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“La práctica del intrusismo incide en la informalidad del turismo en la ciudad de Puno-2019”

En España (Andalucía) el sector turístico se ha convertido en una herramienta primordial para


el desarrollo económico, social y cultural de los territorios dada su elevada participación a la
creación de empleo y sustentabilidad, su carácter equilibrador de la balanza de pagos, su
aportación al desarrollo armónico y equilibrado del territorio afectando positivamente a las
zonas más desfavorecidas, o su naturaleza generadora de efectos dinamizadores en otros
sectores económicos.

Actualmente, el sector turístico se sustenta sobre un modelo basado en los criterios de calidad,
competitividad, diversificación y sostenibilidad, estos principios tratan de responder a las
demandas del turista actual. Este modelo y los principios inherentes al mismo se enfrentan a un
problema que se ha ido extendiendo progresivamente: el intrusismo en la prestación de
servicios turísticos, prácticamente es la prestación de actividades turísticas por
establecimientos y agentes clandestinos que desarrollan sus servicios sin estar habilitados para
ello y, por lo tanto, sin ajustarse a los criterios de calidad, seguridad e infraestructura que exige
el ordenamiento jurídico turístico, se está convirtiendo en un fenómeno que entorpece las bases
estructurales del modelo turístico vigente.

Estos prestadores turísticos se mantienen alejados de la legalidad, de los controles


administrativos e impuestos tributarios sobre el propio concepto de empresa turística, ya que a
esta categoría están integradas únicamente aquellas reconocidas formalmente por medio de
la declaración responsable o, en su caso, de la autorización administrativa. Por este motivo, las
leyes autónomas de turismo que tratan el intrusismo profesional lo hacen en sede del estatuto
jurídico de la empresa turística.

La existencia de prestadores turísticos que actúan de forma clandestina se debe a causas de


carácter coyuntural, la situación económica respalda la aparición de sujetos turísticos y no
turísticos que intentan obtener un beneficio “extra” reduciendo costes legales, y de carácter
estructural, es decir, aquellas que derivan del propio modelo turístico. Entre éstas, las exigencias
de diversificación y el gran dinamismo del sector han provocado el aparecimiento de nuevas
tipologías de prestadores difíciles de controlar y sobre los que aún no existe una ordenación
jurídica que responda a este problema.

La industria turística es un sector dinámico y en continua evolución que intenta buscar


constantemente nuevas y originales formas de oferta, esto da vida al surgimiento instantáneo
de prestadores clandestinos que tratan de dar respuesta a las nuevas demandas del turista. De
la misma forma, la complejidad de la actividad turística y los cambios en la comercialización a
través de las nuevas tecnologías sobrellevan una creciente personalización de los viajes y una
nueva forma de “hacer turismo” a través de Internet, facilitando la promoción y oferta de
servicios turísticos clandestinos.

En Perú, no cabe duda que el turismo en cualquiera de sus modalidades es vital como fuente de
ingresos, en el caso de los guías oficiales de turismo, han tenido que pasar por unas pruebas que
les habilitan para el ejercicio de la profesión. Nadie está nunca libre de crítica, pero hay que
reconocer que es un sector muy activo, que lucha porque la imagen del destino no disminuya y
que los visitantes se lleven una buena impresión. Además de ello, pagan sus impuestos y sus
servicios computan dentro de la actividad turística.

La mayoría de los guías en nuestro país son gente preparada, que ha tenido que luchar
arduamente por mantenerse en una profesión que exige mucho esfuerzo y constante
actualización. Mucha paciencia para lidiar con diferentes tipos de turistas, no siempre fáciles de
manejar. Una buena disposición al servicio, ofreciendo al visitante la mejor y más atractiva cara
del destino, brindando siempre un servicio de alta calidad.

Un tema delicado en cualquier ámbito es el del intrusismo profesional. Está claro que, con la ley
en la mano, tienen toda la razón cuando denuncian el ejercicio de la actividad por personas que
no se encuentran en posesión del título administrativo, ya que estas personas reducen las
oportunidades de trabajo a los profesionales en Turismo, lamentablemente no hay interés de
control por parte de las autoridades. Es más, incluso puede parecer que en algunos periodos
pueden apoyar otro tipo de alternativas.

Es claro que en el sector no se debe permitir que personas poco capacitadas puedan ejercer
una actividad que, en algunas modalidades, no solo afecten negativamente a la imagen del
destino y a la experiencia del turista, sino a la propia seguridad.

Formulación del problema de investigación:

a. Pregunta general:

¿Cómo incide la práctica del intrusismo en la informalidad del turismo en la ciudad de puno
2019?

b. Preguntas especificas

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