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Textos académico – administrativos: cartas, instructivos, resumen e informe

La escritura administrativa tiene como unidad fundamental el texto administrativo, que es el


medio habitual a partir del cual se comunican la mayor parte de los miembros de las sociedades
contemporáneas, integradas a partir de procesos de estandarización y normativización del modo
en que la información debe ser transmitida. En tanto que texto, rigen en el texto administrativo
las mismas “obligaciones” para el enunciador: este debe ser coherente a la hora de expresarse,
sus frases tienen que ser cohesivas, y el producto de su discurso tiene que adecuarse a la
situación comunicativa dada. Es posible pensar, con todo, que la escritura administrativa está
mucho más sujeta a normas –es marcadamente menos “libre” y “espontánea”– que otras y, por
ello, requiere de un saber específico que permita al usuario de la lengua tenerlas en cuenta y
respetarlas en el proceso de producción textual.

Más allá de que los textos administrativos son variados y se producen en casi todos los ámbitos –
muy disímiles entre sí, por cierto– de la sociedad (municipios, ámbitos gubernamentales, el
mundo del trabajo en general, escuelas, universidades, hospitales, etc.), en general, el número de
géneros discursivos en los que se inscriben esos textos es acotado: la carta, el correo electrónico,
la solicitud, el CV y el informe son, entre otros, los más comunes y difundidos. A su vez, estos
combinan en su interior distintos tipos textuales: la narración, la descripción, la argumentación y
la explicación. El dominio de la relación entre los géneros discursivos y los tipos textuales
constituyen hoy en día un requisito indispensable para el correcto desempeño de una función
administrativa.

Tomado de: http://www.institutomethodos.com/2016/03/24/la-redaccion-academica/

La carta
Ver en: http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/63915/Documento_completo.pdf-
PDFA2u.pdf?sequence=1 págs. 15 – 18

Instructivos

Ver e: https://www.lifeder.com/instructivo/
El resumen

El resumen es un documento en el que se trata de reducir el tamaño de una redacción más


extensa. Para elaborar un buen resumen, será necesario que hayamos comprendido plenamente el
texto que vamos a resumir, así como que expresemos su contenido con nuestras propias palabras,
a la vez que ordenamos la información según nuestro propio criterio. Es decir, no tenemos por
qué seguir al pie de la letra la estructura que el autor del texto leído maneja. Nosotros podemos y
debemos recrear esa estructura mediante la agrupación de los conceptos que el texto presenta. No
perdamos de vista que aun cuando para redactar el resumen lo hagamos empleando nuestras
propias palabras, debemos cuidar de hacer uso del lenguaje formal, tal como lo exige la
redacción de todo texto académico.

Las siguientes pautas nos permitirán escribir un buen resumen:

‒ Consignemos los datos bibliográficos del documento que resumamos.

‒ Descubramos la idea principal de cada párrafo.

‒ Eliminemos el material secundario: los ejemplos, las aclaraciones, las digresiones, las citas
textuales, etcétera. El objetivo del resumen es precisar la idea del texto, no generalizarla.

‒ Prescindamos de la información redundante.

‒ Agrupemos aquello que tenga características comunes y que pueda identificarse con un
mismo término.

‒ Expongamos las ideas por orden de importancia, desde la troncal a las secundarias, aunque el
autor haya seguido otro orden.

‒ Respetemos la terminología empleada por el autor del texto, sobre todo si el resumen es para
que lo lea otra persona.
‒ No incluyamos ningún dato o información que no esté en el original. Tampoco añadamos
opiniones personales.

El informe

El informe es un documento que pertenece a los textos de tipo expositivo o informativo. En él, se
expone algún aspecto de la realidad de la manera más objetiva y veraz posible. Podemos elaborar
un informe sobre algún evento o sobre algún proceso que hayamos observado, así como sobre
alguna lectura que hayamos realizado.

El informe suele presentar la siguiente estructura: introducción, cuerpo y cierre. En la


introducción, se consigna el tema sobre el cual versa el informe, así como el objetivo u objetivos
que este tiene. La introducción puede estar compuesta por un único párrafo. En el cuerpo, se
hace un análisis objetivo de los hechos, procesos, datos o ideas importantes que hayamos
recogido de nuestra observación de algún hecho o de la lectura que hayamos realizado. Y,
finalmente, en el cierre, quien elabora el informe, presenta comentarios, críticas, sugerencias,
recomendaciones o alternativas de solución, partes que si bien son de carácter personal deben
estar debidamente justificadas. Es decir, el cierre del informe no debe reducirse a hacer
únicamente una síntesis de lo expuesto.

Las siguientes pautas nos permitirán escribir un buen informe:

‒ Contemos con un registro de datos de lo observado, ya que la redacción del informe se basará
en dichos datos. Este registro puede hacerse mediante fichas.

‒ Los datos que registremos deberán considerar aspectos particulares de lo observado; no


hagamos anotaciones generales sobre este.

‒ Elaboremos un esquema de redacción antes de redactar el informe.


‒ Indiquemos en el esquema de redacción, de la manera más precisa posible, cuál es el objetivo
del informe y qué idea o ideas centrales expondremos en él.

Ver más en Módulo de Taller de lengua II, CECAR (2016). Págs. 87 – 90.

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