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EXPRESAR CRÍTICAS

El objetivo es expresar lo que te ha molestado de la otra persona. Con el fin de


intentar cambios en el otro, no como un arma para hacer daño, manteniendo bajo control las
respuestas emocionales negativas y las buenas relaciones. Ahora bien, a nadie le gusta recibir
críticas frecuentes. Es decir, no sería adecuado que a partir de ahora critiques
sistemáticamente todos los comportamientos que no te gustan de tus familiares, compañeros
o amigos. El mejor criterio para decidir qué críticas emitir y cuáles no es la relevancia de la
conducta a criticar y el efecto emocional que te provoca.

El consejo es que critiques sólo aquellas conductas que tengan verdadera


importancia para ti, y que te hagan sentir lo suficientemente mal como para que, si no las
resuelves, se conviertan en rencor acumulado hacia esa persona.

Una de las razones por las que no nos atrevemos a hacer una crítica es porque
exageramos acerca de cómo reaccionará el interlocutor cuando le expresemos una crítica.
Habitualmente creemos que se enfadará, le haremos daño, dejará de ser nuestro amigo,
cambiará la imagen que tiene de nosotros o provocará la perdida de nuestra amistad. Es
cierto que a nadie le gusta recibir una crítica, y es cierto también que la posibilidad de que el
interlocutor reaccione mal ante la crítica existe. Si expresamos una crítica de forma
adecuada, las probabilidades de reacción negativa son muy escasas.

Ventajas o consecuencias positivas de expresar críticas adecuadamente:


- Aumento de la probabilidad de que los otros no se sientan amenazados y no reaccionen
defensivamente.
- Aumento de la probabilidad de conseguir cambiar un comportamiento que nos molesta o
nos incomoda.
- Independientemente de conseguir cambio o no, el sujeto se auto-afirma,
incrementándose la propia autoestima e impidiendo que desarrollen sentimientos de
indefensión, fracaso y pérdida de control.
Componentes previos:
- Elegir el momento adecuado para uno mismo y para el otro. Es decir, que el otro no esté
alterado y se encuentre disponible y que nosotros no estemos muy alterados. Si estás muy
enfadado, fuera de control, retrasa la crítica lo suficiente como para recuperar el
equilibrio.
- No esperar mucho tiempo desde que se produjo la conducta objeto de la crítica y,
sobretodo, no dejar de expresar esa crítica si para ti ha sido algo importante.
- Evitar palabras descalificativas o insultos. Recuerda, tu objetivo no es fastidiar a la otra
persona ni tener una discusión, sino más bien todo lo contrario.

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- Sé concreto. Cíñete a la conducta que quieres que la otra persona cambie. No saques
“trapos sucios”. Si sacas un listado de todo lo que deberías haber criticado en su
momento y que tienes pendiente, la cosa acabará mal.

Conducta no verbal:
Controlar lo que decimos es difícil. Pero controlar lo que nuestro cuerpo expresa, la
comunicación no verbal, es más complicado. Trata de controlar que tu cuerpo no adopte el
patrón de agresividad. Mirada fija, gestos bruscos, rigidez facial o acercarte demasiado al
interlocutor. Ten en cuenta lo siguiente en cuanto la comunicación no verbal:
- Contacto visual.
- Rostro serio pero relajado.
- Distancia en función de la situación pero, en general, no demasiado cerca para
evitar que se interprete como agresión.
Intenta mantener bajo control las variables paralinguísticas: Volumen, entonación, tono.
Las personas irritadas tienden a gritar, a hablar rápido y a mantener una entonación con
cambios bruscos. Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Baja el volumen. Volumen audible pero sin gritar.
- Intenta hablar lento y con una entonación suave.
- Tono firme pero no alterado.
Conducta verbal:
 1ª objetivo: Informar.
- Describir operativamente el comportamiento objeto de la crítica (no juzgar, no generalizar)
especificando el hecho o conducta concreta que te ha molestado. NO utilices términos
generales o globales que además tienden a ser descalificativos y que van a provocar
automáticamente una reacción defensiva y de contrataque en la otra persona.
Expresa tu sentimiento, cómo te hace sentir ese comportamiento y porqué: “Cuando tu
haces..., yo me siento..., porque pienso…”

 2 º objetivo: No deteriorar la relación.


- Expresar algo positivo del comportamiento de la otra persona.
“Normalmente haces muy bien...”
“Me gusta más cuándo...”
- Expresar entendimiento y empatía. Intenta ponerte en la posición del otro, es decir, intenta
comprender porqué la otra persona está actuando de esa forma. Este elemento reduce las
probabilidades de que el interlocutor reaccione negativamente hacia nosotros.
“Entiendo que estés cansado...”
“Entiendo que para ti...”
- Aceptar si es necesario alguna parte de responsabilidad.
“Tal vez yo tampoco hecho bien…”
“Tal vez yo tenga parte de culpa por...”

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“Yo a veces también lo hago...”

 3ª objetivo: Pedir cambio de conducta.


- Expresar lo que se quiere del otro o en que te gustaría que cambiara su comportamiento de
la forma más directa y operativa posible. Trata de evitar expresiones ambiguas o de carácter
moralista.
- Hacer petición de cambio.
“Me gustaría que la próxima vez...”
- Proponer alguna solución.
“Podríamos solucionarlo si...”
- Pedir sugerencias al otro.
“¿Qué se te ocurre que podríamos hacer?”
- Intentar llegar a un acuerdo.

 4ª objetivo: Mostrar agrado por entendernos.


- Por último, reforzar cualquier comportamiento positivo del otro que se haya observado,
aunque no se haya conseguido el cambio. Si la otra persona reacciona positivamente
entendiendo nuestra crítica y/o intentando cambiar su conducta a partir de nuestra petición,
deberíamos manifestar nuestro agrado por el esfuerzo que está haciendo. Por ejemplo, “me
siento muy bien porque lo entiendas”, “gracias por atender mi petición”, o “me alegro que
lo hayamos hablado”.

Guión para la expresión de críticas

 Centrarse en los elementos relevantes de la situación como:


1. La conducta ante la que tenemos que reaccionar.
2. Nuestros sentimientos, los efectos de la conducta produce en nosotros y los
sentimientos de los demás
3. Los cambios conductuales que se lleven a cabo y
4. Las posibles consecuencias positivas y negativas.

 Escoger cuáles de los elementos anteriores vamos a expresar verbalmente.

Paso 1. Describe la conducta ofensiva o molesta de la otra persona en términos objetivos.


Observa y examina exactamente que ha dicho o hecho la otra persona. Emplea términos
concretos describiendo el momento, lugar y frecuencia específicos de la situación. Describe la
actuación, no el <<motivo>>. Algunos comienzos de frases típicas de este paso serían:
<<cuando tú... >>, <<cuando yo... >>, <<cuando... >>.

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Paso 2. Expresa tus pensamientos o sentimientos sobre la conducta de forma positiva,
como si se dirigiesen a un objetivo a lograr. Exprésalos con calma, centrándote en la
conducta molesta y no en la persona. Algunos comienzos típicos de estas frases serían: <<Me
siento... >>, <<Pienso... >>.

Paso 3. Especifica de forma concreta, el cambio de conducta que quieres que lleve a
cabo la otra persona. Pide, cada vez, uno o dos cambios que no sean muy grandes. Ten en
cuenta si la otra persona puede satisfacer tus demandas sin sufrir grandes pérdidas.
Pregúntale si está de acuerdo. Especifica (si fuese apropiado) qué conducta estás dispuesto a
cambiar para llegar a un acuerdo. Algunos comienzos de frases típicos de este paso serían:
<<preferiría que... >>, <<quisiera que... >>, <<Me gustaría que... >>.

Paso 4. Señala las consecuencias positivas que proporcionarás (o que tendrán lugar) si
la otra persona mantiene el acuerdo para cambiar. En el caso que sea necesario (y solo en ese
caso), señala a la otra persona que consecuencias negativas proporcionarás (o tendrán lugar)
si no hay cambio. Algunos comienzos de frases típicas de este paso serían: <<si haces... >>,
<<si no haces... >>.

Hay que tener en cuenta que no siempre es necesario emplear los cuatro pasos que se
acaban de describir, pudiendo en ocasiones tener la misma utilidad el empleo de uno, dos o
tres de los cuatro componentes. Normalmente, el empleo de uno o dos componentes es
suficiente. Algunos de los componentes empleados solos con frecuencia son:

 Expresar (Por ejemplo: <<No me gusta que utilices mi coche>>) y Especificar


(<<No quiero que me llames después de las 12 de la noche>>): Al emplear
esta combinación intentamos hacer comprender un asunto sin llegar a ser
vulnerables al ataque y ofrecer a la otra persona una salida fácil.
 Describir, Especificar y Consecuencias: cuando tratamos con extraños o
cuando son violados nuestros derechos. Cuando se expresan las consecuencias
es importante que no sean percibidas como un intento de coacción. Las
consecuencias se refieren a la actuación que uno está preparado para llevar a
cabo y expresarlas es un proceso de compartir información. Expresar las
consecuencias permite que la otra persona conozca el nivel de frustración que
hemos alcanzado y la acción que estamos dispuestos a llevar a cabo.
 Describir, Expresar y Especificar (negociar): cuando es con amigos / as. Esta
combinación es útil con amigos, que están dispuestos a comprender y
simpatizar con el problema, y pueden ofenderse si se mencionan las
consecuencias.

 Formar un guión socialmente adecuado. Un ejemplo puede ser el siguiente:

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 Describir: <<Cuando respiro el humo de los cigarrillos que fumas... >>
 Expresar: <<Me siento mal, me molesta a la garganta, me duele la cabeza...
>>
 Especificar: <<Me gustaría que llegáramos a un acuerdo para que ambos nos
sintiéramos bien, que tu pudieras fumar y yo no me tragase el humo. Por
ejemplo, cuando tuvieras ganas de fumar podrías hacerlo en otra
habitación... >>
 Consecuencias: <<De esta forma podría trabajar mejor y tendría más tiempo
libre para compartir contigo... >> (consecuencias positivas.) <<De lo contrario
tendríamos que estudiar por turnos y perderíamos mucho más tiempo los
dos... >> (consecuencias negativas.)

Una vez preparado el guión, se puede comprobar su calidad haciendo algunas de las
siguientes preguntas:
Describir: ¿Es objetivo, específico, simple y concreto? ¿Describe la conducta y no las
intenciones, los motivos o las actitudes?
Expresar: ¿Se expresan los sentimientos de forma tranquila y constructiva? ¿Se dirige a
una conducta específica y no a una persona?
Especificar: ¿Es explícito y solicita pequeños cambio conductuales, observables y
realistas? ¿Deja abierto el camino para la negociación?
Escoge: ¿Subraya las posibles consecuencias positivas, explícitas y apropiadas a la
conducta? ¿En el caso de consecuencias negativas, queda claro que se está compartiendo sus
opciones y no para amenazarla?

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RESPONDER A LA CRÍTICA: RECIBIR CRÍTICAS

Aunque hacer una crítica es difícil, normalmente recibirla es todavía más. Cuado
hacemos una crítica podemos escoger el momento, utilizar estrategias para controlar nuestras
emociones e incluso prepararla con antelación. Todo esto es imposible cuando recibimos una
crítica.

Existen varias formas automáticas de reaccionar ante las críticas que más que ayudarnos,
complican nuestras relaciones sociales.
- La primera es contratacar. Reaccionar criticando o descalificando al interlocutor y a ser
posible con mayor dureza. El resultado inevitable de esta estrategia es la discusión y el
enfado.
- Una segunda forma de reaccionar es negar la crítica, independientemente de si estamos
de acuerdo o no, pero esto tampoco hace que tus relaciones interpersonales mejoren.
- Finalmente, una tercera manera de afrontar la crítica, es aceptarla sin más, sin ni
siquiera analizar si estás de acuerdo con ella y, además, interpretar el supuesto error
como una muestra significativa de tu falta de valía, lo que provoca culpabilidad,
tristeza... Si las primeras emociones que sientes son éstas, intenta pensar que mientras
no se demuestre lo contrario, el contenido de la crítica que estás recibiendo expresa la
opinión de la otra persona, pero no necesariamente la realidad objetiva.

Objetivos:
- Desensibilizarse frente a las críticas: cambio de actitudes defensivas. Debemos aprender
a no entender las criticas como un ataque directo.
- Aprender y practicar técnicas asertivas: banco de niebla, interrogación negativa, aserción
negativa, etc.
- Aprender y practicar el recibir críticas de forma adecuada, en función de las diferentes
situaciones y objetivos.

Condiciones previas:
- Es necesario saber interpretar correctamente una situación en la que te parezca que
estás siendo criticado. Tienes que saber discriminar lo que es verdadera crítica y lo que
es una mera interpretación tuya.
- También es necesario saber evaluar cuándo una crítica está siendo emitida con mala
voluntad (en cuyo caso tendrías que saber defenderse asertivamente) y cuándo se trata
de una crítica constructiva (en cuyo caso la reacción iría más encaminada a evaluar si la
otra persona tiene razón y/o cómo responder a ello).

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Comunicación no verbal:
- Es muy importante, a la hora de responder a una crítica, el tono que utilicemos, ya que la
persona que esté criticando no tiene que sentirse agredida. Si esto ocurre, la
conversación acabaría en una discusión o una competencia de agresiones mutuas que no
llegaría a ninguna parte. El tono de la respuesta debe ser, por tanto, lo más neutro y
aséptico posible.

Comunicación verbal:
Veamos las estrategias más comunes que existen para responder a la crítica.
Componentes de cómo recibir una crítica:
- Escuchar la crítica sin interrumpir.
- No contratacar con otra crítica (evitar la escalada).
- Dedicar un momento a: Relajarnos y respirar hondo. Darnos autoinstrucciones: calma,
tranquilo,...
- Definir nuestro objetivo, en función de que:
La persona o la crítica son importantes.
La crítica es verdadera y decido cambiar.
La persona o la crítica no me interesan.
La crítica es verdadera, pero decido no cambiar.
La crítica no es verdadera.

La persona o la crítica son importantes.


- Interrogación negativa: Mediante preguntas, obligar al interlocutor a dar más información y
más específica, con un doble objetivo: Agotar la crítica si es manipulativa y no tiene razón o
enriquecernos con ella si es justificada. Pedir clarificación y no permitir respuestas vagas o
negativas. No permitas que el otro generalice su crítica a otras situaciones o a otras facetas
de tu personalidad.
Ejemplos: ¿Qué hay de malo en...?
¿Qué quieres decir con...?
¿A que te refieres exactamente cuando dices...?
¿Podrías explicarte mejor cuando dices...?.
¿En que cosas te parece que...?
- Empatizar, entender al otro o ponernos en su lugar.

La crítica es verdadera y decido cambiar.


- Aceptar la verdad:
Aserción negativa: Si al oír la crítica y entenderla, estamos de acuerdo en su contenido, lo
asertivo y honesto sería reconocerlo. Cuando así lo hacemos estamos utilizando la aserción

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negativa. Sería aceptar la crítica sin adoptar actitudes defensivas, sin justificarnos, sin
enfadarnos y, por supuesto, sin hundirnos o sentirnos excesivamente culpables. Implicaría
reconocer que hemos cometido un error y que somos responsables de ello si creemos que
tiene razón, enfrentarnos y aceptar nuestros errores o aquellos que los demás nos señalen
como tales, de una manera asertiva, sin justificarnos, disculparnos o sentirnos culpables:
Ejemplos: “Es verdad...”
“Tienes razón...”
- Convenir con la posibilidad: “Es posible, puedes que tengas razón...”
- Si consideramos que hay algún dato que la otra persona desconoce y que es importante para
comprender la situación, explicárselo. No utilizar excusas o justificaciones. Explicar el por
qué “no lo hice porque…, hice esto porque...”
- Dar alternativas de solución al problema (si las hubiera). Expreso mi deseo de cambio:
concreto en qué.
La persona o la crítica no nos interesan.
- Reconocer la opinión del otro.
- Si la situación se alarga demasiado: Retirada progresiva de señales verbales y no verbales
(contacto visual...) y salir de la situación.

La crítica es verdadera, pero decido no cambiar.


- Reconocer el comportamiento o la posibilidad de que pueda molestarle al otro (empatizar).
- Evita justificarte.
- Expresar claramente el objetivo, “no voy a cambiar porque...”
- Plantear alternativas.

La crítica no es verdadera.
- Explicar claramente nuestro punto de vista y porqué creemos que no tiene razón.
- Añadir información si consideramos que el otro desconoce algún dato relevante de la
situación.
- Autoafirmarmos en nuestra opinión: “no es cierto...” y, repetirlo, si es necesario las veces
que hagan falta.
- Mediante expresiones ambiguas, reconocer que algo de la crítica de la otra persona podría
ser cierta. En este sentido sería como correr una cortina de humo o niebla entre el
interlocutor y nosotros mismos. Por ejemplo, ante la crítica “ese pantalón que te has
comprado es horroroso”, un banco de niebla podría ser: “ya, comprendo que a ti no te
guste”. Al utilizar esta expresión es muy importante controlar las variables paralinguísticas y
no verbales. La palabra clave es normalidad. El volumen y la entonación de voz, el volumen
del habla y el ritmo de habla deben ser totalmente neutros, al igual que la expresividad del
rostro. Esta estrategia se recomienda solo en el caso de críticas deshonestas, es decir, ante
aquel tipo de personas a las que les gusta reírse de los demás haciendo comentarios hirientes

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o despectivos. El mensaje que subyace es “no me afecta, si ni siquiera me importa lo que me
estás diciendo”.

EXPRESAR Y DEFENDER OPINIONES OPUESTAS

Objetivos:
- Ser capaces de verbalizar y mantener las propias opiniones.
- Ser capaces de mantener comportamientos de oposición y diferenciación de otros.
- Incrementar la capacidad de control emocional.

Aspectos previos:
- Discusión sobre el derecho personal a mantener mis propias emociones, a cambiar de
opinión, derecho del otro a que se respeten sus opiniones.
- Análisis de temores e ideas irracionales.
 Necesidad de aprobación.
 Temor al enfado o las burlas del otro.
 Temor a ser diferente.
 Falta de información.
- Importancia de mantener el control emocional. Pensamientos inadecuados e inductores
de la alteración.
- Verbalizaciones alternativas adecuadas que contrarresten el diálogo interno inadecuado:
“Yo puedo pensar diferente”, “es su opinión”
- No emitir juicios sobre la validez o no de la opinión del otro ni de la persona.

Conducta no verbal:
- Volumen: no alto. No gritar.
- Contacto visual.
- Tono firme.
- Gestos que marquen o refuercen la información (evitar gestos bruscos o excesivos).
- Distancia y postura en función de la situación, pero no demasiado cerca. Buscar estar al
mismo nivel y posición (sentado, de pie, etc.).
- Señales de escucha: evitar gestos descalificadores.

Conducta verbal:
- Utilizar la primera persona.
 “Yo opino...”.
 “Yo pienso...”.
- Insistir en mi punto de vista (disco rayado).
- Ante posibles críticas:
 Aceptar si es cierto. Por ejemplo: falta de información.

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 Banco de niebla: “Es posible...”.
- Empatizar con el otro (entenderle no es estar de acuerdo).

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