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BIODIGESTOR

La producción de biogás por descomposición anaeróbica es un modo considerado útil


para tratar residuos biodegradable, ya que produce un combustible de valor además de
generar un efluente que puede aplicarse como acondicionador de suelo o abono
genérico.

El resultado es una mezcla constituida por metano (CH4) en una proporción que oscila
entre un 40% y un 70%, y dióxido de carbono (CO2), conteniendo pequeñas
proporciones de otros gases como hidrógeno (H2), nitrógeno (N2), oxígeno (O2) y
sulfuro de hidrógeno ( H2S).1 El biogás tiene como promedio un poder calorífico entre
18,8 y 23,4 megajulios por m³.

Este gas se puede utilizar para producir energía eléctrica mediante turbinas o plantas
generadoras a gas, en hornos, estufas, secadores, calderas u otros sistemas de
combustión a gas, debidamente adaptados para tal efecto.

Etapas de la digestión anaerobia:

1. Hidrólisis: Los polímeros se descomponen en monómeros más simples.


2. Acidogénesis: Los monómeros se convierten en ácidos grasos volátiles.
3. Acetogénesis: Los ácidos grasos volátiles se convieten en ácido acético,
dióxido de carbono e hidrógeno.
4. Metanogénesis: Los acetatos se convierten en metano y dióxido de
carbono, a la vez que se consume hidrógeno.

ETAPA I: HIDRÓLISIS y FERMENTACION

Hidrólisis ( ‘ruptura’ o ‘disociación’) es una reacción química entre una molécula de


agua y otra molécula, en la cual la molécula de agua se divide y sus átomos pasan a
formar parte de otra especie química. Esta reacción es importante por el gran número de
contextos en los que el agua actúa como disolvente.

En la hidrólisis ácido-base el agua se divide en el ion hidroxilo OH- y un ion H+ (el cual
es inmediatamente hidratado para formar el ion hidronio H3O+). Esta reacción sucede
espontáneamente en agua pura, y en el equilibrio la concentración de iones hidronio en
agua es [H3O+] = 1 × 10–7 M. Esta es también la concentración de iones hidroxilo puesto
que cada molécula de agua que se divide genera un hidroxilo y un hidronio. Dicho
equilibrio se denomina autoprotólisis:

La adición de algunas sustancias al agua, por ejemplo una sal, modifica el equilibrio.
Al ser disueltos en agua, los iones constituyentes de una sal se combinan con los iones
hidronio, hidroxilo, o ambos, procedentes de la disociación del agua. Al consumirse
estos iones se modifica su concentracion y, como consecuencia, se modifica el valor del
pH.

Los iones A-, BH+ procedentes de ácidos débiles AH, bases débiles B o sales AB se
hidrolizan por acción del agua, dependiendo el grado de la reacción de la debilidad del
ácido o de la base, y la solubilidad de la sal; los iones procedentes de ácidos o bases
fuertes no se hidrolizan apreciablemente. Tanto la reacción como su constante de
equilibrio se pueden obtener por combinación de la reacción ácido-base con la reacción
de autoprotólisis del agua. Así, las sales obtenidas a partir de ácidos y bases fuertes no
se hidrolizan, las obtenidas a partir de ácidos y bases débiles se hidrolizan de forma que
el pH depende de las dos constantes, y en las obtenidas a partir de una combinación de
ácido y base en las que sólo uno es fuerte, será el fuerte el que determine el pH.

Hidrólisis en química orgánica

En química orgánica, la hidrólisis se presenta como la reacción opuesta a la


condensación. En este contexto una molécula orgánica y el agua reaccionan rompiendo
un enlace covalente para formar dos moléculas orgánicas con grupos funcionales que
incluyen los átomos de la molécula de agua. En general se requiere añadir ácidos o
bases fuertes para catalizar la hidrólisis.

Hidrólisis de amidas y ésteres

La hidrólisis de amidas y ésteres ocurre cuando un nucleófilo, como el agua o el ion


hidroxilo, ataca el carbono del grupo carbonilo del éster o la amida. En una base acuosa,
los iones hidroxilo son mejores nucleófilos que las moléculas polares como el agua. En
un ácido, el grupo carbonilo se protona, facilitando el ataque nucleofílico. Dado que una
amida resulta de la condensación de una amina y un ácido carboxílico, la hidrólisis del
amida genera dicha amina y dicho ácido. Para los ésteres, resultado de la condensación
de un ácido carboxílico y un alcohol, se obtiene igual el ácido y el alcohol:

Uno de los ejemplos más antiguos de hidrólisis es la saponificación, en la que la


hidrólisis básica de un triglicérido (una molécula con grupos éster) genera glicerol (un
alcohol) y ácidos grasos (carboxílicos). Estos ácidos reaccionan a su vez con la base de
la disolución generando sales orgánicas conocidas como jabones.

Hidrólisis de ésteres.
La fermentación es un proceso catabólico de oxidación incompleta, que no requiere
oxígeno, siendo el producto final un compuesto orgánico. Estos productos finales son
los que caracterizan los diversos tipos de fermentaciones.

Fue descubierta por Louis Pasteur, que la describió como la vie sans l´air (la vida sin el
aire). La fermentación típica es llevada a cabo por las levaduras. También algunos
metazoos y protistas son capaces de realizarla.

El proceso de fermentación es anaeróbico ya que se produce en ausencia de oxígeno;


ello significa que el aceptor final de los electrones del NADH producido en la glucólisis
no es el oxígeno, sino un compuesto orgánico que se reducirá para poder reoxidar el
NADH a NAD+. El compuesto orgánico que se reduce (acetaldehído, piruvato, ...) es un
derivado del sustrato que se ha oxidado anteriormente.

En los seres vivos, la fermentación es un proceso anaeróbico y en él no interviene la


mitocondria ni la cadena respiratoria. Son propias de los microorganismos, como
algunas bacterias y levaduras. También se produce la fermentación en la mayoría de las
células de los animales (incluido el hombre), excepto en las neuronas que mueren
rápidamente si no pueden realizar la respiración celular; algunas células, como los
eritrocitos, carecen de mitocondrias y se ven obligadas a fermentar; el tejido muscular
de los animales realiza la fermentación láctica cuando el aporte de oxígeno a las células
musculares no es suficiente para el metabolismo aerobio y la contracción muscular.

Desde el punto de vista energético, las fermentaciones son muy poco rentables si se
comparan con la respiración aerobia, ya que a partir de una molécula de glucosa sólo se
obtienen 2 moléculas de ATP, mientras que en la respiración se producen 36. Esto se
debe a la oxidación del NADH, que en lugar de penetrar en la cadena respiratoria, cede
sus electrones a compuestos orgánicos con poco poder oxidante.

En la industria la fermentación puede ser oxidativa, es decir, en presencia de oxígeno,


pero es una oxidación aeróbica incompleta, como la producción de ácido acético a partir
de etanol.

Las fermentaciones pueden ser: naturales, cuando las condiciones ambientales permiten
la interacción de los microorganismos y los sustratos orgánicos susceptibles; o
artificiales, cuando el hombre propicia condiciones y el contacto referido
ETAPA III: ACETOGÉNESIS

La acetogenesis es el proceso a través del cual bacterias anaerobias


producen acetato a partir de diversas fuentes de energía (por ejemplo,
hidrógeno) y de carbono (por ejemplo, dióxido de carbono).

Las diferentes especies bacterianas que son capaces de realizar la


acetogénesis se denominan colectivamente acetógenos.

2 CO2 (aq) + 4H2 (aq) = CH3COOH (aq) + 2H2O


ETAPA IV. METANOGÉNESIS

Metanogénesis es la formación de metano por microbios. Es una forma de metabolismo


microbiano muy importante y extendida. En la mayoría de los entornos, es el paso final
de la descomposición de la biomasa. Recientemente se ha demostrado que el tejido de
las hojas de las plantas vivas emite metano. 1 Aunque el mecanismo por el que ocurre
esta producción de metano es, hasta ahora, desconocido, las implicaciones son grandes;
es un ejemplo de metanogénesis en organismos no microbianos, supuestamente en
condiciones aeróbicas. Como no se sabe mucho acerca de los caminos que emplean las
plantas para producir metano, el resto de este artículo se centra en la producción de
metano por los microbios, algo bien estudiado.

Bioquímica de la metanogénesis

Producción de metano por reducción del CO2

La metanogénesis por reducción del CO2 es una forma de respiración anaeróbica. Los
metanógenos no utilizan el oxígeno para respirar; de hecho, el oxígeno inhibe el
crecimiento de los metanógenos. El aceptor de electrones terminal en la metanogénesis
no es el oxígeno, sino el carbono. El carbono puede aparecer en un pequeño número de
compuestos orgánicos con poco peso molecular. Los dos caminos mejor descritos
implican la utilización de dióxido de carbono y acetato como aceptores terminales de
electrones:

CO2 + 4 H2 → CH4 + 2H2O

Producción de metano a partir de moléculas orgánicas

Las bacterias metanógenas pueden producir también metano a partir de sustratos


orgánicos sencillos como el ácido acético, el formiato, el metanol, la metilamina, el
sulfuro de dimetilo y el metanotiol. Mediante 14C se ha demostrado que el metano se
origina exclusivamente a partir del carbono metílico del ácido acético:

CH3COOH → CH4 + CO2

Por tanto, estas bacterias pueden producir metano a partir de formas parcialmente
reducidas de carbono contenido en compuestos orgánicos: tales reacciones pueden
considerarse como verdaderas fermentaciones.

La bioquímica de la metanogénesis es relativamente compleja e implica a las siguientes


coenzimas y cofactores: F430, coenzima B, coenzima M, metanofurano y
metanopterina.

Los organismos capaces de realizar la metanogénensis se llaman metanógenos. Los


microbios que realizan la metanogénesis no tienen núcleo ni orgánulos separados por
membranas (es decir, son procariotas). Los metanógenos son un grupo muy antiguo de
organismos, miembros de las arqueobacterias (o arqueas).
Los metanógenos son anaerobios estrictos (mueren en presencia de oxígeno), por lo que
sólo se encuentran en entornos en los que el oxígeno es reducido. Sobre todo son
entornos que experimentan una descomposición de materia orgánica, como terrenos
pantanosos, el tracto digestivo de los animales y sedimentos acuáticos. La
metanogénesis también se da en zonas donde no hay presencia de oxígeno ni
descomposición de materia orgánica, como el subsuelo profundo terrestre, las fuentes
hidrotermales de las profundidades marinas y las reservas de petróleo.

La metanogénesis es el paso final en la descomposición de la materia orgánica en


condiciones anaeróbicas. Durante el proceso de descomposición, aceptores de
electrones (como el oxígeno, hierro, sulfato, nitrato y manganeso) se reducen, mientras
que se acumulan hidrógeno (H2) y dióxido de carbono. También se acumulan
compuestos orgánicos ligeros por fermentación. Durante las fases avanzadas de la
descomposición orgánica, todos los aceptores de electrones quedan reducidos excepto el
dióxido de carbono. El dióxido de carbono es un producto de la mayoría de los procesos
catabólicos, por lo que no se reduce como otros aceptores de electrones potenciales.

Solo la metanogénesis y la fermentación pueden darse en ausencia de aceptores de


electrones distintos al carbono. La fermentación sólo permite la ruptura de compuestos
orgánicos más grandes y produce compuestos orgánicos pequeños. La metanogénesis
elimina con efectividad los productos casi finales de la descomposición: el hidrógeno,
los compuestos orgánicos pequeños y el dióxido de carbono. Sin la metanogénesis se
acumularía una gran cantidad de carbono (en forma de productos de la fermentación) en
los ambientes anaeróbicos.

La metanogénesis es útil para la humanidad. Mediante ella, los residuos orgánicos se


pueden convertir en el útil biogás metano. La metanogénesis se da en el intestino de
muchos animales. Aunque se piensa que la metanogénesis no es esencial para la
digestión humana, es necesaria en la nutrición de los animales rumiantes, como las
vacas y las cabras. En el rumen, organismos anaeróbicos (incluyendo metanógenos)
digieren la celulosa en formas utilizables por el animal. Sin los microbios del rumen, las
vacas no podrían sobrevivir sin ser alimentadas con una dieta especial.

Algunos humanos producen flatulencias que contienen metano. En un estudio de las


heces en nueve adultos, solo cinco contenían microorganismos metanógenos. Se
obtienen resultados similares tomando muestras de gas del recto. La proporción de
metano en las flatulencias humanas oscila entre el 0% - 10%.

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