Los registros y estados contables se basan en los datos más objetivos que se tengan, de modo que aquellos sean precisos y útiles. Este lineamiento es el principio de fiabilidad, también llamado principio de objetividad.
A falta del principio de objetividad, los datos contables se basarían en caprichos y
opiniones.
La objetividad consiste en evaluar contablemente las actividades económicas y
financieras en que participa la empresa. Deben registrarse las operaciones en el momento que se tenga sustento de que esta ocurrió y cuando exista certeza de su valor. Se puede observar esta situación cuando dos entes independientes uno del otro observan lo mismo frente a un hecho económico. Los Principios de Contabilidad tienen como objetivo fijar el sistema que permita obtener información que cumpla con los requerimientos de los usuarios.
La objetividad requiere que las medidas presentadas en los estados financieros se
basen en evidencia verificable, como un rastro electrónico o de papel que soporte las operaciones representadas en las declaraciones.
En términos prácticos, un atributo esencial de cada medición en los estados, es
que un resultado idéntico se obtenga por dos observadores independientes, no influenciados por opiniones o percepciones personales, lo que daría una clara evidencia del buen manejo financiero de la compañía.
Propósito de la objetividad en la contabilidad
La dependencia de evidencia verificable durante la medición de los resultados
financieros hace posible comparar los de más de un período y más de una empresa.
Esto es posible, sólo si la información presentada en los estados financieros es
objetiva, lo que a su vez, proporciona la seguridad de que los datos son fiables y uniformes.
La objetividad también requiere que el preparador de los estados financieros sea
intelectualmente honesto, lo que significa que él interprete las políticas contables de manera veraz y oportuna, de manera que soporten una auditoría externa de cualquier calidad de consultores externos.
Además, un contador encargado de la preparación de estados financieros para un
cliente debe evitar cualquier conflicto de intereses en el trato con el mismo, lo que impide tanto una relación personal como de negocio entre el contador y el cliente. Ya que esto, puede devenir en una situación irregular, que traería consecuencias muy perjudiciales para la empresa. Por eso, es bueno que aquella persona encargada de las políticas contables de una empresa, sepa calcular activos corrientes.