Aproximadamente un 30% del consumo anual de zinc en Europa es zinc secundario o reciclado.
Aproximadamente un 50% de este zinc secundario se recicla en la industria de consumo o de
uso. Esto es particularmente cierto en el sector de la galvanización y el latón; la chatarra derivada
de la producción o proceso de productos puede reciclarse casi inmediatamente. Los residuos y
la chatarra que son relevantes para la industria de zinc secundario son:
Los métodos tradicionales empleados en la obtención de zinc a partir de óxido Waelz son
principalmente la electrólisis. En la electrolisis, el óxido Waelz, junto con el óxido de zinc
empleado habitualmente, se introduce en la etapa de lixiviación del proceso electrolítico con el
fin de obtener una lejía electrolítica a partir de la cual se pueda obtener el zinc metálico. Suelen
usar como materia prima óxido de zinc sinterizado, conteniendo 50-60% de zinc, obtenido a
través de rotación de menas de zinc en forma de blenda de zinc o esfalerita (ZnS) en lecho
fluidizado a una temperatura superior a 800º C. Los limites admisibles de cloro y flúor contenidos
en la materia prima quedan estrictamente limitados en ambos tipos de procesos ya que los
halógenos poseen una capacidad de corrosión muy fuerte frente a una amplia gama de
materiales tales como platino, níquel, hierro, acero, ladrillos refractarios, etc. a temperaturas
elevadas. Por eso, las concentraciones de cloro y flúor dentro del electrolito deben quedar
limitadas a máximos de 100 mg/l de cloro y 10 mg/l de flúor, respectivamente, para evitar la
aparición de problemas. Como las concentraciones de fluoruros y cloruros en el óxido Waelz son
elevadas, es preciso someter a este concentrado de zinc a una doble etapa de lixiviación con
bicarbonato sódico, de manera que se obtiene un producto denominado óxido Waelz
doblemente lixiviado (Double leached Waelz Oxide-DLWO) con menores concentraciones de
cloruros y fluoruros.
TOSTACION
LIXIVIACIÓN.
PURIFICACION
ELECTROLISIS
FUNDICION
La fusión se lleva a cabo en hornos de inducción de baja frecuencia, de hasta 1800 Kw.
El metal fundido se alimenta a máquinas de colada con distintos formatos de lingote
para la venta, una vez que se ha preparado bien la correspondiente aleación o bien el
metal puro.
Las falsas entradas de aire en los citados hornos de inducción puede provocar la formación de
grasos u óxidos de cinc y espumas (2-2.5%), que en forma de sólidos permanecen flotando
sobre el cinc fundido.