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La Resolución 1.

254/18 del Ministerio de Educación de la Nación sobre Alcances y Actividades


profesionales reservadas de los títulos de grado. Establece la diferencia entre Alcances de los
títulos de grado (generalmente conocidos como incumbencias) y las Actividades Reservadas
Profesionales (AARR).

Por ley corresponde a las propias universidades establecer el Alcance de los títulos de grado que
emiten. Esto supone una consistencia entre los contenidos que se dictan en la carrera, la
formación práctica, la carga horaria necesaria y las competencias que requiere un profesional para
poder desarrollar esas actividades previstas en su alcance. La relacion entre Carrera y Alcance
debe ser garantizada por la carrera y es verificada por el Ministerio a la hora de dar validez oficial a
ese título. Este alcance es lo que en el ámbito profesional se conoce como “Incumbencia
Profesional”.

Por otro lado, surge del Art. 43 de la Ley de Educación Superior (LES), que hay algunas profesiones
cuyo ejercicio puede comprometer el interés público poniendo en riesgo de modo directo la salud,
la seguridad, los derechos, los bienes o la formación de los habitantes.

Sólo aquellas actividades que realicen estos profesionales y que implican un riesgo rigurosamente
directo, en tanto puedan producir un daño o impacto negativo en alguno de los valores
preservados por la LES, se denominan “actividades reservadas”. Actividades reservadas no son
sinónimo de Incumbencias. Alcance es sinónimo de Incumbencias. Las AARR son un subconjunto
del Alcance o Incumbencias e incluyen sólo las actividades que suponen riesgo directo. Algunas
AARR pueden ser compartidas por más de una profesión, lo que significa que todos los graduados
de las carreras que comparten una actividad reservada pueden ejercerla.

La Resolución 1.254/18 establece las nuevas AARR para todos y cada uno de los títulos incluidos en
el Art. 43 de la LES, derogando las anteriores. Específicamente, esta nueva nómina de AARR para
las carreras, con esta nueva interpretación rigurosa del Riesgo Directo es la que dio lugar a los
debates y cuestionamientos que vemos en estos días.

¿Quién determina las Actividades Profesionales Reservadas?

En nuestro país, es el Ministerio de Educación quien debe fijar, con acuerdo del Consejo de
Universidades, las actividades profesionales reservadas exclusivamente a los graduados con un
título comprendido en el artículo 43 de la LES. Es a su vez, quien debe garantizar a la población
que la formación de estos graduados es pertinente y eficaz en términos de habilitarlos a realizar
tales, y exclusivamente tales, actividades reservadas. Para esto existen los procesos obligatorios
de acreditación de carreras que se realizan bajo estándares comunes para todas las carreras de
una misma titulación en el país, sean estas otorgadas por instituciones de gestión pública o
privada. Es una forma de dar garantías a la población sobre la idoneidad de los graduados para
hacer estas AARR, cualquiera sea la universidad donde se hayan recibido. Esta acreditación de las
carreras es responsabilidad de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria. Es
también el Ministerio de Educación de la Nación quien debe otorgar el reconocimiento oficial a los
títulos que certifican, en definitiva, la formación académica recibida, y habilitan a los graduados
para el ejercicio profesional en todo el país. Ahora, el poder de policía sobre el ejercicio
profesional está delegado por el Estado Nacional en las provincias y por estas, a su vez, en las
asociaciones o colegios profesionales correspondientes.

¿Esta discriminación entre Alcances y Actividades Reservadas es nueva?

En realidad, lo nuevo es la interpretación rigurosa de Riesgo Directo que determina que una
actividad profesional sea reservada o no. El concepto de Alcance o incumbencias es el mismo y el
concepto de Actividad Reservada no cambió (de hecho, está definida por ley). De todas maneras,
al cambiar la interpretación del riesgo directo, estos conceptos que antes eran considerados
sinónimos, hoy dejan de serlo. Con ello, la nómina de las AARR de cada profesión debe ser
revisada y redefinida. Y esto es lo que hace la Resolución. Por eso algunas voces dicen que
recorta las incumbencias.

La Resolución 1254/2018 del Ministerio de Educación de la Nación en realidad no recorta


incumbencias o Alcance de ningún título. Sólo define un nuevo criterio de interpretación de la
Actividad Reservada, más restrictivo, y por ende, la lista de las mismas para cada título es más
limitada; sin que eso signifique directamente recorte en sus incumbencias, que sigue siendo
atribución de las Universidades establecerlas, con total autonomía y más margen aún.

En definitiva, la resolución establece las actividades profesionales que, por su riesgo potencial,
requieren de la intervención del Estado como garante ante la población, asignándolas a los
profesionales que pueden ejercerlas.

¿A qué carreras afecta esta resolución?

Afecta directamente a todas las carreras incluidas en el Art. 43 de la Ley de Educación Superior,
tales como Medicina, Ingeniería, Arquitectura, Psicología, Odontología, Farmacia, Bioquímica,
Veterinarias, Agronomía, Biología, Química, Geología, Computación. En definitiva, todas aquellas
cuyo ejercicio profesional pudiera comprometer el interés público, poniendo en riesgo de modo
directo la salud, la seguridad o los bienes de los habitantes. Precisamente por ese compromiso del
ejercicio profesional con el interés público, estas carreras deben ser acreditadas, dando de esta
manera el Estado las garantías necesarias a la sociedad de que los graduados pueden desarrollar
correctamente sus actividades profesionales reservadas, y sólo estas actividades, sin perjuicio de
que el alcance de cada titulación vaya más allá de ellas. También afecta indirectamente a las
carreras no incluidas en el Art. 43, ampliando de alguna manera su Alcance potencial, dado que la
nómina de las AARR en general ahora es más corta, dejando un campo mayor de actuación a estas
otras profesiones que no significan riesgo directo.

¿Esta Resolución impone la necesidad de cursar postgrados pagos para obtener incumbencias
que hasta ahora estaban reservadas a los títulos de grado, sin costo en las universidades de
gestión pública?

Eso no es así. Los postgrados universitarios en Argentina no tienen AARR. Un doctorado o maestría
no es habilitante para el ejercicio profesional ni faculta para llevar adelante tal o cual actividad
profesional. Por lo tanto, no puede interpretarse esto como una imposición a cursar postgrados
para alcanzar nuevas AARR por encima de las que tienen los títulos de grado. Las AARR están
exclusivamente definidas para las titulaciones de grado.

Mas allá de esto, en algunos casos la reducción ha sido muy drástica, pasando en algunos
casos de 15 o 20 a sólo 4 o 5…

Las AARR no son una cuestión de número. Es una cuestión cualitativa. Lo importante es cuáles son
esas AARR y no cuántas son. Por ejemplo, si uno mira las AARR del título de médico, nota que son
sólo dos: prescribir, diagnosticar, y llevar adelante tratamientos relativos a la salud humana y la
población, por un lado, y llevar adelante acciones promoción de la salud humana y la prevención
de enfermedades en personas y poblaciones. Esto no significa que los médicos puedan hacer
menos cosas que las que hacían antes. Ni que no puedan seguir haciendo lo mismo que antes. Los
médicos seguirán siendo y haciendo lo mismo que antes. Significa que, de todas las actividades
profesionales que puede realizar un médico (alcance), y que están formados para ello, estas dos
son reservadas para quienes tienen el título de médico. Ningún otro profesional que no incluya
estas actividades como reservadas podrá ejercerlas. Lo bueno es que, además de estas dos
actividades profesionales, cada Universidad podrá definir qué otras actividades puede realizar su
egresado de medicina, dando un perfil institucional que lo caracterice, identitario de su institución
conforme la misión y visión que esa universidad tenga de la profesión. Lo mismo pasa con todas
las profesiones.

Siguiendo con los ejemplos, los psicólogos podrán como hasta ahora participar en el ámbito
jurídico como forenses, en la educación y en el ámbito socio-comunitario. Lo que cambia es que
también otras profesiones lo podrán hacer, como los médicos forenses o los ingenieros forenses, o
los genetistas forenses o los físicos forenses, cada uno en el campo de aplicación de su profesión.
Suponer que la intervención forense es una actividad reservada exclusiva de una única profesión
es prohibir a todas las otras su actuación, y eso no es correcto en tanto puede que ni siquiera
suponga riesgo directo; más aún, en el mundo actual la concurrencia de diferentes profesiones,
visiones y disciplinas y la integración de los saberes en algunas actividades es imprescindible. En
este sentido, una actividad reservada profesional de “intervención en equipos multidisciplinarios”
es en sí misma una incongruencia ya que inhibe para actuar en el mismo objeto a otras
profesiones (disciplinas). Cosas como esta tenían lugar con la anterior concepción de las
actividades reservadas y hoy se han resuelto. Un caso similar se daba en la docencia, donde
algunas carreras del Art. 43 tenían como actividad reservada su desempeño en los niveles de
enseñanza en el campo respectivo. Esto deja afuera de la docencia a todos aquellos profesionales
que no tengan un título que no incluya esta actividad reservada, siendo que, en muchas carreras
universitarias, el ejercicio de la docencia de los profesionales es de fundamental importancia a la
hora de desarrollar competencias profesionales en los alumnos y graduados; en muchos casos su
actuación es imprescindible. Claramente, esto no significa que los profesionales que enseñan en
las universidades no deban transitar un proceso de formación docente, pero no creo que deba ser
excluyente.
¿Cómo fue el proceso de definición de estas actividades reservadas?

En el año 2013, en un marco de reflexión y con expectativas de mejora y re-ordenamiento, el


Consejo de Universidades consideró que era imprescindible una revisión de la interpretación y
aplicación del artículo 43 de la LES.

El producto de ese primer paso fue un documento que estableció y fundamentó los criterios
interpretativos a seguir en la aplicación del artículo 43 de la LES y dio marco conceptual y
procedimental a la revisión de las actividades profesionales reservadas de todos los títulos
incluidos en el artículo 43. En ese documento queda clara la condición necesaria de “riesgo
directo” de las acciones del ejercicio profesional y no un riesgo en sentido más amplio o indirecto
que podría llevar a extender la inclusión en el Art. 43 a prácticamente todas las profesiones.
Precisamente en base a esa condición de riesgo directo, y estrictamente directo, es que muchas de
las actividades reservadas profesionales vigentes hasta el momento dejan de serlo, sin dejar de
ser, por ello, alcances del título.

Para la revisión y definición de las actividades reservadas profesionales se conformaron


comisiones interdisciplinarias temáticas en el seno del Consejo Interuniversitario Nacional, con la
participación de rectores y especialistas propuestos por esos rectores. Estas comisiones trabajaron
durante 3 años y propusieron al Plenario del CIN, la nómina de AARR que estimaban pertinentes
en cada caso para las carreras del Art. 43. Esta nómina fue aprobada por la Res. CIN 1131/2016 y
fue presentada luego al Consejo de Universidades que finalmente las aprobó, prácticamente sin
modificaciones, en Acuerdo Plenario de diciembre de 2017.

¿Cómo sigue esto ahora ? ¿ Cuáles son los pasos a seguir en las universidades como
consecuencia de esta Resolución?

La aprobación de esta Resolución no impone ninguna obligación a las Universidades. Esto no exige
cambios de planes de estudios ni nada por el estilo en lo inmediato. De todas maneras, en primer
lugar, esta Resolución abre la puerta para que efectivamente las universidades definan con mayor
libertad el perfil que quieran para sus graduados, “deshomogenizando” las carreras. Esta
resolución da lugar a que cada universidad atienda e incorpore sus principios fundantes, misión,
visión, identidad, realidad regional y demandas sociales en el perfil y alcance de sus títulos.

En segundo lugar, nuevas AARR suponen un nuevo esquema de acreditación de carreras,


orientado a dar garantías a la sociedad sobre la adecuada formación de los profesionales a efectos
de que estos desarrollen estas nuevas AARR, y sólo estas. Esto significa que serán necesarios
nuevos estándares que establezcan los contenidos curriculares, intensidad de la formación
práctica y competencias necesarias para que el graduado pueda ejercer satisfactoriamente estas
AARR. Cuando estos nuevos estándares estén elaborados y vigentes, los procesos de acreditación
deberán necesariamente revisarse.

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