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Las auditorías ambientales surgen para controlar el desgaste y el abuso que el tejido
empresarial de los distintos países ejerce sobre el medio natural, intentando paliar,
reducir el daño que generan con sus actividades productivas y lograr la mayor eficiencia
energética posible.
Para llevar a cabo una auditoría ambiental, la empresa puede designar a un responsable
o recurrir a una empresa externa, como las consultorías medioambientales, que evalúe
la efectividad de las medidas adoptadas para la preservación del medio ambiente. Sea
quien sea el auditor, debe contar con los conocimientos necesarios para poder llevarla a
cabo. Se espera de él imparcialidad y objetividad para que sea una evaluación fiel y real
de la situación empresarial, de modo que se puedan detectar ámbitos de mejora en los
que aplicar medidas correctoras.
Planificación de la auditoría
El punto de partida de una auditoría ambiental es la elección del responsable de la
auditoría. Una vez designado el equipo auditor, se le proporciona la información
necesaria para la planificación de la agenda y para fijar la metodología que se aplicará
para llevar a cabo la auditoría ambiental.
❖ Misión de la compañía.
❖ Mapa de situación.
Desarrollo de la intervención
Cierre de la auditoría
Existe un Registro en el que figuran las empresas que se guían por la normativa EMAS,
de modo que se benefician de la buena reputación que genera el interés y la
preocupación por el medio ambiente. La concienciación de la sociedad con este tipo de
temas hace que se busquen empresas con estos perfiles, incrementando así las
posibilidades de aumentar su volumen de negocio con respecto a la competencia.
Si después de leer este artículo te surgen dudas sobre las auditorías medio ambientales o
quieres obtener tu certificación UNE-EN ISO 14001 o Reglamento EMAS, en CTMA
estaremos encantados de asesorarte. ¡Comienza a disfrutar sus beneficios!