ESPECIALIZACIÓN EN PEDAGOGÍA
Astrid Bastidas- Magíster en Educación
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INTRODUCCIÓN
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NOTA DE OBSERVACIÓN. Este documento es un apartado de la investigación “Significado y Sentido de la
Fundamentación Epistemológica de las Investigaciones en Educación” y de conferencias aún sin publicar, por
tanto tiene una autoría, la cual puede ser consultada, pero debe estar debidamente citada.
¿QUÉ ES CIENCIA?
En concordancia con lo anterior, se abre otro concepto sobre el cual se
requiere hacer precisión, y es el referente al de ciencia, donde empieza a ser
evidente la importancia de estar presente el pensamiento, el lenguaje y la
acción.
Ahora bien, después de ver estas acepciones, es preciso tener en cuenta, ¿qué
se entiende por técnica científica y tecnología científica?, aspectos sobre los
cuales se ampliará en la clase magistral.
Con el revisionismo del siglo XIII sobre el método inductivo-deductivo propuesto por
Aristóteles y representada por los filósofos R. Grosseteste (1168-1253), Roger Bacon
(1214-1292), Duns Scoto (1265-1208), Guillermo de Occam (1280-1349) y Nicolás de
Autrecourt (1300-1350), y a causa de una serie de cambios socioculturales que
además incidieron en la historia de las ideas, se genera el llamado “giro copernicano”
de gran incidencia en el siglo XVI. Esta perspectiva presenta al universo como flujo de
acontecimientos que están presentes en la realidad gracias a leyes predeterminadas,
cuyo interés es de orden pragmático y su objeto de buscar las leyes matemáticas que
develen la estructura real del mundo físico (Mardones, 2001, p. 17). Esta nueva
ciencia va a considerar como explicación científica de un hecho, aquella que venga
formulada en términos de leyes que relacionan fenómenos con números y así
establecer hipótesis causales, las cuales son comparadas con las consecuencias
deducidas de la observación, para luego darles su valor explicativo.
El mismo proceso vivido al interior de éstas permite identificar una polémica muy
interesante entre “Verstehen” o comprensión (el significado y el sentido de los
fenómenos, sucesos o acontecimientos propios de las ciencias humanas y sociales) y
“Erklären” o explicación (relación antecedente-consecuente entre fenómenos o
variables expresadas matemáticamente propios de las ciencias físico naturales), la
cual está precedida por el pensamiento lógico-matemático que se configura a través
de leyes, las cuales tienen una implicación universal de correlación regular o uniforme
de fenómenos (Hampel, citado por Mardones y Ursúa, 2001, p. 28).
Es así que Droysen, Dilthey, Simmel y Marx Weber con Wildeban y Ticket, asumieron
la tarea de fundamentar la comprensión (Verstehen) para reivindicarla como el método
propio de las ciencias humanas y sociales; donde sus objetos de conocimiento poseen
una relación de valor que hace que dichos objetos deban ser entendidos con una
significatividad distinta a la que poseen los objetos de las ciencias naturales,
circunstancia que permite al estudioso de las ciencias humanas y sociales, realizar
una comprensión de los significados, porque comparte con su objeto de conocimiento
los valores que le atribuyen significado. En este contexto, no es posible desvincular el
investigador y la realidad investigada en las ciencias humanas, situación que genera
otras condiciones metodológicas para el análisis sobre los significados y su
intencionalidad (Mardones y Ursúa, 2001, pp. 147-148).
Para el siglo XX, este debate entre explicación y comprensión continuó en dos etapas:
una, la generada entre el Racionalismo crítico (Popper y Albert) y la Teoría Crítica de
la primera generación de la escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno, Marcuse,
Löventhal y Polloch), donde el Racionalismo Crítico se interesa en exponer sus ideas a
partir de argumentos lógico-epistemológicos, y la posición del Teoría Crítica es ir más
allá de las afirmaciones poperianas respecto al origen del conocimiento, así como al
método científico, la objetividad de la ciencia en general y la de las ciencias humanas y
sociales en particular, centrados en el interés que mueve a las ciencias sociales.
Una segunda fase de este debate, lo constituye intención contra explicación. Aquí la
discusión está encaminada en los juegos del lenguaje frente a las leyes generales
propuestas por el método deductivo, expuestas por Hempel de quien ya se habló
anteriormente. La teoría de éste último gira en torno a la aplicación de un esquema de
leyes generales deducibles a la historia (todos los A son B), donde las leyes enuncian
de manera regular, la correlación de fenómenos (Mardones y Ursúa, 2001, p. 28). Al
respecto Dray (1957) en su obra “Leyes y Explicación en la Historia” refuta a Popper y
a Hempel al expresar que las explicaciones históricas no se fundamentan en leyes
generales, sino que “esa acción fue el proceder adecuado para la ocasión
considerada” (Mardones y Ursúa, 2001, p. 28). El anterior argumento que es validado
por Von Wrigth por cuanto reconoce que toda explicación histórica tiene sus propias
particularidades lógicas, pero pone de manifiesto que los aspectos teleológicos no han
sido tenidos en cuenta por Dray, ya que su modelo de explicación proviene de los
planteamientos de las ciencias del espíritu, como ya lo había señalado en el siglo
pasado Dilthey. (Mardones y Ursúa, 2001, p. 28).
De tal manera que para Von Wright, el silogismo práctico es, en el ámbito
metodológico, la herramienta que provee a las ciencias humanas y sociales de “un
modelo explicativo legitimo por sí mismo que constituye una alternativa definida al
modelo de cobertura legal teórico subjetivo”. (Mardones y Ursúa, 2001, p. 29).
Otros defensores del método comprensivo de los fenómenos sociales son Tylor y P.
Winch. En especial este último, quien es influenciado por Wittgestein II y por la
“sociología comprensiva” de Weber al centrarse en los criterios de la acción social,
donde el investigador tiene que hacer uso comprensivo de los datos de la conducta
social que observa y registra, para así tratarlos como hechos sociales. Para tal
proceso, no basta con la descripción interpretativa de los datos a partir de la creación
de conceptos, sino que se requiere conocer las reglas que determinan la “realidad
social” de los agentes estudiados. Es necesaria la comprensión de las reglas de juego
para poder comprender el comportamiento en sociedad. Para tal fin, es necesario que
“la explicación científica de la conducta social se servia de la misma estructura
conceptual utilizada por los agentes sociales estudiados”, a fin de presentar una
interpretación lo más cercana posible a lo expuesto por los actores de los eventos
analizados. (Mardones y Ursúa, 2001, p. 29).
Este proceso vivido al interior de la ciencia a partir de las dos tendencias o visiones de
ciencia que luego llevaron al debate entre explicación y comprensión, subyacen sobre
la visión de ciencia que se genera a partir del siglo XX y que se ponen de manifiesto al
interior de las diferentes tendencias que se desarrollan en el siguiente apartado.