CITA SUGERIDA:
Zemaitis, S. (2013). El tratamiento social del cuerpo: Contribuciones de Pierre Bourdieu
como sociólogo de la educación [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional
de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria
Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.885/te.885.pdf
TESIS DE LICENCIATURA
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Indice
Agradecimientos ……………………………………………………..…………………3
Presentación …………………………………………………………………..…………6
Introducción…………………………………………………………………………..….7
Capítulo II: Valores hechos carne: hexis corporal, pedagogía implícita y violencia
simbólica
1. La doble objetividad…………………………………………………………………23
2. Origen de la categoría de hexis corporal…………………………………………….26
3. Crítica a las filosofías de la conciencia: el conocimiento por cuerpo……………….28
4. Pedagogía implícita: la socialización del cuerpo…………………………………….31
4.1 Mimesis……….…………………………………………………………………....32
5. La violencia simbólica……………………………………………………………....34
5.1 La violencia simbólica atraviesa la institución escolar………………………….…34
5.2 La violencia simbólica atraviesa los cuerpos……………………………………....35
5.3 La naturalización de lo social……………………………………………………...36
5.4 El punto de vista de los dominados………………………………………………..37
A modo de cierre……………………………………………………...……………….52
Bibliografía……………………………………………………..………………………54
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Agradecimientos
A mis viejos: Alicia y Héctor, por enseñarnos siempre a pensar el mundo de otro
modo… por enseñarnos el sentido político de la conciencia social… Sin el
acompañamiento material, simbólico e ideológico de toda la vida y sin la compañía de
ellos dos, esta tesina nunca podría haber sido escrita, y porque sí…porque me sobran
razones…
A mis hermanas Mariana y Luciana, y a mi cuñado Gonzalo por la paciencia más allá de
los años…
A Claudia Bracchi, por haberme dado la oportunidad de tener mis primeras experiencias
laborales en el sistema educativo desde la Dirección Provincial de Educación
Secundaria de la provincia de Buenos Aires y por ser un ejemplo para quienes estamos
empezando el camino por el mundo de la educación (en su práctica y reflexión), por su
transparencia y admirable humildad…
A María Inés Gabbai, por haber confiado en mí desde un principio, allá por el 2008 en
la cátedra de Sociología de la Educación (FAHCE-UNLP), junto a ella tuve mis
primeros pasos por la docencia universitaria e en la indagación por los problemas
socioeducativos. Por haber aceptado dirigir este trabajo, por su apoyo constante y
desinteresado y por compartir sus conocimientos y basta experiencia…
-3-
madrugadas, por invitarme a la reflexión a pensar otras formas de existencia posible y
por apoyarme y alentarme durante la escritura de esta tesis…
A todos los estudiantes y docentes que transitan las instituciones educativas, por estar,
por confiar en la escuela y sobre todo por resistir…
Y por último, a todos aquellos - jóvenes especialmente- que se animan a romper con el
cuerpo esperable, deseado, legítimo. En fin, a todos los que se ríen de los cánones de
`belleza´ y `normalidad´, gracias a ellos conocí un mundo llamado cuerpo…
-4-
A mi sobrinito Bruno.
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Presentación
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Introducción
Tanto el concepto de “cuerpo” como el de “hexis corporal” permiten dar cuenta del
moldeamiento de los cuerpos por los trabajos realizado según la clase social y estratos
de clase de pertenencia, es decir lo social hecho carne. Sus análisis también dieron
cuenta la dimensión simbólica del cuerpo, es decir la mirada social que está puesta en
los agentes, deslegitimando y descalificando a aquellos que no porten una forma
corporal legítima, dentro del mercado de los intercambios simbólicos. Esto se da
-7-
siempre en relación con el cuerpo hegemónico, es decir, legítimo y legitimado por los
grupos dominantes capaces de imponer sus significados a través de la violencia
simbólica y de los dominados aceptando su descrédito, inferioridad o valía social.
Entenderemos estos procesos, como mecanismos sociales de producción y reproducción
de las desigualdades materiales y simbólicas y cómo la institución escolar funciona
muchas veces reproduciendo tales significados de origen social.
Los proyectos de investigación del cual formo parte1 son de carácter multidisciplinar y
estudian, en el seno de la universidad pública, las violencias en el espacio escolar. El
propósito es avanzar hacia una sociología de las violencias en el sistema educativo en el
marco de una sociología de las desigualdades escolares. Los debates acerca de la
socialización y la subjetivación han adquirido en la actualidad un impulso innegable en
la investigación socioeducativa. Junto con la existencia de constricciones externas, se
torna necesaria la comprensión profunda de las consecuencias personales que han tenido
las transformaciones culturales del nuevo capitalismo para dar cuenta de quiénes son y
cómo son nominados los jóvenes alumnos que habitan hoy las instituciones escolares.
1
“Los sentidos de la escuela para los jóvenes. Relaciones entre desigualdad, violencia y subjetividad”.
Financiado en el marco de la Programación Científica UBACyT 2011-2014, N° de Resolución: 2657.
Financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires. Proyectos de
Investigación Científica o de Innovación Tecnológica. Programación Científica 2011-2014. Con sede en
el Instituto de Investigación en Ciencias de la Educación. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de
Buenos Aires. Periodo 2011-2014, bajo la dirección de la Dra. Carina Kaplan, “Inclusión, trayectorias y
estigma. Testimonios de jóvenes de los Centros de Escolarización Secundaria para Adolescentes y
Jóvenes (CESAJ) de la Provincia de Buenos Aires". Programa de Reconocimiento Institucional de
Equipos de Investigación 2010-2012. Período 2010-2012. N° de Resolución: 1380. Secretaría de
Investigación y posgrado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Con sede en el
Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
Buenos Aires. Director: Prof. Orlando L. Ojeda. Investigador y el proyecto: “Desigualdad, violencias y
escuela: dimensiones de la socialización y la subjetivación”. Financiado en el marco de la Programación
Científica UBACyT (F014), N° de Resolución: 573. Financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de
la Universidad de Buenos Aires. Proyectos de Investigación Científica o de Innovación Tecnológica.
Programación Científica 2008-2010. Con sede en el Instituto de Investigación en Ciencias de la
Educación. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. Periodo 2008-2010, bajo la
dirección de la Dra. Carina Kaplan.
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efectos simbólicos. El resultado de mi participación en diferentes instancias del trabajo
de campo (entrevistas en profundidad y grupos focales) más el intercambio colectivo, ha
permitido la producción de diferentes reflexiones escritas en relación a las marcas
simbólicas del cuerpo, dentro de la taxonomía de “alumno violento” por parte de los
estudiantes secundarios2. Mi interés particular es avanzar en este último punto a partir
de la indagación del lugar del “habito corpóreo” en la producción de dichas taxonomías.
Para ello la presente tesina tiene como propósito profundizar en la conceptualización de
la categoría teórica de cuerpo o hexis corporal trazando un recorrido a lo largo de sus
obras fundamentales.
2
Nos referimos a los siguientes trabajos: Zemaitis, S. y Schiano di Schecaro, G.: “El estigma del alumno
violento y los efectos de destino. Reflexiones sobre los jóvenes y los cuerpos en el espacio escolar”. VI
Jornadas de Sociología “Debates y perspectivas sobre Argentina y América Latina en el marco del
Bicentenario. Reflexiones desde las Ciencias Sociales”.Organizado por el Departamento de sociología de
la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. La Plata, 9 y 10 de diciembre de 2010. Y
Zemaitis, S. y Schiano di Schecaro, G.: “Y por la cara me doy cuenta. Reflexiones sobre la construcción
simbólica del joven violento”. II Jornadas de Investigadores en Formación. Organizado por el Instituto
de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Realizado los
días 29 y 30 de Noviembre del año 2010 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y Eyharchet, J. B,
Schiano di Schecaro, G., Zemaitis, S., (2011) “Cuando las apariencias engañan. Imágenes, marcas y
percepciones del otro como violento en la escuela secundaria”. Revista: Novedades Educativas. Año 23/
nº 247, Julio 2011. Pág. 36-39. Sin Referato Nacional. ISSN: 1667-7811.
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CAPITULO 1
Pierre Bourdieu como sociólogo de la educación en el
marco de una sociología de la cultura
“La ceguera frente a las desigualdades sociales condena y autoriza a explicar todas las
desigualdades-particularmente en materia de éxito educativo- como desigualdades naturales,
desigualdades de talentos”
3
Kaplan. C. y Llomovatte, S. “Revisión del debate acerca de la desigualdad educativa en la sociología de
la educación: la reemergencia del determinismo biológico” En: Kaplan, C. y Llomovatte, S. (Coord.)
Desigualdad educativa. La naturaleza como pretexto, 2006, Noveduc. Buenos Aires, Argentina.
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sociedad en relación con las instituciones educativas conformaban el campo de la
sociología de la educación desde el paradigma funcionalista-estructural. Siguiendo a
Karabel y Halsey (1976) en esta perspectiva, “la educación constituye un medio para
motivar a los individuos de modo que se conduzcan en formas apropiadas para
mantener a la sociedad en estado de equilibrio”4. Junto con este enfoque, también han
estudiado la relación entre sociedad y sistema educativo las teorías del capital humano
y el empirismo metodológico. Estos tres enfoques que abren paso a las investigaciones
dentro del campo socioeducativo, son conceptualizados por Karabel y Halsey (1976)
como las teorías del consenso en educación, en tanto las mismas consideran a la
educación como un proceso para la conservación de las estructuras de la desigualdad.
La educación es considerada como factor de integración social y de adaptación
individual a las estructuras desiguales de la sociedad. En estas teorías no se ponen en
cuestión los conflictos, la dinámica y los movimientos de la sociedad. Lo que nos
interesa destacar de estos enfoques del consenso, son sus supuestos de base en relación
a los sujetos y las instituciones de socialización como es el caso de la escuela.
Siguiendo a Ana María Brigido (2006) la escuela, dentro del programa de la sociología
del consenso cumple dos funciones principales: “(i) transmisión de una cultura (…)
función básica de socialización de los individuos en las actitudes, creencias, normas y
valores propios de una sociedad (…) para la legitimidad del orden social existente. Y
por otro lado: “(ii) entrenamiento para el ejercicio de roles. Es decir, prepara a los
individuos para incorporarse en la división funcional del trabajo”5.
Los hitos históricos de esta corriente del consenso pueden situarse en la década de los
60. Algunas obras que se destacan son: Equality of Education Opportunity, donde se ha
estudiado la relación entre la distribución de los recursos educativos y sus efectos sobres
el desempeño y alcances de los estudiantes blancos y negros en los EE.UU. Así también
se encuentra The american Occupational Structure. Esta investigación se encargó de
estudiar el problema de la movilidad social en diferentes generaciones. En ninguna de
las dos obras se hace un cuestionamiento al rol que ocupa la educación en relación a la
desigualdad educativa y siguiendo la hipótesis de Kaplan y Llomovate, “estos trabajos
vienen a responder a los requerimientos de la posguerra de la Segunda Guerra
4
Karabel, J. y Halsey, H. “La investigación educativa: una revisión e interpretación”. En: Karabel, J. y
Halsey, H. Poder e ideología en educación, Nueva York, Oxford, 1976, University Press. Pág. 9.
5
Brigido, A. Sociología de la educación, Brujas, Córdoba, 2006, Pág. 35.
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Mundial acerca de la importancia de lograr la mayor eficiencia económica y social en
el gasto educativo, y por ende en la identificación y entrenamiento de los “talentos” en
la sociedad”6.
Otras obras que parecen representativa de este paradigma son las de Blau y Duncan en
1967 y de Coleman, que siendo coherentes ideológicamente con las teorías del capital
humano, han estudiado cuantitativamente el problema de la desigualdad en los EE.UU
pero sin arribar a conclusiones seguras y nuevamente no se hace cuestionamiento del
papel de la educación en sociedades de desigualdad. Ambas investigaciones
contribuyeron a sustentar la mirada meritocrática de la educación7. En 1966 se publica
el Informe Coleman, en el mismo se estudió a estudiantes de diferentes orígenes
socioeconómicos y étnicos quienes asistían a escuelas con ofertas y recursos
pedagógicos diferenciales (docentes, materiales didácticos, etc.) y se estudio el
rendimiento académico en cada caso. De forma sintética podríamos decir que el
informe, que tuvo gran impacto académico, descarta la posibilidad de influencia de la
escuela y por ende de la política educativa general, reforzando así la hipótesis de la
responsabilidad individual por el fracaso escolar8. Vale aclarar en este punto que
siguiendo los argumentos de Kaplan y Llomovatte con el advenimiento de la década de
los 90 y hasta la actualidad, hay una reemergencia de los discursos deterministas, las
formas de explicar el éxito o fracaso de los sujetos tanto en la vida escolar como en la
vida social, se hace con argumentos que, sostenidos desde disciplinas como la biología
y la genética, “postulan y justifican las jerarquías y desigualdades de los individuos y
grupos”9.
- 12 -
relaciones entre las fuerzas y las relaciones sociales de producción para encontrar una
clave para el análisis de los sistemas educativos10. Este enfoque entiende a la sociedad
como un lugar conflictivo, constituida por clases antagónicas, donde las instituciones
educativas, más que favorecer la adaptación de los individuos a la sociedad, cumplen
por el contrario la función de reproducción y perpetuación de las desigualdades sociales
dentro del sistema escolar. La explicación de la desigualdad educativa y social, ya no
estará centrada en el individuo, sino en las estructuras sociales y en la desigual
apropiación de bienes simbólicos y materiales, efecto de la desigualdad social, producto
del sistema de producción capitalista. Estas teorías van a cuestionar aquellos postulados
que culpabilizan al individuo de su éxito o fracaso social y/o escolar. Se destacan dentro
de estas teorías, las investigaciones y los aportes fundamntealmente de autores como
Collins11, Bowles y Gintis12 y Baudelot y Establet 13.
Los estudios de Randall Collins, desde los EE.UU se ubican en la vertiente más
weberiana de las teorías del conflicto. El autor sostiene que el desarrollo de la
educación, responde a los grupos de status en búsqueda de poder y prestigio. La función
social de la educación será la de transmitir los componentes y códigos culturales de esos
grupos, definiendo no sólo quienes están dentro de esos grupos de status sino también
para perpetuar tales posiciones14. Los economistas de la educación, Samuel Bowles y
Herbart Gintis con su investigación también sobre el sistema educativo norteamericano,
publicada por primera vez en los primeros años de la década del 70, avanzan sobre la
llamada “teoría de la correspondencia” en la sociología de la educación. En este trabajo
muestran que la escuela americana tiene una estructura estratificada, similar a la de las
fábricas, y desarrolla en los hijos de los obreros las aptitudes necesarias para acatar las
órdenes definidas desde las jerarquías, mientras que los hijos pertenecientes al sector
burgués reciben una adecuada formación para desempeñarse en los cargos gerenciales
de las empresas. Por su parte, publicada por primera vez en 1976 e inspirada en la visión
del Althusser, la investigación francesa de Baudelot y Establet, sobre el sistema
educativo francés muestra que, bajo las apariencias de escuela única, se dan en Francia
10
Op. Cit. Karabel, J. y Halsey, H., 1976.
11
Collins, R. The credential Society, Academic Press Inc., 1979, Londres.
12
Bowles, S. y Gintis, H., La instrucción escolar en la América capitalista, Siglo XXI Editores, 1983,
México.
13
Baudelot, C. y Establet, R., La escuela capitalista, 1990, Siglo XXI Editores, México.
14
Op. Cit. Brigido, A, 2006.
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dos redes de escolarización diferentes, una destinada a los hijos de obreros (la red
primaria profesional) que prepara para los trabajos manuales y los puestos de menor
jerarquía en la producción y otra, destinada a los hijos de la burguesía (red secundaria
superior) que prepara para los cargos de mando y gerenciales.
Es junto con estas investigaciones de corte crítico donde emergen los aportes de Pierre
Bourdieu como sociólogo de la educación, específicamente en su producción, junto a
Jean-Claude Passeron de Los herederos. Los estudiantes y la cultura (1964) y La
reproducción. Elementos para una teoría del sistema educativo (1970). Ambas
investigaciones y posteriores reflexiones en diversos artículos discutirán sobre los
determinismos, innatismos o racismos y otras explicaciones de tinte meritocrática sobre
la desigualdad. Su esfuerzo radica en develar y denunciar el papel reproductor del
sistema educativo francés, poniendo en tensión origen social y éxito escolar, colocando
a la cultura de los estudiantes y la cultura impartida por la institución escolar en el ojo
de la cuestión.
El esfuerzo hecho por los autores en Los herederos, es establecer relaciones entre
el sistema educativo universitario y las prácticas culturales de sus estudiantes para poder
demostrar cómo las instituciones educativas actuaban de modo predominante otorgando
títulos y reconocimientos educativos a quienes pertenecían a situaciones culturales,
sociales y económicas privilegiadas y con esta acción, legitimaban y reforzaban las
desigualdades sociales de origen, explicándolas como diferencias de naturalezas o
inteligencias. El interés de los autores por meterse en lo oculto del entramado del
sistema de dominación dentro de la institución universitaria, precisamente proviene de
intentar explicar los mecanismos mediante los cuales los estudiantes producían una
mirada sobre ellos mismos; para el caso de los elegidos, la justificación de sus
trayectorias y posibilidades, en cambio para los perjudicados, aceptación sumisa de su
situación. Esto es posible aunque como afirman los autores, la condición de estudiante
es una, unifica y unificadora15. Sin embargo, la forma de vivenciar, atravesar y tener
15
Bourdieu, P. y Passeron, J.C. Los herederos. Los estudiantes y la cultura, Siglo XXI, Buenos Aires,
2009, Pág. 27.
- 14 -
expectativas dentro de las instituciones educativas es diversa y dependiente del origen
social de los mismos:
“[…] la conciencia de que los estudios (y sobre todo algunos) cuestan caro y
que hay profesiones a las que no es posible dedicarse sin un patrimonio, la
desigualdad de la información sobre los estudios y sus perspectivas futuras,
los modelos culturales que relacionan ciertas profesiones y ciertas elecciones
educativas (por ejemplo el latín) con un medio social, finalmente la
predisposición, socialmente condicionada, a adaptarse a modelos, a reglas y a
valores que gobiernan la institución, todo ese conjunto de factores que hacen
que uno se sienta en “su lugar” o “desplazado” en la institución y lo que se
percibe como tal, determinan aun en el caso de que se aparta de aptitudes
iguales, un porcentaje de éxito educativo desigual según las clases sociales
[…] se trate de instrumentos intelectuales, de hábitos culturales o de
ingresos”.16
Así, en el sistema educativo, tal como lo describen los autores, conviven los hijos de las
familias de elite con los hijos de las familias menos favorecidas: todos en su condición
“igualitaria” de estudiantes. Los primeros no vivenciarán nada desconocido en su paso
por las instituciones escolares, en tanto que “la cultura de la elite está más próxima a la
cultura educativa del niño proveniente del medio pequeñoburgués no puede sino
adquirir laboriosamente lo que le está dado la hijo de clase cultivada, el estilo, el
gusto, el espíritu, en resumen, ese savoir faire y ese savouir vivre que son naturales a
una clase, porque son la cultura de esa clase”17. Esta idea sea quizás el gérmen para las
construcciones conceptuales posteriores de habitus y capital cultural.
16
Idem. Pág. 28.
17
Idem. Pág. 41.
18
Bourdieu, P. y Passeron, J.C. La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza,
Fontamara, México, 1998. Pág. 46.
- 15 -
Como veremos más adelante el concepto de violencia simbólica se irá complejizado en
el desarrollo de investigaciones posteriores de Bourdieu. En lo que respecta en estos
estudios sobre el sistema escolar en Francia, este concepto está referido específicamente
a dar cuenta de los mecanismos internos de las instituciones escolares, como forma
posibilitadora de la reproducción de las desigualdades sociales. Así, la escuela logra
imponer arbitrariamente significados válidos y legítimos, haciendo desconocer las
relaciones de fuerza que se ocultan en ese proceso. Es la arbitrariedad cultural, es decir
la imposición de una única forma legítima de cultura (como ser el lenguaje,
determinados saberes, visiones del mundo) el producto final de las relaciones de
fuerzas que se desarrollan al interior del ámbito escolar. Especialmente se impone aún
más hacia aquellos estudiante provenientes de los sectores populares o en otras palabras,
para aquellos que no tienen un capital cultural familiar reconocido por la escuela. La
legitimación de una cultura tiene efectos en tanto logra imponerse como la única válida,
verdadera. Esta imposición es parte esencial del sistema de dominación vigente en una
época determinada como así también opera como forma de distinción entre los grupos
sociales. “Cultura escolar” y “orden social” están en íntima relación si de los
mecanismos de la reproducción social se trata, así lo dejan en claro los autores hacia el
final de la investigación afirmando que:
19
Ibid. Pág. 252-253.
- 16 -
Pierre Ansart (1990) define al término “capital” utilizado en el lenguaje de Bourdieu,
como toda energía social susceptible a producir efectos y como toda energía utilizada a
modo de instrumento en las competencias sociales20. Si bien este concepto proviene de
las ciencias económicas y dentro de las ciencias sociales particularmente fue impulsado
por Karl Marx, sin embrago dentro del estructuralismo genético de Bourdieu, esta
categoría de análisis se aleja del aspecto económico de las relaciones sociales como una
forma determinante de la estructuración social. Lo que interesa a Bourdieu es mostrar
cómo la cultura actúa como capital económico en el mercado capitalista. Así como
existen desigualdades económicas, al mismo tiempo se da la desigual distribución de
bienes culturales.
Este tipo de capital existe en tres estados o formas, a saber: (i) incorporado, (ii)
objetivado e (iii) institucionalizado. El primero refiere al hecho que la acumulación de
capital está ligada al cuerpo y por tanto supone una incorporación. Este proceso implica
entonces procesos de inculcación más o menos inconsciente e implica también una
inversión del tiempo del agente. Este capital se transmite, se hereda desde el seno
familiar y se vuelve permanente en tanto estructura duradera del agente, “es una
22
propiedad hecha cuerpo devenida parte integrante de la “persona”, un habitus . En
síntesis, refiere a las disposiciones duraderas del organismo.
La segunda forma que adquiere el capital cultural es material, es decir que se refiere a la
existencia de objetos o bienes tales como: cuadros, libros, máquinas, instrumentos, etc.
Ahora bien, Bourdieu advierte que para poseer estos bienes materiales culturales es
20
Ansart, P. Las sociologías contemporáneas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1990.
21
Bourdieu, P. Las estrategias de la reproducción social, Siglo XXI, Buenos Aires, 2011. Pág. 213.
22
Ibid. Pág. 215.
- 17 -
necesaria la posesión de capital económico, sin que esto implique necesariamente la
apropiación –en términos simbólicos- de ese bien por parte del agente. Para el uso o
manejo de tales bienes es necesario el capital incorporado, es decir la predisposición o
incorporación del uso de esos bienes. Por último, la tercera forma refiere al capital
cultural expresado en términos de títulos escolares o académicos. Esta forma “[es] un
acta de competencia cultural que confiere a su portador un valor convencional
constante y jurídicamente garantizado respecto de la cultura”23. Esta forma de capital
se tensiona y hace competir a los agentes dentro de un mercado determinado (por
ejemplo el escolar).
23
Ibid. Pág. 219.
24
Tovillas, P., Bourdieu. Una introducción. Pensamientos Locales, Buenos Aires, 2010. Pág. 53.
25
Op. Cit. Bourdieu, 2011. Pág. 221.
- 18 -
“Toda especie de capital (económico, cultural, social) tiende (en
diferentes grados) a funcionar como capital simbólico (de modo que
tal vez valdría mas la pena hablar, en rigor, de efectos simbólicos del
capital) cuando obtiene un reconocimiento implícito o práctico, el de
un habitus estructurado según las mismas estructuras que el espacio en
que se ha engendrado”26.
Más adelante retomaremos este concepto dado que está relacionado con el problema del
tratamiento social de los cuerpos ya que, según Bourdieu, el capital simbólico tiene
beneficios de distinción; y por tanto está en íntima relación con marcas distintivas de los
agentes sociales como lo son el cuerpo, la vestimenta, el buen habla, los buenos
modales, etc. Estas características marcadas socialmente funcionan (a partir de la
estructuración de los otros capitales) como símbolos de distinción social mediados
socialmente como signos naturales y naturalizados, retraduciendo las diferencias
económicas en marcas distintivas, signos de distinción o estigmas sociales. Luego se
retomara esta cuestión.
A partir de la amplitud que presenta este concepto- ya que se habla de formas o tipos de
capitales- se puede comprender mejor la estructuración del espacio social en tanto
espacio de posiciones de los agentes sociales estructurado objetivamente por la desigual
distribución de los capitales. La posición que los agentes sociales ocupan dentro del
espacio social, dependerá de dos principios fundamentales: capital económico y capital
cultural. La distribución espacial se dará por: el volumen global de estos dos y por la
estructura -es decir el peso relativo-de todo ese capital. Así los agentes a partir de estas
posesiones, ocuparán distintas posiciones, que tendrán como resultado las disposiciones,
es decir los habitus. Esta es una categoría central en el pensamiento y en su empresa
teórica. No se puede comprender su obra de forma global si no se comprende antes la
definición y función heurística que éste le ha atribuido al concepto de habitus. El autor
define a los habitus como: “(…) estructuras estructurantes, esquemas clasificatorios,
principios de clasificación, principios de visón y de división de gustos, diferentes.
Produce diferencias, operan distinciones entre lo que está mal y lo que es distinguido y
lo que es vulgar, etc.”27. En los capítulos siguientes se especificará cómo la dimensión
corporal o hexis corporal funciona como una de las dimensiones de los habitus.
26
Bourdieu, P. Meditaciones pascalianas, Anagrama, Barcelona, 1999. Pág. 319.
27
Bourdieu, P. Capital cultural, escuela y espacio social, Siglo XXI, Buenos Aires, 2008, Pág. 32.
- 19 -
Así, retomando la hipótesis del capital cultural, en relación al éxito y fracaso escolar,
quedaría expresada del siguiente modo: se genera para una determinada parte del
alumnado, un choque entre el capital cultural familiar y el capital cultural escolar. La
institución escolar deslegitima las formas culturales de los estudiantes provenientes de
las clases populares, ya que en su interior imparte un capital cultural perteneciente a la
ideología dominante, desde lenguajes, formas de hablar, de comportarse, otros de
aspectos más simbólicos, como las formas de ver y de pensar el mundo. La escuela
enseña y transmite un patrón cultural que no coincide con las estructuras subjetivas de
los estudiantes (habitus). Por el contrario, aquellos que tienen los mismos códigos que
maneja la escuela serán los exitosos, ya que no habrá distancia alguna entre los habitus
escolares y los correspondientes al origen social de este estudiantado. Para que un orden
social se reproduzca no solo basta con que se garanticen las condiciones económicas
desiguales de producción sino que al interior del sistema social también se llevan a cabo
prácticas – implícitas o explícitas- contribuyendo al proceso de reproducción.
Para Bourdieu, todos somos portadores de un capital cultural, desde que nacemos
estamos expuestos a formas de pensar, de actuar, y este proceso espontáneo queda
disimulado como una propiedad heredada, socialmente y aparece como un modo
innato. Esos modos de pensar, de actuar se naturalizan y aparecen ante nosotros
mismos como un producto inevitable y justamente no es así. En este sentido, el autor
sostiene que la cultura es una forma de capital y establece una diferenciación entre los
sujetos en la medida en que estos incorporen ciertas prácticas y conocimientos
considerados legítimos y de mayor jerarquía. Si el capital cultural es susceptible de ser
acumulado, significa que se encuentra desigualmente distribuido28.
3. La categoría de habitus
28
Kaplan, C., Talentos, dones e inteligencias.El fracaso escolar no es un destino, Colihue, Buenos Aires,
2006.
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generador29 sobre todo si se toma su acepción antigua como veremos más adelante.
Este es un aspecto relevante que Bourdieu destaca en El sentido práctico. Alli se define
al habitus como un
Como sabemos, los habitus son producto, ante todo, de la socialización familiar. Allí se
inculcan las inclinaciones, esas disposiciones en tanto modos de pensar, comprender y
vivenciar el mundo. El trabajo de incorporación de un sujeto al mundo hace que tanto los
valores como actitudes y acciones sean incorporadamente desde el momento del
nacimiento, hace que tales visiones del mundo, sean naturales y naturalizadas. Podríamos
decir que la socialización no es más que la estructuración de los esquemas y estructuras
que formaran al habitus. Las disposiciones comienzan a gestarse desde los primeros
momentos en el mundo. Por ello, el habitus implica necesariamente una dimensión
histórica del individuo. Son inclinaciones que quedarán en estado permanente -durable-
por ser el producto de la trayectoria de prácticas y acciones incorporadas. El habitus es en
estado presente el conjunto o la suma de toda esa historia individual. Pero también es de
naturaleza social ya que el mismo dependerá de la posición social que ocupa el medio
familiar en la estructuración del espacio social- esto, a partir de la posesión del capital
global -. A partir de allí se da la toma de posición que no es ni más ni menos que un
punto de vista del agente.
29
Martínez, A. T., Pierre Bourdieu. Razones y lecciones de una práctica sociológica. Buenos Aires,
Manantial, 2007, Pág. 136.
30
Bourdieu, P., El sentido práctico. Siglo XXI, Buenos Aires, 2007, Pág. 86
31
Op. Cit. Martínez, M. T., 2007.
- 21 -
idea que los sujetos o agentes sociales son un mero receptáculo de normas y que las
incorporan sin margen de resistencia o reflexividad, como mero sujetos pasivos. Por el
contrario, al referirse al habitus como estructura se refiere “a un conjunto de principios
de organización del obrar que tienen una sistematicidad que se encuentra en la acción
misma (…) y que está “estructurada”, es decir que es regular, aunque históricamente
constituida”32. En este sentido que sea “estructurante” implica que las disposiciones que
se incorporarán tenderán a reproducirse a sí misma en la misma práctica.
4. A modo de cierre
Entonces ¿Qué lugar tiene la escuela dentro del espacio social? ¿Qué función le
atribuye el autor para la reproducción de las desigualdades escolares y sociales? Estas
preguntas están relacionadas sobre algunos malos entendidos que se han tenido sobre
todo de La reproducción. Reduciendo el razonamiento y las tesis solo al título de esta
investigación, con una premisa final que indica que, la institución escolar reproduce -
mecánicamente-las desigualdades sociales, es decir la distribución desigual del capital
cultural. Para cerrar este capitulo, exponemos un fragmento del prefacio a la reedición
francesa de La Reproducción de 1989 que condensa la esencia de la denuncia de
Bourdieu como respuesta a estos reduccionismos que se han hecho sobre el lugar de la
escuela y la desigualdad:
32
Ibid. Pág. 136
33
Op. cit. Bourdieu, P. 2008, Pág. 109.
- 22 -
CAPITULO 2
Valores hechos carne: hexis corporal, pedagogía
implícita y violencia simbólica
“La fuerza simbólica es una forma de poder que se ejerce sobre los cuerpos,
directamente, y como por magia, fuera de toda presión física;
pero esta magia no opera sino apoyándose sobre las disposiciones depositadas, como resortes,
en lo mas profundo de los cuerpos”
¿Qué relación hay entre habitus y hexis corporal? ¿Cómo entiende Bourdieu la relación
de ambos conceptos dentro de su reflexión sobre la práctica? ¿Cómo in-corporan los
cuerpos los esquemas posturales? ¿Cómo se pueden pensar el tratamiento social de los
cuerpos a través de la violencia simbólica? ¿Qué relación muestra Bourdieu entre el
cuerpo y la violencia simbólica? Estos son algunos de los interrogantes que nos servirán
de guía para este segundo capítulo. Nos proponemos en el presente capitulo a
conceptualizar y relacionar tres conceptos fundamentales de la sociología de
bourderiana: hexis corporal, violencia simbólica y poder simbólico; principalmente a
partir de sus escritos como La distinción (1979), El sentido práctico (1980) y
Meditaciones pascalianas (1997). Antes de avanzar sobre estas cuestiones, creemos
conveniente detenernos en los fundamentos epistemológicos a partir de los cuales,
Bourdieu construye estas y otras nociones primordiales.
1. La doble objetividad
- 23 -
fenomenología constructivista como indica Loïc Wacquant34. Ambas posturas han sido
el fundamento de varias escuelas, enfoques, metodologías y filosofías. Haciendo en el
mundo social una división entre los sujetos por un lado, y por otro lado las estructuras
objetivas, como si una forma determinara a la otra.
34
Wacquant, L. (2005) “Hacia una praxiología social: la estructura y la lógica de la sociología de
Bourdieu”. En: Bourdieu, P. y Wacquant, L. (2005) Una invitación a la sociología reflexiva. Buenos
Aires, Siglo XXI, 2005.
35
Representantes de esta línea y enfoques contemporáneos a Bourdieu serían: Durkheim en El Suicidio,
la lingüística de Sussure, el estructuralismo antropológico de Lévi-Strauss y el marxismo althusseriano
(Idíd. Pág- 31).
36
Op. Cit. Bourdieu, P., 2007.
37
Los principales exponentes de este paradigma serían: Jean Paul Sartre, Erving Goffman, Garfinkel,
Shutz, entre otros. (Wacquant, L. op. cit, Pág. 33)
- 24 -
“Existe una correspondencia entre las estructuras sociales y las estructuras
mentales, entre las divisiones objetivas del mundo social- particularmente en
dominantes y dominados en los diversos campos- y los principios de visión
y división que los agentes les aplican”38.
38
Ibíd. Pág. 36.
39
Op. Cit. Kaplan, C. 2006.
40
Op. Cit. Bourdieu, P. y Wacquant, L., 2005.
- 25 -
campo- y, de paso, por sus relaciones objetivas con las demás posiciones
(dominación, subordinación, homología, etc.)”.41
41
Op Cit. Bourdieu, P. y Wacquant, L., 2005, Pág. 64.
42
Ibid. Pág. 70
43
Ibid. Pág. 161
44
Galak, E. “Mano de obra. El cuerpo en los trabajos etnográficos de Pierre Bourdieu en Argelia”.
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas nº 23, 2009. Disponible en:
http://www.ucm.es/info/nomadas/23/eduardogalak.pdf (Ultima fecha consultada: 2 de Enero de 2012)
45
Ibíd. Pág. 5
- 26 -
Celibato y condición campesina (1962) es uno los primeros escritos donde Bourdieu
comienza a pensar el lugar de lo corporal en las relaciones e interacciones sociales.
Aquí el autor estudia las dificultades de la reproducción social que existe en Béran, su
tierra provincial de origen. Según las estadísticas de la época, las entrevistas y
observaciones que realiza hay una fuerte reestructuración en las configuraciones
familiares. Una sociedad en restructuración como Béarn en ese momento, supuso para
sus habitantes serios problemas para contraer matrimonio. Entre otras transformaciones,
se agudizaba la diferencia entre los pueblerinos y campesinos del lugar; tanto en sus
modos de vida, valores, formas culturales, cambios en el habla, etc. Los primeros eran
quienes recibían además de educación, signos de urbanidad, lo que podría decirse como
signos de “civilización”. Los segundos, por el contrario y por su propia actividad en el
campo, no tenían posibilidades de transitar por otros lugares que no sea su propio
medio. Estas dos diferentes formas o estilos de vida se inscribirían en los cuerpos. Los
mismos revelarían de donde provenía cada quien. Esta diferencia entre los jóvenes de
un lugar y de otro, Bourdieu la observa claramente en un baile de campaña. Allí, los
jóvenes varones campesinos no bailan con las muchachas debido a que no les gusta (en
realidad no saben) bailar, observan a las chicas que nunca tendrán y luego se retirarán46.
Aquí como indica Martínez, la “pesadez” y la “lentitud” en los movimientos corporales
de los muchachos campesinos se debe a sus condiciones de trabajo en el campo y esto
no es, podríamos decir, solidario con las danzas modernas que allí se practicaban,
implicando otro tipo movimiento que ellos no podrían realizar. Allí Bourdieu concluye
que:
“La etnografía espontánea del urbano aprehende las técnicas del cuerpo
como un elemento de un sistema y postula implícitamente la existencia de
una correlación a nivel del sentido, entre la pesadez de la marcha, el mal
corte del vestido, o la torpeza de la expresión; y por otra parte, indica que es
sin duda a nivel de los ritmos que se encontraría el principio unificador […]
del sistema de actitudes corporales características del campesino”47.
Aquí se referencia a las técnicas del cuerpo. El mismo es acuñado por Marcel Mauss en
1934 en Las techniques du corps. Este autor es quien retoma acepciones de habitus y
hexis de la filosofía antigua. Por “técnicas del cuerpo” Mauss entenderá (según la
46
Op. Cit. Martínez, 2007.
47
Bourdieu, P. “Célibat et condiction paysanne”, en Études Rurales, nº 5-6, Pág. 99. Citado por Martínez,
2007, op. cit. Pág.. 66.
- 27 -
lectura de Le Breton48): “como gestos codificados para obtener una eficacia práctica o
simbólica, se trata de modalidades de acción, de secuencias de gestos, de sincronías
musculares que se suceden para obtener una finalidad precisa”49. También se refiere al
habitus: “El cuerpo es el primero y más natural elemento del hombre. Modelado con el
habitus cultura, produce eficacias prácticas”50. Este habitus que propone está lejos de
ser un concepto metafísico (por su origen en autores antiguos), por el contrario, el autor
precisa y recuerda que se refiere puramente a un contenido social, bien cerca al uso
bourdieuiano: “Estos “hábitos” varían no solamente con los individuos y sus
imitaciones, varían sobre todo con las sociedades, las educaciones, las conveniencias y
las modas, los prestigios. Es necesario ver allí un conjunto de técnicas y la obra de la
razón práctica colectiva e individual […]51. Las técnicas no son ni más ni menos que
los aprendizajes que se dan a través de la educación. Al respecto Martínez agrega que:
“Manera de marchar, bailar, comer, beber. Todas maneras de hacer ligadas al cuerpo,
que son aprendidas, transmitidas, que son técnicas […] todos esos gestos con su
“manera” de relacionarse en serie, hacen cuerpo, crean en nosotros disposiciones, hexis
[…] que forman parte de una manera social de ser”52.
48
Le Breton, D. La sociología del cuerpo, Nueva Visión, Buenos Aires, 2008.
49
Ibid. Pág.. 41.
50
Mauss. M. “Les techniques du corps”, Sociologie et anthropolgie, Paris, PUF, 1950, Pág. 363-386,
citado por Le Breton, 2008, op. cit. Pág. 41-42.
51
Op. Cit. Mauss, M. 1950, Pág. 369, citado en Martínez, 2007, Op. cit. Pág. 70.
52
Ibíd. Pág. 72-72.
- 28 -
Es necesario considerar estas advertencias y supuestos epistemológicos de la
sociología de Bourdieu para comprender cuaál es el aporte original que el autor
establece en su conceptualización del cuerpo. La doble objetividad que constituye el
mundo de lo social, también se genera en ese mismo proceso, un conocimiento o bien
una comprensión del mundo donde están insertos el agente y el mundo:
53
Op. Cit. Bourdieu, P., 1997, Pág. 173.
54
Idem. Pág. 177.
- 29 -
práctico mediante comportamientos que implican un conocimiento por
cuerpo que garantiza una comprensión práctica del mundo absolutamente
diferente al acto intencional de desciframiento consciente que suele
introducirse en la idea de comprensión” 55.
55
Idem. Pág. 180.
56
Idem. Pág. 184.
57
Idem. Pág. 188.
- 30 -
4. Pedagogía implícita: la socialización del cuerpo
“capaz de inculcar toda una cosmología, una ética, una metafísica, una
política a través de mandatos tan insignificantes como `estate derecho ´ o `
no sostengas el cuchillo con la mano izquierda ´ y de inscribir en los detalles
en apariencia más insignificantes del vestir, de la compostura o de las
maneras corporales y verbales los principios fundamentales de la
58
Op. Cit. Bourdieu, P., 2007, Pág. 111.
59
La doxa, nos hace vivir el mundo social como natural y evidente. La experiencia dóxica, se refiere a
una “experiencia primera de lo social […] que descansa en una relación de creencia inmediata que nos
lleva a aceptar el mundo como evidente” (Op. Cit. Bourdieu, P. y Wacquant, L., 2005, Pág. 53).
- 31 -
arbitrariedad cultural, situados allí afuera de la consciencia y de la
explicitación”60.
Así, podríamos decir que la hexis corporal a través de esta pedagogía implícita son esos
valores, esas creencias incorporadas, vueltas disposición permanente, se vuelven
esquemas regulares de posturas, maneras perdurables de estar, hablar, de caminar y por
61
tanto de sentir y de pensar . Estas creencias y valores de naturaleza social, no se
aprenden con solidaridad con el intelecto necesariamente, sino que van dirigidos al
cuerpo directamente. El ejemplo que siempre cita Bourdieu para analizar estos
“aprendizajes” son los que tienen que ver con la construcción social de los sexos,
mostrando como el cuerpo funciona como un recordatorio:
4.1 Mimesis
60
Op. Cit. Bourdieu, P. 2007, Pág. 112.(El destacado es nuestro)
61
Idem. Pág. 113.
62
Op. Cit, Bourdieu, P., 1999, Pág. 187.
63
Op. Cit. Bourdieu, P. 2007 Pág. 118.
- 32 -
inculcación y la in-corporación de los valores vueltos esquemas y por tanto posturas
corporales, es una transmisión que se da en la práctica y desde la práctica,
“en estado práctico, sin acceder al nivel de discurso. Uno no imita `modelos´
sino acciones de los otros. La hexis corporal le habla de manera directa a la
motricidad, como esquema postural que es al mismo tiempo singular y
sistemático, esto es, solidario con todo el sistema de objetos y cargado con una
multitud de significaciones y de valores sociales”64. En términos de Martínez,
el concepto de mimesis refuerza la idea de “que en el origen de la adquisición
de todos los gestos no está la limitación consciente que incluye el esfuerzo
consiente para reproducir algo, una manera, una palabra, sino una
reproducción práctica, en la cual el gesto habla directamente de cuerpo a
cuerpo, y se aprende `por cuerpo´, sin reflexividad”65.
Que las formas de este “aprender por cuerpo” no esté en el nivel del discurso, no
significa de ningún modo que esta pedagogía implícita funciones de forma irregular
azarosa o irracional. Existe, de hecho, en toda sociedad ejercicios estructurales o una
ritualización de las prácticas. Esto intenta mostrar que la mimesis, no se da en el vacío,
sino por el contrario, hay actividades que aseguran tal aprendizaje. Para Bourdieu los
ejercicios estructurales son:
64
Idem. Pág. 119
65
Op. cit. Martínez, 2007. Pág. 224
66
Idem. Pág. 123.
67
Idem. Pag. 124.
- 33 -
5. La violencia simbólica
- 34 -
desconocimiento de la violencia simbólica que ejerce, o sea, porque los
medios institucionales de los que dispone como institución relativamente
autónoma, detentadora del monopolio del ejercicio legítimo de la violencia
simbólica, están predispuestos a servir además, bajo la apariencia de
neutralidad, a los grupos o clases de las que reproduce la arbitrariedad
70
cultural (dependencia por la independencia)” .
70
Idem. Pág. 108.
71
Bourdieu, P. “¿Cómo liberar a los intelectuales?” Entrevista con Dieder Eribon, Le monde Dimanche, 4
de mayo de 1980, Pág. 1. En: Bourdieu, P. Cuestiones de sociología, Akal/ ISTMO, 2000, Madrid.
72
Bourdieu, P. La dominación masculina, Anagrama, Barcelona, 2000b, Pág. 13.
- 35 -
5.3 La naturalización de lo social
Ocultar los condicionantes que producen una situación que se debe legitimar y
ocultar los mecanismos o formas por las cuales se hace, es parte de su operatoria. En
este punto es interesante retomar la noción de naturaleza, según la lectura de Ana
Teresa Martínez:
“Se puede decir que lo que Bourdieu entiende por naturaleza es bifronte: por
una parte, es una cuestión de creencia social, un concepto para nombrar el
olvido de las condiciones y de los procesos por los cuales los hombres y las
mujeres son como son, y que sirve a la dominación simbólica en tanto
legitima ese modo de ser […] pero por otra parte, la naturaleza nombra el
“principio de las operaciones” […] que ha sido hecho tal por la experiencia
desde la infancia y que esta enterrado en el cuerpo”73.
Más que una sucesión de hechos puntuales, los mecanismos de la violencia simbólica
devienen en procesos constantes. Ya desde la socialización primaria, y luego en la
socialización secundaria (instituciones) comienza a aprenderse, es decir a “in-
corporarse” diferentes modos tanto de ver, valorar y clasificar al mundo y a los otros,
como también se “in-corporan” valores en el propio cuerpo individual. Tales procesos
se aparecen como naturales, porque fueron naturalizados y la historia de la constitución
del habitus queda olvidada. La historia hecha naturaleza es la historia hecha cuerpo por
la educación74. La naturalización de las cosas y los hechos sociales, es un proceso que
contribuye a asegurar el orden establecido:
Pero como ya lo hemos visto con otras cuestiones, Bourdieu insiste en que la eficacia
del poder simbólico son sus formas inconscientes:
73
Op. Cit. Martínez, M.T, 2007, Pág. 142.
74
Idem, Pág. 142-143.
75
Op. Cit. Bourdieu, P. 2000b, Pág. 14.
- 36 -
conciencia y de la voluntad, en las tinieblas de los esquemas del habitus
[…]”76.
Las “tinieblas” no son más que las disposiciones del habitus y ese “desconocimiento”
no es más que la naturalización, el olvido de las condiciones de producción. Los
dominados son cómplices de su dominación porque contribuyen a generarla. Por ello la
naturalización del mundo social, como lo señalamos en la definición de experiencia
dóxica (como forma de aceptación del mundo y sus órdenes sin cuestionarlos) forma
parte de las operaciones y la perpetuación de las estructuras de la dominación simbólica.
Y es por esto que el poder simbólico emplea la violencia simbólica y no la física,
porque su eficacia recae básicamente en la legitimidad o consenso y participación
activa tanto de los dominantes como de los dominados.
76
Op. Cit. Bourdieu, P. y Wacquant, L. 2005, Pág. 217.
77
Op. Cit. Bourdieu, P., 2000b, Pág. 50-51
- 37 -
relacionan directamente con las formas de dominación simbólica. Podríamos
decir que la socialización de los cuerpos es una de las dimensiones de la
violencia simbólica, es decir, producto de ella. En el siguiente capítulo, nos
detendremos sobre la mirada social puesta en los cuerpos y sus efectos
simbólico-subjetivos.
- 38 -
CAPITULO 3
Cuerpos adjetivados: taxonomías escolares y
distinción social
Hasta aquí hemos mostrado los diversos procesos que se dan en la producción de las
formas corpóreas, el lugar de la socialización para la estructuración de esquemas
corporales traducidos finalmente en una hexis corporal determinada. En lo que sigue nos
colocaremos del otro lado del cuerpo: en su exterioridad, en el lugar de la mirada social
específicamente, en el campo escolar. Se retomarán las principales categorías y
reflexiones de Bourdieu en relación a la distinción social. A modo de ejemplo
retomaremos algunas referencias de estudiantes que fueron encuestados en el marco de
una investigación más amplia78. A modo de apertura y cerrando este trabajo, se
establecen vinculaciones teóricas entre los conceptos de capital corporal y capital
simbólico en relación a los beneficios de distinción.
1. Taxonomías escolares
78
Nos referimos a los proyectos de investigación: UBACyT F014: “Desigualdad, violencias y escuela:
dimensiones de la socialización y la subjetivación” periodo 2008-2011 y al Proyecto UBACyT 2011-
2014, titulado: “Los sentidos de la escuela para los jóvenes. Relaciones entre desigualdad, violencia y
subjetividad”, ambos dirigidos por la Dra. Carina Kaplan y con sede en el Instituto de Investigaciones de
Ciencias de la Educación, en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), en los cuales participo desde el año
2009 como investigador estudiante.
- 39 -
tanto implica no solo una descripción -arbitraria- de su situación actual, sino también
una suerte de predicción sobre su situación en el futuro. Los actos de clasificación y de
valoración de los alumnos se convierten así en una descripción, un acto productivo”79.
Las propias prácticas escolares y las interacciones que allí se despliegan entre los
actores, constituyen procesos de valoración y auto-valoración social y escolar, es decir
que impactan en lo profundo de la subjetividad. Esta es la consecuencia o bien la
eficacia práctica que tienen las expectativas y las formas taxonómicas del juicio
profesoral. Sabemos que junto con lo propiamente escolar, el paso por la escuela
también supone aprender a valorarnos de cierta manera, aprendemos para lo que somos
buenos o no, para lo que podemos llegar a ser o no; esto es lo que la misma autora
denomina “autoestima escolar”, “como una forma peculiar de la autoestima social, al
modo específico de concebirse a sí mismo con relación a las demandas escolares
[…]”80. La biografía escolar supone entonces, un proceso de subjetivación, que no son
sino las imágenes de sí o identidad subjetiva que todos construimos sobre nosotros
mismos en el paso por la institución escolar81.
79
Op. Cit. Kaplan, C.2006, Pág. 97.
80
Ibid. Pág. 80.
81
Ibid. Pág. 80.
82
Bourdieu, P. y Saint Martín, M., “La categorías del juicio profesoral”, en Actes de la Recherche en
Sciencias Sociales, Núm. 3, París, 1975. Traducción al castellano de Emilio Tenti Fanfani, en Propuesta
Educativa, núm. 9, Núm. 19, Buenos Aires, FLACSO-Novedades Educativas, 1998.
- 40 -
pedagógica” 83. La escuela funciona como una “máquina ideológica” según los autores,
donde al recibir productos socialmente clasificados, proporciona productos
escolarmente clasificados (por su puesto bajo ciertos eufemismos)84:
83
Ibid. Pág. 1
84
Al respecto, Kaplan afirma que: “La taxonomía escolar es una taxonomía social eufemizada, por ende
naturalizada, convertida en absoluto, esto es una alquimia[…] la clasificación escolar es una
discriminación social legitimada[…]”Op. Cit. Kaplan, C., 2006, Pág. 103.
85
Ibid. Pág. 8
86
Ibid. Pág. 6
87
Ibid, Pág. 7. (El destacado es nuestro)
- 41 -
cómo opera el juicio de clase en tales clasificaciones y en este sentido, como Bourdieu
lo afirmó en La Distinción: “el cuerpo es la más irrecusable objetivación del gusto de
clase, que manifiesta de diversas maneras”88. Clase hecha cuerpo en forma de
esquemas organizados en la hexis corporal, de forma visible, y por tanto clasificable y
valorable, se juegan también las expectativas del otro en relación con la moral y la
intelectualidad:
“[…] los juicios que pretendan aplicarse a toda persona, tienen en cuenta, no
solo la apariencia física propiamente dicha, que siempre esta socialmente
marcada (a través de los indicios tales como la corpulencia, el color, la forma
de la cara), sino también el cuerpo tratado socialmente (con la ropa, el adorno,
el cosmético y sobre todo los modales y el porte), que es percibido a través de
las taxonomía socialmente constituidas, que son percibidas como signo de la
calidad y del valor de la persona […] El “hexis” corporal constituye el soporte
principal de un juicio de clase que se ignora como tal: todo sucede como si la
intuición concreta de las propiedades de un cuerpo, captadas y designadas
como propiedades de la persona, estuvieran en el principio de una comprensión
y de una apreciación global de las cualidades intelectuales y morales. […] Y si
la intuición global que se expresa en este retrato apoya tan eficazmente la
evocación de las cualidades intelectuales y morales de la persona, es que el
hexis corporal suministra el sistema de indicios a través de los cuales es
reconocido-desconocido de un origen de clases […]”89.
- 42 -
bajo (o vulgar, mediocre, modesto), espiritual y material, fino (o refinado,
elegante) y grosero (o grueso, graso, bruto, brutal, tosco), ligero (o sutil,
vivo, sagaz) y pesado (o lento, espeso, obtuso, penoso, torpe), libre y
forzado, ancho y estrecho o, en una dimensión distinta, entre único (o raro,
diferente, distinguido, exclusivo, excepcional, singular, inaudito) y común
(ordinario, vulgar, corriente, trivial, insignificante), brillante (o inteligente) y
apagado (u oscuro, borroso, mediocre), tienen como principio de la
oposición entre “elite” de los dominantes y la “masa” de los dominados,
multiplicidad contingente y disciplinada intercambiable e innumerable, débil
y desarmada, sin otra existencia de la estadística” 90.
Aquellos quienes puedan portar, gracias a su posición dentro del espacio social unas
posesiones que los ubiquen dentro de la apariencia corpórea distinguida, no sólo no
serán marcados negativamente sino que también -por su posición de dominantes-
podrán crear sentidos, sostener un estilo, como legítimos y en ese mismo acto indicarán
90
Op. Cit. Bourdieu, 1991, Pág. 479.
91
Bourdieu, P. Las estrategias de la reproducción social. Siglo XXI Editores, 2011, Pág. 109.
- 43 -
qué cualidades, qué posturas, qué prácticas y qué indumentarias quedarán del lado de lo
descalificable, despreciable o estigmatizante.
En esta misma taxonomía ética dominante la que dictamina (de forma material y
simbólicamente plasmada en los cuerpos y en las percepciones) el real valor social que
se le atribuye a los objetos y a los sujetos. Para comprender tal mecanismo se refiere al
juicio de atribución práctico:
92
Op. Cit. Bourdieu, P., 1991, Pág. 483.
93
Goffman, E. Estigma. La identidad deteriorada. Amorrortu, 2008, Buenos Aires.
- 44 -
dar al sistema de enclasamiento dominante el contenido más adecuado para
poner en valor lo que es y lo que tiene.94
Un solo atributo (para nuestro caso el físico) es suficiente para reducir y totalizar al
mismo tiempo, la identidad socialmente percibida de alguien por parte de otros. Pero
esto como nos advierte Bourdieu, no es algo acabado. Es la lucha constante por la
clasificación que se da al interior de lo social, tanto entre grupos como entre individuos
y adquiere su eficacia simbólica cuando en el sujeto o grupo estigmatizado toman como
válida tal reducción, incorporándola como propia. Los nombres de las cosas sociales
están constantemente en pugna. Definir a alguien de un modo o de otro, y también
dando cuenta de las metáforas, los adjetivos o las descripciones que son utilizadas en los
actos de nombramiento (como ser, “negro”, “villero”, “cheto, “pobreton”) da cuenta de
esa lucha simbólica, pero que su consecuencia es práctica en el proceso de
subjetivación, donde se ponen en juego cuestiones de auto-valoración e identidad
social95. En relación con estos adjetivos en formas de etiquetas, de formas de clasificar,
Kaplan al respecto afirma que:
En este interjuego que se da en los nombramientos tanto de las cosas como de los
sujetos, y la lucha por la nominación, Bourdieu afirma que:
94
Op. Cit. Bourdieu, P., 1991. Pág. 846.
95
Op. cit. Kaplan, C. 2006.
96
Kaplan, C. “La asignación de etiquetas. La construcción social del “alumno violento”, 2009, Ponencia
presentada en el “XII Simposio Internacional Proceso Civilizador”. Recife, Brasil. Del 10 al 13 de
noviembre de 2009, Pág. 7.
97
Bourdieu, P. Qué significa hablar, 1999a, Madrid, Akal. Pág. 65.
- 45 -
Advierte la autora bajo esta premisa, que no llama la atención que la corriente crítica de
la sociología de la educación 98 donde se encuentran los aportes de Bourdieu, analicen la
escuela en una doble forma, “como mecanismos de clasificación en el que grupos
seleccionados de estudiantes son favorecidos en función de su raza, clase, género,
pertinencia étnica y, la mismo tiempo, como agentes para poder dotar de poder social e
individual”99.
Los juicios de atribución (podrían ser: una injuria, un insulto, una agresión, o
simplemente el acto de nominación como una adjetivación a partir de la presentación
del hábito corpóreo) reduce a partir de un atributo y lo generaliza para definir a toda la
persona. Este hecho también impacta como venimos argumentando en la auto-
valoración social de los sujetos, ya que:
La valoración objetiva de unos cuerpos, pareciera que impacta por su razón de eficacia
simbólica en la subjetividad de los mismos. Dando lugar a la legitimidad de tal
categorización y por tanto avalando y aceptando su condición de dominados en términos
de la violencia simbólica. Estas formas de auto-percepción subjetiva son formas de
aceptación del orden, aceptación del “lugar que les corresponde”, sin más, la aceptación
de su dominación. Así, a partir de la autopercepción de un individuo o grupo se da
también la percepción de los otros, generando lo que Bourdieu denomina “un contrato
primordial y tácito (nunca explicitado) por el cual se define un “nosotros” con respecto
98
Nos referimos a lo que en el capítulo I llamamos teorías del conflicto en educación.
99
Op. Cit. Kaplan, C., 2006, Pág. 98.
100
Op. Cit. Bourdieu, P., 1991, Pág. 484 (El destacado es nuestro)
- 46 -
a “ellos”, a los “otros”, y que se encuentra en el origen de todas la exclusiones”101. Por
ello, al estar expuesto en el mundo social, construido y arrojado hacia las miradas, “el
cuerpo es siempre “cuerpo para el otro”, es percibido y nominado, luego objetivado por
la mirada y el discurso de los otros”102. La asunción, entonces de la condición de los
dominados se refleja paradójicamente también en el cuerpo, emociones corporales
como: la vergüenza o la timidez dan cuenta de esta mirada sobre sí mismos, pero
siempre con el giro puesto en los otros. Cuando nuestro autor se refiere a que los
dominados producen y participan activamente de su dominación, lejos de ser un simple
juego de palabras, lo que esta marcando es que en el lado más oscuro del habitus es
donde radica la operatoria de la violencia simbólica, en este sentido afirma que: “[…] el
reconocimiento práctico […] actúa muchas veces como adquiere a menudo la forma de
la emoción corporal (vergüenza timidez, ansiedad, culpabilidad) […] Se revela en
manifestaciones visibles como el sonrojo, la turbación verbal, la torpeza, el temblor…,
otras tantas maneras de someterse […] al juicio dominante ”103. En este mismo sentido,
afirma que:
“[…] la magia del poder simbólico desencadena, y gracias a las cuales los
dominados contribuyen, unas veces sin saberlo y otras a pesar suyo, a su
propia dominación al aceptar tácitamente los límites impuestos, adoptan a
menudo la forma de emociones corporales –vergüenza, humillación,
timidez, ansiedad, culpabilidad- o de pasiones y de sentimientos –amor,
admiración, respeto-; emociones a veces aun más dolorosas cuando se
101
Ibid. Pág. 489.
102
Ibid. Pág. 204.
103
Op. Cit. Bourdieu, 1999, Pág. 223-224.
104
Op. Cit. Bourdieu, P. 1991, Pág. 205.
- 47 -
traducen en unas manifestaciones visibles, como el rubor, la confusión
verbal, la torpeza, el temblor, la ira o la rabia impotente, maneras todas
ellas de someterse, aunque sea a pesar de uno mismo y como de mala gana,
a la opinión dominante, y manera también de experimentar, a veces en el
conflicto interior y el desacuerdo con uno mismo, la complicidad
subterránea que un cuerpo que rehúye las directrices de la conciencia y de
la voluntad mantiene con las censuras inherentes a las estructuras
sociales.”105
¿Pero de qué modo se genera ese efecto simbólico por la acumulación? Esta pregunta se
contesta atendiendo al tema de las clasificaciones sociales. Bourdieu, afirma que los
grupos sociales (como las clases sociales, las clases de edad, de etnia, etc.) existen dos
veces; en la objetividad del primer orden, esta es la distribución de propiedades
materiales, es decir el volumen y la estructura del capital como se indicó antes. Y
también los grupos sociales existen en un segundo orden, esto es en las clasificaciones y
las representaciones contrastadas de los agentes107. Es precisamente esta segunda
existencia que Bourdieu denomina capital social. Es decir aquello que en parte
construyen los otros sobre nosotros, sobre nuestros capitales, la clasificación es en
105
Op. Cit. Bourdieu, P. 200b, Pág. 55.
106
Op. Cit. Bourdieu, P., 1999a. Pág. 319.
107
Op. Cit. Bourdieu, P. 2010.
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síntesis un efecto de los capitales108. El capital simbólico, particularmente tiene
beneficios de distinción. Por tanto tiene íntima relación con marcas distintivas de los
agentes sociales como: la vestimenta, el buen habla, los buenos modales, etc. Es
precisamente por la relación con otros bienes que es posible la distinción, según
Bourdieu:
108
En este punto creemos necesario hacer la siguiente advertencia que nos indica nuestro autor: “En
cuanto a reducir el mundo social a la representación que unos forjan de la representación que los demás
les asignan o, mas precisamente, a la sumatoria de representaciones (mentales) que cada agente se
forma de los demás agentes, es decir, de las representaciones ( teatrales) que les atribuyen y las
representaciones (mentales) que de el se hacen(…) es ignorar que las clasificaciones subjetivas están
fundadas sobre la objetividad de una clasificación que no se reduce a la clasificación colectiva obtenida
por la suma de las clasificaciones individuales: el “orden social” no está formando, a la manera del
resultado de una votación o de un precio de mercado, a partir de los ordenes individuales”, Bourdieu, P.
Ibid. Pág. 202.
109
Ibid. Pág. 206.
110
Ibid. Pág. 206. (El destacado es nuestro).
- 49 -
4. La construcción simbólica del cuerpo en la dimensión de las
violencias en la escuela.
111
Op. Cit. Bourdieu, 1991, Pág. 289.
112
Op. Cit. Kaplan, 2006, Pág. 77.
113
Este es un nuevo término para denominar a los jóvenes nombrados como “chorros”. El término
“rochos” funcionaria como un sinónimo del termino “chorros”.
114
Expresiones extraídas del trabajo de campo con entrevistas focales del equipo de investigación del
cual formo parte.
- 50 -
nominaciones operan a partir del principio de distinción social. El equipo de
investigación del cual formo parte, realizó una encuesta115 a estudiantes secundarios de
las ciudades de La Plata, Río Gallegos, Salta y Ciudad de Buenos Aires. Allí se
entrevistó a 663 estudiantes que en el año 2006 cursaban los últimos años del nivel
secundario: se indagó sus opiniones y percepciones sobre una serie de dimensiones
asociadas a la cuestión de las violencias en la sociedad y en la escuela. Uno de los
resultados de la encuesta muestra que el 32,9% de los encuestados se ha sentido alguna
vez discriminado. En relación a los motivos por los cuales son discriminados se
encuentra que: el 36,7% es por aspecto físico (feo, gordo, flaco, etc.), el 4,2% por el
color de la piel, y también el 14,2% de los encuestados coloca a la vestimenta como
motivo de discriminación.
115
Dentro del proyecto: “Desigualdades, violencias y escuela. Dimensiones de la socialización y la
subjetivación”, dirigido por la Dra. Carina V. Kaplan. En relación con la encuesta, la muestra intencional
estuvo conformada por 16 escuelas secundarias públicas estatales: en cada localidad se seleccionaron 2
instituciones que atienden mayoritariamente a sectores populares y 2 a sectores medios.
- 51 -
A modo de cierre
Luego del recorrido teórico por las principales obras de Pierre Bourdieu, señalamos
algunas líneas de indagación relevantes como puntos de partida para reflexiones
posteriores.
Las categorías que pueden parecer sinónimos entre sí, tales como: hexis corporal,
cuerpo y capital corporal, adquieren por el uso teórico que les ha dado Bourdieu,
connotaciones relacionadas y complementarias, pero no idénticas:
- Por su lado, el uso del termino cuerpo según el recorrido realizado, habla mas
de la exterioridad del cuerpo que de sus estructuras internas. El cuerpo, es esa
construcción social que efecto de la hexis será ubicado en diferentes categorías dentro
de las formas de percepción. No es arriesgado decir que la mirada social (en formas de
adjetivaciones por ejemplo), también construyen al cuerpo, o más bien, también
contribuye a la producción de una auto-percepción subjetiva específica, las emociones
corporales según vimos, son ejemplo de ello.
- 52 -
Se podría afirmar que las indagaciones de Bourdieu en relación a lo corporal, se da en
dos direcciones relacionadas:
Esta tesis pretendió ser un antecedente para dar cuenta de las posibilidades teóricas y de
análisis de la producción de la sociología de Pierre Bourdieu, específicamente para el
estudio socioeducativo de la producción de taxonomías escolares (y por tanto sociales) a
partir del habito corpóreo.
Queda para futuras indagaciones con base empírica analizar cómo el hábito corpóreo
opera dentro de las clasificaciones y distinciones escolares en tanto que atravesado por
desiguales condiciones materiales de existencia genera expectativas diferenciales para
aquellos que no portan un cuerpo socialmente legitimado. Así por ejemplo, indicios
como el color de la piel, la corpulencia, el rostro, la vestimenta, el porte, los adornos,
tatuajes, pearcings, maquillaje, constituyen símbolos principales mediante los cuales se
establecerán los parámetros de legitimidad y valor social de la persona.
Como cierre final y al mismo tiempo, como una apertura proponemos una idea que
funcionaria como guía para las futuras exploraciones: las formas de nominación y
adjetivación, en relación con el tratamiento social del cuerpo, están ligadas a
formas de distinción social. Esto genera por un lado: una anticipación práctica
sobre el comportamiento y los atributos de personalidad de los nominados; y por el
otro, los juicios en términos de burlas, humillaciones o denigraciones impactan en
la mirada sobre la propia valía social.
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