Anda di halaman 1dari 4

COMENTARIO SOBRE UN INTRODUCCIÖN A MELANIE KLEIN

Junto con Jacques Lacan, Melanie Klein es considerada una figura central en el
desarrollo del psicoanálisis después de Freud. Su teoría ilumina el periodo de
desarrollo temprano contenido en la fase oral y da cuenta del funcionamiento de
las relaciones de objeto desde el inicio de la vida, con lo que da inteligibilidad a la
psicopatología que implica regresiones a estos estado. La propuesta de Klein
implica la existencia de un Yo desde el inicio de la vida, mismo que transita por
formas particulares de relacionarse con los objetos: La posición esquizoparanoide
y la posición depresiva. El presente texto pretende una sucinta presentación
comentada de su propuesta teórica desde la mirada que ofrece Hanna Segal en
su “Introducción a la obra de Melanie Klein”.

Respetando la presentación que la autora hace de la teoría de Klein se


abordarán los conceptos de fantasía inconsciente y a partir de ahí se continuará
abordando las posiciones equizoparanoide y depresiva.

Las observaciones de Klein la llevan a teorizar la existencia de un Yo desde el


inicio de la vida. El Yo propuesto por Freud como estructura mental que agrupa las
funciones de contacto con el mundo externo e interno aparece retrotraído por Klein
conservando el mismo objetivo, mismo que ha de cumplir echando mano de los
mecanismos primitivos que ella describe describe.

Según Segal lo plantea, Klein realiza una distinción entre Instinto y Pulsión,
siendo los instintos correspondientes a los instintos de vida y de muerte, los cuales
se deflexionan naturalmente hacia el exterior creando las pulsiones libidinales y
agresivas. Klein refiere una suerte de innatismo de la búsqueda de objetos por
parte de los instintos, dicho de otra forma, el Yo se enfrenta desde el comienzo a
la tarea de relacionarse con los objetos correspondientes a los instintos
representados por las pulsiones siendo la vivencia de esta relación la fantasía
propiamente dicha. La idea de este innatismo puede ser sostenida desde la
concepción del instinto como una pauta conductual adaptativa rígida propia de una
especie, pero desde esta misma concepción la idea de instinto de muerte es
cuestionable, no así la existencia de agresión.

Klein plantea la existencia de fantasías inconscientes desde el inicio de la


vida las cuáles serán las representantes de los insitintos en la mente, Segal indica
que una de las funciones del Yo es justo el crear estas fantasías. Desde el punto
de vista del innatismo sostenido por Klein el bebé humano responderá con
fantasías a los estados de tensión y satisfacción y dichas fantasías incluirán
objetos adecuados a las mismas. Puede también pensarse que no existe tal
innatismo y que el Yo genera las fantasías de acuerdo a los contenidos que
registre en su memoria en el transcurso del desarrollo. Se propone entonces que
el Yo organizado observado por Klein no es tal, sino que se desarrolla a partir de
rudimentos y que las operaciones que Klein plantea como acciones del Yo en el
periodo temprano del desarrollo son más bien los testimonios de su inmadurez.

La situación parece diferente si se aborda la fantasía inconsciente desde su


presencia en adultos o niños que ya han logrado por la consolidación del Yo.
Desde aquí se puede afirmar con Segal que las fantasías intervienen en la
percepción de la realidad, que pueden tener una función defensiva y que al estar
siempre presentes su naturaleza determina el estado psíquico del sujeto.

Ya que el estado psíquico del sujeto depende de la naturaleza de sus


fantasías inconscientes, es decir de la forma en que vivencia su relación con los
objetos, es importante conocer cuál puede ser dicha naturaleza. Klein propuso la
existencia de dos formas de organización relacional temprana a las que denominó
posiciones a fin de remarcar el carácter no lineal madurativo, estas posiciones son
la posición esquizoparanoide y la posición depresiva. Señaló que si bien la
posición depresiva sí implica un nivel de organización en el Yo más desarrollado
se puede volver al funcionamiento de menor organización.
El funcionamiento esquizoparanoide aparece desde el nacimiento y, en
buenas condiciones, hasta la primera mitad del primer año de vida. Klein indica
que el proceso de defusión de los instintos es una acción que protege y permite la
vida. Se basa en la idea de que el instinto de muerte terminaría aniquilando al
organismo y a partir de esto indica que tanto el Yo como los objetos se perciben
escindidos también. Klein teoriza que esta escisión busca preservar al Yo
manteniendo separadas imágenes buenas del Yo y los objetos de aquellas que
son percibidas como malas. La ansiedad principal es la destrucción del Yo por la
presencia de objetos malos por lo que las fantasías correspondientes son de
carácter persecutorio ante experiencias de frustración e idealizadoras en
experiencias de satisfacción. Es mi parecer que esta escisión en el Yo y los
objetos no corresponde a una acción del yo para preservar la organización sino un
signo de la desorganización innata y que puede buscarse su base en los procesos
de maduración.

La disminución de la escisión por la fortaleza del yo, el paso a la posición


depresiva, requiere maduración y el triunfo de las experiencias buenas sobre las
malas, con esto el niño puede tolerar mejor las experiencias negativas sin tener
que proyectarlas. Se da de esta forma la Integración de los objetos bueno y malo
en un objeto total y del Yo bueno y malo en un Yo integrado.

Conflictos de ambivalencia surgen al reconocer al objeto total como frustrador y


satisfactor y hay ansiedad por la posibilidad de destruir al objeto. Las fantasías
propias de esta posición incluyen sentimientos de duelo, nostalgia y culpa con
preocupación por la destrucción del objeto ya que el objeto bueno es el núcleo del
Yo.

Cómo puede observarse el paso de la posición esquizoparanoide a la


depresiva implica un cambio también en la angustia predominante, de una
angustia por la aniquilación del Yo a una angustia por el daño del objeto. El Yo se
defiende de estas angustias mediante mecanismos como la escisión, idealización,
identificación proyectiva y negación entre tanto las habilidades reparatorias no se
desarrollan, pudiendo negar la dependencia y la realidad psíquica.

Definitivamente la aportación Kleiniana brinda la posibilidad de comprender los


momentos tempranos del desarrollo desde una concepción de las relaciones de
objeto, sus conceptos son esclarecedores sin embargo parece confundir las
muestras de inmadurez del Yo y su progresivo desarrollo mediante la experiencia
con la presencia de una organización ya actuante plenamente. Con esto no se
busca invalidar sus aportaciones sino abrir la posibilidad de pensarles desde una
teoría evolutiva actual. Este estudio queda pendiente para otro momento.

BIBLIOGRAFIA

Segal, H (1965) Introducción a la obra de Melanie Klein. Buenos Aires, Argentina:


Paidós.

Anda mungkin juga menyukai