TITULO I
Capítulo I
Disposiciones Fundamentales
Art. 1°
El Banco Central de Venezuela, creado por Ley del 8 de septiembre de 1939, es una persona
jurídica pública de naturaleza única.
Capítulo II
Art. 2°
l) Regular el medio circulante y, en general, promover la adecuada liquidez del sistema financiero
con el fin de ajustarlo a las necesidades del país.
3) Centralizar las reservas monetarias internacionales del país y vigilar y regular el comercio de oro
y de divisas.
7) Efectuar las demás operaciones y servicios compatibles con su naturaleza de banco central,
dentro de las limitaciones previstas en esta Ley.
Parágrafo Unico: Durante el primer mes de cada semestre, el Directorio aprobará los lineamientos
de la política monetaria, donde se establecerán los objetivos y metas que orientarán la acción del
Banco Central de Venezuela, en cumplimiento del objeto previsto en el presente artículo.
http://www.monedasdevenezuela.net/articulos/el-objetivo-principal-del-banco-central-es-la-
inflacion/
http://www.bcv.org.ve/c3/legislacion.asp
http://www.bcv.org.ve/quebcv/bcv04_1.htm
prohibiciones. http://www.bcv.org.ve/c3/refleybcv.asp#titulo3
IMPORTANCIA: http://www.instituto-finanzas.com/que-hace-un-banco-central/
http://www.monedasdevenezuela.net/articulos/el-objetivo-principal-del-banco-central-es-la-
inflacion/
Conclusión
Un Banco Central es una institución en la cual la sociedad delega la capacidad de emitir dinero y de
regular el nivel de crédito de la economía.
Cuando el dinero y el crédito en la economía se expanden demasiado rápido, las personas elevan
su demanda de bienes a un ritmo mayor al que las empresas podrían satisfacer esa demanda, lo
que puede generar alza en los precios y, por ende, inflación.
En virtud de estos dos riesgos un banco central adopta sus decisiones de política monetaria, de
modo de balancear estas dos situaciones extremas y procurar una inflación baja y estable.
El logro de una inflación baja y estable es la expresión del deseo de la sociedad de preservar el
valor de la moneda.
En la actualidad, la gran mayoría los bancos centrales del mundo están obligados por ley a atender
el objetivo de estabilidad de precios.
Esta realidad, en el contexto latinoamericano, permite observar que todos los bancos centrales sin
excepción, lo consideran como su objetivo principal.
Igualmente, los bancos centrales cumplen otras funciones como son: moderar la volatilidad de
corto plazo del producto interno bruto y el tipo de cambio, administrar las reservas
internacionales, servir de prestamista de última instancia a los bancos comerciales y velar por el
buen funcionamiento del sistema financiero.
Una preocupación natural de quienes se encargan de conducir los destinos de los bancos centrales
es la de no tener que asumir responsabilidad por demasiados objetivos. Un banco central que
trata de atender demasiados objetivos puede terminar no atendiendo ninguno.
En síntesis, la Constitución configura un nuevo modelo de Banco Central de Venezuela que debe
tener en cuenta, en su adopción de decisiones, las necesidades del país y los fines del Estado. La
rigidez que le adjudica el tratamiento constitucional a esta institución, garantiza la permanencia
de las características que la Norma fundamental confiere al Banco Central de Venezuela, eleva el
rango de las funciones que le son asignadas y organiza una institución que cuenta con los
instrumentos jurídicos y técnicos necesarios para realizar correctamente el objetivo que le ha
sido encomendado.
En resumen, el presente Proyecto de Ley representa un útil instrumento para el progreso del
Banco Central de Venezuela y ha sido estructurado de manera tal que puede cumplir los dos
objetivos que se trazaron desde su concepción: la adaptación del Banco a las normas
constitucionales y al nuevo papel del Estado en la sociedad que éstas incorporan y la
modernización del Banco con vistas a favorecer las funciones que tiene asignadas. Difícilmente
podrían tener lugar ambas condiciones sin una Ley que encauce y haga viables las
modificaciones necesarias en la institución para el nuevo desempeño de sus funciones. Sólo a
través del cambio en la concepción y funcionamiento del Banco Central de Venezuela, que este
Proyecto de Ley incorpora, podrá el Banco desempeñar las exigentes funciones que
constitucionalmente le han sido encomendadas.
LO DE LA REFORMA:
La primera reforma sustantiva que sufrió la ley original del Banco Central fue la de diciembre de
1960. Esta reforma reflejó en buena medida el trabajo de una Comisión creada por la Junta de
Gobierno en septiembre de 1958 con el propósito global de modernizar la legislación financiera
venezolana. Dicha Junta designó una Comisión integrada por Alfonso Espinosa, entonces
Presidente del Banco Central y quien presidió las deliberaciones de la misma y, además, Carlos
Mendoza, Arturo Uslar Pietri, J. J. González Gorrondona, Jesús Calvo Lairet, Carlos Miguel Lollet
y Carlos Rafael Silva. La citada comisión contó con la asistencia técnica de Ernest Moore, antiguo
funcionario del Banco de la Reserva Federal de New York, Felipe Pazos, quien había sido
Presidente del Banco Nacional de Cuba; Antonio Chávez Orozco, un experto financiero mexicano
muy versado en la banca hipotecaria y en sociedades de capitalización y Guillermo Fariñas, en la
parte legal, como Consultor Jurídico que era del Ministerio de Hacienda.
La Ley del Banco Central de 1960 incorporó algunas reformas significativas, entre ellas, el
enunciado del objeto del Instituto al establecer en el encabezamiento que el Instituto tendrá
como cometido de carácter general velar por el crecimiento ordenado de la economía e
incorporar, entre sus finalidades, la de que el Banco tomará a su cargo el ejercicio de los
derechos y las obligaciones que corresponden a Venezuela en el Fondo Monetario Internacional.
La reforma de ese año trajo otra modificación importante en cuanto a la administración del
Instituto al alterar la integración del Directorio, reduciendo el número de miembros de éste de
nueve a siete. Esa limitación estaba vinculada al hecho de que anteriormente los accionistas
privados designaban tres miembros del Directorio en representación de aquéllos y ahora se
limitó sólo a uno. Además, se le encomendó a la Federación Venezolana de Cámaras y
Asociaciones de Comercio y Producción postular un candidato para integrar el Directorio y se
estableció que entre los designados por el sector público, uno debía ser escogido entre los
Presidentes o Directores de los institutos de crédito del Estado con el propósito de favorecer la
armonización entre la política crediticia auspiciada por el Banco Central y la seguida por las
instituciones financieras del Estado.