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ADMINISTRACIÓN SABIA DE UN HOGAR

La Palabra de Dios asegura que "Porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿Cómo
podrá cuidar de la iglesia de Dios? 1ª Ti. 3:5 – NVI. Por ello es necesario que aquellos quienes
deseen vivir en armonía con Dios deben entender todo lo relacionado con la mayordomía. La
Biblia nos muestra todos y cada uno de los aspectos importantes de la mayordomía y para
definirlo, nada mejor que recurrir al documento más sabio y fiel para nosotros… la Palabra de
Dios.
En el libro de Lucas se encuentra una buena definición de los que representa este tema para los
cristianos. La Biblia dice "Es la administración de los bienes, propios o ajenos". Es decir, un
mayordomo es un administrador (Lc. 16: 1-12; 1ª Co. 4: 1,2). Ahora esa mayordomía
primeramente debe ejercerse en el hogar

Ese es el "Sitio donde se enciende el calor o fuego. Es el refugio donde se reúne la familia". El
hogar es ese lugar de paz y recogimiento espiritual dentro del cual debe mantenerse el amor
que en últimas es el fuego que mantiene <<caliente>> el hogar.

Allí, Cristo debe ser el centro de ese Hogar. Cuando eso sucede, ese hogar está regido por la
Palabra de Dios y entonces Jesucristo se convierte en el Rey en ese hogar." (1ª Jn. 2:6)

Mucho se preguntarán entonces ¿Por qué debemos hablar de este tema...? Porque la familia es
la base fundamental de la sociedad y de la Iglesia lo que se traduce en el cumplimiento de un
axioma que debe ser realidad para su vida: Si la familia anda bien, entonces la Iglesia también.

Surge entonces una inquietud que rodea a muchos cristianos: Por qué muchos miembros de la
Familia no están cumpliendo con su rol.

Cada miembro de la familia tiene su función específica dentro del hogar. El orden ha sido
invertido y hoy en día en muchos hogares mandan los hijos a los padres; o la mujer manda al
hombre. Pero el orden correcto ya lo estableció el Señor en su Palabra y es el que está descrito
en la Primera carta de Pablo a los Corintios capítulo 11 versículo 3: “Pero quiero que sepáis que
Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de
Cristo”. Cristo es pues de acuerdo a las Sagradas Escrituras la cabeza del hombre, del esposo o
marido. El esposo o padre es la cabeza de la mujer y la esposa está sujeta al marido o esposo.
Los hijos están sujetos a sus padres.

Por eso se torna importante hablar del tema de la mayordomía, sobre todo si se tiene en
cuenta que como lo dijimos con anterioridad muchos padres No ejercen autoridad sobre sus
hijos; lo que conduce a que muchos hijos no logran seguir el patrón bíblico en su relación con
sus padres

Las Sagradas Escrituras nos enseñan cómo ser buenos mayordomos en nuestro hogar, sea cual
fuere nuestra situación: esposo, esposa, padres o hijos es fundamental entender el papel de
cada uno según la Palabra de Dios...
Primero debemos entender que la pareja es el comienzo del Hogar. Y si la pareja es el comienzo
del Hogar, quien fundó entonces el hogar. La Palabra de Dios en Gn. 2:24 asegura que “Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”
reforzando lo que nos recuerda en Gn. 2:23 cuando Adán reconoce que Eva es carne de su
carne y hueso de sus huesos. Todo ello para resolver una gran inquietud de Dios cuando vio al
hombre solo y reconoció que necesitaba una “ayuda idónea”.

Entonces surge otro interrogante sobre el cual es necesario discurrir y definir. ¿Qué significa el
término ‘ayuda idónea’? Significa "Ideal, adecuada, es la contraparte del hombre, su media
naranja... es la persona que le ayudará a cumplir sus metas y propósitos.

Entendido entonces el rol del hombre en cuanto a su responsabilidad como cabeza de hogar,
como responsable de esa mayordomía, con su necesidad de amar a su mujer (Col. 3:19),
conozcamos algunas reglas de la mujer cuando se encuentra casada.

La mujer cuando está casada tiene para sí varias responsabilidades o varias reglas que cumplir
delante de Dios. Lo primero es que debe estar sujeta a su marido (Col. 3:18; Ef 5:22) Debe
respetar a su marido y lo mismo debe hacer su marido… respetarla Ef. 5:21

Como pareja, ni el hombre ni la mujer deben negarse el uno al otro (1ª Co. 7: 3-5) sino por e
contrario su lucha diaria y constante es agradarse el uno al otro (1ª Co. 7:33,34) Por eso Dios a
través de su Palabra nos invita a ser sabios (1ª P. 3:7; Stg. 1:5), a ser santos (1ª. Ts. 4: 3,4) y a no
hacer airar a sus hijos para que ellos no los irriten (Ef. 6:4).

Finalmente, la invitación como familia que entiende la mayordomía se resume en disciplina


para sus hijos, amonéstenlos como dice el Señor en su Palabra. Amen a sus esposas como a sí
mismos. Enséñeles a sus hijos a amar a Dios, a respetar a los padres y a obedecerles (Col. 3:20).

Un Hogar Feliz es la perfecta voluntad de Dios. Recuerda que antes que la Iglesia, Dios fundó
el Hogar. Guardemos la Unidad Familiar, así estaremos agradando a Dios mucho más que
<<haciendo>> montones de actividades eclesiásticas (1º S. 15:22). Cultiva el Altar Familiar.
Recuerda lo que Job hacía con sus hijos, aún cuando – al parecer – éstos eran inconversos. Tú
eres la luz de tu Hogar ¡No permitas que las tinieblas se apoderen de él! Con amor y autoridad
lograrás hacer que Cristo sea el Señor en tu casa. Y recuerda: Los mejores resultados para
administración del hogar cristiano "Es la administración de los bienes, propios o ajenos".

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