinaciones asi como la presencia de delirios son síntomas accesorios.
Kraepelin diferencia las formas paranoides de la demencia precoz con la paranoia a través
del diagnostico diferencial, por un lado determina que en la paranoioa el delirio no suele estar
acompañado de alucinaciones, y si lo está, estas no determinan el delirio. Por el contrario en
la forma paranoide de la demencia precoz el delirio suele estar acompañado de alucinaciones
las cuales influyen ampliamente en el mismo. Por otro lado en la paranoia el delirio esta
sitematizado es decir que es un delirio solido en cuanto al encadenamiento de ideas, hay una
lógica interna. No ocurre lo mismo en la forma paranoide de la demencia precoz en la cual el
delirio esta atomizado, las ideas están muy débilmente encadenadas o directamente no se
encadenan, salta de un tema a otro, se diluye con facilidad. Sus temáticas suelen ser mas
fantasiosas, por lo que se vuelve menos verosímil. En la paranoia no hay sintomas catatónicos
(psicomotrices) ni delirios de posesión corporal, como si ocurre en la forma paranoide de la
demencia precoz. Por ultimo podemos diferenciar la evolución de cada una: En la paranoia
observamos a lo largo del tiempo (años incluso décadas) que las facultades mentales se
conservan sin perturbación. Caso contrario al de la demencia precoz en la cual se observa la
tendencia a una descomposición de las facultades mentales, que Kraepelin llama demencia,
que implica una perdida de coherencia del delirio, mayor retroacción, ausencia progresiva de
la voluntad.

2- Cual es la operación y el efecto que, en el deseo de la madre y la significacion del hijo,


instituye el NP en la MP. Articule con carretera principal.
Lacan plantea el hecho de que en casos de familias en donde el padre esta ausente, se
producen complejos de Edipo completamente normales, esto se debe a que lo importante no
es el padre como sujeto en sí, sino el padre como símbolo, lo que Lacan denomino el
significante “nombre del padre” el cual instaura la prohibición de la madre.

87
En un 1er momento situamos una primera operación de simbolización de la ausencia y
presencia de la madre. Esto lo denomina Lacan como el significante “deseo materno”, sin
embargo al ser un solo significante, no produce significación por lo que queda de la siguiente
manera: DM/X. La X representa lo enigmático del deseo materno para el niño. De esta manera
el niño queda sujetado a este deseo caprichoso, sin razón, de la madre que aun no
comprende.
En un 2do momento irrumpe un 2do significante, el “nombre del padre” el cual abrocha y
significa al deseo materno, haciéndolo caer. Este segundo significante (S2) otorga
significación fálica al deseo materno, es decir lo interpreta. El nombre del padre, indica que lo
que a la madre le falta, es el falo, y la significa como castración, lo cual da lugar a la
significación fálica.
Una vez que el niño vislumbra que la lo que la madre desa es el falo, este se identifica con el
objeto y “se hace falo”, esto deja ver que en ese primer momento, el niño no solo está a la
espera de una significación de ese deseo enigmático, sino también de una significación sobre
el ser mismo del sujeto. Es decir se identifica con el objeto imaginario del deseo materno. De
esta manera la metáfora paterna sustituye al significante “deseo de la madre” por “nombre del
padre” lo cual produce una significación fálica en lo imaginario de aquella falta por estructura
esta perdida. Es decir el nombre del padre no introduce una falta, dicha falta, esta desde el
comienzo, sino que le da una significación fálica.
Lacan en el seminario 3, dice que el significante significa y polariza. Destaca la importancia
del significante “ser padre” el cual hace referencia no solamente al sentido de padre en cuanto
a procreador sino a que el niño es tanto de él como de la madre. Es necesario entonces que, a
través de un trabajo de intercambios culturales, alcance el estatuto de significante primordial.
Si esto ocurre, se transforma en una carretera principal, hacia las relaciones sexuales con una
mujer, de lo contrario debe tomarse un camino alternativo, como se ve en el caso Schreber.
Lacan establece de esta forma que el significante ser padre, el cual puede estar o no, es una
marca en la historia del sujeto, instaura una etapa, polariza significaciones, es decir actúa
como carretera principal. Para que la carretera principal este presente es necesaria esta
significación fálica que produce el significante “nombre del padre” ya que a partir de este
significante se significaran posteriormente todos los otros.

3- Cual es la relación que de los tres registros que plantea lacan en los años 50. Como
explicaria con el esquema del ramillete invertido. Distinga yo ideal de ideal del yo.
Lacan plantea la existencia de 3 registros, imaginario, simbólico y real, en los años 50 le da
mayor importancia al registro simbólico. Plantea un inconsciente “estructurado como un
lenguaje” es decir mas ligado al significante (simbólico) que al significado (imaginario).
Posteriormente, en los años 70, planteara a los 3 registros como homogéneos, es decir sin
prevalencia de uno sobre otro. Unidos a través de un nudo borromeo, en el cual si cae uno,
caen los otros.
En el esquema óptico planteado por Lacan se intenta ejemplificar la constitución del yo en el
estadio del espejo, mediante la articulación de estos 3 registros: Tenemos una caja frente a un
espejo cóncavo, dentro de la cual hay un jarrón, y sobre la caja hay un ramillete de flores. Con
una correcta iluminación y posicionamiento de los elementos y del observador, se producirá
una proyección de la imagen del jarrón sobre el ramillete, dando asi la ilusión de que el jarrón
contiene a las flores. El jarrón dentro de la caja representa el cuerpo real del niño y el ramillete
sus deseos y pulsiones. La imagen ilusoria del jarrón conteniendo al ramillete (registro
imaginario) representa esa ilusión de unidad que experimenta el niño al verse al espejo,
siendo dicha imagen el yo ideal. Sin embargo esta experiencia no estaría completa sin un 3
aspecto, dicha identificación imaginaria necesita un soporte simbólico, Lacan denomino a
dicha instancia “Ideal del yo”. Este soporte se da a través de un Otro que sostenga al niño

88
frente al espejo y le garantice que esa imagen en el espejo es él. Lacan lo representa a través
de un espejo plano que refleja la ilusión producida por el espejo cóncavo, dependiendo de la
posición y ubicación del espejo plano podremos ver en mayor o menor medida la ilusión desde
cualquier punto de vista en el que nos ubiquemos.
Queda diferenciado de esta manera Ideal del yo, como instancia simbólica que regula y
sostiene la identificación imaginaria y por otro lado yo ideal, que es esa imagen amable que se
le ofrece al yo desde el lugar simbólico para que con ella se identifique.
E
1)diferencias entre paranoia y DM de Kraepelin, desarrollar desde el inicio hasta el fin de la
enfermedad y ejemplificar c/u
F
1.Críticas de bleuler a kraepelin. Explicar un síntoma fundamental y nombrar los otros. Decir
porque elige el nombre de esquizofrenia.
Bleuler plantea que el termino demencia precoz, no es apropiado para describir dicha
enfermedad, ya que nombra mas a la enfermedad que al enfermo. Ademas remarca que por
un lado esta no siempre comienza a una edad temprana (precoz) y por otro lado no todos los
casos terminan en una alteración profunda de las facultades mentales (demencia). Es por esto
que plantea el termino esquizofrenia, el cual da cuenta de una esicion de la personalidad, de
un desdoblamiento de las funciones psíquicas. Los sintomas fundamentales consisten en
trastornos asociativos, afectivos, predilección por la fantasia en oposición a la realidad y la
tendencia a aislarse de la realidad (autismo) y la ambivalencia.
Describiremos ahora los trastornos asociativos: El sujeto presenta una prisa en el pensar, no
puede dejar de pensar, acumula pensamientos, presenta fuga de ideas, tiene que expresar
todo lo que piensa, se da el fenómeno de obstrucción o blocking en el cual el curso del
pensamiento se ve interrumpido bruscamente y se retoma por cualquier lado. Se producen
asociaciones en cuanto al sonido, hay hilos aislados de pensamiento, el mismo se vuelve
ilógico, tienden a aferrarse a una idea la cual repiten constanemente y también hay
condensación de ideas.
G
1-Definir locuras pasionales y relacion con los delirios de serieux y capgras
Plantea que las psicosis pasionales están constituidas por un postulado ideo-afectivo inicial
generado por la pasión. Diferencia de esta manera la paranoia de las psicosis pasionales,
diciendo que en estos últimos sin el elemento de pasión no llegaría a constituirse el delirio.
Plantea que el delirio de interpretación puede entenderse tal como lo formulan Serieux y
Capgras, pero plantea que el delirio de revindicacion debe ser ubicado en lo que el denomina
locuras pasionales, ya que el nucleo de dicho cuadro no se haya en lo ideativo ni en lo
razonante sino en lo pasional. Osea que si se pudiera quitar dicho núcleo el delirio
desaparecería.

2-3 tiempos del edipo. Lugar de la madre, ninio,padre,falo

3-Nocion de cuerpo para el psa y relacion con los 2 efectos del lenguaje
El cuerpo para el psicoanálisis es un cuerpo erógeno, es una construcción, no esta dado de
antemano y su organización cambia a través del tiempo. En un primer momento tenemos lo
que Freud denominó autoerotismo, en el cual no hay un yo constituido como tal, esto es la
satisfacción anarquica de las pulsiones, en este momento el cuerpo esta fragmentado y, su
satisfacción esta suspendida, filtrada, solo se satisface parcialmente y esto se debe al primer
efecto de la estructuración del lenguaje, el cual es la fragmentación, lo cual es una
consecuencia de la operación que Freud denominó, identificación primaria, la alienación del
sujeto al significante proveniente de la demanda del Otro primordial, desde el “poder absoluto

89
materno”. Esto altera profundamente la naturalidad del organismo, produce una alienación
simbolica, que impide el encuentro con el objeto “a” el cual esta perdido de entrada, puesto
que de existir proveería al sujeto de la satisfacción del instintiva la cual por el mero hecho de
habitar el lenguaje esta vedada. Es decir la satisfacción del humano ya no es del instinto sino
que es pulsional.
En un segundo momento tenemos lo que Freud denomino narcisismo, momento en el cual se
constituye el yo. Para que esto ocurra es necesario un nuevo acto psíquico que unifique las
pulsiones, Lacan denomino a esto, estadio del espejo, momento en el cual el yo se constituye
a través de la identificación con la imagen alienante del semejante, esto unifica parcialmente
las pulsiones, y crea en el sujeto la ilusión de unidad. Esta unificación del cuerpo es también
un efecto del lenguaje ya que si bien en un 1er momento hay un corte que fragmenta, en un
2do momento hay un corte que unifica, esta operación es la castración. Lacan destaca que si
bien esta unificación se da en el plano de lo imaginario, requiere de un soporte simbolico, de
Otro que lo sostenga frente al espejo y le garantice que ese que esta allí frente al espejo es el.
A esta instancia la denomino Ideal de Yo y a dicha imagen amable que se le ofrece al yo para
que se identifique, yo ideal.

En Tótem y Tabú, Freud explica el mito de la horda primitica para luego relacionarlo con el
complejo de edipo. Este mito explica que en la antigua horda, el único que se acostaba con las
mujeres de la tribu era el padre, quien era celoso de ellas y no permitía que sus hijos tengan
relaciones sexuales con ellas. Los hermanos se unieron para matar a su padre y luego
comerselo (Banquete totémico) para luego poder acostarse con las mujeres. El problema
existió cuando entre ellos comenzaron a luchar por el puesto del padre, matándose entre si, lo
que suponía el fin de la tribu. A partir de esto, surgió la ley de prohibición del incesto la cuál
postula: No matarás a tu padre y no reintegrarás tu producto. De este mito, se puede inferir
que la ley adviene a posteriori, es decir, una vez muerto el padre. Por lo tanto, la ley del padre
tuvo eficacia a nivel simbólico. Lacan explica que la importancia del padre no reside en si el
padre está presente o no en la escena familiar, si es un padre bondadoso o cruel, lo que
importa del padre es la función que tenga a nivel simbólico, es decir, su lugar en el complejo
de Edipo. Durante los tres tiempos del complejo de Edipo, la metáfora paterna se despliega en
forma diacrónica, es decir, a través de esos tres tiempos que son lógicos, no cronológicos. La
misma explica que gracias a que el significante Deseo de Madre ha sido reemplazado por el
significante Nombre del Padre, se da lugar a la significación fálica "lo que mi madre desea es
el falo", esto quiere decir que la falta estructural producida por la entrada al lenguaje ha
quedado significada como castración. En la metáfora paterna lo que el nombre del padre
inscribe en la estructura es la articulación de deseo y ley. Inscribe la ley porque proscribe a la
madre como objeto de amor, y la articula al deseo porque a partir de ahora "el niño tiene los
títulos en el bolsillo" para ir a buscar a una mujer que no sea su madre. Es decir, permite la
salida exogámica, todo esto a partir de que el niño puede identificarse simbólicamente con su
padre que es el que en el tercer tiempo tiene el falo. En conclusión, la metáfora paterna no
inscribe la falta porque esta ya ha sido inscripta antes por estructura: lo que hace la metáfora
paterna gracias a la instauración del nombre del padre es significar fálicamente esa falta
estrucutural, a partir de este momento es que esa falta es un motor del deseo. Es decir, "se
vuelve a perder lo que ya se ha perdido". Si el sujeto se constituye como un ser deseante,
tiene a su disposición lo que Lacan denomina "Carretera Principal". La carretera principal es
una vía de comunicación puramente humana que sólo a podido ser instaurada a partir de que
el nombre del padre ha sido inscripto en la estructura, funcionando este como "una carretera
principal hacia la relación sexual con una mujer": el nombre del padre es una carretera
principal que guía el deseo del sujeto. Si el sujeto no fuese un sujeto deseante, el significante

90
"ser padre" no estaría inscripto porque para poder ser padre se necesita ubicar a un hijo en el
lugar del falo, es decir, aquello que simbólicamente se busca para taponar la falta originaria.
Paranoia: Instalacion de un sistema delirante, duradero e imposible de quebrantar, que se
impone con una conservación completa de la claridad, orden del pensamiento, voluntad y la
acción. Toma como mecanismo fundamental el delirio de referencia (significación personal) y
las ilusiones de la memoria. Es de mecanismo interpretativo, es decir interpretación errónea
de percepciones correctas, y hace sistemas es decir que hay una estructura interna coherente.
El paranoico se mantiene estable con el paso del tiempo, sus facultades mentales no se ven
alteradas.

2017

2017

91
2016

1) definir paranoia de kraepelin en el texto "la locura sistemática", tomar un caso y argumentar.
explicar a que escuela pertenece kraepelin segun bercherie.
2) explicar la siguiente frase de freud que el yo no esta de entrada, sino q debe ser constituido,
relacionarlo con el estadio del espejo de lacan y los dosefectos del lenguaje.
3)tenias dos preguntas, había q elegir una.
a) definir imaginario y simbólico de lacan. insistencia de lo simbólico, resistencia de lo real.
b) la carretera principal de lacan rel con el padre de la horda

2015

1) Elija un caso del texto de Kraepelin ''Lección III - Demencia Precoz'' y justifique su diagnóstico
diferenciando síntomas basales y síntomas accesorios.
Del texto de Kraepelin ''Locura Maniaco Depresiva'' lección IV tome el tercer caso del jóven de 19
años y explique porque el autor lo clasifica como maniaco depresivo, y no como demente precoz.
Siguiendo este recorrido, ¿Porque Kraepelin es el representante de la clínica diacrónica? Nombrar
ambas clínicas y sus diferencias

2)¿Por que Freud dice que el yo se constituye y no viene dado desde el inicio? (Decía esto pero
con una cita de Freud). Articular con lo que propone Lacan, el estadio del Espejo y los dos efectos
del lenguaje.

3) Una cita de Lacan. Y decía: explique la metáfora paterna, ¿que antecedentes hay de este lugar
del padre en Freud? ¿Como retoma y lee esto Lacan?

El parcial era a libro abierto (con los textos obligatorios, sin resúmenes ni apuntes de clase.
Duración: dos horas)

2014

92
- Explicar las principales características de los 3 registros (Simbólico, imaginario y real) en la enseñanza
de Lacan de los '50. Desarrolle la articulación de dos de ellos.
2- Explique cuáles son los criterios con que Kraepelin constituye su nosografía. Ejemplifique
desarrollando el diagnóstico diferencial entre paranoia y demencia precoz.
3- Explique la articulación entre las nociones freudianas de yo ideal e ideal del yo a partir del aporte de
Lacan sobre el estadio del espejo.

93

Anda mungkin juga menyukai