Investigación-Acción Participativa, se elaborará un marco de referencia
en el que estará inscrito el aspecto medular de este trabajo, cual es la forma en la que se produce el conocimiento. Por esta razón se presentará un conjunto de definiciones que reflejan sus características. Según Fals Borda (1981) la Investigación-Acción Participativa:
Se relaciona más con una actividad de investigación propia de la
base popular sobre su realidad, que con una acción receptiva de investigaciones realizadas por élites de intelectuales ajenas a ellas. En la Investigación-Acción Participativa, el científico social se enfrenta a la necesidad de compartir los objetivos y los métodos mismos con la base social. Ya no es investigación para las masas, sino que surge de la base social misma.
Según Pinto Contreras (1986) la Investigación-Acción Participativa se
define como:
Una actividad cognoscitiva con tres vertientes consecutivas: es un
método de investigación social que mediante la plena participación de la comunidad informante se proyecta como un proceso de producción de conocimientos; es un proceso educativo democrático donde no sólo se socializa el saber hacer técnico de la investigación, sino que se constituye en una acción formativa entre adultos, y es un medio o mecanismo de acción popular en una perspectiva para transformar la realidad y humanizada (p. 7).
De acuerdo a esto la Investigación-Acción Participativa es un proceso
de conocimiento de la realidad que implica una visión activa sobre la realidad cognoscible de parte del sujeto que la conoce. Esta característica praxiológica de la Investigación-Acción Participativa esto fundamentada en algunos conceptos epistemológicos y metodológicos. Kramer, Dorit_Helmut, Kramer Silvio Lehman y Helmut Omaner (1986:149), señalan: “La Investigación-Acción Participativa, se comprende como investigación social, su interés es obtener conocimientos no científicos, sino social y practico” (p. 149). De Schutter (1983) dice:
La Investigación Acción Participativa pone el énfasis en la
participación de la población para producir los conocimientos y los puntos de vista que nos llevara a tomar las decisiones y a ejecutar una o más fases en el proceso de investigación (p. 173).
Sobre el mismo tópico afirma Schemelkes (1980: 78-79) en el concepto
de Investigación-Acción Participativa están involucrados los conceptos de Investigación Acción y de Investigación Participativa, el pueblo (el colectivo) participa en una o varias fases de investigación y va conociendo la realidad en la medida que la transforma. Borda (1981) señala que la Investigación-Acción Participativa más que una secuencia de pasos, implica una toma de posición ideológica, teórica y epistemológica... Esto nos lleva a intentar comprender cómo el pueblo produce, depende y valida sus conocimientos. Finalmente O Quist, (citado por Latapi, 1986: 21) afirma: “La Investigación-Acción es un mecanismo para sistemáticamente ligar la reflexión teórica acerca de una realidad con la acción transformadora de la misma”. Cada una de las definiciones anteriores presenta rasgos diferentes de la Investigación-Acción Participativa, pero llevan implícito un lugar común referente al proceso de producción del conocimiento, por parte de los grupos populares; la forma como este se genera, su concepción, y el propósito de transformar la realidad intencionalmente. Desde este Angulo transformador se visualizan implicaciones políticos por lo que pueden considerarse como epistemológicos políticos los planteamientos teóricos de la Investigación- Acción Participativa. En lo que respecta al primero de los aspectos referidos: la concepción del conocimiento y la forma como este se genera, debe señalarse que la Investigación-Acción Participativa, se vincula con la solución de problemas concretos por lo que se puede afirmar que se está aludiendo a la epistemología de la praxis, debiendo destacarse en este aspecto la ruptura de la dicotomía teoría praxis en una dimensión y, en otra, la disolución de la dualidad sujeto - objeto. Asumir la posición sobre la ruptura de la dicotomía teoría y praxis, sujeto y objeto conduce a realizar el abordaje de la generación del conocimiento como el resultado de la transformación intencional de la realidad, intencionalidad de acción que incorpora a este proceso el componente valorativo, acción que en última instancia es siempre colectiva y con un énfasis especial de transformar la realidad del objeto, para producir conocimiento que redunde en bienestar para la colectividad particular.
Historia
Para explicar la historia de la investigación cualitativa se consideró el
texto elaborado por Sandoval (1996), donde describe lo siguiente: La investigación acción, representa una corriente de pensamiento inaugurada en su fase preliminar a finales de la década de los 40 del siglo XX, pero, con desarrollos bastante diferentes hacia mediados de la década de los 70’s. Un hito importante en esta segunda etapa y quizá el más conocido, fue la realización del Simposio Mundial Sobre la Investigación Acción y el Análisis Científico celebrado en la ciudad de Cartagena-Colombia en el mes de marzo de 1977; el cual, de alguna manera, se convirtió en la plataforma de lanzamiento de esta alternativa de investigación cualitativa en su forma más conocida hoy en día y, que tuvo su ingreso formal en los círculos académicos durante el Décimo Congreso Mundial de Sociología llevado a cabo en ciudad de México en 1982. Sin embargo, no sobra advertir que al igual que en el caso de las otras modalidades de investigación, tras una denominación genérica, se recogen una gran variedad de alternativas de trabajo. Es así como Gajardo (1985) da cuenta de por lo menos las siguientes opciones: investigación acción, investigación para la acción, investigación en la acción, investigación participativa, investigación militante, e investigación acción participativa o IAP. Los contextos fundamentales en los que ha florecido particularmente la IAP han sido, el de la educación popular, de una parte, y el del desarrollo rural, de la otra. La perspectiva de focal de esta alternativa de trabajo cualitativo ha sido el llamado “empoderamiento” a través de la producción y uso del conocimiento por parte de los sectores más pobres y oprimidos. Coincide este tipo de intencionalidad con el surgimiento de movimientos sociales dispuestos a realizar cambios radicales especialmente en los países del llamado tercer mundo (América Latina, África y Sudeste Asiático). El principio de base, en el que se ancla filosóficamente esta alternativa de investigación, es que existen relaciones desiguales de conocimiento que se constituyen en un factor crítico que perpetua la dominación clasista sobre los pueblos. Tales relaciones conducen a la reproducción de nuevas formas de dominación cuando las viejas pautas se eliminan sin cuidado ni previsión. La IAP según algunos de sus inspiradores, sería la base principal de acción para el cambio social y político, así como para el progreso hacia la igualdad y la democracia, al estimular el saber popular y vincularlo a la autoinvestigación de los sectores desposeídos. Desde el punto estrictamente metodológico, no hay una identidad ni una propuesta relativamente homogénea. Existen aproximaciones diferentes, unas más estructuradas, como es el caso de la de Bosco Pinto (1987) o Park (1992) y otras más generales, como son las formuladas por Fals Borda (1986) y Parra (1983), entre otros. Rahman y Fals Borda (1991), al hacer un balance de 20 años de desarrollos de esta opción de investigación, señalan que la IAP debe verse en la actualidad “como un puente hacia otras formas de explicación de la realidad y otras formas más satisfactorias de acción para transformarla (...) podríamos decir ahora que hay tal vez más argumentos en favor de la continuación de la IAP hoy que los que había en 1990 (...) sentimos que la IAP, como procedimiento heurístico de investigación y como modo de vida altruista, puede perseguir y alcanzar esta meta (...)”.
Fundamentos
La filosofía de la praxis es el fundamento de la Investigación-Acción
Participativa, constituyéndose la acción en la norma de convalidación del conocimiento, acción que en última instancia tiene como propósito la transformación de la realidad social. La praxis (unidad de teoría y acción), es el eje fundamental. La acción tiene su origen en el conocimiento y a su vez es generadora de nuevos conocimientos. De acuerdo a Fernández (2011) señala que la filosofía de la praxis es definida por Marx (665-668) como “el problema de si puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema teórico sino un problema práctico, es en la práctica donde el hombre debe mostrar la verdad” (p. 5). Son coincidentes las ideas de Marx con las del sociólogo colombiano Fals Borda (1981) al reconocer este el parentesco de la Investigación Acción Participativa con la filosofía de la praxis. Al respecto sostiene:
...El principio de la praxis original, llevado al campo del
conocimiento como relaciones entre teoría y práctica, cristaliza en ocho de las once Tesis sobre Feuerbach, especialmente en la segunda y undécima. Esta Isis de Marx, puede considerarse a nivel filosófico, como la primera articulación formal del paradigma de la ciencia social crítica: la comprometida con la acción para transformar el mundo... (p. 223) El propósito perseguido por la Investigación-Acción Participativa es la realización de un intercambio entre conceptos y hechos; observación y acción concreta para lograr la validez de los hechos observados, marcando este punto el inicio de nuevas reflexiones de niveles superiores. Sobre este mismo aspecto señala Demo (1985) “sin el ingrediente de la práctica, nuestra teoría no se toma histórica” (p. 14). Demo, Fals Borda (ob. cit.) y Latapi (1986) coinciden al señalar que el sentimiento de relativa inutilidad que aflige hoy a las Ciencias Sociales proviene en gran parte de la ausencia de la práctica. Bajo la excusa de la objetividad y del rigor científico en un contexto social donde el hombre debe tener su papel protagónico, no pasa de ser sólo como un espectador.
Postulados
Esa práctica que reconoce la IAP en toda su dimensión es posible
porque los investigadores-educadores se asumen como participantes y aprendices de estos procesos, en tanto que la IAP entiende a todos los que participan como sujetos de conocimiento y a su vez como sujetos en proceso de formación: “Los investigadores entran así en un proceso en que la objetivación de sí mismos, en una suerte de inagotable sociología del conocimiento, se convierte en testigo de la calidad emancipatoria de su actuación” (Fals, 1991:34) Esas variadas miradas e interpretaciones de la IAP, obligan explicar con mayor detalle los principios a tener en cuenta durante el desarrollo de una investigación acción participativa consecuente con sus postulados fundacionales. Estos son los siguientes: La relación sujeto-objeto: La IAP se separa de la relación sujeto- objeto de la epistemología tradicional porque considera que el investigador es sujeto y los participantes son sujeto, permitiendo una relación de intersubjetividad y no de jerarquía objetivada del hecho social propia del positivismo sociológico. Esto significa que quien desea conocer la realidad no puede estar en el contexto social observando como objetos de estudio a los actores sociales, con lo cual, en el proceso de investigación todos los participantes del proceso son reconocidos como sujetos en donde la interacción sólo es posible en un proceso de conocimiento intersubjetivo. Este es el principio de un nuevo paradigma en la investigación que reconoce el proceso intersubjetivo, con ello identifica y vuelve protagonistas de la formación- aprendizaje a todos los sujetos que allí se encuentran como parte de los procesos sociales, que permite el continuo cambio. La Práctica de la conciencia: Uno de los elementos derivados del proceso de conocimiento sujeto-sujeto es la del ejercicio de la conciencia. Todo conocimiento reflexivo-auto-reflexivo genera conciencia en el sujeto, más aun cuando dichos procesos son grupales y sus resultados son para los partícipes de las acciones colectivas, es decir, la IAP propicia reflexiones colectivas que permiten toma de conciencia igualmente colectiva. De tal manera que se rompe con la idea de generar conciencia desde la idea y la externalidad y se atiende a un nuevo paradigma donde la conciencia es praxis:
La piedra filosofal de aquella trascendencia de un paradigma a
otro radicó en la idea de que el conocimiento para la transformación social no radicaba en la formación liberadora de la conciencia, sino en la práctica de esa conciencia. (Fals Borda: 1987: 2).
Redescubrimiento del saber popular: La IAP reconoce en los
colectivos sociales un saber acumulado que se hace potencia y se desarrolla a partir de los anteriores principios descriptos. Ordena y valida conocimientos ancestrales, deconstruye colectivamente prejuicios acerca de la realidad y promueve la innovación para trascender o superar la realidad en la que se encuentre la comunidad. En tal sentido, los grupos sociales se convierten en movimiento social, con un pasado reconocido colectivamente, un saber construido por todos y con propósitos sociales colectivos pensados para intervenir la realidad y transformarla. La acción como elemento central de la formación: La praxis política ha de ser el centro de la formación en el ejercicio de ese reconocimiento de los procesos intersubjetivos de conocimiento, de los que se hablaba anteriormente, puesto que permite la cualificación consiente de la acción del sujeto social (unidimensional y colectivo) y a su vez nutre el trabajo de las comunidades para realizar acciones que modifiquen las situaciones de pobreza, marginalidad o desigualdad en las que por lo general se encuentran. En tal sentido, la acción es transformación:
Es en la práctica de donde se deriva el conocimiento necesario
para transformar la sociedad. Aún más: que así mismo en este paso y de ese sentir de la praxis, también se deriva un saber y un conocimiento científico. (Fals Borda: 1987: 2).
La participación: Por lo general se permite la participación para que se
expresen las vivencias y problemas de los actores sociales, sin permitir espacios de reflexión que generen acciones de cambio y transformación profunda de las estructuras hegemónicas y de enajenación o cocificación de los sujetos, en tal sentido, la IAP promueve la superación de la idea de esa participación enmarcada dentro de los presupuestos del estatus quo impuesto a los colectivos sociales. En tal sentido, la participación en manos de un promotor de la IAP potencia la “libre expresión”, plantea preguntas y cuestiones que desentrañen las reflexiones críticas que tienen los actores sociales, pero que no se atreven a compartir con los otros o a construir como alternativas populares. La participación, desde esa perspectiva es activa y crítica, por lo que no puede ser regulada más que por los colectivos o grupos sociales. Participar es entonces la posibilidad de actuar como iguales en un colectivo social que busca respuestas críticas a su situación económica, política, ambiental, social y cultural, siendo el educador-investigador uno más del colectivo social, que pone su saber al servicio de dicha reflexión, aunque sin duda la potencia y la sistematiza, pero no por ello, intentar imponer sus concepciones o generar relaciones verticales de imposición cultural: “Participación es, por lo tanto, el rompimiento de la relación tradicional de dependencia, explotación, opresión o sumisión a todo nivel, individual y colectivamente: de sujeto/objeto a una relación simétrica o de equivalencia”. (Fals Borda: 1987:4) Referencias
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Aires. Kapelusz.
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con la IAP. Bogotá: Rahman.
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Documento de Trabajo núm. 261. Santiago de Chile: FLACSO, 1985. Greenwood, D. J. and Others. “Participatory Action Research as a Process and as a Goal”. In: Human Relations. vol. 46, No.2, 1993, pp. 175-192.
Kramer, D., Hemlut, K., Lehman, S. y Helmut O. (1986). La Investigación
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Fomento De La Educación Superior, ICFES. Bogotá, Colombia.
Schemelkes, Silvia. (1980). Fundamentos Teóricos de la Investigación
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Schutter, A. (1983). Investigación Participativa. Una Opción Metodológica
Capítulo 1. Sistematización de Experiencias. Una Propuesta Enraizada en La Historia Latinoamericana - Oscar Jara H. - La Sistematización de Experiencias. Práctica y Teoría para Otros Mundos Posibles