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CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA

ORGANIZADA TRANSNACIONAL (CONVENCIÓN DE PALERMO)

A finales del año 2000, en la ciudad siciliana de Palermo, en Italia, 124 países de
los 189 miembros de la Organización de la Naciones Unidas firmaron la
Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

El Tratado tiene dos objetivos principales.

 Primero: Tiene por objeto eliminar las diferencias entre los sistemas
jurídicos nacionales que en el pasado hubiesen podido bloquear la
asistencia mutua.
 Segundo: Establece normas para las leyes domésticas, de manera que se
pueda combatir con mayor eficacia la delincuencia organizada.

De esta manera, el acuerdo está básicamente orientado a promover la


cooperación en la lucha contra la criminalidad organizada, y en él se prevén
medidas que los países firmantes pueden adoptar en áreas como la asistencia
legal mutua, el control de la corrupción o el blanqueo de activos. También se
abordan asuntos como las medidas judiciales, la cooperación informal, las
pesquisas judiciales conjuntas y las técnicas especiales de investigación criminal.

Los esfuerzos de las Naciones Unidas por fortalecer la cooperación entre países
para la lucha contra el crimen organizado no son recientes, y se fueron
consolidando a lo largo de congresos que se realizaron cada quinquenio sobre la
prevención del delito.

En virtud de los avances significativos en la lucha contra la delincuencia


organizada, los países firmantes del protocolo están obligados a realizar un
esfuerzo conjunto y de cooperación con los organismos de seguridad, así como
los sistemas judiciales de los distintos países, para proponer un impulso a los
procesos de entrenamiento y de cooperación técnica, y apoyo a la asistencia
financiera y material para con los países menos desarrollados.

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada


Transnacional fue adoptada por la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas el
15 de noviembre de 2000; consta de 41 artículos, forma parte del Derecho Penal
Internacional y su importancia se debe a que es un instrumento penal internacional
que unifica definiciones y establece tipos penales en común para todos los
Estados que forman parte de la misma.

En esta convención destacan dos estrategias fundamentales:


 Armonizar las legislaciones nacionales de los Estados Partes para tipificar
delitos en común con la finalidad de lograr la compatibilidad de las acciones
 Desarrollar esquemas de cooperación entre los Estados para los
procedimientos de extradición y asistencia jurídica mutua, abarcando una
escala mundial, regional, subregional y bilateral.

Cabe señalar que la Convención de Palermo cuenta con tres Protocolos


adicionales, a saber:

 Protocolo contra el Tráfico Ilícito de migrantes por tierra, mar y aire.


 Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas,
especialmente niños.
 Protocolo contra el tráfico y producción ilícita de armas de fuego, sus
componentes y municiones.

Los instrumentos internacionales están orientados a fortalecer los mecanismos de


cooperación, por tal motivo la Convención de Palermo crea las bases para
enfrentar la criminalidad con un enfoque verdaderamente multilateral, concertando
los esfuerzos entre una gran diversidad de Estados y promoviéndolos a forjar
vínculos que con el tiempo deben afianzar.

Las sociedades criminales cuentan con tecnología y adiestramiento que les


permite infiltrarse con facilidad en las organizaciones públicas y privadas,
adquiriendo, en ocasiones, cuotas de Poder económico y político importantes que
amenazan la infraestructura legal de los Estados.

La complejidad del tema se encuentra en la existencia de un problema que por


naturaleza había sido nacional, transformándose en una preocupación de ámbito
mundial, por su capacidad para poner en peligro el funcionamiento de la sociedad,
la integridad de las instituciones públicas y privadas, y los equilibrios
internacionales.

Uno de los aspectos más resaltante de la Convención de Palermo, es haber


logrado una definición sobre Delincuencia Organizada para todos los Estados
Partes.

En este sentido, es necesario hacer referencia al artículo 2° de la Convención, en


el cual se define como GRUPO DELICTIVO ORGANIZADO “un grupo
estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe
concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos
tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a obtener, directa o
indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material”.
Así mismo, el citado artículo, define DELITO GRAVE como “la conducta que
constituya un delito punible con una privación de libertad máxima de al menos
cuatro años o con una pena más grave”; y define GRUPO ESTRUCTURADO
como “un grupo no formado fortuitamente para la comisión inmediata de un delito
y en el que no necesariamente se haya asignado a sus miembros funciones
formalmente definidas ni haya continuidad en la condición de miembro o exista
una estructura desarrollada.”

De igual forma es importante señalar el ámbito de aplicación de la Convención de


Palermo; en este sentido, el artículo 3° del referido instrumento internacional
establece su aplicabilidad para la prevención, investigación y enjuiciamiento de los
siguientes delitos:

• Es aplicable a los delitos previstos en la Convención (artículo 5 participación en


grupo delictivo organizado o sus actividades; artículo 6 blanqueo del producto
derivado de delito; artículo 8 corrupción; artículo 23 obstrucción de la justicia).

• Es aplicable a los delitos graves, de conformidad con la definición de la


Convención (pena de al menos más cuatro años o más grave) y siempre que sean
de carácter transnacional y entrañen la participación de un grupo delictivo
organizado.

DEFINICIONES DE LA CONVENCIÓN DE PALERMO

Para los fines de la presente Convención:

a) Por “grupo delictivo organizado” se entenderá un grupo estructurado de tres o


más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con
el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a
la presente Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio
económico u otro beneficio de orden material;

b) Por “delito grave” se entenderá la conducta que constituya un delito punible con
una privación de libertad máxima de al menos cuatro años o con una pena más
grave;

c) Por “grupo estructurado” se entenderá un grupo no formado fortuitamente para


la comisión inmediata de un delito y en el que no necesariamente se haya
asignado a sus miembros funciones formalmente definidas ni haya continuidad en
la condición de miembro o exista una estructura desarrollada;

d) Por “bienes” se entenderá los activos de cualquier tipo, corporales o


incorporales, muebles o inmuebles, tangibles o intangibles, y los documentos o
instrumentos legales que acrediten la propiedad u otros derechos sobre dichos
activos;

e) Por “producto del delito” se entenderá los bienes de cualquier índole derivados
u obtenidos directa o indirectamente de la comisión de un delito;

f) Por “embargo preventivo” o “incautación” se entenderá la prohibición temporal


de transferir, convertir, enajenar o mover bienes, o la custodia o el control
temporales de bienes por mandamiento expedido por un tribunal u otra autoridad
competente;

g) Por “decomiso” se entenderá la privación con carácter definitivo de bienes por


decisión de un tribunal o de otra autoridad competente;
ANEXO I

CONVENCIÓN DE PALERMO

Conscientes de la urgente necesidad de prevenir, combatir y erradicar la


fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas y componentes y
municiones, a causa de los efectos perjudiciales de estas actividades para la
seguridad de cada Estado y región y del mundo en general, que ponen en peligro
el bienestar de los pueblos, su desarrollo económico y social y su derecho a vivir
en paz.

Convencidos, por tanto, de la necesidad de que los Estados adopten todas las
medidas apropiadas a tal fin, incluidas medidas de cooperación internacional y de
otra índole en los planos regional y mundial.

Recordando la resolución 53/111 de la Asamblea General, de 9 de diciembre de


1998, en la que la Asamblea decidió establecer un comité especial
intergubernamental de composición abierta con la finalidad de elaborar una
convención internacional amplia contra la delincuencia organizada transnacional y
de examinar la posibilidad de elaborar, entre otras cosas, un instrumento
internacional contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas
y componentes y municiones.

Teniendo presentes los principios de igualdad de derechos y de libre


determinación de los pueblos, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y
en la Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las
relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la
Carta de las Naciones Unidas.

Convencidos de que complementar la Convención de las Naciones Unidas contra


la Delincuencia Organizada Transnacional con un instrumento internacional contra
la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas y componentes y
municiones será de utilidad para prevenir y combatir esos delitos.

ANEXO II

ESTATUTO DE ROMA

1. En su primera sesión plenaria, celebrada el 31 de mayo de 2010, la Conferencia


de Revisión del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, de conformidad
con el artículo 14 del reglamento de las Conferencias de Revisión (documento
RC/3, aprobado el 31 de mayo de 2010), nombró una Comisión de Verificación de
Poderes integrada por los siguientes Estados Partes: Costa Rica, Estonia, Irlanda,
Lesotho, Países Bajos, República de Corea, Serbia, Suriname y Uganda.
2. La Comisión de Verificación de Poderes celebró una sesión el 10 de junio de
2010.

3. En su sesión del 10 de junio de 2010, la Comisión tuvo ante sí un memorando


de la Secretaría de la Asamblea de fecha 10 de junio de 2010 relativo a las
credenciales de los representantes de los Estados Partes en el Estatuto de Roma
de la Corte Penal Internacional en la Conferencia de Revisión. El Presidente de la
Comisión actualizó la información que figuraba en el memorando.

4. Como se indicaba en el párrafo 2.1 del memorando, al momento de la


celebración de la sesión de la Comisión de Verificación de Poderes se habían
recibido credenciales oficiales de representantes en la Conferencia de Revisión,
en la forma requerida por el artículo 13 del reglamento, de los 72 Estados Partes
siguientes:

Albania, Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia (Estado


Plurinacional de), Botswana, Brasil, Bulgaria, Burkina Faso, Burundi, Canadá,
Chad, Chile, Chipre, Colombia, Comoras, Costa Rica, Croacia, Dinamarca,
Djibouti, Ecuador, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia,
Grecia, Guinea, Hungría, Irlanda, Italia, Japón, Jordania, Kenya, Lesotho,
Liechtenstein, Luxemburgo, Malawi, Malí, Mauricio, México, Montenegro, Namibia,
Nigeria, Noruega, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Polonia, Portugal, Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, República Centroafricana, República
Checa, República de Corea, República Democrática del Congo, República Unida
de Tanzanía, Rumania, Samoa, Senegal, Serbia, Sudáfrica, Suecia, Suiza,
Suriname, Trinidad y Tabago, Uganda, Uruguay, Venezuela (República
Bolivariana de) y Zambia.

5. Como se indicaba en el párrafo 2.2 del memorando, al momento de la sesión de


la Comisión de Verificación de Poderes, los Jefes de Estado o de Gobierno o los
Ministros de Relaciones Exteriores de los 12 Estados Partes que figuran a
continuación habían comunicado a la Secretaría de la Asamblea la información
relativa al nombramiento de sus representantes en la Conferencia de Revisión:

Bangladesh, Congo, ex República Yugoslava de Macedonia, Fiji, Gambia,


Georgia, Ghana, Nauru, Níger, Nueva Zelandia, Perú y Sierra Leona.

6. El Presidente recomendó que la Comisión aceptara las credenciales de los


representantes de todos los Estados Partes mencionados en el memorando de la
Secretaría de la Asamblea en el entendimiento de que las credenciales oficiales
de los representantes de los Estados Partes mencionados en el párrafo 5 del
presente informe se comunicarían a la Secretaría lo antes posible.

7. A propuesta del Presidente, la Comisión aprobó el siguiente proyecto de


resolución:
La Comisión de Verificación de Poderes, Habiendo examinado las credenciales de
los representantes en la Conferencia de Revisión del Estatuto de Roma de la
Corte Penal Internacional, según se indica en los párrafos 4 y 5 del presente
informe,

8. El proyecto de resolución propuesto por el Presidente fue aprobado sin


votación.

9. La Comisión de Verificación de Poderes recomienda a la Conferencia de


Revisión la aprobación de un proyecto de resolución (véase el párrafo 11 infra).

10. Habida cuenta de lo anterior, este informe se presenta a la Conferencia de


Revisión. Recomendación de la Comisión de Verificación de Poderes

ANEXO III

PACTO DE SAN JOSE

Reafirmando su propósito de consolidar en este Continente, dentro del cuadro de


las instituciones democráticas, un régimen de libertad personal y de justicia social,
fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre.

Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser
nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos
de la persona humana, razón por la cual justifican una protección internacional, de
naturaleza convencional coadyuvante o complementaria de la que ofrece el
derecho interno de los Estados americanos.

Considerando que estos principios han sido consagrados en la Carta de la


Organización de los Estados Americanos, en la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos que han sido reafirmados y desarrollados en otros instrumentos
internacionales, tanto de ámbito universal como regional.

Reiterando que, con arreglo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos,


sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la
miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus
derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y
políticos.

Considerando que la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria (Buenos


Aires, 1967) aprobó la incorporación a la propia Carta de la Organización de
normas más amplias sobre derechos económicos, sociales y educacionales y
resolvió que una convención interamericana sobre derechos humanos determinara
la estructura, competencia y procedimiento de los órganos encargados de esa
materia.

ANEXO IV

COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha venido observando con


gran atención el estado de los derechos humanos en Perú por un prolongado
período. A la luz de numerosas situaciones presentadas en ese país y que
afectaban los derechos humanos, la Comisión Interamericana visitó ese país en el
mes de mayo de 1989. Resultado de tal visita fueron dos detalladas
comunicaciones remitidas al Gobierno del Perú dando cuenta del resultado de las
observaciones realizadas y formulando las recomendaciones que, a juicio de la
comisión, permitirían superar algunos de los graves problemas individualizados.

La Comisión, en el desempeño de sus funciones, adoptó un conjunto de Informes


sobre casos individuales en el curso de los años 1988, 1989, 1990 y 1991 en los
que se da cuenta de la responsabilidad del Estado peruano por graves violaciones
a los derechos humanos. También en el curso de los años 1990 y 1991 adoptó la
decisión de remitir dos casos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos: el
referido a la muerte de numerosos internos en el Centro Penal de El Frontón en
1986 y el relacionado con la muerte de 40 personas a partir de los hechos
ocurridos en la localidad de Cayara, Ayacucho, en 1988.

A fines de 1990, el Gobierno del Perú cursó una invitación para que la comisión
Interamericana de Derechos Humanos visitara ese país. Como resultado de tal
invitación, el pleno de la Comisión realizó una visita que se extendió desde el 28 al
31 de octubre de 1991 y que estuvo precedida de una misión preparatoria
ejecutada a inicios del mes de setiembre de 1991.

El 14 de febrero de 1992, el Presidente de la comisión Interamericana solicitó al


Ministro de Relaciones Exteriores del Perú la autorización para llevar a cabo una
visita de seguimiento, la que debería tener lugar a mediados del mes de marzo de
1992 y en la cual participaría un miembro de la Comisión. Tal comunicación nunca
recibió respuesta.

A raíz de la ruptura de la institucionalidad democrática en Perú, ocurrida el 5 de


abril pasado, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos recibió numerosas comunicaciones dando cuenta de diversas medidas
de fuerza adoptadas y aplicadas por el nuevo gobierno, entre las que deben
citarse la ocupación y clausura del Palacio Legislativo y del Palacio de Justicia.

El Consejo Permanente de la organización convocó a una reunión ad-hoc de


Ministros de Relaciones Exteriores conforme a lo previsto en la Resolución
AG/RES. 1080 (XXI-0-91) y el Compromiso de Santiago con la democracia, a fin
de considerar "la grave situación por la que atraviesa" el Perú.

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