La principal diferencia entre la organización formal y la informal tiene que ver con
que la primera está “oficializada”, es decir, respaldada por un modelo
teórico (a menudo por escrito: un acta constitutiva, un manual organizativo, etc.)
basado en planes, proyecciones, modelos de comportamiento y otras herramientas
conceptuales que constituyen una jerarquía y permiten la división del trabajo en
unidades especializadas y diferenciadas.