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INSTITUCIÓN EDUCATIVA COLEGIO GUILLLERMO NIÑO MEDINA

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES

TEMA: Europa en los siglos VIII y IX


OBJETIVO. Conocer la evolución de los reinos europeos.
COMPETECIA interpretativa

Señores estudiantes, hasta ahora hemos visto: 1. La formación y caída del impero romano en un lapso de tiempo
de 800 años que va, maso o menos, desde el siglo IV antes de cristo hasta el siglo IV después de cristo); 2. El
surgimiento del cristianismo que va desde el nacimiento y muerte de cristo desde el año cero en adelante y que
abarcó casi todos los territorios que habían sido del Imperio Romano; 3. La invasión de los reinos germanos que
bajaron el norte de Europa des la península Escandinava desde en los siglos III y IV y que terminaron con el
imperio romano; 4. Surgimiento de la Iglesia Católica Apostólica y Romana a finales del siglo IV; 5. La ubicación
de los reinos germánicos en el territorio de lo que es hoy Europa y; 6. Surgimiento de la religión musulmana en
arabia fundada por Mahoma a finales del siglo VI y comienzos del siglo VII.

No sobra recordar que el imperio romano se dividió en dos: el imperio romano de Oriente (en Turquía Estambul y
en Milán Italia). El imperio romano de Occidente sucumbió, se acabó por la invasión de los germanos y los
mongoles, pero el imperio romano de orientes se mantuvo durante mil años más.

Ahora vamos a ver que paso en el siglo VIII y IX. A principios del siglo VIII el Reino Franco de los Merovingios
estaba tocando a su fin, sumido en la decadencia de un gobierno dirigido por los mayordomos de palacio y divido
entre Austrasia, Borgoña y Neustria. Pipino de Austrasia, hijo de Carlos Martel, se coronó rey con el apoyo del
pueblo y también de la Iglesia en la figura del Papa Zacarías, instaurando una nueva dinastía afín a los intereses
de los católicos. Tanto es así que gracias a Pipino se crearon los Estados Pontificios en la península italiana. Una
vez que fallece Pipino en el año 768, el reino queda dividido entre sus dos descendientes, Carlos y Carlomán.

Tan sólo tres años después muere Carlomán, quedando todo el reino en manos de Carlos (quien sería conocido
como Carlomagno), quien se encargó de volver a unir el reino (Austrasia, Borgoña y Neutria) y anexionar también
Aquitania y Provenza, además de emprender una importante campaña expansionista. Tras someter a los
lombardos en el año 774 se autoproclamó como “Rey de los francos y los lombardos” y poco después sometió
también a los Bávaros, en el 796, y logró la conversión al catolicismo de los frisones y los sajones. Durante el año
800 el Papa León III ofició la coronación de Carlomagno como emperador del Sacro Imperio Romano en
reconocimiento a su labor de expansión del catolicismo. Su labor también incluyó la edificación de imponentes
catedrales y monumentos religiosos, así como organizar la administración de los bienes y funciones de la Iglesia
en función de los territorios. Al morir Carlomagno en el año 814 es su hijo Ludovico Pio quien le sucede en el
trono como emperador, pese a que éste ya era monarca de Aquitania.

La gran pasión por la cultura y una fuerte convicción religiosa hicieron que el periodo de gobierno de Ludovico se
caracterizase por una gran expansión cultural, así como un gran apoyo al catolicismo, llegando al punto de ceder
el tesoro acumulado por su padre a la Iglesia. Con su muerte en el año 843 el Imperio Carolingio comenzaba a
descomponerse ya que el territorio fue dividido nuevamente, esta vez entre sus tres hijos mayores: Lotario, Luis y
Pipino. Su hermano menor, Carlos, fue apartado del reparto por voluntad de los hermanos mayores.

De esta forma Lotario I se quedó con la zona central, que sería conocida como Lotaringia, su hermano Luis el
Germánico se quedó con las tierras orientales y Carlos el Calvo con las occidentales. La pronta muerte de Lotario
dejó sus tierras en manos de sus tres hijos: Lotario II, Carlos I y Luis II, quedando en manos de Luis II en el 869
(por el fallecimiento prematuro de sus hermanos) acentuando aún más la división del Imperio. Carlos el Calvo trató
infructuosamente de hacerse con la corona de Lotario II, pero tuvo que repartir las tierras con Luis el Germánico,
un acuerdo sellado en el año 870 con el Tratado de Meersen.

Al gran problema de la división se unía una nueva amenaza, la de las cada vez más frecuentes incursiones vikingas
que llegaban a las fronteras del Imperio. Por otra parte, los gobernantes que sucedieron a los hijos de Carlomagno
no fueron capaces de mantener la ya mermada unidad imperial, a pesar de lo cual la dinastía Carolingia logró
conservar el poder hasta el siglo X. En el siglo VIII el oeste de Europa vivió la invasión de los vikingos. A decir
verdad, llegaron por todas partes, aunque fundamentalmente lo hicieron desde el mar, en aquellos barcos que
todos hemos visto en televisión o en fotografías alguna vez. En la Inglaterra del siglo VIII pueden hablar
perfectamente de la ferocidad de estos vikingos, que saquearon todo lo que encontraron a su paso.
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DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES

El propio Carlomagno también sufrió a comienzos del siglo IX las acometidas vikingas. Las incursiones de estos
pueblos sobre las costas galas fueron constantes. Era el momento de la gran expansión vikinga, y su condición
guerrera parecía no tener límites. Pero, ¿por qué se inició la expansión vikinga?. Algunos apuntan al crecimiento
acelerado de la población escandinava, de donde procedían los vikingos. Las condiciones climatológicas de
Escandinavia no ayudaban mucho a la vida fácil, sobre todo debido a la falta de alimentos por la esterilidad de
sus tierras. Los vikingos necesitaban pues un mejor lugar para vivir. Otra de las causas de esta expansión vikinga
eran las luchas civiles que mantenían en sus tierras. Los reyes y jefes noruegos estaban siempre luchando entre
sí por el control del país. Tanto es así que hasta cinco reyes noruegos murieron en las sucesivas guerras civiles
en apenas dos décadas. Estaba claro que mucha gente tuvo que emigrar para huir de esta situación tan terrible
en su propia tierra.

Sin embargo los vikingos también eran amantes de las riquezas y los tesoros, y la Europa de los siglos VIII y IX
era un magnífico lugar para obtener posesiones importantes. El oro de los recién creados monasterios y el auge
de ciertas ciudades animaron a los vikingos a expansionarse. De vivir mal en su propia tierra a ser ricos en el
extranjero… la verdad que los vikingos lo tenían muy claro. A todo esto ayudó la gran habilidad que tenían los
vikingos para la construcción de barcos. Con ellos lograban desplazarse a gran velocidad, saqueando todo a su
paso y transportando a una gran cantidad de guerreros. Además en aquella época los ataques por mar eran mucho
más sorpresivos que los ataques por tierra. Precisamente las ciudades con más riquezas siempre estaban
curiosamente al lado de los ríos y mares. Un botín demasiado suculento como para ser dejado a un lado.

Taller de trabajo en clase: a) remarque el croquis de Europa; b) identifique los países invadidos por los reinos
germánico. c). haga una línea del tiempo con la información del primer párrafo. d) Haga un resumen sobre los
vikingos. e). haga un mapa conceptual con la familia o reino de los francos, un árbol genealógico. f). diga con sus
palabras que aprendió hoy. g). por qué los vikingos invadieron Europa.

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