El estudio de las lesiones cerebrales unihemisféricas puso de manifiesto desde hace más de cien
años la existencia de diferencias funcionales entre el hemisferio izquierdo y el derecho. Aunque
inicialmente se prestó atención únicamente al hemisferio izquierdo como responsable de la
actividad lingüística, en la actualidad la incorporación de las técnicas de neuroimagen funcional ha
facilitado la identificación de otras asimetrías interhemisféricas en sujetos sanos.
Su organización neural es de tipo focal, presentando áreas funcionales más localizadas que el
hemisferio derecho.
Sus capacidades lingüísticas son muy limitadas ya que es incapaz de producir lenguaje y tiene
aptitudes muy limitadas para la comprensión verbal. De forma complementaria interviene en la
regulación de la prosodia, la entonación y lingüística y la creatividad literaria. Es el hemisferio
dominante en el control de la atención, tanto en la regulación del nivel de alerta como en la
atención sostenida.
Su organización neural es más difusa que la del hemisferio izquierdo y sus funciones tienden a
estar más distribuidas.