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EXTINCIÓN DE ‘VOS’ EN EL

ESPAÑOL PENINSULAR
Currents in Comparative Romance
Languages and Literatures

Tamara Alvarez-Detrell and Michael G. Paulson


General Editors

Vol. 187

PETER LANG
New York y Washington, D.C./Baltimore y Bern
Frankfurt y Berlin y Brussels y Vienna y Oxford
Ana Emilia León

EXTINCIÓN DE ‘VOS’ EN EL
ESPAÑOL PENINSULAR

PETER LANG
New York y Washington, D.C./Baltimore y Bern
Frankfurt y Berlin y Brussels y Vienna y Oxford
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
León, Ana Emilia.
Extinción de ‘vos’ en el español peninsular / Ana Emilia León.
p. cm. — (Currents in comparative Romance languages and literatures; v. 187)
Includes bibliographical references and index.
1. Vos (The Spanish word). 2. Spanish language—Address, Forms of.
3. Spanish language—Obsolete words. I. Title.
PC4599.V6L46 465’.55—dc22 2010053643
ISBN 978-1-4331-1335-2
ISSN 0893-5963

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Printed in Germany
 
 

A la memoria de mis padres:


Alberto M. León y Ana Teresa Luporsi.
A mi querido hijo
Jesús Alberto Strauss.
 
 

Agradecimientos
Expreso mi más profundo agradecimiento a quienes me facilitaron libros,
me ofrecieron su ayuda y, leyeron la primera versión de estas
páginas.

Dra. Luisa López Grigera, Dr. Carlos Alberto Solé, Dra. Yolanda Solé, Dra.
Beatriz Varela, David y Erica Taylor, Dra. Elizabeth Díaz, Dra. Ana Pérez-
Gabriel, Dra. Flor María Rodríguez-Arenas, Dra. Mayra Capriles, Dr. Óscar
Perea Rodríguez, Jesús Antonio Muñiz y Juan Alonzo Soto.
 
 
Índice
Prólogo xiii
Introducción 1

Capítulo 1 5

Diacronía de ‘vos’ / ‘tú’ 9


Sociolingüística histórica de ‘vos’ 17
Clasificación de textos por períodos 19
Símbolos que identifican el posible estatus social del partícipe
ante su respectivo receptor 20
Sociolectos relacionados con este estudio 22
Dinámica histórica del sociotratamiento ‘vos’ 23
Fortalecimiento del español desde la época del Humanismo 24
Características de ‘vos’ / ‘tú’ 26

Capítulo 2 31

Revisión bibliográfica 32
Gramática de la lengua castellana (Siglo XV) 34
Diálogo de la lengua (Siglo XVI) 35
Gramática Castellana (Siglo XVI) 36
Gramática de la lengua vulgar de España (Siglo XVI) 37
Arte grande de la Lengua Castellana (Siglo XVII) 38
Arte Kastellana (Siglo XVII) 40
Fundamento del vigor y elegancia
de la Lengua Castellana (Siglo XVIII) 42
Nueva Gramática de la lengua Española 44
Andrés Bello y Rufino J. Cuervo 45
Rodolfo Lenz, Amado Alonso y Pedro Henríquez Urena 47
Tratados lingüísticos contemporáneos 48
Siglo XXI 53
Bases teóricas sobre la extinción de ‘vos’ / ‘tú’ peninsular 55
Diacronía de ‘vos’ 58
Lengua latina precedente al “Latín Vulgar” 58
Latín Tardío – Prerromance 61
Ibero-Romance 64

Capítulo 3 73

Impacto sociolingüístico-histórico de ‘vos’ y sus variantes contemporáneas 74


Clasificación de los actos comunicativos de: ‘vos’, ‘tú’, y ‘vuestra merced’ 77
Cuadro No. 1 77

I. Cotejo histórico de la Edad Media. Ejemplos de: ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’ 78
x
Ana Emilia León 
 
1. Auto de los Reyes Magos 78
Cuadro No. 2 81

2. Poema de Mío Cid 81


Cuadro No. 3 85

3. Poema de Fernán González 85


Cuadro No. 4 87

4. El Libro de Alexandre 87
Cuadro No. 5 89

5. El Libro de Apolonio 89
Cuadro No. 6 91

6. El Duelo de la Virgen 92
Cuadro No. 7 94

7. Los Milagros de Nuestra Señora 94


Cuadro No. 8 (a, b, c) 97
Cuadro No. 8 (d) 98

8. Recuento (Cuadro No. 9) 98

Capítulo 4 99

Siglo XIV 101

1. Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio 101


Cuadro No. 10 (a) 103
Cuadro No. 10 (b) 104
Cuadro No. 10 (c) 105

2. Versos del Marqués de Santillana 105


Cuadro No. 11 107

3. Libro de buen amor 107


Cuadro No. 12 (a) 109
Cuadro No. 12 (b) 111

4. Danza de la muerte 111


Cuadro No. 13 112

5. Rimado de Palacio 113


Cuadro No. 14 115

6. Sociotratamientos Epistolares en misivas de don Juan Manuel


a monarcas y miembros de la nobleza 115
xi
Ana Emilia León
 
Siglo XV 118

1. Arcipreste de Talavera o Corbacho 118


Cuadro No. 15 123

2. Grisel y Mirabella 123


Cuadro No. 16 125

3. Cárcel de Amor 125


Cuadro No. 17 128

4. La Passión Trobada 128


Cuadro No. 18 131

5. Coplas de la Panadera 131


Cuadro No. 19 133

6. Coplas de Vita Christi 133


Cuadro No. 20 135

7. [Coplas] de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre 136


Cuadro No. 21 139
Cuadro No. 22 (Resumen de textos) 139

Capítulo 5 141

El Humanismo 141

Obras producidas a finales del siglo XV 143

1. La Celestina 143
Cuadro No. 23 150

Siglo XVI 150

1. Diálogo de la lengua de Juan de Valdés 150


Cuadro No. 24 152

2. Diálogos de diferentes materias escritos por Damasio de Frías 152


a. Diálogo del amor 152
Cuadro No. 25 153

b. Diálogo de la discreción 153


Cuadro No. 26 154

3. La lozana andaluza 154


Cuadro No. 27 158

 
 
xii
Ana Emilia León 
 
4. Farsas 158
Cuadro No. 28 160

Sociotratamientos Epistolares (Diversos) 160

5. Epistolario del III Duque de Alba 160

6. Libro Primero de las Epístolas familiares de Fray Antonio de Guevara 162


Cuadro No. 29 166

7. El Arte Poética en Romance Castellano 166


*No se ofrecerá un cuadro debido a la calidad de estas muestras.

8. Cuentos españoles del siglo XVI 167

9. Obras de Garcilaso de la Vega 167

10. Segunda Celestina 169


Cuadro No. 30 171

11. La vida de Lazarillo de Tormes 171


Cuadro No. 31 173

12. Segunda parte de Lazarillo de Tormes 173


Cuadro No. 32 173

13. Sociotratamientos Epistolares 174


a) Cartas de Felipe II a sus hijas 174

Siglo XVII 175

1. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (I) 175


Cuadro No. 33 181

2. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (II) 181


Cuadro No. 34 185
Cuadro No. 35 (Resumen de textos) 185

Conclusiones 187

Bibliografía 191

Índice de cuadros y terminología 205


 

Extinción de ‘vos’ en el español peninsular

Prólogo
El libro Extinción de ‘vos’ en el español peninsular de Ana Emilia León, tiene el
mérito de analizar un aspecto poco estudiado de las formas de tratamiento en el
español peninsular. Los usos, variantes y reajustes de los pronombres ‘tú’, ‘vos’
y ‘vuestra merced’ para dirigirse a un interlocutor singular los estudia la autora
en la lengua escrita, que, a falta de grabaciones orales, es la única fuente
disponible. Selecciona ella los textos más apropiados para extraer información
sobre las causas del desplazamiento de ‘vos’ por ‘tú’, y de los cambios que han
experimentado las formas de cortesía en el español peninsular desde el siglo XII
hasta el XVII. La elección de las obras sigue un orden cronológico y comienza
con una revisión de las gramáticas y tratados lingüísticos, para continuar con la
producción literaria y las cartas. Cada texto estudiado lleva una observación
detallada de los diferentes niveles de la sociedad española, según la época: la
realeza, los nobles y el alto clero representan la clase social más elevada; los
caballeros, hidalgos, comerciantes, intelectuales y clero en general, la clase
media; y la más baja la constituyen los pecheros, vasallos y campesinos.
Asimismo, en cada forma de tratamiento citada se indica si el pronombre se
encuentra en caso nominativo o en caso objetivo, es decir, en acusativo, dativo
o ablativo. También se incluye el número de veces que en cada obra se usan el
‘tú’ y el ‘vos’ singular, el ‘vos’ plural y ‘vuestra merced’. Los textos de
dialectología se refieren al ‘voseo’, es decir, al empleo de ‘vos’ en lugar de ‘tú’,
como el fenómeno morfosintáctico que más diferencia al español americano del
peninsular. Si bien es cierto que el ‘voseo’ no domina en todos los países
hispanoamericanos, no cabe duda de que la extinción del ‘vos’ singular en
España y su adopción con variantes en Argentina, Uruguay, Paraguay y América
Central, excepto Panamá, es un rasgo diferenciador característico e
importantísimo de los dos dialectos del español. En realidad, se podría añadir
que el pronombre ‘vosotros’ y su segunda persona plural del verbo, así como las
formas ‘os’ y ‘vuestro’, han desaparecido del español hispanoamericano, del
andaluz y del canario. Cabe destacar que la terminación de la segunda persona
plural del verbo se emplea en el occidente de Andalucía con el pronombre
‘ustedes’. Aunque este libro no trata del ‘voseo americano’, su autora apunta que
este fenómeno tiene sus orígenes en los primeros años de la conquista y la
colonización subsiguiente.
La coexistencia de ‘vos’ y ‘tú’ en España durante la Edad Media y los Siglos
de Oro fue, en parte, la circunstancia necesaria para que se produjeran tanto las
xiv
Ana Emilia León 
 
interferencias entre los dos tratamientos (conflicto entre ‘voseo’ y ‘tuteo’), como
las distintas soluciones adoptadas. Efectivamente, hasta el siglo XVI ‘vos’ era el
tratamiento de nobleza y distinción de mayor frecuencia, mientras que ‘tú’ era la
forma usada para dirigirse a los de rango inferior. La explicación de la
distribución geográfica del ‘voseo americano’ se halla en la lejanía de las cortes
virreinales: en las regiones más apartadas se impuso el ‘vos’, mientras que en los
territorios cuyo comercio con España era más frecuente se adoptó el ‘tú’. Al
estudiante cuya lengua materna (la inglesa, por ejemplo) no distingue entre una
forma de tratamiento formal o de respeto y otra informal o de intimidad, por lo
tanto, le cuesta mucho trabajo comprender la fórmula de tratamiento ‘usted’ en
oposición al ‘tú’ o al ‘vos’. En el plural, el ‘ustedes’ es la única forma en el
español de América y en el de Andalucía y Canarias, no obstante, en España
existe la forma familiar ‘vosotros’, ‘vosotras’. Parece ser que lo más difícil de
entender es el tratamiento de ‘tú’ para las deidades, que se documenta en la
lengua de Castilla desde el Poema de Mío Cid. Los textos de lingüística, así como
el de Ana Emilia León, citan ejemplos de las oraciones dirigidas a Dios y a la
Virgen por el Cid y por su esposa Ximena, en los cuales se emplea el
pronombre ‘tú’. Esta costumbre se mantiene en las plegarias principales del
catolicismo, como el Padre Nuestro, el Ave María y la Salve María. La dificultad y
la confusión aumentan en la lengua devocional impresa en la propia Edad
Media, así como en la época contemporánea, se usa el ‘vos’ singular con la
desinencia plural del verbo para dirigirse a Dios, Jesús, la Virgen y los santos.
De ahí que en el libro que prologamos se repita que ‘vos’ era la fórmula para
dirigirse a un interlocutor de mucho respeto y consideración y para rezarle a
Dios y a la Virgen. ‘Tú’ era el tratamiento pronominal para hablar con los
inferiores, aunque, según se ha expuesto, se usaba también para las divinidades.
Con el propósito de analizar esta contienda entre ‘tú’ y ‘vos’ y la dicotomía
‘vos’ plural y ‘vos’ singular, comienza Ana Emilia León, con el estudio de las
gramáticas desde el siglo XV hasta el XX. De la primera gramática en lengua
romance (1492), la de Elio Antonio de Nebrija, nos señala la profesora León
que el filólogo y profesor salmantino al clasificar el pronombre y las personas
del verbo, sitúa la fórmula de tratamiento ‘vos’ singular al lado de ‘tú’, sin
establecer ninguna regla sociolingüística que corresponda al régimen y uso
individual de estos pronombres personales en los actos comunicativos.
Continúa la autora con detallados comentarios sobre la obra de Juan de Valdés
(1535), las gramáticas de Villalón (1558), Gonzalo Correas (1626), Gregorio
Garcés (1791), la de la Real Academia Española (1931), los trabajos de Andrés
Bello y Rufino J. Cuervo (1847), Rafael Lapesa (1970), Marcos Marín (1975),
Vicente García de Diego (1981), Manuel Alvar y Bernard Pottier (1983), Hernán
xv
Ana Emilia León
 
Urrutia Cárdenas y Manuela Álvarez (1983), Érica García et al (1990), T. A.
Lathrop (1984), Paul M. Lloyd (1987), Alicia Helda (et al) 1989, y Federico
Hanssen (1913).
Se recomienda la lectura de las interesantes reflexiones sobre estos textos
que nos ofrece la profesora León; sin embargo, con el fin de no extender
demasiado este prólogo, nos limitamos a exponer dos datos que nos parecen
fundamentales para establecer los patrones extralingüísticos que regían los actos
comunicativos durante los siglos XVI y XVII. El primer dato es la ausencia de
‘vos’ singular en las gramáticas de Villalón y Correas, y las restricciones
sociolingüísticas que este último autor expone sobre el uso y selección de
algunos pronombres personales (‘vuestra merced’, ‘vos’, ‘tú’). Tal omisión del
pronombre ‘vos’ singular se repite en la edición reformada de la gramática de la
Real Academia Española del año 1931, que, inusitadamente, es una de las pocas
gramáticas que aún registra ‘vos’ como plural. Este dato ha de ser considerado
como anacronismo en el texto gramatical de Andrés Bello y Rufino J. Cuervo.
Por tanto, el ‘vos’ singular del castellano peninsular fue perdiendo prestigio,
mientras que ‘tú’ y ‘vuestra merced’ se adueñaban de su campo. Así se inicia la
decadencia semántica de ‘vos’ y el origen de su extinción. El vacío que iba
dejando ‘vos’ lo llenó el ‘tú’ para el trato de confianza, mientras que ‘vuestra
merced’, evolucionando en ‘usted’, se apoderaba del tratamiento de respeto.
El mismo cuidado que ha expuesto la autora de este libro para estudiar las
gramáticas, se lo aplica ella al análisis de las obras literarias y epistolares. De
acuerdo con las distintas formas de tratamiento que usan los hablantes para
comunicarse en el Poema de Mío Cid y el Poema de Fernán González, se hace
evidente que ya comienza a aparecer un “nuevo orden” de estratificación social.
Los que carecen de nobleza, o ‘los de abajo’, nos dice Ana E. León, van
presentándose en el escenario sociopolítico hasta formar la burguesía. Rodrigo
Díaz de Vivar pertenece a la clase de infanzones o pequeños nobles, que en esa
época todavía continuaban ligados personalmente a un tipo de economía
velicaría. La hostilidad entre infanzones y aristócratas, aún obvia en el Poema de
Mío Cid, representa el momento histórico de los acontecimientos. Es decir, los
infanzones luchan por el ascenso social, mientras que los segundos defienden el
círculo cerrado de sus privilegios de clase. En el Poema de Fernán González
también resaltan estas diferencias sociales, pues los infanzones no eran iguales a
los caballeros o a los aristócratas de la nobleza alta. Según estas dos obras y la
otras que examina Ana Emilia León (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio, El
duelo de la Virgen, Los milagros de Nuestra Señora), en la Edad Media, y
especialmente en el siglo XIII, el castellano contaba con tres formas de
tratamiento para la segunda persona: ‘vos’ / ‘tú’ para el singular y ‘vos’ plural

 
 
xvi
Ana Emilia León 
 
para más de un receptor. Sólo los reyes y la nobleza alta recibían ‘tú’ como
tratamiento mayestático, y desde luego, Dios, la Virgen y los Santos. Este tipo
de fragmentación inicia la desaparición de ‘vos’ plural y la creación de un nuevo
tratamiento para el plural: ‘vos’ + ‘otros’.
De acuerdo con el análisis efectuado en las obras seleccionadas de los siglos
XIV, XV y XVI, nos señala Ana E. León, que ya no existen solamente ‘vos’ y
‘tú’, sino también se gestaba la creación de una nueva fórmula de tratamiento:
‘vuestra merced’. El ‘vos’ plural viene siendo reemplazado por ‘vosotros’, el cual
ha mantenido los paradigmas verbales correspondientes a su fuente de origen: el
‘vos’. Se originan así mismo otros fenómenos tales como la pérdida de la /v-/
inicial para los casos no nominativos; desaparición de ‘convusco’ y el reemplazo
de las antiguas formas terminadas en –ades, -edes, -ides por las actuales –áis, -as,
-éis, -és, -ís. Por consiguiente, el ‘tú’ es la forma de tratamiento que prevalece en
la mayoría de los actos comunicativos a partir del siglo XV, y el código que
avanzaba con más prestigio y con mayor frecuencia en el ámbito peninsular.
El último texto literario en cuyas páginas se estudian las formas de cortesía
es Don Quijote de la Mancha. En la obra maestra de Miguel de Cervantes se
observa que, a principios del siglo XVII, aparece reflejado un descenso
sociolingüístico del uso de ‘vos’ singular. Una gran variedad de personajes que
aparecen en el Quijote se tutean, a pesar del estatus social y del uso comunicativo
que debían emplear. Don Quijote trata a Sancho de ‘tú’, pero cuando se
enfurece o se siente ofendido, reemplaza inmediatamente el ‘tú’ por un ‘vos’
agresivo. Algo muy semejante sucede en el español contemporáneo de América,
en el cual al tratar con los niños se sustituye el ‘tú’ por el ‘usted’ cuando el padre
o la madre se enoja con el hijo o la hija. Es decir, los textos de lengua escrita
han revelado a la profesora León que el ‘vos’ singular entra en un período de
extinción a mediados del siglo XVI. Aproximadamente a partir del siglo XIV
deviene otra forma de tratamiento: ‘vuestra merced’, que se enfrentaría a ‘vos’
singular para desplazarlo y alejarlo de su función de pronombre de respeto y
categoría noble. El surgimiento de ‘vuestra merced’, y la desaparición de ‘vos’ le
abren el paso al ‘tú’, que resulta ser el vencedor de la larga rivalidad entre los
dos tratamientos sociales.
En el español de hoy, los tratamientos de cortesía cambian según la
geografía. En España el ‘tú’ está invadiendo el campo del ‘usted’, al extremo de
que hay regiones casi completamente tuteantes. Costa Rica y Guatemala, antes
países en los que predominaba el ‘vos’ como forma familiar, se han visto
invadidos por el ‘tú’, de uso común en las telenovelas mexicanas y venezolanas.
Y esto sin comentar sobre la pugna que existe entre el ‘tú’ y el ‘usted’ o entre el
‘vos’ y el ‘usted’ en otras naciones como Chile y El Salvador. Además, conviene
xvii
Ana Emilia León
 
destacar que en otras lenguas modernas tienen lugar semejantes cambios y
reajustes en las formas de tratamientos. En la lengua inglesa, por ejemplo, y
precisamente en el siglo XVI, se llevó a cabo la eliminación de las formas
familiares del singular ‘thou’, ‘thy’, ‘thee’ y el reemplazo de ‘ye’ por ‘you’. Este
último se convirtió en el único pronombre de segunda persona sin tener en
cuenta ni el número, ni el nivel social del interlocutor, ni la intimidad o
solidaridad entre los interlocutores. Estimo, pues, que la investigación realizada
por Ana E. León constituye una labor ardua y fructífera. El no haber podido
comprobar las verdaderas causas y las variantes sociolingüísticas que produjeron
el reajuste en las formas de tratamiento, no afecta en nada el genuino valor de
este libro.

Beatriz Valera, Ph. D


University of New Orleans
Professor Emeritus
Académica de Número
Academia Norteamericana
de la Lengua Española

 
 
 

Introducción
El propósito de este análisis diacrónico es tratar de dilucidar numerosos
aspectos sociolingüísticos que anteceden el auge y ocaso de ‘vos’ en la Península
Ibérica. De la misma manera, se hace un intento de esclarecer el conjunto de
causas extralingüísticas que, de una u otra forma, desestabilizaron la carga
semántica del sociolecto destacado, señalando el impacto que causó la
adversaria coexistencia entre: ‘vos’1, ‘tú’ y el posterior arribo de ‘vuestra
merced’>‘usted’. Se anticipa que en esta indagación se tratarán de aclarar las
causas y consecuencias que generaron este histórico y anárquico reajuste
sociocomunicativo.
Se ha seleccionado al polémico ‘vos’ como fuente de estudio de este
compromiso, debido a su controvertible trayectoria que se manifestó durante
varios siglos. Cabe destacar que, durante más de seis centurias ‘vos’ había
permanecido muy activo como recurso hegemónico en el romance castellano.
Sin embargo, alrededor de las últimas décadas del siglo XVI, este
sociotratamiento comenzó a experimentar un enigmático debilitamiento, que
posteriormente lo impulsó a su total extinción. En cuanto a todos estos
irresolutos fenómenos, aún no se han podido detectar las recónditas fuerzas
extralingüísticas que intervinieron en los polémicos reajustes que sufrió el
repertorio castellano de esa época.
Mientras ‘vos’ se debilitaba en su entorno peninsular, una variedad de
recursos análogos afloraron al unísono en la misma comunidad hablante.
Afortunadamente, esta afluencia de fórmulas alternativas sirvió para enriquecer
e impulsar la modernización del castellano. En consecuencia, la gran diversidad
de elementos discursivos con funciones sociocomunicativas, que auspiciaban un
ambiente anárquico siguió creando un profundo antagonismo y una férrea
rivalidad entre sus congéneres. Aunque este estudio se haya sustentado con los
exiguos ejemplos que se extrajeron de diversos textos, el enfoque principal se

                                                            
1 Del latín vos, pronombre personal. Forma de segunda persona singular o plural y m. o f.
empleada como tratamiento. Lleva preposición en los casos oblicuos y exige verbo en plural, pero
concierta en singular con el adjetivo aplicado a la persona a quien se dirige. […]. DRAE. 2001, p.
1574.
Según el Diccionario de Autoridades (1726-1739) ‘vos’ presenta diferentes acepciones: a) s. m.
Pronombre, lo mismo que vosotros. Lat. Vos.; b) Vos. Se usa también hablando con personas de
gran dignidad, como tratamiento de respeto […]; c) Vos. Se usa asimismo como tratamiento que
dan los superiores a los inferiores. Lat. Vos., p. 522. En el Tesoro de la Lengua Castellana o Española
de Sebastián de Covarrubias [1611] aparece el siguiente señalamiento: “Vos. Pronombre primitivo,
de la segunda persona del plural, aunque usamos dél, en singular, y no todas veces es bien
recibido, con ser en latín término honesto y común a todos”[…]. p. 972.
2
Ana Emilia León 
 
halla en la dinámica diacrónica de estos incipientes recursos y sus temáticas
respectivas.
En el primer capítulo se explicita la distribución reglamentaria de los
postulados sociohistóricos en los que se cimenta esta investigación; así como se
hace un compendio de los patrones sociolingüísticos, y de la diversidad de
matices desplegados por las fórmulas de tratamiento respectivas. Igualmente, se
revisan las causas y las consecuencias que avivaron la hipotética contienda entre
los emergentes neologismos castellanos, durante esas centurias. Del mismo
modo, se analizan los recursos más destacados que, en etapas posteriores,
nutrieron los cimientos comunicativos para neutralizar las paradójicas
insuficiencias sociolingüísticas que presentaba la lengua de esa época. Es por
ello que se seleccionaron diversos documentos históricos para estructurar el
corpus de esta investigación; estos tratados gramaticales y textos literarios
ofrecen exiguos pero importantes ejemplos sociocomunicativos sobre el
memorable cambio semántico que sufrió ‘vos’ antes de su inexorable extinción.
En el segundo capítulo, se ha organizado un recuento bibliográfico con el
fin de mostrar los preceptos y cánones que regían el uso y el abuso de las
fórmulas de tratamiento en cada época. Del mismo modo, se analizan algunos
manuales gramaticales y diversos tratados lingüísticos que presentan enfoques
temáticos afines. Estos textos han sido de gran utilidad porque han permitido
encontrar algunos datos valiosos para efectuar un recuento analítico sobre el
acontecer diacrónico de las fórmulas de tratamiento; textos que a su vez,
ayudaron a interpretar las causas que, misteriosamente intervinieron en el auge,
decadencia y extinción de ‘vos’ en la Península Ibérica, a partir del siglo XVI.
En el capítulo tercero, se cotejan diferentes obras medievales con el
propósito de detectar el mencionado reajuste histórico y sociolingüístico de
‘vos’ y sus homólogos. Esta sección incluye el Poema de Mío Cid y otras obras
tempranas; en estos textos se observan relaciones importantes que conectan la
alta o baja frecuencia que se registraba entre ‘vos’ y su rival ‘tú’. Esas
correspondencias destacan características significativas sobre la dinámica
sociolingüística que modificaba el repertorio. De la minuciosa revisión
diacrónica que se efectuó en la confrontación, se han manifestado algunos
matices perjudiciales que perturbaban el tradicional funcionamiento de ‘vos’ y
sus variantes en esos siglos.
Así, se observa que en la lengua escrita del Medievo existe el empleo de un
‘vos’ mayestático; pero también se descubre que este sociotratamiento ya
comenzaba a bifurcarse, con la característica evidente de que una de las
variantes del pronombre se empleaba como tratamiento despectivo e
irreverente. Mientras que esto le sucedía a ‘vos’, había un indiscutible progreso
3
Ana Emilia León
 
en la función de su rival ‘tú’. Innumerables datos históricos se hacen evidentes
en los cuadros que acompañan a cada uno de los textos que se analizaron. Este
recuento sociohistórico de la comunicación que en realidad sucedió, posee
parámetros que son muy difíciles de detectar; ya que no aparece con exactitud la
fecha de publicación de la mayoría de las obras estudiadas. De ahí que
seguramente, haya otros recursos elusivos de esa época que sigan pasando
desapercibidos, pero que la diacronía se encargará de esclarecer.
En el capítulo cuarto se proporcionan modelos de la rivalidad y
discrepancias generadas entre la lucha de ‘vos’ y ‘tú’. Fundamentalmente, se
buscan los parámetros de mayor prestigio lingüísticos que se destacaron durante
los siglos XIV y XV. Para el estudio de este capítulo, se cotejaron tres grupos
de textos: seis creaciones de la época medieval; siete producciones del siglo XV;
y diversos ejemplos de sociotratamientos epistolares extraídos de misivas
intercambiadas entre la realeza y la alta nobleza. Los recursos históricos que
surgieron, revelan la intensa hegemonía sociocomunicativa de ‘vos’ singular ante
‘tú’ en esa época. No obstante, los resultados indican con claridad que a
principios del siglo XV se restringe el uso de ‘vos’, y la actividad
sociocomunicativa de ‘tú’ se acrecienta en un 50%, aproximadamente.
En el quinto y último capítulo, la investigación se inicia con La Celestina
(1499) de Fernando de Rojas, y luego de varios textos culmina con las dos
partes de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (I, 1605), (II, 1615) de
Miguel de Cervantes Saavedra. En esas obras se analizan los patrones sociales
que moderaban los actos de habla. Del estudio de los datos que proporciona la
gama de ejemplos que muestran características primordialmente
extralingüísticas, se puede concluir que para 1615, ya ‘vos’ había perdido casi en
su totalidad la forma plural, mientras que las variantes del recurso singular eran
casi imperceptibles. La forma simétrica se reduce a ‘vos’ singular y a ‘tú’;
mientras que ‘vuestra merced’ y sus variantes ocupan todas las otras funciones;
pero todavía no existe ‘usted’ —en lengua escrita—. Es decir, los tratamientos
sociocomunicativos en el ámbito peninsular se acercan más al uso moderno de
la lengua.
Este crítico panorama del reajuste y del incremento funcional de ‘tú’, en
oposición a la disminución de ‘vos’ corrobora la magnitud del reajuste y el
agudo engradecimiento que desplegaba el primero en su contemporaneidad. La
contienda entre estos dos sociolectos aumenta decisivamente en las centurias
subsiguientes, aunque bajo un incierto devenir. Hasta la fecha, todavía no se han
descubierto testimonios precisos que aclaren definitivamente el exterminio de
‘vos’ (singular y plural) en el ámbito peninsular.

 
 
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Ana Emilia León 
 
Con la ayuda de ‘vuestra merced’>‘usted’ se logran eludir diversos
conflictos sociocomunicativos que se produjeron en España, desde el siglo XVI
aproximadamente. Con esta fórmula de cortesía, se evitaba —en la mayoría de
los casos—, cualquier afrenta injuriosa personal por la impropia emisión de
‘vos’ o ‘tú’ hacia los receptores. Además, con el advenimiento del mencionado
‘vuestra merced’ > ‘usted’ en el repertorio castellano, se glorifica la diplomacia
comunicativa, y se establece una protección hacia la interacción recíproca
(asimétrica). Por consiguiente, a través de este neologismo, se evitan los peligros
e inesperados altercados que afrentan los copartícipes. Era considerable, la
utilidad de ofrecer ‘vuestra merced’>‘usted’ hacia un interlocutor. Por medio de
éste se suavizaban las dificultosas o peligrosas situaciones comunicativas
durante los actos ‘asimétricos’ o ‘simétricos’, tanto del tipo ascendente como
descendente.
Debe destacarse, que por necesidad sociohistórica, en esta investigación no
se ofrecen descripciones intrínsecas sobre el fenómeno conocido como ‘voseo
americano’. Solamente se discute —a manera de colofón— que esta variante
intrahistórica, únicamente le compete a la dialectología hispanoamericana. Hace
más de quinientos años que este apéndice castellano se emplazó en ultramar, y,
como indica la historia, se fijó y robusteció lejos de España. Lo que sí está claro,
es que tras la restauración y auge de esta modalidad en el Nuevo Mundo,
desaparecieron todos sus vínculos sociolingüísticos con sus ancestrales
progenitores ibero-peninsulares. Aunque en la actualidad el ‘voseo’ de América
contiene recursos genéticos del vernáculo superestrato castellano, este
fenómeno no representa una variante con duplicidad que funcione tanto en
España como en las comunidades ultramarinas.
Capítulo 1
Es indiscutible argumentar que, además de los fenómenos lingüísticos, también
han existido causas extralingüísticas —aunque a nivel subyacente— en el
repertorio castellano peninsular, a partir de los siglos XVI y XVII. Uno de estos
fenómenos que deseamos investigar es el comportamiento de ‘vos’ y sus
homólogos contemporáneos. Este enigma sociolingüístico, que abruptamente
le modificacara la carga semántica al sociotratamiento ‘vos’, sigue inmerso en
un oscurantismo ancestral, que obstaculiza cualquier tentativa que revele su
dinámica precedente.
A fin de dilucidar la efectividad de este enigma, se revisarán diversos
estudios analíticos basados en la contemporaneidad de los hechos.
Efectivamente, en este estudio, también se desea ofrecer un somero análisis
diacrónico que contribuya a esclarecer las causas extralingüísticas que, de una
manera u otra, generaron cambios semánticos en: ‘vos’, ‘tú’, y sus variantes. Es
ínfima la cantidad de textos que ofrecen datos apropiados sobre este misterioso
tema diacrónico. Sería provechoso recaudar más información sobre la
relevancia de ciertas normas socioculturales, cuyo impacto, eventualmente
desestabilizó la actividad sincrónica del habla comunitaria.
A raíz de los múltiples reajustes acaecidos en el incipiente repertorio de la
Península Ibérica1, asimismo, comienzaron a surgir variantes neológicas en éste,
que eventualmente, lograron desequilibrar los patrones sociocomunicativos del
mismo portento. Estos recursos, tras inmiscuirse directa o indirectamente,
reorganizaban el funcionamiento de la comunicación recíproca; tanto a nivel
asimétrico como simétrico. Es indispensable dilucidar el régimen interactivo que
imperaba en la preferencia de recursos comunicativos. ¿Cuáles serían las fallas?,
¿Qué recursos debían suplir las necesidades del momento?, ¿Cómo se podrían
detectar los cánones o postulados apropiados? Es posible que el repertorio
regional tuviera deficiencias funcionales, ya que las controvertidas fórmulas de
tratamientos estaban en contraposición. Por esta razón, las innovaciones no se
hicieron esperar. Había que suplir la carencia de sociolectos adecuados; era
imprescindible alcanzar indicadores semánticos que beneficiasen a los
hablantes en sus recíprocos actos comunicativos.
Como se sabe, no existen documentos audio-lingüísticos que ofrezcan
ejemplos concretos sobre las características diacrónicas del extinto ‘vos’. Sería
de gran utilidad contar con textos que manifestasen modelos de la oralidad de

                                                            
1 La estructura social hispano peninsular sufrió drásticos reajustes en el margen de distribución
durante los siglos XVI y XVII. Este fenómeno es uno de los ejes promotores de los grandes
cambios generados en el repertorio pronominal. Por lo tanto, a partir de estos siglos afloran
diversos rasgos distintivos relacionados con el uso y selección del sociotratamiento apropiado
para dirigirse a un interlocutor en particular.
6
Ana Emilia León 
 
cada época determinada, lo cual ahora es imposible. Pero paradójicamente, se
originaron abundantes innovaciones sociolingüísticas durante el Siglo de Oro;
por consiguiente, la mayoría de éstas, pudo haber interferido en el auge y
desaparición del fenómeno que se estudia. Ulteriormente, afloraron inéditos
matices extralingüísticos2, que de una manera u otra modificaron los cánones
pre-establecidos en su propio entorno. Era de alta consideración observar los
preceptos indispensables para los actos comunicativos; para no equivocarse,
había que detectar simultáneamente si existía: confianza, respeto, e igualdad de
condiciones entre los hablantes. Los actos asimétricos y simétricos imponían el
uso de inviolables códigos que evitaban afrentas antagónicas. Por consiguiente,
no se podía errar en esas dimensiones; había que saber escoger la fórmula
apropiada para los actos de habla. El efecto de apabullar al interlocutor, tras
alguna equivocación, podía ofrecer situaciones predispuestas a la animosidad.
Asimismo, se debía respetar la categoría sociocultural del individuo (natural o
adquirida), y poner atención al atributo socioeconómico que exhibiese el
receptor. De la misma manera, había que indagar sobre su —legítimo— estatus
nobiliario, observar su jerarquía militar y, por último, respetar la ostentada
situación religiosa del receptor.
No obstante, aparte de todo lo anterior, además existían otros detalles
característicos que debían acompañar la comunicación a nivel asimétrico; era
necesario detectar si había ocurrido un “socio-prestigio adquirido” (tal vez de
última hora) a cualquiera de los partícipes. Es importante recordar, que a
través de esta treta, se podían efectuar oscuros manejos pecuniarios3 para
concretar un expedito cambio de estatus social. El manejo provechoso, de toda
una gama de recursos monetarios, forjaba variaciones extra-lingüísticas con
enaltecedores beneficios personales. Con esta artimaña se podía detentar o
lograr la adquisición de pergaminos nobiliarios para librarse de una agreste y
turbia trayectoria que existiese antes de salir de España. Tras la alteración que
lograban algunos miembros de la diáspora, las fórmulas de tratamiento también
se veían afectadas. El resultado señala que a partir de la mutua rivalidad entre
los sociolectos ‘vos’ y ‘tú’, se evidenciaba la supresión de aquél. Por otra parte,

                                                            
2 Algunos cambios sociales se efectuaron por el enriquecimiento de muchos individuos en la otra

orilla. Muchos de ellos lograban acumular grandes fortunas en ultramar. La referencia clásica se
ejemplifica con “los indianos”, quienes, debido a su esplendor socio-pecuniario lograban
quebrantar los valores tradicionales de la alta y baja nobleza. Véase La Sociedad Española en el Siglo
de Oro. V. 1-2. Manuel Fernández A. 1989.
3 El cambio efectuado en las fórmulas de tratamiento se efectuaba en diferentes ocasiones; muy a

menudo aparecían reajustes sociales entre los partícipes. Por consiguiente, el impacto
extralingüístico de este proceso está relacionado directa e indirectamente con los indianos.
7
Ana Emilia León
 
‘tú’ y ‘vuestra merced’ se apoderaban del sitial hegemónico que, anteriormente,
ostentase ‘vos’.
Como se ha dicho anteriormente, es conocida la histórica contienda entre
‘vos’ y ‘tú’, y ‘vuestra merced’, cuya duración se extendió un poco más de dos
siglos. El reajuste enaltecedor de ‘tú’ no fue fácil, sin embargo, éste no tardó
en lograr una total preponderancia en el repertorio peninsular. Ya su derrotado
oponente ‘vos’, que anteriormente mostraba matices de ínfimo respeto, no
ofrecía ninguna resistencia. Un hablante de superior estatus social, tenía claro
que sí le podía aplicar ‘vos’ a un interlocutor de inferior categoría (en
situaciones asimétricas); mientras que su ínfimo receptor, no podía repetir lo
mismo. A un superior, había que ofrecerle el enaltecedor ‘vuestra merced’.
Paradójicamente, en la antigüedad ‘tú’ se había usado recíprocamente entre
partícipes de bajo estatus. Sin embargo, su uso denotaba: confianza, intimidad y
solidaridad4. No obstante, a partir del siglo XVI, ‘tú’, ‘vos’ y el recién creado
‘vuestra merced’, pasaron a ser los tratamientos más utilizados por
interlocutores que buscaban una revalorización de su categoría. Sin embargo,
por falta de neologismos pervivía la contienda entre ‘vuestra merced’ y sus
homólogos5.
Como se ha señalado arriba, la lengua de castilla recibe eufóricamente un
neologismo conocido como ‘vuestra merced’. Éste era el sociotratamiento
cuyos matices diplomáticos condicionaban un supremo respeto y alta
consideración hacia el receptor. A través de este recurso se demostraba un
respetuoso acercamiento y, a la vez, se evitaba cualquier discordia comunicativa.
Esta mágica y emergente fórmula de tratamiento, logra establecer —aunque
parcialmente— una verdadera protección entre los inseguros y vulnerables
partícipes. Posteriormente, ‘vuestra merced’ sufrió una lenta, pero eficaz
lexicalización que lo convirtió en ‘usted’6 a mediados del siglo XVII. Por lo
tanto, con la ayuda de este sociolecto, los incautos hablantes ya podían tener
más libertad, y en especial, un lento acercamiento hacia la igualdad
comunicativa; este recurso lograba disipar las agudas represalias por desigualdad
sociocomunicativa. Posteriormente se crearon otras combinaciones
sociocomunicativas en la lengua: ‘vos (otros)’ > ‘vosotros’, y ‘nos (otros)’ >

                                                            
4 El pronombre 'tú' evolucionó y dio origen a diferentes variantes sociolingüísticas que fueron
diezmando la hegemonía del prestigioso 'vos'.
5 Véase la tesis de Díaz-Plaja, 1939. Las teorías sobre la creación del lenguaje en el siglo XVI.
6 Véase el artículo de Rafael Lapesa "Personas gramaticales y tratamientos en español." Revista de la

Universidad de Madrid. 1970. Ana Emilia León: Bosquejo diacrónico de 'vusted' > 'usted' en el español del
Nuevo Mundo. Actas del IV Congreso Internacional de la Historia de la Lengua Española, 1999.
pp. 565-572.

 
 
8
Ana Emilia León 
 
‘nosotros’. Con estos recursos neológicos que surgen a partir del siglo XVI7, se
inicia un proceso de perfeccionamiento en el sistema pronominal castellano.
Debido a la anarquía que reinaba en el ámbito peninsular a través de los
siglos XVI y XVII, se publicaron algunos tratados oficiales con intenciones de
regular —parcialmente— los patrones populares de amplio empeño, durante
esa época. Vestigios de la censura contemporánea, han quedado establecidos a
través de las Premáticas (en adelante se mencionarán ‘pragmáticas’) emitidas por
el rey Felipe II en 15868. El énfasis de estos tratados era disciplinar al público, y
evitar ciertos incidentes sociolingüísticos suscitados durante las comunicaciones
asimétricas. Tras una serie de tribulaciones acaecidas por discrepancia en actos
de habla, la corona española emitió algunos decretos o “Pragmáticas” afines,
que circularon a través del reino hispano-peninsular9 con el propósito de
solventar algunos problemas. El siguiente segmento pertenece a una Pragmática
expedida por el rey Felipe II (1586) en San Lorenzo del Escorial:

“...fuessemos servido mandar proueer de remedio necesario y conueniente, cerca de la


desorden y abuso que auia en el tratamiento de palabras y por escripto, por auer venido
a ser tan grande el exceso: y llegado a tal punto que se hayan ya visto algunos
inconuenientes, y cada dia se podian esperar mayores, sino se atajasse y reformasse,
reduziendolo a algun buen orden y termino antiguo, pues la verdadera honra no
consiste en vanidades de títulos dados por escripto y por palabra, sino en otras causas
mayores, a que estos no añaden ni quitan. [...]”. (Biblioteca Nacional de Madrid, Ms. Nº
14370).

En uno de sus artículos, Rafael Lapesa se refiere a estas Pragmáticas10, pero


no se mencionan datos específicos sobre regulaciones que controlasen el uso y
abuso de ciertas fórmulas de tratamiento. Sería de gran utilidad para este
estudio, examinar con más intensidad los resultados de estos dictámenes
dentro de su entorno respectivo. Por otra parte, se podría utilizar la misma
                                                            
7 Por lo general, los tratados de gramática no dan explicaciones históricas sobre estos cambios

sociolingüísticos; sin embargo, se han conseguido algunos que ofrecen mucha información al
respecto, y que se citarán más adelante.
8 Pragmática de 1586 y 1589.
9 Véase "Premáticas (pragmáticas)" emitidas por Felipe II en el siglo XVI.
10 Informa Lapesa en su artículo “Personas gramaticales y tratamientos en español”. Revista de la

Universidad de Madrid. Madrid: 19: 146-147: “Esta disposición fue consecuencia de peticiones
hechas por los procuradores de las ciudades y villas en las cortes de 1583. Felipe II la corroboró,
aumentando las penas a los infractores, el 31 de diciembre de 1593 [Premática en que se manda
guardar la de los tratamientos y cortesías...Madrid, Pedro Madrigal, 1594]”. Tal como se ha dicho
antes, Felipe II decretó diversas regulaciones socioculturales, durante su reinado, pero hasta ahora
no han podido encontrar tales leyes. Es decir, aún no se conoce ningún documento con
dictámenes específicos que regulasen el uso de ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’ en el reino peninsular.
9
Ana Emilia León
 
información para tratar de dilucidar la trayectoria de los cánones
sociolingüísticos Hispano Peninsulares, antes y después del reinado de Felipe.

Diacronía de ‘vos’ / ‘tú’

Como se ha dicho antes, en el historial de estas dos fórmulas de tratamiento hay


que separar la doble función de ‘vos’ singular y plural; de igual forma, la
estrategia de ‘tú’. Cabe destacar que el histórico antagonismo que existía entre
ambos recursos: el ‘vos’ mayestático o de superior categoría se usaba para
expresar respeto y consideración a un interlocutor que no difiriera en condición
social (situación simétrica - paralela), mientras que ‘tú’ estaba reservado
exclusivamente para dirigirse a receptores de nivel inferior (en comunicación
asimétrica-descendente)11. También existía una tercera opción comunicativa
conocida como ‘vuestra merced’12. El uso de ‘vos’ singular fue adquiriendo
diferentes matices ajenos a los ostentados anteriormente; por lo que se
presagiaba un caótico desenlace que lo arrastraría hacia una inminente extinción.
No obstante, como se ha dicho anteriormente, ‘tú’ comienza a desplazar a
‘vos’, gradualmente, a pesar de su exégesis trascendental latina, a partir de las
últimas décadas del siglo XVI, y principios del XVII. En cuanto a esta directriz
morfosintáctica, Elio Antonio de Nebrija13, establece lo siguiente:

“Dela segunda persona no ai sino otro pronombre tu, vos; i todos los vocativos delas
partes que se declinan por casos por razon deste pronombre tu que se entiende con
ellos, por que tanto vale […] apartandose dela comun i propria manera de hablar, dizen
suplico ala merced de vos otros en lugar de dezir suplico a vuestra merced, por que diziendo
suplico ala merced de vos otros quiero dezir que suplico ala misericordia que otros tienen de
vos, lo cual es contrario delo que ellos sienten; mas diziendo suplico a vuestra merced dirian
lo que quieren, que es suplico ala misericordia de que acostumbrais usar, por que no es otra
cosa merced sino aquello que los latinos llaman 'misericordia'; assi que diziendo el rei es
mi merced quiere dezir la misericordia de que suele usar, mas diziendo Señor ave merced de
mi quiero dezir no la que io tengo sino la que el Señor tiene de mi” (pp. 72-73).

                                                            
11 La carga semántica de 'tú' continuaba reajustándose durante esa época.
12 Véase José Pla Cáceres (1923) "La evolución del tratamiento 'vuestra merced'". Revista de
Filología Española. Madrid: 10:245-80.
13 Elio Antonio de Nebrija. Gramática Castellana, Vol. 1. Galindo Romeo y Ortiz Muñoz, editores.

Madrid: 1946.

 
 
10
Ana Emilia León 
 
La descripción que ofrece Covarrubias14 de ‘tú’ en su Tesoro de la lengua
castellana, nos ayuda a extraer datos sobre los matices sociolingüísticos que
ostentase esta fórmula de tratamiento durante siglos precedentes:

“…Pronombre primitivo de la segunda persona, no se dice sino a criados humildes y a


personas bajas, en nuestra lengua castellana hablando ordinariamente; pero
acomodándonos con el uso de la lengua latina decimos tú al mismo Dios y Señor
nuestro, diciendo: Tú, Señor, habed piedad de mí, etc. De los que se han tratado
descompuestamente, y esto de ordinario entre mujeres, decimos que han venido a tú
por tu...” (pp. 939-940).

El registro que ofrece la Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana15 sobre


‘tú’ indica lo siguiente: “‘Tú’. pron. pers. lat. que entra en varias locuciones que
han obtenido carta de naturaleza en las lenguas modernas: ‘Tu autem’” (p. 1220).
Como se puede observar, esta contemporánea acepción se acerca más al terreno
diacrónico; sin embargo, aún no se establecen ciertos esquemas
sociolingüísticos que imperaban durante siglos anteriores. Paradójicamente,
estas son las premisas que se buscan en esta diacrónica investigación. En los
capítulos sucesivos se investigará el historial sociolingüístico de ‘tú’; no
obstante, su trayectoria registra diversos e intricados reajustes semánticos a
partir del siglo XVI. Para esa época, asiduamente, los emisores de calidad
superior empleaban ‘tú’ para marginar a los subordinados partícipes.
Enigmáticamente este recurso fue adquiriendo matices lingüísticos con perfiles
semánticos de favorable dimensión, y, posteriormente logró revertir su
denigrante cualidad. Juan de Valdés (1535), explícitamente ataca el uso y
aplicación de ‘tú’ en su Diálogo de la lengua16:

“…Póngola por dos respetos: el uno por henchir más el vocablo, y el otro, porque aya
diferencia entre el toma, con el acento en la ‘o’ que es para quando hablo con un muy
inferior, a quien digo tú, y tomá [d], con el acento en la ‘a’, que es para quando hablo con
un casi igual, a quien digo vos;”... (92).

Tras una serie de reajustes internos, la contienda entre ‘tú’ y ‘vos’ se


acentuaba consistentemente, por lo tanto, ‘vos’ decayó con tanta severidad, que
muy pronto se postró en una posición de ínfimo respeto e insignificante
consideración. Por consiguiente, su virulento rechazo se hacía notable, y
desafortunadamente, ya no existía un antídoto para detener la irremediable
hecatombe. En definitiva, ‘vos’ y sus variantes se debilitaron, y posteriormente,
                                                            
14 Edición de Felipe C. R. Maldonado revisada por Manuel Camarero. Madrid: Castalia, 1995.
15 Cf. Tomo LXIV. Madrid: Espasa-Calpe, 1928.
16 Edición de Juan M. Lope Blanch. Madrid: Castalia, 1976.
11
Ana Emilia León
 
todos estos recursos comenzaron a experimentar una activa degradación
sociolingüística. Repentinamente dejaron de ser las enaltecidas fórmulas de
tratamiento, para la comunicación asimétrica. Con estas similares
características, se observa el vilipendio de ‘vos’, en el Lazarillo de Tormes. El
siguiente ejemplo corrobora la desmejorada disposición de este sociolecto:

“...Acuérdome que un día deshonré en mi tierra a un oficial, y quise ponerle las manos,
porque cada vez que le topaba, me decía: ‘Mantenga Dios a Vuestra Merced’. “Vos, don
villano ruin —le dije yo—, ¿por qué no sois bien criado? ¿Manténgaos Dios, me habéis
de decir, como si fuese quienquiera?” (p. 149)17.

Estos son testimonios de un escudero, que por mal empleo de ‘vos’ en su


lar de origen, sufre una desagradable experiencia; por esta razón, él le confiesa a
Lázaro los pormenores del altercado que tuvo con un oficial (en Castilla la
Vieja). Declara el personaje, que se vio forzado a dejar su terruño para salvar la
vida, puesto que su contendiente no aceptó la injuria, y estaba dispuesto a
vengar la agresión. Por consiguiente, el mal empleo de ese ‘vos’
(contemporáneo) le ocasionó el apresurado éxodo.
Otro ejemplo similar del período decadente de ‘vos’ lo encontramos en Don
Quijote de la Mancha. El quijotesco personaje, en su condición de hablante
supremo, acomete insolentemente contra su inferior interlocutor:

“De todo lo que he dicho has de inferir, Sancho, que es menester hacer diferencia de
amo a mozo, de señor a criado y de caballero a escudero. Así que, desde hoy en
adelante, nos hemos de tratar con más respeto, sin darnos cordelejo, porque, de
cualquiera manera que yo me enoje con ‘vos’, ha de ser mal para el cántaro”. (I. cap.
XX, pp. 250-251)18 .

En otra oportunidad, don Quijote se enfurece y, de igual manera


agrede oralmente a Sancho, por una confusión que se presenta
relacionada con Dulcinea:

“— ¿Pensáis —le dijo a cabo de rato—, villano ruin, que ha de haber lugar siempre
para ponerme la mano en la horcajadura y que todo ha de ser errar ‘vos’ y perdonaros
yo? Pues no lo penséis, bellaco descomulgado, que sin duda lo estás, pues has puesto
lengua en la sin par Dulcinea. Y ¿no sabéis ‘vos’, gañán, faquín, belitre, que si no fuese
por el valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga?”
(I. cap. XXX, p. 378).
                                                            
17 Edición de Alberto Blecua. Madrid: Castalia, 1984. Era obvio el desprestigio socio

comunicativo que ofrece 'vos' durante esta época.


18 Don Quijote, cuando se digustaba con Sancho u otro interlocutor, solía agredirlos con el

nocivo 'vos'.

 
 
12
Ana Emilia León 
 
Fray Íñigo de Mendoza (1425-1508), solía arremeter líricamente, y con
extrema agudeza a sus coetáneos adversarios. El ensañamiento se dirigía, tanto
hacia los miembros de la realeza, como a los más insignificantes súbditos de la
corte española de su época. Además el autor se dedicaba a hostigar a los
“eclesiásticos inmorales”. Tal es el caso del poderoso don Alonso Carrillo19,
arzobispo de Toledo y primado de las Españas. En los Apéndices de la Vita
Christi, aparecen referencias agresivas hacia este mismo prelado; quien, al
momento, pasaba a ser un vulnerable interlocutor, y no podría defenderse de
los ataques proferidos. Tal como se observa en esta producción literaria, existe
un profundo subterfugio que disimula soeces agresiones y reprobaciones,
mediante el uso de ‘vos’. Como se ha dicho anteriormente, con esta fórmula de
tratamiento se devasta la reputación del aludido:

[Reprensiones contra el rey y el obispo]


“¡Guay de ‘vos’, nuestro priuado!
¡A[y] don Alonso Carrillo!,
por aquel fauor del stado
‘vos’ faze muy allongado
del pezebre pobrezillo;
vuestros costosos manjares,
vuestros franquos benefiçios,
a las personas setglares
son virtudes singulares,
mas en el çielo son viçios”. (2), p. 136.

Asimismo, se arremete contra la reputación del rey (Enrique IV). Y para


esta agresión se emplea otra vez, el sociolecto ‘vos’:

“Según esta piedad,


¡guay de ‘vos’, Enrique el Quarto!,
aunque con liberalidad
do sentís neçesidad
repartís tesoro harto,
quán lexos ‘vos’ fallarán
[...]” ii (1). p. 135.

Testimonios diacrónicos indican que, fundamentalmente, la decadencia de


‘vos’, se acentúa a partir de los siglos XVI y XVII. Esencialmente, para esas
centurias, el rechazo generalizado había trascendido a todos los niveles
socioculturales del entorno peninsular. Se hacía necesario respetar los preceptos
                                                            
19 A finales del siglo XV, Fray Íñigo de Mendoza usaba ‘vos’ para agredir. Por lo tanto, la
inclusión de éste en las obras, intensifica la agresión por su calidad y contenido semántico.
13
Ana Emilia León
 
sociolingüísticos comunitarios, y además, proteger a los partícipes en recíprocas
acciones. Por consecuencia, se incrementaron diversas opciones que
promulgaban nuevos recursos de esta índole. Comenzaron a generarse múltiples
neologismos, ya que existían considerables necesidades básicas en el campo de
los pronombres personales. La formación y advenimiento de ‘vuestra merced’,
fue el gran subterfugio para los hablantes. Si no se podía usar ‘vos’ ni ‘tú’, éste
era el recurso que aseguraría un apasible porvenir; también, se destacaría por
convertirse en la única fórmula que se podía aplicar imparcialmente. Su matiz
diplomático le permitía neutralizar cualquier intento de agresión; además, ésta se
utilizaba tanto en situaciones simétricas como asimétricas. Era impactante la
flexibilidad de ‘vuestra merced’; a este sociotratamiento se le permitía
interactuar, tanto en situaciones ascendentes como descendentes.
Cabe destacar, que tras la aparición y aceptación de ‘vuestra merced’, se
forjaron nuevos recursos y subsiguientes componentes neológicos, cuyas raíces
provenían del repertorio oral. Tras diversas combinaciones orales de recursos
posesivos más sustantivos, surgen las siguientes propuestas en el repertorio
castellano:

Vuestra o vuestras: alteza, eminencia, majestad, merced, paternidad, reverencia, santidad, señoría.
(Había variaciones, según la categoría social de las personas).

Otros aparecían de una manera ocasional o menos regular:

Vuestra: beatitud, bondad, caridad, celsitad, gracia, grandeza, magnificencia, nobleza, presencia,
serenidad, etc. (En ocasiones surgían variaciones).

Hay un desgaste fonético producido por el discrepante uso de estos


neologismos; por lo tanto, se originaron variantes como: vuessa merced, vuessarced,
vuessansted, vuessasté, etc., corrientes unas, toleradas otras. Si la etiqueta no era
rigurosa, las vulgares de profundo estigma prevalecían: voarced, voacé, vucé,
vuested, vosted, vusted, etc. (Lapesa, 1970a: 147). Finalmente, se genera una
lexicalización definitiva, cuyo producto final es el conocido usted20.
Lingüísticamente, este recurso polifacético se convirtió en el adalid de la
prudencia. Los partícipes gozaban de importantes concesiones en la
interacción, y con éste, se manifestaba lo siguiente: a) máximo respeto y
consideración; b) distancia diplomática; c) alta estima y, d) inmunidad ante

                                                            
20 ‘Vuestra merced’ sufrió diversos reajustes lingüísticos y finalmente se convirtió en ‘usted’. Este
tratamiento comienza a aparecer en lengua escrita a mediados del siglo XVII. Cf. “Bosquejo
diacrónico de ‘vusted’ > ‘usted’ en el español del Nuevo Mundo”, 1999.

 
 
14
Ana Emilia León 
 
cualquiera irreverencia. Por consiguiente, después del trastocado cambio entre
‘vos’, ‘tú’, y ‘vuestra merced’ > ‘usted’, este último se convirtió en el único
sociolecto castellano que protegía (y sigue protegiendo) imparcialmente a los
interlocutores desiguales, en situaciones asimétricas. Históricamente, no todas
estas emergentes combinaciones sobrevivieron; la ardua competencia que se
fraguaba entre homólogos distorsionaba el panorama. Paradójicamente, el uso
contemporáneo de ‘usted’ sigue disfrutando de su esplendor, dentro y fuera de
España. No obstante, debido a su histórico auge y excelente acogida en las
comunidades ‘ustedeantes’ del Nuevo Mundo, su existencia bicontinetal se
sigue alimentando con el intenso favoritismo. Aparentemente, los matices
democráticos de ‘usted’ ya están experimentando reajustes; posiblemente, ya
cuentan con diversas vertientes semánticas y extralingüísticas. En la actualidad,
fuera de las comunidades ‘ustedeantes’, los matices sociolingüísticos de éste, se
perfilan como un eficaz recurso para ofrecer un ponderado respeto asimétrico,
pero bajo un perfil separatista: no hay igualdad. Los cambios intraculturales de
éste, aún no se han manifiestado claramente, pero, ya se observarán claras
anomalías concurrentes en el repertorio contemporáneo. Aún está por verse
(fuera de España) el porvenir de este sociotratamiento.
Siguiendo los patrones sociolingüísticos diacrónicos, el ascenso en la escala
social de un individuo desde un nivel ínfimo hasta una posición más elevada,
como es el caso de los indianos, producía serias complicaciones en el entorno.
La estricta intolerancia exigía a toda costa que no se lastimara la honra personal,
tomando en cuenta qué tipo de estatus social había adquirido el interlocutor.
Referente a esta situación, presentamos un segmento testimonial que ofrece
Lucas Gracián Dantisco en su obra Galateo Español, de 1582:

“…Van algunos asimismo tan llenos de cuidado en estas ceremonias, que no hallan
medio de nombrar entre ‘tú’ y ‘vos’ y ‘él’, ‘vmd’ haciendo seis grados de cortesía que
ninguna nación alcanzó tantos... [...] Y no quiero tratar de lo que se puede decir desde el
‘vmd’ arriba, ni en los títulos mayores; porque sería meternos en un gran laberinto;...”
(p. 75).

Aunque para el siglo XVI las estructuras básicas de los pronombres de


tratamiento habían cambiado, proseguía la dinámica y el proceso de reajuste
genérico, de todos sus componentes. Era difícil adivinar la calidad social de los
hablantes, por lo tanto, los emisores debían seleccionar el tratamiento adecuado
para optar por una interacción sin riesgos mayores.
El siguiente ejemplo nos ofrece un panorama muy claro en cuanto a la
ignominiosa carga semántica de ‘vos’ en una obra del siglo XVII. Los
testimonios personales que narra Don Diego Duque de Estrada en su obra
15
Ana Emilia León
 
Comentarios del desengañado de sí mismo (1589-1646?) recrea múltiples experiencias
personales, a la par de peripecias sociopolíticas. En esta obra el autor relata
hechos sobre un interrogatorio denigrante que sufriera en prisión. No obstante,
lo que más resiente el caballero es la enorme vejación que le infligen al tratarlo
de ‘vos’. Sobre el diálogo entre el autor y el Corregidor se desprende lo
siguiente:

“…Ya me canso de hablar; vamos a la conclusión”. Me dijo el Corregidor: “La


conclusión será que os haré pedazos o me diréis la verdad”. Oí tratarme de ‘vos’ y
respondí con extraña cólera: “‘Vos sois el ‘vos’, y hacéis contra Dios y justicia en darme este
tormento contra las leyes del reino, pues a hombres como yo no se da tormento si no es por
crimen...” “Eso postrero quiero probaros y que ‘vos’ lo confeséis para, probado,
ahorcaros. ¡Desvergonzado! ¿A mí me tratáis de ‘vos’? ‘Vos’ mentís —dije yo— y sois el
desvergonzado y fascineroso,...” pp. 123-124.

Más adelante se observa que persiste el ataque comunicativo del Corregidor


hacia don Diego. El funcionario no cesaba de aplicarle el denigrante ‘vos’ al
duque. Los tenstimonios indican que había un trato sádico hacia el indefenso
atormentado. Al verdugo le complacía continuar impunemente con las ofensas
sociocomunicativas hacia el inculpado:

“...Pero, acostado y hechas diligencias para dormir, pude romper el sueño un breve
rato; pero despertando y revolviendo la memoria de lo sucedido, me vinieron unas
bascas terribles y unos pensamientos y discursos enormes de contener, venganza de
aquel que yo llamaba agravio. Sentí mucho el haberme llamado tantas veces de ‘vos’,
cosa a que yo no estaba enseñado, aunque había tratado con muchos grandes de
España, y mucho más el no haberme conocido o no querer conocerme y haber dudado
que hubiese servido al Rey, creyendo que me había quedado en aquella ocasión en
Nápoles...” p. 229.

El resentimiento del ofendido duque de Estrada lo incita a defenderse y


contraatacar a su verdugo con la misma fórmula de tratamiento ‘vos’. Esgrimir
el mismo recurso cargado de desprestigio sociocomunicativo era la venganza
más pérfida y cruel que emitiera el ofendido. Como se ha citado antes, en esa
época un caballero no aceptaba que lo trataran de ‘vos’. En casi toda la
extensión hispano peninsular, el ocaso de ‘vos’ ya era preponderantemente
notorio. En esa época, los interlocutores —excepto los que pertenecían a la
clase baja— no aceptaban que los asociaran con fórmulas tan perniciosas que
pudieran socavar su hidalguía o el intocable linaje familiar. Otro ejemplo similar

 
 
16
Ana Emilia León 
 
se observa en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España21 de Bernal
Díaz del Castillo. En el Capítulo XXVII se relata lo que pasó con dos náufragos
españoles: uno se llamaba Jerónimo de Aguilar y el otro Gonzalo Guerrero. Al
encontrarse ambos frente al emisario español, y después de haber discutido
sobre la misión del que había acudido al rescate, la negación personal se asocia
con la intención de la mujer. Ésta también maltrata oralmente al coterráneo de
su marido:

“Hermano Aguilar: yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán
cuando hay guerras; idos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas.
¡Qué dirán de mí desde que me vean esos españoles ir de esta manera! Y ya veis estos
mis hijitos cuán bonicos son… Y así mismo la india mujer del Gonzalo habló a Aguilar
en su lengua, muy enojada, y le dijo: ‘Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi
marido; idos ‘vos’ y no curéis de más pláticas’” (98).

Aunque la indígena, mujer de Guerrero, no sabía castellano, en el proceso


de traducción, el emisor controla el grado de ofensa que ella desea expresar. Esa
era la necesidad comunicativa que existía en ese contexto. Al aplicar ‘vos’ se
aseguraban ambos de detener la intromisión, y a la vez, dejar constancia del
belicoso rechazo.
Uno de los grandes problemas que se ha confrontado en este estudio es la
inverosimilitud del lenguaje que reflejan muchos textos. La mayoría intenta
representar un sociolenguaje, una época de acción, y unas costumbres
completamente distantes del momento que se debían reflejar los hechos. Hay
tantas equivocaciones en la producción textual, que sobresale una distorsión de
la realidad lingüística temporal. Por consiguiente, se han desechado algunos
textos que a pesar de haber sido escritos durante los siglos áureos, no
manifiestan la lengua ni la sociedad de esa época. Aparentemente, estas
composiciones, no logran captar las fuentes de la oralidad ni los matices
específicos de su contemporaneidad. Se ha dado preferencia a los textos que
contienen diálogos con reflejo de la lengua culta y de la coloquial. El último
grupo de ejemplos lo tomamos de poesías, y de documentos epistolares de la
época que se ilustra.

                                                            
21Cf. Tomo I. Sexta edición conforme a la de 1944, con la introducción y notas de Joaquín
Ramírez Cabañas. México: Editorial Porrúa, 1968.
17
Ana Emilia León
 
Sociolingüística histórica de ‘vos’
Se han publicado hasta la fecha diversos trabajos relacionados con el campo
morfosintáctico, fonético y fonológico, pertinentes al repertorio que nos ocupa.
Sin embargo, los aspectos diacrónicos y sociolingüísticos de la comunicación
hispano peninsular, aún no se han dilucidado. Cabe destacar que el sistema
estructural castellano pasó a llamarse español22, tras penetrar en una vasta
extensión continental; a éste todavía le acompaña una heterogénea diacronía. Al
salir de su entorno peninsular europeo a partir de 1492, a esta lengua se le
facilitó la oportunidad de nutrirse con nuevos recursos autóctonos. En la
actualidad, una gran cantidad de variantes siguen ejerciendo casi las mismas
funciones sociolingüísticas que solían destacarse en su período inicial. Los
rasgos que se observan en la mayoría de los países colonizados por España, aún
presentan características análogas con el idiolecto aportado por los
conquistadores.
El contingente de guerreros, artesanos y labradores impulsó la creación de
una serie de códigos socioculturales diferentes a los que solían usarse en su lar
de origen. A pesar del arraigo de estas recién creadas normas en la naciente
sociedad hispanoamericana, todavía prevalecen profundos contrastes entre
ambos sectores. En la mayoría de los casos, los conquistadores que, de alguna
manera u otra distaban de una elevada y distinguida clase social, se les facilitaba
la adquisición y el ascenso sociocultural en ultramar23. Por lo tanto, las
inmensas fortunas recién adquiridas apoyaban esta metamorfosis.
Mientras que en la otra orilla se restituyeron algunas fórmulas de
tratamiento como ‘vos’ y sus variantes, quedó establecido un co-proceso de
reajuste entre este pronombre y su extinto homólogo europeo. Como se dijo
anteriormente, el “voseo americano” es un trasplante que se robusteció
posteriormente en ese sector ultramarino. ‘Vos’ significa un vestigio europeo
que sigue separado de su lar de origen. Se hace necesario estudiar la misión
secreta sociolingüística del sociolecto que nos ocupa; al igual que los problemas
relacionados con el período de mayor actividad de este recurso fuera de España.
Además, se debe analizar la dinámica y posteriores permutas que sufriera ‘vos’, y
por último, esclarecer los motivos extralingüísticos que consolidaron su

                                                            
22Véase La lengua española en la época de Carlos V. Manuel García Blanco, 1958.
23 Ya se ha comentado anteriormente la importancia que ejercen los ultramarinos indianos. La
faciliad con que lograban enriqucerse los seguiría protegiendo para enaltecerse usando sus
inmensas fortunas. Esta diáspora regresa a España tras haber adquirido cuantiosas fortunas. Con
estos recursos pecuniarios se facilitaba el cambio de estatus social, tanto del individuo como de su
familia. Para la adquisición de los pergaminos correspondientes servía el lema: “A falta de
blasones buenos son los doblones”.

 
 
18
Ana Emilia León 
 
renacimiento en el Nuevo Mundo. Para acompañar este análisis sociolingüístico
se pueden estudiar los métodos e indicaciones de diferentes especialistas del
ramo. Las teorías de William Labov señalan lo siguiente:

There is a growing realization that the basis of intersubjective knowledge in linguistics


must be found in speech language as it is used in everyday life by members of the social
order, that vehicle of communication in which they argue with their wives, joke with
their friends, and deceive their enemies (1984: xiii)24.

Labov se interesa por el uso de la lengua y la función de ésta, dentro de un


orden social contemporáneo. Por otra parte, algunos lingüistas interesados en la
sociolingüística histórica, como Suzanne Romaine25, ofrecen varios
planteamientos sobre la estrecha relación que existe entre la sociolingüística
histórica y el campo sincrónico:

The term 'sociolinguistics' immediately suggests an interconnection between two


separate and distinct disciplines; though it is not to be assumed automatically that these
disciplines are sociology and linguistics (p. 5).

Seguidamente, Romaine cita algunas de las ideas de otro investigador de la


misma disciplina:

Hymes (1974a:viii), for example, views sociolinguistics as a multidisciplinary field,


which includes not only sociology and linguistics, but also social anthropology,
education, poetics, folklore and psychology (p.5).

De igual manera, no podríamos dejar de mencionar algunos de los puntos


que señala J.A. Fishman (1969):

Descriptive sociolinguistics tries to disclose the language usage norms —i.e., the
generally accepted and implemented social patterns of language use and of behavior
toward language— for particular larger or smaller social networks and communities. (p.
47).

Basándonos en estas ideas que presentan los especialistas arriba citados,


resalta la inquietud por los problemas conectados entre lengua y sociedad. Sin
embargo, se dificulta el análisis social de un determinado idioma en el plano
sociolingüístico e histórico. De acuerdo con lo que nos dice Romaine, la
función de la sociolingüística es analizar la lengua viva, hablada y observada casi
                                                            
24 Véase Sociolinguistic Patterns. William Labov, 1984.
25 Socio-Historical Linguistics. Cambridge: Cambridge University Press. 1982.
19
Ana Emilia León
 
en el momento del acto comunicativo. Como no se pueden obtener ejemplos
verídicos de este tipo, habrá que atenerse al material disponible de la lengua
escrita. Seguir con la hipótesis más cercana a la realidad, y buscar medios
técnicos para acercarse a la dinámica diacrónica:

Sociolinguistics has always emphasized the primacy of the spoken language in its use or
factual speech data, and indeed, here has no explicit consideration of how one might
attempt a sociolinguist study of a written language (Romaine 1982: 15).

Si confrontamos los componentes negativos que se presentan en una


investigación de esta importancia, se deben tomar en cuenta la gran variedad de
aspectos extralingüísticos que prevalecen, —de los cuales trataremos más
adelante—. En muchas de las obras que se han analizado, se observa una
realidad lingüística matizada por patrones estilísticos y retóricos26. Hemos
tenido que recurrir a obras literarias como la picaresca, literatura de cordel, y
muchos otros géneros que aportan muestras de situaciones comunicativas
relevantes a nuestro estudio. En ellos se destaca un marco referencial de tiempo
y espacio desconectado de la realidad y las acciones. Aflora cierta discordancia
que tal vez está relacionada con la lengua oral, pero no se insertaba en la
relación escrita de ese momento. Hemos tenido que obviar la época de
producción de las obras, debido a la tergiversación del momento de producción.
Se han creado en estos textos un habla ficticia e inverosímil. No obstante, en
esta investigación se tomarán en cuenta las ambigüedades y la falta de
concordancia entre los preceptos gramático-sociales de la época, entrelazados
en la comunicación y rasgos socioculturales.

Clasificación de textos por períodos

El corpus seleccionado para este estudio se ha dividido en dos secciones


principales27. Las obras que se incluyen en cada época contienen información
diacrónica pertinente a este estudio:

PRIMER PERÍODO SEGUNDO PERÍODO


Siglo XIII, XIV y XV Siglo XVI y XVII

                                                            
26 Son muy pocos los manuales de la lengua que hablan de la influencia de las retóricas en la

producción literaria.
27 Ha sido necesario reducir el contenido del corpus con la finalidad de trabajar con obras más

representativas.

 
 
20
Ana Emilia León 
 
Las siguientes listas contienen cierta enumeración detallada relacionada con
la condición social de emisores e interlocutores. Además se describe una escala
individual de valores del emisor, a nivel sociolingüístico.

1. La nobleza28
a. Emperador.
b. Reyes.
c. Príncipes.
d. Duques.
e. Marqueses,
f. Condes.
g. Alto y bajo clero29, etc.

2. Caballeros30
a. Hidalgos de calificada nobleza.
b. Estatus social adquirido por razones socioeconómicas.

3. Clase llana31
a. Burgueses
b. Pecheros
c. Vasallos
d. Vulgo en general
e. Campesinos
f. Esclavos, etc.

Símbolos que identifican el posible estatus social del partícipe ante su


respectivo receptor
A continuación, se establecen los símbolos y patrones que se utilizarán para
reflejar actividades sociocomunicativas con respecto a las alocuciones de los
protagonistas: X (estatus elevado), Y (estatus intermedio), Z (estatus inferior).
Se ofrecerán nueve fórmulas para estructurar la calidad social de los
interlocutores. El eje principal recae en un orden descendente (asimétrico) o en
oposición contrastiva (simétrico). No obstante, en el plano horizontal, se
combinan las opciones de acuerdo con el rango social de los interlocutores. A

                                                            
28 Estos miembros son los más importantes de acuerdo con los tratados de Historia Social de

España.
29 Se debe tomar en cuenta la calidad y estatus sociocultural de: el Papa, los cardenales, los

arzobispos, los obispos, los capellanes y los sacristanes en general.


30 La trayectoria sociolingüística de este grupo constituye un aporte muy importante para este

estudio.
31 Véase Díaz-Plaja (1972) La sociedad española en fotografías y documentos.
21
Ana Emilia León
 
continuación presentamos las posibles fórmulas para el análisis que se aplicará
en este trabajo:

Tres posibles niveles de actividad comunicativa


[1] [2] [3]
X Y Z
[1] X X-X X-Y X-Z
[2] Y Y-X Y-Y Y-Z
[3] Z Z-X Z-Y Z-Z

Las siguientes posibilidades ejemplifican las características


sociocomunicativas que enfrenta cada emisor ante su respectivo receptor.
Seguidamente se presenta una lista de fórmulas que definen intrínsecamente la
calidad individual de los partícipes durante los actos de habla:

1. [X-X] Esta combinación refleja un hablante de la escala [1] en comunicación


con otro del mismo nivel social [1]. Por ejemplo: actos de habla entre
miembros de la realeza, nobleza, o de similar estatus sociocultural
elevado. Situación simétrica paralela.

2. [X-Y] La interacción cambia en este ejemplo. El emisor [1] se comunica con


un receptor de nivel inmediato inferior [2]. Orden asimétrico
descendente vertical.

3. [X-Z] Un interlocutor de calidad superior [1] se dirige hacia uno de ínfima


clase social [3]. Orden asimétrico descendente vertical.

4. [Y-X] Con esta fórmula se trata de mostrar la interacción de partícipes


desiguales, emisor [2] a inferior [3]. Orden asimétrico descendente
vertical.

5. [Y-Y] Los hablantes de esta clasificación pertenecen a una misma clase social
de nivel intermedio. Interacción recíproca entre miembros de un mismo
estatus [2]. Orden simétrico, paralelo.

6. [Y-Z] Tratamiento entre un emisor [2] hacia un receptor [3]. Orden


asimétrico descendente vertical.

7. [Z-X] Esta fórmula representa un acto comunicativo ascendiente entre un


emisor de calidad ínfima [3] hacia otro partícipe de elevado nivel
jerárquico [1]. Orden asimétrico ascendente.

8. [Z-Y] Un hablante de la escala social inferior [3] interactúa con un receptor de


categoría superior [2]. Orden asimétrico ascendente.

 
 
22
Ana Emilia León 
 
9. [Z-Z] Esta novena y última clasificación ejemplifica la actuación recíproca de
hablantes de una misma escala social inferior [3], paralela. Orden
simétrico entre hablantes de ínfimas condiciones socioculturales.

En suma, a través de las nueve combinaciones arriba expuestas, se pueden


obtener tres agrupaciones respectivas. Hay que observar el cambio en cualquier
condición asimétrica o simétrica de índole ascendente o descendente.

Grupo 1.
o Este primer grupo conjuga actuaciones recíprocas (en orden simétrico) entre
personalidades de un mismo estatus social prevaleciente. Pertenecen a la relación
armónica paralela. Solamente hay tres posibilidades para la comunicación y
actuación entre estos partícipes: [X-X]; [Y-Y]; [Z-Z].

Grupo 2.
o En este apartado se producen también tres posibilidades. El trato se efectúa con
orden asimétrico descendente, y el emisor es de clase más elevada que el receptor:
[X-Y]; [X-Z]; [Y-Z].

Grupo 3.
o En esta clasificación, asimismo, hay tres posibilidades para los actos
comunicativos. El hablante es de menor categoría social que el receptor; la
comunicación va dirigida hacia un interlocutor de más elevado estatus colectivo,
en situación asimétrica, ascendente: [Y-X]; [Z-X]; [Z-Y]. 32

Sociolectos relacionados con este estudio


La dinámica histórica del uso y ocaso de ‘vos’ es el aspecto primordial que
seguiremos esclareciendo en este estudio. Como se ha dicho anteriormente, a
fin de lograr ejemplos genuinos, se ha elaborado un corpus con textos
correspondientes a los siglos XIII, XIV, XV y XVI. El objetivo principal de
esta investigación es el aspecto sociolingüístico e histórico; por lo tanto, con los
resultados que se adquieran intentaremos determinar la calidad coetánea y las
características comunicativas de los actos de habla que nos ocupan.
Es primordial adentrarse en el análisis de datos histórico-sociales que
fortalezcan este estudio. Pretendemos descubrir la preferencia de los sociolectos
que más se usaban, sus trances, y riesgos inesperados entre co-partícipes que
solían generar antagonismo por en el uso de alguna fórmula específica de
rechazo colectivo. Todos los participantes deseaban evitar recíprocos altercados
y diatribas. A pesar que ya existía una profunda escasez de neologismos en el
                                                            
32Obsérvese que se pudieran producir nueve situaciones comunicativas. La calidad del emisor
hacia el interlocutor dertermina la combinación.
23
Ana Emilia León
 
repertorio sociolingüístico castellano, todavía no se había establecido una
renovación que favoreciera, enalteciera y modernizara el compendio castellano.

Dinámica histórica del sociotratamiento ‘vos’


El influjo y procedencia latina de ‘vos’ se acentúa en el romance castellano hasta
finales del siglo XVI, aproximadamente. En cuanto a su carga semántica, ésta se
fragmenta en diversas variantes que lo debilitarán hasta configurarse la extinción
del mismo. Más adelante se intentará discernir su partitiva desventaja que lo
ramifica en innumerables fragmentos. Muchos de estos vástagos adquieren
funciones totalmente antitéticas, en cuanto al valor semántico que ostentase
‘vos’. Tomando en cuenta la dinámica diacrónica del tradicional ‘vos’ singular en
el romance neolatino, se ha estructurado su precedente funcionamiento de la
manera siguiente:
(A). ‘Vos’ con múltiple uso de un mismo paradigma verbal (hasta la
extinción de la forma plural), para dirigirse a un receptor singular o plural. Por
lo tanto, queda claro que las dos variantes de ‘vos’ —desde sus orígenes—
tenían que compartir el mismo paradigma con sus rivales. Esta acción
compartida no cesa hasta la desaparición de la forma plural. Hubo una
prolongación histórica mediante una lexicalización de ‘vos’ + ‘otros’ >
‘vosotros’. Este neologismo logró pública aceptación en el repertorio castellano
a finales del siglo XV, y, luego pasó a suplir la ausencia del sociolecto plural.
No obstante, el pronombre de segunda persona ‘vos’ seguía usándose en el
español medieval para dirigirse a un interlocutor singular o plural en diversos
contextos de caso recto y oblicuo. Aunque el singular logró sobrevivir hasta el
siglo XVI, aproximadamente, el ente plural no sobrevive después de esa época.
En cuanto a los sociotratamientos ‘nosotros’ y ‘vosotros’, éstos aún no habían
establecido su hegemonía, y las únicas formas que existían eran ‘nos’ y ‘vos’.
(B). Hay que reiterar que ‘vos’ ha sido un sociotratamiento que ha
generado complementos diversos, ajenos a su tradicional ejercicio: (acusativo)
directo, (dativo) indirecto, y casos oblicuos. La falta de recursos apropiados que
imperaba en el repertorio castellano medieval impulsaba a las variantes de ‘vos’
a diversificarse y a la vez ejercer funciones contradictorias que lo separaban del
ejercicio pronominal.
(C). Cabe mencionar que ‘vos’ singular ya estaba sufriendo reajustes
negativos en el entorno peninsular a finales del siglo XV. No se apreciaban
medios que pudieran frenar su irremediable hecatombe. No obstante, este
sociolecto, exportado desde su ámbito autóctono, encontró en ultramar un
terreno abonado para arraigarse y hacerse valedero de un nuevo carácter
sociopopular. Prácticamente, el oriundo ‘vos’ peninsular se extingue en España,

 
 
24
Ana Emilia León 
 
pero sorprendentemente va renaciendo en tierras americanas. Como se puede
observar, esta modalidad neológica, se ha perpetuado como sociotratamiento
dirigido hacia la segunda persona singular, aunque mantiene, en parte, los
antiguos paradigmas: ‘vos’ habláis o hablás (para el plural se usa ‘usted’) en
ocasión de ofrecer, confianza, intimidad, amistad y solidaridad. Todos estos
componentes conforman otro recurso adicional que contrasta con el sistema
sociolingüístico entre la lengua de la otra orilla y la Hispano Peninsular. Su
extemporáneo renacer en ultramar, no ha dejado que desaparezca
completamente en la mayoría de las comunidades que lo han acogido. Para
lograr sobrevivir en su nuevo ámbito tiene ‘vos’ que defenderse constantemente
de los enemigos que lo acechan para perjudicarlo. A fin de prolongar la recién
inaugurada estadía extrapeninsular, había que fortalecerse e imponer su
hegemonía en el Nuevo Mundo. Paradójicamente, esto no se logra
completamente, no obstante, a pesar de la notoria y exquisita supervivencia
fuera de España, el ‘vos’ americano no ha podido neutralizar a sus detractores.
Algunos coterráneos de esta reliquia denigran y atacan su valor sociolingüístico
con perfiles negativos.

Fortalecimiento del español desde la época del Humanismo


Desde la Edad Media surgen cambios intrínsecos en el romance castellano. A
mediados del siglo XV ya se destaca seriamente el Humanismo en España. Los
Reyes Católicos, continúan en su afán de entrar en la corriente humanística
mediante estudios adecuados que proseguían personalmente. La misma Reina
Isabel inicia estudios de latín bajo la dirección de Beatriz Galindo. Con el
apoyo tan importante de las dos coronas peninsulares, es fácil entender, que los
principales preceptores del Humanismo fueran los propios monarcas españoles.
La afirmación paulatina de la lengua vernácula es una de las características del
siglo XV en España, alentada tal vez, por el nacionalismo propio del
Renacimiento. La lengua vulgar se convierte en el vehículo de vanguardia que
salvaguarda los cambios positivos. Quienes tienen que servirse de esta variante
neolatina para las expresiones comunes en prosa, poesía y teatro, contribuyen
de alguna forma u otra, a su enaltecimiento. Los usuarios quieren elevarla y
darle rango de lengua culta; y optan por realizar un esfuerzo para
perfeccionarla, pero sin seguir modelos de otras lenguas. Desean y esperan pulir
la suya propia (Carrera de la Red 1988: 60) para que se modernice y compita
con otros romances vecinos.
Con Antonio de Nebrija, la lengua española recibe el toque de madurez y
dignidad propio de aquel annus mirabilis de 1492, año en el que comienza un
nuevo Imperio (Quilis, 1980: 67). El interés de este gramático era la fijación de
25
Ana Emilia León
 
la lengua para la posteridad. Era necesario fijar ese lenguaje naciente por medio
de reglas lingüísticas. “La lengua es compañera del Imperio”, esto era parte de
los enaltecedores deseos de Nebrija. Es por eso que, estando en Salamanca, él
se dirige a la Reina Isabel, y le dice:

“[D]espués que Vuestra Alteza metiese debaxo de su iugo muchos pueblos bárbaros y
naciones de peregrinas lenguas, y con el vencimiento de aquellos ternían necessidad de
recibir las leies quel vencedor pone al vencido y con ellas nuestra lengua, entonces por
esta mi Arte podrían venir en el conocimiento de ella, como agora nos otros
deprendemos el arte de la gramática latina para deprender del latín” (Quilis, 1980: 80).

Así que la intención de Nebrija era que la lengua se fijara, saliera de España,
dejara de ser lengua vulgar regional y se convirtiera en el vehículo “fiel de
transmisión a la posteridad de las hazañas y glorias culturales”. Con esto Nebrija
había lanzado la creación de un Arte (término hasta entonces reservado para las
lenguas “cultas”) de la lengua castellana. Además pensaba que en esa época la
lengua estaba “tanto en la cumbre, que más se puede temer el descendimiento
della que esperar la subida”33.
A partir del siglo XV, aumenta en España la tendencia de perfeccionar el
idioma propio por medio de la lengua latina. Con ello se reconocía también la
existencia de un campo de relaciones distintas entre el latín y el castellano
(Bahner, 1966:36). Desde que Juan de Valdés escribe su Diálogo de la lengua en
1535, surge la idea de descubrir el origen de la lengua castellana. Este famoso
filólogo investigó de forma sistemática lo relacionado con el comienzo de la
lengua de Castilla y, sobre todo, su uso en época del siglo XVI. En numerosas
ocasiones, Valdés deja ver algunas de sus preocupaciones relacionadas con la
lengua. Para él, ésta debía existir sin afectación: “escribo como hablo”. Él
insistía en que el lenguaje debería servir de medio de comunicación en general,
pero con sencillez. En casi todo el siglo XVI domina el criterio de “naturalidad”
y “selección”. Lo característico de este siglo es que la norma general del lenguaje
ofreciera una expresión llana, libre de afectación, pero depurada, según los
gustos del habla cortesana (Lapesa, 1980:303).
El impacto del descubrimiento de América en 1492 contribuye
fundamentalmente al engrandecimiento del castellano. Este lenguaje se aleja de
la hegemónica lengua romance que se había establecido anteriormente en la
Península Ibérica, desde el siglo IX. Posteriormente, con su entrada en el
Nuevo Mundo, consigue todos los recursos necesarios para desarrollarse en

                                                            
33Véase El problema de la lengua en el Humanismo Renacentista Español. Avelina Carrera de la Red.
1988.

 
 
26
Ana Emilia León 
 
solitario, y libre de competencia. También se consolida un mayor
enriquecimiento de la lengua autóctona castellana al entrar ésta en contacto con
los substratos precolombinos del Nuevo Continente.
Hacia el siglo XVI, comienza el afianzamiento de este idioma con el apoyo
de las gramáticas castellanas, las pragmáticas reales, más la serie de tratados
lingüístico-literarios, y, en especial la literatura escrita en lengua de Castilla. Por
consiguiente, a partir de ese momento, el castellano deja de ser el estandarte
lingüístico que exclusivamente ondea en Castilla. Poco a poco comienza a
consolidarse un reajuste intrínseco en su repertorio. A partir de ese momento, la
lengua de los castellanos deja de ser un sistema vernáculo. Posteriormente,
continúa elevándose la categoría sociocomunicativa de la afamada lengua franca;
por lo tanto, este sistema territorial, logra dispersarse hacia enriquecedores
parámetros nacionales e internacionales. Por lo tanto, tras la gran conquista
transoceánica, la lengua de Castilla emprende una dicotómica expansión: una
misión invasora hacia la otra orilla, junto con una seudo-absorción de los
tesoros vernáculos del nuevo lar conquistado. Consecutivamente, los resultados
se hacen muy favorables para el trasplantado castellano, el cual inicia un
robustecimiento tanto sociopolítico como sociolingüístico, si bien, con savia del
Nuevo Continente. Tras un arrollador progreso, secundan a la lengua peninsular
una gran variedad de reajustes morfosintácticos, fonéticos, léxicos, y un gran
enriquecimiento por préstamos lingüísticos34. En su devenir se vislumbraba un
completo fortalecimiento lingüístico.

Características de ‘vos’ / ‘tú’


A finales del siglo XVI, comienza a cambiar la dinámica sociolingüística de
algunos sociolectos: ‘vos’ descendió de su condición hidalga a una nueva
popular o vulgar, mientras que ‘tú’ comenzó a superarse y a llenar el vacío que
dejara aquél en la cotidianidad. En algunos dominios virreinales se restringió el
uso de ‘tú’, sin embargo, las zonas alejadas de los centros culturales se han
aferrado al uso de ‘vos’. Ahí siguen usándolo como recurso sociolectal muy
popularizado en situaciones comunicativas de informalidad y solidaridad.
‘Vuestra merced’ > ‘usted’ también llega a América antes y después de su
lexicalización (en algunas comunidades de Colombia, todavía se emplean
variantes de ‘su merced’). Pero lo más importante que se debe tener en cuenta
es la alta frecuencia que actualmente ostenta el ‘ustedeo’ en suelo americano.
Debido a la falta de recursos sociocomunicativos para dirigirse a los
interlocutores plurales, —ya que no se usaba ‘vosotros’ / ‘vosotras’—, era
                                                            
34 Véase La lengua española fuera de España. Maria B. Fontanella de Weinberg. 1985.
27
Ana Emilia León
 
suficiente usar la fórmula ‘ustedes’ para infundir respeto, consideración y
neutralidad. A través del uso de este recurso, se incrementaban las posibilidades
de repeler cualquier ofensa hacia el receptor. Tanto el emisor como el
interlocutor se comunicaban adecuadamente, sin la amenaza de emitir o recibir
ofensas sociocomunicativas.
A manera de colofón se explicita brevemente el significado y función del
‘voseo americano’. Es importante discernir las falsas concepciones, y
vehementes errores que se han emitido sobre la génesis de este fenómeno. Esta
modalidad se podría clasificar como un injerto extralingüístico, cuya
contingencia arbitraria emigró de España, pero tras su partida se extinguió en su
lar de origen.
Es inexistente la posibilidad de encontrar receptores, dentro del entorno
hispano peninsular, que formulen el antiguo ‘vos’, aunque sea en ocasiones
esporádicas. Mucho menos se observa este fenómeno en la comunicación
cotidiana. Por lo tanto, queda claro que el sociolecto ‘vos’ casi se ha extinguido
en el castellano peninsular. Sin embargo, hasta ahora, no hay señalamientos que
presagien una posibilidad que éste renazca en su oriundo escenario. Hay que
aclarar que ‘vos’ ha desaparecido en España; su limitado uso sigue activo en el
Nuevo Mundo, pero, únicamente como reimplantación artificial de algo extinto.
¿Es este fenómeno un arcaísmo o un neologismo?35
En las comunidades ‘voseantes’, el uso de ‘vos’ (singular), podría alternar
con ‘tú’, quedando ambos como sociolectos de tratamiento familiar, de
confianza, e informalidad. Las formas átonas que lo acompañan son: ‘vos’, ‘te’,
de singular. En la América hispanoparlante se efectuó la eliminación total de
‘os’ tanto para un interlocutor singular como para los plurales36. Mientras que en
España se usa ‘vosotros’ o ‘vosotras’ como agente nominativo de segunda
persona plural, en el recinto americano éstos han sido reemplazados por otros
formulismos ‘ustedeantes’.
Por consiguiente, fuera del entorno hispano peninsular, la única fórmula de
tratamiento para dirigirse a interlocutores plurales es ‘ustedes’. Las
características distintivas de mayor importancia del ‘voseo’ extra-peninsular
pertenecen al campo morfosintáctico. Sin embargo, no se vislumbran matices
fonéticos ni fonológicos que estén comenzando a entorpecer su apogeo en su
nuevo lar de ultramar. Por esta razón, la sincronía castellana establece que ‘vos’
                                                            
35 Vid. Ana E. León. “El voseo americano: ¿Arcaísmo o un neologismo?”. Instituto de

Investigaciones Literarias y Lingüísticas. Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela: LINGUA,


Julio, 1998. Año II. No. 1: 129-146.
36 Una de las variantes de ‘vos’ se convirtió en ‘os’ (tras la pérdida de la consonante inicial), sin

embargo, este afijo no tuvo arraigo en el español de América.

 
 
28
Ana Emilia León 
 
llegó para quedarse indefinidamente en su nuevo entorno, aunque haya cortado
todo tipo de lazos familiares con sus antepasados españoles.
La coexistencia de ‘vos’ y ‘tú’ en España durante la Edad Media y el Siglo
de Oro, fue en parte la circunstancia necesaria para que se produjeran tanto las
interferencias entre los dos tratamientos (conflicto entre ‘voseo’ y ‘tuteo’), como
las distintas soluciones adoptadas: (Lapesa 1970: 519). Efectivamente, hasta el
siglo XVI, ‘vos’ es tratamiento de nobleza y distinción, siendo ‘tú’ la forma
usada para dirigirse a los receptores de rango inferior (cfr. Diálogo de la lengua de
Juan de Valdés).
La necesidad sociohistórica nos impulsa a aclarar que, en esta investigación
no se ofrecerán descripciones intrínsecas sobre el fenómeno conocido como
‘voseo americano’. Solamente se propone que el estudio de esta variante
intrahistórica, únicamente le compete a la dialectología de Hispanoamérica, y no
al repertorio del castellano peninsular. Hace más de quinientos años que este
apéndice castellano se emplazó en ultramar, y, como indica la historia, éste se
fijó y robusteció lejos de España. Está claro que, tras la restauración y auge de
esta modalidad en el Nuevo Mundo, desaparecieron todos sus vínculos
sociolingüísticos con sus ancestrales progenitores ibero-peninsulares. Aunque en
la actualidad el ‘voseo’ de América contenga recursos genéticos del vernáculo
superestrato castellano, este fenómeno no representa una variante con
duplicidad que funcione tanto en España como en las colonias ultramarinas.
Entiéndase claramente que, después de la desintegración de ‘vos’ en su insigne
morada europea, este recurso comunicativo ya no pertenece al repertorio
sociolingüístico hispano peninsular. Su conocido arraigo, fuera de su nativo ámbito,
ha pasado a formar parte, única y exclusivamente de los componentes
diatópicos y diastráticos de su foráneo entorno. Aún están por difundirse sus
isoglosas; y ninguna de ellas han irrumpido o regresado a su cuna peninsular.
Durante los últimos cuatro siglos que atestiguan la permanencia extrapeninsular
de este ‘voseo’, todavía no se ha generado ningún contacto que impulse su
regreso hacia la otra orilla europea.
Es importante reiterar que este fenómeno emigró y se quedó como un
exótico recurso colonial en su nuevo hábitat, tanto a nivel sociolingüístico como
geográfico. Su arraigo todavía no ha traspasado los entornos regionales, ni
tampoco, ha podido lograr valor internacional. Paradójicamente sus raíces se
originaron en España, justo en los años en que se acercaba su extinción, pero,
en la actualidad, este recurso, sólo ofrece confusión sociolingüística para los
aprendices de la lengua. No obstante, ni los ataques ni el desprecio dirigidos
hacia este idiolecto han podido diezmarlo. Su fértil recinto novohispano
continúa protegiéndolo. Sincrónicamente hablando, ‘vos’ y sus variantes se
29
Ana Emilia León
 
siguen usando para dirigirse a un interlocutor singular —a nivel nacional o
regional—. No obstante, su función morfosintáctica simboliza el empleo de un
arcaísmo enquistado, y muy mal visto por sus múltiples detractores.
A este anacrónico híbrido se le debe considerar como un disimulado
recurso que se escuda tras una oscura antinomia del sentir americano. Afamados
lingüistas siguen rechazando su trasplante; últimamente lo han censurado como:
‘arcaísmo’, ‘barbarismo’, ‘viruela de la lengua’, y ‘solecismo’, entre otros.
Recordemos que, a partir del siglo XVI, este sociolecto había perdido tanto su
hegemonía mayestática, como su ancestral privilegio latino, que pletóricamente
ostentase durante anteriores centurias.
Las gestas conquistadoras no solamente trasladaron la cultura y lengua
castiza al Nuevo Continente, sino que impulsaron además, el renacimiento del
sociolecto ‘vos’, y sus variantes. Hay testimonios que indican la supervivencia y
auge de esta modalidad; mientras que su sólida trayectoria sociolingüística le
sirve de antídoto para seguir resistiendo los embates de sus detractores dentro y
fuera de España.
Hay que destacar el persistente control sociolingüístico que ofrece ‘tú’ en el
ámbito peninsular, no obstante, este hecho contrasta significativamente con las
comunidades ‘voseantes’ y ‘ustedeantes’ de la otra orilla. El recurso ‘tú’ casi no
se utiliza en estos predios, pero el importado ‘vos’ ha adquirido un control
popular para ensombrecer el sitial que debería ocupar su análogo. Esta
modalidad americana se ha extendido hacia todo tipo de nivel cultural y socio
literario; ya comienza a participar tanto en actos simétricos como asimétricos, y
en composiciones poéticas, canciones y anuncios comerciales. No obstante, hay
que destacar que en las regiones ‘voseantes’ de América, es muy polémica la
participación de ‘tú’ en calidad asimétrica. Hay diversas limitaciones para la
aplicación de esta fórmula de cortesía cuando se emplea en la comunicación de
un superior a un inferior o viceversa. Otros aspectos de consideración que nos
atañen están relacionados con los problemas que pudiera generar el mal uso de
‘tú’ (antagónico) en las comunidades que rechazan su empleo asimétrico. Más
adelante se ofrecerán detalles adicionales, que contribuyan a dilucidar la
dinámica y participación de la paradójica sintomatología de estos
sociotratamientos.
En la actualidad, las comunidades ‘ustedeantes’ se han beneficiado
intensamente con la adopción preferente de esta mágica fórmula ‘usted’; sin
embargo, la supervivencia de este recurso podría enfrentar diversos problemas
antagónicos, si el abuso y la altísima frecuencia colectiva se perpetúa en su
hábitat. Habría que observar, si la opción de ofrecer ‘usted’ continúa con los
mismos matices preminentes, y así analizar su comportamiento e integridad

 
 
30
Ana Emilia León 
 
futurista. Posiblemente, a este sociotratamiento le podría acontecer el mismo
desmembramiento intrínseco, y hasta un posterior repudio sociolingüístico,
como el paradójico derrocamiento que sufriera ‘vos’ en el ámbito peninsular,
durante los siglos XVI y XVII.
Capítulo 2
Habitualmente, la Sociolingüística se ha ocupado de analizar fenómenos
sincrónicos de la lengua y sociedad. Sin embargo, el nuevo planteamiento de
esta disciplina se enfoca en combinar tanto las técnicas sincrónicas, como las
históricas. En esta investigación hemos seguido muy de cerca la proyección
sociolingüística que ofrece Janet Holmes en su texto introductorio; del mismo
modo se habla del inseparable encadenamiento que se efectúa entre la identidad
social del hablante, y los cánones establecidos que se le aplican al receptor:

Sociolinguists study the relationship between language and society. They are interested
in explaining why we speak differently in different social contexts, and they are
concerned with identifying the social functions of language and the ways it is used to
convey social meaning. Examining the way people use language in different social
contexts provides a wealth of information about the way language works, as well as
about the social relationships in a community, and the way people signal aspects of
their social identity through their language ( 2001: p. 1).

Aunque el enfoque de este trabajo es examinar algunos rasgos pertinentes que


hayan modificado la fisonomía sociolingüística del español peninsular, se han
tomado en cuenta diversos parámetros que señala la experta lingüista arriba
citada. Igualmente, se intentará esclarecer la trayectoria de los fenómenos
sociocomunicativos que aún permanecen bajo un intrínseco enigma. Hasta la
fecha, han permanecido en el anonimato los rasgos extralingüísticos que han
forjado la mayoría de los cambios. Se espera obtener resultados fehacientes que
proporcionen nuevos datos afines sobre este sondeo. Ya es hora de ir
descubriendo, aunque sea superficialmente, la trascendencia de los múltiples
componentes lingüísticos que fueron remodelando el romance castellano. En
especial, los polémicos problemas extralingüísticos que hasta ahora no se han
podido identificar.
Como se ha dicho antes, el énfasis primordial de esta investigación es
penetrar en la dinámica histórica de ‘vos’ (singular y plural); igualmente se
investigará la participación de sus homólogos: ‘tú’ y ‘vuestra merced’1. Por esta
razón se discutirán técnicas sociolingüísticas que pudieran revelar el uso y
selección de estos códigos sociocomunicativos. Hay que preguntarse ¿cómo? y
¿cuándo? se produjo la anarquía que comenzó a desarticular el repertorio
castellano. Tras el choque antagónico consumado entre la multiplicidad de
fórmulas de tratamiento, surgieron además múltiples variantes similares.
Muchas de ellas compartieron el mismo escenario desde los siglos XIII hasta el
XVII. Sin embargo, únicamente los sociolectos más poderosos se apoderaron
del pedestal disputado. Como se ha venido indicando anteriormente, en el
                                                            
1 Véase Historia de la lengua española. Rafael Lapesa. Ed. 1980
32
Ana Emilia León 
 
español peninsular renacentista emergieron diversos neologismos. Muchos de
éstos aparecen muy bien documentados en determinados manuales históricos
de la lengua; sin embargo, la lingüística española permanece a la espera de
trabajos que se ocupen, con más ahínco, de la historia y dinámica de los
reajustes comunicativos. Todavía no se sabe nada sobre los particulares
dictámenes semánticos, ni los perfiles extralingüísticos que regían la
predilección de los pronombres de tratamiento de uso cotidiano. El acto
comunicativo exigía que, un hablante, al dirigirse a un interlocutor singular,2
debía respetar cautelosamente los particulares cánones de la interacción.
Además, había que poner mucha atención al nivel sociocultural que le
correspondía al receptor, a fin de ensamblar correctamente la co-participación:
de índole simétrica o asimétrica. Cabe destacar que durante el acto de habla,
tanto el hablante como el interlocutor tenían que expresarse con un
sociotratamiento apropiado, a fin de evitar una respuesta antagonista. Se
esperaba que el sociotratamiento reflejara la calidad social de los elementos
involucrados en los actos de habla. Ambos partícipes no aceptarían atropellos
intencionales ni inocentes equivocaciones que mancillaran las ‘precedentes’ o
‘contemporáneas’ condiciones de nobleza, hidalguía u otro perfil de
enaltecimiento. A través del uso de un apropiado recurso comunicativo, se
evitaría cualquier síndrome peligroso que pudiese surgir como ataque. Era
primordial que la persona que fungía como emisor se enterara de los últimos
acontecimientos socioculturales y sociopolíticos de su comunidad; este
aprendizaje y ‘aceptación’ de los últimos fenómenos sería un poderoso antídoto
para evitar afrentas sociopersonales en general.

Revisión bibliográfica

Paradójicamente, es notoria la escasez de investigaciones que ofrecen detalles


específicos sobre la evolución y extinción de ‘vos’, dentro y fuera del entorno
peninsular. No obstante, lo que más llama la atención es que no se hayan
trazado planes históricos que expliquen el fenómeno relacionado con el arraigo
de este sociolecto en el español del Nuevo Mundo. Algunos de los estudios
publicados evaden el plano diacrónico de este mencionado fenómeno y,
solamente se abocan a la descripción sincrónica de sus más importantes
variantes en suelo americano3. Ojalá se actualicen las investigaciones y se
                                                            
2Véase Estudios sobre el pronombre. Francisco Marcos Marín. 1978.
3 Véase Historia y Geografía Hispanoamericano del voseo. Iraset Páez Urdaneta. 1981. También se
aportan datos lingüísticos en el estudio de Ana Emilia León: El uso de ‘vos’ en el español de las dos
33
Ana Emilia León
 
ofrezcan diversos materiales lingüísticos que contribuyan a dilucidar el notorio
enigma que nos ocupa.
Cabe destacar que, entre los difusos seguimientos que se le han hecho a
estas divergencias, aún no se ha logrado aclarar su histórica trayectoria.
Tampoco se ha tratado de descubrir su polémico arraigo ultramarino; del
mismo modo, está claro que no se ha investigado mucho sobre el cambio
semántico que sufriera ‘vos’ antes y después del descubrimiento del Nuevo
Mundo, en 1492. Por consiguiente, poco se sabe sobre la génesis y bifurcación
sociocomunicativa de este fenómeno fuera de España. Casi todas las funciones
de este recurso se han modificado, y, aunque lingüísticamente se ha mantenido
activo en su nuevo ámbito, éste no ha logrado reintegrarse en España.
Actualmente, en las extensas comunidades ‘voseantes’ de América, se emite
‘vos’ con valor de ‘tú’; indiferentemente, los hablantes se tratan de ‘vos’ o de ‘tú’
por diferentes razones de confianza o intimidad, pero no existe alternancia entre
los dos pronombres. La similitud se basa en la carga semántica de ambos
tratamientos. No obstante, los dos siguen separados; se aplica el ‘voseo’ o el
‘tuteo’, pero no hay mezcla de los componentes, a menos que haya ‘voseo
híbrido’. Aunque el ‘tú’ no tiene mucha preferencia en las comunidades
‘voseantes’, el ‘vos’ tampoco participa en las áreas ‘tuteantes’, ni ‘ustedeantes’.
Uno solo de éstos ejerce la hegemonía que debe prevalecer en su hábitat. En
cuanto a ‘vos’, el entorno que le dio la oportunidad de renacer aún sigue
ofreciéndole protección comunitaria.
Aparentemente, la mayoría de los escritos sobre el uso de ‘vos’ se han
concentrado en ofrecer detalles sincrónicos, y de índole morfosintáctico, no
obstante, la mayoría de éstos no profundizan en la dinámica diacrónica de esta
modalidad. Es sorprendente observar como todos estos compendios
lingüísticos no han tratado de dilucidar el perpetuo enigma sociocultural que
encierra el imperecedero enigma de ‘vos’ y su reincorporación en el Nuevo
Mundo. Por lo tanto, cualquier estudio relacionado con el análisis de los
patrones extralingüísticos (e históricos), que de alguna forma u otra, impactaron
el funcionamiento de la lengua peninsular durante los siglos áureos4, se recibirá
como una gran contribución al campo sociolingüístico que nos ocupa.

                                                                                                                                             
orillas. Boletín de la Academia venezolana de la lengua. Caracas / Año LXII /Enero 1995-
Diciembre 1996. Nos. 175-176-177-178. pp. 181-190.
4 En este trabajo se desea aportar algún dato adicional que ilustre la transformación lingüística que

sufriera ‘vos’ en el entorno Hispano peninsular; aparentemente, muchos de los eventos extra-
lingüísticos entraron y salieron en el repertorio castellano, sin que su impacto se descubriera en el
momento apropiado.

 
 
34
Ana Emilia León 
 
Como requisito primordial de este proyecto, se hace necesaria una revisión
de prominentes tratados gramaticales del período renacentista hispánico; por
ello, se han cotejado textos en los cuales pudieran existir indicios que apunten
hacia las restricciones del sociotratamiento ‘vos’ (singular) y sus variantes
contemporáneas. A continuación, se presentan en orden cronológico, algunos
tratados gramaticales y seudo-lingüísticos de los siglos XV, XVI y XVII
respectivamente:
Organización del corpus:

(A). Siglo XV
1. Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija [1492] (Salamanca).
Este texto se considera como la primera Gramática de un idioma vulgar, y
responde a la estimación renacentista por las lenguas vernáculas. La diacronía
indica que se tradujo al castellano por mandato de la reina Isabel la católica (en
1486?). En el prólogo se justifica su aparición por la excelencia que la lengua de
Castilla había alcanzado y por la necesidad que tendrían de aprenderla los
pueblos sometidos a su imperio (p. 630)5. En el capítulo VII de este texto, se
describen y clasifican los pronombres a través de seis variedades: ‘especie’,
‘figura’, ‘género’, ‘número’, ‘persona’ y ‘declinación por casos’. En cuanto al
número de personas gramaticales se indican solamente tres: “la primera, que
habla de sí, como ‘io’, ‘nos’”; “la segunda, a la cual le habla la primera, como
‘tú’, ‘vos’”; “la tercera, de la cual habla la primera, como ‘ellos’” (p.180). Del
mismo modo comenta el autor sobre la confusión que existía entre ‘vuestra
merced’ y sus variantes respectivas:

“De donde se conviene el error de los que, apartándose de la común y propia manera
de hablar, dizen: ‘suplico a la merced de ‘vos otros’, en lugar de dezir ‘suplico a vuestra
merced; por que diziendo ‘suplico a la merced de ‘vos’ ‘otros’, quiero dezir que suplico a
la misericordia que otros tienen de ‘vos’, lo cual es contrario de lo que ellos sienten; mas
diziendo ‘suplico a vuestra merced’, dirían lo que quieren, que es: suplico a la
misericordia de que acostumbráis a usar;”. (p.181)

Nebrija presenta una clasificación de tres recursos pronominales y verbales:


“primera, como ‘io amo’; segunda, como ‘tú amas’; tercera, como ‘alguno ama’”
(p.186). Referente al uso de ‘vos’ singular, lo sitúa paralelamente al lado de ‘tú’,
aunque el escritor no establece ninguna regla sociolingüística que corresponda al
régimen y uso individual de estos pronombres personales en su época
respectiva.
                                                            
5 Véase Diccionario de Literatura Española – Revista de Occidente. Dirigido por Germán Bleiberg y
Julián Marías. Cuarta Edición. Madrid, 1972.
35
Ana Emilia León
 
(B). Siglo XVI
1. En el Diálogo de la lengua [1535], Juan de Valdés intenta ofrecer una
reglamentación del castellano. En esa época existían muy pocos tratados
gramaticales que, de alguna manera u otra, reglamentasen el uso y manejo de los
recursos comunicativos. Los hablantes se exponían a muchos peligros si
fallaban en la escogencia del sociotratamiento adecuado. Tal como se ha dicho
anteriormente, si la comunicación era asimétrica, había que poner mucha
atención al sociolecto ofrecido. En variadas ocasiones, el interlocutor no solía
aceptar sinonimia que rebajara su estatus social. Sin embargo, Valdés ha dejado
reflejado en su obra una inquietud lingüística de vanguardia; por ello, pone en
boca de Marcio cierto escepticismo discursivo:

MARCIO. Ora sus, no perdamos tiempo en esto. Sino tenéis libros en castellano, con
cuya autoridad nos podáis satisfazer a lo que de vuestras cartas os preguntaremos, a lo
menos satisfazednos con las razones que os mueven a escrivir algunas cosas de otra
manera que los otros, porque puede ser que éstas sean tales que valgan tanto quanto
pudiera valer el autoridad de los libros; quanto más que a mi parecer, para muchas cosas
os podréis servir del cuaderno de refranes castellanos que me dezís cogistes entre
amigos, estando en Roma, por ruego de ciertos gentiles hombres romanos. (47-48).
PACHECO. Muy bien avéis dicho, porque en aquellos refranes se vee mucho bien la
puridad de la lengua castellana.
CORIOLANO. Antes que passéis adelante, es menester que sepa yo qué cosa son
refranes.
VALDÉS. Son proverbios o adagios. (p. 48).

Supuestamente, Valdés está interesado en presentar un sistema gramático


organizado de tipo sociolingüístico para difundirlo en Europa. En el mismo
coloquio que sostienen estos partícipes, Mario le aclara a su interlocutor la
diferencia entre ‘vos’ y ‘tú’:

MARCIO. Digo que, si sólo por esso ponen la ‘d’, ellos a mi ver lo yerran, porque,
aliende de lo que ‘vos’ avéis dicho, no tienen autoridad de ninguna otra lengua que haga
una cosa semejante donde se puedan fundar; por tanto de oy más yo les dexo su ‘d’ que
allá se avengan con ella. Y ‘vos’ decidnos por qué entre vosotros unos ponéis algunas
vezes una ‘d’ al final de las segundas personas de los imperativos, y otros siempre la
dexáis; escribiendo unas vezes ‘tomá’, otras ‘tomad’; unas ‘comprá’, otras ‘comprad’;
unas ‘comé’, otras ‘comed’. (p. 91).
VALDÉS. A los que nola ponen querría que demandássedes por qué la dexan, que yo
que la pongo, bien os diré la causa. (p. 92).
MARCIO. Essa nos abasta a nosoros saber. (p. 92).
VALDÉS. Póngola por dos respetos: el uno por henchir más el vocablo, y el otro,
porque aya diferencia entre el ‘toma’, con el acento en la ‘o’, que es para quando hablo
con un muy inferior, a quien digo ‘tú’, y ‘tomá[d]’, con el acento en la ‘a’, que es para
quando hablo con un casi igual, a quien digo ‘vos’; lo mesmo es en ‘compra’ y

 
 
36
Ana Emilia León 
 
‘comprad’, en ‘corre’ y ‘corred’, etc.(p.92). [Este ejemplo se ha citado en el capítulo 1,
sin embargo, ha sido necesario repetirlo en este apartado].

Cabe destacar que Valdés no acepta ni promueve los fundamentos de la


Gramática de Nebrija, sin embargo, el mérito de ambas obras ha trascendido
favorablemente hacia la posteridad. Tal vez, sus intenciones señalaban el inicio
de una regularización sociolingüística en el castellano renacentista. Hay que
reconocer la excelsa contribución que ofrecen ambas obras y el mejoramiento
extendido de la lengua hablada y escrita de épocas precedentes. Estas relevantes
apuntaciones indican que se acercaba una reforma del escueto manantial
sociocomunicativo de la lengua castellana. Por consiguiente, con este texto se
abren las puertas hacia la crítica y posterior análisis lingüístico del
comportamiento de actos de habla basados en la actuación dicotómica de:
emisor / receptor; hablante / interlocutor, etc. Valdés comienza a reconocer y
señalar las invisibles fallas comunicativas que imperaban en su idioma. Había
que sentar precedentes sociolingüísticos, además, señalarles a los hablantes el
comienzo de una reorganización analítica. La futura renovación del castellano,
requería eficientes parámetros lingüísticos que, de alguna manera u otra,
sirvieran para modernizar sus desgastados cimientos.

2. Gramática Castellana [1558] del Licenciado Villalón (Amberes).


En este texto se observa una sinopsis apropiada de variados rasgos específicos
de los pronombres personales. Sin embargo, resalta un aspecto lingüístico —
muy importante— que llama poderosamente la atención: por primera vez
aparece la omisión de ‘vos’ singular en la compilación de una obra filológica que
se produjera en el siglo XVI. Este detalle corrobora los efectos previos al gran
reajuste que sufrirían algunas fórmulas de tratamiento; posiblemente estemos
estudiando una de las primeras obras que se ocupan de los cambios
relacionados con los preceptos sociolingüísticos en el ámbito peninsular. En
este tratado aparecen doce pronombres o vocablos pertinentes: ‘yo’, ‘tu’, ‘aquel’,
‘nosotros’, ‘vosotros’, ‘aquellos’, etc. No obstante, se ignora la tradicional
importancia ostentada por el sociotratamiento ‘vos’ en esa época. Sin embargo,
este cambio de función es muy significativo para este estudio. A partir de este
momento, se tomará como punto de referencia histórica, el nulo señalamiento
que se le ha dado a ‘vos’ en este tratado.
Paradójicamente, se ve llegar un misterioso reajuste en la lengua castellana.
Afortunadamente, ya se han detectado, diversas normas y cánones
socioculturales de índole extraoficial, que en muchas ocasiones no aparecían en
los tratados de gramática. Con esta valiosa acotación, Villalón genera una
apertura hacia el robustecimiento del campo lingüístico. El autor incluye en este
37
Ana Emilia León
 
apartado un total de doce pronombres —excluyendo ‘vos’— que transcribimos
a continuación:

Los Pronombres en el Castellano son doze: y son estos: ‘yo’, ‘tu’, ‘aquel’, ‘nosotros’,
‘vosotros’, ‘aquellos’. ‘Mio’, ‘tuyo’, ‘suyo’, ‘nuestro, ‘vuestro’: y de ‘aquellos’. Todos
estos vocablos, o artículos se ponen en lugar de nombres propios que se señalan por
cada qual destas diçiones, artículos, o vocablos, como mas los quisieredes llamar. […].
(p. 35).

Este texto de Villalón se publica 23 años después que apareciera el Diálogo de la


lengua de Valdés. En ambos hay un gran interés por mejorar el uso de los
recursos comunicativos, que de alguna manera u otra estaban inmersos en
caótica situación. Aunque sabemos que para esa época, ya existía cierta
proliferación de variantes sociocomunicativas, es de extrañar que también se
haya excluido ‘vuestra merced’ en el grupo de los sociotratamientos. Sin
embargo, ya Nebrija, en 1492, había señalado algunos comentarios sobre el uso
de ‘vuestra merced’, pero no explicita con mayores detalles los reajustes
dialectales que pudieran controlar su uso. Aparentemente, ya comenzaba la
anarquía reformadora, y su consistente progreso se observará a partir de la
posterior centuria.

3. Gramática de la lengua vulgar de España, [1559]. (Anónima, Lovaina).


En esta obra, se resume con sencillez una gama de pronombres personales con
matices similares a los que aparecen en las anteriores obras cotejadas. La
distribución pertinente se establece de la siguiente manera:

Primera persona: ‘io’, ‘mi’, ‘mio’ y ‘nuestro’. 2. Segunda persona: ‘tu’, ‘tu’, ‘tuio’ y
‘buestro’, 3. Tercera persona: ‘si’, ‘su’, ‘suio’. [...]. (Datos obtenidos de la edición de
Rafael de Balbín y Antonio Roldán, 1966) p. LII.

Como se puede observar, en este tratado, tampoco aparece ‘vos’ como


fórmula de tratamiento para la expresión hacia otro interlocutor. En este texto,
aún persiste el señalamiento de las reformas que venían ocurriendo en la lengua
peninsular; por consiguiente, ya se están filtrando en la lengua escrita diversas
variantes de fenómenos procedentes del repertorio oral. Sin embargo, hasta
aquí, todavía no se observan explicaciones que hagan referencia a la enigmática
desaparición de ‘vos’. Lo que se vislumbra con certeza en esta producción, es el
influjo de un impacto popular, que, tal vez, involuntariamente, sigue
promoviendo alternancia sociolingüística, en cuanto a la selección o aceptación
de los sociolectos contemporáneos. La rigidez del habla culta castellana
comienza a ceder; por lo tanto, ineludiblemente se estaba desvaneciendo la

 
 
38
Ana Emilia León 
 
supremacía precedente. Venían cambios de todo tipo en la lengua de Castilla. Se
estaba abriendo el camino a la modernización de un prestigioso romance con
antecedentes latinos y celtíberos.

(C). Siglo XVII


1. Arte grande de la Lengua Castellana [1626] de Gonzalo Correas.
En cuanto a la descripción de los pronombres personales que hace este autor,
persiste una confusa mezcla en el repertorio gramatical de esa época. Algunos
recursos aparecen dentro de la clasificación del relativo, por lo tanto, se hace
necesario leer con cuidado para entender la distribución de los diversos
componentes lingüísticos que se citan. Por ejemplo, en los Pronombres i Relativos
se inserta el Pronombre que indica lo siguiente al referirse a estos recursos:

“Pronombre es el qe se pone en lugar de Nombre; como ‘yo’, ‘tu’, ‘aquel’. Este nombre le
pusieron los Griegos i Latinos, i ansí se le daremos nosotros: junto con el cuál tienen
otras especiales por particulares propiedades suyas: como es ser Demostrativos, Relativos,
Interrogativos, Indefinidos ó Indeterminados (pp.65-66).

Asimismo establece Correas otras explicaciones similares: “Relativo es el qe


se refiere al qe pasó antes, propio o apelativo, sustantivo ó adjetivo, i haze
relazion i memoria del conzertado en su jénero i número: como ‘él’, ‘ella’; ‘el’
‘cual’, ‘el’ ‘qe’”. (p. 66), […]. De igual manera aparecen los pronombres
demostrativos de primera, segunda y tercera personas, en singular y plural; sin
embargo, se añade un grupo pronominal identificado como:

“Estos tres pronombres, contra la naturaleza de la Lengua Castellana, demas de neutro


tienen dos terminaciones, qe hazen los casos oblicuos. El primero, ‘yo’, tiene ‘mi’, 'me:
el segundo, ‘tú’, tiene ‘ti’, ‘te’: el terzero, qe careze de Nominativos, tiene ‘si’, ‘se’. Los
plurales primeros ‘nos’ i ‘vos’ son comunes á macho i hembra, como el singular: los
oblicuos han de tener Preposiziones, porqe sin en ellas no se hazen ni se conozieron.
(A ‘ti’, ‘mi’, ‘si’, ‘nos’, ‘vos’). Del uso de estos Dativos i Acusativos singulares ‘me’, ‘te’,
‘se’, i plurales ‘nos’, ‘vos’, ‘os’, ‘se’ dirémos lo nezesario, con los Relativos ‘le’, ‘la’, ‘lo’,
‘les’, ‘los’, ‘las’ mas adelante”. (p. 67).
En cuanto a las explicaciones ofrecidas por Correas en su lista de
pronombres, señala éste que son tres los más importantes en el habla:

“...cada una lengua se da i atribuye átres personas vivientes qe la hablen, como qe no


hubiere mas en el mundo, á las cuales se reduzen todas, i esto por claridad, ó qitar
confusion en los verbos”. Las Personas son: “‘Yo’, 1ª; ‘Tú’, 2ª; ‘Aqel’ u otro cualqiera;
3ª Los plurales correspondientes en órden son ‘Nosotros’, ‘vosotros’, ‘aqellos’. I ansí
los Nombres de cada Lengua se dividen en 3 partes respeto de las Personas, i se hazen
3 montones: el 1º se le aplica ásí la 1ª Persona, ‘Yo’; el 2º la 2ª, ‘Tú’; el 3º se da á la 3ª
39
Ana Emilia León
 
‘Aqel otro’; las cuales Personas se sirven de las tres cadenzias ó Personas verbales en los
Tiempos en singular i en plural por su órden natural.” (p. 230).

Tomando en cuenta los preceptos gramaticales que se establecen en este


compendio gramatical del siglo XVII, resulta sorprendente que una vez más se
haya omitido el efecto sociolingüístico de ‘vos’ singular. Por consiguiente, ya
comienzan a aflorar ciertas restricciones, y reglas para la selección de diversos
sociotratamientos (como crítica severa al “vulgo ziego”):

Debese tambien mucho notar la desórden i discordante concordia qe ha introduzido el


uso, hora por modestia, hora por honra ó adulazion. Para lo cual es menester primero
advertir qe se usan cuatro diferenzias de hablar para cuatro calidades de personas, qe
son: ‘Vuestra-merzed’, ‘Él’, ‘Vos’,’Tú’, (dejo los títulos altos de ‘Majestad’, ‘Alteza’,
‘Escelenzia’ i ‘Señoría’), qe en todos se habla cuanto á la Gramática como con ‘Merzed’.
De ‘Merzed’ usamos llamar á las personas á qien respetamos, i debemos ó queremos
dar honra, como son Juezes, Caballeros, Eclesiásticos, Damas i ‘jente de capa-negra’, i
es los más después de ‘Señoría’. ‘Él’, usan los mayores con el qe no qieren dar-le
‘Merzed’, ni tratrle de ‘Vos’, que es mas bajo, i propio de amos á Criados. La jente vulgar i de
aldea qe no tiene uso de hablar con ‘Merzed’, llama de ‘Él’ al qe qiere honrar de los de
su jaez. De ‘Vos’, tratamos a los criados i mozos grandes, i á los labradores i personas semejantes; i
entre amigos á donde no hai gravedad ni cumplimiento, se tratan de ‘Vos’. I aun en
razonamientos delante de Reyes, i dirijidos á ellos, se habla de Vos con debido respeto
i uso antiguo. (p. 233).

Con la indicación antes expresada, Correas sugiere que ‘vos’ tenía un matiz
más bajo, y propio de amos a criados. Seguidamente afirma que: “de ‘vos’,
tratamos a los criados i mozos grandes, i á los labradores i personas semejantes;
i entre amigos á donde no hai gravedad ni cumplimiento, se tratan de ‘vos’”.
De igual manera, el autor extiende sus prescripciones hasta el tratamiento
“Merzed” como término que se usaba para llamar: “á las personas á qien
respetamos, i debemos ó queremos dar honra, como son Juezes, Caballeros,
Eclesiásticos, Damas i ‘jente de capa-negra’” (p. 233).
Por último, sobresale el interés por resaltar el confuso uso de ‘tú’6 y otros
sociolectos. Se observan referencias específicas relacionadas con el poco valor

                                                            
6 Referente al uso de ‘tú’ o ‘tuteo’ significa: “hablar a alguien empleando el pronombre de segunda
persona. Con su uso se borran todos los tratamientos de cortesía y de respeto. De igual forma, al
‘tuteo’ se le conoce como acción y efecto de ‘tutear’” . DRAE, p. 1526. Edición del 2001. En el
Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias [1611], aparece lo siguiente sobre ‘tú’: “Pronombre
primitivo de la segunda personas, no se dice sino a criados y humildes y a personas bajas, en
nuestra lengua castellana hablando ordinariamente; pero acomodándonos con el uso de la lengua
latina decimos ‘tú’ al mismo Dios y Señor nuestro” […]. p. 939.

 
 
40
Ana Emilia León 
 
práctico de ‘tú’, específicamente, en esa época del siglo VII. El autor señala lo
siguiente al referirse a la peculiar categoría que exhibía ‘tú’:

De ‘tu’, se trata á los muchachos, i menores de la familia, i á los qe se qisieren bien. I cuando
nos enojamos, i reñimos con alguno, lo tratamos de ‘Él’ i de ‘Vos’ por desdén. Supuesto
lo dicho en tres diferenzias primeras de hablar de ‘Merzed’, ‘Él’, ‘Vos’, se comete
solezismo en la Gramática i concordanzias contra la órden natural de las tres Personas i
jéneros i números. (p. 234)

Con este tipo de señalamiento, se observan críticas sobre la contradicción


existente entre el uso de ‘tú’, y el desprecio que se formulaba hacia ‘vos’. El
tratadista tenía la intención de formular ciertas regulaciones conceptuales, y a su
vez se anticipa con una señal de alerta hacia el inevitable acontecer. Por otra
parte, el escritor deseaba instaurar una misión reformadora de vanguardia, para
que los hablantes comenzaran a manejar diversas alternativas sociolingüísticas.
A pesar que los errores y afrentas personales eran muy comunes, aún no se
implantaban cánones lingüísticos que protegiesen a los partícipes. Era frecuente
que se cometieran errores durante los actos comunicativos; por lo tanto, las
víctimas y los victimarios enfrentaban peligrosos trances, en los cuales, hasta se
podía presentar el riesgo de perder la vida. Eran irreparables las ofensas cuando
se le había mancillado el decoro sociocomunicativo a un interlocutor. “El honor
se limpia con sangre” podía haber sido la respuesta al emisor que acometiera a
un receptor con inadecuadas fórmulas de tratamiento. Este era otro tópico
delicado que se cruzaba en las vidas de los vulnerables personajes que moraban
en un entorno caótico.

2. Arte Kastellana [1627] de Gonzalo Correas.


Correas escribe el Arte Grande de la Lengua Castellana un año después de la
producción de su primer compendio gramatical. A través de esta obra, el autor
insiste en dar a conocer ciertos preceptos didácticos a los hablantes de la lengua
castellana, dentro y fuera de España. Es por esto que dirige su guía gramatical a
otras “naziones”: “Hize la Arte Kastellana para rregla perpetua, por los errores
ke tienen las ke se an inpreso en otras naziones: i para mostrar las tres partes de
la orazion, en ke no dieron los de Europa” (p. 97)7.
A pesar del evidente interés de Correas por corregir problemas lingüísticos
en el recinto castellano, hasta aquí no se observa nada distinto en cuanto al uso
y funcionamiento de los pronombres personales. Hay una clasificación de

                                                            
7Se ha analizado la edición y notas de Manuel Taboada Cid. Universidad de Santiago de
Compostela, 1984.
41
Ana Emilia León
 
ciertos “Pronombres i relativos”, que permanece casi idéntica al anterior texto.
Aunque los separa o intenta reagruparlos de manera diferente, mantiene la
mezcla con los demostrativos, dando como resultado el siguiente
planteamiento:

“Pronombre demostrativo de primera persona comun a los dos generos en


manera sustantiva”. (Debido al interés de este estudio, sólo se transcribe lo
pertinente a los nominativos):

Singular Plural
N. ‘Io’ N. ‘Nos’ (p. 126)
“Otro plural conpuesto, mas usado, adjetivado para macho i henbra”.
Singular (Masculino) Plural (Femenino)
N. ‘Nosotros’ N. ‘Nosotras’
“Pronombre de segunda persona comun a los dos generos en manera sustantiva”.
Singular Plural
N. ‘Tu’ N. ‘Vos’
"Otro plural conpuesto mas usado adjetivado para macho i henbra"
Masculino Femenino
N. ‘Vosotros’ N. ‘Vosotras’ (p. 127)

Posteriormente, Correas crea una estructura sobre los pronombres de


tratamiento bajo el siguiente postulado:

“‘Te’ muestra i rrefiere la segunda persona, i tiene dos plurales, ‘vos’ entero, i ‘os’
cortado. A ‘vos’ le usavan los antiguos entero, i dura oi en escritos viexos, i formulas
por autoridad i venerazion de la antiguedad, por nuestra Real provision ‘vos’ mandamos
parezer, i ‘vos’ amonestamos que non fagades ende al. En nuestro siglo se usa el quebrado ‘os’,
no apartado, sino enclitico, o fixado i suspenso tras el verbo, i a vezes antepuesto a él,
pero detras de otra parte, como los demas: Andais ‘os’ baldios, digo que ‘os’ enmendeis, i si
‘os’ atreveis, venios luego. Se refiere terzera, i sirve a los dos numeros singular i plural." (p.
141).

Tanto Gonzalo Correas como sus antecesores, no logran entender los


cánones sociolingüísticos que resguardaban el repertorio castellano en esa
época. Sin embargo, debido a la imposibilidad de conseguir otras gramáticas
castellanas de ese período, se dejarán estas obras como “guía histórica” del uso
y funcionamiento sociocultural de ‘vos’, ‘tú’, y ‘vuestra merced’, y sus variantes
coetáneas, respectivas.

 
 
42
Ana Emilia León 
 
(D). Siglo XVIII
1. Fundamento del vigor y elegancia de la Lengua Castellana [1791], de Gregorio
Garcés.
A continuación se transcribe el tipo de organización que el autor le da a los
pronombres:

El uso vario que llevan en su declinación los pronombres primitivos ‘yo’, ‘tu’, ‘si’, ó ‘se’,
y el demostrativo ‘el’, ‘ella’, ‘ello’ sería uno como compendio ó memoria de las
aventuras del lenguaje culto de la Europa en la irrupción de los bárbaros [...] (p. 108).
Tienen además estos primitivos un sumo parentesco con la declinación ó casos
obliquos latinos, no solo en el variar que hacen ellos de letras en el genitivo y dativo,
[...] las quales variaciones son bien notables respecto de los rectos ‘yo’,; mas muy
particularmente en el recibir que hacen dichos pronombres la accion del verbo,
variándose sin que intervenga preposicion; v. gr. ‘yo me’ resolví, ‘nosotros nos’ dimos á
entender: mutación que se hace mas sensible en el plural del pronombre ‘tú’, puesto que
llega á perder la consonante primera en el acusativo y dativo, como: ‘os’ viéron, ‘os’ han
dado respecto de ‘vos’, y ‘vosotros’ rectos; y esto es lo que debió de quedar, [...]. (p. 110).

En lo que respecta al uso de ‘vos’ singular, este clérigo, y autor de la


producción, habitualmente se ocupa de las funciones comunicativas de este
pronombre, por la asidua aplicación de éste hacia Dios o la Virgen: “Mas por lo
que mira á la palabra ‘vos’ usámosla por muestra de gran respeto en el singular
hablando con Dios, con la santísima Vírgen, etc. [...].”
Más adelante, Garcés irrumpe en el plano sociocultural y trata de reflejar los
múltiples usos de diversos sociolectos:

Del mismo pronombre nos servimos hablando con inferiores, y de ordinario con
alguna suerte de enojo, v. gr. “Haria yo una buena apuesta con ‘vos’ Sancho, etc”. El
mismo capítulo en el citado capítulo: y ántes habíale dicho el mismo Don Quixote
enojado á Sancho: “Y donde hallasteis ‘vos’ ser bueno el nombrar soga en casa del
ahorcado?” (Cap. II, p. 113).

Hay que considerar estos preceptos que Garcés formula como una excelsa
contribución sociocomunicativa al estudio del español del siglo XVIII. Quizás,
debido a su condición clerical, se le facilitaban los medios para obtener ejemplos
fehacientes sobre la resonancia popular contemporánea. Aparentemente, sus
informantes eran los mismos parroquianos que con su atesorada lengua oral, le
ofrecían al unísono, una cantera lingüística digna de quedar plasmada en sus
textuales anotaciones.
Supuestamente, para esa época, ya se estaba tomando en cuenta la
dicotomía del uso de ‘vos’ singular vs. ‘tú’ en la lengua castellana peninsular.
Sobresalen, al respecto, dos aspectos fundamentales: a) ‘Vos’ mayestático era la
43
Ana Emilia León
 
fórmula para dirigirse a un interlocutor de muy alto estatus social, con el debido
respeto y consideración. También para emitir plegarias y oraciones a Dios y a la
Virgen; b) El ‘vos’ no mayestático, el más popular, controlaba las situaciones
asimétricas; y c) ‘Tú’ era el tratamiento pronominal para hablar con “inferiores”,
o hacia receptores indignos de recibir otro recurso de más elevada categoría.
Con este tipo de instrucción gramático-cultural que ofrece Garcés,
podemos apreciar que el pronombre singular ‘vos’ ya había descendido a un
nivel muy bajo en la escala comunicativa. Su recién adquirido desprestigio no se
ajustaba a ningún trato de respeto ni cortesía en condición asimétrica
ascendente; es decir, ‘vos’ no se podía usar en tratos de un inferior a un superior
de reconocida nobleza, o prestigio socioeconómico. Posiblemente había
aceptación discreta como recurso mayestático, entre iguales en clases sociales
elevadas, o entre hablantes de ínfima categoría social. Pero la doble aplicación y
actividad de ‘vos’ como sociotratamiento irrespetuoso, conducía el mal uso
hacia extremos completamente diferentes de los que ostentase en la Edad
Media, y parte del siglo XVI, aproximadamente.
El desdoblamiento lingüístico y sociocultural que sufre ‘vos’ durante esas
centurias, debe de haberse manifestado originariamente, en la lengua oral. Sin
embargo, hay muy pocos datos concretos capaces de brindar apoyo a nuestro
hipotético trabajo. Los documentos que mejor contribuyen a dilucidar el enigma
que aquí estudiamos, pueden estar entre los tratados gramaticales, epístolas, y
ciertas obras literarias que de alguna manera u otra reflejan matices
sociolingüísticos de esa época. Diacrónicamente, se observa que desde 1626
comienzan a establecerse ciertos parámetros que manifiestan el envilecimiento
de ‘vos’ singular en la Península Ibérica, tal como lo registran los tratados de
Gonzalo Correas y sus coetáneos. Basándonos en estos datos históricos, se
observa una tendencia hacia una nueva estratificación de ‘vos’ y ‘tú’. El modelo
de preferencia de éstos, ya estaba cambiando. También se estaban reajustando
los niveles sociales en su lar de origen. Sin embargo, en esa época no se escribía
sobre el potencial fenómeno, ni se proveía ninguna traza sobre el
comportamiento de los recursos y sociolectos afines.
A fin de profundizar un poco más en el funcionamiento y posterior
desaparición de ‘vos’ singular, se llevará a cabo un cotejo de textos literarios,
documentos legales y ejemplos epistolares que revelen la aplicación de estos
sociolectos en su época respectiva. Como se ha mencionado anteriormente, es
importante recabar datos con ejemplos que estén relacionados con la
hegemonía sociolingüística de ‘vos’, y en especial, con las postrimerías negativas
de su existencia. Más adelante se presentarán detalles más específicos sobre la
pugna que se realizaba entre ‘vos’ y sus más aguerridos contrincantes. Todos

 
 
44
Ana Emilia León 
 
ellos se disputaban la supremacía sociolingüística y sociocultural de carácter
diatópico.
Seguidamente citamos algunos matices característicos que ofrecen diversos
textos contemporáneos del español hispano-peninsular:

 Nueva Gramática de la Lengua Española. RAE. (1931).


En la edición reformada de la Nueva Gramática de la Lengua Española (1931), se
establecen ciertos patrones o premisas sociolingüísticos sobre los pronombres
personales de esa época:

Formas de los pronombres personales: Son éstas las únicas palabras que han
conservado parte la declinación latina, por lo que tienen distintas formas según el oficio
que desempeñan en la oración. (p. 33). Pronombres de segunda persona: sus formas en
singular son ‘tú’ y ‘te’ sin preposición y ‘ti’ con ella. Con la preposición ‘con’ se dice
‘contigo’. En plural, ‘vosotros’ para el masculino, ‘vosotras’ para el femenino y ‘vos’,
‘os’ para ambos géneros. (p. 34)

En el apartado 217 de este texto aparecen algunos aspectos de la


“declinación en castellano”, siendo ésta propia del nombre y del pronombre.
Aunque sólo aparece referencia a ‘vos’ en el grupo de segunda persona:

Singular
Nominativo: ‘tú’ Acusativo: ‘te’; a ‘ti’.
Vocativo: ‘tú’ Dativo: ‘a’ o para ‘ti’: ‘te’.
Genitivo: de ‘ti’ Ablativo: ‘de’, ‘en’ (etc.) ‘ti’; ‘contigo’.

Plural: masculino y femenino


Nominativo: ‘vos’ o ‘vosotros/as’.
Vocativo: ‘vos’, ‘vosotros/as’.
Genitivo: de ‘vos’ o de ‘vosotros/as’.
Acusativo: ‘os’; a ‘vos’, o a ‘vosotros/as’.
Dativo: os: a o para ‘vos’; o a, o para ‘vosotros/as’.
Ablativo: ‘con’, ‘de’, ‘en’, ‘por’, ‘sin’, ‘sobre’, ‘tras’,
‘vos’, o ‘con’, ‘de’, ‘en’ (etc.) ‘vosotros/vosotras’. (p. 174).
Este tratado gramatical es uno de los pocos que aún registra ‘vos’, no como
forma singular —que es lo que más interesa en este proyecto—, sino como
antigua (y extinta) clasificación de plural. Tal vez, en esa época, aún no se daban
cuenta que la forma singular ya había desaparecido en el siglo XVII. Dentro de
la categoría de nominativo plural, las dos formas establecidas son: ‘vos’ y
‘vosotros/as’. Posteriormente trataremos con más detalles la función de ambas
formas plurales. No obstante, hasta aquí se puede argumentar que el uso de
‘vos’ como alternativa de plural, estaría relacionado con el tratamiento
45
Ana Emilia León
 
mayestático que tanto se usaba en la lengua castellana del XVIII. Podríamos
investigar lo siguiente: ¿Por qué no se habían percatado los autores de este
texto, que ‘tú’ había reemplazado a ‘vos’ durante las centurias precedentes? Los
parámetros indicaban que para el siglo de su producción, la extinción de ‘vos’
era considerablemente conocida (en lengua escrita) a través de toda España.
Posteriormente había que poner atención a la actuación exhibida y
establecimiento de ‘vuestra merced’> ‘usted’. Son múltiples las variantes que
surgieron tras la extinción de ‘vos’. Como se ha señalado anteriormente, este
recurso se utilizaba para emisores plurales y singulares, pero luego se diversificó,
y perdió la función de pluralidad. No obstante, a partir del siglo XVII, emergen
cambios de valores semánticos que afectan a muchos recursos, por lo tanto,
‘vos’ pierde su honorable vigencia en la lengua peninsular.
Cabe destacar que el sociotratamiento ‘vos’ agonizó en España durante más
de tres siglos. Hay que considerar la extinción de este sociolecto, como el
comienzo de una nueva era en el atribulado repertorio castellano. Se perdió una
fórmula comunicativa prestigiosa, pero tras su deceso, surgieron otros recursos
neológicos, que a la postre modernizarían el endeble repertorio contemporáneo.

 Andrés Bello y Rufino J. Cuervo:


En su Gramática de la lengua castellana (primera edición 1847), Bello clasifica los
pronombres personales de esta manera: ‘Yo’, primera persona de singular,
masculino y femenino. ‘Nosotros’, ‘nosotras’, primera de plural. ‘Tú’, segunda
de singular, masculino y femenino. ‘Vosotros’ y ‘vosotras’, segunda de plural (p.
59). El autor expresa lo siguiente para referirse al pronombre ‘vos’ singular:

Hay en la segunda persona pluralidad ficticia cuando se dice ‘vos’ por ‘tú’,
representándose como multiplicado el individuo en señal de cortesía ó respeto; pero
ahora no se usa este ‘vos’ sino cuando se habla á Dios ó á los Santos, ó en
composiciones dramáticas,* o en ciertas piezas oficiales, donde lo pide la ley ó la
costumbre**. En los demás casos ‘vos’ por ‘vosotros’ es hoy puramente poético: (pp.
60-61).
Seguidamente, en nota de pie, Bello agrega:

*Si hablan en el drama personajes antiguos, es un anacronismo la pluralidad imaginaria de


segunda persona, que fue desconocida en la antigüedad. Si personajes de nuestros días y
de países en que la lengua nativa es la castellana, lo propio en el diálogo familiar sería
‘usted’ ó ‘tú’. Pero por una especie de convención tácita parece admitirse el ‘vos’ en
reemplazo del enojoso usted. (p. 61)

Uno de los preceptos lingüísticos más importantes que se observa en este


texto, es la crítica expresada con respecto al uso de ‘vos’ (plural), ya que los

 
 
46
Ana Emilia León 
 
autores, lo consideran un anacronismo. En cuanto al uso de ‘vos’ (singular), ni
lo defienden ni entran en muchos detalles que dejen ver su preferencia o
rechazo. Aparentemente, Bello tampoco simpatizaba con la lexicalización de
‘vuestra merced’ en ‘usted’, y cuando se refiere al uso de esta forma de
tratamiento, la califica de: “enojoso usted” (p. 61). ¿Será esta indicación motivo
para que algunas comunidades sean estrictamente ‘tuteantes’, y rechacen
explícitamente el ‘ustedeo’? En cuanto al uso de los sociolectos en Chile, en el
apartado 234, Bello confiere una versión antagónica sobre el uso del ‘voseo’ en
ese país:

El ‘vos’ de que se hace tanto uso en Chile en el diálogo familiar, es una vulgaridad que debe
evitarse, y el construirlo con el singular de los verbos una corrupción insoportable. Las
formas del verbo que se han de construir con ‘vos’ son precisamente las mismas que se
construyen con vosotros. (p. 61)

Por su parte en las anotaciones críticas que añade Rufino J. Cuervo8 a esta
obra de Bello, aparecen los siguientes comentarios:
48. (232). ‘Nos’ y ‘vos’ fueron primitivamente los pronombres de primera y segunda
persona en el número plural, en lugar de ‘nosotros’ y ‘vosotros’, y como tales se han
conservado en poesía, si bien hoy, aun así, son sumamente raros. El autor da ejemplos
de ‘vos’, he aquí de ‘nos’: Teniendo por tan cierta su locura, Como ‘nos’ en la evangélica
escritura. (Ercilla, Araucana, I). (p.42).
49. (246-7). ‘Nusco’, ‘connusco’, ‘vusco’, ‘convusco’ corresponden á los primeros
monumentos de la lengua, hasta finales del siglo XIV. Nebrija en su gramática (1492) da
todavía como forma única del dativo y acusativo ‘vos’, á ‘vos’; pero en el acróstico que
va al principio de la Celestina, exige la medida del verso que se lea ‘os’. (p.43).

Mientras Bello considera el ‘voseo’ en Chile como “una vulgaridad que debe
evitarse”, Cuervo se exime de hacer comentarios favorables sobre este
arcaísmo. Aparentemente, ninguno de los dos secunda el uso o aplicación del
‘voseo’ extra-peninsular. Los dos tratadistas exhortan a los miembros de sus
comunidades novohispanas a que desistan de consignarse mutuamente el
tratamiento ‘vos’ en condiciones simétricas, de confianza y solidaridad (como si
fuera el uso de ‘tú’). Cabe señalar, que no solamente Bello y Cuervo —durante
el siglo XIX— repudian este innovador recurso comunicativo, sino que otros
detractores de ‘vos’ también se unen a estos adversarios, para criticar y
obstaculizar el empleo de este desacreditado sociolecto. Aunque éste sea un
extraño y lejano vástago del ‘vos’ peninsular, en América se le despojó de su
                                                            
8 En esta obra no están muy claras las explicaciones que da Cuervo sobre los pronombres de
tratamiento.
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Ana Emilia León
 
histórica dignidad. Casi todos ellos estaban conscientes que el foráneo recurso
carecía del prestigio comunicativo que ostentase en España. Este ‘voseo’ era
sumamente extraño en su nuevo hogar, y no encajaba, ni tenía esperanzas de
posesionarse de algún digno pedestal. Su auge y permanencia todavía sigue en
suspenso. ¿Le sucederá lo mismo que le aconteció al ‘vos’ peninsular? Todavía
no se puede predecir cuánto durará la supervivencia de este extranjerismo en su
nuevo sitial americano.

 Rodolfo Lenz, Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña.


En La oración y sus partes, cuarta edición 1944, Lenz resume en pocas líneas el
uso de ‘vos’ singular hispano-peninsular: “Durante el siglo XVI se generalizó
entre los españoles el uso de plural ficticio de cortesía ‘vos’, de tal manera, que
perdió su fuerza especial” (p.243). El autor extiende sus explicaciones en el
apartado donde trata “Los pronombres personales del castellano americano”.
No obstante, Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña crearon en Buenos
Aires, una Gramática Castellana dedicada a la enseñanza del idioma y
aparentemente dirigida a los alumnos de secundaria, en la cual ofrecen reglas y
preceptos lingüísticos. En la segunda edición, en 1941, los autores tabulan un
posible alineamiento sobre los pronombres personales. La distribución de éstos
aparece establecida de la manera siguiente:

Las formas de los pronombres personales que se emplean como sujetos son: para el
singular, primera persona, ‘yo’; segunda persona, ‘tú’; tercera persona, ‘usted’, ‘él’, ‘ella’,
‘ello’; para el plural, primera persona, ‘nos’ (excepcionalmente), ‘nosotros’, ‘nosotras’;
segunda persona, ‘vos’, ‘vosotros’, ‘vosotras’; tercera persona, ‘ustedes’, ‘ellos’, ‘ellas’.
(pp. 79-80).

Además de los señalamientos expuestos en esta última obra, se agregan


datos lingüísticos sobre la trayectoria del ‘voseo americano’, y las características
dialectales del extinto ‘vos’ peninsular:

Obsérvese que ‘vos’, forma de plural, se emplea modernamente sólo con valor de singular, pero
formalmente es un plural y las formas del verbo que deben acompañarlo son de plural:
‘vos’ sabéis o la variante ‘vos’ sabés; que es antigua; ‘vos’ llegasteis o ‘vos’ llegastes (la forma
terminada en -tes, que hoy sólo se usa en el habla vulgar, fue la única que existió hasta
bien entrado el siglo XVII —es la que traen Cervantes o Lope de Vega, por ejemplo—
;[…].(p. 80)
Más adelante la obra indica otros detalles sobre la generalización de ‘vos’
con valor de singular. En ésta se intenta aclarar que este pronombre perdió el
carácter de tratamiento respetuoso en España, y, que llegó a tener la
equivalencia de un ínfimo ‘tú’. Pero el detalle más importante que ofrece esta

 
 
48
Ana Emilia León 
 
gramática, está relacionado con problemas lingüísticos del siglo XVII. Sobre
esta época, los autores señalan que los escritores que componían obras:
“particularmente en el teatro, se ve que los autores fácilmente olvidaban que un
personaje hablaba tratando de ‘tú’ a otro y luego pasaban al ‘vos’, o al revés.
‘Vuestra merced’, elogiado en el ámbito peninsular como tratamiento
respetuoso desde el siglo XVI, se fue contrayendo o sufriendo lexicalización a
través de numerosos reajustes: ‘vuesa merced’, ‘usarced’ hasta que finalmente se
convirtió en ‘usted’” (p. 81). Seguidamente, la obra presenta más datos sobre la
distribución geográfica del ‘voseo americano’, dando fin de esta manera a los
detalles generales9. Aunque se ha intentado separar los subsiguientes fenómenos
generados del uso de ‘vos’, tanto dentro como fuera de España, cada vez se
hace más difícil cortar el encadenamiento histórico que propugnan todas estas
variantes recurrentes. Ambos usos y abusos no se pueden esclarecer al tratar de
explicar la génesis de cada uno de ellos. Como se ha dicho antes, ‘vos’ se
entronizó en la península desde que el superestrato latino desembarcara en
Hispania. En la formación del romance castellano se adoptaron extraordinarios
recursos sociolingüísticos que más tarde se hicieron indestructibles. No
obstante, más adelante, en el capítulo 4 se retomará la controversia histórica que
encubre la génesis de este sociolecto que nos ocupa.

Tratados lingüísticos contemporáneos

(A). Uso de ‘vos’ (singular) peninsular


Uno de los pocos estudios sociohistóricos que trata de ofrecer un esquema
innovador en cuanto al uso de ‘vos’ es el artículo de Rafael Lapesa: “Personas
Gramaticales y Tratamientos en Español” (1970). En esta investigación se
analiza brevemente la dinámica sociodialectal de: ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’.
No obstante, en la octava edición de su Historia de la Lengua, de 1980, Lapesa
amplía la información correspondiente al uso de ‘vos’ singular. Confusamente,
los comentarios sobre esta fórmula de tratamiento los inserta en el capítulo
XVII, el cual está dedicado al español de América. En este apartado, se explica
algo más sobre la morfosintaxis y se hace un breve contraste entre el español
peninsular y el del Nuevo Mundo, aunque no se logra completar un análisis
sociolingüístico histórico de ningún tipo. Tampoco se discierne la inherencia
perpetrada por los recursos extralingüísticos que han intervenido en nuestra
lengua castellana, en ambas orillas.
En la obra que produce Samuel Gili Gaya en 1961: Curso Superior de Sintaxis
Española, se observan datos interesantes sobre la dinámica del uso de ‘vos’, sin
                                                            
9 Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña. Gramática Castellana. p. 78. (1941).
49
Ana Emilia León
 
embargo, no están claras las características socioculturales de éste ante ‘tú’. En
el texto se aclara que aquél se aplicaba sólo a personas consideradas como
inferiores, o miembros de un mismo grupo social en el ambiente de confianza y
solidaridad. Esta modalidad de considerar ‘vos’ como tratamiento para
inferiores o para la intimidad, dura en España hasta después del Siglo de Oro (p.
230). Aunque el autor presenta más detalles sobre la función de otros
tratamientos, básicamente, no presenta ningún análisis diacrónico del
tradicional ‘vos’ español; al contrario, éste solamente logra manifestar efímeras
explicaciones sobre el ‘voseo’ en América.
Por su parte, Alonso Zamora Vicente en su libro Dialectología Española
(1970), señala algunos aspectos dialectales del español peninsular, pero no
aporta ningún dato definido sobre la función sociocultural de ‘vos’ y sus
homónimos. En este texto, lo poco que se ha revelado sobre ‘vos’ está incluido
dentro del capítulo dedicado al español de América. Su distribución se asemeja
a la que ha presentado Rafael Lapesa, pero tampoco no se mencionan datos
concretos sobre la transformación de ‘vos’ (singular) peninsular en apéndice del
repertorio en la otra orilla.
Francisco Marcos Marín, en su Aproximación a la gramática española (1975), se
preocupa por el aspecto sincrónico y diacrónico o su llamado “método
pancrónico” de los fenómenos lingüísticos del español en general.
Fundamentalmente, se observa su interés por la gramática nocional con base
científica deductiva, no inductiva (p. 2). Su interés, por lo general se relaciona
con la historia de la lengua, por lo tanto, él sugiere que,

“a partir del análisis lingüístico, al que podemos añadir los datos que el estilístico nos
proporciona, podemos avanzar hasta situar el texto que estudiamos en un determinado
período de la historia de la lengua, incluso dentro de una determinada escuela literaria y
a veces hasta de un actor, si lo que nos interesa es el estilo individual, o bien en una
determinada región y clase social, si lo que nos interesa es el dialectal o sociológico en
general”. (p. 9).

Este maestro insiste en la importancia de la ciencia pancrónica: “puesto que


a la vez describe una situación y detalla una evolución, se basa en la lingüística
sincrónica tanto como en la diacrónica y no se preocupa sólo del lenguaje en el
momento actual, sino en cada uno de los momentos importantes de su
historia”. (p. 9). Luego agrega: “Para nosotros es evidente, y todos nuestros
postulados conducen a ello, que la Historia de la Lengua es la parcela más
completa de la lingüística” (p. 9). A pesar de toda la gama de conceptos y
señalamientos lingüísticos hacia un perfeccionamiento de los tratados
prescriptivos de esta obra, Marcos Marín, muy poco se ocupa del aspecto
sociolingüístico de la lengua peninsular, y mucho menos de la diacronía

 
 
50
Ana Emilia León 
 
funcional del uso de ‘vos’. Sin embargo, en su Curso de Gramática Española
(1980), aparecen mayores detalles sobre el complejo funcionamiento de las
fórmulas de tratamiento.
En cuanto a la distribución de los pronombres, sencillamente la deja
estructurada así: “Segunda persona, caso sujeto: (singular) ‘tú’; (para el plural)
‘vosotros’, ‘vosotras’”. (p. 209). Por consiguiente, no aparece ningún tipo de
‘vos’, como forma de tratamiento singular, tampoco indica el autor el uso
corriente de ‘usted’ o ‘ustedes’, para comunicarse con un interlocutor singular o
plural.
Por otra parte, Vicente García de Diego, en su Gramática Histórica Española
(1981), tercera edición corregida; tampoco se acerca a un verdadero aspecto
sociolingüístico; solamente presenta un breve panorama histórico de los
pronombres, aunque no ofrece mayores detalles diacrónicos relacionados con la
evolución morfosintáctica de los mismos.
En cuanto a la obra de Manuel Alvar y Bernard Pottier: Morfología Histórica
del Español (1983), en el capítulo VIII, sólo se ofrecen algunos rasgos generales
sobre el origen de los pronombres. Los datos que más se acercan a la
sociolingüística hispánica, aparecen en el mismo capítulo VIII, en el cual se
habla sobre el ‘voseo’. En este apartado del texto hay mezcla de la lengua
peninsular y la novohispana, pero no aparecen sólidas características del
sociolenguaje histórico en ambas comunidades.
Me permito opinar, que se hace necesario, entender y apoyar la separación
analítica que existe en el microcosmos histórico de un fenómeno americano
conocido como ‘voseo’ de América. Hay rasgos distintivos que escinden los
perfiles peninsulares y los fundamentos que de esta diáspora han trasplantado
en el Nuevo Mundo. Aunque haya rasgos que comparten ambas comunidades,
hay que tener en cuenta que, a través de 500 años las condiciones históricas ya
se han reformado, y —en la actualidad— cada repertorio lingüístico tiene su
propia peculiaridad ingénita. Por lo tanto, fijémonos en el proceso y diacronía
del fenómeno conocido como “voseo americano”; no permitamos que nos
sigan confundiendo con falsas y confusas aseveraciones. Hay que aceptar que
este fenómeno ha quedado desconectado de España, y a fin de entender su
supervivencia debemos profundizar en su dinámica histórica extraterritorial a
partir de 1492.
El análisis histórico y sociocultural de las formas de tratamiento que la obra
de Manuel Alvar y Bernard Pottier ofrece, se basa en una sinopsis de un cuadro
de Pla Cáceres que aparece en su artículo “La evolución del tratamiento vuestra
51
Ana Emilia León
 
merced10”, publicado en 1923. Por lo tanto, habría que actualizar esa
información con datos precisos y contemporáneos.
En el texto: Esquema de morfosintaxis histórica del español, producido por
Hernán Urrutia Cárdenas y Manuela Álvarez Álvarez, en 1983, se tratan
brevemente las características del fenómeno ‘vos’. Ellos limitan su estudio a una
revisión de datos de carácter morfosintáctico, con gran semejanza a lo que
aparece en dos artículos de Rafael Lapesa. Como consecuencia, la bibliografía
ofrecida en el texto sobre este fenómeno, únicamente menciona datos
conforme a lo señalado en los citados artículos de don Rafael Lapesa (1970).
En el artículo (V)os- (Otros): ¿Dos y el mismo cambio? producido por Érica
García, Robert de Jonge, Dorine Nieuwenhuijsen y C. Lechner (1990), se ofrece
un contenido valioso sobre todo en el aspecto morfosintáctico-histórico. En
este trabajo se ofrecen muchos datos sobre el proceso de evolución y
lexicalización de ‘vos’ y sus variantes. Sin embargo, en el mismo no aparece
descripción alguna sobre el complicado aspecto diacrónico, ni los reajustes
ocurridos en las fórmulas de tratamiento.
T. A. Lathrop (1984) junto con Juan Gutiérrez Cuadrado, ofrecen una
versión en español de la obra de aquél, cuyo título original es: The Evolution of
Spanish. An Introductory Historical Grammar. (La versión española recibió el título:
Curso de gramática histórica española.) En esta obra, se amplía someramente el
estudio del proceso evolutivo de la lengua española. Se señala con muy pocas
líneas algunos detalles sobre la evolución de ‘vos’ / ‘os’: “Suele pensarse que el
pronombre ‘os’< ‘vos’ se desarrolló en el sintagma imperativo + ‘vos’. La variante
‘vos’ no correspondiente al nominativo, continúa su competencia con el afijo
‘os’ en el español peninsular hasta el siglo XVI. Efectivamente, los primeros
casos de ‘os’ que aparecen en la lengua escrita, lo hacen tras un imperativo
acabado en [-d]. En la Edad Media, por tanto, venid-‘vos’> venid-‘os’; luego se
extendió ‘os’ a otros conceptos” (p. 155). Cabe destacar que el acontecer
histórico del fenómeno y sus rasgos morfosintácticos no están muy claros en
este texto, por consiguiente, se destaca la falta de datos analíticos pertinentes.
Paradójicamente no se mencionan detalles del uso sociolingüístico del
trascendental ‘vos’, ni se observan datos sobre el auge y extinción de este
sociolecto que nos ocupa.
En 1987, Paul M. Lloyd publica su libro From Latin to Spanish, en el cual
ofrece importantes datos sobre la diacronía del español en general. Sin embargo,
el autor únicamente indica pocas características del ‘vos’ singular, aunque
                                                            
10 Véase los datos que presenta Pla-Cáceres en su artículo de 1923 sobre el problema de ‘vuestra

merced’.
“La evolución del tratamiento ‘vuestra merced’”. RFE. 10: 245-80.

 
 
52
Ana Emilia León 
 
también extiende sus comentarios hacia el ‘voseo americano’. No hay datos
históricos ni sociolingüísticos sobre la dinámica de ‘vos’ en España.
En el libro, producido por Alicia Helda Puleo García y Teófilo Sanz
Hernández: Los pronombres personales [1989], se menciona brevemente el uso de
algunos sociolectos. Sobre esto se estipula lo siguiente: Primera persona ‘yo’;
segunda ‘tú’ y ‘vos’ (amer.) y tercera ‘vosotros’ y ‘vosotras’. Este es uno de los
pocos textos que trata de explicar la función de ‘usted’ / ’ustedes’. Los autores
indican en pocas líneas algunos detalles del uso específico de estas formas de
cortesía: “A este cuadro general de los pronombres personales hay que agregar
las formas ‘usted’ y ‘ustedes’ aún cuando no se consideren verdaderos
pronombres sino sustantivos utilizados como pronombres. Se trata de una
forma derivada de la expresión ‘vuestra merced’” (p. 15). Afortunadamente,
ya hay referencias más profundas en esta investigación, sobre lo que pasó con la
lexicalización de este sociotratamiento. Históricamente, ya lo entendemos con
precisión.
En 1913 publica Federico Hanssen (1857-1919) su Gramática Histórica de la
lengua castellana, a la que divide en cinco partes: a) Introducción, b) Fonología, c)
Morfología, d) Sintaxis; e) Suplementos. En el capítulo XVIII, de la cuarta
parte, se ocupa el autor de los pronombres personales. Bajo la explicación del
nominativo queda indicado que: “El pronombre personal que sirve de sujeto se
usa como en latín, es decir se emplea solamente cuando tiene carácter enfático”
(p. 188). Las explicaciones se extienden sobre la colocación del sujeto, pero al
referirse a las formas de tratamiento o “expresión de modestia” como los llama
el autor, éste se refiere al uso de ‘vos’ citando los comentarios de Bello y su
antagonismo hacia el fenómeno en referencia:

‘Nos’ en lugar de ‘yo’ como pluralis maiestatis (‘Nos’ el Presidente de la República) y


‘vos’ en lugar de ‘tú’ como expresión de cortesía vienen del estilo curial de la época de
los emperadores romanos (Bello 232-235). ‘Vos’ se halla con frecuencia en obras
arcaicas y clásicas (‘vos’ sois muy bondadoso); pero actualmente está reemplazado por
‘usted’ en lenguaje corriente. ...El castellano vulgar de América confunde ‘tú’ ‘vos’: .. (p.
189).

En este texto no se señalan otros aspectos de las fórmulas de tratamiento,


por lo tanto, se observan muy pocas citas e indicaciones sobre el tema que nos
ocupa. Además, no se mencionan las restricciones sociolingüísticas de lo que
fuera el ‘vos’ peninsular antes de su extinción. En cuanto a esta polémica
temática, es similar lo exiguo que señala Entwistle (1951) en su obra The Spanish
Language, sobre el uso de estas formas de cortesía en el Siglo de Oro español:
53
Ana Emilia León
 
The early part of the period marks a national preoccupation with behavior, cortesanía.
Much of the wit of Spanish plays turns on the inability of the boor and the lackey to
appreciate courtly refinements of speech. Forms of address are important. Between
men and women take the form of a perpetual courtship; between man and man they
consist of giving or exacting respect. (p. 209).

Sin embargo, algo menciona de la “cortesanía” y los recursos


comunicativos del español, durante la época áurea.

Siglo XXI
Nueva gramática de la lengua española – Real Academia Española 2009.
En este compendio, aún no se ha separado la representación que ofrece el
español dentro de la Península Ibérica, y las características vernáculas del
repertorio americano. Por lo tanto, en este texto se indica que en cuanto al
tratamiento de confianza ‘tú’ / ‘vos’, se usan a veces las características de los
sociolectos aplicados en esta condición11. Cabe destacar que ‘vos’ se emplea,
únicamente en comunidades del Nuevo Mundo; este tratamiento suele actuar en
condiciones simétricas, sin embargo en ocasiones se aplica a nivel asimétrico.
Además, hay señalamientos sobre la función que ejerce el binomio: a)
tratamiento estable o permanente vs b) tratamiento variable o circunstancial. En
la primera indicación, el emisor suele usarlo para dirigirse a un interlocutor en
cualquier situación; mientras que en la segunda se emplea con función
diversificada en situaciones comunicativas apropiadas:

Así, los pronombres que usan los hijos para dirigirse a sus padres o los hijos políticos
con sus suegros no suelen cambiar en función de las circunstancia, tanto si el que habla
elige formas de confianza —tú, vos— como si opta por las de respeto −usted−. Por el
contrario, es normal que los asistentes a los espectáculos deportivos usen el trato de
confianza con el árbitro (tú o vos) en el campo, aun cuando no lo conocen
personalmente, y empleen en cambio la forma usted si hablan con esa misma persona en
otras situaciones. También los automovilistas suelen usar las llamadas formas de
confianza para dirigirse —a menudo en términos poco amistosos— desde el interior de
su vehículo a otros conductores a los que no conocen, y con los que no tienen
necesariamente relaciones de solidaridad, confianza o aprecio. Se dirigirían, en cambio,
a esas mismas personas usando formas pronominales de respeto en una conversación
privada o en otras situaciones. Se ha observado que, en general, las imprecaciones y
                                                            
11 Hay innovación sociolingüítica en este tratado sobre el uso y preferencia –sincrónica– de las
fórmulas de tratamiento. Se indica que éstas son las variantes pronominales que se eligen para
dirigirse a alguien en función de la relación social que existe entre el emisor y el receptor (tú, usted,
vos, os, le, te, etc.) p. 1250, I. Sin embargo, habrá que poner atención a los preceptos regionales de
las comunidades que prefieren el “ustedeo”, el “tuteo” o el “voseo”. Aquí no se explica
analógicamente.

 
 
54
Ana Emilia León 
 
otras formas del discurso que revelan enojo favorecen que se trate de tú a personas a las
que normalmente se dispensa trato de respeto,… (p. 1251).

En cuanto a la solidaridad contemporánea, es relativamente frecuente usar


el ‘tú’ en relaciones familiares e íntimas. Aparentemente, durante el siglo XIX y
casi todo el XX, era habitual que los compañeros (en relación simétrica) se
tratarán de ‘usted’, fundamentalmente en zonas ustedeantes:

En general, el cambiar una persona el tratamiento de usted por el de tú al dirigirse a otra


no era un proceso inmediato o previsible durante el siglo XIX y parte del XX, sino el
resultado natural del desarrollo progresivo de la confianza adquirida o ganada, del
afianzamiento de las relaciones personales o del mejor conocimiento mutuo. Era,
además, relativamente frecuente que este paso no tuviera lugar —aun dándose todas
estas circunstancias— porque se prefería reservar el tú para las relaciones familiares o
íntimas. En ese período era, pues, muy habitual que los profesionales o los compañeros
que mantenían relación asidua, y hasta relativamente estrecha, se trataran de usted a lo
largo de toda su vida, a diferencia de lo que resulta normal en la actualidad (p. 1252).

En seguida aparece la siguiente afirmación como complemento del anterior


postulado:

La forma tú se interpreta hoy en día como signo de cercanía, de igualdad asumida o


presupuesta, de juventud o de solidaridad con el interlocutor, sobre todo en los ámbitos
urbanos. Se ha observado en la publicidad un notable incremento del uso de las formas
de confianza sobre las de respeto, lo que se suele interpretar como signo de la
estimación general que se concede a los valores sociales que se acaban de mencionar.
Aun así, el trato de usted dirigido a los desconocidos adultos sigue siendo, con escasas
excepciones, la norma común en el español general contemporáneo (p. 1252).

Se debe aclarar, que debido a la extinción de ‘vos’ en el entorno peninsular,


el restablecimiento de este sociolecto en el Nuevo Mundo dejó únicamente tres
alternativas: el uso de ‘tú’ en zonas de tuteo, ‘usted’ en zonas de ustedeo, y
‘vos’ en zonas americanas que han preservado esta arcaizante modalidad. Cabe
destacar que en el Nuevo Mundo, no hay preferencia por ‘vosotros’ como suele
usarse en España. Se ha observado en algunos países como: España, Venezuela,
la Argentina y el Perú, entre otros, que el ‘tú’ lo emplean médicos y enfermeros
para dirigirse a sus pacientes en los hospitales, sea cual sea su edad, en ocasiones
como reflejo de cierta actitud paternalista que, aun siendo bienintencionada, no
siempre cuenta con el beneplácito previo de los destinatarios (p. 1252).
Paradójicamente, el uso de ‘tú’ no solo se ha incrementado a través de
los siglos, sino se ha esparcido por diversas comunidades, tanto en el entorno
peninsular como en la otra orilla. En el español actual se trata de ‘tú’ a las
55
Ana Emilia León
 
divinidades, a los espíritus y a los santos, pero en el español clásico alternaron
‘tú’ y ‘vos’ en el tratamiento dirigido hacia excelsas deidades, etc. También
cuando se interpela a los difuntos se ve fortalecido el tratamiento de ‘tú’:
Sancho Panza trata de ‘vuesa merced’ a Don Quijote a lo largo de toda la obra,
pero cuando lo cree muerto le dice: “¡Oh flor de la caballería, que con solo un
garrotazo acabaste la carrera de tus tan bien gastados años!” (Cervantes, Quijote
I). Las cosas invocadas, evocadas o personificadas reciben también trato de ‘tú’:

Crece así tú, ¡querida patria! crece (Bello, Poesía); ¡Castilla, tusdecrépitas ciudades!
(Machado, Campos) ¡Oh, vida, he empezado a conocerte y cuánto te estimo! (Alviz,
Son); Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, / porque nunca me diste ni esperanza
fallida, /ni trabajos injustos, ni pena inmerecida (Nervo, Elevación). (p. 1253)

En suma, la desestabilización y posterior reajuste que se efectuase en el


repertorio castellano —pos-medieval− es parte de la génesis sociolingüística
que hasta el momento refleja la modernización del castellano. Debido a la
existente anarquía en la época respectiva, la lengua necesitaba recursos
neológicos que mitigasen las tradicionales necesidades en el campo
sociocomunicativo. Oportunamente, la dinámica oral propició la creación y el
establecimiento de algunas fórmulas pertinentes que solventaran las críticas
carencias; por lo tanto, a partir del siglo XVI, empieza a desarrollarse el
fortalecimiento y enriquecimiento sociolingüístico del romance castellano. Ojalá
continúen los estudios pertinentes, y se exhorten a los especialistas a continuar
dilucidando los grandes fenómenos laberínticos que aún quedan por aclararse.

Bases teóricas sobre la extinción de ‘vos’ / ‘tú’ peninsular

Aparentemente, la hegemonía sociolingüística de ‘vos’ peninsular, dura hasta las


décadas iniciales del siglo XVI. La extinción de esta forma y de muchas otras se
puede observar claramente en las indicaciones que aparecen en tratados
gramaticales de posteriores centurias. A continuación se hará un análisis
contrastivo de varios compendios didácticos de esas épocas, con la finalidad de
recabar información sobre la dinámica y aplicabilidad de algunos
sociotratamientos en vías de estabilización.
Como se ha dicho anteriormente, los cánones históricos han establecido
que el pronombre personal ‘vos’ se había estado usando como tratamiento de
mucho respeto y consideración, mientras que ‘tú’ era la forma utilizada para
dirigirse a un receptor de estatus social inferior, o a uno del mismo grupo social,
en circunstancias de confianza e intimidad. El sociolecto escogido por el emisor

 
 
56
Ana Emilia León 
 
para dirigirse a su interlocutor, tenía que ofrecer los apropiados rasgos
semánticos del momento. Los hablantes debían escoger entre: ‘vos’, ‘tú’ y
‘vuestra merced’ > ‘usted’ en consideración con la seriedad o informalidad del
acto en referencia. A fin de concertar un preponderante éxito comunicativo, se
debía tomar en cuenta el visible estatus social, edad, sexo, control
socioeconómico etc., y en especial las subyacentes causas extralingüísticas que
circundasen al interlocutor. Además, había que evitar el uso de recursos que
ofreciesen animosidad u ofensa al copartícipe12. Tanto el emisor como el
receptor involucrado en el acto comunicativo, necesitaba poseer una mutua
sociocompetencia lingüística, de tal manera que al iniciarse la conversación, éste
debería escoger la fórmula de cortesía adecuada que, a toda costa, evitara
imprecar al interlocutor.
Sobre algunos de los preceptos sociolingüísticos que existían en la lengua
española peninsular del siglo XVII, nos ha señalado Rafael Lapesa en su artículo
“Personas Gramaticales y Tratamientos en Español” (1970), lo que postulara
Juan de Luna en sus Diálogos familiares (1619) sobre el castellano:

“El primero y más baxo (de los tratamientos o títulos) es ‘tú’, que se da a los niños, o a
las personas que queremos mostrar grande familiaridad o amor. ‘Vos’ se dice a los
criados o vasallos. ‘Vuesasté’, ‘vuesa merced’, ‘vuestra merced’, que significan la mesma
cosa..., se da a todos, grandes y pequeños. ‘Vuestra señoría’ a los condes, marqueses y
obispos, a los cuales se debe el derecho... ‘Vuesa excelencia’, a los duques, virreyes y
generales de armadas. ‘Vuesa alteza’, a los hermanos del rey o a los príncipes soberanos.
A los reyes, ‘Vuesa magestad’...” (Diálogos familiares. París, 1619, diálogo I. págs. 329-
330.) [Lapesa indica que tomó la cita de Schevill- Bonilla, ed. del Persiles de Cervantes, I,
1914].

Esta preocupación de Juan de Luna, por enseñar los preceptos funcionales


de la lengua a sus alumnos franceses, origina un texto que señala aspectos
sociolingüísticos y culturales del repertorio castellano, durante el siglo XVII. La
importancia de este tratado se basa en la variedad de preceptos y formas
respetables de cortesía que, de alguna manera u otra, se recomendaban para la
actuación, durante los actos de habla de esa época. Tal vez este interés se deba a
que Juan de Luna enseñaba español en Francia, por lo tanto, a través de este
manual didáctico, el preceptor aseguraba el éxito de su empeño. Aunque este
texto iba dirigido a sus alumnos franceses, en la actualidad, este compendio nos
sirve para comparar las normas que se debían acatar en esa época.

                                                            
12 Una de las variantes de ‘vos’ comenzaba a imponerse como pronombre agresivo y detestable.
57
Ana Emilia León
 
Otra descripción referente a la gran diferencia existente entre ‘vos’ / ’tú’,
aparece en la obra Tratado que muestra la vida miserable que padece el hombre (1561),
de Fray Miguel de Alonsótegui:

“Como si más claro dixera: si un Rico, vestido con una vestidura lucida y en el dedo su
anillo de oro, entra en vra. congregación y entra otro, pobre, vestido de vestidura fea y
torpe, luego dezís al Rico: ‘vos’, señor, sentaos en este buen lugar alto a vro contento; y
dezís al pobre: ‘tú’ ponte en aquel Rincón o siéntate en esse escaño devaxo mis pies;
dezidme ¿haziendo esto, no hazéis injuria y hos hazéis aceptadores de personas,
juzgando con pensamientos iniquos entre vosotros, con hazer estas diferencias entre los
honbres?”. (pp.93-94).

De igual manera, Juan de Valdés, describe el contraste funcional que existía


entre ‘vos’ y ‘tú’ en su obra de 1535 Diálogo de la lengua (op. cit.). La función
sociociocomunicativa, y el uso de muchas de las formas de tratamiento, se hizo
más visible a mediados del siglo XVI, debido a los reajustes sociopersonales que
se estaban generando en la lengua peninsular. Como se ha mencionado antes, el
‘vos’ singular del castellano europeo, estaba perdiendo prestigio y bajando de
categoría. Lentamente, su descenso se consolidaba, y, posteriormente terminó
reajustándose de una posición hidalga y respetuosa hacia una plebeya y vulgar.
Los resultados que surgen después de la contienda entre ‘vos’ y sus
adversarios, señalan que fue éste el más perjudicado; ‘tú’ usurpó su vacante
plataforma, pero con distinta función. Éste señalaba tratamiento de igualdad,
confianza, amistad, y solidaridad13. Por otra parte, ‘vuestra merced’>‘usted’ se
apodera de la función de respeto asimétrico, con especial ahínco en la
diplomacia sociocultural.
Los paradigmas que acompañan a ‘vos’ singular (neológico), fuera de
España son los verbos correspondientes al plural (ya extinto), y es lo que se
conoce como ‘voseo’ de América. Como se ha dicho antes, en este estudio no
se analizarán las características del ‘voseo’ en el Nuevo Mundo. El interés
primordial de esta revisión histórica es determinar las causas y consecuencias
que impulsaron el gran cambio semántico de ‘vos’ singular en el entorno
peninsular durante los siglos XVI y XVII, aproximadamente.
No podemos seguir inmersos en una total confusión que a su vez
distorsiona los cimientos del fenómeno español que nos ocupa. Se hace
necesario emitir, una vez más, una alarma sobre las concepciones erradas que
atañen el desarrollo de ‘vos’ en remotas parcelas ultramarinas. La emigración de
                                                            
13 ‘Vuestra merced’ realiza la función de reponer un sociotratamiento, cuya percepción no les
estaba permitida ni a ‘tú’ ni a ‘vos’. Este neologismo progresa y se consolida como la mejor
alternativa para evitar riesgos durante los actos comunicativos asimétricos.

 
 
58
Ana Emilia León 
 
‘vos’ al Nuevo Mundo, y su inmediato arraigo en esas tierras, forma parte de
una misteriosa restauración sociocultural de índole extrapeninsular.
Es importante destacar que todavía no se conocen los pormenores
intrínsecos del cambio de ‘vos’. Sin embargo, seguiremos esperando nuevos
recursos históricos que contribuyan a esclarecer nuestro empeño. A pesar de la
información que ofrecen muchos de los estudios publicados sobre la historia de
las fórmulas de tratamiento, aparentemente, se han obviado detalles específicos
sobre las causas sociolingüísticas y extralingüísticas que impulsaron estos
reajustes en el español peninsular. De manera especial, hay que poner atención a
un misterioso impacto extralingüístico que emplazaron los miembros de la
diáspora española al regresar a su lar de origen. Hipotéticamente, se puede
señalar que a partir de estas circunstancias viajeras, los pronombres personales
usados en España comenzaron a sufrir profundas modificaciones debido a las
apremiantes necesidades. La mayoría de los hablantes viajaban desde su recinto
vernáculo hacia la otra orilla, y posiblemente, traían consigo ciertas
características socioculturales que, por medio de un enriquecimiento podían
cambiar. Todos los reajustes estructurales que se efectuaron dentro y fuera de
España, se consideran parte de la gran revolución lingüística e indivilualista que
modificó los cimientos de un decadente repertorio.

Diacronía de ‘vos’

Lengua latina precedente al “Latín Vulgar”


Los testimonios históricos relacionados con ciertos cambios sociosemánticos
que sufriera el latín clásico, señalan que los hablantes utilizaron el pronombre
‘vos’ con valor de singular hasta finales del siglo IV de nuestra era14. Sin
embargo, por razones extralingüísticas y sociopolíticas, en el sistema de
fórmulas de tratamiento latino (siglo IV) surgen reajustes muy importantes, de
los cuales se destaca la dicotomía impuesta al pronombre nominativo que pasó
de ‘vos’ singular a plural. Además, surgieron cambios a través del mismo
proceso evolutivo, y posteriormente, se propició el nacimiento de variantes
pronominales, tanto en el latín vulgar como en los nacientes romances.
Documentos y textos medievales de la romania ibérica de esa época, atestiguan
este proceso evolutivo. De acuerdo con lo que señalan historiadores y lingüistas,

                                                            
14 Históricamente, el transplante de ‘vos’ latino llegó a Hispania como recurso singular. Sin

embargo, durante el siglo V se transformó, tanto en singular como en plural. Hay que referirse a
los eventos socio-políticos que emergieron en el Imperio, cuyas consecuencias sociolingüísticas
permutaron su repertorio.
59
Ana Emilia León
 
en el año 284, cuando Roma deja de ser la capital del Imperio, los hablantes se
enfrentan a un conflicto sociolingüístico con sus superiores. Debido a que éstos
debían incluir en una sola fórmula de tratamiento un ‘vos’ dicotómico que se
refiriera (al mismo tiempo) a los dos nuevos emperadores del Imperio Romano:
Arcadio (395-408) en el Oriente, con la capital en Bizancio (Constantinopla), y
Honorio en el Occidente (395-423) con la capital en Rávena15. Tras esta
necesidad extralingüística, se forja la bifurcación de un neológico recurso que
originalmente existía como singular. Sin embargo, esta creación extralingüística
alimentó las necesidades imperiales del momento. Con su máxima pluralidad, el
repertorio preromance recibe una escencia lingüística de reajuste y progreso.
La supremacía de la lengua soberana también sufrió reajustes debido a las
imprevistas necesidades de Roma y el alto comando militar. La amenaza de
invasión, el desconcierto interno por rivalidades intrínsecas, y por último, la
fragmentación imperial, hicieron que los pronombres de tratamientos, también
se reestructuraran, por lo menos a nivel morfosintáctico. Las urgentes
necesidades sociopolíticas resquebrajaron la integridad del ‘vos’ latino.
Eugenio Coseriu (1954) resume la situación latina-imperial de la manera
siguiente:

En 284, pues, Roma deja de ser, la capital del Imperio hasta Constantino (324). Éste
rehace provisionalmente la unidad del Imperio, pero, al mismo tiempo, da impulso a un
nuevo movimiento de división, al elevar a Bizancio a metrópolis del Oriente.
Finalmente, la oposición entre el Oriente griego, en gran parte no-romanizado, y el
Occidente, se consagra políticamente en 392 por el emperador Teodosio, que divide el
Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, dando al primero el Oriente, con la
capital de Bizancio (Constantinopla), y al segundo el Occidente, con la capital no en
Roma sino en Rávena (p.144)16.

De manera similar describen Brown y Gilman la diacronía de este acontecer


imperial. Ellos citan en su artículo Pronouns of Power and Solidarity (1960) a Byrne
(1936), y a Chatelain (1880), como fuente de datos para apoyar su hipótesis
relacionada con la dicotomía funcional del pronombre ‘vos’ en tiempos de los
emperadores romanos. Una de las explicaciones que ellos ofrecen, destaca lo
siguiente:

The use of the plural to the emperor began in the fourth century. By that time there
were actually two emperors; the ruler of the eastern empire had his seat in

                                                            
15 Véase Eugenio Coseriu. El llamado "Latin vulgar" y las primeras diferenciaciones romances; breve
introducción a la lingüistica romámica. p. 144.
16 Véase Eugenio Coseriu. op. cit. 1954.

 
 
60
Ana Emilia León 
 
Constantinople and the rule of the west sat in Rome. Because of Diocletian’s reforms
the imperial office, although vested in two men, was administratively unified (p. 254).

También señalan Brown y Gilman en el mismo artículo, que:

“Because of Diocletian's reforms the imperial office, although vested in two men, was
administratively unified. Words addressed to one man were, by implication, addressed
to both. The choice of ‘vos’ as a form of address may have been in response to this
implicit plurality” (p. 254).

A fin de dilucidar la dinámica diacrónica de este ingénito formulismo, hay


que fijar la atención en la calidad socioimperial de un fenómeno naturalmente
lingüístico, que sufre reajustes y se convierte en un prodigio extralingüístico. No
obstante, en cuanto a la nueva función sociocomunicativa que tiene que ejercer
este tipo de ‘vos’, se puede deducir que fue responsabilidad de un impacto
sociopolítico —no planeado—. Tras este percance, se reajusta el valor singular
del genérico ‘vos’ latino, cuya trayectoria nunca se desligará de sus insignes
caracteres extralingüísticos. La necesidad sociosemántica así lo requería, ya que
para los usuarios de la comunidad lingüística latina, era indispensable evitar
ofensas o malentendidos durante los actos comunicativos hacia los dos
soberanos. Es así como una —sola— fórmula de tratamiento que había sido
utilizada para dirigirse únicamente a un interlocutor, llega a cambiar su carga
semántica hacia la dualidad. Por lo tanto, en cuanto a la requerida misión de
‘vos’ latino, éste tiene que bifurcarse; y efectivamente comienza a debutar como
recurso plural y singular a la vez, a partir de la cuarta centuria de nuestra era.
También, a este acontecimiento histórico se le debe considerar como una
inesperada consecuencia extralingüística.
El subsecuente resultado de esta metamorfosis es la incorporación de dos
innovadoras fórmulas de cortesía procedentes de un ‘vos’ (singular), y su
posterior arraigo en los exiguos vestigios que aún quedaban de la romania.
Debido a los repentinos cambios: dos emperadores que compartían el mismo
Imperio se separan. Había que buscar útiles y efectivos recursos que
preservaran una excelente comunicación en su propio entorno, y que los
emisores no se dirigieran de manera unilateral a uno solo por separado. Con el
nuevo ‘vos’ y su pluralidad, los hablantes se comunicarían directamente con
ambos interlocutores.
Hasta la fecha, se conoce muy poco sobre el intrincado reajuste diacrónico
de algunas fórmulas de tratamiento usadas en el latín de esa época; es decir que
hay que analizar de cerca la reconstrucción acaecida a partir del siglo IV. Esta
diacronía es misteriosa por los intrincados sucesos que provocaron tantos
61
Ana Emilia León
 
inesperados reajustes. Sin embargo, se debe ampliar esta investigación, para
poder aclarar el enigma sociolingüístico que cubre esta legendaria controversia
latina. Tal vez debido a la turbulenta etapa lingüístico-política de un imperio
presto a dividirse, y con dos emperadores activos al mismo tiempo, se hace más
difícil trazar la trayectoria de la metamorfosis. Sin embargo, los datos que
guardan los textos y documentos atestiguan muy poco sobre la magnitud
sociolingüística de la transformación que nos ocupa. Todo es novedad, para los
futuros romances, a partir de la época conocida como ‘latín vulgar’. La mayoría
de los detalles ofrecidos en textos que se ocupan de la evolución del latín, sólo
se refieren a los aspectos morfosintácticos, fonológicos, fonéticos y
dialectológicos, dando como resultado que muchos de estos tratados no revelan
nada sobre los matices sociolingüísticos. Se hace necesario conocer las
diferencias pertinentes al espacio geográfico (diferencias diatópicas) y
diferencias entre los distintos estratos socioculturales de las comunidades
lingüísticas (diferencias diastráticas)17. La diacronía latina sigue esperando que
surjan más datos específicos que ayuden a dilucidar el misterioso acaecimiento
sociolingüístico.

Latín Tardío – Prerromance


Según la opinión de expertos sobre el proceso histórico-evolutivo de la lengua
latina, no se debería usar el término “latín vulgar”18. Sin embargo, este sintagma
ya conocido y usado por muchos estudiosos será el que usaremos en este
trabajo para referirnos al latín que antecede a la formación de las lenguas
romances. Es importante evitar alguna confusión en cuanto a la terminología
que se maneja en este sociohistórico trabajo. Por ejemplo, Roger Wright (1989)
dice que “el término bien conocido de ‘latín vulgar’ es multivalente y por lo
tanto es mejor evitarlo.” En la opinión de este lingüista:

“la palabra ‘romance’ se utiliza para referirnos a la lengua vernácula de toda época
posterior al Imperio Romano de Occidente; mientras que latín imperial se utiliza para
referirnos a cualquier variedad de latín antes de aquella época; por lo tanto, el término
latín se utiliza para referirnos a una lengua hablada después de finales del Imperio que
fuera utilizada por los cultos y fuera distinta del romance contemporáneo por ser
sistemáticamente más arcaica.” (pp. 89-91).

                                                            
17 Eugenio Coseriu. 1982. ¨Sentido y Tareas de la Dialectología¨, Asociación de Lingüística y Filología

de la América Latina (A.L.F.A.L). Cuadernos de Lingüística, 8. México: U.N.A.M.


18 Véase Roger Wright. Latín Tardío y Romance temprano. Versión española de Rosa Lalor. Madrid:

Gredos, 1989. Ver versión en inglés: Late Latin and Early Romance, in Spain and Carolingian France.
Liverpool: Arca, Francis Caorms- 1982.

 
 
62
Ana Emilia León 
 
Tal como se ha dicho antes, no sería conveniente usar el término
“romance” para referirnos a cualquier tipo de sistema lingüístico usado por el
“vulgo”, debido a que la connotación “romance” también ofrece varios
significados19.
El latín, en su etapa anterior al llamado “latín vulgar” contaba con los
siguientes pronombres:
Singular Plural
Nominativo: ego tu nos vos
Genitivo: mei tui nostrum/ Vestrum/nostrivestri
Dativo: mihi tibi nobis vobis
Acusativo: me te nos vos
Ablativo: me te nobisvobis

Como resultado del período evolutivo, en Ibero-romance el sistema de


pronombres ya perteneciente a un post-latín vulgar, quedó establecido así:

Singular Plural
Nominativo: +eo > yo tu nos vos
Dativo: mi ti nobe(s) vobe(s)
Acusativo: me te nos vos

La ‘g’ de ego se perdió en toda la Romania, aunque (probablemente) este


fenómeno no ocurrió antes de finalizar el período del latín vulgar20. Sobre el
proceso evolutivo de los pronombres, Paul M. Lloyd (1987), nos dice: "The
pronominal system of Late Latin developed regularly in Castilian. The reduced
form of the first person pronoun /+eo/ < EGO may have diphthongized to
[jeo] thus giving the form yo (Alvar- Pottier 1983, 117-18). TU-, NOS-, and
VOS-, remain unchanged in ‘tú’, ‘nos’ and ‘vos’". (From Latin to Spanish: 278).
En suma, debido a la imperfección que presentaba el sistema de
pronombres personales en latín vulgar, se hacía necesaria la incorporación
definitiva de varias formas que ocupasen el vacío morfosintáctico y semántico
existente en la lengua. Una de las fórmulas que entró en el reajuste fue la
correspondiente a la 3ª persona; para ello se recurrió, probablemente en época
tardía (de acuerdo a la mayoría de los tratados de Gramática Histórica, no hay
muchos datos al respecto), a diversos demostrativos. Entre éstos se escogió el
de lejanía, ILLE. (Cano Aguilar 1988:135).

                                                            
19 Véase a Vaananen. Introducción al Latín Vulgar. Madrid: Gredos, 1971. Además se puede
consultar la acepción que aparece sobre la palabra ‘Romance’ en el DRAE (2001): Se dice de las
lenguas modernas derivadas del latín […]. p. 1347.
20 Véase a Grandgent. 1908. An Introduction to Vulgar Latin.
63
Ana Emilia León
 
En el latín, los demostrativos is, ille suplían al pronombre de tercera persona
no reflexivo. Posteriormente, desapareció ‘is’ y permaneció en la lengua sólo
‘ille’. El trayecto evolutivo en Ibero-Romance fue partiendo de ‘ille’
demostrativo o artículo: ille> +elle > él; illa > ella, etc. (Alvar y Pottier 1983:
117). Aparentemente a partir del siglo XII, muchos de los textos en romance
castellano emplean frecuentemente los pronombres de tercera persona: ‘él’,
‘ella’. W.D. Elcock en su obra The Romance Languages (1975), ofrece gran
cantidad de datos históricos relacionados con la evolución de las lenguas
romances. En el apartado de los pronombres, al tratar de ‘nos’ y ‘vos’ dice lo
siguiente:

The plural forms of the first two persons, nominative and accusative ‘nos’ and ‘vos’,
were unchanged in Vulgar Latin, except in so far as they were affected by general
phonetic evolution, cf. Old Fr. ‘nos’, ‘vos’; Old Span. ‘nos’, ‘vos’; Ital. ‘noi’, ‘voi’; Rum.
‘noi’, ‘voi’. In some western areas, where final 's' remained, the initial 'v' of ‘vos’
underwent the change to 'b' attested in the Appendix Probi, e.g. Log. ‘bos’; a similar
bilabial pronunciation brought about the eventual reduction of Spanish ‘vos’ to ‘os’ (p.
92)21.

Es importante observar la revisión que hace Elcock sobre fonología


histórica, no obstante, en cuanto a fenómenos sociolingüísticos y a la aplicación
de los pronombres personales o formas de cortesía, no aclara mucho en
particular. De acuerdo con lo que informa M. Francille Bergquist en su obra:
Ibero-Romance: Comparative Phonology and Morphology, se indica lo siguiente:

The personal pronouns in Ibero-Romance developed according to their position within


the sentence, that is, whether they were stressed or unstressed. The stressed group
includes subject pronouns and objects of prepositions, while the unstressed comprises
direct and indirect objects of the verb. (p. 82).

Sobre el aspecto de los casos, el autor dice que: "The cases were often
obscured by the new uses in Romance". En cuanto al uso de los pronombres,
añade lo siguiente:
In Classical Latin pronouns were used only in the first an second persons, but in Vulgar
Latin and Romance the desire for a more analytic language brought about the use of
the demonstrative ILLE in pronominal functions for the third person, adding to some
forms which developed from the reflexive SE. (p. 82).

Para referirse a ‘vos’, el autor señala las siguientes propiedades:

                                                            
21 Véase W.D. Elcock. The Romance Languages. 1975. p. 92.

 
 
64
Ana Emilia León 
 
The nominative singular of the second person offers no difficulties: TU › tú, (you
familiar form). The plural was developed along lines analogous to those of the first
person: VOS › ‘vos’ in Portuguese (in Catalan this form, rather than ‘tu’, is used with
singular meaning for more polite address) and VOS+ALTEROS › ‘vosotros’, ‘vosaltres’
(you, familiar form). (p. 82)22.

Siguiendo estas descripciones sobre la evolución de los pronombres


personales a partir del latín vulgar, ‘yo’ y ‘tú’ se empleaban sólo como sujeto (y
predicado nominal), pero ‘nos’ y ‘vos’ hubieron de usarse también tras
preposición (NOS y VOS eran también acusativos en latín, y en casi toda la
Romania los dativo-ablativos NOBIS, VOBIS desaparecieron); por otro lado
podían usarse con valor singular, NOS por las altas jerarquías y VOS en el
tratamiento entre nobles. Esta modalidad arranca del latín tardío y continúa su
curso modificador hasta fijarse en los romances ulteriores. El fraccionamiento
semántico del pronombre ‘vos’ es uno de los aspectos más importantes que
presenta, desde sus orígenes, la diacronía del entorno Ibero-romance. De
acuerdo con la trayectoria sociohistórica y el origen del romance castellano, se
sabe que desde época muy temprana la función de ‘vos’ ya encaraba un período
de reajuste, por lo tanto éste también sufre diversificación o fragmentación. El
resultado no se hace esperar, aparecen múltiples variantes dialectales dentro de
las comunidades lingüísticas de estilo pre-romance. Posteriormente se crea una
confusión de tal magnitud (heredada del latín vulgar), que en el castellano
temprano no se logra una estabilización del sistema pronominal hasta el siglo
XV y parte del XVI. Por ejemplo, los pronombres objetos de primera y segunda
personas que procedían de dativo del latín clásico (cast. ‘mí’, ‘ti’, ‘nos’, ‘os’)
pasaron a ser pronombres tónicos de objeto directo o indirecto, mientras que
los pronombres que procedían del acusativo del latín clásico (cast. ‘me’, ‘te’,
‘nos’, ‘os’) pasaron a ser pronombres átonos de objeto directo o indirecto23.

Ibero-Romance
El siguiente cuadro muestra los pronombres que surgen a raíz de un proceso de
reajuste. Partiendo del latín clásico hacia el latín vulgar, y posteriormente al
entorno del romance: (Ibero-Romance) > Castellano (temprano), algunos
quedaron establecidos así:

                                                            
22 Los primeros textos que muestran las formas ‘nosotros’ y ‘vosotros’ son las obras de Don Juan

Manuel y Juan Ruiz. Sin embargo, tal vez existía la posibilidad que muchas de estas formas y sus
variantes ya se usaran (en lengua oral) en épocas anteriores a estos autores castellanos.
23 Op. cit. Lathrop (1984). pp. 154-55.
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Ana Emilia León
 
Pronombres personales.
Lat. cl. Lat. vulgar. Ib.-Rom. (Cast.)
Singular - Primera persona.
Nom. e go> eo, +ieo> yo
Dat. mihi > mi› mí
Acus. me > me > me [átono]
Singular - Segunda persona.
Nom. tu > tu> tú
Dat. tibi > ti > tive/tibe [cast. ant.] > ti
Acus. te > te> te [átono]
Plural - Primera persona.
Nom. nos> nos> nos [cast.ant] >nos+otros> nosotros
Dat. nobis > + nobis > nos > +noscum> nos
Acus. nos> nos > nos
Plural - Segunda persona.
Nom. vos > vos> vos
Dat. vobis > vobis, vos vos
Acus. vos > vos> vos

Como se puede observar, ‘nos’ y ‘vos’ entraron al Ibero-Romance con


funciones morfosintácticas muy similares a su fuente de origen, mientras que las
formas de ablativo (plural): [nobiscum], ‘noscum’, ‘nuscum’, ‘nos’ y [vobiscum],
‘voscum’, ‘vuscum’, ‘vos’, afrontaban el embate de: ‘noscum’, ‘voscum’
registrado ya en el Appendix Probi. No obstante, todas éstas a su vez venían
amenazadas por ‘nuscum’ y ‘vuscum’, de las cuales provienen las extensiones:
‘con nusco’, ‘con vusco’, tan usadas por los escritores medievales24.
Sobre estas formas híbridas pronominales tenemos ejemplos en el Poema de
Mio Cid:

“‘Si vieredes yentes venir por ‘connusco’ ir, abbat.’”(388); “Si ‘con vusco’ escapo sano o
vivo” (75); “yo ire ‘con vus[c]o’” (168); “Si el rey melo quisiere tomar ¡a mi non
m'inchal! (230) Antes sere ‘con vusco’ que el sol quiera rayar” (231). En el Poema de
Fernán González: “Oy ‘vos’ fare sennora de pueblos castellanos, seran todos ‘convusco’
alegrues y loçanos,” (678a, b). De igual manera se observa este tipo de construcción en
El Libro de Alexandre: "que ‘convusco’ sól una ora vida aver,” (1741c); “Quiero partir mi
regno mientre ‘convusco’ seo;” (2635a). En el Libro de Apolonio: “querría algún tiempo
‘conbusco’ aquí morar;” (82b); “Salliemos de Pentápolin ‘conbusco’ en fuerte hora.”
(272b). En el Libro de Buen Amor: “Quiero fablar ‘con vusco’” (703a); “creo que casaría
él ‘con vusco’” (732b); “paresçe que ‘con vusco’” (811d); “cras verná fablar ‘con
vusco’” (868d); “o morar me he ‘con vusco’” (975d).

                                                            
24 Cf. Hernández García, 1938. p. 288.

 
 
66
Ana Emilia León 
 
Resumiendo en parte, el devenir post-latino, la situación lingüística en
castellano temprano señalaba lo siguiente: hay herederos del nominativo (ego, tu),
del acusativo (me, te), del dativo (mihi, tibi), y el genitivo y el ablativo han
adoptado las formas del dativo con preposición. Además, sobre este proceso, se
destaca efectivamente que los pronombres personales hayan conservado, en
buena parte, los casos, ya que éstos aparentaban ser variantes funcionales.
Posteriormente, surgen dos estructuras pronominales: a) una acentuada [tónica]
(yo, tú, mí, ti), b) otra sin acento [átona] (me, te, se), y, en romance, la función del
dativo se ha confundido con el acusativo (me da, te digo), (Alvar y Pottier 1983:
117).
En el proceso evolutivo que se llevó a cabo en el romance castellano hubo
algo muy particular con respecto a la forma ‘vos’. Tal como se ha observado
antes, este pronombre se utilizaba en el romance de Castilla con referencia,
tanto a plural como singular, y con función tónica o átona. Luego el conocido
reemplazo surge con la aparición de dos formas nuevas: ‘vosotros’ y ‘os’. Sobre
este proceso nos dice Menéndez Pidal en su Manual de Gramática Histórica que de
las dos formas resultantes: ‘nos’ y ‘vos’ “(vos) a fines del siglo XV empezó a
generalizarse en forma abreviada ‘os’ (antes en unión del imperativo.” (p. 252).
Mientras que Gili Gaya (1946) presenta su hipótesis sobre la formación de
‘nos’+ ‘otros’ y ‘vos’+ ‘otros’ de la siguiente manera:

“es natural pensar que en su desarrollo histórico haya habido entre ‘nosotros’ y
‘vosotros’ una influencia analógica recíproca; pero la escasez de ejemplos del siglo XIV
impide determinar cuál de los dos pudo por su predominio numérico ayudar
preferentemente a la propagación del otro.” (p.112).

Seguidamente, el maestro expresa otra conjetura sobre este proceso evolutivo


de la forma de tratamiento ‘vos’:
“Es, pues, probable que también en español la diferencia de sentido entre el ‘vos’
singular ceremonial y el ‘vos’ plural haya influido muy particularmente en la formación
y difusión de ‘vosotros’, ya que es la más frecuente entre todos los casos de contraste.”
(Ibid. p. 114).

La misma línea de pensamiento sigue Paul M. Lloyd (1987). Se refiere al


pronombre objeto ‘vos’ siguiendo casi exactamente lo que la mayoría de los
expertos en la materia dicen: “The object pronoun ‘vos’ developed a shorter
form for use after the imperative: ‘os’. In the sixteenth century this form
became generalized and eventually displaced ‘vos’”. (p. 352).
67
Ana Emilia León
 
Diferente opinión es la que presentan Érica García, et al. (1990), en su
artículo: (V)os- (otros): ¿Dos y el mismo cambio? Estos estudiosos hablan de una
teoría completamente diferente a lo señalado anteriormente:

A primera vista el reemplazo de ‘vos’ átono por ‘os’ parece totalmente transparente: se
trata, simplemente, de un cambio de forma, resultado de erosión fonética en
circunstancias prosódicas adversas. Mientras que a nadie se le había ocurrido que ‘vos’ y
‘otros’ decían lo mismo con otras palabras, ‘os’ fácilmente podía ser visto como un
(im)perfecto equivalente de ‘vos’. Es muy probable que para la mayoría de los hablantes
la forma reducida haya sido meramente una manera descuidada de decir ‘vos’, [...] (p.
101).

Más adelante los autores añaden otro postulado:

Es de suponer que tal aumento en el uso de ‘os’ debió haberse producido muy
temprano, ya que la natural tendencia al menor esfuerzo pronto contribuiría -sobre
todo en el habla coloquial- a la proliferación de una pronunciación descuidada. [...]
Además, como la reducción sólo se daba, naturalmente, cuando el pronombre era
átono, del menor esfuerzo articulatorio del hablante se seguía, automáticamente, un
menor esfuerzo de comprensión para el oyente: ‘os’ era necesariamente pronombre
objeto. (p. 105).

La trayectoria del fenómeno ‘vos’ / ‘os’ (y su posterior resultado) que se


indica en este artículo, se basa, sencillamente en dos aspectos fundamentales: a)
modificación por causas fonéticas, y b) ley del menor esfuerzo de los hablantes.
De todos modos, debido a la magnitud del proceso de reajuste que se efectuó
en los romances tempranos, sería necesario ampliar un poco más los
razonamientos que muchos especialistas han llevado a cabo. Especialmente,
habría que profundizar en el cotejo de textos y documentos pertinentes para
poder extraer los ejemplos que la historia de la lengua necesita para clarificar
este enigma.
En cuanto al reajuste que se efectuó en las formas verbales que
acompañaban la segunda persona de plural, casi todo el sistema verbal se
distorsionó. Sucesivamente se originaron nuevas fórmulas para los diferentes
pronombres que requería el romance. La segunda persona —latina— del plural,
tenía un formante -atis, que evolucionó en Ibero-Romance en -ades> -aes. Por
ejemplo: vayades, sodes, publiquedes, etc. se convirtieron —después de la pérdida de
la -d- intervocálica— en: vaya[d]es, so[d]es, publique[d]es, etc. La terminación
de los verbos terminados en -ir, -ides cambió a -íes. Sin embargo, como se dijo
antes, la tendencia típica del castellano era reducir los diptongos producidos
por la pérdida de la -d-. Por lo tanto, el resultado subsecuente fue que la

 
 
68
Ana Emilia León 
 
terminación -aes pasó a -áis. Posteriormente esta misma terminación se convirtió
en: -éis. Sobre esto nos dice Lloyd:

Although the earliest system of reduced forms was -áis and -és, the -éis form eventually
became predominat and the monophthongal forms -ás and -és disappeared in
continental Spanish (p.359).

Don Rafael Lapesa (1980) expone lo siguiente sobre estas variantes


verbales en su Historia de la lengua española:
A estos arcaísmos hay que añadir duplicidades que hasta poco antes no habían existido,
como la contienda entre: vengades, demandades, tenedes, venides, sodes y vengás o vengáis, tenéis,
venís, sos o sois; (p. 273).

También señala el maestro que en la primera mitad del siglo XVI la


conjugación ofrecía muchas inseguridades:

Coexistían: amáis, sois, con amás, tenés, sos, que pronto quedaron relegados por vulgares y
desaparecieron, tanto en España como en las zonas de América más influidas por las
cortes virreinales hacia 1560-1570 (Ibid. p. 393).

De acuerdo con lo que indican los tratados antes mencionados, en la época


temprana medieval, ‘vos’ se usaba tanto para el trato hacia un interlocutor
singular como para uno plural. Sin embargo, debido a este dicotómico empleo,
surge una confusión relacionada con la aplicación sociocomunicativa y
morfosintáctica de esta forma ‘vos’ y sus variantes. Por ejemplo, Fray Íñigo de
Mendoza en sus Coplas de “Vita Christi” [1482]25, todavía emplea ‘vos’ para
dirigirse indistintamente a interlocutores singulares o plurales:

Para tratamiento no singularizado:


¡Ay de ‘vos’, enperadores!
¡Ay de ‘vos’, reys poderosos!
¡Ay de ‘vos’, grandes señores,
que con agenos sudores
traés estados ponposos! (p. 39).

Sin embargo, el autor se vale de ‘vos’ en forma singular en sus coplas


dirigidas directamente al rey, (véase la intencionalidad y la reprensión de las
mismas):

                                                            
25Fray Íñigo de Mendoza. 1968. [1482]. Cancionero. Edición de Julio Rodríguez Puértolas. Madrid:
Espasa-Calpe.
69
Ana Emilia León
 
Según esta piedad,
¡guay de ‘vos’, Enrique el Quarto!,
aunque con liberalidad
do sentís neçesidad
repartís tesoro harto,
quán lexos ‘vos’ fallarán [...](p. 135)26.

La dinámica funcional de los sociotratamientos ‘vos’ y sus variantes que


imperaban en el habla castellana medieval, revelan el proceso de reorganización
que se estaba consumando en la lengua; tanto en el sistema pronominal como el
verbal. La forma singular ‘vos’ comienza su estabilización a finales del siglo
XIV, mientras que para esa misma época, el proceso de extinción de ‘vos’ plural
se hace más notable. No obstante, aunque la forma monosilábica de ‘vos’ no
singular tiende a desaparecer, la continuidad de su uso comunicativo se
perpetúa a través de la forma compuesta: ‘vos’ + ‘otros’, la cual se lexicaliza en
‘vosotros’. De igual manera se produce un reajuste en el pronombre plural de
segunda persona ‘nos’, el cual también originó un compuesto: ‘nosotros’.
De esta manera —tal como se observa en los textos de la época—, ‘vos’ y
‘nos’ plural (para tratar a más de un interlocutor) van desapareciendo
lentamente del romance castellano peninsular como elementos activos de su
correspondiente sociolenguaje. Sobre este tema Lapesa (1980) nos dice: “La
contienda entre ‘nos’ y ‘nosotros’, ‘vosotros’ en la referencia a varios individuos
se resuelve a favor de las formas compuestas, que no eran equívocas, pues
nunca designaban individuo singular, mientras que ‘nos’ y ‘vos’ los hacían en
usos reverenciales y corteses” (p. 397). Mediante este proceso de reforma, la
lengua no se empobrece, al contrario, su repertorio empieza a complementarse.
Con la aparición de fórmulas compuestas se incrementa la efectividad de la
lengua. Estaban surgiendo los elementos necesarios que se requerían para un
mejor trato entre un emisor y su receptor.
Tal como era de esperarse —de acuerdo con el posterior desarrollo
morfosintáctico de la lengua durante el Siglo de Oro—, ‘vos’ singular también
pierde su estabilidad y así comienza a destacarse su vulnerabilidad. Esto se debe
a la contienda que tiene que afrontar ante dos asiduos rivales: ‘tú’ y ‘vuestra
merced’ > ‘usted’.
Pla Cáceres27 (1923), trata de aclarar esta situación sobre el desprestigio de
‘vos’ añadiendo algunos datos sociolingüísticos sobre el fenómeno:
                                                            
26 Ibid. Apéndices a la ¨Vita Christi¨. Apéndice I.
27 José Pla Cáceres, en su artículo La evolución del tratamiento ‘vuestra-merced’, (1923) señala: “Este
tratamiento ya estaba en circulación en la primera mitad del siglo XV, época en que aparece haber
sido equivalente a vuestra alteza, según puede inferirse de las siguientes líneas extraídas de una carta

 
 
70
Ana Emilia León 
 
Sabido es que el uso vino a rebajar de tal manera el valor galante del vocablo
pronominal latino ‘vos’ en nuestro idioma, que ya en el primer tercio del siglo XVI,
vosear a una persona implicaba, cuando no un insulto, una íntima familiaridad o
superior categoría social por parte del que hablaba (p. 245).

Más adelante señala que: “Este tratamiento ya estaba en circulación en la


primera mitad del siglo XV, época en que aparece haber sido equivalente a
‘vuestra alteza’, [...],” (Ibid., p. 245). En suma, los pronombres personales del
romance castellano, sufren modificaciones substanciales durante y después de la
Edad Media. Uno de los aspectos más importantes que se destacan es la
diversificación funcional de ‘vos’ / ‘os’, creándose, por consiguiente, una
generalización del afijo ‘os’ por ‘vos’. También aparecen los plurales
‘nos’+‘otros’ y ‘vos’+‘otros’ con claro valor enfático y contrastivo; en conjunto
con esto surge la desvalorización de ‘vos’ como tratamiento respetuoso a un
interlocutor, lo que lleva al empleo de formas indirectas, de carácter elevado:
‘vuestra merced’, ‘vuestra señoría’, ‘vuestra alteza’, etc. De estas formas, ‘vuestra
merced’, a su vez sufre modificación también, y se lexicaliza en ‘usted’; (como se
ha señalado anteriormente), pero este proceso le toma más de tres siglos.
Aparentemente, los primeros ejemplos en lengua escrita aparecen en textos del
siglo XVII, aproximadamente en 162028.
A pesar de la información que hemos observado en este estudio, la
trayectoria del pronombre ‘tú’ no sufrió ningún tipo de reajuste morfosintáctico.
Sin embargo, todos los cambios semánticos que este sociotratamiento
experimentó, han estado relacionados con las necesidades del momento. Más
adelante estudiaremos estos datos a fin de contrastarlos con ‘vos’, y se
analizarán las evidencias que brinda la contienda entre ‘tú’ y ‘vos’. Después de
una somera revisión del comportamiento de ‘vos’ singular (en la Península
Ibérica), podemos añadir que, en la actualidad, ya su función sociocomunicativa
se ha extinguido. No obstante, éste sigue robusteciéndose en tierras de ultramar

                                                                                                                                             
escrita por Juan Fernández de Valera a D. Enrique de Villena: “Lo cual, señor, acordé de
significar a vuestra alteza.” (Tratado de la consolación de Enrique de Villena, en Revue Hispanique,
XLI, núm. 99. (p. 245), Nota 1.
28 En la obra de Hernán Urrutia Cárdenas y Manuela Álvarez Morfosintaxis histórica del español éstos

informan: “El desgaste fonético producido por el mucho uso de ‘vuestra merced’ originó formas
como: vuessa merced, vuessarced, vuessansted, vuessasted, vuessasté, corrientes unas, toleradas otras si la
etiqueta no era rigurosa y las totalmente vulgares: voarced, voacé, vucé, vuested, vosted, vusted... que
durante el siglo XVII eran propias de valentones, criados y lacayos. No más elevado era el
ambiente en el que surgió la variante ‘usted’, cuyo primer testimonio data de 1620, y cuya difusión
se incrementó con la ola de plebeyez que invadió la sociedad española en los últimos decenios de
aquel siglo y primeros del siglo XVIII” (p. 153).
71
Ana Emilia León
 
pero detenta diferentes características29 Aunque ‘vos’ se haya arraigado fuera de
su entorno español, su diacronía está todavía por aclararse. Solamente se sabe
que está considerado como un neologismo o arcaísmo activo en el Nuevo
Mundo, y que se conoce como ‘voseo americano’
Cabe destacar que diacrónicamente, la génesis del ‘voseo’ no está
relacionada con ‘vosotros’; los ancestros que éstos compartieron durante siglos
anteriores, ya no existen. Por lo tanto, mucho antes de extenderse el uso de
‘vos’ hacia América, ya éste había perdido su esencia hispano peninsular. No
obstante, fuera de su lar de origen, no le han concedido el mismo respeto y
asentimiento que ostentase en España. Es importante aclarar que, según la
temática de diversos estudios diacrónicos, paradójicamente, subsisten algunos
vestigios del uso de ‘vos’, en el ámbito peninsular. Aparentemente, muchos de
ellos permanecen asentados en zonas dialectales, muy alejadas, como en
rincones del Occidente leonés, la baja Andalucía y parte del Oeste salmantino
(Lapesa 1970a: 152). No obstante, en la actualidad no se vislumbra ningún tipo
de ‘voseo’ funcional urbano en España, ni escrito ni oral; las recónditas
apariciones de esta modalidad siguen siendo arcaísmos fosilizados donde quiera
que aparezcan. La única fusión fehaciente que ha quedado de ‘vos’ en el
repertorio castellano peninsular corresponde a la lexicalización de ‘vos’+‘otros’
> ‘vosotros / vosotras’. Tras cierta dinámica renovadora se concretó el
reemplazo de ‘vos’ por ‘tú, y posteriormente se cristalizó la lexicalización de
‘vuestra merced’ > ‘usted’. Hay discrepancias sincrónicas en el uso de ‘tú’, éste
sigue gozando de buena aceptación en suelo peninsular, mientras que su empleo
apenas comienza a infiltrarse en las comunidades ‘voseantes’ extrapeninsulares.
Es necesario seguir estudiando el porvenir sociolingüístico de ‘tú’ y ‘usted’
dentro y fuera de España. La profunda incertidumbre existente obstaculiza la
visión reguladora que determine si se debe aumentar o disminuir el arduo
repudio que se le ha infligido a ‘vos’30 antes y después de su extinción. Este
recurso comunicativo ha logrado germinar en su nuevo microcosmos
americano, pero no ha tenido éxito fuera de sus fronteras; tampoco se ha
librado del pertinaz ataque que le dirigen sus acérrimos enemigos. Tras las
postrimerías del siglo XVI, el ‘voseo’ no ha podido salir de un crisol
sociolingüístico —cerrado— que se ha encargado de despojarlo de todo mérito
y valores precedentes. Este tratamiento sigue disfrutando de una anárquica
supervivencia, pero solamente ha quedado para el uso y abuso de los habitantes
                                                            
29Toda la sintomatología de ‘vos’ extrapeninsular le atañe exclusivamente a los rasgos internos del
Nuevo Mundo.
30 Cf. El voseo americano: ¿Arcaísmo o neologismo? Ana E. León. Lingua Americana. Año II No. 1. 1998.

129-146. Universiada del Zulia. Maracaibo, Venezuela.

 
 
72
Ana Emilia León 
 
de las comunidades voseantes; asimismo, ha seguido y —seguirá—
desprendido totalmente de sus congéneres españoles. Claramente ha perdido su
ingénita estirpe, y posiblemente, nunca renazca en su original cuna
sociolingüística.
Capítulo 3
En el capítulo anterior hemos intentado señalar, someramente, algunos detalles
sobre el proceso evolutivo y reajuste de los pronombres personales, durante la
formación del temprano romance castellano. Lamentablemente, los únicos
datos útiles de esa época aparecen en sumarios escritos, puesto que no existen
grabaciones. Se ha hecho muy difícil comprender —a través de éstos— el
sistema de preceptos sociolingüísticos que controlaban la escogencia de las
fórmulas de cortesía, especialmente en el primitivo romance castellano
peninsular. Los tratados de Gramática Histórica que han seguido la trayectoria
de estos cambios, solamente nos ofrecen hipotéticas consecuencias, y ambiguas
conjeturas; y extrañamente, se emiten conclusiones erróneas.
Desafortunadamente en la mayoría de éstos, no se formulan datos congruentes
sobre los fenómenos sociolingüísticos que nos atañen. Era obvio que los
hablantes tenían cierta responsabilidad en la actuación; todos los partícipes
debían escoger la fórmula de tratamiento que mejor se ajustase, para no lastimar
a los interlocutores.
Sobre esta peculiar destreza sociocomunicativa podemos formular las
siguientes preguntas: ¿cómo adquirían los hablantes una verdadera competencia
lingüística para comunicarse recíprocamente?; ¿cómo determinaban éstos, la
verdadera clase social de su interlocutor?; ¿cómo detectaban el rango
socioeconómico de un receptor que no pertenecía a la misma comunidad
lingüística?; ¿qué tipo de fórmulas se usaban para cambiar de una situación
respetuosa, a una con fisonomía ofensiva? En este capítulo se clasificarán los
datos diacrónicos más importantes de la turbulenta dinámica del socio lenguaje
castellano peninsular. El período de investigación que nos ocupa comprende: la
Edad Media y el posterior siglo XVI, aproximadamente. Se pondrá mucha
atención al material que poseemos, aunque algunos de éstos no reflejen los
verdaderos matices socio comunicativos del enigma que se desea dilucidar.
En este apartado procederemos a clasificar la gran variedad de obras
escogidas en dos períodos fundamentales: el primero comienza a partir del siglo
XIII hasta finales del siglo XVI, época del reinado conjunto de los Reyes
Católicos (1474-1504), y anterior a las regencias establecidas antes de la llegada
de Carlos I en 1517; en el segundo, nos extenderemos hasta la época regida por
el emperador Carlos I y el posterior reinado de su hijo Felipe II (1556-1598).
Por razones históricas se hace necesario ampliar más el estudio sobre el
proceso evolutivo de los pronombres personales correspondientes al Medievo;
especialmente la época temprana en que se generara los trascendentales
cambios. Debido a la índole de este proyecto, lo que más nos interesa es el uso y
desequilibrio de ‘vos’ y sus variantes a partir de cada época pertinente. También
se tomarán en cuenta los casos nominativo, dativo o acusativo; el número:
74
Ana Emilia León 
 
singular o plural; y la formación de pronombres objetos (átonos y tónicos)1. Sin
embargo, en el campo de la sociolingüística histórica castellana, aún existe la
necesidad de aclarar otros aspectos intrínsecos que le atañen a este idioma. La
mayoría de los manuales históricos que se ocupan de la evolución de esta lengua
castellana, ofrecen muy pocos datos sobre la delicada trayectoria sociocultural.
Algunos de ellos señalan fenómenos y aspectos evolutivos sobre la
morfosintaxis, pero no ofrecen aportes específicos sobre el funcionamiento
sociocultural de las formas de cortesía; tampoco emergen descubrimientos
sobre los misteriosos reajustes pertinentes; ni nada en cuanto a los cánones
encargados de controlar los recursos de interacción.
Con el fin de precisar la existencia —parcial o total— de ‘vos’ (singular o
plural), como elemento nominal, y su respectiva carga semántica, nos
encauzaremos hacia las diversas aplicaciones que ofrece la dinámica histórica de
los socio tratamientos. La selección se basará en la calidad profesional de los
datos, no en la cantidad total de acciones individuales; es decir, se espera
conseguir una visión analítica de la secuencia e impacto sociocultural que
manifestaban los partícipes durante los actos de habla. Con estos recursos,
intentaremos esclarecer algunos aspectos relacionados con el enigma que cubre
muchos aspectos intrínsecos del antiguo castellano peninsular. También se
analizará el auge y decadencia de ‘vos’, como afijo morfosintáctico; y el efecto
de sus perfiles socio comunicativos en competencia con otros sociolectos
contemporáneos.

Impacto sociolingüístico-histórico de ‘vos’ y sus variantes


contemporáneas

‘Vos’ singular y plural, al igual que sus variantes procedentes del latín vulgar, se
arraigan en el romance peninsular desde época muy temprana. Debido a estos
antecedentes histórico-lingüísticos, se hace necesario reconstruir y tratar de
formular la trayectoria original de ‘vos’, tanto en el campo interpersonal, como
en el semántico. En primer lugar, hay que separar algunos conceptos que
simplemente expresan escuetos e hipotétivos razonamientos; además obviar la
mayoría de las frívolas generalizaciones que se han planteado sobre el origen y
reajuste de ‘vos’, en el entorno peninsular. El segundo aspecto que se dilucidará
está relacionado con el devenir de las variantes que se originaron a partir de la
fragmentación de este recurso. Originalmente, la forma singular y la plural de

                                                            
1 Sobre este aspecto histórico se ha explicado su estructura en el cap. 2. p. 45.
75
Ana Emilia León
 
‘vos’, al igual que sus variantes dialecto-sociales, funcionaban indistintamente
como fórmulas de tratamiento usadas entre hablantes de una misma elevada
clase social. Mientras que los partícipes de clase ínfima, no usaban
recíprocamente el recurso ‘vos’, sino ‘tú’, a nivel asimétrico. Durante la época
medieval temprana, los emisores, solamente apelaban al ‘tú’ cuando se dirigían a
Dios, en situaciones asimétricas, ascendentes. Asimismo, éste se aplicaba
recíprocamente en la comunicación entre miembros de clase alta, en análoga
situación. Por lo tanto, se presume que desde los orígenes de esta modalidad
medieval, comienzan a formarse variados códigos socioculturales y
socioeconómicos de relevo, y tal vez hasta socioétnicos, que regulaban o
restringían la selección de las fórmulas de cortesía en los actos comunicativos.
Por consiguiente, desde el siglo XIV, se inicia la extinción de ‘vos’ plural en
actos comunicativos, mientras que su forma singular, ganaba territorio y se
arraigaba en su lar de origen. Este mismo ‘vos’ (singular) se iba bifurcando, e
inevitablemente, éste seguía penetrando en diferentes extensiones.
Posteriormente, ‘tú’ y ‘vuestra merced’ > ‘usted’ comenzaron a disputarle la
hegemonía a ‘vos’, en su histórico campo sociolingüístico.
En virtud de estos antecedentes, se observa el establecimiento de nuevos
patrones socioculturales y sociolingüísticos en el castellano peninsular. Algunas
de sus características se pueden señalar dentro de las siguientes agrupaciones
temáticas: a) un sistema de igualdad constituyente para la interacción de
hablantes con igual perfil social (trato simétrico); b) se observa además, algún
tipo de cambio que va surgiendo hacia otro nivel sociolingüístico del mismo
‘vos’, pero con distanciamiento asimétrico, descendente; y c) un emisor de
elevado estatus hacia un interlocutor replegado a una calidad ínfima. No
obstante, seguían produciéndose arquetípicas variantes, aunque muchas veces
algunas sucumbían antes de lograr una reconocida hegemonía. Lo más
importante de este proceso, es el tipo de restricciones que había en la escogencia
de la forma de cortesía apropiada. Era importante fijarse en el estatus social del
interlocutor; por lo tanto, el acto comunicativo se regía por una serie de
preceptos semántico-culturales. En el sistema comunicativo del castellano
peninsular, los subyacentes cánones establecían que los hablantes de clase
inferior se dirigiesen a un superior con la fórmula ‘vos’, mientras que aquéllos,
únicamente recibirían el tratamiento ‘tú’. Esta situación se podría calificar en
términos generales de: comunicación oblicua circunstancial, con giros
discriminatorios.
En la sección d) se estudia la aparición del neologismo ‘vuestra merced’ >
‘usted’ y sus contemporáneas variantes. A través de éste se suavizan las
restricciones que únicamente ofrecían ‘tú’ y ‘vos’; por tanto, ‘vuestra merced’

 
 
76
Ana Emilia León 
 
aprovecha la oportunidad para ejercer impunemente sus dotes de abanico
protector. Por consiguiente, este recurso comienza a prevalecer debido a la
caótica confusión reinante en el repertorio castellano. Subsiguientemente, la
carga semántica de ‘vos’ también irá cambiando; éste se convertirá en dardo
ofensivo e injurioso. Pese a que el emisor fuese de nivel social más bajo que el
receptor, ambos partícipes debían utilizar ‘vos’ para injuriarse recíprocamente.
Es decir, el círculo cerrado y antagónico de éste comienza a ceder ante las
incontrolables arbitrariedades que se gestaban por el abuso de los sociolectos.
En este estudio se tratarán de mantener separados los dos sistemas
discordantes sobre el uso de ‘vos’ en España y su variante americana. Sin
embargo, se hace muy difícil obviar sus perfiles históricos debido a su dinámica
precedente. No obstante, el aspecto más significativo, de la búsqueda que nos
ocupa, es la obtención de datos concretos sobre la diacronía funcional de ‘vos’
en la lengua castellana. Históricamente hay que tomar en cuenta otro tipo de
cambio sociolingüístico que va surgiendo. Se trata de una variante referencial de
‘vos’ en la comunicación de esa época; éste era un recurso que usaban los
hablantes de una misma o diferente clase social —en forma asimétrica—. Por
consiguiente, en el mismo repertorio, se originan otras fórmulas multifacéticas
del mismo ‘vos’ singular. En cuanto a estas distinciones hay que destacar la
aparición de un tratamiento neológico compuesto por: ‘vuestra merced’ y sus
‘variantes’, que posteriormente se convertirán en ‘usted’. Con este neologismo,
se suavizarán las restricciones que existían por el anárquico uso de ‘vos’, tanto
recíproco asimétrico, como contrariamente de aspecto simétrico. En esta
sección se describe otra variante procedente del ‘vos’ singular. Se trata de un
‘vos’ agresivo y perjudicial, que era desconocido hasta esa época. Por
consiguiente, a este fenómeno se le considera como otra innovación en su
original repertorio castellano. Por lo tanto, el círculo cerrado comienza a ceder;
los hablantes obtienen plena libertad para escoger el matiz semántico-cultural
apetecido que se le pudiera esgrimir a su interlocutor.
Paradójicamente, tal como se ha mencionado anteriormente, los
conquistadores no solamente hicieron un transvase de la cultura, la lengua y la
religión al nuevo continente, sino que también impusieron, tal vez
erróneamente, algunas de las formas de tratamiento en la naciente comunidad
lingüística ultramarina. Como se ha mencionado previamente, intentaremos
explicar y dilucidar los fundamentos de esta confusión. En consecuencia, en
América, se originó un fenómeno morfosintáctico conocido como voseo
americano2. Este reimplante es muy distinto al uso y función que ostentase ‘vos’

                                                            
2 Sobre el Voseo Americano cfr.
77
Ana Emilia León
 
en la lengua castellana peninsular durante los siglos XV y XVI. A partir de este
capítulo, se tratará de clasificar la diversidad de actos comunicativos en cada
época respectiva; de igual manera se estudiará el uso de ‘vos’ (singular) y sus
homólogos respectivos. Tómese en cuenta que, los ejemplos se identificarán
con las mismas siglas que se han establecido en el capítulo Uno, pp. 24-26, por
lo tanto, con esta nomenclatura se clasificarán los actos comunicativos. A
continuación se estipulan las fórmulas que se aplicarán en el estudio que nos
ocupa:

Clasificación de los actos comunicativos de: ‘vos’, ‘tú’, ‘vuestra merced’

Cuadro No. 1
Un hablante de estatus elevado [X] se dirige igualmente hacia un
receptor [X], de su mismo nivel social. Acto comunicativo:
(1) [X-X]
simétrico, recíproco, paralelo.
Un hablante de estatus elevado [X] se dirige hacia un receptor
[Y], de menor rango sociocultural. Acto comunicativo:
(2) [X-Y]
asimétrico, descendente.
Un hablante de estatus elevado [X], se dirige hacia un receptor
[Z], de ínfimo estatus social. Acto comunicativo: asimétrico,
(3) [X-Z]
descendente.
Un emisor de rango social intermedio [Y], se comunica con un
receptor de manifiesto estatus elevado [X]. Acto comunicativo:
(4) [Y-X]
asimétrico, ascendente.
Un emisor de rango social intermedio [Y], se comunica con un
receptor de su mismo estatus [Y]. Acto comunicativo: simétrico,
(5) [Y-Y]
recíproco, paralelo.
Un emisor de rango social intermedio [Y], se dirige hacia un
receptor [Z], de ínfimo estatus social. Acto comunicativo:
(6) [Y-Z]
asimétrico, descendente.
Un emisor de ínfimo estatus social [Z], se dirige hacia un
receptor de estatus más elevado [X]. Acto comunicativo:
(7) [Z-X]
asimétrico, ascendente.
Un emisor de ínfimo estatus social [Z], se dirige hacia un
receptor de rango social intermedio elevado [Y]. Acto
(8) [Z-Y]
comunicativo: asimétrico, ascendente.
Un emisor de ínfimo estatus social [Z], se dirige hacia un
receptor de su mismo ínfimo estatus [Z]. Acto comunicativo:
(9) [Z-Z]
simétrico, recíproco, paralelo.

Por consiguiente, se analizará la función gramatical, morfosintáctica, y la


aplicación sociolingüística de ‘vos’ a través de los siguientes indicadores

 
 
78
Ana Emilia León 
 
gramaticales: positivo [+nominativo] / negativo [-nominativo]3, etc. Es de vital
importancia poder aclarar a través de estos indicadores, en qué construcciones
no actúa ‘vos’ como nominativo, sino como dativo, genitivo, etc. Reiterando la
distribución de estos indicadores, se obviarán más detalles específicos sobre los
actos de habla que reflejen casos en: genitivo, dativo, acusativo, vocativo, o
ablativo. En suma, debe quedar claro, que, con la presencia de estos indicadores
[-nominativo] al lado del respectivo acto de habla, solamente se desea indicar a
manera de generalización algunos matices correspondientes al ‘nominativo’:
positivo o negativo. Bajo este mismo patrón ordenado, los casos de ‘vos’ que no
sean ‘nominativo’ pasarán a formar parte, de un engranaje híbrido dentro de un
bloque heterogéneo, en el cual, todos participarán numéricamente, sin llegar a
representar acciones o funciones de nominativo.
Consecuentemente, a continuación nos proponemos elaborar un
compendio social de ‘vos’ con su marcadores, a través de un enfoque
diacrónico; tanto a nivel cuantitativo, cuanto a lo que concierne a su calidad
cualitativa. Lo importante es destacar la frecuencia y calidad sociocomunicativa
del momento en que se usa el susodicho.

I. Cotejo histórico de la Edad Media. Ejemplos de: ‘vos’,


‘tú’ y ‘vuestra merced’
1. Auto de los Reyes Magos – Siglo XIII4.

ESCENA II
(A Baltasar)
GASPAR: Dios ‘vos’ salve [-nom.], señor;
¿sodes ‘vos’ [+nom.] estrellero?
Decidme la verdad, de ‘vos’ saberlo quiero [-nom.].
¿Vedes tal maravilla?
Nacida es una estrella. [Y-Y]
BALTASAR: Nacido es el Criador,
que de las gentes es señor.
Iré, lo adoraré. [Y-Y]
GASPAR: Yo otrosí rogar lo he. [Y-Y]
(A los otros dos)
                                                            
3 El diccionario de la Real Academia Española (DRAE) explica lo siguiente sobre el nominativo:

2 m. Gram. Caso de la declinación que generalmente designa el sujeto del verbo y el atributo, y no
lleva preposición. Madrid: 2001. p. 1076.  

4 Siguiendo lo que establece el Diccionario de literatura española- Revista de occidente (1972) a esta obra

se le considera la más antigua pieza de teatro que poseemos en lengua romance (Siglo XIII).
Faltan el principio y el final. Hay varias ediciones en el siglo XIX; todas son superadas por la
difinitiva de R. Menéndez Pidal en RABM (IV), 1900 (Textos medievales, 171-177. 1976).
79
Ana Emilia León
 
MELCHOR: Señores, ¿a cuál tierra queredes andar?
¿Queredes ir conmigo al creador rogar?
¿Habedes de veído? Yo lo voy [a] adorar.
[Y-Y]
GASPAR: Nos imos otrosí, si le podremos fallar.
Andemos tras la estrella, veremos el lugar.
[Y-Y]
MELCHOR: ¿Cómo podremos probar si es hombre mortal
o si es rey de tierra o si celestial? [Y-Y]
BALTASAR: ¿Queredes bien saber cómo lo sabremos?
Oro, mirra, incienso a él ofreceremos;
si fuere rey de tierra, el oro querrá;
si fuere hombre mortal, la mirra tomará;
si rey celestial, estos dos dejará,
tomará el incienso quel’ pertenecerá. [Y-Y]
[LOS DOS]: Andemos y así lo fagamos. [Y-Y]

ESCENA III
(Gaspar y los otros dos reyes a Herodes)
[LOS TRES]:
Sálvate el Criador, Dios te curie de mal [-nom.],
un poco te diremos, non te queremos al, [-nom.],
Dios te de longa vida y te curie de mal; [-nom.],
imos en romería aquel rey [a] adorar
que es nacido en tierra, no’l podemos fallar.
[Y-X]
HERODES: ¿Qué decides, [d]ó ides? ¿A quién ides
buscar?¿De cuál tierra venides, o queredes andar?
Decidme ‘vuestros’ nombres, nom’ los querades celar.
[X-Y]
GASPAR: A mí dicen Gaspar;
este otro, Melchor; a aquéste, Baltasar.
Rey, un rey es nacido que es señor de tierra,
que mandará el siglo en gran paz, sin guerra.
[Y-X]
HERODES: ¿Es así por verdad? [X-Y]
GASPAR: Sí, rey, por caridad. [Y-X]
HERODES: ¿Y cómo lo sabedes?
¿Ya probado lo habedes? [X-Y]
GASPAR: Rey, verdad te diremos [-nom.],
que probado lo habemos. [Y-X]
MELCHOR: Esto es gran maravilla,
una estrella es nacida. [Y-X]
BALTASAR: Señal face que es nacido
y en carne humana venido. [Y-X]
HERODES: ¿Cuánto i ha que la visteis

 
 
80
Ana Emilia León 
 
y que la percibisteis? [X-Y]
GASPAR: Trece días ha,
y más non habrá
que la habemos veída
y bien percibida. [Y-X]
HERODES: Pues andad y buscad,
y a él adorad,
y por aquí tornad.
Yo allá iré, / y adorarlo he. [X-Y]

ESCENA IV
HERODES:
¿Quién vio nunca tal mal?
¡Sobre rey otro tal!
¡Aún non soy yo muerto
ni so la tierra puesto!
¿Rey otro sobre mí?
¡Nunca a tal non vi!
El siglo va a zaga;
ya non sé qué me faga.
Por verdad no lo creo
hasta que yo lo veo.
Venga mío mayordoma / que míos haberes toma.
[X-Y]

(Sale el Mayordomo)
Idme por míos abades,
y por mis podestades,
y por míos escribanos,
y por míos gramtagos,
y por míos estrelleros,
y por míos retóricos;
decirme han la verdad, si yace en escrito,
o si lo saben ellos, o si lo han sabido. [Z-Y]

ESCENA V
(Salen los Sabios de la corte)
[LOS SABIOS]:
Rey, ¿qué te place? Henos venidos. [Y-X]
HERODES: ¿Y traedes vuestros escritos? [X-Y]
LOS SABIOS: Rey, sí traemos,
los mejores que nos habemos. [Y-X]
HERODES: Pues catad,
decidme la verdad,
si es aquel hombre nacido
81
Ana Emilia León
 
que estos tres reyes me han dicho.
Dí Rabí, la verdad, si ‘tú’ lo has sabido. [X-Y]
RABÍ 1: Por veras ‘vos’ lo digo
que no lo fallo escrito. [Y-X]
RABÍ 2: ¡Hamihalá! ¡Cómo eres enartado!
¿Por qué eres rabí llamado?
Non entiendes las profecías,
las que nos dijo Jeremías.
Por mi ley, inos somos errados!
¿Por qué non somos acordados?
¿Por qué non decimos verdad? [Y-Y]

RABÍ 1: Yo non la sé por caridad. [Y-Y]


RABÍ 2: Porque no la habemos usada,
ni en nuestras bocas es fallada. [Y-Y]

Cuadro No. 2
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 5 20%
‘Vos’ plural 14 56%
‘Tú’ 6 24%

2. Poema Mío Cid.


La sociedad hispano-cristiana de los siglos XI y XII fue la colectividad que el
juglar anónimo reveló indirectamente en este poema5. El aspecto más
importante que analizaremos en este estudio, son los rasgos sociolingüísticos
que se observan en esta epopeya castellana. Aparentemente, la mayoría de los
hablantes que intervienen en los actos comunicativos pertenecen a la nobleza
alta o baja, a excepción del contingente de vasallos. Mediante el cotejo de esta
obra, encontramos actos comunicativos, en los cuales se observa el uso de ‘vos’
singular 261 veces, mientras que ‘vos’ plural aparece en 114 oportunidades.
Extrañamente, ‘tú’ se aplica solamente 10 veces.
La mayoría de los ejemplos que se observan en esta obra funcionan como
nominativo, dativo o acusativo, siendo notable el proceso de formación de
pronombres de cortesía para el repertorio de la época. Sin embargo, lo que nos
interesa detectar en esta obra es el comportamiento sociocomunicativo de ‘vos’
y sus variantes; al igual que su aprecio o rechazo. Es de extraordinaria
relevancia observar la selección y restricción que fluctúa en boca de los
                                                            
5 Poema de Mio Cid. Se ha utilizado la edición de Colin Smith del año 1977. Madrid: Cátedra. En

esta edición se asevera que Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid y El Campeador,
noble caudillo castellano, vivió entre ¿1040? y 1099.

 
 
82
Ana Emilia León 
 
partícipes al realizarse los actos comunicativos. Debido al interés específico de
este proyecto, se hace necesario identificar y separar las variantes de ‘vos’, que
no correspondan al nominativo, en recíproca participación entre hablantes.
Especialmente el distanciamiento de respeto, o el acercamiento de confianza
que se ve cuando los protagonistas se comunican entre sí. En este apartado, y
en los subsiguientes esquemas, trataremos de distinguir los ejemplos que no
correspondan al nominativo con indicadores matemáticos como se ha dicho
anteriormente: más (+) o menos (-). Así se indicará la fórmula que no tenga
claro su funcionamiento sociogramatical. En primer lugar se indicarán las
formas plurales de ‘vos’, debido a que su homólogo singular se perpetúa por
más tiempo durante las centurias posteriores:

‘Vos’ plural:
1. Ya cavalleros dezir ‘vos’ he la verdad (497).
El Cid a sus caballeros. [-nom.]. [X-X]

2. ¡A ‘vos’ me omillo, dueñas! [+nom.].


Grant prez ‘vos’ he gañado, (1748). [-nom.].
El Cid a las dueñas. [X-X]

3. A ‘vos’, Minaya Albar Fañez e Pero Vermuez aqui (1870).


[-nom.]. El rey don Alfonso a los caballeros. [X-Y]

4. ¿Ques esto, mesnadas, o que queredes ‘vos’? (2294). [+nom.].


El Cid a los caballeros. [X-X]

5. Dixo el Campeador: ‘Darvos he mis fijas e algo de lo


Mío’. (2568). [- nom.]. El Cid a sus yernos. [X-X]

6. Dar ‘vos’ he dos espadas, a Colada y a Tizon,


(2575). [-nom.]. El Cid a sus yernos. [X-X]

7. Mios fijos sodes amos quando mis fijas ‘vos’ do;


(2577). [-nom.]. El Cid a los Condes de Carrión. [X-X]

8. ‘Dezid me: ¿que ‘vos’ fiz ifantes de Carrion?


(2675). [+nom.]. El moro Avengalvon a los infantes. [Y-X]

9. ¡Por Dios ‘vos’ rogamos don Diego e don


Fernando! (2725). [-nom.].
Doña Elvira y doña Sol a los infantes de Carrión. [X-X]
10. ¡Oid que ‘vos’ digo, ifantes de Carrion! (3596). [-nom.].
El rey Alfonso a los infantes de Carrión. [X-Y]
83
Ana Emilia León
 
Ejemplos de ‘vos’ singular:
11. Ya lo vede que partir nos emos en vida,
yo irie e ‘vos’ fincaredes remanida. (80,81) [+nom.].
El Cid a Ximena. [X-X]

12. A ‘vos’, rey ondrado, enbia esta presentaja;[-nom.]


besa ‘vos’ los pies e las manos amas ... [-nom.].
(878, 79). Minaya al rey. [Y-X]

13. ‘Vos’ [doña Ximena] querida mugier e ondrada,


(1604). [+nom.]. El Cid a Ximena. [X-X]

14. ¡Merçed ‘vos’ pido [-nom.] a ‘vos’ mio natural señor!


(2031). [-nom.]. El Cid al rey. [Y-X]

15. Aqui ‘vos’ perdono e do’vos’ mi amor,


(2034). [-nom.] (2). El rey al Cid. [X-Y]

16. ¡Grado al Criador e a ‘vos’, Çid ondrado! [-nom.]


... por ‘vos’ avemos ondra... [-nom.].(2528-29).
Fernán González al Cid. [X-X]

17. De lo que a ‘vos’ pesa a mi duele el coraçon;


¡Dios lo mande que por ‘vos’ se ondre oy la cort! (3031-31).
[-nom.] (2). El rey Alfonso al Cid. [X-Y]

18. ¡Grado al Criador e a ‘vos’, rey señor:


(3200). [-nom.]. El Cid al rey Alfonso. [Y-X]

En este texto resalta la responsabilidad de los partícipes en cuanto al uso


de las fórmulas de tratamiento; asimismo se destaca un “nuevo orden”
regulado por una innovadora estratificación sociocultural. Los que carecen de
nobleza, o “los de abajo”, van presentándose en el escenario sociopolítico, y
terminan formando parte de la burguesía6. Según las descripciones que se dan
en el poema, el personaje Rodrigo Díaz de Vivar estaba relacionado con los
hidalgos —infanzones—, y, para esa época, él áun continuaba ligado
personalmente a un tipo de economía señorial, de bajo perfil. Por lo tanto,
sobresale en el poema, una hostilidad bilateral entre infanzones y aristócratas, lo
cual simboliza un momento sociohistórico personalizado. Es decir, aquéllos
luchan por el ascenso social, y los segundos defienden el círculo cerrado de sus

                                                            
6Este es el concepto que presentan varios autores: Carlos Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez
Puértolas, e Iris M. Zavala, en su obra Historia Social de la Literatura española. V.1. p. 53.

 
 
84
Ana Emilia León 
 
privilegios de clase7. Aparentemente, el estatus social de los ‘infançones’ no
estaba muy claro todavía. Éstos combatían junto con los caballeros, pero no
gozaban de los mismos privilegios socioeconómicos. Es decir, socialmente los
infançones no eran iguales a los caballeros ni a los aristócratas de la nobleza alta,
pero compartían escenario con sus homólogos. En el Poema de Fernán González
ya se distinguen clasificaciones sociales específicas:

El conde castellano con todos sus varones, conbatyan las torres a guisa d’infançones,
(192a, 192b).

En esta obra aparecen también datos sobre la estratificación social de la


época. En la estrofa 299, la escala de valores sociales aparece señalada bajo la
siguiente secuencia:

Mandó llamar el conde a todos varones,


todos los ricos omnes, todos los infançones,
tan bien a escuderos commo a los peones,
quiere de cada uno saber sus coraçones.

Aparentemente, por razones de rima, en esta distribución se señala que los


“infançones” estaban situados en cuarto lugar después del conde, y muy cerca a
los escuderos, mientras que los peones, aparecen ubicados en los últimos niveles
de esa plataforma. En general, la mayoría de las fórmulas de tratamiento que se
observan en esta misma obra, están relacionadas con hablantes de una misma
clase social, (en este caso la nobleza alta y baja). No obstante, los infanzones son
los personajes clasificados de más baja categoría, en comparación con los
escuderos. Los miembros de la nobleza baja, usan solamente ‘tú’ para dirigirse a
interlocutores de más alta categoría, mientras que éstos les responden con ‘vos’.
De esta manera queda claro que ‘tú’ no era para personas de nivel social inferior
en el trato simétrico de esa época. ‘Vos’ se usaba entre iguales de una misma
clase y también como tratamiento, desde un personaje de alta categoría hacia su
inferior receptor (dirección asimétrica). Mientras que ‘tú’, como se ha dicho
anteriormente, se usaba recíprocamente entre los hablantes de más alta categoría
(simétrico), y de un inferior a uno de clase muy superior (asimétrico -
ascendente).
Regresando al Poema de Mío Cid, hemos observado, el múltiple uso de ‘vos’
que aparece en diferentes construcciones morfosintácticas y sociolingüísticas.
De acuerdo con diversos ejemplos: la alocución comienza con ‘vos’ nominativo,

                                                            
7 Op. cit., nota 2, p. 55
85
Ana Emilia León
 
y en seguida aparece el mismo con función de dativo; por lo tanto, éste suele
aparecer constantemente en otros tipos de expresiones combinadas. Además de
esta anarquía funcional, se agrega otro problema relacionado con la gran
confusión entre las formas pronominales y las verbales. Se destaca un
antagonismo funcional entre los casos de dativo y acusativo, etc. Al considerar
esta estratagema de la comunicación, se debe tomar en cuenta que estos datos
se han extraído de textos de la lengua escrita, y no sabemos —con exactitud—
como funcionaba la dinámica de la lengua oral durante su referente sincrónico.
Posiblemente habría sido diferente el análisis sobre el panorama sociolingüístico
de esa época, si hubiéramos obtenido algunos recursos apropiados, sobre la
dinámica de la lengua oral de ese siglo XII, y XIII. De esta manera, sabríamos
un poco más sobre la dinámica contemporánea, y las causas que contribuyeron
a la creación de tantas variantes anárquicas. Seguidamente presentamos los
cómputos totales de la cantidad de formas de tratamiento que aparecen en esta
obra. El total de cifras podría cambiar si lográramos obtener datos afines; pero
el interés de esta investigación que nos ocupa, es totalmente sociolingüístico e
histórico:
Cuadro No. 3
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 261 67.8%
‘Vos’ plural 114 29.6%
‘Tú’ 10 2.6%

3. Poema de Fernán González.


Es de opinión generalmente aceptada8 que este Poema fue escrito hacia
mediados del siglo XIII por un monje de Arlanza, poeta del mester de clerecía.
Pudo haber sido compuesto hacia 1250. En éste se entrelazan fuertemente:
aspectos históricos y la intrínseca proyección de la esencia castellana.

‘Vos’ plural:
19. Oyt me, cavalleros, sy Cristo ‘vos’ perdon,
(58c). [-nom.]. El rey don Rodrigo ante la corte. [X-Y]

20....a mí e a ‘vos’ otros envian desfiar. [+nom.].


(302d). De mi mismo ‘vos’ digo lo que puedo fazer:
[-nom.]. (446a).
Todo aquel que de ‘vos’ del canpo se saliere.
(447a). [+nom.]. El conde Fernán González a
sus vasallos. [X-Y]
                                                            
8Alonso Zamora Vicente, Poema de Fernán González. Edición, Prólogo y Notas. Espasa-Calpe.
1946. p. x.

 
 
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Ana Emilia León 
 
21....acordat ‘vos’ que somos por esso aqui venidos.
(508d). [-nom.] Almanzor a sus vasallos. [X-Y]

Ejemplos de ‘vos’ singular:


22. Diz: ¿Commo ‘vos’ a ydo, el mi leal amigo;
(49c). [-nom.].
El rey Rodrigo al conde don Yllan. [X-Y]

23. Dixo: Don Frray Pelayo, non aya[de]s cuydado,


quanto [que] demandastes ser ‘vos’ ha otorgado,
(245b,c,). [-nom.] El conde Fernán González
al monje don Pelayo. [X-Y]

24. Non lo[s] vendria, sennor, mandedes lo[s]


tomar, (570c) vender non ‘vos’ lo[s] quiero mas
quiero ‘vos’ lo[s] dar." (570d). [-nom.]
Fernán González al rey don Fernando. [Y-X]

25. Sodes por mi amor, conde, mucho lazrado,


ond nunca byen ovyestes sodes en grran[d]
cuydado; (630a,b) conde non ‘vos’ quexedes
e sed byen segurado." (630c,d). [-nom.].
La infanta doña Sancha a Fernán González. [X-X]

26. Sy ‘vos’ guisar podieredes de fazer esta


cosa, (635b) [+nom.] mientrra [que] ‘vos’
vysquieredes nunca aure otrra sposa, (635c).
[+nom.].Fernán González a la infanta. [X-X]

Los tratamientos que aparecen en este poema, se presentan en su mayoría


entre hablantes de la alta y baja nobleza. En muchas ocasiones se usa ‘tú’ para
dirigirse a un receptor de nivel muy elevado; por ejemplo, el conde Fernán
González se encomienda a Dios: “Cristo yo a ty me encomiendo” (178c), “alço
a Dios las manos, rrogo al Cryador”: “Sennor, tu me ayuda” (184b, c). Este
personaje (en el poema) no trata de ‘tú’ a nadie más, sino a Dios, mientras que
sus vasallos o inferiores usan ‘tú’ para dirigirse a él: por ejemplo, Fray Pelayo le
dice: “‘Tú’ confortar los has quanto mejor podieres”, (241a). Otra situación de
reverencia similar se observa en el trato que le da Nuño Laino, uno de sus
caballeros (comunicación asimétrica): “Señor si ‘tu’ quisieres,” (341a). A través
de estos datos se observa que hay una distinción establecida entre los hablantes,
siendo primordial el nivel social que ostentasen ambos personajes. Esta
producción no ofrece grandes contrastes sociolingüísticos que la distingan de
otros textos contemporáneos.
87
Ana Emilia León
 
Cabe destacar que en esta obra aún se usa ‘vos’ para receptor singular y
plural, de igual manera en función de nominativo, con variantes de dativo,
acusativo y formas de complemento tónicas o átonas. El siguiente cuadro
resume las acciones:
Cuadro No. 4
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 50 24%
‘Vos’ plural 28 13.5%
‘Tú’ 130 62.5%

4. El Libro de Alexandre.
Para el cotejo de esta obra hemos utilizado la edición de Dana Arthur Nelson
(1979)9, en la cual, la autora le atribuye la obra a Gonzalo de Berceo [1185? -
1264). Este poema del mester de clerecía fue compuesto hacia 1240?10, y en él
sobresale la influencia de la cultura eclesiástica. Además se manifiestan perfiles
de la lengua común, cuyas motivaciones básicas se configuran con este género.
Gonzalo de Berceo presta atención a la lengua popular; su interés se basa en:
“quiero fer una prosa en román paladino, en el qual suele el pueblo fablar a su
vezino”. Debido a este matiz popular en las obras de Berceo (asumiendo que
fue él el autor del poema), se hace indispensable analizar sociolingüísticamente
esta composición poética de tan nombrada escuela erudita del Siglo XIII.
Aunque haya referencias a las hazañas de Alejando Magno y a la antigüedad
helénica como temática de la época, también está presente el pensamiento
castellano socioregional:

A continuación se citan ejemplos de ‘vos’ plural.


27.… los dos primeros quiero que ‘vos’ am[b]os seades.
(316c). [+nom.]. Parientes e amigos, si ‘vós’ precio amades,
[-nom.] sólo que ‘vos’ entiendan firmes las voluntades,
[+nom.]. (769a,b). El rey Alejando a sus vasallos. [X-Y]

28. “Meted, varones, mientes: quiero ‘vos’ consejar,”


(811a). [-nom.]. Darío se dirige a los griegos. [X-Y]

29. “Entendet, di[z], amigos, qué ‘vos’ quiero dezir;”


(1287c). [-nom.]. Alejandro a los mensajeros de Darío. [X-Y]

                                                            
9 En esta reconstrucción crítica, Dana Arthur Nelson señala a Gonzalo de Berceo como autor del

poema. Sin embargo, otros estudiosos no creen que Berceo haya sido el escritor que compuso el
poema. Cfr. A.D. Deyermond. La Edad Media. 1978. Ariel, p. 123; Diccionario de Literatura Española.
1972. Revista de Occidente, p. 22.
10 Cfr. Diccionario de Literatura Española. 1972. p. 22.

 
 
88
Ana Emilia León 
 
30. “Dexastes vuestras casas e vuestras heredades,
pasado ha diez años que comigo lazrades;
mucho ‘vos’ ha costado” [-nom.]. (2285a,b,c).
Alejandro a sus vasallos. [X-Y]

Ejemplos de ‘vos’ singular:


31. “Fijo, ‘vós’, ¿qué oviestes? ¿quién ‘vos’ fizo pesar?”
(36b). [+nom./-nom].
Aristóteles (el maestro) le habla a su alumno. [X-Y]

32. Clamó a altas vozes, “Don Toro Madrigado, oy será


el día que ‘vos’ veré domado”. [-nom.]. (707c, d).
Aquiles mata a Héctor. [X-X]

33. “[Querría] ‘vos’ un poco todo lo ál dexar, [-nom.]


del pleit de Babilo[ni]a ‘vos’ [querría] contar:”
[-nom.]. (1460a, b). El autor al lector. [Y-X/Y]

En este poema es más abundante el uso de ‘vos’ plural, que la variante


singular; tal como se establecía en el repertorio del siglo XIII. Hay
aproximadamente 89 ejemplos con ‘vos’ plural, mientras que la forma singular
aparece 51 veces. En cuanto a la presencia de ‘tú’, éste se muestra en unas 115
oportunidades. En la mayoría de los casos donde aparece ‘tú’ es para dirigirse a
Dios, o para la comunicación de un emisor inferior a un monarca, o hacia los
otros miembros de la alta nobleza. Nadie usa ‘vos’ para dirigirse al rey
Alejandro, y éste usa ‘tú’, solamente cuando invoca a Dios en sus plegarias. Por
lo tanto, las acciones indican que los miembros de la clase muy elevada usan
‘vos’ para dirigirse a sus interlocutores de más bajo estrato (asimétrico
descendente). Hasta aquí se manifiesta la obligación de los partícipes de usar ‘tú’
al dirigirse a Dios, a la Virgen, u otra deidad. ‘Vos’ era la forma regular para el
tratamiento recíproco (simétrico y asimétrico) entre miembros de la nobleza,
[X-Y] o [Y-Y], mientras, que ‘tú’ se empleaba únicamente para dirigirse a la
máxima jerarquía monárquica (asimétrico, ascendente), [Y- X].
Hasta aquí siguen presentándose algunas dudas sobre la lengua de esta
obra; tal vez se ofrecía un tipo de lenguaje ultra-culto, o posiblemente, el autor
se había distanciado de las formas populares manejadas por el vulgo, en esa
época. Aparentemente, la lengua oral de esa centuria no se reflejaba en el texto.
Tal como indican los expertos, la fuente primordial del Libro de Alexandre está
constituida por el ancestral Alexandreis latina de Gautier de Chatillon, que
depende a su vez de la tradición de Quinto Curcio; sin embargo, el poema
español combina esta última con otras fuentes secundarias (Deyermond
1978:124). Por lo tanto, se debe poner mucha atención al verdadero influjo de
89
Ana Emilia León
 
textos ajenos al castellano que matizaron la estructura del Libro de Alexandre.
Muchos de los rasgos comunicativos de la obra, especialmente los pronombres,
siguen de cerca el uso del ‘vos’ latino (plural) —como se menciona más
arriba— debido a la bifurcación ocurrida en la lengua latina a partir del siglo
IV. En esa época, ‘vos’ singular se fragmenta y se convierte tanto en forma
plural como en singular respectivamente. De este modo, ambas formas
participan en el progreso de los romances y en la dinámica comunicativa.
Por lo tanto, la lengua que ofrece el Libro de Alexandre, no sería la más
adecuada para nuestro proyecto, no obstante, este repertorio es de mucha
utilidad para detectar la divergencia de los actos comunicativos medievales. Hay
confusas expresiones relacionadas con el contexto sociocultural de la obra, lo
cual no deja de ser otro tipo de desventaja, para los investigadores.
Arbitrariamente, las clases populares casi no participan en la interacción que se
ejemplifica en este texto, por consiguiente, exclusivamente sobresalen
actividades comunicativas que solamente se relacionan con la prominente
nobleza.
Cuadro No. 5
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 51 20%
‘Vos’ plural 89 34.9%
‘Tú’ 115 45.1%

5. El Libro de Apolonio. [1240?].


Históricamente, a este texto se le considera como una de las obras más antiguas
de la escuela del “Mester de Clerecía”. Son muchas las fechas que han
postulado los especialistas, sobre el momento en que se compuso este libro.
Manuel Alvar lo fecha más tardíamente, pues piensa que se redactó hacia 1260.
Sin embargo, observando la falta de datos más precisos, la fecha más aceptable
sería 1240 (Ed. de Carmen Monedero 1987:15). En cuanto al autor, éste debió
ser un eclesiástico, o tal vez un clérigo secular según la opinión de variados
críticos literarios y expertos en la materia.
La estructura que presenta el Libro de Apolonio se relaciona con los viejos
esquemas de la novela bizantina: aventuras, viajes, amor, y un final feliz.
Paradójicamente, en este texto se observan muy pocos casos de ‘vos’ plural. Es
interesante comparar la presencia de este ‘vos’ en las obras analizadas
anteriormente. En este texto aparecen 22 casos con ‘vos’ plural; 76 veces ‘vos’
singular y ‘tú’ emerge 173 veces. Veamos a continuación algunos ejemplos de la
función de este pronombre y sus variantes:

 
 
90
Ana Emilia León 
 
‘Vos’ plural:
34. “que veyo a ‘uós’ tristes”, (437d), [-nom.].
Apolonio a Dionisia y su marido. [X-Y]

35. “El rey Apolonyo, omne de grant poder,


es aquí aq[u]aesçido, quiere ‘uos’ conoscer, [-nom.]
Vna fija, que nunq[u]a la cuydo veyer, ála aquí
fallada, deue a ‘uos’ placer”. [-nom.]. (561a,b,c,d).
El rey Antinágoras a su concejo. [X-Y]

36. “Oytme, conçeio, ssí Dios ‘uos’ benediga, [-nom.]


non me ‘vos’ reboluades ffasta que mi razón diga.
[+nom.]. Si ffiz mal ha alguno quanto val huna
figa, aquí, ante ‘uós’ todos, [+nom.]. quiero que me
lo diga." (599a,b,c,d). Apolonio a su concejo. [X-Y]

‘Vos’ singular:
37. “Fija, si ‘vós’ queredes buscarme gran plaçer, [+nom.].
que ‘vos’ yo siempre aya mucho que gradeçer,” [-nom.].
(166a,b). El rey architrastres a su hija. [X-Y]

38. “Fija, dixo, non vengo or pasar ‘uos’ liçción,[-nom.].


mas mensatge ‘vos’ trayo por que mereçía gran don."
[-nom.]. “vos veyet quál queredes de todos escogir”.
[+nom.] (214a,c/216d). Apolonio a la hija del rey. [X-Y]

39. “Padre, bien ‘vos’ lo digo quando ‘vós’ me lo demandades,


[...]. non ‘vos’ miento, desto bien seguro seyades." (237a,c).
Luciana a su padre el rey. [Y-X]

40. …Dixo Apolonio: “Reyna, bien sepades, sol’ que a


vuestro padre en amor lo metades, leuar ‘uos’ é comigo
a las mis eredades." (254a,b,c).
Apolonio a su esposa Luciana. [X-Y]

41. “si él levar’vos’ quisiere, ‘vós’ seyet su companyera.


Dios ‘uos’ guíe, mi fija, [...]. (257c,d).
El padre (el rey) de Luciana a su hija. [X-Y]

42. “Prísola en sus braços con muy grant alegría,


diziendo: Ay, mi fija, que yo por ‘uós’ muría. (544a,b).
Apolonio a su hija Tarssiana. [X-Y]

El rasgo que más se acentúa es el uso de ‘tú’ entre hablantes de la nobleza y,


particularmente, en los casos en que se invocaba a Dios: “Senyor, tú me acorre
por tierra o por mar” (381d), Tarsiana a Dios. El rey Apolonio trata de ‘tú’ a
91
Ana Emilia León
 
los reyes Antioco y Artinágoras, de la misma manera responden estos monarcas
al dirigirse a este rey de Tiro. Unos jóvenes, hijos de reyes, usan ‘tú’ para
comunicarse con el rey Architrastres (205b, 206b), pero el monarca les
responde usando ‘vos’. Igualmente sucede con Luciana, la esposa de Apolonio,
quien lo trata de ‘tú’ (252c, 253c,d). Sin embargo, Apolonio usa ‘vos’ al
responderle a su cónyuge.
El rey Antinágoras y su hija Tarsiana emplean ‘tú’ para hablar con Apolonio
(470a,b,c / 489b,c) etc. No obstante, Apolonio, desde que conoció a Tarsiana
la trata con la forma ‘tú’ (496b, 502c,d) etc. Por lo tanto, a partir del momento
que se descubre la verdad sobre su origen —ella es su hija— los dos cambian
las fórmulas de tratamiento. Desde ese momento se tratan con la fórmula de
tratamiento ‘vos’. En una ocasión, la hija le dice al rey: “sepades que non ‘vos’
miento” (542d) [-nom.]. El rey Apolonio también se acoge al mismo recurso
‘vos’ para interactuar con su hija: “Ay, mi fija, que yo por ‘uós’ muría” (544b).
Aparentemente, el uso de ‘vos’ singular no era muy común en esta obra.
Todo parece indicar que era el pronombre ‘tú’ el de más prestigio para
interlocutores de alta nobleza y una muy elevada posición social. Antioco se
dirige a Taliarco usando ‘tú’; el príncipe Antinágoras lo hace igualmente para
hablarle a Apolonio (552b), y éste le da igual tratamiento (554a). Estrángilo (un
burgués) le dice ‘tú’ a Apolonio (88b, c, 101a, 102a), mientras que este rey lo
trata con formas combinadas: algunas veces le dice ‘tú’ (81a, 86a) y en otras usa
‘vos’: (82a, 86c, 87a). Sin embargo, este personaje nunca se dirigía a Apolonio
con otra forma de tratamiento que no fuera el mayestático ‘tú’ (101a, 102a).
Del mismo modo, los vasallos de Apolonio lo tratan de ‘tú’, pero él
continuamente responde con ‘vos’ plural (649a,b,c). La cantidad de veces que
aparece ‘tú’ es abrumadora. Éste aflora en un 63.8 % en el texto, mientras que
‘vos’ singular se aplica en un 28%, y su homónimo plural, se registra en un 8.1
%.
Cuadro No. 6
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 76 28%
‘Vos’ plural 22 8.1%
‘Tú’ 173 63.8%

Cabe destacar que, tanto ésta como la anterior obra, revelan una alta
preferencia de ‘tú’, en oposición con su rival ‘vos’. Hasta esta época, la
contraposición que se ofrece entre ambos sociolectos cambiará radicalmente.
Estos recursos tendrán un devenir completamente inesperado en la próxima
centuria.

 
 
92
Ana Emilia León 
 
6. El duelo de la Virgen.
Este texto perteneciente al siglo XIII, es una de las obras marianas de Gonzalo
de Berceo [1185?-1264]. Brian Dutton, quien ha preparado en 1975 una de las
ediciones críticas de esta obra11, es uno de los que ha formulado “una hipótesis
bastante convincente sobre la cronología” de las obras de Berceo. De acuerdo
con su proposición, la fecha aproximada en que Berceo escribió esta obra, pudo
haber sido antes de 1236 (Dutton 1975: p.3).
El Duelo que fizo la Virgen María en día de la pasión de su fijo Jesuchristo es una
exposición de 210 coplas, de la historia de Jesús, desde el momento de su
prisión hasta su resurrección. Berceo hace que sea la Virgen quien narre a San
Bernardo —que representa a los oyentes— sus propias cuitas. Con esta obra
alcanza Berceo su máxima creatividad y esplendor12.

‘Vos’ plural:
43. "Assaç avedes guardas e fardidos peones, guardat
bien el sepulcro, controbatli canciones."(172c,d).
"Pasaredes la noche faciendo tales sones." (173d).
"Non dexedes plegar a ‘vos’ otras compannas." (174a).
[-nom.] (3). Pilato a sus soldados. [X-Y]

44.…que non ‘vos’ furten el su díos, eya velar.[-nom.].


(178c). Ca furtár’vos’lo querrán, eya velar. [-nom.].
(179a). Pilato a sus hombres. [X-Y]

‘Vos’ singular:
45. Disso la madre: "Fijo, lo que ‘vos’ me fablades [+nom.],
[...] bien veo que ‘vos’ por todos nos laçdrades. (99a,d).
[+nom.]. Fijo, si de ‘vos’ fuero assín desemparada, (104c).
[-nom.].Fijo, ‘vos’ vivo sodes maguer muerto ‘vos’ veo,
(123a). [+nom.]. ‘vos’ siempre sodes vivo ca morir non
podedes; (124b). [+nom.]. Fijo, no lo debiédes ‘vos’ qerer
nin suffrir, (125c). [+nom.]. La Virgen a su hijo. [X-X]

46. Fraire, non contendamus en tan luengo rodeo,


ca ‘vos’ bien lo leedes todo esti torneo, (43b). [+nom.].
Bien ‘vos’ lo contarié María Magdalena, (68a). [-nom.].
La Virgen al monje. [X-Y]

47. Fijo, no lo deviédes ‘vos’ qerer nin suffrir, (125c)


[+nom.]. Mas contra mí agora ‘vos’ muy crudo isiestes.
                                                            
11En Obras Completas III de Gonzalo de Berceo. 1975. London: Tamesis Books Limited.
12Historia de la literatura española. 1974. Planeado y coordinado por J.M. Diez Borque. Madrid:
Biblioteca Universitaria Guadiana. p. 145.
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Ana Emilia León
 
(127d). [+nom.]. La Virgen a su hijo. [X-X]

En esta obra observamos que hay alternancia íntima entre ‘vos’ / ‘tú’. En
circunstancias críticas, la Virgen alterna sociolectos cuando se dirige a su hijo (el
señor Cristo). Por lo tanto, en ocasiones, la madre, a su hijo, emplea ‘vos’;
aunque en otros momentos le asigna ‘tú’. Todo lo contrario sucede cuando
Jesucristo habla con su madre, la Virgen; éste nunca usa ‘vos’ para comunicarse
con ella. Por el contrario, a la Virgen se le ofrece el pronombre ‘tú’ (en 16
oportunidades). Cabe destacar que esta manera de mezclar los códigos
sociocomunicativos que se observa entre los hablantes de este texto, se infiere
que ya intervenía la influencia de un factor extra-lingüístico y
sociocomunicativos. Los tradicionales recursos comunicativos estaban
estructurados de cierta manera, y los productores literarios las obedecían. Aún
no se disipaba la latinidad tradicional, sociocomunicativa. Tal vez, la Virgen,
como único partícipe directo en la comunicación con su hijo, escogió la forma
de tratamiento ‘vos’ debido al insostenible sufrimiento que la afectaba al ver a
su hijo padecer por la crucifixión.

48. Quando a ‘vos’ de muerte non qeriédes guardar,


fijo, a mí deviédes delante ‘vos’ levar; qe de ‘vos’
non vidiese yo tamanno pesar, fijo, en esto sólo
‘vos’ he por qé reptar. (128). [X-X]

Hasta ahora no tenemos claro cuáles fueron los motivos que impulsaron a
Berceo a seleccionar específicamente una u otra fórmula de tratamiento, para
que sus personajes se comunicaran. Su narración tuvo que haber recibido
influjo sociolingüístico de la lengua oral (popular) del siglo XIII. Sin embargo,
hay que suponer que si Jesucristo no le dice ‘vos’ a la Virgen, es porque tal vez,
ese recurso no contenía suficientes matices mayestáticos que la dignificaran. En
otras palabras, en esa contemporaneidad, ‘tú’ y sus valores sociolingüísticos se
adaptaban acertadamente para dirigirse con mucho respeto a un interlocutor de
superior condición. Se sabe que la carga semántica que ostentaba ‘tú’
contrastaba profundamente con el postulado de ‘vos’. Simplemente, aquél tenía
un matiz más respetuoso y elevado que su oponente. Por lo tanto, de acuerdo
con esta serie de ejemplos que hemos recopilado, se podría adelantar que las
propiedades sociolingüísticas que ostentaba ‘vos’ (simétrico) en el siglo XIII,
básicamente expresaban: igualdad, confianza, intimidad, sentimentalismo, y
sobre todo, poca formalidad.
En este texto, son inexistentes las pruebas del uso de ‘vos’ cuando se le
rendían honores a un monarca, o durante la invocación a Dios u otras

 
 
94
Ana Emilia León 
 
divinidades. Por lo tanto, ya se sabe que el uso exclusivo de ‘tú’, era para ofrecer
el máximo respeto a Dios y la Virgen. Con el mismo respeto se le obsequiaba a
los interlocutores pertenecientes al más alto nivel de nobleza. Por consiguiente,
un rey nunca empleaba ‘tú’ hacia un receptor de inferior categoría. Cada
interlocutor debería ostentar igualdad de condiciones u exhibir categoría
superior, para que el monarca le brindara ‘tú’ como tratamiento sociolingüístico
solemne.
Es posible, que para esa época, el pronombre ‘tú’ siguiera subordinado a
los preceptos retóricos precedentes, o influido por los previos cánones latinos.
Lamentablemente, en este proyecto no trataremos de profundizar este tema
retórico, aunque su importancia sea muy apreciable en el contexto y narración
de los hechos. Lo que más nos interesa son los distintos aspectos
sociocomunicativos que afloran en estas obras, y que, de alguna manera u otra
sirven como ejemplos para enriquecer esta investigación que nos ocupa.
Con el uso de ‘vos’ (singular y plural), se diluye un poco el distanciamiento
reglamentario que imponían los preceptos socioculturales de la época, ya que
muy poco se conocía —al menos en la lengua escrita— la fórmula de
tratamiento ‘vuestra merced’. Como es sabido, esta innovación sociolingüística
entrará en competencia recíproca con ‘tú’ y ‘vos’ en los siglos posteriores. Por
consiguiente, los tres sociotratamientos continuarán anárquicamente
disputándose el sitial más elevado de la pirámide. Tras esta pugna, a cualquiera
de ellos se le facilitaría llegar a la anhelada cúspide, pero la desintegración de
‘vos’ plural es evidente y homónimo también sufrirá descomposición en su
carga semántica.
Cuadro No. 7
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 37 38.1%
‘Vos’ plural 5 5.2%
‘Tú’ 55 56.7%

7. Los Milagros de Nuestra Señora.


Según algunos expertos medievalistas, Berceo comenzó a componer esta obra
antes de 1246, cuando él tenía por lo menos cuarenta y ocho años (Dutton
1971:3). Los temas religiosos (aunque con cierta variedad), son los que
prevalecen en la mayoría de las obras de este autor. Hay combinación de
religiosidad con la liturgia, el culto mariano, leyendas e historias piadosas, entre
otros. También se caracterizan las obras de este escritor por su mundo de
imágenes, alusiones, recursos expresivos, los cuales configuran un horizonte
limitado por el Ebro y el Duero, Palencia y Calahorra; es decir, el círculo de
95
Ana Emilia León
 
influencia de los monasterios de San Millán, Silos y Arlanza13. Si bien, es
evidente el interés de Berceo por los asuntos eclesiásticos, él también busca un
acercamiento hacia el público menos culto. Su intención era lograrlo valiéndose
de una lengua menos sofisticada o latinizada, y a través de un lenguaje capaz de
llegar al público común, y que toda la gente llana lo pudiera entender. La
intención del autor queda explícita en la siguiente estrofa:

49. quiero fer una prosa en román paladino,


en qual suele el pueblo fablar con so vezino;
ca non so tan letrado por fer otro latino:
bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.
(Santo Domingo, 2). [Y-Y]

Referente a los aspectos dialectológicos que se observan en las obras de


Berceo, muchas de éstas tienen rasgos comunes con la Rioja Alta, además se
observa cierta relación con el navarro-aragonés y, en especial con el castellano
del Norte. Berceo se preocupa por reseñar formas arcaicas, rústicas o vulgares,
junto con frecuentes catalanismos, provenzalismos, cultismos y frases latinas,
entre otras. Sintácticamente no hay disposición fija de la frase y, a veces, se
encuentran construcciones poco comunes14. En el siglo XI comienzan a surgir
colecciones de leyendas sobre milagros marianos en latín, o procedentes de éste,
siendo la época más activa la que se extiende desde el siglo XII al XIV. El
medio de difusión de estas obras se realiza por vía oral y a través de
manuscritos. Algunas de estas leyendas pasaron indiferentemente de la lengua
latina a las romances peninsulares. La fuente latina que más semejanza tiene con
los Milagros es una colección de 28 leyendas en prosa (Deyermond 1978: 121).
Véase la lista que sigue de ejemplos de ‘vos’

‘Vos’ plural:
50. Assín fo mi faciend como yo ‘vos’ predigo, (451a)
[-nom.]. La dueña a las otras monjas. [Y-Y]

51. Díssolis a los ángeles: "A ‘vos’ ambos castigo,


levad este ninnuelo a fulán mi amigo; [+nom.],
(534a,b) La Vigen a los ángeles. [X-Y]

52. Díssolis el obispo: "Quando fuere vencida,


‘vos’ seredes más salvas, ella más confondida,
(554a,b), [+nom.]. El obispo a las monjas. [X-Y]

                                                            
13 Cfr. José María Díez Borque 1974. op. cit. p. 135.
14 Díez Borque. Op. Cit. p. 136.

 
 
96
Ana Emilia León 
 
53. Amigos, si quissiéssedes un poco atender, un
precioso miraclo ‘vos’ qerría leer; [-nom.]. (625a,b)
El autor a los lectores. [Y-Y]

‘Vos’ singular:
54."¿Quién sodes ‘vos’, sennor? díssoli el romeo.
(190a),[+nom.]. El romeo al diablo. [Z-Y]

55. Díssoli Sanctiago: “Don traidor parlero,non ‘vos’


puet vuestra parla valer un mal dinero; (202a,b),
[-nom.]”. Santiago al diablo. [Y-Z]

56. “Padre —dixo el ninno— non ‘vos’ negaré nada,


ca con los christianiellos sovi grand madurgada.
(360a,b), [-nom.]”. El niño a su padre (ambos judíos). [Z-Y]

57. “Sennor —dissoli ella— ¿por qé me maltraedes?


Non so por aventura tal como ‘vos’ tenedes”.
(550a,b), [-nom.].La abadesa al obispo. [Y-X]

58. “Duenna —disso el bispo— essit ‘vos’ al ostal,


nos avremos consejo, depués faremos ál”.
(551a,b),[+nom.]. El obispo a la abadesa. [X-Y]

Esta obra difiere de la anterior debido al uso y aplicación de las fórmulas de


tratamiento que afloran en esta obra. Por ejemplo, los hablantes se dirigen a la
Virgen usando ‘tú’ en 55 oportunidades. Solamente se usa ‘vos’ tres veces para
hablarle a ella, y esto lo efectúa Jesucristo en dos ocasiones; y un hombre lo
emplea una vez. La Virgen le dice ‘vos’ una vez a Jesucristo; igualmente ella usa
el mismo pronombre cuando habla con la abadesa y las monjas: (5 veces ‘vos’).
El autor, cuando se dirige al lector emplea ‘vos’ con función de vocativo, pero
en muchos casos no está claro si el mensaje va dirigido a un lector / receptor
singular o a más de uno.
La dificultad que surge al tratar de clasificar estos pronombres,
especialmente ‘vos’, se debe a que en muchos casos no se puede detectar la
función morfosintáctica de éstos en la comunicación recíproca. En algunos
ejemplos, sólo el paradigma verbal nos indica que se trata de alguna variante del
sociolecto ‘vos’. Por lo tanto, hay que identificar ambos partícipes de la
comunicación, para saber la función que éste implica en cada acto. En otros
casos se observa el pronombre, pero no se sabe si éste va en función de dativo
o acusativo. Todo esto constituye uno de los problemas más difíciles de
resolver, debido a las extrañas características que entorpecen el desarrollo
positivo este proyecto.
97
Ana Emilia León
 
En la mayoría de los casos, ha sido posible identificar la presencia de ‘vos’
con función de nominativo, bien sea para un interlocutor singular o plural. En
el nivel morfosintáctico, la forma verbal es la misma para ambas construcciones,
por lo tanto hay que poner mucha atención al tratar de descubrir la verdadera
intención del emisor. En términos generales, hemos tratado de extraer de estos
textos, diversos ejemplos relacionados con el pronombre ‘vos’, pero debido a su
histórico uso ‘generalizado’, haremos énfasis en los casos nominativos que se
puedan detectar eficazmente. El aspecto que más nos interesa es poder penetrar
en el sistema sociocomunicativo, y comenzar a reconstruir el patrón que regía el
uso de las formas de cortesía en esa comunidad castellana del siglo XIII.
En la mayoría de los casos, aparece el repertorio emulando la ‘lengua ultra-
culta,’ que no refleja los rasgos intrínsecos del habla popular de la época.
Continuamente se entrecruzan de forma misteriosa, tanto la lengua escrita
como diversas variantes orales regionales. Por consiguiente, este tipo de
producción literaria, paradójicamente, tergiversa un poco los perfiles
sociocomunicativos de los partícipes. Véase a continuación la proyección de
cuatro cuadros que explicitan la dinámica sociocomunicativa de esa época:

8 (a) ‘Vos’ Veces


Un hablante a Jesucristo 4
Un hablante a la Virgen 3
Un hablante al diablo 12
Acto comunicativo desde un hablante hacia:
un pescador, un clérigo, un monje, su
hermano, al prior, a Teófilo; un hombre 57
judío a su padre, a la abadesa, a las monjas, al
obispo.

8 (b) ‘Vos’ Plural Veces


El autor se dirige hacia un receptor plural. 22

8 (c) ‘Tú’ Veces


Un hablante a la Virgen 55
Un hablante a Dios 18
Un hablante al diablo 1
Un hablante a Jesucristo 4
Comunicación de un hablante hacia: San
Ignacio, al clérigo, a S. Pedro, al pobre, al
47
monje, a Santiago, al obispo; a Esteban, al
náufrago, a Teófilo, al judío, y al hombre.

 
 
98
Ana Emilia León 
 
Cuadro No. 8 (d)
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 76 34.2%
‘Vos’ plural 22 9.8%
‘Tú’ 125 56%

Hay que tomar en cuenta la gran influencia de la disciplina eclesiástica que


influyó en las obras de Berceo; especialmente elementos de culto mariano,
leyendas piadosas, liturgia y todo lo relacionado con la vida monacal15. En
consecuencia, las cifras que arroja este cotejo, tienen mucho que ver con el
influjo extralingüístico subyacente. Estos recursos socioliterarios, fraguaron la
representación lingüística en las obras de Berceo.
Debido a estos etéreos componentes de tinte socioreligioso, la mayoría de
los actos comunicativos van dirigidos a la Virgen, a Dios y a Jesucristo; por lo
tanto, ‘tú’ es el pronombre que más sobresale para evocar a estas deidades. Con
este análisis se refuerza la evidencia que ‘vos’ (en esa época) aún no ofrecía un
matiz elevado para postrarse ante divinidades o interlocutores de alta nobleza.
Se observa claramente, que la influencia y tradición lingüística latina aún
predominaba en este texto. ‘Vos’ singular es la neofórmula sociocomunicativa
de uso popular que procura insertarse en el sociolenguaje castellano
contemporáneo. La revisión de este corpus medieval culmina con esta obra.
Veamos a continuación, un resumen general de los sociotratamientos
detectados en las obras analizadas de este corpus del siglo XIII.

Cuadro No. 9 (Resumen de textos)


Obra Vos singular Vos plural Tú
El auto de los reyes magos (C.2) 5 14 6
El Cid (C.3) 261 114 10
Poema de Fernán González (C.4) 50 28 130
Libro de Alexandre (C.5) 51 89 115
Libro de Apolonio (C.6) 76 22 173
El Duelo de la Virgen (C.7) 37 5 55
Los Milagros de Nuestra Sra.(C.8) 76 22 125
Total 556 294 614

                                                            
15Gonzalo de Berceo pertenecía al monasterio benedictino de San Miguel de la Cogolla, en la
Rioja. Cfr. la Historia de Social de la Literatura española I, op. Cit.
Capítulo 4
Durante el Medievo ya se estaban presentando innumerables discordancias en el
repertorio hispano peninsular. Por consiguiente, a través de la lengua escrita, ya
comienzan a vislumbrarse grandes reajustes y prósperas innovaciones
sociolingüísticas. Como se ha mencionado anteriormente, a comienzos del siglo
XIII, el castellano contaba solamente con dos fórmulas de tratamiento para la
segunda persona singular: ‘tú’ y ’vos’. Aquél seguía funcionando con su
tradicional preferencia, mientras que su rival ‘vos’ desplegaba una dicotomía
sociolingüística muy activa. La carga semántica de éste, ya se estaba
diversificando para cubrir las fallas coetáneas. Paradójicamente, hasta ese
momento, no había suficiente certidumbre del proceso decadentista que pudiera
afectar el porvenir de ‘vos’ en general. No obstante, el disminuido empleo de su
análogo plural indicaba que ambos sociotratamientos ya estaban reajustándose.
Por otra parte, en esa época, ‘tú’ ostentaba características relevantes para
tratamientos distintivos, asimétricos (ascendentes). Para esa época era notable la
superioridad sociolingüística de este sociolecto, el cual se emitía ante reyes y la
nobleza alta. Los copartícipes no correspondían con igual forma de cortesía a
ningún receptor de inferior jerarquía; usualmente empleaban ‘vos’, tanto en
calidad asimétrica como simétrica. En su oportunidad, los hablantes ni siquiera
usaban ‘tú’ para comunicarse con sus esposas, o familiares más allegados;
únicamente se empleaba éste cuando se invocaba a Dios o a los santos.
Cabe destacar, que en el análisis efectuado en este apartado, se destacan
diversas discrepancias numéricas entre la aparición de ‘vos’ singular y su forma
plural (ver cuadro 9).
Consecuentemente, tras los indicios de profundos reajustes, y el ocaso
imperante en el repertorio castellano, comienza a emerger un nuevo tratamiento
para dirigirse a un interlocutor plural: ‘vos’+otros, que posteriormente se
convertiría en ‘vosotros’. Aparentemente, en este corejo, no se han registrado
ejemplos concretos en lengua escrita del siglo XIII, como antecedentes del
proceso de lexicalización. Tampoco se conocía este formulismo en centurias
precedentes. Sin embargo, se destacan activamente los excelsos matices
hegemónicos que acarreaba la concurrente reputación de ‘tú’. Era notorio su
favorecido uso singular; y evidentemente, no se vislumbraba ninguna pérdida de
su supremacía ante sus coetáneos rivales: ‘vos’ singular y su variante plural. En
esa época, ‘vos’ singular y su decadente homólogo plural todavía generaban
respeto, distancia, asidua cortesía, y a veces intimidad, pero aún permanecían
relegados a un nivel de menor reputación. Paradójicamente, estas fórmulas de
tratamiento seguían marginadas a pesar de todas sus potestades, sin embargo,
no se disipaba la amenaza de un exterminio integral. Este proceso de ocaso y
exterminio de ‘vos’ comienza a generarse a partir del siglo XVI,
100
Ana Emilia León 
 
aproximadamente, mientras que su despojo total durará hasta el subsiguiente
siglo XVII.
El repertorio medieval de la lengua castellana necesitaba una
reorganización profunda, pero, increíblemente no se estaban concretando los
cambios apropiados a nivel morfosintáctico, para satisfacer las necesidades
sociolingüísticas. Posiblemente, seguían generándose negativas distensiones en
el campo lingüístico de la lengua castellana; por ello, eventualmente, irrumpirá
en ese entorno, un anárquico torbellino funcional en cuanto al uso de las
fórmulas de cortesía. Como se ha dicho anteriormente, a partir de las últimas
décadas del siglo XIV y comienzos del XV se intensifica una dinámica
reestructuradora, puesto que había necesidad de manejar neologismos que
equilibraran las necesidades del lenguaje.
En este capítulo continuaremos analizando el corpus de obras pertinentes a
las épocas establecidas. El aspecto más importante de este estudio es obtener
recursos apropiados a la secuencia diacrónica de las mismas. El objetivo
fundamental de este análisis es la búsqueda de rasgos y contrastes
sociocomunicativos entre ‘vos’ singular y su contendor ‘tú’. Irónicamente, la
carga semántica sociocultural de este homónimo recurso comienza a cambiar.
Sin embargo, después de una larga contienda entre ‘vos’ y ‘tú, aquél quedará
desplazado de su enaltecido pedestal, mientras que ‘tú’ seguirá luchando por
ascender a la cúspide de la pirámide social.
Hipotéticamente, ante la evidencia extraída de los textos, se puede
conjeturar que también había un desconocido influjo de fuerzas
extralingüísticas que impactaban la dinámica de los sociotratamientos.
Afortunadamente, pocas centurias después, surge una misteriosa proliferación
de recursos comunicativos de toda índole; no obstante, debido a la carencia de
recursos apropiados no se logran mejorar las temerarias condiciones que
afrontaban los emisores ante sus interlocutores. Había que obedecer los
cánones intralingüísticos, y tener mucho cuidado con las características sociales
de los habitantes del entorno sociocultural en que se desarrollaran los actos de
habla.
A continuación se ofrece un compendio histórico que señala diversas
fórmulas de tratamiento expresadas por los partícipes durante una recíproca
comunicación:
101
Ana Emilia León
 
I. SIGLO XIV
1. Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio (En lo adelante El Conde
Lucanor).
Don Juan Manuel [1282-1348] ofrece en esta obra una representación insigne
de uno de los momentos de mayor perfeccionamiento en el arte narrativo del
siglo XIV. El Conde Lucanor fue compuesto en 1335?1. Su estructura consta de
dos prólogos y cinco partes diferentes entre sí: la primera contiene cincuenta y
un exempla, encuadrados en el marco consabido de un maestro que instruye a su
discípulo. La segunda, además de un Razonamiento dirigido a don Jaime de Jérica,
“ha cient proverbios e algunos fueron ya quantos oscuros e los más assaz
declarados”; la tercera muy parecida a la anterior, contiene “çinquenta
proverbios, e son más oscuros que los primeros çinquenta enxiemplos, nin los
los çient proverbios”; en la cuarta, aparecen treinta proverbios “algunos tan
oscurament que será marabilla si bien los pudierdes entender”; y en la quinta y
última surge el moralista medieval preocupado por la salvación del alma.
Don Juan Manuel logra mediante su arte narrativo que los exempla
adquieran valor artístico propio, independientemente de su contenido doctrinal,
resaltando la seriedad y rigor intelectual del escritor. Aunque el autor escribe su
obra en lengua “vulgar” o en romance castellano, a través de ésta pretende
acercase a un público de “lectores cultos”. Su público estaba compuesto por los
clérigos, con erudición latina (eclesiástica) y en segundo plano, por los legos de
cultura romance (laica). De esta manera, todo parece indicar que el autor
escribía para un lector de su mismo o superior nivel sociocultural2. El autor
declara su interés por generar o crear un estilo personal reflejado en un texto
medieval de personificada creación. Ya en el prólogo, Don Juan Manuel indica
claramente su intención:

“Este libro fizo don Johan… deseando que los omnes fiziessen en este
mundo tales obras que les fuessen aprovechosas de las onras e de las
faziendas e de sus estados, e fuesen más allegados a la carrera porque
pudiessen salvar sus almas. E puso en él los enxiemplos más aprovechosos
que él sopo de las cosas que acaesçieron, porque los omnes puedan fazer
esto que dicho es”… “bien ‘vos’ digo —dirá al final− que cualquier omne
que todos estos proverbios e enxiemplos sopiesse, e los guardasse e se
aprovechasse dellos, quel cumplían assaz para salvar el alma e guardar su
fazienda e su fama e su onra e su estado” (El Conde Lucarnor, p. 38).

                                                            
1 Para el cotejo de este análisis utilizaremos la edición de Alfonso I. Sotelo. Madrid: Cátedra, 1989.
 
2 Ibid., pp. 35-36. Además véase Historia de la literatura española. Barcelona: Ariel. p. 243.

 
 
102
Ana Emilia León 
 
Seguidamente se ofrecen algunos ejemplos de ‘vos’ que aparecen en la obra de
don Juan Manuel. Cabe destacar que sólo se analizó la primera parte de la obra.

‘Vos’ plural.
59. Exemplo XIV. Amigos, porque beades que la palabra del Evangelio
es verdadera, fazet catar el coraçón a este omne e yo ‘vos’ digo [-nom.]
que non lo fallarán en el cuerpo [...].p. 132.
Santo Domingo a los amigos del lombardo. [X-Z]

60. Exemplo XXXI. Amigos, este pleito ha mucho durado, e avedes


[+nom.] todos tomado grand costa e grand daño [...]. p.213.
El cardenal a los frailes. [X-Y]

61. Exemplo XXXV. ¡Locos, traidores!, ¿qué fazedes? ¿Cómmo osades


llegar a la puerta nin fablar? ¡Callad, sinon todos, tan bien ‘vos’ commo
yo, [+nom.] todos somos muertos! p. 229. La mujer recien casada a los
amigos de su marido. [Z-Z]

‘Vos’ singular.
62. Exemplo II. … Señor Conde Lucanor dixo Patronio, bien sé yo
que ‘vos’ [-nom.] fallaredes muchos que ‘vos’ [-nom.] podrían consejar
mejor que yo […].p. 83. Patronio al Conde Lucanor. [Y-X]

63. Exemplo III. /Patronio, yo fío mucho de vuestro entendimieto, e sé


que lo que ‘vos’ non entendiérdes [...]. [+nom.]. pp. 88-89.
El conde Lucanor a Patronio. [X-Y]

64. Exemplo IV. … Señor conde Lucanor dixo Patronio, para que ‘vos’
fagades [+nom.] en este fecho lo que ‘vos’ más cunple, [-nom.] […] p.
98. Patronio al Conde Lucanor. [Y-X]

65. Exemplo VI. E por el buen entendimiento que ‘vos’ [+nom.]


avedes, quiérovos [-nom.] preguntar que me digades si entendedes que
devo fazer alguna cosa sobresto. p. 104. El conde Lucanor a Patronio.
[X-Y]
66. Exemplo X.... E ruégovos [-nom.] que algún conorte me dedes para
esto. p. 115. El conde Lucanor a Patronio. [X-Y]

67. Exemplo X.…Mas, pues en todo lo ál ‘vos’ faze [-nom.] Dios


merçed […].p. 116. Patronio al conde Lucanor. [Y-X]

68. Exemplo XXVII. ¡Ahá, sobrino! Estas son las vacas, que non las que
‘vos’ [+nom.] dizíades ante, que dizía yo que eran yeguas. p. 198. Alvar
Háñez a su sobrino. [X-Y]
103
Ana Emilia León
 
69. Exemplo XXVII. Por Dios, don Alvar Háñez, si ‘vos’ verdat
dezides [+nom.], el diablo me traxo a mí a esta tierra […]. p. 198.
El sobrino a Alvar Hánez. [Y-X]

70. Exemplo XXVII. Sobrino, agora ‘vos’ he dado la repuesta a lo que


en l'otro día me dixiestes [-nom.]. p. 199.
Alvar Háñez a su sobrino. [X-Y]

RESUMEN DE ACTOS COMUNICATIVOS DE ESTA OBRA:


Cuadro No. 10 (a)
SINGULAR – ‘Vos’
El conde Lucanor a Patronio. Ex. 1-50 116
Patronio al conde Lucanor Ex. 1-51 438
El sultán al conde de "Provençia". Ex. 25 12
Un hermitaño al conde Lucanor. Ex. 3 9
Alvar Háñez a su sobrino. Ex. 27 9
Un hombre a su amigo. Ex. 35 4
Un hombre (joven) a su esposa. Ex. 35 3
Un hombre (mayor) a su esposa. Ex. 35 3
Los agentes de rey a Pedro Meléndez Ex. 18 3
Un truhán al rey. Ex. 20 5
Un ángel al rey. Ex. 51 5
Un negro al rey. Ex. 32 2
El rey al portero. Ex. 51 3
Una mujer a otra. Ex. 42 8
Un hombre al diablo. Ex. 45 2
El maestro al mercader. Ex. 36 4
El mal al bien. Ex. 43 10
El raposo al cuervo. Ex. 5 17
Un hombre a un caballo. Ex. 35 5
El autor al lector. Ex. 31 y en el prólogo 6
Total 664

PLURAL - ‘Vos’
Santo Domingo a los amigos del lombardo. Ex. 14 1
El cardenal a los frailes. Ex. 31 2
La mujer recién casada a los amigos de su marido. Ex. 35 1
Patronio al conde Lucanor. Ex. 12 y Ex. 31 3
Total 7

SINGULAR – ‘Tú’
El viejo a su hijo. Ex. 2 8
El genovés a su alma. Ex. 4 4

 
 
104
Ana Emilia León 
 
Una mujer a Dios. Ex. 44 2
El rey (casi desnudo) al portero. Ex. 51 3
El portero sin haber reconocido al rey. Ex. 51 2
Total 19

Las cifras antes indicadas nos dan una idea muy generalizada sobre la
frecuencia con que aparecen los sociotratamientos en la obra de don Juan
Manuel. Sin embargo, a partir de este capítulo, trataremos de identificar y
separar los ejemplos relacionados con la función nominal de los pronombres.
Este aspecto funcional (en especial lo que concierne al nominativo y dativo) es
lo que más se destaca en el texto, debido a que estos componentes
morfosintácticos son los que emprenden una trayectoria revolucionaria dentro
del entorno sociolingüístico. Las demás variantes que se derivan de éstos,
posteriormente pasan a formar parte del sistema morfosintáctico del castellano
peninsular estándar, a partir de esa época.
La notable abundancia del pronombre ‘vos’ que se presenta en El Conde
Lucanor, nos hace pensar en el inicio de un período de confusión y anarquía, que
posteriormente ocasionara reajustes en el sistema pronominal de esa lengua.
Veamos a continuación algunas cifras sobre la frecuencia con que se usa el
nominativo ‘vos’ en esta obra:

Cuadro No. 10 (b)


‘Vos’ singular
Patronio al conde Lucanor [+nominativo] 168
El conde Lucanor a Patronio [+nominativo] 28
Otros hablantes a sus respectivos interlocutores [+nominativo] 15
Total 211

Tal como lo hemos dicho antes, en muchos casos no se puede descubrir la


verdadera función del pronombre, ya que éste podía estar funcionando como
dativo, acusativo, nominativo o complementos pospuestos a una preposición.
La estructura común del nominativo3 se encuentra cuando el pronombre ‘vos’
va después de una conjunción, antecede al verbo, o después de un pronombre
relativo o un adverbio (a menos que sea modo imperativo): “E ‘vos’, conde
Lucanor”; “vos sabedes”; “E ‘vos’, señor conde Lucanor”; “para que ‘vos’
fagades”; “por el buen entendimiento que ‘vos’ avedes”; “E ‘vos’, señor conde
Lucanor, si queredes”; “E ‘vos’, señor conde Lucanor, si entendedes”; “E ‘vos’,
señor conde Lucanor, pues veedes”; “Patronio, ‘vos’ sabedes que,”; “yo sé que
                                                            
3El DRAE explica lo siguiente sobre el nominativo: Caso de la declinación que designa el sujeto
de la significación del verbo y no lleva preposición (Madrid: 2001. p. 1076).
105
Ana Emilia León
 
‘vos’ sodes muy leal”; “E çiertamente, señor conde, los tales commo ‘vos’,”;
“commo quier que ‘vos’ fazedes razón”; etc.
Hay que tener en cuenta el tipo de estructura narrativa que presenta la obra
de don Juan Manuel. Hubiera sido de gran beneficio para este estudio el haber
encontrado una más amplia diversidad de actos comunicativos. En este texto,
debido al encadenamiento que el autor hace de los exempla junto con la
interrelación que éste tiene con su consejero Patronio, la mayoría de las
variantes comunicativas no aparecen claramente expresadas. Aunque la obra
presenta un denominador común que es el didactismo, la gran preocupación del
escritor es la sociedad de su tiempo y sus costumbres. Por eso la lengua simple y
llana que él usa, tiene doble finalidad: enseñar y dibujar algunos problemas
socioculturales de su época. Había que enfocar reflexiones sobre el vulgo y para
ellos mismos.

Cuadro No. 10 (c)


Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 664 96%
‘Vos’ plural 7 1%
‘Tú’ 19 2.8%
‘Vuestra merced’ 2 0.2

2. Versos del Marqués de Santillana (Canciones y Decires)4


71. [TRIUNFETE DE AMOR], [VI]

… “El Potente soberano


‘vos’ influya en el mundano [-nom.]
[orbe de ] felicidat
premio de rica bondat,
que es el galardón humano. p. 45, [Y-X]

72. [XXVII ]
Desque nos fuimos llegando,
él dixo: “Muy bien vengades,
buen señor.” “E ‘vos’ fagades”
le respuse, abreviando. … pp. 69 [Y-Y]

73. [EL PLANTO DE LA REINA MARGARIDA], [VI]


Avedes puesto mi vida,

                                                            
4Se ha utilizado para este análisis la edición de Vicente García de Diego: Marqués de Santillana.
Madrid: Espasa-Calpe, 1968.

 
 
106
Ana Emilia León 
 
si luego non me dizides
cuál es la que ‘vos’ plañides,
que desta vida es partida; p. 108. [Y-X]

74. [IX]
Así que [yo] ‘vos’ suplico, [-nom.]
señora, que me digades
quál es la que ‘vos’ llorades [+nom.]
destas dos que ‘vos’ [ex]plico. [-nom.], [Y-X]

“¡Ay, amigo, non temades, [+nom.]


me dixo; que la que amades [+nom.]
viva es; ‘vos’ certifico!”.p. 109 [-nom.] [X-Y]

75. [ VI]
Díxele: “Non ‘vos’ matedes, [-nom.]
car non soys ‘vos’ el primero, [+nom.]
nin sereys el postrimero
que sabe del mal qu’avedes.” p.141. [Y-Y]

76. [VI]
… el qual pos ‘vos’ acatado, [-nom.]
por ‘vos’ non seer plasmado, [-nom.]
lo fallar’es non absente;
que siempre me soys pressente:
tal de ‘vos’ só enamorado. p. 178 [-nom.] [Y-Y]

Ejemplos de ‘tú’:
77. [INVOCACIÓN], [LII].
¡O ‘tú’, Planeta diafano [+vocativo]
que con tu cerc[o] loziente
fazes el arco mundano
clarífico e prepoliente! […]
p. 31 [X-X]

78. [EL SUEÑO], [III]


Mares, ‘tú’ seas presente [+vocativo]
inflamado, rubicundo,
pagado, non furibundo, p. 56.
porqu’el tu favor sustente […], p. 56. [Y-X]

79. [XVI]
… “Coraçón, ‘tú’ vas temiendo
los sueños [que] no son nada,
e destruyes tu alvergada
por lo que yo no entiendo. p. 64. [Y-Y]
80. [XIX]
107
Ana Emilia León
 
”Seso, si ‘tú’ bien pensar[e]s
los fechos de Rrufo Arterio,
e por Máximo Valerio… p. 65 [Y-Y]

Cuadro No. 11
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 143 72.2%
‘Vos’ plural 3 1.5%
‘Tú’ 52 26.3%

3. Libro de buen amor.


Aparentemente, esta obra fue compuesta por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita,
[? –1350/51?] durante el reinado de Alfonso XI [1314?-1350]. Últimamente se
ha aceptado —aunque temporalmente— que este libro se terminó en 13435.
Solamente se conocen dos versiones del poema, una es de 1330 y la otra de
1343. La poesía castellana del siglo XIV tiene su máximo exponente en el Libro
de buen amor, cuyo autor se nos preenta como Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. La
obra es extensa (sobreviven l.728 estrofas —otras se han perdido—, con un
prólogo en prosa). Los aspectos que más se destacan en esta producción son: la
influencia de tradiciones populares, de colecciones de ‘exempla’, catecismos,
tratados de confesión, lírica religiosa, matiz de las técnicas desplegadas en los
sermones, y sobre todo, rasgos autobiográficos del autor. También aparecen
ciertas creencias populares de tipo vulgar, que no son estrictamente cristianas,
sino musulmanas, y que coexisten de forma no muy clara con las ortodoxas.
Sobre este tema, nos dice Deyermond:

Sería sorprendente que una obra trazada sobre fuentes europeas debiese su
estructura y su inspiración básica a la tradición árabe o hebraica, aunque, por
otra parte esta opinión ha sido defendida con cierto detalle, presentando al
Libro de Buen Amor como un ejemplo supremo del arte mudéjar (es decir,
viéndolo surgir de la fusión típica que se verificó en España entre la cultura
oriental y la occidental.), (1978: 203)
En este libro del Arcipreste, se destaca un valor artístico y lingüístico, su
autor se preocupa por adaptar el lenguaje popular, cuida del uso de los
diminutivos y ofrece una extraordinaria riqueza de vocabulario. En esta obra se

                                                            
5 La edición que hizo G.B. Gybbon-Monypenny, 1988. Madrid: Castalia, p. 13. Este estudioso nos
dice: “Aceptemos provisionalmente, pues, que el autor del Libro de buen amor fue ese Juan Ruiz,
arcipreste de Hita, ya venerable en el año 1330, que asistió a la resolución del pleito entre el
Arzobispo y el clero de Madrid, y el Libro fue terminado en el año 1343. ¿De qué nos sirve esta
identificación?”.

 
 
108
Ana Emilia León 
 
combina el arte clerical con lo sociocultural, lográndose el triunfo del romance
castellano como lengua literaria6.
No obstante, además de la combinación de todos los recursos literarios,
también se destaca la relación de la obra con las diversas clases sociales de la
época. A través de este texto se conocen las costumbres de la ciudad y del
campo; los productos de los diversos meses; los manjares que degustaban; las
golosinas que preparaban las monjas; los vestidos y “afeites” peculiares de las
mujeres, etc.7. La estructura básica de la obra es una narración poética en
primera persona sobre las preocupaciones de un hombre (Juan Ruiz)
problematizado, traído y llevado por fuerzas superiores, enfrentado en todo
momento con graves dilemas. Para este autor, vivir es comunicarse con otros
hombres; usar la palabra como medio imprescindible para ello; concebir el
concepto de amor como la expresión máxima de las relaciones humanas, y la
solución para escapar del aislamiento.
La nueva conciencia de la época: lo religioso y lo histórico también se
refleja. Con esta simbiosis, y la preocupación por el perfeccionamiento artístico,
Juan Ruiz ofrece en su Libro de buen amor, una mezcla sobre la trascendencia
cultural con el plano humano-religioso del complicado ambiente social
castellano del siglo XIV. Los horizontes cerrados de la Edad Media ya empiezan
a ceder, y el hombre moderno comienza a tener conciencia de su soledad y de
su enajenamiento, al igual que su indefensión ante las fuerzas de la naturaleza,
así como la existencia aparte y marginada que se convierte en prisión
insoportable. Juan Ruiz, quien habla constantemente de su soledad y fracasos, y
muestra plena conciencia de la lucha por liberarse de las fuerzas ajenas que
dominan a los hombres ‘medievales’8. A continuación se presentan ejemplos del
uso y diversidad de las fórmulas de tratamiento:

‘Vos’ plural:
81. la qual a ‘vós’, dueñas, yo descobrir non oso; [-nom.], (161b). Fizo
se corredera de las que venden joyas: ya ‘vos’ dixe [-nom.] que éstas
paran cavas e foyas; (937a,b). Otrosí ‘vos’ dixe [-nom.] que estas tales
buhonas andan de casa en casa vendiendo muchas donas; (938a,b). El
autor a las dueñas. [Y-Y]

                                                            
6 Francisco López Estrada. 1966. Introducción a la Literatura Medieval española. Madrid: Gredos. p.
219.
7 José María Díez Borque. 1974. Historia de la Literatura Española. Vol. I. Madrid: Guadiana. p. 171.
8 Carlos Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez Puértolas e Iris M. Zavala. 1979. Historia social de la

Literatura española. Vol. I. Madrid: Castalia. p. 82.


109
Ana Emilia León
 
82. Aved entre ‘vós’ anbos [+nom.] concordia e paz; (889c). La vieja
trotaconventos a los dos jóvenes. [Z-Y]

83. dexades del amigo perdizes e capones; perdedes ‘vós’, coitadas,


mugeres sin varones. [+nom.]. (1393c,d). Con la mala vianda, con las
saladas sardinas, con sayas de estameñas comedes ‘vós’, mesquinas;
[+nom]. (1394a,b). El autor a las monjas. [Y-Y]

‘Vos’ singular:
84. Desque calló el coxo, dixo el tuerto: ‘Señora, chica es la pereza que
éste dixo agora; dizir ‘vos’ he la mía, no vistes tal ningund ora
(462a,b,c)[-nom.].El hombre a la dueña. [Z-Y]

85. "Dixo don Pitas Pajas: ‘Dona de fermosura, yo volo fazer en ‘vós’
una bona figura,"[-nom.]. (476a,b). El pintor a una dama.
[Y-Y]

86. En el mundo non es cosa que yo ame a par de ‘vós’; [...], [-nom.].
¡Amo ‘vos’ más que a Dios! [-nom.] (661a,c). El Arcipreste a doña
Endrina. [Y-Y]

87. “Quanto esto ‘vos’ otorgo, [-nom.] a ‘vós’ o a otro qual quier:
[+nom.], (680a) fablat ‘vós’, [+nom.] salva mi onrra, quanto fablar ‘vos’
quisier;[-nom.] (680b). “Esta sola con ‘vós’ solo, [-nom.] esto yo non lo
faría; (681a). Ante testigos que nos veyan favlar ‘vos’ he algund día." [-
nom.]. (681d). Doña Endrina al Arcipreste. [Y-Y]

88. Si ‘vós’ no me acorredes, mi vida es perdida. [+nom.], (701d). “Oí


dezir de ‘vós’ siempre [-nom.] mucho bien e aguisado, de quantos
bienes fazedes al que a ‘vós’ viene coitado. [-nom.]. (702a,b).
El Arcipreste a la trotaconventos. [Y-Z]

DISTRIBUCIÓN DE ACTOS COMUNICATIVOS DE ESTE TEXTO

Cuadro No. 12 (a)


a. ‘Vos’ Singular:
El Arcipreste a Venus 14
El Arcipreste a doña Endrina 32
El Arcipreste a la trota conventos 13
La trota conventos a doña Endrina 60
Doña Endrina a la trota conventos 5
La trota conventos al joven 31
El autor a doña Endrina 10
La trota conv. a la mora 9

 
 
110
Ana Emilia León 
 
El autor al lector 14
Varios: El león a la raposa, el galgo al alcalde, el ayo a su amo, los 70
hombres a la dueña, el pintor a su mujer, el pintor a la dama, la dama al
pintor, los animales al lobo, el lobo a la puerca, don ayuno a cuaresma, el
Arzobispo al mozo, los clérigos al Arzobispo, las monjas a doña Garosa,
doña Garoza a las monjas, etc.
Total 258

b. ‘Vos’ Plural:
Varios: El autor a las dueñas, el alcalde al concejo, la trotaconventos a los 28
jóvenes, el autor a las monjas, el autor a los lectores.
Total 28

c. Ejemplos de ‘tú’:
El autor a Dios, a la Virgen 18
El Arcipreste a Sta. María 6
Doña cuaresma a Dios 2
El pecado a: la abaricia, lalujuria, la envidia, la gula, lavana gloria 10
El autor al amor 2
El hortelano a la culebra 1
La dueña a la señora 1
El hombre a la muerte 12
Endrina a la Virgen 2
El corazón al Arcipreste 4
El Arcipreste al amor 12
Entre animales 28
Total 98

En este análisis se observa que la presencia de la forma ‘vos’ singular es


mucho más numerosa que la variante del plural. Hay una gran diferencia
numérica que favorece al sociotratamiento singular con 258 participaciones. El
tratamiento ‘tú’, aunque no aparece tantas veces como ‘vos’, participa en 98
veces. Cabe destacar que desde la aparición de El Conde Lucanor (de este mismo
siglo) comienza a establecerse un fuerte arraigo de ‘vos’ singular; no obstante, el
desprestigio de ‘tú’ ya se hace notable. En consecuencia, el descenso de éste
continúa, y la disputa entre ambos se hará cada vez mayor a través de la
centuria siguiente.
Son diversos, pero distintos, los recursos nominales que ofrece ‘vos’ en esta
obra del Arcipreste de Hita, aunque, paradójicamente se hace extensa la
confusión y variación para los demás casos. El uso de ‘tú’ para dirigirse a Dios y
a la Virgen es el patrón que rige; y hasta ese momento, se mantiene su
prosperidad, sin cambios aparentes. Nos llama la atención los recursos
111
Ana Emilia León
 
comunicativos que utilizan los animales: éstos se tratan de ‘tú’, mientras que al
iniciarse la comunicación con seres humanos, ellos inmediatamente emplean
‘vos’. Se observa un caso peculiar que se desvía de la norma. Un perro usa ‘tú’
hacia un ladrón:

89. “Al señor que me crió non faré tal falsedat,


que ‘tú’ furtes su thesoro, que dexó en mi fealdat.
‘Tú’ levarías el algo, yo faría grand maldat.
¡Ve te de aquí, ladrón! Non quiero tu poridad.” (177). [Z-Z]

90. (Cuando el hortelano habla con la culebra escoge ‘tú’):


“Dixo le el ortelano: ‘Ve te de aqueste lugar: non fagas quí dapño’”.
(1353a,b). [Y-Z]

A la muerte también la tratan de ‘tú’, de igual manera lo hacen con el amor.


Habrá que esperar más de un siglo para presenciar el aumento en el uso de ‘vos’
singular y las alternativas de ‘tú’. Ulteriormente se irán aclarando las relaciones
socioculturales que complicarán el empleo selectivo entre ‘tú’ y ‘vos’. En el
siguiente cuadro se resumen las veces que participa ‘vos’ en sus respectivos
actos comunicativos:
Cuadro No. 12 (b)
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 258 67.2%
‘Vos’ plural 28 7.3%
‘Tú’ 98 25.5%

4. Danza de la muerte.9
Manuel Alvar incluye este poema en su obra Poesía Española Medieval (1969). De
acuerdo con los datos suministrados por el profesor Alvar, este poema “suele
fecharse a finales del siglo XIV o en los comienzos del XV”. (p. 416). A través
de este texto hemos observado la frecuencia y expansión del uso de ‘vos’
singular. Este aspecto selectivo de la forma singular perjudica a su homólogo
plural (que no aparece ninguna sola vez). Aparentemente, ya se estaba
consolidando la desparición de la variante plural de ‘vos’.

‘Vos’ Singular:
91. Señores, punad en fazer buenas obras, non ‘vos’ fiedes en altos
estados, que no ‘vos’ valdrán tesoros nin doblas [...] [-nom.]. (41-43).
El emisor es un predicador. [p. 419]. [Y-Y]

                                                            
9 Véase Poesía Española Medieval. Editado por Manuel Alvar. 1969. Editorial Planeta. p. 417.

 
 
112
Ana Emilia León 
 
92. pues que ya el fraire ‘vos’ ha pedricadoque todos vayaes a faser
penitencia, [...][-nom.]. (61,62). [p. 420]. Non ‘vos’ enojedes, señor padre
santo, de andar en mi dança que tengo ordenada; non ‘vos’ valdrá el
bermejo manto: [...] Non ‘vos’ aprovecha echar la cruzada, [...] [-nom.]
(3). (97,98,99/101). El emisor es la muerte. [Z-Y]

93. E ‘vos’, arcediano, venid al tañer. (312).[+nom.]. E ‘vos’, monje


negro, tomad buen estrena. (408). [+nom.]. E ‘vos’, fraire menor, venit
a señuelo. (440). [+nom.]. Don sacristanejo de mala picaña, ya non
tenés tiempo de saltar paredes, nin de andar de noche con los de la caña,
faziendo obras que ‘vos’ bien sabedes; [...] (561-564), [+nom.]. Don rabí
barbudo, que siempre estudiastes en el Talmud e en los sus doctores,
[...] llegad ‘vos’ acá con los dançadores. 577-578/581). [+nom.]. La
muerte se dirige a varias personas. (p. 427). [Z-Y]

El uso de ‘vos’ en este poema todavía funciona como se ha visto en los


ejemplos anteriores: los hablantes usan ‘vos’ para comunicarse con
interlocutores afines en situaciones asimétricas ascendentes. La balanza no
favorecía la aplicación de ‘tú’. Desde aquí se ve la pugna y rivalidad entre ambos
sociolectos. Aparentemente, la muerte ostentaba un nivel muy inferior a sus
receptores, por lo tanto, ella no podía tratarlos de ‘tú’ sino de ‘vos’. La
sublimidad de aquél no correspondía al desprecio del verdugo hacia sus
víctimas. Por lo tanto, “padre santo” cuando invoca la Virgen María (96) usa ‘tú’
(como tratamiento elevado y con máximo prestigio); aunque en ocasiones este
mismo recurso sirve para dirigirse a la muerte. A partir de esta sección,
sobresale la naciente polarización o bimenbración que en el futuro originaría
diversas variantes de ‘tú’. Como hemos indicado anteriormente, ya se estaba
generando una competencia entre ‘vos’ y ‘tú’. Aquél aún no había podido
detener la agresión de su archirrival, y, por supuesto, quería posicionarse del
prestigio que ostentase ‘tú’ en esa época. En los 632 versos del poema aparece
el ‘vos’ singular 33 veces, mientras que sólo se usa el ‘tú’ en 13 oportunidades.
Cabe destacar que es notoria la ausencia de ‘vos’ plural en esta obra de finales
del siglo XIV o comienzos del XV (?). Obsérvese la secuencia explicativa en el
siguiente cuadro:
Cuadro No. 13
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 33 71.7%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Tú’ 13 28.3%
113
Ana Emilia León
 
5. Rimado de Palacio.
Esta obra fue compuesta por Pero López de Ayala (1332-1406), pero aún no se
sabe exactamente cuándo se terminó de escribir este poema. Muchos estudiosos
estiman que la fecha de redacción pudo haber sido entre los años 1378 y 140310.
Uno de los rasgos que más nos interesa de este texto es la profunda y clara
imagen que el autor ofrece de la sociedad coetánea. Todo el esfuerzo de López
de Ayala se conjuga con otros elementos para producir una aguda diatriba
contra el estado y el ambiente sociocultural de su comunidad. El autor se ocupa
de describir muchos “fechos de palacio”, satirizando la nobleza, los caballeros,
privados y otros miembros de la corte. En suma, no se escapan de la alevosa
tinta de López de Ayala, ni la monarquía ni el gobierno perpetrado por ésta. La
agresión comienza con varios comentarios y algunas diatribas hacia el Papa.
Además sale a relucir la inconformidad, los males e inseguridades de la coetánea
corte. El esquema de la sociedad que dibuja el escritor, es sencillo y responde a
los cánones tradicionales del Medievo: Dios es el centro del mundo, el rey, su
representante en la tierra, y los hombres los habitantes de un mundo de
‘miserias’, cuya fuerza y esperanza radica sólo en Dios11.
Este texto sigue muy de cerca los patrones sociocomunicativos que se
observan en las obras anteriores. El uso de ‘vos’ como fórmula de tratamiento,
al igual que sus respectivas variantes es lo que más se destaca, mientras que la
función de ‘vos’ plural sigue decreciendo. La gran cantidad de veces que
aparece ‘tú’ (165) nos sirve para corroborar la hipótesis de que este pronombre
era el de más alta categoría para invocar a Dios y a los Santos. No obstante,
había que seleccionar el ‘tú’ para tratar a un interlocutor de estatus social
inferior, y de ínfimo prestigio. El hablante superior tenía una relación
descendente-asimétrica de desigualdad. Igualmente se escoge ‘tú’ para el
tratamiento de confianza, solidaridad, acercamiento e intimidad, de igual a igual
en contacto simétrico. Seguidamente aparece un recuadro con los datos de los
sociolectos más significativos de esa época:

‘Vos’ plural:
94. Amigos -dixo Job-, agora que ‘vos’ vedes la mi tribulación e plaga,
‘vos’ temedes; non pido vuestros algos, nin bienes que tenedes,
contento so con tanto que ‘vos’ me enseñedes. (962a,b,c,d). [-nom.]. (3).
Job a sus amigos. [Y-Y]

                                                            
10 Op. cit. en nota 7. (p. 173). Véase también la edición de Kenneth Adams. Salamanca: Anaya.

1971.
11 Op. cit. nota 7. p. 176.

 
 
114
Ana Emilia León 
 
95. Señores -digo-, çierto si Dios me ayuda a [librar; non partiré desta
villa sin pagados ‘vos’ dexar; [-nom.] guardo a don fulano, que ‘vos’ me
fuestes [+nom.]. [mostrar; mas aun con las sus priesas no me quiere
escuchar] (450,a,b,c,d). El visitante a los oficiales de palacio.
[Y-Y]

96. Por amor de Dios, señores, datme lo que ‘vos’ pagardes; [...], [-nom.]
e tomad ‘vos’ de lo mío el terçio, e non querades [...],[+nom.].
(466a,c]. El visitante a otros hombres fuera de palacio. [Y-Z]

97. Quando su Testamento fizo Nuestro Señor, a los disçipulos, dixo


con grant amor: “La paz mía ‘vos’ dexo”, [-nom.] ca non auía mejor joya
que les [dexar], para guardar de error. (521a,b,c,d).
Nuestro Señor a sus discípulos. [X-Y]

‘Vos’ singular:
98. mas si tomo vuestra carga e yo ‘vos’ aseguro, [-nom.] fazed cuenta
que tenedes las espaldas en buen muro. (319c,d).
Un letrado (abogado) a un hombre. [Y-Z]

99. “yo ‘vos’ rruego ca en amar la justiçia, así ardo commo fuego.”
[-nom.], (363c,d). El oficial al hombre. [Y-Z]

100. “Señor, querría ser yo vuestro conpañero e muy bien


‘vos’seruiría.” [-nom.], (382c,d). Un ladrón a un hombre "simple".
[Z-Y]

101. Vome para la posada; yo non sé qué me fazer, viene a mí un judío e


dize: "¿querés auer rrecabdo destos dineros?: ‘vos’ avredes [+nom.] de
poner ende algo de lo vuestro, e non ‘vos’ deue doler". [-nom.].
(473a,b,c,d,). Un judío al escudero. [Y-Y]

102. Dize el cauallero: “Só omne de paraje; nunca ‘vos’ fizo mengua,
[-nom.] çierto, el mi linaje; de ‘uso’ seruir agora, [-nom.] ‘vos’ fago
omenaje, [-nom.] que ‘vos’ non fallezca, [-nom.] siquier con el mi paje”.
(511a,b,c,d). Un caballero al rey. [Y-X]

Como se puede observar, en esta obra hay exclusivo uso de ‘tú’ en los actos
comunicativos ascendentes. En muchos de éstos, el emisor se dirige a Dios
usando este sociolecto, como cortesía majestuosa. Habitualmente, todos los
hablantes [+humano], y los personajes bíblicos que participan en la obra,
emplean ‘tú’ únicamente para dirigirse a Dios, mientras que esta deidad, les
responde usando ‘vos’, descendente. De igual manera se observa el
comportamiento del rey; todos los partícipes le aplican ‘tú’ al monarca, pero él
no responde con el mismo pronombre sino con ‘vos’. Resalta la manera
115
Ana Emilia León
 
significativa, como el rey usa ‘tú’ solamente para invocar a Dios o a la Virgen, y
por esa razón, no comparte este sociotratamiento con interlocutores de menor
categoría. Esta progenie no recibe ‘tú’ mayestático, porque no se ha
encumbrado en la cúspide de la pirámide social.
Los labradores y personas ‘simples’ como los llama el autor de la obra, se
tratan recíprocamente de ‘vos’ (simétrico), mientras que usan otra variante de
este recurso para la comunicación asimétrica. En esta composición, el autor se
dirige al lector / oyente de ‘tú’, caso extraño hasta ahora, puesto que en las
obras anteriores sólo se usaba ‘vos’ hacia el receptor. También se destaca el uso
de ‘tú’ en hablantes que desean poner más distancia, y tal vez inferir desprecio
en la comunicación hacia un partícipe de bajo estatus. Cabe destacar que la
bipolaridad de ‘tú’ para alto y medio estatus comienza a imponerse durante esta
época medieval. Es importante enfatizar este hecho, puesto que anteriormente,
todavía no se veía con la misma carga semántica. Por ejemplo, los porteros de
palacio escogen ‘tú’ para hablar con el escudero (posible simetría en ese
momento). Aunque el nivel de este asistente, no era tan bajo como el de los
porteros palaciegos; las circunstancias de súplica por las deudas que el rey tenía
con éste, pudieron haber sido el factor decisivo para que él recibiese un
tratamiento de ‘tú’ en ese contexto.

Cuadro No. 14
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 165 42.2%
‘Vos’ plural 30 7.7%
‘Tú’ 196 50.1%

6. SOCIOTRATAMIENTOS EPISTOLARES EN MISIVAS DE DON


JUAN MANUEL A MONARCAS Y MIEMBROS DE LA NOBLEZA12

Presencia de ‘vos’.
103. Carta de Pedro IV de Aragón a Don Juan Manuel.
(7de diciembre de 1347). DLXXXVII.
“…E no dubdemos que ‘uos’ [+nom.] en aquesto hayades desplacer en
toda cosa que mengua nuestra et danyo fuese. Por cuanto don Johan
‘vos’ rogamos [-nom.] que por honra nuestra querades fer inibicion en la
vuestra tierra e lugares vuestros [...]”. (p. 651). [X-Y]
                                                            
12 Epístola tomadas del libro Don Juan Manuel, compuesto por Andrés Jiménez Soler, 1932.

Zaragoza. Tip. La Academia. Cabe destacar que Don Juan Manuel, Duque de Peñafiel (Escalona,
Mayo 5, 1282 – Peñafiel, Junio 13, 1349) era sobrino de Alfonso X el sabio. Hijo del Infante, Don
Manuel de Castilla (Señor de Escalona y Peñafiel) y de Doña Beatriz de Saboya.

 
 
116
Ana Emilia León 
 
104. Carta de don Juan Manuel a Pedro IV de Aragón. (1 de abril de
1347). DLXXXIV.
Al rey de Aragón remitido por Don Johan. “Sennor fago ‘uos’ saber [-
nom.] que este otro día paso por aqui por esta mi tierra don Pero
Gillem [...] como quier que a mi plase mucho por el debdo que el
infante mio nieto a conmigo Dios sabe que me plase bien tanto porque
entiendo que es vuestro serviçio e de la vuestra casa de Aragon. Et
sobre esto et sobre otras cosas fable con el dicho Pero Gillem et tened
por bien de lo creer de lo que ‘uos’ diviere de mi parte. [+nom.] (p.
649). [Y-X]

105. Carta de Pedro IV de Aragón a Don Juan Manuel.


(3 de septiembre de 1345). DLXXVII.
“Don Johan. Recebida vuestra letra etentendido lo que se contenia en
las respuestas por ‘uos’ feytas [-nom.] a los capitols per ‘uos’ [-nom.] a
nos enviados por fray Ramon de Masquesa sobel matrimonio ques trata
entre el muy noble don Ferrando fijo vuestro e la muy noble donna
Johana Despina de Romania fija del alto infant don Ramón Berenguer
[...] fazemos ‘vos’ saber [-nom.] que los ditos vuestros capitols
ensemble con las dilas replicaciones vuestras hauemos enviadas al dito
infante.” (p. 646). [X-Y]

106. Documento secreto enviado por Don Juan Manuel a Pedro IV.
(Septiembre 1345). DLXXVI.
“Senyor. Don Johan ‘uos’ enuia dezir [-nom.] que hauiendo el los
buenos deudos que el ha convusco et con la uuestra casa de Aragon que
el es bien seguro que su coraçon que tal es vuestro entendimiento que
sin jura le guardaredes todo lo quel ‘vos’ enuiasse dezir. [-nom.]. [...] Et
si algunos tomassen hi dubda que del uinia bien podedes ‘uos’ dezir
[+nom.] que yo uengo a ‘uos’ [-nom.] sobre el casamiento del infante
Don Ramon Belenguer et de Don Ferrando su fijo de la qual razon yo
‘uos’ fable. [-nom.].” (p.644). [Y-X]

107. Epístola enviada a Don Johan proveniente de Pedro IV.


Trata de la venida al reino de Aragón de la hija del infante Don Pedro.
(15 de noviembre de 1340). DLXIV.
“Don Johan. Nos el Rey de Aragon ‘uos’ façemos saber [-nom.] que
scrivimos al Rey de Castiella eta al Rey de Portugal sobre la venida de
donna Blancha prima cormana nuestra fija del infante Don Pedro qui
fue que la lexe venir a su madre porque de huy de mas no esta en
Portugal a honra suya ni de los que deudo han con ella. Porque ‘uos’
rogamos [-nom.] carament que dedes dreça e haiuda porque los ditos
reyes no pongan embargo [...]”. (p. 638). [X-X]

108. Declaración de Alfonso XI de la pena en que incurrían los que


llevaban moras de Castilla al reino de Granada. (10 de octubre de
1343). DLXXI.
117
Ana Emilia León
 
“Don Alfonso... A ‘vos’ Sancho Manuel [-nom.] mio Adelantado en el
regno de Murcia [...].Johan Ximenes que estava preso y en la dicha
çibdad en poder de ‘vos’ [-nom.].” (p. 641). [X-Y]

109. De Alfonso XI a Pedro IV de Aragón. DLXIII.


“Rey bien sabedes (‘vos’) la postura [+nom.] que en vno hauemos de
nos ayudar [...]. Porque ‘uos’ rogamos que enbiedes [-nom.]...Et en esto
faredes lo que deuedes. Et gradecer ‘vos’ lo hemos. [-nom.].(637).
[X-X]

110. Del rey de Aragón a Don Juan Manuel. (19 de septiembre de


1337). DLIV.
“Don Johan. Nos el Rey daragon ‘vos’ fazemos saher [-nom.] que ‘uos’
damos [-nom.] un falcon frufalt torçuelo blanco [...]”. (p. 633).
[X-X]

111. Credencial a Berenguer de Rajadell, enviado por el rey de Aragón al


de Castilla. (2 de septiembre de 1336). DXLIV.
“Al muy noble e muy honrado don Alfonso por la gracia de Dios Rey
de Castiella, [...]. Don Pedro por aquella misma gracia Rey de Aragon,
[...]. Salut como a Rey que amamos muyto de coraçon e qui muito
fiamos e a quien querriamos que diesse Dios tanta vida con salut como
a nos mismo. Rey fazemos ‘vos’ saber [ -nom.] que enuiamos a ‘uos’ [-
nom.] el amado escudero de casa nuestra [...]. Porque ‘vos’ rogamos [-
nom.] que lo creades de los que nuestra part ‘vos’ dixiere. [-nom.]”. (p.
629). [X-X]

112. Carta de Alfonso IV de Aragón al Rey de Portugal, sobre la vida


privada del Rey de Castilla (8 de julio de 1334). DXXVIII.
“Rey cormano. Fazemos ‘uos’ saber [-nom.] que reçebimos vuestra carta
en razon que nos dixieron que el Rey de Castiella se auia de veer con
nusco. E que a ‘uos’ palzia muyto esto. [-nom.]”. (p. 615).
[X-X]

Los rasgos sociocomunicativos que hemos encontrado a través del análisis


de estas epístolas nos indican que, en esa época, el pronombre ‘vos’ nominativo
y sus variantes respectivas funcionaban como forma de tratamiento de máximo
prestigio, entre iguales. Por consiguiente, ‘vos’ era el recurso apropiado en las
comunicaciones escritas que intercambiaban los monarcas (tratamientos
simétricos). También los reyes le dirigían esta misma fórmula de cortesía a los
nobles —como en el caso de don Juan Manuel—. Este linajudo, a su vez,
usaba el mismo tratamiento ‘vos’ para comunicarse con los soberanos, nobles,
hijos y demás familiares allegados, al estilo asimétrico. Como era de esperar, no

 
 
118
Ana Emilia León 
 
se observa ningún otro tipo de tratamiento, y menos aún el pronombre ‘tú’ en
comunicaciones enviadas a reyes, o miembros de la alta nobleza.
A continuación iniciaremos el estudio de obras correspondientes al siglo
XV. En éstas se desea detectar algún dato importante que nos ayude a dilucidar
el enigma que cubre el largo reajuste que sufrieron las formas de tratamiento en
el castellano de épocas contiguas.
*No se ha elaborado cuadro pertinente, debido a la calidad epistolar y
diversidad de datos.

II. Siglo XV
1. Arcipreste de Talavera o Corbacho.
Esta obra de Alfonso Martínez de Toledo [1398?- 1470?] fue escrita en la
primera mitad del siglo XV, en 143813. El mensaje fundamental de la obra es la
reprobación del amor mundano “que aparta la gloria eterna”, y en especial un
ataque despiadado a las mujeres. Con este texto, se inicia el desprecio misógino
hacia las féminas.
La obra está dividida en cuatro partes: “en la primera fablaré de
reprobación de loco amor, e en la segunda diré de las condiciones algund tanto
de las viciosas mugeres, e en la tercera proseguiré las conplisyones de los
onbres: quáles son, e qué virtud tyenen para amar o ser amado; en la quarta
concluyré reprobando la común materia de fablar de los fados, ventura, fortuna
sygnos, e planetas [...].” (p. 42). La primera parte es la más extensa, y en ella
presenta a la mujer como culpable de la perdición del hombre al entregarse al
‘loco amor’ y olvidarse del buen amor (el destinado a Dios). La segunda parte es
un retablo de costumbres, anécdotas y observaciones sobre la mujer, de quien,
tal vez obtuviera informaciones de confesionario14. También describe el autor,
aspectos femeninos, tales como los ‘afeites’, el arreglo personal y múltiples
detalles relacionados con intimidades de las mujeres. Además critica: la avaricia,
envidia, presunción, mentira, inconstancia, etc., como rasgos específicos de las
acusadas.
Sin embargo, el autor usa esta lista de defectos femeninos para acompañar
su mensaje socioreligioso, y en especial la intención de imponer restricciones
morales. Pero además de este aspecto religioso del libro, resalta la destreza
narrativa del escritor, quien logra incorporar el lenguaje popular en la realidad

                                                            
13 Para analizar este texto usaremos la edición de Joaquín González Muela. 1989. Madrid: Clásicos
Castalia. La información que nos da este medievalista sobre el nacimiento del autor de la obra
revela lo siguiente: “El autor de Arcipreste de Talavera nació, pues, en 1398, el mismo año que el
Marqués de Santillana, y el propio arcipreste se declara oriundo de la ciudad de Toledo...¨ p. 7.
14 Véase Díez Borque, Op. cit. en nota 7. p. 402.
119
Ana Emilia León
 
lingüística de su obra. Como complemento hay dichos inmersos en
conversaciones populares, refranes, frases de la vida cotidiana, y muchas
expresiones populares de la época15.

‘Vos’ plural:
113. “¡O locas syn seso, faltas de entendymiento, menguadas de juyzio natural! Creed,
pues, syn dubdar, que el que más ‘vos’ loa [-nom.] es por ‘vos’ engañar [-nom.]”.
Segunda Parte. Cap. IV. p. 142. El autor a las mujeres. [Y-Z]

114. “Ya sé que pobres e alvardanes e vellacos e de poco seso non acostunbran a los
buenos honrar. Asy que, pues que los pobres tenés [+nom.] esta tacha, callar’vos’ [-
nom.] he e a palabras locas fazer orejas sordas.”. Cap. II. p. 254. La Fortuna a la
Pobreza. [Y-Z]

115. “Ved, señores, los que esto leés, que oystes, vistes, entendées, qué ‘vos’ parece [-
nom.] cómo se acerca la fin del mundo.” Cap. I. p. 234. El autor al lector. [Y-Y]

‘Vos’ singular:
116. “Señora, sy ‘vos’ [-nom] diese un ruby un gentil onbre que fiziese luz como un
antorcha, ¿amarlo yades, señora?; […] Señora, quien ‘vos’ diese [-nom.] una cibdad
tamaña como Roma quando estaba en su éser.; Señora, quien ‘vos’ fiziese [-nom.] del
mundo emperadora e que todos los onbres e mugeres ‘vos’ besasen [-nom.] las manos
por señora”. Cap. I. p. 122. Un caballero a una reina. [Y-X]

117. “Enpeñadlo todo; vendedlo todo; e después syquiera esté yo enparedada e nunca
salga; que vos [+nom.] por esto lo avedes. Pues, yo ‘vos’ fartaré; [-nom.] yo ‘vos’
contentaré [-nom.]; que yo ‘vos’ prometo [-nom.] que por aquella puerta non me veáys
salir mas.” Cap. I. p. 128. Una mujer a su marido. [Z-Z]

118. “Dicho e fecho: el buen onbre sabyo tomó la ampolla e púsola en una ventana
donde ella la viese. E luego dixo ella: ¿Qué ponés (‘vos’) ay, [+nom.] marido?
Respondió él: Muger, aquesta anpolla, pero mándote e ruego que non gostes dell que
dentro tiene; que sy lo gustares luego morrás, asy como nuestro Señor dixo a Eva”.
Cap. VII. p. 152. Diálogo entre el marido y su mujer (a quien quería envenenar).
[Z-Z]

119. “¡Ya por Dios, non seades enojo! ¡Ay, paso, señor que (vos) sodes [+nominativo]
descortés! ¡Aved ora vergüenza! ¿Estáys en vuestro seso? ¡Avad, ora que ‘vos’ miran! [-
nom.] ¿Non vedés que ‘vos’ veen? [-nom.]... ¿querés que ‘vos’ lo diga? [-nom.]. Cap.
XIII. p. 175. Una mujer a un hombre. [Z-Z]

120. “Pues dime, señora, ¿por qué lloras, que goze yo de ty? [ella] Responde: Non, por
nada. Pues, ¿qué cosa es ésta? ¡Asy gozés de mí! ‘Vos’ digo que non nada”. [-nom.].
Cap. VIII. p. 192. Una mujer a su amante. [Z-Z]
                                                            
15 Véase Díez Borque, Op. cit. p. 402

 
 
120
Ana Emilia León 
 
121. “¡Cuytada, mesquina, corneja triste, desaventurada, venid acá, non vades allá!
[+nom.]” (2). Cap. VIII. p.193. Una mujer a su vecina. [Z-Z]

122. “¡Yuy, y qué será de mí! Señor, ¿quién ‘vos’ firió [-nom.] por la cara?”, o “¿quién
me ‘vos’ mató?” [-nom.], o “¿Quién ‘vos’ dio tal golpe?” ¡Virgen María! [-nom.]. Cap.
VIII. p. 193. […] “Y ¿qué ‘vos’ duele, amigo? [-nom.]. Y ¿qué sentís?, ¿Verés, que ‘vos’
ayude Dios" [-nom.]. p. 194. Una mujer a su amante. [Z-Z]

123. Llamando a la puerta, abrió el hermitaño e dixo: “Señor, ¡pas sea con ‘vos’!” [-
nom.] Respondió el gobernador: “Amén mon frare!”. […] “¿Quál dios ‘vos’ traxo agora
aquí?” [-nom.]. […] “Señor, ¿e non me creés? Pues, creerme deveríades, que nunca me
acuerdo aver dicho mentira a ome nascido. ¿Cómo, señor, avía de mentir a ‘vos’?” [-
nom.]. Cap. I. p. 240. Diálogo entre un hermitaño y un gobernador. [Y-Z][Z-Y]

124. “¡’Vos’ don viejo falso e malo, [+nom.] abrirés, mal que ‘vos’
[-nom. ] pese! ¡Yo veré que tenés (‘vos’) aquí dentro!”. Vamos yo iré con ‘vos’; [-nom.]
que non ‘vos’ dexara.” [-nom.]. Cap. I. p. 241. El gobernador al hermitaño. [Y-Z]

‘Vuestra merced’:
125. “Señora, ¡o qué fermosa sortija tyene vuestra merced con tan fermoso diamante!
Pero, señora, quien uno vos presentase que valiese más que diez, ¿vuestra merced amar
podría a tal onbre?”. La reyna respondió: “Non le amaría aunque me diese uno que
valiese más que ciento”. Un caballero (malintencionado) a la reina. p. 122. [Y-X]

126. “Señor, pues, véala vuestra merced”. El hermitaño al gobernador. p. 239. [Z-Y]

Significativamente, en esta obra comienza a surgir el uso de ‘vuestra


merced’, contrariamente a lo que sucede en los textos cotejados anteriormente.
No obstante, en esta obra de Alfonso Martínez de Toledo aparece este
sociotratamiento unas tres veces. A pesar de que esta información aparece en
lengua escrita, se supone que ha habido mucha influencia de la lengua oral. Por
lo tanto, este es el único recurso fehaciente que refleja la dinámica
sociolingüística que estaba en ebullición. Seguiremos confiándonos en los
recursos que aparecen en los textos cotejados para detectar los antecedentes
morfo-sintácticos de ‘vuestra merced’. En particular, el impacto sociolingüístico
que se genera tras la contienda entre esta fórmula de cortesía y el binomio: ‘tú’ y
‘vos’. Cabe destacar que ‘tú’ aparece más de 450 veces. Asimismo aparecen
consistentes actuaciones de éste a manera de un excelso tratamiento dirigido a
Dios, o hacia personalidades de elevada alcurnia, por ejemplo: “¡A ti (tú) lo
acomiendo, Jesús mío!”, p. 194.
Hay una proliferación de la función sociolingüística de ‘tú’ en esta obra, sin
embargo, lo que más se destaca es la penetración de este pronombre hacia
estratos sociales inferiores, en los que enfrentará un arduo antagonismo ante
121
Ana Emilia León
 
‘vos’. Es interesante observar, la actitud del autor hacia el lector / oyente; éste
utiliza ‘tú’ 459 veces mientras que emplea ‘vos’ singular 142 veces.
Paradójicamente, aquí se va forjando un cambio sociolingüístico. Al comparar
lo que comunicaba la dinámica histórica, todavía el autor no solía aplicarle al
lector la forma de tratamiento ‘vos’ sino ‘tú’. Por consiguiente, este hecho es
indicio de la gradual popularización de éste y el desequilibrio de aquél.
Históricamente, se observa que la alta frecuencia que ostentaba ‘vos’ y la
rivalidad con ‘tú’ conllevarían a diversos cambios semánticos sociales. Se puede
argumentar que, estaría comenzando un período decadentista que afectaba,
tanto a ‘vos’ como a sus homólogos, a partir de la mitad del siglo XV o
principios del XVI.
La relación comunicativa entre autor / lector ha debido intervenir en el
cambio semántico de ‘tú’. La mayoría de las obras ya no iban dirigidas a un
público selecto, culto y de la misma clase social del emisor, sino hacia otro tipo
de destinatario menos privilegiado, y mejor relacionado con la lengua del ‘vulgo’
rústico en esa Edad Media. Es así como se observan intereses diferentes en el
Corbacho. Es decir, se crea una mezcla de un interés religioso didáctico con
temas populares que lograran alcanzar a los menos privilegiados. El autor se
propone dibujar las costumbres, combinar la lengua y tradición de la
comunidad, a fin de componer un mosaico sociocultural de mucho interés
popular, tanto para un público de su misma clase social, como para uno de
menor categoría. Con estas características, el Corbacho combina sus objetivos: la
reprobación del amor mundano y el acercamiento a la clase popular emergente.
Había que buscar los medios de producir textos idóneos que se ajustaran a
la competencia lingüística de los receptores iletrados. No obstante, existían en
esa época esferas conflictivas a nivel sociogeográfico y sociocultural que
impedían liberarse del estigma que los venía acompañando desde su nacimiento,
sólo por ser de clase llana (modesta). Pese a la heterogeneidad colectiva de las
comunidades hablantes, se hacía insoportable tolerar las regulaciones de unas
rígidas e inflexibles doctrinas sociales que dictaminaban los cánones
mayoritarios. Por lo tanto, el autor trata de ajustar su producción al
convulsionado lenguaje de la época. Había que tomar en cuenta las costumbres
y el habla popular de la clase llana. Tenía un profundo propósito de aprovechar
este recurso para comunicar temas moralistas, aunque poniendo como
estandarte una misógina crítica hacia las mujeres16. Es decir, usar estos tópicos
‘populares’ como escudo sociocultural que reflejara menoscabo tradicional y
reproches.

                                                            
16 Véase A.D. Deyermond. Op. cit. Nota 3. p. 252.

 
 
122
Ana Emilia León 
 
Ejemplos de personajes que emplean ‘tú’: el autor al lector; las mujeres a
Dios y a la Virgen; algunas mujeres se tratan recíprocamente con este
pronombre; conversación entre marido y mujer; conversación entre hombres; la
Pobreza a la Fortuna y viceversa.
Uno de los rasgos lingüísticos que comienza a destacarse en este texto es la
pérdida de la [-d-] intervocálica en los paradigmas verbales. Específicamente las
formas que concuerdan con ‘vos’ y actúan como complemento de éste. Veamos
a continuación algunos ejemplos de este fenómeno fonológico:

127. -- ¿Non podés responder señora? p. 127 -- ¡Perdyme, cuytada, que en ora mala
‘vos’ crey! Non es esto lo que ‘vos’ me prometistes, nin lo que me jurastes; que no he
ganado el dinero quando me lo avés arrebatado, diziendo que devés y que jugastes. p.
132.

128. -- ¿Non me creés agora? Dezid, pues, sy me creés."¿Non me querés creer? p. 147.

129. -- E luego dixo ella: “¿Qué ponés ay, marido? p.152. -- ¡Guay, turbado venís de
alguna enamorada, p. 164.

130. -- ¡Ay, paso, señor, que sodes descortés! ¡Avedora vergüenza! ¿Estáys en vuestro
seso? ¡Avadora, que ‘vos miran’! ¿Non vedés que ‘vos’ veen? p. 175.

131. -- Y ¿qué sentís?... “¿Qué ‘vos’ duele?”, o “¿Qué sentís?”. p. 194.

132. -- “Padre, ¿qué tenés tras estas tablas?”.“Veamos qué tenés dentro”; “Señor, ¿e
non me creés?”; “¡abrirés, mal que ‘vos’ pese! pp. 240-41.

Estos ejemplos corroboran lo establecido por el maestro Ramón Menéndez


Pidal17 en su Manual de Gramática Histórica Española, en que describe las formas
verbales (llanas) que perdían la [-d-] intervocálica en el siglo XV. Siendo la
excepción las esdrújulas que, “mantuvieron la [-d-] hasta el siglo XVII” (p. 278).
También aclara el lingüista español, que en el siglo XIII la [-d-] intervocálica se
conservaba tanto en las formas llanas como en las esdrújulas. Este fenómeno lo
hemos visto con suficiente regularidad en los textos previamente analizados.
Hasta ahora, los razonamientos hipotéticos siguen siendo los mismos.
Aparentemente, las descripciones que establecen los manuales históricos de la
lengua castellana concuerdan con las características de ejemplos citados
previamente.

                                                            
17 Manual de Gramática Histórica Española, 1980. pp. 278-79.
123
Ana Emilia León
 
Cuadro No. 15
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 142 23.3%
‘Vos’ plural 5 0.8%
‘Tú’ 459 75.4%
‘Vuestra merced’ 3 0.5%

2. Grisel y Mirabella.
Juan de Flores18 compone este texto algo antes de 1495. En esta obra de
carácter sentimental, se entreteje lo fabuloso y lo mágico junto con lo trágico-
amoroso. Esta última característica se acentúa aún más, debido a la pena de
muerte que reciben Grisel y Mirabella. Esta infortunada pareja fue condenada a
la pena capital debido a que se entregaron a una libre pasión amorosa, -sexual- ,
por encima de todo convencionalismo socioreligioso de la época. Esta pareja se
sacrificó por reconocer abiertamente su amor.
Además de los múltiples cánones morales y religiosos, se observa en esta
obra un entorno eminentemente caballeresco, en el cual el signo de la nobleza
radica en el sufrimiento. El amor y el sentimentalismo convergen paralelamente
con rasgos de lo fabuloso, pero con matiz acentuado de relato de muertes y
desgracias.

‘Vos’ singular:
133…”y puesto q ‘vos’ lo acometierades:” [+nom.]. “Y ante que ‘vos’ pensastes”
[+nom.]. “en no fazer lo q a ‘vos’ da tan grande loor” [-nom.]. p. 12. Mirabella a Grisel.

134. “Y ‘vos’ senyora...” [+nom.]. p. 12. “Que tan atribulado triste y lloroso ante ‘vos’
me ponia continuo” [-nom.]. “porque yo de muy largos tiempos con trabaios muchos
‘vos’ he comprado [-nom.] y ‘vos’ no seriades [+nom.] fija del rey...” p. 13.
“mayormente conociendo tener yo la culpa y q ‘vos’ padezcays [+nom.] la pena”. p.
15. Grisel a Mirabella. [Y-Y]

135. “’Vos’ senyora merezcays [+nom.] la pena de mi culpa”. “a ‘vos’ que [+nom.] se
ha de dar la pena." p. 1. El autor a una dama. [Y-Y]

                                                            
18Esta obra de Juan de Flores llega a nosotros de la reproducción en facsímil hecha por la Real
Academia Española en 1954. En el prólogo que hizo Agustín G. De Amezúa, informa que de la
edición príncipe de Grisel y Mirabella no se conoce más que un solo ejemplar, el que posee la
Biblioteca Nacional, y que ha servido para este facsímil. Todo parece indicar que se desconoce el
lugar y año de impresión. Sin embargo, muchos estudiosos proponen que la obra “salió de las
prensas de Enrique Botel en Lérida, circa 1495”. Prólogo de la obra de 1954.

 
 
124
Ana Emilia León 
 
136. “paraque yo de ‘vos’ [+nom.] y ‘vos’ de mi [+nom.] queras nos deuamos.” p. 4.
“ni ahun ‘vos’ [+nom.] por el mio”. p. 4. “mas ‘vos’ que [+nom.] os offreceys”. p.5.
“mas ‘vos’ que [+nom.] hozays tomar aventura: ligero ‘vos’ seria [-nom.] quedar sin
ella”. p. 5. Conversación entre caballeros. [Y-Y]

137. “la qual ya ‘vos’ [+nom.] senyora teneys”. “porque de ‘vos’ [+nom.] y de vuestras
gracias me veo tan soiuzgado” p. 56. Torrellas a Braçayda. [Y-Y]

138. “Y en todas las empresas que ‘vos’ contra [+nom.] las damas tomays ventura ‘vos’
es fauorable:” [-nom.]. “la bienauenturança que Dios contra nosotras ‘vos’ dio” [-
nom.]. p.60. Braçayda a Torrellas. [Y-Y]

Otro aspecto interesante que se observa en este texto es la pérdida de [v-] o


aféresis en las formas de ‘vos’ procedentes del acusativo latino. Por
consiguiente, estos reajustes irán generando diversas variantes que se
establecerán con funciones de dativo y acusativo de segunda persona plural.
Estas apariciones neológicas no admiten preposición y se pueden usar como
enclítico. Históricamente, se puede argumentar que este fenómeno se origina a
finales del XV.
Tal como lo señalan los manuales históricos del español, esta reducción de
‘vos’ acusativo también se observa en este texto de Juan de Flores.
A continuación se ofrecen algunos ejemplos de la pérdida de la [v-] (inicial)
de esta variante que aparecen en el análisis de la obra que nos ocupa:

-- q meior seruiros (p.1)


-- mas que os offreceys (p.5)
-- de vuestro yerro os faze mas condenado (p.6)
-- lo seria merecedor de perderos (p.15)
-- bien se os emplea (p.20)
-- do se esconde por no veros (p. 21)
-- y esto os da lohor q parescays honestas (p.30)
-- que cuanto mas os defendys (p.30)
-- y por dar os la vida (p. 32)
-- y la muerte fuerças para sforçaros (p.51)

Tal como se observa en estas muestras, las variantes de ‘[v]os’ aparecen,


tanto en posición preclítica como enclítica. En los próximos capítulos veremos
otros ejemplos pertinentes a este fenómeno que nos ocupa.
125
Ana Emilia León
 
Cuadro No. 16
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ Singular 114 62%
‘Vos’ Plural 0 0%
‘Tú’ 33 17.9%
‘Os’ 37 20.1%

3. Cárcel de Amor
Hay indicios que Diego de San Pedro escribió esta obra hacia 1492, fecha de la
primera impresión19. Este escritor alcanzó fama universal en España al dar vida
a una artificiosa y trágica obra de aspecto sentimental. En este texto, el amor es
la razón sustancial del relato, lo cual termina rompiendo el equilibrio narrativo
dejando sólo el gran sentimiento amoroso como la razón primordial de las
acciones.
Los lazos sentimentales entre la dama y el caballero conforman el entorno
narrativo, puesto que el carácter de la nobleza radica en el sufrimiento. Este tipo
de obra sigue el hilo de una narración sentimental con muchas desgracias y
muertes representadas en textos contemporáneos.
La Cárcel de Amor, es una de las obras más logradas de este género de ficción
sentimental, de los últimos tiempos de la Edad Media20. En las primeras páginas
de la obra hay un tipo de correspondencia funcional como base de la
comunicación entre los dos enamorados. Sin embargo, el final se presenta con
una sola alternativa: “hay que morir para librarse de los sufrimientos
sentimentales”. Por eso Leriano muere por voluntad propia al no ser
correspondido por Laureola.
Ejemplos de ciertas fórmulas de tratamiento y sus pertinentes variantes.

‘Vos’ plural:
139. “que puesto que ‘tú’ solo y el levador de mi carta sepáis [+nom.] que escreví”
[+nom.]. p. 110. Carta de Laureola a Leriano. [X-X]

140. “mas bien sabé[i]s [+nom.] cuando el corazón está enbargado”. “mirad [+nom.]
cuántas razones hay para que sea sentenciada”. “Bien sabéis [+non.] que establecen
nuestras leyes”. “pues ya veis [+nom.] cuánto más me conviene ser llamado rey
juesto”. “Si tanto la salud de Laureola queréis [+nom] y tanto su bondad alabáis
[+nom.]”. “no’s maravilléis [+nom.] de assí no hazello”. “que no menos devéis

                                                            
19 Para el cotejo de esta obra usaremos la edición de Keith Whinnon. Obras Completas II. Cárcel de

Amor. [Diego de San Pedro]. 1985. Madrid: Clásicos Castalia.


20 Véase Francisco López Estrada, Op. cit. en la nota 6. p. 245.

 
 
126
Ana Emilia León 
 
[+nom.] desear la honrra del padre que la salvación de la hija. pp. 132-133. El rey al
Cardenal y a otros miembros de la corte. [X-Y]

141. “Tefeo: pues has oído las causas por que sois [+nom.] culpados tú y todos los que
opinión tan errada seguís [+nom.]”, p.160. “En verdad, Tefeo, segund lo que has oído,
tú y los que blasfemáis [+nom.] de todo linaje de mujeres sois dinos [+nom.] de castigo
justo”. “no esperando que nadie os [-nom.] lo dé, ‘vosotros’ mismos [+nom.] lo tomáis,
pues usando la malicia condenáis [+nom.] la vergüença”. p. 171. Leriano a Tefeo y sus
amigos. [X-Y]

‘Vuestra merced’:
142. “Porque de ‘vuestra merced’ [-nom.] me fue dicho que devía hazer alguna obra de
estilo”. “y tanbién acordé endereçarla a ‘vuestra merced’ [-nom.] porque la favorezca
como señor”. “De lo cual suplico a ‘vuestra merced’ [-nom.] me salve”. “Suplico a
‘vuestra merced’, [-nom.] antes que condene mi falta juzgue mi voluntad”. pp. 80-81.
“llegué aquí a Peñafiel, donde quedo besando las manos de ‘vuestra merced’” [-nom.].
p. 176. El autor dedica su obra a don Diego Hernandes. [Y-X]

‘Vosotros’21:
143. “Por bien aconsejado me tuviera de vosotros” [-nom.]. p. 132. El rey al Cardenal y
a sus caballeros. [X-Y]

144. “y con esta consideración en solos ‘vosotros’ tengo esperança”. [-nom.]. p.


146. Leriano a sus caballeros. [X-Y]

145. “’vosotros’ mismos [+nom.] lo tomáis”. p. 171. Leriano a sus caballeros. [X-Y]

‘(V)os’:
146. “Todas las razones, cavalleros leales, que ‘os’ he dicho” [nom.]. p. 147.
Leriano a sus caballeros. [X-Y]

147. “no esperando que nadie ‘os’ [-nom.] lo dé”. p.171. Del (autor) emisor a las
féminas receptoras. [X-Y]

La supremacía de ‘tú’ se acentúa claramente en esta obra. En casi todos los


actos comunicativos que se registran en este texto se usa ‘tú’. El cardenal
cuando se dirige al rey usa el pronombre ‘tú’: “y por eso no nos culpes si en la
fuerça de tu ira te venimos a enojar”; “los sabios como tú cuando obran”; “si la
bondad no merece ser justiciada, en verdad tú eres injusto juez”. pp. 130-131.
Sin embargo el rey le responde con formas de ‘tú’, ‘vos’ singulares
(mayestáticos) y ‘vosotros’: “En verdad, Tefeo, segund lo que has oído, ‘tú’ y los
que blasfemáis de todo linaje de mujeres sois dinos de castigo justo, el cual, no
                                                            
21Es importante destacar que en esta obra se ha detectado el uso de ‘vosotros’. Aparentemente,
con este ejemplo se inicia la lexicalización de este sociotratamiento proveniente de ‘vos’ + alterus.
127
Ana Emilia León
 
esperando que nadie ‘os’ lo dé, ‘vosotros’ mismos lo tomáis, pues usando la
malicia condenáis la verguença”. p. 171.
El autor usa ‘vuestra merced’ para ofrecer su obra a “don Diego
Hernandes”. Él también emplea ‘tú’ para dirigirse a Leriano, a Laureola y al
lector. Mientras que Leriano y Laureola solamente emplean un ‘tú’ recíproco
en todos sus actos comunicativos. Leriano al comunicarse con el rey, lo trata de
‘tú’: “Por cierto, señor, con mayor voluntad sufriera el castigo de tu justicia”;
“donde si tú lo hovieras por bien”. p. 118. La reina a Laureola hace lo mismo:
“Tú serás muerta sin justicia”; “y lo que biviere después de ti me será mayor
muerte que la que tú recibirás”. p.135.
La hija del rey (Laureola) escoge ‘tú’ cuando se dirige a éste: “Padre: he
sabido que me sentencias a muerte”; “Si te plaze matarme por voluntad”; “la
muerte que tú me dieres”. p.138. La madre de Leriano también se dirige a éste
usando la misma forma de tratamiento ‘tú’: “¡O lunbre de mi vista, o ceguedad
della misma, que te veo morir y no veo la razón de tu muerte”. p. 173.
Estos datos siguen indicándonos que en lengua escrita se confecciona la
lengua popular aunque a veces con rasgos de lenguaje culto. Hasta aquí se
observa que no prevalece el uso del ‘vos’ singular (su aparición en este texto es
de 0%). Habría que pensar en los recursos retóricos y la influencia del
Humanismo en el siglo XV, sin embargo, en este análisis lingüístico no nos
detendremos a dilucidar la complejidad y apogeo de estos intrínsecos elementos
discursivos. Nuestro objetivo es descubrir la diversidad y complejidad de las
funciones que ejecutaban los fenómenos sociocomunicativos en el entorno
castellano de esa época.
En esta obra se observan muy pocos actos de habla entre hablantes de
clases populares y de bajos estratos, por lo tanto, habrá que recurrir a otras
producciones que ofrezcan más detalles sobre el lenguaje popular de esa época.
Como se ha manifestado anteriormente, nuestra atención se fijará en la
dinámica histórica de los cambios semánticos que sufriera ‘vos’ y sus
homólogos. Aunque aquí no hay ejemplos de este fenómeno, seguiremos
localizándolos en obras posteriores. Asimismo, trataremos de señalar ciertos
aspectos extralingüísticos ocultos en la lengua escrita en donde no se revela
claramente sino la dinámica histórica de la lengua. En el próximo capítulo
hablaremos de este aspecto.
Lo curioso de esta obra es que se observa una homogeneidad lingüística en
el trato de los hablantes. Paradójicamente no privaba la clase social del receptor,
tampoco el prestigio ni la categoría nobiliaria entre los partícipes comunicativos;
casi todos los personajes en este texto se tratan con la forma ‘tú’. No es fácil
creer que los hablantes solamente optasen por un único sociotratamiento para

 
 
128
Ana Emilia León 
 
dirigirse al contrapuesto homólogo. Había que tomar en cuenta el estatus social
individual en situaciones asimétricas. ¿Sería el impacto de las retóricas y el
pensamiento humanístico lo que anulaba el uso de ‘vos’ en esta obra?, ¿es el
empleo de ‘tú’ solamente un recurso estilístico humanístico?, ¿por qué la lengua
oral de bases populares no se entremezcla en este texto?
El artificio de Diego de San Pedro tuvo que haber sido afectado tanto por
las corrientes literarias como por los cánones y preceptos que se imponían
durante el Siglo de Oro. Del mismo modo hay que poner atención al influjo del
Humanismo que estaba penetrando en el entorno peninsular. Por estas razones,
hay que pensar en los cánones retóricos que debían regir las escrituras de esa
época, y el efecto desestabilizador que se perpetuaba hacia la conocida
hegemonía del uso de ‘vos’ ante ‘tú’.

Cuadro No. 17
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 0 0%
‘Vos’ plural 15 2.5%
‘Tú’ 580 95.7%
‘Vuestra merced’ 5 0.8%
‘Vosotros’ 3 0.5%
‘Os’ 3 0.5%

4. La Pasión Trobada.
Esta obra de Diego de San Pedro puede ser una de las más tempranas que el
autor habría compuesto. La edición que estamos usando en nuestro corpus es
la preparada por Dorothy S. Severin y Keith Whinnom. Es posible que este
texto sea uno de los primeros que escribió Diego de San Pedro y que lo haya
escrito por los años 70 del siglo XV (p.11)22. Aparte del interés de San Pedro
hacia la monja como destinatario de su obra, su ahínco principal era hacer
contacto con el gran público de las masas y la gente del ‘vulgo’. Son muchos los
que —erróneamente— han catalogado La Pasión Trobada como obra de
“coplero vulgar”, que gustó “a un público de lo menos exigente”. Asimismo,
algunos historiadores de la literatura castellana suelen calcar la opinión de Gili
Gaya, quien la omitió de las Obras de San Pedro por considerarla “obra de
coplero vulgar que carece de méritos literarios”.23
Ejemplos de diversas fórmulas de tratamiento que aparecen en esta obra:

                                                            
22 Diego de San Pedro. Obras Completa, III. (Poesías). Edición de Dorothy S. Severin y Keith
Whinnon. 1979. Madrid: Clásicos Castalia.
23 Ibid. p. 9.
129
Ana Emilia León
 
‘Vos’ plural:
148. “Y cuando los vio allí (a los judíos)
Aquel Nuestro Dios tan bueno
dixo: ¿A quién buscáis? Dezi. [+nom.]
[…] “El Señor dixo: Yo so.
Ved qué es lo que queréis”. [+nom.] p. 131.
Jesús de Nazareno a sus enemigos. [X-Z]

149. “Dixo el Señor: Ya sabéis


que [v]os dixe que era yo; [-nom.]
pues a mí solo queréis,
a éstos ir dexaréis;
a mí vedme aquí do estó. [+nom.]
Jesús de Nazareno a sus enemigos. p. 132. [X-Z]

150. “[…] Respondióles: Ya sabéis


que es costumbre que guardáis
cuando dos presos tenéis
por la Pascua que havéis
[d’]honrar, el uno soltáis”; [+nom.] p. 166.
Pilatos a los enemigos de Jesús de Nazareno. [X-Z]

151. Dixoles Pilatos: Pues


me queréis tanto [a]quexar,
porque más no´s enoja[es],
hágase lo que quer[és], [+nom.]
mandó a Barrabás soltar,” p. 172.
Pilatos a los enemigos de Jesús de Nazareno. [X-Z]

‘Vos’ singular:
152. “porque gozemos los dos:
yo de olvidaros a ‘vos’, [-nom.]
y ‘vos’ de bien contemplar” [+nom.]. XII. p. 106.
El autor a la receptora. [Y-Y]

153. Solíades me ‘vos’ hablar, [+nom.]


hijo mío, mi consuelo, y solíades me alegrar”. p. 199.
La Virgen a su hijo Jesús. [X-X]

154. ‘Vos’ nunca a nadie enojastes,


hijo mío, mi señor; […]
¿qué’s de vuestra hermosura;
Qué es de vuestro resplandor? pp. 198-199.
La Virgen a su hijo. [X-X]

155. Por ‘vos’ era yo honrrada,


hijo, mi bien y mi Dios;

 
 
130
Ana Emilia León 
 
agora so mal tractada, abatida y amenguada,
y deshonrada sin ‘vos’ [-nom.]. p. 202.
La Virgen a su hijo. [X-X]

156. ¿Cómo no me respondéis?


Solíades vos responderme.[+nom.].
No sé por qué lo hazéis;
Hijo, ¿por qué no queréis
alçar los ojos a verme? p. 202
La Virgen a su hijo. [X-X]

157. “O Fijo, si ‘vos’ plugiese [-nom.]


otorgar mi petición,
que ante que ‘vos’ muriese, [+nom.]
porque morir non ‘vos’ viese" [-nom.].
216A. p. 217. La Virgen a su hijo. [X-X]

Actos comunicativos con ‘Tú’:


158. “cúmplase tu voluntad.
Y siempre quise hazer
lo que ‘Tú’, Padre, mandaste”. p.116.
Jesucristo a Dios. [Y-X]

159. “Señor, tu Padre te oyó


desde tu primer rogar,
y nunca te respondió [...].
que bien deves ‘Tú’ saber [+nom.]
que fue, Señor tu venida
para muerte padescer
y con ella guarescer toda la gente perdida”. p. 122.
Un ángel a Jesucristo. [Y-X]

160. […] Qué´s de tu predicación? [-nom.]


¿tus doctrinas dónde son?
¿dónde está tu compañía? p. 137.
Annás a Jesús. [Z-X]

161. El Señor le respondiera


y dixo: Tú lo dexiste; [+nom.]
y aunque yo te lo dixera,
tu seso no me creyera, […].p. 146.
Jesús a Caifás. [X-Z]

162. […] Allí Pilatos volvió hata el Cordero innocente, y esto le


preguntó: Dime, ruégatelo yo,
¿eres tú rey d’esta gente? p. 149. [+nom.]
Pilatos a Jesús. [Y-X]
131
Ana Emilia León
 
163. […] El señor le respondió:
Tú dizes que rey so yo; [+nom.]
pero deves de saber
que yo nascí para dar
testimonio de verdad, […]. p. 151.
Jesús a Pilatos. [X-Y]

Es más estrecha la coexistencia que se observa entre ‘tú’ y ‘vos’ en esta


obra. Por ejemplo, la Virgen le dice ‘vos’ a su hijo, mientras que éste cuando se
dirige a Dios lo trata con el pronombre ‘tú’.

Cuadro No. 18
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 65 35.7%
‘Vos’ plural 21 11.5%
‘Tú’ 83 45.6%
‘Vosotros’ 3 1.6%
‘Contigo’ 2 1.1%
‘Nos’ 8 4.4%

5. Coplas de la Panadera.
Aún se desconoce el autor de estas coplas, llamadas así por un estribillo popular
que en una versión aparece al comienzo y en otra se repite en cada estrofa.
Diacrónicamente esta producción está relacionada con el siglo XV, y contiene
severas críticas socioculturales y políticas de personajes involucrados en la
primera batalla de Olmedo (1446). Estas Coplas de ¡Ay panadera!, supuestamente
narradas por una mujer que seguía al ejército, relata los hechos de la
mencionada batalla de Olmedo que se efectuó entre partidarios y enemigos de
Álvaro de Luna24. Usaremos el texto que ofrece Manuel Alvar en su libro Poesía
Española Medieval25. La crítica literaria señala como rasgo sobresaliente de estas
Coplas26, la total desmitificación caballeresca.

Ejemplos del uso de ‘tú’:


164. “¡Di, Panadera! [+nom.].
Con lengua brava e parlera
y el coraçón de alfeñique,
el comendador Manrique
escoxió bestia ligera
se dio tan gran correndera
                                                            
24 Véase A.D. Deyermond. 1978. Op. cit. p. 349.
25 Manuel Alvar, 1969. Op. cit. en la nota 9. pp. 787-790.
26 Véase la Historia social de la literatura española. 1979. Op. cit. en la nota 8. p. 135.

 
 
132
Ana Emilia León 
 
fuyendo muy a deshora,
que seis leguas en un hora
dexó tras sí la barrera”. (8). p.789. [Y-Z]

165. “Di, Panadera! [+nom.].


Con habla casi estranjera,
armado como francés,
el nuevo noble marqués
su valiente voto diera
e tan recio acomitiera
con los contrarios sin ruego,
que vivas llamas de fuego
pareció que les pusiera”. (28). p.789. [Y-Z]

166. “¡Di, Panadera! [+nom.].


‘Tú’, Señor, que eres minera
de toda virtud divina,
saca la tu medicina
de la tu santa atriaquera
haya más paz algun rato,
que del dicho desbarato
a muchos queda dentera”. (46) p.790. [Y-Z]

De acuerdo con lo observado en estas coplas, el autor usa ‘tú’ en el


estribillo popular situado en el encabezamiento de cada estrofa, además, hay
discordancia de género en la 46. Si el escritor se dirige a un receptor femenino,
debería decir “Señor(a)”. Es interesante notar que en este texto no aparece el
pronombre ‘vos’, por lo tanto, es de suponer que ya se estaba gestando un gran
reajuste en el campo de los sociotratamientos. No obstante, este proceso
conlleva a otro movimiento que posteriormente auspiciará una hostilidad entre
‘vos’ y ‘tú’. Por consiguiente, la pugna anárquica que se inicia entre estos dos
sociolectos no se disipará hasta las postrimerías del siglo XVI. Inexorablemente,
‘vos’ seguirá acercándose a una inminente extinción, mientras que el enérgico
‘tú’ continuaría conquistando todos los territorios controlados por su rival.
Por medio de los datos diacrónicos que se han obtenido en este proyecto
histórico, se sobreentiende que el uso y escogencia que ostentaba ‘vos’ ya
estaba entrando en su fase terminal. Tal vez, esta controversia se debía a
diversas razones de índole extralingüísticas. Su máximo contrincante (singular)
‘tú’ no cesaba de perpetuar su hegemonía en el entorno en que ‘vos’ había sido
destronado.
133
Ana Emilia León
 
Cuadro No. 19
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ 0 0%
‘Tú’ (nominal) 1 2%
Imperativo tuteante (Di, Panadera) 47 98%

6. Coplas de Vita Christi.


Estas coplas se le atribuyen a Fray Íñigo de Mendoza [1426?-1507?]27. Con el
objetivo de dilucidar la cronología de esta obra hemos utilizado los estudios
realizados por Julio Rodríguez Puértolas (1968). Según la hipótesis que ofrece
este investigador, hay que poner atención a lo siguiente:

“Demostrada la existencia de dos versiones básicas de la Coplas de Vita Christi


y la composición de ambas en el reinado de Enrique IV, años de 1467-68 y
poco después, respectivamente, y conocido el contenido de la primera de
ellas, descubierto por mí en un ms. de la B. N. de París (cf. cap. III),
sabemos el grado de conocimiento que Fray Íñigo tenía, no ya sólo de la
situación de Castilla, sino de la propia corte del monarca y de los recovecos
de infraestructura hispánica del momento”. (p.43)28.

A continuación se observan ejemplos de la calidad extralingüística que él le


inserta a ‘vos’ como sociotratamiento hacia un receptor menospreciado. Cabe
destacar que el autor dirigía una implacable embestida hacia sus aludidas
víctimas. Había que llamar la atención a través de alocuciones matizadas con
despectivos recursos; por lo tanto, se aplicaba un agresivo ‘vos’, cuyos
parámetros se encargaban de desintegrar la moralidad del destinatario.

“Reprehende las ponpas y regalos de los grandes con la pobredad y pena del Señor”:

Presencia de ‘vos’:
167. “¡Ay de ‘vos’, enperadores!,[-nom.]. (Plural)
¡Ay de ‘vos’, reys poderosos!,[-nom.]. (Plural)
¡Ay de ‘vos’, grandes señores, [-nom.]. (Plural)
que con agenos sudores traes estados ponposos!” :
“¡O grandes, quan de llorar es a ‘vos’ lo del pesebre!”
[-nom.]. (Singular) 106. (1-7). p.346.
Denuncias del autor hacia los imputados. [Y-X]

168. “Segun esta piedad,


                                                            
Véase Julio Rodríguez Puértolas. Op. cit. en la nota 22. p. 37.
27

Julio Rodríguez Puértolas. 1968. Fray Iñigo de Mendoza y sus ´Coplas de Vita Christi´. Madrid:
28

Gredos.

 
 
134
Ana Emilia León 
 
¡guay de ‘vos’, Enrique el Quarto! [-nom.]. (Singular)
aunque con libertad do sentís necesidad
repartís tesoro harto, quan llexos ‘vos’ fallarán" [-nom.]. (Singular)
107. (aI). 1-6. p. 346. El autor se dirige hacia el rey de Castilla.
[Y-X]

169. “¡Guay de ‘vos’, nuestro priuado! [-nom.]. (Singular)


¡A[y] Don Alonso Carrillo!, por quel fauor del stado
‘vos’ muy allongado" [-nom.]. (Singular). 108. (aI). 1-5. p.347.
El autor a un noble. [Y-X]

170. “... Es ya vuestra humanidad


por este hijo de Dios libre de captividad,
es fuera la enimistad dentre nosotros y ‘vos’”. 134. 1-5. p. 370.
El ángel a los pastores. [X-Z]

Presencia de ‘tú’:
171a. Revelación del angel a los pastores.
“Corramos por ver siquiera aquella gente aldeana
como se turba y altera en ver nueua manera
en el ayre forma humana, diziendo con grand temor
el vno al otro temblando:” [Y-Z]

171b. “Cata, cata, Juan Pastor, y juro a mí, peccador,


un ombre viene bolando”. 123. p.364.
Comunicación entre pastores. [Z-Z]

172. Habla el otro pastor. “A la he, bien lo querría,


mas estoy tan pauorido que mudar no me podría,
segund es la medrosya que en el cuerpo me ha metido,
y también sy mientras vamos doblando desaparesçe,
cata, Juan, diran que entramos o que borrachos estamos
o que el seso nos fallesçe".126. p.366.
Comunicación ente pastores. [Z-Z]

173. Replicale el otro. 127.


“Tú eres hi de Pascual, el de huerte coraçon;
torna, torna en ti, zagal, se que no nos hara mal
tan adonado garçon; ponteme aqui a la pareja
y venga lo que viniere, que la mi perra bermeja
le sobra la pelleja a quien algo nos quisiere”. p. 366.
Comunicación entre pastores. [Z-Z]

Tal como podemos observar en estas Coplas el empleo de ‘tú’ está reservado
para los actos de habla simétricos entre pastores, aunque también lo usa
“Nuestra Señora” a “Josep” su esposo: “Y tú, viejo tan honrrado, que
135
Ana Emilia León
 
meresçiste en el suelo ser conmigo desposado”, 250. p. 435. En contraposición,
el ángel que se les presenta a los pastores ofrece una fórmula de tratamiento
pluralizada (134). Hasta esa época, nadie ampliaba la dimensión de ‘tú’ ante un
interlocutor plural. Aparentemente, en esta composición poética, todavía no se
había fijado la forma plural de ‘vos’; tampoco se podía distinguir si ya existía
esta modalidad en su contemporaneidad. Tal vez sucedía algo similar a lo que
se observa en las obras de Diego de San Pedro.
Con respecto al uso que el autor le da a la forma singular de ‘vos’, hay que
considerar la aparición y desplazamiento de variantes de la misma forma de
tratamiento con diferente carga semántica, especialmente por su inferencia
detractora. Por consiguiente, se acentúa la función sociolingüística distintiva de
‘vos’ singular [+nom.], aunque, también su uso se desvía hacia otros campos
semánticos, como era la función dicotómica con ‘tú’. Aquél no logra desligarse
de su férreo rival, por tanto, proseguirá, −durante largo tiempo− la aversión
recíproca entre ambos.
Los grandes reajustes y el estigma que matizaban a ‘vos’ —como dijimos en
el capítulo tres—, lo convertirán en un elemento perjudicial que desintegrará su
histórico prestigio. Todo este proceso, obviamente, culminará con el
envilecimiento e irremisible desaparición de ‘vos’ en el ámbito penínsular. Por
consiguiente, este hecho se convierte en uno de los aspectos socio y
extralingüísticos que más resaltan en la sociolingüística española de los siglos
XV, XVI y XVII. Efectivamente, este fenómeno, tan poco estudiado en el
campo diacrónico del castellano, es uno de los baluartes que ha incentivado la
dinámica de este proyecto. En esas épocas, el repertorio castellano peninsular
estaba comenzando a experimentar grandes cambios, tanto a nivel
sociolingüístico como en el plano extralingüístico.

Cuadro No. 20
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 2 2%
‘Vos’ plural 21 20.6%
‘Tú’ 69 67.6%
‘Os’ 9 8.8%
‘Vuestras mercedes’ 1 1%

 
 
136
Ana Emilia León 
 
7. [Coplas] de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre.
Jorge Manrique [1440?-1479]29, hijo de Rodrigo Manrique, murió en el asalto al
castillo de Garci-Muñoz, siguiendo el bando de Isabel frente al de Juana la
Beltraneja. El poeta escribió estas coplas en memoria de su padre, Rodrigo
Manrique, quien muriera en 1477. Además escribió Jorge Manrique poemas
amorosos y algunas Coplas a su madrastra, quien también era su cuñada.

Coplas por la muerte de su padre.


174. Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley al tablero;
después de tan bien seruida
la corona de su rey verdadero;
después de tanta hazaña que non puede bastar
cuenta cierta, en la su villa d'Ocaña
vino la muerte a llamar
a su puerta, [XXXIII] p.105. [X-X]

175. “diziendo: Buen cauallero,


dexad el mundo engañoso e su halago;
vuestro corazón d’azero muestre su esfuerço
famoso en estre trago; e pues de vida e salud
fezistes tan poca cuenta por la fama,
esfuércese la virtud para sofrir esta afuenta
que ‘vos’ llama”. [-nom.]. [XXXIV] p. 106.
La muerte a Rodrigo Manrique. [Z-X]

176. “Non se ‘vos’ haga [-nom.] tan amarga


la batalla temerosa qu’esperáys, [+nom.]
pues otra vida más larga de la fama gloriosa
acá dexáys, [+nom.] (haunqu'esta vida d’onor
tampoco non es eternal ni verdadera);
mas con todo, es muy mejor que la otra temporal,
peresçedera”. [XXXV].
La muerte a Rodrigo Manrique. [Z-X]

177. “E pues ‘vos’, [+nom.] claro varón, tanta sangre


derramastes de paganos, esperad el galardón
que en este mundo ganastes por las manos; [...]. [XXXVII]. p.107
La muerte a Rodrigo Manrique. [Z-X]

Acordaos, por Dios, Señora.


178. “Acordaos que fuy sugeto y soy, a vuestra belleza,

                                                            
En este análisis hemos usado la edición de Augusto Cortina. 1960. Jorge Manrique: Cancionero.
29

Madrid: Espasa Calpe.


137
Ana Emilia León
 
con razón; acordáos que soy secreto,
acordáos de mi firmeza y afición: acordáos de lo que siento
quando parto y ‘vos’ quedáys, [-nom.] o ‘vos’ partís;
[-nom.] acordáos cómo no miento, aunque ‘vos’
no lo pensáys,[+nom.] según dezis”. [IV]. p. 36.
Del autor a su enamorada. [X-X]

179. “Sin Dios, porqu’e ‘vos’ adoro; [-nom.] sin ‘vos’, pues
no me queréys; [-nom.] pues sin mí ya está de coro
que ‘vos’ soys quien me tenéys [+nom.]. [II] (glosa). p. 71.
Del autor a su enamorada. [X-X]

Ejemplo de ‘tú’:
180. “‘Tú’ que, por nuestra maldad, tomaste forma seruil
e baxo nombre; ‘tú’, que a tu diujnjdad
juntaste cosa tan vil como es el nombre; [...]. [XXXIX]. p.108.
Del Maestre a Jesús. [Y-X]

Ejemplo de ‘vuestra merced’:


Un combite que hizo a su madrastra [doña Elvira de Castañeda].
181. “Entrará ‘vuestra merced’, Porqu’es más honesto entrar,
por cima d’una pared y dará en vn muladar. [II]. p.81
Y luego que ayáys entrado, bolueréys a man yzquierda;
hallaréys luego vn estrado con la’scalera de cuerda;
por alcatifa, vn estera; por almohadas, albardas
con hilo blanco bordadas, la paja toda de fuera”.
[IV]. p.82. El autor a su madrastra. [X-X]

Gracias a Jorge Manrique, quien también cultivó la poesía burlesca, hemos


podido observar otras fórmulas de tratamiento en sus diversos textos poéticos.
En la segunda estrofa del Combite que hizo el autor a su madrastra, éste se dirige
a ella con la forma “vuestra merced” (ejemplo 193), sin embargo, más adelante
le aplica fórmulas verbales de ‘vos’. Con esto se observa que hay desdén y
antagonismo hacia ella. Supuestamente, con estos ejemplos se observa que ya se
estaba gestando otra competencia entre ‘vos’ y ‘vuestra merced’. En esta obra,
el uso de ‘tú’ es exclusivo para divinidades y santos, y así lo hace el padre del
poeta cuando se dirige a Dios. No obstante, el autor le escribe poesía a su dama
que complementa con la forma ‘vos’; también hay muestras de diversos
recursos afines. En las Coplas por la muerte de su padre, en la XXIII,
paradójicamente Jorge Manrique trata a la muerte de “tú”: “di, Muerte, ¿dó los
escondes e traspones?, quando ‘tú’, cruda, t’ensañas con tu fuerça las atierras e
desfazes”. p.100 [X-Z].

 
 
138
Ana Emilia León 
 
Observaciones diacrónicas indican que hasta aquí se ve muy claro que ya
‘vuestra merced’ es un recurso de profunda interferencia participativa entre ‘vos’
y ‘tú’. De acuerdo con el cotejo efectuado en varias obras de los siglos XV, a
‘vos’ plural lo ha reemplazado el producto final de ‘vos’+ ‘otros’> ‘vosotros’ —
como se ha dicho anteriormente—. Cabe destacar que en esta lexicalización aún
imperan los paradigmas verbales de la forma singular de ‘vos’, por ejemplo:
“‘vosotros’ mismos lo tomáis < tomades”. (Cárcel de Amor, p.171). También se
originan los siguientes fenómenos: a) aféresis o pérdida de la [v-] inicial para
los casos no nominativos; b) pronombres con el caso régimen: acentuado
(tónico) e inacentuado (átono), de los cuales surge uno que se da
exclusivamente en los imperativos y va colocado en forma enclítica:
“acorda[os]”; c) desaparición de: “connosco” (por nosotros) y “convusco” (por
vosotros); d) pérdida de la [-d-] intervocálica en los paradigmas verbales
correspondientes a ‘vos’ singular y plural. Además, formas verbales: (-ar)
amades > amáis > amás; (-er) queredes > quereys > querés; (-ir) dezides >
dezís que se ajustan al neologismo recientemente generado conocido como
‘vosotros’.
Las explicaciones que ofrece Rafael Lapesa sobre estos reajustes indican
que: “En la morfología contendían darvos y daros, os despierta y ‘vos’ han envidia.
Las antiguas formas en -ades, -edes, -ides habían sido reemplazadas por deseáis,
esperás, tenéis, ganaréis, sojuzgarés, pornés pondréis, dormís” (Historia de la Lengua
Española: 280)30. Por consiguiente, a partir del siglo XV se acentúa un reajuste
lingüístico y morfosintáctico en el sociolenguaje hispano-peninsular. Sin
embargo, la modificación que se efectúa en el uso de las formas de tratamiento
no se detiene al finalizar esta centuria, al contrario, las fuerzas lingüísticas y
extralingüísticas que impactan la dinámica de la lengua siguen penetrando y
ejerciendo una fuerza renovadora en la misma. El castellano necesitaba nuevos
recursos que complementaran las exigencias de un lenguaje que estaba urgido
de neologismos comunicativos. Era necesario un robustecimiento que mejorara
los recursos tradicionales que conformaban el repertorio tradicional castizo del
siglo XV. Por consecuencia, la gran ayuda de formas neológicas reviste de
esplendor el sistema hispano-peninsular, que de alguna forma auspicia una
modernización del lenguaje medieval. El movimiento progresista comienza a
impulsar activamente un perfeccionamiento lingüístico a través de una
dinámica reformista y restructuradora.

                                                            
30 Rafael Lapesa. 1980. Historia de la Lengua Española. Madrid: Gredos.
139
Ana Emilia León
 
Cuadro No. 21

‘Vos’ 7 46.7%
‘Tú’ 6 40%
‘Os’ 2 13.3%

Cuadro No. 22 (Resumen de textos)


Vos
Obra Vos singular Tú
plural
El Conde Lucanor (C.10c) 664 7 19
Marqués de Santillana (C.11) 143 3 52
Libro de buen amor (C.12b) 258 28 98
Danza de la muerte (C.13) 33 0 13
Rimado de palacio (C.14) 165 30 196
Arcipreste de Talavera (C.15) 142 5 459
Grisel y Mirabella (C.16) 114 0 33
Cárcel de amor (C.17) 0 15 580
La Pasión Trobada (C.18) 65 21 83
Coplas de la panadera (C.19) 0 0 1
Coplas de Vita Christi (C.20) 2 21 69
Coplas de Jorge Manrique (C.21) 7 0 6
Total 1593 130 1609

 
 
Capítulo 5
Los manuales especializados en lingüística histórica nos indican que a finales del
siglo XV aún continuaba la producción de importantes reajustes
morfosintácticos, fonológicos y semánticos en el ámbito hispano peninsular.
Al tratar de encontrar los verdaderos motivos pertinentes que contribuyeron a
estos cambios, nos damos cuenta que su origen proviene de diferentes fuentes
socioculturales. En primer lugar, la reforma que se venía efectuando en la
lengua española peninsular, concuerda con el período de ebullición lingüística
que suscitaba una reestructuración interna. En segundo plano, hay que destacar
los cambios sociales que continuamente se forjaban en el microcosmos
peninsular. En tercer lugar, entran en acción los misteriosos recursos
extralingüísticos, que de alguna manera u otra, venían modificando los
históricos cimientos del sociolenguaje que nos ocupa.

El Humanismo

Al considerar este histórico proceso, se hace necesario dilucidar el papel que


juega el ‘Humanismo’ como fase precedente al Renacimiento; y también como
elemento activo en los cambios sociolingüísticos que se efectúan en la lengua de
Castilla, durante las últimas décadas del siglo XV, y la primera mitad del XVI.
En la lengua escrita que antecede al desenvolvimiento sociocultural del siglo
XVI, como es el caso de La Celestina, sobre la cual hablaremos más adelante, se
observan aspectos extralingüísticos que ejercen control sobre la lengua que
engalana la obra. Por ejemplo, en el sistema de fórmulas de tratamiento, hay un
cambio drástico en comparación con la mayoría de precedentes trabajos
literarios. Desde entonces, se genera un cambio en la función de ‘vos’ singular,
y sus variantes. Paradójicamente, al unísono, el sociolecto ‘tú’ se impone
firmemente, y seguidamente, termina por vencer a su adversario ‘vos’. Estas
variaciones deben haber tenido influencia de muchos preceptos relacionados
con normas y cánones que rechazaban el dogmatismo medieval. Se debe poner
atención a la participación sociolingüística que, de alguna manera u otra, entra a
distorsionar la intracomunicación pertinente a los actos de habla, en el ámbito
de su repertorio. Ya no se oyen las clásicas fórmulas de tratamiento que
intercambian los hablantes e interlocutores en la literatura, sino, que se observa
la compensación que ejercen los neologismos para atenuar las fallas de un
desvalido prontuario. Ya no se podía ignorar la ola vanguardista que —por
urgente necesidad— emergía desde las entrañas de la lengua oral.
A partir de las últimas décadas del siglo XV, la visión del mundo
trascendente, se hace diferente, la razón y voluntad empiezan a combatir el
142
Ana Emilia León 
 
tradicional dogmatismo medieval de la época. La percepción del Humanismo
repercute en la manera de pensar, y de actuar del individuo. La dualidad ‘latín’ /
lengua del ‘vulgo’ es examinada por los humanistas desde diferentes
perspectivas, en consonancia con la evolución del propio sistema de
pensamiento1. Muchas de las realizaciones del Humanismo “consisten en el
desarrollo −bajo la atmósfera de una ‘mentalidad nueva’− de semillas y
corrientes espirituales que se albergan en la misma cultura a la que se enfrenta y
vence”2.
De acuerdo con lo que señala Avelina Carrera de la Red, el concepto de
lengua en un humanista se ha de considerar en dos direcciones: “por una parte,
su relación ante la inmensa herencia medieval latina y, con ello, su posición ante
el latín; por otra, la valoración de su lengua materna” (Op. cit. 1988: 18). Por
consiguiente, es importante reconocer los efectos de estos dicotómicos
estamentos lingüísticos, partidarios del Humanismo. Esto nos hace especular
sobre ciertos aspectos −que aún no han sido dilucidados−, especialmente la
tradición latina como escultora de los rasgos que ofrece la versión escrita de la
lengua romance. No sabemos con precisión, con cuanta anticipación la lengua
oral recibe el influjo humanístico, de manera que estos rasgos, terminen por
infiltrarse en el esquema escrito. José Rico Verdú3 define el concepto de
Humanismo de la siguiente manera:

“Vemos, pues, que el Humanismo consiste en un estudio y conocimiento de ‘las letras’


frente a las ciencias experimentales que entonces empezaban a desarrollarse; de ‘las
letras humanas’ o paganas frente a la cultura bíblico-eclesiática”. (p. 28).

Del individualismo originado del “uomo singulare”, surge el gran tema de la


“dignidad del hombre”, por lo tanto se acentúa una etérea valoración del ícono
renacentista. Éste se percibe como un ser creado por Dios y dotado de unas
cualidades específicas que le distinguen al mismo tiempo de los animales; siendo
una de éstas, la capacidad innata de manejar un lenguaje que sólo los humanos
poseen, para comunicarse entre sí. Pero, para mejorar el sistema de
comunicación hay que “cultivar exclusivamente lo humano: la lengua y, sobre
todo, el latín”. (Rico Verdú: p. 28).
El interés del humanista es la recuperación del latín en su pureza, junto con
la perfección clásica; porque existía la idea que el latín era el vehículo apropiado

                                                            
1 Cf. Avelina Carrera de la Red. 1988. El “problema de la lengua” en el humanismo renacentista español.
Valladolid. Univ. De Valladolid. p. 18.
2 A. Fontán. 1974. Humanismo Romano (Clásicos Medievales y Modernos). Barcelona.
3 José Rico Verdú. 1973. La Retórica española de los siglos XXVI y XVII. Madrid.
143
Ana Emilia León
 
para expresar cualquier pensamiento elevado. Sin embargo, a partir de esta
particularidad, se origina una bifurcación entre el redescubrimiento del latín, y
el cultivo de la lengua vulgar −en este caso el castellano medieval−. Por lo
tanto, hasta este punto podría hablarse de ‘Humanismo latino’ y ‘Humanismo
vulgar’, vistos como dos realidades absolutamente diferentes” (Carrera de la
Red: p. 18). Sobre esta polétmica, la crítica socioliteraria aportará detalles
relevantes para su entendimiento.
A continuación se ofrece un cotejo de textos seleccionados para este
estudio:

Obras producidas a finales del siglo XV


1. La Celestina.
En cuanto a esta obra de Fernando de Rojas4 se ha escrito lo suficiente sobre
sus diversos aspectos literarios, humanísticos, estilísticos, retóricos y sociales;
sin embargo, el empeño de este estudio es descubrir qué empleo le daban los
partícipes a las fórmulas de tratamiento durante su interacción. En esta
producción se observan innumerables coloquios, comunicaciones dialogadas,
actos de habla presenciales hacia segunda y terceras personas, etc., pero, lo más
importante que resalta es la disparidad sociocultural de los hablantes. Las
primeras ediciones que hoy se conservan de la Comedia de Calisto y Melibea —
según se la llamó al principio— fueron publicadas en Burgos, por el impresor
Fadrique Alemán, posiblemente en 1499, y en Toledo, por Pedro Hagenbach,
en 15005.
Muchos críticos consideran esta obra como una “pieza para ser leída y no
representada”6. También se maneja la idea de que este texto refleja la
consecuencia del choque entre el mundo medieval, ya en completa
descomposición, y el devenir renacentista. Se trata de una obra que manifiesta
las circunstancias de Castilla en su contexto social y humano, en cuyos
parámetros, teóricamente, van desapareciendo las estructuras feudales y
teocráticas de la Edad Media. Por consiguiente, tras estos reajustes, se inicia el
camino hacia la modernización: el esfuerzo se basa, tanto a nivel sociocultural,
como en el estrado lingüístico. Imparcialmente, sobresale el problema de los
conversos, o los individuos que recientemente habían desertado de sus
ancestrales creencias anticristianas. Es por ello, que a nivel sociocultural, los
valores indivuduales cambian. A su vez, la intrincada dinámica religiosa de la
                                                            
4 Para el cotejo de esta obra usaremos la edición preparada por Dorothy S. Severin.Madrid:
Cátedra, 1991.
5 Edición de Severin. Op. cit. p. 11.
6 Véase J.M. Díez Borque. Historia de Literatura Española. 1974. Madrid. p. 115.

 
 
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Ana Emilia León 
 
Edad Media y, a pesar de la prevalencia de sus cánones a través de todo el
Medievo, no se pudo contener un ineludible renacer. Los ancestrales valores
empiezan a ceder ante los incalculables reajustes; se abre la preferencia hacia un
período intrínseco, que, firmemente, custodie el progreso de la humanidad.
Las fuentes de La Celestina, hipotéticamente, están ligadas Bocaccio, y a
Petrarca, por el influjo de la novela sentimental, y el sortilegio de la comedia
humanística italiana por excelencia7. Seguidamente se presenta un bosquejo
sobre el panorama sociolingüístico en el que se ven reflejadas las fórmulas de
tratamiento de este texto:

‘Vos’ (plural), [v]os’, ‘vosotros’:


182. “¡O locos, traviesos, entrad, entrad! ¿Cómo venís [+nom.] a tal hora, que ya
amanesce? ¿Qué avés hecho [+nom.]; qué ‘os’ [-nom.] ha passado? […]. p. 268-269.
“¡Jesús ¿qué en tanta afrenta ‘os’ [-nom.] avés visto? Cuéntamelo, por Dios [-nom.].
p.269.Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]

183. “Pues avés [+nom.]; de pensar, hijos, que todo me cuesta dinero, y aun mi saber,
que no lo he alcançado holgando, de lo qual fuera buen testigo su madre de Pármeno,
Dios haya su alma. Esto trabajé yo; a ‘vosotros’ [+nom.] se ‘os’ [-nom.] debe essotro.
Esto tengo yo por officio y trabajo, ‘vosotros’ [+nom.] por recreación y deleyte. Pues
así no avés ‘vosotros’ [+nom.] de aver ygual gualardón de holgar, que yo de penar”. p.
271. Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]

184. “Pero aun con todo lo que he dicho, no ‘os’ [-nom.] despidáis, si mi cadena
paresce, de sendos pares de calças de grana, que es el ábito que mejor en los mançebos
parece. […] Y si no ‘os’ [-nom.] contentardes, de vuestro daño hares”. p. 271. Celestina
a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]

185. “Si mucho enojo traes con ‘vosotros’ [+nom.] o con vuestro amo o armas, no lo
quebréys en mí, que bien sé dónde nasce esto; bien sé y barrunto de qué pie coxqueáys;
no cierto de la necesidad que tenéys de lo que pedís, ni aun por la mucha cobdicia que
lo tenéys, […] p. 272. A.XII. Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]

186. “Y no pienses con tu yra maltratarme, que justicia ay jer, como ‘vosotros’ [+nom.]
muy peynados. Déxame en mi casa con mi fortuna”. p. 273. […] “¿Qué es esto? ¿Qué
quiere decir tales amenazas en mi casa? ¿Con una oveja mansa tenés ‘vosotros’ [+nom.]
manos y braveza?” ¿Con una gallina atada? ¿Con una vieja de sesenta años? ¡Allá, allá,
con los hombres como ‘vosotros’[+nom.]”. p. 273-274. A.XII.
Celestina a Sempronio y a Pármeno. [Z-Z]

                                                            
7 Véase Carlos Blanco Aguinaga, Julio Rodríguez Puértolas e Iris M. Zavala. 1979. Historia de la
literatura española. Madrid.
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Ana Emilia León
 
187. “¿Avés oydo lo que con aquella mi señora he passado? ¿Qué hazíades; teníades
temor? [+nom.]”. A. XII. p.267. Calisto a Pármeno y Sempronio. [X-Z]

188. “’Vosotros’, los que amáys, tomad este enxemplo, [+nom.]”. Introducción. p. 75.
El autor a los lectores. [Y-Y]

189. “Dezime ¿cómo quedó Calisto? ¿Cómo le dexastes? ¿Cómo ‘os’


[-nom.] podistes entramos descabullir dél?”. p. 230. Celestina a Sempronio. [Z-Z]

190. “¡Bendígaos Dios como lo reys y holgáys, putillos, loquillos, traviessos; en esto avía
de parar el nublado de las questioncillas que avés [+nom.] tenido; mira no derribés la
mesa!” [+nom.]. A.IX. p. 232. Celestina a Sempronio y Elicia. [Z-Z]

191. “Pues no era más menester para me llevar muerto a casa que volverse ella por mi
mala providencia. Yo me llego allá; quedáos [-nom.] ‘vosostros’ [+nom.] en este
lugar”.A.XII. p. 257. Calisto a sus criados. [X-Z]

192. “Nunca yo pensé que demás de tu voluntad, lo podiera cosa estorvar. ¡O molestas
y enojosas puertas, ruego a Dios que tal hueso ‘os’ [-nom.] como a mi da guerra, que
con la tercia parte seríades en un punto quemadas! Pues por dios, señora mía, permite
que llame a mis criados para que las quiebren”. p. 262. Calisto a sus criados. [X-Z]

193. “Pues ¿avés [+nom.] oydo lo que con aquella mi señora he pasado? ¿Qué hazíades
[+nom.]; teníades [+nom.] temor?” […], p. 267. Calisto a sus criados. [X-Z]

194. “Por cierto yo dixe a mi señora Melibea lo que en ‘vosotros’ [+ nom.] ay, y quan
seguras tenía mis espaldas con vuestra ayuda y guarda. Hijos, en mucho cargo ‘os’ [-
nom.] soy; rogad a Dios por salud, que yo ‘os’[-nom.] galardonaré más complidamente
vuestro servicio. Yd con Dios a reposar” [-nom.]. A.XII. p. 268. Calisto a sus criados.
[X-Z]

195. “¿Qué es esso, locos? ¿No ‘os’ [-nom.] mandé que no me recordássedes?” A.XIII.
p.278. Calisto a sus criados. [X-Z]

196. […] “Yd ‘vosotros’ [+nom.] a vuestras camas”. A.XIV. p. 288. Calisto a sus
criados. [X-Z]

197. […] “Assí vellacos, rufianes, ¿veníades a sombrar [+nom.] a los que no ‘os’ temen?
[-nom.]. Pues yo te juro que si esperárades [+nom.] que yo ‘os’ [-nom.] hiziera yr como
merecíades” [+nom.]. p. 324. “¿Aún tornáys? Esperadme; quiçá venís [+nom. por
lana”. A. XIX. p.326. Sosia al cojo y a otros vellacos. [Z-Z]
198. “¡O gentes que venís [+nom.] a mi dolor, o amigos y señores, ayudadme a sentir
mi pena! ¡O mi hija y mi bien todo, crueldad sería que viva yo sobre ti! Más dignos eran
mis sesenta años de la sepultura, que tus veynte. Turbóse la orden del morir con la
tristeza que te aquexava. O mis canas, salidas para aver pesar, mejor gozara de
‘vosotras’ [+nom.] la tierra que de aquellos rubios cabellos que presentes veo; […]”.
A.XXI. p. 337. Pleberio a Alisa. [X-X]

 
 
146
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199. […] “En esto tenés ventaja [+nom.] las hembras a los varones, que puede un gran
dolor sacaros del mundo sin lo sentir, o a lo menos perdéis [+nom.] el sentido, que es
parte del descanso”. A.XXI. p. 337. Pleberio a Alisa. [X-X]

‘Vos’ singular:
200. ¿Avés dormido [+nom.] algún rato?” p. 267. Calisto a Sempronio. [X-Z]

201. “...me dexes en la memoria los días que avés concertado [+nom.] de salir...”
A.XVII. p.311. (Forma monoptongada). Areúsa a Sosia. [Z-Z]

202. Para desculpa de lo qual todo, no sólo a 'vos', pero a quantos lo leyeren, offrezco
los siguientes metros. [-nom.]. Dedicatoria del autor a su amigo. p. 71. (Marcas
detalladas son mías). [Y-Y]

Ejemplos del uso de ‘tú’.


203. Sempronio le dice a Calisto: “¿‘Tú’ no eres christiano?”. Calisto responde: ¿Yo?
Melibeo só, y a Melibea adoro, y en Melibea creo, y a Melibea amo”. Es seguida
Sempronio responde: “‘Tú’ te lo dirás. […]. p. 93. El criado trata a Calisto de ‘tú’.
[Z-X]

204. Calisto le dice a Sempronio: “Torpe cosa es mentir el que enseña a otro, pues que
‘tú’ te precias de loar a tu amiga Elicia”. Sempronio responde: “Haz ‘tú’ lo que bien
digo y no lo que mal hago”. p. 94. Diálogo entre Calisto y Sempronio (hay ‘tuteo’
recíproco). [X-Z] [Z-X]

205. Celestina le dice a Pármeno: “¿Qué dizes, mi honrrado Pármeno, mi hijo y más
que hijo?”. La respuesta se emite de la siguiente forma: “Digo que ¿cómo tenía essa
ventaja mi madre, pues las palabras que ella y ‘tú’ dizíades eran todas unas?”, p. 197.
Diálogo entre Celestina y Pármeno. [Z-Z]

206. Calisto le dice a Pármeno: “A buen tiempo llegamos. Párate ‘tú’, Pármeno, a ver si
es venida aquella señora por entre las puertas”. p. 257. Diálogo asimétrico con
aplicación de ‘tú’. [X-Z]

207. Melibea intercambia ‘tú’ con Calisto: “Ce, señor, ¿cómo es tu nombre? ¿Quién es
el que te mandó ay venir?” El interlocutor responde: “No tema tu merced de se descubrir
a este cativo de su gentileza, que el dulce sonido de tu habla que jamás de mis oydos se
cae, me certifica ser ‘tú’ mi señora Melibea. Yo soy tu siervo Calisto”. p. 259-260.
Coloquio simétrico entre Calisto y Melibea. [X-X]

Evidentemente, ‘tú’ era la forma de tratamiento que prevalecía en la


mayoría de los actos comunicativos de esta “comedia humanística”.
Misteriosamente, aparecen discrepancias entre los interlocutores y sus
respectivos emisores; y en muchas ocasiones, los formulismos no se ajustan a la
realidad sociolingüística que deberían exponer los partícipes. Además, hay
147
Ana Emilia León
 
divergencia entre los actos de habla, tanto a nivel asimétrico como simétrico.
No obstante, esta hegemonía pronominal y verbal del uso del ‘tú’, no perjudica,
sino, que enaltece el estrato vernáculo, al igual que la calidad sociohistórica de la
obra. La frecuencia con que se emplea este sociotratamiento es de un 65.3 %,
aproximadamente, por consiguiente, ya comienza a observarse el intercambio
preferente del uso de ‘tú’ en detrimento de la participación de ‘vos’ y sus
variantes. Esta transposición semántica y cambio de valores sociolingüísticos
entre ‘vos’ y ‘tú’ representa uno de los fenómenos diacrónicos más importantes
detectado en el repertorio comunicativo castellano, tanto en el plano
morfosintáctico como en el sociocultural. Por otra parte se observa que ‘vos’
plural no aparece en boca de ninguno de los partícipes o hablantes de la
comunidad lingüística que se trata de recrear, mientras que la ejecución de la
variante singular se presenta en el texto una 30 veces.
Vale la pena mencionar que, en centurias anteriores al período del XV, esta
irregularidad del ‘tú’, todavía no se había hecho notoria en el repertorio
castellano intra peninsular. Para esa época, los patrones que regían el uso de
este recurso eran completamente diferentes. Aparentemente, la emisión de ‘tú’
solamente se empleaba en reducidos casos comunicativos donde no se podía
utilizar ‘vos’. Se han observado actos comunicativos en la lengua escrita, en los
cuales sobresalía una abundante preferencia por el ‘tú en las siguientes
condiciones: a) para dirigirse a Dios, a la Virgen, y a santos o deidades
religiosas en general; b) para tratamiento asimétrico descendente, de un superior
a un interlocutor inferior; y c) para una recíproca intimidad y confianza
simétrica, entre hablantes de ínfima categoría social. Por consiguiente, ‘vos’, en
opuestas circunstancias, mantenía una completa hegemonía para los actos de
habla entre iguales, en especial, los de elevada clase social mientras que éste se
emitía en muy escasas ocasiones recíprocamente entre personajes de ínfima
categoría. Sin embargo, hay que tomar en cuenta el fenómeno que apresuraba
los cambios lingüísticos; extrañamente, casi todos los exponentes de La Celestina
usaban el tuteo. No se destacaba una distinción sociocultural, tanto los de baja,
como los de más elevada condición social se tratan de ‘tú’. Había un
sincretismo literario y personal. Por lo tanto, la realidad que se debía representar
sobre la intra-comunicación, no acataba los patrones sociocomunicativos que
solían imponerse en esa época.
Hay que destacar los diversos rasgos que desempeñaba ‘vosotros’, tras la
casi desaparición de ‘vos’ plural. Los partícipes se amparaban con este recurso
para el trato entre un emisor (singular) hacia múltiples interlocutores. Por lo
tanto, se debe reconocer que, a pesar de este anómalo acontecer, aún no se
detenía la reproducción de neólogos recursos sociocomunicativos que

 
 
148
Ana Emilia León 
 
compensaran las necesidades sincrónicas del idioma. De esta manera queda
explícito que, en esta obra del siglo XV, ya se acentúa la desaparición del
tradicional ‘vos’ plural. Aparentemente, el reemplazante es el recurso
‘vosotros’, y tal vez es el comienzo de su auge. De este sociotratamiento se han
detectado 26 ejemplos de este recurso. En obras anteriores se observan muy
pocos ejemplos de esta composición de ‘vos’ + ‘alterus’ > ‘vosotros’. Para estas
acciones se presenta el uso de ‘vosotros’ con los paradigmas verbales del ya casi
extinto ‘vos’ (que había funcionado como singular y plural). En cuanto a la
presencia de ‘os’, su escasa actividad se concentra en los casos dativos y
acusativos, aunque se destaca en muy pocas ocasiones en posición enclítica con
los imperativos.
En esta “comedia humanística” escuetamente han sobrevivido algunos
rasgos medievales que debían competir con los neologismos que se venían
produciendo en la lengua. Por ejemplo, la [-d-] continúa apareciendo en formas
verbales esdrújulas, en algunas formas con desinencia: -ades: quisiéredes,
seríades, hazíades, teníades, viniéssedes, veníades, merecíades, sentiríades,
seríades, erades, auíades. Igualmente se observan formas verbales con pérdida
de la [-d-] intervocálica: conoscáys, veréys, amáys, defendáys, soys, seáys,
susuráys, soléys, calléys, servís, curays, estáys, reys, holgáys, avés, venís,
despidáys, haréys, quebréys, coxqueáys, tenéys/tenés, pedys, perdéys,
ponéysme, hagáys, queráys, traygáis, proveydas, tomáys, conocéys/conocés.
Como se puede ver, la grafía para representar el sonido semivocálico [j]
todavía no se ha fijado en [i]. De los 32 ejemplos sólo 5 aparecen con [i]
precediendo la [s] final del verbo; los otros 27 mantienen [y] como grafía
semivocálica, como resultado de la desaparición de la [-d-].
En el estudio que hizo M. Criado de Val8 sobre los verbos de La Celestina,
nos dice: “En el imperfecto es interesante la aparición de algunas formas con
desinencia -ades [...]. Es, sin duda, moda literaria, y más que arcaísmo puede
considerarse “renacentismo” (p.110). Luego en la pág. 126, bajo el apartado de
los Arcaísmos, agrega: “Hay ejemplos aislados de condicional con d
intervocálica en la desinencia: sentiríades, seríades”.
La coexistencia de este fenómeno intervocálico no está arraigada en la
totalidad de los casos; sin embargo, debido al proceso de reajuste que venía
sufriendo la lengua de esa época, consideremos estos ejemplos como
reminiscencia fonológica de un pasado muy próximo que no abandona su
dinámica histórica facilmente. No hay seguridad que la presencia de esta
ambivalencia fonológica, signifique una decoración estilística como lo dice

                                                            
8 M. Criado de Val. 1955. Índice Verbal de La Celestina. R.F.E. Anejo LXIV. p. 110.
149
Ana Emilia León
 
Criado de Val. ¿Por qué llamar esto “moda literaria”, si la lengua estaba
experimentando grandes reajustes? Diversas formas arcaicas perduran hasta
finales del XVI, y a su vez, muestran su persistencia en coetáneos manuscritos
de la lengua escrita. Claro que se nos hace muy difícil, determinar cuándo se
disipan estas irregularidades textuales; tampoco se sabe con certeza ¿qué
intención tenían los escritores? Sin embargo, la diacronía de la lengua revela
ciertos hechos que hay que ponerle atención. Se debe tratar de dilulcidar la
extinción de algunos persistentes “arcaísmos”, puesto que éstos no se pueden
clasificar como recursos estilísticos añadidos intencionalmente por el autor de la
obra. Hay que partir primero de la evolución histórica de la lengua, y después
concederle importancia a las decoraciones estilísticas que posteriormente
interpolaban los escritores. La decoración e investidura del discurso fortifican el
progreso del arte literario.
Criado de Val, en su Índice verbal de La Celestina (p.158) añade más
información sobre la presencia de la [-d-] intervocálica. También aparecen
formas arcaicas ‘renacentistas’ de los subjuntivos, que se mezclan y alternan con
los actuales recursos [...]. Según Hansen (Gramática Histórica 243), “la [d] de
estas formas esdrújulas revela un influjo del lenguaje de las cancillerías. Luego
comenta Hansen que su “uso accidental y afectado parece confirmar esta
hipótesis”. Esta aseveración relacionada con la lengua “de las cancillerías”
ensombrece cualquier intento de dilucidar la dinámica progresista de ‘vos’,
‘vosotros’ y sus variantes. Muchos estudiosos han seguido repitiendo la misma
“resolución,” que destaca este gramático, sin detenerse a pensar que, en la
lengua surgen cambios internos, tanto en el sistema morfosintáctico como en el
fonológico. Ciertos reajustes no tienen nada que ver con el estilo político o
cancilleresco de la misión específica del texto. La forma discursiva del
documento, solamente debía trasladar el significante propio de la misión
comunicativa. No obstante, hay que reconocer la diversidad de recursos que se
utilizan en diferentes contextos lingüísticos. Sin embargo, si el lenguaje no había
evolucionado culturalmente, estos elementos arcaizantes seguirían filtrándose en
la lengua escrita.
Los sociotratamientos que se observan en La Celestina no conjugan tanta
variedad como veremos en obras posteriores; sin embargo, sobre el uso de
‘tú’ no se observan matices que quebranten su hegemonía. Este sociolecto
continuará su preponderancia hasta mediados del siglo XVI, y su afamado
contexto atesora importantes características sociolingüísticas. No obstante, toda
la complejidad de la carga semántica de ‘tú’ se había trastocado. ‘Vosotros (-as)’
es el sociotratamiento que se adueña de la vacante existente. Por consecuencia,
eran bienvenidos los grandes reajustes y neologismos de la lengua. Las metas

 
 
150
Ana Emilia León 
 
eran producir recursos que solucionaran la necesidad vanguardista del
repertorio pertinente. Básicamente, a partir de estas décadas, los cambios no se
hacen esperar: los polarizados ‘tú’ y ‘vos’ para las ocasiones singulares, mientras
que ‘vosotros (-as)’ para los casos de plural. Hasta aquí, todavía no se observa
la presencia ni señales de actuación de ‘vuestra merced’ > ‘usted’9; no obstante,
la lexicalización de éstos comenzará a hacer su debut en la siguiente centuria.
Más adelante se hará un análisis del repertorio que aparece en La Segunda
Celestina, con el fin de efectuar un contraste sociolingüístico de los actos de
habla pertinentes.
Cuadro No. 23
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 30 7.4%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Tú’ 263 65.3%
‘Vuestra merced’ 1 0.2%
‘(Tu) merced’ 3 0.7%
‘Vosotros’ 26 6.5%
‘Os’ 39 9.7%
‘Contigo’ 39 9.7%
‘Conmigo’ 2 0.5%

Siglo XVI
1. Diálogo de la lengua de Juan de Valdés [1535].
El autor de esta obra nació en Cuenca a fines del siglo XV. Aparentemente, en
1523, Juan de Valdés formaba parte de la servidumbre de Don Diego López
Pacheco, marqués de Villena. El Diálogo se destaca como su única obra de
contenido no religioso. Este autor recibió nombramiento del emperador Carlos
V como archivero de Nápoles tras la muerte de su hermano Alfonso, quien era
uno de sus secretarios. En 1534, tras el deceso del Papa Clemente VII, Valdés
se trasladó definitivamente a Nápoles donde debía pasar los últimos años de su
vida.
Muchas obras de este autor se han perdido, sin embargo, se publicaron
algunos libros suyos después de su muerte en 1541. Desde el punto de vista
literario, el Diálogo de la lengua se considera la obra más importante de Valdés.
Este texto es un monumento de la prosa castellana del siglo XVI. Redactado
dentro de la herencia lucianesca de los diálogos, que tanto valor alcanzaron en el
Renacimiento (Diccionario de Literatura Española: 908). La situación real de la
época, coincidía con el hábito renacentista de escribir obras literarias en forma
                                                            
9Vid. Ana E. León. Bosquejo diacrónico de ‘vusted’> ‘usted’ en el español del Nuevo Mundo. Actas del IV
Congreso Internacional de Historia de la lengua española. Abril, 1997. La Rioja.
151
Ana Emilia León
 
de diálogos. En el coloquio organizado por Valdés participan cuatro personajes
de distintas nacionalidades: dos españoles y dos italianos. Hay que destacar las
opiniones que Valdés emite acerca de ciertas inconvenencias sociolingüísticas
(sincrónicas) que venían surgiendo en su nativa lengua. Mediante la prédica,
tanto los emisores como los receptores plantean diversas inquietudes e
incertidumbres sobre algunos pormenores de la lengua castiza. Valdés suele
presentar posturas y cánones lingüísticos que van más allá de lo ortográfico,
estilístico, léxico y gramatical en general. Él trata de impartir respuestas válidas y
adecuadas sobre muchas desconcertantes inquietudes. A través de su discurso,
el autor demuestra con ahínco personal, un efectivo interés por dilucidar
algunos enigmas sociolingüísticos que ofrece su propia lengua materna.
En cuanto al uso de las fórmulas de tratamiento de este texto, se observa la
siguiente distribución comunicativa: ‘vos’ singular se manifiesta en un total de
148 veces; mientras que es inexistente la aplicación de su variante plural10. Se
esperaba que aún existiera reminiscencia del —antiguo— plural de este
tratamiento, pero ya había desaparecido en esta producción. Es interesante
destacar que el uso de ‘tú’ aparece en una sola oportunidad cuando Valdés le
dice a Marcio que emplea el ‘tú’ para dirigirse a un inferior (p. 92). En esa
época, la dinámica del uso de ‘tú’ se ve restringida debido al estigma
sociocultural que categóricamente lo marginaba. La creación de ‘vos’ + ‘otros’ >
‘vosotros’ comienza a reemplazar el vacío semántico dejado por el decadente
‘vos’ plural. En la página 34 de este trabajo se ha citado con más amplitud la
relación de inferioridad que ostentaba ‘tú’ en el siglo XVI. En cuanto a la
aplicación de ‘os’ en el texto que analizamos, el mismo aparece unas 321 veces.
Este recurso se destaca en la conversación que efectuaban los cuatro partícipes
durante el desarrollo de su coloquio.
En lo adelante veremos a través de ejemplos pertinentes, los reajustes que
se produjeron en el repertorio castellano a partir de esa época. De la misma
forma seremos testigos del surgimiento de nuevos sociolectos, o imperantes
neologismos sociolingüísticos que, a la postre enriquecerán positivamente la
lengua de Castilla. En el siguiente cuadro se ofrecen datos concretos que
ejemplifican la selección de sociolectos y otros recursos pertinentes:

                                                            
10En la página 40 de este trabajo se ha presentado un bosquejo que trata sobre el reajuste
diacrónico de ‘vos’ + ‘otros’ > ‘vosotros’. La metamorfosis de estos recursos se habría
consolidado antes del siglo XVI. La lexicalización produce el conocido ‘vosotros’.

 
 
152
Ana Emilia León 
 
Cuadro No. 24
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 148 28.8%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Os’ 321 62.6%
‘Vosotros’ 43 8.4%
‘Tú’ 1 0.2%

2. Diálogos de diferentes materias escritos por Damasio de Frías.


Damasio de Frías y Balboa (en lo adelante Damasio) pertenecía a la clase social
de hidalgos pobres que debían arrimarse a grandes señores para sobrevivir. Este
personaje cursó estudios en Salamanca, tal vez como acompañante de algún
miembro de la nobleza. Sirvió al almirante Luis Enríquez, que de cierto modo
hizo de él un “cortesano”. Aparentemente, la pobreza le había trastornado la
vida, aunque esta desventaja le ofreció un gran incentivo de superación. No
obstante, esa condición (E. Asensio, 1975: 234) de inopia lo encerraba en su
situación de hidalgo pobre que, confinado en servidumbres sociales se refugia
en la convicción íntima del valor decisivo e intrínseco de la persona. “¿Cómo
sufrirá el hidalgo español, nacido y criado con una libertad nobilísima y con
ánimo exento y tan brioso en toda su pobreza verse maltratar o estimar en
poco?” (Discreción, 178). Sus diálogos, no acabados de limar y no impresos en su
tiempo, anticipan posiciones intelectuales venideras en la subsiguiente centuria.
Seguidamente se analizan dos de los diálogos de este renombrado autor:

2a. Diálogo de amor.


Esta obra ofrece un diálogo entre Dórida y Dameo. Se observa cierto ritmo y
tensión dramática entre ambos copartícipes; el joven Dameo es enamorado y
maestro, y Dórida, a la vez, amada y discípula. Uno de los fenómenos que se
destacan en esta obra es la ausencia del uso de ‘vos’ singular o plural en los
actos comunicativos. La sorprendente incursión de ‘tú’ a lo largo de toda la obra
es una característica impactante, que contiene matices renacentistas. Los dos
partícipes del diálogo se aplican recíprocamente el sociolecto ‘tú’ en los actos de
habla. Dameo permanentemente se dirige a su interlocutora Dórida con ‘tú’,
ésta responde con el mismo sociolecto a su copartícipe. El uso asignado de los
respectivos sociolectos contiene la siguiente distribución:
Dameo a Dórida usa el ‘tú’ 68 veces. Dórida a Dameo también emplea el
‘tú’ 39 veces. Al unir estas dos cifras se acumula un total de 107 veces entre los
dos. A continuación se ofrecen algunos ejemplos de la distinción recíproca
entre Dameo (Da.) y Dórida (Do.):
153
Ana Emilia León
 
Da. a Do. –Dime, Dórida: ¿Cuándo tú, por ventura, oyes hablar de […] p. 297
[Y – Y]

Da. a Do. –Agora mira tú señora, si por ventura […] p. 303.


[Y – Y]

Da. a Do. […] Dime, suplícote, Dorida mía: ¿entiendes tú de éstas que […] p. 346.
[Y – Y]

Do. a Da. −¿Y tienes tú por buena mi difícil creencia? p. 280


[Y – Y]

Do. a Da. – No sé. Dilo tú. […]. p. 310 [Y – Y]

Do. a Da. […] − ¿Y esas cosas no entiendes tú que son malas […] p. 34
[Y – Y]

Do. a Da. – Cierto, tú tienes razón, que esos remedios […]. p. 374.
[Y – Y]

Por medio del cotejo de este diálogo se han extraído datos que revelan la
primordial aplicación de ‘tú’ entre ambos partícipes. Por lo tanto, se destaca
una vez más el preferente uso de ‘tú’ humanístico en situaciones de íntima y
recíproca interacción, mientras que se acentúa el rechazo de ‘vos’ como
sociotratamiento recíproco (simétrico).

Cuadro No. 25
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 0 0%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Tú’ 107 100%

2b. Diálogo de la discreción.


Algunos críticos aseveran que este diálogo se terminó de escribir el 17 de agosto
de 157911. A continuación se transcriben algunos ejemplos con parlamentos de
los tres hablantes que participan en el coloquio: Lucio (L), Damasio (D), y
Phanio (P).

L. Don Diego fue sin duda el que ‘vos’ decís… p. 4


L. ‘Vos’ cierto me tratáis como a niño… p. 8
                                                            
11 Para este estudio se ha cotejado el texto de los Diálogos de Damasio de Frías, publilcado en

Madrid por “Críticos”, en el año 1929. Francisco Rodríguez Marín firma la introducción de la
edición.

 
 
154
Ana Emilia León 
 
L. No ignoráis ‘vos’ que siempre las cosas se dicen… p. 8
L. Es lo que decís mucha verdad. Pero ‘vos’ porque no os canséis… p. 16
D. Yo ignoro metafísica, ‘vos’ Medicina… p. 25
D. A ‘vos’, si por ventura no supiérades el arte de pintar… p. 25
D. Mas con todo eso, ‘vos’ pensad que la necedad… p. 33
D. En eso yo no siento con ‘vos’, ni ‘vos’ deberíades tener… p. 47
P. De ‘vos’ sé yo, a lo menos, que de deudas… p. 1
P.… y ‘vos’ también no podéis cumplir con lo prometido… p. 26
P. ‘Vos’ luego tenéis por diversos el fin del oficio. p. 63
P…Pregúntoos: ¿tenéis ‘vos’ por mala en el discreto la confianza…p. 99

En este coloquio no hay alternancia entre ‘vos’ y ‘tú’, solamente se aplica


indistintamente el sociotratamiento ‘vos’ para la comunicación entre el emisor y
el interlocutor. Por lo tanto, es virtual la ausencia de ‘tú’ y la preferencia de su
adversario. Este detalle se ha tratado de explicar con más profundidad, por la
caótica desaparición del repudiado sociotratamiento que nos ocupa. Seguiremos
tratando de dilucidar esta trayectoria diacrónica, y el definitivo reemplazo de
‘vos’ por su antogónico rival ‘tú’.
Anteriormente se han señalado ejemplos donde solamente aparece la
aplicación de ‘tú’. No obstante, extrañamente, se robustecerá la actuación de
éste en el futuro; consecuentemente, ‘tú’ llegará a ser el recurso oficial que
verdaderamente destronará a su oponente ‘vos’, para luego apoderarse del sitial
de honor que ostentase su rival durante más de cinco siglos en el repertorio
castellano. Gracias al superestrato latino llegan ‘tú’ y ‘vos’ al entorno peninsular,
aunque la innata rivalidad no cesó hasta quedar eliminado el más débil. El
binomio en referencia recibirá a la postre, otro candidato conocido como
‘vuestra merced’ > ‘usted’.
Cuadro No. 26
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 75 100%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Tú’ 0 0%

3. La lozana andaluza.
Esta obra de Francisco Delicado fue publicada anónimamente en Venecia en
1528 y, permaneció sin paternidad hasta que en 1857 la descubrió Pascual de
Gayangos12. Es el diálogo el elemento que urde la trama y, a su vez conforma la
acción central de la producción, por lo tanto se trata de una novela dialogada,
con rasgos y similitud relacionados con La Celestina. La narración es un mosaico

                                                            
12 Véase José María Díez Borque. Historia de la Literatura española. Madrid. 1974.
155
Ana Emilia León
 
de costumbres, alegatos sobre corrupciones y, en especial la denuncia de
inmoralidades eclesiásticas (que tal vez tengan un referente común: el saco de
Roma 1527). El personaje femenino es una española que se desenvuelve en los
medios de la prostitución, alcahueterías y picardías. Delicado afirma al final de
su novela que ha escrito una “historia compuesta en retrato, el más natural que se
pudo”, paladina declaración de realismo, en verdad conseguido13.
Lingüísticamente, resaltan similares contrastes como los que se establecen
en La Celestina, puesto que en la mayoría de los actos comunicativos se usa ‘vos’
singular y sus respectivos paradigmas verbales, tales como: “Viváis vos”;
“¡muncho sabéis vos!”; “id vos”; “Salí vos”; “quiero que ‘vos’ misma se lo
pongáis”; “Ansí veáis ‘vos’ de lo que paristes”; “A ‘vos’ muchas gracias,
señora”; “Entrá ‘vos’ y mirá”; “no tenéis ‘vos’ ojo de estar Virgen”; “Abridle
‘vos’ la puerta”; “Esto no sabíedes ‘vos’”; “tenéis ‘vos’ palabra”; “Y si queréis
que esté con ‘vos’”; “Pues vení acá, que eso mismo quiero yo, que ‘vos’ estéis
comigo”; “¿Cómo lo sabéis ‘vos’?”; “Y ‘vos’, pariente ¿qué buscáis?”; “Si para
‘vos’ se hiciera”; “nos iremos tras ‘vos’”; “Vení ‘vos’ y veréis el gallo”; “‘Vos’
sois tal y haréis tales obras”, etc.
Este pronombre comunicativo ‘vos’ es el recurso tradicional que ofrece
intimidad, confianza, exiguo respeto, amistad, y sobre todo, la fórmula escogida
para trato simétrico entre grupos de la clase social llana. Por ejemplo, la Lozana
Andaluza trata de ‘vos’ a todos sus iguales e inferiores, aunque a veces les aplica
el ‘tú’. A continuación se transcriben algunos ejemplos sobre los actos de habla:
“¿Mochacho eres ‘tú’?”; “¡Dilo ‘tú’, por mi vida!”; “Va ‘tú’, Penda, […]”;
“Calla y toma, que eres necia. Vete ‘tú’ arriba […]”; “[…] el dinero en la una
mano, y en la otra el ‘tú’ m’entiendes, y ojalá fuese ansí”; “¿Por qué no le dices
‘tú’ a ese vizcaíno que me hable, […]”; “Y ‘tú’ si quieres ser hermosa,”; “¿Quién
sabe si ‘tú’ algún tiempo me habrás menester?”; “que ‘tú’ serás aún con el
tiempo cortesana”; “sino que ‘tú’ estás ciega con este vizcaíno”; “yo sé dónde
serías ‘tú’ señora,”; “Tómala ‘tú’”; “que más sé yo que no ‘tú’ ni cuantas
nacieron,”.
En cuanto a ‘vuestra merced’, se observa que su uso asimétrico es para
expresar: respeto, consideración y cortesía sociocultural:

208. “y la otra porque demandé de ‘vuestra merced’”. p. 206. (La Lozana a la


napolitana). [Z-Z]

209. “Señor, sí; que espere ‘vuestra merced’”. p. 262. (Rampín al Maestresala). [Z-Y]

                                                            
13 Véase Carlos Blanco Aguinaga, et al. 1979. Historia de la Literatura española. I. Madrid. p. 233.

 
 
156
Ana Emilia León 
 
210. “Señor, sí; todas dos empanadas que me envió ‘vuestra merced’ comí”.p. 268. (La
Lozana al valijero). [Z-Z]

211. “Mándela ‘vuestra merced’ subir, que poco le falta”. p. 284. El Canónigo a la
cortesana. [X-Y]

212. “me habían dicho que ‘vuestra merced’ estaba...” p. 285. La Lozana a la cortesana.
[Z-Y]

213. “¡Señora, no! Mire ‘vuestra merced’”. p. 295. El compañero a la Lozana. [Z-Z]

214. “Como ‘vuestra merced’ mandare”. p. 301. Un paje a la Lozana. [Z-Z]

215. “[…] en este mundo sino a ‘vuestra merced’ que me tira el sangre”. p. 310. La
Lozana al Comendador. [Z-Y]

216. “¡Voto a Dios que es ‘vuestra merced’ española!” p. 312. El palafrenero a la


Lozana. [Z-Z]

217. “Señora Lozana, ¿qué es eso? ¡Alegre viene ‘vuestra merced’!” p. 331. Trinchante a
la Lozana. [Z-Z]

218. “¿Qué buscáis, señora Lozana? ¿Hay en que pueda el hombre servir a ‘vuestra
merced’?”. p. 335. El escudero a la Lozana. [Z-Z]

219. “Qué su ‘vuestra merced tiene ciertos defectos que dicen, será vuestra merced
perder los ducados y yo mis pasos". p. 356. La Lozana al patrón. [Z-Y]

220. “¿Tiénela ‘vuestra merced’ en casa?”. p. 399. Silvano a la Lozana. [Z-Z]

221. “Señora Lozana, ‘vustra merced’ me perdone,” p. 410. Trujillo a la Lozana. [Z-Z]

Hasta aquí ha quedado claro que la interacción entre hablantes presentaba


‘tú’ como ínfimo recurso comunicativo; además generaba apelación ofensiva,
denigrante, y nada amistosa. Aunque entre hablantes de clase llana o baja
algunas veces empleaban éste como señal de solidaridad (simetría); a veces lo
mezclaban con ‘vos’, pero nunca ofrecían ‘vuestra merced’. Con este sociolecto
se rendía al receptor más respeto, distancia y reverencia.

Por ejemplo, la Lozana al reñir con otra prostituta la trata de ‘tú’:


222. “¡Ándate ahí, puta de Tesalia, con tus palabras y hechizos!, que más sé yo que no
‘tú’ ni cuantas nacieron […]”. p. 427. La Lozana a una prostituta. [Z-Z]

La diversidad de personajes que aparece en esta obra se mantiene firme;


aunque predomina un grupo social representado por las protitutas y los pícaros.
157
Ana Emilia León
 
Sin embargo, este grupo tiene contacto con hablantes de estratos sociales
elevados (asimétrico). Fuera de este entorno, los partícipes evitan el indigno
‘tú’; por lo tanto, cada vez más hay un acercamiento hacia ‘vuestra merced’, que
se revestía de prestigio y aceptación general. Con este recurso no se ofendía al
interlocutor, tampoco importaba su clase social. Come se sabe, los partícipes
evitaban cometer errores que pusieran en peligro la integridad personal de
ambos. Por consiguiente, ‘vos’ era el recurso preferido para el coloquio entre
personajes de clase media; mientras que ‘tú’ se usaba para agraviar o acompañar
injurias de parte del hablante hacia su interlocutor de menor jeraquía social.
Éste era considerado un antídoto despreciativo en contraposición con la aureola
que emanaba ‘vos’. De todos modos, la alternancia de ambos ya lucía un poco
inestable y confusa.
A partir de esta época, el porvenir de ambos se trastoca, y obviamente, se
va generando una decadencia en el panorama de ‘tú’. Está claro que para la
primera mitad del siglo XVI ‘vos’ y ‘vuestra merced’ se habían apoderado del
campo semántico que ostentase el ‘tú’ humanístico (hispano peninsular). Es
impresionante observar el vuelco que han dado las formas de tratamiento
después de La Celestina. En esta obra de Fernando de Rojas, también se acentúa
el negativo devenir de ‘vos’ singular. Solamente se utiliza entre rufianes y
pícaros, aunque en algunas oportunidades, inexplicablemente, el autor lo genera
para dirigirse a su receptor. Caso contrario ocurre en La Lozana, en este texto, el
pronombre de menos prestigio es ‘tú’; mientras que ‘vos’ se arraiga en el
coloquio de confianza y solidaridad igualitaria (simétrico). Si los hablantes no
pertenecían al mismo nivel social, éstos recurrían a la fórmula ‘vuestra merced’
como tratamiento distante para ofrecer respeto y consideración (asimétrico). El
arraigo de ‘vuestra merced’ de acuerdo con los textos en lengua escrita que
hemos cotejado se hace más frecuente a partir de las postrimerías del siglo
XIV, y principio de la siguiente centuria. Distantemente, los primeros ejemplos
que hemos detectado en el análisis que nos ocupa, se han encontrado en: (1)
El Conde Lucanor de Don Juan Manuel [1335], y (2) en el Arcipreste de Talavera o
Corbacho [1470], entre otros contemporáneos. Indiscutiblemente, tras una
centuria que concurre se generan neologismos que deben cumplir una misión
reformadora. Había que modernizar el repertorio sociocomunicativo de la
cantera peninsular castellana.
Ejemplos de las formas de tratamiento que se observan en La lozana
andaluza:

 
 
158
Ana Emilia León 
 
Cuadro No. 27
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 339 40.6%
‘Os’ 268 32.1%
‘Vuestra merced’ 135 16.2%
‘Vuestra señoría’ 22 2.6%
‘Su merced’ 19 2.3%
‘Tú’ 52 6.2%

4. Farsas.
Diego Sánchez de Badajoz14 es autor de varias obras de teatro en el siglo XVI.
Este autor le tocó vivir un frágil equilibrio entre la nueva mentalidad renaciente
con valores paganos como modelo, valoración del dinero y lo urbano con
mentalidad moderna junto con el concepto moral de la religión católica15. En
sus Farsas se refleja el acontecer histórico y el ritmo cotidiano del vivir
renacentista español. Veamos a continuación algunas formas de tratamientos
que se expresan en esta composición:

Farsa Theologal.
223. “No se quijo, en fin, vengar
mi muger son con manzilla:
no creáis que hombre en Castilla
me supiera así sanar”. [+nom.]. 157-60.
El pastor a su interlocutor. [Z-Y]
224. “Mucho más roín sois ‘vos’. [+nom.]
He, mirá, ¿creis en Dios? [+nom.]
Si queréis, habrá a la clara [+nom.]
o andá mucho noramala". [+nom.]
244-247. El pastor al teólogo. [Z-Y]
225. “¡Ballesta! ¡Hi de roín!
No me avéis ‘vos’ de cazar. [+nom.]
887-889.
Ora ‘vos’, señor, ¿qué avéis? [+nom.]
¿De qué estáis tan espantado?". [+nom.] 905-906.
El pastor al soldado. [Z-Y]

226. “¡O, Virgen nuestra Señora!,


que a todos rescibe Dios,
¿por qué me desecháis ‘vos’? [+nom.] 1025-1027.
El soldado a la Virgen. [Z-X]
                                                            
14 Se supone que Diego Sánchez de Badajoz escribió s0us obras entre 1525 y 1547. Para el cotejo

de Farsas usaremos la edición de José María Díez Borque. 1978. Madrid.


15 Véase Edición de José María Díez Borque. Op. cit., p. 14.
159
Ana Emilia León
 
227. “¿sabéis qué siento de ‘vos’? [-nom.]
que es vuestro mal de locura”. 1355-1356.
El cura al soldado. [Y-Z]

Farsa del colmenero.


228. “¿Qué? ¿An no dezís buenos días? [+nom.]
¡Do al diabro el pensamiento!
Sin hazer mesura entráis; [+nom.]
¿no podéis dezir sin pena [+nom.]
o que estemos norabuena
o “En ora mala vengáis”? [+nom.] 191-196.
El pastor al fraile. [Z-Y]

229. “Necio, mucho os desmandáis; [-nom.]


esperá, dun majadero.197-198.
El fraile al pastor. [Y-Z]

230. Ta, ta, hermanos, no rináis. [+nom.]pl. p. 200.


El labrador al pastor y al fraile. [Z-Y]

231. ¿La hoce queréis? Tomá. 236. [+nom.]


‘Vos’ mirá, si queréis paz. 245. [+nom.]
El labrador al fraile. [Z-Y]

232. El labrador ‘vos’ lo cuente, [-nom.]


pues dellos habráis primero;
atrás queda el colmenero
pues en fin, fin, somos gente. 329-332.
El pastor al fraile. [Z-Y]

233. Bien podéis, señor, creer [+nom]


que pasa cien mil tormentos. 349-350.
El labrador al fraile. [Z-Y]

El aspecto interesante que se observa en estas farsas es el régimen


condicionado de sociotratamientos. Se usa ‘vos’ en situaciones asimétricas, en el
momento que uno de los hablantes no pertenece a la misma clase social de su
interlocutor. Por ejemplo, se observa una notable distinción en la comunicación
desde un inferior hacia un superior: póngase atención a la situación del pastor o
el labrador hacia el fraile. Aquí no hay contacto oral simétrico, puesto que no
pertenecen a un mismo estrato social. Se debe observar cuidadosamente, un
detalle importante sobre las invocaciones que se hacen a la Virgen.
Anteriormente, se usaba ‘tú’ para dirigirse a Dios y la Virgen, sin embargo, en
estas obras se usa directamente el ‘vos’ (1025-1027). Los actos comunicativos

 
 
160
Ana Emilia León 
 
entre partícipes de la clase baja, como los pastores y los labradores usan ‘tú’
recíprocamente. No obstante, el fraile, generalmente les habla a los pastores y
labradores con la forma ‘tú’, aunque éste sólo reciba ‘vos’ de ellos (trato
asiméterico). Por lo tanto, los hablantes de menor categoría se dirigen a un
superior [Z-Y] empleando ‘vos’; mientras que los de estatus superior hacia los
inferiores aplican el estigmatizado ‘tú’ [Y-Z], tal como se observa en la situación
asimétrica descendente que corresponde al caso del fraile y el teólogo. El resto
de actos socio comunicativos en obras precedentes, se manifiesta tal como lo
hemos señalado anteriormente. La función de ‘tú’ y ‘vos’ está marcada por
estrictos parámetros en cuanto a su asignación personal, aunque la cantidad en
que se usa ‘tú’, no difiere mucho de las 75 veces que aparece su homónimo
‘vos’.
Cuadro No. 28
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 75 54.7%
‘Vos’ plural 4 2.9%
‘Tú’ 58 42.3%

SOCIOTRATAMIENTOS EPISTOLARES (DIVERSOS)

5. Epistolario del III Duque de Alba, Don Fernando Alvarez de Toledo16 (1572-
1581).

234. Al secretario Aguilón. 1572.


Magnífico señor: A los 19 os escribí / por la misma razón que ‘vos’ decís / del oficio
que veréis por la copia de la carta / lo haréis ‘vos’ solo. p. 98.

235. A Gabriel de Zayas. 1572.


Muy magnífico señor: Muy bien ha parecido en las provisiones de S.M. la diligencia
que v.m. ha puesto en hacerme merced / Vuestra Merced verá /. p. 167. A Antonio
Lara. 1572.
Magnífico señor:.. luego en diligencia para advertiros / que al recibir ésta habléis /y
les digáis / hallarán el dinero, y ‘vos’, señor, os vendréis con ellos y me avisaréis /. p.
192.

236. A Sancho Dávila. 1572.


Muy magnífico señor: / como ‘vos’ decís / ‘Vos’, señor/ como sabéis / todavía fío de
‘vos’.

237. A Diego González Gante. 1573.


                                                            
16Para el análisis de estas epístolas usaremos la recopilación de éstas editada por Real Academia
de la Historia. 1952.
161
Ana Emilia León
 
Magnífico señor: Habiendo visto el buen suceso que ha tenido Sancho Avila, como
habréis entendio, me ha parecido avisaros / aquel negocio que sabéis / lo hagáis así y
habléis con / De lo que ‘resolviéredes’ / me avisaréis. pp. 361-362.

238. A Juan Moreno. 1573.


Primo: /por el cuidado que habéis tenido / del trabajo que habéis puesto / y diligencia
con que os empleáis / Parece debéis ir / por los respectos que decís / ‘Vos’ me avisad
/ Cada día me iréis avisando. p. 367.

239. A Francisco Verdugo. 1573.


Magnífico señor: He recibido la carta que, señor, me escribistes y visto lo que en ella me
decís / que os empleáis en todo / de lo que habéis servido y servís tendré yo la cuenta /
me ha parecido más conveniente ordenaros asistáis /hasta que tengáis otra orden mái /
así os pido lo hagáis como yo de ‘vos’ espero. p.373.

240. A Don Juan de Austria. 1573.


Ilustrísimo y excelentísimo señor: Beso las manos de v.e. muchas veces por la merced
que me ha hecho con su carta / Como v.e. habrá entendido /Yo, a Dios gracias, me
hallo con salud y deseo entender que v.e. la tenga siempre. p. 380.

241. A Don Fadrique de Toledo. 1573.


Hijo: Acaba de llegar Albornoz, de quien he entendido la buena disposición en os
hallábades / Cerca de la intención que tenéis / lo que ahí les habéis dado / os encargo
/ porque os hará / para lo que pretendéis. (De letra del Duque.) Pienso sería bueno
+trujésedes con ‘vos’ a Don Fernando. pp.467-468.

242. Al Duque de Saboya. 1573.


Ilustrísimo y excelentísimo señor: He recibido la carta de v.e. / Beso las manos a v.e. /
señor v.e. lo debe todo / justo que v.e. se alegre / .Beso a v.e. muchas veces las manos
/. p. 448.

243. A Juan de Vargas Mexía. 1573.


Muy magnífico señor: / le escribistes habíades negociado / y ‘vos’, señor tenéis mucha
razón / habéis de hacer / diréis al señor Duque / a pagar sus deudas y ‘vos’ señor,
habéis de tener cuidado / que tenéis / que en ello fuéredes haciendo me avisaréis /
ternéis. p.447.

Son muy pocas las formas de tratamiento que utiliza el Duque de Alba.
Sencillamente, ‘vos’ aparece con más regularidad de lo que se observa en obras
anteriores. Lamentablemente, el compendio donde se publican estas epístolas,
no ofrece otros detalles sobre la relación personal del Duque y sus destinatarios.
El Duque usa ‘vos’ hacia todos sus receptores epistolares, incluyendo su hijo;
con excepción de pocos casos de v.m. (vuestra merced), v.e. (vuestra
excelencia), etc.

 
 
162
Ana Emilia León 
 
En este cotejo, hemos encontrado dos formas verbales de imperfecto de
subjuntivo con retención de la -d- intervocálica. Esta variación y la fecha en que
se escribe, puede considerarse como un “arcaísmo”. Se supone, que en la
segunda parte del siglo XVI ya este sistema del subjuntivo se había modificado
totalmente. De todas formas este dato es interesante debido a que nos ilustra el
arraigo de estas formas verbales en la lengua escrita. No sabemos si la lengua
oral ya la tenía eliminada, tampoco es fácil detectar cuándo se logra su total
extinción. Sin embargo, el aporte de estas epístolas para el análisis de este
trabajo, se basa en que el ‘vos’ y no el ‘tú’ era la forma de tratamiento para tratar
con respeto, distancia, y tal vez confianza. Tal es el caso que ofrece la carta del
Duque a su hijo. Es importante observar que ‘tú’ ya no se usa como tratamiento
de categoría paralela al ‘vos’. Es ‘vuestra merced’ la que sirve para tratar a un
interlocutor de más respeto que el ofrecido por ‘vos’. A todas estas formas se
anteponen los tratamientos hacia la monarquía, y de igual forma, lo que se
dirigía a la nobleza en general.
*No se ofrecerá un cuadro de estos ejemplos debido a su calidad epistolar.

6. Libro Primero de las Epístolas familiares de Fray Antonio de Guevara.


Las epístolas de Fray Antonio de Guevara [1480-1545] están recogidas en dos
tomos editados por José María de Cossío17. Durante el transcurso del siglo XV
fue aumentando la tendencia de escribir cartas. Con mayor ahínco lo hacían los
autores que deseaban incorporarse al movimiento humanista: saber escribir
cartas vino a ser como un modo de darse a conocer como hombre culto y
moderno. Lazos de amistad entre los propios humanistas engendraban
relaciones, más o menos superficiales, siendo la carta, el vehículo que mantenía
la actividad comunicativa entre los hombres del Renacimiento. La imprenta y el
renacer de las lenguas vernáculas fue el impacto positivo que contribuyó a
engrandecer el género epistolar.
Las Epístolas familiares de Guevara, se imprimieron en 1539 (primera parte) y
la segunda en 1541. Con esto se lanza la carta cortesana por el camino de la
publicación selectiva. El influjo de la retórica y sus cánones renacentistas en las
cartas de Guevara, podría ser una desventaja contextual para nuestra
investigación. Sin embargo, procederemos a analizar algunas de éstas, a fin de
comprobar si este género epistolar era un ejercicio retórico, típico del
Renacimiento. De todos modos, seguiremos aventurándonos en el estudio de
la trayectoria de las fórmulas de tratamiento. A continuación se citan
fragmentos de las misivas:
                                                            
17Libro Primero de las Epístolas Familiares de Fray Antonio de Guevara. Edición de José María Cossío.
1950. Madrid.
163
Ana Emilia León
 
244. Al Condestable Don Íñigo de Velasco.
Muy Ilustre señor y cesáreo capitán: / agora que estáis en la guerra / bien se sufre
escribáis en papel grueso / ‘Vos’, Señor, lleváis empresa justa/ Mirad, Señor, mucho
por ‘vos’ / En lo demás que me mandáis / que ruegue a nuestro Señor dé a Vuestra
Señoría, y a mí su gloria. 1522. I. pp.48-52.

245. A Don Pedro Girón.


Villoria, vuestro solicitador y criado, me dio una carta suya aquí en Burgos / Sabed,
Señor, que las condiciones de vuestra carta eran ser de papel grueso; la tinta, blanca; lo
renglones, tuertos; las letras trastocadas, y la razones borradas; de manera que ‘vos’,
Señor, la escrebistes a la luna, o algún niño que era aprendíz en la escuela/ Por lo que
os quiero y por lo que os debo os aviso y ruego, Señor, de que aquí adelante toméis
estilo de mejorar la letra. 1523. I. pp. 65-72.

246. Al Marqués de Pescara.


.../me dieron una letra de Vuestra Señoría / ‘Vos’, señor, sois christiano / porque
después hagáis lo que debéis / En esto veréis, señor / que os deseo salvar / pués hagáis
lo que debéis / Y si no sabéis lo que sois obligado / que lo sepáis / a vuestros
descendientes / cual os dexaron a ‘vos’ vuestros antepasados / que toméis cosejo con
los hombres expertos y ancianos. 1523. I. Pp.80-86.

247. Al Duque de Alba.


Vuestra Señoría / A mí, señor, me pesa de todo corazón que hayáis estado malo /
Creedme, señor Duque, y no dubdéis. 1524. I. pp.162-65.

248. Al Gobernador Luis Bravo.


Noble y descuidado señor: / averiguada la edad que tenéis y sabida la vida que hacéis, ni
en ‘vos’ hay nobleza ni en vuestra vida limpieza / Si ‘vos’ no me engañastes / y de
haber sobre ‘vos’ tornado /como ‘vos’ / que pues ‘vos’ me escrebís / a ‘vos’ avisado
de vuestra desvergüença y a ‘vos’ avisado de vuestra porfía / a los semejantes viejos que
‘vos’ no los llamamos / En tal edad como la vuestra, no sois ya para pintar motes / lo
que con tales viejos como ‘vos’ / ‘vos’ os hallaréis burlado y de sus manos muy bien
pelado. 1529. I. pp. 218-24.

249. A Doña María de Padilla.


Muy magnífica y desaconsejada señora: / Decís señora, en vuestra carta que vistes la
carta que envié a vuestro marido / A lo que decís, señora / a vuestro marido escrebir,
‘vos’, señora, / Si queréis a vuestro marido hacerle maestre de Santiago, otro camino
habéis de tomar / sino ‘vos’ señora / Descendiendo ‘vos’, señora / Suelen ser las
mugeres naturalmente piadosas, y ‘vos’ señora, sois cruel / y agora se quexa Castilla
no que se revolvió por ‘vos’, sino que la revolvistes ‘vos’. 1522. I. pp. 317-23.

250. A Don Francisco de Mendoça.


La cuestión que agora, señor, me demandáis y la duda sobre que me consultáis / Es
pues, vuestra duda y demanda querer saber de mí qué harán dos hombres de bien
cuando se topan; es a saber, con qué palabras se han de saludar cuando se ven y qué
dirán el uno al otro cuando se despiden.

 
 
164
Ana Emilia León 
 
251. No es de los pequeños primores de corte saber, cada uno en su estado, cómo ha
de hacer la reverencia, qué tanto ha de quitar la gorra, si se levantará de la silla, o si
saldrá a la puerta, y qué se han de decir al tiempo de se hablar, para que no los noten de malos
cortesanos, o los acusen de muy groseros. A uno que meresce “merced” decirle “vos” y
al que meresce “vos” decirle “merced”, y al que meresce “ilustre” llamarle “magnífico”,
y al que meresce “magnífico” llamarle “reverendo”, y al que meresce “noble” llamarle
“virtuoso”, y al que meresce “virtuoso” llamarle “pariente y amigo”, no le va más al
que esto escribiere o dixere de condenarle por nescio o pregonarle por mal criado. /
Cuanto a lo que queréis saber de mí, es a saber, cómo se ha de saludar un hombre a
otro cuando se toparen de nuevo, sé os decir que ni lo osaría aconsejar, ni menos
determinar, porque esto esto no se alcança por escritura, sino que se ha de ver la
costumbre de la tierra. /Dexados aparte los principios por se notos y las máximas
naturales de filosofía / en todas las otras costumbres morales y rurales hemos de estar
a lo que el vulgo hace y a lo que la costumbre quiere. Por haceros placer y en algo
satisfacer, lo que yo haré será relataros aquí lo que en este caso los siglos pasados hicieron,
y lo que en nuestros tiempos se hace.

252. Acá, en esta nuestra Castilla, es cosa de espantar, y aun para se reír, las maneras y
diversidades que tienen en se saludar, así cuando se topan como cuando se despiden, y
aun cuando se llaman. Unos dicen “Dios mantenga”; otros dicen “mantengaos Dios”;
otros, “enhorabuena estéis”, y otros, “enhorabuena vais”; otros, “Dios os guarde”;
otros “Dios sea con ‘vos’”; otros, “quedaos a Dios”; otros, “vais con Dios”; otros,
“Dios os guíe”; otros, “el ángel os acompañe”; otros, “a buenasnoches”, otros, “con
vuestra merced”; otros, “guarde os Dios”; otros, “a Dios”, señores”;otros, “a Dios,
paredes”, y aún otros dicen “¿hao quién está acá?”

253. Todas estas maneras de saludar se usan solamente entre aldeanos y plebeyos y no
entre los cortesanos y hombres polidos, porque si por malos de sus pecados dixese uno
a otro en la corte “Dios mantenga” o “Dios os guarde”, le lastimarían en la honrra y le
darían una grita.18

254. El estilo de la corte es decirse unos a otros “beso las manos de vuestra merced”,
otros dicen “beso lo pies a vuestra Señoría”, otros decen “yo soy siervo y esclavo
perpetuo de vuestra casa”. / Lo que en este caso siento es que debía ser el que esto
inventó algún hombre vano y liviano, y aun mal cortesano; porque decir uno que
besará las manos a otro es mucha torpedad, y decir que le besa los pies es gran suçiedad.
1533. II. pp. 48-53.

Con esta última epístola de Fray Antonio de Guevara se podrá entender


mejor el esquema sociocomunicativo del siglo XVI. A pesar de que él no nos
                                                            
18 Hay una similitud en los matices denigrantes, tal como aparece en el Lazarillo de Tormes:
“Acuérdome que un día deshonré en mi tierra a un oficial, y quise ponerle las manos, porque cada
vez que le topaba me decía: ‘Mantenga Dios a Vuestra Merced’ ‘Vos, don villano ruin —le dije yo
[…]’. Aunque habían pasado más de veinte años, la carga ofensiva de ´vos´ prescribe lo que dice
Fray Antonio de Guevara.
165
Ana Emilia León
 
dice nada sobre el uso de ‘vos’ / ‘tú’ en el círculo de los hablantes, que no se
consideraban ‘cortesanos’, ‘aldeanos’ ni ‘plebeyos’ según su personalizada
clasificación. No obstante, para esa época se sobrentiende que, ‘tú’ en situación
asimétrica −no saldría de la boca de ningún cortesano−; solamente se aplicaba
entre hablantes de ínfima ralea, o de clases sociales distantes de la cortesanía.
Aparentemente, ‘vuestra merced’ era la fórmula de cortesía más adecuada para
el tratamiento entre distinguidos cortesanos, mientras que ‘vos’ seguía en
coexistencia con ‘vuestra merced, que posteriormente se convertiría en ‘vusted’
para luego llegar a establecerse como ‘usted’.
Es interesante observar la crítica de Guevara ante los cortesanos que usan
“bésoos las manos” o “bésoos los pies”:
“...porque decir uno que besará las manos a otro es mucha torpedad, y decir que le
besa los pies es gran suçiedad”. p. 51.

Luego se agregan diversas razones para evitar el acercamiento físico:

“... porque con las manos limpiámonos las narices, con las manos limpiamos la lagaña,
con la mano nos rascamos la sarna y aun nos servimos con ellas de otra cosa que no es
para decir en la plaça. Cuanto a los pies, no podemos negar sino que por la mayor parte
andan sudados, traen largas las uñas, están llenos de callos y andan acompañados de
adrianes y aun cubiertos de polvo o cargados de lodo”. II. pp. 51-52.

A pesar de las referencias que Guevara hace de su ascendencia y de su


constante reafirmación: “caballero y no comunero”, no parece estar de acuerdo
con algunas formas de tratamiento que usan los cortesanos. Veamos lo que él
añade a la crítica que hace en su epístola:

...”Bien tengo yo creído que hay en las cortes de los príncipes más de diez hombres, los
cuales, aunque se ofrescen de besar los pies y manos a otros, holgarían antes de
cortárselas que no de besárselas”. II. p.52.

Guevara fue paje del hijo de los Reyes Católicos, predicador y cronista real,
inquisidor y obispo. Es por ello que debido a su experiencia en la corte se
exprese de esa manera sobre las lisonjas e insensatas reverencias que se
expresaban mutuamente los cortesanos. Sea lo que fuese, este franciscano es
uno de los pocos escritores que se preocupa por regular el exceso de errores
perpetrados en los actos comunicativos de esa época. Además, él reta y critica
los abusos que —según sus observaciones— no debían proseguir al iniciarse los
actos de habla asimétricos. Véase a continuación el cuadro que refleja los
números de actividades en el libro primero:

 
 
166
Ana Emilia León 
 
Cuadro No. 29
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ 265 61.2%
‘Tú’ 41 9.5%
‘Vosotros’ 23 5.3%
‘Vuestra merced’ 12 2.8%
‘Vuestra Señoría’ 88 20.3%
‘Su merced’ 1 0.2%
‘Vuestra excelencia’ 1 0.2%
‘Vuestra grandeza’ 2 0.4%

7. El Arte Poética en Romance Castellano.


Miguel Sánchez de Lima es el autor de esta obra, la cual salió de las prensas de
Alcalá de Henares en 1580. Sánchez de Lima, portugués criado en España,
vivió al servicio de don Juan Fernández Pacheco, Marqués de Villena. Su
permiso de su publicación procedía de: “Don Phelipe, por la gracia de Dios,
Rey de Castilla, [...] Por quanto por parte de ‘vos’ [+nom.] Miguel Sánchez [...],
diziendo; que ‘vos’ auiades compuesto vn libro [...] Y nos suplicastes le
mandassemos ver, y daros licencia para lo poder imprimir, y vender, o como la
nuestra merced fuesse”. p.3.

255. Diálogo segundo. Interlocutores: Siluio y Calidonio. Cali. En buena fe señor


Siluio, q nos auiamos puesto en ventura, de ni yo encontraros a ‘vos’, [-nom.] ni ‘vos’ a
mi [+nom.]. p. 48.

Sonetos.
256. Sil. Por cierto que nos quadra bien essa octaua a mi y a ‘vos’, [-nom.] y está
para el proposito la mejor que he visto. p. 64.

Sirvan estos pocos ejemplos para reforzar la hipótesis del auge


sociocomunicativo de ‘vos’. Esta obra de 1580 con carácter de diálogo, no
muestra otras formas de cortesía. A pesar de la competencia que comenzaba a
darse entre ‘vos’ y ‘vuestra merced’, sólo aquél aparece tanto de parte de los
personajes del diálogo, como del representante de la corona que extiende la
licencia.
*No se ofrecerá un cuadro debido a la calidad de estos ejemplos.
Veamos a continuación algunos ejemplos pertinentes a cuentos españoles
de la época:
167
Ana Emilia León
 
8. Cuentos españoles del siglo XVI.
Para el cotejo de éstos usaremos el libro editado por Maxime Chevalier.
COMO UN RÚSTICO LABRADOR ENGAÑÓ A UNOS
MERCADERES. (Pliego suelto de hacia 1510).

257. Marido, lo que amí me parece que debéis hacer es que vendáis el puerco /
después le llevéis a vender al mercado. Agora pues -dijo el labrador- buscad sendos
costales y meteos dentro, y yo ataros he bien y echaros he en el mismo lugar donde
vosotros me echasteis a mí. pp. 53-60.

COMEDIA THEBAYDA (1521).


258. ¡Pese a tal! ¡y qué verdadera habéis ‘vos’ salido! p. 60-61.

DICHOS GRACIOSOS DE ESPAÑOLES. (hacia 1540).


259. Un mochacho de un ciego asaba un torrezno, y su amo díjole que le diese de él, y
comióselo todo. El mochacho le preguntó que quién le dijo del torrezno; respondió que
lo había olido. Y yendo por una calle, dejóle encontrar con una esquina, y comenzóle a dar
de palos. Díjole el mochacho: Oliérades ‘vos’ esa esquina como olisteis el torrezno. p. 67.

LOPE DE RUEDA. PASO VII. (1548).


260. Agueda: --Mirad, marido: ¿sabéis qué he pensado? Que yo cogeré el aceituna y
‘vos’ la acarrearéis con el asnillo.
Mencigüela: A como decís ‘vos’, padre. Pp.78-81.

HERNAN NUÑEZ. Refranes. (1555).


261. Prestadme un azadón -Yo a ‘vos’ también, no viene bien mujer. / Díjole el cura: -
Mucho os quiero señora. / Respondió ella: -Yo a ‘vos’ también. p.84.

JUAN DE MAL LARA. Filosofía Vulgar. (1568).


262. Una hortelana era mal tratada de su marido, y cada día estaban en bregas y enojos,
según es uso y costumbre entre marido y mujer, y muchas veces decía el marido: Bien
os holgaríades ‘vos’ que me muriese, pero no os veréis en ese gozo. ¡Bien os holgábades
que yo me muriese! ¡Pues ‘vos’ me lo pagaréis, yo os tengo de enterrar! p.122-23.

*No se presenta cuadro debido a la calidad de los ejemplos.

9. Obras de Garcilaso de la Vega. (1503?-1536).


Para el cotejo de las obras de este famoso poeta renacentista, cotejaremos las
Obras Completas editada por Elias L. Rivers (1974).

SONETO II.
263. Mis lágrimas han sido derramadas
donde le sequedad y el aspereza
dieron mal fruto dellas, y mi suerte:

 
 
168
Ana Emilia León 
 
¡basten las que por ‘vos’ tengo lloradas;
no os venguéys más de mí con mi flaqueza;
allá os vengad, señora, con mi muerte!. p.69.

SONETO IV.
264. Escrito ‘stá’ en mi alma vuestro gesto
y quanto yo escrivir de 'vos' desseo: [-nom.]
'vos' sola lo escrivistes; yo lo leo [+nom.]
tan solo que aun de 'vos' me guardo en esto. [-nom.]
...quanto tengo confiesso yo deveros;
por 'vos' nací, por 'vos' tengo la vida, [-nom.] (2)
por 'vos' é de morir, y por 'vos' muero. pp.77-79. [-nom.]

SONETO X
265. ¡O dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y alegres quando Dios quería,
juntas estáys en la memoria mía
y con ella en mi muerte conjuradas!
¿Quién me dixera, quando las passadas
oras que'n tanto bien por ‘vos’ me vía, [-nom.]. pp. 93-95.

SONETO XXI.
266. seréys ‘vos’ solo eterno y sin segundo, [+nom.]
y por ‘vos’ inmortal quien tanto os ama. [-nom.]. pp. 120-121.

CARTA a fray Gerónimo Seripando.


267. Señor: / No espere vuestra paternidad un proemio de desculpas por no averos
escrito hasta agora, pp. 493-494.

Garcilaso emplea el pronombre ‘vos’ en su poesía amorosa. La carga


semántica que lleva ese ‘vos’ poético garcilaciano es de muy alta estima
sociosentimental. En los ejemplos que hemos seleccionado, no se observa el
uso de ‘vuestra merced’. En el habla literaria de los pastores de sus églogas, no
aparece ‘vos’ sino ‘tú’. Es decir, en lo que revela el sociolenguaje de estos
‘rústicos’ no estaba permitido usar sino ‘tú’, con la salvedad de que lo usaran
para comunicarse entre sí (simétrico). No se le decía ‘tú’ a una persona que no
fuera de la misma escala social a quien se debía mostrar mucho respeto
(asimétrico-respetuoso).
Tal vez esto sirva para corroborar los hechos que se observan en otros
textos de lengua escrita; que sólo las clases de nivel más bajo en la escala social
española, se trataban entre sí con el pronombre ‘tú’. ‘Vos’ seguía siendo el
elemento más elevado del sociolenguaje hispano peninsular durante el siglo
XVI. Aunque, -como veremos más adelante-, ‘vos’ seguirá en decadencia a
169
Ana Emilia León
 
partir de la segunda mitad del siglo XVI, por la competencia sostenida con
‘vuestra merced’ y ‘tú’.
*En este apartado no aparece cuadro analítico debido a la calidad de los
ejemplos.

10. Segunda Celestina.


Feliciano de Silva [1492?-1558] escribe la continuación de la Celestina que
anteriormente hubiera completado Fernando de Rojas. La primera edición de
esta obra se imprimió en Medina del Campo en octubre de 1534; luego salió
una segunda edición en 1536; una tercera en el mismo año, y la última se logró
en Amberes en 1550. Todas antes de 1559 que es cuando Valdés la incluye en
su índice. Veamos qué formas de tratamiento prevalecen en este texto, y qué
rasgos sociocomunicativos sirven como contraste entre ésta y la anterior
producción de Fernando de Rojas.

‘Vos’ Singular:
268. Dios os salve, señora hermosa. ¿Sois muda, señora, o por qué no
queréis hablar? p.125. Pandulfo a Quinicia. [Z-Z]

269....Veréis ‘vos’ el rufianazo. / [+nom.]


Veréis ‘vos’ mi hermano. / [+nom.]
Veréis ‘vos’ el desgraciado. [+nom.] p. 126.
Quinicia a Pandulfo. [Z-Z]

270....Mas ¿quién sois ‘vos’? [+nom.]. p. 143


El alguazil a Sigeril. [Y-Z]

271. ¿Quién sois ‘vos’ que lo demandáis? [+nom.]


Sigeril al alguazil. p. 143. [Z-Y]

272. Verés ‘vos’, el panfarrón. [+nom.] p. 145.


Canarín a Pandulfo. [Z-Z]

273. ¿Y qué os tengo de dar más de lo que os tengo


dado, que soy vuestra esclava? p. 151
¿‘Vos’ no lo sabéis? [+nom.]. Palana a Pandulfo. [Z-Z]

274.... ¿qué diríades ‘vos’ si tal supiéssedes


que havía hecho? [+nom.] ¿qué diríades ‘vos’
de la mala cuenta que en vuestra casa he dado?
[+nom.] p.214. Quinicia a Pandulfo. [Z-Z]

275. Mirad ‘vos’ el desgraciadazo. [+nom.] p.230.


Areúsa a Centurio. [Z-Z]

 
 
170
Ana Emilia León 
 
276.... ‘Vos’ sois la bagasa y la puerca, [+nom.]
que yo soy muger tan honrada que no merecés
‘vos’ descalçar. [+nom.] p. 344. Palana a Elicia. [Z-Z]

277. Miráme acá...que ‘vos’ me lo paguéis [+nom.]


y que yo's haga cruzar los hocicos,
porque pongáis ‘vos’ lengua [+nom.]
en tal mujer como yo. p. 346. Celestina a Palana. [Z-Z]

278....¿Y también ‘vos’ dezís donaires? [+nom.] p.420.


¡Ay, putillo, y ya ‘vos’ os desembolvéis! p.499.[+nom.].
Celestina a Grajales. [Z-Z]

279....Hijo por vida del rey,... que acá no entréis.


¿Y por cuál carga de agua, mi amor,
queréis ‘vos’ tener [+nom.]
essa jurisdicción en mi casa?
p. 515. Celestina a Albacín. [Z-Z]

280....Mirá ‘vos’ qué dichos. [+nom.]


p. 550. Elicia a Barbantso. [Z-Z]

El aspecto más interesante de esta obra es que el uso de ‘vos’ y sus variantes
sólo se presenta en las clases de más baja categoría. Por ejemplo: Celestina trata
de ‘vos’ al hombre que controla las prostitutas (Pandulfo), mientras que éste
algunas veces usa ‘tú’ y otras veces ‘vos’ ante sus interlocutores. Usualmente
este individuo usa ‘tú’ para comunicarse con las prostitutas que tiene bajo su
control (asimétrico).
El gran contraste que detectamos entre La Celestina de Fernando de Rojas y
las obras posteriores del mismo nombre, es que en la comedia “humanística”
de Rojas casi no se usa el ‘vos’ singular; los hablantes solamente usan ‘vos’ 30
veces, mientras que la presencia de ‘tú’ se observa en 263 actos comunicativos.
En cuanto a La Segunda Celestina, el uso de ‘vos’ se observa 63 veces. Sin
embargo, la aplicación de este tratamiento sobresale cuando los hablantes
aparentan ser de muy baja clase social. La impactante presencia de ‘tú’ es de 572
veces mientras que el uso de ‘vuestra merced’ es de 15 veces.
Cuando hay disparidad social, en algunos casos, el hablante que se siente
superior aunque sea de poca distinción-, se dirige a su interlocutor con el
pronombre ‘tú’: Pandulfo le dice a Palana: “No llores, amores, despecho de la
vida, que, dándome tú lo que es razón...” p.151; Palana le contesta a su vez:
Dexaos dessas rufianerías, galán, que no tengo yo toda mi vida de ser tu
esclava. Pensé en buena fe, que me vengaríades la injuria que tengo revebida a
vuestra causa, por teneros yo a ‘vos’. p.152. Esta situación es del caso oblícuo,
171
Ana Emilia León
 
no hay igualdad de condiciones socioculturales para usar el mismo pronombre o
tratamiento recíproco. La situación asimétrica es confusa.
Cabe destacar que en la Tercera Celestina, escrita por Sancho de Muñón
(1542) solamente aparece el uso de ‘vos’ unas 5 veces en los actos
comunicativos. Las otras fórmulas de cortesía expuestas son, en su mayoría, ‘tú’
y ‘vuestra merced’.
A continuación se explicitan ejemplos de las formas de tratamiento que se
observan en esta obra:
Cuadro No. 30
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 63 8.6%
‘Vos’ plural 0 0%
‘Vosotros’ 23 3.1%
‘Tú’ 572 77.9%
‘Os’ 55 7.5%
‘Vuestra merced’ 15 2%
‘Su merced’ 6 0.8%

11. La vida de Lazarillo de Tormes.


Un libro anónimo titulado La vida de Lazarillo de Tormes (1554) aparece
publicado en tres ciudades al mismo tiempo: Burgos, Alcalá de Henares y
Amberes. Se trata, simplemente de la primera novela moderna española. En
esta obra se observa una severa crítica hacia la sociedad española de esa época,
pero la ironía es el marco que encierra el mensaje central del libro. El recurso
con que se abre el prólogo de esta obra es un ‘yo’ distante y profundo. Se trata
de una defensa, de corte relacionado con el Humanismo, de la dignidad del
hombre; como se ha dicho más arriba, no solo en La Celestina, el ser humano
de carácter inferior se eleva a hombre audaz, héroe, capaz de enfrentarse al
medio ambiente que lo rodea, y en especial a la refractaria sociedad del
momento.
El esquema del sociolenguaje usado en la obra se distribuye de la siguiente
manera: a partir del prólogo, y en los siguientes tratados, el autor se dirige al
destinatario usando la fórmula de tratamiento ‘vuestra merced’. La intención de
usar la voz de Lázaro como emisor hacia un confidente anónimo es uno de los
destellos narrativos. Este desvalido joven denuncia constantemente los
maltratos recibidos de sus despiadados amos.
En el Tratado Primero, Lázaro usa ‘vos’ 7 veces para hablar con el ciego; y
le dice ‘tú’ a este invidente, después que el reciba el gran golpe con el pilar:
¿Cómo, y olistes la longaniza y no el poste? ¡Olé! ¡Olé!. p. 112. Aquí la situación
ha cambiado de [Z-Y] (Lázaro en escala más baja que el ciego) a [Y-Z]; ya el

 
 
172
Ana Emilia León 
 
ciego no merece el respeto que el niño le tenía, sobretodo por su edad y
situación económica.
En el Tratado Segundo, Lázaro le debe respeto al clérigo, pero cuando el
mozo reacciona por los maltratos que le ocasiona su amo, Lázaro no lo asocia
con ‘vos’ ni con ‘vuestra merced’, sino con un ‘tú’ despectivo (aunque sea en su
pensamiento): “¡Tal te la dé Dios!”. p. 115; / “Nuevas malas te dé Dios”. p.
119.
El Tratado Tercero ofrece gran variedad de fórmulas de tratamiento.
Lázaro invoca a Dios y usa ‘vos’ 4 veces; sin embargo, cuando el mozo se
dirige a su amo, el escudero (en la mayoría de los casos utiliza: ‘vuestra merced’,
y, en otras ocasiones también lo trata de ‘vos’. Sin embargo, el escudero siempre
se dirige a Lázaro usando ‘tú’. Hay algo muy interesante sobre las costumbres y
formas de saludarse las personas (en esa época), lo cual se parece mucho a lo
que nos dice fray Antonio de Guevara en una de sus epístolas (tal como se ha
señalado más arriba). Cuando el escudero le cuenta a Lázaro que tuvo que salir
de su tierra debido a un altercado que tuvo con un oficial, éste le explica por
qué los hizo: “y quise ponerle la manos porque cada vez que me topaba, me
decía: ‘Mantenga Dios a Vuestra Merced’”. Por lo que él le respondió con cierta
frase ofensiva: “‘Vos’, don villano ruin, ¿por qué no sois bien criado?” p. 149.
De acuerdo con lo que hemos dicho en el capítulo 3, al emitir este tipo de
‘vos’ ofensivo se podía insultar severamente a un interlocutor, y esto fue lo que
hizo el escudero en su tierra: “¿Y no es buena manera de saludar un hombre a
otro -dije yo- decirle que le mantenga Dios?” . Y prosigue el ofendido
escudero: “A los hombres de poca arte les dicen eso; mas a los más altos, como
yo, no les han de hablar menos de: “Beso la manos de Vuestra merced”, o por
lo menos: “Bésoos, señor, las manos, si el que habla es caballero”. p.149.
La misma preocupación sociocultural la presenta fray Antonio de Guevara;
pero resulta muy peculiar observar que el pasaje en el que Lazarillo repite casi
exactamente lo que dice el autor de las epístolas. Guevara aconseja que: “El
estilo de la Corte es decirse unos a otros ‘beso las manos de vuestra merced’”.
En la advertencia que da Guevara sobre los saludos deja muy claro: “Todas
estas maneras de saludar se usan solamente entre los aldeanos y plebeyos y no
entre los cortesanos y hombres polidos, porque si por malos de sus pecados
dixese uno a otro en la corte ‘Dios mantenga’ o ‘Dios guarde’, le lastimarán la
honrra y le darían una grita. El estilo de la Corte es decirse unos a otros “beso
las manos de ‘vuestra merced’”. (Epístolas: p.51).
A pesar de la rigidez de estas prescripciones socioculturales en cuanto a los
tratamientos que imperaban en esa época, la dinámica del lenguaje peninsular
estaba cambiando. Esto se debía en parte a múltiples causas y variaciones en el
173
Ana Emilia León
 
comportamiento social de los hablantes. Una de ellas eran los reajustes
extralingüísticos que sucedían en la sociedad española. Con estas modificaciones
se creaba todo un sistema nuevo de neologismos sociocomunicativos. Se nota
que hubo cambios considerables en muchos aspectos lingüísticos, pero lo que
es difícil entender son las causas directas o indirectas que provocaron este
torbellino reestructurador en la dinámica comunicativa española. Es decir, cada
vez dilucidar este enigma se hace más difícil, ya que no contamos con
documentos históricos sobre los cambios socioculturales y patrones de
comportamiento de los individuos en el plano comunicativo, en especial en este
escenario diacrónico.
Cuadro No. 31
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ diptongado 39 30.2%
‘Vuestra merced’ 21 16.3%
‘Tú’ 52 40.3%
‘Os’ 13 10%
‘Vosotros’ 2 1.6%
‘Su merced’ 1 0.8%
‘Vuestras mercedes’ 1 0.8%

12. Segunda parte del Lazarillo (1620).


Se debe mencionar que Juan de Luna escribe la segunda parte de esta obra en
referencia, y a su vez la publica en París en 1620. Este texto, aún contiene
residuos agónicos de ‘vos’ singular (peninsular) que existía en el siglo
precedente. En total, hemos detectado 12 ‘vos’ singular y 6 ejemplos de “don”.
Los críticos ven una gran diferencia entre los dos Lazarillos, particularmente en
la segunda parte, debido que esta obra, refleja con su realismo, temas diversos
de la sociedad de la época. “Suele decirse que por estar escrito y publicado en
París, el autor se permitió libertades que en España no habrían sido aceptadas”
(Ed. Chamorro Fernández: p.22).

Cuadro No. 32
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 12 66.7%
‘Tú’ 0 0%
‘Don’ 6 33.3%

 
 
174
Ana Emilia León 
 
13. SOCIOTRATAMIENTOS EPISTOLARES.

a) Cartas de Felipe II a sus hijas.


Son valiosos para nuestra investigación, los testimonios epistolares que el rey
Felipe II [1527-1598] nos ha legado su correspondencia familiar. A
continuación se describe el contenido sociocomunicativo de algunas de cartas
que este monarca les enviara a sus hijas en los últimos años de su vida.

281. A la Infanta Doña Catalina, mi hija. /Muy bien hicisteis en escribirme, / y así espero
que estaréis ya buena del todo. /. III. p.45. 1581.

282....A las Infantas mis hijas. / He holgado mucho de entender por vuestras cartas que
todos estéis buenos / la calentura de vuestra hermanica /Decís, vos la mayor, [+nom.] que
habían dicho ahí que habían galeras que venían de India y no se os acuerda que no son
galeras sino naos. /. XXV. 1582. p.75.

283. A la Infanta Duquesa de Saboya, mi hija. Por la mucha soledad con que me dajáis /
que os embarcásteis / Si así fuere y pudiereis, escribidme / quedé con tanta soledad de él
como de ‘vos’ [-nom.] que no lo puedo más encarecer. / XXXIX. 1585. p.92.

284....A la Infanta Duquesa de Saboya, mi hija. Al Conde de Fuentes, que conocéis, envío
para que os visite de mi parte / os dé la enhorabuena del nieto que me habéis dado y me
traiga muy buenas nuevas de ‘vos’. / [-nom.]. LIII. 1586. p. 113.

285....A la Infanta Duquesa de Saboya, mi hija. Os dejo pensar con el contentamiento que he
recibido vuestra carta del 12 de éste, pues por ella he entendido vuestro buen parto y la salud
con que quedabais y el recién nacido /Os ruego mucho que os regaléis y miréis mucho por
‘vos’. [-nom.]. CXV. 1593. p.154.

De acuerdo con estos ejemplos, el uso de ‘vos’ singular en estas cartas


refleja que a finales del siglo XVI todavía se usaba este sociolecto como fórmula
de cortesía en el trato íntimo entre la nobleza y clase muy alta (simétrico). En
estas epístolas, se observa una coexistencia de ‘vos’ [+nom.] y [-nom.]. Es un
poco extraño, que para esta época, todavía se sigan usando variantes de
acusativo y dativo con la [v-]; tal vez esto se deba a que la lengua usada por la
alta nobleza y la realeza se apegaba más al estilo conservador que al lenguaje en
firme ebullición lingüística. Sin embargo, por el momento no tenemos otro tipo
de epístolas de este monarca, no obstante, se seguirá intentado obtener más
documentación para dilucidar estos fenómenos afines. Se debe analizar la
dinámica de estas variantes en la lengua de la realeza española de esa época.
De todos modos, queda claro que el rey Felipe II, usaba ‘vos’ para dirigirse
a sus hijas, en situaciones de mucho acercamiento paternal (simétrico). Es de
suponer que este tipo de lengua culta, trataba de retener, las variantes
175
Ana Emilia León
 
comunicativas de ‘vos’ en tratamiento de un superior a un inferior (caso
asimétrico). En cuanto a la directriz de dirigirse al rey, nunca se podía emplear
‘vos’ hacia él. El monarca solamente recibía el tratamiento adecuado de su
alcurnia monárquica: ‘Alteza’, ‘Majestad’, etc. (en condición asimétrica -
ascendente).

SIGLO XVII
1. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (I).
Miguel de Cervantes Saavedra [1547-1616], en 1604, próximo a cumplir los
cincuenta y siete años, compone su universalmente conocida obra en prosa Don
Quijote de la Mancha19. La primera parte se publicó en 1605, y la segunda en 1615.
La biografía del autor se puede resumir con los siguientes datos: era hijo de un
cirujano; alumno de Juan López de Hoyos, por medio de quien entra en
contacto con el Erasmismo; hacia 1569, Cervantes marcha a Italia, donde recibe
nuevas impresiones humanistas. Como soldado del Imperio, lucha en Lepanto;
el barco en que viajaba hacia España es apresado por piratas berberiscos en
1575, como consecuencia, el escritor pasará cinco años cautivo en Argel.
Liberado, y ya en España obtiene humildes empleos. Se casa; fracasa en sus
intentos de obtener autorización para emigrar a América, por lo que permanece
en España. Tras una breve estancia en Valladolid se instala en Madrid, donde
muere en 161620.
Durante muchos siglos, la crítica literaria se ha ocupado de estudiar las
obras de este famoso escritor de la época áurea española. Se han analizado
infinidades de temas relacionados con el pensamiento cervantino, pero son muy
pocas las investigaciones lingüísticas de carácter sociohistórico que se han dado
a conocer.
En esta obra, se puede observar que hay una complicidad creada; y además
un estrecho vínculo entre el autor y el lector. El singular tratamiento que
propone Cervantes de la ficción autorial impulsa su voz a ocultarse tras distintas
perspectivas narrativas. Este subterfugio en una de las características más
frecuentes de la novela moderna. Cervantes la crea y la sigue auspiciando,
puesto que su obra ha pasado a la posteridad como modelo ingénito de la
modernidad. Otro rasgo importante de su libro es el desprecio por los libros de

                                                            
19 Para cotejar los datos en este trabajo, se ha escogido la edición de Luis Andrés Murillo, I.

Quinta edición, Madrid: Clásicos Castalia, 1978. Igualmente se ha trabajado la segunda parte de
esta obra con el volumen II de esta publicación.
20 Véase Historia Social de la literatura. Op. cit. más arriba.

 
 
176
Ana Emilia León 
 
caballerías que fue precisamente una de las doctrinas promulgadas por
humanistas españoles a mediados del siglo XVI21.
Cuanto se sabe sobre la vida de Cervantes lo ha compilado la investigación
moderna, a base de hallazgos en archivos de una multitud de noticias y
documentos de tipo oficial. Tan parco fue Cervantes en depararnos noticias
personales, y tan completo el silencio de sus contemporáneos, que
necesariamente sus biógrafos han tenido que recurrir a diversos documentos
notariales, testamentos, declaraciones de residencia, etc. para esclarecer su
trayectoria.
En cuanto a los estudios lingüísticos sobre las obras de este inmortal
escritor, se encuentran los estudios que realizó Ángel Rosenblat. En su obra La
lengua del ‘Quijote’ se establenen diferentes detalles analógicos, morfosintaxis y
variantes lexicales, pero no se mencionan características importantes de los
pronombres de tratamiento que se exhiben en sus obras. Aparentemente, en
estos estudios se obvian los temas sociolingüísticos.
Cabe destacar que las ideas que nos presenta Rosenblat en su texto, antes
citado, es en gran medida, una crítica literaria de su tiempo, o de la lengua
literaria reflejada en los parámetros discursivos. A continuación se examinan
diversos recursos comunicativos que contiene el texto de Cervantes. Bajo el
mismo tenor se observará la dinámica analítica de las fórmulas de tratamiento
que acontinuación se ofrecen:
Comenzaremos este cotejo con el material de la primera parte del Quijote
(1605).
Ejemplos de ‘vos’:
286. Pues ¡voto a tal! -dijo don Quijote, ya puesto en cólera-, don hijo de puta, don
Ginesillo de Paropillo, o como os llamáis, que habéis de ir ‘vos’ solo, [+nom.] rabo
entre piernas, con toda la cadena a cuestas. I. XXII. p. 276. Don Quijote a Ginés de
Pasamonte. [Y-Z]

287.... ¡‘Vos’ sois el gato, [+nom.] y el rato, y el bellaco! I. XXII. p. 274. Don Quijote al
comisario. [Y-Y]

288....que por haber tanta diferencia de ‘sarna’ a Sarra os lo dije; pero ‘vos’ respondistes
[+nom.] muy bien. I. XXII. 164. Don Quijote al cabrero. [Y-Z]

289....Desa manera también debistes ‘vos’ [+nom.] de caer. I.16. p. 199. Pues ¿cómo
‘vos’, [+nom.] siéndolo desde tan buen señor no tenéis... siquiera algún condado? I.
XVI. p. 200. La ventera a Sancho. [Z-Z]

                                                            
21 Introducción del tomo I, p. 15.
177
Ana Emilia León
 
290.... ¿Qué es caballero aventurero? -replicó la moza. Tan nueva sois en el mundo que
no lo sabéis ‘vos’? [+nom.]. I. XVI. p.199. Sancho a la moza. [Z-Z]

291. Pues, porque os burláis... Vení acá, señor alegre: ¿Paréceos a ‘vos’ [-
nom.][...]. Que no los he visto en mi vida, como ‘vos’ [+nom.] los habéis visto, como
villano ruin que sois, criado y nacido entre ellos. I. XX. p. 249. Don Quijote a Sancho.
[Y-Z]

292. Si ‘vos’ [+nom.] no nos decís dónde queda, imaginaremos, como ya imaginamos,
que 'vos' [+nom.] le habéis muerto. I. XXVI. p. 322. El barbero a Sancho. [Z-Z]

293. ‘Vos’ lo decís [+nom.] como discreto, y lo haréis como buen cristiano. I. XXVI. p.
325. El cura a Sancho. [Y-Z]
294....Porque nunca tengo buen rato en mi casa sino aquel que ‘vos’ estáis [+nom.]
escuchando leer. I. XXXII. p.393. La ventera a la moza. [Z-Z]

295....Sois un grandísimo bellaco, y ‘vos’ sois [+nom.] el vacío y el menguado; que yo


estoy más lleno que jamás lo estuvo la muy hideputa puta que os parió. I. LII. p. 597.
Don Quijote al cabrero. [Y-Z]

Ejemplos de ‘tú’:
296. ‘Tú’, que imitaste la llorosa vida que tuve ausente y desdeñado […]. [+nom.]. ‘Tú’,
a quien los ojos dieron la bebida de abundante licor, […]. [+nom.]. Amadís de Gaula a
don Quijote de la Mancha. Versos Preliminares de la Obra. I. p. 62. [Y-Y]

297. […] ni puede haberle donde ‘tú’ te hallares, invito vencedor, jamás vencido.
[+nom.]. Orlando Furioso a don Quijote de la Mancha. Versos Preliminares de la Obra.
I. p. 66. [Y-Y]

298. – ¡Oh ‘tú’, quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a tocar las armas del
más valeroso andante […]. [+nom.]. I. III. p. 91. Don Quijote a un arriero. [Y-Z]
299. –Encomiéndalo ‘tú’ a Dios, Sancho. [+nom.]. I. VII. p. 128. Don Quijote a
Sancho. [Y-Z]

300. Así que, Sancho amigo, no te congoje lo que a mí me da gusto. Ni querrás ‘tú’
hacer mundo nuevo. [+nom.]. I. X. p. 152. Don Quijote a Sancho. [Y-Z]

301. […] Tu vasalla soy, pero no tu esclava; […] y en tanto me estimo yo, villana y
labradora, como ‘tú’ señor y caballero. [+nom.]. I. XXVIII. p. 351-352. Dorotea a Don
Fernando. [Y-Y]

302. –No son malas filosofías ésas, como ‘tú’ dices, Sancho. [+nom.]. I. L. p. 587. El
canónigo a Sancho Panza. [Y-Z]

303. – ¡Oh flor de la caballería, que con solo un garrotazo acabaste la carrera de tus bien
gastados años! ¡Oh, honra de tu linaje, honor y gloria de toda la Mancha, y aun de todo

 
 
178
Ana Emilia León 
 
el mundo, el cual faltando ‘tú’ en él, quedará lleno de malhechores. [-nom.]. I.LII. p.
601. Sancho a don Quijote. [Z-Y]

Hemos encontrado en esta producción de Cervantes algunos rasgos


sociolingüísticos muy interesantes en el repertorio sociocomunicativo. Hay gran
variedad de actos comunicativos del orden simétrico y asimétrico. En algunas
ocasiones, aunque con disimulados propósitos, los personajes atacan o se
defienden a través de la aplicación deliberada de cierto sociolecto que
complazca su propósito elocutivo. ‘Vos’ singular aparece muy pocas veces, pero
se usa solamente entre los hablantes de ínfima clase social. Por ejemplo, lo usan:
Sancho, la ventera, el cabrero, el barbero, el cura, el alguacil y don Quijote, que
lo utiliza cuando quiere rebatir alguna agresión verbal que le hubiesen asignado.
‘Vuestra Merced’ es la forma de tratamiento reservada para mostrar gran
respeto y consideración a un interlocutor de clase social superior (asimétrico).
No hay patrones fijos que determinen, en qué condiciones se usa ‘tú’. El uso de
‘vos’ al lado de la presencia de ‘tú’ ofrece una coexistencia entre ambos
sociolectos. Aunque más tarde se genera una contienda entre el binomio
singular. Generalmente, la gran variedad de personajes que aparecen en el
Quijote, se aplican recíprocamente el ‘tú’ dentro de un entorno de clase social
baja. No obstante, este sociotratamiento se lo aplican hablantes de clases
superiores en la intimidad. Don Quijote trata a Sancho de ‘tú’, pero cuando se
enfurece o lo quiere agredir, reemplaza inmediatamente el ‘tú’ por el ‘vos’
belicoso con la finalidad de contraatacar la osadía de su escudero.
Así que la dinámica de los códigos sociocomunicativos que se utilizan en el
Quijote (siguiendo los preceptos socioculturales de la época), estaba regida por la
categoría social del emisor hacia su receptor o viceversa. También se suma a
esta dinámica, el aspecto ‘emotivo’ y sicológico. Si el hablante se sentía ofendido
y quería descargar la ira ante su interlocutor, había inmediatamente cambios de
formas de tratamientos. Es decir, se iba de una clase de sociolecto ‘estándar’
hacia otra con rasgos de agresividad y reto. Cabe destacar que estamos
señalando la dinámica de ‘vos’ desde una perspectiva que refleja su conducta
durante y posterior al Siglo de Oro español.
Otra variante de este pronombre, era la indicada para la comunicación con
interlocutores de más elevada categoría social que la del hablante (‘vos’
mayestático). Por todo lo antes dicho, se observa que El Quijote, siendo obra de
principios del siglo XVII, ya exhibe el descenso sociolingüístico de ‘vos’ ante
‘tú’. Ya se observaba este reajuste en la lengua española peninsular, desde la
segunda mitad del siglo XVI, pero su aplicación seguía siendo un enigma. Sin
embargo, como sólo contamos con textos de lengua escrita, se hace muy difícil
entender el comportamiento de los hablantes durante sus actos comunicativos.
179
Ana Emilia León
 
En especial, las fuerzas extralingüísticas que influían en la selección e impacto
del pronombre. Por consiguiente, se hace necesario, analizar otros textos y
recursos de la época, a fin de dilucidar las condiciones y factores influyentes que
propiciaron tantas modificaciones en los pronombres de tratamiento en el
español peninsular. Eran notorias las fuerzas artificiales que originaban cambios
y reajustes en el repertorio castellano de esa época; en otras palabras, la
participación extralingüística de los Indianos y el impacto de su diáspora.
Después de haber realizado este análisis, hemos encontrado que la época de
mayor ebullición lingüística en el sistema de tratamientos fue durante el siglo
XVI. No se ve únicamente una transformación morfosintáctica, sino una más
profunda, como es la lucha antagónica y de algunas fórmulas de tratamiento.
Hemos visto como el sociolenguaje del español peninsular, comienza a recibir
impactos desde muchos frentes. En la época medieval (temprana), los hechos
socioculturales estaban casi controlados, muy particularmente, por la campaña
religiosa emprendida por la Iglesia. Al mismo tiempo, la lengua y la sociedad
seguían moldeadas por este organismo. La lengua del ‘vulgo’ estaba opacada por
la tradición latina; los que podían leerla y escribirla, eran en su mayoría los
clérigos y altas personalidades de la vida religiosa. La nobleza alta y baja, y los
legos de clase social privilegiada, eran los únicos que podían deshacerse del
analfabetismo, no tantas veces regional, sino general de España. Por lo tanto,
durante esa turbia época, básicamente, los pronombres personales estaban
reducidos a dos formas singulares: ‘tú’ (reservado para Dios y el rey) y, ‘vos’
(sing.) destinado para el resto de la sociedad. Mientras que ‘vos’ plural
remediaba todos los casos necesarios donde no se usaba ‘vosotros’.
Esta situación no podía durar mucho, por consiguiente, a finales del siglo
XIV, comienza el torbellino reformador en el repertorio castellano. La sociedad
empezaba a cambiar y los aspectos sociopolíticos venían influyendo
intensamente en la estratificación social del individuo renacentista. Esta época
abonaba el terreno para que germinara el Humanismo en la Península Ibérica.
En 1492, aparece la Gramática Castellana de Nebrija y un poco más tarde, se
logra el descubrimiento del Nuevo Mundo. Así que para finales del siglo XV, ya
el Humanismo y futuro renacimiento comenzaban a forjar los patrones
esenciales de la nueva visión del mundo y del hombre.
A partir de ese momento, el hombre va ganando firmeza en su nueva
posición humanista, al mismo tiempo que la lengua ‘vulgar’ va logrando respeto
y prestigio para competir con el latín tardío que tantos años había obstaculizado
su desarrollo. Durante la centuria del XVI, la lengua vulgar o romance
castellano peninsular, entra en pleno reajuste sociocomunicativo.
Posteriormente el panorama se invierte, ‘tú’ comienza a descender de su

 
 
180
Ana Emilia León 
 
pedestal de alta alcurnia y va quedando como forma de tratamiento para los
hablantes ‘simples’, ‘rústicos’, ‘humildes’, es decir, el vulgo, y la clase llana en
general. Mientras que ‘vos’ lo reemplaza como antídoto positivista.
A fines del siglo XV y principio del XVI, como se ha dicho antes, ‘vos’
singular toma el puesto del ultra prestigioso ‘tú’ medieval. Mientras tanto, el
‘vos’ plural desaparecía, dando paso a nuevas formas compuestas como: ‘vos’ +
‘otros’ > ‘vosotros’; y del ‘nos’ (sujeto plural) surgía ‘nos’ + ‘otros’ > ‘nosotros’.
No obstante, la lengua necesitaba otra fórmula de tratamiento para balancear la
contienda entre ‘tú’ y ‘vos’. A fin de suplir esta falla se impone ‘vuestra merced’,
la cual un siglo después quedará convertida en ‘usted’.
Sin embargo, a pesar de todos estos cambios, el ritmo modificador
continúa; a mediados del siglo XVI, ‘vos’ singular no se escapa de la dinámica
reformadora. Paradójicamente, ‘tú’ se robustece e impulsa el desplazamiento de
‘vos’, dejándolo relegado en funciones interactivas entre la clase baja. Hay otra
variante de ‘vos’ con matices mayestáticos que se arraiga por muchos años más
en el sociolenguaje de los miembros de la realeza y de la alta nobleza
(asimétrico). Como se observa anteriormente, Felipe II, hasta pocos días antes
de su muerte, en 1598, en cartas a sus hijas las trata de ‘vos’, aunque ellas no se
podían dirigir al rey (su padre) con el mismo tratamiento, sino con términos de
‘majestad’, ‘alteza’, etc. La comunicación entre ellos era: [X-x], es decir, el rey a
sus hijas; el trato de ellas era: [x-X], lo que implica casi el mismo estatus, pero
con gran diferencia por la edad, sexo y título adjudicado dentro del entorno
monárquico.
En suma, ‘vos’ singular, en la Península Ibérica, se fragmenta en diferentes
variantes antes de sucumbir definitivamente, a finales del siglo XVII. En cuanto
a los datos generales de esta primera parte del Quijote, hemos analizado bajo un
lente sociolingüístico las interacciones de los partícipes y sus apropiadas
selecciones sociocomunicativas. En general, datos adicionales de la segunda
parte de la obra que nos ocupa se incluirán en el cuadro no. 34. Sin embargo, en
todo este capítulo 5 se han analizado y cotejado textos representativos de la
lengua española peninsular, correspondiente a las últimas décadas del siglo XVI
y gran parte del XVII, con miras a obtener más información sobre la presencia
y ausencia de sociotratamientos, que de alguna manera u otra han
desestabilizado el repertorio intrínseco de la lengua castellana peninsular.
181
Ana Emilia León
 
Cuadro No. 33
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ singular 340 27.1
‘Vos’ plural 127 10.1
‘Tú’ 129 10.3
‘Os’ 252 20.1
‘Vosotros’ 27 2.1
‘Vuestra merced’ singular 326 26
‘Vuestra merced’ plural 18 1.4
‘Su merced’ 8 0.6
‘Vuestra señoría’ 4 0.3
‘Vuestra cortesía’ 3 0.2
‘Vuestra grandeza’ 11 0.9
‘Vuestra excelencia’ 3 0.2
‘Vuestra reverencia’ 1 0.1
‘Vuestra magnánime persona’ 1 0.1
‘Vuestra majestad’ 1 0.1
‘Vuestra prudencia’ 1 0.1
‘Vuestra fermosura’ 2 0.2
‘Vuestra liberalidad’ 2 0.2

2. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (II).


En 1615 se completa la segunda parte del xxx quijotesco dúo cervantino. En el
contenido de este volumen se destaca una connatural preocupación destinada a
la auto-crítica. Además de presentarse un contexto discursivo innovador, afloran
en éste matices relacionados con una realidad histórico-social contemporánea.
Las perspectivas del marco diacrónico puntualizan el período y las acciones de
cada época respectiva. Aparece una distribución de proezas heroicas y críticas a
los antihéroes. Se crea una realidad y ficción al unísono para apoyar el
cumplimiento de la misión personal del autor. El texto de 1615 se cimenta en el
de 1605, para conectar la supervivencia de ambas producciones. Hay indicios
que Cervantes empezó a escribir la continuación de sus relatos a partir del año
1609, aunque tras diversos descalabros, logra la culminación de su segundo gran
esfuerzo en 1615. Posteriormente, el aplauso universal alcanza a los partícipes
de ambas obras. Su creación caballeresca; Don Quijote de la Mancha lo inmortaliza
como caballero de ficción, cuyas hazañas iban flanqueadas por una
representación de la realidad coetánea. El límite era imperceptible entre lo
ficticio y lo real.
Cabe destacar que en cuanto a las fórmulas de tratamiento que se han
analizado en este apartado, se ha logrado un análisis contrastivo en cuanto a los
sociotratamientos en ambas obras. Parte del resultado nos revela lo siguiente:

 
 
182
Ana Emilia León 
 
 En la primera parte aparece el ‘vos’ singular 340 veces; mientras que en la segunda se
han encontrado 107 actos con este recurso.
 La apreciación del empleo de ‘vos’ plural es de 127 en la primera parte; no obstante,
paradójicamente esta misma fórmula de tratamiento no aparece en ningún acto de habla
en la segunda parte.
 En cuanto a la hegemonía de ‘tú’, no se ha detectado una gran diferencia entre
ambas. En la primera parte se detectaron 129 ejemplos; de forma similar se encuentran
131, su participación en la segunda parte.
 El neologismo sociocomunicativo ‘vuestra merced’, comparte similitud numérica en
ambos textos. En la primera parte, el recurso singular aparece 326 veces, mientras que
en la segunda parte aparece 279 veces. Sobre este particular no se podría reconocer una
gran diferencia entre ambas obras. La forma plural de ‘vuestra merced’ refleja similitud
en ambas producciones. Sin embargo, hay 18 casos en la primera parte y 14 referencias
comunicativas en la segunda.
 En cuanto a las formas apocopadas de ‘vuesa merced’ y ‘vuesas mercedes’,
drásticamente emergen en la segunda parte: 192 casos en la primera, mientras que del
compuesto plural aparecen 15 veces.
 Las referencias híbridas derivadas de ‘vuestra’ + sustantivo honorífico, se usaban
como tratamiento de respeto y cortesía hacía personas de alta dignidad o empleo. La
combinación y posterior proliferación de estos recursos ejemplifican los siguientes usos
detectados en ambos textos. Seguidamente, se indican ejemplos contextuales y
combinaciones de la combinación ‘vuestra’ + componente análogo, como se ha
indicado anteriormente:

‘Vuestra señoría’: 4 veces en la parte I, 14 veces en la II.


‘Vuestra excelencia’: 3 veces en la parte I, 19 veces en la II.
‘Vuestra grandeza’: 9 veces en la parte I, 18 veces en la II.
‘Vuestra cortesía’: 3 veces en la parte I, Ø veces en la II.
‘Vuestra reverencia’: 1 vez en la parte I, Ø veces en la II.
‘Vuestra majestad’: 1 vez en la parte I, 1 vez en la parte II.
‘Vuestra prudencia’: 1 vez en la parte I, Ø veces en la parte II.
‘Su merced’: 6 veces en la parte I, 11 veces en la parte II.
‘Vosotros’ / ‘Vosotras’: 22 veces en la parte I, 5 veces en la parte II.
*‘Vuestra fermosura’: 2 veces en la parte I, Ø veces en la parte II.

Se hace necesario expresar someramente aspectos de la pérdida de la ‘f’


inicial /f-/, por cuanto el autor aún representa (ficticiamente) fenómenos
fonológicos que ya confrontaban cambios radicales en la lengua castellana22.
Hipotéticamente con este ejemplo se reanudan las críticas constructivas hacia el

                                                            
22Según expresan los expertos en diacronía castellana, la /f-/ “empezó a perderse en la época del
español antiguo y, después de aspirarse, acabó desapareciendo delante de la mayoría de las
vocales.” Lathrop, p. 109.
“… pero los vascos, que aun hoy no aciertan a pronunciarla contribuyeron sin duda a que el
castellano reemplazar a la /f-/ por [h] aspirada o la omitiera.” Lapesa, p. 175.
183
Ana Emilia León
 
mejoramiento y modernización de la lengua. Por lo tanto, este recordatorio
socioliterario sirve para alertar la confluencia antagonista entre lengua oral vs
escrita.
Los siguientes postulados se han extraído de la parte II del texto que nos
ocupa, y sirven para representar la actividad sociocomunicativa que Cervantes
retrataba, como parte del repertorio de su época.

Ejemplos de ‘vos’:
304. ‘Vos,’ hermano Sancho, habéis hablado como un catedrático. [+nom.]. II. III, p.
71. Sansón Carrasco a Sancho. [Y-Z]

305. ¡No en mis días, marido! ¡Para eso, por cierto, he criado yo a mi hija! Traed ‘vos’
dinero Sancho, y el casarla dejadlo a mi cargo; […]. [+nom]. II. IV, p. 74. Teresa a
Sancho Panza. [Z-Z]

306.… que aquel caballero que vencistes no fue ni pudo ser don Quijote de la Mancha,
sino otro que se le parecía, como yo confieso y creo que ‘vos,’ aunque parecéis el
bachiller Sansón Carrasco, no los sois. [+nom.]. II. XVI, p. 145. Don Quijote a Sansón
Carrasco. [Y-Y]

307. ¡Tan en hora mala supistes ‘vos’ rebuznar, Sancho! Y ¿dónde hallastes ‘vos’ ser
bueno el nombrar la soga en casa del ahorcado?23 [+nom.]. II. XXVIII, p. 256. Don
Quijote a Sancho. [Y-Z]

308. Por cierto, buen escudero —respondió la señora—, ‘vos’ habéis dado la embajada
vuestra con todas aquellas circunstancias que las tales embajadas piden. [+nom.]. II.
XXX, p. 269. La duquesa a Sancho. [X-Z]

309. Si tan discreto es el amo como el mozo —respondió la dueña—, ¡medradas


estamos! Andad, hermano, mucho de enhoramala para ‘vos’ y para quien acá os trujo.
[+nom.]. II. XXXI, 274. La dueña a Sancho.
[Z-Z]
310. Hijo de puta —dijo la dueña, toda ya encendida en cólera—, si soy vieja o no, a
Dios daré la cuenta; que no a ‘vos,’ bellaco, harto de ajos. [+nom.]. II. XXXI, p. 275. La
dueña a Sancho. [Z-Z]

311. ‘Vos’ tenéis razón, Sancho. [+nom.]. II. XXXII. p. 296. La duquesa a Sancho.
[X-Z]

                                                            
23 “Nótese el cambio de tratamiento, de ‘tú’ a ‘vos;’ es usual cuando se enfada con Sancho, cf. I.

20, p. 249, etc.” Esta aclaratoria aparece en el Capítulo XXVIII, II, p. 256. Este comentario
corrobora la trasformación semántica que experimentaba ‘vos’ en el siglo XVII. Entre la primera y
la segunda parte de esta obra cervantina no se observan grandes diferencias en el uso de ‘vos.’
Aparentemente, el estigma de este sociolecto seguía arraigándose en el repertorio castellano.

 
 
184
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312. –Si ‘vos’ fuérades diablo, como decís […]. [+nom]. II. XXXIV, p. 309. El duque al
individuo disfrazado de diablo. [X-Z]

313. –¿Qué decís ‘vos’ a esto, Sancho? [+nom.]. II. XXXV, p. 316. La duquesa a
Sancho. [X-Z]

314. ¡Desdichadas de nosotras las dueñas; que aunque vengamos por línea recta, de
barón en barón, del mismo Héctor el troyano, no dejarán de echarnos un ‘vos,’ nuestras
señoras, si pensasen por ello ser reinas! [+nom.]. II. XL, p. 344.
Dueñas entre sí. [Y-Y]

315. –Sancho, pues ‘vos’ queréis que se os crea lo que habéis visto en el cielo, yo quiero
que ‘vos’ me creáis a mí lo que ví en la cueva de Montesinos. [+nom.]. II. XLI, p. 355.
Don Quijote a Sancho. [Y-Z]

316. Y ‘vos,’ secretario, responded al duque mi señor y decidle que se cumplirá lo que
manda, como lo manda, sin faltar punto. [+nom.]. II. XLVII, p. 391. Sancho Panza a su
secretario. [Y-Z]

317.…Que si vuestra mujer no se hubiera muerto, o la hubieran muerto, ‘vos’ no


fuérades a agora viudo. [+nom.]. II. XLVII, p. 393. Sancho a un labrador. [Y-Z]

318. –A ‘vos’ y de ‘vos’ la pido. [+nom.]. II. XLVIII, p. 399. Don Quijote a la dueña.
[Y-Z]

319. El duque quiso reforzar el donaire, y dijo: –No me parece bien, señor caballero,
que habiendo recebido en este mi castillo el buen acogimiento que en él se os ha hecho,
os hayáis atrevido a llevaros tres tocadores, por lo menos […] como han hecho en el de
Tosilos mi lacayo, el que entró con ‘vos’ en batalla. [+nom]. LVII, p. 469. El duque a
don Quijote. II. [Y-Z]

Ejemplos de ‘tú’:
320. Envíame ‘tú’ algunas sartas de perlas, si se usan en esa ínsula. [+nom.]. II. LII, p. 438.
Teresa a Sancho Panza. [Y-Y]

321. ¿Es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el
morisco, tendero de tu lugar? [-nom.]. II. LIV, p. 448. Un tendero a Sancho Panza.
[Z-Z]

322. Yo, Sancho, nací para vivir muriendo, y ‘tú’ para morir comiendo. [+nom.]. II.
LIX, p. 482. Don Quijote a Sancho. [Y-Z]

323. – ¡Válgate el diablo por don Quijote de la Mancha! ¿Cómo que hasta aquí has
llegado, sin haberte muerto los infinitos palos que tienes a cuestas? ‘Tú’ eres loco, […].
[+nom.]. II. LII, p. 512. Un castellano a don Quijote. [Z-Y]
185
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324…. Por donde vengo a conocer ser verdad el refrán que ‘tú’ algunas veces sueles
decir: “No con quien naces, sino con quien paces.” [+nom.]. II. LXVIII, p. 553. Don
Quijote a Sancho. [Y-Z]

Véase la distribución analítica de la diversidad de sociotratamientos en el


siguiente cuadro:
Cuadro No. 34
Sociotratamientos Veces
‘Vos’ 107 10.3%
‘Tú’ 131 12.6%
‘Os’ 225 21.7%
‘Vosotros’/ ‘Vosotras’ 6 0.6%
‘Vuestra merced’ singular 279 26.9%
‘Vuestra merced’ plural 14 1.4%
‘Vuesa merced’ 198 19.1%
‘Vuesas mercedes’ 13 1.3%
‘Su merced’ 11 1.1%
‘Vuestra señoría’ 14 1.4%
‘Vuestra grandeza’ 18 1.7%
‘Vuestra excelencia’ 19 1.8%
‘Vuestra majestad’ 1 0.1%

Cuadro No. 35 (Resumen de textos)


Obra Vos singular Vos plural Tú
La Celestina (C.23) 30 0 263
Diálogo de la lengua (C.24) 148 0 1
Diálogo A. (D. de Frías) (C.25) 0 0 107
Diálogo B.(D. de Frías) (C.26) 75 0 0
La Lozana Andaluza (C.27) 339 0 52
Farsas (C.28) 75 4 58
Epístolas familiares (A. de Guevara) (C.29) 265 0 41
Segunda Celestina (C.30) 63 0 572
Lazarillo de Tormes (C.31) 39 0 52
Segunda Parte de Lazarillo (C.32) 12 0 0
Don Quijote (I) (C.33) 340 127 129
Don Quijote (II) (C.34) 107 0 131
Total 1493 131 1405

 
 
Conclusiones
Existen diversos aspectos diacrónicos en el repertorio sociolingülístico hispano
peninsular, que merecen atención por su carácter extralingüístico. Por
consiguiente, en este trabajo se ha analizado cuidadosamente la controvertida
dinámica de ‘vos’ y sus variantes. La trayectoria del recuento abarca cinco siglos,
sobre los cuales se han cotejado analíticamente las obras escogidas de cada
centuria. En el primer apartado, encontramos un sistema generalizado de ‘vos’
medieval; acompañado de una dicotomía: ‘vos’ plural y ‘vos’ singular. Todos los
matices correspondientes a estos fenómenos, están viculados, lingüísticamente,
con una época particular hasta fines del siglo XVI.
La segunda particularidad de ‘vos’ se caracteriza por la contienda que
efectuara éste y ‘tú’. Ambos contendientes, separados por su carga semántica,
aspiraban a intercambiar el máximo prestigio sociocultural. En el repertorio
sociocomunicativo de esa época se estaban llevabando a cabo grandes reajustes,
que no se adoptarán hasta siglos posteriores.
El tercer sistema de este mismo sociolecto ‘vos’, está identificado por la
histórica desvalorización sufrida en épocas anteriores. Al parecer, esto da como
resultado, la formación de una variante sociosemántica que influiría por
siempre, en detrimento de su distinguida categoría. Como se ha dicho
anteriormente, ‘vos’, anacrónicamente, fue el recurso que más cambios sufrió.
Las inesperadas contingencias que le afectarían, acabaron con su tradicional
prestigio.
El cuarto sistema, se relaciona con la cantidad de variantes morfosintácticas
que se producen de ‘vos’ [-nom.] paralelamente a sus registros originales. Este
aspecto es uno de los más complicados; aunque se han estudiado sus
conecciones con la herencia latina, sigue sin dilucidarse la oscura trayectoria
sociolingüística.
‘Tú’ ha sido el pronombre que ha existido a la par de ‘vos’ singular y plural
durante muchos siglos. El latín escrito, antes del siglo V no contaba con un
‘vos’ plural. Esta transformación se origina por razones extralingüísticas de tipo
sociopolítico como se ha señalado anteriormente. Por consiguiente, se generó la
pluralidad de ‘vos’ por la fragmentación del dominio romano a partir del siglo
V. El Imperio Romano se estaba desintegrando y existían dos emperadores en
su ámbito bifurcado: Arcadio (395-408), en el Oriente, con la capital en
Bizancio (Constantinopla), y Honorio en el Occidente (395-423) con capital en
Ráverna.1
De esta manera, ciertos pronombres de uso común, también denominados
“Power and Solidarity” como los clasifican Brown y Gilman (1960), son
producto de un hecho político que repercute en la forma de comunicación. Por
                                                            
1 Véase cita de Eugenio Coseriu en la página 75.
188
Ana Emilia León 
 
consiguiente, entre otras cosas el latín tardío influye en la lengua que se está
formando en “Hispania”. Seguidamente, el romance temprano castellano sigue
la tradición latina, tanto en el lenguaje clásico, como en el sistema comunicativo.
Por lo tanto, el castellano continúa sirviéndose de los dos tipos de ‘vos’: el
singular y el plural, hasta el siglo XVI, aproximadamente. Hay reminiscencias de
la pluralidad de ‘vos’ en [vos+alteros] > “vosotros”. Este neologismo, aunque
retiene las mismas formas verbales de su antecesor, ha servido para modernizar
el repertorio lingüístico del romance. Similar fenómeno ha acontecido con el
nominativo, acusativo y dativo ‘nos’. A éste se le une también ‘alteros’ para
conformar un recurso nuevo: “nosotros”, en vez de un sencillo ‘nos’.
Casi todas estas variantes y reformas morfosintácticas del romance
castellano temprano, se van afirmando y robusteciendo, pero el proceso de
reforma que tuvo ‘vos’ singular, fue muy distinto a sus congéneres. ‘Tú’,
siempre fue el tratamiento reservado para Dios y el rey (aproximadamente hasta
el siglo XIV); sin embargo, ‘vos’ logra desplazarlo hacia un nivel ínfimo en el
sociolenguaje medieval durante el siglo XVI y posteriores centurias.
Tal como hemos indicado en el capítulo 5, el Humanismo fue el fenómeno
extralingüístico que forjó nuevos horizontes sociolingüísticos en la lengua de
Castilla a fines del siglo XV y a principios del XVI. También influirá luego el
renacimiento, el Erasmismo y otros patrones filosóficos, sociales y culturales de
la época. Esta forma de pensamiento humanista, mediante el cultivo del latín, y
la redefinición del concepto “hombre”, también comienza a enaltecer la lengua
del “vulgo”. El romance castellano se consolida y se enaltece con los
significativos trabajos literarios que se produjeran en su entorno. Se debe hacer
referencia a estos aspectos extralingüísticos, para acercarnos a la realidad
intrínseca de ese período hispano peninsular. En el lenguaje se generan todos
los elementos necesarios para su perfeccionamiento y posterior expansión
ultramarina.
Cuando se escribe La Celestina, a finales del siglo XV, el autor
deliberadamente no incluye el pronombre ‘vos’ como forma de tratamiento, a
pesar que éste formaba parte de la lengua ‘simple’ o ‘rústica’ de la sociedad
menos privilegiada de Castilla. En cambio, el escritor crea un patrón
sociolingüístico, un poco artificial, en el cual no aparece ‘vos’ (claramente) como
forma de tratamiento popular sino ‘tú’. La alta frecuencia que se aplica en el uso
de éste, anula la realidad sociolingüística que debería existir en este texto.
Paradójicamente, se observa una mezcla de valores personales, y no se
reconocen las clases sociales de los hablantes ni de los receptores. Usan
pronombres erróneos que no les corresponden, ni por su clase social ni por su
dudosa categoría.
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Ana Emilia León
 
A pesar de la clara omisión de ‘vos’ en este texto, este pronombre no
decae, al contrario se robustece y emprende la lucha hasta dejar al ‘tú’ en el más
bajo nivel sociocultural en el habla de esa época. Aunque esta sea la concepción
generalizada de la mayoría de los tratados gramaticales y filosóficos de esa
centuria, hemos tratado de dilucidar el doble uso de ‘tú’ y ‘vos’ en este
estudio. Sin embargo, la diacronía del fenómeno no nos proporciona datos
específicos que orienten técnicamente a los investigadores.
A partir del siglo XIV (aproximadamente), surge otra forma de tratamiento:
“vuestra merced”. Es ésta la que se enfrentará a ‘vos’ singular, para desplazarlo
y alejarlo de su función de pronombre de respeto y categoría noble. El
surgimiento de “vuestra merced” y la desaparición de ‘vos’, crean un vacío en el
sociolenguaje peninsular; es así como ‘tú’ entra nuevamente a reconquistar el
puesto que ostentara en siglos anteriores. Aunque éste no logró su objetivo, la
lucha antagónica continuó con mucha incertidumbre a través de todo el
territorio controlado por ‘vos’.
Posteriormente, el contrincante de ‘tú’ desaparece totalmente de la lengua
española peninsular a partir del siglo XVII. Habría que seguir analizando el
desarrollo de este proceso con más profundidad. Puesto que los textos literarios
contaminados de ficción se proponían retratar aspectos pre-concebidos por el
autor. En estas producciones no se refleja, con sinceridad, la dinámica de las
formas de tratamientos que se usaban en la misma época en que se generaba el
texto. Tal vez, el productor no le ponía atención a la lengua oral del momento.
Sin embargo, de toda esta mezcla, realidad, ficción, imitación, descripción,
etc., hemos obtenido algunos datos históricos pertinentes. Éstos solamente nos
indican que hay que seguir investigando otros tipos de recursos lingüísticos de
esa época, para entender el desarrollo sociocomunicativo que aún sigue sin
dilucidarse. Lamentablemente, cuando los manuales de gramáticas incluían un
fenómeno lingüístico (de origen popular) que caracterizaba el habla de la
sociedad de esa época, el fenómeno probablemente ya estaba empleandose en
la lengua oral.
En suma, a finales del siglo XVI, el ‘vos’ singular (peninsular) ya está en
período de extinción; excepto en la lengua ultra culta como la de la realeza y la
nobleza (voseo mayestático). Su controvertida variante, solamente la usaban
para insultarse y retarse los que se sentían ofendidos. También este sociolecto se
hizo la forma de tratamiento oficial de los estratos más bajos de la sociedad
española peninsular. Con el descubrimiento de América, el ‘vos’ singular
peninsular pasa a las comunidades del nuevo continente con las mismas
características que ostentara en su comunidad de origen; aunque su arraigo en
el nuevo entorno originó un sistema morfosintáctico y sociocultural

 
 
190
Ana Emilia León 
 
completamente distinto a la función que anteriormente desempeñara en
España. Por lo tanto, el ‘vos’ se extingue en el ámbito hispano-peninsular, pero
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Index
Carlos I, 73
Nota: Números en cursiva indican cuadros. Carlos V, 150
actos comunicativos, clasificación de los, 77 Carrera de la Red, Avelina, 142
Aguilar, Jerónimo, 16 Carrillo, Alonso, 12
Alemán, Fadrique, 143 Cartas de Felipe II a sus hijas, 174–75
Alfonso XI, 107
Alonso, Amado, 47 castellano, engrandecimiento del, 24–26
Gramática Castellana, 47–48 La Celestina, 3, 141, 143–50, 150, 154, 155,
Alonsótegui, Miguel de, Tratado que muestra 157, 169–71, 185, 188
la vida miserable que padece el hombre, 57 Cervantes Saavedra, Miguel de, 175–81
Álvarez Álvarez, Manuela, Esquema de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
morfosintaxis histórica del español, 51, 70n28 Mancha (I), 3, 11, 175–81, 181, 185
Alvarez de Toledo, Fernando, Epistolario del El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
III Duque de Alba, 160–62, 162, 185 Mancha (II), 3, 181–85, 185
Alvar, Manuel, 66, 89
Morfología Histórica del Español, 50 Chatelain, Émile, 59
Poesía Española Medieval, 111, 131 Chevalier, Maxime, 167
Arcadio, 59, 187 clase llana, 20
Arcipreste de Talavera o Corbacho, 118–23, 123, clasificación de los actos comunicativos, 77,
139, 157 77
Arte grande de la Lengua Castellana, 38–39 clasificación de textos por períodos, 19–30
Arte Kastellana, 40–41 Clemente VII, 150
El Arte Poética en Romance Castellano, 166 Comedia de Calisto y Melibea, 143
Asencio, E., 153 Comedia Thebayda, 167
Auto de los Reyes Magos, 78–81, 98 Comentarios del desengañado de sí mismo, 14–15
Como un rústico labrador engañó a unos
Bello, Andrés, 45, 52 mercaderes, 167
Gramática de la lengua castellana, 45–46 [Coplas] de Don Jorge Manrique por la muerte de
Berceo, Gonzalo de su padre, 136–39, 139
El Duelo de la Virgen, 92–94, 98 Coplas de la Panadera, 131–33, 133, 139
El Libro de Alexandre, 87–89, 87n9, 98 Coplas de Vita Christi, 12, 68–69, 133–36,
Los Milagros de Nuestra Señora, 94–98, 97, 135, 139
98 Correas, Gonzalo, 42
Bergquist, M. Francille, Ibero-Romance: Arte grande de la Lengua Castellana, 38–40
Comparative Phonology and Morphology, 63–64 Arte Kastellana, 40–41
Bocaccio, 144
Brown, R., Pronouns of Power and Solidarity, Coseriu, Eugenio, 59
59–60, 187–88 Cotejo histórico de la Edad Media.
Byrne, St. Geraldine, 59 Ejemplos de: ‘vos’, ‘tú’ y ‘vuestra merced’,
78–98
caballeros, 20 Covarrubias, Sebastián de, Tesoro de la
Cáceres, Pla, “La evolución del tratamiento Lengua Castellana o Española, 1n1, 10, 39n6
vuestra merced,” 50–51 Criado de Val, M., Índice verbal de La
cambios sociales, sociotratamientos y, 5–9, Celestina, 149
5n1, 6n2, 29 Cuadro No. 1, 77
características de ‘vos’ / ‘tú‘, 26–30 Cuadro No. 2, 81
Cárcel de Amor, 125–28, 128, 138, 139 Cuadro No. 3, 85
206
Ana Emilia León

Cuadro No. 4, 87 Danza de la muerte, 111–12, 112


Cuadro No. 5, 89 Delicado, Francisco, La lozana andaluza,
Cuadro No. 6, 91 154–58, 158, 185
Cuadro No. 7, 94 Deyermond, A.D., 88, 95, 107
Cuadro No. 8 (a, b, c), 97 diacronía de ‘vos’
Cuadro No. 8 (d), 98 Ibero-Romance, 64–72
Cuadro No. 9 (recuento), 98 Latín Tardío – Prerromance, 61–63
Cuadro No. 10 (a), 103 lengua latina precedente al “Latín
Cuadro No. 10 (b), 104 Vulgar,” 58–59
Cuadro No. 10 (c), 105 diacronía de ‘vos’ / ‘tú‘, 9–18
Cuadro No. 11, 107 Diálogo de amor, 152–53, 153, 185
Cuadro No. 12 (a), 109 Diálogo de la discreción, 153–54, 154, 185
Cuadro No. 12 (b), 111 Diálogo de la lengua, 10, 35–36, 37, 57, 150–
52, 152, 185
Cuadro No. 13, 112 Diálogo del amor, 152–53
Cuadro No. 14, 115
Cuadro No. 15, 123 Diálogos de diferentes materias escritos, 152–54
Cuadro No. 16, 125 Diálogos familiares, 56
Cuadro No. 17, 128 Díaz del Castillo, Bernal, Historia verdadera
Cuadro No. 18, 131 de la conquista de la Nueva España, 16
Cuadro No. 19, 133 Diccionario de Autoridades, 1n1
Cuadro No. 20, 135 Diccionario de Real Academia Española
Cuadro No. 21, 139 (DRAE), 1n1
Cuadro No. 22 (Resumen de textos), 139 Dichos graciosos de españoles, 167
Diego Duque de Estrada, 14–15
Cuadro No. 23, 150 Comentarios del desengañado de sí mismo, 14–
Cuadro No. 24, 152 15
Cuadro No. 25, 153 dinámica histórica del sociotratamiento
Cuadro No. 26, 154 ‘vos’, 23, 31–32
Cuadro No. 27, 158 El Duelo de la Virgen, 92–94, 98
Cuadro No. 28, 160 Dutton, Brian, 92
Cuadro No. 29, 166
Cuadro No. 30, 171 Edad Media, 2–3, 24, 28, 73, 75, 99, 143–
Cuadro No. 31, 173 44, 148, 179. Véase también siglos específicos
Cuadro No. 32, 173 Auto de los Reyes Magos, 78–81
Cuadro No. 33, 181
El Duelo de la Virgen, 92–94
Cuadro No. 34, 185 El Libro de Alexandre, 87–89
Cuadro No. 35 (Resumen de textos), 185 El Libro de Apolonio, 89–91
Cuentos españoles del siglo XVI, 167 Los Milagros de Nuestra Señora, 94–98
Cuervo, Rufino J., 45–46 Poema de Fernán González, 85–87
Poema de Mío Cid, 81–85
Damasio de Frías
Diálogo de la discreción, 153–54 Elcock, W.D., The Romance Languages, 63
Diálogo del amor, 152–53 Enciclopedia universal ilustrada europeo-
Dantisco, Lucas Gracián, Galateo Español, americana, 10
14 Enrique IV, 12
207
Ana Emilia León

Enríquez, Luis, 152 Gramática de la lengua castellana, 34, 36, 37


Entwistle, William J., The Spanish Language, Gramática de la lengua castellana (Bello), 45–46
52–53 Gramática de la lengua vulgar de España, 37–38
Epistolario del III Duque de Alba, 160–61, Grisel y Mirabella, 123–25, 123n18, 125, 139
162, 185
Erasmismo, 175, 188 Guerrero, Gonzalo, 16
España, 4, 6, 12, 14, 17, 17n23, 23–24, 27– Guevara, Antonio de, 164n18
29, 33, 71. Véase también siglos específicos
Humanismo en, 24–26 Libro Primero de las Epístolas familiares de
español, fortalecimiento desde la época del Fray Antonio de Guevara, 162–66, 166,
Humanismo, 24–25 185
estatus social, 20–22, 21, 75 Gutiérrez Cuadrado, Juan, The Evolution of
extinción de ‘vos’ / ‘tú’ peninsular, bases Spanish. An Introductory Historical Grammar
teóricas sobre la, 55–57 (Curso de gramática histórica española), 51

Farsas, 158–60, 160, 185 Hagenbach, Pedro, 143


Felipe II, 8–9, 8n10, 73, 174–75, 180 Hanssen, Federico, Gramática Histórica de la
Fernández Pacheco, Juan, 166 lengua castellana, 52, 149
Fishman, J.A., 18 Henríquez Urena, Pedro, Gramática
Flores, Juan de, Grisel y Mirabella, 123–25, Castellana, 47–48
123n18, 125, 139 Historia verdadera de la conquista de la Nueva
Frías, Damasio de España, 16
Diálogo de amor, 152–53, 153, 185 Holmes, Janet, 31
Diálogo de la discreción, 153–54, 154, 185 Honorio, 59, 187
Humanismo, 24–25, 127, 141–60, 175, 179,
Diálogos de diferentes materias escritos por 188. Véase también siglos específicos
Damasio de Frías, 152–53, 185
Fundamento del vigor y elegancia de la Lengua Ibero-Romance, 63–72
Castellana, 42–44 Impacto sociolingüístico-histórico de ‘vos’
y sus variantes contemporáneas, 74–76
Galateo Español, 14 imperialismo, 24–25
Galindo, Beatriz, 24 Imperio Romano, 58–60, 187
Garcés, Gregorio, Fundamento del vigor y individualismo, 142
elegancia de la Lengua Castellana, 42–44 El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
García de Diego, Vicente, Gramática (I), 3, 11, 175–81, 181, 185
Histórica Española, 50 El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
García, Érica, (V)os- (Otros): ¿Dos y el mismo (II), 3, 181–86, 185, 186
cambio? 51, 67
Gautier de Chatillon, ? Alexandreis, 88 Isabel, 24, 25, 136
Gayangos, Pascual de, 154
Gili Gaya, Samuel, 66, 128 Jérica, Jaime de, 101
Curso Superior de Sintaxis Española, 48–49 Jonge, Robert de, (V)os- (Otros): ¿Dos y el
Gilman, A., Pronouns of Power and Solidarity, mismo cambio? 51, 67
59–60, 187–88 Juana la Beltraneja, 136
Gramática Castellana, 9, 36–37, 179 Juan Manuel
Gramática Castellana (Alonso y Henríquez Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e
Urena), 47–48 de Patronio, 101–5, 103–4, 105, 110,
208
Ana Emilia León

139, 157
sociotratamientos epistolares en misivas Marín, Francisco Marco
de, 115–17 Aproximación a la gramática española, 49–
50
Labov, William, 18 Curso de Gramática Española, 50
Lapesa, Rafael, 8, 8n10, 49, 51, 69, 71 Marqués de Santillana, 105–7, 139
Historia de la lengua española, 48, 68, 138 Martínez de Toledo, Alfonso, Arcipreste de
“Personas Gramaticales y Tratamientos Talavera o Corbacho, 123, 139
en Español,” 48, 56 Mártinez de Toledo, Alfonso, Arcipreste de
Lathrop, T. A., The Evolution of Spanish. An Talavera o Corbacho, 118–23, 123, 139, 157
Introductory Historical Grammar (Curso de Mendoza, Íñigo de, 12
gramática histórica española), 51 Coplas de Vita Christi, 12, 68–69, 133–35,
Latín Tardío – Prerromance, 61–63 135, 139
"Latín Vulgar," 58–59 Menéndez Pidal, Ramón, Manual de
Lechner, C., (V)os- (Otros): ¿Dos y el mismo Gramática Histórica Española, 66, 122
cambio? 51, 67 “Mester de Clerecía,” 89
lengua latina precedente al "Latín Vulgar," Los Milagros de Nuestra Señora, 94–98, 97, 98
58–59 monarcas, 115–17
Lenz, Rodolfo, 47 Muñón, Sancho de, La Tercera Celestina, 171

La oración y sus partes, 47 Nebrija, Antonio de, 24–25


El Libro de Alexandre, 87–89, 98 Gramática de la lengua castellana, 9, 34, 36,
El Libro de Apolonio, 89–91, 98 37, 179
Libro de buen amor, 107–11, 109–10, 111, Nelson, Dana Arthur, 87–89, 87n9
139 Nieuwenhuijsen, Dorine, (V)os- (Otros):
¿Dos y el mismo cambio? 51, 67
Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de nobleza, miembros de la, 20, 115–17
Patronio, 101–5, 103–4, 105, 110, 139, 157 ‘nos’, 23, 188
Libro Primero de las Epístolas familiares de Fray
Antonio de Guevara, 162–66, 166, 185 ‘nosotros’, 7–8, 23, 188
Lloyd, Paul M., 62, 66, 68 Nueva gramática de la lengua española, 44, 53–
From Latin to Spanish, 51–52 55
López de Ayala, Pero, Rimado de Palacio, Nuevo Mundo, 4, 14–18, 17n23, 24–29,
113–15, 115, 139 32–33, 57–58, 71, 76–77, 179, 190. Véase
López de Hoyos, Juan, 175 también ‘voseo americano’
López Pacheco, Diego, 150 Nuñez, Hernan, Refranes, 167
La lozana andaluza, 154–58, 158, 185
Luna, Juan de Obras de Garcilaso de la Vega, 167, 169
Diálogos familiares, 56 ‘os’, 27
Segunda parte de Lazarillo de Tormes, 173,
185 La Pasión Trobada, 128–31, 131, 139
períodos, clasificación de textos por, 19–30.
Mal Lara, Juan de, Filosofía vulgar, 167 Véase también siglos específicos
Manrique, Jorge, [Coplas] de Don Jorge
Manrique por la muerte de su padre, 136–39, Petrarca, 144
139 Pla Cáceres, José, 69–70
Manrique, Rodrigo, 136 La evolución del tratamiento ‘vuestra-merced’,
209
Ana Emilia León

69–70n27 La Pasión Trobada, 128–31, 131, 139


Poema de Fernán González, 84, 85–87, 98 Sanz Hernández, Teófilo, Los pronombres
Poema de Mío Cid, 2, 65, 81–85, 98 personales, 52
Pottier, Bernard, 66 La Segunda Celestina, 150, 169–71, 171, 185
Morfología Histórica del Español, 50 Segunda parte de Lazarillo de Tormes, 173, 185
“Pragmáticas,” 8, 8n10 segundo período, 19
Premáticas, 8, 8n10 Severin, Dorothy S., 128
Prerromance, 61–63
Siglo de Oro, 6, 28. Véase también siglos
primer período, 19 específicos
Puleo García, Alicia Helda, Los pronombres siglo IV, 58, 60–61
personales, 52 siglo V, 187
siglo XI, 95
Quinto Curcio, 88 siglo XII, 95
siglo XIII, 19, 22, 31, 73, 93, 97, 98, 99
Rávena, 59
Real Academia Española, 1n1, 44–45 Auto de los Reyes Magos, 78–81
Nueva gramática de la lengua española, 53– siglo XIV, 3, 19, 22, 69, 75, 95, 100, 101–
54 17, 188
receptor, estatus social y, 20 Danza de la muerte, 111–12
Renacimiento, 141, 150–51, 188. Véase Libro de buen amor, 107–11
también siglos específicos Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e
revisión bibliográfica, 32–47 de Patronio, 101–5
Reyes Católicos, 24, 25, 73, 165 Rimado de Palacio, 113–15
Rico Verdú, José, 142 sociotratamientos epistolares, 115–17
Rimado de Palacio, 113–15, 115, 139 Versos del Marqués de Santillana, 105–7
Rivers, Elias L., 167 siglo XV, 3, 12, 12n19, 22, 23, 24, 25, 34–
Rodríguez Puértolas, Julio, 133 37, 64, 77, 100, 118–50, 179–80, 188
Rojas, Fernando de [Coplas] de Don Jorge Manrique por la muerte
La Celestina, 3, 141, 150, 154, 155, 157, de su padre, 136–39
169, 170, 171, 185, 188 Arcipreste de Talavera o Corbacho, 118–23
Comedia de Calisto y Melibea, 143 Cárcel de Amor, 125–28
Roma, 59–60 La Celestina, 143–50
Romaine, Suzanne, 18–19 Coplas de la Panadera, 131–33
Coplas de Vita Christi, 133–36
Romania, 62 Gramática de la lengua castellana, 34, 36, 37
Rosenblat, Ángel, La lengua del ‘Quijote’, 176 Grisel y Mirabella, 123–25
Rueda, Lope de, 167 La Passión Trobada, 128–31
Ruiz, Juan, Arcipreste de Hita, Libro de buen siglo XVI, 1, 2, 4–5, 5n1, 7–10, 12–14, 19,
amor, 107–11, 109–10, 111, 139 22–23, 26, 28–30, 42, 48, 55, 57, 64, 68,
71, 73, 77, 99–100, 141, 149–74, 178–80,
Sánchez de Badajoz, Diego, Farsas, 158–60, 187–90
160, 185 El Arte Poética en Romance Castellano, 166
Sánchez de Lima, Miguel, El Arte Poética en
Romance Castellano, 166–67 Cartas de Felipe II a sus hijas, 174
San Pedro, Diego de Cuentos españoles del siglo XVI, 167
Cárcel de Amor, 125–28, 128, 139 Diálogo de la discreción, 153–54
210
Ana Emilia León

Diálogo de la lengua, 10, 35–36, 37, 57, sociotratamientos epistolares, 115–17,


150–52, 152, 185 160–74
Diálogo del amor, 152–53 sociotratamientos epistolares, Cartas de
Diálogos de diferentes materias escritos, 152– Felipe II a sus hijas, 174
54
Epistolario del III Duque de Alba, 160–61 ‘te’, 27
Farsas, 158–60 La Tercera Celestina, 171
Gramática Castellana, 9, 36–37, 179
Gramática de la lengua vulgar de España, Tesoro de la Lengua Castellana o Española, 1n1,
37–38 10, 39n6
La vida de Lazarillo de Tormes, 171–73 Tratado que muestra la vida miserable que padece
Libro Primero de las Epístolas familiares de el hombre, 57
Fray Antonio de Guevara, 162–66 tratados lingüísticos contemporáneos, 48–
La lozana andaluza, 154–58 54
Obras de Garcilaso de la Vega, 167 ‘tú’, 1–5, 7, 29, 31, 39–40, 39n6, 75, 77, 99–
Segunda Celestina, 169–71 100, 187–89
sociotratamientos epistolares, 160–74 características de, 26–30
siglo XVII, 5, 5n1, 7–9, 12–15, 19, 30–31, clasificación de los actos comunicativos,
38–42, 44–45, 48, 56–57, 70, 100, 122, 77
175–86, 189 diacronía de ‘vos’ / ‘tú‘, 9–18
Arte grande de la Lengua Castellana, 38–39 extinción de ‘vos’ / ‘tú’ peninsular,
Arte Kastellana, 40–41 bases teóricas sobre la, 55–58
‘tuteo’, 33, 39n6. Véase también ‘tú’
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha (I), 175–81, 181 Urrutia Cárdenas, Hernán
Esquema de morfosintaxis histórica del
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la español, 51
Mancha (II), 181–86, 186 Morfosintaxis histórica del español, 70n28
siglo XVIII, 42–43, 45, 122 ‘usted’, 4, 13–14, 26–30, 33, 57, 75–76
Fundamento del vigor y elegancia de la Lengua ‘ustedes’. Véase ‘usted’
Castellana, 42–44
siglo XXI, 53–54 Valdés, Alfonso de, 150
Silva, Feliciano Valdés, Juan de, 150–52
La Segunda Celestina, 150 Diálogo de la lengua, 10, 35–36, 37, 57,
Segunda Celestina, 169–71, 171, 185 150–52, 152, 185
símbolos que indifican estatus social del Vega, Garcilaso de la, Obras de Garcilaso de la
partícipe, 20 Vega, 167–69, 169
sociolectos, 22, 32, 75–76, 99. Véase también Versos del Marqués de Santillana, 105–7, 107,
pronombres específicos 139
sociolingüística, 31–33, 71–74, 99 La vida de Lazarillo de Tormes, 11, 164n18,
impacto sociolingüístico-histórico de 171–73, 173, 185
‘vos’ y sus variantes contemporáneas,
74–77 Villalón, Cristóbal de, Gramática Castellana,
sociolingüística histórica de ‘vos’, 17–18 36–37
sociotratamientos y, 5–9, 5n1, 6n2 ‘vos’, 1–9, 1n1, 77, 99–100, 141, 187–90
sociotratamientos, 7–8
cambios sociales y, 5–9, 5n1, 6n2, 29 características de, 26–30
211
Ana Emilia León

clasificación de los actos comunicativos,


77
diacronía de, 9–18, 58–72
diacronía de ‘vos’ / ‘tú‘, 9–18
dinámica histórica del sociotratamiento
‘vos’, 23–24, 31–32
extinción de ‘vos’ / ‘tú’ peninsular,
bases teóricas sobre la, 55–58
impacto sociolingüístico-histórico de,
74–77
sociolingüística histórica de, 17–18
‘voseo americano’, 4, 17, 27, 28, 33, 57, 71,
76–77
‘voseo híbrido’, 33
‘vosotros’, 7–8, 23, 26–27, 99, 188
‘vuestra merced’, 1, 3–4, 7, 9, 13–14, 13n20,
26, 31, 57, 57n13, 75–76, 77, 189
clasificación de los actos comunicativos,
77

Whinnom, Keith, 128


Wright, Roger, 61–62

Zamora Vicente, Alonso


Dialectología Española, 49
Currents in Comparative
Romance Languages and Literatures

This series was founded in 1987, and actively solicits book-length


manuscripts (approximately 200–400 pages) that treat aspects of
Romance languages and literatures. Originally established for works
dealing with two or more Romance literatures, the series has
broadened its horizons and now includes studies on themes within
a single literature or between different literatures, civilizations, art,
music, film and social movements, as well as comparative
linguistics. Studies on individual writers with an influence on other
literatures/civilizations are also welcome. We entertain a variety of
approaches and formats, provided the scholarship and methodology
are appropriate.

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manuscripts, please contact:

Tamara Alvarez-Detrell and Michael G. Paulson


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