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1314MASaonaVallejos – EVAR

TRABAJO DE LA ASIGNATURA:
EL ESPAÑOL Y SUS VARIEDADES

Nombre y apellidos: Miguel Ángel SAONA VALLEJOS


Login: ESFPMLAEELE1365480
Edición máster: 2013 – 2014
Fecha: 28/05/2014

Contenido:

TRABAJO DE LA ASIGNATURA: EL ESPAÑOL Y SUS VARIEDADES ............. 1


Introducción: ............................................................................................................... 2
1. Análisis de un texto español: ―RIÑA DE GATOS: MADRID 1936‖.
Fragmento ................................................................................................................... 2
A. La obra: ......................................................................................................... 2
B. Personajes que intervienen en este fragmento: ..................................... 2
C. Análisis de rasgos en el texto .................................................................... 3
Doña Justa: ............................................................................................................. 3
Anthony Whitelands............................................................................................... 4
Higinio Zamora ....................................................................................................... 5
2. Análisis de un texto hispanoamericano: ―EL HÉROE DISCRETO‖.
Fragmento ................................................................................................................... 5
A. La obra: ......................................................................................................... 5
B. Personajes que intervienen en este fragmento: ..................................... 5
C. Análisis de rasgos en el texto .................................................................... 6
Doña Adelaida ........................................................................................................ 6
Felícito Yanaqué .................................................................................................... 7
CONCLUSIONES ...................................................................................................... 8
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 10

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Introducción:
El trabajo de esta asignatura consiste en analizar dos textos -uno español y uno
hispanoamericano- en los que aparezca representada la variación diatópica y
diastrática que existe en el español actual. Con este propósito, hemos transcrito dos
fragmentos: primero, encuadraremos la obra y los personajes presentes en ella -quién
habla a quién, cuál es su relación, cuáles son sus características sociales y
regionales-, y posteriormente realizaremos un análisis de los rasgos que aparecen en
el texto y que nos permiten defender dicha caracterización.

1. Análisis de un texto español: “RIÑA DE GATOS: MADRID 1936”1.


Fragmento

A. La obra:

Esta novela es presentada en su contraportada con esta sinopsis: ―Un inglés llamado
Anthony Whitelands llega a bordo de un tren al Madrid convulso de la primavera de
1936. Deberá autenticar un cuadro desconocido, perteneciente a un amigo de José
Antonio Primo de Rivera, cuyo valor económico puede resultar determinante para
favorecer un cambio político crucial en la historia de España. Turbulentos amores con
mujeres de distintas clases sociales distraen al crítico de arte sin darle tiempo a
calibrar cómo se van multiplicando sus perseguidores: policías, diplomáticos, políticos
y espías, en una atmósfera de conspiración y de algarada”.

B. Personajes que intervienen en este fragmento:

En este fragmento intervienen tres personajes:

(1) Anthony Whitelands: protagonista de la novela. Un inglés que, sin comerlo ni


beberlo, se ve envuelto en los prolegómenos de la Guerra Civil Española. Es
especialista en arte, en concreto en pintura española. Un hombre
perteneciente a una clase social media inglesa, culto y educado; que, aunque
extranjero, podría decirse que habla el idioma español a la perfección.

(2) Doña Justa: personaje terciario. Una madrileña mayor, de un nivel socio-
cultural bajo, que sobrevive vendiendo licor en su piso y ―cuidando‖ a la Toñina,
una chica –madre soltera, a la que prostituye.

(3) Higinio Zamora: personaje secundario. Un madrileño ―rojo‖, que forma parte de
un estrato socio-cultural bajo, y con un gran corazón, que se desvive buscando
el bienestar de los demás; casi al final de la novela se descubre que ―trabaja‖
en secreto para la Embajada Británica.

Se trata de un diálogo a tres voces que, aunque Higinio apenas interviene


verbalmente, se desarrolla en casa de Doña Justa. Anthony ha estado ya un par de
veces antes en su casa, e Higinio es amigo de la familia.

1
MENDOZA, E. (2010). “Riña de gatos”. Madrid, Ed. Planeta. E-book. (Capítulo 12. Posiciones 1339-1364).

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Subieron hasta el segundo piso y tocaron el timbre. Transcurrido un rato se oyó susurro de pasos y abrió la
puerta la mujerona en bata de felpa, babuchas y mitones. Al ver al inglés, se puso en jarras y exclamó con voz
ronca:
(J) —Pero, bueno, ¿no hay otro sitio adonde ir en tó Madrid? ¡Estas no son horas, leñe! Y si no tié pa’ comer,
vuélvase a su tierra. O a Gibrartá, que pa’ eso nos lo birlaron.
Anthony hizo una reverencia y se golpeó la frente contra la jamba de la puerta.
(A) —Usted me malinterpreta, doña Justa —masculló recordando el nombre con que Higinio Zamora se había
referido a ella poco antes—. Ya no soy pobre como la otra noche ni vengo a mendigar la sopa boba. Encontré
la cartera y el dinero intactos, gracias a la probidad de este buen amigo que viene conmigo en calidad de
invitado.
Sólo entonces reparó la Justa en la presencia de Higinio Zamora y sus facciones se suavizaron.
(J) —Haber empezao por ahí. Los amigos del Higinio siempre tienen sitio en esta casa. Pero pasar, no sus
quedéis en el rellano o sus dará un pasmo. Está la noche que ni te cuento. Bien que nosotras, con el brasero,
nos apañamos.
……………….
(J) —Ahora iré a despertar a la niña —anunció.
(A) —Oh, no, si duerme no la moleste —murmuró Anthony con voz desfallecida—. Por mí no..., yo no venía a...
Intervino Higinio a favor de su amigo:
(H) —Déjalo, Justa. Sólo venimos a hacer tiempo: en la calle había tiros otra vez.
(J) — ¡Maldecía política! — gruñó la mujerona ocupando de nuevo su puesto en la camilla y dirigiéndose al
inglés—. Antes venían por aquí los estudiantes. Armaban mucho alboroto y traían poco parné, pero algo era.
Ahora, en cambio, prefieren ir a pegar y a que les peguen, si no es algo peor. En resumidas cuentas, que entre
el frío y lo revuelto que anda tó, aquí no se apersona un cristiano. El país se viene abajo, mal rayo parta a don
Niceto y a Ortega y Gasset.

C. Análisis de rasgos en el texto

A continuación, analizaremos la manera de hablar de cada uno de estos personajes:

Doña Justa:
Como persona de un estrato socio-cultural bajo que es (variedad diastrática), sin
caer mayormente en lo vulgar, el lenguaje que utiliza (sociolecto) es claro y directo, sin
florituras ni alambicamientos, y el tono que emplea es absolutamente desenfadado; y
más aún si se trata de una situación informal, coloquial y en su casa (proxémica).
Aunque su interlocutor esté por encima de ella en la jerarquía social, eso no es óbice
para que su mensaje cumpla, con suma eficiencia, con el principio de cooperación2 de
Grice: dice lo justo, es sincera, relevante y clara.

En cuanto a la variedad diatópica, estamos en el centro de la península española,


por lo que su modo de hablar (dialecto) se corresponde con el estándar de una mujer
de su edad y de su nivel socio-cultural en esta zona de España (en este fragmento no
se ve reflejado, pero en otros se le oye haciendo uso del laísmo/leísmo). Este diálogo
se da en un ámbito cotidiano, en un contexto social nada formal ni acartonado
(variedad diafásica). Su léxico está lleno de interjecciones coloquiales e incluso
eufemísticas: (¡pero, bueno…! Leñe) e imprecaciones (mal rayo parta a…), también de
intensificadores fraseológicos (Está la noche que ni te cuento).

En general, en el plano fónico, se hace patente una relajación y pérdida de las


consonantes oclusivas sonoras intervocálicas3 (*tó, en lugar de todo; *empezao, por
empezado); y estoy convencido de que aunque el autor no lo haya querido reflejar en
la transcripción del diálogo, ella pronunciaría *Madrí, en lugar de Madrid, o *Gassé, en
vez de Gasset, o *Usté en lugar de usted, omitiendo las consonantes finales en las
palabras, como sí lo hace con *Gibrartá por Gibraltar, donde además de confundir la
―r‖ con la ―l‖ intermedia, omite la ―r‖ final del nombre; o cuando apocopa para y dice

2
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/principiocooperacion.htm
3
PRADO et al (2005). p.106.

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*pa’, en vez de para o *tié en lugar de tiene; sin embargo, sí hace un uso correcto de
los marcadores del discurso: Pero, bueno… (operador de formulación); Ahora iré a…
(consecutivo); En resumidas cuentas (reformulador recapitulativo).

En cuanto a lo morfosintáctico, un rasgo de su bajo nivel de instrucción (código


restringido), o de la pertenencia a una clase social baja, sería el uso de artículos con
nombres propios: (los amigos *del Higinio); o del posesivo ―sus” en lugar del reflexivo
―os‖ (no *sus quedéis en el rellano o *sus dará un pasmo); o la utilización del
imperfecto (¡*Maldecía política!) en lugar del participio (maldita); así como el uso de
ciertos vulgarismos (parné, en lugar de dinero).

Considero importante resaltar su esfuerzo por ―refinarse‖, en el plano léxico-semántico,


cayendo en cierta afección al usar algunos cultismos como “apersonarse” en lugar de
venir o aparecerse; quiero atribuir esto a la variable social género, no estoy seguro si
un hombre de su condición social hubiera hecho lo mismo. De lo que sí estoy
convencido es que, por una parte su temperamento español, y por otra su femineidad
quedan completamente reflejados a lo largo de todo el diálogo; en este último caso, al
respetar los turnos de habla, por ejemplo. Y aunque aquí no esté suficientemente
descrito, mientras leía la novela, podía verla clarísimamente con todo el lenguaje
gestual que utiliza para comunicarse.

Anthony Whitelands
Su manera de expresarse corresponde plenamente a la de alguien de una clase socio-
cultural media-alta (variante diastrática); y aunque en ningún momento se diga a lo
largo de la novela, se asume que hablará español con un acento peninsular
estandarizado (variante diatópica); y como colofón, su variante diafásica: incluso
cuando se comunica en su ámbito cotidiano, es sumamente formal en todo momento.

En teoría, podría valerse de su mayor jerarquía social con su interlocutora, pero por el
contrario, su voz es contrita (timbre algo agudo, volumen bajo, fenómenos de
vacilación): está ante una persona mayor que merece su respeto; y como buen inglés,
hace constante uso de la cortesía negativa4: empieza haciendo una reverencia
(comunicación no verbal, cinésica) que para cualquier español tal vez estaría
completamente fuera de lugar, pero que según sus parámetros es lo correcto y lo que
se espera socialmente de él. En este caso, me atrevería a hablar de un
error/desconocimiento de pragmalingüística por su parte. En cuanto a la cronémica es
Doña Justa quien lleva la voz cantante en el diálogo. Él se queda con la palabra en la
boca en más de una oportunidad, empieza mascullando sus frases, o utilizando una
voz desfallecida, o sin terminar siquiera sus frases, en lugar de expresarse
abiertamente.

Algunos rasgos que encontramos en este diálogo en particular de cortesía negativa


son: uso del imperfecto como desactualizador (yo no veía a…), o expresiones
añadidas (¡Oh, no…!); y aunque en este fragmento no aparezcan, el inglés hace un
uso permanente de reparaciones, otras expresiones añadidas, modalizadores y
minimizadores (lo siento, perdón; por favor, si no es molestia, se lo ruego; me parece
que, creo que; simplemente le querría preguntar si…, respectivamente).

4
BROWN, P. y LEVINSON, S. (1987). p.60.

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Higinio Zamora
En este fragmento, en particular, este personaje apenas si tiene una línea en el
diálogo. Sin embargo, de acuerdo con el desarrollo de su figura a lo largo de la novela,
podemos concluir que se le pueden aplicar –salvando, obviamente, la diferencia de
género entre uno y otro personaje, todas las características señaladas para Doña
Justa. Es precisamente en esa corta intervención que podríamos señalar dicho
contraste de género: este hombre es parco, directo y claro; al igual que ella, hace un
uso eficiente del principio de cooperación. Interviene, por la cercanía y confianza que
le tiene, simplemente para darle una orden a la mujer, y para aclarar el motivo de su
visita.

2. Análisis de un texto hispanoamericano: “EL HÉROE DISCRETO”5.


Fragmento

A. La obra:

Ésta es parte de la sinopsis de esta novela: “El héroe discreto narra la historia paralela
de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño
empresario de Piura, que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de
negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza
contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto”. He escogido un
fragmento de esta obra no solo porque Vargas Llosa me parece un gran escritor, sino
porque la trama se desarrolla entre Lima y Piura, la región de donde soy originario; y a
lo largo de toda la novela los personajes –al comunicarse, usan, con absoluta
naturalidad, los localismos típicos de la zona.

B. Personajes que intervienen en este fragmento:

En este fragmento intervienen dos personajes:

(1) Felícito Yanaqué: Protagonista de la novela. Un hombre ―recto‖ que se ha


hecho a sí mismo, propietario de una empresa de transporte interurbano de
pasajeros. De origen muy humilde, y de bajo nivel de instrucción, pero que con
trabajo constante, y gracias al consejo de Doña Adelaida ha logrado
enriquecerse y dirigir su próspera empresa.

(2) Doña Adelaida: Personaje secundario. Una ―santera‖, una mujer que puede ver
el futuro y, que hacía 25 años le había salvado la vida al protagonista, al
advertirle de un grave accidente que le iba a ocurrir.

El siguiente diálogo se desarrolla en casa de Doña Adelaida:


Adelaida tocó la carta y la olió, aspirando profundamente como si se tratara de un perfume. Luego se la llevó a
la boca y a Felícito le pareció que hasta chupaba una puntita del papel.
— Léemela, Felícito —dijo, devolviéndosela—. Ya veo que no es una cartita de amor, che guá.
Escuchó muy seria mientras el transportista se la leía. Cuando éste terminó, hizo un puchero burlón y abrió los
brazos:
— ¿Qué quieres que yo te diga, papacito?
— Dime si esto va en serio, Adelaida. Si tengo que preocuparme o no. O si es una simple pasada que me hacen,
por ejemplo. Aclárame eso, por favor.

5
VARGAS LLOSA, M. (2013) “El héroe discreto”. Madrid, Alfaguara. pp.19-20.

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La santera soltó una carcajada que removió todo su cuerpo fortachón escondido bajo la amplia túnica color
barro.
— Yo no soy Dios para saber esas cosas —exclamó, subiendo y bajando los hombros y revoloteando las manos.
— ¿No te dice nada la inspiración, Adelaida? En veinticinco años que te conozco nunca me has dado un mal
consejo. Todos me han servido. No sé qué hubiera sido mi vida sin ti, comadrita. ¿No podrías darme alguno
ahora?
— No, papito, ninguno —repuso Adelaida, simulando que se entristecía—. No me viene ninguna inspiración. Lo
siento, Felícito.
— Bueno, qué se le va a hacer —asintió el transportista, llevándose la mano a la cartera—. Cuando no hay, no
hay.
— Para qué me vas a dar plata si no te he podido aconsejar —protestó Adelaida. Pero acabó por meterse al
bolsillo el billete de veinte soles que Felícito insistió en que aceptara.
— ¿Me puedo sentar aquí un rato, en la sombra? Me he agotado con tanto trajín, Adelaida.
— Siéntate y descansa, papito. Te voy a traer un vaso de agua bien fresquita, recién sacada de la piedra de
destilar. Acomódate, nomás.

C. Análisis de rasgos en el texto

A continuación, analizaremos el modo de hablar de cada uno de estos personajes.


Como rasgo común a ambos, podemos decir que será evidente el seseo6, al igual que
en toda Hispanoamérica; y en este fragmento no se da el uso de términos de origen
quechua o aymara; pues si bien es cierto que algunos se usan en todo el Perú,
aquellos son más comunes en el sur del país, y esta escena se desarrolla en el norte.

Doña Adelaida
Se trata de una mujer analfabeta (variedad diastrática) del norte del Perú (variedad
diatópica), sin ninguna instrucción (código restringido), se sabe que es ―mayor‖ pero
su edad es un misterio, y que sobrevive con lo que le dan sus escasos clientes de la
santería. No se le conoce otro oficio ni beneficio. Al igual que en el personaje
femenino antes analizado, su lenguaje es claro y directo, haciendo gala de una
excelente aplicación del principio de cooperación. Podríamos hablar de una
variedad diafásica informal (registro), en un ámbito cotidiano. Y pese a que está en
desventaja en la jerarquía social, Don Felícito está por encima de ella socialmente
hablando, es él quien necesita su consejo y acude a visitarla, y los 25 años de amistad
que tienen le dan libertad para tutearlo (deixis social7) y mostrarse con absoluta
naturalidad frente a él. Es ella quien lleva la batuta en la conversación.

No hace uso de una cortesía negativa (en ningún momento añade expresiones como
―por favor‖), por el contrario sus expresiones son llanas (léemela, siéntate, ¿para qué
me vas a dar plata?). Sí respeta el turno de la palabra en el diálogo, no por el hecho
de ser mujer o por una cuestión de jerarquía social; eso suele ser bastante más común
en Latinoamérica que en España. Y lo más importante, pese a ser una persona sin
instrucción, su lenguaje carece de incorrecciones gramaticales; pero sí está lleno de
localismos. Así, tenemos:

 ¡Che, guá! Es una expresión única de Piura y Tumbes (costa norte del Perú,
frontera con Ecuador), no de todo el país, que denota remoloneo, sorpresa o
admiración.
 Abuso de diminutivos, no solo para sustantivos, sino también para adjetivos
(cartita, papacito, papito, fresquita). En este fragmento no se da el uso de

6
Como dice HILDEBRANDT (2006: p.7), “ningún hispanoamericano tiene que hacer hoy el esfuerzo de pronunciar la consonante
interdental para ser tenido como culto en la península”.
7
Deixis: http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/deixis.htm

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diminutivos con adverbios, pero también resulta muy común en toda


hispanoamerica.
 Énfasis con el uso del pronombre personal ―yo‖ (¿Qué quieres que yo te
diga?; ―Yo no soy Dios‖).
 Uso de regionalismos latinoamericanos, como es de esperar: plata, en vez de
dinero; piedra de destilar (o piedra, a secas, en lugar de alcarraza8, término
que se usa en otras latitudes de habla hispana).
 Abundante uso de códigos no verbales: gesticulación, hace pucheros, se
carcajea, simula entristecerse (muy propio de esta zona del Perú, para
mostrar empatía con tu interlocutor). Esto sí es más común en las mujeres
que en los hombres, por tanto podríamos hablar de la presencia de la variable
social género.
 Uso de nomás, como modificador verbal, para dar mayor énfasis a la
expresión exhortativa9 (Acomódate, nomás). Aleza10 le atribuye un simple
valor fático a este uso, pero prefiero quedarme con el del DPD.

Felícito Yanaqué
Don Felícito, si bien proviene de un origen muy humilde y es cholo (un indio con usos
occidentales, según el DRAE), sí tiene estudios secundarios (código elaborado) y para
ello tuvo que emigrar del campo a la ciudad; pero no pudo ir a la universidad. Y como
camionero que era, tuvo oportunidad de viajar a distintos puntos del Perú y ampliar así
su horizonte cultural. Es piurano, por tanto su variante diatópica es la
correspondiente a esta zona geográfica del Perú. Su variante diastrática no es
excesivamente culta, pero tampoco roza en absoluto lo vulgar; podríamos decir que es
estándar para el medio en el que vive. Y, según el contexto en el que se desenvuelva,
la variante diafásica de la que hará uso podrá ser formal o coloquial. En este
fragmento es evidentemente coloquial.

Algunas características que podríamos apuntar sobre su sociolecto, a partir de este


fragmento son:

 Uso de localismos, como corresponde a cualquier persona que habita en un


área geográfica determinada: pasada11, trajín, comadrita (aunque, con
seguridad, Doña Adelaida no es la madrina de bautizo de ninguno de sus hijos,
en el norte del Perú se usa este vocativo para establecer un trato más cercano
con tu interlocutora); así como de expresiones coloquiales muy comunes en la
zona (qué se le va a hacer; cuando no hay, no hay –en este caso como
intensificador léxico semántico a través de la repetición; y en ambos casos para
expresar resignación).
 En cuanto a la interacción social, me gustaría fijarme en el microcontexto
social. No olvidemos que ―contexto‖ es también el bagaje de conocimientos
compartidos entre los interlocutores12. La relación establecida entre ambos les
permite determinada complicidad, además del uso de determinados vocablos

8
http://es.wikipedia.org/wiki/Alcarraza
9
Diccionario Panhispánico de Dudas: No más. En: http://lema.rae.es/dpd/?key=nom%C3%A1s
10
ALEZA, M. y ENGUITA, J.M. (2010). p.189.
11
RAE: Pasada: [Acepción 17]. f. coloq. Mal comportamiento de una persona con otra. Una mala pasada. En Perú se usa más bien
como “broma de mal gusto”.
12
LOMA, OSORO, TUSÓN, p.35. En el mismo sentido, REYES, p.19.

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(inspiración, por ejemplo) que en otro contexto carecerían del significado


previamente acordado.
 Como corresponde a su clase social, y un poco también porque es él quien
necesita la ayuda, él sí utiliza la cortesía negativa, a través de expresiones
añadidas (por favor); así como diminutivos cariñosos (comadrita); o los
―desarmadores‖ (En veinticinco años que te conozco nunca me has dado un
mal consejo); o el uso del condicional para pedir un favor (¿No podrías darme
[un consejo] ahora?) además de insistir en que la santera recibiera el dinero
que él le daba como muestra de agradecimiento.
 Salvo “bueno” como operador de formulación, no hay un uso excesivo de
marcadores del discurso y conectores en este párrafo; seguro que el lenguaje
gestual y el propio contexto se encargan de cubrir este aparente vacío.
 En general, el uso de diminutivos entre los hombres está bastante más
extendido en Latinoamérica que en España (variable social género). Así, opino
que sería muy probable que Felícito más bien habría usado “ratito” en lugar de
rato, cuando le pide permiso a Adelaida para sentarse.

CONCLUSIONES

Del estudio de los distintos materiales y debates de esta asignatura, me gustaría


apuntar las siguientes conclusiones.
1. La característica fundamental del idioma español es su ―unidad dentro de la
diversidad‖; en este sentido, como indica su propio lema, la RAE ―limpia, fija y
da esplendor‖, estableciendo así lo que debe ser tenido como “estándar‖ en
los 21 países donde el español es lengua oficial, y es ésta la norma que
debería enseñarse. Sin embargo, habiendo dicho esto, me gustaría puntualizar
que, idealmente, el profesor debería adaptarse a los requerimientos específicos
del alumno; así, por ejemplo, si un ejecutivo alemán necesita aprender español
porque va a ir a trabajar a Venezuela, lo ideal sería conseguir un profesor
venezolano para que dicho alumno, desde el principio, aprenda el estándar de
ese país: la fonética, léxico y cultura de los hablantes cultos de dicho país.
2. En una clase de E/LE sería imposible detenerse a analizar las distintas normas
―cultas‖ de todo el espectro de la lengua panhispánica; en cualquier caso, me
restringiría al aspecto diatópico. Es decir, dependiendo del área geográfica del
idioma que nos interese, intentaría enseñar dicha norma. Al respecto, el DPD
indica: “el Diccionario panhispánico de dudas evita conscientemente, en la mayoría de
los casos, el uso de los calificativos correcto o incorrecto, que tienden a ser
interpretados de forma categórica. Son más las veces en que se emplean expresiones
matizadas, como Se desaconseja por desusado...; No es normal hoy y debe evitarse...;
No es propio del habla culta...; Esta es la forma mayoritaria y preferible, aunque
13
también se usa..., etc.”
3. Sin lugar a dudas, el estudiante de ELE tiene que conocer el estándar, pero
también los usos sociales a los que está expuesto (si está en inmersión); y
como profesor deberé exponer el estado de la cuestión que se trata: es decir,
al igual que en muchas lenguas, el español tiene formas normativas, y tiene
formas dialectales, que no son ni correctas, ni incorrectas, sino más o menos
apropiadas para diferentes contextos de comunicación.

13
RAE: http://www.rae.es/diccionario-panhispanico-de-dudas/que-es

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4. Es indudable que la norma del profesor se convierte en el modelo a seguir por


sus alumnos, y es inevitable para el docente el reflejar su origen geolectal,
sociolectal, y cronolectal cada vez que habla en clase; resultaría absolutamente
artificial y forzado intentar hacerlo de otra manera.
5. Afortunadamente, los manuales E/LE cada vez incluyen más cierto léxico y
estructuras usadas en Hispanoamérica; sin embargo, no siempre se ajustan a
la verdad de esas ―realidades‖ que mencionan. Como peruano que soy,
muchas veces me sorprende ver que en determinados manuales puntualizan
―en Perú se dice así‖, y me consta que eso no es así. Grande14 concluye:
“Realizados desde la perspectiva de España, [los manuales] han incorporado de un
modo creciente información sobre el estado de la lengua en América. En alguno se ha
llegado a adjuntar una versión para un área específica de ese continente. El objetivo
final en cualquier caso es permitir que el alumno entre en contacto y pueda
desenvolverse mejor en la realidad cotidiana del idioma.”
6. Más que un problema, la variación en la clase de E/LE la veo como una
riqueza, un reto, una oportunidad de aprender más y ampliar horizontes; y de
esa manera se la enseño a mis alumnos. De acuerdo, soy peruano, pero
enseño en Madrid, España; por tanto, enseño la ―variante peninsular‖ del
idioma español: el léxico y estructuras gramaticales que utilizo en mis clases
son las correspondientes a la península; y sí, seseo, con mucho orgullo, sin
que eso haya sido nunca un problema en mis clases, por el contrario, ha sido
una muestra de la abundancia de nuestro idioma.

14
GRANDE ALIJA, F.J. (2001). p.400.

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BIBLIOGRAFÍA

ALEZA, M. y ENGUITA, J.M. (2010) coordinadores. ―La lengua española en América:


normas y usos actuales‖. Valencia, Universitat de València. 654 p.

BROWN, P. y LEVINSON, S. (1987). ―Politeness: Some universals in language use‖.


Cambridge, Cambridge University Press. pp. 55-84.

GRANDE ALIJA, F.J. (2001). ―La diversidad del español a través de los manuales de
E/LE. ¿Qué lengua enseñan?‖ En: “¿Qué español enseñar? Norma y variación
lingüísticas en la enseñanza del español a extranjeros”. Actas del XI Congreso
Internacional de ASELE, Universidad de Zaragoza, 2000. pp.393-402.

HILDEBRANDT, Marta. (2006). ―El habla culta (o lo que debiera serlo)‖. 2ª ed. Lima,
Quebecor World Perú. 482 p.

LOMAS, C., OSORO, A., TUSÓN, A. (1992). ―Ciencias de lenguaje, competencia


comunicativa y enseñanza de la lengua‖. En: ―Signos: Teoría y práctica de la
educación‖. Año 3. No.7. Oct-Dic. pp.27-53.

MARTÍN PERIS, E (2007) director. Diccionario de términos clave de ELE. En:


http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/principiocooperacion.htm

MENDOZA, E. (2010). ―Riña de gatos‖. Madrid, Ed. Planeta. E-book.

PRADO, E. et al. (2005). ―El español y sus variedades‖. Separata del MLAEELE.
Barcelona, Funiber. 174 p.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. (2005) Voz ―No más‖ En:―Diccionario Panhispánico de


Dudas‖. Ed. Santillana, p. 454.

REYES, G. ―El abecé de la pragmática‖. En: ―Cuadernos de lengua española‖. No.23.


Madrid, Arco Libros, 1995. 72p.

VARGAS LLOSA, M. (2013). ―El héroe discreto‖. Madrid, Alfaguara. 392p.

10

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