DEPARTAMENTO DE FARMACOBIOLOGÍA
EQUIPO #4
Cada uno de estos ingredientes biológicos activos aporta a las funciones y uso del
producto, tal como se aprecia en la siguiente tabla:
No podemos vivir sin estrés, pero afortunadamente hay medios de poder hacerle
frente y vivir con mayor serenidad. Estas estrategias pueden ayudarte:
Optimismo: “El optimismo parece reducir la inflamación por estrés y los niveles de
las hormonas del estrés, como el cortisol. También puede reducir la probabilidad de
contraer enfermedades, al aminorar la actividad del sistema nervioso parasimpático.
Este último regula la llamada ‘respuesta de descanso y digestión’, opuesta a la de
‘lucha o huida”, dice Jo Marchant, autora de Heal Thyself.
Tratamiento
En este proceso de adaptación por parte del organismo se distinguen las fases
de alarma, de adaptación y de agotamiento.
Fase de alarma
Ante la aparición de un peligro o estresor se produce
una reacción de alarma durante la que baja la
resistencia por debajo de lo normal. Es muy
importante resaltar que todos los procesos que se
producen son reacciones encaminadas a preparar el
organismo para la acción de afrontar una tarea o
esfuerzo (coping).
Esta primera fase supone la activación del eje
hipofisosuprarrenal; existe una reacción instantánea y automática que se compone
de una serie de síntomas siempre iguales, aunque de mayor a menor intensidad:
o Se produce una movilización de las defensas del organismo.
o Aumenta la frecuencia cardiaca.
o Se contrae el bazo, liberándose gran cantidad de glóbulos rojos.
o Se produce una redistribución de la sangre, que abandona los puntos
menos importantes, como es la piel (aparición de palidez) y las vísceras
intestinales, para acudir a músculos, cerebro y corazón, que son las
zonas de acción.
o Aumenta la capacidad respiratoria.
o Se produce una dilatación de las pupilas.
o Aumenta la coagulación de la sangre.
o Aumenta el número de linfocitos (células de
defensa).
Fase de resistencia o adaptación
En ella el organismo intenta superar, adaptarse o afrontar la
presencia de los factores que percibe como una amenaza o
del agente nocivo y se producen las siguientes reacciones:
Fase de agotamiento
Ocurre cuando la agresión se repite con frecuencia o es de larga duración, y cuando
los recursos de la persona para conseguir un nivel de adaptación no son suficientes;
se entra en la fase de agotamiento que conlleva lo siguiente:
o Se produce una alteración tisular.
o Aparece la patología llamada psicosomática.
Síntomas emocionales
Irritabilidad
Agitación
Aislamiento social
Cambios de humor
Depresión
Síntomas conductuales
Insomnio
Hiperfagia
Uso de sustancias Psicoactivas (SPA) para
relajación.
Amnesia
Incapacidad para concentrarse
Ver solo lo negativo
Pensamientos ansiosos y apresurados
Preocupación constante
Síntomas físicos
Cefalea
Enfermedades respiratorias
Diarrea/ estreñimiento
Náuseas y mareos
Palpitaciones
BIBLIOGRAFÍA
Melgosa, J.. (2006). !Sin estrés¡. Madrid, España: Safeliz; págs: 123-132
Arroba, T., & James, K. (1990). Cómo manejar la presión en el trabajo: Guía
para la supervivencia. México: McGraw Hill; págs: 34-69.