○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Usuarios de la
información
Cristina Mercader
México 1999
Secretaría de Educación Pública
Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica
Dirección General de Educación Superior
Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía
Usuarios de la información
(Serie guías de autoaprendizaje)
Modalidad de Educación Abierta y a Distancia
Primera edición 1999
ISBN 970-18-0991-2
Impreso en México
Diseño editorial:
Ivonne Bautista Carmona
ÍNDICE
Presentación.
Prólogo.
Objetivo General de la Asignatura.
Unidad I
Información y conocimiento en el ámbito bibliotecario
1.1 Origen del uso del término Información.
1.2 Conceptualización de información en Biblioteconomía.
1.3 Producción de información como representación del conocimiento.
1.4 Tecnología de la Información
Unidad II
Uso de la Información
2.1 Usuarios de la Información.
2.1.1 Antecedentes del uso del término.
2.1.2 Conceptualización.
2.1.3 Características.
2.1.4 Categorización de usuarios.
2.2 Relación usuario-bibliotecario.
2.3 Obstáculos para la comunicación entre usuario y bibliotecario.
UnidadIII
Estudio de Usuarios.
3.1 Antecedentes: "de los objetos a los sujetos".
3.2 Origen ¿Cuál es el origen de los estudios de usuarios?.
3.3 Conceptualización ¿Qué son los estudios de usuarios?.
3.4 Objetivos
3.5 Estructura de los estudios de usuarios.
3.5.1 Selección del tema.
3.5.2 Planeación del trabajo
3.5.3 Obtención del perfil
3.5.4 Redacción del estudio.
3.6 Aplicación de los estudios de usuarios
3.6.1 Necesidades de información.
3.6.2 Necesidades de formación.
Guía de autoaprendizaje
Unidad IV
Diseño de un proyecto de estudio de usuarios..
4.1 Introducción..
4.2 Recomendaciones para el diseño del proyecto
Bibliografía
4
Usuarios de la Información
Presentación
La Biblioteconomía y la Archivonomía son dos profesiones que han cobrado un fuerte
impulso durante los últimos años. Las condiciones cambiantes que han intervenido en su
entorno y que han originado nuevos problemas y nuevos enfoques en sus campos de
aplicación se han debido principalmente al progreso científico y tecnológico y a la explosión
documental: una mayor producción y explotación de material, un notable incremento de
usuarios y el uso cada vez más intenso de los medios informáticos y de las telecomunicaciones
para el almacenamiento, organización e intercambio de información.
Esta situación contrasta con la carencia de recursos humanos con una adecuada
preparación académica que permita brindar una atención profesional a las necesidades
que, en materia de información, constantemente van en aumento entre la sociedad mexicana.
Los materiales didácticos surgen entonces como uno de los soportes más importantes,
junto con las asesorías y los medios de comunicación a distancia, en los que habrás de
sustentar tu formación.
En cada asignatura cuentas con una guía de autoaprendizaje y en muchas de ellas ésta
5
Guía de autoaprendizaje
se encuentra complementada con una guía de lecturas. Esta guía es un material de estudio
que contiene lecturas tomadas de diversos libros que, a juicio del autor de la guía de
autoaprendizaje correspondiente, necesitarás consultar para apoyar tu aprendizaje.
Las asesorías son un medio al que podrás recurrir en cualquier momento para consultar
tus dudas o solicitar sugerencias sobre tus métodos y hábitos de estudio. Los medios de
comunicación a distancia te permitirán establecer comunicación con los asesores desde
cualquier parte en que te encuentres.
La presente guía representa entonces sólo una parte del gran apoyo con el que cuentas,
pero constituye también el trabajo colectivo que la ENBA ha venido desarrollando con el
firme propósito de contribuir en tu formación profesional.
Estamos seguros que harás un correcto uso de ella y que sabrás aprovecharla
adecuadamente.
6
Usuarios de la Información
Prólogo
ESTIMADO DISCÍPULO:
CRISTINA MERCADER
7
Guía de autoaprendizaje
* Reconocer la importancia del usuario como agente que determina cualquier servicio
de información.
8
Usuarios de la Información
UNIDAD I
INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO
EN EL ÁMBITO BIBLIOTECARIO
9
Guía de autoaprendizaje
10
Usuarios de la Información
Theodore Roszak
Esta primera unidad, tiene como objetivo particular: Establecer la diferencia entre
información y conocimiento desde una perspectiva biblioteconómica, con el fin de
esquematizar su transferencia, resaltando su valor social y uso.
11
Guía de autoaprendizaje
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Es importante que des inicio a esta unidad, preguntándote qué es lo que sabes, para
entender los conocimientos básicos de la asignatura; por ello basándote en tus conocimientos
previos, responde brevemente por escrito a las siguientes preguntas:
2. Señala dos razones por las que la información es importante para la Biblioteconomía.
12
Usuarios de la Información
ORGANIZADOR ANTICIPADO
Etimológicamente la palabra información deriva del latín informare, ‘dar’ ‘forma’. Informare
a su vez proviene también del latín forma, ‘forma’, ‘figura’, ‘configuración’.
Como fenómeno la información nos precede, estuvo ahí antes que el primer ser humano
transitara sobre la superficie de la tierra, como esperando a que el hombre por las capacidades
que posee, la utilizara para su beneficio y recreación, convirtiéndose así en información.
Todo cuanto existe informa, siempre y cuando como requisito indispensable esté presente
un sujeto que lo perciba consciente o inconscientemente.
La información tiene una naturaleza física, tangible y es percibida por las personas a través
de los sentidos.
¿se puede adquirir información de modo inconsciente?
¿ has leído sobre la percepción subliminal ?
13
Guía de autoaprendizaje
ANÁLISIS DE CONTENIDOS
Con respecto a los orígenes de los servicios de información, situémonos en el tiempo hacia
el año 2000 a. C., en Babilonia, (puerta de Dios) cuna de remotas civilizaciones y asiento de
sucesivos y poderosos imperios.
Las leyes babilónicas requerían que toda transacción de negocios -por pequeña que
esta fuera-, se preservara de forma escrita y debidamente autorizada; depositarias de estas
leyes fueron las tabletas de barro, en las que estaban inscritas vastas cantidades de estos
registros instrumentales o de “éxito” que recolectaban y preservaban sistemáticamente también
registros comerciales, gubernamentales o de crónicas de sus dominios1
1 Jesse H. Shera. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro Universitario de
Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. p.168
2 Shera, p.168
14
Usuarios de la Información
Como ves, el origen de los servicios de información procurados por las bibliotecas datan de
hace cuando menos 4,000 años; es más, el ser humano tiene una necesidad inherente de
información desde su aparición en la faz de la tierra, misma que satisface muchas veces de
una manera inconsciente o casi sin percatarse.
LECTURA
A continuación lee el capítulo SOBRE IDEAS Y DATOS del libro de Roszak, Theodore.
El culto a la información : el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. México
: CNCA. Grijalbo, 1990. 227 p. Lo encontrarás en tu guía de lecturas. Este capítulo, que por
sí mismo es un artículo interesantísimo, nos muestra desde un punto de vista filosófico de
manera ingeniosa y amena el valor de la información, su concepción y su relación con las
ideas, con los datos y con el pensamiento; sentando las bases para una mejor comprensión
del uso del término. También ubica a la tecnología en su justa dimensión -como herramienta
magnífica- mostrándonos qué es lo que pueden hacer las computadoras y qué no. Espero
que lo disfrutes al grado de que lo compartas con tus amigos, con tus compañeros de trabajo,
tus familiares o con quien tu desees. Recuerda que una de las características de un buen
lector es la de compartir su experiencia con los textos.
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
4. Comunica las ideas centrales del texto a dos personas y pídeles su opinión al respecto
y anótalas junto con la tuya.
15
Guía de autoaprendizaje
En el ámbito de la Biblioteconomía, Shera dice que debe dársele una interpretación más
restringida, sin embargo, parte de una definición genérica, exponiendo que “es aquello que
es transmitido por el acto o proceso de comunicación sea este un mensaje, una señal o un
estímulo. Supone una respuesta en el organismo receptor y, por lo tanto, posee una potencial
respuesta.”3 Continúa diciendo que su “motivación es inherentemente utilitaria y es afín cuando
no sinónima de “conocimiento para el éxito” - concepto que retoma de Landheer -. Es instru-
mental y habitualmente comunicada a través de un modelo organizado o formalizado,
principalmente porque tal formalización incrementa su utilidad potencial. Y puesto que es
instrumental, la utilidad es su principal criterio de valor social y promueve el comportamiento
adaptativo”.4
Información para Noel Angulo, es la significación que adquieren los datos en función de
su adecuación a un propósito específico de aplicación. (Considerando en forma integral el
conocimiento registrado en cualquier tipo de soporte, el problema o situación que la
condicionan y los conocimientos y experiencias del sujeto). También se refiere a que es una
condición que se da en la mente, independiente a todo soporte material.5
Curras argumenta que hay que considerar el origen de la palabra información, misma que
“viene de in-formar, con-formar, dar forma... en nuestra mente al mundo exterior por impactos,
estímulos, recibidos de ese mundo exterior, al ir configurándolo y comprendiéndolo, en
cualquiera de las formas en que se presente. Por tanto, la información resulta ser un elemento
vital... Elemento vital que se manifiesta de dos maneras diferentes, como:
3Shera, p.167
4Shera, p.167
5Noel Angulo Marcial. Manual de tecnología y recursos de la información. México: IPN, 1996. p.105
16
Usuarios de la Información
fenómeno,
- producido por el entorno de nuestra noosfera que nos rodea y que configura el desarrollo
de nuestras actividades cotidianas.
proceso,
- elaborada por nosotros mismos desde unos documentos para su ulterior utilización;
ANÁLISIS DE CONTENIDO
Shera comenta, que tal vez ninguna cultura dependa tanto de la comunicación exitosa
de información que la que se basa en la ciencia aplicada.7 Lo cierto es que actualmente se
acude a las bibliotecas a buscar información.
6 Emilia Curras Puente. La información en sus nuevos aspectos: ciencias de la documentación. Madrid: Paraninfo,
1988. pp.31-32
7 Shera, p.167
17
Guía de autoaprendizaje
18
Usuarios de la Información
babilonianmbcabcindustrialabcdeabcdefghhih
libroabcdeaxzovwxyztplkjhgfdsoirqwertyawxert
cvbpoiuytrertynmnbviryuiopzxcvbbasdfgbhjotjl
hjklaqwerertyuwohjkleiaytqrecaudaryuiabcdryu
svcxinconscientecsdfgzibsqwepoiuytuteoriaño
ihjklokiuyasertafevoiacuitreseñalvoesdfjonmjyrl
nlioyrtoswerqobragrosmncvbkioewasdrouiertrt
oplokjhepocagfretukityetrelewqrbvcxrquertukol
nsedxvnxcxnhyoconanmrhinuioimnbvtorighjkui
isatestuyoasdfnculhpokrootruohugavacseatero
mhutohigijnoelcuevcrdsewqijkotgfdcuoxzabcty
odfrconcasaofugosuqirtpporcmatemaqivsabci
cuiquiacincomqwervombvxbabaaabdcaeioaeil
laabdcabcdeefihrtriicueuvwxyzuoiazronaeioutg
laeiigfautorwiafjhgrabcdefghgiabcdefghigkopti
ijklmnñopqrtusheraasurbanipalmlaeiouabcdep
zabeiofuncionñopqrstuvwxijabcdeafgcienciayo
ouayzpqosdfghjeditorjklmnñopqrstuvwxyzaeiui
pqreiraerabcorigenbcdefgijklmnñoetecnicaeng
eqrstonklmntlmnñopqrstuvvhijklmnñopabcdefli
rabdecghijaldocumentodacerebroaeiouexitolto
cabcdeubcdecentroabcdefghijklmnñopqrcstul
iaeioslaeiouiabcdefghijkfenomenozxywqnlkjres
bcderooaeiouconocimientodefghijklmnñopoqr
eiomensajefghinabcdefghijklmenteaeiouabcdg
19
Guía de autoaprendizaje
Conocimiento también es todo lo que una persona, un grupo o una cultura a aprendido
a través de la experiencia, por lo que no puede haber conocimiento sin un conocedor, mientras
que la información que el individuo recibe consciente o inconscientemente puede o no incidir
en su conocimiento.
La siguiente actividad, será por un lado repaso de los temas anteriores y por otro el
inicio del tema que nos ocupa en este momento, debido a que muestra la relación entre
información y conocimiento.
LECTURAS
A continuación deberás leer la primera parte titulada Información del primer capítulo
Terminología relacionada con los estudios de usuarios... de las memorias del : Seminario
latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios.
coord. Patricia Hernández Salazar. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones
Bibliotecológicas, 1997. viii 85p. (Memorias, 11). Como producto de la lectura elabora un
cuadro en el que relaciones los conceptos Información y Usuarios.
ANÁLISIS DE CONTENIDOS
SIN EL HOMBRE EL UNIVERSO SERÍA UN GRAN DESPERDICIO
Empezaremos por decir que para que haya producción de información es indispens-
able el intelecto humano, que es el que tiene la capacidad de razonar la necesidad nata e
imperiosa del hombre de comunicar su conocimiento con la finalidad de compartir con otros
lo que le ha proporcionado utilidad, satisfacción, alivio, asombro, éxtasis, etc., así como
también lo que le preocupa o la problemática que le acontece.
20
Usuarios de la Información
La producción de información está representada por los registros gráficos -no importando
el soporte en el que se encuentren- que la biblioteca reúne, organiza, pone en servicio y
disemina; llámense libros, publicaciones seriadas, bases de datos, películas, partituras,
patentes, estadísticas, repertorios bibliográficos, etc., siendo estos registros representaciones
tangibles del conocimiento, por lo tanto susceptibles de ser recuperados.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Con base en la lectura y el texto, desarrolla por escrito qué papel juega el bibliotecario
al compartir y generar información.
LECTURAS
Para comprender todavía mejor lo que implica conocer, te recomiendo leer Conocer y
Saber; dos conceptos epistémicos distintos, tema incluido en : VILLORO, Luis. Creer, saber,
conocer. 7ªed. México : Siglo XXI, 1992. 310p. El tema tratado a manera de disertación por
el doctor Villoro, es enriquecedor al proporcionarnos mayor claridad a través de la reflexión
filosófica.
21
Guía de autoaprendizaje
Noble narra en su estudio Forces of Production, que las continuas y altas asignaciones
presupuestales al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, después de la segunda
guerra mundial, se debieron a la estrategia gubernamental de que mediante la inversión en
computadoras, electrónica y teoría de la información, se modificara de manera radical el
Sistema Industrial Norteamericano en el sentido de ir gestando la “fábrica del futuro”, en
donde día con día se necesitara menos mano de obra. De tal forma los trabajadores serían
paulatinamente sustituidos, a la par que se fueran automatizando las operaciones de la in-
dustria restándole así fuerza a sus sindicatos y naturalmente a las demandas laborales que
exigían, mismas que eran consideradas un abuso.8
Un posterior producto es la red de redes conocida como INTERNET, misma que se origina
precisamente en el seno del ejercito americano para posteriormente ser compartida a nivel
internacional.
8Noble, citado en Roszak. El culto a la información, el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar,
pp.215-216
22
Usuarios de la Información
Un análisis global muestra que los ejes sobre los que gira
la tecnología de la información son las telecomunicaciones y
la computación, la primeras permiten abatir las distancias
geográficas facilitando la simultaneidad de los eventos
comunicacionales y potencializando sus efectos ; la computación por su parte,
redimenciona los volúmenes de información procesable, aumenta la capacidad
para su captación, organización y distribución, a la vez que reduce el tiempo requerido para
sus accesos por los demandantes de información sistematizada.
23
Guía de autoaprendizaje
LECTURAS
A continuación lee el capítulo titulado <<Información, por favor>> del libro de ROSZAK,
Theodore. El culto a la información: el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de
pensar. México: CNCA., Grijalbo, 1990. 227p. el cual encontrarás en tu guía de lecturas.
Basándote en esta lectura, en un máximo de cinco cuartillas elabora una síntesis per-
sonal, destaca lo más relevante para ti. Indica los argumentos del autor que se relacionan
con tu formación, destaca aquello que coincide con algunas de tus preocupaciones puntos
de interés profesional.
Deberás ahora leer un artículo que te explicará brevemente cómo llevar a cabo las
funciones tradicionales de las bibliotecas aplicando las nuevas tecnologías.
LECTURAS
Una vez leído el artículo de Carro Suárez, Juan R. Impacto de las nuevas tecnologías de
información en las bibliotecas. En Ciencias de la Información. Vol.26, No.2, junio, 1995. p.47-
51. Elabora un resumen con tus propias palabras sobre el tema y con base en dicho resumen
elabora el siguiente cuadro :
FUNCIONES BIBLIOTECARIAS
DESEMPEÑO TRADICIONAL MEDIANTE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
24
Usuarios de la Información
UNIDAD II
USO DE LA INFORMACIÓN
25
Guía de autoaprendizaje
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
3. ¿Cuáles son los antecedentes del uso del término "usuarios de la información"?
Envía a tu asesor
Uso de la Información
Generalizando, todos hacemos uso de la información, la motivación para buscarla,
recuperarla y usarla responde a la necesidad de cubrir una anomalía en el conocimiento que
del mundo poseemos.
La necesidad de información surge de exigencias que nos plantea la vida, ya sea para
la toma de decisiones, para la solución de un problema, para obtener respuestas a cuestiones
relacionadas con el saber; en fin para edificación del conocimiento que nos permita
desenvolvernos de manera más efectiva en la relación con nosotros mismos y en el escenario
social con el que nos interrelacionamos.
26
Usuarios de la Información
Los temas y subtemas de los que consta esta unidad son los siguientes :
2.1.2 Conceptualización
2.1.3 Características
27
Guía de autoaprendizaje
Ahora como en antaño los usuarios, son el propósito y fin último de cualquier tarea que
emprendamos los bibliotecarios.
Para ellos hemos estructurado: técnicas para la organización de los diversos materiales
informativos, catálogos, bibliografías, normatividades, índices, servicios, etc., en lo que se
refiere al funcionamiento de las bibliotecas.
LECTURAS
Enseguida lee una parte del capítulo VII Lo que el bibliotecario necesita saber de la obra de:
SHERA, Jesse H. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro
Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. 520p. la que encontrarás en tu guía
de lecturas.
Una vez realizada la lectura, analiza su contenido y escribe cuál es su relación con el
tema Usuarios de la información.
28
Usuarios de la Información
Con el transcurrir del tiempo el contenido de los registros se hace más amplio, haciendo
también su aparición los nuevos usuarios: los eruditos, mismos que pertenecían a la clase
privilegiada; durante la época del manuscrito estos lectores se encontraron con el problema
de la insuficiencia de copias y su localización.
En la época de los egipcios se crearon las casas de la vida, bajo el patrocinio de los
faraones o personas acaudaladas, donde se escribían y guardaban los papiros, así como
también era lugar de reunión para que los sabios se dedicasen al estudio, a la investigación,
a la recolección de materiales, a mantenerlos en orden y ver que estuvieran disponibles para
su uso. Dándose esta misma situación posteriormente en Europa.10
La fundación de monasterios en la Edad Media fue un refugio para los libros, más no
para su difusión, dedicándose los monjes a copiarlos e ilustrarlos con letras artísticas y dibujos,
permaneciendo un uso elitista de los mismos.
La accesibilidad a los recursos gráficos durante finales del siglo XVII y principios del
siglo XVIII tiene como consecuencia el nacimiento de nuevas categorías de usuarios, un ejemplo
es que al surgir las bibliotecas universitarias estas abren sus puertas a un variado grupo de
estudiosos y profesionales. Lo mismo sucede en el siglo XIX inmediatamente después de las
revoluciones, tanto políticas como industriales creándose las bibliotecas publicas para el
“hombre común”. Reuniendo por primera vez a lo largo de la historia, a la sociedad civil con
el “mundito” de los estudiosos privilegiados.11
Este es el testimonio de que terminaba el viejo monopolio sobre el saber que tenían
unos cuantos privilegiados.
9 Shera, p.100
10 Curras, p.66
11Shera, p.103
29
Guía de autoaprendizaje
Durante el siglo XX, la información cobra día con día un interés desmesurado, debido a
que es considerada la materia prima más importante para la realización de cualquier proyecto,
su crecimiento excesivo motivó la aplicación de la tecnología para su almacenamiento y uso
efectivo, es a partir de este momento que aparecen los primeros teóricos de la información,
para dar paso a la ciencia del mismo nombre siendo el lector ahora más comúnmente llamado
usuario de la información.
2.1.2 CONCEPTUALIZACIÓN
LA RAZÓN DE SER DE LOS SERVICIOS Y DE LAS UNIDADES DE INFORMACIÓN.
1. El personaje para el cual se diseñan y elaboran todos los métodos y técnicas relacionadas
con la selección, organización, interpretación y diseminación de la información en función
de facilitarle su acceso y uso.
2. La razón del quehacer del bibliotecario, sin su presencia la función de la biblioteca quedaría
reducida a ser un almacén de la memoria documentada de la humanidad.
5. El ser a cuyo servicio está todo lo que se diseña e investiga en el ámbito de la información
y más específicamente en el de la documentación.
9. Para cualquier unidad de información la médula central, es quien hace uso de la misma.
Se le ha denominado lector o usuario, sin embargo, hoy en día es más común llamarle
usuario de la información. González Hernández
30
Usuarios de la Información
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
12María Claudia González Hernández. Diseño de un programa de formación de usuarios para los centros de
documentación de El Colegio de México. Tesis de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía de la
SEP; México, D.F., 1995. p.13
31
Guía de autoaprendizaje
2.1.3 CARACTERÍSTICAS
Enlista por un lado, tus características personales (edad, sexo, estado civil, complexión
física, etc.) y por otro, como usuario de la información, en el contexto de estudiante de la
licenciatura de Biblioteconomía (nivel de estudios, grado, asignaturas que cursas, etc.).
CARACTERÍSTICAS
PERSONALES COMO USUARIO DE LA
INFORMACIÓN
Envía a tu asesor
32
Usuarios de la Información
Las características de los lectores, proporcionan los parámetros que permiten llevar a
cabo estudios de usuarios que sustenten la planeación, organización y evaluación de los
servicios y unidades de información. ¿Qué son las características ?
Las características de los usuarios de la información son las que definen los servicios y
la estructura organizativa de cualquier unidad de información. Para poder estudiar a los
usuarios , deben considerarse sus características comunes relacionadas con sus necesidades de
información, pues estas son las que definen los servicios y la estructura organizativa de cualquier
unidad de información.
33
Guía de autoaprendizaje
Con relación al número de categorizaciones de usuarios, tenemos que puede haber tantas,
como grupos de personas con intereses de información semejantes o comunes.
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
1. 1. 1.
2. 2. 2.
3. 3. 3.
4. 4. 4.
5. 5. 5.
Envía a tu asesor
34
Usuarios de la Información
EVALUACIÓN DIAGNOSTICA
Desarrolla en una cuartilla o más : Cómo es y cómo debería ser, la relación usuario-bibliotecario.
Recurre a tu experiencia laboral o de usuario, reflexiona tanto en tu desempeño personal
(como bibliotecario o usuario) como en el de los equipos de trabajo. Adopta una actitud
crítica, evaluando y mencionando lo que consideras favorable y lo que no. Recuerda nadie te
detiene la pluma, así que a escribir.
35
Guía de autoaprendizaje
El usuario real es el que de hecho tiene contacto con el bibliotecario, el usuario potencial es
el susceptible de convertirse en real; y para ambos trabajamos los bibliotecarios, con el
objetivo de servirlos, siendo los mediadores, los facilitadores entre ellos y la información que
están necesitando.
Con respecto al hombre el bibliotecario debe saber: los modos en que aprende, su
lenguaje, su comportamiento ante la información y cómo se comunica.
Los perfiles, dan la pauta al bibliotecario para satisfacer las necesidades de información
de sus usuarios, por otro lado se da por sentado que debe conocer el manejo de las fuentes
de información no importando el soporte en el que se encuentren.
13 Shera, p.41
36
Usuarios de la Información
LECTURAS
Lee el prólogo de “La galaxia de Gutenberg” obra de Marshall Mac Luhan en la que se
desarrollan tesis del autor sobre la interacción entre tecnología, comunicación y cultura. A
continuación contesta las siguientes preguntas basándote en el texto titulado El binomio del
éxito ante la Información y la lectura que acabas de hacer.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________________
3. ¿Qué nos puede indicar, si cierta información es suficiente para satisfacer un usuario?
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
4. ¿Qué ventaja desde tu punto de vista obtiene el usuario que acude a un profesional
de la información, a otro que no lo hace?
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________________
5.¿Qué sucede con los usuarios que no son atendidos por bibliotecarios, sino por
trabajadores adscritos a las bibliotecas con escasa o nula preparación profesional ?
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________________
37
Guía de autoaprendizaje
Habrá que considerar que ningún sistema de comunicación es perfecto, así como
también que la efectividad de todo esfuerzo en este campo depende de factores físicos,
psicológicos y sociales.14
LECTURAS
38
Usuarios de la Información
UNIDAD III
ESTUDIO DE USUARIOS
39
Guía de autoaprendizaje
40
Usuarios de la Información
Estudio de Usuarios
Los estudios de usuarios deberían ser el campo de investigación científica por excelencia
de nuestra profesión, lo que daría a su marco teórico giros que representaran su crecimiento
o cambio; ya que van dirigidos a conocer al usuario de manera integral, foco de atención del
quehacer del bibliotecario. Mientras que la forma empírica está representada por la
observación de la demanda y consumo de información.
Otro antecedente del cambio que dio lugar a que los usuarios sean el propósito y fin
último de cualquier tarea que emprendamos los bibliotecarios lo encontramos en Justin Winsor,
bibliotecario de Harvard quien imaginaba a la biblioteca teniendo un importante papel en el
programa educativo y de investigación de la universidad, al centrar más la atención en el
usuario que en el libro.16
15 Shera, p.168
16 Shera, p.170
41
Guía de autoaprendizaje
Patricia Hernández Salazar investigadora del tema que nos ocupa, reconoce que para
1970 las evaluaciones de las bibliotecas, se centraban ya en el usuario.
Mediante los estudios de usuarios el bibliotecario pretende saber los modos en que
aprende el usuario, su lenguaje, su comportamiento ante la información, qué lo motiva, qué
espera, sus demandas, necesidades, su grado de satisfacción en relación con la información
misma y con las unidades y servicios de información. “Es decir, la posición del usuario
respecto al flujo de la información desde la creación de ésta hasta que se incorpora como
conocimiento”.18
Para llegar a los saberes supracitados el bibliotecario debe acudir a otras disciplinas
como son: la pedagogía, la filosofía, la psicología, la estadística, la historia, etc. Las diferentes
profesiones por naturaleza son interdisciplinarias, de hecho no existe profesión que no esté
relacionada con varias disciplinas. El caso de la bibliotecomomía no es la excepción, al
igual que las otras disciplinas su enseñanza profesional es un compuesto de saberes teóricos;
como Shera lo asienta, es probablemente la más derivativa y sintética de todas, teniendo
por ello una posición estratégica única de liderazgo en la integración del saber humano.
17 Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. coord.
Patricia Hernández Salazar. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997.
(Memorias; 11) p.7
18 Seminario, p.7
42
Usuarios de la Información
Toda disciplina académica o rama del saber sustenta su estructura para el éxito en tres
tipos de conocimiento: su marco teórico, sus métodos de investigación y la verificación de
su saber. A esto hay que agregar una consciencia de integración del conocimiento y de las
relaciones que guarda el campo de especialización con otros campos.
El marco teórico está representado por los contenidos, metas y objetivos de la disciplina,
en pocas palabras, el bibliotecario o cualquier otro profesionista debe saber “de qué se
trata” su campo.
Los métodos de investigación son los modos que permiten producir o descubrir nueva
información o saberes. Los estudios de usuarios se sustentan en ellos para analizar los
fenómenos sociales referidos a aspectos y características de la relación usuario-información.
A los métodos se les identifica como el procedimiento en general, que ayuda a pensar
las cosas para descubrir y comprobar la verdad, mientras que la técnica nos ayuda a hacerlas.
La técnica se justifica exclusivamente en función de su utilidad práctica.
3.4 OBJETIVOS
El sine qua non de la Biblioteconomía tanto en lo que atañe a su teoría como a su práctica,
es propiciar el encuentro del usuario con la información que le es de utilidad; la única manera
de justificar la existencia de una unidad de información, es que ese momento se de
frecuentemente, logrando así que la comunidad a la que sirve la unidad, se encuentre
satisfecha debido a los servicios bibliotecarios y de información recibidos.
El objetivo general de los estudios de usuarios es llegar a los saberes, que permitan
satisfacer holísticamente a los usuarios de las unidades y servicios bibliotecarios y de
información.
Derivado de lo arriba citado, los propósitos de los estudios de usuarios pueden ser
tantos, como modus vivendi existen, partiendo de que tanto las bibliotecas como los centros
de información y documentación a quién sirven, es a comunidades con características
similares e intereses y necesidades de información semejantes.
43
Guía de autoaprendizaje
LECTURAS
Los estudios de usuarios tienen que tomar en cuenta los siguientes aspectos:
ch) Considerar que ninguna comunicación es perfecta, lo que dificulta que el usuario
exprese con claridad su necesidad de información.
La estructura de cualquier investigación es flexible. Cada una de las fases antes mencionadas
tienden a traslaparse, esto nos ofrece la oportunidad de modificarlas de acuerdo a los saberes
que vayamos obteniendo en el desarrollo de la propia investigación.
44
Usuarios de la Información
Por último se debe delimitar el tema, ya que cuanto más se restringe el campo, mejor se
trabaja y se va más seguro. 20 Por ejemplo en lugar de "La conducta informativa de los universitarios
mexicanos" escoge un tema menos amplio "La conducta informativa de los estudiantes de la facultad
de..." o en lugar de "Problemas de los usuarios: una encuesta" "Problemas de los usuarios de la biblioteca
del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo".
La Planeación del Trabajo sirve para determinar en tiempo y orden la ejecución de cada una
de las acciones del estudio y comprende: la asignación del título, la elaboración de la portada
la introducción y el acopio de la información.
El título debe ser descriptivo, conciso, para no prometer más de lo que aporta el estudio,
y claro para los lectores a los que va dirigido.
La portada contendrá los datos necesarios que identifiquen al estudio: el título, el nombre(s)
de su autor o autores, la institución en donde se llevó a cabo, lugar y fecha de su realización.
En relación al acopio de la información Hernández Salazar dice: “Para llevar a cabo estudios
de usuarios, el profesional de la información debe reunir información de tantas fuentes
diversas como sea posible. Mucha información está fácilmente disponible, pero otra debe
reunirse a partir de mediciones y estudios de campo.” 21
Las técnicas que se utilizan para ello son las adoptadas de la investigación en ciencias
sociales, tales como: a) la bibliográfica, que consiste en la recuperación de fuentes sobre el
19 Ario Garza Mercado. Manual de técnicas de investigación para estudiantes de ciencias sociales. 5ªed. México: El
Colegio de México, 1994. p.19
20 Umberto Eco. Cómo se hace una tesis: técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. Barcelona:
Gedisa, 1977. p.32
21 Seminario, p.10
45
Guía de autoaprendizaje
tema, así como también de los registros y documentos que compilan los bibliotecarios, ya
sean estadísticas, informes, memorias, etc.; b) la encuesta, que es una forma de estudio de
campo, se caracteriza por la recopilación de testimonios orales o escritos (cuestionarios y
entrevistas) dirigidos a obtener información de la comunidad de usuarios a estudiar; c) la
observación controlada, es decir sistematizada, en la que habrá que determinar el tiempo
que ésta durará, los períodos de observación, los puntos a observar y tomar nota no dejándose
influenciar por simples impresiones, etc., la información así recabada puede insertarse en
una investigación más amplia, dejando de lado observaciones casuales.
Es posible que se elabore más de un borrador antes de que tome forma el escrito final,
mismo que tiene que presentarse con coherencia y uniformidad, evitando transmitir emociones
o inclinaciones, ya que no se trata de imprimirle un estilo literario en particular, sino el de un
46
Usuarios de la Información
SELECCIÓN PLANEACIÓN
>
DEL TEMA DEL
TRABAJO
v
OBTENCIÓN REDACCIÓN
DE > DEL
PERFILES ESTUDIO
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
LECTURAS
47
Guía de autoaprendizaje
Los estudios de usuarios se aplican para dar una respuesta satisfactoria a dos
situaciones en lo que unidades de información corresponde, la primera de ellas es la
necesidad de información y la segunda la necesidad de formación de sus usuarios.
Dicho de otra manera, “existen dos análisis diferentes para estudiar a los usuarios. El
primero, se plantea en términos de las necesidades de las personas: de información, de
fuentes, de servicios; el segundo, en términos de la conducta de la gente respecto a la
comunicación y a la búsqueda de información.” 23
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
23 Seminario, p.4
48
Usuarios de la Información
49
Guía de autoaprendizaje
LECTURAS
Ahora leerás un artículo de Juan José Calva González. “Las necesidades de información
del usuario en la automatización de unidades de información.” En: Biblioteca universitaria:
boletín informativo de la Dirección General de Bibliotecas /UNAM/. Nueva época 1(1), 15-
20, 1998. En el se habla sobre las necesidades de información de los usuarios de las
bibliotecas, centros de documentación, etc. A continuación basándote en lo leído elaborarás
una síntesis de cuando menos una cuartilla, expresando también tus comentarios.
Envía a tu asesor
Por otro lado, consideremos que muchas personas llegan a la edad adulta sin asistir a
una biblioteca, cubriendo sus necesidades de información por otros medios, por lo que es
conveniente hablar de usuarios de la información ampliando el concepto, entendiendo a la
información en su acepción más amplia, no limitándola a la que se encuentra dentro de los
muros de las unidades de información.
24 Seminario, p.55
25 Patricia Hernández Salazar. Formación en el uso de información: la instrucción computarizada como alternativa.
h.20. citada en Seminario, p.56
50
Usuarios de la Información
LECTURAS
26 Octavio Castillo Sánchez. “Técnicas de recolección de información más utilizadas en los estudios de usuarios.”
En: Boletín del Departamento de Bibliotecología. Universidad de Panamá. (16), p.46, jul.-dic., 1987.
51
Guía de autoaprendizaje
UNIDAD IV
DISEÑO DE UN PROYECTO
DE
ESTUDIO DE USUARIOS
52
Usuarios de la Información
Para este momento, ya debes saber cual es el eje sobre el que gira la Biblioteconomía,
cómo abordar cualquier tarea relacionada con las unidades de información, de qué manera
como bibliotecario puedes servir realmente a la sociedad y como ha evolucionado nuestro
pensar y quehacer como profesionales de la información, así como el reto que se nos plantea
como una constante a lo largo del ejercicio de nuestro trabajo como facilitadores de la
información y el logro de contar con usuarios satisfechos.
Es por ello, que ahora te toca poner en práctica lo aprendido mediante el diseño de un
proyecto de estudio de usuarios, siguiendo la metodología que propone esta guía. El estudio
titulado, “Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio”, mismo
que ya leíste también te servirá a manera de apoyo para la realización del trabajo que se te
pide.
Relee cada vez que sea necesario cada uno de los pasos del método de investigación
propuesto, mismo que te conducirá a través del proceso de análisis que conlleva al diseño
de tu proyecto.
Te sugiero delimitar bien el tema, pues es preferible abordar un problema sencillo que
uno que rebase tu capacidad, en términos de tiempo, conocimientos o experiencia.
Asígnale un título, Desde luego la asignación de un título antes de la realización del estudio
es provisional pero recuerda que éste describe de forma concreta el tema o problema del
estudio, además el título preliminar permite concretar las ideas que manejamos respecto al
tema, por ejemplo al investigar sobre las necesidades de los usuarios de la biblioteca del
Centro Nacional de Investigación Biomédica, si queremos especificar nuestro objeto, tal
vez lo titulemos “Las fuentes de información en línea”, que como notarás no es muy preciso.
“El uso de las fuentes en línea por los investigadores del Centro " parece mucho mejor,
53
Guía de autoaprendizaje
pero si queremos verdadera precisión sobre el tema de nuestro estudio un título adecuado
sería “Frecuencia de uso de las fuentes en línea sobre prótesis computarizadas por los
investigadores del Centro, durante el tercer bimestre de 199...” Como notarás, el título nos
delimita el aspecto de los servicios bibliotecarios sobre el que se realizará el estudio, el
lugar y el periodo en que se recaba la información, con lo que se propicia la elección de la
metodología y técnicas de investigación más adecuadas.
Elabora el primer borrador de portada, consigna en ella los datos que identifiquen tu estudio,
distribuyéndolos de forma estética, utilizando de ser posible diferentes tamaños o tipos de
letra.
Escribe la introducción, siendo ésta una primera versión, la que deberá ser reescrita una
vez terminado el proyecto, asentando definitivamente entonces y de manera exacta lo que
éste efectivamente aportará.
La introducción está formada de varios momentos. Siendo así, empezarás por definir cada
uno de ellos:
Los objetivos. Estos deben precisar el objeto o los propósitos del estudio, puedes hacer
la distinción entre objetivos mediatos e inmediatos. Garza Mercado, nos ofrece el siguiente
ejemplo; se pueden distinguir los objetivos que persigue el trabajo y su relación con los que
persigue el grupo al que afecta el problema.
Selección de las técnicas de investigación. Deberás elegir qué técnicas utilizarás para reunir
la información que te será necesaria para identificar las características de los usuarios de la
comunidad objeto del estudio. Es indispensable que incluyas en tú selección la técnica de la
encuesta en cualquiera de sus modalidades, cuestionario o entrevista; adicionalmente puedes
adoptar otras.
27 Consulta el cuestionario que aparece como uno de los anexos del multicitado estudio de: Antonia Santos Rosas
y Juan José Calva González. “Identificación de las necesidades de información: un estudio.” En: Documentación
de las Ciencias de la Información, 20, p.207-223, Servicio de Publicaciones U.C.M., Madrid, 1997.
54
Usuarios de la Información
Para la obtención del perfil de los usuarios a los que aplicaste la(s) técnica(s) de investigación,
relee la parte del método que aparece en ésta guía bajo el mismo título y revisa el primer
anexo, el análisis de resultados y las conclusiones y sugerencias del estudio de Antonia
Santos y Juan José Calva G., textos todos ellos que te ayudarán a interpretar la información
obtenida y a conformar los indicadores de las necesidades a satisfacer.
55
Guía de autoaprendizaje
BIBLIOGRAFÍA
Angulo Marcial, Noel. Manual de tecnología y recursos de la información. México: IPN, 1996.
Becker, Joseph y Hayes, Robert M. Information storage and retrieval: tools, elements and
theories. New York: John Wiley, 1967.
Calva González Juan José. “Las necesidades de información del usuario en la automatización
de unidades de información”. En: Biblioteca universitaria: boletín informativo de la Dirección
General de Bibliotecas. /UNAM/ Nueva época 1(1), 15-20, 1998.
Santos Rosas, Antonia y Calva González, Juan José. “Identificación de las necesidades de
información del usuario: un estudio.” En: Documentación de las ciencias de la información,
20, 207-223, Servicio de publicaciones U.C.M., Madrid, 1997.
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Usuarios de la Información
Umberto, Eco. Como se hace una tesis: técnicas y procedimientos de estudio, investigación
y escritura. Barcelona: Gedisa, 1977.
Villoro, Luis. Creer, saber, conocer. 7ªed. México: Siglo XXI, 1992.
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Guía de autoaprendizaje
Guía de lecturas
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Usuarios de la
información
Cristina Mercader
Compiladora
México 1999
58
Usuarios de la Información
ÍNDICE
Ciencias de la Información
Impacto de las nuevas tecnologías de información en bibliotecas. Carro Suárez, Juan R.
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Guía de autoaprendizaje
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Usuarios de la Información
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
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Guía de autoaprendizaje
Pero sí quiero insistir en que la información, incluso cuando se mueve con la velocidad
de la luz, no es más que lo que ha sido siempre: discretos paquetitos de datos, a veces
útiles, a veces triviales, y nunca la sustancia del pensamiento. Ofrezco este concepto modesto
y sensato de la información contradiciendo deliberadamente a los entusiastas de los
ordenadores y a los teóricos de la información que han sugerido definiciones mucho más
extravagantes. En el curso de este capítulo y del siguiente, a medida que vaya desarrollándose
esta crítica, mi propósito será impugnar estos esfuerzos ambiciosos por ampliar el significado
de la información hasta darle proporciones casi universales. Creo que ese proyecto no puede
tener otro resultado que la deformación del orden natural de las prioridades intelectuales. Y
en la medida en que los educadores consienten esa deformación y acceden a invertir mayor
cantidad de sus recursos limitados en tecnología de la información, quizás estén perjudicando
la capacidad de pensar signíficativamente de sus alumnos.
Ése es el gran daño que han causado los mercaderes de datos, los futurólogos y los
maestros que creen que la instrucción informática es la ola educativa del futuro: pierden de
vista una verdad suprema, a saber: que la mente piensa con ideas y no con información. La
información puede ilustrar o decorar útilmente una idea; puede, allí donde funcione guiada
por una idea contrastante, ayudar a poner en duda otras ideas. Pero la información no crea
ideas; por sí misma no las valida ni las invalida. Una idea sólo puede generarla, revisarla o
derrocarla otra idea. Una cultura sobrevive gracias al poder, la plasticidad y la fertilidad de
sus ideas, Las ideas son lo primero, porque las ideas definen, contienen y finalmente producen
información. La tarea principal de la educación, por tanto, es enseñar a los cerebros jóvenes
a tratar con ideas: a valorarlas, a ampliarlas, a adaptarlas a nuevas aplicaciones. Esto puede
hacerse utilizando muy poca información, quizá ninguna en absoluto. Ciertamente, no requiere
clase alguna de maquinaria procesadora de datos. De hecho, a veces un exceso de
información excluye las ideas y el cerebro (en especial el cerebro joven) se ve distraído por
factores estériles e inconexos, perdido entre montones amorfos de datos.
62
Usuarios de la Información
Tal vez, antes de proseguir, convenga dedicar cierto tiempo a los fundamentos.
Las generalizaciones pueden tener lugar en muchos niveles. En el más bajo, se formulan
entre numerosos datos densamente apretujados y obvios. Son generalizaciones cautas, que
incluso pueden estar cerca de la insulsa certeza de una perogrullada. En otro nivel, donde la
información se hace más escasa y dispersa y los datos son menos nítidos y seguros, tenemos
generalizaciones más arriesgadas que adquieren la naturaleza de una conjetura o de una
corazonada. En la ciencia, que exige que se dé rigor formal a las corazonadas, es aquí
donde encontramos teorías e hipótesis acerca del mundo físico, ideas que están a prueba,
esperando más datos que las refuercen, modifiquen o subviertan. Éste es también el nivel
donde encontramos el tipo de generalizaciones arriesgadas que podemos contemplar o
bien como brillantes muestras de intuición o como prejuicios temerarios, según cuál sea
nuestra respuesta crítica: afirmaciones comprensivas que tal vez se proponen como verdades
irrebatibles, pero que se basan en muy pocos ejemplos.
Así pues, las generalizaciones existen junto a un espectro de información que oscila
entre la abundancia y la casi ausencia. Al pasar por ese espectro, alejándonos de un excedente
seguro de datos, las ideas tienden a hacerse más inestables, ergo más atrevidas, ergo más
polémicas. Cuando afirmo que en la sociedad humana las mujeres han sido las encargadas
del hogar y de los hijos, hago una generalización segura pero poco interesante que abarca
gran número de datos acerca de sistemas sociales del pasado y del presente. Pero
supongamos que acto seguido digo: «Y siempre que las mujeres dejan el hogar y abandonan
su función primaria de amas de casa, la moral decae y la sociedad se desmorona». Puede
que entonces se me presione mucho para que dé más que unos cuantos ejemplos discutibles
de la conclusión que ofrezco. Es una generalización arriesgada, una idea floja.
En los tests psicológicos de Rorschach se presenta al sujeto una página en la que hay
una serie de manchas o formas sin sentido. Las manchas podrán ser muchas o pocas, pero
en los dos casos no sugieren ninguna imagen lógica. Luego, cuando uno las ha estado
mirando fijamente durante un rato, puede que de pronto las manchas cobren una forma
absolutamente clara. Pero, ¿dónde está esta imagen? Obviamente, no está en las manchas.
El ojo, al buscar una pauta lógica, la ha proyectado sobre el material; ha impuesto sentido a
lo que no tiene sentido. De modo parecido, en la psicología gestalt, puede que al sujeto se le
muestre una imagen perceptual especialmente artificial: una serie ambigua de formas que al
principio parece ser una cosa, pero luego parece otra. ¿Cuál es la imagen «verdadera»? El
63
Guía de autoaprendizaje
ojo es libre de elegir entre ellas, pues ambas están verdaderamente allí. En ambos casos
-las manchas de Rorschach y la figura gestalt-, la pauta está en el ojo de la persona que las
contempla; el material sensorial se limita a hacerla salir. La relación entre las ideas y los
datos se parece mucho a esto. Los datos son las señales dispersas, posiblemente ambiguas;
la mente las ordena de una manera u otra ajustándolas a una pauta inventada por ella misma.
Las ideas son pautas integradoras que satisfacen la mente cuando ésta pregunta: ¿qué
quiere decir esto? ¿De qué va esto?
Pero, desde luego, una respuesta que me satisface a mí puede que no satisfaga a otra
persona. Ella y yo podemos ver pautas diferentes en la misma colección de datos. Y entonces
discrepamos y procuramos persuadirnos mutuamente de que una de las dos pautas es su-
perior a la otra, es decir, hace más justicia a los datos disponibles. El argumento puede
concentrarse en tal o cual dato, por lo que parecerá que discrepamos en relación con datos
concretos, sobre si realmente son datos o sobre su importancia relativa. Pero incluso en ese
caso, probablemente discreparemos en relación con las ideas. Porque, como sugeriré más
adelante, los datos mismos son creación de las ideas.
Los que quisieran dar a la información una elevada prioridad intelectual suelen suponer
que los datos se bastan solos para sacudir y derrocar ideas. Pero raramente ocurre así,
exceptuando, quizás, en ciertos períodos turbulentos en los que la idea general de «ser
escéptico» y «poner en duda la autoridad» flota en el aire y se une a cualquier cosa nueva y
discrepante que se presente. Por lo demás, cuando no existe una idea nueva, intelectualmente
atractiva y bien formulada, es notable el grado de disonancia y de contradicción que una
idea dominante puede absorber. Encontramos casos clásicos de esto incluso en las ciencias.
La cosmología ptolemaica que imperó en la antigüedad y durante la Edad Media se había
visto comprometida por incontables observaciones contradictorias a lo largo de muchas
generaciones. Con todo, era una idea intelectualmente grata y dotada de coherencia interna;
así pues, el antiguo sistema era defendido por mentes penetrantes. Cuando parecía haber
algún conflicto, se limitaban a ajustar y ampliar la idea, o reestructuraban las observaciones
para que encajasen. Si esto resultaba imposible, a veces las dejaban en un «apartadero
cultural» a modo de curiosidades, excepciones, monstruos de la naturaleza. El sistema antiguo
no fue retirado hasta que se creó una constelación de ideas muy imaginativas acerca de la
dinámica celeste y terrestre, una constelación rebosante de nuevos conceptos de la
gravitación, la inercia, el ímpetu y la materia. A lo largo de los siglos XVIII y XIX se emplearon
parecidas estrategias de ajuste para salvar otras ideas científicas heredadas en los campos
de la química, la geología y la biología. Ninguna de estas ideas cedió hasta que se inventaron
nuevos paradigmas enteros para sustituirlas, a veces, al principio, con relativamente pocos
datos que los apoyaran. Las mentes que se aferraban a los viejos conceptos no eran
forzosamente tozudas o ignorantes; sencillamente necesitaban una idea mejor a la que
agarrarse.
Si hay un arte de pensar que enseñaríamos a los jóvenes, ese arte tiene mucho que ver
con demostrar cómo la mente puede moverse a lo largo del espectro de la información,
distinguiendo las generalizaciones sólidas de las corazonadas, las hipótesis de los prejuicios
temerarios. Pero, para nuestros fines, quiero pasar a ocuparme del otro extremo del espectro,
64
Usuarios de la Información
de ese punto en el que los datos, que cada vez son más escasos, finalmente se desvanecen
del todo. ¿Qué encontramos al dar un paso más allá de ese punto y penetrar en la zona
donde la falta de datos es total?
Descubrimos allí las más arriesgadas de todas las ideas. Sin embargo, puede que
también sean las más ricas y fructíferas. Porque en esa zona encontramos lo que podríamos
denominar las ideas maestras, es decir, las grandes enseñanzas morales, religiosas y
metafísicas que constituyen los cimientos de la cultura. La mayoría de las ideas que ocupan
nuestro pensamiento de un momento a otro no son ideas maestras, sino generalizaciones
más modestas. Pero a partir de aquí haré hincapié en las ideas maestras porque siempre
están presentes, de una forma u otra, en la base de la mente, moldeando nuestros
pensamientos por debajo del nivel de la conciencia. Quiero concentrarme en ellas, porque
están relacionadas de una manera especialmente reveladora con la información, que es el
objeto principal que nos ocupa. Las ideas maestras no se basan en ninguna información
en absoluto. Por consiguiente, las utilizaré para poner de relieve la diferencia radical entre
ideas y datos, diferencia que el culto a la información tanto ha hecho por oscurecer.
Veamos, a modo de ejemplo, una de las ideas maestras de nuestra sociedad: Todos
los hombres son creados iguales.
Pero, ¿de dónde salió esta idea? Obviamente, no salió de un conjunto de datos. Sus
creadores no poseían más información sobre el mundo que sus antepasados, a los que sin
duda habría escandalizado semejante declaración. Su información sobre el mundo era mucho
menor que la que nosotros, en las postrimerías del siglo XX, podemos juzgar necesaria para
apoyar una declaración tan comprensiva y universal sobre la naturaleza humana. Sin em-
bargo, los que en el transcurso de las generaciones derramaron su sangre por defenderla (o
para oponerse a ella) no obraron así basándose en ningún dato que les fuera presentado. La
idea no tiene absolutamente ninguna relación con la información. Difícil sería imaginar una
línea de investígación que pudiera probarla o refutarla. A decir verdad, cuando se ha intentado
investigarla (como hicieron, por ejemplo, los inveterados teóricos del cociente de inteligencia),
el resultado, como sus críticos nunca dejan de señalar, es una desviación irremediable del
significado verdadero de la idea, que nada tiene que ver con mediciones o constataciones,
con datos o cifras de ninguna clase. La idea de la igualdad humana se refiere al valor esencial
de las personas a ojos de sus semejantes. En cierta coyuntura histórica, esta idea nació en
la mente de unos cuantos pensadores moralmente apasionados como respuesta provocativa
y compasiva a unas condiciones de crasa injusticia que ya no podían aceptarse. De unos
pocos, la idea se propagó a muchos y, al hallar la misma respuesta insurgente en la multitud,
pronto se convirtió en el grito de guerra de una época. Lo mismo ocurre en el caso de las
ideas maestras. No nacen de datos, sino de una convicción absoluta que se enciende en el
pensamiento de una persona, de unas cuantas, luego de muchas a medida que las ideas se
propagan a otras vidas donde la misma experiencia se encuentra a la espera de algo que la
65
Guía de autoaprendizaje
encienda.
He aquí unas cuantas ideas más, algunas de ellas maestras, que en todos los casos,
aunque de forma condensada, han sido tema de incontables variaciones en la filosofía, las
creencias religiosas, la literatura y la jurisprudencia de la sociedad humana:
Jesús murió por nuestros pecados.
El Tao que puede nombrarse no es el verdadero Tao.
El hombre es un animal racional.
El hombre es una criatura caída.
El hombre es la medida de todas las cosas.
La mente es una hoja de papel en blanco.
La mente es gobernada por instintos inconscientes.
La mente es una colección de arquetipos heredados.
Dios es amor. Dios ha muerto.
La vida es una peregrinación.
La vida es un milagro.
La vida es un absurdo sin sentido.
En el corazón de todas las culturas encontramos un núcleo de ideas como éstas, algunas
antiguas, otras nuevas, algunas florecientes, otras caídas en desuso. Como las ideas que
acabo de presentar en formulaciones concisas son verbales, sería fácil confundirlas con
exposiciones de otros tantos hechos. Tienen la misma forma lingüística que una información
como, por ejemplo, «George Washington fue el primer presidente de los Estados Unidos».
Pero, por supuesto, no son hechos, no lo son más que un cuadro de Rembrandt, una sonata
de Beethoven o una danza de Martha Graham. Porque éstas también son ideas; son pautas
integradoras cuyo fin es declarar el significado de cosas tal como los seres humanos las han
descubierto mediante una revelación, una percepción súbita o el lento crecer de la sabiduría
a lo largo de toda una vida. ¿De dónde proceden estas pautas? La imaginación las crea
partiendo de la experiencia. Del mismo modo que las ideas ordenan la información, también
ordenan el turbulento flujo de la experiencia que pasa a través de nosotros en el transcurso
de la vida.
A esto se refiere Fritz Machlup cuando señala una diferencia notable entre «ínformación»
y «conocimiento» (Machlup utiliza aquí el vocablo «conocimiento» exactamente de la misma
manera en que yo utilizo la palabra «idea», es decir, como pauta integradora). «La información
-nos dice- se adquiere oyendo a otros, mienttas que el conocimiento puede adquirirse
pensando.»
Cualquier clase de experiencia -impresiones accidentales, observaciones, e incluso la «experiencia inte-
rior» no provocada por estímulos recibidos del entorno- puede poner en marcha procesos cognitivos que
acaben cambiando el conocimiento de una persona. Así, puede adquirirse conocimiento nuevo sin que se
reciba información nueva. (No hace falta decir que esta afirmación se refiere al conocimiento subjetivo; pero
no hay conocimiento objetivo que antes no fuera conocimiento subjetivo de alguien.)1
Así pues, las ideas, especialmente las maestras, ponen orden en la experiencia. Pueden
hacerlo de manera profunda o superficial, noblemente o salvajemente. No todas las ideas
son humanitarias; algunas, que pretenden convertirse en ideas maestras y quizá lo consigan,
son peligrosas, viles, destructivas. El Mein Kampf de Hitler es un libro lleno de ideas tóxicas
que nacieron del deseo de venganza y del resentimiento. Pese a ello, se transforman, du-
66
Usuarios de la Información
rante un intervalo breve, en las ideas maestras de una sociedad atribulada. Ninguna persona
juzgó que el libro era detestable porque, a su juicio, el autor se había equivocado en algunos
de sus datos; ninguna persona que lo encontró de su agrado prestó la menor atención a la
exactitud de la información que en él se daba. El atractivo del libro, ya fuera éste aceptado o
rechazado, iba dirigido a un nivel distinto de la mente.
He aquí otro grupo de ideas que, al menos a mi modo de ver, son igualmente tóxicas:
La sociedad es la guerra de cada uno contra todos.
El egoísmo es la única motivación humana digna de confianza.
Hágase justicia aunque se derrumben los cielos.
El único indio bueno es el indio muerto.
Los tipos simpáticos terminan los últimos.
El fin justifica los medios.
Mi país, tenga razón o no.
Es precisamente porque algunas ideas -muchas ideas- son brutales y mortíferas por lo
que necesitamos aprender a tratarlas hábilmente. Una idea nos lleva al interior de la mente
de la persona, nos acompaña a través de su experiencia. Comprender una idea significa
comprender las vidas de quienes la crearon y defendieron. Significa conocer sus fuentes
peculiares de inspiración, sus límites, sus vulnerabilidades y sus cegueras. Lo que nuestras
escuelas deben ofrecer a los jóvenes es una educación que les permita hacer esa travesía
por otra mente a la luz de otras ideas, incluyendo algunas que se hayan formado por ellos
mismos partiendo de su experiencia propia. El cerebro poseedor de pocas ideas tiende a
ser mezquino y estrecho, poco generoso y defensivo en sus juicios. «Nada es más peligroso
que una idea -dijo en cierta ocasión Emil Chartier- cuando es la única que tenemos.»
En cambio, la mente que posee muchas ideas puede hacer sus evaluaciones con más
gracia. Es abierta y da la bienvenida a su experiencia propia, pero también es capaz de
comparar críticamente esa experiencia con las vidas de los demás y escoger, así, sus
convicciones con cuidado y cortesía.
Uno de los principales defectos del modelo «procesador de datos» del pensamiento es
que borra las distinciones sutiles que hay en la anatomía de la mente. El modelo puede
hacerlo legítimamente con el fin de simplificar para fines analíticos; eso lo hacen todos los
modelos científicos. Pero existe siempre el peligro -y con él han chocado muchos científicos
de la informática- de que el modelo sea considerado como concreto y tomado en serio.
Cuando ese error lo cometen expertos que deberían guardarse de él, de hecho puede falsificar
lo que sabemos (o deberíamos saber) acerca del funcionamiento de nuestra mente.
67
Guía de autoaprendizaje
Pero la experiencia del tipo que buscaban los empíricos es, de hecho, una variedad
muy especial y sumamente artificial. Tomando como modelo la experimentación en el
laboratorio o la investigación profesional y bien documentada, casi no existe en ninguna
parte, excepto en el mundo de la ciencia, o, posiblemente, en forma de testimonio ante un
tribunal de justicia. Normalmente no recogemos mucha experiencia de esta clase. En vez de
ello, lo más frecuente es que recibamos el flujo de los acontecimientos tal como nos los
presenta la vida: sin planificar, sin estructurar, fragmentarios, disonantes. La corriente
turbulenta penetra en la memoria, donde adquiere la forma de cosas que se recuerdan
vívidamente, que se recuerdan a medias, mezcladas, confusas, compuestas. A partir de esta
mezcla de acontecimientos recordados, cultivamos de un modo u otro nuestro huerto par-
ticular de certidumbres y convicciones, nuestras reglas empíricas, nuestras predilecciones y
aversiones, nuestros gustos e intuiciones y artículos de fe.
68
Usuarios de la Información
Podemos decir que recordamos lo que nos «interesa»; pero también podemos ocultar
o recomponer perversamente las cosas que son demasiado amenazadoras para afrontarlas.
Los recuerdos que conservamos aparecen misteriosamente seleccionados, formando pautas
enigmáticas en la memoria. Hay puntos brillantes y llenos de asociaciones ricas y potentes;
hay rincones oscuros que sólo aparecerán vívidamente en sueños o alucinaciones; hay zo-
nas extrañas, caprichosas, que se deleitan en llenarse de vestigios en apariencia inútiles,
caóticos: cosas que recordamos sin saber por qué, incluso cosas (letras insistentes de
canciones, eslóganes publicitarios irritantes) que preferiríamos borrar si pudiéramos... pero
no podemos. Si pudiésemos dibujar una anatomía completa de la memoria en toda su
escurridiza variedad, tendríamos el secreto de la mismísima naturaleza humana. La forma
de la memoria es, sencillamente, la forma de nuestras vidas; es el autorretrato que pintamos
utilizando todo lo que hemos experimentado. No es el científico de la informática, sino un
artista literario como VIadimir Nabokov quien puede decirnos más cosas sobre la extraña
dinámica de la experiencia. Nabokov escribe:
Un transeúnte silba una tonada en el momento exacto en que te fijas en el reflejo de una rama en un charco
que a su vez recuerda simultáneamente una combinación de hojas húmedas y pájaros excitados en algún
jardín antiguo, y el viejo amigo, muerto hace ya mucho tiempo, de pronto surge del pasado, sonriendo y
cerrando su paraguas que gotea. La escena entera dura un solo segundo radiante y el movimiento de las
impresiones e imágenes es tan rápido, que no aciertas a ver las leyes exactas que acompañan a su
69
Guía de autoaprendizaje
La experiencia, tal como nos la acaba de describir Nabokov, se parece más a un estofado
que a un sistema de clasificación. Los ingredientes de toda una vida se mezclan y confunden
para producir sabores impensados. A veces, un solo componente picante -un momento de
gozo, una gran congoja, el recuerdo de un triunfo o de una derrota- se impone a todo lo
demás. Andando el tiempo, este estofado se reduce a un sabroso residuo de sentimientos,
impresiones generales, hábitos, expectativas. Luego, justo cuando la circunstancia es propicia
-aunque, ¿quién sabe en qué consistirá?-, ese residuo borbotea y se convierte en una bien
formada percepción íntima de la vida que podemos comunicar al mundo hablando, pintando,
bailando o interpretando. Y esto se convierte en una idea, ya sea de forma articulada o como
un gesto existencial inexpresado. Ciertamente, esto tiene mucho que ver con las opiniones
generalizadas que existen en nuestro entorno, con las tradiciones que compartimos, con el
ímpetu autobiográfico de nuestras vidas. Mas es imposible predecir de qué forma se
combinarán estas cosas en un cerebro y en un momento dados y cuál será su fruto. El estofado
de la experiencia personal es demasiado espeso, está demasiado lleno de elementos no
identificables mezclados en proporciones que no conocemos. Lo que salga de la mezcla
puede ser verdaderamente asombroso. Y esto no es más que señalar lo que toda cultura nos
dice sobre nosotros mismos: que somos capaces de verdadera originalidad. La historia
rebosa de semejantes ejemplos maravillosos de inventiva y de conversión sorprendente.
Saulo de Tarso, cegado cuando se dirige a Damasco, sale del trauma convertido en discípulo
de un salvador al que nunca ha visto y a cuyos discípulos ha perseguido; Tolstoi, tras un
episodio de depresión suicida, repudia sus obras maestras de la literatura y lucha por
convertirse en un eremita ascético; Gandhi, expulsado del compartimiento reservado a los
blancos en un tren sudafricano, renuncia a su prometedora carrera de abogado para ponerse
un taparrabo y erigirse en el mahatma que dirige la cruzada de su pueblo. Esto es experiencia
en marcha, configurando misteriosamente nuevas ideas sobre la vida en las profundidades
del alma.
Y del mismo modo, todos nosotros, cuando somos testigos de las convicciones que
aparecen en los demás, afrontamos lo que dicen y hacen con toda la fuerza de nuestra
experiencia. Si dentro de nosotros hay una resonancia que confirma las convicciones ajenas,
puede deberse a que nuestras vidas han coincidido en parte con las que encontramos. Pero
también puede ser que el poder del encuentro en sí mismo -en un solo momento, allí y
entonces- haga saltar en pedazos las convicciones de toda una vida y tengamos la sensación
de empezar de nuevo, de renacer. Porque hay ejemplos de personas que han sido deshechas
y vueltas a hacer por la confrontación carismática y las presiones de una crisis. Incluso es
posible que estos dones de originalidad y de conversión repentina desempeñen un
importantísimo papel evolutivo en el desarrollo de la cultura. Quizás esta volatilidad de la
mente es lo que salva a la sociedad humana de la rigidez invariable de los demás animales
sociales, las hormigas, las abejas, las bestias de manada y rebaño. Como especie estamos
dotados de una maraña suprema de células electroquímicas que se ha convertido en
«hacedora» de ideas. Este cerebro nuestro hace ideas y juega con ellas tan espontáneamente,
que poco podemos decir de ellas aparte de que están ahí, dando forma a nuestras
percepciones, abriendo posibilidades. De un momento a otro, los seres humanos encuen-
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Usuarios de la Información
tran cosas nuevas que pensar, hacer y ser: ideas que, al parecer, brotan de la nada. Somos
unos animales notablemente plásticos y adaptables y la gama de nuestra creatividad cultural
parece ilimitada. Sería una gran pérdida que el culto a la información mermara estas facultades
creativas al depreciar nuestra concepción de la experiencia, la memoria y la percepción
íntima.
Hay, huelga decirlo, otras formas de experiencia que se nos presentan envasadas y
etiquetadas más pulcramente: cosas que se aprenden maquinalmente o de memoria, al pie
de la letra, instrucciones precisas, procedimientos, nombres, direcciones, hechos, cifras,
indicaciones. Lo que tales experiencias dejan tras sí se parece mucho a lo que llena la me-
moria del ordenador: información en el sentido apropiado del término. Nuestro vocabulario
psicológico no hace una distinción clara entre estos niveles y texturas diferentes de la me-
moria; tenemos sencillamente una sola palabra para el recuerdo de las cosas pasadas.
Recordamos un número de teléfono; recordamos un episodio de sufrimiento traumático que
cambió nuestra vida. Meter estos órdenes diferentes de experiencia debajo del epígrafe
información no puede hacer más que contribuir a depreciar la calidad de la vida.
«El corazón tiene sus razones -nos dice Pascal-, que la razón no puede conocer.» A mi
juicio, esta afirmación quiere decir que la mente humana está llena de ideas que surgen de
manantiales profundos de experiencia mezclada y confusa. Sin embargo, estas ideas, por
indefinidas, ambiguas y contradictorias que sean, podrán ser, para bien o para mal, la esencia
de convicciones fuertes. En un debate que afecte a semejantes «razones», la información
raramente es de mucha utilidad. En vez de ello, debemos probar y ensayar a la luz de nuestras
convicciones propias, buscando la experiencia que haya debajo de la idea. Tenemos que
hacer lo que me atrevo a decir que hace el lector mientras lee estas palabras, que son
convicciones mías que presento a su consideración: el lector hace una pausa, reflexiona,
intenta descubrir cuáles son mis lealtades morales y filosóficas. Mientras trata de cogerles el
tino a las ideas que le ofrezco, mira entre sus recuerdos para ver si encuentra en ellos un eco
de las experiencias en las que me inspiro. Tal vez dedique más tiempo a los matices que a
los hechos. Puede que aquí y allá detecte consecuencias lejanas o supuestos ocultos que
quizá querrá o no querrá sancionar. Posiblemente tendrá la sensación de que pongo en
entredicho algunos de sus valores más queridos y se apresurará a defenderlos.
No hay forma de prever el resultado de esta reflexión crítica, pero una cosa debería ser
obvia: nada de todo esto es «procesamiento de datos». Es un toma y daca dialogístico entre
dos mentes, cada una de las cuales echa mano de su propia experiencia. Es el juego de las
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Guía de autoaprendizaje
ideas, y ni toda la información que se guarda en las bases de datos del mundo servirá para
decidir los problemas que discutimos el lector y yo.
EL GAMBITO EMPíRICO
Hará unos cuatro siglos, en ese turbulento período de transición que va del Renacimiento
a la Edad Moderna, el reino del conocimiento en el mundo occidental era una isla relativamente
pequeña de certidumbre rodeada por un mar de misterio aceptado. En sus partes lejanas e
insondables, ese mar se fundía con la mente de Dios, a cuyo contenido sólo era posible
acercarse por medio de un acto de fe. En la isla, los principales conjuntos de pensamiento
eran las escrituras, las obras de los padres de la Iglesia, un puñado de maestros griegos y
romanos que sobrevivían y, posiblemente, un grupo reducido y selecto de pensadores judíos
y árabes. A lo largo de varios siglos del período medieval, estas fuentes se habían desarrollado
a menudo por medio de brillantes ampliaciones, hasta formar un augusto repertorio de
conocimiento que, según la opinión general, daba respuesta a todas las preguntas a las que
la mente humana podía esperar que se diera respuesta.
Estas mentes creadoras del siglo XVII dieron con un apasionante proyecto cultural. Su
proposición era la siguiente: inventemos un tipo de indagación que posea la facultad de
descubrir cosas nuevas sobre el mundo: sobre sus fuerzas, estructuras y fenómenos. Será
una manera de pensar que equivaldrá a los grandes viajes de descubrimiento que han
encontrado mundos nuevos al otro lado del mar. Decidieron que este estilo de indagación
72
Usuarios de la Información
Ahora podemos reconocer en este método (que Bacon denominó novum organum) el
lejano principo de la visión del mundo de la ciencia moderna. A nadie puede escapársele su
aportación histórica; pero tenemos también la perspectiva histórica suficiente para
percatamos de lo mal concebido que estaba el método. Al concentrarse estrechamente en
los datos, dejaba sin explicar la enorme importancia de la imaginación teórica, de la hipótesis,
de la especulación y de las conjeturas inspiradas, sin las cuales la ciencia no habría tenido
su revolucionaria repercusión. Al echar la vista hacia atrás, podemos ver claramente que la
imaginación teórica elaboraba en las mentes de Galileo, Newton, Kepler, Boyle, Hook,
contornos de pensamiento que se hallaban presentes, pero que estaban demasiado cerca
para verlos. Hemos aprendido que los grandes avances científicos nunca se realizan
fragmentariamente, por medio de investigaciones rutinarias. A veces, una investigación
limitada, minuciosa, logra plantear dudas importantes acerca de una teoría científica; pero,
como mínimo, debe tener ante ella, a modo de objetivo o línea de base, dicha teoría. Sin
alguna idea maestra que cumpla esa función, no sabríamos por dónde empezar la búsqueda
de datos. La ciencia es investigación estructurada y las estructuras que guían sus progresos
son ideas.
No obstante, los padres fundadores de la ciencia moderna tenían una buena razón para
cometer el error de valorar con exceso los datos a expensas de las ideas. En tiempos de
Galileo, las ideas dominantes sobre la naturaleza se derivaban de unas cuantas autoridades
sacrosantas: o bien de la teología cristiana o de Aristóteles. Con el fin de liberarse de esa
herencia cada vez más restringida de ideas viejas y gastadas, estos cerebros osados tuvieron
que poner en entredicho las ideas mismas. Así que recomendaron un nuevo punto de partida,
un punto que parecía inocuamente neutral y, por ende, estratégicamente inofensivo a las
autoridades culturales de la época: concentrarían su atención en los datos bien definidos e
indiscutibles de la experiencia común -los pesos, los tamaños y las temperaturas de las
cosas. Primero, los datos, insistían; luego las ideas. Y este enfoque resultó ser persuasivo.
Hizo que salieran a la luz numerosísimas novedades terrestres y astronómicas que no podían
explicarse adecuadamente recurriendo a Aristóteles, la Biblia, los padres de la Iglesia, quizá
porque nunca se habían fijado en ellas. Si examinamos la misión de los primeros empíricos
en su contexto histórico, podemos reconocer en ella un inteligente gambito filosófico cuyo
propósito era derribar las barreras etnocéntricas y la autoridad eclesiástica. Y, finalmente, lo
consiguió. Fomentando un escepticismo atrevido ante todas las ideas heredadas, liberó las
restringidas energías intelectuales de la sociedad occidental. Su relación con el nacimiento
de la ciencia moderna lo dotará siempre de una categoría especial.
El problema está en que el éxito mismo de los empíricos ha contribuido a que en nuestra
73
Guía de autoaprendizaje
No pretendo decidir aquí esta discusión. Lo único que deseo es hacer hincapié en que
el modelo «procesador de datos» de la mente no es un «hallazgo» puramente objetivo de la
ciencia contemporánea. Nace de un compromiso filosófico definido; representa uno de los
dos bandos de un antiguo debate, que sigue desarrollándose, que sigue sin resolverse. El
bando empírico de dicho debate merece respeto por la rica aportación que ha hecho a
nuestra herencia filosófica. No quisiéramos prescindir de ella. Pero me ha parecido
interesante, siempre que me encuentro en compañía de los que defienden una postura
rigurosamente empírica, recordarles una paradoja: su punto de vista es en sí mismo una
idea. Es una idea relativa a ideas... y relativa al conocimiento, la experiencia y la verdad.
Como tal, no se basa en datos ni en información, porque, para empezar, es esta misma idea
lo que define la información. En esencia, pues, no hay forma de evitar las ideas. Las ideas
son lo que la mente utiliza para pensar, incluso cuando ataca la primacía de las ideas.
Puestos a decir, también el ordenador es una idea, del mismo modo que lo son todas
las máquinas. Es una idea relativa al número, la clasificación y la relación: todo ello realizado
bajo la forma de un invento físico. La proposición de que el cerebro piensa como un ordenador
es una idea relativa al cerebro, una idea que muchos filósofos han abordado y debatido. Y, al
igual que todas las ideas, también de ésta puede salirse, mirarla desde lejos y ponerla en
entredicho. La mente, a diferencia de todos los ordenadores que alguien haya imaginado
jamás, está dotada de la facultad de la autotrascendencia irreprimible. Es el mayor de todos
los artistas de la evasión, eludiendo constantemente sus propios esfuerzos por comprenderse
a sí misma. Puede formar ideas sobre sus propias ideas, incluyendo ideas sobre sí misma.
Pero, al hacer eso, ya había ocupado terreno nuevo; en su siguiente esfuerzo por comprender
su propia naturaleza, tendrá que extenderse todavía más. Esta incapacidad de la mente
para captar su propia naturaleza es precisamente lo que impide inventar una máquina que
sea igual que ella, y mucho menos su sucesora. El ordenador sólo puede ser una idea más
en la imaginación de su creador. Nuestra misma capacidad de hacer chistes sobre
ordenadores, de burlarnos de ellos y satirizarlos, nace de la distancia intelectual que nos
separa de ellos. Si algo hay que frustre el talento del técnico, ese algo es la potencialidad sin
límitesfijos.
Desde el punto de vista del empirismo estricto y doctrinario que perdura en el culto a la
información, los datos hablan por sí mismos. Acumuladlos en número suficiente y adquirirán
convenientemente la forma de conocimiento. Pero, ¿cómo reconocemos un dato cuando lo
vemos? Es de suponer que un dato no es un fruto de la mente ni una ilusión; es una partícula
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Usuarios de la Información
de verdad, pequefla y compacta. Pero, ya para reunir estas partículas, hemos de saber qué
es lo que tenemos que buscar. Tiene que existir la idea de un dato.
Los empíricos tenían razón al creer que los datos y las ideas se hallan relacionados
significativamente, pero invirtieron la relación. Las ideas crean información, en vez de ocurrir
al revés. Todo dato nace de una idea; es la respuesta a una pregunta que ni siquiera podríamos
hacer de no haberse inventado una idea que aislara alguna porción del mundo, la hiciera
importante, concentrase nuestra atención y estimulara la investigación.
A veces, una idea se vuelve tan corriente, tan parte del consenso cultural, que desaparece
de la conciencia y se convierte en un hilo invisible del tejido del pensamiento. Entonces
hacemos preguntas y las contestarnos y recogemos información sin reflexionar sobre la idea
que hay debajo de ella y que hace que esto sea posible. La idea se vuelve tan subliminal
como la gramática que gobierna nuestro lenguaje cada vez que hablamos.
Veamos un ejemplo. La hora del día, la fecha: datos que se cuentan entre los más sencillos
y menos ambiguos. Podemos acertar o equivocamos en relación con ellos, pero sabemos
que están sujetos a una decisión sencilla entre lo falso y lo verdadero. O son las dos y cuarto
de la tarde o no lo son. O es el día 10 de marzo o no lo es. Esto es información en su nivel
más irreductíble.
Sin embargo, detrás de estos datos sencillos hay una idea inmensamente rica: la idea
del tiempo como ritmo regular y cíclico del cosmos. En alguna parte del pasado lejano una
mente humana inventó este concepto, partiendo tal vez de alguna contemplación rapsódica
o poética del universo y su desconcertante congestión. Esa mente decidió que el transcurrir
aparentemente amorfo del tiempo puede ordenarse en círculos, que éstos pueden dividirse
en intervalos iguales, que a su vez pueden contarse. De esta percepción íntima, que la
imaginación impone al flujo de la experiencia, deducimos el reloj y el calendario, los minutos,
los días, los meses, las estaciones, cosas que podemos tratar como datos sencillos.
75
Guía de autoaprendizaje
Cuando pedimos esta clase de datos sencillos de información histórica, todo esto se
encuentra detrás de los datos que recibimos a modo de respuesta. Hacemos y contestamos
las preguntas dentro de ideas comprensivas de la historia que nos son tan familiares como
el aire que respiramos. Pero, a pesar de ello, son creaciones humanas, cada una de ellas
susceptible de ser puesta en entredicho, dudada, alterada. Los grandes momentos críticos
de la cultura se presentan justamente en ese punto: allí donde una idea nueva se alza contra
una idea vieja y hay que emitir un juicio.
¿Qué sucede, pues, cuando borramos la distinción entre las ideas y la información y
enseñamos a los niños que el procesamiento de esta última constituye la base del
pensamiento? ¿0 cuando nos ponemos a construir una «economía de la información» que
cada vez gasta más recursos en acumular y procesar datos? Entre otras cosas, enterramos
aún más hondo las subestructuras de ideas sobre las que se alza la información, alejándolas
todavía más de la reflexión crítica. Por ejemplo, empezamos a prestar más atención a los
«indicadores económicos» -que son siempre números útiles y de aspecto sencillo- que a los
supuestos relativos al trabajo, la riqueza y el bienestar que subyacen en la política económica.
A decir verdad, nuestra ciencia económica ortodoxa está inundada de datos estadísticos
que sirven principalmente para ofuscar cuestiones básicas de valor, propósito y justicia.
¿Qué ha aportado el ordenador a esta situación? Ha elevado el nivel de la inundación,
vertiendo información engañosa y que distrae la atención desde todos los organismos
gubernamentales y consejos de administración de las sociedades anónimas. Pero, lo que
es aún más irónico, a la larga la concentración casi exclusiva en la información que el
ordenador fomenta surtirá el efecto de excluir las ideas nuevas, que son la fuente intelectual
generadora de datos.
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Usuarios de la Información
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
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Guía de autoaprendizaje
Cuando me estaba haciendo hombre, poco antes de la segunda guerra mundial, nadie
mostraba un interés desmesurado por la informaci6n. Como categoría intelectual, ocupaba
un lugar humilde y marginal. Pocas personas la hubieran concebido como objeto de una
«teoría» o de una «ciencia»; nadie la asociaba con una tecnología avanzada que la hiciese
atractiva, además de econ6micamente valiosísima. Es probable que la palabra se usara
principalmente en público como parte de la frase «información, por favor». Era lo que le
pedías a la telefonista cuando necesitabas un número de teléfono antes de que pudiéramos
obtenerlo marcando el 411. Hubo también, en los decenios de 1930 y 1940, un popular
programa radiof6nico que llevaba ese titulo y en el que los oyentes hacían preguntas
inverosímiles sobre asuntos triviales a un grupo de expertos. ¿Cuál fue el más bajo entre
todos los presidentes de los Estados Unidos? ¿Qué ópera contiene el dúo más largo? ¿Qué
mamífero se reproduce poniendo huevos?
Así era como la mayor parte de las personas pensaban acerca de la ínformacíón por
aquel entonces: datos inconexos que se distribuian en paquetitos discretos. A veces, lo que
había en los paquetitos era sorprendente, a veces era divertido, otras, era útil. Lo más frecuente
era que tuviese forma de número, nombre, fecha, lugar, acontecimiento, o medición que
respondiera a una pregunta concrete que empezase con quién, qué, cuándo, dónde, cuánto.
De estos asuntos se hablaba utilizando palabras corrientes; no hacían falta esotéricas
formulaciones matemáticas ni un vocabulario técnico especial. De vez en cuando la información
podía ser urgente e importante -por ejemplo, dónde había que apretar para detener la
hemorragia-, pero no se la consideraba como algo que despertase una necesidad insaciable
entre el público. Desde luego, nadie le hubiera conferido la categoría que ha adquirido en
nuestros días: la de una mercancía industrial valorada en miles de millones y que debería
producirse en cantidades ilimitadas.
Por supuesto, todo el mundo sabía que existían ciertos negocios y profesiones que
necesitaban tener montones de fichas llenas de información: los contables, los abogados y
los ingenieros, por ejemplo. Las clásicas ocupaciones administrativas y burocráticas -la banca,
los seguros, corretajes, bienes raíces- se caracterizaban por habitaciones llenas de
archivadores color verde oliva y patrulladas por ajetreados pelotones de archiveros. Sobre
todo, estaba el gobierno, que, como empadronador, recaudador de impuestos, encargado
de velar por el cumplimiento de las leyes, había sido siempre, desde los primeros tiempos
de la civilización, el archivero por excelencia. Desde los comienzos del siglo XIX, los gobiernos
de las sociedades industrialmente avanzadas habían visto crecer sin interrupción sus
responsabilidades administrativas, hasta que la tarea de ocuparse de los datos oficiales
amenazó con convertirse en un fin en sí misma. Obligaciones como supervisar la economía,
llevar la cuenta de la fuerza laboral, pagar el subsidio de paro, asignar puestos de trabajo,
ingresos, recursos, iban reclamando más y más atención por parte de los líderes políticos de
las naciones industriales urbanas. Para algunos de los primeros científicos sociales como
Max Weber, esta expansión de la realidad del papel de las estadísticas sociales representaba
uno de los peores vicios de la sociedad moderna: la burocratización de la vida, la conversión
de la experiencia en abstracciones numéricas.
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Usuarios de la Información
Por regla general, la necesidad de procesar datos que tenían todas estas profesiones,
públicas y privadas, era más lamentada que celebrada. Era una tarea pesada que podía
dejarse en manos de empleados de poca categoría y normalmente mal preparados. La
conocida imagen del oficinista que encontramos en los relatos de Dickens y de Gogol es la
de unos escribientes pálidos, de cara chupada, que se mueven cansinamente entre
voluminosos libros de contabilidad, de tristes estadísticos y actuarios que suman interminables
columnas de cifras, de oficinistas desnutridos que buscan un memorándum escurridizo entre
montones de papeles polvorientos. Eran las personas que ocupaban el nivel más bajo del
hormiguero burocrático. Herman Melville supo captar en parte la percepción general de estos
infelices en su famoso relato protagonizado por Bartleby, el pulcro y eficiente oficinista cuyo
trabajo inexorablemente desalentador acaba convirtiéndolo en un zombie.
La imagen de los que cuidaban de los datos no mejoró ni siquiera cuando su ocupación
dejó atrás la etapa de la pluma y el lápiz para entrar finalmente en la era de la máquina. Las
máquinas de oficina nacieron a principios de este siglo con el objeto de ahorrarles tiempo y
espacio a los gobiernos y a las industrias administrativas. La perforadora de tarjetas en
clave, la máquina de calcular, la cotejadora, la máquina de imprimir direcciones... todos
estos aparatos servían para procesar información. Pero nadie los hubiera considerado como
algo más que aparatos ingeniosos para clasificar y contar, cuyo interés intelectual era más o
menos el mismo que poseían el freno neumático o la pila seca. A sus inventores apenas se
les recuerda; las compañías que los fabricaban no tenían mucho peso en nuestra economía
industrial; los hombres que los manejaban siguieron siendo oficinistas de poca categoría.
En su mayor parte, las personas encargadas de los datos de la economía eran «chicas de
oficina» que quizá se habían formado en el instituto o en una escuela de comercio y que
llevaban a cabo su monótono trabajo sin ninguna esperanza de ascender. En todo caso, las
sensibilidades más humanísticas seguían viendo el trabajo que efectuaban estas chicas
como un ejemplo lamentable de la continua masificación de la vida moderna.
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Guía de autoaprendizaje
moral, nos recordaba que éramos la sangre vital de la compañía. Sin nosotros, ni siquiera
los más encumbrados ejecutivos podían hacer nada. Pero nosotros sabíamos que éramos
lo más bajo de lo bajo. El trabajo era fatigoso y aburrido y nos pagaban el sueldo mínimo y
basta. Ninguno de nosotros conservó el empleo más tiempo del necesario.
La más conocida de las reliquias de la era de míster Zero, el paleolítico de las primeras
máquinas de oficina, fue la perforadora de tarjetas Hollerith, cuyo origen se remonta al decenio
de 1890. A la larga, se convertiría en un emblema de la alienación humana en un mundo cada
vez más burocratizado. A principios del decenio de 1960, su conocido precepto se utilizaría
para formular un llamamiento popular a la comprensión humana: «Soy un ser humano. No
doblar, estirar ni mutilar».
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Usuarios de la Información
compararlas con los primeros resultados que salieran a la luz en la noche del día de las
elecciones. De esta manera, el UNIVAC daba una proyección que calculaba rápidamente
cuál de los candidatos tenía nías probabilidades de ganar.
Hay una anécdota divertida sobre la presentación del UNIVAC al público norteamericano
aquella noche. En el cuartel general que para las elecciones montó la CBS, la máquina
esotérica, que los ingenieros electrónicos mimaban como si fuera un chiquillo malcriado, era
considerada como una simple atracción secundaria. De modo que cuando el UNIVAC,
basándose en un simple 5 a 7 por 100 de los votos populares, empezó a proyectar una
mayoría aplastante para Dwight Eisenhower, los expertos de la CBS se negaron a difundir
su predicción. Los preocupados técnicos accedieron entonces a ajustar la máquina para
que estuviera de acuerdo con las predicciones de los «sabios» de la CBS. A pesar de ello,
el UNIVAC siguió insistiendo en que Eisenhower obtendría una victoria arrolladora, incluso
en el Sur, siempre fiel al Partido Demócrata. Finalmente, cuando se comprobó que las
predicciones de la máquina eran correctos, los expertos reconocieron públicamente que el
UNIVAC les había vencido y que las aparentes contradicciones que sufriera la máquina du-
rante la noche se debían a la intervención humana. El UNIVAC había predicho que la votación
efectuada en un colegio electoral sería de 438 para Eisenhower, que acabó obteniendo 442,
es decir, con una diferencia del 1 por 100 respecto de la sorprendente predicción del UNIVAC.
Fue una impresionante demostración de lo que un avanzado procesador de datos era capaz
de hacer, tan impresionante, que durante un breve período la marca registrada UNIVAC tuvo
muchas probabilidades de desplazar al nombre genérico de ordenador.
Las tareas administrativas estuvieron entre las últimas que entraron en la era de la
máquina. Mucho después de que se mecanizaran las minas, las fábricas y las granjas, los
oficinistas seguían dándole a la pluma y al lápiz, guardando sus papeles a mano en archivos
y carpetas de hojas sueltas. Hasta la máquina de escribir (que apareció en el decenio de
1880 y que introdujo en las oficinas una nueva generación de trabajadoras) era un instrumento
manual de bajo nivel, el equivalente tecnológico del telar a mano, que había desaparecido
hacía ya mucho tiempo. Hasta bien entrado el siglo XX en vano buscas en las revistas anuncios
de algún tipo de aparato procesador de datos, y mucho menos encuentras libros y artículos
que ensalcen a sus inventores y fabricantes. Compárese esto con la situación actual: los
anuncios más hábiles y más futuristas que aparecen en letra de imprenta y en la televisión
son los de ordenadores para la oficina. Hecha esta comparación, tendremos una notable
medida de cómo ha subido la categoría de la información. La tecnología de los humildes
cuídadores de datos ha superado finalmente al tren de laminación, a las dinamos, a los
ferrocarriles.
«Hoy día -afirma en un imponente anuncio a toda plana una destacada empresa de
telecomunicaciones- la información es la mercancía más valiosa en el negocio. Cualquier
negocio.» En otros tiempos, a la información la habríamos considerado más bien como un
lubricante que ayudaba a producir mercancías, o, quizá, como el resultado de un servicio:
por ejemplo, el diagnóstico de un médico o la opinión jurídica de un abogado. Y su valor no
sería constante (y mucho menos universal o invariablemente supremo), sino que variaría con
su exactitud y sus aplicaciones. Pero en estos tiempos que corren, a la información se la
llama tranquilamente producto, recurso, capital, moneda de cambio. La retórica puede apuntar
81
Guía de autoaprendizaje
a alturas sin límite. En un anuncio televisivo de 1984, Frank Herbert, el autor de Dune, obra
que en seguida invoca las perspectivas de la ciencia-ficción, entona un pequeño himno al
progreso tecnológico por cuenta de Pacifc Telephone’s Infosystems. «La verdadera revolución
de la Edad de la Información -declara Herbert- no será del hardware, sino del espíritu humano.
Será la oportunidad de ser más que humano.» Al parecer, se trata de una promesa de
posibilidades divinas. El producto que Herbert anuncia es sencillamente otro sistema
electrónico para oficinas, uno de los varios que hay en el mercado. Sin embargo, como
sugiere el lenguaje extravagante que emplea, la transición hacia el ordenador se considera
como algo más que la sustitución de máquinas viejas por otras nuevas. Las máquinas nuevas
aparecen como una especie de salto hacia adelante, un salto evolutivo, en la historia del
industrialismo. Son una nueva especie de tecnología, una especie que desde su primera
aparición ha parecido flirtear con los misterios de la mente.
En mi propia vida, hubo un libro que contribuyó más que el UNIVAC a que revisara mi
forma de entender la información y la maquinaria que la manipulaba. En 1950 el matemático
Norbert Wiener escribió un estudio precursor y muy leído titulado The Human Use of Hu-
man Beings, versión popularizada de Cybernetics,2 su clásico de 1948. Para el público
lector en general, este librito atractivo y provocador señalo la aparición y la gran promesa de
la -cibernación-, la palabra que Wiener había inventado para denominar a la nueva tecnología
automatizada en la que él discernía los bosquejos de una segunda revolución industrial. En
las páginas de su estudio, el ordenador era todavía un aparato exótico, sin nombre fijo ni
imagen clara; Wiener le da el curioso nombre de «máquina calculadora ultrarrápida». Pero
incluso en su estado primitivo de entonces, esa máquina figuraba de forma importante en lo
que, a juicio de Wiener, era uno de los aspectos clave de la cibernación: el feedback, es
decir, la capacidad de una máquina de utilizar los resultados de su propio funcionamiento a
modo de información para regularse a sí misma y, por ende, ajustarse como parte de un
proceso continuo.
Para Wiener, el feedback era mucho más que un inteligente truco mecánico; él lo
consideraba como una característica esencial de la mente y de la vida. Todas las cosas
vivas practican alguna forma de feedback al adaptarse a su entorno; había, pues, una nueva
generación de máquinas que aspiraban a la condición de animal sensible y de este modo
prometían hacerse cargo de tipos de trabajo que hasta entonces sólo la inteligencia humana
había podido dominar. Y no sólo trabajo, sino también ciertas clases de juego. A Wiener le
impresionaban mucho las investigaciones que se estaban realizando a la sazón para construir
máquinas capaces de jugar al ajedrez; era para él una prueba más de que las máquinas no
tardarían en poder procesar datos de un modo cercano a la complejidad de la inteligencia
humana. «Vivir efectivamente -concluía- es vivir con información adecuada. Así, la
comunicación y el control pertenecen a la esencia de la vida nterior del hombre, del mismo
modo que pertenecer a su vida en sociedad.»
Lo que afirmaba Wiener era nada menos que, al perfeccionar el feedback y el medio de
manipular rápidamente los datos, la ciencia de la cibernética estaba adquiriendo una
comprensión más profunda de la vida misma como, en esencia, procesamiento de
informaci6n «Mi tesis es -escribióque el funcionamiento físico del individuo viviente y el manejo
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Usuarios de la Información
de algunas de las nuevas máquinas de comunicación son exactamente paralelos por sus
intentos análogos de controlar la entropía por medio del feedback.»
Unos cinco años después de la publicación del libro de Wiener, un nuevo campo de
estudio basado en su tesis anunció su presencia en las universidades, un híbrido intelectual
de filosofía, lingüística, matemáticas e ingeniería eléctrica. Se le dio el nombre de inteligencia
artificial. El supuesto clave de la inteligencia artificial estuvo claro desde el principio; como
dijeron dos de los padres fundadores de la nueva disciplina, Alan Newell y Herbert Simon,
«tanto el ordenador programado como el resolvedor de problemas humano son especies
que pertenecen al género llamado 'sisterna procesador de información'». 3
Al cabo de unos años más (1958), las esperanzas de Newell y Simon picaban muy alto:
Existen ahora en el mundo máquinas que piensan, que aprenden y crean. Asimismo, su capacidad de hacer
estas cosas va a aumentar rápidamente hasta que -en el futuro visible- la gama de problemas que puedan
abordar será coextensiva con la gama a la cual se ha aplicado el cerebro humano. 4
Puede que el propio Wiener estuviera de acuerdo con los brillantes predicciones que
nacían del nuevo estudio de la inteligencia artificial y puede que no, pero sin duda no aprobaba
su optimismo. Al contrario, consideraba la tecnología de la información como una amenaza
para la estabilidad social a corto plazo, y, posiblemente, como un desastre permanente.
Había inventado la cibernética, y ahora se proponía ser la conciencia de la misma. The Hu-
man Use of Human Beings, como el mismo título la utilizacion humana de seres humanos)
induce a pensar, fue escrito para llevar la discusión pública de la nueva tecnología a un nivel
más alto de conciencia ética. Las máquinas automatizadas, señaló Wiener, se harían cargo,
no sólo de la labor rutinaria de las cadenas de montaje, sino también de sus equivalentes en
las oficinas. La maquinaria cibernética «no muestra favoritismos entre el trabajo manual y el
trabajo administrativo » . Si se la dejaba totalmente bajo el control de industriales cortos de
miras y empeñados en obtener los máximos beneficios, podía «producir una situación de
paro, en comparación con la cual ... hasta la depresión de los años treinta parecerá un chiste».
Dos años después de que Wiener hiciera esa advertencia, se escribió la primera
antiutopía cibernética. En Player Piano, Kurt Vonnegut, Jr., que había trabajado en el
departamento de relaciones públicas de General Electric, una de las compañías que más se
interesaban por la automatización, imagina un mundo de máquinas inteligentes donde hay
«producción casi sin mano de obra». Hasta los barberos han sido desplazados por máquinas
que cortan el pelo. El resultado es un despotismo tecnocrático totalmente controlado por
técnicos de la información y gerentes empresariales. El libro plantea el problema de si a la
tecnología se le debe permitir que haga todo lo que es capaz de hacer, especialmente cuando
sus poderes alcanzan las artes y las habilidades que dan sentido a la vida de las personas El
rebelde ingeniero-héroe de Vonnegut insiste en que las máquinas son esclavas. Cierto es
que hacen que la vida le resulte más fácil al hombre de muchas maneras; pero también
compiten con las personas. Y «cualquiera que compita con esclavos se convierte en un
esclavo». Como indica Vonnegut, «Norbert Wiener, matemático, ya dijo todo eso en los
años cuarenta».
83
Guía de autoaprendizaje
No es difícil ver lo útil que semejante cálculo del tráfico de comunicaciones es para los
ingenieros eléctricos que se enfrentan al problema de encauzar sefiales por cables telefónicos
o desde satélites espaciales, con el mavor grado posible de economía y claridad. Pero
Shannon se vio acosado desde el principio por la comprensible confusión que nacía entre su
uso restringido de «información» y el significado convencional de la palabra. Desde su punto
de vista, hasta un guirigay podía ser «información» si alguien se tomaba la molestia de
transmitirlo. Después de todo, un mensaje traducido a un código secreto parecería un guirigay
a cualquier persona que desconociese el código, pero valdría la pena mandarlo a juicio de
quien lo conociese. Los primeros científicos de la información cayeron fácilmente en el error
de pensar así en lop mensajes y sus transmisiones; muchos de ellos habían prestado servicios
en calidad de criptógrafos durante la guerra. A pesar de ello, era ésta una forma rara e
irritante de emplear la palabra, y así tuvo que reconocerlo Shannon. En cierta ocasión, cuando
estaba explicando su labor a un grupo de destacados científicos que ponían reparos a su
excéntrica definición, replicó: «Creo que quizá la palabra «información» está causando más
complicaciones...de las que merece, sólo que es difícil encontrar otra palabra que la sustituya
siquiera aproximadamente. Debería tenerse muy en cuenta que [la información] es sólo una
medida de la dificultad de transmitir las secuencias producidas por alguna fuente de
información».6
84
Usuarios de la Información
Nos encontramos aquí con un ejemplo de algo que ya ha ocurrido muchas veces en la
historia de la ciencia. A una palabra que tiene un significado racional que le viene de antiguo
se la saca del vocabulario corriente y los científicos la hacen objeto de una definición nueva,
que tal vez sea sumamente esotérica. El resultado puede ser una gran confusión, incluso
entre los propios científicos, que tal vez olvidarán lo que la palabra significaba antes de que
ellos se apropiaran de ella. La forma en que los físicos emplean las palabras movimiento,
tiempo, gravedad, simultaneidad tiene sólo una tenue relación con la experiencia común,
cotidiana. En termodinámica, la palabra orden tiene una aplicación especializada, que en
ciertos puntos diverge notablemente de su significado normal. Quizás el ejemplo más notorio
de semejante confusión sea el de la palabra inteligencia tal como la han reformado los
psicólogos. Para los encargados de realizar los tests del cociente de inteligencia, «inteligencia
es cualquier cosa medida por ciertas pruebas académicas sumamente excéntricas. El
resultado es una puntuación numérica y pulcra: las puntuaciones elevadas significan mucha
inteligencia; las bajas, poca inteligencia. Pero ni las pruebas ni las puntuaciones pueden
tener relación alguna con lo que consideramos como inteligencia real (o falta de ella) cuando
juzgamos cosas en la vida de cada día.
Y, a decir verdad, estos ejemplos no tienen ni más ni menos significado que cualquier
sarta de dígitos escritos al azar (x!9*44jGH? 566MRK) por cuya transmisión por telex de un
lado a otro del continente yo estuviese dispuesto a pagar.
Como dijo una vez el matemático Warren Weaver, explicando «la extraña manera en
que, en esta teoría, la palabra «información» se utiliza ... Es sorprendente pero cierto que,
desde el actual punto de vista, dos mensajes, uno muy cargado de significado y el otro pura
tontería, pueden ser equivalentes en lo que se refiere a la información» 8
85
Guía de autoaprendizaje
Cabría esperar que cualquier persona que leyera la lista que acabamos de dar observara
inmediatamente que los ejemplos se encuentran en niveles intelectuales marcadamente
distintos. Una de las afirmaciones es una prohibición moral; otra es una formulación
matemática; otra es una realidad de poca importancia; una es una enseñanza teológica; y la
última es una tontería deliberada (aunque encantadora). Pero una vez transformados todos
en bits eléctricos, y una vez los técnicos nos han inculcado el hábito de ponerles a todos la
etiqueta de información, estas diferencias importantísimas -que, por ejemplo, sería conveniente
enseñar a los niños como parte de su educación- inevitablemente quedan oscurecidas.
Desde luego, la obra de Shannon es sumamente técnica y, por ende, en gran parte
inaccesible para el público en general; sin embargo, su influencia ha sido enorme. Debido a
que la teoría de la información se ha aplicado extensamente a nuestra economía tecnológica,
su repercusión en nuestra cultura popular ha sido doble.
86
Usuarios de la Información
EL BIOORDENADOR
87
Guía de autoaprendizaje
En 1952, los microbiólogos Janes Watson y Francis Crick anunciaron que habían resuelto
el problema principal de la biología moderna. Habían descifrado el «código genético» que
permanecía oculto en lo más hondo de la estructura molecular del ADN. La utilización de la
palabra código en este contexto era significativa en sí misma. Entre otras cosas, pareció
vincular inmediatamente los descubrimientos de los biólogos con los de los nuevos teóricos
de la información, cuya labor tenía mucho que ver con «codificar» información. La palabra
también llevaba consigo la emoción de un relato de espionaje y, de hecho, recordaba la
primera aplicación que se dio al ordenador en Inglaterra: descifrar el código secreto de los
alemanes durante la segunda guerra mundial. Apenas Watson y Crick habían dado a conocer
su descubrimiento, cuando la molécula del ADN pasó a ser vista universalmente como una
especie de minúsculo aparato cibernético que almacenaba y procesaba bits microscópicos
de datos químicamente codificados. Se suponía que estos mensajes codificados controlaban
procesos físicos discretos que formaban parte de la reproducción de las cosas vivientes.
Pronto podría descifrarse todo el código de la doble hélice y su mensaje podría leerse
fragmento a fragmento como la memoria de un ordenador. John Pfeiffer del MIT (Massachu-
setts Institute of Technology), describió del siguiente modo la función del ADN en un docu-
mental televisivo de la CBS en 1960: «Las pautas de bases químicas del programa pueden
compararse con pautas de agujeros o puntos magnéticos en las cintas de papel que se
introducen en los ordenadores electrónicos».9 Luego se ha visto que el «programa» del ADN
no era tan sencillo, pero en los momentos emocionados del descubrimiento parecía que la
proposición de Wiener había sido confirmada. la cibernética y la biología habían encontrado
un terreno común.
Desde sus comienzos, la nueva biología ha estado tan entrelazada con el lenguaje y la
ingeniería de la ciencia de la información, que es casi imposible imaginar siquiera que este
campo se desarrollara sin la ayuda del paradigma del ordenador. Un biólogo identifica de la
siguiente manera «la herramienta teórica» que abrió la química de la vida:
las ciencias nuevas asociadas con el desarrollo de los ordenadores. En 1948, el ingeniero y matemático
norteamericano Norbert Wiener cotejó teorías del «control», el «feedback» y la «transferencia de información»
bajo el nombre de «cibernética» ... Los bioquímicos se valieron de estos conceptos nuevos para investigar
la manera en que la célula controlaba y regulaba su propio metabolismo.
88
Usuarios de la Información
Por mucho que la nueva biología tomara prestado del modelo cibernético que ya existía,
pagó la deuda con creces al dar a la información una mística que no hubiese podido adquirir
de ninguna otra manera. En efecto, se convirtió en el secreto de la vida. A partir de un
mecanismo computador de datos tan minúsculo como la molécula del ADN, había evolucionado
toda la complejidad sutil de la vida en la tierra. Como dijo John Pfeiffer, lleno de confianza:
«Esto es automatización a nivel molecular». Era una demostración asombrosa de lo mucho
que podía comprenderse partiendo de simples partículas de datos. Era como si el mismísimo
Dios, que antes era el gran relojero del cielo, hubiese sido puesto al día y transformado en el
gran programador del ordenador cósmico. Antes de que transcurriera otro decenio, a
principios de los años sesenta, ya era normal que las personas dijesen, no sólo que sus
geness estaban «programados», sino también que lo mismo ocurría con sus mentes y sus
psiques. Si bien, en contra de lo que predijera Wiener, todavía no se daba el caso de que las
máquinas cibernéticas se estuvieran volviendo más parecidas a las personas, lo cierto era
que con creciente frecuencia las personas se consideraban a sí mismas como una especie
de máquina: un biordenador.
Todos los períodos históricos tienen su palabra mágica. Hubo una Edad de la Fe, una
Edad de la Razón, una Edad del Descubrimiento. A nuestro tiempo se le ha propuesto como
Edad de la Información. Si el nombre cuaja, a la conexión fortuita entre la cibernación y la
nueva biología habrá que reconocerle el mérito de haber contribuido en gran medida a poner
de moda la información. Tal vez hay otro motivo para la creciente popularidad y generalidad
de la palabra, un motivo que nos dice algo importante acerca de una era que está dispuesta
a aceptar semejante designación en apariencia sin carácter. A diferencia de «fe», «raz6n» o
«descubrimiento», la palabra «información» posee una connotación que no compromete,
qué no presenta ningún riesgo. No hay en ella ni dramatismo ni pretensiones. Es blanda
89
Guía de autoaprendizaje
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Usuarios de la Información
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
91
Guía de autoaprendizaje
Información
A su vez, las definiciones de información pueden centrarse sobre ella como una entidad
-es lo que se registra en libros y otros medios-, o como un proceso mediante el cual la
persona se informa a sí misma.
Esta definición incluye las palabras significar y recuperarse, esto nos lleva directamente
a la idea de comunicación, de intercambio, de interacción entre dos entes, implica la
transmisión de una carga ideológica, con el fin de lograr consenso o discusión.
Para que la información sirva debe ser transformada en conocimiento válido, las perso-
nas deberán desarrollar la habilidad no sólo para acceder a ella sino también para evaluarla.
Para ser más precisos, los bibliotecólogos son mediadores entre una mente, a la que
se podría llamar mente fuente, y otra mente, la de] usuario. Lo que se intercambia entre las
rnentes fuente y usuario puede llamarse unidad epistemológica, porque cambia el estado
del conocimiento de una de las partes. Esas entidades epistemológica, a su vez, pueden
dividirse en cuatro jerarquías, en el nivel más bajo están los datos, seguidos por la información,
el conocimiento y finalmente la sabiduría.
92
Usuarios de la Información
Los datos son unidades elementales que sirven como componentes básicos en la
estructura epistemológica, contienen signos y símbolos que representan las observaciones
acerca de las cosas y las ideas. La información está representada por grupos de datos
organizados en cierto contexto que determinan el significado del conjunto. El conocimiento
es información que ha sido verificada en algún sentido y sirve como base para la acción
humana. Finalmente, la sabiduría es la habilidad para juzgar los datos, la información y el
conocimiento, y seleccionar sólo aquellas unidades que son relevantes para la situación que
se analiza.
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Guía de autoaprendizaje
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
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Usuarios de la Información
95
Guía de autoaprendizaje
• Determinar los intereses del usuario, los estilos de vida, las opiniones, las actividades,
las actitudes, las características psicológicas y demográficas.
• Identificar nuevas tendencias y necesidades.
• Estudiar el flujo de la información y los hábitos de uso de la literatura.
• Identificar fuentes de información a las que recurre la gente, tanto dentro como fuera
de las bibliotecas y sistemas de información.
- Apoyar los estudios científicos y comparativos:
Se busca utilizar una metodología que permita observar el comportam, ento del sujeto o
usuario frente a la información dentro y fuera del sistema mediante un enfoque holista. Ubícar
al individuo en situaciones reales de uso, en tiempo y espacio, permite describir situaciones
problemáticas que lo han conducido a la búsqueda de información.
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Usuarios de la Información
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
97
Guía de autoaprendizaje
MÉXICO
El estudio documentado más antiguo que se conoce en México data de 1972 y fue
realizado por dos instancias: el Departamento de Información y Documentación de la Unión
de Universidades de América Latina, y el Colegio de Bibliotecología de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).12
A. Objetivos
C. Perfiles obtenidos
98
Usuarios de la Información
especializada. El 57% utiliza revistas con una antigüedad menor a un año. El 60% lee de 1 a
2 horas diarias.
- Dificultad para contar con un número suficiente de títulos de revistas que satisfagan
sus necesidades de docencia e investigación.
A. Objetivos
1. Definir los distintos grupos de usuarios que utilizan los servicios de la biblioteca del
INIP.
99
Guía de autoaprendizaje
C. Perfiles obtenidos
De lo anterior se dedujo que el personal del INIP debía reordenar sus políticas o servicios,
pues básicamente realizaba esfuerzos por atender a usuarios externos a la institución.
Los servicios más utilizados son la sala de lectura, consulta y fotocopiado. En cuanto a
los temas más solicitados, el documento analizado no precisa cuáles fueron.
Finalmente, el mayor porcentaje de los encuestados estaba satisfecho con los servicios
que le ofrecían. El estudio quedó inconcluso; no se realizaron la segunda y tercera etapas.
A. Objetivos
General:
100
Usuarios de la Información
Específicos:
1. Identificar las dificultades que los alumnos encuentran al realizar una tarea de
investigación bibliográfica.
El universo de estudiantes era de 15 965, repartidos entre las ocho escuelas de¡ área
de humanidades, cuatro de] área biológica y cuatro del área de ciencias exactas, estas
escuelas ofrecen cuarenta y siete carreras a nivel licenciatura.
La muestra fue proporcional estratificada y estuvo formada por 400 estudiantes tomados
al azar. La aplicación, se realizó en un periodo de dos días en diversos lugares de la
universidad: cafetería, biblioteca y patio principal.
C. Perfiles obtenidos
La mayoría de los estudiantes acude al menos una vez a la semana a la biblioteca, con
el fin de completar informes proporcionados en clase.
Para localizar información, los alumnos recurren principalmente a los catálogos, sin
embargo, sólo un 30.25% conoce todos los catálogos a su disposición. Sólo un poco más
de la mitad (54.75%) sabe la definición del servicio de consulta. Para realizar sus actividades
escolares básicamente utilizan la biblioteca de la universidad.
La mayor parte de los estudiantes prefiere como técnicas de estudio hacer resúmenes
101
Guía de autoaprendizaje
y fichas de trabajo.
La población de estudio no sabe como debe ordenarse una bibliografía. Identifica a las
revistas como las publicaciones que contienen información reciente.
El estudio abarca varios temas que se van relacionando hasta llegar al estudio de
usuarios, de tal manera que todos los temas incluidos se convierten en principales: la
educación superior en México, las características de la Universidad Autónoma de
Aguascalientes (UAA), el sistema bibliotecario de la UAA y los usuarios de las bibliotecas
de la UAA. 14 El estudio se dirigió a obtener los perfiles de las dos comunidades más
importantes en cualquier institución de educación superior, alumnos y profesores.
A. Objetivos
La muestra estuvo conformada por 490 personas, que corresponde al 10% del universo
estudiado, 50 profesores y 440 alumnos elegidos al azar, la aplicación de los cuestionarios
fue de dos formas, directa (55%) e indirecta (45%). La muestra de la población estudiantil
fue estratificada, de acuerdo con el nivel educativo: secundario, técnico, bachillerato y supe-
rior.
C. Perfiles obtenidos
Profesores:
Asisten, sobre todo la biblioteca que apoya el nivel superior y lo hacen por lo menos una
vez a la semana. Su asistencia a las bibliotecas es inversamente proporcional a su nivel
académico: a mayor nivel menor frecuencia de asistencia.
Los servicios que más utilizan son el préstamo a domicilio y el préstamo interno, y los
102
Usuarios de la Información
califican de buena calidad. Casi las tres cuartas partes (70.5%) no han recibido instrucción
en el uso de la biblioteca. Consideran que la información es más importante para la docencia
que para la investigación.
Los materiales más utilizados por los docentes son los libros generales y los de texto,
procedentes principalmente de México, Barcelona, Buenos Aires y Madrid, en consecuencia,
el idioma utilizado es el español. En cuanto a la cobertura temporal de los materiales es de
10 años de publicados.
La mayor proporción de los docentes encuestados no utiliza las obras ni los servicios
de consulta, sin embargo, los que sí utilizan las obras son capaces de localizar la información
requerida con rapidez.
Estudiantes:
La mayoría no trabaja (66%). De los que trabajan, el número de horas fluctúa entre 20 y
40. Los alumnos que trabajan asisten con menor frecuencia y permanecen menos tiempo en
labiblioteca.
Las causas por las que asisten a la biblioteca varían de acuerdo con el nivel: los de
secundaria lo hacen para estudiar en sus libros, o sea que utilizan a la biblioteca como sala
de lectura; los del, nivel técnico, bachillerato y superior utilizan los materiales de la biblioteca.
Entre los alumnos de secundaria, menos de la mitad localiza con rapidez información
en las obras de consulta; a nivel técnico la proporción es la misma, un promedio ligeramente
mayor a la mitad de los encuestados de bachillerato localiza información de manera rápida
y en el nivel superior el 47.2% encuentra información rápidamente.
Los estudiantes de los niveles técnico y superior utilizan el catálogo al público y buscan
por autor o título. Las bibliotecas destinadas a los niveles de secundaria y bachillerato no
103
Guía de autoaprendizaje
cuentan con catálogo, por lo que los alumnos de estos niveles acuden al bibliotecario.
En todos los niveles, los alumnos consideran que casi siempre están disponibles los
materiales en las bibliotecas. Opinión que se ve reforzada al preguntarles si la biblioteca
cuenta con la mayor parte de los materiales que requieren; a excepción del nivel técnico, en
donde las respuestas se dividen (47.4% opina que sí y 44.7% que no), en los otros tres
niveles contestaron en forma afirmativa.
Este proyecto formó parte del Programa General de Bibliotecas, para cubrir una de sus
metas, llevar a cabo investigaciones dirigidas a fomentar el uso de las bibliotecas públicas y
producir conductas lectoras o promover el hábito de lectura entre la comunidad cercana a
las mismas. 15
A. Objetivos
1. Conocer los hábitos de lectura de la comunidad. 2. Conocer el uso de] tiempo libre.
C. Perfiles obtenidos
La mayoría sabe leer, aunque un 35% no lo hace, este porcentaje resulta alarmante
puesto que pueden convertirse en analfabetas funcionales.
Se les dio una lista de materiales de lectura, con el fin de que seleccionaran los más
leídos, de las respuestas se derivó la siguiente información, básicamente leen periódicos
104
Usuarios de la Información
deportivos o de nota roja, asimismo las revistas más leídas son de entretenimiento.
El porcentaje obtenido sobre la lectura de libros fue alto, sin embargo, la mitad de los
que leen libros, leen la Biblia o libros de texto de primaria y secundaria o novelas ilustradas
en forma de libro.
Existe un buen número de lectores que no ha accedido a las bibliotecas, pero que
habitualmente recurre a la prensa.
En cuanto al uso del tiempo libre, la mayor frecuencia recae en ver televisión, seguido
de escuchar el radio y en tercer lugar leer.
Las respuestas de la gente a las preguntas sobre las bibliotecas públicas son:
- Los estudiantes no acuden a las bibliotecas; los que sí lo hacen, deben una influencia
decisiva a los profesores, pues la motivación por parte de los padres es escasa.
- Los jefes de familia que han asistido a una biblioteca pública, lo han hecho para consultar
un libro, de éstos un gran porcentaje (87%) encontró el libro buscado.
- La mayor parte de los encuestados dio respuestas poco claras sobre la definición de
biblioteca, el 37% la identifica como un centro de consulta, el 20% como centro de superación
y de cultura, y el 7% como centro de orientación.
A. Objetivos
General:
Específicos:
105
Guía de autoaprendizaje
C. Perfiles obtenidos
Tres cuartas partes del personal académico tienen estudios de posgrado. Respecto a
su nombramiento, el 48% son investigadores y el resto son técnicos académicos.
Las principales áreas de especialidad de los encuestados son: 14% botánica, 20%
ecología y 40% zoología.
Los servicios más utilizados en orden decreciente son préstamo de libros y publicaciones
periódicas, libros a vistas y préstamo interbibliotecario.
Las obras de consulta más solicitadas son el Biological Abstracts y el Ecology A bstracts.
En lo concerniente a los problemas que tienen los académicos del Instituto de Biología
para recuperar información con referencias incompletas, se detectó que no encuentran el
tema requerido en los catálogos, no poseen el volumen en citas de publicaciones periódicas
o no cuentan con la clave en el caso de mapas.
106
Usuarios de la Información
Los académicos requieren material de otras bibliotecas, y saben que existe el servicio
de préstamo interbibliotecario.
Los medios que utilizan para obtener información fuera de las bibliotecas son
básicamente sus acervos personales y los de otros colegas.
De acuerdo con la población encuestada, para que mejoren los servicios, sobresalen
las siguientes sugerencias: elaborar un reglamento y organigrama; ampliar el horario de
servicio; adquirir más libros y títulos de publicaciones periódicas; usar cornputadoras para
realizar las actividades bibliotecarias; completar los acervos de publicaciones periódicas;
que el servicio de fotocopiado sea barato y eficiente; ampliar las instalaciones de las
bibliotecas: tomar en cuenta las sugerencias de adquisición de material por parte de los
académicos; limitar el servicio a los alumnos; realizar pláticas de orientación a usuarios
internos; mejorar los catálogos y contratar personal profesional del área bibliotecológica.
La idea de estudiar a estos dos grupos de alumnos parte del hecho de comparar su
habilidad en el uso de los recursos existentes en la biblioteca, debido a que en el plan de
estudios de la carrera de química existe la materia Información Química Bibliográfica, en la
cual se les enseña a utilizar recursos de información. 17
A. Objetivos
107
Guía de autoaprendizaje
de un cuestionario.
C. Perfiles obtenidos
Los estudiantes no tienen los recursos para adquirir los libros de texto que utilizan en
sus cursos, por lo que requieren que la biblioteca cuente con éstos.
Los estudiantes desconocen las fuentes idóneas para resolver sus problemas de
información. Es importante hacer notar que como alternativa para cubrir sus necesidades de
información recurren al maestro. Los alumnos de los últimos semestres acuden más a las
bibliotecas.
A. Objetivos
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Usuarios de la Información
C. Pefiles obtenidos
En general los investigadores leen material bibliográfico más relacionado con la teoría.
Horas de lectura. Los investigadores leen más horas a la semana que los ingenieros.
Los dos grupos coinciden en que los problemas básicos son los relacionados con la
falta de actualización, pertinencia y oportunidad para la obtención de información.
109
Guía de autoaprendizaje
La Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios tiene por objetivo vigilar
que los productos, actividades, establecimientos y servicios relacionados con alimentos,
bebidas, tabaco, productos de aseo, limpieza, perfumería y belleza, así como materias primas
y aditivos que se utilizan en la elaboración de alimentos cumplan los requerimientos sanitarios
establecidos en México.
A partir de 1993 empezó a desarrollar su biblioteca, para tal fin se consideró conveniente
realizar un estudio de usuarios que permitiera un adecuado desarrollo de colecciones y
satisfacer las necesidades de información de la comunidad usuaria. 19
A. Objetivo
La muestra seleccionada estuvo conformada por los usuarios registrados, que ascendían
a 60, la población total era de 200, por lo que la muestra correspondió al 30%.
C. Perfiles obtenidos
La mayoría requiere información muy actualizada que va desde el día que transcurre
hasta lo que ha salido en el último año.
En cu~nto a los materiales más utilizados sobresalen los libros, dado que podían elegir
más de uno, los porcentajes son casi coincidentes entre diccionarios especializados, códigos,
leyes, reglamentos, normas y publicaciones periódicas y prefieren que estén en idioma inglés.
110
Usuarios de la Información
Las fuentes de información más consultadas por los usuarios encuestados son: normas
sanitarias, normas ISO y estadísticas.
Respecto al nivel de satisfacción sólo un poco más de la mitad (53.7%) afirmó estar
satisfecho con los servicios, el resto no lo está, dentro de las causas por las que no está
satisfecho aparecen: falta de información y materiales y que la información no está actualizada.
Entre los servicios que sugieren que se brinden están: búsquedas de información
específica, préstamo interbibliotecario, localización de documentos y fotocopiado.
Como se puede observar, de los once estudios de usuarios presentados, sólo cuatro
incluyen preguntas sobre programas o actividades de formación de usuarios. De lo anterior
se desprende que no se tiene conciencia de la importancia de realizar estudios de usuarios
previo al diseño de un programa de formación.
111
Guía de autoaprendizaje
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
112
Usuarios de la Información
9. CONOCER Y SABER
En castellano existen dos verbos que no suelen usarse con el mismo significado:
«conocer» y «saber»; igual acontece en otras muchas lenguas: «cognoscere» y «scire» en
latín, «connaitre» y «savoir» en francés, «kennen» y «wissen» en alemán. Esta distinción
semántica puede orientarnos para descubrir otra de importancia epistemológica, que no se
ha presentado aún con claridad, debido tal vez a que los principales análisis de los conceptos
epistémicos han sido escritos en inglés, lengua en que esa distinción se ha perdido.1
Conocer un objeto implica saber algo acerca de, él. Conocer x implica poder predicar
las notas F, G, H, i, ..., de x. Pero la inversa no es válida: saber que x es F, G, H, I ... no implica
conocer x. Si alguien conoce a Juan puede afirmar que es irritable, lenguaraz, cejijunto y
fanático del futbol, pero que sepa todo eso no es condición suficiente para afirmar que lo
conoce. Puedo saber muchas cosas sobre Río y si me preguntan: «Bueno, pero ¿tú lo
conoces?», confesar sin inmutarme: «No lo conozco, pero sé que es una ciudad
extraordinaria.»
Conocer a Río es haber estado en esa ciudad, conocer una carretera es haberla
transitado, conocer a Juan es tener una relación personal con él. Para conocer algo es preciso
tener o haber tenido una experiencia personal y directa, haber estado en contacto, estar
«familiarizado» con ello. El «knowIedge by acquaintance» de Russell es una condición
necesaria de conocer, no de saber. Conozco un objeto que he visto, manejado o padecido,
pero no conozco lo que no puedo contemplar o resentir de algún modo. Quien la haya visto
por telescopio, conoce la estrella Sirio, pero nadie conoce un electrón, la nariz de Cleopatra
o el centro de la tierra.
Puedo decir que conozco a alguien porque me lo hayan presentado alguna vez, aunque
casi nada sepa de él. Pero no podría decir con propiedad que conozco a un personaje del
pasado, aunque sepa mucho de su vida. Si alguna vez digo que conozco a Atila o a Hegel,
doy a entender algo distinto que si digo que conozco a un amigo. En realidad no quiero decir
que conozca a la persona de Hegel, sino su obra, ni a Atila, sino su vida tal como la expone
algún libro, del cual puedo tener experiencia directa.
También puedo estar familiarizado con hechos espirituales. Cabe decir que conozco la
Divina comedia, la geometría de Euclides o la música de Beethoven, si en ellas puedo
moverme como en terreno explorado. Porque también puedo conocer objetos culturales.
113
Guía de autoaprendizaje
La experiencia a que se refiere «conocer» puede también versar sobre las propiedades
de algo; entonces las sustantivizamos, considerándolas como un objeto nuevo. Así, «conozco
las debilidades de Pedro» o Ias excelencias de la cocina normanda», lo que no significa lo
mismo que «sé cuáles son las debilidades de Pedro» y «sé que la cocina normanda es
excelente», pues saber sobre un objeto no es garantía de que haya experimentado sus
propiedades.
La experiencia a que alude «conocer» puede ser de muchos grados. Puedo conocer
más o menos una región, un libro o a una persona. En un sentido débil se refiere a un contacto
superficial; significa entonces algo así como «encontrarse» («En Buenos Aires conocí a
muchos pintores»), o bien, a una experiencia personal e íntima (de una mujer virgen se dice
que «no ha conocido varón»). En un sentido más fuerte se refiere a experiencias múltiples,
variadas, profundas sobre un objeto («Tú eres el único que me conoces», «Weingartner sí
conocía a Beethoven»), o bien a una experiencia vivida, duradera e intensa («Pocos conocen
la felicidad», «No ha conocido el dolor»). En todo caso, cabe calificar el conocimiento con
adverbios que lo cuantifiquen («Lo conozco muy bien», «Conozco un poco el Alto Ampurdán»).
Porque conocer no consiste en un solo acto, sino en muchas experiencias variadas, capaces
de ser integradas en una unidad; por ello el conocimiento puede ser más o menos complejo,
más o menos rico.
Bertrand Russell (1912, cap. v y 1918, cap. x) distinguió entre dos formas de conocimiento:
«conocimiento por familiarización» (by aquaintance) y «conocimiento por déscripción» (by
description).2 Estamos familiarizados (acquainted) con todo aquello que se nos presenta de
modo inmediato: datos sensoriales, imágenes, recuerdos, mí propio yo tal vez, y también
conceptos universales. «Familiarización» es el simple percatarse de algo presente.
Corresponde, por ende, a uno de los sentidos que tiene el verbo «saber» del que hablamos
114
Usuarios de la Información
en el capítulo 6: «saber» como «darse cuenta» de algo, «tomar noticia» «estar enterado». El
«conocimiento por familiarización» de Russell es la simple aprehensión inmediata de algo
dado. Es pues una condición de conocer. Pero no toda aprehensión inmediata es
conocimiento. No digo «conozco el rojo de este sillón» sino «veo el rojo...» Si exclamara
«me duele una muela» y me preguntaran «¿cómo lo sabes?», contestaría «¡porquelo siento!»
y no «¡porque lo conozco!» El percatarse de algo no es necesariamente conocimiento. No
tiene sentido decir que conozco un ruido, un sabor o un olor (salvo en el sentido de «reconocer»
del que luego hablaremos), sino que lo oigo, lo gusto o lo huelo. La aprehensión inmediata
puede alegarse, en cambio, como una razón en que se base un saber («¿Cómo sabes que
el sillón es rojo?» - «Torque lo estoy viendo») o como un modo de adquirir un conocimiento
(«¿Cómo conociste a Juan?» - «Lo vi en casa de Pedro»).
Conocer, dijimos, puede tener grados. Aunque en un sentiá0 débil, decimos a menudo
que conocimos a alguien, por haberlo encontrado casualmente, las más de las veces
empleamos «conocer» en un sentido más fuerte, que implica tratar algo o a alguien en
repetidas y variadas circunstancias. En este sentido, conocer supone, además, que el objeto
de referencia permanezca y se enriquezca en aprehensiones sucesivas de «lo mismo», las
cuales pueden tener lugar en diferentes situaciones. Quien conoce algo ha tenido experiencias
de ello de distintos modos, lo ha captado en varios escorzos y matices, bajo diferentes
perspectivas y,. eventualmente, en ocasiones distintas. Conocer x supone tener una serie de
experiencias variadas sobre x y poder hacer, de algún modo, una serie de inferencias a
partir de ellas, referidas a x. Quien diga que conoce a Pablo López debe estar dispuesto a
115
Guía de autoaprendizaje
admitir: 1] Haber tenido de Pablo López ciertas aprehensiones inmediatas: haberlo visto en
determinadas ocasiones, bajo diferentes perspectivas, haberlo oído, tal vez, o tocado. 2]
Haber referido esas presentaciones a la unidad de una persona que obedece al nombre de
Pablo López». 3] Haberlo «tratado», es decir, haber tenido cierta convivencia con él, a modo
de llegar a inferir cómo se comporta, siente y piensa. En una nota que no se encuentra en
«saber» y es, en cambio, característica de «conocer» podría resumirse lo anterior: conocer
es integrar en una unidad varias experiencias parciales de un objeto.
Para poder hacer todo lo anterior, es preciso que se añadan a las presentaciones
inmediatas ciertas creencias. Éstas son de dos tipos: Primero: creencias básicas sobre lo
que existe, que corresponden a las reglas que permiten ordenar la experiencia. Referir distintas
presentaciones a la unidad Pablo López requiere creer que los objetos permanecen en el
espacio y en el tiempo, que sus propiedades varían regularmente al variar el entorno, que no
se desvanecen al dejar de aprehenderlas, que existen efectivamente, etc. Segundo: creencias
adquiridas en experiencias anteriores, acerca de la clase de objetos o situaciones a que
pertenece lo conocido. Para inferir cómo se comporta Pablo López preciso interpretar mis
experiencias sobre él, a la luz de lo que sé acerca del comportamiento de los hombres, de
sus motivaciones, intenciones, intereses. Un cúmulo de creencias me permiten, en cada
caso, formular hipótesis acerca de cómo habrá de comportarse Pablo López y confirmarlas
en mi convivencia con él. Así, ciertas creencias generales están supuestas en mi conocimiento
del objeto y éste, a su vez, permite inferir otras creencias acerca de él. Conocer x incluye, en
suma, aprehensiones inmediatas y creencias, referidas todas ellas al mismo objeto.
Las apariencias pueden ser irreales. Conocer algo, en cambio, es captarlo tal como es
realmente. Si tener experiencia directa de x es condición necesavia para conocerlo, también
lo es que x efectivamente exista, pues no puede haber experiencia de algo inexistente. Quien
afirma conocer, afirma la existencia real de lo conocido. Frases como «Fray Servando conoció
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Usuarios de la Información
a Azaziel, aunque es bien sabido que ese diablo no existe» son obviamente absurdas. Si
alguien alega conocer un objeto, demostrar su inexistencia es refutación suficiente de su
alegato. Si lo aprehendido es figmento de la imaginación u obra alucinatoria, no diríamos
que se conoce. La víctima de delirium tremens no «conoce» las alimañas que contempla, ni
el viajero del desierto, el oasis de su espejismo. Cierto que decimos a veces que alguien
conoce los fantasmas de su casa, sus propias figuraciones o aun «mundos irreales» pero
entonces, o bien querernos sugerir que atribuimos a esas entidades algún género de
existencia, o bien empleamos «conocer» en un sentido derivado, equivalente a «darse
cuenta», «percatarse».
Puede afirmarse pues que una condición necesaria -aunque no suficiente- de conocer
x, es que x exista. Con todo, podemos considerar esta condición incluida analíticamente en
«tener experiencia directa de x», si consideramos la existencia del objeto como condición
necesaria de la experiencia.
Sigamos un ejemplo. El que sabe muclias cosas sobre los Evangelios tiene con ellos
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Guía de autoaprendizaje
una relación cognoscitiva diferente a quien realmente los conozca. Aquél podrá citar frases
del texto, dar noticias de sus autores y fechas, de su composición, distinguir tal vez las distintas
variantes de los sinópticos. Quien los conoce tal vez no puéda hacer nada de eso; puede, en
cambio, comprender su mensaje central, captar su espíritu, interpretar variadas cuestiones a
su luz, sabe manejarlos, responder preguntas acerca del alcance y aplicación de su doctrina.
Que conocer los Evangelios no es saber muchas cosas acerca de ellos, sino poder distinguir
lo esencial de su doctrina, el «núcleo» del que puede desprenderse cualquier formulación
parcial. «¿Conoces a Hegel?» - «No. Sé algo de su filosofía, pero no puedo decir que lo
conozca.» Es decir, he leído algunas obras de Hegel o sobre sus ideas, pero no puedo
todavía integrar esos saberes a modo de comprender lo central de su doctrina y captar su
articulación interna. «Saber una lección» es distinto a «conocerla». Lo primero es poder
repetirla o exponerla parte por parte, lo segundo es haberla comprendido en su estructura, y
poder, en consecuencia, distinguir en ella lo importante, para exponerla como un conjunto
coherente.4 En su sentido más fuerte, conocer bien a alguien es captar su «personalidad»,
poder integrar en una unidad las experiencias que pueda tener de él. («¿Por qué me juzgas
así? ¡Tú no me conoces!»). Conocer no es una suma de saberes sino una fuente de ellos.
Conocer supone tener alguna «clave» para saber muchas cosas sobre algo, tener un modo
de relacionar cualquier saber de algo con los demás. El saber es necesariamente parcial, el
conocer aspira a captar una totalidad.
Por eso «conocer» tiene también, a menudo, el sentido de «reconocer», sentido que
nunca puede adquirir «saber». Mostrando una figura en una fotografía, pregunto: «¿Lo
conoces?», es decir: «¿Puedes integrar esta imagen en la experiencia más amplia que
tienes de esa persona?» «Después de dos meses de ausencia, su hijo no la conocía»: su
hijo no podía conectar la nueva experiencia parcial de su madre con las adquiridas de ella
con anterioridad. Notemos que, en estas frases, «conocer» es sustituible por «saber quién
(qué) es...» No saber quién es una figura en una foto es ser incapaz de enlazar esa imagen,
en la unidad de una sola persona, con otras que se hayan tenido anteriormente. «Conocer»
o «saber lo que es» un rasgo o una imagen es comprenderlos, no como algo aislado, sino en
una estructura de rasgos con los que forma una unidad.
A la pregunta «¿cómo conoces que es x?» o «¿cómo sabes lo que es?» -señala Austin
(1961, p. 52)- puedo responder «por su comportamiento», «por sus características», esto
es, puedo señalar una marca que en experiencias anteriores he visto siempre ligada a x, de
tal modo que, al verla ahora, me hasta para ligarla de nuevo a esa unidad x y reconocerld.
«Nuestra pretensión al decir que conocemos (es decir, que sabemos lo, que es) es reconocer:
y reconocer, al menos en esta especie de casos, consiste en ver o en sentir, uno o varios
rasgos que estamos seguros son similares a algo observado (y usualmente nombrado) an-
tes, en alguna ocasión anterior en nuestra experiencia.» Notemos que, en este párrafo, no
podemos traducir «knolwing» por «saber» sino por «conocer». Al enlazar un rasgo con otras
experiencias de un objeto y comprender que corresponde a él, ese rasgo se convierte en
característica del objeto y permite así distinguirlo de los objetos semejantes. No conocer
algo, en cambio, es «no saber qué es», es decir, no tener suficientes experiencias anteriores
de él para poder enlazar esa nueva percepción con otras del mismo objeto y distinguirlo.
Si «conocer» se distingue de «saber que. ..», también es diverso de «saber hacer. . .».
118
Usuarios de la Información
Entre «conocer»y «saber hacer» hay, sin embargo, ciertos puntos comunes. Ambos se refieren
a una capacidad o habilidad específica. Con todo, las capacidades que suponemos en
quien conoce son de tipo intelectual, teórico o reflexivo; «saber hacer», en cambio, puede
referirse a cualquier tipo de habilidades o capacidades, sean prácticas o teóricas, reflexivas
o no. «Conocer x» supone: «saber responder a varias preguntas sobre x», «saber describir
x», «saber relacionar los distintos aspectos de x en una unidad», etc., poder dar, en suma,
ciertas respuestas intelectuales adecuadas respecto de x.
A la inversa, «saber hacer» implica siempre algún «conocer». Puedo saber cocinar sin
saber recetas, pero no sin conocer los ingredientes culinarios; puedo saber hacer chistes
sin haber leído tratados humorísticos, pero no sin conocer el humor. Quien sabe tocar la
guitarra conoce mejor su instrumento que un tratadista de música, y saber arreglárselas en la
práctica requiere un conocimiento de cierta realidad.
119
Guía de autoaprendizaje
verdad de algo. En este sentido tan general, habría varias formas de «conocimiento»:
«saberque...», «aprehensión inmediata», «conocer» en sentido estricto (el estudiado en
este capítulo). Cada una de esas formas presenta condiciones diferentes.
1] Tener o haber tenido experiencias directas de x (y, por ende, que x exista).
Esta diferencia aparece si nos fijamos en el distinto sentido de las preguntas «¿cómo
sabes?» y «¿cómo conoces?» Ambas preguntarían por la justificación de mi pretensión a
saber o a conocer. A la primera puedo, a menudo, contestar aludiendo al modo corno he
llegado a adquirir un saber. «¿Cómo sabes que para Hegel el ser es igual a la nada?»-
«Porque lo estudié muchos años.» Pero una respuesta más adecuada sería: «Porque lo
dice en la Lógica.» En efecto, respondemos con mayor precisión al sentido de la pregunta
«¿cómo sabes?» si indicamos las pruebas objetivas en que se funda nuestro saber y no sus
antecedentes. «¿Cómo sabes que el sillón es rojo?» - «Porque lo acabo de ver.» «¿Cómo
sabes que César era calvo?» - «Porque lo dice Suetonio. «¿Cómo sabes que este teorema
es válido?» - «Porque se deduce de nuestros axiomas.» En cambio, la pregunta misma
«¿cómo conoces algo?» es poco usual; más bien preguntaríamos: «¿cómo conociste algo
o a alguien?», «¿cómo llegaste a conocerlo?» Y sólo sería pertinente contestar señalando
las vías, los procedimientos por los que llegué a ese resultado, exhibiendo, no las pruebas
de que conozco, sino la manera como llegué a una posición que me permitió conocer. «¿Cómo
conociste a Juan?» - «Fuimos compañeros de clase.» «¿Cómo conoces tan bien los
Evangelios?» - «Estudié en un seminario.» Al dar esas respuestas indico los antecedentes
que explican que tenga una experiencia determinada. Porque para conocer sólo puedo aducir
un tipo de razones: experiencias personales.
Austin distinguió entre dos maneras posibles de contestar a la pregunta «how do you
know?» que, en castellano, tiene la ambigüedad de ---¿córno sabes?» y «¿cómo conoces?»
A esa pregunta puedo contestar: «porque...» seguido de una cláusula, o «por...» seguido de
un sustantivo. Por ejemplo: «lo sé porque lo leí en un periódico» «o lo,conozco por sus rasgos
distintivos», «por su cabeza», «por su comportamiento». En el primer caso la respuesta
indica una prueba de mi saber, en el segundo, una señal de mi conocer. «En términos gen-
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Usuarios de la Información
erales -escribe Austin (1961, p. 54)- casos en que puedo ‘probar’ son casos en que uso la
fórmula ‘porque’; casos en que ‘conozco pero no puedo probar’ son casos en que nos
refugiamos en la fórmula ‘por’.» Pues bien, en términos igualmente generales, en castellano
tenderíamos a usar «saber» para los primeros casos, y «conocer» para los segundos.
Saber que p implica tener razones comprobables por cualquiera que tenga acceso a
ellas y las examine; si alguien pregunta «¿cómo sabes?» debo poder justificar mi saber
exhibiendo ante cualquiera pruebas comprobables. Conocer implica tener razones personales;
si alguien pregunta «¿cómo conoces x?» puedo contestar remitiéndome a una experiencia
reiterada de un objeto, o bien sefialando las causas de mi conocer: los antecedentes que me
llevaron a tener ciertas experiencias, las maneras en que pude percatarme de algo, mi
convivencia repetida con el objeto conocido, pero no puedo traer a colación pruebas
compartibles por el otro, que le suministraran a él el mismo conocimiento.
Afirmar que una persona «conoce que conoce» no tiene sentido, pero sí lo tiene aseverar
que alguien «cree o sabe que conoce». En el lenguaje ordinario son frecuentes expresiones
como las siguientes: «Creía conocerlo, pero ahora me doy cuenta de que no lo conozco»;
«Creo que conoce la India, no estoy seguro»; «No sé si lo conoce.» Pues bien, el conocer no
se justifica en razones objetivas, pero sí, el saber que se conoce.
Conocer x, dijimos, puede dar lugar a varios saberes acerca de x. Si conozco a Pablo,
puedo saber que Pablo es responsable; porque Herodoto lo conoció, sabemos algo acerca
del templo de Babilonia. Pero para inferir un saber a partir de un conocer, deben cumplirse
ciertas condiciones. Podemos poner en duda esa inferencia por dos tipos de razones: 1]
Porque no aceptemos que S efectivamente conozca x; 21 porque no aceptemos que su
conocimiento sea suficiente para justificar un saber sobre x.
Veamos el primer punto. Observamos que nuestro conocer puede ser más o menos
profundo, puede ser también ilusorio. A menudo creemos conocer algo o a alguien cuando,
en realidad, no lo conocemos. ¿Cómo justificar que efectivamente conocemos? ¿Cuándo
podemos afirmar que sabemos que alguien conoce? Para justificar ante mí mismo que
efectivamente conozco algo debo, a menudo, contrastar una experiencia con otras, ponerlas
a prueba en diferentes ocasiones, hasta poder inferir con seguridad que no puede darse una
experiencia suplementaria que revocara mi conocimiento: sólo entonces estoy justificado en
aseverar que sé que conozco algo y no sólo que creo conocerlo.
Pero ¿cómo justificar ante los demás mi conocer, cuando ellos no han tenido mis mismas
experiencias? Lo que podemos justificar ante otros, en rigor, es nuestra creencia o saber de
que conocemos. Si alguien pone en duda nuestra pretensión de conocer x, podemos justificarla
de varias maneras: 1] Indicando las circunstancias, ocasiones, procedimientos o maneras
en que obtuvimos el conocimiento de x. 2] Respondiendo preguntas, resolviendo cuestiones
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Guía de autoaprendizaje
sobre x, que suponen que lo conocemos, es decir, demostrando que sabemos que x tiene
tales o cuales propiedades. 3] Mostrando un comportamiento ante x que supone que lo
conocemos, es decir probando que sabemos hacer cosas con x. Para demostrar que conozco
el ajedrez sólo tengo tres caminos: indicar cuándo y cómo aprendí el juego, describir una
serie de datos sobre él o ponerme a jugarlo con pericia. En ninguno de estos casos, transmito
mi experiencia directa de ese juego, sólo indico los antecedentes o consecuencias de mi
conocer, de los cuales se puede inferir que efectivamente conozco. Antecedentes y
consecuencias pueden fungir corno razones en que se base la creencia o el saber que los
demás tienen de mi conocimiento. No funcionan como razones de que el otro conozca, sino
de que crea o sepa que yo conozco. Si un sujeto B comprueba que A conoce el juego de
ajedrez porque sabe jugarlo, no diremos que, por esa razón, B conoce que A conoce el
ajedrez, sino que B sabe que A conoce ese juego. Justificar un conocimiento ante los demás
es, en verdad, justificar la creencia o el saber de un conocimiento,
En cambio justificar ante los demás nuestra creencia de que tenemos un conocimiento,
no implica transmitir éste. Si alguien, digamos A, trata de justificar ante otro, sea B, su
conocimiento de x, B puede saber que A conoce x, esto es, B puede tener razones
objetivamente suficientes para aseverar que A conoce x, pero no por ello comparte el
conocimiento de A; B no conoce a su vez lo que A conoce. Para ello B debería colocarse en
circunstancias semejantes a A y tener experiencias similares. El conocimiento, a diferencia
del saber, no es directamente transmisible.
Cualquier saber es compartible; nadie, en cambio, puede conocer por otro, cada quien
debe conocer por cuenta propia. El conocer es intransferible. Por ello la relación de
conocimiento no es transitiva. Si A conoce x y B sabe que A conoce x, no se sigue que B
también conozca x. Sólo hay una forma indirecta de transmitir el conocimiento: colocar al
otro en una situación propicia para que él mismo lo adquiera. Conocer es asunto
estrictamente personal. Por ello los saberes pueden consignarse en discursos razonados y
anónimos, el conocer requiere, en cambio, del testimonio de quien conoce.
Por otra parte, conocer un objeto puede ser una razón suficiente para creer o para
saber algo acerca de él. Un conocimiento, propio o ajeno, puede justificar una creencia.
Puedo creer, por ejemplo, en las virtudes de una persona, porque yo mismo u otro! la conozcan
más o menos superficialmente. Pero que S conozca x sólo podrá ser razón para un saber
acerca de x, si se cumplen dos condiciones:
Primera: Si sabemos que S conoce x; esto es, si podemos dar razones suficientes
para cualquier sujeto epistémico pertinente, de las cuales se infiera que efectivamente S
122
Usuarios de la Información
conoce x.
Si A dice que Pablo es responsable porque lo conoce, B sólo podrá aceptar que A sabe
que Pablo es responsable, si él mismo u otro sujeto cualquiera puede comprobar que A
efectivamente conoce bien a Pablo, cosa que podrá hacer al cerciorarse de las ocasiones
en que A pudo obtener ese conocimiento o de las muestras que dé de tenerlo. Si no puede
comprobar el conocimiento que A tiene de Pablo, B no podrá afirmar que A sabe, sino sólo
que cree saber.
Segunda: No hasta que sepamos que alguien conoce un objeto para aceptar que sabe
todo lo que él cree saber sobre ese objeto. Porque el conocer se basa en experiencias
personales que podrían mostrarle a un individuo propiedades incomprohables por otros. El
conocimiento personal de un individuo puede ser fuente de descubrimiento de muchas
verdades, pero éstas sólo tendrán el rango de saberes si pueden justificarse en razones
comprobables por cualquiera. Sé que Pablo es responsable no sólo si efectivamente lo
conozco, sino también si mi conocimiento me permite señalar comportamientos de Pablo
comprobables intersubjetivamente, que justifiquen mi aserto. Así, ni las razones para saber
que alguien conoce un objeto, ni las razones de los saberes acerca de ese objeto, fundadas
en un conocer, pueden ser datos privados del cognoscente. Unas y otras tienen que ser
razones públicas, comprobables en principio por cualquier sujeto pertinente. En ellas se
funda el saber testimonial.
Saber testimonial
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Guía de autoaprendizaje
sabe sobre x cosas que sólo pudo saber, de haberlo conocido. Creemos que Herodoto viajó
a Babilonia porque sus descripciones detalladas de lugares y costumbres nos inducen a
pensarlo, pero que éstas sean veraces sólo podemos comprobarlo por razones distintas a
su propio testimonio.
Por último podemos saber que A conoce x porque observamos que sabe hacer cosas
con x. Un mercenario ateniense pudo convencerse de que Herodoto conocía Babilonia, al
verlo recorrer sin perderse sus callejuelas tortuosas.
Las razones anteriores podrían bastar para saber que el otro conoce, ¿bastarían también
para aceptar su testimonio sobre x? Aún no. Porque, aun conociendo x, A podría tener interés
en aseverar sobre x cosas que no son ciertas. Si sabemos que A conoce x y A asevera el
enunciado «p» acerca de x, no por ello tenemos razones suficientes para saber que p; antes
tenemos que demostrar que A es testigo fidedigno. Lo cual podemos hacer de muchas
maneras. La crítica histórica las ha sistematizado con cuidado. Algunos son criterios negativos:
no hay razones para pensar que A tenga interés en mentir, nada lleva a atribuirle una índole
engañosa; otros son positivos: observaciones ajenas confirman su veracidad, su testimonio
concuerda con otros, tiene reputación de hombre honesto, lo ha demostrado en otras
ocasiones, etcétera.
Pero aun si tenemos razones suficientes para saber que A conoce x y que es fidedigno,
no bastan para que sepamos cualquier proposición «p» acerca de x, formulada por A. En
efecto, puesto que el conocer de A se funda en experiencias personales, puede justificar
certezas de A acerca de x, pero sólo será fundamento de un saber, si «p» es comprobable
intersubjetivamente. Aun de buena fe, A podría tomar por propiedades objetivas una simple
aprehensión subjetiva, tal vez ilusoria, del objeto. No es menester, por supuesto, que esas
propiedades sean efectivamente comprobadas por otros sujetos, sino que sean, por principio,
comprobables. Para ello, deben ser públicas y no privadas. Creemos las descripciones que
nos da Herodoto sobre cultivos o ciudades porque cualquier otro viajero hubiera podido
comprobarlas; somos suspicaces, en cambio, frente a las manifestaciones de sus impresiones
subjetivas. Intentamos incluso poner a prueba el testimonio de un relator con el de otros que
hubieran observado lo mismo, es que aceptarlo como fuente de saber. Para creer la palabra
de un testigo, hasta que sepamos que conoce y que es fidedigno; para saber lo que asevera,
es menester además que su juicio sea justificable por quienes estén en situación de
comprobar su verdad.
124
Usuarios de la Información
Luego, 2] A conoce x,
4] A es persona fidedigna,
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Guía de autoaprendizaje
otras razones. Una vez justificado “A conoce x” y “A es fidedigno”, B puede dar por
objetivamente justificadas otras aseveraciones “{q1, q2, q3, ... qn}” acerca de x, que el mismo
B ya no tiene necesidad de comprobar con independencia de la aseveración de A. Así, B
puede saber muchas cosas acerca de x, sin tener que fundarlas en su propio conocimiento.
Ahora bien, los conjuntos “{p1, p2, p3, ... pn}” y “{q1, q2, q3, ... qn}” pueden tener miembros en
común: una aseveración puede justificarse, a la vez, por el testimonio de A y porque se funde
en otras razones. Pero “{q1, q2, q3, ... qn}” comprende muchos miembros que no están incluidos
en “{p1, p2, p3, ... pn}”. Herodoto nos dijo algunas cosas sobre Babilonia que hemos podido
comprobar por nosotros mismos o por el testimonio de otros autores; gracias a ellas podemos
aceptar muchas otras, basadas sólo en su testimonio.
Una inmensa parte de nuestros saberes está fundada en el conocimiento ajeno, no sólo
acerca del pasado, también acerca de lo que ahora acontece en el mundo. Nuestio saber
cotidiano se va construyendo al través del enlace de nuestras propias experiencias con el
testimonio de las ajenas. El saber científico de una comunidad, por su parte, se levanta
sobre los conocimientos compartidos y contrastados de muchos de sus componentes. Así,
no sólo el saber, también el conocer supone una actividad comunitaria.
Conocimiento en general
Partimos del saber proposicional. Pero hemos visto que el conocimiento no puede
reducirse a él. El conocimiento en general comprende varias formas; saber es sólo una de
ellas. Sin embargo, por distintas que sean las formas de conocimiento que estudiamos, han
mostrado relaciones estrechas que permiten e3perar la existencia de rasgos comunes.
Tratemos de precisarlos. ¿Hay propiedades comunes a cualquier forma de conocimiento?
126
Usuarios de la Información
conocimiento. Su semejanza con los conceptos epistémicos es, en efecto, puramente ver-
bal. “Saber hacer” no se refiere a alguna actividad por la que el sujeto alcance la realidad y
se determine por ella; designa, antes bien, un conjunto de habilidades para ejecutar ciertas
acciones coordinadas; aunque éstas puedan ser señal que nos permita reconocer
conocimientos en una persona, ellas mismas no son conocimiento.
Las relaciones de este concepto con el conocimiento personal son aún más estrechas.
La aprehensión inmediata es una condición necesaria -aunque no suficiente- de la
experiencia. Es pues una actividad que permite adquirir un conocimiento; pero si por
conocimiento entendemos un estado de un sujeto, no podemos llamarla a ella misma
“conocimiento”, como tampoco llamaríamos “conocimiento” al proceso de justificación que
conduce a un saber. “Aprehensión” designa una ocurrencia que permite a un sujeto adquirir
la propiedad de conocer: el conocimiento es el resultado de esa acción, no la acción misma.
Por otra parte, la aprehensión inmediata no es condición suficiente para saber ni para conocer,
pues uno y otro requieren, según vimos, condiciones adicionales.
127
Guía de autoaprendizaje
conoció, por fin, la miseria”); o bien empleamos “conocer” en el sentido de “reconocer” (“Al
verlo, lo conocí de inmediato”). Con todo, cuando usamos “conocer” para referirnos a una
propiedad de una persona, designamos una disposición interna, que puede o no manifestarse
en actos, que puede incluso permanecer latente. Al igual que “creer", “conocer" se parece
más a algo que se “posee”, que a algo que se “tiene". Quien conoce una ciudad, a una
persona, no precisa tenerla en mente de continuo, hasta encontrarla de nuevo para tener
hacia ella un comportamiento adecuado. Al igual que el que cree, quien conoce tiene lo
conocido por parte del mundo y está dispuesto a comportarse tomando en cuenta su
existencia, aunque a menudo deje de tenerla presente.
Tanto el saber como el conocer pueden considerarse, por lo tanto, como formas de
creencia. A semejanza del saber y de la creencia proposicional, el conocimiento personal
supone -el haber aprehendido en algún momento el objeto o situación objetiva conocidos; a
diferencia del saber y de la creencia proposicional, exige que esa aprehensión sea personal
ydirecta.
Segunda: En el capítulo tercero vimos cómo la distinción entre los conceptos epistémicos
y otros conceptos disposicionales, respondía al interés por orientar nuestras acciones de
acuerdo con la realidad, a modo de asegurar su eficacia. Pues bien, el conocimiento, en
cualquiera de sus formas, satisface ese interés. Tanto al saber como al conocer, obtenemos
la garantía de que nuestras disposiciones estarán determinadas por lo que realmente existe
y no por lo que simplemente creemos que existe. La diferencia está en que el saber exige
una garantía objetiva, válida para cualquiera, el conocer, en cambio, se acompaíla de una
garantía personal. Pero tanto al saber como al conocer, estamos en condición de realizar,
con nuestras acciones, nuestros fines. Ambos son guías seguros en la práctica. Por eso el
acierto reiterado en la práctica permite comprobar que efectivamente se sabe o se conoce.
128
Usuarios de la Información
nuestras razones con puntos de vista distintos y considerar alternativas posibles, antes de
aceptarlas como fundamentos seguros; sólo cuando comprobamos que resisten ante razones
en contra, sabemos. En el conocer, debemos confirmar una experiencia con experiencias
sucesivas, de modo que todas puedan integrarse en una unidad; sólo cuando comprobamos
que las experiencias concuerdan, conocemos. En uno y otro caso, las razones o las
experiencias comprobadas nos dan la garantía, objetiva o personal, para acertar con la
realidad.
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Guía de autoaprendizaje
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
130
Usuarios de la Información
Se explica en forma breve, cómo llevar a cabo las funciones tradicionales de las
bibliotecas, aplicando las nuevas temologías en los últimos años. Además se describen
brevemente en qué consisten los multimedia.
How to carry on traditional library functions with the application of the new technologies
developed in the last ycars, is explained briefly. Also are described in a very short way what
are multimedia.
Introducción
Se afirma, en Psicología, que el comportamiento de una función que depende del entorno
y de la persona. Si consideramos que el desarrolló alcanzado por las tecnologías de
información conforma el cambio más radical del medio ambiente humano, podremos
comprender el por qué de su importancia para nuestra sociedad (1).
Cada vez más información, como conocimiento, se constituye en eje central del cambio
hacia la nueva sociedad. Es recurso y objetivo, causa y efecto, del desarrollo vertiginoso de
las tecnologías de información.
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Guía de autoaprendizaje
Debemos enfrentar, con inteligencia y creatividad, los retos que impone la realidad. En
nada ayudará una actitud de avestruz, el abismo seguirá creciendo. Para Tom Peters "la
excelencia es optimista. Es creer que algo es posible, que vale la pena luchar por ello; es
confiar en los demás (5).
En bibliotecas
Pero es en los ochenta, con el surgimiento del IBM-PC, que este mercado de tecnologías
y servicios de información expande sus fronteras, para llegar a bibliotecas de modestos
recursos financieros, pequeñas empresas y, sobre todo, a usuarios finales. En 1985 se intro-
duce al mercado el CD-ROM (Compact Disk-Read Only Memory) para brindar un formi-
dable soporte a grandes bases de datos y cualquier otro producto informativo voluminoso.
Así quedaba garantizado el soporte de los futuros productos multimedia. También en ese
decenio comienzan a ofertarse los primeros sistemas hipertextuales para
microcomputadoras, un componente básico para el surgimiento de otro producto aún
sorprendente: el hipermedia.
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Usuarios de la Información
Adquisición
Control bibliográfico
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Guía de autoaprendizaje
Almacenamiento
Servicios
Geslión administrativa
Una biblioteca que utilice adecuadamente las tecnologías de información podrá realizar
una gestión más eficiente y menos rutinaria. La captación de datos estadísticos será
automática. El control de la circulación tendrá un alto nivel de automatización (usando códigos
de barras) y posiblemente el acervo bibliográfico será muy pequeño. Si las colecciones son
pequeñas el personal será poco. Así el control presupuestario y el análisis estadístico
absorberán el mayor esfuerzo, permitiendo alcanzar una adecuada planificación estratégica
y servicios de excelencia.
Muffimedia
Sería inconcebible tratar el tema de las tecnologías de información sin dedicar un acápite
de los multimedia, que para Steve Floyd «es simplemente el próximo paso para vivir y trabajar
en una sociedad rica en información» (10)
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Usuarios de la Información
Diversos estudios realizados por IBM (11) acerca de la cantidad de información que
podemos retener a través de nuestros sentidos, muestran que se retiene a corto plazo
alrededor de 10% de lo que se ve, 20% de lo que se escucha, 40% de lo que se ve y escucha
y 75% de lo que se ve, escucha y se lleva a la práctica.
También se ha escrito bastante del hipermedia, que para la doctora Chen «existen el
concepto hipertexto de enlaces no lineales y no secuenciales de material textual a todas las
formas de materiales que pueden ser digitalizadas para almacenar y recuperar a través de
sistemas computacionales, incluyendo imágenes, sonidos, gráficos y animación...» (12)
Las bibliotecas pueden usar los multimedia/hipermedia desde dos puntos de vista:
Conclusiones
Académicamente, en esta parte del trabajo, debiera relacionar las conclusiones sobre
el tema tratado, pero se compartirán algunas reflexiones, que no siempre serán conclusivas
y originales.
135
Guía de autoaprendizaje
En ese contexto, nuestros países deben realizar esfuerzos que les permitan, al menos,
utilizar eficientemente la alta tecnología generada en los países desarrollados. Para ello es
necesario disponer de recursos financieros, pero también de especialistas y ejecutivos
debidamente preparados para enftentar el cambio, con una visión estratégica correcta.
Se puede tomar INTERNET como referencia, por incluir a los más avanzados. Se observa
como, en contextos universitarios, convergen las infraestructuras informáticas y las instituciones
de información, para integrar una oferta común de servicios informáticos, docentes y de
información. Es la mejor manera de hacerse útiles, necesarios y atractivos. Las bibliotecas
harán un mejor uso de sus colecciones, sus servicios serán accesibles a mayor cantidad de
usuarios, podrán complementarse con los fondos de otras instituciones y acceder a nuevos
servicios muy necesarios. Los centros de cálculo verán aumentar la utilización de sus redes
locales y campus, brindarán soporte infraestructural, de asesoramiento, consultoría y
adiestramiento a mayor número de usuarios e instituciones.
El papel del bibliotecario será positivamente afectado porque, cada vez más, tendrá
que actuar como interfase inteligentemente selectiva entre el gran universo de información
disponible y la necesidad intelectual del trabajo de creación del usuario-especialista.
Referencias
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Usuarios de la Información
9) Ibidem.
10) Floyd, S. The IBM multimedia handbook. New York, Brady, 199 1.
13) Ibidem.
Bibliografía
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Recibido: 27 de noviembre de 1994.
137
Guía de autoaprendizaje
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Usuarios de la Información
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
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Guía de autoaprendizaje
«Su bibliotecario tendría que ser, sobre todo, un versado y profundo teólogo; pero a
esta calificación que llamaré fundamental, debe unirse una vasta adquisición literaria, un
conocimiento exacto y preciso sobre todas las artes y ciencias, gran facilidad de expresión
y, finalmente, esa exquisita cortesia que concilia el afecto de sus visitantes mientras que su
mérito le asegura también la estima». 1
Tal era el perfil del bibliotecario que dibujaba Jean-Baptiste Cotton des Houssayes para
la asamblea general de la Sociedad de la Sorbonne en diciembre de 1780, y que en términos
generales representa la imagen del bibliotecario desde los bibliotecaríos-eruditos-curas del
mundo antiguo hasta los doctos bibliotecarios norteamericanos de la segunda parte del
siglo XIX. Y no fue sino hasta el momento en que el movimiento por una educación popu lar
empezó a tener una aceptación general y que la emancipación de la mujer llevó a las jóvenes
a buscar carreras bibliotecarias, cuando este venerable prototipo cambió sustancialmente.
Esta transición ofrece un fértil campo a la exploración del historiador social.
El peligro yace en el hiato entre el cambio destructivo y las innovaciones que toman su
lugar: cuando «la gente no sabe lo suficiente para reconocer sus limitaciones pero sabe
140
Usuarios de la Información
demasiado para seguir lealmente la dirección d.- líderes mejor calificados». 4 La principal
tarea de la educación es llenar el vacío entre los cambios que destruyen y la innovación que
crea aquello que suplantará a lo viejo. El bibliotecario, si es que ha de satisfacer las
necesidades de una nueva sociedad, debe pensar mejores soluciones que las diseñadas
por el viejo carretero que remendaba el arnés después de que se habían ido los caballos.
Todas las especializaciones de la biblioteca, de uno u otro modo, sirven a fines sociales,
141
Guía de autoaprendizaje
por tanto es en la biblioteca como instrumento de la sociedad en donde deben buscarse los
universales que fundamentan la profesión.
El uso, en el sentido de que algo de lo que un lector ha leído ha tenido impacto sobre la
sociedad, y es por tanto un asunto de interés para la sociedad, ocurre más allá del punto en
el que el bibliotecario pone el libro, registro gráfico o información, en las manos del lector. Si
este suceso particular ha de volverse una gota en el consorcio del conocimiento acumulado
debe hacer algún impacto, el libro o la información deben «hacerle algo» al lector, aunque
esto no necesite tomar la forma de una acción abierta a ser expresada de ese modo. Un
cambio dentro del individuo, una profundización o un enriquecimiento de la calidad de la
experiencia de una sola vida, es una contribución, y con frecuencia una contribución muy
importante para la sociedad. Ciertamente nuestra cultura está orientada de tal modo que la
calidad de una civilización se mide por el grado en que suministra este enriquecimiento,
esta oportunidad para el desarrollo propio de sus miembros. Y sin embargo, la esterilidad, o
no, de esta relación entre el libro y el lector, está en su mayor parte más allá del control del
bibliotecario, una vez que el libro ha alcanzado a su lector. Lo mejor que el bibliotecario
puede hacer para facilitar un contacto fructífero es utilizar cabalmente todos sus recursos
para hacer, en la medida de lo posible, que los mejores materiales para el propósito particu-
lar encuentren su camino hacia el lector. Las políticas de selección, los métodos de
organización y los medios de interpretación deben elegirse teniendo esto en cuenta; esta es
la norma por la que ha de juzgarse el conocimiento que el bibliotecario debe tener, si es que
ha de desempeñar sus actividades profesionales adecuadamente.
Ha sido desde hace mucho un axioma de la profesión, que el bibliotecario no puede ser
responsable de evaluar el valor de los materiales que pone en manos de su cliente, que el
bibliotecario no es, y no puede ser, un especialista en temas. Por lo tanto, se ha argumentado,
el bibliotecario debe dar en extensión lo que no puede lograr en profundidad; hay inocuidad
en los números y a partir de ese punto el lector debe «hacer su propia evaluación». No
obstante, hace casi medio siglo, James I. Wyer defendía el punto de vista exactamente
opuesto. En su tratado sobre el servicio de consulta, Wyer es muy crítico de aquellos
bibliotecarios que se contentan meramente con guiar al lector en cuanto al uso de los recursos
bibliográficos que siministra la biblioteca. El rechaza como conservadores a aquellos
bibliotecarios que mantienen que el primer deber del bibliotecario es adquirir y organizar los
materiales de la biblioteca y «ayuda? al usuario a ayúdarse a sí mismo. "Interpretar", escribió,
«parece un verbo mucho más exacto y satisfactorio que ayudar, auxiliar o socorrer... Lo que
el primer verbo connota no es sólo menos mecanismo y más humanismo; sugiere
escrupulosidad (aun en la ayuda) contra superficialidad; más que un comité directivo; en una
palabra, comprensión.»5 Wyer apoya su punto de vista con este pintoresco ejemplo «El
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Usuarios de la Información
lechero de Gloversville que, con un ojo en su caballo y carreta enfrenada, pidió a gritos, a
través de la puerta de la biblioteca pública, «un libro que cure a mi mejor vaca», nunca le
hubiera dejado $70 000 dls. a la biblioteca si en ese entonces le hubieran dicho: «consulte el
catálogo y busque Vacas», para terminar torpemente yendo de una referencia a otra entre
Ganado, enfermedades del, Terapéutica bovina, etc.»6
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Guía de autoaprendizaje
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Usuarios de la Información
EVOLUCION HISTORICA
Durante décadas y décadas los profesionales de las ciencias documentarias han estado
preocupados y ocupados en intentar asimilar, ordenar y disponer toda la documentación e
información que se iba produciendo. Se hablaba del usuario y de los servicios que se le
debían facilitar con la mirada vuelta hacia el propio funcionamiento del centro documentario,
sin pensar realmente en el usuario como verdadero cliente. Así, han surgido catálogos,
bibliografías, thesauros, reglas de catalogación, técnicas de indización... y tantos otros
procedimientos de trabajo, consistentes precisamente en tratar de tener los documentos y
su contenido dispuesto para su uso... Pero, su uso, ¿por quién? Quizá por los mismos
profesionales documentaristas, como intermediarios entre el producto bruto materia prima y
el producto final - elaborado, que luego deberá ser consumido.
Este producto final-elaborado no era -no es aún todavía hoy-, el que el cliente, usuario,
necesita y de ahí que tampoco lo consuma. Quizá un investigador, para quien las necesidades
de información son menos concretas, una lista de referencias bibliográficas, con o sin
resumen, pueda serle útil. Le proporcionará una visión de conjunto con respecto a su campo
de investigación. Para un ingeniero de una fábrica, esa misma lista de títulos de trabajos,
con referencia a su lugar de publicación, poco le dice. Tal vez nada. Necesita otro tipo de
informaciones y datos. Al ponerse en funcionamiento las bases de datos, que requieren
grandes inversiones, es cuando ha empezado a pensarse seriamente en ese usuario,
individuo trabajando en una empresa, de no importa qué tipo, que es quien realmente necesita
la información. Esto es lo que ha dado lugar a la creación de los bancos de datos factuales
y a las bases de datos textuales, por ejemplo.
Durante décadas la atención de los productores de información, principalmente de los
creadores de bases y bancos de datos, se ha fijado en los servicios de documentación,
bibliotecas especializadas, fuesen privadas o estatales. Eran los usuarios reales, quienes
luego facilitarían datos, documentos, publicaciones de resúmenes... a los usuarios potenciales.
De unos pocos años a esta parte la atención se centra en quién realmente ha de utilizar
la información -el usuario final-. Sobre todo se tiene en cuenta que ese usuario está pudiendo
acudir, cada vez con más facilidad, directamente a las bases de datos, prescindiendo de
aquel intermediario.
Hoy en día, la preocupación se -fija en la educación de ese usuario final. Más bien de lo
que se trata es de intentar crearle la costumbre de acudir a las fuentes de información como
medio para resolver sus problemas, dudas y cuestiones.... no sólo de trabajo, sino también
de ocio o esparcimiento.
Aquí vamos a tratar este tema desde el punto de vista del usuario y también del
profesional de las ciencias de la documentación.
POSTURA DEL USUARIO FRENTE A LA INFORMACION
Recapacitando sobre la infrautilización de los servicios documentarlos de cualquier tipo
se nos ocurre pensar que es debido a cierto recelo, a cierta desconfianza en su utilidad que
los usuarios sienten hacia ellos. Mas no todos son desconfiados. Por tanto, tendremos que
admitir que nos encontramos ante dos grupos de usuarios:
- los confiados,
- los desconfiados.
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Guía de autoaprendizaje
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Usuarios de la Información
y otros tipos de informaciones para mantener al día a sus clientes reales o potenciales. Sin
embargo, no siempre resultan todo lo útiles que podrían ser. La mayor parte de las veces, las
causas hay que buscarlas en la falta de comunicación entre documentarista y usuario. Si
éste no exterioriza sus apetencias de información, mal puede aquél complacerle. Aunque no
siempre es achacable la responsabilidad al usuario. Cada caso será diferente.
-El usuario desconfila de la eficacia de las informaciones que recibe por
desconocimiento de las posibilidades del centro que los envía.
Otro matiz, y quinto en nuestro caso, digno de tenerse en consideración es la creencia
de que el documentarista no va a comprender los problemas del usuario. Es completamente
humano pensar que nuestro tema de trabajo es el más importante y que sólo nosotros somos
capaces de entenderlo eficazmente. Y esto se agudiza cuando se trata de un especialista.
Pongamos por caso, un ingeniero electrónico, o un médico cardiólogo. Es muy posible que
piensen que un triste documentarista o bibliotecario es incapaz de comprender los temas
que trata y por tanto de proporcionarle la información adecuada.
Sólo cuando ese ingeniero electrónico, o ese médico cardiólogo, se siente frente a otro
ingeniero electrónico, o a otro médico cardiólogo que le ofrezca documentos e informaciones
confiará en ellas. De aquí lo siempre repetido de que el profesional documentario debe ser
a su vez especialista en los temas sobre los que ofrece información.
-El usuario desconflia de la eficacia de las informaciones que puede recibir porque
cree que el documentarista no comprende sus problemas de trabajo.
Todavía cabe hacer mención de un sexto matiz, de reciente consideración, que afecta al
uso de los sistemas de información en línea.
Con la introducción de los microordenadores y de los ordenadores personales en los
lugares de trabajo, los investigadores y otros tipos de empleados pueden tener acceso directo
a esas máquinas. Se ha notado un gran recelo a optar por su utilización. Se muestran
misteriosas y desconocidas. Hay que dirigirse a ellas en lenguaje cifrado -palabras clave-
descriptores- que el ordenador debe poder descifrar. Y aunque podamos conversar con él,
siempre estaremos temerosos de recibir cualquier contestación fuera de tono*. Tampoco
tendremos la seguridad de que la información obtenida es realmente pertinente. Además, la
gran cantidad de datos nos puede abrumar y hacernos sentir impotentes para obtener aquéllo
que verdaderamente necesitamos.
-El usuario desconfla de los servicios de información en línea porque no los conoce.
No conoce su estructura y su composición.
Se podrían seguir enumerando algunos otros matices causantes de esta desconfianza.
No obstante, de momento, parecen suficientes para tratar este tema.
Las causas de desconfianza se pueden agrupar en
- causas internas (propias del usuario),
- causas externas (al usuario).
CAUSAS PROPIAS DEL USUARIO
Efectivamente, es un hecho demostrado que el usuario es desconfiado en lo que se
refiere a la utilidad de las informaciones que recibe; sin embargo, necesita informarse.
147
Guía de autoaprendizaje
Ese usuario tiene sed de información, es una necesidad inherente a su campo de trabajo,
y más cuando realiza cualquier actividad concreta. Se podría postular que siente la inquietud
de informarse.
Además, el usuario teme:
- no estar al día,
- tomar decisiones inadecuadas,
- utilizar métodos y sistemas convencionales, o tal vez, anticuados,
- no poder leer todo lo que se publica,
- ignorar asuntos primordiales;
es decir, tiene un cierto temor a no estar suficientemente informado. Y tiene que resolver
esta situación. Ante ella, toma sus propias medidas, lo que equivale a decir que busca la
solución procurando autoinformarse.
En los medios científico-investigadores es bien común el caso de colegas que trabajan
en el mismo tema y que se mantienen informados por medio de cartas, informes, conferencias,
comunicaciones presentadas a reuniones especializadas..., documentos que se intercambian
entresí.
En los medios industriales y técnicos el sistema postal no es tan común; pero sí el de
remitirse mutuamente informes, o celebrar conferencias, reuniones especializadas,
congresos...
Tanto unos como otros, limitan al máximo su campo de trabajo y manejan, además de
los documentos antes citados, unas pocas revistas muy especializadas, algunos boletines
de resúmenes y las publicaciones críticas selectivas. Ellos llevan su propio control de los
documentos que manejan, en algunos casos difíciles de conseguir por medios públicos, ya
que no salen a la luz. Sólo recurren a los centros de documentación en casos extremos,
incluso cuando se trata de los servicios de documentación de la propia institución donde
trabajan.
Efectivamente, científicos o empleados de una empresa determinada tienden a
autoinformarse y sin embargo cada vez va resultando más complicado, precisamente por el
aumento constante de documentos e informaciones que salen a la luz día a día. El usuario se
encuentra en un estado, no sólo de desconfianza, sino también de desconcierto.
La solución está en manos de los profesionales documentarlos, cuya misión última debe
ser hacer que su trabajo fructifique, sea bueno y eficaz, atrayéndose a sus clientes. Por un
lado, deberá procurar
- estudiar al usuario,
- educar al usuario.
Tanto una cuestión como otra han sido suficientemente debatidas a lo largo de los años,
aunque las soluciones todavía no hayan dado resultados satisfactorios.
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Usuarios de la Información
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Guía de autoaprendizaje
PROLOGO
En muchos aspectos, este libro es un complemento del titulado The Singer of Tales, de
Albert B. Lord. El profesor Lord ha continuado la obra de Milman Parry, cuyos estudios sobre
Homero lo llevaron a considerar cómo la poesía oral y la escrita han seguido, naturalmente,
modelos y funciones diferentes. Convencido de que los poemas de Homero fueron
composiciones orales, Parry «se impuso la tarea de probar incontrovertiblemente, si fuese
posible, el carácter oral de los poemas, y a tal fin pasó a estudiar la épica yugoslava ». El
estudio de esta épica moderna lo hizo, explica, «para fijar con exactitud la forma de la poesia
narrativa oral... El método fue observar a los recitadores de una medrada tradición de cantos
no escritos, y ver cómo la forma de éstos depende del hecho de que han de aprenderlos y
practicar su arte sin leer ni escribir».1
Como los estudios de Milman Parry, el libro del profesor Lord es completamente ínsito
y adecuado a nuestra era eléctrica. La galaxia Gutemberg tal vez podrá ayudar a explicarlo.
Estamos hoy tan adentrados en la era eléctrica como los isabelinos ingleses lo estaban en
la era tipográfica y mecánica. Y estamos experimentando las mismas confusiones e
indecisiones que ellos padecieron al vivir simultáneamente en dos formas contrapuestas de
sociedad y experiencia. Y si los isabelinos se hallaban irresolutos entre la experiencia de las
corporacíones medievales y el individualismo moderno, es el nuestro el inverso problema de
vemos confrontados por una tecnología eléctrica que parece dejar anticuado al individualismo
y hacer obligada la interdependencia corporativa.
Patrick Cruttwell ha dedicado un completo estudio (The shakespearean moment) a las
estrategias artísticas nacidas de la experiencia isabelina de vivir en un mundo dividido, en
disolución y resolución al mismo tiempo. También nosotros vivimos en un momento tal, de
interacción de culturas en conflicto, y La galaxia Gutenberg trata de señalar el modo en que
las formas de experiencia, de perspectiva mental y de expresión, han sido alteradas primero
por el alfabeto fonético, y por la imprenta después. La tarea que Milman Parry se impuso con
respecto a las formas, en contraste, de la poesía oral y de la escrita, se extiende aquí a las
formas de pensamiento y de organización en la experiencia social y política. Resulta difícil
explicar por qué hace tiempo ya que los historiadores no han llevado a cabo tal estudio de la
divergente naturaleza de las organizaciones sociales «oral» y «escrita». Quizá se deba esta
omisión, simplemente, a que el trabajo no pudiera hacerse hasta que dos formas de
experiencia oral y escrita, en conflicto, volvieran a coexistir, como ahora ocurre. Tanto viene a
decir el profesor Harry Levin en su prefacio a The Singer of Tales, del profesor Lord (pág.
XIII):
El término "literatura", al presuponer el empleo de la letra, da por entendido que las obras verbales de
maginación se transmiten por medio de la escritura y la lectura. La expresión Iiteratura oral es evidentemente
contradictoria. Sin embargo, vivimos en unos tiempos en que la capacidad de leer se ha hecho tan general
que difícilmente puede invocarse como criterio estético. La palabra, hablada cantada, junto a la imagen
visual del locutor o cantor, ha venido recuperando su dominio gracias a la ingeniería eléctrica. Una cultura
basada en el libro impreso, que ha prevalecido desde el Renacimiento hasta hace poco, nos ha legado -a
más de inconmensurables riquezas- esnobismos que deberíamos dar de lado. Debemos dirigir una nueva
mirada a la tradición, y considerarla, no como la inerte aceptación de un cuerpo fosilizado de temas y
convenciones, sino como el hábito orgánico de re-crear lo que nos fue legado y hemos de legar a otros.
La omisión de los historiadores, al no estudiar la revolución provocada por el alfabeto
fonético en las formas de pensamiento y de organización social, tiene su paralelo en la
historia socio-económica Ya en 1864-1967, Karl Rodbertus elaboró su teoría de la «vida
económica en la antigüedad clásica». En Trade and Market in the Early Empims (pág. 5),
Harry Pearson describe así su innovación:
No se ha apreciado bastante esta modernísima interpretacion de la función social del dinero. Rodbertus se
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Usuarios de la Información
dio cuenta de que la transición desde una "economía natural" a una "economía del dinero" no fue una
simple cuestión técnica, resultante de que el intercambio fuese sustituido por la compra con moneda.
Insistió, por el contrario, en que una economía monetaria implicaba una estructura social distinta por
completo a la que había prevalecido durante la vigencia de una economía en especie. Pensó que lo importante
fue este cambio en la estructura social, secuela del empleo del dinero, no el hecho técnico de su uso. Esta
controversia habría podido quedar resuelta antes de ser planteada si esta tesis se hubiese hecho extensiva
a las cambiantes estructuras sociales, concomitantes de la actividad comercial del mundo antiguo.
En otras palabras, si Rodbertus hubiese explicado, además, que las distintas formas
de dinero y cambio estructuraron las sociedades de forma diferente, podrían haberse evitado
las confusas controversias de varias generaciones. La cuestión quedó aclarada cuando,
finalmente, Karl Bucher abordó el estudio del mundo clásico no a nuestro modo convencional
de retrospección histórica, sino partiendo de las épocas primitivas. Al comenzar con las
sociedades iletradas y avanzando hacia el mundo clásico, «sugirio que la vida económica
de la antigüedad podría ser mejor comprendida si se examinara desde un punto de vista
primitivo, en lugar de hacerlo desde nuestra sociedad moderna ».
Tal perspectiva invertida del alfabetizado mundo occidental es la que ofrece al lector
Albert Lord en su Singer of Tales. Pero nosotros vivimos también en una época de electricidad
o post-alfabetizada, en la que el músico de jazz utiliza todas las técnicas de la poesía oral.
No es difícil en nuestro siglo una plena identificación con todos los modos orales.
En la era electrónica que sucede a la era tipográfica o mecánica de los últimos cinco
siglos, hallamos nuevas formas y estructuras de interdependencia humana y de expresión
que son «orales», aun cuando los componentes de la situación puedan ser no verbales. Esta
cuestión se trata más ampliamente en la sección final de La Galaxia Gutenberg. El problema
en sí no es dificil, pero requiere cierta reorganización. de la vida imaginativa. Tal cambio en
los modos de conocimiento siempre se ve retardado por la persistencia de los antiguos
modelos de percepción. A nuestros ojos, los isabelinos aparecen como muy medievales. El
hombre medieval se creía un clásico, del mismo modo que nosotros nos tenemos por hombres
modernos. Para nuestros sucesores, sin embargo, aparecemos como hombres de carácter
completamente renacentista y por completo inconscientes de los importantes factores nuevos
que hemos puesto en movimiento durante los últimos ciento cincuenta años.
Sin embargo, este estudio, lejos de ser determinista, elucidará, o así lo espero, un fac-
tor principal del cambio social que puede conducir a un aumento real de la autonomía del
hombre. En Technology and Culture (volumen II, núm. 4, 196 1, pág. 348), al escribir sobre
«la revolución tecnológica» de nuestro tiempo, afirma Peter Drucker: «Sólo hay una cosa
que no sabemos acerca de la “Revolución Tecnológica”, pero es esencial: ¿Qué es lo que
causó el cambio básico de actitudes, creencias y valores que la provocaron? He tratado de
demostrar que el progreso científico tuvo poco que ver en ello. Pero, ¿qué responsabilidad
no tuvo el gran cambio en la concepción del mundo que la “Revolución Científica” determinó
un siglo antes?» La galaxia Gutenberg intenta, al menos, señalar esa «cosa que no sabemos».
Pero, aun así, ¡tal vez resulten ser algunas otras cosas! -
EI método empleado a lo largo de este estudio está directamente relacionado con lo
que Claude Bernard definió en su clásica introducción al estudio de la medicina experimen-
tal. Explica Bernard (págs. 8-9) que « la observación consiste en percibir los fenómenos sin
perturbarlos, pero la experimentación, de acuerdo con los mismos fisiólogos, implica, por el
contrario, la idea de que el experimentador introduce una variación o perturbación en las
condiciones del fenómeno natural... Para hacerlo, suprimimos un órgano del ser vivo por
amputación o ablación; y del trastorno producido en el organismo total o en una función
especial, deducimos la función del órgano suprimido».
El propósito de la obra de Milman Parry y del profesor Lord fue observar la totalidad del
proceso poético en condiciones orales, y contrastar el resultado con el proceso poético en
151
Guía de autoaprendizaje
condiciones escritas, supuestas como «normales». Es decir, que Parry y Lord estudiaron el
organismo poético cuando la función auditiva quedaba suprimida por el alfabetismo. Hubieran
podido considerar también el efecto en el organismo cuando la función visual del lenguaje
adquiría, con la palabra escrita, extensión y poder extraordinarios. Es éste un factor en el
método experimental que tal vez haya sido descuidado precisamente porque es de incómodo
manejo. Pero dada una intensa y exagerada acción, «el trastorno producido en el organismo
total o en una especial función» resulta igualmente observable.
El hombre, ese animal que construye instrumentos, sea el lenguaje, la escritura o la
radio, se ha dedicado desde hace mucho tiempo a ampliar uno u otro de sus órganos
sensoriales, pero lo ha hecho de tal modo que todos los restantes sentidos o facultades han
sufrido extorsión. Si bien han pasado por tal experiencia, los hombres han omitido constan-
temente, sin embargo, hacerla seguir de observaciones.
En su trabajo Doubt and Certainity in Science, dice J. Z. Young (págs. 67-68):
El efecto de los estimulos, externos o internos, es perturbar la acción unísona del cerebro o de alguna de
sus partes. Se ha hecho la sugerencia especulativa de que la perturbación rompe en cierto modo la unidad
de la estructura previamente constituida en el cerebro. Éste selecciona entonces aquellos elementos del
estímulo que tienden a reparar el modelo y devolver a las células su ritmo regular y sincrónico. No pretendo
ser capaz de desarrollar en detalle esta idea de los modelos en nuestro cerebro, tiene grandes posibilidades
de mostrar cómo tendemos a ajustarnos al mundo y el mundo a nosotros. De algún modo, el cerebro inicia
secuencias de actos que tienden a traerlo de nuevo a su esquema rítmico, y este retorno constituye un acto
de consumación o cumplimiento. Si la primera acción que realiza resulta fallida, es decir, si no consigue
detener la perturbación de origen, ensaya otras secuencias. El cerebro sigue sus normas, una tras otra,
oponiendo a la perturibación las fuerzas de sus distintos esquemas, hasta que de algún modo recupera de
nuevo su ritmo. Esto ocurre quizá solamente después de una ardua, variada y prolongada búsqueda.
Durante esta actividad fortuita, van formándose nuevas conexiones y esquemas de actuación que, a su vez,
determinarán futuras secuencias.
Este inevitable impulso hacia el «fin», «cumplimiento» o equilibrio se produce tanto en
la supresión como en la extensión de los sentidos humanos o funciones. Puesto que La
galaxia Gutenberg constituye una serie de observaciones históricas de los nuevos logros
culturales resultantes de las «perturbaciones» que fueron, primero, el alfabeto, y luego la
imprenta, quizá ayuden en este punto al lector las afirmaciones de un antropólogo:
En nuestros días, el hombre ha desarrollado extensiones o prolongaciones para realizar casi todos los
actos que antes llevaba a cabo sólo con su cuerpo. La evolución de las armas comienza en los dientes y el
puño y termina en la bomba atómica. El vestido y la casa son extensiones del mecanismo biológico para la
regulación de la temperatura. Los muebles han sustituido a los talones o al suelo, cuando ha de sentarse.
Las máquinas-herramienta, las lentes, la televisión, los teléfonos y los libros, que transmiten la voz a través
del tiempo y del espacio, son ejemplo de extensiones materiales. El dinero es un medio para extender y
almacenar el trabajo.
Nuestras redes de transporte hacen ahora lo que antes hacían nuestros pies y nuestras espaldas. De
hecho, todas las cosas materiales realizadas por el hombre pueden considerarse como extensiones de lo
que el hombre hizo antes con su cuerpo o con alguna parte especial de él. 1
Esa exteriorización o expresión de ideas y sentimientos que es el lenguaje y el hablar,
es un instrumento que «hizo posible al hombre la acumulación de experiencia y conocimientos,
y facilitó su transmisión y máximo empleo posible». 2
El lenguaje es metáfora en el sentido de que no sólo acumula, sino que también transmite
experiencia de una forma a otra. El dinero es metáfora en cuanto sirve para almacenar
especialización y trabajo, y transforma una habilidad en otra. Pero el principio de cambio y
transformación, o metáfora, está en nuestra facultad racional de transferir todos nuestros
sentidos en cualquiera de ellos. Esto es lo que hacemos en cada instante de nuestra vida.
Pero el precio que pagamos por las especiales herramientas tecnológicas, sean la rueda o
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Usuarios de la Información
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Guía de autoaprendizaje
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Usuarios de la Información
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Guía de autoaprendizaje
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
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Usuarios de la Información
RESUMEN
INTRODUCCION
Es común oir mencionar que las bibliotecas o cualquier otra unidad de información
tiene como misión o propósito satisfacer las necesidades de información 1 del sector de la
sociedad que le compete atender (investigadores, obreros, amas de casa, estudiantes, etc.);
pero en realidad ¿conocemos tales necesidades?; es factible pensar que cada biblioteca o
unidad de información debe haber hecho un estudio para poder identificar las necesidades
de información de su comunidad, para poder, primero, hablar de que las conoce y
posteriormente, que este conocimiento le sirva para diseñar los servicios bibliotecarios y de
información adecuados para satisfacerlas.
Por lo anterior, el presente estudio exploratorio tiene como finalidad principal, realizar
un acercamiento utilizando una técnica para detectar e identificar las necesidades de
información de los usuarios que acuden a una biblioteca especializada; asimismo indagar
sobre el idioma y la actualidad de la información que necesitan, materiales más usados y su
opinión sobre los servicios que les son brindados.
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Guía de autoaprendizaje
Por tratarse de una institución que se ubica dentro del área de la salud (control de servicios
y de producción alimenticia, y otros bienes de consumo como son productos de belleza, etc.)
se partió del supuesto que los usuarios necesitan de información actual sobre tecnología en
alimentos y producción de bienes de consumo, y sobre todo de información gubernamental
de nuestro país y del extranjero, en el aspecto de legislación en la producción de alimentos y
otros bienes de consumo.
El cuestionario sólo se aplicó a los usuarios con registro en la biblioteca (usuarios reales)
los cuales dieron un total de 60 empleados, correspondiente al 30%, de los 200 trabajadores
que laboran en la Dirección General de Control Sanitario.
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Usuarios de la Información
La entidad que tiene como misión o propósito satisfacer las necesidades de información
de las personas es la biblioteca 5; pero para cumplir con esta tarea es necesario conocer
(estudiar a fondo) la naturaleza de las necesidades de información, como prioridad sobre la
búsqueda de la misma.
Sin embargo para lograr lo anterior se requiere estudiar qué son las necesidades de
información, cuál es su naturaleza, cómo se manifiestan, cómo se detectan y cómo se
satisfacen y, entonces, buscar los mecanismos necesarios para satisfacerlas plenamente.
159
Guía de autoaprendizaje
Se debe ser consciente de que las características entre una comunidad y otra son
diferentes y que la biblioteca o alguna otra unidad de información requiere de recursos,
servicios y métodos adecuados para cada una y de ésta forma convertirse en un instrumento
que satisfaga las necesidades de información de esa comunidad.
Por lo anterior, como lo menciona Fulton 9, los humanistas se inclinan por la obra
monográfica y los científicos por el artículo de revista. Los humanistas no tienen reparo en la
edad de los materiales y los científicos si, ya que necesitan lo más actualizado.
Los ejemplos anteriores son sólo algunos de los aspectos que se han estudiado en
estos dos sectores, pero hay que considerar, que asunto y con que modalidad, es el que se
está estudiando en ambas partes, ya que de ésto dependerá, también, su necesidad de
información.
Los servicios bibliotecarios que son desarrollados bajo otras bases, que no sean
satisfacer las necesidades de información de los usuarios, ya que éstas se desconocen,
puede ser la razón por la cual algunos servicios no satisfacen los requerimientos de los
usuarios, lo cual puede ocasionar continuas protestas o baja utilización de éstos, entre otras
manifestaciones.
LA BIBLIOTECA ESPECIALIZADA
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Usuarios de la Información
Con base en la asesoría brindad por la UNAM a partir del 16 de mayo de 1993, la
Dirección empezó la formación de su biblioteca especializada.
Se elaboraron los catálogos respectivos, así como el kardex para el registro de las
publicaciones periódicas.
161
Guía de autoaprendizaje
de esta forma, que la institución cumpla con las funciones que le fueron asignadas.
ANALISIS DE RESULTADOS
Del 1,8 % de los usuarios que contestaron el cuestionario, se obtuvo que necesitaban
muy variada información (véase figura 6).
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Usuarios de la Información
Cabe señalar que el 20,3 % solo prefiere el español y no algún otro idioma. Posiblemente
por no manejarlo.
Con respecto a los principales materiales que utilizan, con mayor frecuencia, los 54
usuarios encuestados, para cubrir sus necesidades de información, son: libros, con un 85,1
%; diccionarios especializados con un 74 ‘%; códigos, leyes, reglamentos, etc., con un 70,3
%; normas, con un 68,5 %; y revistas con 64,8 % y algunos otros más (véase figura 9).
El 1,8 % de los usuarios repondió que utilizaban otros tipos de materiales con mayor
frecuencia entre los cuales tenemos: Censos de INEGI, CFR, legislaciones de otros paises,
vídeos, manuales técnicos, normas técnicas, current contents, biological abstracs, boletines
de asociaciones, cte. (véase figura 10).
Con respecto a las sugerencias que hacen los 54 usuarios sobre que servicios debe
brindar la biblioteca a parte del préstamo interno y externo de materiales, fueron: búsquedas
de información específica un 75,9 %, préstamo interbibliotecario un 55,5 %; localización de
documentos un 55,5%; fotocopiado un 48,1 %; y obtención de documentos un 37,0 % y otros
un 12,.9 %, (véase figura 11).
Con respecto a las fuentes de información que requieren los usuarios para satisfacer
sus necesidades de información señalaron las siguientes: normas sanitarias, normas ISO,
libros de estadística, comunicación con otras dependencias internacionales, informática (uso
de bancos y bases de datos), CODEX, Revistas como: Food Techriology, Journal of ¡ood
science; el CFR, Legislación Española, HBP y el FDA (véase figura 13).
CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS
A través del análisis de los resultados de este estudio la técnica empleada resultó útil
para detectar las necesidades de información de este sector de usuarios específicos. así
como el análisis de los resultados arroja datos útiles para el diseño de los servicios
bibliotecarios y de información, para dar respuesta acordes a dichas necesidades.
Microbiología de alimentos,
Tecnología de alimentos,
Aditivos alimentarios,
163
Guía de autoaprendizaje
Bioquímica de alimentos
Bioquímica
Por lo tanto podemos afirmar que los usuarios que tienen registro en la biblioteca tiene
las necesidades de información mencionadas anteriormente,
Alimentos
- producción
- etiquetado
- conservadores, etc.
4. Los materiales que necesitan los usuarios, que tienen registro en la biblioteca, con
mayor frecuencia son libros, diccionarios especializados, códigos, leyes, reglamentos, normas
y hasta después, revistas.
Lo anterior parece indicar que aunque los usuarios pertenecen al área científica, (ciencias
biológicas y de la salud) las revistas y los artículos de éstas no son prioritarios, por lo que no
coincide con los estudios realizados con científicos, posiblemente esta contradicción se
deba a las funciones específicas de esta dependencia gubernamental, que no realiza
actividades de investigación básica o aplicada, ya que los usuarios necesitan información
concreta como por ejemplo la composición química de un producto de belleza o una norma
sanitaria específica.
5. La información que necesitan debe ser lo más actualizada posible, lo que significa
que la biblioteca debe tener información al día y del año en curso.
Esto confirma que los usuarios del área científica requieren de información actual (al
día).
Asimismo, aunque no fue señalada en los primeros sitios, los usuarios con registro en
la biblioteca requieren de información de tipo gubernamental (leyes, reglamentos y códigos,
etc) tanto nacional como extranjera.
6. Para cubrir sus necesidades de información los usuarios proponen que la biblioteca
extienda sus servicios a búsquedas, localización y obtención de información especializada,
principalmente.
164
Usuarios de la Información
7. Se puede decir que la mitad de los usuarios encuestados sienten que la biblioteca
especializada, con sus actuales servicios satisface sus necesidades de información y que
los que no se sienten satisfechos es, principalmente, por que ésta no tiene información y
materiales actualizados. 8. Asimismo las fuentes de información principales a las que acuden
para satisfacer sus necesidades de información son: normas sanitarias, normas ISO, CO-
DEX, etc.
Con base a los resultados y conclusiones obtenidas del presente estudio se puede
esbozar como sugerencia que sea utilizada la técnica de la encuesta con los usuarios reales
y potenciales de los servicios bibliotecarios y de información que brinde las bibliotecas
especializadas, centros de documentación, centros de información u otras unidades de
información similares a la contemplada en este estudio.
OBRAS CONSULTADAS
CORKILL, Cynthia y Margaret Mann (1978): Information needs in the humanities: two
postal survey. Sheffield: University of Sheffield.
FAIBISOFF, Sylvia G. y Donald P. Ely (1976): Information and information needs. En:
Information reports and bibliographies. 5, 2-16.
FRANTS, Valery (1988): «The needs for information and some aspects of information
retrieval systems constructions». En: Journal of American Society for Infor mation Science.
39 (2), 86.
FRENCH, B. A. (1990): «User needs and library services in agricultural sciencies». En:
Library Trends. 38 (3), 415-44 1.
HILL, Helen Katherme (1987): Methods of analysis of information need. Denton, Texas:
H. K. Hill, 1987, p. 1. Tesis (Master of Arts)-School of Library and information Studies).
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Guía de autoaprendizaje
ANEXOS
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Usuarios de la Información
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Guía de autoaprendizaje
FIG. 9. MATERIALES MAS USADOS POR LOS USUARIOS PARA CUBRIR SUS
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Usuarios de la Información
NECESIDADES DE INFORMACION
(cada % es dado con respecto a los 54 empleados encuestados)
LIBROS.................................................................................................... 85,1 %
DICCIONARIOS ESPECIALIZADOS ......................................................... 74,0%
CODIGOS,LEYES,REGLAMENTOS...................................................... 70,3%
NORMAS.................................................................................................. 68,5 %
REVISTAS ........................................................................................... 64,8%
DIARIO OFICIAL ............................................................................... 46,2%
ENCICLOPEDIASESPECIALIZADAS..................................................... 38,8%
DICCIONARIOSGENERALES................................................................ 27,7%
MEMORIAS DE CONGRESOS, ENCUENTROS, ETC ............................ 25,9%
MANUALESDELABORATORIO............................................................. 24,0%
ENCICLOPEDIASGENERALES.............................................................. 20,3%
TESIS ...................................................................................................... 18,5 %
FOLLETOS ........................................................................................... 11,1 %
CATALOGOS ........................................................................................... 9,2%
PATENTES.............................................................................................. 7,4%
PERIODICOS .......................................................................................... 4,2%
FIG.10. OTROS TIPOS DE MATERIALES MAS USUADOS POR LOS USUARIOS
PARA CUBRIR SUS NECESIDADES DE INFORMACION
(con un 1,8 % para cada rubro de un total de 54 encuestados)
CENSOS INEGI
CFR
LEGISLACIONES DE OTROS PAISES
VIDEOS
MANUALES TECNICOS
NORMAS TECNICAS
CURRENT CONTENTS
BIOLOGICAL ABSTRACS
BOLETINES DE ASOCIACIONES, ETC.
INIC
ATAN
CADIPAC
SECTUR
BOLETINES EPIDEMIOLOGICOS
ESTADISTICAS
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Guía de autoaprendizaje
FOTOCOPIADO................................................................ 48,1 %
OBTENCION DE DOCUMENTOS ..................................37,0%
OTROS:....................................................................12,9%.
ACCESO A REDES DE INFORMACION
BUSQUEDAS EN BASES DE DATOS EN LINEA
BUSQUEDAS EN BASES DE DATOS EN CD-ROM
ORIENTACION EN LA BUSQUEDA DE INFORMACION
El presente cuestionario tiene como finalidad que la biblioteca cuente con los datos
necesarios para organizar y difundir la información que requieren los usuarios. Por favor
indique la dirección, subdirección y departamento al que pertenece. NO es necesario indicar
su nombre.
170
Usuarios de la Información
171
Guía de autoaprendizaje
SI • NO •
172
Usuarios de la Información
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
173
Guía de autoaprendizaje
Introducción
El presente trabajo menciona solo algunos aspectos en los cuales las necesidades de
información de los usuarios pueden incidir en la automatización de las unidades de información
y en el diseño o construcción de sistemas de recuperación de información de manera
automatizada.
174
Usuarios de la Información
Una necesidad humana, ya sea fisiológica o de nivel más alto motivará al individuo a
que presente un comportamiento dirigido a buscar la satisfacción de esa necesidad para
poder restablecer un equilibrio interno y externo (si es el caso) en el sujeto.
Las necesidades de información las podemos situar en los niveles más altos, si es que
concebimos a las necesidades humanas como una jerarquía (por ejemplo la Jerarquía de
Necesidades de Maslow).
Cuando el individuo ha cubierto sus necesidades básicas (alimento, sueño, sed, etc.)
de manera aceptable y se encuentra influenciado por factores externos (medio ambiente:
político, económico, educativo, etc.) entonces es cuando surgen las necesidades de
información, ya que estos factores lo estimularán, motivarán o impactarán a que tenga una
reacción, que deberá adaptarse a este medio para que su organismo recobre el equilibrio.
En todos los aspectos de la vida diaria de las personas aparecen las necesidades de
información: en el hogar, en la oficina, en la escuela, en las relaciones familiares, con las
amistades y en general en toda la vida social, etc. También se pueden presentar por curiosidad;
sin embargo no sólo las personas tienen necesidades de información, sino también, las
organizaciones o instituciones que son vistas como agrupaciones sociales con fines
específicos (compañías, industrias, instituciones educativas, etc.) ya que dichas entidades
están compuestas por individuos.
175
Guía de autoaprendizaje
Es así como Hill menciona que la entidad que tiene como misión o propósito satisfacer
las necesidades de información de las personas es la biblioteca;4 ya que es aquí donde se
encuentra la información registrada fuera del cerebro de los individuos.
Existen varios tipos de necesidades de información que han sido mencionados por
varios autores, entre las cuales, por mencionar algunas, se encuentran las siguientes:
Con el fin de ilustrar este documento se mencionan sólo dos de estos tipos, los cuáles
pueden influir en la automatización de la biblioteca u otras unidades de información y en el
diseño o construcción de los sistemas de recuperación de infonnación: 5
Las del primer tipo son las que se refieren al momento en que el usuario necesita
información muy concreta, como por ejemplo:
Las del segundo tipo se refieren a necesitar información para resolver problemas o
asuntos amplios, como por ejemplo:
176
Usuarios de la Información
(en el sentido de que no es concreta o específica) y más amplia, lo cual requiere de una serie
de documentos muy variados que pueden ir desde el libro y la revista hasta los medios
audiovisuales y los electrónicos.
Los servicios bibliotecarios y de información que son desarrollados bajo otras bases,
que no son satisfacer las necesidades de información, ya que éstas se desconocen, puede
ser la razón por la cual algunos servicios y la automatización de éstos, no satisfacen dichas
necesidades, y ocasionan continuas protestas, críticas fuertes y/o la baja utilización de los
mismos, entre otras manifestaciones que puede presentar el usuario.
Las necesidades de información del usuario están íntimamente relacionadas con los
servicios de información que ofrecen las bibliotecas o cualquier otra unidad que los brinde.
Debido a lo anterior Hill menciona que la biblioteca es la institución que ha creado el ser
humano para preservar, organizar y difundir la información sin importar el material en que se
encuentre registrada,7 por lo que la sociedad espera obtener la información que necesita de
ella.
Automatización de la catalogación
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Guía de autoaprendizaje
Los servicios de información que brinde la biblioteca deben partir del usuario, no de lo
que piensa o cree el responsable de la unidad de información acerca de lo que necesita el
usuario.
También es importante estar conciente de que las características entre una comunidad
y otra son diferentes y que la unidad de información requiere de recursos, servicios y métodos
adecuados para cada una de éstas, con el fin de lograr convertirse en un instrumento que
satisfaga las necesidades de información de esa comunidad.
178
Usuarios de la Información
a) Una base de datos que cuente con una variedad de documentos con información
sobre la educación a distancia y su aplicación en diversos sectores geográficos.
b) Una base de datos con una variedad de documentos con información sobre el
tratamiento médico de enfermedades contagiosas.
Conclusiones
179
Guía de autoaprendizaje
NOTAS
1. FAIBISOFF, Sylvia G. y Donald P. Ely. Information and information necds. En: Informa-
tion reports and bibliograpláles. 5, 2, 1976.
2. SHERA, Jesse. Fundamentos de la educación bibliotecológica. -- México :
UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. --pp.
113.
3. FRANTS, Valery. The needs for information and sorne aspects of information retrieval
systems constructions. En: Journal of American Society for Information Science.
39(2), 86, 1988.
4. HILL, Helen Katherine. Methods of analysis of information need. -- Denton, Texas
: H. K. Hill, 1987. -- pp. 1. -- Tesis (Master of Arts) -- School of Library and Information Stud-
ies).
5. Op cit., Frants, Valery, pp. 86
6. HARRIS, C. Necesidades de los usuarios y mercadeo de la información : su
importancia en el currículo de las escuelas de bibliotecología. En: Revista Interamericana
de Bibliotecología. 9(1), 16, 1986.
7. MORALES, Estela. Bibliotecología o información. En: Boletín de la Asociación
Andaluza de Bibliotecarios. 5(19). 13-21, 1989.
8. NEGRETE GUTIÉRREZ, María del Carmen. La selección de materiales
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