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LAICADO: junto a la Quinta Conferencia

Por h.g.osío, Presidente Consejo Nacional de Laicos de Colombia osio777@gmail.com

Conferencias en la Historia de América Latina


El LAICADO quiere asumir como nunca las conclusiones de la Quinta
Conferencia en boca y discernimiento de sus pastores en APARECIDA, Brasil,
sus ideas fuerza, la estrategia divina con la que los pueblos de América Latina,
discípulos y ahora misioneros de Jesús, podrán tener vida en El y la tendrán,
por designio de Dios, digna y en abundancia.

Cinco siglos del Evangelio en América Latina han madurado cinco conferencias
de nuestros pastores, pero no una por siglo, pues todas han sido en los
últimos 52 frenéticos años, de 1955 al 2007. Habiendo pasado 463 años del
primer encuentro “Oro, Evangelio y Reino”, en la adolescencia y juventud de las
repúblicas, pareció no sentirse necesario subrayar unas características propias
de la Iglesia local. Hoy es evidente que la Iglesia en América Latina expresa,
en perfecta unidad con la universal, su particular identidad. Y es que vino la
segunda mitad siglo XX, con esa modesta luz que iluminó la ausencia de
guerras mundiales y que acompañó nuevas y ricas posibilidades tecnológicas.
El mundo se hizo más pequeño gracias a aviones, televisores, celulares.
También más veloz y lleno de posibilidades, acumuló conocimientos y
experiencias, ofreció riqueza y flexibilidad en relaciones y asociaciones, junto
con la circulación y facilidades en la transmisión de información. Internet. La
“realidad” virtual. El fracaso económico y social de la Igualdad y los frutos de
injusticia de la incompleta Libertad. La Fraternidad fue herida, mientras la
semilla del Evangelio se entremezclaba con otras semillas de dulce y amargo
fruto. La historia de América Latina ha sido marcada por las grandes
desigualdades y la injusticia, junto a la continua aspiración a la utopía social y
la esperanza de alcanzar los frutos de un cristianismo maduro.

Hoy se proponen nuevos formatos y han surgido nuevos aerópagos.


Alcanzada la madurez de 515 años en la primera evangelización, la fe sigue
viva. Tan viva o más que en otros continentes. Aunque el verdadero Dorado,
sigue sin descubrirse en los jóvenes. Algunos dicen que la semilla de mostaza
en nuestra América Latina ha crecido más. Por algo el Papa en su visita a Brasil
llamó a América Latina, “el mayor continente católico y por lo tanto, la mayor
responsabilidad para un Papa.”

En el santuario de Aparecida, el 13 de mayo del 2007, el papa nos recordaba:


“Éste es el rico tesoro del continente Latinoamericano; éste es su patrimonio
más valioso: la fe en Dios Amor, que reveló su rostro en Jesucristo. Vosotros
creéis en el Dios Amor: ésta es vuestra fuerza que vence al mundo, la alegría
que nada ni nadie os podrá arrebatar, ¡la paz que Cristo conquistó para
vosotros con su Cruz! Ésta es la fe que hizo de Latinoamérica el ‘Continente de
la Esperanza’. No es una ideología política, ni un movimiento social, como
tampoco un sistema económico; es la fe en Dios Amor, encarnado, muerto y
resucitado en Jesucristo, el auténtico fundamento de esta esperanza que

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produjo frutos tan magníficos desde la primera evangelización hasta hoy.”
LAICADO, Obispos y Papa coinciden que el patrimonio más valioso de la cultura
de nuestros pueblos es la fe en Dios Amor. “Reconocen con humildad las luces
y las sombras que hay en la vida cristiana y en la tarea eclesial” , dijeron en
APARECIDA, en sintonía con MEDELLÍN cuando se acataba “ el juicio de la
historia sobre esas luces y sombras.”

Pero, ¿por qué el mundo parece pensar que solo los consagrados son la Iglesia,
siendo el LAICADO, ciertamente su cuerpo? Pío XII, en 1946, expresaba como
“Ellos, especialmente ellos - el LAICADO - deben tener siempre mas clara
conocimiento de pertenecer no solo a la Iglesia, sino de ser la Iglesia, vale
decir la comunidad de fieles sobre la tierra, bajo la conducción de la cabeza
común, el Papa, y de los Obispos en comunión con el. Tales son la Iglesia.»

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Quizás como causa primaria, ha habido un poco de ignorancia y otro tanto de
confusión propiciadas por el clericalismo y el laicicismo; tales corrientes de aquí
y allá, no han permitido profundizar sobre el sentido del laico. Pablo VI, sobre
laico, dice que, “la etimología nos lleva a identificarla con aquella de “popular”;
«laos», en griego, significa pueblo. Por lo tanto, para nosotros, laico es aquel
que pertenece al Pueblo de Dios.” Hasta allí sacerdotes y religiosas cabrían en
tal acepción. Pero agrega luego, “el laico no es un sacerdote, el laico no es
un religioso. Y esto bastó para que el término laico asumiera en el lenguaje del
común el significado de profano, además de secular y después de no religioso o
peor, como se dice hoy, de laicicista y a menudo de antirreligioso y
anticlerical.” Otra explicación del origen nos lleva a quien pertenece al pueblo o
vive entre la gente del mundo. Larousse (1987) define laico como “que no
tiene origen sacerdotal o dependencia de cualquier opinión confesional”. Pero,
atención: el sacerdote, la religiosa, también tiene derechos civiles y religiosos,
hace parte del pueblo de Dios, es ciudadano de su patria, cumple deberes y
puede ejercer derechos. Debido al orden sagrado, sin embargo, es del laico,
de quien se espera afronte mas decididamente, las realidades temporales,
siendo fiel a su fe y al Evangelio, siendo fiel a su Iglesia.

¿ Cuáles han sido las conferencias ?


Muchos lo sabemos, pero algunos todavía están por aprender que
aproximadamente, cada 13 años se han venido reuniendo algunos de nuestros
mejores pastores en conferencias. Desde 1955 la primera hasta 2007 la quinta.
RIO DE JANEIRO. MEDELLÍN. PUEBLA. SANTO DOMINGO. APARECIDA.

¿Y el legado de estas Conferencias ? Rico y abundante. Desde la creación del


Consejo Episcopal Latinoamericano o CELAM, en RIO DE JANEIRO a “una
visión global del hombre y de la humanidad, y la visión integral del hombre
latinoamericano en el desarrollo” expresada en MEDELLIN y la opción por los
pobres y por los jóvenes subrayada en PUEBLA. En SANTO DOMINGO,
República Dominicana, a 500 años de la conquista y la llegada de la Buena
Nueva, se prevee una nueva evangelización con la novedad en su ardor, en sus
métodos y su expresión en la evangelización de la cultura. Ello es: “una nueva
evangelización de nuestros pueblos; una promoción integral de los pueblos
latinoamericanos y caribeños y una Evangelización inculturada”.

Pero ha llegado otro momento de luz. APARECIDA. Brasil. 2007. De fondo,


su nombre nos recuerda el inefable rostro de una mujer, la madre del amor
hermoso, la laica por excelencia, la “inalcanzable”, la madre amada, quien
siempre acompañó la misión de su divino hijo Jesús, expresión única e
inigualable, del orden sagrado, del Sacerdote, Profeta y Rey, misión que hoy
continúa en voz de sus pastores. Hoy como ayer se pretende por muchos
silenciar a Jesús, ponerlo en ridículo, desacreditarlo. Sin embargo, hoy quizás
más que ayer, ese caminar y seguir juntas las siluetas de la perfecta laica y el
sacerdote eterno, están llamadas a ascender con su amor a toda la
humanidad. Con tal compañía el Ver, Juzgar y Actuar dará frutos.

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En una pregunta de los periodistas durante el viaje a Brasil a Benedicto XVI,
sobre el desafío que tiene la Iglesia de promover condiciones justas de vida en
Latinoamérica, reconocía el Papa que "hay un espacio legítimo en el debate",
añadiendo: "amo mucho a América Latina". “Responde a la misión religiosa
de la Iglesia, abrir también la mirada sobre las condiciones necesarias para las
soluciones a los grandes problemas sociales y políticos de América Latina”

Desde el inicio de este siglo XXI, el desequilibrado éxito mundial y violencia de


la libertad sobre la igualdad, reclama una nueva palabra de fraternidad que nos
lleve como personas y como sociedad a un mejor futuro. El mensaje final de la
V Conferencia dirigido a los pueblos de América Latina y el Caribe, invita a “vivir
en justicia y fraternidad.” Y el Papa para Colombia identifica como la
“Violencia se frenaría con una educación basada en la fe”, dado que “un
compromiso firme a favor de la educación de una conciencia que abandona las
situaciones incompatibles con la fe”. (…) “Ser realmente un hombre, una mujer
de fe, significa automáticamente resistir a la violencia y esto moviliza las
fuerzas contra ella.” También dijo sobre el narcotráfico como “resolver este
problema de un momento a otro no es posible porque hay intereses
económicos, políticos e ideológicos". Pero sabemos que para Dios nada es
imposible. Nuevamente la misión, educar en la fe en Jesús Cristo, hace parte
de la solución. “La educación en la fe es la humanización más segura para
resolver, sucesiva y gradualmente, estos problemas muy concretos.”
“Levantando nuestra voz en los espacios sociales de nuestros pueblos y
ciudades, especialmente, a favor de los excluidos de la sociedad” invita el
mensaje final. (…) “Declarándonos en misión permanente. Con el fuego del
Espíritu vamos a inflamar de amor nuestro Continente.” Todo un desafío de
formación y acción, inspirados en la fe. Se reitera : “reafirmamos nuestra
opción preferencial y evangélica por los pobres. Nos comprometemos a
defender a los más débiles…” Enfrentados a hechos como que “la injusticia en
la distribución de la riqueza aumenta día a día”, tal cual revelaba el
especialista en Doctrina Social, Rodrigo Guerra junto a otros laicos invitados
como José Luis Pérez Guadalupe del Perú.

Que no quede duda que el mensaje final de Aparecida, va a lo concreto,


inspirado y motivado por la fé: “Queremos contribuir para garantizar
condiciones de vida digna: salud, alimentación, educación, vivienda y trabajo
para todos. La fidelidad a Jesús nos exige combatir los males que dañan o
destruyen la vida, como el aborto, las guerras, el secuestro, la violencia
armada, el terrorismo, la explotación sexual y el narcotráfico.” Por otra
parte, el Papa ya había recalcado como en América Latina persiste aún, por
desgracia, una mentalidad machista, ignorando la novedad del cristianismo que
reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al
hombre.

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Ante las pretensiones de las corrientes abortista y pro-eutanasia proclamó el
papa que "El respeto por la vida, desde su concepción hasta su natural
declinación, como exigencia propia de la naturaleza humana, hará también de
la promoción de la persona el eje de la solidaridad, especialmente con los
pobres y los desamparados". Ya en Noviembre del 2006, en su tierra natal,
había expresado “El compromiso social por la defensa integral de la vida
humana”. Y un llamado a la recuperación de la familia: “No dejaré de insistir
en el empeño que se debe dar para asegurar el fortalecimiento de la familia
como célula madre de la sociedad" . Y apeló a "un nuevo vigor e impulso
misionero a este continente" latinoamericano.

Por otra parte, el Consejo Nacional de Laicos del Brasil en su documento


“Rumbo a Aparecida: Manifiesto del Pueblo de Dios”, señala como “en
América Latina y el Caribe se vive la expectativa de la superación de estructuras
injustas, agravadas, actualmente, por el sistema neoliberal” y “el abismo entre
ricos y pobres sigue siendo una ofensa a Dios Padre-Madre de la humanidad”.
El Papa, en la inauguración, enuncia la problemática:

“En la actualidad, esa misma fe ha de afrontar serios retos, pues están en


juego el desarrollo armónico de la sociedad y la identidad católica de sus
pueblos.” 7 comisiones, 7 enunciados comenzando por “El Hoy de América
Latina y El Caribe” , subrayando una y otra vez la alegría y la vocación de ser
discípulos y misioneros de Jesucristo, la comunidad, el itinerario, la misión y
llegando a la Conversión Pastoral y a las diversas áreas de tarea pastoral. Y
un llamado en el mensaje final: “con entusiasmo realicemos la Gran Misión
Continental.” Somos discípulos y misioneros. Somos discípulos misioneros.
Ciertamente, “Creemos y Esperamos”. Esperamos, también, “Promover un
LAICADO maduro, corresponsable con la misión de anunciar y hacer visible el
Reino de Dios” e “impulsar la participación activa de la mujer en la sociedad y
en la Iglesia.”

Hoy como ayer, el sueño de la libertad y el nacimiento de las repúblicas y


auténticas democracias se madura entre hombres y mujeres que, sin renunciar
a su fe, quieren y luchan por un mejor futuro para sus pueblos, sin reyes ni
imperios. Se maduran posiciones políticas que entienden “la inutilidad de la
guerra” y cada vez mas los latino-americanos comprenden la cíclica estupidez
del bumerang de la violencia.

El papel de la mujer finalmente se comienza a reconocer protagónico para las


decisiones no solo hogareñas sino del destino de los pueblos. Es claro: en
medio de la historia, partiéndola en dos, están también el LAICADO y la laica
por excelencia: María, aquella laica que unida entrañablemente a su hijo,
partió también en dos la historia de la humanidad. Ella, Reina de la Paz,
camina junto al LAICADO que se organiza y trabaja por alcanzar sus sueños e
ideales. Parecen no hablar. Pero viven, oran, trabajan. Y cuando hablan,
sus hechos quedan para la historia. Como María, justo a su momento, el
LAICADO proclamará su Magnificat y sus acciones, su vivir la Palabra, quedará
para la historia. Hoy como ayer, Juana de Arco o Tomás Moro, Rita de Casia o

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Luisa de Marillac, Federico de Ozanam o Rosa de Lima y tantos otros grandes
laicos, nunca lejos de otros santos, otros colosos pertenecientes al orden
sagrado. Pero entre todos ellos no un laico, sino UNA laica, brilla y alumbra,
aún más, inclusive, respetada, admirada y venerada por fieles de diversas
religiones. Sin duda, la más bella flor de la Humanidad es MARIA, la más
bella laica en la historia de la Humanidad.

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