N.º 10
EL RELIEVE Y LA ESCULTURA EXENTA JULIO 2007
EN EGIPTO
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Ciertamente, una vez configurada la técnica se trabajaban las cuatro FLUMEN
superficies del bloque hasta conseguir que las distintas representaciones N.º 10
combinaran entre sí. Pero es posible que en origen las visiones frontal y JULIO 2007
posterior derivaran de la unión de las laterales en el plano correspondiente.
Es decir, que en esencia la escultura puede ser el resultado de dos relieves
esenciales que corresponderían a los perfiles de la figura, como si se tratara
de dos mitades en espejo de la misma.
De la correcta conjunción de esos dos lados simétricos e iguales se
derivaría la llamada "ley de la frontalidad". Esta expresión fue acuñada por el
arqueólogo y tratadista danés Langle a finales del siglo XIX para aludir al eje
vertical que, pasando entre las cejas, nariz y ombligo, corta la figura humana
dividiendo el cuerpo en dos mitades simétricas, impidiendo girar la figura
en sentido lateral, porque se impone un punto de vista único y frontal. Si
los supuestos sobre los que basamos este estudio son correctos, esa "ley de
la frontalidad" tendría su origen en la corrección de una creación plástica
esencialmente lateral.
Avancemos en esa hipótesis. Es probable que si se formalizó la
escultura de bulto a partir del relieve, el vínculo establecido entre ambas
formas determinara no sólo el proceso de elaboración de las piezas y su
aspecto esencialmente cúbico y simétrico, sino también el sistema de
representación de la figura humana. Esto se habría producido al trasladar los
convencionalismos que tienen sentido en el relieve a la pieza exenta. Explica
Panofsky que la pintura y el relieve egipcios transmiten la proyección de
las distintas partes de la figura humana de forma incompleta en una imagen
única, mientras que la escultura de bulto redondo lo hace en su totalidad
pero en imágenes separadas (laterales y frontal-posterior)4. Ese habría sido el
resultado, básicamente, pero en las piezas de bulto todavía se puede apreciar
alguna combinación o yuxtaposición de visiones nacida en el dibujo y
transmitida al relieve.
Cuando las normas creadas en un plano de dos dimensiones se
aplicaron a un bloque cúbico donde la visión preferida no era lógicamente
la lateral, sino la frontal, se trató de corregir lo esencial para que el resultado
no contradijera las formas y relaciones naturales de los distintos miembros.
Entonces dejó de tener sentido la constante combinación de las vistas de
frente y de perfil en una imagen única. Pero parece que ese proceso de
rectificación no se llevó a cabo en su totalidad. En la adaptación se desechó
sólo lo que interfería con la visión coherente del conjunto, y, por el contrario,
lo que no suponía una evidente falta de correspondencia entre planos se
mantuvo.
La escultura de bulto redondo adquirió la madurez que fijó sus
características algo después que el relieve, entre las dinastías III y IV (2780-
2280 a.C.) Veamos un ejemplo temprano. En las espléndidas triadas de
4 Ibíd., p.80.
SECCIÓN
DE MISCELÁNEA
FONTANA CALVO, M.ª Celia
EN TORNO A LAS RELACIONES ENTRE RELIEVE Y LA ESCULTURA EXENTA EN EGIPTO
Micerino con la diosa Hathor y las
divinidades femeninas de distintos
nomos del territorio egipcio
(IV dinastía), la figura del faraón
adquiere ya la forma arquetípica
que caracterizará toda la escultura
de bulto posterior. Se muestra
unívocamente de frente, adherida
todavía al fondo, y sin concesiones a
la duplicidad de visiones que habían
favorecido las artes bidimensionales,
aunque algunos detalles permiten
todavía rastrear su origen. En las
esculturas de Micerino, igual que
en los relieves, el faraón tiene
adelantada una pierna con respecto
al eje del cuerpo mientras la otra
queda retrasada, y su cintura es
muy estrecha con respecto a sus
caderas, por lo que, si la obra tuviera
una intención naturalista, habría
que entender como un voluntario
estrechamiento del tronco a la altura
de la cintura, produciendo una
extraña silueta masculina de perfil
Triada de Micerino flanqueado por las diosas
curvo y sinuoso más propio de
Hathor y Kynópolis, IV dinastía.
El convenionalismo de la cintura estrecha la mujer que del hombre. También
y las caderas anchas se mantiene en las resulta muy sintomático que entre
figuras masculinas de bulto redondo, las extremidades y el tronco no se
haciendo que la silueta del hombre extraiga el material hasta el nivel del
sea muy parecida a la de la mujer.
plano posterior.
A partir de este análisis, no
parece que en la formulación de la figura humana se hubieran traspasado
los rígidos límites que imponía la representación conceptual, previamente
creada y sancionada, más de lo estrictamente necesario. Simplemente se
aplicó el sistema de corregir y adaptar sobre lo previamente conocido y
aprendido. Si las piernas se colocaron en distintos planos fue porque así se
había hecho también tradicionalmente en el relieve, y en consecuencia se
plasmaría en el dibujo que se realizó en la cara lateral del cubo de piedra.
Además, el aparente estrechamiento de la cintura del faraón se explica
perfectamente si se entiende como un traslado literal de una forma creada
en un ámbito bidimensional. Panofsky ya interpretó la parte situada sobre
las caderas en los relieves como "una transición gráfica entre la proyección
frontal del busto y la proyección de perfil de las piernas, una forma que
resultaba casi automáticamente cuando estas dos partes se juntaban a través
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de los contornos"5. Así se habría creado una visión normativa de la cintura FLUMEN
que al copiarse en la escultura junto a unas piernas colocadas de frente N.º 10
produce la impresión de ser muy estrecha. Sin embargo, esta correlación de JULIO 2007
elementos no debió ser considerada errónea en el antiguo Egipto porque
se fijó y consolidó sin que se incorporaran más cambios al modelo descrito.
Las normas a que dio lugar la representación conceptual se revelaron como
un conjunto exitoso que una vez tipificado se prolongó a lo largo de más
de 2000 años. La razón parece sencilla, la "estatua egipcia no representa un
hombre rígidamente erguido ni un hombre con naturalidad: su asunto es el
qué, no el cómo"6.
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