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ista Juan Mair participa de este espiritu de ampliacién de
horizontes. Si se descubren. nuevos mundos, gpor qué no han
de poderse también descubrir nuevas ideas?: «Quare non potest
ita contingere in aliis?
En el aspecto cientifico, en los centros universitatios oficia-
les se prolongan las escuelas filossficas y teolégicas que hemos
‘visto formarse y consolidarse a partir del siglo xs: tomismo,
bonaventurismo, escotismo, averroismo. Durante los siglos
y.xv prevalece la corriente nomi
cipios del xv1, no sera sin que muchas de sus doctri
caracteristicas, y sobre todo su espiritu y su orientacié
transmitan al racionalismo cartesiano y al empirismo inglés, pro-
Jongando su influjo, mis o menos larvado, pero real y efectivo,
lista, y aunque decae a prin
més
Panorama general 7
en la filosofia moderna hasta Kant y en muchos aspectos hasta
nuestros mismos dias.
‘A las cortientes culturales procedentes de la Edad Media
vienen a sumarse otros factores nuevos. Uno de ellos es el po~
tente movimiento humanista, que’ salta al primer plano a me-
diados del siglo xv, constituyendo, dentro de su cardcter un
poco difuso indefinido, un nuevo clima espiritual, un am-
biente muy distinto del anterior.
El movimiento humanista—como después suceder4 con la
dlustracién»—no nace propiamente en las universidades, an-
quilosadas en sus viejos programas de estudios, sino més bien
al margen de ellas, promovido y alentado por una minoria de
individualidades selectas, dispersas o agrupadas en academias,
y protegido por la generosidad de mecenas particulares. Algo
semejante hay que decir de las ciencias naturales, las cuales,
‘més que en los centros oficiales, se desarrollaran en virtud del
esfuerzo de personalidades aisladas y de aficionados, con in-
ia y, a veces, sufriendo la hostilidad de la ensefianza
al.
importantisima la revolucién que en este tiempo:
se realiza en el orden religioso, Sus antecedentes son un poco
remotos. Podemos remontatlos ‘hasta la irrupci6n de la filosofia
griega y musulmana en el siglo xt, con sus consecuencias en
forma de aristotelismo heterodoxo y averroismo; las luchas
centre las distintas corrientes doctrinales dentro de la escolisti-
ca; los conflictos entre el poder civil y el eclesiai
ufa de los Estados pontificios, el destierro dé Avinon,
de Occidente, el conciliarismo y Ia decadencia interior de la
Iglesia.
La recuperacién de la cultura antigua abrié el cs
lo que se ha llamado el sdescubrimiento del hombre; es decir,
para una consideracién puramente naturalistica de la realidad,
cada vez mas desligada de los dogmas cristianos y'de toda clase
de religién positiva. Una confluencia de factores muy variados
dio origen a la revoluciéa protestante, que brota dentro del
campo cristiano como una reaccién contra la corrupcién inte-
rior y con el pretexto de un retorno a un cristianismo mas
puro, mas intimo y espiritual, revalorizando la epalabra de
‘Dios? frente a las topiniones de los hombres?, p: iendo de
a pompa exterior de los ritos y ceremonias y d
las trabas del régimen eclesifstico. Sin embargo,
en lugar de una verdadera reforma fue la escisin
dad en una multitud de sectas hostiles, que rompieron la unidad
religiosa medieval y acabaron por disgregar la unidad espiritual
(Historias Americanas) Eduardo Devés Valdés - El Pensamiento Latinoamericano en El Siglo XX. Tomo II. Desde La Cepal Al Neoliberalismo (1950-1990) 2 (2003, Editorial Biblos) PDF