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Silvia Fernanda Hernández Acevedo código:2190838

Auschwitz
Auschwitz, lejos de ser lo que inicialmente se había planteado como un mecanismo para el
Schutzhat o más conocida como custodia preventiva fue en realidad una serie de violaciones
contra la integridad humana y los derechos. Si hablamos de Auschwitz no podemos hablar
de derechos, pues dadas las circunstancias injustificables, se declaró un estado de excepción
para la minoría como los judíos, homosexuales, personas de color etc. Que eran llevados al
campo. Como su nombre lo dice, el hecho de ser un estado de excepción permite que los
poco o casi inexistentes derechos se vulneraran en su máxima expresión, ya que al estar allí
dentro no fueran considerados humanos sino animales, o, mejor dicho, al estar en
indeterminación eran ¨Homo Sacer¨ o sea, cualquiera podía disponer de sus vidas.

Auschwitz fue posible gracias a una serie de factores como lo fueron: una minoría con el
poder, recursos e ideas demasiado radicales liderados por un dictador sin escrúpulos y
convencido de sus acciones. Soldados obligados por la coerción de la Alemania Nazi quienes
cumplían su trabajo sin cuestionar las órdenes ni dudar sobre sus acciones. Este
anteriormente mencionado fue el factor humano, pero también está el factor legal, pues
fueron las leyes y el mismo derecho lo que permitió que los campos y todos sus actos fuesen
una realidad. Como lo mencione al principio, el estado de excepción fue realmente el factor
legal que lo permitió, pues al hablar de un estado de excepción, hablamos de un mecanismo
legal usado en caso de que un dirigente considere que existe una situación extraordinaria o
peligro considerado gravísimo, este mecanismo contempla la suspensión o restricción
indeterminada de cualquier tipo de derecho (incluidos los fundamentales) de manera parcial
o total, dejando la vida de los prisioneros en manos de únicamente de la minoría con poder.

El derecho hoy y a pesar de Auschwitz es posible para hacer memoria de todos los actos
inhumanos cometidos, el derecho nos recuerda que todo se realizó de manera legal y esto
lo que busca es tratar de mejorar las leyes para así mismo tratar de evitar que se repitan los
campos como lo vimos en Auschwitz. El derecho es posible después justo para tratar de
evitar volver a lo mismo, de evitar que un grupo con poder pueda legalmente disponer de la
vida de quien le plazca.

Y sí, creo que Auschwitz puede y de hecho se repite. Un ejemplo mínimo es la zone d' attente
donde los extranjeros pueden ser retenidos 4 días antes de que la autoridad judicial
intervenga. Otro ejemplo es son las periferias de grandes ciudades post industriales que se
asemeja a los campos porque la vida vegetativa y la vida política entran en ciertos momentos
en una zona de indeterminación.
Sin embargo, si hablamos de los campos como antes, se podría creer que no se pueden
repetir de la misma manera, pero eso se pone en duda gracias a dos famosos experimentos
sociales. El primero es llamado "El experimento de Milgram". El líder de este expriemnto fue
Stan Lee Milgram, él quería comprobar hasta que puto la gente puede aceptar órdenes de
una figura autoritaria, aunque estas dañen de manera visible a otra persona. Para
comprobarlo creo un falso experimento donde supuestamente se evaluaba la memoria y en
el habían dos personas, a uno de ellos se le decía que siempre que el otro participante fallase
debía castigarse con descargas eléctricas, lo cierto es que no se estudiaba nada de la
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memoria y la persona que supuestamente recibía las descargas eléctricas era un actor y no
recibía daño realmente, pero se creó un escenario para que el que pulsase los botones fuera
consciente de que le estaba haciendo mucho daño a otra persona. A medida que avanzaban
en el supuesto experimento de la memoria, las descargas iban siendo más fuertes y el actor
iba quejándose cada vez más pidiendo pararan, que no podía aguantar todo aquello,
golpeaba el cristal, gritaba de dolor, decía que estaba enfermo del corazón y pedía que lo
sacarán de allí. Casi la mayoría cuando pasaban los 120 voltios empezaban a sentirse
molestos con la situación y empezaban a dudar. Pero si el investigador se mostraba confiado
y les decía que siguiesen, ellos lo hacían. Los resultados fueron increíbles porque casi el 70%
de los participantes llegaron hasta el final que eran unos 450 voltios y absolutamente todos
llegaron a los 300 voltios. Eso es porque a pesar de las súplicas y el aparente dolor que sentía
la otra persona continuaban porque creían que todo estaba justificado y no sentían
responsabilidad ya que sólo obedecían órdenes.
Tenemos otro ejemplo de un experimento psicológico llamado ¨La tercera ola¨. ¿cómo
enseñar a una clase entera que fue lo que ocurrió con el partido nazi.? ¿cómo nació? ¿cómo
creció? sobre todo ¿Cómo los alemanes permitieron y aceptaron el Nazismo? ¿Cómo
mostrarles que, en las condiciones adecuadas, aquella situación podría repetirse? Al profesor
Ron Jones del instituto Cuberley Highschool de Palo Alto, California, se lo ocurrió que la mejor
manera era hacer que sus estudiantes lo vivieran en persona. El explico que comenzó por la
disciplina, mantener a toda la clase fieles a unas normas y que estas se siguieran sin excusas:
orden control y disciplina; con ello quería que se empezaran a sentir orgullosos y con cierto
sentimiento de superioridad. Ese punto lo logro con bastante rapidez, puesto que toda la
clase parecía un pelotón de soldados: silenciosos, firmes y ordenados. Añadió además que
cuando se dirigieran a el siempre comenzaran la frase con ¨señor Jones¨, que se vistieran de
forma similar, que inventaran un saludo y finalmente les puso el nombre de ¨La tercera ola¨.
Todas estas últimas cosas que hizo a lo largo de los días, tenían como fin que el grupo se
sintiera parte de algo más grande, que ¨La tercera ola¨ fuese algo exclusivo, que fuesen
mejores que los demás. No tenía inicialmente intención de alargarlo mucho, pero viendo lo
bien que salían las cosas decidió seguir. Llegados a este punto ¨La tercera ola¨ ya era
conocida en todo el instituto. Los alumnos habían comenzado reclutar a más gente siguiendo
las exigencias del profesor y hasta hubo personas que informaban quienes no estaban
siguiendo las normas. En menos de una semana ¨La tercera ola¨ paso de 25 personas a más
de 200. Jones se sorprendió muchísimo; viendo aquello pensó que tenía que terminarlo
pronto, pues si esperaba más tiempo no podría detenerlos. ¨La tercera ola¨ había crecido
tanto que ellos mismos se asignaron líderes y reclutadores, empezaban tener una jerarquía,
y, aunque el señor Jones seguía siendo el líder, podrían llegar a ignorarlo o sustituirlo. Para
ponerle fin a todo aquello, un día les dijo que iba a hacer un anuncio importante para todos
ellos y los reunió en un aula, pero no tenía ningún discurso, se limitó a poner un documental
sobre el Nazismo. Había logrado de este modo no solo explicarles que lo que ocurrió con el
partido Nazi podría repetirse, sino que todos y cada uno de ellos lo había sentido en primera
persona

Los aspectos que son más relevantes en la discusión sobre el derecho después de Auschwitz
es la forma en que se relatan los testimonios de ambas partes, tanto victimas como
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victimarios. De parte de las victimas el horror y dolor con el cual narran los hechos y el
sentimiento de impotencia al saber que no podían hacer o decir nada, pues todo lo que
padecían era legalmente aceptado. Por parte de los victimarios fue la manera tan inexpresiva
y desinteresada con la cual se referían a sus crímenes sin una gota de arrepentimiento, pues
de nuevo, ellos solo cumplían órdenes y tenían una firme convicción y exceso de obediencia.

En referencia al ensayo de Giorgio Agamben resalto que en los campos se dieron porque a
los judíos, homosexuales, personas de color etc. Se les consideraba una amenaza que debía
ser neutralizada. Los campos fueron una parte del territorio que esta fuera del ordenamiento
jurídico normal, pero esto no lo hace un espacio externo. Agamben precisa (citando a Hanna
Arendt) que el principio que rige los campos es el dominio totalitario o mejor dicho el
principio de que ¨Todo es posible¨ como lo vimos reflejado con las diversas atrocidades
acontecidas.

Si tratamos de analizar Auschwitz basándonos en lo que es la banalidad del mal según Hanna
Arendt, llegaremos a la obvia conclusión de que a pesar de que no se ponga en duda la
naturaleza atroz de los actos que allí se cometieron, estos se le adjudican a la burocracia, por
ser operarios dentro de un sistema basado en los actos de exterminio. En este orden de ideas
Arendt afirma también que algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que
pertenecen sin reflexionar sobre sus actos. No se preocupan por las consecuencias de sus
actos, sólo por el cumplimiento de las órdenes. La tortura, la ejecución de seres humanos o
la práctica de actos ¨malvados¨ no son considerados a partir de sus efectos o de su resultado
final, con tal que las órdenes para ejecutarlos provengan de estamentos superiores.

Si voy más lejos, al punto de tener que dar una sentencia, primero comentare las sentencias
dadas por los tres jueces: Sempronio, Cayo y Ticio. Iniciare antes citando los argumentos de
la defensa de los enjuiciados, que en resumen sería: Los acusados, a pesar de haber
participado activamente en el que fue el fenómeno social y político más aberrante de la
historia de la humanidad, obraron en conformidad con las normas jurídicas vigentes dictadas
por los órganos legítimos del estado nacionalsocialista. Lo cual hace que aparte de estar
autorizados, algunos estuviesen legalmente obligados a realizar los actos por los cuales serán
juzgados, y usan el principio en latín ¨Nullum crimen, nulla poena sine lege praevia¨ lo que
vendría a significar que no se puede imponer una pena a un acto que no está prohibido por
el derecho que era válido en el momento de cometerse el acto. Sin embargo, el juez
Sempronio nos habla de los principios morales universalmente validos e inmutables que sería
llamados ¨derechos naturales¨. Además, afirma que al estar dicho sistema de normas en
oposición flagrante con los principios del ¨derecho natural¨, lo que hace es desnaturalizar el
nombre ¨derecho¨. Nos habla también de que los vencedores se someterán a las normas de
los vencidos y termina su sentencia votando por condenar a los procesados.
El juez Cayo, sin embargo, nos habla de que los juicios morales son meramente subjetivos y
están ligados a la época y lugar donde se lleven a cabo. Nos habla de que no existe ningún
procedimiento objetivo para demostrar la validez de ciertos juicios morales y la invalidez de
otros. Hace una crítica que su oficio como juez, ya que, al no ser políticos o moralistas, deben
actuar según su profesión de jueces, y por ende juzgar de acuerdo a las normas jurídicas,
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más allá de la moralidad. Habla también de los ¨principios de efectividad¨ que otorgan validez
a todo sistema normativo dictado por un poder soberano que ejerce de forma estable el
monopolio de la fuerza de cierto territorio. El juez Cayo no niega que los actos de los
acusados fueron moralmente horrendos, sin embargo, afirma que fueron jurídicamente
legítimos. Termina su sentencia recordándonos que los acusados ya fueron juzgados con una
condena moral y que ya no es necesario agregar una pena superflua y perniciosa, por lo
tanto, absuelve a los procesados.
El último juez, Ticio, hace una crítica a los otros jueces, con respecto a Sempronio lo apoya
con respecto al uso de ¨principios morales¨. Critica al juez Cayo por negar la existencia de
derecho natural, afirma que como jueces pueden hacer valer las convicciones de morales
para decidir este caso o pueden elegir atenerse exclusivamente a la aplicación de principios
y normas jurídicas. Afirma que no podemos negarnos a calificar de ¨Jurídico¨ el sistema Nazi.
Constantemente nos recalca que está en desacuerdo con el juez Cayo y también nos dice
que a pesar de que las normas jurídicas estipulan la obligación de realizar determinados
actos, no implica que debamos realizar este acto, aunque no nos quede otro remedio que
ejecutarlo. Critica también al juez Cayo por hablar de manera encubierta de la moral al
afirmar que toda norma jurídica es obligatoria y debe ser reconocida por los jueces, termina
la sentencia diciendo que no se puede dejar impunes a los personeros de un régimen que se
burló brutalmente de los valores, vota por condenar a los procesados.
Para hablar de mi postura como juez, primero debo destacar que estoy de acuerdo con la
defensa y el argumento latín de ¨Nullum crimen, nulla poena sine lege praevia¨. No niego la
existencia de ¨derechos fundamentales¨ sin embargo recalco el Estado de excepción que fue
la figura legal que permitió los crímenes. Estoy de acuerdo con el juez Cayo con respecto a
que la moral es subjetiva dependiendo de la época y el tiempo, muchas cosas que hoy en día
no son aceptadas, antes lo eran con total normalidad y legalidad. Estoy también de acuerdo
con calificar de jurídico el sistema Nazi, reafirmo (contrarío al juez Ticio) que las normas
jurídicas son obligatorias ya que estipulan la obligación y, más aún cuando no haya más
opción que apegarnos a ellas. Siguiendo este orden de ideas y usando los experimentos
psicológicos anteriormente mencionados como pruebas de la conducta innegable del ser
humano que obedece sin cuestionarse y anexando los testimonios de los verdugos que no
sintieron remordimiento o culpa alguna por sus actos (ya que solo seguían normas y
obligaciones de superiores), me permito afirmar sin atisbo de duda que a pesar de sus
aberrantes actos, los acusados no eran monstruos, tal vez si un peligro para la sociedad, por
el mero hecho de ser exageradamente obedientes, pero como ya se mencionó, eran buenos
padres, buenos esposos, buenos ciudadanos y buenos trabajadores. En su gran mayoría no
fueron conscientes de la magnitud de sus actos y los daños que ocasionaron, mi veredicto
está en condenarlos, pero no a morir o a ir directamente a la cárcel. ¿Por qué? Matarlos nos
volvería igual o peores a ellos, pues somos conscientes de que obramos mal. Mi solución es
aplicarles una justicia similar a la JEP, pues en gran medida es la manera más humana y
legalmente aceptada para que paguen por sus crímenes, pero no con sus vidas y les genera
la posibilidad de entender sus actos, de confesar lo que aún no sabemos y más aun de
reivindicarse a la sociedad

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