La idea sobre el éter puede ser comparada con la explicación que daría un salvaje de funcionamiento
del gramófono, suponiendo que en el cajón misterioso se encierra un “espíritu gramofónico” especial.
Por supuesto, semejantes “explicaciones” no explican absolutamente nada.
Se crea una situación difícil
En efecto, cualquier ambiente presenta resistencia al movimiento de los cuerpos. Por esto, el éter
debería incidir algún rozamiento sobre los cuerpos y por ende afectar el movimiento de los cuerpos
hasta que lleguen a un estado de reposo. Sin embargo, la tierra ha girado alrededor del sol por miles
de millones de años y no hay indicios de que este movimiento haya sido afectado por el “rozamiento
del éter”.
El experimento debe resolver
La contradicción entre la propagación de la luz y el principio de la
relatividad del movimiento fue deducida exclusivamente de los
razonamientos. Pero en realidad nos limitábamos solo a razonar
como los filósofos antiguos que intentaban obtener leyes de la
naturaleza con estos razonamientos. Sin embargo, el juez de
cualquier teoría física es el experimento. Y por lo tanto, sin
limitarnos a razonar sobre el movimiento de la luz en el tren
debemos dirigirnos al experimento.
La realización de este experimento se facilita ya que la tierra está
en movimiento, lo que hace que la tierra no sea un laboratorio en
reposo. Pero ¿sería un problema que el tren tenga movimiento
rectilíneo y por el contrario el de la tierra sea en circunferencia? Es completamente permisible el
considerar que, en la ínfima parte de segundo requerida por la luz para pasar a través de todos los
instrumentos del laboratorio, la Tierra se mueve rectilínea y uniformemente. El error que se comete
al hacer esto es tan insignificante que no puede detectarse.
El principio de la relatividad triunfa
Este experimento fue realizado en 1881 por Michelson, uno de los
experimentadores más grandes del siglo XIX. Con el experimento se quería
determinar si existía una diferencia en la velocidad de la luz en diferentes
direcciones respecto a la tierra. El preciso experimento de Michelson, que
se ha vuelto a repetir en distintas condiciones, condujo a un resultado
inesperado. Se descubrió que con la tierra en movimiento la luz se propaga
en todas direcciones a una velocidad idéntica.
De esta manera, el experimento de Michelson demostró que el fenómeno
de la propagación de la luz, en contrariedad a nuestros razonamientos, no
contradice el principio de la relatividad del movimiento y, por el contrario,
está completamente de acuerdo con este.
Referencias
[1] L. Landau, Y. Rumer, «La tragedia de la luz,» de Qué es la teoria de la relatividad , Moscu,
Mir, 1985, pp. 27-38.