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Dentro de las señales de cronificación del estrés

¿Qué medidas de intervención psicofarmacológica existen?

El estrés es percibido como una emoción negativa y que tiene grandes repercusiones a nivel
físico y psicológico de la persona que lo padece. Cada uno experimentará el estrés de una
manera distinta y por una circunstancia, también, diferente. Es muy importante que
conozcamos cómo nuestro cuerpo responde ante una situación estresante para reconocer
los síntomas y poder gestionarlo de manera adecuada y a tiempo.
Los medicamentos para el estrés cada vez se consumen más, siendo el ritmo de vida que
llevamos una de las principales razones para presentar las sintomatologías referidas a esta
enfermedad, como puedan ser cansancio, nervios, ansiedad o incluso depresión. Tenemos
que desempeñar bastantes funciones y muy diversas a lo largo del día. Esto ocurre en el
ámbito laboral y en el personal. Probablemente, nos estamos convirtiendo en personas que
nos exigimos mucho a nosotros mismos y no nos recompensamos lo suficiente por lo bien
que lo hacemos. Toda esta carga que vamos acumulando, se acaba convirtiendo en estrés.
Esta palabra proviene del griego “stringere” que significa apretar. El estrés es una reacción
fisiológica que se produce en nuestros organismos para hacer frente a una situación que es
percibida como amenazante o de un alto nivel de demanda.
El tratamiento que se usa en las situaciones estrés es muy variado y debe estar supervisado
por un especialista. La intervención del psicólogo es muy importante para apoyar al
paciente en la gestión de sus emociones.
Medicamentos para el estrés más consumidos
1- Ansiolíticos
Los ansiolíticos, son los fármacos por excelencia que se usan en el tratamiento del estrés y
de la ansiedad. Es decir, los distintos ansiolíticos controlan los síntomas físicos asociados
con la ansiedad. Los más comunes son el temblor y la sudoración.
En función del trastorno de ansiedad y de la persona, requerirá un fármaco y unas dosis del
mismo determinadas. El mecanismo de funcionamiento de estos fármacos es por su acción
depresora en el sistema nervioso central, actuando contra la ansiedad, pero sin inducir un
estado de sedación o sueño.
Dentro de este grupo, encontramos los barbitúricos y las benzodiancepinas (o
tranquilizantes).
Barbitúricos
Estos fármacos actúan como sedantes del sistema nervioso central y sus efectos abarcan
desde el estado de relajación, como la sedación suave hasta la anestesia total.
Las personas que los consumen han de ser cautas puesto que los barbitúricos ejercen un
gran poder de adicción, de tipo físico y psicológica.
Tranquilizantes
También conocidos como Benzodiacepinas. Este tipo de medicamentos son sustancias que
inducen la depresión del Sistema Nervioso Central. Su acción, en dosis bajas, disminuye
los niveles de excitabilidad nerviosa y si se consume en grandes dosis son capaces de
inducir el sueño.
Este tipo de medicamentos, contribuye a la desaparición del estrés durante unas horas, pero
una de sus grandes contraindicaciones que no enseña al paciente a manejar por sí mismo los
nervios y su estado de ansiedad.
Las Benzodiacepinas provocan una gran adicción por eso es importante que no se abuse de
ellos y que cuando se tomen, sea bajo la supervisión médica pertinente.
2- Antidepresivos
A pesar de que por su nombre parezca que sólo deban ser usados en el tratamiento de la
depresión, realmente los antidepresivos pueden ser usados en el tratamiento del estrés y de
la ansiedad.
Su mecanismo de acción es muy sencillo, contribuyen a aumentar los niveles
de serotonina en nuestro sistema nervioso central. De esta manera, se consigue que mejore
el estado de ánimo de las personas que lo consumen.
Por normal general, los antidepresivos usados como tratamiento de la ansiedad, se inician
en dosis bajas y, progresivamente, la dosis va siendo mayor.
3- Neurolépticos
Conocidos como antipsicóticos. Cuando son tomados en dosis bajas, ejercen propiedades
ansiolíticas. Algunos de ellos son la rispedirona, la olanzapina y la quetiapina. Son usados
en el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo compulsivo y el trastorno de
pánico.
Debido a la gravedad de sus efectos secundarios, el uso de los neurolépticos debe estar
restringido a los pacientes que no hayan respondido, previamente, a otro tratamiento
farmacológico o bien, que sufran esquizofrenia o a las personas mayores que comiencen
con la sintomatología relacionada con la agitación.
4- Simpaticolíticos
Trabajan reduciendo el sistema catecolaminérgico, reduciendo así las acciones del sistema
nervioso simpático.
El uso por el que son más conocidos es por actuar como hipertensivos, pero también están
indicados para el tratamiento de distintos trastornos de la ansiedad, entre ellos: trastorno de
ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y el trastorno por estrés postraumático.
5- Inhibidores selectivos de la recaptación de GABA
Estos fármacos actúan inhibiendo la actividad del principal neurotransmisor del Sistema
Nervioso Central que es el GABA.

¿Qué medidas de intervención psicoterapéutica existen?

Son muchas las técnicas que existen para permitir a cualquier persona a sobrellevar el
estrés, es decir convivir con él sin que te haga daño. Por ello, es importante aprender a
conocer tu interior para reconocer los síntomas del estrés y manejarlo antes de que él te
maneje a ti. Entre las terapias más recomendadas, Salud180 te sugiere probar estas cinco:

1. Aromaterapia: es una técnica oriental muy antigua, cuyo efecto es relajar. Consiste en
utilizar aceites de hierbas y otras plantas aromáticas, que la ser aplicadas en el cuerpo,
logren la relajación o el alivio de un dolor o trastorno. Estas soluciones se pueden aplicar
sobre la piel con un relajante masaje, inhalar en forma de vapor o del humo generado por
velas aromáticas, agregarse en forma de burbujas o aceites en el agua del baño o usarse en
compresas que se aplican en determinados lugares del cuerpo.

Esta técnica basa su eficacia en dos mecanismos básicos: el sentido del olfato y la
capacidad absorbente de la piel. Los terapeutas afirman que la inhalación de determinadas
fragancias hace que el cerebro libere productos químicos que combaten el estrés y la fatiga.

2. Respiración: el control adecuado de la respiración es una de las estrategias más sencillas


para hacer frente a las situaciones de estrés. Tener hábitos correctos de respiración es muy
importante porque aporta al organismo el suficiente oxígeno para el cerebro. El objetivo de
las técnicas de respiración es facilitar el control voluntario de ésta y automatizarlo para que
pueda ser mantenido en situaciones de estrés.

3. Risoterapia: el buen humor genera mayor productividad y disminuye el estrés. El humor


es un resorte motivador por excelencia, que además de ser una válvula de escape para la
tensión, propicia la creatividad y ganas de trabajar.

El humor debe ser considerado como un coadyuvante del bienestar, del mejoramiento de la
organización y de la persona. Conlleva la solución de conflictos, resistencia a la excesiva
carga de estrés y establece una comunidad más fluida, y es una excelente medicina que
reduce la tensión, ansiedad y depresión.

4. Masaje: cuando los músculos se encuentran tensos o han sido sometidos a demasiado
esfuerzo acumulan sustancias de desecho que causan dolor, rigidez, e incluso, espasmos
musculares. Al incrementar la circulación hacia y desde los músculos, el masaje acelera la
eliminación de estas sustancias tóxicas y dañinas. A la vez, el masaje hace que llegue
sangre y oxígeno fresco a los tejidos con lo que se aligera el proceso de recuperación de
lesiones y de numerosas enfermedades.

5. Musicoterapia: la música influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las


contracciones estomacales y los niveles hormonales. Los ritmos cardiacos se aceleran o se
vuelven más lentos de forma tal que se sincronizan con los ritmos musicales. También se
sabe que la música puede alterar los ritmos eléctricos del cerebro.

La terapia musical sostiene que lo que uno escucha puede afectar la salud positiva o
negativamente. El sonido puede ser un gran sanador. Los terapeutas musicales utilizan el
sonido para ayudar con una amplia variedad de problemas médicos, que van desde la
enfermedad de Alzheimer hasta el dolor de muelas.

El hecho de utilizar una técnica para el manejo del estrés y poder controlar sus efectos
nocivos no quiere decir que ya se ha curado una enfermedad que surgió a partir del mismo,
es importante acudir al médico respectivo para evitar mayores complicaciones.

Bibliografía

American Psychiatric Association. (1994). Diagnostic and statistical manual of mental


disorders (4thed.). Washington, DC: APA.

Amutio Careaga, A. (1999): Teoría y práctica de la relajación. Un nuevo sistema de


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Beck, A.T., Rush, A.J., Shaw, B.F., Emery, G. (1979).New York: Guilford. Cognitive
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Brown & Fromm. (1986). Hypnoanalysis and hypnotherapy Hillsdale. NY: Lawrence
Erlbaum Associates.

Cormier, W.H. & Cormier L.S. (1994). Estrategias de entrevista para terapeutas. Bilbao:
Editorial Desclee de Brouwer

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