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ENFOQUE SKINNERIANO DE LA PSICOLOGIA

Aunque Watson no es el primero en propugnar la necesidad de una psicología


objetiva, la claridad y vigor combativo de su postura, en pugna con las concepciones
mentalistas de la época, lo convierten en un hombre clave para la psicología científica
moderna. Del conductismo de Watson - <<La psicología, tal como la ve el conductista,
es una rama puramente objetiva y experimental de la ciencia natural. Su rama
puramente objetiva y experimental de la ciencia natural. Su meta teórica es la
predicción y el control de la conducta>> (1913)- derivan los sistemas de Tolman,
Guthrie, Hull y, en general, todo lo que se ha dado en llamar <<teorías del
aprendizaje>>. En él tiene, en gran parte, su fundamento la exigencia metodológica de
B. F. Skinner.
Probablemente, en punto más importante de la revolución conductista de
Watson consiste en la proclamación explícita de que las mentes sólo se relacionan
entre sí a través de fenómenos físicos, mediante palabras u otros tipos de conducta
manifiesta. Dado que una ciencia es un conocimiento público, su objeto deber ser

observable por más de una persona. El llamamiento de Watson, negando la utilidad de


la mente como materia de estudio de la ciencia, ha tenido –y sigue teniendo- una
notable resonancia en los psicólogos preocupados por conferir a la psicología el
mismo rigor metodológico del que disfrutan, desde hace tiempo, otras ciencias. La
debilidad de Watson radica, posiblemente, en su insistencia en ceñirse estrictamente a
un modelo un tanto mecanicista S-R (estímulo-respuesta), adoptando una postura
radical insostenible.
Hull considera que la formula S-R es inadecuada para explicar las relaciones
entre el organismo y el ambiente, y la substituye por una psicología S-O-R
(estímuloorganismo-respuesta).

En realidad, Hull es, probablemente, el representante más


calificado del llamado conductismo deductivo y sus teorías del aprendizaje se
construyen principalmente, alrededor de las variable intermedias O, sirviéndose de las
variable S y R como punto de apoyo para las mismas.
En contraste con las teorías de Hull, Skinner intenta construir un sistema
empírico que no precise, prácticamente, de marco teórico para organizar los datos. El
sistema de Skinner puede considerarse como un conductismo descriptivo que coloca
especialmente su acento sobre las respuestas. Podría hablarse, quizá, de una
psicología de R, sin embargo, por muy fiel a Watson que sea en muchos puntos*,
Skinner es más realista e intenta tener en cuenta todos los dato. Aunque no se
interesa, como Hull o Tolman, por las variables intermedias, postula su existencia aun
permaneciendo firme, desde un punto de vista metodológico, en su principio de no
partir nunca de acontecimientos internos.
En nuestra opinión, el enfoque Skinneriano de la psicología se caracteriza por los
siguientes puntos:
a) Enfoque ateórico y puramente descriptivo.
b) Discriminación entre condicionamiento operante y respondiente, reducido este
último a una parte mínima de la conducta total del organismo.
c) Considerar que las leyes generales del aprendizaje son las mismas para
cualquier organismo, sea cual su especie.
d) Desconfianza frente a las técnicas estadísticas.

a) Enfoque ateórico y puramente descriptivo de la psicología


Mientras que la principal preocupación de Hull parece consistir en formular una
teoría y, luego verificarla, Skinner se limita a la descripción de hechos e intenta
prescindir de todo marco teórico, rechazando cualquier tipo de <<explicación>> de los
mismos.

Para Skinner, la misión de la psicología consiste en investigar las leyes existentes


entre variables observables, debe esforzarse por sacar a la luz del día lo que está
oculto en lugar de especular sobre ello. Skinner, a lo largo de toda su obra, mantiene
una actitud de desconfianza frente a cualquier explicación teórica que vaya más allá
de la conducta observable*; favorece, por el contrario, las descripciones operacionales
estrictas de las experiencias. El distintivo de sus investigaciones podría, quizás,
expresarse en una sola palabra; control.

Skinner sostiene que mediante una cuidadosa recogida de datos puede


conseguirse un progreso mucho mayor hacia una predicción y control de la conducta,
que a través de la formulación de grandes teorías. En uno de sus artículos más
polémicos, que lleva precisamente por título. ¿Son necesarias las teorías del
aprendizaje? (9), define claramente su postura:<<Que una teoría dé origen a
investigación no prueba su valor a menos que la investigación sea valiosa>>.
Las teorías le parecen pasatiempos (theories are fun), que son inútiles y
perjudiciales en la medida en que distraen al investigador del perfeccionamiento de
sus experiencias, lo llevan por caminos improductivos o fomentan definiciones
verbales de problemas que no pueden ser atacados experimentalmente. Sin embargo,
aun Skinner admite que una teoría de ciertas características puede llegar a
desempeñar un papel importante en psicología, siempre y cuando, desde luego, no
haga referencia a un sistema dimensional distinto. Aunque añade: <<parece que no
estamos todavía preparados para formular una teoría en este sentido>>.
b) Importancia concedida al modelo de condicionamiento operante con relación al
respondente
Desde los comienzos de su carrera, Skinner distingue entre las respuestas que
produce el organismo, de forma prácticamente automática, ante una estimulación
concreta -ejemplificada por las conductas del perro de Pavlov-, y las que emite dicho
organismo sin que exista, aparentemente, una estimulación. Las primeras son las
llamadas respuestas reflejas; a las segundas, Skinner las llama operantes. Una
operante es <<un tipo de respuesta que surge espontáneamente en ausencia de
cualquier estimulación con la que pueda ser específicamente correlacionada>> (3).
En el condicionamiento clásico o Pavloviano, el refuerzo no depende de la
respuesta sino del experimentador. El organismo parece adaptarse al medio pero no
actuar sobre él. En el modelo operante, en cambio, la respuesta es la condición del
refuerzo; el organismo debe actuar sobre el ambiente para obtenerlo. El mecanismo
del condicionamiento operante puede formularse diciendo que una respuesta tiende a
reproducirse si provoca la aparición de un acontecimiento que sea reforzante para el
organismo.

Como observará el lector de Ciencia y conducta humana, Skinner mantiene la


existencia de una distinción entre el modelo Pavloviano, cuyo campo de aplicación
quedaría limitado, en general, a las reacciones del sistema nervioso
autónomocontracciones

de músculos de fibra lisa y secreciones de glándulas-, y el modelo


operante, estrechamente relacionados con los músculos de fibra estriada,
responsables del movimiento del esqueleto y de ciertas acumulaciones de tejido, tales
como la lengua, el párpado y las cuerdas vocales. Sin embargo, este punto de vista se
ha puesto en tela de juicio últimamente (1967) por Miller, Carmona, Dicara y Trowill
quienes, al parecer, han conseguido condicionar, según el modelo operante,
reacciones viscerales (10).
El problema de las posibles conexiones entre el condicionamiento reflejo y el
operante, creemos que no se puede considera todavía resuelto. Por otra parte,
algunos autores-procedentes, en gran parte, de la psicología soviética-parecen no
compartir esta necesidad de distinguir entre ambos tipos de condicionamiento y suelen
considerarlos como variantes de un mismo proceso.
En cualquier caso, sea cual sea la solución final, es innegable que el modelo
operante ofrece al experimentador un campo extraordinariamente rico y fructífero de
posibilidades. En la actualidad, las técnicas de condicionamiento operante-aparte de
su uso en el campo de la enseñanza y la terapéutica clínica- se utilizan ampliamente
en las investigaciones neurofisiológicas y psicofarmacológicas.
En demostraciones públicas y utilizando animales sin experiencia previa, Skinner
ha demostrado, por ejemplo, que el aprendizaje del organismo, no sólo se encuentra
por completo bajo el control del experimentador, sino que los fenómenos que tiene
lugar pueden ser descritos perfectamente en términos del sistema. A juicio de Hilgard
(11), ningún otro autor ha sido capaz de adiestrar un animal de forma tan rápida y
predecible como Skinner.

c) Las leyes generales del aprendizaje son las mismas para cualquier organismo,
sea cual sea su especie.
De acuerdo con el punto de vista de Skinner, en condiciones de refuerzo similar a
todos los organismos reaccionan de la misma manera. En una sus últimas
obrasTechonology
of
Teaching
(12)-,
escribe
<<Se
han
obtenido
resultados
comparable
en

palomas,
ratas,
perros,
monos,
niños
e
individuos psicóticos. A pesar de las grandes
diferencias que los distinguen desde el punto de vista filogenético, todos estos
organismo dan muestra de propiedades sorprendentemente similares en los procesos
de aprendizaje>>.
Para demostrar este principio se ha llegado a condicionar pulpos para que
accionen una palanca o a peces para eviten, periódicamente, una descarga eléctrica.
Que las leyes generales del aprendizaje sean las mismas para todas las especies
no significa, sin embargo, que las acciones concretas que ejecuta el pez tengan que
ser las mismas que las de la rata o el niño.

En este aspecto, son interesantes los trabajos de Bittermann en 1965 (13) que
muestran que, en los vertebrados, lo que evoluciona con el desarrollo del cerebro es la
aptitud para adaptarse a los cambios de valor condicional de respuesta fácilmente
discrimínales.
Es decir, un pez, por ejemplo, puede aprender a asociar la comida con el
accionamiento de un dispositivo tipo A discriminándolo de un dispositivo tipo B, pero si,
una vez condicionado, se intenta que invierta la discriminación y que, a partir de un
momento dado, solo obtenga comida si acciona el dispositivo B y no el A, el pez no
será capaz, probablemente, de modificar su conducta primitiva. Este cambio de
comportamiento, sin embargo, es fácil para la rata y mucho más fácil para el mono.
Este enfoque Skinneriano de las leyes generales del aprendizaje con
independencia de la especie, puede permitirnos hacer extensivos al campo humano
interesantes descubrimientos realizados en el laboratorio animal, en área-o
condiciones de control- que no podrían atacarse directamente por razones éticas o de
complejidad.
Por otra parte, este estudio sistemático de las especies inferiores para extrapolar
sus resultados al hombre no es nuevo ni revolucionario. Gran parte de los trabajos
efectuado para averiguar el funcionamiento del cerebro se han llevado a cabo con
animales a los cuales se les ha extirpado algunas zonas del mismo, se les han
implantado electrodos, se les han producido lesiones químicas o quirúrgicas, etc. En el
campo de la genética, algunas investigaciones solo pueden levarse a cabo con
animales de ciclos de vida muy corto, como la mosca; en un estudio genético, a un
investigador le resultaría imposible observar más de dos o tres generaciones de seres
humanos. En la inmunología, gracias al laboratorio animal se han logrado avances
espectaculares, luego aplicados con éxito al hombre, que no hubieran podido
conseguirse de otra manera.
La postura de Skinner se encuentra en la línea del famoso principio de economía o
navaja de Occam, enunciado a principios del siglo XIV, y del llamado Canon de
Morgan (1894); <<En ningún caso podemos interpretar una actividad como el
resultado de una actividad psíquica superior, si puede interpretarse como resultado de
otra facultad que se encuentra situada en lugar inferior, en la escala de la evolución
psicológica y el desarrollo>> (14).
En cualquier caso, como afirma el propio Skinner en la obra que nos ocupa –
Ciencia y conducta humana-; <<Sería temerario afirmar que no existe ninguna
diferencia esencial entre la conducta humana y la conducta de las especie inferiores,
pero, hasta que se haya intentado tratar con ambas en los mismos términos, sería
igualmente temerario afirmar que existe>>.
d) Desconfianza frente a las técnicas estadísticas.
Skinner cree que la estadística cubre, a menudo, los fallos de muchas
investigaciones experimentales. De acuerdo con su tesis, el error experimental es
debido, principalmente, a dos causas:
a) Las diferencias individuales entre los sujetos sometidos a experimentación.

b) Ineficacia de los procedimientos de control.

Para combatirlas, Skinner propone, por una parte, utilizar un único sujeto en
edad experiencial y, por otra, establecer una condiciones de control
extraordinariamente rigurosas*.
Las experiencias de Skinner suelen ser de larga duración y las reacciones
del sujeto con registradas, habitualmente, durante cientos de horas. En el libro
Shedules of reinforcement (15), realizado en colaboración con Fester, se
informa sobre 70.000 horas de conducta registrada, lo cual supone cerca de un
cuarto de billón de respuestas.
Esto explica también, en parte, la dificultad para llevar a cabo este tipo de
experiencias con una muestra representativa.
En la práctica, una vez se ha comprobado en uno de estos experimentos
que determina manipulación de la variable independiente afecta a la frecuencia
de respuesta (generalmente, numero de picotazos o presiones de palanca por
unidad de tiempo), se efectúan experiencias similares con un corto número de
sujetos. Cuando, bajo condiciones de control rigurosas, se observan
alteraciones de conducta parecidas en diferentes sujetos, los resultados se
generalizan.
En opinión de Skinner, los cambios de conducta registrados en la situación
experimental normalizada-la caja de Skinner- son tan claros que hacen
innecesarias las pruebas estadísticas. En su artículo Reinforcement today (16)
llega a decir: <<La mayoría de lo que sabemos sobre los efectos de complejos
programas de refuerzo lo hemos aprendido en una serie de descubrimientos
ninguno de los cuales habría merecido la aprobación de un estudiante de
estadística elemental. Por fortuna, un enfoque estadístico es, precisamente,
equivocado. Las curvas que obtenemos no pueden ser promediadas o
suavizadas de otra forma, sin destruir propiedades que sabemos tiene
primordial importancia>>.
SKINNER Y LA ENSEÑANZA
En 1953, en el transcurso de una visita que efectúa Skinner a la escuela
de su hija menor, tiene ocasión de asistir a una clase de aritmética. En su
autobiografía (1), escribe. <<Súbitamente, la situación me pareció
completamente absurda. En el aula encontraba reunidos veinte organismos
extremadamente valiosos. Sin ninguna culpa de su parte, la maestra violaba,
uno tras otro, casi todo nuestros conocimientos sobre el proceso de
aprendizaje>>. Un año más tarde, en el transcurso de una conferencia
pronunciada en la universidad de Pittsburg, Skinner presenta una máquina
capaz de enseñar la ortografía y la aritmética.
Una serie de proyectos de este tipo conducen a la creación de un
Comité de Instrucción Programada. Aunque el invento de las máquinas de
enseñar puede ser atribuido a Pressey- el cual ya utilizaba un aparato de
respuestas múltiples hacia 19226 (17)-, Skinner es considerado como el
pionero de la programación y uno de los principales responsables de la enorme
corriente de interés existente en la actualidad por las máquina de enseñar. En
colaboración con Holland, publica, en 1961, uno de los mejores textos
programados existentes en el mercado (18).
Para Skinner, la enseñanza de un niño y el aprendizaje de una rata son
procesos similares: primero, se provoca la conducta que se desea instaurar; a
continuación, y de la forma más inmediata posible, se proporciona la
recompensa o refuerzo. El organismo aprende las respuestas que han sido
recompensadas.
En 1968 patenta un nuevo método de enseñar a escribir, llamado
<<Escribe y mira>>, que utiliza un cuaderno especial y una tinta que sólo es
visible si el niño escribe la letra o palabra apropiadas. Esta técnica asegura una
corrección instantánea y, por esta razón, un refuerzo positivo eficaz.
En una de sus obras más recientes (12), Skinner presenta una síntesis de
sus puntos de vista en el campo de la enseñanza. A continuación anotamos
algunos de ellos:
1) Considera como un fracaso un sistema escolar que sólo consigue que
los alumnos aprendan, a través de la amenaza (por ejemplo, el temor al
suspenso).
2) El fruto de la amenaza y el castigo –tal como se ha demostrado
experimentalmente- no es una actividad intelectual estimulante y
creadora, sino las estériles reacciones emotivas de ansiedad,
culpabilidad o terror, ante la simple visión de un silogismo o una integral.
3) Aunque a primera vista, a quienes lo acusan superficialmente de
<<mecanicista>> pueda parecerles paradójico, protesta contra las
modernas escuelas que sacrifican parte de los intercambios profesoralumno
en
aras
de
una
mayor
utilización
de
los
medios
audios
visuales,

destinados
únicamente
a
presentar
materias.
<<El
alumno-dice
Skinner-

se
transformará
en
un
receptor
cada
vez
más
pasivo>>.

4) Llama la atención sobre el hecho de que mientras que, en el laboratorio,


se ha demostrado que un retraso de algunos segundos entre la
respuesta y el refuerzo elimina, prácticamente el efecto de este último,
en clase suelen transcurrir varios minutos, horas e incluso días entre las
conducta escrita de un alumno, por ejemplo, y su aprobación o crítica
por el profesor. <<Lo más sorprendente, a decir verdad, es que tal
sistema pueda, a pesar de todo, obtener algún rendimiento positivo>>.

5) En ningún momento disimula sus críticas a la enseñanza tradicional que


<<reduce la importancia de los conocimientos concretos en beneficio de
vagos ideas-educar para la democracia, educar la totalidad de la
persona, educar para la vida, etc. >>. Una vez formulados tales objetivos
<<se permanece a este nivel, desgraciadamente, todas estas filosofías
se mantienen mudas en cuanto a los métodos. No ofrecen ayuda alguna
para conducir mejor, en la práctica cotidiana, la marcha de la clase>>.

Sin embargo, no es este el momento ni el lugar para exponer, con detalle,


las concepciones y técnicas educativas de Skinner. Quienes se interesen por el
tema pueden acudir a la obra citada (12) y, probablemente, no se sentirán
defraudados. Para Skinner, <<la enseñanza es una forma expeditiva y
concentrada de provocar el aprendizaje>>. <<Enseñar – afirma- equivale a
organizar contingencias de refuerzo>>*.
SKINNER Y LOS METODOS TERAPEUTICOS
Dentro de las modernas técnicas terapéuticas conocidas con el nombre
de behaviour therapy, el modelo operante es ampliamente utilizado. En la
actualidad, cuando se usan procedimientos que tienen su fundamento directo
en los hallazgos de Skinner – y más especialmente en su técnica de modelado
de la conducta a través de aproximaciones sucesivas* - se habla incluso ya de
reinforcement therapy.
Aunque podríamos, quizá, remontar el origen de la behaviour therapy a
la célebre experiencia de Watson con el pequeño Albert (1920), su aceptación
y desarrollo son frutos de los últimos quince años.
El auge actual de las terapéuticas de base conductista- al menos, en
otro país- coincide con <<la contestación>> de la psicoterapia. Eysenck, por
ejemplo, al examinar las pruebas de que se dispone, llega a la conclusión de
que no existe, hasta el momento, evidencia alguna que demuestre que los
tratamientos psicoterapéuticos. Freudianos o de otro tipo, sean eficaces para
mejorar a los pacientes neuróticos (20).
De acuerdo con el punto de vista de la behaviour therapy, las conductas
anormales o poco adaptativas han sido aprendidas por el individuo a través de
su interacción con el medio. En líneas generales, los síntomas son la
enfermedad. El tratamiento consistirá, por tanto, en eliminar los síntomas del
paciente, logrando que éste <<desaprenda>> alguna conducta poco adecuada
o aprenda una conducta nueva que sea apropiada al caso.

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