“El Humanismo Universalista, también llamado Nuevo Humanismo, se caracteriza por destacar
la actitud humanista. Dicha actitud no es una filosofía sino una perspectiva, una sensibilidad y
un modo de vivir la relación con los otros seres humanos. El humanismo universalista sostiene
que en todas las culturas, en su mejor momento de creatividad, la actitud humanista impregna
el ambiente social. Así, se repudia la discriminación, las guerras y, en general, la violencia. La
libertad de ideas y creencias toma fuerte impulso, lo que incentiva, a su vez, la investigación y la
creatividad en ciencia, arte y otras expresiones sociales. En todo caso, el humanismo
universalista propone un diálogo no abstracto ni institucional entre culturas, sino el acuerdo en
puntos básicos y la mutua colaboración entre representantes de distintas culturas, basándose en
momentos humanistas simétricos”.
Hoy es necesaria la formación de ámbitos donde se rescaten las ideas, las creencias y las
actitudes humanistas de cada cultura que, más allá de toda diferencia, se encuentran en el
corazón de los diferentes pueblos e individuos.
En términos generales el Centro de las Culturas se propone facilitar y estimular el dialogo entre
las culturas, luchar contra la discriminación, la violencia y llevar el mensaje del Nuevo
Humanismo a los lugares de origen de los participantes.
EL HUMANISMO JUDIO
Es un movimiento dentro del judaísmo. Combina un apego a la identidad y la cultura judía con
un enfoque del hombre centrado en la vida. Define el judaísmo como la experiencia histórica y
cultural del pueblo judío. El judaísmo humanista afirma que las personas son independientes de
la autoridad sobrenatural y son responsables de si mismos y de su comportamiento.
Los judíos históricamente no han sido una denominación religiosa. En un tiempo, los judíos eran
una nación y se convirtieron en un pueblo del mundo. Ser judío es una consecuencia de
ascendencia o de elección. Ser miembro del pueblo judío no es una función de una creencia sino
que parte de una identificación, de una conexión y de lealtad.
Según el diccionario, una religión e un conjunto de creencias en el que las personas se aferran;
por lo tanto, siguiendo dicha definición, el judaísmo humanista sería una religión. Sin embargo,
en la descripción del rabino Sherwin Wine, el judaísmo humanista caería en la categoría de una
religión ancestral más que en la de una religión de salvación. El judaísmo humanista es también
una religión en su estructura: su modelo de congregación, la escuela para niños, los programas
de educación de adultos, la mirada puesta en el ciclo de vida y la celebración de las festividades,
siguen el modelo religioso.
Faur es un rabino laico. Explica que, para el pueblo judío, un rabino es un líder y un maestro,
alguien que es conocedor sobre la historia judía y sus ceremonias. Elegimos ser parte de la
comunidad judía y llamar a nuestros líderes rabinos, pues ello nos ayuda a participar
plenamente en la vida comunitaria judía.
El humanismo es una actitud que intenta reencontrar y recuperar tanto la dignidad, los
derechos y las libertades del ser humano, como su desarrollo y progreso en el mundo en
que vive. Esta actitud, siendo una doctrina y cultura, tiene su origen en la cultura
grecolatina y en el renacimiento, y puede presentarse bajo varias facetas, las cuales
excluyen, a veces, la dimensión trascendental del ser humano.
Para captar el sentido del humanismo cristiano, cree que es necesario presentar la
exposición como sigue: los antecedentes históricos, el Renacimiento y el Humanismo, la
evolución del Humanismo y el Humanismo cristiano con sus dos fuentes: la filosofía
cristiana y la Doctrina Social de la Iglesia.
Humanismo musulmán
Sus representantes sostienen que el marxismo posee “un rostro humano”, que su
problemática central es la liberación del hombre de toda forma de opresión y de
alienación y que, consecuentemente, es por esencia un humanismo. Un grupo bastante
heterogéneo de filósofos pertenece a esta línea de pensamiento. Los más
representativos son: Ernst Bloch en Alemania, Adam Shaff en Polonia, Roger Garaudy en
Francia, Rodolfo Mondolfo en Italia, Erich Fromm y Herbert Marcuse en los Estados
Unidos.
Y es así entonces que, a partir de los años Cincuenta, con el desafío a nivel de
interpretación teórica que el humanismo marxista lanza a la doctrina “ortodoxa” del
régimen soviético, se asiste a un áspero enfrentamiento entre dos modos mutuamente
excluyentes de entender el pensamiento de Marx. Pero tal situación no representaba
una novedad o una anomalía en la historia del marxismo: al contrario, era casi una
constante. El pensamiento de Marx ha conocido, durante el arco de su desarrollo y por
diversos motivos, una amplia variedad de interpretaciones.
Trataremos ahora de analizar las ideas en las que se basan estas dos interpretaciones
del marxismo, que son las que han prevalecido históricamente.
EL HUMANISMO EXISTENCIAL
La defensa de Sartre comienza por definir al existencialismo como una “doctrina que
hace posible la vida humana” y que “toda verdad y toda acción implican un medio y una
subjetividad humana” .
La angustia aparece cuando el hombre se da cuenta de que es no solo el que elige ser,
sino también un legislador al elegirse a si mismo elige a la humanidad entera. Al obrar
no solo se compromete a si mismo quien obra. Se refiere a la angustia de Abraham, pues
¿Cómo podía saber Abraham que la voz que oye es de un Ángel? Hay ahí
responsabilidad pues siempre será el individuo quien decida si la voz que oye es de un
angel o una alucinación. Que un acto sea bueno o malo, lo decide quien lo hace (aun si
se está escudando en lo que esta eligiendo creer que es una orden divina, pues es
responsable de creer eso). Entonces el peso esta sobre el hombre que hace. Compara
esta angustia con la del jefe que debe elegir y hacerse responsable de lo que se elige,
aun de no elegir. Al no existir Dios para Sartre, debe llevar esto a sus ultimas
consecuencias. Lo cual resulta para el existencialista “muy incómodo” porque con ello
desaparece toda posibilidad de encontrar valores “en un cielo inintelegible” (dictados,
universales, infiero). Reitera el estar “abandonado” en el mundo del hombre, donde
solo hay hombres. Y donde tampoco hay determinismo a quien echarle la culpa. No hay
ordenes o valores que legitimen nuestra conducta.