Cinco siglos del Evangelio en América Latina han madurado cinco conferencias
de nuestros pastores, pero no una por siglo, pues todas han sido en los
últimos 52 frenéticos años, de 1955 al 2007. Habiendo pasado 463 años del
primer encuentro “Oro, Evangelio y Reino”, en la adolescencia y juventud de las
repúblicas, pareció no sentirse necesario subrayar unas características propias
de la Iglesia local. Hoy es evidente que la Iglesia en América Latina expresa,
en perfecta unidad con la universal, su particular identidad. Y es que vino la
segunda mitad siglo XX, con esa modesta luz que iluminó la ausencia de
guerras mundiales y que acompañó nuevas y ricas posibilidades tecnológicas.
El mundo se hizo más pequeño gracias a aviones, televisores, celulares.
También más veloz y lleno de posibilidades, acumuló conocimientos y
experiencias, ofreció riqueza y flexibilidad en relaciones y asociaciones, junto
con la circulación y facilidades en la transmisión de información. Internet. La
“realidad” virtual. El fracaso económico y social de la Igualdad y los frutos de
injusticia de la incompleta Libertad. La Fraternidad fue herida, mientras la
semilla del Evangelio se entremezclaba con otras semillas de dulce y amargo
fruto. La historia de América Latina ha sido marcada por las grandes
desigualdades y la injusticia, junto a la continua aspiración a la utopía social y
la esperanza de alcanzar los frutos de un cristianismo maduro.
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produjo frutos tan magníficos desde la primera evangelización hasta hoy.”
LAICADO, Obispos y Papa coinciden que el patrimonio más valioso de la cultura
de nuestros pueblos es la fe en Dios Amor. “Reconocen con humildad las luces
y las sombras que hay en la vida cristiana y en la tarea eclesial” , dijeron en
APARECIDA, en sintonía con MEDELLÍN cuando se acataba “ el juicio de la
historia sobre esas luces y sombras.”
Pero, ¿por qué el mundo parece pensar que solo los consagrados son la Iglesia,
siendo el LAICADO, ciertamente su cuerpo? Pío XII, en 1946, expresaba como
“Ellos, especialmente ellos - el LAICADO - deben tener siempre mas clara
conocimiento de pertenecer no solo a la Iglesia, sino de ser la Iglesia, vale
decir la comunidad de fieles sobre la tierra, bajo la conducción de la cabeza
común, el Papa, y de los Obispos en comunión con el. Tales son la Iglesia.»
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Quizás como causa primaria, ha habido un poco de ignorancia y otro tanto de
confusión propiciadas por el clericalismo y el laicicismo; tales corrientes de aquí
y allá, no han permitido profundizar sobre el sentido del laico. Pablo VI, sobre
laico, dice que, “la etimología nos lleva a identificarla con aquella de “popular”;
«laos», en griego, significa pueblo. Por lo tanto, para nosotros, laico es aquel
que pertenece al Pueblo de Dios.” Hasta allí sacerdotes y religiosas cabrían en
tal acepción. Pero agrega luego, “el laico no es un sacerdote, el laico no es
un religioso. Y esto bastó para que el término laico asumiera en el lenguaje del
común el significado de profano, además de secular y después de no religioso o
peor, como se dice hoy, de laicicista y a menudo de antirreligioso y
anticlerical.” Otra explicación del origen nos lleva a quien pertenece al pueblo o
vive entre la gente del mundo. Larousse (1987) define laico como “que no
tiene origen sacerdotal o dependencia de cualquier opinión confesional”. Pero,
atención: el sacerdote, la religiosa, también tiene derechos civiles y religiosos,
hace parte del pueblo de Dios, es ciudadano de su patria, cumple deberes y
puede ejercer derechos. Debido al orden sagrado, sin embargo, es del laico,
de quien se espera afronte mas decididamente, las realidades temporales,
siendo fiel a su fe y al Evangelio, siendo fiel a su Iglesia.
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En una pregunta de los periodistas durante el viaje a Brasil a Benedicto XVI,
sobre el desafío que tiene la Iglesia de promover condiciones justas de vida en
Latinoamérica, reconocía el Papa que "hay un espacio legítimo en el debate",
añadiendo: "amo mucho a América Latina". “Responde a la misión religiosa
de la Iglesia, abrir también la mirada sobre las condiciones necesarias para las
soluciones a los grandes problemas sociales y políticos de América Latina”
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Ante las pretensiones de las corrientes abortista y pro-eutanasia proclamó el
papa que "El respeto por la vida, desde su concepción hasta su natural
declinación, como exigencia propia de la naturaleza humana, hará también de
la promoción de la persona el eje de la solidaridad, especialmente con los
pobres y los desamparados". Ya en Noviembre del 2006, en su tierra natal,
había expresado “El compromiso social por la defensa integral de la vida
humana”. Y un llamado a la recuperación de la familia: “No dejaré de insistir
en el empeño que se debe dar para asegurar el fortalecimiento de la familia
como célula madre de la sociedad" . Y apeló a "un nuevo vigor e impulso
misionero a este continente" latinoamericano.
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Luisa de Marillac, Federico de Ozanam o Rosa de Lima y tantos otros grandes
laicos, nunca lejos de otros santos, otros colosos pertenecientes al orden
sagrado. Pero entre todos ellos no un laico, sino UNA laica, brilla y alumbra,
aún más, inclusive, respetada, admirada y venerada por fieles de diversas
religiones. Sin duda, la más bella flor de la Humanidad es MARIA, la más
bella laica en la historia de la Humanidad.