Nos referimos a embarazo en adolescentes, a aquel embarazo que se produce en niñas de 12
a 19 años de edad. Lamentablemente este tipo de embarazo, es cada vez más frecuente según estudios realizados. El problema es que por razones de inmadurez biológica o psicológica de la joven adolescente, estas maternidades parecen tan difíciles de asumir debido a que nuestro sistema social mantiene contradicciones respecto a los adolescentes. La joven puede concebir un hijo y darlo a luz, pero no está preparada por una educación, una madurez social y una autonomía suficientes para criarlo sin dificultad.
Según un estudio realizado por James E. Rosen encargado de
la investigación del Departamento de Reducción de los Riesgos del Embarazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 16 millones de niñas entre los 15 y 19 años son madres cada año y de ellas el 95% viven en países en vías de desarrollo. (Organización Mundial de la Salud, 2009).
Lo que quiere decir es que en la actualidad, el embarazo en las adolescentes es un
problema de salud pública y trae consigo un número elevado de complicaciones para la salud de la madre y de su hijo, y adicionalmente puede ocasionar alteraciones en la calidad de vida no sólo de ellos, sino de la familia y la sociedad.
Es necesario educar y brindar apoyo a las adolescentes sobre
las implicaciones que tiene un embarazo a temprana edad, y apoyarlas para que puedan desarrollarse en su medio. (Duley L, 2007) Este autor hace referencia a que se puede contribuir de manera apropiada para disminuir las complicaciones tanto de la adolescente como del hijo por nacer y posteriormente del niño. Así mismo, en la gestante adolescente la deserción escolar conlleva a un nivel educativo bajo lo cual le disminuye la posibilidad de acceder a un trabajo digno que le permita satisfacer al menos sus necesidades básicas. Esto tiene un efecto negativo en la formación del capital humano y en la superación de la pobreza a nivel social, situación que se ve agravada por la condición de madre soltera en que queda la mayoría de estas adolescentes, debido a que la pareja es generalmente un adolescentes, o joven que no asume su responsabilidad paterna, provocando una situación de abandono afectivo, económico y social en la madre y el niño .
Por otro lado diversos estudios muestras que una proporción
importante de adolescentes practican relaciones sexuales exponiéndose a infecciones de transmisión sexual (ITS) y embarazos no planeados. La mayoría (92.3%) de los casos de SIDA reportados se infectó en la adolescencia o juventud y en 78% de ellos fue por contacto sexual. Asimismo, 17.4% de los nacimientos en 2005 correspondió a madres adolescentes. (INEGI, 2013)
Los adolescentes, en esta etapa de desarrollo, está enfocado en disfrutar de su
autoconocimiento y cambios tanto emocionales y sociales, sin embargo ponen en riesgo s u vida enfrentándose a diversos peligros que hoy en día asechan a la juventud como las ITS debido a la ignorancia o tal vez a la falta de interés por conocer estos temas, así mismo cuando asumen esta responsabilidad está caracterizado como un periodo difícil y de gran inestabilidad emocional que puede verse aún más afectada cuando se asume un embarazo. Es importante brindar educación a las adolescentes con el fin de prevenir embarazos en edades cada vez más tempranas y sobre todo prevenir enfermedades de transmisión sexual y disminuir la tasa de mortalidad en jóvenes. Un embarazo es lo más maravilloso que le puede suceder a una mujer o a una pareja, siempre y cuando ambos estén preparados para ser frente a este reto o desafío, en cual consiste en criar y educar a un nuevo ser que piensa y siente como nosotros. Además es importante la comunicación principalmente con nuestros padres; y estar informados sobre los métodos anticonceptivos su uso correcto y si es posible abstenerse hasta tener una edad madura, y no tener que pasar por las consecuencias que trae como es peligro de los abortos, ya que ponen el peligro no sólo la vida del bebe sino también la vida de la madre.
Bibliografía
Duley L, H.-S. D. (2007).
INEGI. (2013). M., B. (Febrero de 2011). Organización Mundial de la Salud. (JUNIO de 2009). Organización Mundial de la Salud-OMS. Sarah, J. B. (24 de septiembre de 2012). El cerebro adolescente. Estados Unidos de América . Vignoli, J. R. (Noviembre de 2008).