Todos somos protagonistas en la misión de la Iglesia

La misión en el corazón de la fe cristiana

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El papa Francisco nos recuerda: “La misión de la Iglesia está

Año XLIV, Nº 2.314 Domingo de Pascua de Resurrección 21 de abril de 2019
animada por una espiritualidad de éxodo continuo. Se trata de «salir
de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del Evangelio» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20).
La misión de la Iglesia estimula una actitud de continua pere-
grinación a través de los diversos desiertos de la vida, a través de
las diferentes experiencias de hambre y sed, de verdad y de justicia.
La misión de la Iglesia propone una experiencia de continuo exilio,

¡Resucitó,
para hacer sentir al hombre, sediento de infinito, su condición de
exiliado en camino hacia la patria final, entre el «ya» y el «todavía
no» del Reino de los Cielos” (2017).
resucitó!
DIOS NOS HABLA CADA DÍA Suscripciones
El Domingo de Resurrección es el y humanidad... Y la esperanza, pues
Lu 22: Hech 2, 14. 22-33; Sal 15, 1-2. 5. 7-11; Mt 28, 8-15. Centro Bíblico día más importante del Año Litúrgico; –aunque muchas veces no lo sintamos
LUNES DE LA OCTAVA DE PASCUA (Sta. Karina)
en él celebramos lo central de nuestra ni lo experimentemos sensiblemente–
Ma 23: Hech 2, 36-41; Sal 32, 4-5. 18-20. 22; Jn 20, 11-18. fe: que Jesús ha resucitado y vive con tenemos el pleno convencimiento de que
MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA
(S. Jorge/ S. Adalberto)
nosotros para siempre. En efecto, quien nada nos apartará del amor de Dios.
por nuestros pecados murió en cruz hoy Pero lo más maravilloso de la Resu-
Mi 24: Hech 3, 1-10; Sal 104, 1-4. 6-9; Lc 24, 13-35.
MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA se alza victorioso sobre las sombras de la rrección es que esta no solo atañe a
(S. Fidel de Sigmaringen/ Sta. María Eufrasia Pelletier) Recíbela muerte, para que nosotros, sus hermanos, Jesús; en ese sentido, Pablo es muy
Ju 25: Hech 3, 11-26; Sal 8, 2. 5-9; Lc 24, 35-48. en tu tengamos vida y vida en abundancia. claro cuando se dirige a los cristianos de
JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Marcos)
domicilio Al igual que Pedro, también noso- Colosas: «Ya que ustedes han resucitado
Vi 26: Hech 4, 1-12; Sal 117, 1-2. 4. 22-27; Jn 21, 1-14. tros –gracias al don precioso de la con Cristo, busquen los bienes de arriba».
VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
(Stos. Marcelino y Cleto) Eucaristía– podemos afirmar que «hemos Es decir, para el seguidor de Jesucristo la
comido y bebido con él después de su resurrección es ya una realidad en él, de
Sá 27: Hech 4, 13-21; Sal 117, 1. 14-16. 18-21; Mc 16, 9-15.
SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA Resurrección». De este modo, también la cual se desprende todo su actuar y ese
Do 28: 2° de Pascua o de la Divina Misericordia
Tel.: 227200300/328 - +56940677313 nosotros hemos sido constituidos testi- «anhelar de los bienes celestiales». En
Hech 5, 12-16; Sal 117, 2-4. 22-27; Apoc 1, 9-13. 17-19; Jn 20, 19-31. suscripciones@sanpablochile.cl gos del Resucitado y anunciadores de la otras palabras, nosotros amamos no para
(S. Pedro Chanel/ S. Luis María Grignion de Monfort) www.sanpablochile.cl Buena Noticia. alcanzar la salvación, no; más bien todo

Si algo ha de caracterizar la vida lo contrario: nosotros amamos como
“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. EL DOMINGO del cristiano, eso ha de ser la alegría respuesta y en agradecimiento a Dios.
Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.
Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.
MARZO - ABRIL 2019
y la esperanza. La alegría, pues Dios ¡Amamos porque hemos sido ya salvados!
Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,
Santiago Centro - Tel.- 227200300 ha triunfado sobre todo aquello que,
E-mail: suscripciones@sanpablochile.cl - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl
poco a poco, pretende quitarnos vida Comisión Nacional de Liturgia
Impresor: Graficandes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal. 00200732
 Ciclo C - Color Blanco
1. Ambientación
Con profunda alegría, dispongámonos a cele-
brar la Resurrección del Señor. Él ha entregado
su vida por nosotros y ha resucitado para que
también nosotros tengamos vida en él. Llenos
de esperanza y unidos como comunidad de fe,
iniciemos nuestra celebración cantando a todo
pulmón.
Monición a las lecturas bíblicas
En la primera lectura, Pedro da testimonio de Jesús
resucitado, quien «pasó haciendo el bien y curando
a los oprimidos». El salmo expresa nuestro gozo
ante la bondad y la misericordia de Dios, que este
día alcanza su plenitud. Pablo, por su parte, nos
recuerda que también nosotros hemos resucitado
junto con Cristo y debemos vivir acorde a dicha
realidad. El evangelio, finalmente, nos invita a ver
“más allá” del sepulcro vacío: nos invita a ver con
el corazón, nos invita a creer...
2. Primera Lectura Hech 10, 34. 37-43
Lectura de los Hechos de los
Apóstoles. Pedro, tomando la
palabra, dijo: «Ustedes ya sa-
ben qué ha ocurrido en toda
Judea, comenzando por Gali-
lea, después del bautismo que
predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de
Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de
poder. Él pasó haciendo el bien y sanando
a todos los que habían caído en poder del
demonio, porque Dios estaba con Él. Noso-
tros somos testigos de todo lo que hizo en
el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos
lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y le conce-
dió que se manifestara, no a todo el pueblo,
sino a testigos elegidos de antemano por
Dios: a nosotros, que comimos y bebimos
con Él, después de su resurrección. Y nos en-
vió a predicar al pueblo, y a atestiguar que
Él fue constituido por Dios Juez de vivos y
muertos. Todos los profetas dan testimonio
de Él, declarando que los que creen en Él re-
ciben el perdón de los pecados, en virtud de
su Nombre».
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
3. Salmo Sal 117, 1-2. 16-17. 22-23
R. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémo-
nos y regocijémonos en él.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor! Que lo diga el
pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! R.
La mano del Señor es sublime, la mano del
Señor hace proezas. R.
No, no moriré: viviré para publicar lo que
hizo el Señor. R.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular. Esto ha sido he-
cho por el Señor y es admirable a nuestros
ojos. R.
4. Segunda Lectura Col 3, 1-4
Lectura de la carta del Após-
tol san Pablo a los cristianos
de Colosas. Hermanos: Ya que
ustedes han resucitado con
Cristo, busquen los bienes del
cielo donde Cristo está sentado a la dere-
cha de Dios. Tengan el pensamiento pues-
to en las cosas celestiales y no en las de la
tierra. Porque ustedes están muertos, y su
vida está desde ahora oculta con Cristo en
Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es la
vida de ustedes, entonces ustedes también
aparecerán con Él, llenos de gloria.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación al Evangelio
Aleluia. Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmo-
lado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua.
Aleluia.
5. Evangelio Jn 20, 1-9
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Juan.
El primer día de la semana, de
madrugada, cuando todavía
estaba oscuro, María Magdale-
na fue al sepulcro y vio que la piedra había
sido sacada. Corrió al encuentro de Simón
Pedro y del otro discípulo al que Jesús ama-
ba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron
al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el
otro discípulo corrió más rápidamente que
Pedro y llegó antes. Asomándose al sepul-
cro, vio las vendas en el suelo, aunque no
entró. Después llegó Simón Pedro, que lo
seguía, y entró en el sepulcro; vio las ven-
das en el suelo, y también el sudario que
había cubierto su cabeza; este no estaba
con las vendas, sino enrollado en un lugar
aparte. Luego entró el otro discípulo, que
había llegado antes al sepulcro: Él también
vio y creyó. Todavía no habían comprendi-
do que, según la Escritura, Él debía resucitar
de entre los muertos.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
¿Hasta qué punto mi vida da testimonio de Jesús
resucitado? ¿Me muestro como testigo creíble
de la resurrección? ¿Vivo con gozo y alegría
la bondad y la misericordia de Dios? ¿Aspiro
con pasión a los «bienes de arriba»? Mi fe en
la resurrección, ¿afecta la manera en que me
relaciono con los demás?
6. Oración Universal
M. Con la confianza de sabernos hijos muy
queridos del Padre, de quien procede toda
bondad y misericordia, elevemos nuestras
oraciones a Dios en este día en que celebramos
la resurrección de su Hijo Jesucristo.
1.- Por el Santo Pueblo fiel de Dios, para que
la unción del Espíritu Santo recibida en el
bautismo se traduzca en participación eclesial
activa y responsable. Roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor, te rogamos.
2.- Por todos aquellos que ejercen algún tipo
de autoridad, para que el poder que les ha sido
conferido sea usado siempre con humildad
y sencillez, en servicio y bien de los demás.
Roguemos al Señor. R.
3.- Por los más pobres y por los que sufren
diversos tipos de discriminación, para que el
gozo de la resurrección les llegue a ellos en
primer lugar, como a los favoritos de Dios.
Roguemos al Señor. R.
4.- Por las necesidades de esta comunidad, que
con alegría se reúne a celebrar la resurrección
de Jesús, para que tú, Padre, la bendigas con
toda clase de dones y la asistas en sus múltiples
necesidades. Roguemos al Señor. R.
(Se pueden agregar otras peticiones de la
comunidad)
M. Atiende, Padre bueno, estas oraciones
que con fe te hemos presentado; atiende
también lo que está en lo más profundo de
nuestro corazón. Sabemos que tú siempre
nos escuchas, una vez más te lo pedimos por
Jesucristo nuestro Señor.
Alabanza y Preparación a la Comunión
Para las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero
(ADAP) y la Comunión a los Enfermos.
M. Señor Jesús, tú fuiste fiel a tu Padre
Dios y a tus hermanos los hombres; por
esa fidelidad a toda prueba y por tu amor
incondicional, recibe nuestra alabanza y
agradecimiento.
1.- Tú, que con valor y entereza caminaste
hacia la Cruz por nosotros los pecadores,
sostennos y fortalécenos en nuestros mo-
mentos de debilidad.
R. ¡Señor Jesús, llévanos al Reino de tu luz
admirable!
2.- Tú, que pasaste haciendo el bien y sa-
nando a los enfermos, apiádate de nuestros
dolores y enfermedades, y si es tu voluntad
regálanos el don de la salud. R.
3.- Tú, que siempre acogiste con cariño a los
más pequeños, a los débiles y a los pobres;
apiádate de todos los que sufren y sírvete de
nosotros para hacerles llegar los dones de tu
salvación. R.
M. Te damos gracias, Señor, porque tú siem-
pre nos escuchas. Ahora, como hijos de un
mismo Padre, confiadamente nos atreve-
mos a decir: Padre nuestro...
Sugerencias de cantos
Somos un Pueblo que camina/ Después de
preparar/ ¡Resucitó, resucitó!/ María, Mírame.