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ABRIL

28 de abril
SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT
Patrono de los Esclavos de la Eucaristía y de María Virgen
Solemnidad

Nació en Montfort, al norte de Francia, en 1673; cumplió la


formación al sacerdocio en París, donde fue ordenado en 1700.
Llegado en peregrinación a Roma en 1706, fue recibido por el Papa
Clemente XI, el cual le otorgó el título de “misionero apostólico”.
Luis María recorrió las regiones occidentales de Francia,
evangelizando el misterio de la Sabiduría eterna, Cristo encarnado
y crucificado, enseñando a ir a Jesús por medio de María. Asoció
sacerdotes y hermanos a su propia actividad apostólica, y redactó
las reglas de los Misioneros de la Compañía de María. Con la
Beata María Luisa Trichet fundó las Hijas de la Sabiduría. Murió
en San Lorenzo del Sèvre, el 28 de abril de 1716, en el transcurso de
una misión. Fue proclamado santo por el Papa Pío XII el 20 de julio
de 1947. Entre sus escritos destacan el “Tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen” y “El Amor de la Sabiduría
eterna”.
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I Vísperas

Himno O.C. Cant. 111,1-4

Ven, ¡oh Jesús!, que vives en María;


ven a vivir y reinar en nosotros,
que tu vida se exprese en nuestra vida
para vivir tan sólo para ti.

Forja en nuestra alma, ¡oh Cristo!, tus virtudes,


tu espíritu divino y santidad,
tus máximas perfectas y tus normas
y el ardor de tu eterna caridad.

Danos parte, Señor, en tus misterios


para que te podamos imitar;
tú que eres Luz de Luz, danos tus luces,
y en pos de ti podremos caminar.

Reina, Cristo, en nosotros por tu Madre,


sobre el demonio y la naturaleza,
en virtud de tu nombre soberano,
para gloria del Padre celestial. Amén.

Salmodia
Ant. 1. El Señor me envió a predicar el Evangelio, en una
demostración de la fuerza del Espíritu. Aleluya.
Los salmos del Común de Pastores, p.
Ant. 2. Predicamos un Cristo crucificado, un Cristo que es
portento de Dios y sabiduría de Dios. Aleluya.
Ant. 3. Dios nos ha destinado a ser adoptados como hijos
suyos por medio de Jesucristo. Aleluya.

Lectura breve 1 Cor 1,17-18


No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el
San Luis Ma. Grignion de Monfort 17

Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer


ineficaz la cruz de Cristo. Pues el mensaje de la cruz es necedad
para los que se pierden; pero para los que se salvan, para
nosotros, es fuerza de Dios.

Responsorio breve
R. Señor, yo soy tu siervo. * Aleluya, aleluya.
V. Y el hijo de tu esclava. *Aleluya, aleluya. Gloria al Padre.
Señor yo soy.

Magníficat, ant. Has colmado a tu siervo con el espíritu de


sabiduría e inteligencia; te ensalzamos, Señor, Dios nuestro.
Aleluya.

Preces
En este tiempo de alegría pascual, estamos reunidos para
celebrar la fiesta de san Luis María; por su intercesión,
humildemente, en el Espíritu, roguemos a nuestro Señor
Jesucristo:
Venga tu reino por la Virgen María.
Señor Jesús, tú elegiste al Papa N. como Vicario de tu
amor, para presidir la caridad de tu Iglesia,
– por su magisterio, haz a tus ministros perseverantes en la
doctrina de los apóstoles y fieles dispensadores de los
misterios divinos.
Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero a
predicar la Buena Noticia a toda criatura,
– da a los predicadores el don de tu sabiduría y confirma su
palabra con tu gracia.
Tú que no dejas nunca de proveer a las necesidades de
tu Iglesia por medio de santos pastores,
– excita nuestros corazones por tu Espíritu para que
podamos siempre sentir con la Iglesia y comulgar con las
necesidades de los pobres.
18 28 de abril

Tú que quisiste que nuestra comunidad fuese, en tu


Iglesia, animada por el espíritu de sabiduría y apostolado,
bajo la peculiar protección de la bienaventurada Virgen
María,
– haz que con confianza llevemos en el mundo fiel
testimonio de tu resurrección, mediante nuestra vida y
nuestras costumbres.
Padre nuestro.
Oración
h Dios, que has querido guiar los pasos del presbítero
san Luis María Grignion de Monfort, acompañado de la
Virgen bienaventurada, por el camino de la salvación y
del amor a Cristo, concédenos que, a ejemplo suyo,
trabajemos incasables en la edificación de tu Iglesia
meditando los misterios de tu amor. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
ios todopoderoso y eterno, que hiciste de san Luis
María Grignion de Monfort, presbítero, un destacado
testigo y maestro de la plena entrega a Cristo, tu Hijo,
de la mano de su santa Madre, haz que nosotros, siguiendo
este camino espiritual, contribuyamos siempre a la extensión
de tu reino. Por nuestro Señor, Jesucristo.
San Luis Ma. Grignion de Monfort 19

Invitatorio
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Sabiduría de Dios,
encarnado en el seno de María. Aleluya.

Oficio de Lectura

Himno O.C. Cant. 22,1.5-15

Me voy, me voy por el mundo,


presa de amor vagabundo;
¡voy mi prójimo a salvar!
¿Cómo ver a mis hermanos
perecer en el pecado
sin sentirme conmovido?

¡Son tan valiosos, Señor!


Dame tu sabiduría,
el amor que nos apremia
y que diviniza al hombre.

Haz de mi palabra un trueno


que destruya la maldad
y haz que en cielos y tierra
cumplamos tu voluntad.

Señor Jesús, estoy pronto


a anunciar y denunciar;
sostenido por tu fuerza,
haz de mí tu misionero,
que, aunque el único salario
sean la afrenta y el desprecio,
feliz de imitarte estoy.

Salmodia
Ant. 1. La Sabiduría condujo al justo por sendas llanas y le
mostró el Reino de Dios. Aleluya.
Los salmos del Común de Pastores, p.
20 28 de abril

Ant. 2. Dios lo condujo para convertir al pueblo; acabó con


la abominación de los ídolos. Aleluya.
Ant. 3. Por la causa de Cristo ha estado a punto de morir,
exponiendo su vida. Aleluya.

V. Ha proclamado el poder del Señor. Aleluya.


R. Y las maravillas que ha realizado. Aleluya.

Primera Lectura
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
1,17-31
Sabiduría del mundo y sabiduría cristiana
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el
Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer
ineficaz la cruz de Cristo. Pues el mensaje de la cruz es
necedad para los que se pierden; pero para los que se salvan,
para nosotros, es fuerza de Dios. Pues está escrito: Destruiré la
sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde está el
sofista de este tiempo? ¿No ha convertido Dios en necedad la
sabiduría del mundo? Y puesto que, en la sabiduría de Dios, el
mundo no conoció a Dios por el camino de la sabiduría, quiso
Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los
que creen.
Pues los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría;
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para
los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados –
judíos o griegos-, un Cristo que es fuerza de Dios. Pues lo
necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios
es más fuerte que los hombres.
Y si no, fijaos en vuestra asamblea, hermanos: no hay en
ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni
muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha
escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo
lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso. Aún más, ha
escogido la gente baja del mundo, lo que no cuenta, para
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anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en


presencia del Señor.
A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se
ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia,
santificación y redención. Y así, como está escrito: el que se
gloríe, que se gloríe en el Señor.

Responsorio 1 Ts 2,8-9
R. Os queríamos tanto que deseábamos entregaros no solo
el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas;
* tanto llegamos a quereros. Aleluya.
V. Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas;
trabajando día y noche para no ser gravosos a nadie,
proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. * Tanto
llegamos a quereros. Aleluya.

Segunda Lectura
Del «Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima
Virgen» de san Luis María Grignion de Montfort, presbítero.
(nn. 120-121.125-126)
Soy todo tuyo
La plenitud de nuestra perfección consiste en ser
conformes, vivir unidos y consagrados a Jesucristo. Por
consiguiente, la más perfecta de todas las devociones es, sin
duda alguna, la que nos conforma, une y consagra más
perfectamente a Jesucristo. Ahora bien, María es la creatura
más conforme a Jesucristo. Por consiguiente, la devoción que
mejor nos consagra y conforma a Nuestro Señor es la
devoción a su Santísima Madre. Y cuanto más te consagres a
María, tanto más te unirás a Jesucristo.
La perfecta consagración a Jesucristo es, por lo mismo, una
perfecta y total consagración de sí mismo a la Santísima
Virgen. Ésta es la devoción que yo enseño, y que consiste –en
otras palabras– en una perfecta renovación de los votos y
promesas bautismales. Consiste, pues, esta devoción en una
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entrega total a la Santísima Virgen, para pertenecer, por


medio de Ella, totalmente a Jesucristo.
Esta devoción nos consagra, al mismo tiempo, a la
Santísima Virgen y a Jesucristo. A la Santísima Virgen, como
al medio perfecto escogido por Jesucristo para unirse a
nosotros, y a nosotros con Él. A Nuestro Señor, como a
nuestra meta final, a quien debemos todo lo que somos, ya
que es nuestro Dios y Redentor.
Todo cristiano, en el Bautismo, por su propia boca o las de
sus padrinos, renunció a Satanás, a sus pompas y a sus obras,
y eligió a Jesucristo como a su Dueño y Señor, para depender
de Él en calidad de esclavo de amor. Es precisamente lo que
hacemos por la presente devoción: renunciar al demonio, al
mundo, al pecado y a nosotros mismos, y consagrarnos
totalmente a Jesucristo por manos de María.
En el Bautismo no nos consagramos explícitamente por
manos de María, ni entregamos a Jesucristo el valor de
nuestras buenas acciones. Y, después de él, quedamos
completamente libres para aplicar dicho valor a quien
queramos o conservarlo para nosotros. Por esta devoción, en
cambio, nos consagramos expresamente a Nuestro Señor por
manos de María y le entregamos el valor de todas nuestras
acciones.

Responsorio Sal 115, 16-18


R. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava. * Te ofreceré
un sacrificio de alabanza. Aleluya.
V. Cumpliré al Señor mis votos, en presencia de todo el
pueblo. * Te ofreceré.

Himno Te Deum, p.

La oración como en Laudes.


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Laudes

Himno O.C. Cant. 124

Sabiduría, ven, el pobre te suplica,


por tu sangre y por tu cruz,
por las entrañas de María:
ven pronto, mi dulce Jesús.

¿Por qué prolongas tú este largo martirio?


Ven, yo te busco sin cesar,
ven que mi alma te desea,
ven que ya muero de esperar.

Sabiduría, ven, abre pronto la puerta:


es un cansado pecador
que busca ansioso una respuesta
de paz, de amor y de perdón.

¡Digna Madre de Dios! ¡Oh Virgen fiel y pura!


Particípame de tu fe,
y dame la Sabiduría,
con ella todo lo obtendré.

Sabiduría, ven, por la fe de María:


tú la creaste para ti:
ella, a su vez, te dio la vida,
con nosotros te hizo vivir.

Yo creo sin dudar, nada me es imposible:


la Sabiduría obtendré.
El lo ha dicho y es infalible:
quien la busca la encontrará,
quien la pide la alcanzará.

Salmodia
Ant. 1. Desde mi juventud, amé a la Sabiduría y la busqué.
Gracias a ella, alcanzaré la inmortalidad. Aleluya.
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Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I, p.


Ant. 2. Bendecid conmigo al Señor; ensalcemos su
Sabiduría por los siglos. Aleluya.
Ant. 3. Me hice todo a todos, para salvarles a todos. Aleluya.

Lectura breve Prov 9,1-5


La Sabiduría se ha hecho una casa, ha labrado siete
columnas, ha sacrificado víctimas, ha mezclado el vino y ha
preparado la mesa, ha enviado a sus criados a anunciar en los
puntos que dominan la ciudad: «Vengan aquí los inexpertos»;
y a los faltos de juicio les dice: «Venid a comer mi pan, a beber
el vino que he mezclado».

Responsorio breve
R. El Señor instruyó al justo en el camino de la sensatez.
*Aleluya, aleluya.
V. Le mostró el Reino de Dios. * Aleluya, aleluya. Gloria al
Padre. El Señor.

Benedictus, ant. Cristo, Sabiduría de Dios, ha visitado a su


pueblo, como sol que nace de lo alto. Aleluya.

Preces
Por el bautismo somos partícipes de una vocación celestial;
acerquémonos, pues, al Trono de la gracia. Por intercesión de
la Virgen María y de san Luis María, unánimes en el Espíritu
Santo, oremos al apóstol y pontífice de nuestra fe, nuestro
Señor Jesucristo:
Oh Jesús, que vives en María, ven a vivir y reinar en nosotros.
Te damos gracias, Señor Jesús, por habernos dado, en tu
Espíritu, la gracia de la adopción filial,
– que, por la Virgen María, tu Madre, sea formada en
San Luis Ma. Grignion de Monfort 25

nosotros tu vida hasta la plenitud.


A los que has hecho renacer del agua y del Espíritu Santo,
los has llamado también a una vocación santa, para que
caminen en tu presencia, santos e inmaculados en el amor,
– haznos firmes y seguros de nuestra vocación a la santidad,
con fervor cada día más grande.
Tú que naciste de la Virgen y quisiste someterte a ella para
así crecer en sabiduría, edad y gracia,
– danos tu Sabiduría eterna para que nos acompañe hoy y
trabaje con nosotros.
Tú que hiciste a María atenta a tu Palabra y fiel sierva tuya,
– haz de nosotros discípulos dóciles a la verdad y siervos
fieles a tu amor.
Tú que fortaleciste a María al pie de la cruz y la colmaste de
gozo espiritual por tu resurrección,
– por su intercesión, alivia a los que están atormentados por
la aflicción y confirma sus esperanzas.
Padre nuestro.
Oración
h Dios, que has querido guiar los pasos del presbítero
san Luis María Grignion de Monfort, acompañado de la
Virgen bienaventurada, por el camino de la salvación y
del amor a Cristo, concédenos que, a ejemplo suyo,
trabajemos incasables en la edificación de tu Iglesia
meditando los misterios de tu amor. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
ios todopoderoso y eterno, que hiciste de san Luis
María Grignion de Monfort, presbítero, un destacado
testigo y maestro de la plena entrega a Cristo, tu Hijo,
de la mano de su santa Madre, haz que nosotros, siguiendo
este camino espiritual, contribuyamos siempre a la extensión
de tu reino. Por nuestro Señor, Jesucristo.
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Hora Intermedia
Salmodia complementaria, pp. #
Tercia
Ant. Dichoso el hombre que el Espíritu del Señor instruye
en el camino del bien. Aleluya.

Lectura breve Col 2,1-3


Quiero que sepáis el duro combate que sostengo por vosotros
y por todos los que no me conocen personalmente; para que
se llenen de ánimo sus corazones y, estrechamente unidos en
el amor mutuo, alcancen en toda su riqueza la plena
inteligencia y el perfecto conocimiento del misterio de Dios,
que es Cristo. En él están encerrados todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento.

V. Señor, yo soy tu siervo. Aleluya.


R. Y el hijo de tu sierva. Aleluya.

Sexta
Ant. El Señor dirigió al justo en el camino de la honradez y
le mostró el Reino de Dios. Aleluya.

Lectura breve Col 2,6-10


Por tanto, ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor,
proceded unidos a él, arraigados y edificados en él, afianzados
en la fe que os enseñaron y rebosando agradecimiento.
Cuidado con que nadie os envuelva con teorías y con vanas
seducciones de tradición humana, fundadas en los elementos
del mundo y no en Cristo. Porque en él habita la plenitud de
la divinidad corporalmente, y por él, que es cabeza de todo
Principado y Potestad, habéis obtenido vuestra plenitud.
San Luis Ma. Grignion de Monfort 27

V. No me acobardo de anunciar el Evangelio. Aleluya.


R. Porque es fuerza de Dios para la salvación. Aleluya.

Nona
Ant. Anunciamos a Cristo crucificado, a Cristo poder y
sabiduría de Dios. Aleluya.

Lectura breve Col 1,24-27


Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así
completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de
Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios
me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha
sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la
palabra de Dios, el misterio escondido desde siglos y
generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha
querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este
misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la
esperanza de la gloria.

V. El Espíritu de Dios lo hizo. Aleluya.


R. Y el aliento del Omnipotente le dio vida. Aleluya.
La oración como en Laudes.

II Vísperas

Himno O.C. Cant. 141,1.2.7.15

Ven, ¡oh Padre de las luces!;


ven, ¡oh Dios fuente de amor!;
forja tu plegaria en mí,
haz descender en mi alma
una chispa de tu fuego
que la inflame y la penetre
con la presencia de Dios.
28 28 de abril

Ven, Espíritu, que formas


mártires y confesores,
apóstoles y profetas,
héroes y grandes almas.

Conducido por ti mismo,


vivió Jesús, mi Señor;
a fin de que yo lo imite,
condúceme como a Él.

Habla, Espíritu, y mi pecho


será fuente de agua viva,
de agua pura y abundante
que salve a los pecadores.

Sostén mi incapacidad
–soy una caña viviente–
y corrige mi inconstancia,
pues cambio más que la brisa.

Haz de mi pecho un santuario;


de mi lengua, un instrumento,
para dar ejemplo a todos
y hablar con toda elocuencia.

Por Jesús y por María,


reina en mí con tu poder,
para que así glorifique
a Dios por la eternidad. Amén.

Salmodia
Ant. 1. Con vosotros decidí ignorarlo todo excepto a
Jesucristo, y a éste, crucificado. Aleluya.
Los salmos del Común de Pastores, p.
Ant. 2. Dichoso el hombre a quien tú educas, al que enseñas
tu ley, Señor. Aleluya.
San Luis Ma. Grignion de Monfort 29

Ant. 3. Ensalzaré tu nombre, Señor, pues tu sabiduría es


admirable. Aleluya.

Lectura breve Rom 8,28-30


Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien;
a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los
que había conocido de antemano los predestinó a reproducir
la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre
muchos hermanos. Y a los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Responsorio breve
R. Dame, Señor, la Sabiduría entronizada junto a ti. *
Aleluya, aleluya.
V. No me niegues un puesto entre los tuyos. * Aleluya,
aleluya. Gloria al Padre. Dame, Señor.

Magníficat, ant. Hoy, san Luis María ha recibido el premio


de su labor. Hoy, en la gloria, está sentado con los santos en el
festín de la Sabiduría celestial. Aleluya.

Preces
Demos gracias a Dios Padre por el don inefable que nos ha
hecho de su Hijo, Jesucristo, y, por intercesión de san Luis
María, dirijámosle nuestra humilde y fervorosa plegaria:
Señor Jesús, dale hijos a tu Madre.
Tú que quisiste comenzar el misterio de nuestra salvación
por la Virgen María,
– por ella, lleva a su término la obra que comenzaste en
nosotros, hasta que reproduzcamos los frutos del Espíritu
para la eternidad.
Tú que por el bautismo nos has conferido un sacerdocio
real, para que podamos ofrecer con tu Iglesia un sacrificio de
30 28 de abril

alabanza,
–danos la Sabiduría de la Cruz, para comulgar con gozo a
tus sufrimientos y permanecer siempre en exultante acción
de gracias.
Tú que eres, para el mundo entero, la única luz y la única
salvación, haz que todas las naciones entren en tu reino,
–para que todos los pueblos queden iluminados por tu
Evangelio y consigan la salvación.
Tú que nos has reunido de tantas naciones en una sola
familia a ti consagrada, para trabajar juntos para tu reino en
el mundo entero,
–dígnate acoger también con misericordia en tu reino del
cielo a nuestros hermanos que nos han precedido,
marcados con el signo de la fe y del celo apostólico.
Padre nuestro.

Oración
h Dios, que has querido guiar los pasos del presbítero
san Luis María Grignion de Monfort, acompañado de la
Virgen bienaventurada, por el camino de la salvación y
del amor a Cristo, concédenos que, a ejemplo suyo,
trabajemos incasables en la edificación de tu Iglesia
meditando los misterios de tu amor. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
ios todopoderoso y eterno, que hiciste de san Luis
María Grignion de Monfort, presbítero, un destacado
testigo y maestro de la plena entrega a Cristo, tu Hijo,
de la mano de su santa Madre, haz que nosotros, siguiendo
este camino espiritual, contribuyamos siempre a la extensión
de tu reino. Por nuestro Señor, Jesucristo.

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