Los desastres que marcan este fin de milenio son también archivos del mal:
disimulados o destruidos, prohibidos, desviados, ‘reprimidos’ [...] Nunca se
renuncia, en el inconsciente mismo, a apropiarse de un poder sobre el
documento, sobre su posesión, su retención o su interpretación”.
Jacques Derrida, Mal de archivo. Una impresión freudiana (1997: 1).
El presente trabajo tiene como objetivo realizar una reflexión acerca de las
consecuencias historiográficas que una deconstrucción del concepto de archivo
pone en curso a partir de los nuevos soportes de archivación, sus modos de
tratamiento y el mal que lo constituye en tanto su condición de posibilidad misma:
destruirse para preservarse. ¿Hasta dónde es posible pensar históricamente el
archivo? Ésta es la pregunta que gira en torno de estas reflexiones, las cuales se
sitúan en un lugar específico: la escritura de la historia. Es a partir de este campo
desde donde se interroga al concepto mismo de archivo, a partir de una lectura
desde la práctica historiográfica, de Mal de archivo. Una impresión freudiana.1 Por
ello, en el presente trabajo se va a sostener que esta deconstrucción en curso
inaugura una posibilidad de pensar históricamente el archivo.