LOS FIRMICUTES Y LOS BACTEROIDES SON LOS GRUPOS MÁS ABUNDANTES REPRESENTAN EL
70% Y EL 30% RESTANTE MAYORMENTE ESTA COMPUESTO POR ACTINOBACTERIA Y UNA
MÍNIMA PARTE POR OTROS.
EL NERVIO VAGO y
LA MICROBIOTA INTESTINAL
Su acción estimula el sistema nervioso parasimpático (descanso y digestión) a partir del ¨tono
vagal¨.
El estímulo al tono vagal puede mejorar los niveles de glucosa sanguínea, reducir el riesgo de
enfermedad cardiovascular, disminuye la presión arterial, reduce migrañas y favorece la
digestión por producir enzimas digestivas.
Cuanto más estimulado esté el tono vagal, mejor humor, menor ansiedad y un mayor y mejor
manejo del stress.
Uno de los roles más interesantes del nervio vago es que ¨lee¨ a la microbiota intestinal e inicia
una respuesta para modular la inflamación según detecte o no algún organismo patógeno, así
es como las bacterias intestinales pueden influir en nuestro estado de ánimo, stress o
inflamación.
Una demostración más de que cerebro e intestino están directamente conectados siendo
su cuidado importante en ambos sentidos: estimular el nervio vago para evitar inflamación
intestinal y los problemas a la salud que ello acarrea, y favorecer el desarrollo de bacterias
benéficas para estimular al nervio vago.
Optar por una alimentación rica en fibra, alimentos no procesados libres de aditivos y
conservantes, y aumentar el consumo de alimentos fermentados es un paso clave en el
cuidado de nuestra salud.