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Laura Camila Hernandez Torres

13 de Octubre de 2018
Principios de Predicación

MI LLAMADO ES HOY
Cuando salí del colegio, estaba muy segura de lo que iba a hacer los próximos 30 años de mi
vida. Qué iba a estudiar, hasta pensaba en la especialización, la universidad, a qué edad me
voy a casar, tener hijos y otras cosas. Hice mi voluntad durante un tiempo pero este año los
planes de Dios cambiaron mi rumbo. Por eso, cuando me asignaron el llamado como tema,
me preocupó mucho pensar en qué podría yo decir a todos ustedes al respecto si estoy en una
etapa de mi vida donde estoy bastante confundida acerca de muchas áreas que se ven
borrosas. A medida que iba investigando sobre el tema, Dios me mostró lo poco que sé sobre
el llamado y según siento, he empezado un entrenamiento en el que Dios me está mostrando
el camino que debo tomar.
Elegir cómo enfocar esta predica fue bastante difícil porque hay muchos tipos de llamado.
Efesios 1:4 resume muy bien que nacimos o existimos para recibir el llamado en esencia que
es la salvación, conocer a Cristo:
“Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin
mancha delante de él.”
Por eso ninguno de nosotros debe sentirse nunca un accidente, si nuestros padres terrenales
no nos planearon… nuestro Padre Celestial sí. Pero teniendo en cuenta que muchos de
nosotros ya comprendemos que la salvación es lo más importante en la vida de cualquier
persona y que de ahí deriva todo lo demás, además por mi situación actual, me voy a enfocar
en el llamado que ejercemos en nuestra vida diaria o la misión que tenemos en la vida.
Fue curioso encontrar en diccionarios seculares que la palabra llamado, proveniente del
griego Kaleo, significa convocar o invitar, entendemos que a la vida, pero también encontré
que significa, “propósito”, “voluntad de Dios” o “misión en la vida”.
Normalmente cuando nos hablan de misión en la vida, pensamos en nuestras profesiones.
Pensamos en el momento en el que elegimos nuestra carrera, que fue lo que yo hice, miramos
cuáles son nuestras habilidades, porque Dios nos diseñó de una forma. La palabra diseño, en
italiano, es la misma palabra que se usa para designio, osea, nuestro diseño determina nuestro
designio. Aunque eso es asombroso y tiene que ver con el llamado de Dios, no podemos
confundirlo con el llamado mismo. Cuando ingresé a la universidad que quería, a la carrera
que quería, cometí el error de creer estudiar para luego obtener un trabajo y ganar dinero,
sería el propósito de mi vida. Este año tuve que esperar sin tener otra opción, y en un
principio fue bastante horrible que se cambiaran todos mis planes y me sentía, hasta hace
muy poco, completamente perdida de entender el propósito de Dios. Sin embargo, desde hace
apenas un par de meses, entendí que Dios permitió que yo me tomara un tiempo sin estudiar,
para que me diera cuenta de lo que les voy a decir: nuestra carrera o nuestro trabajo no son
nuestro llamado. Dios puede usar eso para que lo cumplamos. Pero nuestro llamado va
mucho más allá. Aunque cambiemos de trabajo, no cambia nuestro llamado.
Considero que 1 Pedro 1:15-16 lo expresa muy bien, pues dice: Más bien, sean ustedes santos
en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos,
porque yo soy santo.» El verdadero propósito de nuestra vida como cristianos debe ser vivir
una vida santa, no hacer nuestra voluntad.
El llamado es entonces, el propósito y la misión que Dios quiere que cumplamos a diario en
nuestra vida santa. Todo lo que hacemos en nuestra vida, hasta lo más pequeño, está dentro
de nuestro propósito y debemos hacerlo para Dios. Nuestra salvación es mucho más que no ir
al infierno. Dios también nos salvó para vivir una vida plena cumpliendo nuestro llamado.
Para agradarlo en cada cosa que hagamos… tener dinero, éxito u obtener las metas que
perseguimos, está bien, pero cuando tengas todo eso siempre vas a sentir vacío, si no estás
cumpliendo tu llamado, porque todo eso es añadidura. O en otras palabras, Mateo 6:33
Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o
“¿Con qué nos vestiremos?” Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el
Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Me he sentido muy como los paganos… Peleandole a Dios por la economía de mi casa, por
mis sueños, por el tiempo que aparentemente, o que para el mundo, he perdido. No quiero
quejarme porque mi vida es hermosa y mi familia es lo mejor que hay, de hecho mis luchas
han sido sobretodo internas. He tenido que hacer muchas cosas que en un principio no quería
cómo trabajar con mi papá, cuidar a mi hermano de 11 años y ayudar a mi mamá en la casa.
Pero gracias a este tiempo que Dios me ha dado, pude ver lo mucho que mi papá trabaja, lo
difícil que es el papel de la mujer que trabaja edifica su hogar, y lo poco relacionada que
estaba con mi hermanito quizás por la diferencia de edad. Dios ha probado mi paciencia en
todo sentido, mi orgullo, mi humildad, mi servicio a los demás, pero sobretodo mi manera de
amar que hoy comparo y veo que estaba muy destrozada. Nuestro primer llamado es al
ministerio de nuestro hogar. Si queremos servir en la iglesia primero tenemos que servir en
nuestra casa, y sí que Jesús me ha enseñado eso.
“Lo más importante de todo es que sigan demostrando profundo amor unos a otros,
porque el amor cubre gran cantidad de pecados” 1 Pedro 1:4
Este versículo dice “lo más importante de todo…” es amar. Y aunque puede que
aparentemente esté atrasada en semestres como muchos de mis compañeros, Dios me hablaba
y me decía: “en la universidad no les enseñan a amar”. No digo que todos tengan que hacer
una pausa académica en su vida para aprender a amar, pero puedo decirles que sí fue así
conmigo y no se imaginan el montón de cosas que he podido restaurar en mi casa y en mi
vida, en mi carácter, cosas que me han hecho madurar un montón.. Dios me está dando lo que
necesito y no lo que merezco, porque a Dios le importa más mi carácter que mi comodidad.
Dios me ha puesto a cumplir mi llamado con mis amigos y familiares, a edificarlos y a
dedicarles tiempo ahora que lo tengo y a ayudarlo a fortalecer su fe. Por mis errores y mi
temperamento muchas veces me he sentido incapaz de aconsejar personas pero la verdad es
que Dios no llama al capaz, Él capacita al que llama.
Después de hablar tanto de mi, quería decirles que no importa qué están haciendo en su vida
hoy ni cuántos años tienen, siento que a través de mi Dios quiere decirles que el llamado que
ustedes tienen es diario, no solo en sus trabajos, sino en sus casas. Ustedes están llamados a
amar, a bendecir, a glorificarlo a él, a enseñarle a otros, a aconsejar y a edificar a otros.
Dios no los va a llevar a un lugar donde su gracia no los acompañe. No esperen a estar
ejerciendo el cargo que quieren para activar su don… Usalo ya, Dios los va a respaldar.
El hecho de no estar estudiando y en un principio quedarme con shock en la vida, literal, me
enseñó a despojarme tanto de cosas materiales como cosas internas, y a darme cuenta que
para pasar a otro nivel con Dios era necesario soltar todo.
Quiero decirles dos cosas para terminar:
1. La primera, es que siempre sobreestimamos lo que hacemos a largo plazo. Yo tenía
mi vida planeada casi que para siempre. Pero subestimamos lo que podemos estar
haciendo diariamente. Yo pensaba que al no estar siguiendo mi plan, mis días iban a
ser perdidos. Pero me di cuenta que Dios me dio un propósito diario, y que día a día,
pasito a pasito, podía hacer mucho.
2. Por último quería decirles que estén pilas todos los días al llamado que Dios les ha
hecho. Efesios 1:18 dice: Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón
para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa
herencia entre los santos,
y esa es mi oración para ustedes… Dios quiere usarlos y para eso el no mira sus
pecados, él mira su corazón y los dones que él les ha dado. Así que si ustedes creen
que las cosas en su vida no están como planeaban o que no tienen propósito,
acuerdense que Dios no llama al capaz, sino que Él capacita al que llama. Yo se que
no estoy fracasando… estoy pasando a un nuevo nivel.

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