CASO 1
El caso presente versa sobre una demanda, a través de la cual se solicita que las demandadas en
forma solidaria cumplan con abonarle al accionante la suma de veinticuatro mil dólares
americanos, por concepto de restitución de las arras dobladas. Como fundamentos de su demanda
señala que: Con fecha veinticuatro de mayo de dos mil siete suscribió un Contrato de Compra
Venta con Lugoma Import Export Sociedad Anónima, respecto un local comercial, ubicado en el
Centro Comercial Capón Center, por el precio de sesenta y dos mil dólares americanos. Para
elevar a escritura pública el referido contrato, solicitó verbalmente en reiteradas oportunidades a la
vendedora la entrega de todos los documentos requeridos, así como la suscripción de la cláusula
adicional de la Minuta, tal como se había acordado; pero la demandada no entregó los documentos
solicitados
En tal sentido, el presente caso se centra en analizar la responsabilidad solidaria que tendría el
gerente general de la empresa por la firma de un contrato de compraventa con arras confirmatorias
y ante el incumplimiento de este, la otra parte solicita su restitución a través de arras dobladas
(arras penales), siendo imperioso verificar si la sociedad devino en irregular, por la no adecuación
de su pacto social y estatuto social a la LGS.
3. MARCO NORMATIVO
Artículo 1351º.- El contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear, regular, modificar o
extinguir una relación jurídica patrimonial
Artículo 140° C.C. “El acto jurídico es la manifestación de la voluntad destinada a crear, regular,
modificar o extinguir una relación jurídica. Para su validez se requiere:
1. Agente Capaz
3. Fin lícito
5. DOCTRINA
6. JURISPRUDENCIA
Se han realizado diversas modificaciones a la “Primera Disposición Transitoria” de la LGS,
respecto al plazo de adecuación de una sociedad a la Ley N° 26887-
Ley General de Sociedades, emitiéndose la Ley N° 26977, Ley N° 27219, Ley N° 27338,
extendiéndose el plazo de adecuación hasta el 31 de diciembre del año 2001,
posteriormente se publica el 21 de febrero del 2002, el artículo único de la Ley N° 27673,
establece que aquellas sociedades que se adecuan a la LGS después del 31 de diciembre
del 2001, no requerirán realizar convocatoria ni serán consideradas sociedades irregulares,
es decir, no se aplicaría lo dispuesto en la “Segunda Disposición Transitoria” de la LGS, ni
tampoco la presunción de extinción de la sociedad que no ha inscrito algún acto
precedente en 10 años a la vigencia de la LGS, tal como lo dispone la “Décima Disposición
Transitoria”.
CONCLUSION
Ahora bien, realizando un análisis podemos indicar que la parte que cumplió con la entrega
de las arras y por causa de esta no se firmó el contrato definitivo, tiene toda la potestad la
otra parte para dejar sin efecto el contrato y conservar las arras. Con respecto al término
“causa imputable”, el legislador se refiere a la no ejecución de la obligación que puede ser
dolosa o culposa (leve o inexcusable). También podemos mencionar que si el
incumplimiento de la obligación se realiza por caso fortuito o fuerza mayor, este debe
entregar las arras a la otra parte.
Respeto al segundo párrafo del artículo en mención y del cual es el análisis del presente
trabajo prescribe: “Si quien no cumplió es la parte que ha recibido, la otra puede dejar sin
efecto el contrato y exigir el doble de las arras”. Conocida como arras dobladas y es
cuando una de las partes sí cumplió con la entrega de las arras, siendo que la otra parte
quien incumplió con su obligación, teniendo el primero toda la facultad de solicitar la
devolución del dinero entregado mediante arras dobladas y todo el derecho de dejar sin
efecto el contrato.
CASO
4. DOCTRINA
DEVEALI; Mario. Tratado de Derecho del Trabajo; T.I. Editora La Ley S.A.;
Buenos Aires- Argentina, 1964. p. 494
Para DEVEALI el deber de seguridad, al que denomina garantía de seguridad, está
constituido por: «(…) la serie de obligaciones que tiene la empresa durante la vigencia
de la relación laboral de proteger la vida y la salud del trabajador».
THAYER ARTEAGA, William y otro. Manual de Derecho del Trabajo, Tomo II,
Primera Edición, 1980,
Editora Jurídica de Chile. p. 322
A su vez, THAYER ARTEAGA y NOVOA FUENZALIDA consideran que el deber
general de protección del empleador frente a sus trabajadores forma parte del contenido
ético-jurídico del contrato de trabajo, imponiendo el mismo: «(…) como obligación
principal al empleador la de preocuparse por la persona del trabajador y de sus
legítimos intereses, en tanto cuanto le es posible. Esta obligación tiene múltiples
manifestaciones concretas; su actualización en los hechos será siempre funcional a la
realidad humana que se trata de proteger»
MARTÍNEZ VIVOT, Julio. Elementos del Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social, Segunda Edición Corregida y Actualizada, 1988, Editorial Astrea, Buenos
Aires- Argentina. p. 141
Por su parte, MARTÍNEZ VIVOT considera que entre los deberes del empleador que se
derivan del contrato de trabajo está el deber de seguridad, el cual «Se refiere
esencialmente a la protección de la integridad psicofísica del trabajador y a su dignidad
FRESCURA Y CANDIA, Luis. Derecho Paraguayo del Trabajo y de la Seguridad
Social, Tercera Edición Corregida y Actualizada, 1988, Editorial El Forro,
Asunción- Paraguay, 1986. p. 513
En la misma línea de pensamiento de los autores antes citados, FRESCURA Y CANDIA
consideran al empleador como deudor de seguridad frente al trabajador, opinando que:
«(…) el trabajador se encuentra colocado bajo la autoridad y dependencia del empleador,
durante la ejecución de la obra o prestación del servicio convenido. La instalación del
material, el empleo de los útiles y las instrucciones para el trabajo, conciernen al
empleador o a su representante, en virtud del poder de mando y dirección. Por
consiguiente, debe correr a cargo del empresario la adopción de las medidas idóneas para
garantizar la salud, integridad orgánica y seguridad del trabajador, a fin de restituir a éste
sano y salvo, como se había entregado en la ejecución del trabajo
5. JURISPRUDENCIA
Casación N° 3591-2016-DEL SANTA.- (Cas. 3591-2016-Del Santa)En esta casación,
la SSDCSCSJ atribuyó responsabilidad a la empresa de un trabajador que sufrió un
infarto agudo de miocardio cuando se encontraba prestándole servicios, el cual le
ocasionó la muerte. En este pronunciamiento, a pesar de que se había acreditado que el
infarto se generó por causas naturales, la SSDCSCSJ consideró al infarto como un
accidente de trabajo, toda vez que se produjo durante el ejercicio de las labores del
trabajador.
6. CONCLUSION
La Empresa de Transportes Civa S.A., señala que no cometió ningún acto u omisión doloso
y que el actor no puntualizó el tipo de incumplimiento al contrato de trabajo ni la
causalidad para pretender la indemnización; agrega que no estamos frente a un caso de
responsabilidad contractual, pues el accidente de tránsito no supone el incumplimiento de
las obligaciones derivadas del contrato de trabajo como se señala que el actor no ha
referido ningún bien o propiedad que haya sido dañada a consecuencia del accidente de
trabajo, que el causante del accidente ha sido una persona no citada y no se ha ofrecido
medio probatorio para acreditar la cuantía.
3. RESPONSABILIDAD CIVIL POR MALA PRAXIS
Caso
El presente caso como sustento que con fecha cinco de diciembre de dos mil cuatro sufrió
un accidente automovilístico, siendo atropellada por un ómnibus y como consecuencia de
ello perdió cinco dientes, tuvo sangrado en la frente, se luxo el hombre izquierdo además
de los fuertes golpes que recibió en la cabeza y rodilla, y por el SOAT con el que contaba el
chofer el ómnibus fue trasladad a la Clínica Maison de Sante.
En la Clínica fue atendida por el médico-traumatólogo Jorge Chimoy Arteaga a quien le
indico de los profundos dolores que sufría, ante lo cual dicho galeno pincho la pierna de la
demandante reiteradas veces indicando que mediante dicho procedimiento sacaba la
sangre mala, luego la herida fue cubierta con una felula (entiéndase férula),
permaneciendo internada durante nueve días en la mencionada clínica, en los cuales
nunca se le reviso las heridas limitándose a recetarle pantomicina. El día catorce de
diciembre de dos mil cuatro se le dio de alta, y antes de retirarse solicito se le revisara la
pierna, dándose con la sorpresa que se había infectado. Posteriormente fue derivada la
Clínica Stella Maris donde se confirmó la mala praxis efectuada por el codemandado
Chimoy. Afirma la demandante que todo ello ha provocado que no pueda realizar sus
actividades con normalidad, pues a pesar de las terapias recibidas no ha podido caminar
bien, ello aunado a que posterior a los implantes de piel realizados necesita una
infiltración que el seguro La Positiva no puede afrontar, tampoco los gastos derivados de
consultas médicas al traumatólogo y dermatólogo, así los medicamentos y cremas
Artículo 197 del Código Procesal Civil regula la valoración de la prueba al señalar que
«todos los medios probatorios son valorados por el juez en forma conjunta, utilizando su
apreciación razonadas. Sin embargo, en la resolución solo serán expresadas las
valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión»
4.DOCTRINA
6. CONCLUSION
Que, el supuesto de la norma contenida en el artículo 1762 del Código Civil exige que se
trate de problemas técnicos de especial dificultad, supuesto que no se ha presentado en el
caso de autos pues el tratamiento a una herida producto de un accidente automovilístico
no reviste ninguna dificultad y por tanto de presumirse que los médicos especializados
tienen la suficiente experiencia para determinar cuándo procede el uso de uno u otro
aparato (calza de yeso o férula)