ESPAÑOL PENINSULAR
Currents in Comparative Romance
Languages and Literatures
Vol. 187
PETER LANG
New York y Washington, D.C./Baltimore y Bern
Frankfurt y Berlin y Brussels y Vienna y Oxford
Ana Emilia León
EXTINCIÓN DE ‘VOS’ EN EL
ESPAÑOL PENINSULAR
PETER LANG
New York y Washington, D.C./Baltimore y Bern
Frankfurt y Berlin y Brussels y Vienna y Oxford
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
León, Ana Emilia.
Extinción de ‘vos’ en el español peninsular / Ana Emilia León.
p. cm. — (Currents in comparative Romance languages and literatures; v. 187)
Includes bibliographical references and index.
1. Vos (The Spanish word). 2. Spanish language—Address, Forms of.
3. Spanish language—Obsolete words. I. Title.
PC4599.V6L46 465’.55—dc22 2010053643
ISBN 978-1-4331-1335-2
ISSN 0893-5963
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Printed in Germany
Agradecimientos
Expreso mi más profundo agradecimiento a quienes me facilitaron libros,
me ofrecieron su ayuda y, leyeron la primera versión de estas
páginas.
Dra. Luisa López Grigera, Dr. Carlos Alberto Solé, Dra. Yolanda Solé, Dra.
Beatriz Varela, David y Erica Taylor, Dra. Elizabeth Díaz, Dra. Ana Pérez-
Gabriel, Dra. Flor María Rodríguez-Arenas, Dra. Mayra Capriles, Dr. Óscar
Perea Rodríguez, Jesús Antonio Muñiz y Juan Alonzo Soto.
Índice
Prólogo xiii
Introducción 1
Capítulo 1 5
Capítulo 2 31
Revisión bibliográfica 32
Gramática de la lengua castellana (Siglo XV) 34
Diálogo de la lengua (Siglo XVI) 35
Gramática Castellana (Siglo XVI) 36
Gramática de la lengua vulgar de España (Siglo XVI) 37
Arte grande de la Lengua Castellana (Siglo XVII) 38
Arte Kastellana (Siglo XVII) 40
Fundamento del vigor y elegancia
de la Lengua Castellana (Siglo XVIII) 42
Nueva Gramática de la lengua Española 44
Andrés Bello y Rufino J. Cuervo 45
Rodolfo Lenz, Amado Alonso y Pedro Henríquez Urena 47
Tratados lingüísticos contemporáneos 48
Siglo XXI 53
Bases teóricas sobre la extinción de ‘vos’ / ‘tú’ peninsular 55
Diacronía de ‘vos’ 58
Lengua latina precedente al “Latín Vulgar” 58
Latín Tardío – Prerromance 61
Ibero-Romance 64
Capítulo 3 73
I. Cotejo histórico de la Edad Media. Ejemplos de: ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’ 78
x
Ana Emilia León
1. Auto de los Reyes Magos 78
Cuadro No. 2 81
4. El Libro de Alexandre 87
Cuadro No. 5 89
5. El Libro de Apolonio 89
Cuadro No. 6 91
6. El Duelo de la Virgen 92
Cuadro No. 7 94
Capítulo 4 99
Capítulo 5 141
El Humanismo 141
1. La Celestina 143
Cuadro No. 23 150
xii
Ana Emilia León
4. Farsas 158
Cuadro No. 28 160
Conclusiones 187
Bibliografía 191
Prólogo
El libro Extinción de ‘vos’ en el español peninsular de Ana Emilia León, tiene el
mérito de analizar un aspecto poco estudiado de las formas de tratamiento en el
español peninsular. Los usos, variantes y reajustes de los pronombres ‘tú’, ‘vos’
y ‘vuestra merced’ para dirigirse a un interlocutor singular los estudia la autora
en la lengua escrita, que, a falta de grabaciones orales, es la única fuente
disponible. Selecciona ella los textos más apropiados para extraer información
sobre las causas del desplazamiento de ‘vos’ por ‘tú’, y de los cambios que han
experimentado las formas de cortesía en el español peninsular desde el siglo XII
hasta el XVII. La elección de las obras sigue un orden cronológico y comienza
con una revisión de las gramáticas y tratados lingüísticos, para continuar con la
producción literaria y las cartas. Cada texto estudiado lleva una observación
detallada de los diferentes niveles de la sociedad española, según la época: la
realeza, los nobles y el alto clero representan la clase social más elevada; los
caballeros, hidalgos, comerciantes, intelectuales y clero en general, la clase
media; y la más baja la constituyen los pecheros, vasallos y campesinos.
Asimismo, en cada forma de tratamiento citada se indica si el pronombre se
encuentra en caso nominativo o en caso objetivo, es decir, en acusativo, dativo
o ablativo. También se incluye el número de veces que en cada obra se usan el
‘tú’ y el ‘vos’ singular, el ‘vos’ plural y ‘vuestra merced’. Los textos de
dialectología se refieren al ‘voseo’, es decir, al empleo de ‘vos’ en lugar de ‘tú’,
como el fenómeno morfosintáctico que más diferencia al español americano del
peninsular. Si bien es cierto que el ‘voseo’ no domina en todos los países
hispanoamericanos, no cabe duda de que la extinción del ‘vos’ singular en
España y su adopción con variantes en Argentina, Uruguay, Paraguay y América
Central, excepto Panamá, es un rasgo diferenciador característico e
importantísimo de los dos dialectos del español. En realidad, se podría añadir
que el pronombre ‘vosotros’ y su segunda persona plural del verbo, así como las
formas ‘os’ y ‘vuestro’, han desaparecido del español hispanoamericano, del
andaluz y del canario. Cabe destacar que la terminación de la segunda persona
plural del verbo se emplea en el occidente de Andalucía con el pronombre
‘ustedes’. Aunque este libro no trata del ‘voseo americano’, su autora apunta que
este fenómeno tiene sus orígenes en los primeros años de la conquista y la
colonización subsiguiente.
La coexistencia de ‘vos’ y ‘tú’ en España durante la Edad Media y los Siglos
de Oro fue, en parte, la circunstancia necesaria para que se produjeran tanto las
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Ana Emilia León
interferencias entre los dos tratamientos (conflicto entre ‘voseo’ y ‘tuteo’), como
las distintas soluciones adoptadas. Efectivamente, hasta el siglo XVI ‘vos’ era el
tratamiento de nobleza y distinción de mayor frecuencia, mientras que ‘tú’ era la
forma usada para dirigirse a los de rango inferior. La explicación de la
distribución geográfica del ‘voseo americano’ se halla en la lejanía de las cortes
virreinales: en las regiones más apartadas se impuso el ‘vos’, mientras que en los
territorios cuyo comercio con España era más frecuente se adoptó el ‘tú’. Al
estudiante cuya lengua materna (la inglesa, por ejemplo) no distingue entre una
forma de tratamiento formal o de respeto y otra informal o de intimidad, por lo
tanto, le cuesta mucho trabajo comprender la fórmula de tratamiento ‘usted’ en
oposición al ‘tú’ o al ‘vos’. En el plural, el ‘ustedes’ es la única forma en el
español de América y en el de Andalucía y Canarias, no obstante, en España
existe la forma familiar ‘vosotros’, ‘vosotras’. Parece ser que lo más difícil de
entender es el tratamiento de ‘tú’ para las deidades, que se documenta en la
lengua de Castilla desde el Poema de Mío Cid. Los textos de lingüística, así como
el de Ana Emilia León, citan ejemplos de las oraciones dirigidas a Dios y a la
Virgen por el Cid y por su esposa Ximena, en los cuales se emplea el
pronombre ‘tú’. Esta costumbre se mantiene en las plegarias principales del
catolicismo, como el Padre Nuestro, el Ave María y la Salve María. La dificultad y
la confusión aumentan en la lengua devocional impresa en la propia Edad
Media, así como en la época contemporánea, se usa el ‘vos’ singular con la
desinencia plural del verbo para dirigirse a Dios, Jesús, la Virgen y los santos.
De ahí que en el libro que prologamos se repita que ‘vos’ era la fórmula para
dirigirse a un interlocutor de mucho respeto y consideración y para rezarle a
Dios y a la Virgen. ‘Tú’ era el tratamiento pronominal para hablar con los
inferiores, aunque, según se ha expuesto, se usaba también para las divinidades.
Con el propósito de analizar esta contienda entre ‘tú’ y ‘vos’ y la dicotomía
‘vos’ plural y ‘vos’ singular, comienza Ana Emilia León, con el estudio de las
gramáticas desde el siglo XV hasta el XX. De la primera gramática en lengua
romance (1492), la de Elio Antonio de Nebrija, nos señala la profesora León
que el filólogo y profesor salmantino al clasificar el pronombre y las personas
del verbo, sitúa la fórmula de tratamiento ‘vos’ singular al lado de ‘tú’, sin
establecer ninguna regla sociolingüística que corresponda al régimen y uso
individual de estos pronombres personales en los actos comunicativos.
Continúa la autora con detallados comentarios sobre la obra de Juan de Valdés
(1535), las gramáticas de Villalón (1558), Gonzalo Correas (1626), Gregorio
Garcés (1791), la de la Real Academia Española (1931), los trabajos de Andrés
Bello y Rufino J. Cuervo (1847), Rafael Lapesa (1970), Marcos Marín (1975),
Vicente García de Diego (1981), Manuel Alvar y Bernard Pottier (1983), Hernán
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Ana Emilia León
Urrutia Cárdenas y Manuela Álvarez (1983), Érica García et al (1990), T. A.
Lathrop (1984), Paul M. Lloyd (1987), Alicia Helda (et al) 1989, y Federico
Hanssen (1913).
Se recomienda la lectura de las interesantes reflexiones sobre estos textos
que nos ofrece la profesora León; sin embargo, con el fin de no extender
demasiado este prólogo, nos limitamos a exponer dos datos que nos parecen
fundamentales para establecer los patrones extralingüísticos que regían los actos
comunicativos durante los siglos XVI y XVII. El primer dato es la ausencia de
‘vos’ singular en las gramáticas de Villalón y Correas, y las restricciones
sociolingüísticas que este último autor expone sobre el uso y selección de
algunos pronombres personales (‘vuestra merced’, ‘vos’, ‘tú’). Tal omisión del
pronombre ‘vos’ singular se repite en la edición reformada de la gramática de la
Real Academia Española del año 1931, que, inusitadamente, es una de las pocas
gramáticas que aún registra ‘vos’ como plural. Este dato ha de ser considerado
como anacronismo en el texto gramatical de Andrés Bello y Rufino J. Cuervo.
Por tanto, el ‘vos’ singular del castellano peninsular fue perdiendo prestigio,
mientras que ‘tú’ y ‘vuestra merced’ se adueñaban de su campo. Así se inicia la
decadencia semántica de ‘vos’ y el origen de su extinción. El vacío que iba
dejando ‘vos’ lo llenó el ‘tú’ para el trato de confianza, mientras que ‘vuestra
merced’, evolucionando en ‘usted’, se apoderaba del tratamiento de respeto.
El mismo cuidado que ha expuesto la autora de este libro para estudiar las
gramáticas, se lo aplica ella al análisis de las obras literarias y epistolares. De
acuerdo con las distintas formas de tratamiento que usan los hablantes para
comunicarse en el Poema de Mío Cid y el Poema de Fernán González, se hace
evidente que ya comienza a aparecer un “nuevo orden” de estratificación social.
Los que carecen de nobleza, o ‘los de abajo’, nos dice Ana E. León, van
presentándose en el escenario sociopolítico hasta formar la burguesía. Rodrigo
Díaz de Vivar pertenece a la clase de infanzones o pequeños nobles, que en esa
época todavía continuaban ligados personalmente a un tipo de economía
velicaría. La hostilidad entre infanzones y aristócratas, aún obvia en el Poema de
Mío Cid, representa el momento histórico de los acontecimientos. Es decir, los
infanzones luchan por el ascenso social, mientras que los segundos defienden el
círculo cerrado de sus privilegios de clase. En el Poema de Fernán González
también resaltan estas diferencias sociales, pues los infanzones no eran iguales a
los caballeros o a los aristócratas de la nobleza alta. Según estas dos obras y la
otras que examina Ana Emilia León (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio, El
duelo de la Virgen, Los milagros de Nuestra Señora), en la Edad Media, y
especialmente en el siglo XIII, el castellano contaba con tres formas de
tratamiento para la segunda persona: ‘vos’ / ‘tú’ para el singular y ‘vos’ plural
xvi
Ana Emilia León
para más de un receptor. Sólo los reyes y la nobleza alta recibían ‘tú’ como
tratamiento mayestático, y desde luego, Dios, la Virgen y los Santos. Este tipo
de fragmentación inicia la desaparición de ‘vos’ plural y la creación de un nuevo
tratamiento para el plural: ‘vos’ + ‘otros’.
De acuerdo con el análisis efectuado en las obras seleccionadas de los siglos
XIV, XV y XVI, nos señala Ana E. León, que ya no existen solamente ‘vos’ y
‘tú’, sino también se gestaba la creación de una nueva fórmula de tratamiento:
‘vuestra merced’. El ‘vos’ plural viene siendo reemplazado por ‘vosotros’, el cual
ha mantenido los paradigmas verbales correspondientes a su fuente de origen: el
‘vos’. Se originan así mismo otros fenómenos tales como la pérdida de la /v-/
inicial para los casos no nominativos; desaparición de ‘convusco’ y el reemplazo
de las antiguas formas terminadas en –ades, -edes, -ides por las actuales –áis, -as,
-éis, -és, -ís. Por consiguiente, el ‘tú’ es la forma de tratamiento que prevalece en
la mayoría de los actos comunicativos a partir del siglo XV, y el código que
avanzaba con más prestigio y con mayor frecuencia en el ámbito peninsular.
El último texto literario en cuyas páginas se estudian las formas de cortesía
es Don Quijote de la Mancha. En la obra maestra de Miguel de Cervantes se
observa que, a principios del siglo XVII, aparece reflejado un descenso
sociolingüístico del uso de ‘vos’ singular. Una gran variedad de personajes que
aparecen en el Quijote se tutean, a pesar del estatus social y del uso comunicativo
que debían emplear. Don Quijote trata a Sancho de ‘tú’, pero cuando se
enfurece o se siente ofendido, reemplaza inmediatamente el ‘tú’ por un ‘vos’
agresivo. Algo muy semejante sucede en el español contemporáneo de América,
en el cual al tratar con los niños se sustituye el ‘tú’ por el ‘usted’ cuando el padre
o la madre se enoja con el hijo o la hija. Es decir, los textos de lengua escrita
han revelado a la profesora León que el ‘vos’ singular entra en un período de
extinción a mediados del siglo XVI. Aproximadamente a partir del siglo XIV
deviene otra forma de tratamiento: ‘vuestra merced’, que se enfrentaría a ‘vos’
singular para desplazarlo y alejarlo de su función de pronombre de respeto y
categoría noble. El surgimiento de ‘vuestra merced’, y la desaparición de ‘vos’ le
abren el paso al ‘tú’, que resulta ser el vencedor de la larga rivalidad entre los
dos tratamientos sociales.
En el español de hoy, los tratamientos de cortesía cambian según la
geografía. En España el ‘tú’ está invadiendo el campo del ‘usted’, al extremo de
que hay regiones casi completamente tuteantes. Costa Rica y Guatemala, antes
países en los que predominaba el ‘vos’ como forma familiar, se han visto
invadidos por el ‘tú’, de uso común en las telenovelas mexicanas y venezolanas.
Y esto sin comentar sobre la pugna que existe entre el ‘tú’ y el ‘usted’ o entre el
‘vos’ y el ‘usted’ en otras naciones como Chile y El Salvador. Además, conviene
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Ana Emilia León
destacar que en otras lenguas modernas tienen lugar semejantes cambios y
reajustes en las formas de tratamientos. En la lengua inglesa, por ejemplo, y
precisamente en el siglo XVI, se llevó a cabo la eliminación de las formas
familiares del singular ‘thou’, ‘thy’, ‘thee’ y el reemplazo de ‘ye’ por ‘you’. Este
último se convirtió en el único pronombre de segunda persona sin tener en
cuenta ni el número, ni el nivel social del interlocutor, ni la intimidad o
solidaridad entre los interlocutores. Estimo, pues, que la investigación realizada
por Ana E. León constituye una labor ardua y fructífera. El no haber podido
comprobar las verdaderas causas y las variantes sociolingüísticas que produjeron
el reajuste en las formas de tratamiento, no afecta en nada el genuino valor de
este libro.
Introducción
El propósito de este análisis diacrónico es tratar de dilucidar numerosos
aspectos sociolingüísticos que anteceden el auge y ocaso de ‘vos’ en la Península
Ibérica. De la misma manera, se hace un intento de esclarecer el conjunto de
causas extralingüísticas que, de una u otra forma, desestabilizaron la carga
semántica del sociolecto destacado, señalando el impacto que causó la
adversaria coexistencia entre: ‘vos’1, ‘tú’ y el posterior arribo de ‘vuestra
merced’>‘usted’. Se anticipa que en esta indagación se tratarán de aclarar las
causas y consecuencias que generaron este histórico y anárquico reajuste
sociocomunicativo.
Se ha seleccionado al polémico ‘vos’ como fuente de estudio de este
compromiso, debido a su controvertible trayectoria que se manifestó durante
varios siglos. Cabe destacar que, durante más de seis centurias ‘vos’ había
permanecido muy activo como recurso hegemónico en el romance castellano.
Sin embargo, alrededor de las últimas décadas del siglo XVI, este
sociotratamiento comenzó a experimentar un enigmático debilitamiento, que
posteriormente lo impulsó a su total extinción. En cuanto a todos estos
irresolutos fenómenos, aún no se han podido detectar las recónditas fuerzas
extralingüísticas que intervinieron en los polémicos reajustes que sufrió el
repertorio castellano de esa época.
Mientras ‘vos’ se debilitaba en su entorno peninsular, una variedad de
recursos análogos afloraron al unísono en la misma comunidad hablante.
Afortunadamente, esta afluencia de fórmulas alternativas sirvió para enriquecer
e impulsar la modernización del castellano. En consecuencia, la gran diversidad
de elementos discursivos con funciones sociocomunicativas, que auspiciaban un
ambiente anárquico siguió creando un profundo antagonismo y una férrea
rivalidad entre sus congéneres. Aunque este estudio se haya sustentado con los
exiguos ejemplos que se extrajeron de diversos textos, el enfoque principal se
1 Del latín vos, pronombre personal. Forma de segunda persona singular o plural y m. o f.
empleada como tratamiento. Lleva preposición en los casos oblicuos y exige verbo en plural, pero
concierta en singular con el adjetivo aplicado a la persona a quien se dirige. […]. DRAE. 2001, p.
1574.
Según el Diccionario de Autoridades (1726-1739) ‘vos’ presenta diferentes acepciones: a) s. m.
Pronombre, lo mismo que vosotros. Lat. Vos.; b) Vos. Se usa también hablando con personas de
gran dignidad, como tratamiento de respeto […]; c) Vos. Se usa asimismo como tratamiento que
dan los superiores a los inferiores. Lat. Vos., p. 522. En el Tesoro de la Lengua Castellana o Española
de Sebastián de Covarrubias [1611] aparece el siguiente señalamiento: “Vos. Pronombre primitivo,
de la segunda persona del plural, aunque usamos dél, en singular, y no todas veces es bien
recibido, con ser en latín término honesto y común a todos”[…]. p. 972.
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Ana Emilia León
halla en la dinámica diacrónica de estos incipientes recursos y sus temáticas
respectivas.
En el primer capítulo se explicita la distribución reglamentaria de los
postulados sociohistóricos en los que se cimenta esta investigación; así como se
hace un compendio de los patrones sociolingüísticos, y de la diversidad de
matices desplegados por las fórmulas de tratamiento respectivas. Igualmente, se
revisan las causas y las consecuencias que avivaron la hipotética contienda entre
los emergentes neologismos castellanos, durante esas centurias. Del mismo
modo, se analizan los recursos más destacados que, en etapas posteriores,
nutrieron los cimientos comunicativos para neutralizar las paradójicas
insuficiencias sociolingüísticas que presentaba la lengua de esa época. Es por
ello que se seleccionaron diversos documentos históricos para estructurar el
corpus de esta investigación; estos tratados gramaticales y textos literarios
ofrecen exiguos pero importantes ejemplos sociocomunicativos sobre el
memorable cambio semántico que sufrió ‘vos’ antes de su inexorable extinción.
En el segundo capítulo, se ha organizado un recuento bibliográfico con el
fin de mostrar los preceptos y cánones que regían el uso y el abuso de las
fórmulas de tratamiento en cada época. Del mismo modo, se analizan algunos
manuales gramaticales y diversos tratados lingüísticos que presentan enfoques
temáticos afines. Estos textos han sido de gran utilidad porque han permitido
encontrar algunos datos valiosos para efectuar un recuento analítico sobre el
acontecer diacrónico de las fórmulas de tratamiento; textos que a su vez,
ayudaron a interpretar las causas que, misteriosamente intervinieron en el auge,
decadencia y extinción de ‘vos’ en la Península Ibérica, a partir del siglo XVI.
En el capítulo tercero, se cotejan diferentes obras medievales con el
propósito de detectar el mencionado reajuste histórico y sociolingüístico de
‘vos’ y sus homólogos. Esta sección incluye el Poema de Mío Cid y otras obras
tempranas; en estos textos se observan relaciones importantes que conectan la
alta o baja frecuencia que se registraba entre ‘vos’ y su rival ‘tú’. Esas
correspondencias destacan características significativas sobre la dinámica
sociolingüística que modificaba el repertorio. De la minuciosa revisión
diacrónica que se efectuó en la confrontación, se han manifestado algunos
matices perjudiciales que perturbaban el tradicional funcionamiento de ‘vos’ y
sus variantes en esos siglos.
Así, se observa que en la lengua escrita del Medievo existe el empleo de un
‘vos’ mayestático; pero también se descubre que este sociotratamiento ya
comenzaba a bifurcarse, con la característica evidente de que una de las
variantes del pronombre se empleaba como tratamiento despectivo e
irreverente. Mientras que esto le sucedía a ‘vos’, había un indiscutible progreso
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Ana Emilia León
en la función de su rival ‘tú’. Innumerables datos históricos se hacen evidentes
en los cuadros que acompañan a cada uno de los textos que se analizaron. Este
recuento sociohistórico de la comunicación que en realidad sucedió, posee
parámetros que son muy difíciles de detectar; ya que no aparece con exactitud la
fecha de publicación de la mayoría de las obras estudiadas. De ahí que
seguramente, haya otros recursos elusivos de esa época que sigan pasando
desapercibidos, pero que la diacronía se encargará de esclarecer.
En el capítulo cuarto se proporcionan modelos de la rivalidad y
discrepancias generadas entre la lucha de ‘vos’ y ‘tú’. Fundamentalmente, se
buscan los parámetros de mayor prestigio lingüísticos que se destacaron durante
los siglos XIV y XV. Para el estudio de este capítulo, se cotejaron tres grupos
de textos: seis creaciones de la época medieval; siete producciones del siglo XV;
y diversos ejemplos de sociotratamientos epistolares extraídos de misivas
intercambiadas entre la realeza y la alta nobleza. Los recursos históricos que
surgieron, revelan la intensa hegemonía sociocomunicativa de ‘vos’ singular ante
‘tú’ en esa época. No obstante, los resultados indican con claridad que a
principios del siglo XV se restringe el uso de ‘vos’, y la actividad
sociocomunicativa de ‘tú’ se acrecienta en un 50%, aproximadamente.
En el quinto y último capítulo, la investigación se inicia con La Celestina
(1499) de Fernando de Rojas, y luego de varios textos culmina con las dos
partes de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (I, 1605), (II, 1615) de
Miguel de Cervantes Saavedra. En esas obras se analizan los patrones sociales
que moderaban los actos de habla. Del estudio de los datos que proporciona la
gama de ejemplos que muestran características primordialmente
extralingüísticas, se puede concluir que para 1615, ya ‘vos’ había perdido casi en
su totalidad la forma plural, mientras que las variantes del recurso singular eran
casi imperceptibles. La forma simétrica se reduce a ‘vos’ singular y a ‘tú’;
mientras que ‘vuestra merced’ y sus variantes ocupan todas las otras funciones;
pero todavía no existe ‘usted’ —en lengua escrita—. Es decir, los tratamientos
sociocomunicativos en el ámbito peninsular se acercan más al uso moderno de
la lengua.
Este crítico panorama del reajuste y del incremento funcional de ‘tú’, en
oposición a la disminución de ‘vos’ corrobora la magnitud del reajuste y el
agudo engradecimiento que desplegaba el primero en su contemporaneidad. La
contienda entre estos dos sociolectos aumenta decisivamente en las centurias
subsiguientes, aunque bajo un incierto devenir. Hasta la fecha, todavía no se han
descubierto testimonios precisos que aclaren definitivamente el exterminio de
‘vos’ (singular y plural) en el ámbito peninsular.
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Ana Emilia León
Con la ayuda de ‘vuestra merced’>‘usted’ se logran eludir diversos
conflictos sociocomunicativos que se produjeron en España, desde el siglo XVI
aproximadamente. Con esta fórmula de cortesía, se evitaba —en la mayoría de
los casos—, cualquier afrenta injuriosa personal por la impropia emisión de
‘vos’ o ‘tú’ hacia los receptores. Además, con el advenimiento del mencionado
‘vuestra merced’ > ‘usted’ en el repertorio castellano, se glorifica la diplomacia
comunicativa, y se establece una protección hacia la interacción recíproca
(asimétrica). Por consiguiente, a través de este neologismo, se evitan los peligros
e inesperados altercados que afrentan los copartícipes. Era considerable, la
utilidad de ofrecer ‘vuestra merced’>‘usted’ hacia un interlocutor. Por medio de
éste se suavizaban las dificultosas o peligrosas situaciones comunicativas
durante los actos ‘asimétricos’ o ‘simétricos’, tanto del tipo ascendente como
descendente.
Debe destacarse, que por necesidad sociohistórica, en esta investigación no
se ofrecen descripciones intrínsecas sobre el fenómeno conocido como ‘voseo
americano’. Solamente se discute —a manera de colofón— que esta variante
intrahistórica, únicamente le compete a la dialectología hispanoamericana. Hace
más de quinientos años que este apéndice castellano se emplazó en ultramar, y,
como indica la historia, se fijó y robusteció lejos de España. Lo que sí está claro,
es que tras la restauración y auge de esta modalidad en el Nuevo Mundo,
desaparecieron todos sus vínculos sociolingüísticos con sus ancestrales
progenitores ibero-peninsulares. Aunque en la actualidad el ‘voseo’ de América
contiene recursos genéticos del vernáculo superestrato castellano, este
fenómeno no representa una variante con duplicidad que funcione tanto en
España como en las comunidades ultramarinas.
Capítulo 1
Es indiscutible argumentar que, además de los fenómenos lingüísticos, también
han existido causas extralingüísticas —aunque a nivel subyacente— en el
repertorio castellano peninsular, a partir de los siglos XVI y XVII. Uno de estos
fenómenos que deseamos investigar es el comportamiento de ‘vos’ y sus
homólogos contemporáneos. Este enigma sociolingüístico, que abruptamente
le modificacara la carga semántica al sociotratamiento ‘vos’, sigue inmerso en
un oscurantismo ancestral, que obstaculiza cualquier tentativa que revele su
dinámica precedente.
A fin de dilucidar la efectividad de este enigma, se revisarán diversos
estudios analíticos basados en la contemporaneidad de los hechos.
Efectivamente, en este estudio, también se desea ofrecer un somero análisis
diacrónico que contribuya a esclarecer las causas extralingüísticas que, de una
manera u otra, generaron cambios semánticos en: ‘vos’, ‘tú’, y sus variantes. Es
ínfima la cantidad de textos que ofrecen datos apropiados sobre este misterioso
tema diacrónico. Sería provechoso recaudar más información sobre la
relevancia de ciertas normas socioculturales, cuyo impacto, eventualmente
desestabilizó la actividad sincrónica del habla comunitaria.
A raíz de los múltiples reajustes acaecidos en el incipiente repertorio de la
Península Ibérica1, asimismo, comienzaron a surgir variantes neológicas en éste,
que eventualmente, lograron desequilibrar los patrones sociocomunicativos del
mismo portento. Estos recursos, tras inmiscuirse directa o indirectamente,
reorganizaban el funcionamiento de la comunicación recíproca; tanto a nivel
asimétrico como simétrico. Es indispensable dilucidar el régimen interactivo que
imperaba en la preferencia de recursos comunicativos. ¿Cuáles serían las fallas?,
¿Qué recursos debían suplir las necesidades del momento?, ¿Cómo se podrían
detectar los cánones o postulados apropiados? Es posible que el repertorio
regional tuviera deficiencias funcionales, ya que las controvertidas fórmulas de
tratamientos estaban en contraposición. Por esta razón, las innovaciones no se
hicieron esperar. Había que suplir la carencia de sociolectos adecuados; era
imprescindible alcanzar indicadores semánticos que beneficiasen a los
hablantes en sus recíprocos actos comunicativos.
Como se sabe, no existen documentos audio-lingüísticos que ofrezcan
ejemplos concretos sobre las características diacrónicas del extinto ‘vos’. Sería
de gran utilidad contar con textos que manifestasen modelos de la oralidad de
1 La estructura social hispano peninsular sufrió drásticos reajustes en el margen de distribución
durante los siglos XVI y XVII. Este fenómeno es uno de los ejes promotores de los grandes
cambios generados en el repertorio pronominal. Por lo tanto, a partir de estos siglos afloran
diversos rasgos distintivos relacionados con el uso y selección del sociotratamiento apropiado
para dirigirse a un interlocutor en particular.
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Ana Emilia León
cada época determinada, lo cual ahora es imposible. Pero paradójicamente, se
originaron abundantes innovaciones sociolingüísticas durante el Siglo de Oro;
por consiguiente, la mayoría de éstas, pudo haber interferido en el auge y
desaparición del fenómeno que se estudia. Ulteriormente, afloraron inéditos
matices extralingüísticos2, que de una manera u otra modificaron los cánones
pre-establecidos en su propio entorno. Era de alta consideración observar los
preceptos indispensables para los actos comunicativos; para no equivocarse,
había que detectar simultáneamente si existía: confianza, respeto, e igualdad de
condiciones entre los hablantes. Los actos asimétricos y simétricos imponían el
uso de inviolables códigos que evitaban afrentas antagónicas. Por consiguiente,
no se podía errar en esas dimensiones; había que saber escoger la fórmula
apropiada para los actos de habla. El efecto de apabullar al interlocutor, tras
alguna equivocación, podía ofrecer situaciones predispuestas a la animosidad.
Asimismo, se debía respetar la categoría sociocultural del individuo (natural o
adquirida), y poner atención al atributo socioeconómico que exhibiese el
receptor. De la misma manera, había que indagar sobre su —legítimo— estatus
nobiliario, observar su jerarquía militar y, por último, respetar la ostentada
situación religiosa del receptor.
No obstante, aparte de todo lo anterior, además existían otros detalles
característicos que debían acompañar la comunicación a nivel asimétrico; era
necesario detectar si había ocurrido un “socio-prestigio adquirido” (tal vez de
última hora) a cualquiera de los partícipes. Es importante recordar, que a
través de esta treta, se podían efectuar oscuros manejos pecuniarios3 para
concretar un expedito cambio de estatus social. El manejo provechoso, de toda
una gama de recursos monetarios, forjaba variaciones extra-lingüísticas con
enaltecedores beneficios personales. Con esta artimaña se podía detentar o
lograr la adquisición de pergaminos nobiliarios para librarse de una agreste y
turbia trayectoria que existiese antes de salir de España. Tras la alteración que
lograban algunos miembros de la diáspora, las fórmulas de tratamiento también
se veían afectadas. El resultado señala que a partir de la mutua rivalidad entre
los sociolectos ‘vos’ y ‘tú’, se evidenciaba la supresión de aquél. Por otra parte,
2 Algunos cambios sociales se efectuaron por el enriquecimiento de muchos individuos en la otra
orilla. Muchos de ellos lograban acumular grandes fortunas en ultramar. La referencia clásica se
ejemplifica con “los indianos”, quienes, debido a su esplendor socio-pecuniario lograban
quebrantar los valores tradicionales de la alta y baja nobleza. Véase La Sociedad Española en el Siglo
de Oro. V. 1-2. Manuel Fernández A. 1989.
3 El cambio efectuado en las fórmulas de tratamiento se efectuaba en diferentes ocasiones; muy a
menudo aparecían reajustes sociales entre los partícipes. Por consiguiente, el impacto
extralingüístico de este proceso está relacionado directa e indirectamente con los indianos.
7
Ana Emilia León
‘tú’ y ‘vuestra merced’ se apoderaban del sitial hegemónico que, anteriormente,
ostentase ‘vos’.
Como se ha dicho anteriormente, es conocida la histórica contienda entre
‘vos’ y ‘tú’, y ‘vuestra merced’, cuya duración se extendió un poco más de dos
siglos. El reajuste enaltecedor de ‘tú’ no fue fácil, sin embargo, éste no tardó
en lograr una total preponderancia en el repertorio peninsular. Ya su derrotado
oponente ‘vos’, que anteriormente mostraba matices de ínfimo respeto, no
ofrecía ninguna resistencia. Un hablante de superior estatus social, tenía claro
que sí le podía aplicar ‘vos’ a un interlocutor de inferior categoría (en
situaciones asimétricas); mientras que su ínfimo receptor, no podía repetir lo
mismo. A un superior, había que ofrecerle el enaltecedor ‘vuestra merced’.
Paradójicamente, en la antigüedad ‘tú’ se había usado recíprocamente entre
partícipes de bajo estatus. Sin embargo, su uso denotaba: confianza, intimidad y
solidaridad4. No obstante, a partir del siglo XVI, ‘tú’, ‘vos’ y el recién creado
‘vuestra merced’, pasaron a ser los tratamientos más utilizados por
interlocutores que buscaban una revalorización de su categoría. Sin embargo,
por falta de neologismos pervivía la contienda entre ‘vuestra merced’ y sus
homólogos5.
Como se ha señalado arriba, la lengua de castilla recibe eufóricamente un
neologismo conocido como ‘vuestra merced’. Éste era el sociotratamiento
cuyos matices diplomáticos condicionaban un supremo respeto y alta
consideración hacia el receptor. A través de este recurso se demostraba un
respetuoso acercamiento y, a la vez, se evitaba cualquier discordia comunicativa.
Esta mágica y emergente fórmula de tratamiento, logra establecer —aunque
parcialmente— una verdadera protección entre los inseguros y vulnerables
partícipes. Posteriormente, ‘vuestra merced’ sufrió una lenta, pero eficaz
lexicalización que lo convirtió en ‘usted’6 a mediados del siglo XVII. Por lo
tanto, con la ayuda de este sociolecto, los incautos hablantes ya podían tener
más libertad, y en especial, un lento acercamiento hacia la igualdad
comunicativa; este recurso lograba disipar las agudas represalias por desigualdad
sociocomunicativa. Posteriormente se crearon otras combinaciones
sociocomunicativas en la lengua: ‘vos (otros)’ > ‘vosotros’, y ‘nos (otros)’ >
4 El pronombre 'tú' evolucionó y dio origen a diferentes variantes sociolingüísticas que fueron
diezmando la hegemonía del prestigioso 'vos'.
5 Véase la tesis de Díaz-Plaja, 1939. Las teorías sobre la creación del lenguaje en el siglo XVI.
6 Véase el artículo de Rafael Lapesa "Personas gramaticales y tratamientos en español." Revista de la
Universidad de Madrid. 1970. Ana Emilia León: Bosquejo diacrónico de 'vusted' > 'usted' en el español del
Nuevo Mundo. Actas del IV Congreso Internacional de la Historia de la Lengua Española, 1999.
pp. 565-572.
8
Ana Emilia León
‘nosotros’. Con estos recursos neológicos que surgen a partir del siglo XVI7, se
inicia un proceso de perfeccionamiento en el sistema pronominal castellano.
Debido a la anarquía que reinaba en el ámbito peninsular a través de los
siglos XVI y XVII, se publicaron algunos tratados oficiales con intenciones de
regular —parcialmente— los patrones populares de amplio empeño, durante
esa época. Vestigios de la censura contemporánea, han quedado establecidos a
través de las Premáticas (en adelante se mencionarán ‘pragmáticas’) emitidas por
el rey Felipe II en 15868. El énfasis de estos tratados era disciplinar al público, y
evitar ciertos incidentes sociolingüísticos suscitados durante las comunicaciones
asimétricas. Tras una serie de tribulaciones acaecidas por discrepancia en actos
de habla, la corona española emitió algunos decretos o “Pragmáticas” afines,
que circularon a través del reino hispano-peninsular9 con el propósito de
solventar algunos problemas. El siguiente segmento pertenece a una Pragmática
expedida por el rey Felipe II (1586) en San Lorenzo del Escorial:
sociolingüísticos; sin embargo, se han conseguido algunos que ofrecen mucha información al
respecto, y que se citarán más adelante.
8 Pragmática de 1586 y 1589.
9 Véase "Premáticas (pragmáticas)" emitidas por Felipe II en el siglo XVI.
10 Informa Lapesa en su artículo “Personas gramaticales y tratamientos en español”. Revista de la
Universidad de Madrid. Madrid: 19: 146-147: “Esta disposición fue consecuencia de peticiones
hechas por los procuradores de las ciudades y villas en las cortes de 1583. Felipe II la corroboró,
aumentando las penas a los infractores, el 31 de diciembre de 1593 [Premática en que se manda
guardar la de los tratamientos y cortesías...Madrid, Pedro Madrigal, 1594]”. Tal como se ha dicho
antes, Felipe II decretó diversas regulaciones socioculturales, durante su reinado, pero hasta ahora
no han podido encontrar tales leyes. Es decir, aún no se conoce ningún documento con
dictámenes específicos que regulasen el uso de ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’ en el reino peninsular.
9
Ana Emilia León
información para tratar de dilucidar la trayectoria de los cánones
sociolingüísticos Hispano Peninsulares, antes y después del reinado de Felipe.
“Dela segunda persona no ai sino otro pronombre tu, vos; i todos los vocativos delas
partes que se declinan por casos por razon deste pronombre tu que se entiende con
ellos, por que tanto vale […] apartandose dela comun i propria manera de hablar, dizen
suplico ala merced de vos otros en lugar de dezir suplico a vuestra merced, por que diziendo
suplico ala merced de vos otros quiero dezir que suplico ala misericordia que otros tienen de
vos, lo cual es contrario delo que ellos sienten; mas diziendo suplico a vuestra merced dirian
lo que quieren, que es suplico ala misericordia de que acostumbrais usar, por que no es otra
cosa merced sino aquello que los latinos llaman 'misericordia'; assi que diziendo el rei es
mi merced quiere dezir la misericordia de que suele usar, mas diziendo Señor ave merced de
mi quiero dezir no la que io tengo sino la que el Señor tiene de mi” (pp. 72-73).
11 La carga semántica de 'tú' continuaba reajustándose durante esa época.
12 Véase José Pla Cáceres (1923) "La evolución del tratamiento 'vuestra merced'". Revista de
Filología Española. Madrid: 10:245-80.
13 Elio Antonio de Nebrija. Gramática Castellana, Vol. 1. Galindo Romeo y Ortiz Muñoz, editores.
Madrid: 1946.
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Ana Emilia León
La descripción que ofrece Covarrubias14 de ‘tú’ en su Tesoro de la lengua
castellana, nos ayuda a extraer datos sobre los matices sociolingüísticos que
ostentase esta fórmula de tratamiento durante siglos precedentes:
“…Póngola por dos respetos: el uno por henchir más el vocablo, y el otro, porque aya
diferencia entre el toma, con el acento en la ‘o’ que es para quando hablo con un muy
inferior, a quien digo tú, y tomá [d], con el acento en la ‘a’, que es para quando hablo con
un casi igual, a quien digo vos;”... (92).
“...Acuérdome que un día deshonré en mi tierra a un oficial, y quise ponerle las manos,
porque cada vez que le topaba, me decía: ‘Mantenga Dios a Vuestra Merced’. “Vos, don
villano ruin —le dije yo—, ¿por qué no sois bien criado? ¿Manténgaos Dios, me habéis
de decir, como si fuese quienquiera?” (p. 149)17.
“De todo lo que he dicho has de inferir, Sancho, que es menester hacer diferencia de
amo a mozo, de señor a criado y de caballero a escudero. Así que, desde hoy en
adelante, nos hemos de tratar con más respeto, sin darnos cordelejo, porque, de
cualquiera manera que yo me enoje con ‘vos’, ha de ser mal para el cántaro”. (I. cap.
XX, pp. 250-251)18 .
“— ¿Pensáis —le dijo a cabo de rato—, villano ruin, que ha de haber lugar siempre
para ponerme la mano en la horcajadura y que todo ha de ser errar ‘vos’ y perdonaros
yo? Pues no lo penséis, bellaco descomulgado, que sin duda lo estás, pues has puesto
lengua en la sin par Dulcinea. Y ¿no sabéis ‘vos’, gañán, faquín, belitre, que si no fuese
por el valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga?”
(I. cap. XXX, p. 378).
17 Edición de Alberto Blecua. Madrid: Castalia, 1984. Era obvio el desprestigio socio
nocivo 'vos'.
12
Ana Emilia León
Fray Íñigo de Mendoza (1425-1508), solía arremeter líricamente, y con
extrema agudeza a sus coetáneos adversarios. El ensañamiento se dirigía, tanto
hacia los miembros de la realeza, como a los más insignificantes súbditos de la
corte española de su época. Además el autor se dedicaba a hostigar a los
“eclesiásticos inmorales”. Tal es el caso del poderoso don Alonso Carrillo19,
arzobispo de Toledo y primado de las Españas. En los Apéndices de la Vita
Christi, aparecen referencias agresivas hacia este mismo prelado; quien, al
momento, pasaba a ser un vulnerable interlocutor, y no podría defenderse de
los ataques proferidos. Tal como se observa en esta producción literaria, existe
un profundo subterfugio que disimula soeces agresiones y reprobaciones,
mediante el uso de ‘vos’. Como se ha dicho anteriormente, con esta fórmula de
tratamiento se devasta la reputación del aludido:
Vuestra o vuestras: alteza, eminencia, majestad, merced, paternidad, reverencia, santidad, señoría.
(Había variaciones, según la categoría social de las personas).
Vuestra: beatitud, bondad, caridad, celsitad, gracia, grandeza, magnificencia, nobleza, presencia,
serenidad, etc. (En ocasiones surgían variaciones).
20 ‘Vuestra merced’ sufrió diversos reajustes lingüísticos y finalmente se convirtió en ‘usted’. Este
tratamiento comienza a aparecer en lengua escrita a mediados del siglo XVII. Cf. “Bosquejo
diacrónico de ‘vusted’ > ‘usted’ en el español del Nuevo Mundo”, 1999.
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Ana Emilia León
cualquiera irreverencia. Por consiguiente, después del trastocado cambio entre
‘vos’, ‘tú’, y ‘vuestra merced’ > ‘usted’, este último se convirtió en el único
sociolecto castellano que protegía (y sigue protegiendo) imparcialmente a los
interlocutores desiguales, en situaciones asimétricas. Históricamente, no todas
estas emergentes combinaciones sobrevivieron; la ardua competencia que se
fraguaba entre homólogos distorsionaba el panorama. Paradójicamente, el uso
contemporáneo de ‘usted’ sigue disfrutando de su esplendor, dentro y fuera de
España. No obstante, debido a su histórico auge y excelente acogida en las
comunidades ‘ustedeantes’ del Nuevo Mundo, su existencia bicontinetal se
sigue alimentando con el intenso favoritismo. Aparentemente, los matices
democráticos de ‘usted’ ya están experimentando reajustes; posiblemente, ya
cuentan con diversas vertientes semánticas y extralingüísticas. En la actualidad,
fuera de las comunidades ‘ustedeantes’, los matices sociolingüísticos de éste, se
perfilan como un eficaz recurso para ofrecer un ponderado respeto asimétrico,
pero bajo un perfil separatista: no hay igualdad. Los cambios intraculturales de
éste, aún no se han manifiestado claramente, pero, ya se observarán claras
anomalías concurrentes en el repertorio contemporáneo. Aún está por verse
(fuera de España) el porvenir de este sociotratamiento.
Siguiendo los patrones sociolingüísticos diacrónicos, el ascenso en la escala
social de un individuo desde un nivel ínfimo hasta una posición más elevada,
como es el caso de los indianos, producía serias complicaciones en el entorno.
La estricta intolerancia exigía a toda costa que no se lastimara la honra personal,
tomando en cuenta qué tipo de estatus social había adquirido el interlocutor.
Referente a esta situación, presentamos un segmento testimonial que ofrece
Lucas Gracián Dantisco en su obra Galateo Español, de 1582:
“…Van algunos asimismo tan llenos de cuidado en estas ceremonias, que no hallan
medio de nombrar entre ‘tú’ y ‘vos’ y ‘él’, ‘vmd’ haciendo seis grados de cortesía que
ninguna nación alcanzó tantos... [...] Y no quiero tratar de lo que se puede decir desde el
‘vmd’ arriba, ni en los títulos mayores; porque sería meternos en un gran laberinto;...”
(p. 75).
“...Pero, acostado y hechas diligencias para dormir, pude romper el sueño un breve
rato; pero despertando y revolviendo la memoria de lo sucedido, me vinieron unas
bascas terribles y unos pensamientos y discursos enormes de contener, venganza de
aquel que yo llamaba agravio. Sentí mucho el haberme llamado tantas veces de ‘vos’,
cosa a que yo no estaba enseñado, aunque había tratado con muchos grandes de
España, y mucho más el no haberme conocido o no querer conocerme y haber dudado
que hubiese servido al Rey, creyendo que me había quedado en aquella ocasión en
Nápoles...” p. 229.
16
Ana Emilia León
se observa en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España21 de Bernal
Díaz del Castillo. En el Capítulo XXVII se relata lo que pasó con dos náufragos
españoles: uno se llamaba Jerónimo de Aguilar y el otro Gonzalo Guerrero. Al
encontrarse ambos frente al emisario español, y después de haber discutido
sobre la misión del que había acudido al rescate, la negación personal se asocia
con la intención de la mujer. Ésta también maltrata oralmente al coterráneo de
su marido:
“Hermano Aguilar: yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán
cuando hay guerras; idos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas.
¡Qué dirán de mí desde que me vean esos españoles ir de esta manera! Y ya veis estos
mis hijitos cuán bonicos son… Y así mismo la india mujer del Gonzalo habló a Aguilar
en su lengua, muy enojada, y le dijo: ‘Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi
marido; idos ‘vos’ y no curéis de más pláticas’” (98).
21Cf. Tomo I. Sexta edición conforme a la de 1944, con la introducción y notas de Joaquín
Ramírez Cabañas. México: Editorial Porrúa, 1968.
17
Ana Emilia León
Sociolingüística histórica de ‘vos’
Se han publicado hasta la fecha diversos trabajos relacionados con el campo
morfosintáctico, fonético y fonológico, pertinentes al repertorio que nos ocupa.
Sin embargo, los aspectos diacrónicos y sociolingüísticos de la comunicación
hispano peninsular, aún no se han dilucidado. Cabe destacar que el sistema
estructural castellano pasó a llamarse español22, tras penetrar en una vasta
extensión continental; a éste todavía le acompaña una heterogénea diacronía. Al
salir de su entorno peninsular europeo a partir de 1492, a esta lengua se le
facilitó la oportunidad de nutrirse con nuevos recursos autóctonos. En la
actualidad, una gran cantidad de variantes siguen ejerciendo casi las mismas
funciones sociolingüísticas que solían destacarse en su período inicial. Los
rasgos que se observan en la mayoría de los países colonizados por España, aún
presentan características análogas con el idiolecto aportado por los
conquistadores.
El contingente de guerreros, artesanos y labradores impulsó la creación de
una serie de códigos socioculturales diferentes a los que solían usarse en su lar
de origen. A pesar del arraigo de estas recién creadas normas en la naciente
sociedad hispanoamericana, todavía prevalecen profundos contrastes entre
ambos sectores. En la mayoría de los casos, los conquistadores que, de alguna
manera u otra distaban de una elevada y distinguida clase social, se les facilitaba
la adquisición y el ascenso sociocultural en ultramar23. Por lo tanto, las
inmensas fortunas recién adquiridas apoyaban esta metamorfosis.
Mientras que en la otra orilla se restituyeron algunas fórmulas de
tratamiento como ‘vos’ y sus variantes, quedó establecido un co-proceso de
reajuste entre este pronombre y su extinto homólogo europeo. Como se dijo
anteriormente, el “voseo americano” es un trasplante que se robusteció
posteriormente en ese sector ultramarino. ‘Vos’ significa un vestigio europeo
que sigue separado de su lar de origen. Se hace necesario estudiar la misión
secreta sociolingüística del sociolecto que nos ocupa; al igual que los problemas
relacionados con el período de mayor actividad de este recurso fuera de España.
Además, se debe analizar la dinámica y posteriores permutas que sufriera ‘vos’, y
por último, esclarecer los motivos extralingüísticos que consolidaron su
22Véase La lengua española en la época de Carlos V. Manuel García Blanco, 1958.
23 Ya se ha comentado anteriormente la importancia que ejercen los ultramarinos indianos. La
faciliad con que lograban enriqucerse los seguiría protegiendo para enaltecerse usando sus
inmensas fortunas. Esta diáspora regresa a España tras haber adquirido cuantiosas fortunas. Con
estos recursos pecuniarios se facilitaba el cambio de estatus social, tanto del individuo como de su
familia. Para la adquisición de los pergaminos correspondientes servía el lema: “A falta de
blasones buenos son los doblones”.
18
Ana Emilia León
renacimiento en el Nuevo Mundo. Para acompañar este análisis sociolingüístico
se pueden estudiar los métodos e indicaciones de diferentes especialistas del
ramo. Las teorías de William Labov señalan lo siguiente:
Descriptive sociolinguistics tries to disclose the language usage norms —i.e., the
generally accepted and implemented social patterns of language use and of behavior
toward language— for particular larger or smaller social networks and communities. (p.
47).
Sociolinguistics has always emphasized the primacy of the spoken language in its use or
factual speech data, and indeed, here has no explicit consideration of how one might
attempt a sociolinguist study of a written language (Romaine 1982: 15).
26 Son muy pocos los manuales de la lengua que hablan de la influencia de las retóricas en la
producción literaria.
27 Ha sido necesario reducir el contenido del corpus con la finalidad de trabajar con obras más
representativas.
20
Ana Emilia León
Las siguientes listas contienen cierta enumeración detallada relacionada con
la condición social de emisores e interlocutores. Además se describe una escala
individual de valores del emisor, a nivel sociolingüístico.
1. La nobleza28
a. Emperador.
b. Reyes.
c. Príncipes.
d. Duques.
e. Marqueses,
f. Condes.
g. Alto y bajo clero29, etc.
2. Caballeros30
a. Hidalgos de calificada nobleza.
b. Estatus social adquirido por razones socioeconómicas.
3. Clase llana31
a. Burgueses
b. Pecheros
c. Vasallos
d. Vulgo en general
e. Campesinos
f. Esclavos, etc.
28 Estos miembros son los más importantes de acuerdo con los tratados de Historia Social de
España.
29 Se debe tomar en cuenta la calidad y estatus sociocultural de: el Papa, los cardenales, los
estudio.
31 Véase Díaz-Plaja (1972) La sociedad española en fotografías y documentos.
21
Ana Emilia León
continuación presentamos las posibles fórmulas para el análisis que se aplicará
en este trabajo:
5. [Y-Y] Los hablantes de esta clasificación pertenecen a una misma clase social
de nivel intermedio. Interacción recíproca entre miembros de un mismo
estatus [2]. Orden simétrico, paralelo.
22
Ana Emilia León
9. [Z-Z] Esta novena y última clasificación ejemplifica la actuación recíproca de
hablantes de una misma escala social inferior [3], paralela. Orden
simétrico entre hablantes de ínfimas condiciones socioculturales.
Grupo 1.
o Este primer grupo conjuga actuaciones recíprocas (en orden simétrico) entre
personalidades de un mismo estatus social prevaleciente. Pertenecen a la relación
armónica paralela. Solamente hay tres posibilidades para la comunicación y
actuación entre estos partícipes: [X-X]; [Y-Y]; [Z-Z].
Grupo 2.
o En este apartado se producen también tres posibilidades. El trato se efectúa con
orden asimétrico descendente, y el emisor es de clase más elevada que el receptor:
[X-Y]; [X-Z]; [Y-Z].
Grupo 3.
o En esta clasificación, asimismo, hay tres posibilidades para los actos
comunicativos. El hablante es de menor categoría social que el receptor; la
comunicación va dirigida hacia un interlocutor de más elevado estatus colectivo,
en situación asimétrica, ascendente: [Y-X]; [Z-X]; [Z-Y]. 32
24
Ana Emilia León
pero sorprendentemente va renaciendo en tierras americanas. Como se puede
observar, esta modalidad neológica, se ha perpetuado como sociotratamiento
dirigido hacia la segunda persona singular, aunque mantiene, en parte, los
antiguos paradigmas: ‘vos’ habláis o hablás (para el plural se usa ‘usted’) en
ocasión de ofrecer, confianza, intimidad, amistad y solidaridad. Todos estos
componentes conforman otro recurso adicional que contrasta con el sistema
sociolingüístico entre la lengua de la otra orilla y la Hispano Peninsular. Su
extemporáneo renacer en ultramar, no ha dejado que desaparezca
completamente en la mayoría de las comunidades que lo han acogido. Para
lograr sobrevivir en su nuevo ámbito tiene ‘vos’ que defenderse constantemente
de los enemigos que lo acechan para perjudicarlo. A fin de prolongar la recién
inaugurada estadía extrapeninsular, había que fortalecerse e imponer su
hegemonía en el Nuevo Mundo. Paradójicamente, esto no se logra
completamente, no obstante, a pesar de la notoria y exquisita supervivencia
fuera de España, el ‘vos’ americano no ha podido neutralizar a sus detractores.
Algunos coterráneos de esta reliquia denigran y atacan su valor sociolingüístico
con perfiles negativos.
“[D]espués que Vuestra Alteza metiese debaxo de su iugo muchos pueblos bárbaros y
naciones de peregrinas lenguas, y con el vencimiento de aquellos ternían necessidad de
recibir las leies quel vencedor pone al vencido y con ellas nuestra lengua, entonces por
esta mi Arte podrían venir en el conocimiento de ella, como agora nos otros
deprendemos el arte de la gramática latina para deprender del latín” (Quilis, 1980: 80).
Así que la intención de Nebrija era que la lengua se fijara, saliera de España,
dejara de ser lengua vulgar regional y se convirtiera en el vehículo “fiel de
transmisión a la posteridad de las hazañas y glorias culturales”. Con esto Nebrija
había lanzado la creación de un Arte (término hasta entonces reservado para las
lenguas “cultas”) de la lengua castellana. Además pensaba que en esa época la
lengua estaba “tanto en la cumbre, que más se puede temer el descendimiento
della que esperar la subida”33.
A partir del siglo XV, aumenta en España la tendencia de perfeccionar el
idioma propio por medio de la lengua latina. Con ello se reconocía también la
existencia de un campo de relaciones distintas entre el latín y el castellano
(Bahner, 1966:36). Desde que Juan de Valdés escribe su Diálogo de la lengua en
1535, surge la idea de descubrir el origen de la lengua castellana. Este famoso
filólogo investigó de forma sistemática lo relacionado con el comienzo de la
lengua de Castilla y, sobre todo, su uso en época del siglo XVI. En numerosas
ocasiones, Valdés deja ver algunas de sus preocupaciones relacionadas con la
lengua. Para él, ésta debía existir sin afectación: “escribo como hablo”. Él
insistía en que el lenguaje debería servir de medio de comunicación en general,
pero con sencillez. En casi todo el siglo XVI domina el criterio de “naturalidad”
y “selección”. Lo característico de este siglo es que la norma general del lenguaje
ofreciera una expresión llana, libre de afectación, pero depurada, según los
gustos del habla cortesana (Lapesa, 1980:303).
El impacto del descubrimiento de América en 1492 contribuye
fundamentalmente al engrandecimiento del castellano. Este lenguaje se aleja de
la hegemónica lengua romance que se había establecido anteriormente en la
Península Ibérica, desde el siglo IX. Posteriormente, con su entrada en el
Nuevo Mundo, consigue todos los recursos necesarios para desarrollarse en
33Véase El problema de la lengua en el Humanismo Renacentista Español. Avelina Carrera de la Red.
1988.
26
Ana Emilia León
solitario, y libre de competencia. También se consolida un mayor
enriquecimiento de la lengua autóctona castellana al entrar ésta en contacto con
los substratos precolombinos del Nuevo Continente.
Hacia el siglo XVI, comienza el afianzamiento de este idioma con el apoyo
de las gramáticas castellanas, las pragmáticas reales, más la serie de tratados
lingüístico-literarios, y, en especial la literatura escrita en lengua de Castilla. Por
consiguiente, a partir de ese momento, el castellano deja de ser el estandarte
lingüístico que exclusivamente ondea en Castilla. Poco a poco comienza a
consolidarse un reajuste intrínseco en su repertorio. A partir de ese momento, la
lengua de los castellanos deja de ser un sistema vernáculo. Posteriormente,
continúa elevándose la categoría sociocomunicativa de la afamada lengua franca;
por lo tanto, este sistema territorial, logra dispersarse hacia enriquecedores
parámetros nacionales e internacionales. Por lo tanto, tras la gran conquista
transoceánica, la lengua de Castilla emprende una dicotómica expansión: una
misión invasora hacia la otra orilla, junto con una seudo-absorción de los
tesoros vernáculos del nuevo lar conquistado. Consecutivamente, los resultados
se hacen muy favorables para el trasplantado castellano, el cual inicia un
robustecimiento tanto sociopolítico como sociolingüístico, si bien, con savia del
Nuevo Continente. Tras un arrollador progreso, secundan a la lengua peninsular
una gran variedad de reajustes morfosintácticos, fonéticos, léxicos, y un gran
enriquecimiento por préstamos lingüísticos34. En su devenir se vislumbraba un
completo fortalecimiento lingüístico.
28
Ana Emilia León
llegó para quedarse indefinidamente en su nuevo entorno, aunque haya cortado
todo tipo de lazos familiares con sus antepasados españoles.
La coexistencia de ‘vos’ y ‘tú’ en España durante la Edad Media y el Siglo
de Oro, fue en parte la circunstancia necesaria para que se produjeran tanto las
interferencias entre los dos tratamientos (conflicto entre ‘voseo’ y ‘tuteo’), como
las distintas soluciones adoptadas: (Lapesa 1970: 519). Efectivamente, hasta el
siglo XVI, ‘vos’ es tratamiento de nobleza y distinción, siendo ‘tú’ la forma
usada para dirigirse a los receptores de rango inferior (cfr. Diálogo de la lengua de
Juan de Valdés).
La necesidad sociohistórica nos impulsa a aclarar que, en esta investigación
no se ofrecerán descripciones intrínsecas sobre el fenómeno conocido como
‘voseo americano’. Solamente se propone que el estudio de esta variante
intrahistórica, únicamente le compete a la dialectología de Hispanoamérica, y no
al repertorio del castellano peninsular. Hace más de quinientos años que este
apéndice castellano se emplazó en ultramar, y, como indica la historia, éste se
fijó y robusteció lejos de España. Está claro que, tras la restauración y auge de
esta modalidad en el Nuevo Mundo, desaparecieron todos sus vínculos
sociolingüísticos con sus ancestrales progenitores ibero-peninsulares. Aunque en
la actualidad el ‘voseo’ de América contenga recursos genéticos del vernáculo
superestrato castellano, este fenómeno no representa una variante con
duplicidad que funcione tanto en España como en las colonias ultramarinas.
Entiéndase claramente que, después de la desintegración de ‘vos’ en su insigne
morada europea, este recurso comunicativo ya no pertenece al repertorio
sociolingüístico hispano peninsular. Su conocido arraigo, fuera de su nativo ámbito,
ha pasado a formar parte, única y exclusivamente de los componentes
diatópicos y diastráticos de su foráneo entorno. Aún están por difundirse sus
isoglosas; y ninguna de ellas han irrumpido o regresado a su cuna peninsular.
Durante los últimos cuatro siglos que atestiguan la permanencia extrapeninsular
de este ‘voseo’, todavía no se ha generado ningún contacto que impulse su
regreso hacia la otra orilla europea.
Es importante reiterar que este fenómeno emigró y se quedó como un
exótico recurso colonial en su nuevo hábitat, tanto a nivel sociolingüístico como
geográfico. Su arraigo todavía no ha traspasado los entornos regionales, ni
tampoco, ha podido lograr valor internacional. Paradójicamente sus raíces se
originaron en España, justo en los años en que se acercaba su extinción, pero,
en la actualidad, este recurso, sólo ofrece confusión sociolingüística para los
aprendices de la lengua. No obstante, ni los ataques ni el desprecio dirigidos
hacia este idiolecto han podido diezmarlo. Su fértil recinto novohispano
continúa protegiéndolo. Sincrónicamente hablando, ‘vos’ y sus variantes se
29
Ana Emilia León
siguen usando para dirigirse a un interlocutor singular —a nivel nacional o
regional—. No obstante, su función morfosintáctica simboliza el empleo de un
arcaísmo enquistado, y muy mal visto por sus múltiples detractores.
A este anacrónico híbrido se le debe considerar como un disimulado
recurso que se escuda tras una oscura antinomia del sentir americano. Afamados
lingüistas siguen rechazando su trasplante; últimamente lo han censurado como:
‘arcaísmo’, ‘barbarismo’, ‘viruela de la lengua’, y ‘solecismo’, entre otros.
Recordemos que, a partir del siglo XVI, este sociolecto había perdido tanto su
hegemonía mayestática, como su ancestral privilegio latino, que pletóricamente
ostentase durante anteriores centurias.
Las gestas conquistadoras no solamente trasladaron la cultura y lengua
castiza al Nuevo Continente, sino que impulsaron además, el renacimiento del
sociolecto ‘vos’, y sus variantes. Hay testimonios que indican la supervivencia y
auge de esta modalidad; mientras que su sólida trayectoria sociolingüística le
sirve de antídoto para seguir resistiendo los embates de sus detractores dentro y
fuera de España.
Hay que destacar el persistente control sociolingüístico que ofrece ‘tú’ en el
ámbito peninsular, no obstante, este hecho contrasta significativamente con las
comunidades ‘voseantes’ y ‘ustedeantes’ de la otra orilla. El recurso ‘tú’ casi no
se utiliza en estos predios, pero el importado ‘vos’ ha adquirido un control
popular para ensombrecer el sitial que debería ocupar su análogo. Esta
modalidad americana se ha extendido hacia todo tipo de nivel cultural y socio
literario; ya comienza a participar tanto en actos simétricos como asimétricos, y
en composiciones poéticas, canciones y anuncios comerciales. No obstante, hay
que destacar que en las regiones ‘voseantes’ de América, es muy polémica la
participación de ‘tú’ en calidad asimétrica. Hay diversas limitaciones para la
aplicación de esta fórmula de cortesía cuando se emplea en la comunicación de
un superior a un inferior o viceversa. Otros aspectos de consideración que nos
atañen están relacionados con los problemas que pudiera generar el mal uso de
‘tú’ (antagónico) en las comunidades que rechazan su empleo asimétrico. Más
adelante se ofrecerán detalles adicionales, que contribuyan a dilucidar la
dinámica y participación de la paradójica sintomatología de estos
sociotratamientos.
En la actualidad, las comunidades ‘ustedeantes’ se han beneficiado
intensamente con la adopción preferente de esta mágica fórmula ‘usted’; sin
embargo, la supervivencia de este recurso podría enfrentar diversos problemas
antagónicos, si el abuso y la altísima frecuencia colectiva se perpetúa en su
hábitat. Habría que observar, si la opción de ofrecer ‘usted’ continúa con los
mismos matices preminentes, y así analizar su comportamiento e integridad
30
Ana Emilia León
futurista. Posiblemente, a este sociotratamiento le podría acontecer el mismo
desmembramiento intrínseco, y hasta un posterior repudio sociolingüístico,
como el paradójico derrocamiento que sufriera ‘vos’ en el ámbito peninsular,
durante los siglos XVI y XVII.
Capítulo 2
Habitualmente, la Sociolingüística se ha ocupado de analizar fenómenos
sincrónicos de la lengua y sociedad. Sin embargo, el nuevo planteamiento de
esta disciplina se enfoca en combinar tanto las técnicas sincrónicas, como las
históricas. En esta investigación hemos seguido muy de cerca la proyección
sociolingüística que ofrece Janet Holmes en su texto introductorio; del mismo
modo se habla del inseparable encadenamiento que se efectúa entre la identidad
social del hablante, y los cánones establecidos que se le aplican al receptor:
Sociolinguists study the relationship between language and society. They are interested
in explaining why we speak differently in different social contexts, and they are
concerned with identifying the social functions of language and the ways it is used to
convey social meaning. Examining the way people use language in different social
contexts provides a wealth of information about the way language works, as well as
about the social relationships in a community, and the way people signal aspects of
their social identity through their language ( 2001: p. 1).
Revisión bibliográfica
orillas. Boletín de la Academia venezolana de la lengua. Caracas / Año LXII /Enero 1995-
Diciembre 1996. Nos. 175-176-177-178. pp. 181-190.
4 En este trabajo se desea aportar algún dato adicional que ilustre la transformación lingüística que
sufriera ‘vos’ en el entorno Hispano peninsular; aparentemente, muchos de los eventos extra-
lingüísticos entraron y salieron en el repertorio castellano, sin que su impacto se descubriera en el
momento apropiado.
34
Ana Emilia León
Como requisito primordial de este proyecto, se hace necesaria una revisión
de prominentes tratados gramaticales del período renacentista hispánico; por
ello, se han cotejado textos en los cuales pudieran existir indicios que apunten
hacia las restricciones del sociotratamiento ‘vos’ (singular) y sus variantes
contemporáneas. A continuación, se presentan en orden cronológico, algunos
tratados gramaticales y seudo-lingüísticos de los siglos XV, XVI y XVII
respectivamente:
Organización del corpus:
(A). Siglo XV
1. Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija [1492] (Salamanca).
Este texto se considera como la primera Gramática de un idioma vulgar, y
responde a la estimación renacentista por las lenguas vernáculas. La diacronía
indica que se tradujo al castellano por mandato de la reina Isabel la católica (en
1486?). En el prólogo se justifica su aparición por la excelencia que la lengua de
Castilla había alcanzado y por la necesidad que tendrían de aprenderla los
pueblos sometidos a su imperio (p. 630)5. En el capítulo VII de este texto, se
describen y clasifican los pronombres a través de seis variedades: ‘especie’,
‘figura’, ‘género’, ‘número’, ‘persona’ y ‘declinación por casos’. En cuanto al
número de personas gramaticales se indican solamente tres: “la primera, que
habla de sí, como ‘io’, ‘nos’”; “la segunda, a la cual le habla la primera, como
‘tú’, ‘vos’”; “la tercera, de la cual habla la primera, como ‘ellos’” (p.180). Del
mismo modo comenta el autor sobre la confusión que existía entre ‘vuestra
merced’ y sus variantes respectivas:
“De donde se conviene el error de los que, apartándose de la común y propia manera
de hablar, dizen: ‘suplico a la merced de ‘vos otros’, en lugar de dezir ‘suplico a vuestra
merced; por que diziendo ‘suplico a la merced de ‘vos’ ‘otros’, quiero dezir que suplico a
la misericordia que otros tienen de ‘vos’, lo cual es contrario de lo que ellos sienten; mas
diziendo ‘suplico a vuestra merced’, dirían lo que quieren, que es: suplico a la
misericordia de que acostumbráis a usar;”. (p.181)
MARCIO. Ora sus, no perdamos tiempo en esto. Sino tenéis libros en castellano, con
cuya autoridad nos podáis satisfazer a lo que de vuestras cartas os preguntaremos, a lo
menos satisfazednos con las razones que os mueven a escrivir algunas cosas de otra
manera que los otros, porque puede ser que éstas sean tales que valgan tanto quanto
pudiera valer el autoridad de los libros; quanto más que a mi parecer, para muchas cosas
os podréis servir del cuaderno de refranes castellanos que me dezís cogistes entre
amigos, estando en Roma, por ruego de ciertos gentiles hombres romanos. (47-48).
PACHECO. Muy bien avéis dicho, porque en aquellos refranes se vee mucho bien la
puridad de la lengua castellana.
CORIOLANO. Antes que passéis adelante, es menester que sepa yo qué cosa son
refranes.
VALDÉS. Son proverbios o adagios. (p. 48).
MARCIO. Digo que, si sólo por esso ponen la ‘d’, ellos a mi ver lo yerran, porque,
aliende de lo que ‘vos’ avéis dicho, no tienen autoridad de ninguna otra lengua que haga
una cosa semejante donde se puedan fundar; por tanto de oy más yo les dexo su ‘d’ que
allá se avengan con ella. Y ‘vos’ decidnos por qué entre vosotros unos ponéis algunas
vezes una ‘d’ al final de las segundas personas de los imperativos, y otros siempre la
dexáis; escribiendo unas vezes ‘tomá’, otras ‘tomad’; unas ‘comprá’, otras ‘comprad’;
unas ‘comé’, otras ‘comed’. (p. 91).
VALDÉS. A los que nola ponen querría que demandássedes por qué la dexan, que yo
que la pongo, bien os diré la causa. (p. 92).
MARCIO. Essa nos abasta a nosoros saber. (p. 92).
VALDÉS. Póngola por dos respetos: el uno por henchir más el vocablo, y el otro,
porque aya diferencia entre el ‘toma’, con el acento en la ‘o’, que es para quando hablo
con un muy inferior, a quien digo ‘tú’, y ‘tomá[d]’, con el acento en la ‘a’, que es para
quando hablo con un casi igual, a quien digo ‘vos’; lo mesmo es en ‘compra’ y
36
Ana Emilia León
‘comprad’, en ‘corre’ y ‘corred’, etc.(p.92). [Este ejemplo se ha citado en el capítulo 1,
sin embargo, ha sido necesario repetirlo en este apartado].
Los Pronombres en el Castellano son doze: y son estos: ‘yo’, ‘tu’, ‘aquel’, ‘nosotros’,
‘vosotros’, ‘aquellos’. ‘Mio’, ‘tuyo’, ‘suyo’, ‘nuestro, ‘vuestro’: y de ‘aquellos’. Todos
estos vocablos, o artículos se ponen en lugar de nombres propios que se señalan por
cada qual destas diçiones, artículos, o vocablos, como mas los quisieredes llamar. […].
(p. 35).
Primera persona: ‘io’, ‘mi’, ‘mio’ y ‘nuestro’. 2. Segunda persona: ‘tu’, ‘tu’, ‘tuio’ y
‘buestro’, 3. Tercera persona: ‘si’, ‘su’, ‘suio’. [...]. (Datos obtenidos de la edición de
Rafael de Balbín y Antonio Roldán, 1966) p. LII.
38
Ana Emilia León
supremacía precedente. Venían cambios de todo tipo en la lengua de Castilla. Se
estaba abriendo el camino a la modernización de un prestigioso romance con
antecedentes latinos y celtíberos.
“Pronombre es el qe se pone en lugar de Nombre; como ‘yo’, ‘tu’, ‘aquel’. Este nombre le
pusieron los Griegos i Latinos, i ansí se le daremos nosotros: junto con el cuál tienen
otras especiales por particulares propiedades suyas: como es ser Demostrativos, Relativos,
Interrogativos, Indefinidos ó Indeterminados (pp.65-66).
Con la indicación antes expresada, Correas sugiere que ‘vos’ tenía un matiz
más bajo, y propio de amos a criados. Seguidamente afirma que: “de ‘vos’,
tratamos a los criados i mozos grandes, i á los labradores i personas semejantes;
i entre amigos á donde no hai gravedad ni cumplimiento, se tratan de ‘vos’”.
De igual manera, el autor extiende sus prescripciones hasta el tratamiento
“Merzed” como término que se usaba para llamar: “á las personas á qien
respetamos, i debemos ó queremos dar honra, como son Juezes, Caballeros,
Eclesiásticos, Damas i ‘jente de capa-negra’” (p. 233).
Por último, sobresale el interés por resaltar el confuso uso de ‘tú’6 y otros
sociolectos. Se observan referencias específicas relacionadas con el poco valor
6 Referente al uso de ‘tú’ o ‘tuteo’ significa: “hablar a alguien empleando el pronombre de segunda
persona. Con su uso se borran todos los tratamientos de cortesía y de respeto. De igual forma, al
‘tuteo’ se le conoce como acción y efecto de ‘tutear’” . DRAE, p. 1526. Edición del 2001. En el
Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias [1611], aparece lo siguiente sobre ‘tú’: “Pronombre
primitivo de la segunda personas, no se dice sino a criados y humildes y a personas bajas, en
nuestra lengua castellana hablando ordinariamente; pero acomodándonos con el uso de la lengua
latina decimos ‘tú’ al mismo Dios y Señor nuestro” […]. p. 939.
40
Ana Emilia León
práctico de ‘tú’, específicamente, en esa época del siglo VII. El autor señala lo
siguiente al referirse a la peculiar categoría que exhibía ‘tú’:
De ‘tu’, se trata á los muchachos, i menores de la familia, i á los qe se qisieren bien. I cuando
nos enojamos, i reñimos con alguno, lo tratamos de ‘Él’ i de ‘Vos’ por desdén. Supuesto
lo dicho en tres diferenzias primeras de hablar de ‘Merzed’, ‘Él’, ‘Vos’, se comete
solezismo en la Gramática i concordanzias contra la órden natural de las tres Personas i
jéneros i números. (p. 234)
7Se ha analizado la edición y notas de Manuel Taboada Cid. Universidad de Santiago de
Compostela, 1984.
41
Ana Emilia León
ciertos “Pronombres i relativos”, que permanece casi idéntica al anterior texto.
Aunque los separa o intenta reagruparlos de manera diferente, mantiene la
mezcla con los demostrativos, dando como resultado el siguiente
planteamiento:
Singular Plural
N. ‘Io’ N. ‘Nos’ (p. 126)
“Otro plural conpuesto, mas usado, adjetivado para macho i henbra”.
Singular (Masculino) Plural (Femenino)
N. ‘Nosotros’ N. ‘Nosotras’
“Pronombre de segunda persona comun a los dos generos en manera sustantiva”.
Singular Plural
N. ‘Tu’ N. ‘Vos’
"Otro plural conpuesto mas usado adjetivado para macho i henbra"
Masculino Femenino
N. ‘Vosotros’ N. ‘Vosotras’ (p. 127)
“‘Te’ muestra i rrefiere la segunda persona, i tiene dos plurales, ‘vos’ entero, i ‘os’
cortado. A ‘vos’ le usavan los antiguos entero, i dura oi en escritos viexos, i formulas
por autoridad i venerazion de la antiguedad, por nuestra Real provision ‘vos’ mandamos
parezer, i ‘vos’ amonestamos que non fagades ende al. En nuestro siglo se usa el quebrado ‘os’,
no apartado, sino enclitico, o fixado i suspenso tras el verbo, i a vezes antepuesto a él,
pero detras de otra parte, como los demas: Andais ‘os’ baldios, digo que ‘os’ enmendeis, i si
‘os’ atreveis, venios luego. Se refiere terzera, i sirve a los dos numeros singular i plural." (p.
141).
42
Ana Emilia León
(D). Siglo XVIII
1. Fundamento del vigor y elegancia de la Lengua Castellana [1791], de Gregorio
Garcés.
A continuación se transcribe el tipo de organización que el autor le da a los
pronombres:
El uso vario que llevan en su declinación los pronombres primitivos ‘yo’, ‘tu’, ‘si’, ó ‘se’,
y el demostrativo ‘el’, ‘ella’, ‘ello’ sería uno como compendio ó memoria de las
aventuras del lenguaje culto de la Europa en la irrupción de los bárbaros [...] (p. 108).
Tienen además estos primitivos un sumo parentesco con la declinación ó casos
obliquos latinos, no solo en el variar que hacen ellos de letras en el genitivo y dativo,
[...] las quales variaciones son bien notables respecto de los rectos ‘yo’,; mas muy
particularmente en el recibir que hacen dichos pronombres la accion del verbo,
variándose sin que intervenga preposicion; v. gr. ‘yo me’ resolví, ‘nosotros nos’ dimos á
entender: mutación que se hace mas sensible en el plural del pronombre ‘tú’, puesto que
llega á perder la consonante primera en el acusativo y dativo, como: ‘os’ viéron, ‘os’ han
dado respecto de ‘vos’, y ‘vosotros’ rectos; y esto es lo que debió de quedar, [...]. (p. 110).
Del mismo pronombre nos servimos hablando con inferiores, y de ordinario con
alguna suerte de enojo, v. gr. “Haria yo una buena apuesta con ‘vos’ Sancho, etc”. El
mismo capítulo en el citado capítulo: y ántes habíale dicho el mismo Don Quixote
enojado á Sancho: “Y donde hallasteis ‘vos’ ser bueno el nombrar soga en casa del
ahorcado?” (Cap. II, p. 113).
Hay que considerar estos preceptos que Garcés formula como una excelsa
contribución sociocomunicativa al estudio del español del siglo XVIII. Quizás,
debido a su condición clerical, se le facilitaban los medios para obtener ejemplos
fehacientes sobre la resonancia popular contemporánea. Aparentemente, sus
informantes eran los mismos parroquianos que con su atesorada lengua oral, le
ofrecían al unísono, una cantera lingüística digna de quedar plasmada en sus
textuales anotaciones.
Supuestamente, para esa época, ya se estaba tomando en cuenta la
dicotomía del uso de ‘vos’ singular vs. ‘tú’ en la lengua castellana peninsular.
Sobresalen, al respecto, dos aspectos fundamentales: a) ‘Vos’ mayestático era la
43
Ana Emilia León
fórmula para dirigirse a un interlocutor de muy alto estatus social, con el debido
respeto y consideración. También para emitir plegarias y oraciones a Dios y a la
Virgen; b) El ‘vos’ no mayestático, el más popular, controlaba las situaciones
asimétricas; y c) ‘Tú’ era el tratamiento pronominal para hablar con “inferiores”,
o hacia receptores indignos de recibir otro recurso de más elevada categoría.
Con este tipo de instrucción gramático-cultural que ofrece Garcés,
podemos apreciar que el pronombre singular ‘vos’ ya había descendido a un
nivel muy bajo en la escala comunicativa. Su recién adquirido desprestigio no se
ajustaba a ningún trato de respeto ni cortesía en condición asimétrica
ascendente; es decir, ‘vos’ no se podía usar en tratos de un inferior a un superior
de reconocida nobleza, o prestigio socioeconómico. Posiblemente había
aceptación discreta como recurso mayestático, entre iguales en clases sociales
elevadas, o entre hablantes de ínfima categoría social. Pero la doble aplicación y
actividad de ‘vos’ como sociotratamiento irrespetuoso, conducía el mal uso
hacia extremos completamente diferentes de los que ostentase en la Edad
Media, y parte del siglo XVI, aproximadamente.
El desdoblamiento lingüístico y sociocultural que sufre ‘vos’ durante esas
centurias, debe de haberse manifestado originariamente, en la lengua oral. Sin
embargo, hay muy pocos datos concretos capaces de brindar apoyo a nuestro
hipotético trabajo. Los documentos que mejor contribuyen a dilucidar el enigma
que aquí estudiamos, pueden estar entre los tratados gramaticales, epístolas, y
ciertas obras literarias que de alguna manera u otra reflejan matices
sociolingüísticos de esa época. Diacrónicamente, se observa que desde 1626
comienzan a establecerse ciertos parámetros que manifiestan el envilecimiento
de ‘vos’ singular en la Península Ibérica, tal como lo registran los tratados de
Gonzalo Correas y sus coetáneos. Basándonos en estos datos históricos, se
observa una tendencia hacia una nueva estratificación de ‘vos’ y ‘tú’. El modelo
de preferencia de éstos, ya estaba cambiando. También se estaban reajustando
los niveles sociales en su lar de origen. Sin embargo, en esa época no se escribía
sobre el potencial fenómeno, ni se proveía ninguna traza sobre el
comportamiento de los recursos y sociolectos afines.
A fin de profundizar un poco más en el funcionamiento y posterior
desaparición de ‘vos’ singular, se llevará a cabo un cotejo de textos literarios,
documentos legales y ejemplos epistolares que revelen la aplicación de estos
sociolectos en su época respectiva. Como se ha mencionado anteriormente, es
importante recabar datos con ejemplos que estén relacionados con la
hegemonía sociolingüística de ‘vos’, y en especial, con las postrimerías negativas
de su existencia. Más adelante se presentarán detalles más específicos sobre la
pugna que se realizaba entre ‘vos’ y sus más aguerridos contrincantes. Todos
44
Ana Emilia León
ellos se disputaban la supremacía sociolingüística y sociocultural de carácter
diatópico.
Seguidamente citamos algunos matices característicos que ofrecen diversos
textos contemporáneos del español hispano-peninsular:
Formas de los pronombres personales: Son éstas las únicas palabras que han
conservado parte la declinación latina, por lo que tienen distintas formas según el oficio
que desempeñan en la oración. (p. 33). Pronombres de segunda persona: sus formas en
singular son ‘tú’ y ‘te’ sin preposición y ‘ti’ con ella. Con la preposición ‘con’ se dice
‘contigo’. En plural, ‘vosotros’ para el masculino, ‘vosotras’ para el femenino y ‘vos’,
‘os’ para ambos géneros. (p. 34)
Singular
Nominativo: ‘tú’ Acusativo: ‘te’; a ‘ti’.
Vocativo: ‘tú’ Dativo: ‘a’ o para ‘ti’: ‘te’.
Genitivo: de ‘ti’ Ablativo: ‘de’, ‘en’ (etc.) ‘ti’; ‘contigo’.
Hay en la segunda persona pluralidad ficticia cuando se dice ‘vos’ por ‘tú’,
representándose como multiplicado el individuo en señal de cortesía ó respeto; pero
ahora no se usa este ‘vos’ sino cuando se habla á Dios ó á los Santos, ó en
composiciones dramáticas,* o en ciertas piezas oficiales, donde lo pide la ley ó la
costumbre**. En los demás casos ‘vos’ por ‘vosotros’ es hoy puramente poético: (pp.
60-61).
Seguidamente, en nota de pie, Bello agrega:
46
Ana Emilia León
autores, lo consideran un anacronismo. En cuanto al uso de ‘vos’ (singular), ni
lo defienden ni entran en muchos detalles que dejen ver su preferencia o
rechazo. Aparentemente, Bello tampoco simpatizaba con la lexicalización de
‘vuestra merced’ en ‘usted’, y cuando se refiere al uso de esta forma de
tratamiento, la califica de: “enojoso usted” (p. 61). ¿Será esta indicación motivo
para que algunas comunidades sean estrictamente ‘tuteantes’, y rechacen
explícitamente el ‘ustedeo’? En cuanto al uso de los sociolectos en Chile, en el
apartado 234, Bello confiere una versión antagónica sobre el uso del ‘voseo’ en
ese país:
El ‘vos’ de que se hace tanto uso en Chile en el diálogo familiar, es una vulgaridad que debe
evitarse, y el construirlo con el singular de los verbos una corrupción insoportable. Las
formas del verbo que se han de construir con ‘vos’ son precisamente las mismas que se
construyen con vosotros. (p. 61)
Por su parte en las anotaciones críticas que añade Rufino J. Cuervo8 a esta
obra de Bello, aparecen los siguientes comentarios:
48. (232). ‘Nos’ y ‘vos’ fueron primitivamente los pronombres de primera y segunda
persona en el número plural, en lugar de ‘nosotros’ y ‘vosotros’, y como tales se han
conservado en poesía, si bien hoy, aun así, son sumamente raros. El autor da ejemplos
de ‘vos’, he aquí de ‘nos’: Teniendo por tan cierta su locura, Como ‘nos’ en la evangélica
escritura. (Ercilla, Araucana, I). (p.42).
49. (246-7). ‘Nusco’, ‘connusco’, ‘vusco’, ‘convusco’ corresponden á los primeros
monumentos de la lengua, hasta finales del siglo XIV. Nebrija en su gramática (1492) da
todavía como forma única del dativo y acusativo ‘vos’, á ‘vos’; pero en el acróstico que
va al principio de la Celestina, exige la medida del verso que se lea ‘os’. (p.43).
Mientras Bello considera el ‘voseo’ en Chile como “una vulgaridad que debe
evitarse”, Cuervo se exime de hacer comentarios favorables sobre este
arcaísmo. Aparentemente, ninguno de los dos secunda el uso o aplicación del
‘voseo’ extra-peninsular. Los dos tratadistas exhortan a los miembros de sus
comunidades novohispanas a que desistan de consignarse mutuamente el
tratamiento ‘vos’ en condiciones simétricas, de confianza y solidaridad (como si
fuera el uso de ‘tú’). Cabe señalar, que no solamente Bello y Cuervo —durante
el siglo XIX— repudian este innovador recurso comunicativo, sino que otros
detractores de ‘vos’ también se unen a estos adversarios, para criticar y
obstaculizar el empleo de este desacreditado sociolecto. Aunque éste sea un
extraño y lejano vástago del ‘vos’ peninsular, en América se le despojó de su
8 En esta obra no están muy claras las explicaciones que da Cuervo sobre los pronombres de
tratamiento.
47
Ana Emilia León
histórica dignidad. Casi todos ellos estaban conscientes que el foráneo recurso
carecía del prestigio comunicativo que ostentase en España. Este ‘voseo’ era
sumamente extraño en su nuevo hogar, y no encajaba, ni tenía esperanzas de
posesionarse de algún digno pedestal. Su auge y permanencia todavía sigue en
suspenso. ¿Le sucederá lo mismo que le aconteció al ‘vos’ peninsular? Todavía
no se puede predecir cuánto durará la supervivencia de este extranjerismo en su
nuevo sitial americano.
Las formas de los pronombres personales que se emplean como sujetos son: para el
singular, primera persona, ‘yo’; segunda persona, ‘tú’; tercera persona, ‘usted’, ‘él’, ‘ella’,
‘ello’; para el plural, primera persona, ‘nos’ (excepcionalmente), ‘nosotros’, ‘nosotras’;
segunda persona, ‘vos’, ‘vosotros’, ‘vosotras’; tercera persona, ‘ustedes’, ‘ellos’, ‘ellas’.
(pp. 79-80).
Obsérvese que ‘vos’, forma de plural, se emplea modernamente sólo con valor de singular, pero
formalmente es un plural y las formas del verbo que deben acompañarlo son de plural:
‘vos’ sabéis o la variante ‘vos’ sabés; que es antigua; ‘vos’ llegasteis o ‘vos’ llegastes (la forma
terminada en -tes, que hoy sólo se usa en el habla vulgar, fue la única que existió hasta
bien entrado el siglo XVII —es la que traen Cervantes o Lope de Vega, por ejemplo—
;[…].(p. 80)
Más adelante la obra indica otros detalles sobre la generalización de ‘vos’
con valor de singular. En ésta se intenta aclarar que este pronombre perdió el
carácter de tratamiento respetuoso en España, y, que llegó a tener la
equivalencia de un ínfimo ‘tú’. Pero el detalle más importante que ofrece esta
48
Ana Emilia León
gramática, está relacionado con problemas lingüísticos del siglo XVII. Sobre
esta época, los autores señalan que los escritores que componían obras:
“particularmente en el teatro, se ve que los autores fácilmente olvidaban que un
personaje hablaba tratando de ‘tú’ a otro y luego pasaban al ‘vos’, o al revés.
‘Vuestra merced’, elogiado en el ámbito peninsular como tratamiento
respetuoso desde el siglo XVI, se fue contrayendo o sufriendo lexicalización a
través de numerosos reajustes: ‘vuesa merced’, ‘usarced’ hasta que finalmente se
convirtió en ‘usted’” (p. 81). Seguidamente, la obra presenta más datos sobre la
distribución geográfica del ‘voseo americano’, dando fin de esta manera a los
detalles generales9. Aunque se ha intentado separar los subsiguientes fenómenos
generados del uso de ‘vos’, tanto dentro como fuera de España, cada vez se
hace más difícil cortar el encadenamiento histórico que propugnan todas estas
variantes recurrentes. Ambos usos y abusos no se pueden esclarecer al tratar de
explicar la génesis de cada uno de ellos. Como se ha dicho antes, ‘vos’ se
entronizó en la península desde que el superestrato latino desembarcara en
Hispania. En la formación del romance castellano se adoptaron extraordinarios
recursos sociolingüísticos que más tarde se hicieron indestructibles. No
obstante, más adelante, en el capítulo 4 se retomará la controversia histórica que
encubre la génesis de este sociolecto que nos ocupa.
“a partir del análisis lingüístico, al que podemos añadir los datos que el estilístico nos
proporciona, podemos avanzar hasta situar el texto que estudiamos en un determinado
período de la historia de la lengua, incluso dentro de una determinada escuela literaria y
a veces hasta de un actor, si lo que nos interesa es el estilo individual, o bien en una
determinada región y clase social, si lo que nos interesa es el dialectal o sociológico en
general”. (p. 9).
50
Ana Emilia León
funcional del uso de ‘vos’. Sin embargo, en su Curso de Gramática Española
(1980), aparecen mayores detalles sobre el complejo funcionamiento de las
fórmulas de tratamiento.
En cuanto a la distribución de los pronombres, sencillamente la deja
estructurada así: “Segunda persona, caso sujeto: (singular) ‘tú’; (para el plural)
‘vosotros’, ‘vosotras’”. (p. 209). Por consiguiente, no aparece ningún tipo de
‘vos’, como forma de tratamiento singular, tampoco indica el autor el uso
corriente de ‘usted’ o ‘ustedes’, para comunicarse con un interlocutor singular o
plural.
Por otra parte, Vicente García de Diego, en su Gramática Histórica Española
(1981), tercera edición corregida; tampoco se acerca a un verdadero aspecto
sociolingüístico; solamente presenta un breve panorama histórico de los
pronombres, aunque no ofrece mayores detalles diacrónicos relacionados con la
evolución morfosintáctica de los mismos.
En cuanto a la obra de Manuel Alvar y Bernard Pottier: Morfología Histórica
del Español (1983), en el capítulo VIII, sólo se ofrecen algunos rasgos generales
sobre el origen de los pronombres. Los datos que más se acercan a la
sociolingüística hispánica, aparecen en el mismo capítulo VIII, en el cual se
habla sobre el ‘voseo’. En este apartado del texto hay mezcla de la lengua
peninsular y la novohispana, pero no aparecen sólidas características del
sociolenguaje histórico en ambas comunidades.
Me permito opinar, que se hace necesario, entender y apoyar la separación
analítica que existe en el microcosmos histórico de un fenómeno americano
conocido como ‘voseo’ de América. Hay rasgos distintivos que escinden los
perfiles peninsulares y los fundamentos que de esta diáspora han trasplantado
en el Nuevo Mundo. Aunque haya rasgos que comparten ambas comunidades,
hay que tener en cuenta que, a través de 500 años las condiciones históricas ya
se han reformado, y —en la actualidad— cada repertorio lingüístico tiene su
propia peculiaridad ingénita. Por lo tanto, fijémonos en el proceso y diacronía
del fenómeno conocido como “voseo americano”; no permitamos que nos
sigan confundiendo con falsas y confusas aseveraciones. Hay que aceptar que
este fenómeno ha quedado desconectado de España, y a fin de entender su
supervivencia debemos profundizar en su dinámica histórica extraterritorial a
partir de 1492.
El análisis histórico y sociocultural de las formas de tratamiento que la obra
de Manuel Alvar y Bernard Pottier ofrece, se basa en una sinopsis de un cuadro
de Pla Cáceres que aparece en su artículo “La evolución del tratamiento vuestra
51
Ana Emilia León
merced10”, publicado en 1923. Por lo tanto, habría que actualizar esa
información con datos precisos y contemporáneos.
En el texto: Esquema de morfosintaxis histórica del español, producido por
Hernán Urrutia Cárdenas y Manuela Álvarez Álvarez, en 1983, se tratan
brevemente las características del fenómeno ‘vos’. Ellos limitan su estudio a una
revisión de datos de carácter morfosintáctico, con gran semejanza a lo que
aparece en dos artículos de Rafael Lapesa. Como consecuencia, la bibliografía
ofrecida en el texto sobre este fenómeno, únicamente menciona datos
conforme a lo señalado en los citados artículos de don Rafael Lapesa (1970).
En el artículo (V)os- (Otros): ¿Dos y el mismo cambio? producido por Érica
García, Robert de Jonge, Dorine Nieuwenhuijsen y C. Lechner (1990), se ofrece
un contenido valioso sobre todo en el aspecto morfosintáctico-histórico. En
este trabajo se ofrecen muchos datos sobre el proceso de evolución y
lexicalización de ‘vos’ y sus variantes. Sin embargo, en el mismo no aparece
descripción alguna sobre el complicado aspecto diacrónico, ni los reajustes
ocurridos en las fórmulas de tratamiento.
T. A. Lathrop (1984) junto con Juan Gutiérrez Cuadrado, ofrecen una
versión en español de la obra de aquél, cuyo título original es: The Evolution of
Spanish. An Introductory Historical Grammar. (La versión española recibió el título:
Curso de gramática histórica española.) En esta obra, se amplía someramente el
estudio del proceso evolutivo de la lengua española. Se señala con muy pocas
líneas algunos detalles sobre la evolución de ‘vos’ / ‘os’: “Suele pensarse que el
pronombre ‘os’< ‘vos’ se desarrolló en el sintagma imperativo + ‘vos’. La variante
‘vos’ no correspondiente al nominativo, continúa su competencia con el afijo
‘os’ en el español peninsular hasta el siglo XVI. Efectivamente, los primeros
casos de ‘os’ que aparecen en la lengua escrita, lo hacen tras un imperativo
acabado en [-d]. En la Edad Media, por tanto, venid-‘vos’> venid-‘os’; luego se
extendió ‘os’ a otros conceptos” (p. 155). Cabe destacar que el acontecer
histórico del fenómeno y sus rasgos morfosintácticos no están muy claros en
este texto, por consiguiente, se destaca la falta de datos analíticos pertinentes.
Paradójicamente no se mencionan detalles del uso sociolingüístico del
trascendental ‘vos’, ni se observan datos sobre el auge y extinción de este
sociolecto que nos ocupa.
En 1987, Paul M. Lloyd publica su libro From Latin to Spanish, en el cual
ofrece importantes datos sobre la diacronía del español en general. Sin embargo,
el autor únicamente indica pocas características del ‘vos’ singular, aunque
10 Véase los datos que presenta Pla-Cáceres en su artículo de 1923 sobre el problema de ‘vuestra
merced’.
“La evolución del tratamiento ‘vuestra merced’”. RFE. 10: 245-80.
52
Ana Emilia León
también extiende sus comentarios hacia el ‘voseo americano’. No hay datos
históricos ni sociolingüísticos sobre la dinámica de ‘vos’ en España.
En el libro, producido por Alicia Helda Puleo García y Teófilo Sanz
Hernández: Los pronombres personales [1989], se menciona brevemente el uso de
algunos sociolectos. Sobre esto se estipula lo siguiente: Primera persona ‘yo’;
segunda ‘tú’ y ‘vos’ (amer.) y tercera ‘vosotros’ y ‘vosotras’. Este es uno de los
pocos textos que trata de explicar la función de ‘usted’ / ’ustedes’. Los autores
indican en pocas líneas algunos detalles del uso específico de estas formas de
cortesía: “A este cuadro general de los pronombres personales hay que agregar
las formas ‘usted’ y ‘ustedes’ aún cuando no se consideren verdaderos
pronombres sino sustantivos utilizados como pronombres. Se trata de una
forma derivada de la expresión ‘vuestra merced’” (p. 15). Afortunadamente,
ya hay referencias más profundas en esta investigación, sobre lo que pasó con la
lexicalización de este sociotratamiento. Históricamente, ya lo entendemos con
precisión.
En 1913 publica Federico Hanssen (1857-1919) su Gramática Histórica de la
lengua castellana, a la que divide en cinco partes: a) Introducción, b) Fonología, c)
Morfología, d) Sintaxis; e) Suplementos. En el capítulo XVIII, de la cuarta
parte, se ocupa el autor de los pronombres personales. Bajo la explicación del
nominativo queda indicado que: “El pronombre personal que sirve de sujeto se
usa como en latín, es decir se emplea solamente cuando tiene carácter enfático”
(p. 188). Las explicaciones se extienden sobre la colocación del sujeto, pero al
referirse a las formas de tratamiento o “expresión de modestia” como los llama
el autor, éste se refiere al uso de ‘vos’ citando los comentarios de Bello y su
antagonismo hacia el fenómeno en referencia:
Siglo XXI
Nueva gramática de la lengua española – Real Academia Española 2009.
En este compendio, aún no se ha separado la representación que ofrece el
español dentro de la Península Ibérica, y las características vernáculas del
repertorio americano. Por lo tanto, en este texto se indica que en cuanto al
tratamiento de confianza ‘tú’ / ‘vos’, se usan a veces las características de los
sociolectos aplicados en esta condición11. Cabe destacar que ‘vos’ se emplea,
únicamente en comunidades del Nuevo Mundo; este tratamiento suele actuar en
condiciones simétricas, sin embargo en ocasiones se aplica a nivel asimétrico.
Además, hay señalamientos sobre la función que ejerce el binomio: a)
tratamiento estable o permanente vs b) tratamiento variable o circunstancial. En
la primera indicación, el emisor suele usarlo para dirigirse a un interlocutor en
cualquier situación; mientras que en la segunda se emplea con función
diversificada en situaciones comunicativas apropiadas:
Así, los pronombres que usan los hijos para dirigirse a sus padres o los hijos políticos
con sus suegros no suelen cambiar en función de las circunstancia, tanto si el que habla
elige formas de confianza —tú, vos— como si opta por las de respeto −usted−. Por el
contrario, es normal que los asistentes a los espectáculos deportivos usen el trato de
confianza con el árbitro (tú o vos) en el campo, aun cuando no lo conocen
personalmente, y empleen en cambio la forma usted si hablan con esa misma persona en
otras situaciones. También los automovilistas suelen usar las llamadas formas de
confianza para dirigirse —a menudo en términos poco amistosos— desde el interior de
su vehículo a otros conductores a los que no conocen, y con los que no tienen
necesariamente relaciones de solidaridad, confianza o aprecio. Se dirigirían, en cambio,
a esas mismas personas usando formas pronominales de respeto en una conversación
privada o en otras situaciones. Se ha observado que, en general, las imprecaciones y
11 Hay innovación sociolingüítica en este tratado sobre el uso y preferencia –sincrónica– de las
fórmulas de tratamiento. Se indica que éstas son las variantes pronominales que se eligen para
dirigirse a alguien en función de la relación social que existe entre el emisor y el receptor (tú, usted,
vos, os, le, te, etc.) p. 1250, I. Sin embargo, habrá que poner atención a los preceptos regionales de
las comunidades que prefieren el “ustedeo”, el “tuteo” o el “voseo”. Aquí no se explica
analógicamente.
54
Ana Emilia León
otras formas del discurso que revelan enojo favorecen que se trate de tú a personas a las
que normalmente se dispensa trato de respeto,… (p. 1251).
Crece así tú, ¡querida patria! crece (Bello, Poesía); ¡Castilla, tusdecrépitas ciudades!
(Machado, Campos) ¡Oh, vida, he empezado a conocerte y cuánto te estimo! (Alviz,
Son); Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, / porque nunca me diste ni esperanza
fallida, /ni trabajos injustos, ni pena inmerecida (Nervo, Elevación). (p. 1253)
56
Ana Emilia León
para dirigirse a su interlocutor, tenía que ofrecer los apropiados rasgos
semánticos del momento. Los hablantes debían escoger entre: ‘vos’, ‘tú’ y
‘vuestra merced’ > ‘usted’ en consideración con la seriedad o informalidad del
acto en referencia. A fin de concertar un preponderante éxito comunicativo, se
debía tomar en cuenta el visible estatus social, edad, sexo, control
socioeconómico etc., y en especial las subyacentes causas extralingüísticas que
circundasen al interlocutor. Además, había que evitar el uso de recursos que
ofreciesen animosidad u ofensa al copartícipe12. Tanto el emisor como el
receptor involucrado en el acto comunicativo, necesitaba poseer una mutua
sociocompetencia lingüística, de tal manera que al iniciarse la conversación, éste
debería escoger la fórmula de cortesía adecuada que, a toda costa, evitara
imprecar al interlocutor.
Sobre algunos de los preceptos sociolingüísticos que existían en la lengua
española peninsular del siglo XVII, nos ha señalado Rafael Lapesa en su artículo
“Personas Gramaticales y Tratamientos en Español” (1970), lo que postulara
Juan de Luna en sus Diálogos familiares (1619) sobre el castellano:
“El primero y más baxo (de los tratamientos o títulos) es ‘tú’, que se da a los niños, o a
las personas que queremos mostrar grande familiaridad o amor. ‘Vos’ se dice a los
criados o vasallos. ‘Vuesasté’, ‘vuesa merced’, ‘vuestra merced’, que significan la mesma
cosa..., se da a todos, grandes y pequeños. ‘Vuestra señoría’ a los condes, marqueses y
obispos, a los cuales se debe el derecho... ‘Vuesa excelencia’, a los duques, virreyes y
generales de armadas. ‘Vuesa alteza’, a los hermanos del rey o a los príncipes soberanos.
A los reyes, ‘Vuesa magestad’...” (Diálogos familiares. París, 1619, diálogo I. págs. 329-
330.) [Lapesa indica que tomó la cita de Schevill- Bonilla, ed. del Persiles de Cervantes, I,
1914].
12 Una de las variantes de ‘vos’ comenzaba a imponerse como pronombre agresivo y detestable.
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Ana Emilia León
Otra descripción referente a la gran diferencia existente entre ‘vos’ / ’tú’,
aparece en la obra Tratado que muestra la vida miserable que padece el hombre (1561),
de Fray Miguel de Alonsótegui:
“Como si más claro dixera: si un Rico, vestido con una vestidura lucida y en el dedo su
anillo de oro, entra en vra. congregación y entra otro, pobre, vestido de vestidura fea y
torpe, luego dezís al Rico: ‘vos’, señor, sentaos en este buen lugar alto a vro contento; y
dezís al pobre: ‘tú’ ponte en aquel Rincón o siéntate en esse escaño devaxo mis pies;
dezidme ¿haziendo esto, no hazéis injuria y hos hazéis aceptadores de personas,
juzgando con pensamientos iniquos entre vosotros, con hazer estas diferencias entre los
honbres?”. (pp.93-94).
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Ana Emilia León
‘vos’ al Nuevo Mundo, y su inmediato arraigo en esas tierras, forma parte de
una misteriosa restauración sociocultural de índole extrapeninsular.
Es importante destacar que todavía no se conocen los pormenores
intrínsecos del cambio de ‘vos’. Sin embargo, seguiremos esperando nuevos
recursos históricos que contribuyan a esclarecer nuestro empeño. A pesar de la
información que ofrecen muchos de los estudios publicados sobre la historia de
las fórmulas de tratamiento, aparentemente, se han obviado detalles específicos
sobre las causas sociolingüísticas y extralingüísticas que impulsaron estos
reajustes en el español peninsular. De manera especial, hay que poner atención a
un misterioso impacto extralingüístico que emplazaron los miembros de la
diáspora española al regresar a su lar de origen. Hipotéticamente, se puede
señalar que a partir de estas circunstancias viajeras, los pronombres personales
usados en España comenzaron a sufrir profundas modificaciones debido a las
apremiantes necesidades. La mayoría de los hablantes viajaban desde su recinto
vernáculo hacia la otra orilla, y posiblemente, traían consigo ciertas
características socioculturales que, por medio de un enriquecimiento podían
cambiar. Todos los reajustes estructurales que se efectuaron dentro y fuera de
España, se consideran parte de la gran revolución lingüística e indivilualista que
modificó los cimientos de un decadente repertorio.
Diacronía de ‘vos’
14 Históricamente, el transplante de ‘vos’ latino llegó a Hispania como recurso singular. Sin
embargo, durante el siglo V se transformó, tanto en singular como en plural. Hay que referirse a
los eventos socio-políticos que emergieron en el Imperio, cuyas consecuencias sociolingüísticas
permutaron su repertorio.
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Ana Emilia León
en el año 284, cuando Roma deja de ser la capital del Imperio, los hablantes se
enfrentan a un conflicto sociolingüístico con sus superiores. Debido a que éstos
debían incluir en una sola fórmula de tratamiento un ‘vos’ dicotómico que se
refiriera (al mismo tiempo) a los dos nuevos emperadores del Imperio Romano:
Arcadio (395-408) en el Oriente, con la capital en Bizancio (Constantinopla), y
Honorio en el Occidente (395-423) con la capital en Rávena15. Tras esta
necesidad extralingüística, se forja la bifurcación de un neológico recurso que
originalmente existía como singular. Sin embargo, esta creación extralingüística
alimentó las necesidades imperiales del momento. Con su máxima pluralidad, el
repertorio preromance recibe una escencia lingüística de reajuste y progreso.
La supremacía de la lengua soberana también sufrió reajustes debido a las
imprevistas necesidades de Roma y el alto comando militar. La amenaza de
invasión, el desconcierto interno por rivalidades intrínsecas, y por último, la
fragmentación imperial, hicieron que los pronombres de tratamientos, también
se reestructuraran, por lo menos a nivel morfosintáctico. Las urgentes
necesidades sociopolíticas resquebrajaron la integridad del ‘vos’ latino.
Eugenio Coseriu (1954) resume la situación latina-imperial de la manera
siguiente:
En 284, pues, Roma deja de ser, la capital del Imperio hasta Constantino (324). Éste
rehace provisionalmente la unidad del Imperio, pero, al mismo tiempo, da impulso a un
nuevo movimiento de división, al elevar a Bizancio a metrópolis del Oriente.
Finalmente, la oposición entre el Oriente griego, en gran parte no-romanizado, y el
Occidente, se consagra políticamente en 392 por el emperador Teodosio, que divide el
Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, dando al primero el Oriente, con la
capital de Bizancio (Constantinopla), y al segundo el Occidente, con la capital no en
Roma sino en Rávena (p.144)16.
The use of the plural to the emperor began in the fourth century. By that time there
were actually two emperors; the ruler of the eastern empire had his seat in
15 Véase Eugenio Coseriu. El llamado "Latin vulgar" y las primeras diferenciaciones romances; breve
introducción a la lingüistica romámica. p. 144.
16 Véase Eugenio Coseriu. op. cit. 1954.
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Ana Emilia León
Constantinople and the rule of the west sat in Rome. Because of Diocletian’s reforms
the imperial office, although vested in two men, was administratively unified (p. 254).
“Because of Diocletian's reforms the imperial office, although vested in two men, was
administratively unified. Words addressed to one man were, by implication, addressed
to both. The choice of ‘vos’ as a form of address may have been in response to this
implicit plurality” (p. 254).
“la palabra ‘romance’ se utiliza para referirnos a la lengua vernácula de toda época
posterior al Imperio Romano de Occidente; mientras que latín imperial se utiliza para
referirnos a cualquier variedad de latín antes de aquella época; por lo tanto, el término
latín se utiliza para referirnos a una lengua hablada después de finales del Imperio que
fuera utilizada por los cultos y fuera distinta del romance contemporáneo por ser
sistemáticamente más arcaica.” (pp. 89-91).
17 Eugenio Coseriu. 1982. ¨Sentido y Tareas de la Dialectología¨, Asociación de Lingüística y Filología
Gredos, 1989. Ver versión en inglés: Late Latin and Early Romance, in Spain and Carolingian France.
Liverpool: Arca, Francis Caorms- 1982.
62
Ana Emilia León
Tal como se ha dicho antes, no sería conveniente usar el término
“romance” para referirnos a cualquier tipo de sistema lingüístico usado por el
“vulgo”, debido a que la connotación “romance” también ofrece varios
significados19.
El latín, en su etapa anterior al llamado “latín vulgar” contaba con los
siguientes pronombres:
Singular Plural
Nominativo: ego tu nos vos
Genitivo: mei tui nostrum/ Vestrum/nostrivestri
Dativo: mihi tibi nobis vobis
Acusativo: me te nos vos
Ablativo: me te nobisvobis
Singular Plural
Nominativo: +eo > yo tu nos vos
Dativo: mi ti nobe(s) vobe(s)
Acusativo: me te nos vos
19 Véase a Vaananen. Introducción al Latín Vulgar. Madrid: Gredos, 1971. Además se puede
consultar la acepción que aparece sobre la palabra ‘Romance’ en el DRAE (2001): Se dice de las
lenguas modernas derivadas del latín […]. p. 1347.
20 Véase a Grandgent. 1908. An Introduction to Vulgar Latin.
63
Ana Emilia León
En el latín, los demostrativos is, ille suplían al pronombre de tercera persona
no reflexivo. Posteriormente, desapareció ‘is’ y permaneció en la lengua sólo
‘ille’. El trayecto evolutivo en Ibero-Romance fue partiendo de ‘ille’
demostrativo o artículo: ille> +elle > él; illa > ella, etc. (Alvar y Pottier 1983:
117). Aparentemente a partir del siglo XII, muchos de los textos en romance
castellano emplean frecuentemente los pronombres de tercera persona: ‘él’,
‘ella’. W.D. Elcock en su obra The Romance Languages (1975), ofrece gran
cantidad de datos históricos relacionados con la evolución de las lenguas
romances. En el apartado de los pronombres, al tratar de ‘nos’ y ‘vos’ dice lo
siguiente:
The plural forms of the first two persons, nominative and accusative ‘nos’ and ‘vos’,
were unchanged in Vulgar Latin, except in so far as they were affected by general
phonetic evolution, cf. Old Fr. ‘nos’, ‘vos’; Old Span. ‘nos’, ‘vos’; Ital. ‘noi’, ‘voi’; Rum.
‘noi’, ‘voi’. In some western areas, where final 's' remained, the initial 'v' of ‘vos’
underwent the change to 'b' attested in the Appendix Probi, e.g. Log. ‘bos’; a similar
bilabial pronunciation brought about the eventual reduction of Spanish ‘vos’ to ‘os’ (p.
92)21.
Sobre el aspecto de los casos, el autor dice que: "The cases were often
obscured by the new uses in Romance". En cuanto al uso de los pronombres,
añade lo siguiente:
In Classical Latin pronouns were used only in the first an second persons, but in Vulgar
Latin and Romance the desire for a more analytic language brought about the use of
the demonstrative ILLE in pronominal functions for the third person, adding to some
forms which developed from the reflexive SE. (p. 82).
21 Véase W.D. Elcock. The Romance Languages. 1975. p. 92.
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Ana Emilia León
The nominative singular of the second person offers no difficulties: TU › tú, (you
familiar form). The plural was developed along lines analogous to those of the first
person: VOS › ‘vos’ in Portuguese (in Catalan this form, rather than ‘tu’, is used with
singular meaning for more polite address) and VOS+ALTEROS › ‘vosotros’, ‘vosaltres’
(you, familiar form). (p. 82)22.
Ibero-Romance
El siguiente cuadro muestra los pronombres que surgen a raíz de un proceso de
reajuste. Partiendo del latín clásico hacia el latín vulgar, y posteriormente al
entorno del romance: (Ibero-Romance) > Castellano (temprano), algunos
quedaron establecidos así:
22 Los primeros textos que muestran las formas ‘nosotros’ y ‘vosotros’ son las obras de Don Juan
Manuel y Juan Ruiz. Sin embargo, tal vez existía la posibilidad que muchas de estas formas y sus
variantes ya se usaran (en lengua oral) en épocas anteriores a estos autores castellanos.
23 Op. cit. Lathrop (1984). pp. 154-55.
65
Ana Emilia León
Pronombres personales.
Lat. cl. Lat. vulgar. Ib.-Rom. (Cast.)
Singular - Primera persona.
Nom. e go> eo, +ieo> yo
Dat. mihi > mi› mí
Acus. me > me > me [átono]
Singular - Segunda persona.
Nom. tu > tu> tú
Dat. tibi > ti > tive/tibe [cast. ant.] > ti
Acus. te > te> te [átono]
Plural - Primera persona.
Nom. nos> nos> nos [cast.ant] >nos+otros> nosotros
Dat. nobis > + nobis > nos > +noscum> nos
Acus. nos> nos > nos
Plural - Segunda persona.
Nom. vos > vos> vos
Dat. vobis > vobis, vos vos
Acus. vos > vos> vos
“‘Si vieredes yentes venir por ‘connusco’ ir, abbat.’”(388); “Si ‘con vusco’ escapo sano o
vivo” (75); “yo ire ‘con vus[c]o’” (168); “Si el rey melo quisiere tomar ¡a mi non
m'inchal! (230) Antes sere ‘con vusco’ que el sol quiera rayar” (231). En el Poema de
Fernán González: “Oy ‘vos’ fare sennora de pueblos castellanos, seran todos ‘convusco’
alegrues y loçanos,” (678a, b). De igual manera se observa este tipo de construcción en
El Libro de Alexandre: "que ‘convusco’ sól una ora vida aver,” (1741c); “Quiero partir mi
regno mientre ‘convusco’ seo;” (2635a). En el Libro de Apolonio: “querría algún tiempo
‘conbusco’ aquí morar;” (82b); “Salliemos de Pentápolin ‘conbusco’ en fuerte hora.”
(272b). En el Libro de Buen Amor: “Quiero fablar ‘con vusco’” (703a); “creo que casaría
él ‘con vusco’” (732b); “paresçe que ‘con vusco’” (811d); “cras verná fablar ‘con
vusco’” (868d); “o morar me he ‘con vusco’” (975d).
24 Cf. Hernández García, 1938. p. 288.
66
Ana Emilia León
Resumiendo en parte, el devenir post-latino, la situación lingüística en
castellano temprano señalaba lo siguiente: hay herederos del nominativo (ego, tu),
del acusativo (me, te), del dativo (mihi, tibi), y el genitivo y el ablativo han
adoptado las formas del dativo con preposición. Además, sobre este proceso, se
destaca efectivamente que los pronombres personales hayan conservado, en
buena parte, los casos, ya que éstos aparentaban ser variantes funcionales.
Posteriormente, surgen dos estructuras pronominales: a) una acentuada [tónica]
(yo, tú, mí, ti), b) otra sin acento [átona] (me, te, se), y, en romance, la función del
dativo se ha confundido con el acusativo (me da, te digo), (Alvar y Pottier 1983:
117).
En el proceso evolutivo que se llevó a cabo en el romance castellano hubo
algo muy particular con respecto a la forma ‘vos’. Tal como se ha observado
antes, este pronombre se utilizaba en el romance de Castilla con referencia,
tanto a plural como singular, y con función tónica o átona. Luego el conocido
reemplazo surge con la aparición de dos formas nuevas: ‘vosotros’ y ‘os’. Sobre
este proceso nos dice Menéndez Pidal en su Manual de Gramática Histórica que de
las dos formas resultantes: ‘nos’ y ‘vos’ “(vos) a fines del siglo XV empezó a
generalizarse en forma abreviada ‘os’ (antes en unión del imperativo.” (p. 252).
Mientras que Gili Gaya (1946) presenta su hipótesis sobre la formación de
‘nos’+ ‘otros’ y ‘vos’+ ‘otros’ de la siguiente manera:
“es natural pensar que en su desarrollo histórico haya habido entre ‘nosotros’ y
‘vosotros’ una influencia analógica recíproca; pero la escasez de ejemplos del siglo XIV
impide determinar cuál de los dos pudo por su predominio numérico ayudar
preferentemente a la propagación del otro.” (p.112).
A primera vista el reemplazo de ‘vos’ átono por ‘os’ parece totalmente transparente: se
trata, simplemente, de un cambio de forma, resultado de erosión fonética en
circunstancias prosódicas adversas. Mientras que a nadie se le había ocurrido que ‘vos’ y
‘otros’ decían lo mismo con otras palabras, ‘os’ fácilmente podía ser visto como un
(im)perfecto equivalente de ‘vos’. Es muy probable que para la mayoría de los hablantes
la forma reducida haya sido meramente una manera descuidada de decir ‘vos’, [...] (p.
101).
Es de suponer que tal aumento en el uso de ‘os’ debió haberse producido muy
temprano, ya que la natural tendencia al menor esfuerzo pronto contribuiría -sobre
todo en el habla coloquial- a la proliferación de una pronunciación descuidada. [...]
Además, como la reducción sólo se daba, naturalmente, cuando el pronombre era
átono, del menor esfuerzo articulatorio del hablante se seguía, automáticamente, un
menor esfuerzo de comprensión para el oyente: ‘os’ era necesariamente pronombre
objeto. (p. 105).
68
Ana Emilia León
terminación -aes pasó a -áis. Posteriormente esta misma terminación se convirtió
en: -éis. Sobre esto nos dice Lloyd:
Although the earliest system of reduced forms was -áis and -és, the -éis form eventually
became predominat and the monophthongal forms -ás and -és disappeared in
continental Spanish (p.359).
Coexistían: amáis, sois, con amás, tenés, sos, que pronto quedaron relegados por vulgares y
desaparecieron, tanto en España como en las zonas de América más influidas por las
cortes virreinales hacia 1560-1570 (Ibid. p. 393).
25Fray Íñigo de Mendoza. 1968. [1482]. Cancionero. Edición de Julio Rodríguez Puértolas. Madrid:
Espasa-Calpe.
69
Ana Emilia León
Según esta piedad,
¡guay de ‘vos’, Enrique el Quarto!,
aunque con liberalidad
do sentís neçesidad
repartís tesoro harto,
quán lexos ‘vos’ fallarán [...](p. 135)26.
70
Ana Emilia León
Sabido es que el uso vino a rebajar de tal manera el valor galante del vocablo
pronominal latino ‘vos’ en nuestro idioma, que ya en el primer tercio del siglo XVI,
vosear a una persona implicaba, cuando no un insulto, una íntima familiaridad o
superior categoría social por parte del que hablaba (p. 245).
escrita por Juan Fernández de Valera a D. Enrique de Villena: “Lo cual, señor, acordé de
significar a vuestra alteza.” (Tratado de la consolación de Enrique de Villena, en Revue Hispanique,
XLI, núm. 99. (p. 245), Nota 1.
28 En la obra de Hernán Urrutia Cárdenas y Manuela Álvarez Morfosintaxis histórica del español éstos
informan: “El desgaste fonético producido por el mucho uso de ‘vuestra merced’ originó formas
como: vuessa merced, vuessarced, vuessansted, vuessasted, vuessasté, corrientes unas, toleradas otras si la
etiqueta no era rigurosa y las totalmente vulgares: voarced, voacé, vucé, vuested, vosted, vusted... que
durante el siglo XVII eran propias de valentones, criados y lacayos. No más elevado era el
ambiente en el que surgió la variante ‘usted’, cuyo primer testimonio data de 1620, y cuya difusión
se incrementó con la ola de plebeyez que invadió la sociedad española en los últimos decenios de
aquel siglo y primeros del siglo XVIII” (p. 153).
71
Ana Emilia León
pero detenta diferentes características29 Aunque ‘vos’ se haya arraigado fuera de
su entorno español, su diacronía está todavía por aclararse. Solamente se sabe
que está considerado como un neologismo o arcaísmo activo en el Nuevo
Mundo, y que se conoce como ‘voseo americano’
Cabe destacar que diacrónicamente, la génesis del ‘voseo’ no está
relacionada con ‘vosotros’; los ancestros que éstos compartieron durante siglos
anteriores, ya no existen. Por lo tanto, mucho antes de extenderse el uso de
‘vos’ hacia América, ya éste había perdido su esencia hispano peninsular. No
obstante, fuera de su lar de origen, no le han concedido el mismo respeto y
asentimiento que ostentase en España. Es importante aclarar que, según la
temática de diversos estudios diacrónicos, paradójicamente, subsisten algunos
vestigios del uso de ‘vos’, en el ámbito peninsular. Aparentemente, muchos de
ellos permanecen asentados en zonas dialectales, muy alejadas, como en
rincones del Occidente leonés, la baja Andalucía y parte del Oeste salmantino
(Lapesa 1970a: 152). No obstante, en la actualidad no se vislumbra ningún tipo
de ‘voseo’ funcional urbano en España, ni escrito ni oral; las recónditas
apariciones de esta modalidad siguen siendo arcaísmos fosilizados donde quiera
que aparezcan. La única fusión fehaciente que ha quedado de ‘vos’ en el
repertorio castellano peninsular corresponde a la lexicalización de ‘vos’+‘otros’
> ‘vosotros / vosotras’. Tras cierta dinámica renovadora se concretó el
reemplazo de ‘vos’ por ‘tú, y posteriormente se cristalizó la lexicalización de
‘vuestra merced’ > ‘usted’. Hay discrepancias sincrónicas en el uso de ‘tú’, éste
sigue gozando de buena aceptación en suelo peninsular, mientras que su empleo
apenas comienza a infiltrarse en las comunidades ‘voseantes’ extrapeninsulares.
Es necesario seguir estudiando el porvenir sociolingüístico de ‘tú’ y ‘usted’
dentro y fuera de España. La profunda incertidumbre existente obstaculiza la
visión reguladora que determine si se debe aumentar o disminuir el arduo
repudio que se le ha infligido a ‘vos’30 antes y después de su extinción. Este
recurso comunicativo ha logrado germinar en su nuevo microcosmos
americano, pero no ha tenido éxito fuera de sus fronteras; tampoco se ha
librado del pertinaz ataque que le dirigen sus acérrimos enemigos. Tras las
postrimerías del siglo XVI, el ‘voseo’ no ha podido salir de un crisol
sociolingüístico —cerrado— que se ha encargado de despojarlo de todo mérito
y valores precedentes. Este tratamiento sigue disfrutando de una anárquica
supervivencia, pero solamente ha quedado para el uso y abuso de los habitantes
29Toda la sintomatología de ‘vos’ extrapeninsular le atañe exclusivamente a los rasgos internos del
Nuevo Mundo.
30 Cf. El voseo americano: ¿Arcaísmo o neologismo? Ana E. León. Lingua Americana. Año II No. 1. 1998.
72
Ana Emilia León
de las comunidades voseantes; asimismo, ha seguido y —seguirá—
desprendido totalmente de sus congéneres españoles. Claramente ha perdido su
ingénita estirpe, y posiblemente, nunca renazca en su original cuna
sociolingüística.
Capítulo 3
En el capítulo anterior hemos intentado señalar, someramente, algunos detalles
sobre el proceso evolutivo y reajuste de los pronombres personales, durante la
formación del temprano romance castellano. Lamentablemente, los únicos
datos útiles de esa época aparecen en sumarios escritos, puesto que no existen
grabaciones. Se ha hecho muy difícil comprender —a través de éstos— el
sistema de preceptos sociolingüísticos que controlaban la escogencia de las
fórmulas de cortesía, especialmente en el primitivo romance castellano
peninsular. Los tratados de Gramática Histórica que han seguido la trayectoria
de estos cambios, solamente nos ofrecen hipotéticas consecuencias, y ambiguas
conjeturas; y extrañamente, se emiten conclusiones erróneas.
Desafortunadamente en la mayoría de éstos, no se formulan datos congruentes
sobre los fenómenos sociolingüísticos que nos atañen. Era obvio que los
hablantes tenían cierta responsabilidad en la actuación; todos los partícipes
debían escoger la fórmula de tratamiento que mejor se ajustase, para no lastimar
a los interlocutores.
Sobre esta peculiar destreza sociocomunicativa podemos formular las
siguientes preguntas: ¿cómo adquirían los hablantes una verdadera competencia
lingüística para comunicarse recíprocamente?; ¿cómo determinaban éstos, la
verdadera clase social de su interlocutor?; ¿cómo detectaban el rango
socioeconómico de un receptor que no pertenecía a la misma comunidad
lingüística?; ¿qué tipo de fórmulas se usaban para cambiar de una situación
respetuosa, a una con fisonomía ofensiva? En este capítulo se clasificarán los
datos diacrónicos más importantes de la turbulenta dinámica del socio lenguaje
castellano peninsular. El período de investigación que nos ocupa comprende: la
Edad Media y el posterior siglo XVI, aproximadamente. Se pondrá mucha
atención al material que poseemos, aunque algunos de éstos no reflejen los
verdaderos matices socio comunicativos del enigma que se desea dilucidar.
En este apartado procederemos a clasificar la gran variedad de obras
escogidas en dos períodos fundamentales: el primero comienza a partir del siglo
XIII hasta finales del siglo XVI, época del reinado conjunto de los Reyes
Católicos (1474-1504), y anterior a las regencias establecidas antes de la llegada
de Carlos I en 1517; en el segundo, nos extenderemos hasta la época regida por
el emperador Carlos I y el posterior reinado de su hijo Felipe II (1556-1598).
Por razones históricas se hace necesario ampliar más el estudio sobre el
proceso evolutivo de los pronombres personales correspondientes al Medievo;
especialmente la época temprana en que se generara los trascendentales
cambios. Debido a la índole de este proyecto, lo que más nos interesa es el uso y
desequilibrio de ‘vos’ y sus variantes a partir de cada época pertinente. También
se tomarán en cuenta los casos nominativo, dativo o acusativo; el número:
74
Ana Emilia León
singular o plural; y la formación de pronombres objetos (átonos y tónicos)1. Sin
embargo, en el campo de la sociolingüística histórica castellana, aún existe la
necesidad de aclarar otros aspectos intrínsecos que le atañen a este idioma. La
mayoría de los manuales históricos que se ocupan de la evolución de esta lengua
castellana, ofrecen muy pocos datos sobre la delicada trayectoria sociocultural.
Algunos de ellos señalan fenómenos y aspectos evolutivos sobre la
morfosintaxis, pero no ofrecen aportes específicos sobre el funcionamiento
sociocultural de las formas de cortesía; tampoco emergen descubrimientos
sobre los misteriosos reajustes pertinentes; ni nada en cuanto a los cánones
encargados de controlar los recursos de interacción.
Con el fin de precisar la existencia —parcial o total— de ‘vos’ (singular o
plural), como elemento nominal, y su respectiva carga semántica, nos
encauzaremos hacia las diversas aplicaciones que ofrece la dinámica histórica de
los socio tratamientos. La selección se basará en la calidad profesional de los
datos, no en la cantidad total de acciones individuales; es decir, se espera
conseguir una visión analítica de la secuencia e impacto sociocultural que
manifestaban los partícipes durante los actos de habla. Con estos recursos,
intentaremos esclarecer algunos aspectos relacionados con el enigma que cubre
muchos aspectos intrínsecos del antiguo castellano peninsular. También se
analizará el auge y decadencia de ‘vos’, como afijo morfosintáctico; y el efecto
de sus perfiles socio comunicativos en competencia con otros sociolectos
contemporáneos.
‘Vos’ singular y plural, al igual que sus variantes procedentes del latín vulgar, se
arraigan en el romance peninsular desde época muy temprana. Debido a estos
antecedentes histórico-lingüísticos, se hace necesario reconstruir y tratar de
formular la trayectoria original de ‘vos’, tanto en el campo interpersonal, como
en el semántico. En primer lugar, hay que separar algunos conceptos que
simplemente expresan escuetos e hipotétivos razonamientos; además obviar la
mayoría de las frívolas generalizaciones que se han planteado sobre el origen y
reajuste de ‘vos’, en el entorno peninsular. El segundo aspecto que se dilucidará
está relacionado con el devenir de las variantes que se originaron a partir de la
fragmentación de este recurso. Originalmente, la forma singular y la plural de
1 Sobre este aspecto histórico se ha explicado su estructura en el cap. 2. p. 45.
75
Ana Emilia León
‘vos’, al igual que sus variantes dialecto-sociales, funcionaban indistintamente
como fórmulas de tratamiento usadas entre hablantes de una misma elevada
clase social. Mientras que los partícipes de clase ínfima, no usaban
recíprocamente el recurso ‘vos’, sino ‘tú’, a nivel asimétrico. Durante la época
medieval temprana, los emisores, solamente apelaban al ‘tú’ cuando se dirigían a
Dios, en situaciones asimétricas, ascendentes. Asimismo, éste se aplicaba
recíprocamente en la comunicación entre miembros de clase alta, en análoga
situación. Por lo tanto, se presume que desde los orígenes de esta modalidad
medieval, comienzan a formarse variados códigos socioculturales y
socioeconómicos de relevo, y tal vez hasta socioétnicos, que regulaban o
restringían la selección de las fórmulas de cortesía en los actos comunicativos.
Por consiguiente, desde el siglo XIV, se inicia la extinción de ‘vos’ plural en
actos comunicativos, mientras que su forma singular, ganaba territorio y se
arraigaba en su lar de origen. Este mismo ‘vos’ (singular) se iba bifurcando, e
inevitablemente, éste seguía penetrando en diferentes extensiones.
Posteriormente, ‘tú’ y ‘vuestra merced’ > ‘usted’ comenzaron a disputarle la
hegemonía a ‘vos’, en su histórico campo sociolingüístico.
En virtud de estos antecedentes, se observa el establecimiento de nuevos
patrones socioculturales y sociolingüísticos en el castellano peninsular. Algunas
de sus características se pueden señalar dentro de las siguientes agrupaciones
temáticas: a) un sistema de igualdad constituyente para la interacción de
hablantes con igual perfil social (trato simétrico); b) se observa además, algún
tipo de cambio que va surgiendo hacia otro nivel sociolingüístico del mismo
‘vos’, pero con distanciamiento asimétrico, descendente; y c) un emisor de
elevado estatus hacia un interlocutor replegado a una calidad ínfima. No
obstante, seguían produciéndose arquetípicas variantes, aunque muchas veces
algunas sucumbían antes de lograr una reconocida hegemonía. Lo más
importante de este proceso, es el tipo de restricciones que había en la escogencia
de la forma de cortesía apropiada. Era importante fijarse en el estatus social del
interlocutor; por lo tanto, el acto comunicativo se regía por una serie de
preceptos semántico-culturales. En el sistema comunicativo del castellano
peninsular, los subyacentes cánones establecían que los hablantes de clase
inferior se dirigiesen a un superior con la fórmula ‘vos’, mientras que aquéllos,
únicamente recibirían el tratamiento ‘tú’. Esta situación se podría calificar en
términos generales de: comunicación oblicua circunstancial, con giros
discriminatorios.
En la sección d) se estudia la aparición del neologismo ‘vuestra merced’ >
‘usted’ y sus contemporáneas variantes. A través de éste se suavizan las
restricciones que únicamente ofrecían ‘tú’ y ‘vos’; por tanto, ‘vuestra merced’
76
Ana Emilia León
aprovecha la oportunidad para ejercer impunemente sus dotes de abanico
protector. Por consiguiente, este recurso comienza a prevalecer debido a la
caótica confusión reinante en el repertorio castellano. Subsiguientemente, la
carga semántica de ‘vos’ también irá cambiando; éste se convertirá en dardo
ofensivo e injurioso. Pese a que el emisor fuese de nivel social más bajo que el
receptor, ambos partícipes debían utilizar ‘vos’ para injuriarse recíprocamente.
Es decir, el círculo cerrado y antagónico de éste comienza a ceder ante las
incontrolables arbitrariedades que se gestaban por el abuso de los sociolectos.
En este estudio se tratarán de mantener separados los dos sistemas
discordantes sobre el uso de ‘vos’ en España y su variante americana. Sin
embargo, se hace muy difícil obviar sus perfiles históricos debido a su dinámica
precedente. No obstante, el aspecto más significativo, de la búsqueda que nos
ocupa, es la obtención de datos concretos sobre la diacronía funcional de ‘vos’
en la lengua castellana. Históricamente hay que tomar en cuenta otro tipo de
cambio sociolingüístico que va surgiendo. Se trata de una variante referencial de
‘vos’ en la comunicación de esa época; éste era un recurso que usaban los
hablantes de una misma o diferente clase social —en forma asimétrica—. Por
consiguiente, en el mismo repertorio, se originan otras fórmulas multifacéticas
del mismo ‘vos’ singular. En cuanto a estas distinciones hay que destacar la
aparición de un tratamiento neológico compuesto por: ‘vuestra merced’ y sus
‘variantes’, que posteriormente se convertirán en ‘usted’. Con este neologismo,
se suavizarán las restricciones que existían por el anárquico uso de ‘vos’, tanto
recíproco asimétrico, como contrariamente de aspecto simétrico. En esta
sección se describe otra variante procedente del ‘vos’ singular. Se trata de un
‘vos’ agresivo y perjudicial, que era desconocido hasta esa época. Por
consiguiente, a este fenómeno se le considera como otra innovación en su
original repertorio castellano. Por lo tanto, el círculo cerrado comienza a ceder;
los hablantes obtienen plena libertad para escoger el matiz semántico-cultural
apetecido que se le pudiera esgrimir a su interlocutor.
Paradójicamente, tal como se ha mencionado anteriormente, los
conquistadores no solamente hicieron un transvase de la cultura, la lengua y la
religión al nuevo continente, sino que también impusieron, tal vez
erróneamente, algunas de las formas de tratamiento en la naciente comunidad
lingüística ultramarina. Como se ha mencionado previamente, intentaremos
explicar y dilucidar los fundamentos de esta confusión. En consecuencia, en
América, se originó un fenómeno morfosintáctico conocido como voseo
americano2. Este reimplante es muy distinto al uso y función que ostentase ‘vos’
2 Sobre el Voseo Americano cfr.
77
Ana Emilia León
en la lengua castellana peninsular durante los siglos XV y XVI. A partir de este
capítulo, se tratará de clasificar la diversidad de actos comunicativos en cada
época respectiva; de igual manera se estudiará el uso de ‘vos’ (singular) y sus
homólogos respectivos. Tómese en cuenta que, los ejemplos se identificarán
con las mismas siglas que se han establecido en el capítulo Uno, pp. 24-26, por
lo tanto, con esta nomenclatura se clasificarán los actos comunicativos. A
continuación se estipulan las fórmulas que se aplicarán en el estudio que nos
ocupa:
Cuadro No. 1
Un hablante de estatus elevado [X] se dirige igualmente hacia un
receptor [X], de su mismo nivel social. Acto comunicativo:
(1) [X-X]
simétrico, recíproco, paralelo.
Un hablante de estatus elevado [X] se dirige hacia un receptor
[Y], de menor rango sociocultural. Acto comunicativo:
(2) [X-Y]
asimétrico, descendente.
Un hablante de estatus elevado [X], se dirige hacia un receptor
[Z], de ínfimo estatus social. Acto comunicativo: asimétrico,
(3) [X-Z]
descendente.
Un emisor de rango social intermedio [Y], se comunica con un
receptor de manifiesto estatus elevado [X]. Acto comunicativo:
(4) [Y-X]
asimétrico, ascendente.
Un emisor de rango social intermedio [Y], se comunica con un
receptor de su mismo estatus [Y]. Acto comunicativo: simétrico,
(5) [Y-Y]
recíproco, paralelo.
Un emisor de rango social intermedio [Y], se dirige hacia un
receptor [Z], de ínfimo estatus social. Acto comunicativo:
(6) [Y-Z]
asimétrico, descendente.
Un emisor de ínfimo estatus social [Z], se dirige hacia un
receptor de estatus más elevado [X]. Acto comunicativo:
(7) [Z-X]
asimétrico, ascendente.
Un emisor de ínfimo estatus social [Z], se dirige hacia un
receptor de rango social intermedio elevado [Y]. Acto
(8) [Z-Y]
comunicativo: asimétrico, ascendente.
Un emisor de ínfimo estatus social [Z], se dirige hacia un
receptor de su mismo ínfimo estatus [Z]. Acto comunicativo:
(9) [Z-Z]
simétrico, recíproco, paralelo.
78
Ana Emilia León
gramaticales: positivo [+nominativo] / negativo [-nominativo]3, etc. Es de vital
importancia poder aclarar a través de estos indicadores, en qué construcciones
no actúa ‘vos’ como nominativo, sino como dativo, genitivo, etc. Reiterando la
distribución de estos indicadores, se obviarán más detalles específicos sobre los
actos de habla que reflejen casos en: genitivo, dativo, acusativo, vocativo, o
ablativo. En suma, debe quedar claro, que, con la presencia de estos indicadores
[-nominativo] al lado del respectivo acto de habla, solamente se desea indicar a
manera de generalización algunos matices correspondientes al ‘nominativo’:
positivo o negativo. Bajo este mismo patrón ordenado, los casos de ‘vos’ que no
sean ‘nominativo’ pasarán a formar parte, de un engranaje híbrido dentro de un
bloque heterogéneo, en el cual, todos participarán numéricamente, sin llegar a
representar acciones o funciones de nominativo.
Consecuentemente, a continuación nos proponemos elaborar un
compendio social de ‘vos’ con su marcadores, a través de un enfoque
diacrónico; tanto a nivel cuantitativo, cuanto a lo que concierne a su calidad
cualitativa. Lo importante es destacar la frecuencia y calidad sociocomunicativa
del momento en que se usa el susodicho.
ESCENA II
(A Baltasar)
GASPAR: Dios ‘vos’ salve [-nom.], señor;
¿sodes ‘vos’ [+nom.] estrellero?
Decidme la verdad, de ‘vos’ saberlo quiero [-nom.].
¿Vedes tal maravilla?
Nacida es una estrella. [Y-Y]
BALTASAR: Nacido es el Criador,
que de las gentes es señor.
Iré, lo adoraré. [Y-Y]
GASPAR: Yo otrosí rogar lo he. [Y-Y]
(A los otros dos)
3 El diccionario de la Real Academia Española (DRAE) explica lo siguiente sobre el nominativo:
2 m. Gram. Caso de la declinación que generalmente designa el sujeto del verbo y el atributo, y no
lleva preposición. Madrid: 2001. p. 1076.
4 Siguiendo lo que establece el Diccionario de literatura española- Revista de occidente (1972) a esta obra
se le considera la más antigua pieza de teatro que poseemos en lengua romance (Siglo XIII).
Faltan el principio y el final. Hay varias ediciones en el siglo XIX; todas son superadas por la
difinitiva de R. Menéndez Pidal en RABM (IV), 1900 (Textos medievales, 171-177. 1976).
79
Ana Emilia León
MELCHOR: Señores, ¿a cuál tierra queredes andar?
¿Queredes ir conmigo al creador rogar?
¿Habedes de veído? Yo lo voy [a] adorar.
[Y-Y]
GASPAR: Nos imos otrosí, si le podremos fallar.
Andemos tras la estrella, veremos el lugar.
[Y-Y]
MELCHOR: ¿Cómo podremos probar si es hombre mortal
o si es rey de tierra o si celestial? [Y-Y]
BALTASAR: ¿Queredes bien saber cómo lo sabremos?
Oro, mirra, incienso a él ofreceremos;
si fuere rey de tierra, el oro querrá;
si fuere hombre mortal, la mirra tomará;
si rey celestial, estos dos dejará,
tomará el incienso quel’ pertenecerá. [Y-Y]
[LOS DOS]: Andemos y así lo fagamos. [Y-Y]
ESCENA III
(Gaspar y los otros dos reyes a Herodes)
[LOS TRES]:
Sálvate el Criador, Dios te curie de mal [-nom.],
un poco te diremos, non te queremos al, [-nom.],
Dios te de longa vida y te curie de mal; [-nom.],
imos en romería aquel rey [a] adorar
que es nacido en tierra, no’l podemos fallar.
[Y-X]
HERODES: ¿Qué decides, [d]ó ides? ¿A quién ides
buscar?¿De cuál tierra venides, o queredes andar?
Decidme ‘vuestros’ nombres, nom’ los querades celar.
[X-Y]
GASPAR: A mí dicen Gaspar;
este otro, Melchor; a aquéste, Baltasar.
Rey, un rey es nacido que es señor de tierra,
que mandará el siglo en gran paz, sin guerra.
[Y-X]
HERODES: ¿Es así por verdad? [X-Y]
GASPAR: Sí, rey, por caridad. [Y-X]
HERODES: ¿Y cómo lo sabedes?
¿Ya probado lo habedes? [X-Y]
GASPAR: Rey, verdad te diremos [-nom.],
que probado lo habemos. [Y-X]
MELCHOR: Esto es gran maravilla,
una estrella es nacida. [Y-X]
BALTASAR: Señal face que es nacido
y en carne humana venido. [Y-X]
HERODES: ¿Cuánto i ha que la visteis
80
Ana Emilia León
y que la percibisteis? [X-Y]
GASPAR: Trece días ha,
y más non habrá
que la habemos veída
y bien percibida. [Y-X]
HERODES: Pues andad y buscad,
y a él adorad,
y por aquí tornad.
Yo allá iré, / y adorarlo he. [X-Y]
ESCENA IV
HERODES:
¿Quién vio nunca tal mal?
¡Sobre rey otro tal!
¡Aún non soy yo muerto
ni so la tierra puesto!
¿Rey otro sobre mí?
¡Nunca a tal non vi!
El siglo va a zaga;
ya non sé qué me faga.
Por verdad no lo creo
hasta que yo lo veo.
Venga mío mayordoma / que míos haberes toma.
[X-Y]
(Sale el Mayordomo)
Idme por míos abades,
y por mis podestades,
y por míos escribanos,
y por míos gramtagos,
y por míos estrelleros,
y por míos retóricos;
decirme han la verdad, si yace en escrito,
o si lo saben ellos, o si lo han sabido. [Z-Y]
ESCENA V
(Salen los Sabios de la corte)
[LOS SABIOS]:
Rey, ¿qué te place? Henos venidos. [Y-X]
HERODES: ¿Y traedes vuestros escritos? [X-Y]
LOS SABIOS: Rey, sí traemos,
los mejores que nos habemos. [Y-X]
HERODES: Pues catad,
decidme la verdad,
si es aquel hombre nacido
81
Ana Emilia León
que estos tres reyes me han dicho.
Dí Rabí, la verdad, si ‘tú’ lo has sabido. [X-Y]
RABÍ 1: Por veras ‘vos’ lo digo
que no lo fallo escrito. [Y-X]
RABÍ 2: ¡Hamihalá! ¡Cómo eres enartado!
¿Por qué eres rabí llamado?
Non entiendes las profecías,
las que nos dijo Jeremías.
Por mi ley, inos somos errados!
¿Por qué non somos acordados?
¿Por qué non decimos verdad? [Y-Y]
Cuadro No. 2
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 5 20%
‘Vos’ plural 14 56%
‘Tú’ 6 24%
esta edición se asevera que Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid y El Campeador,
noble caudillo castellano, vivió entre ¿1040? y 1099.
82
Ana Emilia León
partícipes al realizarse los actos comunicativos. Debido al interés específico de
este proyecto, se hace necesario identificar y separar las variantes de ‘vos’, que
no correspondan al nominativo, en recíproca participación entre hablantes.
Especialmente el distanciamiento de respeto, o el acercamiento de confianza
que se ve cuando los protagonistas se comunican entre sí. En este apartado, y
en los subsiguientes esquemas, trataremos de distinguir los ejemplos que no
correspondan al nominativo con indicadores matemáticos como se ha dicho
anteriormente: más (+) o menos (-). Así se indicará la fórmula que no tenga
claro su funcionamiento sociogramatical. En primer lugar se indicarán las
formas plurales de ‘vos’, debido a que su homólogo singular se perpetúa por
más tiempo durante las centurias posteriores:
‘Vos’ plural:
1. Ya cavalleros dezir ‘vos’ he la verdad (497).
El Cid a sus caballeros. [-nom.]. [X-X]
6Este es el concepto que presentan varios autores: Carlos Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez
Puértolas, e Iris M. Zavala, en su obra Historia Social de la Literatura española. V.1. p. 53.
84
Ana Emilia León
privilegios de clase7. Aparentemente, el estatus social de los ‘infançones’ no
estaba muy claro todavía. Éstos combatían junto con los caballeros, pero no
gozaban de los mismos privilegios socioeconómicos. Es decir, socialmente los
infançones no eran iguales a los caballeros ni a los aristócratas de la nobleza alta,
pero compartían escenario con sus homólogos. En el Poema de Fernán González
ya se distinguen clasificaciones sociales específicas:
El conde castellano con todos sus varones, conbatyan las torres a guisa d’infançones,
(192a, 192b).
7 Op. cit., nota 2, p. 55
85
Ana Emilia León
y en seguida aparece el mismo con función de dativo; por lo tanto, éste suele
aparecer constantemente en otros tipos de expresiones combinadas. Además de
esta anarquía funcional, se agrega otro problema relacionado con la gran
confusión entre las formas pronominales y las verbales. Se destaca un
antagonismo funcional entre los casos de dativo y acusativo, etc. Al considerar
esta estratagema de la comunicación, se debe tomar en cuenta que estos datos
se han extraído de textos de la lengua escrita, y no sabemos —con exactitud—
como funcionaba la dinámica de la lengua oral durante su referente sincrónico.
Posiblemente habría sido diferente el análisis sobre el panorama sociolingüístico
de esa época, si hubiéramos obtenido algunos recursos apropiados, sobre la
dinámica de la lengua oral de ese siglo XII, y XIII. De esta manera, sabríamos
un poco más sobre la dinámica contemporánea, y las causas que contribuyeron
a la creación de tantas variantes anárquicas. Seguidamente presentamos los
cómputos totales de la cantidad de formas de tratamiento que aparecen en esta
obra. El total de cifras podría cambiar si lográramos obtener datos afines; pero
el interés de esta investigación que nos ocupa, es totalmente sociolingüístico e
histórico:
Cuadro No. 3
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 261 67.8%
‘Vos’ plural 114 29.6%
‘Tú’ 10 2.6%
‘Vos’ plural:
19. Oyt me, cavalleros, sy Cristo ‘vos’ perdon,
(58c). [-nom.]. El rey don Rodrigo ante la corte. [X-Y]
86
Ana Emilia León
21....acordat ‘vos’ que somos por esso aqui venidos.
(508d). [-nom.] Almanzor a sus vasallos. [X-Y]
4. El Libro de Alexandre.
Para el cotejo de esta obra hemos utilizado la edición de Dana Arthur Nelson
(1979)9, en la cual, la autora le atribuye la obra a Gonzalo de Berceo [1185? -
1264). Este poema del mester de clerecía fue compuesto hacia 1240?10, y en él
sobresale la influencia de la cultura eclesiástica. Además se manifiestan perfiles
de la lengua común, cuyas motivaciones básicas se configuran con este género.
Gonzalo de Berceo presta atención a la lengua popular; su interés se basa en:
“quiero fer una prosa en román paladino, en el qual suele el pueblo fablar a su
vezino”. Debido a este matiz popular en las obras de Berceo (asumiendo que
fue él el autor del poema), se hace indispensable analizar sociolingüísticamente
esta composición poética de tan nombrada escuela erudita del Siglo XIII.
Aunque haya referencias a las hazañas de Alejando Magno y a la antigüedad
helénica como temática de la época, también está presente el pensamiento
castellano socioregional:
9 En esta reconstrucción crítica, Dana Arthur Nelson señala a Gonzalo de Berceo como autor del
poema. Sin embargo, otros estudiosos no creen que Berceo haya sido el escritor que compuso el
poema. Cfr. A.D. Deyermond. La Edad Media. 1978. Ariel, p. 123; Diccionario de Literatura Española.
1972. Revista de Occidente, p. 22.
10 Cfr. Diccionario de Literatura Española. 1972. p. 22.
88
Ana Emilia León
30. “Dexastes vuestras casas e vuestras heredades,
pasado ha diez años que comigo lazrades;
mucho ‘vos’ ha costado” [-nom.]. (2285a,b,c).
Alejandro a sus vasallos. [X-Y]
90
Ana Emilia León
‘Vos’ plural:
34. “que veyo a ‘uós’ tristes”, (437d), [-nom.].
Apolonio a Dionisia y su marido. [X-Y]
‘Vos’ singular:
37. “Fija, si ‘vós’ queredes buscarme gran plaçer, [+nom.].
que ‘vos’ yo siempre aya mucho que gradeçer,” [-nom.].
(166a,b). El rey architrastres a su hija. [X-Y]
Cabe destacar que, tanto ésta como la anterior obra, revelan una alta
preferencia de ‘tú’, en oposición con su rival ‘vos’. Hasta esta época, la
contraposición que se ofrece entre ambos sociolectos cambiará radicalmente.
Estos recursos tendrán un devenir completamente inesperado en la próxima
centuria.
92
Ana Emilia León
6. El duelo de la Virgen.
Este texto perteneciente al siglo XIII, es una de las obras marianas de Gonzalo
de Berceo [1185?-1264]. Brian Dutton, quien ha preparado en 1975 una de las
ediciones críticas de esta obra11, es uno de los que ha formulado “una hipótesis
bastante convincente sobre la cronología” de las obras de Berceo. De acuerdo
con su proposición, la fecha aproximada en que Berceo escribió esta obra, pudo
haber sido antes de 1236 (Dutton 1975: p.3).
El Duelo que fizo la Virgen María en día de la pasión de su fijo Jesuchristo es una
exposición de 210 coplas, de la historia de Jesús, desde el momento de su
prisión hasta su resurrección. Berceo hace que sea la Virgen quien narre a San
Bernardo —que representa a los oyentes— sus propias cuitas. Con esta obra
alcanza Berceo su máxima creatividad y esplendor12.
‘Vos’ plural:
43. "Assaç avedes guardas e fardidos peones, guardat
bien el sepulcro, controbatli canciones."(172c,d).
"Pasaredes la noche faciendo tales sones." (173d).
"Non dexedes plegar a ‘vos’ otras compannas." (174a).
[-nom.] (3). Pilato a sus soldados. [X-Y]
‘Vos’ singular:
45. Disso la madre: "Fijo, lo que ‘vos’ me fablades [+nom.],
[...] bien veo que ‘vos’ por todos nos laçdrades. (99a,d).
[+nom.]. Fijo, si de ‘vos’ fuero assín desemparada, (104c).
[-nom.].Fijo, ‘vos’ vivo sodes maguer muerto ‘vos’ veo,
(123a). [+nom.]. ‘vos’ siempre sodes vivo ca morir non
podedes; (124b). [+nom.]. Fijo, no lo debiédes ‘vos’ qerer
nin suffrir, (125c). [+nom.]. La Virgen a su hijo. [X-X]
En esta obra observamos que hay alternancia íntima entre ‘vos’ / ‘tú’. En
circunstancias críticas, la Virgen alterna sociolectos cuando se dirige a su hijo (el
señor Cristo). Por lo tanto, en ocasiones, la madre, a su hijo, emplea ‘vos’;
aunque en otros momentos le asigna ‘tú’. Todo lo contrario sucede cuando
Jesucristo habla con su madre, la Virgen; éste nunca usa ‘vos’ para comunicarse
con ella. Por el contrario, a la Virgen se le ofrece el pronombre ‘tú’ (en 16
oportunidades). Cabe destacar que esta manera de mezclar los códigos
sociocomunicativos que se observa entre los hablantes de este texto, se infiere
que ya intervenía la influencia de un factor extra-lingüístico y
sociocomunicativos. Los tradicionales recursos comunicativos estaban
estructurados de cierta manera, y los productores literarios las obedecían. Aún
no se disipaba la latinidad tradicional, sociocomunicativa. Tal vez, la Virgen,
como único partícipe directo en la comunicación con su hijo, escogió la forma
de tratamiento ‘vos’ debido al insostenible sufrimiento que la afectaba al ver a
su hijo padecer por la crucifixión.
Hasta ahora no tenemos claro cuáles fueron los motivos que impulsaron a
Berceo a seleccionar específicamente una u otra fórmula de tratamiento, para
que sus personajes se comunicaran. Su narración tuvo que haber recibido
influjo sociolingüístico de la lengua oral (popular) del siglo XIII. Sin embargo,
hay que suponer que si Jesucristo no le dice ‘vos’ a la Virgen, es porque tal vez,
ese recurso no contenía suficientes matices mayestáticos que la dignificaran. En
otras palabras, en esa contemporaneidad, ‘tú’ y sus valores sociolingüísticos se
adaptaban acertadamente para dirigirse con mucho respeto a un interlocutor de
superior condición. Se sabe que la carga semántica que ostentaba ‘tú’
contrastaba profundamente con el postulado de ‘vos’. Simplemente, aquél tenía
un matiz más respetuoso y elevado que su oponente. Por lo tanto, de acuerdo
con esta serie de ejemplos que hemos recopilado, se podría adelantar que las
propiedades sociolingüísticas que ostentaba ‘vos’ (simétrico) en el siglo XIII,
básicamente expresaban: igualdad, confianza, intimidad, sentimentalismo, y
sobre todo, poca formalidad.
En este texto, son inexistentes las pruebas del uso de ‘vos’ cuando se le
rendían honores a un monarca, o durante la invocación a Dios u otras
94
Ana Emilia León
divinidades. Por lo tanto, ya se sabe que el uso exclusivo de ‘tú’, era para ofrecer
el máximo respeto a Dios y la Virgen. Con el mismo respeto se le obsequiaba a
los interlocutores pertenecientes al más alto nivel de nobleza. Por consiguiente,
un rey nunca empleaba ‘tú’ hacia un receptor de inferior categoría. Cada
interlocutor debería ostentar igualdad de condiciones u exhibir categoría
superior, para que el monarca le brindara ‘tú’ como tratamiento sociolingüístico
solemne.
Es posible, que para esa época, el pronombre ‘tú’ siguiera subordinado a
los preceptos retóricos precedentes, o influido por los previos cánones latinos.
Lamentablemente, en este proyecto no trataremos de profundizar este tema
retórico, aunque su importancia sea muy apreciable en el contexto y narración
de los hechos. Lo que más nos interesa son los distintos aspectos
sociocomunicativos que afloran en estas obras, y que, de alguna manera u otra
sirven como ejemplos para enriquecer esta investigación que nos ocupa.
Con el uso de ‘vos’ (singular y plural), se diluye un poco el distanciamiento
reglamentario que imponían los preceptos socioculturales de la época, ya que
muy poco se conocía —al menos en la lengua escrita— la fórmula de
tratamiento ‘vuestra merced’. Como es sabido, esta innovación sociolingüística
entrará en competencia recíproca con ‘tú’ y ‘vos’ en los siglos posteriores. Por
consiguiente, los tres sociotratamientos continuarán anárquicamente
disputándose el sitial más elevado de la pirámide. Tras esta pugna, a cualquiera
de ellos se le facilitaría llegar a la anhelada cúspide, pero la desintegración de
‘vos’ plural es evidente y homónimo también sufrirá descomposición en su
carga semántica.
Cuadro No. 7
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 37 38.1%
‘Vos’ plural 5 5.2%
‘Tú’ 55 56.7%
‘Vos’ plural:
50. Assín fo mi faciend como yo ‘vos’ predigo, (451a)
[-nom.]. La dueña a las otras monjas. [Y-Y]
13 Cfr. José María Díez Borque 1974. op. cit. p. 135.
14 Díez Borque. Op. Cit. p. 136.
96
Ana Emilia León
53. Amigos, si quissiéssedes un poco atender, un
precioso miraclo ‘vos’ qerría leer; [-nom.]. (625a,b)
El autor a los lectores. [Y-Y]
‘Vos’ singular:
54."¿Quién sodes ‘vos’, sennor? díssoli el romeo.
(190a),[+nom.]. El romeo al diablo. [Z-Y]
98
Ana Emilia León
Cuadro No. 8 (d)
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 76 34.2%
‘Vos’ plural 22 9.8%
‘Tú’ 125 56%
15Gonzalo de Berceo pertenecía al monasterio benedictino de San Miguel de la Cogolla, en la
Rioja. Cfr. la Historia de Social de la Literatura española I, op. Cit.
Capítulo 4
Durante el Medievo ya se estaban presentando innumerables discordancias en el
repertorio hispano peninsular. Por consiguiente, a través de la lengua escrita, ya
comienzan a vislumbrarse grandes reajustes y prósperas innovaciones
sociolingüísticas. Como se ha mencionado anteriormente, a comienzos del siglo
XIII, el castellano contaba solamente con dos fórmulas de tratamiento para la
segunda persona singular: ‘tú’ y ’vos’. Aquél seguía funcionando con su
tradicional preferencia, mientras que su rival ‘vos’ desplegaba una dicotomía
sociolingüística muy activa. La carga semántica de éste, ya se estaba
diversificando para cubrir las fallas coetáneas. Paradójicamente, hasta ese
momento, no había suficiente certidumbre del proceso decadentista que pudiera
afectar el porvenir de ‘vos’ en general. No obstante, el disminuido empleo de su
análogo plural indicaba que ambos sociotratamientos ya estaban reajustándose.
Por otra parte, en esa época, ‘tú’ ostentaba características relevantes para
tratamientos distintivos, asimétricos (ascendentes). Para esa época era notable la
superioridad sociolingüística de este sociolecto, el cual se emitía ante reyes y la
nobleza alta. Los copartícipes no correspondían con igual forma de cortesía a
ningún receptor de inferior jerarquía; usualmente empleaban ‘vos’, tanto en
calidad asimétrica como simétrica. En su oportunidad, los hablantes ni siquiera
usaban ‘tú’ para comunicarse con sus esposas, o familiares más allegados;
únicamente se empleaba éste cuando se invocaba a Dios o a los santos.
Cabe destacar, que en el análisis efectuado en este apartado, se destacan
diversas discrepancias numéricas entre la aparición de ‘vos’ singular y su forma
plural (ver cuadro 9).
Consecuentemente, tras los indicios de profundos reajustes, y el ocaso
imperante en el repertorio castellano, comienza a emerger un nuevo tratamiento
para dirigirse a un interlocutor plural: ‘vos’+otros, que posteriormente se
convertiría en ‘vosotros’. Aparentemente, en este corejo, no se han registrado
ejemplos concretos en lengua escrita del siglo XIII, como antecedentes del
proceso de lexicalización. Tampoco se conocía este formulismo en centurias
precedentes. Sin embargo, se destacan activamente los excelsos matices
hegemónicos que acarreaba la concurrente reputación de ‘tú’. Era notorio su
favorecido uso singular; y evidentemente, no se vislumbraba ninguna pérdida de
su supremacía ante sus coetáneos rivales: ‘vos’ singular y su variante plural. En
esa época, ‘vos’ singular y su decadente homólogo plural todavía generaban
respeto, distancia, asidua cortesía, y a veces intimidad, pero aún permanecían
relegados a un nivel de menor reputación. Paradójicamente, estas fórmulas de
tratamiento seguían marginadas a pesar de todas sus potestades, sin embargo,
no se disipaba la amenaza de un exterminio integral. Este proceso de ocaso y
exterminio de ‘vos’ comienza a generarse a partir del siglo XVI,
100
Ana Emilia León
aproximadamente, mientras que su despojo total durará hasta el subsiguiente
siglo XVII.
El repertorio medieval de la lengua castellana necesitaba una
reorganización profunda, pero, increíblemente no se estaban concretando los
cambios apropiados a nivel morfosintáctico, para satisfacer las necesidades
sociolingüísticas. Posiblemente, seguían generándose negativas distensiones en
el campo lingüístico de la lengua castellana; por ello, eventualmente, irrumpirá
en ese entorno, un anárquico torbellino funcional en cuanto al uso de las
fórmulas de cortesía. Como se ha dicho anteriormente, a partir de las últimas
décadas del siglo XIV y comienzos del XV se intensifica una dinámica
reestructuradora, puesto que había necesidad de manejar neologismos que
equilibraran las necesidades del lenguaje.
En este capítulo continuaremos analizando el corpus de obras pertinentes a
las épocas establecidas. El aspecto más importante de este estudio es obtener
recursos apropiados a la secuencia diacrónica de las mismas. El objetivo
fundamental de este análisis es la búsqueda de rasgos y contrastes
sociocomunicativos entre ‘vos’ singular y su contendor ‘tú’. Irónicamente, la
carga semántica sociocultural de este homónimo recurso comienza a cambiar.
Sin embargo, después de una larga contienda entre ‘vos’ y ‘tú, aquél quedará
desplazado de su enaltecido pedestal, mientras que ‘tú’ seguirá luchando por
ascender a la cúspide de la pirámide social.
Hipotéticamente, ante la evidencia extraída de los textos, se puede
conjeturar que también había un desconocido influjo de fuerzas
extralingüísticas que impactaban la dinámica de los sociotratamientos.
Afortunadamente, pocas centurias después, surge una misteriosa proliferación
de recursos comunicativos de toda índole; no obstante, debido a la carencia de
recursos apropiados no se logran mejorar las temerarias condiciones que
afrontaban los emisores ante sus interlocutores. Había que obedecer los
cánones intralingüísticos, y tener mucho cuidado con las características sociales
de los habitantes del entorno sociocultural en que se desarrollaran los actos de
habla.
A continuación se ofrece un compendio histórico que señala diversas
fórmulas de tratamiento expresadas por los partícipes durante una recíproca
comunicación:
101
Ana Emilia León
I. SIGLO XIV
1. Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio (En lo adelante El Conde
Lucanor).
Don Juan Manuel [1282-1348] ofrece en esta obra una representación insigne
de uno de los momentos de mayor perfeccionamiento en el arte narrativo del
siglo XIV. El Conde Lucanor fue compuesto en 1335?1. Su estructura consta de
dos prólogos y cinco partes diferentes entre sí: la primera contiene cincuenta y
un exempla, encuadrados en el marco consabido de un maestro que instruye a su
discípulo. La segunda, además de un Razonamiento dirigido a don Jaime de Jérica,
“ha cient proverbios e algunos fueron ya quantos oscuros e los más assaz
declarados”; la tercera muy parecida a la anterior, contiene “çinquenta
proverbios, e son más oscuros que los primeros çinquenta enxiemplos, nin los
los çient proverbios”; en la cuarta, aparecen treinta proverbios “algunos tan
oscurament que será marabilla si bien los pudierdes entender”; y en la quinta y
última surge el moralista medieval preocupado por la salvación del alma.
Don Juan Manuel logra mediante su arte narrativo que los exempla
adquieran valor artístico propio, independientemente de su contenido doctrinal,
resaltando la seriedad y rigor intelectual del escritor. Aunque el autor escribe su
obra en lengua “vulgar” o en romance castellano, a través de ésta pretende
acercase a un público de “lectores cultos”. Su público estaba compuesto por los
clérigos, con erudición latina (eclesiástica) y en segundo plano, por los legos de
cultura romance (laica). De esta manera, todo parece indicar que el autor
escribía para un lector de su mismo o superior nivel sociocultural2. El autor
declara su interés por generar o crear un estilo personal reflejado en un texto
medieval de personificada creación. Ya en el prólogo, Don Juan Manuel indica
claramente su intención:
“Este libro fizo don Johan… deseando que los omnes fiziessen en este
mundo tales obras que les fuessen aprovechosas de las onras e de las
faziendas e de sus estados, e fuesen más allegados a la carrera porque
pudiessen salvar sus almas. E puso en él los enxiemplos más aprovechosos
que él sopo de las cosas que acaesçieron, porque los omnes puedan fazer
esto que dicho es”… “bien ‘vos’ digo —dirá al final− que cualquier omne
que todos estos proverbios e enxiemplos sopiesse, e los guardasse e se
aprovechasse dellos, quel cumplían assaz para salvar el alma e guardar su
fazienda e su fama e su onra e su estado” (El Conde Lucarnor, p. 38).
1 Para el cotejo de este análisis utilizaremos la edición de Alfonso I. Sotelo. Madrid: Cátedra, 1989.
2 Ibid., pp. 35-36. Además véase Historia de la literatura española. Barcelona: Ariel. p. 243.
102
Ana Emilia León
Seguidamente se ofrecen algunos ejemplos de ‘vos’ que aparecen en la obra de
don Juan Manuel. Cabe destacar que sólo se analizó la primera parte de la obra.
‘Vos’ plural.
59. Exemplo XIV. Amigos, porque beades que la palabra del Evangelio
es verdadera, fazet catar el coraçón a este omne e yo ‘vos’ digo [-nom.]
que non lo fallarán en el cuerpo [...].p. 132.
Santo Domingo a los amigos del lombardo. [X-Z]
‘Vos’ singular.
62. Exemplo II. … Señor Conde Lucanor dixo Patronio, bien sé yo
que ‘vos’ [-nom.] fallaredes muchos que ‘vos’ [-nom.] podrían consejar
mejor que yo […].p. 83. Patronio al Conde Lucanor. [Y-X]
64. Exemplo IV. … Señor conde Lucanor dixo Patronio, para que ‘vos’
fagades [+nom.] en este fecho lo que ‘vos’ más cunple, [-nom.] […] p.
98. Patronio al Conde Lucanor. [Y-X]
68. Exemplo XXVII. ¡Ahá, sobrino! Estas son las vacas, que non las que
‘vos’ [+nom.] dizíades ante, que dizía yo que eran yeguas. p. 198. Alvar
Háñez a su sobrino. [X-Y]
103
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69. Exemplo XXVII. Por Dios, don Alvar Háñez, si ‘vos’ verdat
dezides [+nom.], el diablo me traxo a mí a esta tierra […]. p. 198.
El sobrino a Alvar Hánez. [Y-X]
PLURAL - ‘Vos’
Santo Domingo a los amigos del lombardo. Ex. 14 1
El cardenal a los frailes. Ex. 31 2
La mujer recién casada a los amigos de su marido. Ex. 35 1
Patronio al conde Lucanor. Ex. 12 y Ex. 31 3
Total 7
SINGULAR – ‘Tú’
El viejo a su hijo. Ex. 2 8
El genovés a su alma. Ex. 4 4
104
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Una mujer a Dios. Ex. 44 2
El rey (casi desnudo) al portero. Ex. 51 3
El portero sin haber reconocido al rey. Ex. 51 2
Total 19
Las cifras antes indicadas nos dan una idea muy generalizada sobre la
frecuencia con que aparecen los sociotratamientos en la obra de don Juan
Manuel. Sin embargo, a partir de este capítulo, trataremos de identificar y
separar los ejemplos relacionados con la función nominal de los pronombres.
Este aspecto funcional (en especial lo que concierne al nominativo y dativo) es
lo que más se destaca en el texto, debido a que estos componentes
morfosintácticos son los que emprenden una trayectoria revolucionaria dentro
del entorno sociolingüístico. Las demás variantes que se derivan de éstos,
posteriormente pasan a formar parte del sistema morfosintáctico del castellano
peninsular estándar, a partir de esa época.
La notable abundancia del pronombre ‘vos’ que se presenta en El Conde
Lucanor, nos hace pensar en el inicio de un período de confusión y anarquía, que
posteriormente ocasionara reajustes en el sistema pronominal de esa lengua.
Veamos a continuación algunas cifras sobre la frecuencia con que se usa el
nominativo ‘vos’ en esta obra:
72. [XXVII ]
Desque nos fuimos llegando,
él dixo: “Muy bien vengades,
buen señor.” “E ‘vos’ fagades”
le respuse, abreviando. … pp. 69 [Y-Y]
4Se ha utilizado para este análisis la edición de Vicente García de Diego: Marqués de Santillana.
Madrid: Espasa-Calpe, 1968.
106
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si luego non me dizides
cuál es la que ‘vos’ plañides,
que desta vida es partida; p. 108. [Y-X]
74. [IX]
Así que [yo] ‘vos’ suplico, [-nom.]
señora, que me digades
quál es la que ‘vos’ llorades [+nom.]
destas dos que ‘vos’ [ex]plico. [-nom.], [Y-X]
75. [ VI]
Díxele: “Non ‘vos’ matedes, [-nom.]
car non soys ‘vos’ el primero, [+nom.]
nin sereys el postrimero
que sabe del mal qu’avedes.” p.141. [Y-Y]
76. [VI]
… el qual pos ‘vos’ acatado, [-nom.]
por ‘vos’ non seer plasmado, [-nom.]
lo fallar’es non absente;
que siempre me soys pressente:
tal de ‘vos’ só enamorado. p. 178 [-nom.] [Y-Y]
Ejemplos de ‘tú’:
77. [INVOCACIÓN], [LII].
¡O ‘tú’, Planeta diafano [+vocativo]
que con tu cerc[o] loziente
fazes el arco mundano
clarífico e prepoliente! […]
p. 31 [X-X]
79. [XVI]
… “Coraçón, ‘tú’ vas temiendo
los sueños [que] no son nada,
e destruyes tu alvergada
por lo que yo no entiendo. p. 64. [Y-Y]
80. [XIX]
107
Ana Emilia León
”Seso, si ‘tú’ bien pensar[e]s
los fechos de Rrufo Arterio,
e por Máximo Valerio… p. 65 [Y-Y]
Cuadro No. 11
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 143 72.2%
‘Vos’ plural 3 1.5%
‘Tú’ 52 26.3%
Sería sorprendente que una obra trazada sobre fuentes europeas debiese su
estructura y su inspiración básica a la tradición árabe o hebraica, aunque, por
otra parte esta opinión ha sido defendida con cierto detalle, presentando al
Libro de Buen Amor como un ejemplo supremo del arte mudéjar (es decir,
viéndolo surgir de la fusión típica que se verificó en España entre la cultura
oriental y la occidental.), (1978: 203)
En este libro del Arcipreste, se destaca un valor artístico y lingüístico, su
autor se preocupa por adaptar el lenguaje popular, cuida del uso de los
diminutivos y ofrece una extraordinaria riqueza de vocabulario. En esta obra se
5 La edición que hizo G.B. Gybbon-Monypenny, 1988. Madrid: Castalia, p. 13. Este estudioso nos
dice: “Aceptemos provisionalmente, pues, que el autor del Libro de buen amor fue ese Juan Ruiz,
arcipreste de Hita, ya venerable en el año 1330, que asistió a la resolución del pleito entre el
Arzobispo y el clero de Madrid, y el Libro fue terminado en el año 1343. ¿De qué nos sirve esta
identificación?”.
108
Ana Emilia León
combina el arte clerical con lo sociocultural, lográndose el triunfo del romance
castellano como lengua literaria6.
No obstante, además de la combinación de todos los recursos literarios,
también se destaca la relación de la obra con las diversas clases sociales de la
época. A través de este texto se conocen las costumbres de la ciudad y del
campo; los productos de los diversos meses; los manjares que degustaban; las
golosinas que preparaban las monjas; los vestidos y “afeites” peculiares de las
mujeres, etc.7. La estructura básica de la obra es una narración poética en
primera persona sobre las preocupaciones de un hombre (Juan Ruiz)
problematizado, traído y llevado por fuerzas superiores, enfrentado en todo
momento con graves dilemas. Para este autor, vivir es comunicarse con otros
hombres; usar la palabra como medio imprescindible para ello; concebir el
concepto de amor como la expresión máxima de las relaciones humanas, y la
solución para escapar del aislamiento.
La nueva conciencia de la época: lo religioso y lo histórico también se
refleja. Con esta simbiosis, y la preocupación por el perfeccionamiento artístico,
Juan Ruiz ofrece en su Libro de buen amor, una mezcla sobre la trascendencia
cultural con el plano humano-religioso del complicado ambiente social
castellano del siglo XIV. Los horizontes cerrados de la Edad Media ya empiezan
a ceder, y el hombre moderno comienza a tener conciencia de su soledad y de
su enajenamiento, al igual que su indefensión ante las fuerzas de la naturaleza,
así como la existencia aparte y marginada que se convierte en prisión
insoportable. Juan Ruiz, quien habla constantemente de su soledad y fracasos, y
muestra plena conciencia de la lucha por liberarse de las fuerzas ajenas que
dominan a los hombres ‘medievales’8. A continuación se presentan ejemplos del
uso y diversidad de las fórmulas de tratamiento:
‘Vos’ plural:
81. la qual a ‘vós’, dueñas, yo descobrir non oso; [-nom.], (161b). Fizo
se corredera de las que venden joyas: ya ‘vos’ dixe [-nom.] que éstas
paran cavas e foyas; (937a,b). Otrosí ‘vos’ dixe [-nom.] que estas tales
buhonas andan de casa en casa vendiendo muchas donas; (938a,b). El
autor a las dueñas. [Y-Y]
6 Francisco López Estrada. 1966. Introducción a la Literatura Medieval española. Madrid: Gredos. p.
219.
7 José María Díez Borque. 1974. Historia de la Literatura Española. Vol. I. Madrid: Guadiana. p. 171.
8 Carlos Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez Puértolas e Iris M. Zavala. 1979. Historia social de la
‘Vos’ singular:
84. Desque calló el coxo, dixo el tuerto: ‘Señora, chica es la pereza que
éste dixo agora; dizir ‘vos’ he la mía, no vistes tal ningund ora
(462a,b,c)[-nom.].El hombre a la dueña. [Z-Y]
85. "Dixo don Pitas Pajas: ‘Dona de fermosura, yo volo fazer en ‘vós’
una bona figura,"[-nom.]. (476a,b). El pintor a una dama.
[Y-Y]
86. En el mundo non es cosa que yo ame a par de ‘vós’; [...], [-nom.].
¡Amo ‘vos’ más que a Dios! [-nom.] (661a,c). El Arcipreste a doña
Endrina. [Y-Y]
87. “Quanto esto ‘vos’ otorgo, [-nom.] a ‘vós’ o a otro qual quier:
[+nom.], (680a) fablat ‘vós’, [+nom.] salva mi onrra, quanto fablar ‘vos’
quisier;[-nom.] (680b). “Esta sola con ‘vós’ solo, [-nom.] esto yo non lo
faría; (681a). Ante testigos que nos veyan favlar ‘vos’ he algund día." [-
nom.]. (681d). Doña Endrina al Arcipreste. [Y-Y]
110
Ana Emilia León
El autor al lector 14
Varios: El león a la raposa, el galgo al alcalde, el ayo a su amo, los 70
hombres a la dueña, el pintor a su mujer, el pintor a la dama, la dama al
pintor, los animales al lobo, el lobo a la puerca, don ayuno a cuaresma, el
Arzobispo al mozo, los clérigos al Arzobispo, las monjas a doña Garosa,
doña Garoza a las monjas, etc.
Total 258
b. ‘Vos’ Plural:
Varios: El autor a las dueñas, el alcalde al concejo, la trotaconventos a los 28
jóvenes, el autor a las monjas, el autor a los lectores.
Total 28
c. Ejemplos de ‘tú’:
El autor a Dios, a la Virgen 18
El Arcipreste a Sta. María 6
Doña cuaresma a Dios 2
El pecado a: la abaricia, lalujuria, la envidia, la gula, lavana gloria 10
El autor al amor 2
El hortelano a la culebra 1
La dueña a la señora 1
El hombre a la muerte 12
Endrina a la Virgen 2
El corazón al Arcipreste 4
El Arcipreste al amor 12
Entre animales 28
Total 98
4. Danza de la muerte.9
Manuel Alvar incluye este poema en su obra Poesía Española Medieval (1969). De
acuerdo con los datos suministrados por el profesor Alvar, este poema “suele
fecharse a finales del siglo XIV o en los comienzos del XV”. (p. 416). A través
de este texto hemos observado la frecuencia y expansión del uso de ‘vos’
singular. Este aspecto selectivo de la forma singular perjudica a su homólogo
plural (que no aparece ninguna sola vez). Aparentemente, ya se estaba
consolidando la desparición de la variante plural de ‘vos’.
‘Vos’ Singular:
91. Señores, punad en fazer buenas obras, non ‘vos’ fiedes en altos
estados, que no ‘vos’ valdrán tesoros nin doblas [...] [-nom.]. (41-43).
El emisor es un predicador. [p. 419]. [Y-Y]
9 Véase Poesía Española Medieval. Editado por Manuel Alvar. 1969. Editorial Planeta. p. 417.
112
Ana Emilia León
92. pues que ya el fraire ‘vos’ ha pedricadoque todos vayaes a faser
penitencia, [...][-nom.]. (61,62). [p. 420]. Non ‘vos’ enojedes, señor padre
santo, de andar en mi dança que tengo ordenada; non ‘vos’ valdrá el
bermejo manto: [...] Non ‘vos’ aprovecha echar la cruzada, [...] [-nom.]
(3). (97,98,99/101). El emisor es la muerte. [Z-Y]
‘Vos’ plural:
94. Amigos -dixo Job-, agora que ‘vos’ vedes la mi tribulación e plaga,
‘vos’ temedes; non pido vuestros algos, nin bienes que tenedes,
contento so con tanto que ‘vos’ me enseñedes. (962a,b,c,d). [-nom.]. (3).
Job a sus amigos. [Y-Y]
10 Op. cit. en nota 7. (p. 173). Véase también la edición de Kenneth Adams. Salamanca: Anaya.
1971.
11 Op. cit. nota 7. p. 176.
114
Ana Emilia León
95. Señores -digo-, çierto si Dios me ayuda a [librar; non partiré desta
villa sin pagados ‘vos’ dexar; [-nom.] guardo a don fulano, que ‘vos’ me
fuestes [+nom.]. [mostrar; mas aun con las sus priesas no me quiere
escuchar] (450,a,b,c,d). El visitante a los oficiales de palacio.
[Y-Y]
96. Por amor de Dios, señores, datme lo que ‘vos’ pagardes; [...], [-nom.]
e tomad ‘vos’ de lo mío el terçio, e non querades [...],[+nom.].
(466a,c]. El visitante a otros hombres fuera de palacio. [Y-Z]
‘Vos’ singular:
98. mas si tomo vuestra carga e yo ‘vos’ aseguro, [-nom.] fazed cuenta
que tenedes las espaldas en buen muro. (319c,d).
Un letrado (abogado) a un hombre. [Y-Z]
99. “yo ‘vos’ rruego ca en amar la justiçia, así ardo commo fuego.”
[-nom.], (363c,d). El oficial al hombre. [Y-Z]
102. Dize el cauallero: “Só omne de paraje; nunca ‘vos’ fizo mengua,
[-nom.] çierto, el mi linaje; de ‘uso’ seruir agora, [-nom.] ‘vos’ fago
omenaje, [-nom.] que ‘vos’ non fallezca, [-nom.] siquier con el mi paje”.
(511a,b,c,d). Un caballero al rey. [Y-X]
Como se puede observar, en esta obra hay exclusivo uso de ‘tú’ en los actos
comunicativos ascendentes. En muchos de éstos, el emisor se dirige a Dios
usando este sociolecto, como cortesía majestuosa. Habitualmente, todos los
hablantes [+humano], y los personajes bíblicos que participan en la obra,
emplean ‘tú’ únicamente para dirigirse a Dios, mientras que esta deidad, les
responde usando ‘vos’, descendente. De igual manera se observa el
comportamiento del rey; todos los partícipes le aplican ‘tú’ al monarca, pero él
no responde con el mismo pronombre sino con ‘vos’. Resalta la manera
115
Ana Emilia León
significativa, como el rey usa ‘tú’ solamente para invocar a Dios o a la Virgen, y
por esa razón, no comparte este sociotratamiento con interlocutores de menor
categoría. Esta progenie no recibe ‘tú’ mayestático, porque no se ha
encumbrado en la cúspide de la pirámide social.
Los labradores y personas ‘simples’ como los llama el autor de la obra, se
tratan recíprocamente de ‘vos’ (simétrico), mientras que usan otra variante de
este recurso para la comunicación asimétrica. En esta composición, el autor se
dirige al lector / oyente de ‘tú’, caso extraño hasta ahora, puesto que en las
obras anteriores sólo se usaba ‘vos’ hacia el receptor. También se destaca el uso
de ‘tú’ en hablantes que desean poner más distancia, y tal vez inferir desprecio
en la comunicación hacia un partícipe de bajo estatus. Cabe destacar que la
bipolaridad de ‘tú’ para alto y medio estatus comienza a imponerse durante esta
época medieval. Es importante enfatizar este hecho, puesto que anteriormente,
todavía no se veía con la misma carga semántica. Por ejemplo, los porteros de
palacio escogen ‘tú’ para hablar con el escudero (posible simetría en ese
momento). Aunque el nivel de este asistente, no era tan bajo como el de los
porteros palaciegos; las circunstancias de súplica por las deudas que el rey tenía
con éste, pudieron haber sido el factor decisivo para que él recibiese un
tratamiento de ‘tú’ en ese contexto.
Cuadro No. 14
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 165 42.2%
‘Vos’ plural 30 7.7%
‘Tú’ 196 50.1%
Presencia de ‘vos’.
103. Carta de Pedro IV de Aragón a Don Juan Manuel.
(7de diciembre de 1347). DLXXXVII.
“…E no dubdemos que ‘uos’ [+nom.] en aquesto hayades desplacer en
toda cosa que mengua nuestra et danyo fuese. Por cuanto don Johan
‘vos’ rogamos [-nom.] que por honra nuestra querades fer inibicion en la
vuestra tierra e lugares vuestros [...]”. (p. 651). [X-Y]
12 Epístola tomadas del libro Don Juan Manuel, compuesto por Andrés Jiménez Soler, 1932.
Zaragoza. Tip. La Academia. Cabe destacar que Don Juan Manuel, Duque de Peñafiel (Escalona,
Mayo 5, 1282 – Peñafiel, Junio 13, 1349) era sobrino de Alfonso X el sabio. Hijo del Infante, Don
Manuel de Castilla (Señor de Escalona y Peñafiel) y de Doña Beatriz de Saboya.
116
Ana Emilia León
104. Carta de don Juan Manuel a Pedro IV de Aragón. (1 de abril de
1347). DLXXXIV.
Al rey de Aragón remitido por Don Johan. “Sennor fago ‘uos’ saber [-
nom.] que este otro día paso por aqui por esta mi tierra don Pero
Gillem [...] como quier que a mi plase mucho por el debdo que el
infante mio nieto a conmigo Dios sabe que me plase bien tanto porque
entiendo que es vuestro serviçio e de la vuestra casa de Aragon. Et
sobre esto et sobre otras cosas fable con el dicho Pero Gillem et tened
por bien de lo creer de lo que ‘uos’ diviere de mi parte. [+nom.] (p.
649). [Y-X]
106. Documento secreto enviado por Don Juan Manuel a Pedro IV.
(Septiembre 1345). DLXXVI.
“Senyor. Don Johan ‘uos’ enuia dezir [-nom.] que hauiendo el los
buenos deudos que el ha convusco et con la uuestra casa de Aragon que
el es bien seguro que su coraçon que tal es vuestro entendimiento que
sin jura le guardaredes todo lo quel ‘vos’ enuiasse dezir. [-nom.]. [...] Et
si algunos tomassen hi dubda que del uinia bien podedes ‘uos’ dezir
[+nom.] que yo uengo a ‘uos’ [-nom.] sobre el casamiento del infante
Don Ramon Belenguer et de Don Ferrando su fijo de la qual razon yo
‘uos’ fable. [-nom.].” (p.644). [Y-X]
118
Ana Emilia León
se observa ningún otro tipo de tratamiento, y menos aún el pronombre ‘tú’ en
comunicaciones enviadas a reyes, o miembros de la alta nobleza.
A continuación iniciaremos el estudio de obras correspondientes al siglo
XV. En éstas se desea detectar algún dato importante que nos ayude a dilucidar
el enigma que cubre el largo reajuste que sufrieron las formas de tratamiento en
el castellano de épocas contiguas.
*No se ha elaborado cuadro pertinente, debido a la calidad epistolar y
diversidad de datos.
II. Siglo XV
1. Arcipreste de Talavera o Corbacho.
Esta obra de Alfonso Martínez de Toledo [1398?- 1470?] fue escrita en la
primera mitad del siglo XV, en 143813. El mensaje fundamental de la obra es la
reprobación del amor mundano “que aparta la gloria eterna”, y en especial un
ataque despiadado a las mujeres. Con este texto, se inicia el desprecio misógino
hacia las féminas.
La obra está dividida en cuatro partes: “en la primera fablaré de
reprobación de loco amor, e en la segunda diré de las condiciones algund tanto
de las viciosas mugeres, e en la tercera proseguiré las conplisyones de los
onbres: quáles son, e qué virtud tyenen para amar o ser amado; en la quarta
concluyré reprobando la común materia de fablar de los fados, ventura, fortuna
sygnos, e planetas [...].” (p. 42). La primera parte es la más extensa, y en ella
presenta a la mujer como culpable de la perdición del hombre al entregarse al
‘loco amor’ y olvidarse del buen amor (el destinado a Dios). La segunda parte es
un retablo de costumbres, anécdotas y observaciones sobre la mujer, de quien,
tal vez obtuviera informaciones de confesionario14. También describe el autor,
aspectos femeninos, tales como los ‘afeites’, el arreglo personal y múltiples
detalles relacionados con intimidades de las mujeres. Además critica: la avaricia,
envidia, presunción, mentira, inconstancia, etc., como rasgos específicos de las
acusadas.
Sin embargo, el autor usa esta lista de defectos femeninos para acompañar
su mensaje socioreligioso, y en especial la intención de imponer restricciones
morales. Pero además de este aspecto religioso del libro, resalta la destreza
narrativa del escritor, quien logra incorporar el lenguaje popular en la realidad
13 Para analizar este texto usaremos la edición de Joaquín González Muela. 1989. Madrid: Clásicos
Castalia. La información que nos da este medievalista sobre el nacimiento del autor de la obra
revela lo siguiente: “El autor de Arcipreste de Talavera nació, pues, en 1398, el mismo año que el
Marqués de Santillana, y el propio arcipreste se declara oriundo de la ciudad de Toledo...¨ p. 7.
14 Véase Díez Borque, Op. cit. en nota 7. p. 402.
119
Ana Emilia León
lingüística de su obra. Como complemento hay dichos inmersos en
conversaciones populares, refranes, frases de la vida cotidiana, y muchas
expresiones populares de la época15.
‘Vos’ plural:
113. “¡O locas syn seso, faltas de entendymiento, menguadas de juyzio natural! Creed,
pues, syn dubdar, que el que más ‘vos’ loa [-nom.] es por ‘vos’ engañar [-nom.]”.
Segunda Parte. Cap. IV. p. 142. El autor a las mujeres. [Y-Z]
114. “Ya sé que pobres e alvardanes e vellacos e de poco seso non acostunbran a los
buenos honrar. Asy que, pues que los pobres tenés [+nom.] esta tacha, callar’vos’ [-
nom.] he e a palabras locas fazer orejas sordas.”. Cap. II. p. 254. La Fortuna a la
Pobreza. [Y-Z]
115. “Ved, señores, los que esto leés, que oystes, vistes, entendées, qué ‘vos’ parece [-
nom.] cómo se acerca la fin del mundo.” Cap. I. p. 234. El autor al lector. [Y-Y]
‘Vos’ singular:
116. “Señora, sy ‘vos’ [-nom] diese un ruby un gentil onbre que fiziese luz como un
antorcha, ¿amarlo yades, señora?; […] Señora, quien ‘vos’ diese [-nom.] una cibdad
tamaña como Roma quando estaba en su éser.; Señora, quien ‘vos’ fiziese [-nom.] del
mundo emperadora e que todos los onbres e mugeres ‘vos’ besasen [-nom.] las manos
por señora”. Cap. I. p. 122. Un caballero a una reina. [Y-X]
117. “Enpeñadlo todo; vendedlo todo; e después syquiera esté yo enparedada e nunca
salga; que vos [+nom.] por esto lo avedes. Pues, yo ‘vos’ fartaré; [-nom.] yo ‘vos’
contentaré [-nom.]; que yo ‘vos’ prometo [-nom.] que por aquella puerta non me veáys
salir mas.” Cap. I. p. 128. Una mujer a su marido. [Z-Z]
118. “Dicho e fecho: el buen onbre sabyo tomó la ampolla e púsola en una ventana
donde ella la viese. E luego dixo ella: ¿Qué ponés (‘vos’) ay, [+nom.] marido?
Respondió él: Muger, aquesta anpolla, pero mándote e ruego que non gostes dell que
dentro tiene; que sy lo gustares luego morrás, asy como nuestro Señor dixo a Eva”.
Cap. VII. p. 152. Diálogo entre el marido y su mujer (a quien quería envenenar).
[Z-Z]
119. “¡Ya por Dios, non seades enojo! ¡Ay, paso, señor que (vos) sodes [+nominativo]
descortés! ¡Aved ora vergüenza! ¿Estáys en vuestro seso? ¡Avad, ora que ‘vos’ miran! [-
nom.] ¿Non vedés que ‘vos’ veen? [-nom.]... ¿querés que ‘vos’ lo diga? [-nom.]. Cap.
XIII. p. 175. Una mujer a un hombre. [Z-Z]
120. “Pues dime, señora, ¿por qué lloras, que goze yo de ty? [ella] Responde: Non, por
nada. Pues, ¿qué cosa es ésta? ¡Asy gozés de mí! ‘Vos’ digo que non nada”. [-nom.].
Cap. VIII. p. 192. Una mujer a su amante. [Z-Z]
15 Véase Díez Borque, Op. cit. p. 402
120
Ana Emilia León
121. “¡Cuytada, mesquina, corneja triste, desaventurada, venid acá, non vades allá!
[+nom.]” (2). Cap. VIII. p.193. Una mujer a su vecina. [Z-Z]
122. “¡Yuy, y qué será de mí! Señor, ¿quién ‘vos’ firió [-nom.] por la cara?”, o “¿quién
me ‘vos’ mató?” [-nom.], o “¿Quién ‘vos’ dio tal golpe?” ¡Virgen María! [-nom.]. Cap.
VIII. p. 193. […] “Y ¿qué ‘vos’ duele, amigo? [-nom.]. Y ¿qué sentís?, ¿Verés, que ‘vos’
ayude Dios" [-nom.]. p. 194. Una mujer a su amante. [Z-Z]
123. Llamando a la puerta, abrió el hermitaño e dixo: “Señor, ¡pas sea con ‘vos’!” [-
nom.] Respondió el gobernador: “Amén mon frare!”. […] “¿Quál dios ‘vos’ traxo agora
aquí?” [-nom.]. […] “Señor, ¿e non me creés? Pues, creerme deveríades, que nunca me
acuerdo aver dicho mentira a ome nascido. ¿Cómo, señor, avía de mentir a ‘vos’?” [-
nom.]. Cap. I. p. 240. Diálogo entre un hermitaño y un gobernador. [Y-Z][Z-Y]
124. “¡’Vos’ don viejo falso e malo, [+nom.] abrirés, mal que ‘vos’
[-nom. ] pese! ¡Yo veré que tenés (‘vos’) aquí dentro!”. Vamos yo iré con ‘vos’; [-nom.]
que non ‘vos’ dexara.” [-nom.]. Cap. I. p. 241. El gobernador al hermitaño. [Y-Z]
‘Vuestra merced’:
125. “Señora, ¡o qué fermosa sortija tyene vuestra merced con tan fermoso diamante!
Pero, señora, quien uno vos presentase que valiese más que diez, ¿vuestra merced amar
podría a tal onbre?”. La reyna respondió: “Non le amaría aunque me diese uno que
valiese más que ciento”. Un caballero (malintencionado) a la reina. p. 122. [Y-X]
126. “Señor, pues, véala vuestra merced”. El hermitaño al gobernador. p. 239. [Z-Y]
16 Véase A.D. Deyermond. Op. cit. Nota 3. p. 252.
122
Ana Emilia León
Ejemplos de personajes que emplean ‘tú’: el autor al lector; las mujeres a
Dios y a la Virgen; algunas mujeres se tratan recíprocamente con este
pronombre; conversación entre marido y mujer; conversación entre hombres; la
Pobreza a la Fortuna y viceversa.
Uno de los rasgos lingüísticos que comienza a destacarse en este texto es la
pérdida de la [-d-] intervocálica en los paradigmas verbales. Específicamente las
formas que concuerdan con ‘vos’ y actúan como complemento de éste. Veamos
a continuación algunos ejemplos de este fenómeno fonológico:
127. -- ¿Non podés responder señora? p. 127 -- ¡Perdyme, cuytada, que en ora mala
‘vos’ crey! Non es esto lo que ‘vos’ me prometistes, nin lo que me jurastes; que no he
ganado el dinero quando me lo avés arrebatado, diziendo que devés y que jugastes. p.
132.
128. -- ¿Non me creés agora? Dezid, pues, sy me creés."¿Non me querés creer? p. 147.
129. -- E luego dixo ella: “¿Qué ponés ay, marido? p.152. -- ¡Guay, turbado venís de
alguna enamorada, p. 164.
130. -- ¡Ay, paso, señor, que sodes descortés! ¡Avedora vergüenza! ¿Estáys en vuestro
seso? ¡Avadora, que ‘vos miran’! ¿Non vedés que ‘vos’ veen? p. 175.
132. -- “Padre, ¿qué tenés tras estas tablas?”.“Veamos qué tenés dentro”; “Señor, ¿e
non me creés?”; “¡abrirés, mal que ‘vos’ pese! pp. 240-41.
17 Manual de Gramática Histórica Española, 1980. pp. 278-79.
123
Ana Emilia León
Cuadro No. 15
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 142 23.3%
‘Vos’ plural 5 0.8%
‘Tú’ 459 75.4%
‘Vuestra merced’ 3 0.5%
2. Grisel y Mirabella.
Juan de Flores18 compone este texto algo antes de 1495. En esta obra de
carácter sentimental, se entreteje lo fabuloso y lo mágico junto con lo trágico-
amoroso. Esta última característica se acentúa aún más, debido a la pena de
muerte que reciben Grisel y Mirabella. Esta infortunada pareja fue condenada a
la pena capital debido a que se entregaron a una libre pasión amorosa, -sexual- ,
por encima de todo convencionalismo socioreligioso de la época. Esta pareja se
sacrificó por reconocer abiertamente su amor.
Además de los múltiples cánones morales y religiosos, se observa en esta
obra un entorno eminentemente caballeresco, en el cual el signo de la nobleza
radica en el sufrimiento. El amor y el sentimentalismo convergen paralelamente
con rasgos de lo fabuloso, pero con matiz acentuado de relato de muertes y
desgracias.
‘Vos’ singular:
133…”y puesto q ‘vos’ lo acometierades:” [+nom.]. “Y ante que ‘vos’ pensastes”
[+nom.]. “en no fazer lo q a ‘vos’ da tan grande loor” [-nom.]. p. 12. Mirabella a Grisel.
134. “Y ‘vos’ senyora...” [+nom.]. p. 12. “Que tan atribulado triste y lloroso ante ‘vos’
me ponia continuo” [-nom.]. “porque yo de muy largos tiempos con trabaios muchos
‘vos’ he comprado [-nom.] y ‘vos’ no seriades [+nom.] fija del rey...” p. 13.
“mayormente conociendo tener yo la culpa y q ‘vos’ padezcays [+nom.] la pena”. p.
15. Grisel a Mirabella. [Y-Y]
135. “’Vos’ senyora merezcays [+nom.] la pena de mi culpa”. “a ‘vos’ que [+nom.] se
ha de dar la pena." p. 1. El autor a una dama. [Y-Y]
18Esta obra de Juan de Flores llega a nosotros de la reproducción en facsímil hecha por la Real
Academia Española en 1954. En el prólogo que hizo Agustín G. De Amezúa, informa que de la
edición príncipe de Grisel y Mirabella no se conoce más que un solo ejemplar, el que posee la
Biblioteca Nacional, y que ha servido para este facsímil. Todo parece indicar que se desconoce el
lugar y año de impresión. Sin embargo, muchos estudiosos proponen que la obra “salió de las
prensas de Enrique Botel en Lérida, circa 1495”. Prólogo de la obra de 1954.
124
Ana Emilia León
136. “paraque yo de ‘vos’ [+nom.] y ‘vos’ de mi [+nom.] queras nos deuamos.” p. 4.
“ni ahun ‘vos’ [+nom.] por el mio”. p. 4. “mas ‘vos’ que [+nom.] os offreceys”. p.5.
“mas ‘vos’ que [+nom.] hozays tomar aventura: ligero ‘vos’ seria [-nom.] quedar sin
ella”. p. 5. Conversación entre caballeros. [Y-Y]
137. “la qual ya ‘vos’ [+nom.] senyora teneys”. “porque de ‘vos’ [+nom.] y de vuestras
gracias me veo tan soiuzgado” p. 56. Torrellas a Braçayda. [Y-Y]
138. “Y en todas las empresas que ‘vos’ contra [+nom.] las damas tomays ventura ‘vos’
es fauorable:” [-nom.]. “la bienauenturança que Dios contra nosotras ‘vos’ dio” [-
nom.]. p.60. Braçayda a Torrellas. [Y-Y]
3. Cárcel de Amor
Hay indicios que Diego de San Pedro escribió esta obra hacia 1492, fecha de la
primera impresión19. Este escritor alcanzó fama universal en España al dar vida
a una artificiosa y trágica obra de aspecto sentimental. En este texto, el amor es
la razón sustancial del relato, lo cual termina rompiendo el equilibrio narrativo
dejando sólo el gran sentimiento amoroso como la razón primordial de las
acciones.
Los lazos sentimentales entre la dama y el caballero conforman el entorno
narrativo, puesto que el carácter de la nobleza radica en el sufrimiento. Este tipo
de obra sigue el hilo de una narración sentimental con muchas desgracias y
muertes representadas en textos contemporáneos.
La Cárcel de Amor, es una de las obras más logradas de este género de ficción
sentimental, de los últimos tiempos de la Edad Media20. En las primeras páginas
de la obra hay un tipo de correspondencia funcional como base de la
comunicación entre los dos enamorados. Sin embargo, el final se presenta con
una sola alternativa: “hay que morir para librarse de los sufrimientos
sentimentales”. Por eso Leriano muere por voluntad propia al no ser
correspondido por Laureola.
Ejemplos de ciertas fórmulas de tratamiento y sus pertinentes variantes.
‘Vos’ plural:
139. “que puesto que ‘tú’ solo y el levador de mi carta sepáis [+nom.] que escreví”
[+nom.]. p. 110. Carta de Laureola a Leriano. [X-X]
140. “mas bien sabé[i]s [+nom.] cuando el corazón está enbargado”. “mirad [+nom.]
cuántas razones hay para que sea sentenciada”. “Bien sabéis [+non.] que establecen
nuestras leyes”. “pues ya veis [+nom.] cuánto más me conviene ser llamado rey
juesto”. “Si tanto la salud de Laureola queréis [+nom] y tanto su bondad alabáis
[+nom.]”. “no’s maravilléis [+nom.] de assí no hazello”. “que no menos devéis
19 Para el cotejo de esta obra usaremos la edición de Keith Whinnon. Obras Completas II. Cárcel de
126
Ana Emilia León
[+nom.] desear la honrra del padre que la salvación de la hija. pp. 132-133. El rey al
Cardenal y a otros miembros de la corte. [X-Y]
141. “Tefeo: pues has oído las causas por que sois [+nom.] culpados tú y todos los que
opinión tan errada seguís [+nom.]”, p.160. “En verdad, Tefeo, segund lo que has oído,
tú y los que blasfemáis [+nom.] de todo linaje de mujeres sois dinos [+nom.] de castigo
justo”. “no esperando que nadie os [-nom.] lo dé, ‘vosotros’ mismos [+nom.] lo tomáis,
pues usando la malicia condenáis [+nom.] la vergüença”. p. 171. Leriano a Tefeo y sus
amigos. [X-Y]
‘Vuestra merced’:
142. “Porque de ‘vuestra merced’ [-nom.] me fue dicho que devía hazer alguna obra de
estilo”. “y tanbién acordé endereçarla a ‘vuestra merced’ [-nom.] porque la favorezca
como señor”. “De lo cual suplico a ‘vuestra merced’ [-nom.] me salve”. “Suplico a
‘vuestra merced’, [-nom.] antes que condene mi falta juzgue mi voluntad”. pp. 80-81.
“llegué aquí a Peñafiel, donde quedo besando las manos de ‘vuestra merced’” [-nom.].
p. 176. El autor dedica su obra a don Diego Hernandes. [Y-X]
‘Vosotros’21:
143. “Por bien aconsejado me tuviera de vosotros” [-nom.]. p. 132. El rey al Cardenal y
a sus caballeros. [X-Y]
145. “’vosotros’ mismos [+nom.] lo tomáis”. p. 171. Leriano a sus caballeros. [X-Y]
‘(V)os’:
146. “Todas las razones, cavalleros leales, que ‘os’ he dicho” [nom.]. p. 147.
Leriano a sus caballeros. [X-Y]
147. “no esperando que nadie ‘os’ [-nom.] lo dé”. p.171. Del (autor) emisor a las
féminas receptoras. [X-Y]
128
Ana Emilia León
dirigirse al contrapuesto homólogo. Había que tomar en cuenta el estatus social
individual en situaciones asimétricas. ¿Sería el impacto de las retóricas y el
pensamiento humanístico lo que anulaba el uso de ‘vos’ en esta obra?, ¿es el
empleo de ‘tú’ solamente un recurso estilístico humanístico?, ¿por qué la lengua
oral de bases populares no se entremezcla en este texto?
El artificio de Diego de San Pedro tuvo que haber sido afectado tanto por
las corrientes literarias como por los cánones y preceptos que se imponían
durante el Siglo de Oro. Del mismo modo hay que poner atención al influjo del
Humanismo que estaba penetrando en el entorno peninsular. Por estas razones,
hay que pensar en los cánones retóricos que debían regir las escrituras de esa
época, y el efecto desestabilizador que se perpetuaba hacia la conocida
hegemonía del uso de ‘vos’ ante ‘tú’.
Cuadro No. 17
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 0 0%
‘Vos’ plural 15 2.5%
‘Tú’ 580 95.7%
‘Vuestra merced’ 5 0.8%
‘Vosotros’ 3 0.5%
‘Os’ 3 0.5%
4. La Pasión Trobada.
Esta obra de Diego de San Pedro puede ser una de las más tempranas que el
autor habría compuesto. La edición que estamos usando en nuestro corpus es
la preparada por Dorothy S. Severin y Keith Whinnom. Es posible que este
texto sea uno de los primeros que escribió Diego de San Pedro y que lo haya
escrito por los años 70 del siglo XV (p.11)22. Aparte del interés de San Pedro
hacia la monja como destinatario de su obra, su ahínco principal era hacer
contacto con el gran público de las masas y la gente del ‘vulgo’. Son muchos los
que —erróneamente— han catalogado La Pasión Trobada como obra de
“coplero vulgar”, que gustó “a un público de lo menos exigente”. Asimismo,
algunos historiadores de la literatura castellana suelen calcar la opinión de Gili
Gaya, quien la omitió de las Obras de San Pedro por considerarla “obra de
coplero vulgar que carece de méritos literarios”.23
Ejemplos de diversas fórmulas de tratamiento que aparecen en esta obra:
22 Diego de San Pedro. Obras Completa, III. (Poesías). Edición de Dorothy S. Severin y Keith
Whinnon. 1979. Madrid: Clásicos Castalia.
23 Ibid. p. 9.
129
Ana Emilia León
‘Vos’ plural:
148. “Y cuando los vio allí (a los judíos)
Aquel Nuestro Dios tan bueno
dixo: ¿A quién buscáis? Dezi. [+nom.]
[…] “El Señor dixo: Yo so.
Ved qué es lo que queréis”. [+nom.] p. 131.
Jesús de Nazareno a sus enemigos. [X-Z]
‘Vos’ singular:
152. “porque gozemos los dos:
yo de olvidaros a ‘vos’, [-nom.]
y ‘vos’ de bien contemplar” [+nom.]. XII. p. 106.
El autor a la receptora. [Y-Y]
130
Ana Emilia León
agora so mal tractada, abatida y amenguada,
y deshonrada sin ‘vos’ [-nom.]. p. 202.
La Virgen a su hijo. [X-X]
Cuadro No. 18
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 65 35.7%
‘Vos’ plural 21 11.5%
‘Tú’ 83 45.6%
‘Vosotros’ 3 1.6%
‘Contigo’ 2 1.1%
‘Nos’ 8 4.4%
5. Coplas de la Panadera.
Aún se desconoce el autor de estas coplas, llamadas así por un estribillo popular
que en una versión aparece al comienzo y en otra se repite en cada estrofa.
Diacrónicamente esta producción está relacionada con el siglo XV, y contiene
severas críticas socioculturales y políticas de personajes involucrados en la
primera batalla de Olmedo (1446). Estas Coplas de ¡Ay panadera!, supuestamente
narradas por una mujer que seguía al ejército, relata los hechos de la
mencionada batalla de Olmedo que se efectuó entre partidarios y enemigos de
Álvaro de Luna24. Usaremos el texto que ofrece Manuel Alvar en su libro Poesía
Española Medieval25. La crítica literaria señala como rasgo sobresaliente de estas
Coplas26, la total desmitificación caballeresca.
132
Ana Emilia León
fuyendo muy a deshora,
que seis leguas en un hora
dexó tras sí la barrera”. (8). p.789. [Y-Z]
“Reprehende las ponpas y regalos de los grandes con la pobredad y pena del Señor”:
Presencia de ‘vos’:
167. “¡Ay de ‘vos’, enperadores!,[-nom.]. (Plural)
¡Ay de ‘vos’, reys poderosos!,[-nom.]. (Plural)
¡Ay de ‘vos’, grandes señores, [-nom.]. (Plural)
que con agenos sudores traes estados ponposos!” :
“¡O grandes, quan de llorar es a ‘vos’ lo del pesebre!”
[-nom.]. (Singular) 106. (1-7). p.346.
Denuncias del autor hacia los imputados. [Y-X]
Julio Rodríguez Puértolas. 1968. Fray Iñigo de Mendoza y sus ´Coplas de Vita Christi´. Madrid:
28
Gredos.
134
Ana Emilia León
¡guay de ‘vos’, Enrique el Quarto! [-nom.]. (Singular)
aunque con libertad do sentís necesidad
repartís tesoro harto, quan llexos ‘vos’ fallarán" [-nom.]. (Singular)
107. (aI). 1-6. p. 346. El autor se dirige hacia el rey de Castilla.
[Y-X]
Presencia de ‘tú’:
171a. Revelación del angel a los pastores.
“Corramos por ver siquiera aquella gente aldeana
como se turba y altera en ver nueua manera
en el ayre forma humana, diziendo con grand temor
el vno al otro temblando:” [Y-Z]
Tal como podemos observar en estas Coplas el empleo de ‘tú’ está reservado
para los actos de habla simétricos entre pastores, aunque también lo usa
“Nuestra Señora” a “Josep” su esposo: “Y tú, viejo tan honrrado, que
135
Ana Emilia León
meresçiste en el suelo ser conmigo desposado”, 250. p. 435. En contraposición,
el ángel que se les presenta a los pastores ofrece una fórmula de tratamiento
pluralizada (134). Hasta esa época, nadie ampliaba la dimensión de ‘tú’ ante un
interlocutor plural. Aparentemente, en esta composición poética, todavía no se
había fijado la forma plural de ‘vos’; tampoco se podía distinguir si ya existía
esta modalidad en su contemporaneidad. Tal vez sucedía algo similar a lo que
se observa en las obras de Diego de San Pedro.
Con respecto al uso que el autor le da a la forma singular de ‘vos’, hay que
considerar la aparición y desplazamiento de variantes de la misma forma de
tratamiento con diferente carga semántica, especialmente por su inferencia
detractora. Por consiguiente, se acentúa la función sociolingüística distintiva de
‘vos’ singular [+nom.], aunque, también su uso se desvía hacia otros campos
semánticos, como era la función dicotómica con ‘tú’. Aquél no logra desligarse
de su férreo rival, por tanto, proseguirá, −durante largo tiempo− la aversión
recíproca entre ambos.
Los grandes reajustes y el estigma que matizaban a ‘vos’ —como dijimos en
el capítulo tres—, lo convertirán en un elemento perjudicial que desintegrará su
histórico prestigio. Todo este proceso, obviamente, culminará con el
envilecimiento e irremisible desaparición de ‘vos’ en el ámbito penínsular. Por
consiguiente, este hecho se convierte en uno de los aspectos socio y
extralingüísticos que más resaltan en la sociolingüística española de los siglos
XV, XVI y XVII. Efectivamente, este fenómeno, tan poco estudiado en el
campo diacrónico del castellano, es uno de los baluartes que ha incentivado la
dinámica de este proyecto. En esas épocas, el repertorio castellano peninsular
estaba comenzando a experimentar grandes cambios, tanto a nivel
sociolingüístico como en el plano extralingüístico.
Cuadro No. 20
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 2 2%
‘Vos’ plural 21 20.6%
‘Tú’ 69 67.6%
‘Os’ 9 8.8%
‘Vuestras mercedes’ 1 1%
136
Ana Emilia León
7. [Coplas] de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre.
Jorge Manrique [1440?-1479]29, hijo de Rodrigo Manrique, murió en el asalto al
castillo de Garci-Muñoz, siguiendo el bando de Isabel frente al de Juana la
Beltraneja. El poeta escribió estas coplas en memoria de su padre, Rodrigo
Manrique, quien muriera en 1477. Además escribió Jorge Manrique poemas
amorosos y algunas Coplas a su madrastra, quien también era su cuñada.
En este análisis hemos usado la edición de Augusto Cortina. 1960. Jorge Manrique: Cancionero.
29
179. “Sin Dios, porqu’e ‘vos’ adoro; [-nom.] sin ‘vos’, pues
no me queréys; [-nom.] pues sin mí ya está de coro
que ‘vos’ soys quien me tenéys [+nom.]. [II] (glosa). p. 71.
Del autor a su enamorada. [X-X]
Ejemplo de ‘tú’:
180. “‘Tú’ que, por nuestra maldad, tomaste forma seruil
e baxo nombre; ‘tú’, que a tu diujnjdad
juntaste cosa tan vil como es el nombre; [...]. [XXXIX]. p.108.
Del Maestre a Jesús. [Y-X]
138
Ana Emilia León
Observaciones diacrónicas indican que hasta aquí se ve muy claro que ya
‘vuestra merced’ es un recurso de profunda interferencia participativa entre ‘vos’
y ‘tú’. De acuerdo con el cotejo efectuado en varias obras de los siglos XV, a
‘vos’ plural lo ha reemplazado el producto final de ‘vos’+ ‘otros’> ‘vosotros’ —
como se ha dicho anteriormente—. Cabe destacar que en esta lexicalización aún
imperan los paradigmas verbales de la forma singular de ‘vos’, por ejemplo:
“‘vosotros’ mismos lo tomáis < tomades”. (Cárcel de Amor, p.171). También se
originan los siguientes fenómenos: a) aféresis o pérdida de la [v-] inicial para
los casos no nominativos; b) pronombres con el caso régimen: acentuado
(tónico) e inacentuado (átono), de los cuales surge uno que se da
exclusivamente en los imperativos y va colocado en forma enclítica:
“acorda[os]”; c) desaparición de: “connosco” (por nosotros) y “convusco” (por
vosotros); d) pérdida de la [-d-] intervocálica en los paradigmas verbales
correspondientes a ‘vos’ singular y plural. Además, formas verbales: (-ar)
amades > amáis > amás; (-er) queredes > quereys > querés; (-ir) dezides >
dezís que se ajustan al neologismo recientemente generado conocido como
‘vosotros’.
Las explicaciones que ofrece Rafael Lapesa sobre estos reajustes indican
que: “En la morfología contendían darvos y daros, os despierta y ‘vos’ han envidia.
Las antiguas formas en -ades, -edes, -ides habían sido reemplazadas por deseáis,
esperás, tenéis, ganaréis, sojuzgarés, pornés pondréis, dormís” (Historia de la Lengua
Española: 280)30. Por consiguiente, a partir del siglo XV se acentúa un reajuste
lingüístico y morfosintáctico en el sociolenguaje hispano-peninsular. Sin
embargo, la modificación que se efectúa en el uso de las formas de tratamiento
no se detiene al finalizar esta centuria, al contrario, las fuerzas lingüísticas y
extralingüísticas que impactan la dinámica de la lengua siguen penetrando y
ejerciendo una fuerza renovadora en la misma. El castellano necesitaba nuevos
recursos que complementaran las exigencias de un lenguaje que estaba urgido
de neologismos comunicativos. Era necesario un robustecimiento que mejorara
los recursos tradicionales que conformaban el repertorio tradicional castizo del
siglo XV. Por consecuencia, la gran ayuda de formas neológicas reviste de
esplendor el sistema hispano-peninsular, que de alguna forma auspicia una
modernización del lenguaje medieval. El movimiento progresista comienza a
impulsar activamente un perfeccionamiento lingüístico a través de una
dinámica reformista y restructuradora.
30 Rafael Lapesa. 1980. Historia de la Lengua Española. Madrid: Gredos.
139
Ana Emilia León
Cuadro No. 21
‘Vos’ 7 46.7%
‘Tú’ 6 40%
‘Os’ 2 13.3%
Capítulo 5
Los manuales especializados en lingüística histórica nos indican que a finales del
siglo XV aún continuaba la producción de importantes reajustes
morfosintácticos, fonológicos y semánticos en el ámbito hispano peninsular.
Al tratar de encontrar los verdaderos motivos pertinentes que contribuyeron a
estos cambios, nos damos cuenta que su origen proviene de diferentes fuentes
socioculturales. En primer lugar, la reforma que se venía efectuando en la
lengua española peninsular, concuerda con el período de ebullición lingüística
que suscitaba una reestructuración interna. En segundo plano, hay que destacar
los cambios sociales que continuamente se forjaban en el microcosmos
peninsular. En tercer lugar, entran en acción los misteriosos recursos
extralingüísticos, que de alguna manera u otra, venían modificando los
históricos cimientos del sociolenguaje que nos ocupa.
El Humanismo
1 Cf. Avelina Carrera de la Red. 1988. El “problema de la lengua” en el humanismo renacentista español.
Valladolid. Univ. De Valladolid. p. 18.
2 A. Fontán. 1974. Humanismo Romano (Clásicos Medievales y Modernos). Barcelona.
3 José Rico Verdú. 1973. La Retórica española de los siglos XXVI y XVII. Madrid.
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para expresar cualquier pensamiento elevado. Sin embargo, a partir de esta
particularidad, se origina una bifurcación entre el redescubrimiento del latín, y
el cultivo de la lengua vulgar −en este caso el castellano medieval−. Por lo
tanto, hasta este punto podría hablarse de ‘Humanismo latino’ y ‘Humanismo
vulgar’, vistos como dos realidades absolutamente diferentes” (Carrera de la
Red: p. 18). Sobre esta polétmica, la crítica socioliteraria aportará detalles
relevantes para su entendimiento.
A continuación se ofrece un cotejo de textos seleccionados para este
estudio:
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Edad Media y, a pesar de la prevalencia de sus cánones a través de todo el
Medievo, no se pudo contener un ineludible renacer. Los ancestrales valores
empiezan a ceder ante los incalculables reajustes; se abre la preferencia hacia un
período intrínseco, que, firmemente, custodie el progreso de la humanidad.
Las fuentes de La Celestina, hipotéticamente, están ligadas Bocaccio, y a
Petrarca, por el influjo de la novela sentimental, y el sortilegio de la comedia
humanística italiana por excelencia7. Seguidamente se presenta un bosquejo
sobre el panorama sociolingüístico en el que se ven reflejadas las fórmulas de
tratamiento de este texto:
183. “Pues avés [+nom.]; de pensar, hijos, que todo me cuesta dinero, y aun mi saber,
que no lo he alcançado holgando, de lo qual fuera buen testigo su madre de Pármeno,
Dios haya su alma. Esto trabajé yo; a ‘vosotros’ [+nom.] se ‘os’ [-nom.] debe essotro.
Esto tengo yo por officio y trabajo, ‘vosotros’ [+nom.] por recreación y deleyte. Pues
así no avés ‘vosotros’ [+nom.] de aver ygual gualardón de holgar, que yo de penar”. p.
271. Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]
184. “Pero aun con todo lo que he dicho, no ‘os’ [-nom.] despidáis, si mi cadena
paresce, de sendos pares de calças de grana, que es el ábito que mejor en los mançebos
parece. […] Y si no ‘os’ [-nom.] contentardes, de vuestro daño hares”. p. 271. Celestina
a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]
185. “Si mucho enojo traes con ‘vosotros’ [+nom.] o con vuestro amo o armas, no lo
quebréys en mí, que bien sé dónde nasce esto; bien sé y barrunto de qué pie coxqueáys;
no cierto de la necesidad que tenéys de lo que pedís, ni aun por la mucha cobdicia que
lo tenéys, […] p. 272. A.XII. Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]
186. “Y no pienses con tu yra maltratarme, que justicia ay jer, como ‘vosotros’ [+nom.]
muy peynados. Déxame en mi casa con mi fortuna”. p. 273. […] “¿Qué es esto? ¿Qué
quiere decir tales amenazas en mi casa? ¿Con una oveja mansa tenés ‘vosotros’ [+nom.]
manos y braveza?” ¿Con una gallina atada? ¿Con una vieja de sesenta años? ¡Allá, allá,
con los hombres como ‘vosotros’[+nom.]”. p. 273-274. A.XII.
Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]
7 Véase Carlos Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez Puértolas e Iris M. Zavala. 1979. Historia de la
literatura española. Madrid.
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187. “¿Avés oydo lo que con aquella mi señora he passado? ¿Qué hazíades; teníades
temor? [+nom.]”. A. XII. p.267. Calisto a Pármeno y Sempronio. [X-Z]
188. “’Vosotros’, los que amáys, tomad este enxemplo, [+nom.]”. Introducción. p. 75.
El autor a los lectores. [Y-Y]
190. “¡Bendígaos Dios como lo reys y holgáys, putillos, loquillos, traviessos; en esto avía
de parar el nublado de las questioncillas que avés [+nom.] tenido; mira no derribés la
mesa!” [+nom.]. A.IX. p. 232. Celestina a Sempronio y Elicia. [Z-Z]
191. “Pues no era más menester para me llevar muerto a casa que volverse ella por mi
mala providencia. Yo me llego allá; quedáos [-nom.] ‘vosostros’ [+nom.] en este
lugar”.A.XII. p. 257. Calisto a sus criados. [X-Z]
192. “Nunca yo pensé que demás de tu voluntad, lo podiera cosa estorvar. ¡O molestas
y enojosas puertas, ruego a Dios que tal hueso ‘os’ [-nom.] como a mi da guerra, que
con la tercia parte seríades en un punto quemadas! Pues por dios, señora mía, permite
que llame a mis criados para que las quiebren”. p. 262. Calisto a sus criados. [X-Z]
193. “Pues ¿avés [+nom.] oydo lo que con aquella mi señora he pasado? ¿Qué hazíades
[+nom.]; teníades [+nom.] temor?” […], p. 267. Calisto a sus criados. [X-Z]
194. “Por cierto yo dixe a mi señora Melibea lo que en ‘vosotros’ [+ nom.] ay, y quan
seguras tenía mis espaldas con vuestra ayuda y guarda. Hijos, en mucho cargo ‘os’ [-
nom.] soy; rogad a Dios por salud, que yo ‘os’[-nom.] galardonaré más complidamente
vuestro servicio. Yd con Dios a reposar” [-nom.]. A.XII. p. 268. Calisto a sus criados.
[X-Z]
195. “¿Qué es esso, locos? ¿No ‘os’ [-nom.] mandé que no me recordássedes?” A.XIII.
p.278. Calisto a sus criados. [X-Z]
196. […] “Yd ‘vosotros’ [+nom.] a vuestras camas”. A.XIV. p. 288. Calisto a sus
criados. [X-Z]
197. […] “Assí vellacos, rufianes, ¿veníades a sombrar [+nom.] a los que no ‘os’ temen?
[-nom.]. Pues yo te juro que si esperárades [+nom.] que yo ‘os’ [-nom.] hiziera yr como
merecíades” [+nom.]. p. 324. “¿Aún tornáys? Esperadme; quiçá venís [+nom. por
lana”. A. XIX. p.326. Sosia al cojo y a otros vellacos. [Z-Z]
198. “¡O gentes que venís [+nom.] a mi dolor, o amigos y señores, ayudadme a sentir
mi pena! ¡O mi hija y mi bien todo, crueldad sería que viva yo sobre ti! Más dignos eran
mis sesenta años de la sepultura, que tus veynte. Turbóse la orden del morir con la
tristeza que te aquexava. O mis canas, salidas para aver pesar, mejor gozara de
‘vosotras’ [+nom.] la tierra que de aquellos rubios cabellos que presentes veo; […]”.
A.XXI. p. 337. Pleberio a Alisa. [X-X]
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199. […] “En esto tenés ventaja [+nom.] las hembras a los varones, que puede un gran
dolor sacaros del mundo sin lo sentir, o a lo menos perdéis [+nom.] el sentido, que es
parte del descanso”. A.XXI. p. 337. Pleberio a Alisa. [X-X]
‘Vos’ singular:
200. ¿Avés dormido [+nom.] algún rato?” p. 267. Calisto a Sempronio. [X-Z]
201. “...me dexes en la memoria los días que avés concertado [+nom.] de salir...”
A.XVII. p.311. (Forma monoptongada). Areúsa a Sosia. [Z-Z]
202. Para desculpa de lo qual todo, no sólo a 'vos', pero a quantos lo leyeren, offrezco
los siguientes metros. [-nom.]. Dedicatoria del autor a su amigo. p. 71. (Marcas
detalladas son mías). [Y-Y]
204. Calisto le dice a Sempronio: “Torpe cosa es mentir el que enseña a otro, pues que
‘tú’ te precias de loar a tu amiga Elicia”. Sempronio responde: “Haz ‘tú’ lo que bien
digo y no lo que mal hago”. p. 94. Diálogo entre Calisto y Sempronio (hay ‘tuteo’
recíproco). [X-Z] [Z-X]
205. Celestina le dice a Pármeno: “¿Qué dizes, mi honrrado Pármeno, mi hijo y más
que hijo?”. La respuesta se emite de la siguiente forma: “Digo que ¿cómo tenía essa
ventaja mi madre, pues las palabras que ella y ‘tú’ dizíades eran todas unas?”, p. 197.
Diálogo entre Celestina y Pármeno. [Z-Z]
206. Calisto le dice a Pármeno: “A buen tiempo llegamos. Párate ‘tú’, Pármeno, a ver si
es venida aquella señora por entre las puertas”. p. 257. Diálogo asimétrico con
aplicación de ‘tú’. [X-Z]
207. Melibea intercambia ‘tú’ con Calisto: “Ce, señor, ¿cómo es tu nombre? ¿Quién es
el que te mandó ay venir?” El interlocutor responde: “No tema tu merced de se descubrir
a este cativo de su gentileza, que el dulce sonido de tu habla que jamás de mis oydos se
cae, me certifica ser ‘tú’ mi señora Melibea. Yo soy tu siervo Calisto”. p. 259-260.
Coloquio simétrico entre Calisto y Melibea. [X-X]
148
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compensaran las necesidades sincrónicas del idioma. De esta manera queda
explícito que, en esta obra del siglo XV, ya se acentúa la desaparición del
tradicional ‘vos’ plural. Aparentemente, el reemplazante es el recurso
‘vosotros’, y tal vez es el comienzo de su auge. De este sociotratamiento se han
detectado 26 ejemplos de este recurso. En obras anteriores se observan muy
pocos ejemplos de esta composición de ‘vos’ + ‘alterus’ > ‘vosotros’. Para estas
acciones se presenta el uso de ‘vosotros’ con los paradigmas verbales del ya casi
extinto ‘vos’ (que había funcionado como singular y plural). En cuanto a la
presencia de ‘os’, su escasa actividad se concentra en los casos dativos y
acusativos, aunque se destaca en muy pocas ocasiones en posición enclítica con
los imperativos.
En esta “comedia humanística” escuetamente han sobrevivido algunos
rasgos medievales que debían competir con los neologismos que se venían
produciendo en la lengua. Por ejemplo, la [-d-] continúa apareciendo en formas
verbales esdrújulas, en algunas formas con desinencia: -ades: quisiéredes,
seríades, hazíades, teníades, viniéssedes, veníades, merecíades, sentiríades,
seríades, erades, auíades. Igualmente se observan formas verbales con pérdida
de la [-d-] intervocálica: conoscáys, veréys, amáys, defendáys, soys, seáys,
susuráys, soléys, calléys, servís, curays, estáys, reys, holgáys, avés, venís,
despidáys, haréys, quebréys, coxqueáys, tenéys/tenés, pedys, perdéys,
ponéysme, hagáys, queráys, traygáis, proveydas, tomáys, conocéys/conocés.
Como se puede ver, la grafía para representar el sonido semivocálico [j]
todavía no se ha fijado en [i]. De los 32 ejemplos sólo 5 aparecen con [i]
precediendo la [s] final del verbo; los otros 27 mantienen [y] como grafía
semivocálica, como resultado de la desaparición de la [-d-].
En el estudio que hizo M. Criado de Val8 sobre los verbos de La Celestina,
nos dice: “En el imperfecto es interesante la aparición de algunas formas con
desinencia -ades [...]. Es, sin duda, moda literaria, y más que arcaísmo puede
considerarse “renacentismo” (p.110). Luego en la pág. 126, bajo el apartado de
los Arcaísmos, agrega: “Hay ejemplos aislados de condicional con d
intervocálica en la desinencia: sentiríades, seríades”.
La coexistencia de este fenómeno intervocálico no está arraigada en la
totalidad de los casos; sin embargo, debido al proceso de reajuste que venía
sufriendo la lengua de esa época, consideremos estos ejemplos como
reminiscencia fonológica de un pasado muy próximo que no abandona su
dinámica histórica facilmente. No hay seguridad que la presencia de esta
ambivalencia fonológica, signifique una decoración estilística como lo dice
8 M. Criado de Val. 1955. Índice Verbal de La Celestina. R.F.E. Anejo LXIV. p. 110.
149
Ana Emilia León
Criado de Val. ¿Por qué llamar esto “moda literaria”, si la lengua estaba
experimentando grandes reajustes? Diversas formas arcaicas perduran hasta
finales del XVI, y a su vez, muestran su persistencia en coetáneos manuscritos
de la lengua escrita. Claro que se nos hace muy difícil, determinar cuándo se
disipan estas irregularidades textuales; tampoco se sabe con certeza ¿qué
intención tenían los escritores? Sin embargo, la diacronía de la lengua revela
ciertos hechos que hay que ponerle atención. Se debe tratar de dilulcidar la
extinción de algunos persistentes “arcaísmos”, puesto que éstos no se pueden
clasificar como recursos estilísticos añadidos intencionalmente por el autor de la
obra. Hay que partir primero de la evolución histórica de la lengua, y después
concederle importancia a las decoraciones estilísticas que posteriormente
interpolaban los escritores. La decoración e investidura del discurso fortifican el
progreso del arte literario.
Criado de Val, en su Índice verbal de La Celestina (p.158) añade más
información sobre la presencia de la [-d-] intervocálica. También aparecen
formas arcaicas ‘renacentistas’ de los subjuntivos, que se mezclan y alternan con
los actuales recursos [...]. Según Hansen (Gramática Histórica 243), “la [d] de
estas formas esdrújulas revela un influjo del lenguaje de las cancillerías. Luego
comenta Hansen que su “uso accidental y afectado parece confirmar esta
hipótesis”. Esta aseveración relacionada con la lengua “de las cancillerías”
ensombrece cualquier intento de dilucidar la dinámica progresista de ‘vos’,
‘vosotros’ y sus variantes. Muchos estudiosos han seguido repitiendo la misma
“resolución,” que destaca este gramático, sin detenerse a pensar que, en la
lengua surgen cambios internos, tanto en el sistema morfosintáctico como en el
fonológico. Ciertos reajustes no tienen nada que ver con el estilo político o
cancilleresco de la misión específica del texto. La forma discursiva del
documento, solamente debía trasladar el significante propio de la misión
comunicativa. No obstante, hay que reconocer la diversidad de recursos que se
utilizan en diferentes contextos lingüísticos. Sin embargo, si el lenguaje no había
evolucionado culturalmente, estos elementos arcaizantes seguirían filtrándose en
la lengua escrita.
Los sociotratamientos que se observan en La Celestina no conjugan tanta
variedad como veremos en obras posteriores; sin embargo, sobre el uso de
‘tú’ no se observan matices que quebranten su hegemonía. Este sociolecto
continuará su preponderancia hasta mediados del siglo XVI, y su afamado
contexto atesora importantes características sociolingüísticas. No obstante, toda
la complejidad de la carga semántica de ‘tú’ se había trastocado. ‘Vosotros (-as)’
es el sociotratamiento que se adueña de la vacante existente. Por consecuencia,
eran bienvenidos los grandes reajustes y neologismos de la lengua. Las metas
150
Ana Emilia León
eran producir recursos que solucionaran la necesidad vanguardista del
repertorio pertinente. Básicamente, a partir de estas décadas, los cambios no se
hacen esperar: los polarizados ‘tú’ y ‘vos’ para las ocasiones singulares, mientras
que ‘vosotros (-as)’ para los casos de plural. Hasta aquí, todavía no se observa
la presencia ni señales de actuación de ‘vuestra merced’ > ‘usted’9; no obstante,
la lexicalización de éstos comenzará a hacer su debut en la siguiente centuria.
Más adelante se hará un análisis del repertorio que aparece en La Segunda
Celestina, con el fin de efectuar un contraste sociolingüístico de los actos de
habla pertinentes.
Cuadro No. 23
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 30 7.4%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Tú’ 263 65.3%
‘Vuestra merced’ 1 0.2%
‘(Tu) merced’ 3 0.7%
‘Vosotros’ 26 6.5%
‘Os’ 39 9.7%
‘Contigo’ 39 9.7%
‘Conmigo’ 2 0.5%
Siglo XVI
1. Diálogo de la lengua de Juan de Valdés [1535].
El autor de esta obra nació en Cuenca a fines del siglo XV. Aparentemente, en
1523, Juan de Valdés formaba parte de la servidumbre de Don Diego López
Pacheco, marqués de Villena. El Diálogo se destaca como su única obra de
contenido no religioso. Este autor recibió nombramiento del emperador Carlos
V como archivero de Nápoles tras la muerte de su hermano Alfonso, quien era
uno de sus secretarios. En 1534, tras el deceso del Papa Clemente VII, Valdés
se trasladó definitivamente a Nápoles donde debía pasar los últimos años de su
vida.
Muchas obras de este autor se han perdido, sin embargo, se publicaron
algunos libros suyos después de su muerte en 1541. Desde el punto de vista
literario, el Diálogo de la lengua se considera la obra más importante de Valdés.
Este texto es un monumento de la prosa castellana del siglo XVI. Redactado
dentro de la herencia lucianesca de los diálogos, que tanto valor alcanzaron en el
Renacimiento (Diccionario de Literatura Española: 908). La situación real de la
época, coincidía con el hábito renacentista de escribir obras literarias en forma
9Vid. Ana E. León. Bosquejo diacrónico de ‘vusted’> ‘usted’ en el español del Nuevo Mundo. Actas del IV
Congreso Internacional de Historia de la lengua española. Abril, 1997. La Rioja.
151
Ana Emilia León
de diálogos. En el coloquio organizado por Valdés participan cuatro personajes
de distintas nacionalidades: dos españoles y dos italianos. Hay que destacar las
opiniones que Valdés emite acerca de ciertas inconvenencias sociolingüísticas
(sincrónicas) que venían surgiendo en su nativa lengua. Mediante la prédica,
tanto los emisores como los receptores plantean diversas inquietudes e
incertidumbres sobre algunos pormenores de la lengua castiza. Valdés suele
presentar posturas y cánones lingüísticos que van más allá de lo ortográfico,
estilístico, léxico y gramatical en general. Él trata de impartir respuestas válidas y
adecuadas sobre muchas desconcertantes inquietudes. A través de su discurso,
el autor demuestra con ahínco personal, un efectivo interés por dilucidar
algunos enigmas sociolingüísticos que ofrece su propia lengua materna.
En cuanto al uso de las fórmulas de tratamiento de este texto, se observa la
siguiente distribución comunicativa: ‘vos’ singular se manifiesta en un total de
148 veces; mientras que es inexistente la aplicación de su variante plural10. Se
esperaba que aún existiera reminiscencia del —antiguo— plural de este
tratamiento, pero ya había desaparecido en esta producción. Es interesante
destacar que el uso de ‘tú’ aparece en una sola oportunidad cuando Valdés le
dice a Marcio que emplea el ‘tú’ para dirigirse a un inferior (p. 92). En esa
época, la dinámica del uso de ‘tú’ se ve restringida debido al estigma
sociocultural que categóricamente lo marginaba. La creación de ‘vos’ + ‘otros’ >
‘vosotros’ comienza a reemplazar el vacío semántico dejado por el decadente
‘vos’ plural. En la página 34 de este trabajo se ha citado con más amplitud la
relación de inferioridad que ostentaba ‘tú’ en el siglo XVI. En cuanto a la
aplicación de ‘os’ en el texto que analizamos, el mismo aparece unas 321 veces.
Este recurso se destaca en la conversación que efectuaban los cuatro partícipes
durante el desarrollo de su coloquio.
En lo adelante veremos a través de ejemplos pertinentes, los reajustes que
se produjeron en el repertorio castellano a partir de esa época. De la misma
forma seremos testigos del surgimiento de nuevos sociolectos, o imperantes
neologismos sociolingüísticos que, a la postre enriquecerán positivamente la
lengua de Castilla. En el siguiente cuadro se ofrecen datos concretos que
ejemplifican la selección de sociolectos y otros recursos pertinentes:
10En la página 40 de este trabajo se ha presentado un bosquejo que trata sobre el reajuste
diacrónico de ‘vos’ + ‘otros’ > ‘vosotros’. La metamorfosis de estos recursos se habría
consolidado antes del siglo XVI. La lexicalización produce el conocido ‘vosotros’.
152
Ana Emilia León
Cuadro No. 24
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 148 28.8%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Os’ 321 62.6%
‘Vosotros’ 43 8.4%
‘Tú’ 1 0.2%
Da. a Do. […] Dime, suplícote, Dorida mía: ¿entiendes tú de éstas que […] p. 346.
[Y – Y]
Do. a Da. […] − ¿Y esas cosas no entiendes tú que son malas […] p. 34
[Y – Y]
Do. a Da. – Cierto, tú tienes razón, que esos remedios […]. p. 374.
[Y – Y]
Por medio del cotejo de este diálogo se han extraído datos que revelan la
primordial aplicación de ‘tú’ entre ambos partícipes. Por lo tanto, se destaca
una vez más el preferente uso de ‘tú’ humanístico en situaciones de íntima y
recíproca interacción, mientras que se acentúa el rechazo de ‘vos’ como
sociotratamiento recíproco (simétrico).
Cuadro No. 25
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 0 0%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Tú’ 107 100%
Madrid por “Críticos”, en el año 1929. Francisco Rodríguez Marín firma la introducción de la
edición.
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L. No ignoráis ‘vos’ que siempre las cosas se dicen… p. 8
L. Es lo que decís mucha verdad. Pero ‘vos’ porque no os canséis… p. 16
D. Yo ignoro metafísica, ‘vos’ Medicina… p. 25
D. A ‘vos’, si por ventura no supiérades el arte de pintar… p. 25
D. Mas con todo eso, ‘vos’ pensad que la necedad… p. 33
D. En eso yo no siento con ‘vos’, ni ‘vos’ deberíades tener… p. 47
P. De ‘vos’ sé yo, a lo menos, que de deudas… p. 1
P.… y ‘vos’ también no podéis cumplir con lo prometido… p. 26
P. ‘Vos’ luego tenéis por diversos el fin del oficio. p. 63
P…Pregúntoos: ¿tenéis ‘vos’ por mala en el discreto la confianza…p. 99
3. La lozana andaluza.
Esta obra de Francisco Delicado fue publicada anónimamente en Venecia en
1528 y, permaneció sin paternidad hasta que en 1857 la descubrió Pascual de
Gayangos12. Es el diálogo el elemento que urde la trama y, a su vez conforma la
acción central de la producción, por lo tanto se trata de una novela dialogada,
con rasgos y similitud relacionados con La Celestina. La narración es un mosaico
12 Véase José María Díez Borque. Historia de la Literatura española. Madrid. 1974.
155
Ana Emilia León
de costumbres, alegatos sobre corrupciones y, en especial la denuncia de
inmoralidades eclesiásticas (que tal vez tengan un referente común: el saco de
Roma 1527). El personaje femenino es una española que se desenvuelve en los
medios de la prostitución, alcahueterías y picardías. Delicado afirma al final de
su novela que ha escrito una “historia compuesta en retrato, el más natural que se
pudo”, paladina declaración de realismo, en verdad conseguido13.
Lingüísticamente, resaltan similares contrastes como los que se establecen
en La Celestina, puesto que en la mayoría de los actos comunicativos se usa ‘vos’
singular y sus respectivos paradigmas verbales, tales como: “Viváis vos”;
“¡muncho sabéis vos!”; “id vos”; “Salí vos”; “quiero que ‘vos’ misma se lo
pongáis”; “Ansí veáis ‘vos’ de lo que paristes”; “A ‘vos’ muchas gracias,
señora”; “Entrá ‘vos’ y mirá”; “no tenéis ‘vos’ ojo de estar Virgen”; “Abridle
‘vos’ la puerta”; “Esto no sabíedes ‘vos’”; “tenéis ‘vos’ palabra”; “Y si queréis
que esté con ‘vos’”; “Pues vení acá, que eso mismo quiero yo, que ‘vos’ estéis
comigo”; “¿Cómo lo sabéis ‘vos’?”; “Y ‘vos’, pariente ¿qué buscáis?”; “Si para
‘vos’ se hiciera”; “nos iremos tras ‘vos’”; “Vení ‘vos’ y veréis el gallo”; “‘Vos’
sois tal y haréis tales obras”, etc.
Este pronombre comunicativo ‘vos’ es el recurso tradicional que ofrece
intimidad, confianza, exiguo respeto, amistad, y sobre todo, la fórmula escogida
para trato simétrico entre grupos de la clase social llana. Por ejemplo, la Lozana
Andaluza trata de ‘vos’ a todos sus iguales e inferiores, aunque a veces les aplica
el ‘tú’. A continuación se transcriben algunos ejemplos sobre los actos de habla:
“¿Mochacho eres ‘tú’?”; “¡Dilo ‘tú’, por mi vida!”; “Va ‘tú’, Penda, […]”;
“Calla y toma, que eres necia. Vete ‘tú’ arriba […]”; “[…] el dinero en la una
mano, y en la otra el ‘tú’ m’entiendes, y ojalá fuese ansí”; “¿Por qué no le dices
‘tú’ a ese vizcaíno que me hable, […]”; “Y ‘tú’ si quieres ser hermosa,”; “¿Quién
sabe si ‘tú’ algún tiempo me habrás menester?”; “que ‘tú’ serás aún con el
tiempo cortesana”; “sino que ‘tú’ estás ciega con este vizcaíno”; “yo sé dónde
serías ‘tú’ señora,”; “Tómala ‘tú’”; “que más sé yo que no ‘tú’ ni cuantas
nacieron,”.
En cuanto a ‘vuestra merced’, se observa que su uso asimétrico es para
expresar: respeto, consideración y cortesía sociocultural:
209. “Señor, sí; que espere ‘vuestra merced’”. p. 262. (Rampín al Maestresala). [Z-Y]
13 Véase Carlos Blanco Aguinaga, et al. 1979. Historia de la Literatura española. I. Madrid. p. 233.
156
Ana Emilia León
210. “Señor, sí; todas dos empanadas que me envió ‘vuestra merced’ comí”.p. 268. (La
Lozana al valijero). [Z-Z]
211. “Mándela ‘vuestra merced’ subir, que poco le falta”. p. 284. El Canónigo a la
cortesana. [X-Y]
212. “me habían dicho que ‘vuestra merced’ estaba...” p. 285. La Lozana a la cortesana.
[Z-Y]
213. “¡Señora, no! Mire ‘vuestra merced’”. p. 295. El compañero a la Lozana. [Z-Z]
215. “[…] en este mundo sino a ‘vuestra merced’ que me tira el sangre”. p. 310. La
Lozana al Comendador. [Z-Y]
217. “Señora Lozana, ¿qué es eso? ¡Alegre viene ‘vuestra merced’!” p. 331. Trinchante a
la Lozana. [Z-Z]
218. “¿Qué buscáis, señora Lozana? ¿Hay en que pueda el hombre servir a ‘vuestra
merced’?”. p. 335. El escudero a la Lozana. [Z-Z]
219. “Qué su ‘vuestra merced tiene ciertos defectos que dicen, será vuestra merced
perder los ducados y yo mis pasos". p. 356. La Lozana al patrón. [Z-Y]
221. “Señora Lozana, ‘vustra merced’ me perdone,” p. 410. Trujillo a la Lozana. [Z-Z]
158
Ana Emilia León
Cuadro No. 27
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 339 40.6%
‘Os’ 268 32.1%
‘Vuestra merced’ 135 16.2%
‘Vuestra señoría’ 22 2.6%
‘Su merced’ 19 2.3%
‘Tú’ 52 6.2%
4. Farsas.
Diego Sánchez de Badajoz14 es autor de varias obras de teatro en el siglo XVI.
Este autor le tocó vivir un frágil equilibrio entre la nueva mentalidad renaciente
con valores paganos como modelo, valoración del dinero y lo urbano con
mentalidad moderna junto con el concepto moral de la religión católica15. En
sus Farsas se refleja el acontecer histórico y el ritmo cotidiano del vivir
renacentista español. Veamos a continuación algunas formas de tratamientos
que se expresan en esta composición:
Farsa Theologal.
223. “No se quijo, en fin, vengar
mi muger son con manzilla:
no creáis que hombre en Castilla
me supiera así sanar”. [+nom.]. 157-60.
El pastor a su interlocutor. [Z-Y]
224. “Mucho más roín sois ‘vos’. [+nom.]
He, mirá, ¿creis en Dios? [+nom.]
Si queréis, habrá a la clara [+nom.]
o andá mucho noramala". [+nom.]
244-247. El pastor al teólogo. [Z-Y]
225. “¡Ballesta! ¡Hi de roín!
No me avéis ‘vos’ de cazar. [+nom.]
887-889.
Ora ‘vos’, señor, ¿qué avéis? [+nom.]
¿De qué estáis tan espantado?". [+nom.] 905-906.
El pastor al soldado. [Z-Y]
160
Ana Emilia León
entre partícipes de la clase baja, como los pastores y los labradores usan ‘tú’
recíprocamente. No obstante, el fraile, generalmente les habla a los pastores y
labradores con la forma ‘tú’, aunque éste sólo reciba ‘vos’ de ellos (trato
asiméterico). Por lo tanto, los hablantes de menor categoría se dirigen a un
superior [Z-Y] empleando ‘vos’; mientras que los de estatus superior hacia los
inferiores aplican el estigmatizado ‘tú’ [Y-Z], tal como se observa en la situación
asimétrica descendente que corresponde al caso del fraile y el teólogo. El resto
de actos socio comunicativos en obras precedentes, se manifiesta tal como lo
hemos señalado anteriormente. La función de ‘tú’ y ‘vos’ está marcada por
estrictos parámetros en cuanto a su asignación personal, aunque la cantidad en
que se usa ‘tú’, no difiere mucho de las 75 veces que aparece su homónimo
‘vos’.
Cuadro No. 28
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 75 54.7%
‘Vos’ plural 4 2.9%
‘Tú’ 58 42.3%
5. Epistolario del III Duque de Alba, Don Fernando Alvarez de Toledo16 (1572-
1581).
Son muy pocas las formas de tratamiento que utiliza el Duque de Alba.
Sencillamente, ‘vos’ aparece con más regularidad de lo que se observa en obras
anteriores. Lamentablemente, el compendio donde se publican estas epístolas,
no ofrece otros detalles sobre la relación personal del Duque y sus destinatarios.
El Duque usa ‘vos’ hacia todos sus receptores epistolares, incluyendo su hijo;
con excepción de pocos casos de v.m. (vuestra merced), v.e. (vuestra
excelencia), etc.
162
Ana Emilia León
En este cotejo, hemos encontrado dos formas verbales de imperfecto de
subjuntivo con retención de la -d- intervocálica. Esta variación y la fecha en que
se escribe, puede considerarse como un “arcaísmo”. Se supone, que en la
segunda parte del siglo XVI ya este sistema del subjuntivo se había modificado
totalmente. De todas formas este dato es interesante debido a que nos ilustra el
arraigo de estas formas verbales en la lengua escrita. No sabemos si la lengua
oral ya la tenía eliminada, tampoco es fácil detectar cuándo se logra su total
extinción. Sin embargo, el aporte de estas epístolas para el análisis de este
trabajo, se basa en que el ‘vos’ y no el ‘tú’ era la forma de tratamiento para tratar
con respeto, distancia, y tal vez confianza. Tal es el caso que ofrece la carta del
Duque a su hijo. Es importante observar que ‘tú’ ya no se usa como tratamiento
de categoría paralela al ‘vos’. Es ‘vuestra merced’ la que sirve para tratar a un
interlocutor de más respeto que el ofrecido por ‘vos’. A todas estas formas se
anteponen los tratamientos hacia la monarquía, y de igual forma, lo que se
dirigía a la nobleza en general.
*No se ofrecerá un cuadro de estos ejemplos debido a su calidad epistolar.
164
Ana Emilia León
251. No es de los pequeños primores de corte saber, cada uno en su estado, cómo ha
de hacer la reverencia, qué tanto ha de quitar la gorra, si se levantará de la silla, o si
saldrá a la puerta, y qué se han de decir al tiempo de se hablar, para que no los noten de malos
cortesanos, o los acusen de muy groseros. A uno que meresce “merced” decirle “vos” y
al que meresce “vos” decirle “merced”, y al que meresce “ilustre” llamarle “magnífico”,
y al que meresce “magnífico” llamarle “reverendo”, y al que meresce “noble” llamarle
“virtuoso”, y al que meresce “virtuoso” llamarle “pariente y amigo”, no le va más al
que esto escribiere o dixere de condenarle por nescio o pregonarle por mal criado. /
Cuanto a lo que queréis saber de mí, es a saber, cómo se ha de saludar un hombre a
otro cuando se toparen de nuevo, sé os decir que ni lo osaría aconsejar, ni menos
determinar, porque esto esto no se alcança por escritura, sino que se ha de ver la
costumbre de la tierra. /Dexados aparte los principios por se notos y las máximas
naturales de filosofía / en todas las otras costumbres morales y rurales hemos de estar
a lo que el vulgo hace y a lo que la costumbre quiere. Por haceros placer y en algo
satisfacer, lo que yo haré será relataros aquí lo que en este caso los siglos pasados hicieron,
y lo que en nuestros tiempos se hace.
252. Acá, en esta nuestra Castilla, es cosa de espantar, y aun para se reír, las maneras y
diversidades que tienen en se saludar, así cuando se topan como cuando se despiden, y
aun cuando se llaman. Unos dicen “Dios mantenga”; otros dicen “mantengaos Dios”;
otros, “enhorabuena estéis”, y otros, “enhorabuena vais”; otros, “Dios os guarde”;
otros “Dios sea con ‘vos’”; otros, “quedaos a Dios”; otros, “vais con Dios”; otros,
“Dios os guíe”; otros, “el ángel os acompañe”; otros, “a buenasnoches”, otros, “con
vuestra merced”; otros, “guarde os Dios”; otros, “a Dios”, señores”;otros, “a Dios,
paredes”, y aún otros dicen “¿hao quién está acá?”
253. Todas estas maneras de saludar se usan solamente entre aldeanos y plebeyos y no
entre los cortesanos y hombres polidos, porque si por malos de sus pecados dixese uno
a otro en la corte “Dios mantenga” o “Dios os guarde”, le lastimarían en la honrra y le
darían una grita.18
254. El estilo de la corte es decirse unos a otros “beso las manos de vuestra merced”,
otros dicen “beso lo pies a vuestra Señoría”, otros decen “yo soy siervo y esclavo
perpetuo de vuestra casa”. / Lo que en este caso siento es que debía ser el que esto
inventó algún hombre vano y liviano, y aun mal cortesano; porque decir uno que
besará las manos a otro es mucha torpedad, y decir que le besa los pies es gran suçiedad.
1533. II. pp. 48-53.
“... porque con las manos limpiámonos las narices, con las manos limpiamos la lagaña,
con la mano nos rascamos la sarna y aun nos servimos con ellas de otra cosa que no es
para decir en la plaça. Cuanto a los pies, no podemos negar sino que por la mayor parte
andan sudados, traen largas las uñas, están llenos de callos y andan acompañados de
adrianes y aun cubiertos de polvo o cargados de lodo”. II. pp. 51-52.
...”Bien tengo yo creído que hay en las cortes de los príncipes más de diez hombres, los
cuales, aunque se ofrescen de besar los pies y manos a otros, holgarían antes de
cortárselas que no de besárselas”. II. p.52.
Guevara fue paje del hijo de los Reyes Católicos, predicador y cronista real,
inquisidor y obispo. Es por ello que debido a su experiencia en la corte se
exprese de esa manera sobre las lisonjas e insensatas reverencias que se
expresaban mutuamente los cortesanos. Sea lo que fuese, este franciscano es
uno de los pocos escritores que se preocupa por regular el exceso de errores
perpetrados en los actos comunicativos de esa época. Además, él reta y critica
los abusos que —según sus observaciones— no debían proseguir al iniciarse los
actos de habla asimétricos. Véase a continuación el cuadro que refleja los
números de actividades en el libro primero:
166
Ana Emilia León
Cuadro No. 29
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ 265 61.2%
‘Tú’ 41 9.5%
‘Vosotros’ 23 5.3%
‘Vuestra merced’ 12 2.8%
‘Vuestra Señoría’ 88 20.3%
‘Su merced’ 1 0.2%
‘Vuestra excelencia’ 1 0.2%
‘Vuestra grandeza’ 2 0.4%
Sonetos.
256. Sil. Por cierto que nos quadra bien essa octaua a mi y a ‘vos’, [-nom.] y está
para el proposito la mejor que he visto. p. 64.
257. Marido, lo que amí me parece que debéis hacer es que vendáis el puerco /
después le llevéis a vender al mercado. Agora pues -dijo el labrador- buscad sendos
costales y meteos dentro, y yo ataros he bien y echaros he en el mismo lugar donde
vosotros me echasteis a mí. pp. 53-60.
SONETO II.
263. Mis lágrimas han sido derramadas
donde le sequedad y el aspereza
dieron mal fruto dellas, y mi suerte:
168
Ana Emilia León
¡basten las que por ‘vos’ tengo lloradas;
no os venguéys más de mí con mi flaqueza;
allá os vengad, señora, con mi muerte!. p.69.
SONETO IV.
264. Escrito ‘stá’ en mi alma vuestro gesto
y quanto yo escrivir de 'vos' desseo: [-nom.]
'vos' sola lo escrivistes; yo lo leo [+nom.]
tan solo que aun de 'vos' me guardo en esto. [-nom.]
...quanto tengo confiesso yo deveros;
por 'vos' nací, por 'vos' tengo la vida, [-nom.] (2)
por 'vos' é de morir, y por 'vos' muero. pp.77-79. [-nom.]
SONETO X
265. ¡O dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y alegres quando Dios quería,
juntas estáys en la memoria mía
y con ella en mi muerte conjuradas!
¿Quién me dixera, quando las passadas
oras que'n tanto bien por ‘vos’ me vía, [-nom.]. pp. 93-95.
SONETO XXI.
266. seréys ‘vos’ solo eterno y sin segundo, [+nom.]
y por ‘vos’ inmortal quien tanto os ama. [-nom.]. pp. 120-121.
‘Vos’ Singular:
268. Dios os salve, señora hermosa. ¿Sois muda, señora, o por qué no
queréis hablar? p.125. Pandulfo a Quinicia. [Z-Z]
170
Ana Emilia León
276.... ‘Vos’ sois la bagasa y la puerca, [+nom.]
que yo soy muger tan honrada que no merecés
‘vos’ descalçar. [+nom.] p. 344. Palana a Elicia. [Z-Z]
El aspecto más interesante de esta obra es que el uso de ‘vos’ y sus variantes
sólo se presenta en las clases de más baja categoría. Por ejemplo: Celestina trata
de ‘vos’ al hombre que controla las prostitutas (Pandulfo), mientras que éste
algunas veces usa ‘tú’ y otras veces ‘vos’ ante sus interlocutores. Usualmente
este individuo usa ‘tú’ para comunicarse con las prostitutas que tiene bajo su
control (asimétrico).
El gran contraste que detectamos entre La Celestina de Fernando de Rojas y
las obras posteriores del mismo nombre, es que en la comedia “humanística”
de Rojas casi no se usa el ‘vos’ singular; los hablantes solamente usan ‘vos’ 30
veces, mientras que la presencia de ‘tú’ se observa en 263 actos comunicativos.
En cuanto a La Segunda Celestina, el uso de ‘vos’ se observa 63 veces. Sin
embargo, la aplicación de este tratamiento sobresale cuando los hablantes
aparentan ser de muy baja clase social. La impactante presencia de ‘tú’ es de 572
veces mientras que el uso de ‘vuestra merced’ es de 15 veces.
Cuando hay disparidad social, en algunos casos, el hablante que se siente
superior aunque sea de poca distinción-, se dirige a su interlocutor con el
pronombre ‘tú’: Pandulfo le dice a Palana: “No llores, amores, despecho de la
vida, que, dándome tú lo que es razón...” p.151; Palana le contesta a su vez:
Dexaos dessas rufianerías, galán, que no tengo yo toda mi vida de ser tu
esclava. Pensé en buena fe, que me vengaríades la injuria que tengo revebida a
vuestra causa, por teneros yo a ‘vos’. p.152. Esta situación es del caso oblícuo,
171
Ana Emilia León
no hay igualdad de condiciones socioculturales para usar el mismo pronombre o
tratamiento recíproco. La situación asimétrica es confusa.
Cabe destacar que en la Tercera Celestina, escrita por Sancho de Muñón
(1542) solamente aparece el uso de ‘vos’ unas 5 veces en los actos
comunicativos. Las otras fórmulas de cortesía expuestas son, en su mayoría, ‘tú’
y ‘vuestra merced’.
A continuación se explicitan ejemplos de las formas de tratamiento que se
observan en esta obra:
Cuadro No. 30
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 63 8.6%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Vosotros’ 23 3.1%
‘Tú’ 572 77.9%
‘Os’ 55 7.5%
‘Vuestra merced’ 15 2%
‘Su merced’ 6 0.8%
172
Ana Emilia León
ciego no merece el respeto que el niño le tenía, sobretodo por su edad y
situación económica.
En el Tratado Segundo, Lázaro le debe respeto al clérigo, pero cuando el
mozo reacciona por los maltratos que le ocasiona su amo, Lázaro no lo asocia
con ‘vos’ ni con ‘vuestra merced’, sino con un ‘tú’ despectivo (aunque sea en su
pensamiento): “¡Tal te la dé Dios!”. p. 115; / “Nuevas malas te dé Dios”. p.
119.
El Tratado Tercero ofrece gran variedad de fórmulas de tratamiento.
Lázaro invoca a Dios y usa ‘vos’ 4 veces; sin embargo, cuando el mozo se
dirige a su amo, el escudero (en la mayoría de los casos utiliza: ‘vuestra merced’,
y, en otras ocasiones también lo trata de ‘vos’. Sin embargo, el escudero siempre
se dirige a Lázaro usando ‘tú’. Hay algo muy interesante sobre las costumbres y
formas de saludarse las personas (en esa época), lo cual se parece mucho a lo
que nos dice fray Antonio de Guevara en una de sus epístolas (tal como se ha
señalado más arriba). Cuando el escudero le cuenta a Lázaro que tuvo que salir
de su tierra debido a un altercado que tuvo con un oficial, éste le explica por
qué los hizo: “y quise ponerle la manos porque cada vez que me topaba, me
decía: ‘Mantenga Dios a Vuestra Merced’”. Por lo que él le respondió con cierta
frase ofensiva: “‘Vos’, don villano ruin, ¿por qué no sois bien criado?” p. 149.
De acuerdo con lo que hemos dicho en el capítulo 3, al emitir este tipo de
‘vos’ ofensivo se podía insultar severamente a un interlocutor, y esto fue lo que
hizo el escudero en su tierra: “¿Y no es buena manera de saludar un hombre a
otro -dije yo- decirle que le mantenga Dios?” . Y prosigue el ofendido
escudero: “A los hombres de poca arte les dicen eso; mas a los más altos, como
yo, no les han de hablar menos de: “Beso la manos de Vuestra merced”, o por
lo menos: “Bésoos, señor, las manos, si el que habla es caballero”. p.149.
La misma preocupación sociocultural la presenta fray Antonio de Guevara;
pero resulta muy peculiar observar que el pasaje en el que Lazarillo repite casi
exactamente lo que dice el autor de las epístolas. Guevara aconseja que: “El
estilo de la Corte es decirse unos a otros ‘beso las manos de vuestra merced’”.
En la advertencia que da Guevara sobre los saludos deja muy claro: “Todas
estas maneras de saludar se usan solamente entre los aldeanos y plebeyos y no
entre los cortesanos y hombres polidos, porque si por malos de sus pecados
dixese uno a otro en la corte ‘Dios mantenga’ o ‘Dios guarde’, le lastimarán la
honrra y le darían una grita. El estilo de la Corte es decirse unos a otros “beso
las manos de ‘vuestra merced’”. (Epístolas: p.51).
A pesar de la rigidez de estas prescripciones socioculturales en cuanto a los
tratamientos que imperaban en esa época, la dinámica del lenguaje peninsular
estaba cambiando. Esto se debía en parte a múltiples causas y variaciones en el
173
Ana Emilia León
comportamiento social de los hablantes. Una de ellas eran los reajustes
extralingüísticos que sucedían en la sociedad española. Con estas modificaciones
se creaba todo un sistema nuevo de neologismos sociocomunicativos. Se nota
que hubo cambios considerables en muchos aspectos lingüísticos, pero lo que
es difícil entender son las causas directas o indirectas que provocaron este
torbellino reestructurador en la dinámica comunicativa española. Es decir, cada
vez dilucidar este enigma se hace más difícil, ya que no contamos con
documentos históricos sobre los cambios socioculturales y patrones de
comportamiento de los individuos en el plano comunicativo, en especial en este
escenario diacrónico.
Cuadro No. 31
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ diptongado 39 30.2%
‘Vuestra merced’ 21 16.3%
‘Tú’ 52 40.3%
‘Os’ 13 10%
‘Vosotros’ 2 1.6%
‘Su merced’ 1 0.8%
‘Vuestras mercedes’ 1 0.8%
Cuadro No. 32
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 12 66.7%
‘Tú’ 0 0%
‘Don’ 6 33.3%
174
Ana Emilia León
13. SOCIOTRATAMIENTOS EPISTOLARES.
281. A la Infanta Doña Catalina, mi hija. /Muy bien hicisteis en escribirme, / y así espero
que estaréis ya buena del todo. /. III. p.45. 1581.
282....A las Infantas mis hijas. / He holgado mucho de entender por vuestras cartas que
todos estéis buenos / la calentura de vuestra hermanica /Decís, vos la mayor, [+nom.] que
habían dicho ahí que habían galeras que venían de India y no se os acuerda que no son
galeras sino naos. /. XXV. 1582. p.75.
283. A la Infanta Duquesa de Saboya, mi hija. Por la mucha soledad con que me dajáis /
que os embarcásteis / Si así fuere y pudiereis, escribidme / quedé con tanta soledad de él
como de ‘vos’ [-nom.] que no lo puedo más encarecer. / XXXIX. 1585. p.92.
284....A la Infanta Duquesa de Saboya, mi hija. Al Conde de Fuentes, que conocéis, envío
para que os visite de mi parte / os dé la enhorabuena del nieto que me habéis dado y me
traiga muy buenas nuevas de ‘vos’. / [-nom.]. LIII. 1586. p. 113.
285....A la Infanta Duquesa de Saboya, mi hija. Os dejo pensar con el contentamiento que he
recibido vuestra carta del 12 de éste, pues por ella he entendido vuestro buen parto y la salud
con que quedabais y el recién nacido /Os ruego mucho que os regaléis y miréis mucho por
‘vos’. [-nom.]. CXV. 1593. p.154.
SIGLO XVII
1. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (I).
Miguel de Cervantes Saavedra [1547-1616], en 1604, próximo a cumplir los
cincuenta y siete años, compone su universalmente conocida obra en prosa Don
Quijote de la Mancha19. La primera parte se publicó en 1605, y la segunda en 1615.
La biografía del autor se puede resumir con los siguientes datos: era hijo de un
cirujano; alumno de Juan López de Hoyos, por medio de quien entra en
contacto con el Erasmismo; hacia 1569, Cervantes marcha a Italia, donde recibe
nuevas impresiones humanistas. Como soldado del Imperio, lucha en Lepanto;
el barco en que viajaba hacia España es apresado por piratas berberiscos en
1575, como consecuencia, el escritor pasará cinco años cautivo en Argel.
Liberado, y ya en España obtiene humildes empleos. Se casa; fracasa en sus
intentos de obtener autorización para emigrar a América, por lo que permanece
en España. Tras una breve estancia en Valladolid se instala en Madrid, donde
muere en 161620.
Durante muchos siglos, la crítica literaria se ha ocupado de estudiar las
obras de este famoso escritor de la época áurea española. Se han analizado
infinidades de temas relacionados con el pensamiento cervantino, pero son muy
pocas las investigaciones lingüísticas de carácter sociohistórico que se han dado
a conocer.
En esta obra, se puede observar que hay una complicidad creada; y además
un estrecho vínculo entre el autor y el lector. El singular tratamiento que
propone Cervantes de la ficción autorial impulsa su voz a ocultarse tras distintas
perspectivas narrativas. Este subterfugio en una de las características más
frecuentes de la novela moderna. Cervantes la crea y la sigue auspiciando,
puesto que su obra ha pasado a la posteridad como modelo ingénito de la
modernidad. Otro rasgo importante de su libro es el desprecio por los libros de
19 Para cotejar los datos en este trabajo, se ha escogido la edición de Luis Andrés Murillo, I.
Quinta edición, Madrid: Clásicos Castalia, 1978. Igualmente se ha trabajado la segunda parte de
esta obra con el volumen II de esta publicación.
20 Véase Historia Social de la literatura. Op. cit. más arriba.
176
Ana Emilia León
caballerías que fue precisamente una de las doctrinas promulgadas por
humanistas españoles a mediados del siglo XVI21.
Cuanto se sabe sobre la vida de Cervantes lo ha compilado la investigación
moderna, a base de hallazgos en archivos de una multitud de noticias y
documentos de tipo oficial. Tan parco fue Cervantes en depararnos noticias
personales, y tan completo el silencio de sus contemporáneos, que
necesariamente sus biógrafos han tenido que recurrir a diversos documentos
notariales, testamentos, declaraciones de residencia, etc. para esclarecer su
trayectoria.
En cuanto a los estudios lingüísticos sobre las obras de este inmortal
escritor, se encuentran los estudios que realizó Ángel Rosenblat. En su obra La
lengua del ‘Quijote’ se establenen diferentes detalles analógicos, morfosintaxis y
variantes lexicales, pero no se mencionan características importantes de los
pronombres de tratamiento que se exhiben en sus obras. Aparentemente, en
estos estudios se obvian los temas sociolingüísticos.
Cabe destacar que las ideas que nos presenta Rosenblat en su texto, antes
citado, es en gran medida, una crítica literaria de su tiempo, o de la lengua
literaria reflejada en los parámetros discursivos. A continuación se examinan
diversos recursos comunicativos que contiene el texto de Cervantes. Bajo el
mismo tenor se observará la dinámica analítica de las fórmulas de tratamiento
que acontinuación se ofrecen:
Comenzaremos este cotejo con el material de la primera parte del Quijote
(1605).
Ejemplos de ‘vos’:
286. Pues ¡voto a tal! -dijo don Quijote, ya puesto en cólera-, don hijo de puta, don
Ginesillo de Paropillo, o como os llamáis, que habéis de ir ‘vos’ solo, [+nom.] rabo
entre piernas, con toda la cadena a cuestas. I. XXII. p. 276. Don Quijote a Ginés de
Pasamonte. [Y-Z]
287.... ¡‘Vos’ sois el gato, [+nom.] y el rato, y el bellaco! I. XXII. p. 274. Don Quijote al
comisario. [Y-Y]
288....que por haber tanta diferencia de ‘sarna’ a Sarra os lo dije; pero ‘vos’ respondistes
[+nom.] muy bien. I. XXII. 164. Don Quijote al cabrero. [Y-Z]
289....Desa manera también debistes ‘vos’ [+nom.] de caer. I.16. p. 199. Pues ¿cómo
‘vos’, [+nom.] siéndolo desde tan buen señor no tenéis... siquiera algún condado? I.
XVI. p. 200. La ventera a Sancho. [Z-Z]
21 Introducción del tomo I, p. 15.
177
Ana Emilia León
290.... ¿Qué es caballero aventurero? -replicó la moza. Tan nueva sois en el mundo que
no lo sabéis ‘vos’? [+nom.]. I. XVI. p.199. Sancho a la moza. [Z-Z]
291. Pues, porque os burláis... Vení acá, señor alegre: ¿Paréceos a ‘vos’ [-
nom.][...]. Que no los he visto en mi vida, como ‘vos’ [+nom.] los habéis visto, como
villano ruin que sois, criado y nacido entre ellos. I. XX. p. 249. Don Quijote a Sancho.
[Y-Z]
292. Si ‘vos’ [+nom.] no nos decís dónde queda, imaginaremos, como ya imaginamos,
que 'vos' [+nom.] le habéis muerto. I. XXVI. p. 322. El barbero a Sancho. [Z-Z]
293. ‘Vos’ lo decís [+nom.] como discreto, y lo haréis como buen cristiano. I. XXVI. p.
325. El cura a Sancho. [Y-Z]
294....Porque nunca tengo buen rato en mi casa sino aquel que ‘vos’ estáis [+nom.]
escuchando leer. I. XXXII. p.393. La ventera a la moza. [Z-Z]
Ejemplos de ‘tú’:
296. ‘Tú’, que imitaste la llorosa vida que tuve ausente y desdeñado […]. [+nom.]. ‘Tú’,
a quien los ojos dieron la bebida de abundante licor, […]. [+nom.]. Amadís de Gaula a
don Quijote de la Mancha. Versos Preliminares de la Obra. I. p. 62. [Y-Y]
297. […] ni puede haberle donde ‘tú’ te hallares, invito vencedor, jamás vencido.
[+nom.]. Orlando Furioso a don Quijote de la Mancha. Versos Preliminares de la Obra.
I. p. 66. [Y-Y]
298. – ¡Oh ‘tú’, quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a tocar las armas del
más valeroso andante […]. [+nom.]. I. III. p. 91. Don Quijote a un arriero. [Y-Z]
299. –Encomiéndalo ‘tú’ a Dios, Sancho. [+nom.]. I. VII. p. 128. Don Quijote a
Sancho. [Y-Z]
300. Así que, Sancho amigo, no te congoje lo que a mí me da gusto. Ni querrás ‘tú’
hacer mundo nuevo. [+nom.]. I. X. p. 152. Don Quijote a Sancho. [Y-Z]
301. […] Tu vasalla soy, pero no tu esclava; […] y en tanto me estimo yo, villana y
labradora, como ‘tú’ señor y caballero. [+nom.]. I. XXVIII. p. 351-352. Dorotea a Don
Fernando. [Y-Y]
302. –No son malas filosofías ésas, como ‘tú’ dices, Sancho. [+nom.]. I. L. p. 587. El
canónigo a Sancho Panza. [Y-Z]
303. – ¡Oh flor de la caballería, que con solo un garrotazo acabaste la carrera de tus bien
gastados años! ¡Oh, honra de tu linaje, honor y gloria de toda la Mancha, y aun de todo
178
Ana Emilia León
el mundo, el cual faltando ‘tú’ en él, quedará lleno de malhechores. [-nom.]. I.LII. p.
601. Sancho a don Quijote. [Z-Y]
180
Ana Emilia León
pedestal de alta alcurnia y va quedando como forma de tratamiento para los
hablantes ‘simples’, ‘rústicos’, ‘humildes’, es decir, el vulgo, y la clase llana en
general. Mientras que ‘vos’ lo reemplaza como antídoto positivista.
A fines del siglo XV y principio del XVI, como se ha dicho antes, ‘vos’
singular toma el puesto del ultra prestigioso ‘tú’ medieval. Mientras tanto, el
‘vos’ plural desaparecía, dando paso a nuevas formas compuestas como: ‘vos’ +
‘otros’ > ‘vosotros’; y del ‘nos’ (sujeto plural) surgía ‘nos’ + ‘otros’ > ‘nosotros’.
No obstante, la lengua necesitaba otra fórmula de tratamiento para balancear la
contienda entre ‘tú’ y ‘vos’. A fin de suplir esta falla se impone ‘vuestra merced’,
la cual un siglo después quedará convertida en ‘usted’.
Sin embargo, a pesar de todos estos cambios, el ritmo modificador
continúa; a mediados del siglo XVI, ‘vos’ singular no se escapa de la dinámica
reformadora. Paradójicamente, ‘tú’ se robustece e impulsa el desplazamiento de
‘vos’, dejándolo relegado en funciones interactivas entre la clase baja. Hay otra
variante de ‘vos’ con matices mayestáticos que se arraiga por muchos años más
en el sociolenguaje de los miembros de la realeza y de la alta nobleza
(asimétrico). Como se observa anteriormente, Felipe II, hasta pocos días antes
de su muerte, en 1598, en cartas a sus hijas las trata de ‘vos’, aunque ellas no se
podían dirigir al rey (su padre) con el mismo tratamiento, sino con términos de
‘majestad’, ‘alteza’, etc. La comunicación entre ellos era: [X-x], es decir, el rey a
sus hijas; el trato de ellas era: [x-X], lo que implica casi el mismo estatus, pero
con gran diferencia por la edad, sexo y título adjudicado dentro del entorno
monárquico.
En suma, ‘vos’ singular, en la Península Ibérica, se fragmenta en diferentes
variantes antes de sucumbir definitivamente, a finales del siglo XVII. En cuanto
a los datos generales de esta primera parte del Quijote, hemos analizado bajo un
lente sociolingüístico las interacciones de los partícipes y sus apropiadas
selecciones sociocomunicativas. En general, datos adicionales de la segunda
parte de la obra que nos ocupa se incluirán en el cuadro no. 34. Sin embargo, en
todo este capítulo 5 se han analizado y cotejado textos representativos de la
lengua española peninsular, correspondiente a las últimas décadas del siglo XVI
y gran parte del XVII, con miras a obtener más información sobre la presencia
y ausencia de sociotratamientos, que de alguna manera u otra han
desestabilizado el repertorio intrínseco de la lengua castellana peninsular.
181
Ana Emilia León
Cuadro No. 33
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 340 27.1
‘Vos’ plural 127 10.1
‘Tú’ 129 10.3
‘Os’ 252 20.1
‘Vosotros’ 27 2.1
‘Vuestra merced’ singular 326 26
‘Vuestra merced’ plural 18 1.4
‘Su merced’ 8 0.6
‘Vuestra señoría’ 4 0.3
‘Vuestra cortesía’ 3 0.2
‘Vuestra grandeza’ 11 0.9
‘Vuestra excelencia’ 3 0.2
‘Vuestra reverencia’ 1 0.1
‘Vuestra magnánime persona’ 1 0.1
‘Vuestra majestad’ 1 0.1
‘Vuestra prudencia’ 1 0.1
‘Vuestra fermosura’ 2 0.2
‘Vuestra liberalidad’ 2 0.2
182
Ana Emilia León
En la primera parte aparece el ‘vos’ singular 340 veces; mientras que en la segunda se
han encontrado 107 actos con este recurso.
La apreciación del empleo de ‘vos’ plural es de 127 en la primera parte; no obstante,
paradójicamente esta misma fórmula de tratamiento no aparece en ningún acto de habla
en la segunda parte.
En cuanto a la hegemonía de ‘tú’, no se ha detectado una gran diferencia entre
ambas. En la primera parte se detectaron 129 ejemplos; de forma similar se encuentran
131, su participación en la segunda parte.
El neologismo sociocomunicativo ‘vuestra merced’, comparte similitud numérica en
ambos textos. En la primera parte, el recurso singular aparece 326 veces, mientras que
en la segunda parte aparece 279 veces. Sobre este particular no se podría reconocer una
gran diferencia entre ambas obras. La forma plural de ‘vuestra merced’ refleja similitud
en ambas producciones. Sin embargo, hay 18 casos en la primera parte y 14 referencias
comunicativas en la segunda.
En cuanto a las formas apocopadas de ‘vuesa merced’ y ‘vuesas mercedes’,
drásticamente emergen en la segunda parte: 192 casos en la primera, mientras que del
compuesto plural aparecen 15 veces.
Las referencias híbridas derivadas de ‘vuestra’ + sustantivo honorífico, se usaban
como tratamiento de respeto y cortesía hacía personas de alta dignidad o empleo. La
combinación y posterior proliferación de estos recursos ejemplifican los siguientes usos
detectados en ambos textos. Seguidamente, se indican ejemplos contextuales y
combinaciones de la combinación ‘vuestra’ + componente análogo, como se ha
indicado anteriormente:
22Según expresan los expertos en diacronía castellana, la /f-/ “empezó a perderse en la época del
español antiguo y, después de aspirarse, acabó desapareciendo delante de la mayoría de las
vocales.” Lathrop, p. 109.
“… pero los vascos, que aun hoy no aciertan a pronunciarla contribuyeron sin duda a que el
castellano reemplazar a la /f-/ por [h] aspirada o la omitiera.” Lapesa, p. 175.
183
Ana Emilia León
mejoramiento y modernización de la lengua. Por lo tanto, este recordatorio
socioliterario sirve para alertar la confluencia antagonista entre lengua oral vs
escrita.
Los siguientes postulados se han extraído de la parte II del texto que nos
ocupa, y sirven para representar la actividad sociocomunicativa que Cervantes
retrataba, como parte del repertorio de su época.
Ejemplos de ‘vos’:
304. ‘Vos,’ hermano Sancho, habéis hablado como un catedrático. [+nom.]. II. III, p.
71. Sansón Carrasco a Sancho. [Y-Z]
305. ¡No en mis días, marido! ¡Para eso, por cierto, he criado yo a mi hija! Traed ‘vos’
dinero Sancho, y el casarla dejadlo a mi cargo; […]. [+nom]. II. IV, p. 74. Teresa a
Sancho Panza. [Z-Z]
306.… que aquel caballero que vencistes no fue ni pudo ser don Quijote de la Mancha,
sino otro que se le parecía, como yo confieso y creo que ‘vos,’ aunque parecéis el
bachiller Sansón Carrasco, no los sois. [+nom.]. II. XVI, p. 145. Don Quijote a Sansón
Carrasco. [Y-Y]
307. ¡Tan en hora mala supistes ‘vos’ rebuznar, Sancho! Y ¿dónde hallastes ‘vos’ ser
bueno el nombrar la soga en casa del ahorcado?23 [+nom.]. II. XXVIII, p. 256. Don
Quijote a Sancho. [Y-Z]
308. Por cierto, buen escudero —respondió la señora—, ‘vos’ habéis dado la embajada
vuestra con todas aquellas circunstancias que las tales embajadas piden. [+nom.]. II.
XXX, p. 269. La duquesa a Sancho. [X-Z]
311. ‘Vos’ tenéis razón, Sancho. [+nom.]. II. XXXII. p. 296. La duquesa a Sancho.
[X-Z]
23 “Nótese el cambio de tratamiento, de ‘tú’ a ‘vos;’ es usual cuando se enfada con Sancho, cf. I.
20, p. 249, etc.” Esta aclaratoria aparece en el Capítulo XXVIII, II, p. 256. Este comentario
corrobora la trasformación semántica que experimentaba ‘vos’ en el siglo XVII. Entre la primera y
la segunda parte de esta obra cervantina no se observan grandes diferencias en el uso de ‘vos.’
Aparentemente, el estigma de este sociolecto seguía arraigándose en el repertorio castellano.
184
Ana Emilia León
312. –Si ‘vos’ fuérades diablo, como decís […]. [+nom]. II. XXXIV, p. 309. El duque al
individuo disfrazado de diablo. [X-Z]
313. –¿Qué decís ‘vos’ a esto, Sancho? [+nom.]. II. XXXV, p. 316. La duquesa a
Sancho. [X-Z]
314. ¡Desdichadas de nosotras las dueñas; que aunque vengamos por línea recta, de
barón en barón, del mismo Héctor el troyano, no dejarán de echarnos un ‘vos,’ nuestras
señoras, si pensasen por ello ser reinas! [+nom.]. II. XL, p. 344.
Dueñas entre sí. [Y-Y]
315. –Sancho, pues ‘vos’ queréis que se os crea lo que habéis visto en el cielo, yo quiero
que ‘vos’ me creáis a mí lo que ví en la cueva de Montesinos. [+nom.]. II. XLI, p. 355.
Don Quijote a Sancho. [Y-Z]
316. Y ‘vos,’ secretario, responded al duque mi señor y decidle que se cumplirá lo que
manda, como lo manda, sin faltar punto. [+nom.]. II. XLVII, p. 391. Sancho Panza a su
secretario. [Y-Z]
318. –A ‘vos’ y de ‘vos’ la pido. [+nom.]. II. XLVIII, p. 399. Don Quijote a la dueña.
[Y-Z]
319. El duque quiso reforzar el donaire, y dijo: –No me parece bien, señor caballero,
que habiendo recebido en este mi castillo el buen acogimiento que en él se os ha hecho,
os hayáis atrevido a llevaros tres tocadores, por lo menos […] como han hecho en el de
Tosilos mi lacayo, el que entró con ‘vos’ en batalla. [+nom]. LVII, p. 469. El duque a
don Quijote. II. [Y-Z]
Ejemplos de ‘tú’:
320. Envíame ‘tú’ algunas sartas de perlas, si se usan en esa ínsula. [+nom.]. II. LII, p. 438.
Teresa a Sancho Panza. [Y-Y]
321. ¿Es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el
morisco, tendero de tu lugar? [-nom.]. II. LIV, p. 448. Un tendero a Sancho Panza.
[Z-Z]
322. Yo, Sancho, nací para vivir muriendo, y ‘tú’ para morir comiendo. [+nom.]. II.
LIX, p. 482. Don Quijote a Sancho. [Y-Z]
323. – ¡Válgate el diablo por don Quijote de la Mancha! ¿Cómo que hasta aquí has
llegado, sin haberte muerto los infinitos palos que tienes a cuestas? ‘Tú’ eres loco, […].
[+nom.]. II. LII, p. 512. Un castellano a don Quijote. [Z-Y]
185
Ana Emilia León
324…. Por donde vengo a conocer ser verdad el refrán que ‘tú’ algunas veces sueles
decir: “No con quien naces, sino con quien paces.” [+nom.]. II. LXVIII, p. 553. Don
Quijote a Sancho. [Y-Z]
Conclusiones
Existen diversos aspectos diacrónicos en el repertorio sociolingülístico hispano
peninsular, que merecen atención por su carácter extralingüístico. Por
consiguiente, en este trabajo se ha analizado cuidadosamente la controvertida
dinámica de ‘vos’ y sus variantes. La trayectoria del recuento abarca cinco siglos,
sobre los cuales se han cotejado analíticamente las obras escogidas de cada
centuria. En el primer apartado, encontramos un sistema generalizado de ‘vos’
medieval; acompañado de una dicotomía: ‘vos’ plural y ‘vos’ singular. Todos los
matices correspondientes a estos fenómenos, están viculados, lingüísticamente,
con una época particular hasta fines del siglo XVI.
La segunda particularidad de ‘vos’ se caracteriza por la contienda que
efectuara éste y ‘tú’. Ambos contendientes, separados por su carga semántica,
aspiraban a intercambiar el máximo prestigio sociocultural. En el repertorio
sociocomunicativo de esa época se estaban llevabando a cabo grandes reajustes,
que no se adoptarán hasta siglos posteriores.
El tercer sistema de este mismo sociolecto ‘vos’, está identificado por la
histórica desvalorización sufrida en épocas anteriores. Al parecer, esto da como
resultado, la formación de una variante sociosemántica que influiría por
siempre, en detrimento de su distinguida categoría. Como se ha dicho
anteriormente, ‘vos’, anacrónicamente, fue el recurso que más cambios sufrió.
Las inesperadas contingencias que le afectarían, acabaron con su tradicional
prestigio.
El cuarto sistema, se relaciona con la cantidad de variantes morfosintácticas
que se producen de ‘vos’ [-nom.] paralelamente a sus registros originales. Este
aspecto es uno de los más complicados; aunque se han estudiado sus
conecciones con la herencia latina, sigue sin dilucidarse la oscura trayectoria
sociolingüística.
‘Tú’ ha sido el pronombre que ha existido a la par de ‘vos’ singular y plural
durante muchos siglos. El latín escrito, antes del siglo V no contaba con un
‘vos’ plural. Esta transformación se origina por razones extralingüísticas de tipo
sociopolítico como se ha señalado anteriormente. Por consiguiente, se generó la
pluralidad de ‘vos’ por la fragmentación del dominio romano a partir del siglo
V. El Imperio Romano se estaba desintegrando y existían dos emperadores en
su ámbito bifurcado: Arcadio (395-408), en el Oriente, con la capital en
Bizancio (Constantinopla), y Honorio en el Occidente (395-423) con capital en
Ráverna.1
De esta manera, ciertos pronombres de uso común, también denominados
“Power and Solidarity” como los clasifican Brown y Gilman (1960), son
producto de un hecho político que repercute en la forma de comunicación. Por
1 Véase cita de Eugenio Coseriu en la página 75.
188
Ana Emilia León
consiguiente, entre otras cosas el latín tardío influye en la lengua que se está
formando en “Hispania”. Seguidamente, el romance temprano castellano sigue
la tradición latina, tanto en el lenguaje clásico, como en el sistema comunicativo.
Por lo tanto, el castellano continúa sirviéndose de los dos tipos de ‘vos’: el
singular y el plural, hasta el siglo XVI, aproximadamente. Hay reminiscencias de
la pluralidad de ‘vos’ en [vos+alteros] > “vosotros”. Este neologismo, aunque
retiene las mismas formas verbales de su antecesor, ha servido para modernizar
el repertorio lingüístico del romance. Similar fenómeno ha acontecido con el
nominativo, acusativo y dativo ‘nos’. A éste se le une también ‘alteros’ para
conformar un recurso nuevo: “nosotros”, en vez de un sencillo ‘nos’.
Casi todas estas variantes y reformas morfosintácticas del romance
castellano temprano, se van afirmando y robusteciendo, pero el proceso de
reforma que tuvo ‘vos’ singular, fue muy distinto a sus congéneres. ‘Tú’,
siempre fue el tratamiento reservado para Dios y el rey (aproximadamente hasta
el siglo XIV); sin embargo, ‘vos’ logra desplazarlo hacia un nivel ínfimo en el
sociolenguaje medieval durante el siglo XVI y posteriores centurias.
Tal como hemos indicado en el capítulo 5, el Humanismo fue el fenómeno
extralingüístico que forjó nuevos horizontes sociolingüísticos en la lengua de
Castilla a fines del siglo XV y a principios del XVI. También influirá luego el
renacimiento, el Erasmismo y otros patrones filosóficos, sociales y culturales de
la época. Esta forma de pensamiento humanista, mediante el cultivo del latín, y
la redefinición del concepto “hombre”, también comienza a enaltecer la lengua
del “vulgo”. El romance castellano se consolida y se enaltece con los
significativos trabajos literarios que se produjeran en su entorno. Se debe hacer
referencia a estos aspectos extralingüísticos, para acercarnos a la realidad
intrínseca de ese período hispano peninsular. En el lenguaje se generan todos
los elementos necesarios para su perfeccionamiento y posterior expansión
ultramarina.
Cuando se escribe La Celestina, a finales del siglo XV, el autor
deliberadamente no incluye el pronombre ‘vos’ como forma de tratamiento, a
pesar que éste formaba parte de la lengua ‘simple’ o ‘rústica’ de la sociedad
menos privilegiada de Castilla. En cambio, el escritor crea un patrón
sociolingüístico, un poco artificial, en el cual no aparece ‘vos’ (claramente) como
forma de tratamiento popular sino ‘tú’. La alta frecuencia que se aplica en el uso
de éste, anula la realidad sociolingüística que debería existir en este texto.
Paradójicamente, se observa una mezcla de valores personales, y no se
reconocen las clases sociales de los hablantes ni de los receptores. Usan
pronombres erróneos que no les corresponden, ni por su clase social ni por su
dudosa categoría.
189
Ana Emilia León
A pesar de la clara omisión de ‘vos’ en este texto, este pronombre no
decae, al contrario se robustece y emprende la lucha hasta dejar al ‘tú’ en el más
bajo nivel sociocultural en el habla de esa época. Aunque esta sea la concepción
generalizada de la mayoría de los tratados gramaticales y filosóficos de esa
centuria, hemos tratado de dilucidar el doble uso de ‘tú’ y ‘vos’ en este
estudio. Sin embargo, la diacronía del fenómeno no nos proporciona datos
específicos que orienten técnicamente a los investigadores.
A partir del siglo XIV (aproximadamente), surge otra forma de tratamiento:
“vuestra merced”. Es ésta la que se enfrentará a ‘vos’ singular, para desplazarlo
y alejarlo de su función de pronombre de respeto y categoría noble. El
surgimiento de “vuestra merced” y la desaparición de ‘vos’, crean un vacío en el
sociolenguaje peninsular; es así como ‘tú’ entra nuevamente a reconquistar el
puesto que ostentara en siglos anteriores. Aunque éste no logró su objetivo, la
lucha antagónica continuó con mucha incertidumbre a través de todo el
territorio controlado por ‘vos’.
Posteriormente, el contrincante de ‘tú’ desaparece totalmente de la lengua
española peninsular a partir del siglo XVII. Habría que seguir analizando el
desarrollo de este proceso con más profundidad. Puesto que los textos literarios
contaminados de ficción se proponían retratar aspectos pre-concebidos por el
autor. En estas producciones no se refleja, con sinceridad, la dinámica de las
formas de tratamientos que se usaban en la misma época en que se generaba el
texto. Tal vez, el productor no le ponía atención a la lengua oral del momento.
Sin embargo, de toda esta mezcla, realidad, ficción, imitación, descripción,
etc., hemos obtenido algunos datos históricos pertinentes. Éstos solamente nos
indican que hay que seguir investigando otros tipos de recursos lingüísticos de
esa época, para entender el desarrollo sociocomunicativo que aún sigue sin
dilucidarse. Lamentablemente, cuando los manuales de gramáticas incluían un
fenómeno lingüístico (de origen popular) que caracterizaba el habla de la
sociedad de esa época, el fenómeno probablemente ya estaba empleandose en
la lengua oral.
En suma, a finales del siglo XVI, el ‘vos’ singular (peninsular) ya está en
período de extinción; excepto en la lengua ultra culta como la de la realeza y la
nobleza (voseo mayestático). Su controvertida variante, solamente la usaban
para insultarse y retarse los que se sentían ofendidos. También este sociolecto se
hizo la forma de tratamiento oficial de los estratos más bajos de la sociedad
española peninsular. Con el descubrimiento de América, el ‘vos’ singular
peninsular pasa a las comunidades del nuevo continente con las mismas
características que ostentara en su comunidad de origen; aunque su arraigo en
el nuevo entorno originó un sistema morfosintáctico y sociocultural
190
Ana Emilia León
completamente distinto a la función que anteriormente desempeñara en
España. Por lo tanto, el ‘vos’ se extingue en el ámbito hispano-peninsular, pero
sus cenizas renacen en las colonias de ultramar.
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Flores, Juan de. Grisel y Mirabella. 1945. [Esta obra de Juan de Flores llega a nosotros de la
reproducción en facsímil hecha por la Real Academia Española en 1954. En el prólogo que
hizo Agustín G. De Amezúa, informa que de la edición príncipe de Grisel y Mirabella no se
conoce más que un solo ejemplar, el que posee la Biblioteca Nacional, y que ha servido para
este facsímil. Todo parece indicar que se desconoce el lugar y año de impresión. Sin
embargo, muchos estudiosos proponen que la obra “salió de las prensas de Enrique Botel en
Lérida, circa 1495”. Prólogo de la obra de 1954].
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Index
Carlos I, 73
Nota: Números en cursiva indican cuadros. Carlos V, 150
actos comunicativos, clasificación de los, 77 Carrera de la Red, Avelina, 142
Aguilar, Jerónimo, 16 Carrillo, Alonso, 12
Alemán, Fadrique, 143 Cartas de Felipe II a sus hijas, 174–75
Alfonso XI, 107
Alonso, Amado, 47 castellano, engrandecimiento del, 24–26
Gramática Castellana, 47–48 La Celestina, 3, 141, 143–50, 150, 154, 155,
Alonsótegui, Miguel de, Tratado que muestra 157, 169–71, 185, 188
la vida miserable que padece el hombre, 57 Cervantes Saavedra, Miguel de, 175–81
Álvarez Álvarez, Manuela, Esquema de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
morfosintaxis histórica del español, 51, 70n28 Mancha (I), 3, 11, 175–81, 181, 185
Alvarez de Toledo, Fernando, Epistolario del El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
III Duque de Alba, 160–62, 162, 185 Mancha (II), 3, 181–85, 185
Alvar, Manuel, 66, 89
Morfología Histórica del Español, 50 Chatelain, Émile, 59
Poesía Española Medieval, 111, 131 Chevalier, Maxime, 167
Arcadio, 59, 187 clase llana, 20
Arcipreste de Talavera o Corbacho, 118–23, 123, clasificación de los actos comunicativos, 77,
139, 157 77
Arte grande de la Lengua Castellana, 38–39 clasificación de textos por períodos, 19–30
Arte Kastellana, 40–41 Clemente VII, 150
El Arte Poética en Romance Castellano, 166 Comedia de Calisto y Melibea, 143
Asencio, E., 153 Comedia Thebayda, 167
Auto de los Reyes Magos, 78–81, 98 Comentarios del desengañado de sí mismo, 14–15
Como un rústico labrador engañó a unos
Bello, Andrés, 45, 52 mercaderes, 167
Gramática de la lengua castellana, 45–46 [Coplas] de Don Jorge Manrique por la muerte de
Berceo, Gonzalo de su padre, 136–39, 139
El Duelo de la Virgen, 92–94, 98 Coplas de la Panadera, 131–33, 133, 139
El Libro de Alexandre, 87–89, 87n9, 98 Coplas de Vita Christi, 12, 68–69, 133–36,
Los Milagros de Nuestra Señora, 94–98, 97, 135, 139
98 Correas, Gonzalo, 42
Bergquist, M. Francille, Ibero-Romance: Arte grande de la Lengua Castellana, 38–40
Comparative Phonology and Morphology, 63–64 Arte Kastellana, 40–41
Bocaccio, 144
Brown, R., Pronouns of Power and Solidarity, Coseriu, Eugenio, 59
59–60, 187–88 Cotejo histórico de la Edad Media.
Byrne, St. Geraldine, 59 Ejemplos de: ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’,
78–98
caballeros, 20 Covarrubias, Sebastián de, Tesoro de la
Cáceres, Pla, “La evolución del tratamiento Lengua Castellana o Española, 1n1, 10, 39n6
vuestra merced,” 50–51 Criado de Val, M., Índice verbal de La
cambios sociales, sociotratamientos y, 5–9, Celestina, 149
5n1, 6n2, 29 Cuadro No. 1, 77
características de ‘vos’ / ‘tú‘, 26–30 Cuadro No. 2, 81
Cárcel de Amor, 125–28, 128, 138, 139 Cuadro No. 3, 85
206
Ana Emilia León
139, 157
sociotratamientos epistolares en misivas Marín, Francisco Marco
de, 115–17 Aproximación a la gramática española, 49–
50
Labov, William, 18 Curso de Gramática Española, 50
Lapesa, Rafael, 8, 8n10, 49, 51, 69, 71 Marqués de Santillana, 105–7, 139
Historia de la lengua española, 48, 68, 138 Martínez de Toledo, Alfonso, Arcipreste de
“Personas Gramaticales y Tratamientos Talavera o Corbacho, 123, 139
en Español,” 48, 56 Mártinez de Toledo, Alfonso, Arcipreste de
Lathrop, T. A., The Evolution of Spanish. An Talavera o Corbacho, 118–23, 123, 139, 157
Introductory Historical Grammar (Curso de Mendoza, Íñigo de, 12
gramática histórica española), 51 Coplas de Vita Christi, 12, 68–69, 133–35,
Latín Tardío – Prerromance, 61–63 135, 139
"Latín Vulgar," 58–59 Menéndez Pidal, Ramón, Manual de
Lechner, C., (V)os- (Otros): ¿Dos y el mismo Gramática Histórica Española, 66, 122
cambio? 51, 67 “Mester de Clerecía,” 89
lengua latina precedente al "Latín Vulgar," Los Milagros de Nuestra Señora, 94–98, 97, 98
58–59 monarcas, 115–17
Lenz, Rodolfo, 47 Muñón, Sancho de, La Tercera Celestina, 171
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