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Agroforestería

La agroforestería o agrosilvicultura es un sistema productivo que integra árboles, ganado y pastos o


forraje, en una misma unidad productiva. Este sistema está orientado a mejorar la productividad de las
tierras y al mismo tiempo ser ecológicamente sustentable. Entre los principales beneficios se pueden
enumerar la protección física del suelo, los efectos sobre el microclima, el reciclaje de nutrientes y la
diversificación de la producción.

Dicho sistema combina la tecnología de la silvicultura y agricultura que permite un uso de la tierra más
diverso, integrado, productivo, provechoso, saludable y sostenible. El sistema puede ser integrado en
forma espacial o en secuencia temporal. Las dehesas ibéricas (montados en portugués) son un ejemplo
milenario todavía existente de este tipo de explotación.

Definiciones clave
Tradición y pre-existencia de la Agroforestería

Los sistemas agroforestales existen prácticamente desde el inicio de la agricultura. Hay vestigios de ello
en la mayor parte de las culturas antiguas, en las que se integraban varios componentes productivos y se
gestionaban de modo complejo, lo que con algunas modificaciones sigue sucediendo en la actualidad;
llamemos a esta actitud humana hacia la producción tradición agroforestal, más claro: sistemas
tradicionales con cualidades agroforestales.1

Antecedentes históricos
Crisis socio-ambiental

En la década de los ’70, las crisis social y ambiental se hicieron evidentes por sus consecuencias
masivas; particularmente resulta de interés la deforestación tropical, para 1991 el Banco Mundial estimó
en 12 millones las hectáreas que se perdían cada año,4 y sus efectos en la disminución de la capacidad
productiva de los suelos y pérdida de la biodiversidad. Responsables de esta devastación, son las
costumbres de habitabilidad, el desmonte (incentivado por la agricultura migratoria principalmente, a la
que se orienta alrededor de la cuarta parte de las tierras aprovechables de África y Asia.) y la producción
animal (en la actualidad, más de la mitad de los espacios destinados a la producción de gramíneas se
destinan a la producción de alimento para ganado).

En Los límites del crecimiento, se argumentó científicamente sobre las tendencias implosivas de los
patrones de crecimiento y el virtual colapso de las sociedades en el largo plazo, inclusive fijaron fechas
límite, mediados del siglo XXI.11

Nuestro futuro común o Informe Bruntland, reafirmó esta trayectoria y sugirió una serie de acciones
para atenuarla, tal vez su mayor mérito resida en la socialización de la idea en casi todos los foros
económicos, sociales y ambientales del planeta. Se acuñó entonces el término de “Desarrollo
Sostenible” para agrupar este tipo de medidas, que contravenía la común tendencia de enfocar la
atención de las necesidades presentes, a cambio atendía la de las futuras, la conservación de los recursos
intergeneracionales y el mantenimiento del equilibrio entre intereses locales, nacionales y globales.12
Silvicultura
La silvicultura (del latín silva, selva, bosque, y cultura, cultivo) es el cuidado de los bosques, cerros o montes y también, por
extensión, la ciencia que trata de este cultivo; es decir, de las técnicas que se aplican a las masas forestales para obtener de
ellas una producción continua y sostenible de bienes y servicios demandados por la sociedad. Estas técnicas se pueden definir
como tratamientos silvícolas, cuyo objetivo es garantizar dos principios básicos: la persistencia y mejora de la masa
(continuidad en el tiempo y aumento de su calidad) y su uso múltiple. El silvicultor emplea diferentes tratamientos silvícolas
en función de lo que quiera obtener, como madera, leña, frutos, calidad ambiental. Por ello, la silvicultura siempre ha estado
orientada a la conservación del medio ambiente y de la naturaleza, a la protección de cuencas hidrográficas, al mantenimiento
de pastos para el ganado y a la fruición pública de los bosques. La silvicultura origina una producción diversa (diferencia
clara con la agricultura), siendo necesaria la compatibilización de todas las producciones y externalizaciones que produce.
Será el principio de preferencia quien rija el orden de éstas, mediante listas de preferencias jerarquizadas.

La producción de una masa se puede dividir en:

 Producción directa: (maderable y no maderable): productos inmediatos o materias primas ( ej.: madera, leñas,
corcho, resina, caza, entre otras, etc.)

 Producción indirecta: productos mediatos o externalidades positivas. Lo generan las masas por el hecho de existir
(por ejemplo: fijación de carbono, regulación del ciclo hidrológico, biodiversidad, etc.)

Problemática

La mano de obra subcontratada representa en la mayoría de los países una proporción importante y cada vez mayor de los
trabajadores forestales. Aunque jurídicamente se consideren como empresarios, los contratistas tienen en algunos países una
autonomía limitada y pueden ser en realidad trabajadores encubiertos. En muchos países los contratistas no están amparados
por la legislación laboral y gozan de menos protección que los trabajadores que tienen un empleo. Los propios contratistas y
su personal ejercen un empleo muy inestable; dada la necesidad de reducir los costos en un mercado muy competitivo,
tienden a propasarse en los ritmos de trabajo y a trabajar horas excesivas. Incurren, a veces, en prácticas ilícitas como el
trabajo clandestino y la contratación de inmigrados no declarados.

En muchos países tropicales, las condiciones de trabajo no reúnen los requisitos básicos en materia de alojamiento y
nutrición, por no hablar de la protección social. En muchos casos, los trabajadores viven en campamentos, en lugares muy
aislados. La rotación de personal suele ser muy rápida aún en muchos de los países industrializados. La silvicultura es una de
las tres ocupaciones más peligrosas en casi todos los países.

En los últimos decenios, la formación de los trabajadores forestales ha progresado mucho en Europa, pero es todavía
rudimentaria o inexistente en la mayoría de los países tropicales. Una buena formación es un elemento esencial para salir del
círculo vicioso que constituyen los bajos niveles de productividad y de remuneración, la tasa elevada de accidentes y la
rápida rotación de la mano de obra.

La industria de la madera vive profundos cambios estructurales como consecuencia de la mundialización. Muchas industrias
se trasladan a lugares más próximos a donde se halla la materia prima o en donde se pagan salarios inferiores. Para aumentar
el valor añadido de su actividad industrial, las industrias nacionales de conversión de la madera se han multiplicado en
muchos países en desarrollo, por lo cual las empresas y los trabajadores de países tradicionalmente productores de madera se
han visto obligados a reducir los costos y a adaptarse a la situación sin conculcar las normas laborales. En los nuevos lugares
de explotación, las condiciones de trabajo, la protección de los trabajadores y su grado de organización son a menudo
insatisfactorios.

En la industria de la celulosa y el papel, los problemas principales se derivan de la rápida evolución tecnológica y estructural,
y se refieren a las cuestiones siguientes: seguridad en el empleo, planificación de los despidos, formas flexibles de trabajo y
perfeccionamiento de los recursos humanos.

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