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Administración Científica

Objetivo principal: Asegurar la máxima prosperidad para el patrón y para el empleado.


Para el patrón, el máximo de prosperidad no significa la obtención de grandes
beneficios a corto plazo, sino el desarrollo de todos los aspectos de la empresa para
alcanzar un nivel de prosperidad. Para el empleado, el máximo de prosperidad no
significa obtener grandes salarios de inmediato, sino un desarrollo personal para
trabajar eficazmente, con calidad y utilizando sus dones personales.
Esta prosperidad no puede existir más que como resultado de la máxima
productividad. Busca eliminar el desperdicio y las pérdidas sufridas por las empresas y
elevar los niveles de productividad mediante la aplicación de métodos y técnicas de
ingeniería industrial.
Contexto histórico de la administración científica
Estados Unidos es el país donde se concentra principalmente el desarrollo histórico de
la administración y del estudio de las organizaciones. A final del siglo XIX y principios
del XX se instala la tradición estadounidense de sistematizar los conocimientos
emergentes de las experiencias de la aplicación de nuevas técnicas y procedimientos
de la administración en la industria naciente.
Se distinguen dos etapas básicas del desarrollo del pensamiento administrativo y
organizacional en Estados Unidos:
Administración industrial (1880- 1910) la primera Revolución industrial consolidó,
primero en Europa y después en Estados Unidos, el sistema de fabricación al
establecer el tránsito del taller artesanal al taller fabril, que se constituye, a su vez, en
antecedente inmediato de la fábrica industrial. a partir de la segunda mitad del siglo
XIX, se inicia la sistematización de los conocimientos sobre administración industrial y
organización del trabajo, producto de la experiencia empírica de militares,
empresarios, funcionarios e ingenieros relacionados directamente con los problemas
de organización y producción.
La organización científica del trabajo (1911-1960) La contribución más importante a la
organización del trabajo en la modernidad es desarrollada principalmente por
Frederick W. Taylor.
Es en la década de 1920 cuando se inicia el desarrollo del estudio de la organización
con fundamentos teóricos y metodológicos, justamente para investigar las causas que
motivaban la resistencia, principalmente obrera, a la administración científica. En este
contexto se desarrolla la Teoría de la Organización a partir del experimento de la
Hawthorne, que dio origen al enfoque de las relaciones humanas y que creó las
condiciones organizacionales que propiciaron la plena implantación de la
administración científica, ya que a partir de dicho experimento se descubrió que, entre
otros hallazgos, la resistencia obrera era causada principalmente por el carácter
disciplinario e impersonal que imponía el nuevo método de organizar el trabajo.
También se descubrió la importancia de la socialización de los trabajadores en la
empresa a través de grupos informales, lo que facilitaba la aplicación de la
organización científica de trabajo.
El sistema Taylor y la “descualificación”
El sistema de Taylor se caracteriza por buscar el aumento de la producción y de la
productividad. Sin embargo, esta propuesta contribuyó a destruir las habilidades de los
obreros cuando se estableció la separación del diseño y la operación con el argumento
de la necesidad de eliminar la flojera sistemática mediante la organización científica
del trabajo.
Esta tarea, desde la perspectiva de Taylor, era imposible de ser realizada por los
propios obreros. Para ello era necesario contar con los conocimientos científicos de los
ingenieros, por lo que Taylor propuso la incorporación en la estructura organizacional
de un departamento de diseño para planear y organizar el trabajo.
Al analizar los métodos de trabajo, la principal preocupación de Taylor era que el
trabajador aprendía la manera de ejecutar las tareas de su trabajo observando a sus
compañeros y recibiendo consejos de sus padres, y a la vez éstos habían aprendido de
los suyos. El conocimiento o las experiencias se transmitían en forma oral por
generaciones, lo cual traía como consecuencia que hubiese infinidad de métodos en
cada oficio para realizar una misma tarea, y a la vez que se tuviera que utilizar una gran
variedad de instrumentos y herramientas diferentes en cada operación. La intención
fue depurar esta situación y crear, a través de un estudio científico de tiempos y
movimientos, la mejor manera de llegar a los mismos resultados pero con un mínimo
de esfuerzo y una estandarización de procesos y herramientas, evitando así el uso de
métodos empíricos y rudimentarios por parte del trabajador y generando un método
científico dirigido a la organización racional del trabajo.
En este contexto, el taylorismo se puede ubicar en la segunda Revolución industrial a
fines del siglo XIX. Su fundamento es el principio mecánico. En esta etapa del
maquinismo se nota una clara tendencia a convertir al obrero en un apéndice de la
máquina al profundizar la rutinización de su trabajo,
Para tal fin, Taylor propone cuatro principios básicos para la administración científica
1.El principio de planeación. Es indiscutible la necesidad de crear un área o
departamento que se dedique al análisis, desarrollo y mejoramiento de las actividades
laborales, para sustituir por completo la improvisación y sentido común a la toma de
decisiones por un concepto y cuerpo científicos.
2. Principio de selección científica de los trabajadores, así como de los recursos y
materiales que se han de utilizar en el proceso de trabajo. La preparación y
entrenamiento de las personas deberán estar acordes con sus habilidades, vocación y
características físicas. Además, se deberá tener cuidado en la preparación de la
distribución física de la planta, evitando flujos innecesarios en el proceso de trabajo, y
la disposición racional de las herramientas y el material que se han de utilizar.
3. Principio de control. Vigilar y controlar el trabajo de acuerdo con el método
planeado, certificando así la aplicación de las normas establecidas. Es necesario que la
gerencia intervenga y colabore para que toda ejecución sea posible.
4. Principio de ejecución. Para un eficiente logro de objetivos es importante tomar en
consideración la división de trabajo; con ello se garantizarán la disciplina y orden en el
proceso.
5. Principio de excepción. Las decisiones más comunes deben reducirse a la rutina y
delegarse a los subordinados, dejando los problemas más serios e importantes a los
mandos superiores. Los sistemas anteriores de administración establecían que cada
obrero tenía la responsabilidad de efectuar su tarea de acuerdo con su criterio, con
relativamente poca ayuda y asesoramiento de la dirección. El objetivo preciso
entonces era la racionalización de los métodos de producción, para lograr mayor
rendimiento: más producción, mejor aprovechamiento de los esfuerzos y menores
costos. Para realizar el trabajo de acuerdo con leyes científicas, la dirección debe
estudiar y ejecutar ella misma gran parte del trabajo que se confía a la iniciativa de los
obreros; casi todas las operaciones del taller debieran estar precedidas por uno o más
actos previos de la dirección que permitan al obrero hacer su trabajo mejor y más
rápidamente que antes. Cada obrero debiera ser instruido diariamente por sus
superiores y recibir de estos la ayuda cordial, en lugar de ser, por una parte, compelido
o forzado por su capataz, y, por la otra, abandonado a su propia inspiración. Esta
cooperación estrecha e íntima entre la dirección y los obreros constituye la esencia de
la moderna administración científica.
Para el diseño de la organización del trabajo que permita un control real sobre los
obreros, Taylor propone el establecimiento de un departamento pensante (thinking
department), cuyas funciones principales serían la distribución, la fabricación, salarios
y personal, ya que éste se constituye como un obstáculo para la producción en masa
por dos razones: en primer lugar, el oficio es un modo de resistencia obrera a la
intensificación del trabajo, ya que a través de éste el trabajador monopoliza el
conocimiento de los procesos de producción, excluyendo a los patrones de él, de tal
forma que la única alternativa del capital para dominar el trabajo es mediante un
contrato que le permita sancionar a aquel trabajador que no cumpla sus obligaciones
contractuales.
Las nuevas tareas encomendadas a los inspectores se centraban en alejar los
productos defectuosos del alcance de los consumidores. Uno de los métodos más
comunes para alcanzar este fin, era la determinación de lotes de las materias primas y
productos en proceso para evaluar, tomar muestras y establecer, a través de la
evaluación, a disposición del lote. A partir de la muestra se separaban los productos
defectuosos del resto.
La mayoría considera que se trata de intereses forzosamente antagónicos los que
oponen empleados y patrones cuando son únicos e iguales, necesariamente
vinculados. la supuesta mentira de que un incremento en la productividad de un
trabajador o de las maquinarias, tiene como consecuencia una reducción del plantel de
empleados; algunas de las causas fueron; procedimientos de trabajo inadecuados, que
llevan a los trabajadores a reducir su rendimiento, aprovechando la ignorancia de los
propietarios; ineficientes métodos de trabajo, que no aprovechan el potencial
humano y de maquinarias que se disponga.
Los elementos que componen su mecanismo administrativo son los siguientes:
1. El estudio de tiempos y movimientos, con los instrumentos y sistemas
adecuados.
2. La necesidad de crear un departamento específico de planeación en la
empresa.
3. La “estandarización” tanto de herramientas e instrumentos así como de las
actividades que se realizan en la empresa para cada clase de labor.
4. . El empleo de reglas de cálculo y demás instrumentos que permitan
economizar el tiempo.
5. Las llamadas cédulas de instrucción a los trabajadores.
6. El principio de “excepción”, necesario para analizar exclusivamente los casos
que crean conflicto dentro de las empresas.
7. El despertar la “iniciativa” del trabajador y compensarla con una bonificación
generosa en el éxito d e sus labores.
8. Aplicar la “tasa diferencial”.
9. Crear un principio de orden a través del uso de sistemas mnemónicos para
clasificar los productos manufacturados, así como los instrumentos utilizados
en el proceso..
10. Desarrollar un sistema moderno de costos.

Por lo tanto, el patrón debe proporcionar algún estímulo especial, y éste debe darse
bajo diferentes formas: la esperanza de una mejora o ascenso rápido, salarios más
elevados, ya sea en forma de una tarifa más generosa o de una prima o bonificación de
alguna especie por el trabajo veloz y bien hecho. Esto llevó a una remuneración basada
más bien en lo que hacía el obrero, es decir, por número de piezas y no por jornada de
trabajo. El obrero que produjese poco, ganaría poco; el obrero que dentro de su
tiempo estándar produjese el nivel requerido entonces, independientemente de su
salario por piezas, sería remunerado con un premio o incentivo salarial adicional por
pieza extra. Con el plan de incentivo salarial, Taylor buscaba conciliar los intereses de
la empresa en obtener un costo de producción cada vez más reducido y, por ende,
mayor productividad, así como mayores márgenes de utilidad, con el interés de los
obreros en obtener salarios más elevados
Henry Ford nace en 1863, se convierte en continuador de la obra de F. W. Taylor y en
un puente generacional entre el empresario liberal y el que surge de la crisis del
librecambismo. Agrega al taylorismo los siguientes principios complementarios:
a) Integración de los diferentes segmentos del proceso de trabajo a través de un
sistema de guías y medios de mantenimiento que permitan el desplazamiento de las
materias primas en proceso de transformación y su conducción ante las máquinas
herramientas (cadena de producción semiautomática).
b) Asignación de los obreros a puestos de trabajo cuyo emplazamiento está
rigurosamente determinado por la configuración del sistema de máquinas. El obrero
pierde totalmente el control sobre el ritmo de trabajo y su capacidad creativa sobre el
producto.
·
El enfoque típico de la escuela de la administración científica es el énfasis en las
tareas. El nombre administración científica se debe al intento de aplicar los
métodos de la ciencia a los problemas de la administración, con el fin de alcanzar
elevada eficiencia industrial. Los principales métodos científicos aplicables a los
problemas de la administración son la observación y la medición. La escuela de la
administración científica fue iniciada en el comienzo de este siglo por el ingeniero
mecánico americano Frederick W. Taylor.

Frederick Taylor: En su teoría realiza el estudio de las tareas y la división del


trabajo. Interés por aumentar la productividad de tal manera que el salario de sus
empleados depende de su nivel de producción.
*Parte de lo particular a lo general
PRINCIPALES APORTES:
- El estudio de tiempos y movimientos
- La especialización de los trabajadores
- Aplica métodos científicos al problema global con el fin de formular
principios y establecer procesos estandarizados
- Los empleados deben ser entrenados científicamente para perfeccionar
sus aptitudes
- Cultivación de una atmósfera de cooperación y cordial entre la gerencia
y los trabajadores
PRINCIPIOS:
- Planeación: sustituir el trabajo improvisado y la actuación empírico-
práctica por métodos y procedimientos científicos
- Preparación: Seleccionar científicamente a los trabajadores de acuerdo
a sus aptitudes y prepararlos
- Control: Controlar el trabajo para certificar que está siendo ejecutado
de acuerdo con las normas establecidas
- Ejecución: distribuir distintamente las atribuciones y las
responsabilidades, para que la ejecución del trabajo tenga disciplina.

https://youtu.be/pASdJsRqbsU
https://sites.google.com/site/acupnfmhn20131/

http://zaloamati.azc.uam.mx/bitstream/handle/11191/2955/frederick-winslow-taylor-
y-la-administracion-cientifica-contexto-realidad-y-mitos.pdf?sequence=1&isAllowed=y
http://fcaenlinea.unam.mx/2006/1130/docs/unidad3.pdf

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