deseos, el placer, el gusto; siendo una de sus expresiones típicas el miedo, hasta
del propio cuerpo que somos. El miedo es funcional a la dominación porque
paraliza el poder del deseo y lo resitúa desde la dinámica de la impotencia y la
resignación.
Por lo tanto, la emancipación supone trastocar aquella sensibilidad
colonizada, es decir, trastocar aquellos deseos, pasiones, emociones y
sentimientos que garantizan corporalmente la reproducción de la dominación
en tanto acción y discurso legitimador de las desigualdades. No es posible,
repetimos, un pensamiento crítico sin una sensibilidad emancipada.
1
Melgar Bao, Ricardo, “Entre lo sucio y lo bajo: identidades subalternas y resistencia cultural
en América Latina”. En Cassigoli R., Turner J. (coord). Tradición y emancipación cultural en
América Latina. México, Siglo XXI – Fac. de Ciencias Políticas (UNAM). 2005, pp. 30-57
2 Cf Franz Hinkelammert Sacrificios humanos y sociedad occidental: Lucifer y la bestia. Costa Rica,
Bibliografía:
- Asselborn Carlos, Cruz Gustavo, Pacheco Oscar. (2009). Liberación, estética y
política. Aproximaciones filosóficas desde el Sur. Córdoba: EDUCC.
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