Derechos del niño,

p rácticas sociales y
educativas

Infancia e instituciones
El derecho a la identidad
Historia pública y secreto privado

Ediciones
NOVEDADES EDUCATIVAS
S U M A R I O N 0 41

1 i EcIítoría L

3 j ¿O vé síqNÍfícA Ia C onvencíón I nternacíonaI cIe los D erechos

I c] eI N¡ÑO EN Ia S "pRÁCTÍCAS E cJC A T¡ VAS"?
MÍRTA BoksER

8 j El dEREcho A La ¡deNTÍdAd. ¿CuÁlES SON SUS d¡MENS¡ONES?

EsteIa Car I otto

El dEREcho dE los NÍÑOS y NIÑAS VÍCTÍMAS A RECÍbiR PROTECCIÓN estataI

SUvÍA CtiA vanneau

PolÍTÍCAS pÚbliCAS y EduCACÍÓN: UNA MÍRAdA dEsdE los dEREcboS buMANOS

M arísa H errera

35 H ístoría públicA. Secreto pRÍVAdo

M ercecJes S. M ínníce Uí

49 Las ¡nstítucíones para La íníancía y La ciudAdANÍA de n ¡ños/ as y

AdolESCENTES. I_A ¡M plEM EN TAC ÍÓ N d E p o lÍT ÍC A S SOCÍa I eS pARA La ÍN ÍA N C ÍA
Va /ería LlobET

60 ¿OuíÉN SUj'ETA Al SUJETO?

U na reHexíón sobRE Ia expresíón "E l níño como suj' eto de dEREcho"
Teresa Wasserman

ReHeXÍONES sobRE Ia MATERNÍdAd AdolESCENTE

A na Jusid

U n d E S A fío PARA d o s ¡ n s t ít u c ío n e s
M arceIa CanceIa y Vívíana MASsobRio

DÍRECTRÍCES de RÍAd. PrEVENCÍÓN dE Ia dElÍNCUENCÍA juVENÍl

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Noviembre/diciembre de 2001
Año 8 - N 0 41
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 Reflexiones sobre la
maternidad adolescente
l embarazo y la m aterni­
E dad adolescente son con
sítíerados como proble­
mas en el nivel mundial.
Es habitual leer o escuchar que es­
tas mujeres-madres-niñas engrasan
el número de pobres, desemplea­
dos, personas sin suficiente capaci­
tación ni calificación laboral, sobre
A na J usid *
todo en los países pobres o en desa
rrollo. Se teme que la situación se
repita en las siguientes generacio­
nes. Se afirma a menudo que la ma­
ternidad adolescente, en general,
pero sobre todo la maternidad ado­
lescente en soledad, terminaría
siendo una trampa para la joven ma­
dre, quien, pretendiendo estar
acompañada a través de la materni-
dad, caada «.t, sÁrtMto cfo-ari ■
dono y mayor soledad. Éstas son las
¡deas más difundidas que constitu­
yen parte del imaginario social exis­
tente sobre el embarazo y la mater­
nidad en la adolescencia.
Con esa percepción hegemónica, no
es difícil pensar cuál es la posición
que se asume cuando alguien se en­
tera sobre una joven embarazada en
la escuela, en el barrio o en la fam i­
lia. Casi siempre, la reacción es de
miedo y de condena, porque se tie ­
ne internamente la imagen que los
medios de comunicación masivos
con más asiduidad difunden y la
que forma parte del pensamiento
hegemónico.
Sin embargo, las investigaciones que
se han venido realizando sobre el
tema, y muchos de los profesionales
que trabajan con las mamas, sostie­
nen que no es posible generalizar y
que hay diversas adolescencias y di­
versas maternidades.
Es obvio, pero nunca está de más re­
cordar que una cosa es ser adoles­
cente en la ciudad de Buenos Aires y
otra en Formosa; que una cosa es
ser de la clase media y otra del sec-
:or popular-urbano, por ejemplo. Que
una cosa es ser de origen español y
otra es ser gitana.
Respecto de las maternidades, es
cosible plantear algo semejante a lo
que estamos escribiendo sobre ado-
íiíodo
no re-
.ama para na-
otros casos,
'atem i­
do de he-
■ro, eí abuso,
ia ¡ fe n i
cr iuación
"o de
lescencia. Esto quiere decir que, en
muchos casos, la maternidad a esas
edades se imbrica de tal modo en la
historia de ia joven que no represen­
ta ningún problema para nadie, es lo
esperado. Hay otros casos, en cam­
bio, en los cuales la maternidad apa­
rece como resultado de hechos vio­
lentos: del estupro, el abuso, la vio­
lación. Pero no es posible ni correcto
tomar esta última situación y teñir
con ella todo el universo de madres
adolescentes. Sucede que, muy a
menudo, es con este tipo de casos
con los que se arma la noticia o la
información sobre el tema. Son las
A lq U N O S pENSAKliENTOS S o b R E U MATERNÍdAci
situaciones más difundidas, las que
producen más impacto, porque,
como dice la gente de los medios:
"con personas que den normalmente
a luz y a las que no les pase nada
especial no se arma una noticia” . El
asunto es que ello ha contribuido a
crear una idea terrible sobre la pro­
blemática: la maternidad en la ado-
 72
lescencia es una situación p a to ló g i­
ca’, com o an a enferm ed ad , que hay
que prevenir.
La maternidad adolescente, como
fenómeno pensado es complejo y es
nuevo como problemática social.
Hasta la década del setenta, las pre­
ocupaciones giraban alrededor de
maternidades "verdaderamente pre­
coces” , a edades casi increíbles,
como es el caso de Lina Medina, la
peruana de cinco años que en 1939
dio a luz a una niña. La temática
era, en ese momento, patrimonio de
la medicina en el sentido de que lo
que se sabía, escribía y difundía so­
bre ella provenía fundamentalmente
de esa disciplina y de ese saber.
Hasta hoy, la mayoría de los aportes
-d#
^naa^ tay^ Ya a-s.-z.oty. \ s ttxsYoa
transita por ios hospitales, los pri­
meros profesionales a quienes se
consulta "oficialmente” son los mé­
dicos y los obstetras. Ellos son los
que asisten el parto cuando las ma­
mas p u e d e n ir a hacerse atender a
los hospitales o a los consultorios y
clínicas. Ellos son los que informan,
ya durante el embarazo, sobre el
modo de seguir adelante, los cuida­
dos higiénicos y sanitarios que de­
ben respetarse. Las interpretaciones
Cl
X públicas más difundidas sobre el
embarazo provienen de los médicos.
Su palabra tiene el peso de quien
saber y de la orientación. _i
efeí médico no es cualquier |
Por eso es tan importante ca
son ellos los que abren las p
dades a un pausar di.fera.uía.
ejemplo: los médicos que cíi
el equipo de ginecología del
británico y que trabajaron ei
con una comunidad mapucN
rimentaron una realidad en ía i
las jóvenes primerizas o muttíp
no son un problema para la a *
dad, estén casadas o sean maá
solteras, se integran a la vida s
como cualquier miembro.
Otro caso es el de la doctora <*
Teresa Belbusti, del Policlíntco
das, quien observó, en su acó»
cotidiano, que las adolescentes
sa)¿/d óe bre gwenes se dice que no vm
ce^,^7r<s5- nreorcraspre p a r ió _y p yy
rrían a los controles más que las
adultas, tenían menos problemas en
el parto y respetaban los consejos
que se les brindaban. ¿Por qué?
Pues, aunque parezca mentira, por
amor, porque eran bien tratadas,
porque no se dudaba de su palabra,
porque eran miradas como personas
y no como enfermas inconscientes,
como a veces sucede. Pero también,
a pesar del peso del saber médico,
en los últimos años han incursio-
nado en el tema personas provenien­
tes de otros ámbitos: hay sociólogos,
antropólogos, historiadores, trabaja­

me
está siempre confrontado a los mo-
ntos límites, también el oeso del
dores sociales, abogados, demó-
grafos, oue han ¡do contribuyendo a
¿

Doración de in
a descu­
rtas descono-
as. e imaginar in-
' : :~es distin-
- e-ríegan más
. 'r as diversas
—. : _ss de esta
Memática social
rre e je la vida co­
se encargó de
srm'nos.
Bósofo francés
_efevbre, en su libro La vida
■' = en el mundo m odernoob-
- - j £ se abren a diario nuevos
afeamientos. Algunos aparecen y
iertíen, otros llegan y se insta­
rte tal manera que comienzan a
erse permanentes. Los que per­
al indican el camino de algo que
icambiando, y aquello que en un
- 'to pudo haber sido casual,
a-tza a instalarse como una espe­
te tey. Eso nuevo que aparece se
Efita con consideraciones viejas,
de esos fenómenos es el del em-
izn y la maternidad en la adoles-
3a. que hiere los sentidos y
" ' ' = -n conjunto de imágenes y
eseriíaciones que estaban arma-
"ssauebrajándolas y configuran-
-'do de interrogantes ante los
ís -,o se sabe cómo responder.
Igar de la pregunta y la duda es
aplazado con ideas previas cuya
iictura rígida no tarda en
hatear. Pero, mientras tanto, has-
ue el viejo edificio no caiga, esas
75
ideas constituyen las bases del p re ­
juicio y de la discriminación.
Es válido preguntarse para qué pen­
sar o especular sobre el tema si lo
que hay que hacer es actuar, pero
¿actuar hacia dónde?, ¿para qué?,
¿cómo?, ¿desde qué lugar?, ¿con qué
enfoque?, ¿con qué imagen del
tema?, ¿con qué concepción de la
problemática?
Partimos, en principio, de la base de
que ía reaiYd'ad' social' se consíftiyé
socialmente. El fenómeno que cono­
cemos como “embarazoy materni­
dad en la adolescencia” es un fenó­
meno construido. El modo en que se
lo vive es también una construcción.
Esto significa que, como la realidad
social está en permanente movi­
miento, todo el tiempo construimos,
de-construimos y volvemos a cons­
truir. Es importan­
te ir construyendo H
una nueva mirada
sobre una proble­
mática que llegó
para quedarse.
Cuando hablamos
AlquNOs pensamíentos sobRE Ia MATERNÍckd acIo Iescente
de embarazo y ma­
ternidad en la ado­ ss
lescencia estamos
hablando, lógica­
mente, del emba­
razo, de la mater­ 4
nidad y de la adolescencia, pero
también de la mujer, del varón, de la
paternidad, de los hijos, de la fami-
 74 < • ■■-
lia, de la sociedad, del abandono, de Algunos de esos ejes son los sigi
la v io le n c ia , etcétera. Y al hablar - tes:
sin saberlo- de tantas cosas, se lo
hace habítualmente desde los "idea­ 1- La adolescencia es un fenómei
les” más difundidos y dominantes cultural, social, característico i
sobre esos temas. los últimos tiempos, es un feni
meno moderno, y no hay una s
Existe, a grandes rasgos, una imagen adolescencia ni tiene la misma
de lo que “ deben ser” , por ejemplo, ración en todas partes. Es : ;
una y un adolescente, también de lo te en cada país, región, ciases
que "debe ser” una madre, o una fa­ cial, cultura.
milia. Frente a esas imágenes idea­
les, la madre adolescente aparece 2- La maternidad tampoco es una
quebrando lo esperado, cuestionan­ sola. La maternidad que hcy
do el saber existente, mostrando los “ espera” es también un fenám*
límites de las políticas públicas, moderno. El número de hijos, t
relativizando lo que creíamos absolu­ edad para comenzar a dar a lta¡
to y, por sobre todas las cosas, “ pi­ hasta el modo de relacionarse;
diendo” ser pensadas, respetadas y fenómenos históricos. Nada esl
cuidadas, entendidas y no enjuicia­ bien ni mal definitivamente.
das, incluidas y no discriminadas.
3 - Tampoco existe una sola forma
Tendríamos que ponernos de acuer­ familia. Una madre adolescente
do alrededor de algunos ejes sobre sola y su hijo pueden ser una te
los cuales ya hay un nuevo conoci­ milia. Hoy hay quienes dicen, ■
miento construido, aunque no lo su­ cluso, que una persona sola y s
ficientemente divulgado ni difundido, mascota también constituyen u
dejando por esa razón lugar para el familia.
desarrollo del prejuicio, la discrim i­
nación y el maltrato. 4 - El embarazo y la m a te rn o ;: t~

adolescencia no son fenc~ e'. .

la raza negra o hispana -:
r Jui ¡aiñus pensdt que /as maares creyó en Estados Unidos
adfílssrpnttV .cinm vw * ufa-,
a ía íuz problemáticas profundas que racterístícos de los sectores más
/•/» « / i ^ pobres, ni del subdesarrollo.
paternidady los hijos - i
5- No hay una sola maternidad adoles­
Pensar que ellas r ...... r»e
cente, sino varias. El universo de la j
maternidad adolescente es diverso.
- ir:. /T : ,-t , , : rrtél i l i l í
i!.
 fenómeno construido: el
femado como problema es
. ' ; ‘.'acción. Cuando no ha­
lda peyorativo en ser madre
maternidad temprana no
. :s-ada problemática,
mal.
«mame avanzar en el corrí -
de velos de prejuicio que ha-
»ner que las madres adoles-
maltratan a sus hijos, que to-
■ ignorantes o promiscuas, vio-
i abusadas sexualmente, que
■s son objetos y no sujetos. Es
ante ver que los problemas
i inserción laboral, para conti-
is estudios, para conseguir una
la. son problemas e injusticias
sociedad y no consecuencias de
temidad adolescente.
b n embarazadas y tienen a sus
porque no conocen los métodos
"captivos?. Es probable que en
:s casos sea así y aquí la injus-
es que se oculte información y
Y ~ !ento sobre el funcionamien-
: :_erpo.
«en a sus hijos como un modo de
irse personas, porque todavía
le í que la mujer es valorada fun-
--mimente por los hijos que trae
_'cc?, es probable que haya si­
mes donde también esto suce-
:-:j í lo injusto es que nuestra
ecac aún siga poniendo a las mu­
ís casi en un único rol de
. ..ciaras biológicas, como lo
más importante y lo que justifica la
existencia.
¿Quedan embarazadas porque sien­
ten que sólo así serán queridas por
sus compañeros cuando les piden
"la prueba de amor” , suponiendo
que si tienen relaciones sexuales
sólo una vez y por amor jamás po­
drán embarazarse?
Muchas de estas cuestiones sobre
las que estoy escribiendo son válidas
para las mujeres en general, no sólo
para las adolescentes, pero ellas sir­
ven como chivos expiatorios de pro­
blemas que preferimos no ver.
Podríamos pensar que las madres
adolescentes, sin querer, han sacado
a la luz problemáticas profundas que
tienen que ver con la maternidad, la
paternidad y los hijos en general.
Pensar que ellas muestran con más
transparencia que los adultos la am­
bivalencia de los sentimientos, in­
cluido el sentimiento maternal.
Nuestro estudio y reflexión sobre
este tema podría llegar a contribuir
al desarrollo de una mirada más so­
lidaria y comprensiva sobre quienes
AlqUNOSPENSAMIENTOSSobREUMATERNÍdAcl ftdoiESCENTE
desde tan jóvenes se ven enfrentadas
a la lucha por la vida. Y en ese senti­
do, todo plan o proyecto de trabajo
estaría más cercano de las verdade­
ras necesidades de las mamás, pa-
pás e hijos.
*M aster en historia. Escritora
Ilustración: El correo de la Unesco, agosto-septiem­
bre 1982.
 Un desafío para
dos instituciones
M arcela C a v o
Viv ia n a M assobli

Relato de una experiencia interinstitucional que tiene como c : -

tagonistas principales a los alumnos y aiumnas de una esci-e a
pública. El desarrollo del proyecto, el impacto en la comunica:
educativa, las reflexiones de sus autoras conforman esta comun¡-
cación, cuyo título original es: «De los tornillos sin cabeza a los
tornillos con cabeza... de Diamante. Una experiencia interinstitu­
cional en el eje tecnológico desde un enfoque globalizador».

l título original de este dos instituciones con muchas gai

E
artículo puede resultar
ciertamente misterioso o
dar la impresión de no
tener nada que ver con
una experiencia educati­
va, que es lo que se
acostumbra a compartir en el mate­
rial de esta publicación. Pero sí, aun-
- que no lo crean, se trata
de una msravfttosa expe-
Z rienda educativa en
un
de hacer, de pensar, de imag:' •
fantasear y de “ aprender". Una
Universidad Nacional de Lanús
(UNLa), una institución joven, asm
profundo deseo de comunicarse r
la comunidad del espacio gecg ;
en el cual se encuentra insta ada,
“ una universidad urbana c: ~ :—
tida” , en la identificación
que cíe

< donde ef eje íecnoíógi-

c’tx c ecr (rrdxf<rr<z
protagonismo, Agua)
que los actores
alumnos que partici­
paron en ella.

O
>- Es una historia simple,
que habla del encuentro de if W 'i ^
 - is fízctocs Aña j'ararmnb. ¿a
■a escuela de educación bási-
f 60 de Villa Diamante, una
localidades menos favorecidas
• :o de Lanús, ubicada en un
■'agilizado, como tan
!*ente califican los franceses a
os barrios periféricos y
;rtes. Y en ella, un miembro
ulpo de conducción que des-
aba un doble rol, ya que tam-
rmaba parte del grupo de tra­
te la Universidad.
-bas potencias, un equipo de
.. -mpecinado en llevar a cabo
regencia innovadora en tecno-
; cartir del uso de un material
Mdado por nuestra sociedad
::em a de la sofisticación y la
ética: un mecano. Aquel viejo
■o con el que seguramente mu­
lé los que se encuentran leyen-
brán jugado. Pero no estaba
I mecano, estaba el director
sitro Interactivo Carlos
e t y su secretaria José, junto a
ectora de Educación Permanen-
»rgina Hernández, y Ana María
iamon, supervisora del área,
estos todos a establecer los
íes necesarios para que se pro-
9 el encuentro “ interinstitucio-
Y entre esos puentes figuraban
10 e! espacio físico, sino tam ­
il traslado de los chicos, las ga-
b y las gaseosas para la me-
a y todo el cariño del mundo
que se sintieran cómodos.
- se está olvidando de lo funda-
menfaí: ~eí maesíro": Carros
Trapani, que planificó, coordinó y
orientó, junto a la docente de los
chicos y la directora de la escuela, el
proceso de enseñanza y aprendizaje.
Una experiencia compartida.
¿Qué pasaba en ia escuela?
En la institución se analizaba la po­
sibilidad de tomar a chicos de dos
séptimos años del turno mañana,
que comparten a la docente
Graciela Álvarez en el área de cien­
cias naturales (titular desde hace
años en la escuela), para poder re­
gistrar el impacto de la experiencia
en el resto del ciclo lectivo y acom­
pañar la evolución en los dos suce­
sivos. Desde la universidad conside­
rábamos importante un grupo redu­
cido para analizar el proceso de
aprendizaje individual.
Al formularles a los grupos de 7o la
propuesta, se les planteó la forma­
ción de una com isión tecnológica.
Se les pidió que se anotaran quienes
sintieran interés, ganas de explorar
en el área y quienes asumieran el
compromiso de armar luego, en la
escuela, una Jornada de Tecnología
en la cual se mostrara lo realizado y
se narrara la experiencia vivida en la
universidad. En el marco de un pro­
yecto de convivencia (que lleva cua­
tro años de entusiasta y satisfactoria
aplicación en la escuela), los grupos
realizaron la “selección” de doce de