Contaminaciones térmicas
Este tipo de contaminación consiste en la elevación de la
temperatura en un determinado ecosistema, esto está
causado por el libramiento excesivo de energía en el medio
ambiente por desastres naturales o procedimientos
artificiales. Normalmente las industrias liberan una gran
cantidad de partículas de energía térmica que se transmiten
vía agua y aire, incluso hay vehículos que poseen motores
que sueltan grandes cantidades de energía térmica.
Contaminaciones lumínicas
Este tipo de contaminación trata de un gran exceso de
iluminación en grandes ciudades. Esta gran cantidad de luz
produce una incomodidad en nuestros ojos y daña la retina.
También provocan migraña y grandes dolores de cabeza.
Contaminaciones genéticas
La Contaminación genética es un controvertido
término usado para describir un flujo genético no
controlado hacia una población salvaje. Se basa
principalmente en modificar genes y crear a partir de
esos genes nuevas especies, para ello utilizan
material genético de un organismo y lo transfieren a
otro organismo. Este flujo de genes se da en plantas
mediante la polinización y en animales mediante el
apareamiento. El término se ha ampliado
últimamente desde su definición original para incluir
la transmisión de genes, desde un organismo
genéticamente modificado (OGM) a uno no modificado.
Contaminaciones electromagnéticas
El concepto de contaminación
electromagnética, también conocida como electro
polución o electrosmog, se refiere a la presunta
existencia de una exposición excesiva a las
radiaciones de espectro
electromagnético (o campos electromagnéticos)
generadas por equipos electrónicos u otros
elementos producto de la actividad humana. Se
emplea el término "contaminación" puesto que se
sospecha que ciertos campos electromagnéticos
podrían ser, para las especies vivas, un factor de
perturbación, pudiendo afectar a su salud o hábitos
reproductivos. Estas cuestiones son objeto de
polémica social y mediática, y también de intenso
estudio académico, sin que hasta la fecha haya
sido probada científicamente la existencia de
efectos adversos. Algunos campos
electromagnéticos a intensidades muy elevadas
pueden presentar efectos nocivos comprobados,
fundamentalmente por el efecto térmico que pueden causar (como por ejemplo el campo
electromagnético en el interior de un horno microondas). Sin embargo, la Organización Mundial de
la Salud estima que, a los niveles promedio de intensidad a los que se somete un adulto en los
países desarrollados, no existen efectos adversos para la salud. Igualmente la OMS considera
probado que no existe correlación entre los altos niveles de campo electromagnético y los síntomas
de la denominada hipersensibilidad electromagnética, cuyas causas aún no se conocen. Un
aspecto polémico refiere a los hipotéticos efectos nocivos que podrían producir, a largo plazo, las
emisiones de radiación electromagnética. Algunos casos puntuales de supuestos aumentos en la
probabilidad de cáncer en personas que viven en zonas cercanas a torres de alta tensión, como
así también la reciente preocupación sobre el uso de la telefonía celular, y de la antenas de
celulares y o WiMAX han contribuido a despertar cierto grado de "alarma social".
Efectos en los dispositivos electrónicos
La radiación electromagnética artificial ha aumentado paulatinamente con el desarrollo de nuestra
tecnología y se encuentra alrededor de las líneas de energía, herramientas de electricidad,
electrodomésticos, y se extiende a varios centímetros, incluso a metros de su ubicación. La
contaminación electromagnética también es responsable de la interferencia electromagnética entre
dispositivos. No hay que confundir radiación electromagnética con otro tipo de fuerzas o campos. La
radiación electromagnética es eléctricamente neutra, no transporta cargas y está formada por un
paquete de una partícula fundamental llamada fotón. Las líneas de alta tensión son el mejor método de
transmisión de energía eléctrica sin pérdida. Es decir, cuanto mayor sea la diferencia de potencial en la
transmisión menor pérdida por irradiación tendrá la línea. La energía transportada obedece a la fórmula
E=V*I*t. Es decir, para transportar cierta energía por unidad de tiempo podremos optar por transportarla
aumentando su voltaje o bien su intensidad. La eficacia del transporte en alta tensión queda de
manifiesto tanto en la ley de Joule como en la ley de Ampère. La primera dice que la pérdida de energía
en un conductor depende del cuadrado de la intensidad. La segunda dice que la pérdida de energía por
irradiación depende exclusivamente de la intensidad que atraviesa una sección de conductor y no de su
voltaje.
Contaminaciones térmicas
La contaminación térmica se produce cuando un
proceso altera la temperatura del medio de forma
indeseada o perjudicial. El medio más habitual
donde se produce es en el agua, ya que el aire se
disipa más fácilmente. Pero también es posible, por
ejemplo, cuando se concentra una gran cantidad de
aparatos de aire acondicionado y estos expulsan el
calor hacia la calle.
Las centrales térmicas necesitan refrigeración ya
que no convierten toda la energía
química en electricidad (solo entre un 20-60 %) y
el resto en calor. El agua es un buen medio para
disipar el calor, es accesible y tiene una
gran inercia térmica. Por eso estas centrales se
sitúan cerca de un río o el mar. Para disminuir el
impacto antes de verter el agua caliente en el río o
el mar, se suele pasar por una torre de
evaporación que disminuye en parte la temperatura. Sin embargo, concentra las sales del río o el
mar alterando las propiedades físico-químicas del agua.
La temperatura de salida está regulada y se han llegado a parar temporalmente centrales
nucleares porque en algunos días de verano el caudal del río era escaso y la temperatura subía
demasiado.
Otro proceso que necesita eliminar calor es el licuado de gases.
En el otro extremo está la devolución de agua excesivamente fría. En algunas plantas
de regasificación de gas natural, se utiliza un gran volumen de agua de mar y se devuelve más fría.
Es el deterioro de la calidad del aire o del agua ambiental, ya sea por incremento o descenso de la
temperatura, afectando en forma negativa a los seres vivientes y al ambiente. Los cambios
climáticos son una consecuencia de estos desequilibrios.