ÍA
2011
BLOQUE 1. EL SABER FILOSÓFICO
1¿Qué es la filosofía?
Todo el mundo habla de filosofía. Todos parecen saber mucho de
filosofía y tener una filosofía. La palabra “filosofía” se ha mundanizado,
extendido y generalizado en su uso por parte de todo tipo de individuos y
colectivos sociales y profesionales para designar un conjunto determinado de
contenidos de conocimiento, actitudes, valores, proyectos, etc. Esto podría
muy bien interpretarse como el triunfo de la filosofía puesto que está en boca
de todos. Todo hombre es filósofo decía Gramsci. Determinados idiomas
tales como el español, el inglés, el alemán, el francés, el italiano, etc., debido
a su número de hablantes, a sus numerosas experiencias históricas
acumuladas y a la influencia grecolatina, se hallan capacitados para filosofar
estrictamente y con rigor. Todo hombre por hablar un idioma como el
español es filósofo y está utilizando continuamente conceptos filosóficos sin
saberlo. Otras lenguas, al ser minoritarias y al estar restringidas al ámbito
local, sólo tendrán un interés etnográfico y no servirán para filosofar.
2.Doxa y episteme.
La filosofía es una forma de saber, de conocimiento. Es conveniente
pues, dilucidar de qué tipo de conocimiento estamos hablando para poder
definir con exactitud la naturaleza del saber filosófico. Me voy a remitir a los
clásicos griegos de la Antigüedad, en particular, a Platón, el fundador de la
filosofía.
Según su grado de profundidad y su relación con la verdad los griegos
distinguían entre doxa y episteme.
La doxa u opinión era un conocimiento superficial, parcial y limitado,
vinculado a la percepción sensorial, primaria e ingenua. Es un saber
fenoménico, apariencial y, en consecuencia, engañoso e incluso falso. Es un
conocimiento inferior, empírico, propio de la gente inculta. Actualmente esta
valoración negativa sobrevive cuando se homologa la opinión al sentido
común o al conocimiento ordinario que, por su carácter acrítico, asistemático
y contradictorio, se opone al conocimiento científico: explicativo,
sistemático, metódico y crítico. Platón afirma que el hombre vulgar se pasa
toda la vida en estado de doxa.
Dentro de la doxa Platón diferenciaba dos niveles: eikasia y pistis. La
eikasia o conjetura es un grado ínfimo de conocimiento y se basa en
analogías superficiales y metáforas. La pistis o fe o creencia, es un grado
superior, pero todavía engañoso y superficial de conocimiento. Según Platón,
la física constituía un saber verosímil, una historia, esto es, una creencia.
Filosofía y Ciudadanía 4
3. Teoría y Praxis.
Según la utilidad nosotros hoy distinguimos entre teoría/praxis pero
esta distinción proviene de Aristóteles. Aristóteles afirmaba que el
conocimiento teórico persigue la verdad desinteresadamente, es especulativo
y utiliza el razonamiento abstracto, instaura un saber general y universal y
necesario. Las virtudes del entendimiento son la sabiduría (la sophía, la
sapientia), que consiste en la comprensión intelectual de los primeros
principios y la ciencia (scientia) que se define por el hábito y la capacidad de
extraer conclusiones de acuerdo con las leyes de la lógica.
El conocimiento práctico se ordena a la acción y persigue el
incremento del bienestar y de la felicidad, pretende influir en las cosas y en
las personas, instaura un saber concreto e inmediato de los hechos y
circunstancias empíricas y no se satisface más que con la plena realización de
los deseos y necesidades que lo originan. Según Aristóteles, se divide en un
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 5
4. El saber filosófico.
Podemos pues, a estas alturas, intentar caracterizar ya esa cosa que es
la filosofía.
A) La Filosofía es un amor al saber, una tensión, un eros hacia el
conocimiento. Es una actividad, es una praxis.
B) Esa praxis es crítica. Las ciencias son también críticas, pero no con
sus hipótesis últimas: hay ciertos supuestos y ciertas cuestiones que no se
discuten jamás desde la ciencia. En este sentido, la filosofía va más allá de la
ciencia, tanto en extensión como en profundidad, su crítica es más radical. La
tarea específica de la filosofía consiste en trabajar relacionalmente esas
hipótesis y supuestos, que las ciencias han aceptado sin explorar. El científico
es un especialista y no puede traspasar los márgenes de su categoría
específica sin extrapolar sus métodos a campos para los que no han sido
construidos. Cuando el especialista rebasa las fronteras acotadas, hace,
consciente o inconscientemente, filosofía. Tal extrapolación es legítima, pero
no es científica. La racionalidad particular de las ciencias por separado, y
conjuntamente, es perfectamente compatible con una irracionalidad en el
planteamiento de los problemas trascendentales. La filosofía tiene
necesariamente una autoconcepción. Cada filosofía tiene que tener un
concepto de lo que es la filosofía. La filosofía es la propia autocrítica de la
razón en cada momento de la historia. La filosofía intenta alcanzar una
fundamentación última de la praxis y el conocimiento humanos.
C) La filosofía no es una ciencia. La filosofía es un saber sustantivo y
su objeto son las Ideas sobre las que trabaja la conciencia crítica, puliéndolas
y utilizándolas como criterios objetivos y materiales para determinar la
Filosofía y Ciudadanía 6
5. El método filosófico.
La filosofía académica es la filosofía de tradición platónica. El método
del filosofar platónico es el método dialéctico o geométrico a decir de
Spinoza. Se compone de dos momentos iniciales: 1. Regressus a las Ideas
desde los fenómenos. Aquí se produce una crítica y una trituración de las
apariencias. 2.Exposición del estado de la cuestión en el presente. 3.
Progressus desde las Ideas hasta los fenómenos reconstruyéndolos
sistemáticamente. Aquí se produce la determinación de las diversas
alternativas teóricas posibles (bien en forma de una taxonomía de teorías o en
una teoría de teorías pertinente) y su análisis crítico de todas ellas tomando
partido, si es posible, por alguna, bien sea atraídos por la evidencia intrínseca
de sus fundamentos positivos, bien huyendo de las deficiencias de los
fundamentos de sus adversarias rechazadas, escogiendo así la menos mala.
Por lo tanto la demostración filosófica no es directa, sino indirecta,
apagógica. Es la demostración por reducción al absurdo de las tesis opuestas.
Esto se opone a la demostración directa axiomática de las propias tesis. El
método apagógico es aquel que procede por la demostración de la
imposibilidad de la proposición contradictoria.
TEMA 2. ¿QUÉ ES ESA COSA LLAMADA CIE
CIA? LA
FILOSOFIA DE LA CIE
CIA.
2. La inducción.
La inducción es el paso desde enunciados particulares observacionales
a enunciados universales. El inductivismo afirma que los enunciados
científicos universales se extraen de enunciados observacionales particulares
merced a la inferencia inductiva.
El problema de la inducción es: ¿cómo obtener enunciados universales
a partir de enunciados particulares?
Respuesta: suponiendo que se den ciertas condiciones, es lícito
generalizar, a partir de una lista finita de enunciados observacionales
singulares, una ley universal.
Hay tres condiciones que deben satisfacer las generalizaciones
inductivas:
1. El número de enunciados observacionales que constituyan la base de
una generalización debe ser grande.
2. Las observaciones se deben repetir en una amplia variedad de
condiciones.
3. Ningún enunciado observacional debe entrar en contradicción con la
ley universal derivada.
Ahora podemos formular el principio de inducción: Si en una amplia
variedad de condiciones se observa una gran cantidad de A y si todos los A
observados poseen sin excepción la propiedad B, entonces todos los A tienen
la propiedad B.
La deducción es la extracción de conclusiones y consecuencias a partir
de premisas. La deducción no actúa por sí sola como fuente de enunciados
acerca del mundo.
La pregunta crucial es ¿Se puede justificar el principio de inducción?
1. Se puede intentar justificar el principio de inducción apelando a
criterios pragmatistas. Sin embargo, el principio de inducción no se puede
justificar apelando a la inducción. El criterio pragmatista debe rechazarse
porque al emplearlo estamos utilizando el mismo principio de la inducción.
Efectivamente, podemos comprobar en una determinada cantidad de casos
que la inducción ha dado buenos resultados, pero nunca podremos
comprobarlo en todos los casos. Pasar a postular su bondad a partir
Filosofía y Ciudadanía 12
1
Sir Karl R. Popper: La lógica de la investigación científica. Tecnos, Madrid, 1980, pp. 259, 261 y 262.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 13
2
Imre Lakatos: Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, Tecnos, Madrid, 1974. p. 25.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 17
progresan o degeneran.
Una dificultad inherente a este criterio de aceptación y rechazo de los
programas de investigación va unida al factor tiempo ¿cuánto tiempo debe
pasar hasta que se pueda decidir que un programa ha degenerado gravemente,
que es incapaz de llevar al descubrimiento de nuevos fenómenos?
No se puede decir nunca de un modo absoluto que un programa de
investigación es "mejor que otro rival". El propio Lakatos admite que sólo se
pueden decidir los méritos relativos de dos programas "retrospectivamente".
No se ofrece un criterio claro para rechazar un programa de
investigación coherente o para elegir entre programas rivales.
En definitiva, según la interpretación de Lakatos, la sustitución de una
teoría científica no vendrá determinada por la comprobación aislada de su
mera falsabilidad, sino por la existencia de otra que tenga una mayor
capacidad predictiva y explicativa y un contenido empírico superior.
3
Thomas S. Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas, FCE, México, 1971, p. 33.
Filosofía y Ciudadanía 18
4
Ibídem, p. 271.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 19
5
Paul K. Feyerabend: Contra el método, Ariel, Barcelona, 1974, p. 15.
Filosofía y Ciudadanía 20
dirá- puesto que tiene una visión demasiado simple del talento de los
hombres y de las circunstancias que animan, o causan, su desarrollo. Y está
viciada, puesto que el intento de fortalecer las reglas levantará
indudablemente barreras a lo que los hombres podrían haber sido, y reducirá
nuestra humanidad incrementando nuestras cualificaciones profesionales”.6
Los significados e interpretaciones de los conceptos y los enunciados
observacionales que los empleen dependerán del contexto teórico en el que
surjan. En algunos casos, los principios fundamentales de dos teorías rivales
pueden ser tan radicalmente opuestos que no sea posible ni siquiera formular
los conceptos básicos de una teoría en los términos de la otra, con lo que las
dos teorías rivales no compartirán ningún enunciado observacional. En tales
casos, no es posible deducir lógicamente algunas de las consecuencias de una
teoría partiendo de los principios de su rival con fines comparativos. Las dos
teorías serán inconmensurables.
La elección entre criterios y, por consiguiente, la elección entre teorías
inconmensurables es en última instancia subjetiva.
6
Ibídem, p. 136.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 21
(el analítico), de suerte que sería tal factura analítica desde la que tácitamente
se sigue considerando la racionalidad la que torna imposible reconocer
cualquier racionalidad interna al contexto práctico del descubrimiento al que
ahora se dirige (pero baldíamente) la atención.
Adecuacionismo. Aristóteles, Bunge, Stegmüller, Sneed, Moulines.
Hay un isomorfismo entre la estructura o forma de la teoría y la
materia real positiva. Se entiende la verdad como adecuación. Hoy esta
opción pervive en el llamado enfoque semántico (Bunge, Stegmüller, Sneed,
Moulines). El adecuacionismo considera que la verdad está siempre dada y su
estrategia de la duplicación sólo avanza cuando logra probar que las
conclusiones científicas describen la realidad de la materia porque encajan
con los principios de la demostración que se aceptan como necesarios y
verdaderos.
La estrategia adecuacionista encuentra su realización más perfecta
actual en el enfoque semántico, que pretende formular una concepción
estructuralista y no proposicionalista de las teorías científicas. Se trata de
conciliar el teoricismo y el descripcionismo, empirismo y racionalismo, como
Kant.
Circularismo dialéctico. Teoría del cierre categorial.
El circularismo dialéctico se alimenta de las debilidades del
adecuacionismo. Una de las versiones más espectaculares e inconsistentes del
circularismo es P.K. Feyerabend. La llamada epistemología anarquista sigue
la senda circularista dialéctica. El resultado final es disolvente, lejos de
proporcionar alternativas sistemáticas produce contradicciones asistemáticas
y lejos de favorecer la libertad y la crítica, las elimina en aras del
oscurantismo. De ahí la ambigua impresión que producen sus escritos: parece
tener razón cuando critica, pero no respeta ni los propios criterios con los que
ejecuta la crítica, al final anything goes, pero también nothing goes.
En Feyerabend no hay ninguna astucia de la razón, no hay racionalidad
científica y, en última instancia, la ciencia carece de estructura. Al no
reconocer parámetros limitativos materiales, que aniquilen ciertas prácticas y
primen otras, el circularismo de Feyerabend bascula hacia el idealismo.
Encerrado en el círculo de la conciencia, no alcanza a ver otra cosa que la
saga caótica de apariencias culturales que le circunda sin orden ni concierto.
1. El concepto de proposición.
Definimos como proposición el enunciado en modo indicativo,
susceptible de verdad o falsedad, y que posee un significado completo. Por
ejemplo, "Sócrates es un hombre" es una proposición, en tanto que puede
decirse que es verdadera o es falsa, y nos informa sobre alguna cualidad que
define a Sócrates. Las proposiciones serán los elementos variables de la
lógica de enunciados, y por lo tanto serán designadas generalmente por letras
consonantes que pueden ser sustituidas por diferentes proposiciones: p, q, r, s,
t...
Dentro de la lógica proposicional distinguiremos las proposiciones
atómicas, como la del ejemplo anterior, que no pueden dividirse en otras
proposiciones más sencillas, pues no llevan ningún tipo de enlace con otra
proposición, y las proposiciones moleculares, que llevan algún término de
enlace entre las mismas. Por ejemplo, la proposición “Si Sócrates es un
hombre, entonces Sócrates es locuaz”. Las proposiciones moleculares son
resultado de la unión de dos o más proposiciones atómicas mediante los
conectores que denominamos functores.
2. El concepto de functor.
Un functor es un operador que realiza funciones de conexión y
transformación entre proposiciones atómicas. Si bien los enunciados son
elementos variables, que ejercen el papel de materia de los razonamientos, los
enlaces entre proposiciones son constantes formales, que han de ser
representadas por signos constantes. Los functores pueden ser a su vez de dos
tipos, singulares o monádicos, o diádicos. El ejemplo más inmediato de
functor monádico es el functor de la negación (por ejemplo, "Sócrates no es
un hombre"), que designaremos con el símbolo "¬", de tal manera que
podemos escribir una proposición negativa añadiéndolo a una afirmativa, ¬p.
Los functores poliádicos son los que nos permiten conectar dos o más
proposiciones. En este caso tenemos ejemplos variados: el conjuntor
(designado por el símbolo "^", para unir proposiciones como "Éramos siete y
todos estábamos asustados"), el disyuntor (designado por el símbolo "v", para
unir proposiciones como "Te regalo caramelos o cromos"), el condicional
(designado por el símbolo "→", para formar proposiciones como "Si La Luna
Filosofía y Ciudadanía 28
disyuntiva — p v (q ^ r)—.
Pasemos a continuación a explicar las proposiciones atómicas y
moleculares desde el punto de vista semántico, es decir, el de su verdad o
falsedad.
p
V
F
Como es natural, una sola proposición puede adoptar los dos valores
indicados, verdad o falsedad. Sin embargo, existe una manera mecánica de
determinar los posibles valores de verdad que puede adoptar una proposición
molecular, con la fórmula matemática 2n, donde n es equivalente al número
de variables proposicionales de la fórmula dada. En el caso de una
proposición atómica la tabla de verdad sería de 21 = 2 filas, es decir, la tabla
anteriormente enunciada:
p
V
F
p q
V V
V F
F V
F F
Filosofía y Ciudadanía 30
p q r
V V V
V V F
V F V
V F F
F V V
F V F
F F V
F F F
Y así sucesivamente.
Sin embargo, nosotros no usaremos las variables sino conectadas por
medio de functores, por lo que habremos de relacionar cada valor de verdad
de cada variable con los valores de verdad que adoptan al unirse con los
conectores. Por ejemplo, en el caso de la conjunción entre p y q:
p q p^q
V V V
V F F
F V F
F F F
a)Tabla de la
egación
Cuando una fórmula es verdadera, su negación es falsa, y a la inversa
p ¬p
V F
F V
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 31
b) Tabla de la Conjunción
p q p^q
V V V
V F F
F V F
F F F
c) Tabla de la Disyunción.
La disyunción es verdadera en todos los casos, salvo que ambos
miembros sean falsos.
p q pvq
V V V
V F V
F V V
F F F
p q p→ q
V V V
V F F
F V V
F F V
p q p↔q
V V V
V F F
F V F
F F V
Filosofía y Ciudadanía 32
Estas cinco tablas son las conectivas principales, que sin embargo
pueden a su vez ser reducidas a dos según los siguientes modos:
Solución: Tautología.
4. Deducción natural.
Además de las tablas de verdad como método de decisión sobre el
valor de verdad de las proposiciones, es decir, como método semántico,
disponemos de los métodos de decisión que estudian el proceso de inferencia,
esto es, los métodos con los que desde una serie de premisas se deduce una
conclusión. El método de inferencia más habitual en lógica simbólica es la
denominada deducción natural, aunque también estudiaremos en otro
apartado el sistema formal axiomático.
Tres son las categorías necesarias para todo lenguaje formal, e
imprescindibles para trabajar con la deducción natural:
p→(q→r)├ (p ^ q) →r
1 - p→(q→r)
2-p^q
3p Simpl. (Simplificación) 2
4q Simpl. (Simplificación) 2
5 q→r MP (Modus Ponens) 1,3
6r MP (Modus Ponens) 4,5
7 (p ^ q) →r II (Introducción del implicador) 2,6.
5. Reglas de inferencia.
A
.
.
.
B^¬B
———
¬A
¬¬A
———
A
A
B
——
A^B
2. Eliminación de la conjunción.
A^B A^B
—— ——
A B
1. Introducción de la disyunción.
A B
—— ——
AvB AvB
AvB
A
.
.
.
C
B
.
.
.
C
—
C
A
.
.
.
B
—
A→B
A→B
A
——
B
e) Reglas derivadas.
Aparte de las ocho leyes enunciadas existen otras reglas derivadas que
permiten acortar los razonamientos. Pueden deducirse todas de cada una de
las ocho.
A→B A →¬B
———— ————
¬ B →¬A B →¬A
¬A→B
————
¬B→A
A→B
¬B
———
¬A
A
———
¬ ¬A
Filosofía y Ciudadanía 38
¬ (A ^ ¬A)
A v ¬A
A ^ ¬A
———
B
Propiedad conmutativa
CC CD
A^B AvB
——— ———
B^A BvA
Propiedad asociativa
AC AD
(A ^ B) ^ C (A v B) v C
————— —————
(A ^ (B ^ C) A v (B v C)
Propiedad distributiva
DC DD
A ^ (B v C) A v (B ^ C)
————— —— ———————
(A v B) v (A ^ C) (A v B) ^ (A v C)
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 39
Propiedad de idempotencia
Id. C Id.D
A^A AvA
——— ———
A A
Regla de absorción
Abs. C Abs. D
A ^ (A v B) A v (A ^ B)
————— —————
A A
A → (B → C)
——————
A ^B→C
A ^B→C
——————
A → (B → C)
AvB
¬B
——
A
AvB
¬A
——
B
Filosofía y Ciudadanía 40
Dilemas (Dil)
AvB ¬A v ¬B AvB ¬A v ¬B
A→B C→A A→C C→A
B→C C→B B→D D→B
——— ——— ——— ———
C ¬C CvD ¬C v ¬D
A→B
B→C
———
A→C
Identidad (Id)
A
—
A
A → (B → C)
——————
B → (A → C)
A
———
B→A
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 41
Reglas de coimplicación
A→B
B→A
———
A↔B
A↔B A↔B
——— ———
A→B B→A
A↔B A↔B
A B
——— ———
A A
Reflexividad
A↔A
Simetría
A↔B
———
B↔ A
Transitividad
A↔B
B↔ C
———
A↔C
Filosofía y Ciudadanía 42
Reglas de interdefinición
A→B A→B
——— ———
¬(A ^ ¬B) ¬A v B
A^B A^B
————— ————
¬( A →¬B) ¬(¬A v ¬B)
AvB AvB
——— ———
¬A → B ¬(¬A ^ ¬B)
Leyes de Morgan
De Morgan 1 (DM1)
¬(A ^ B)
————
¬A v ¬B
De Morgan 2 (DM2)
¬(A v B)
————
¬A ^ B)
categorías:
x ^ y = ¬(¬x v ¬y)
x → y = ¬x v y
A1: (p v q) → p
A2: q → (p v q)
A3: (p v q) → (q v p)
A4: [p v (q v r)] → [q v (p v r)]
A5: (q →r) → [(p v q) → (p v r)]
Todo P es M
Todo S es M
Todo S es P
FIGURAS SILOGÍSTICAS
1ª 2ª 3ª 4ª
MP PM MP PM
SM SM MS MS
SP SP SP SP
Primera Figura
Silogismo en Celarent
Segunda Figura
Silogismo en Barbara
Tercera Figura
Silogismo en Darii
Cuarta figura
Silogismo en Festino
habiendo jurado, por la misma ley debe ser libre"”. La solución que Sancho
ofrece al dilema no es sino una versión del principio jurídico de in dubio pro
reo: “se me vino a la memoria un precepto, entre otros muchos que me dió mi
amo don Quijote la noche antes que viniese a ser gobernador desta ínsula;
que fue que cuando la justicia estuviese en duda, me decantase y acogiese a la
misericordia; y ha querido Dios que agora se me acordase, por venir en este
caso como de molde”. (Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de La
Mancha, Segunda parte, cap. LI).
Se trata de una paradoja de carácter semántico. Pese a afirmar alguien
que miente o que lo que dice no es verdad, aunque esté bien formado
sintácticamente, semánticamente nada quiere decir, puesto que no se ha
referido a ningún contenido concreto del que pueda predicarse verdad o
falsedad. La paradoja surge cuando pretende sacarse la frase del contexto del
lenguaje ordinario al que pertenece.
Desde finales del siglo XIX fueron enunciadas varias paradojas que
siguen esta misma línea. Burali-Forti publica en 1897 la paradoja del mayor
número ordinal. En 1899 Georg Cantor descubre la paradoja del mayor
número cardinal. Una de las paradojas más populares es la del barbero debida
a B. Russell (1919): un barbero de cierta aldea que afeita a todos y sólo
aquellos que no se afeitan a sí mismos. ¿Se afeita el barbero a sí mismo?
Parecida a ella es la paradoja del bibliotecario (Gonseth, 1933) encargado de
realizar un catálogo de todos los catálogos que no se mencionan a sí mismos.
Todas estas paradojas tienen una estructura muy similar cuyo modelo viene
dado por las tres paradojas enunciadas por B. Russell en 1903: la paradoja de
las clases, la paradoja de las propiedades y la paradoja de las relaciones.
Veamos la paradoja de las clases. Esta paradoja fue descubierta por
Russell en 1901, y dice así: La clase de todas las clases que no pertenecen a sí
mismas pertenece a sí misma si y sólo si no pertenece a sí misma. Esto es
equivalente a decir que si A es un elemento de A, entonces A no es un
elemento de A, pero si A no es elemento de A, entonces A es elemento de A.
Por lo tanto, A pertenece a A y A no pertenece a A simultáneamente. En este
caso, las paradojas pertenecen al orden sintáctico y demuestran las
limitaciones de los formalismos.
figura de la dicción".
"Ahora bien, por parte de la oración también se encuentra
equivocación, de tres maneras, a saber, en la anfibología, que vuelve
dudosa la acepción de la oración en la composición y la división, a
saber, cuando se cambia el sentido compuesto en dividido, o a la
inversa; y cuando la oración es falsa en sentido compuesto se llama
"falacia de composición", y cuando es falsa en sentido dividido se
llama "falacia de división"."
Las otras falacias son las falacias materiales o falacias por parte de la
cosa significada. Según Juan de Santo Tomás "son siete las falacias de
este género, a saber, falacia de accidente, falacia de pasar de lo que es
según algún respecto a lo que es de modo simple, falacia de ignorancia
del elenco, falacia de petición de principio, falacia del consecuente,
falacia de tomar como causa lo que no lo es, falacia de tomar muchas
preguntas como si fueran una sola."
Dentro de las falacias materiales nosotros distinguimos entre las
falacias de datos insuficientes y las falacias de pertinencia.
Las falacias de pertinencia son: Falacia ad hominem, Falacia ad
baculum, Falacia ad populum, Falacia ad vercundiam, Falacia ad
ignorantiam, Falacia del tu quoque. Las falacias de los datos insuficientes
son: generalización inadecuada, de falsa prueba y de falsa causa.
Comenzaré explicando las que cita Juan de Santo Tomás:
1. La falacia de accidente o de correlación accidental es casi lo
mismo que el cambio de apelación; pues la falacia de accidente proviene de
significar algo como conveniente a dos cosas que son una sola
accidentalmente, y así la unidad accidental con diversidad real es causa de
esta falacia. Todo lo cual es diversidad de apelación o a ella se reduce, o a
diversa acepción del medio, como en "Conozco que alguien viene, Pedro es
el que viene, luego conozco a Pedro".
2. La falacia de pasar de lo que es según algún respecto a lo que es
de modo simple se reduce a la que consiste en pasar de lo no distribuido a
lo distribuido, o de lo no ampliado a lo ampliado sin constancia y con
distribución de lo ampliado; como si dices "El etíope es blanco según los
dientes, luego es blanco de modo simple".
3. La falacia de ignorantia elenchi se reduce a un defecto de la
oposición, porque algunas cosas parecen opuestas y no lo son, por no
observar las leyes de la oposición; como si dices: "La casa está cerrada
durante la noche, y no está cerrada durante el día; luego está cerrada y no
está cerrada."
4. La falacia de petitio principii se da cuando se supone o se asume
lo que se debía probar; por ejemplo, si deseas probar que Sócrates es el
padre de Platón, y asumes como medio que Platón es el hijo de Sócrates.
5. La falacia del consecuente es post hoc, ergo propter hoc surge de
un defecto tocante a la regla: "Todo lo que se sigue del consecuente de una
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 49
3. Falacia ad populum.
Cuando en un argumento se omiten las razones pertinentes que
pueden llevar a la aceptación o el rechazo de su conclusión y se utilizan,
por el contrario, y se invocan como "razones" hechos o circunstancias
imaginarios o reales con la única finalidad de excitar los sentimientos y
emociones del auditorio, nos encontramos con un argumento falaz que se
denomina ad populum. Este término significa que el argumento se dirige a
un conjunto de personas —"al pueblo"— con la intención de provocar en
ellos aquellos sentimientos que les hagan adoptar el punto de vista del
hablante.
4. Falacia ad verecundiam.
Significa apelación a la autoridad. Se recurre al argumento de
autoridad, al sentimiento de respeto que se tiene hacia esa autoridad para
conseguir así el asentimiento hacia una conclusión.
5. Falacia ad ignorantiam.
Se pretende que porque algo no se sepa o no se haya probado que es
verdad, entonces es falso.
6. Falacia del tu quoque.
Argumentos en los que no se presentan razones oportunas para
replicar a una acusación, sino que en su lugar se devuelve la ofensa al
acusador. Es un caso particular de la falacia ad hominem.
Falacias de los datos insuficientes.
1. Generalización inadecuada. Se construye la conclusión sobre una
base de datos no apropiada para el caso.
2. Falacia de falsa causa, víd supra.
3. Por insuficiencia de pruebas. Si cuando se supone que se están
exponiendo todos los datos necesarios para demostrar o refutar una
conclusión, se omiten aquellos hechos desfavorables para la opinión
mantenida.
BLOQUE 2. CO
OCIMIE
TO Y REALIDAD.
mientras que si la forma del contenido son las relaciones que organizan la
materia en una lengua determinada, la gramática estudia la forma y relación
de los signos entre sí. En este nivel del análisis tratamos con monemas,
unidades significativas de la primera articulación. Uno de los problemas
fundamentales con el que se tropieza el análisis gramatical es el de integrar
los planteamientos, terminologías y enfoques que las diferentes escuelas
nacionales de lingüistas han erigido para abordar el estudio científico del
lenguaje. La estrategia habitual consiste en partir del supuesto de que la
lengua es un sistema cerrado con una capacidad operatoria prácticamente
infinita.
Es indudable que los desarrollos de la lingüística contemporánea gozan
de un cierto grado de coherencia interna, que permite afirmar que nos
hallamos ante una de las ciencias humanas mejor cristalizadas.
Ante este impresionante material compete a la filosofía una doble
tarea:
El análisis metacientífico de los propios contenidos categoriales de las
ciencias lingüísticas.
El regressus hacia los problemas que flanquean los márgenes de la
disciplina lingüística.
Hay unas 5500 lenguas en la Tierra. En todo idioma o lenguaje
podemos distinguir tres dimensiones: la sintaxis, que establece el orden de las
palabras a través de las reglas gramaticales, la semántica, que determina su
significado y la pragmática, que alude a la relación entre las palabras y las
personas que las usan.
12. La lingüística.
La lingüística europea comenzó en Grecia. Aristóteles dio el primer
paso. Dividió la oración en sujeto y predicado. Esta distinción sigue vigente
como parte fundamental del análisis de las oraciones.
Dionisio Tracio (siglos II y I a.c. ) creó la primera gramática completa
del griego. Tracio concluyó que los términos griegos pertenecían a ocho
clases, que denominamos partes del discurso: Nombres, verbos, artículos,
pronombres, preposiciones, conjunciones, adverbios y participios. La
descripción del griego de Tracio llegaría a ser la base de toda descripción
gramatical en Europa hasta bien entrado el siglo XX, si bien sus ocho clases
se modificarían más adelante.
La tradición grecolatina acabó sintetizándose en la obra del gramático
romano más influyente, Prisciano, que escribió en el siglo VI. La descripción
que hizo Prisciano del latín la encontramos aún hoy en la mayoría de los
manuales escolares.
Cuando los europeos comenzaron por fin a interesarse por describir sus
idiomas, en los siglos XIV y XV, por lo general trataron de imponer a sus
propias lenguas la descripción del latín de Prisciano. Esta gramática
grecorromana tradicional se viene enseñando hasta nuestros días en las
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 61
escuelas europeas.
1. El Idealismo y el Espiritualismo.
El término “idealismo” apareció en el siglo XVII, utilizado (p. ej. por
Leibniz) para designar la filosofía de Platón en cuanto basada en la tesis de
que la realidad verdadera consiste en las Ideas, en oposición a las cosas
materiales y empíricas, cuya realidad, cambiante y precaria, sería sólo
aparente. Esta tesis ontológica y epistemológica implica el espiritualismo y la
creencia en la existencia de Dios. El concepto de idealismo caracteriza unos
determinados sistemas filosóficos desde la perspectiva epistemológica o
gnoseológica. El idealismo considera que el concepto fundamental para
interpretar la realidad que se nos hace presente en la experiencia no es el de
materia, sino el de “Idea”: la realidad conocida es el contenido de la Idea. El
espiritualismo es una tesis ontológica. Sostiene el espiritualismo que existen
entidades espirituales, simples, sin partes, inmateriales, trascendentes, tales
como el alma, los espíritus, los demonios, Dios, etc.
Definiremos el espiritualismo como la doctrina que defiende la
existencia de seres vivientes incorpóreos. Desde un punto de vista
ontológico la distinción y oposición es entre espiritualismo/materialismo y
desde un punto de vista epistemológico-gnoseológico es entre
idealismo/realismo. Tenemos además que precisar que el espiritualismo
puede decirse de dos maneras, a saber, habría un espiritualismo asertivo, que
reconoce la realidad de los cuerpos y habría un espiritualismo negativo o
absoluto, que considera el cuerpo como una mera apariencia, un fenómeno
subjetivo del espíritu. Ejemplo de espiritualismo asertivo: Santo Tomás de
Aquino. Según él, el cuerpo y el alma están ligados entre sí, pero el alma
sobrevive al cuerpo como una substancia incompleta inmortal. Ejemplo de
espiritualismo negativo o absoluto: Fichte.
El idealismo reduce todo lo que existe al pensamiento. Los sistemas
filosóficos idealistas reducen todo lo que existe, sea lo perceptible con los
sentidos o lo accesible sólo al pensamiento, a algo que existe de un modo
inmaterial y que, aunque no pueda verse, puede, sin embargo, ser
comprendido. También reduce el pensamiento a una representación objetiva
independiente de la subjetividad, a algo que existe de forma no corporal,
invisible aunque inteligible. También puede haber un idealismo subjetivo,
que reduzca la realidad a representaciones mentales subjetivas, psicológicas
de un sujeto psicológico, ya sea individual o social y colectivo. Aquí vamos a
utilizar el término “idealismo” como sinónimo de “espiritualismo” como
sinónimo de espiritualismo en el sentido negativo o absoluto.
que Dios.
La cuarta vía pasa por los grados jerárquicos de perfección que se
observan en los seres. Hay diversos grados de perfección. Pero el más y el
menos siempre suponen un término de comparación que es lo absoluto. Hay
un ser perfecto en sí que es causa de todos los demás seres y al que llamamos
Dios.
La quinta vía se funda en el orden de las cosas. Todas las cosas tienen
una teleología, un fin. Su movimiento está ordenado a conseguir algo. Esto
indica que hay un orden del mundo. Este orden implica una inteligencia
ordenadora de la finalidad de las cosas que llamamos Dios.
creer en la existencia del mundo exterior es que Dios mismo –ahora el Dios
de la Teología dogmática, el Dios de la Revelación- me lo ha revelado a
través del libro de Moisés, cuando nos dice que en el principio creó Dios el
Cielo y la Tierra. Se trata de un espiritualismo absoluto.
Leibniz (1646-1716). Amplía este idealismo con su principio de
actividad de la mónada o sustancia individual espiritual: toda la pluralidad y
diversidad es meramente ideal, no real –inmanente a la mónada como
percepción interna suya, que, por tanto, siempre está exclusivamente referida
a sí misma. La mónada no tiene ventanas. Nada penetra en la mónada. La
mónada es una totalidad cerrada que representa al mundo. Además, las
mónadas son independientes unas de otras y no pueden interactuar entre sí.
John Locke (1632-1704). Sostiene el idealismo empirista lockeano
que si yo tengo ideas, tales ideas son representaciones de algo exterior a mi
conciencia. Sin embargo, como yo sólo conozco mis ideas, no puedo conocer
la realidad extramental a la que supuestamente corresponden mis ideas. El
conocimiento no puede ir más allá de las ideas que poseemos.
La idea de Substancia es una idea compleja, una X que no corresponde
a nada exterior a mi conciencia en cuanto tal. Es una idea confusa. De la
substancia sólo tenemos conocimiento a través de ideas simples,
prescindiendo de las cuales no nos quedaría nada por conocer.
George Berkeley (1685-1753). El sistema de Berkeley es la primera
exposición explícita del idealismo moderno (denominada por Kant
“idealismo material”). Este afirma que no hay ideas abstractas. Todas las
ideas de la mente son particulares. Por lo demás, esse est percipi aut
percipere. Ser es ser percibido o percibir. Si nos atenemos a la experiencia
inmediata nos damos cuenta de que sólo contamos con nuestras percepciones
internas y externas. Nunca conocemos objetos; sin embargo, la creencia en un
mundo externo que estaría dado en la experiencia es universal. Semejante
creencia es absurda y contradictoria: las percepciones están en el sujeto que
las percibe. No existe la materia. No hay un mundo exterior más allá de las
ideas. Sólo hay espíritus a los que Dios les envía ideas y percepciones. Las
ideas proceden de Dios. Este sistema espiritualista absoluto sólo es explicable
desde el creacionismo cristiano.
David Hume (1711-1776). Según Hume, hay que distinguir entre
impresiones (pasiones e imágenes inmediatamente presentes en la mente) e
ideas, que son copias debilitadas de las impresiones. La diferencia entre
impresiones e ideas es exclusivamente en cuanto a fuerza y vivacidad. El
origen de las impresiones nos es totalmente desconocido.
La substancia es una entidad ficticia que no es más que un puro
nombre con el que se designa un agregado de ideas simples.
La relación de causalidad no es posible derivarla de la experiencia. La
relación causal no tiene ni un fundamento lógico ni un fundamento empírico.
El fundamento de la relación causal es psicológico únicamente.
Filosofía y Ciudadanía 74
5. El materialismo.
El término “materialismo” aparece en la segunda mitad del siglo XVII
para designar aquellas filosofías que niegan la existencia de sustancias
espirituales y que, por lo tanto, sólo reconocen la existencia de substancias
corpóreas. Esta tesis, desde perspectivas espiritualistas, suele implicar el
ateísmo y la impiedad. Para decirlo con Fichte, mientras que el Idealismo
deriva la realidad de la Idea, de la conciencia, del Espíritu, el materialismo
deriva la conciencia, lo subjetivo, el Yo, el espíritu de la naturaleza, de la
materia, de lo objetivo.
Con la expresión materialismo se designa la doctrina ontológica según
la cual la materia es la realidad fundamental o verdadera y todo lo inmaterial
no existe en general, o puede reducirse de un modo o de otro, a la materia en
cuanto algo secundario o dependiente. Todo lo real es material. Si ya hemos
definido más arriba el idealismo o el espiritualismo, conviene definir el
materialismo como la negación del espiritualismo y el realismo
epistemológico o gnoseológico se opone al idealismo. El realismo sostiene
que lo que conocemos existe independientemente de nuestra conciencia y de
nuestra voluntad. Lo que conocemos es real y lo real es conocido por
nosotros de forma objetiva. El materialismo lo que sostiene, al contrario que
el espiritualismo, es que no existen seres vivientes incorpóreos. 5o existen
entonces las sustancias espirituales.
El materialismo puede ser o monista o pluralista. El materialismo
monista homogeneiza, uniformiza y simplifica las sustancias materiales en la
dirección del monismo del orden, de la sustancia, de la sustancia material que
postula. El materialismo sin embargo, puede ser además pluralista, puede así
rechazar la concepción monista originaria de la sustancia material (o del
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 77
6. El materialismo antiguo.
Hay que reconocer la presencia ya en sus primeros pasos, de las
versiones monistas del materialismo. El materialismo comenzó como
monismo materialista. El monismo fue el cauce del ataque al espiritualismo.
El materialismo se abrió paso a través del monismo de la sustancia (barro,
agua, aire, fuego). Es este un materialismo monista que llega hasta las
postrimerías del siglo XX como materialismo emergentista mecanicista y
materialismo dialéctico soviético (Diamat).
Pero el materialismo en cuanto que es una negación de la sustancia
espiritual no tiene por qué constreñirse a los límites del monismo de la
sustancia. A partir de Empédocles, comienza a desarrollarse un materialismo
pluralista con su teoría de los cuatro elementos irreductibles.
Según Demócrito (460 – 370 a.c.) El pluralismo de la sustancia es
neutralizado por el monismo del orden en muchos filósofos presocráticos. El
atomismo combinó una forma peculiar de monismo de la sustancia
(disimulado por su visión discreta de esa sustancia homogénea, a saber, la del
pluralismo de los corpúsculos atómicos) con una decidida forma de
pluralismo del orden (mediante su concepción del azar). Sólo hay dos
realidades: átomos y vacío. Los átomos son partículas sólidas, duras,
impenetrables, invariables, ingenerables, incorruptibles, móviles (moviéndose
en trayectorias rectas a velocidad constante), indivisibles. Sólo tienen figura,
orden y posición. Todas las demás cualidades y realidades derivan de los
Filosofía y Ciudadanía 78
átomos.
El vacío es un cierto no-ser necesario para posibilitar el movimiento
rectilíneo de los átomos.
Todo está compuesto de átomos. Lo demás es pura apariencia. Por lo
demás, el número de mundos es infinito y se están formando y destruyendo
constantemente en un espacio infinito. Los átomos se mueven por azar, sin
ninguna teleología. El materialismo de Demócrito es el primero
completamente consecuente y claro respecto a la teoría de la diferencia entre
fenómenos y realidad. La apariencia se explica recurriendo a los átomos y al
vacío. Por lo general se considera a Demócrito como fundador del
materialismo.
15. El ateísmo.
Se entiende por ateísmo la negación teórica y práctica de la existencia
de Dios o la existencia de cualquier realidad trascendente al hombre.
Sin embargo, esta definición convencional, ha de ser revisada desde las
coordenadas del materialismo filosófico. Porque ni la fe ni el ateísmo son
términos unívocos, sino análogos
Para empezar, la religión no puede definirse en función del Dios
ontológico y esto obliga a distinguir de inmediato el ateísmo de la
irreligiosidad o impiedad.
Hay que distinguir entre el ateísmo politeísta y el ateísmo monoteísta
al igual que distinguimos entre el teísmo politeísta y el teísmo monoteísta.
En nuestra época cuando hablamos de ateísmo, nos referimos al
ateísmo monoteísta., al ateísmo por referencia al Dios ontológico (ya sea
puro, ya sea preambular).
El ateísmo es una situación a la que los hombres llegan después de
haber creído en Dios, por eso ocurre que hay diferencias importantes entre un
ateo católico, un ateo judío o un ateo musulmán..
También cabe clasificar a los ateos no sólo en función de la existencia
Filosofía y Ciudadanía 86
por la cual una persona o sujeto infinito con voluntad omnipotente y con
conocimiento omnisciente es una contradicción del mismo calibre que la que
contiene la expresión “círculo cuadrado”. Por ello puede decirse que la idea
de Dios metafísica es una pseudoidea, una paraidea, y no existe como idea
por estar constituida por atributos esenciales contradictorios.
17. La fe.
Fe significa un acto o una disposición personal subjetiva relacionada
de algún modo con la verdad de un contenido, denominado creencia,
entendida como la materia de la fe. Fe y creencia están relacionadas tan
internamente entre sí como puedan estarlo los términos sujeto y objeto. Es
oportuno distinguir entre
Fe natural. Es la fe en las personas humanas y en lo que dicen. Y
Fe religiosa. Es la fe en las personas divinas y en lo que revelan o
comunican.
La fe religiosa es, por naturaleza, oscura, porque su materia no es
visible. San Pablo definió este tipo de fe: “Argumento [material] de las cosas
que no se ven.” Es la fórmula del padre Astete: “Fe es creer lo que no
vimos”.
La fe natural tiene en principio una claridad mayor de la que tiene,
reconocidamente la fe religiosa, aunque tal claridad comparativa de la fe
natural no garantiza su verdad.
La fe natural tiene una esfera de aplicación de radio muy grande. La fe
natural es ubicua en el ámbito de la vida familiar, social, jurídica o política.
para un rey en una república. De ahí que por eso no haya lugar para Dios en
una república. Sade saca las consecuencias de todo esto: es la muerte de Dios.
Esta expresión del ateísmo es la consecuencia lógica de la muerte del rey.
su causa en el más acá. Es el más acá lo que hay que criticar para que la
religión desaparezca como síntoma de una alienación más profunda de la que
ella no sería sino efecto.
La religión es el opio del pueblo, el espíritu de un mundo sin espíritu,
la protesta contra la miseria real, el suspiro de la criatura oprimida, el
sentimiento de un mundo sin corazón. La religión confía a otro mundo
distinto de éste, el real, la solución de los problemas reales de éste. Consuela
a los miserables, alejándolos así de la solución real y manteniendo las causas
de su miseria.
No basta, sin embargo, con denunciar la religión y su función. La
actuación ha de plantearse a otro nivel, el político, el social, el económico. La
crítica de la religión ha de convertirse en crítica de la política, la causa de la
existencia de la religión. Suprimida la alienación real, la económica y social,
queda suprimida como efecto suyo, la alienación religiosa. En el socialismo y
el comunismo, el hombre será ateo, porque habrá desaparecido la principal
causa de la existencia de la religión: la explotación del hombre por el hombre,
la alienación social capitalista.
b. El ateísmo del siglo XX.- Freud (1856-1939). Afirma que la religión
es una neurosis obsesiva que es menester superar en el camino del hombre
hacia su madurez. La religión es una ilusión infantil en un padre primero que
ayude a superar las dificultades y miedos al hombre.
Albert Camus (1913-1960). El mundo es absurdo. Carece de sentido.
El suicidio parece ser la única solución. El mundo es amoral, ignora los
valores. Los valores los construye el hombre, por eso es libre.
Sartre (1905-1980). Dios no existe puesto que si existiera yo no
podría existir, no podría ser libre. Si Dios existiera sería a la vez ser en sí y
ser para sí y eso es imposible y absurdo, luego no existe Dios.
TEMA 6. EL PROBLEMA DEL CO
OCIMIE
TO.
1. Filosofía antigua.
La teoría platónica del conocimiento, que es idealista, tiene mucho que
ver con su ontología espiritualista. Hay unos cuantos supuestos presentes en
Platón: a) el mundo empírico cambia constantemente; b) el saber (la
episteme, a diferencia de la doxa) sólo puede ser acerca de lo invariable; c)
existe un mundo con realidad eterna e invariable, que se diferencia de este
mundo nuestro, mundo de apariencias efímeras. Hay, por tanto, dos órdenes
de realidades: uno, invisible e invariable (mundo de las Ideas, eternas e
inmutables), y otro, visible y variable (el mundo apariencial de la
experiencia). Este es el pensamiento fundamental de toda la filosofía de
Platón; se basa en la distinción de Parménides entre realidad y apariencia. El
que sabe algo, sabe de algo que existe; lo que no existe no es nada. Pero el
que sólo opina algo, posee también un tipo de saber; no un saber verdadero y
real, pero sí un saber sobre este mundo variable; saber que depende de la
experiencia. El mundo empírico es y no es al mismo tiempo, puesto que, por
una parte, las cosas particulares participan siempre de sus cualidades opuestas
(lo bello es también feo en un determinado aspecto, lo justo es injusto desde
algún punto de vista, etc.); y, por otra parte, el mundo está sujeto al cambio y
al devenir. De todo esto deduce Platón que la doxa sólo es un conocimiento
empírico, mientras que la episteme o ciencia se ocupa de lo inteligible, de lo
ideal, de lo invariable y eterno. A este respecto es conveniente tener en
cuenta dos tesis de Platón: a) el mundo eterno suprasensorial es el nuestro y
b) vivimos en el mundo empírico y sin embargo recordamos al mundo ideal,
sentimos nostalgia de nuestro verdadero mundo. Hemos pertenecido antes al
Filosofía y Ciudadanía 94
mundo ideal y nos vemos ahora arrojados al mundo empírico. Nuestra alma
tiene contenidos innatos procedentes del mundo eidético. Sabemos todo pero
lo hemos olvidado. Aprender es pues recordar. Saber es anámnesis,
reminiscencia.
Aristóteles rechazó tanto la teoría de Platón sobre la anamnesia como
su teoría de las Ideas. Admitió que nosotros: a) poseemos saber; b) que nos
hemos apropiado de este saber en este mundo empírico en el que vivimos; c)
que se trata de un saber natural, esto es, de origen empírico; y d) que es un
saber sobre este mundo. Aristóteles sostuvo que en lugar de existir dos
mundos: el empírico y el ideal, admitió dos tipos de realidad en un único
mundo. Y dos tipos de facultades cognoscitivas. Según Aristóteles los
sentidos transmiten un saber cierto sobre la cosa individual; pero solamente
de sus accidentes, es decir, de aquellos aspectos individuales y que pueden
cambiar. El objeto permanece igual. Sin embargo, la razón, el entendimiento,
nos permite conocer la naturaleza universal del objeto en cuanto tal.
Distingue así Aristóteles entre sustancia y accidente y entre materia y forma.
Los dos tipos de realidad materia/forma o sustancia/accidente forman una
alternativa así aceptable frente al radical dualismo platónico.
La ciencia no lo es del individuo, sino de lo universal, de la forma, de
la esencia, de la substancia. Tiene que haber una conversión desde lo
individual a lo universal para que podamos conocer el mundo. El
entendimiento agente transforma lo individual en universal por abstracción,
esto es, extrayendo los aspectos formales, universales, inteligibles, racionales
de los individuos. Si este entendimiento tiene ante sí algo cognoscible es
porque puede llegar, del mismo modo que los sentidos, hasta el conocimiento
del objeto en cuanto entendimiento pasivo.
Del mismo modo que el entendimiento abstrae el concepto universal
de lo particular sensible, puede lograr también el principio universal a partir
de observaciones concretas de los sentidos. A este proceso lo llama επαγωγή
(inducción).
Tanto Platón como Aristóteles admitieron que el hombre tiene acceso
a la verdad. Para Aristóteles era particularmente una verdad sobre las cosas:
una cualidad objetiva por la que el entendimiento puede lograr el
conocimiento. Esta verdad se capta descubriendo lo universal en lo particular.
2. Filosofía medieval.
En la Edad Media formuló Santo Tomás de Aquino, entre otros,
partiendo de Aristóteles, una extensa y prolija teoría sobre la formación del
concepto: todo lo que es cognoscible. El conocimiento comienza con la
percepción sensorial, que es absolutamente cierta con respecto de su propio
objeto. Pero en cuanto juzgamos sobre esta experiencia podemos errar. Los
sentidos nos suministran sus datos y sobre ellos los sentidos internos –el
poder de la imaginación, del sentido común y de la memoria- construyen
activamente a veces y en ciertas circunstancias muy complejas, imágenes
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 95
3. Filosofía moderna.
En la época moderna la epistemología se convierte en el tema central
de la filosofía. Quiero decir que la teoría del conocimiento pasa a ocupar un
lugar central en la filosofía hasta nuestros días.
Descartes establece un idealismo subjetivo que sostiene la existencia
de ideas innatas que se captan por intuición intelectual. El sujeto sólo conoce
sus propias ideas. La afirmación de la existencia del mundo externo no deja
de ser un fenómeno bien fundado basado en la existencia de Dios, quien por
su bondad garantiza la ausencia de engaño por su parte al sujeto cognoscente
humano. El conocimiento científico es racional y a priori. Este idealismo
subjetivo es a decir de Kant, un idealismo problemático.
John Locke hizo una dura crítica a la teoría de Descartes sobre las
ideas innatas. Locke sigue sosteniendo expresamente que sólo conocemos
nuestras ideas, pero sostiene que tales ideas no son innatas de modo alguno,
son copias de los objetos reales, ahora bien, nosotros no podemos comprobar
de manera alguna tal correspondencia.
Para Locke todo nuestro conocimiento es empírico. Sólo tienen validez
aquellas ideas que puedan reducirse a la experiencia. El espíritu es
originalmente, un papel sin escribir (tabula rasa), sin ningún saber. Sólo
partiendo de la experiencia logra saber el espíritu. El empirismo es un
idealismo subjetivo pues.
George Berkeley construyó un idealismo material a decir de Kant.
Como yo sólo conozco mis contenidos de conciencia, el único mundo que
puedo conocer es el de las representaciones. Mi espíritu es un fundamento
suficiente para estas representaciones, sin que necesitemos siquiera creer en
la existencia de un mundo exterior a nuestra conciencia. No hay materia pues
los objetos dependen completamente de mi percepción. Esse est percipi.. Su
ser es precisamente el ser percibida. Por lo demás, no existen las
representaciones abstractas o universales. La idea es el objeto que es
presentado a los sentidos o su representación como phantasmata. Si
determinadas representaciones aparecen siempre juntas, son entonces
denominadas con un nombre común, llamándoselas “cosa”.
David Hume sacó las conclusiones lógicas de las afirmaciones de
Locke y de Berkeley. Elaboró una teoría del conocimiento consecuentemente
empirista. La teoría del conocimiento es una psicología empírica que describe
los contenidos de la conciencia individual. La conciencia es un conjunto de
Filosofía y Ciudadanía 96
4. Filosofía contemporánea.
Kant va a intentar seguir un camino intermedio entre el empirismo
(Hume) y el racionalismo (Leibniz). Tanto los racionalistas como los
empiristas habían distinguido dos tipos de proposiciones: juicios analíticos,
cuya negación conduce a una contradicción y juicios sintéticos, que
descansan sobre la experiencia. Los juicios analíticos son a priori, esto es, son
lógicamente independientes de la experiencia y son siempre verdaderos
porque en ellos el predicado está incluido en el sujeto. Por el contrario, en los
juicios sintéticos el predicado está fuera del concepto del sujeto, por tanto se
consideraba que debían ser forzosamente a posteriori, esto es, lógicamente
derivados de la experiencia. Por esto opinaban tanto Leibniz como Hume,
que no sólo la lógica, sino también las matemáticas, constaban únicamente de
proposiciones del primer tipo.
Kant demostró que tanto las proposiciones de las matemáticas como
las de la física de Newton no podían probarse con la aplicación del principio
de no contradicción. Pero, por otra parte, no dudó ni lo más mínimo que las
matemáticas y la física clásica eran ciencias de validez universal y necesaria.
A partir de aquí, sostuvo Kant que, junto a las proposiciones analíticas o
juicios analíticos a priori cuya negación es contradictoria, y a los juicios
sintéticos a posteriori, fundados en la experiencia, puede también establecerse
un tercer tipo de proposiciones o juicios: los llamados juicios sintéticos a
priori.
Para contestar a la pregunta de cómo son posibles los juicios sintéticos
a priori, consideró Kant necesario efectuar un giro copernicano en la teoría
del conocimiento. Los juicios sintéticos a priori sólo podían explicarse con la
aceptación de que correspondían a los objetos de nuestro conocimiento e
incluso que le estaban subordinados.
La teoría del conocimiento de Kant se puede esquematizar del
siguiente modo: sólo hay experiencia en relación con el sujeto del
conocimiento, quien determina la constitución de la experiencia. Por tanto es
imposible hablar de un conocimiento del mundo y de cómo es en sí
independientemente del sujeto de conocimiento. Ni siquiera se puede decidir
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 97
comprenderse que pueda “mover sin ser movido”. El Primer Motor Inmóvil
propiamente hablando, no es ningún motor o causa eficiente, realmente es
fin, telos, causa final que mueve el mundo como el ser amado mueve al
amante, sin necesidad de hacer nada, sólo por el hecho de ser. Únicamente la
analogía del deseo no recíproco permite concebir, si no comprender, la
paradoja de un motor que “impulsa” en el sentido de “poner en movimiento”
sin ser impulsado él mismo. Dios está alejado del mundo. Los seres del
mundo lo pueden imitar como máximo con los medios de que disponen.
Motor lejano, el Dios de Aristóteles es el ideal móvil en cuya dirección se
consuman los movimientos regulares de las esferas, los movimientos más
complejos de las estaciones, el ciclo biológico de las generaciones y de las
corrupciones, las vicisitudes de la acción y del trabajo del hombre.
Dios mueve porque es amado. Es apetecible lo bueno y lo perfecto, lo
cual puede decirse del motor inmóvil, por ser ente por necesidad del que
depende el cielo y la naturaleza, y por ser siempre una existencia como la
mejor para nosotros, ya que su acto es también placer.
Este principio supremo (trascendente al mundo físico) ordena
conectando “la sustancia del universo” y unificando los principios, pues
“todas las cosas están coordinadas hacia una” (pros hén hápanta
syntetaktai).
Si no hubiera Dios, el devenir sería caótico y no habría orden
teleológico en el cosmos.
Dios es la Esencia, la Substancia, la Vida, la Actividad. Como el
entendimiento es lo más divino y la contemplación es lo más agradable y lo
más noble, entenderá lo más divino y lo más noble y no cambiará. Por eso, se
entiende a sí mismo, puesto que es lo más excelso y “su intelección es
intelección de intelección (noesis noéseos). Y tiene vida, pues el acto por
sí de él es vida nobilísima y eterna” (Metafísica, Libro XII.)
Dios es pensamiento del pensamiento, que se piensa a sí mismo. Un
pensamiento que se piensa a sí mismo.
b) Edad Media.
La duplicidad de sentido de la metafísica aristotélica persistirá en los
pensadores medievales, que se remitirán a Aristóteles aunque con diferencias
entre unos y otros en cuanto a la situación de la metafísica en el conjunto del
saber. Para Santo Tomás de Aquino, la metafísica está netamente
subordinada a la “sagrada doctrina”, es decir, a la teología revelada, ya que
ésta es también una ciencia propia y verdadera. En dependencia de
Aristóteles, pero superándole, distingue Santo Tomás de Aquino tres aspectos
de la metafísica que corresponden a las tres determinaciones conceptuales de
Aristóteles, y a los que se atribuyen los nombres de “teología”, “metafísica” y
“filosofía primera”. Es teología (como teoría filosófica acerca de Dios), en la
medida en que considera a Dios y a los seres suprasensibles; es metafísica, en
tanto que investiga el ente y todo lo que le es esencialmente propio, y es
Filosofía y Ciudadanía 104
c) Edad Moderna.
En el pensamiento moderno, hasta nuestros días, la noción de la
metafísica oscila todavía entre los dos polos de la definición aristotélica, en
cuanto señalada por su carácter de generalidad máxima y por el carácter
específico de sus objetos.
Para Descartes el objeto de la metafísica son las substancias
espirituales, cuya esencia es el pensamiento, es decir, Dios y las substancias
humanas.
Francis Bacon asigna a la metafísica la determinación de las causas
formales y finales, en contra de la “física” que se limita a las causas
materiales y eficientes.
Una contraposición análoga se da también en Leibniz, para quien la
materia y el movimiento son meros fenómenos físicos, mientras que la
substancia y la fuerza pertenecen a la metafísica.
En el siglo XVII comienza a utilizarse en sustitución de la palabra
metafísica el término más neutro y aséptico de ontología. La ontología es la
disciplina filosófica dedicada a describir lo ente, el ser, la realidad, lo real. El
primero que usó la palabra “ontología” fue Rudolf Goclenius en su Lexicon
philosophicum quo tanquam clave philosophiae fores aperiuntur (1613),
definiendo ontología como philosophia de ente. Es Johannes Clauberg en
sus Elementa philosophiae sive ontosophia, scientia prima, de iis quae Deo
creaturisque seu modo communiter attribuntur (1647) quien destaca la
importancia de la ontología. Según Clauberg, la ontología es una scientia
prima que se refiere (por analogía y no unívocamente) tanto a Dios como a
los entes creados.
Este desarrollo llega a su desenlace sistemático con Christian Wolff
(1679-1754) quien populariza entre el público el término “ontología” y
conduce a la definitiva separación entre la doctrina del ser y la doctrina de
Dios. En su división de las ciencias filosóficas, Wolff identifica metafísica
con filosofía teorética (en contraste con la ética, como filosofía práctica), y
distingue entre una Metaphysica generalis y una Metaphysica specialis. La
primera, denominada también “ontología”, es la ciencia filosófica básica del
ente en cuanto tal. Pero cuando Wolff le atribuye la tarea de deducir, a partir
de conceptos bien definidos y de axiomas, las proporciones que son válidas
para todo objeto pensable, una tal metafísica ya no es una investigación
temática sobre el ser, sino únicamente una axiomática formal ontológica, o
teoría de los principios. La metafísica especial, por el contrario, se divide en
tres ramas, que Wolf denomina “cosmología”, “psicología” y “teología”.
Estas tres disciplinas teóricas son racionales (no son ni empíricas ni
reveladas).
La división wolffiana aporta novedades en un doble aspecto: la
ampliación del concepto de metafísica, que ahora abarca también la
cosmología y la psicología, y la separación de la ontología y la teología, hasta
Filosofía y Ciudadanía 106
d) Edad Contemporánea.
En el idealismo alemán, después de Kant, metafísica era un concepto
denigrado. Se entendía por tal la metafísica de Wolff, tomado ésta como
modelo de intelectualismo y de dogmatismo, que se opone al idealismo
trascendental. Sin embargo, la idea de la metafísica sigue claramente
presente, en cuanto que de lo que se trata es de comprender la realidad total a
partir de su fundamento absoluto. Así, en Johann Gottlieb Fichte aparece, en
el lugar de la metafísica, la “teoría de la ciencia”, que tiene como contenido el
puro saber de la razón y proporciona los principios a todas las demás
ciencias. Sin embargo, no se trata (como en Wolff y en Kant) de principios
puramente formales, sino del contenido primario e inmediato del saber: la
autoexperiencia del yo que se afirma y se realiza; es esto una recuperación de
la metafísica en el sentido de los juicios sintéticos a priori de los que habló
anteriormente Kant. Aunque la filosofía del primer Fichte se encierra también
en un idealismo subjetivo, sin embargo, pronto esta etapa es superada por
Fichte, al reconocer que la razón finita presupone un ser absoluto. De este
modo, el último Fichte se acerca de nuevo muy claramente a una Metafísica
u Ontología en el sentido clásico de estos términos.
F. W. J. von Schelling parte de la subjetividad finita hasta lo absoluto,
que, como identidad e indiferencia absolutas, precede incluso a la distinción
entre sujeto y objeto, aunque se diferencia dialécticamente y hace posible
una comprensión deductiva de la realidad total. Sin embargo, una tal ciencia
de la razón, deductiva a priori, no alcanza la realidad, sino que se queda en el
ámbito de la esencia posible. La superación se lleva a cabo cuando la razón
va más allá de sí misma y presupone un “ser absoluto previo a la razón”. Con
ello, Schelling avanza hacia una ciencia del ser que engloba también el saber
de Dios y que de él recibe la fundamentación última; la metafísica exige de
nuevo su antigua unidad.
G. W. F. Hegel identificó su propia lógica dialéctica, en oposición a la
lógica formal, precisamente con la “metafísica”, y había sostenido la tesis de
la identidad del pensamiento y del ser. En este sentido, el sistema de Hegel es
el ejemplo clásico de una metafísica de la inmanencia, pero con un
significado contrario a aquél con el que Kant había hablado de la “metafísica
inmanente”, ya que ésta se fundamentaba precisamente en el principio de la
irreductibilidad del ser al pensamiento.
Hegel realiza la idea de una ciencia pura de la razón como “ciencia
absoluta”; su punto de partida no es una intuición inmediata (como en Fichte
y Schelling), sino que ha de ser obtenido reductivamente a partir de la
totalidad de la experiencia de la conciencia. Esto conduce al “saber absoluto”,
que no se concibe, sin embargo, como pura identidad (Schelling) sino como
Filosofía y Ciudadanía 108
Heidegger plantea en toda su urgencia la pregunta por el sentido del ser. Esta
pregunta debe ser dirigida al hombre, porque posee el privilegio de una
comprensión del ser; es la iluminación del ser, el lugar de la verdad del ser.
Heidegger intenta poner en claro mediante una analítica existencial, la
constitución de la comprensión del ser en el fundamento de la existencia
humana. Para ello se sirve del método fenomenológico, pero no se orienta,
como Husserl, hacia la pura esencia, sino a la existencia concreta del hombre,
en tanto que allí se manifiesta el ser. Esto sucede en el tiempo, ya que la
“temporalidad” de la existencia proyecta el horizonte de la comprensión del
ser, y, por tanto, acaece esto en la historia, como el suceder, en el que el ser
aparece y se oculta (destino del ser). La comprensión histórica del ser se
produce en el lenguaje, que es la casa del ser. Mientras que el tema era una
metafísica y una ontología fundamental en los escritos primeros de
Heidegger, más tarde habla cada vez con más frecuencia, de una superación
de la metafísica aunque no para rechazar toda metafísica, sino para penetrar
en una nueva manera de pensar el ser, a la que se le plantean de un modo
acuciante los problemas del lenguaje y de la historia.
Fuera de la fenomenología, la ontología ha resurgido con las figuras
filosóficas de Lukács, Bunge y Gustavo Bueno. Éste último define a la
metafísica como toda construcción sistemática doctrinal, toda idea, etc., que,
partiendo, sin duda, de un fundamento empírico lo transforma en una
dirección, preferentemente sustancialista, tal que la unidad abstracta, sí
obtenida queda situada en lugares que están más allá de toda posibilidad de
retorno racional al mundo de los fenómenos.
Por otro lado, sin embargo, hay que destacar la crítica a la metafísica
llevada a cabo desde el neopositivismo lógico. Esta crítica se encontraba ya
en Hume. La formulación clásica se encuentra en Rudolf Carnap (1891-
1970) y sobre todo, en su ensayo “La superación de la metafísica mediante
el análisis lógico del lenguaje”. (1932) Para los neopositivistas, ejemplos
típicos de pseudoproposiciones son las afirmaciones de los idealistas
alemanes o de Heidegger. Un concepto o una proposición sólo tienen sentido,
significado, si son verificables, es decir, si son constatables
intersubjetivamente en la experiencia externa. Si no es este el caso, entonces
el concepto o la proposición “carecen semánticamente de sentido”. Según
esto, la metafísica es absolutamente imposible, dado que trabaja con
pseudoconceptos y pseudoproposiciones carentes de sentido.
BLOQUE 3. EL SER HUMA
O.
1. La evolución humana
a) Antepasados del Homo sapiens
La evolución humana (u hominización) explica el proceso de
evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado
actual. El estudio de dicho proceso requiere un análisis interdisciplinar en el
que se aúnen conocimientos procedentes de ciencias como la genética, la
antropología física, la paleontología, la estratigrafía, la geocronología, la
arqueología y la lingüística.
El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a los
individuos del género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución
humana incluyen otros homininos, como Ardipithecus, Australopithecus, etc.
Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y
de los chimpancés se separaron hace entre 5 y 7 millones de años. A partir de
esta separación la estirpe humana siguió ramificándose originando nuevas
especies, todas extintas actualmente a excepción de Homo sapiens.
b) Los pre-australopitécidos
Los primeros posibles homínidos bípedos (homininos) son
Sahelanthropus tchadiensis (con una antigüedad de 6 ó 7 millones de años),
Orrorin tugenensis (unos 6 millones de años) y Ardipithecus (entre 5,5 y 4,5
millones de años). Los fósiles de estos homínidos son escasos y
fragmentarios y no hay acuerdo general sobre si eran totalmente bípedos. No
obstante, tras el descubrimiento del esqueleto casi completo apodado Ardi, se
han podido resolver algunas dudas al respecto; así, la forma de la parte
superior de la pelvis indica que era bípedo y que caminaba con la espalda
recta, pero la forma del pie, con el dedo gordo dirigido hacia adentro (como
en las manos) en vez de ser paralelo a los demás, indica que debía caminar
apoyándose sobre la parte externa de los pies y que no podía recorrer grandes
distancias.
c) Los australopitécidos.
Los primeros homininos de los que se tiene la seguridad de que fueron
completamente bípedos son los miembros del género Australopithecus, de los
que se han conservado esqueletos muy completos (como el de la famosa
Lucy).
Este tipo de hominino prosperó en las sabanas arboladas del este de
África entre 4 y 2,5 millones de años atrás con notable éxito ecológico, como
lo demuestra la radiación que experimentó, con al menos cinco especies
diferentes esparcidas desde Etiopía y el Chad hasta Sudáfrica.
Su desaparición se ha atribuido a la crisis climática que se inició hace
unos 2,8 millones de años y que condujo a una desertificación de la sabana
Filosofía y Ciudadanía 112
modernos.
Los fósiles más antiguos de Homo sapiens datan de hace unos 200.000
años (Etiopía). Hace unos 90.000 años llegó al Próximo Oriente donde se
encontró con el Hombre de Neanderthal que huía hacia el sur de la glaciación
que se abatía sobre Europa. Homo sapiens siguió su expansión y hace unos
45.000 llegó a Europa Occidental (Francia); paralelamente, el Hombre de
Neanderthal se fue retirando, empujado por H. sapiens, a la periferia de su
área de distribución (Península ibérica, mesetas altas de Croacia), donde
desapareció hace unos 28.000 años.
Aunque H. neanderthalensis ha sido considerado con frecuencia como
subespecie de Homo sapiens (H. sapiens neanderthalensis), el análisis del
genoma mitocondrial completo de fósiles de H. neanderthalensis sugieren
que la diferencia existente es suficiente para considerarlos como dos especies
diferentes, separadas desde hace 660.000 (± 140.000) años. (ver el apartado
"Clasificación" en Homo neanderthalensis).
Se tiene la casi plena certeza de que el Hombre de Neandertal no es
ancestro del ser humano actual, sino una especie de línea evolutiva paralela
derivada también del Homo erectus/Homo ergaster a través del eslabón
conocido como Homo heidelbergensis. El neandertal coexistió con el Homo
sapiens y quizá terminó extinguido por la competencia con nuestra especie.
Si existió algún mestizaje entre ambas especies, el aporte a la especie humana
actual ha sido, en lo genético, inferior al 5% (un arqueólogo y
paleoantropólogo que defendía la hipótesis de una fuerte mixogénesis de las
dos especies ha sido descubierto como falsificador de "pruebas"; en efecto,
existe actualmente casi total escepticismo de que ambas especies hayan sido
interfértiles). En cuanto al llamado Hombre de Cro-Magnon corresponde a
las poblaciones de Europa Occidental de la actual especie Homo sapiens.
f) Homo sapiens
Los parientes vivos más cercanos a nuestra especie son los grandes
simios: el gorila, el chimpancé, el bonobo y el orangután.
Demostración palmaria de este parentesco es que un mapeo del genoma
humano actual indica que Homo sapiens comparte casi el 99% de los genes
con el chimpancé y con el bonobo. Para mayor precisión, el genoma de
cualquier individuo de nuestra especie tiene una diferencia de sólo el 0,27%
respecto al genoma de Pan troglodytes (chimpancés) y de 0,65% respecto al
genoma de los gorilas.
Los fósiles más antiguos de Homo sapiens tienen una antigüedad de
casi 200.000 años y proceden del sur de Etiopía (formación Kibish del río
Omo), considerada como la cuna de la humanidad (véase Hombres de
Kibish). A estos restos fósiles siguen en antigüedad los de Homo sapiens
idaltu, con unos 160.000 años.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 115
g) Biocronología de Homininos.
Algunos datos de genética molecular concordantes con hallazgos
paleontológicos, sostienen que todos los seres humanos descienden de una
misma Eva mitocondrial o E.M., esto quiere decir que, según los rastreos del
ADNmt - que sólo se transmite a través de las madres-, toda la humanidad
actual tiene una antecesora común que habría vivido en el noreste de África,
probablemente en Tanzania (dada la mayor diversidad genética allí) hace
entre 150.000 y 230.000 años (ver haplogrupos de ADN mitocondrial
humano).
Estudios de los haplogrupos del cromosoma Y humano, concluyen que
por línea paterna hay una ascendencia que llega hasta el Adán cromosómico,
el cual habría vivido en el África subsahariana entre hace 60.000 y 90.000
años.
Otros indicios derivados de muy recientes investigaciones sugieren que
la de por sí exigua población de Homo sapiens hace unos 74.000 años se
redujo al borde de la extinción al producirse el estallido del volcán Toba,
según la Teoría de la catástrofe de Toba, volcán ubicado en la isla de
Sumatra, cuyo estallido ha dejado como rastro el lago Toba. Tal erupción-
estallido tuvo una fuerza 3.000 veces superior a la erupción del Monte Santa
Helena en 1980. Esto significó que gran parte del planeta se vio cubierto por
nubes de ceniza volcánica que afectaron negativamente a las poblaciones de
diversas especies incluidas la humana. Según esta hipótesis llamada entre la
comunidad científica Catástrofe de Toba, la población de Homo sapiens
(entonces toda en África; la primera migración fuera de África fue en torno al
año 70.000 ac) se habría reducido a sólo alrededor de 1000 individuos. Si
esto es cierto, significaría que el 'pool' genético de la especie se habría
restringido de tal modo que se habría potenciado la unidad genética de la
especie humana.
No todos están de acuerdo con esa datación. Después de analizar el
ADN de personas de todas las regiones del mundo, el genetista Spencer
Wells sostiene que todos los humanos que viven hoy descienden de un solo
individuo que vivió en África hace unos 60.000 años.
Por todo lo antedicho queda demostrado el monogenismo de la especie
humana y, consecuentemente, descartado el poligenismo, que servía de
"argumento" a teorías racistas.
Junto a los hallazgos arqueológicos, los principales indicadores de la
expansión del ser humano por el planeta son el ADN mitocondrial y el
cromosoma Y, que son característicos de la descendencia por línea materna y
paterna respectivamente.
Los hombres ya habrían comenzado a salir de África unos 90.000 años
antes del presente; colonizando para esas fechas el levante (Estos restos
fósiles han sido atribuibles a tempranos Homo sapiens, pero su relación real
con los humanos modernos es muy discutible).
Filosofía y Ciudadanía 116
h) Bipedestación.
Los Homininos, primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7
millones de años en África, cuando dicho continente se encontró afectado por
una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como
adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces de caminar
fácilmente de modo bípedo y mantenerse erguidos. Más aún, en un medio
cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja algunas de las mejores
soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción de la
capa pilosa, lo que evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Hace
150.000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa desertización lo
cual significó otra gran presión evolutiva como para que se fijaran los rasgos
principales de la especie Homo sapiens.
Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer
importantes modificaciones:
•Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u
orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis) se
ha desplazado; mientras en los simios el foramen magnum se ubica en la
parte posterior del cráneo, en el Homo sapiens (y en sus ancestros directos) el
foramen magnun se ha "desplazado" casi hacia la base del mismo.
•Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los
simios, en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido
curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del
cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna
vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis; si se compara
con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su
cuerpo resulta empujado hacía adelante por el propio peso. En la raquis
humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que el centro de
gravedad de todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los
pies; al tener el Homo sapiens una cabeza relativamente grande el centro de
gravedad corporal es bastante inestable (y hace que al intentar nadar, el
humano tienda a hundirse "de cabeza"). Otro detalle; las vértebras humanas
son más circulares que las de los simios, esto les permite soportar mejor el
peso vertical.
•Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental
en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana
en los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la
pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en
posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución
importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La
bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan
"prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya
que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en
el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado
canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 117
l) Visión.
El humano hereda de los prosimios la visión estereoscópica y
pancromática (la capacidad de ver una amplia tonalidad de los colores del
espectro visible); los ojos en la parte delantera de la cabeza posibilitan la
visión estereoscópica (en tres dimensiones), pero si esa característica surge en
los prosimios como una adaptación para moverse mejor durante la noche o en
ambientes umbríos como los de las junglas, en Homo sapiens tal función
cobra otro valor; facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este
aspecto la visión es bastante más aguda en los humanos que en los otros
primates y en los prosimios. Esto facilitará el hecho por el cual Homo sapiens
sea un ser altamente visual (por ejemplo las comunicaciones mediante la
mímica), y facilitará asimismo lo imaginario.
m) Especialización.
Pese al conjunto de modificaciones morfológicas antes reseñadas,
desde el punto de vista de la anatomía comparada, llama la atención una
cuestión: Homo sapiens es un animal relativamente poco especializado. En
Filosofía y Ciudadanía 120
ñ) Cerebración.
La cerebración y la corticalización son temas que requieren, por sí
solos, artículos propios, dado el alcance y la importancia de dichos procesos.
Aquí importa comentar de lo mínimo indispensable para comprender la
evolución humana.
La cerebración tanto como la corticalización son fenómenos biológicos
muy anteriores a la aparición de los homínidos, sin embargo en éstos, y en
especial en Homo sapiens, la cerebración y la corticalización adquieren un
grado superlativo (hasta el punto que Theilard de Chardin enunció una
curiosa teoría, la de la noósfera y noogénesis, esto es: teoría del pensar
inteligente, que se basa en la evolución del cerebro).
El cerebro de Homo sapiens, en relación a la masa corporal, es uno de
los más grandes. Más llamativo es el consumo de energía metabólica (por
ejemplo, la producida por la "combustión" de la glucosa) que requiere el
cerebro: un 20% de toda la energía corporal, y aun cuando la longitud de los
intestinos humanos evidencian los problemas que se le presentan.
En Homo sapiens el volumen oscila entre los 1.200 a 1.400 cm3,
Filosofía y Ciudadanía 122
infante está completamente desvalido durante años, tan es así que, que entre
los 2 a 4 años es cuando tiene lo suficientemente desarrolladas las áreas
visuales del cerebro como para tener una percepción visual de su propio ser
(Estadio del espejo descubierto por Jacques Lacan en la década de 1930).
Ahora bien, si Homo sapiens tarda mucho en poder tener una percepción
plena de su imagen corporal es interesante saber que es uno de los pocos
animales que se percibe al ver su imagen reflejada (sólo se nota esta
capacidad en bonobos, chimpancés, y si acaso en gorilas, orangutanes,
delfines y elefantes).
Tal es la prematuración del Homo sapiens, que mientras un chimpancé
neonato tiene una capacidad cerebral de un 65% de la de un chimpancé
adulto, o la capacidad de Australopithecus afarensis era en el parto de un
50% respecto a la de su edad adulta, en Homo sapiens 'bebé' tal capacidad no
supera al 25% de la capacidad que tendrá a los 45 años (a los 45 años
aproximadamente es cuando se desarrolla totalmente el cerebro humano).
Pero no basta el desarrollo cronológico. Para que el cerebro humano se
"despliegue" -por así decirlo- o desarrolle requiere de estimulación y afecto;
de otro modo la organización de algunas de las áreas del cerebro puede
quedar atrofiada.
TEMA 9. LA DIME
SIÓ
SOCIOCULTURAL DEL HOMBRE.
CO
CEPCIO
ES FILOSÓFICAS DEL SER HUMA
O.
7
Las palabras y las cosas. Siglo XXI, Madrid 1968, p. 300.
8
Platón, Protágoras, 321a-322a.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 127
"período cósmico", sino que en ambos casos el hombre es visto como una
realidad más, vulnerable ante elementos exteriores tales como las fieras
(para las que nace la ciudad como defensa del hombre). "Asimismo, el
período crítico que lleva a la constitución de la filosofía en la época
sofística no es meramente un período antropológico (Protágoras, Sócrates)
puesto que inmediatamente de él resultan de nuevo concepciones
cosmológicas (Demócrito, Platón, Aristóteles)"9.
Distinguiremos, ante esta situación, entre una Filosofía del Hombre y
una Antropología Filosófica para discriminar entre diferentes tipos de
concepciones sobre lo humano, las primeras en tanto que lo consideran
de modo secundario, y las segundas en tanto que lo sitúan en un lugar
central.
El cristianismo y la Edad Media cambiarán la situación clásica, pues
Dios se ha hecho hombre en virtud del trinitarismo, por lo que el ser
humano toma carácter de dominador del mundo, de señor y dominador de
la naturaleza. Sin embargo, más que un humanismo cristiano nos
encontramos aquí con un sobrehumanismo, en la medida que el hombre es
divinizado. Santo Tomás afirma que la verdad es adecuación del
entendimiento y la cosa (veritas consistit in adaequatione intellectus et
rei10), pero el entendimiento es el divino, luego es adecuación entre el
entendimiento humano y el divino. En las épocas citadas, en definitiva, se
habla de una Filosofía del Hombre, es decir, una disciplina o tramos de un
sistema filosófico que tratan el problema del hombre de forma tangencial,
dependiendo de otras entidades de mayor peso ontológico.
Este sobrehumanismo medieval es el paso previo necesario para que
en el Renacimiento comience a considerarse al hombre como objeto de una
disciplina filosófica diferenciada, en tanto que ser comprendido entre los
animales y Dios, que diría Marsilio Ficino. El término Antropología es de
origen renacentista, tal y como comprobamos a raíz de diversas
publicaciones: tratados de anatomía como el de Magnus Hundt,
Anthropologia, de hominis dignitate, natura et proprietatibus, (1501),
Andrés Vesalio, De humani corporis fabrica (1543), Galeazzo Capella,
Anthropologia (1533). Otto Casmann, Psychologia anthtropologiae pars
secunda, hoc est de fabrica corporis humani methodice descripta (1594), y
Rudolf Goclenius, distinguirán dentro de esta nueva disciplina entre
Somatologia, o tratado del cuerpo (Antropología médica inclusa dentro de
la Antropología biológica antes citada) y una Psychologia, o tratado del
alma, del que hablará Cristian Wolff en su Psychologia rationalis (1734)
como disciplina dedicada al estudio de las facultades de la psique humana,
distinta de la psique animal (que se incluiría en la somatología).
De este dualismo se nutrirá la Antropología filosófica, expresión
acuñada en el siglo XX por Max Scheler, pero que podemos encontrar
9
Gustavo Bueno, La Metafísica Presocrática. Pentalfa, Oviedo 1974, pp. 31-32.
10
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, I q. 21. 2. c.
Filosofía y Ciudadanía 128
Las teorías teleológicas atienden sobre todo a los fines y objetivos que
persiguen las acciones éticas. El hombre virtuoso se caracteriza ahora por su
perspicacia o inteligencia y por su capacidad de cálculo para saber elegir en
cada momento el curso de la acción que conducirá al bien apetecido. Las
teorías teleológicas supeditan las reglas, las normas y los procedimientos a
los objetivos y a los resultados.
Las reglas y normas son buenas, no por si mismas, ni por su carácter
general, sino porque producen resultados éticos buenos y saludables. Valen
porque funcionan y mientras funcionan, pero no hay inconveniente en
abandonarlas o conculcarlas cuando no producen lo que se espera de ellas,
sobre todo, a largo plazo. Las teorías éticas teleológicas concuerdan entre sí
al afirmar que el bien es el objetivo último de la ética y que el único
postulado ético de carácter general es la constatación de que todo hombre
quiere ser feliz y busca la felicidad a través de sus actos conscientes. Pero
difieren mucho entre sí a la hora de precisar qué debe entenderse por bien y
por felicidad.
Esta clasificación tiene algunas deficiencias. Algunas doctrinas como
el iusnaturalismo o el estoicismo se mantendrían en una ambigua posición
intermedia que neutraliza fácilmente la oposición entre fines y deberes. Más
aún, en la práctica es imposible encontrar tipos puros deontológico y
teleológicos. Además existen teorías éticas intencionalistas que pretenden
otorgar valor ético a las acciones humanas no por sus resultados, ni por su
conformidad a un código normativo o sistema de deberes, sino por los
motivos del agente, por sus intenciones. En cualquier caso, la clasificación
bimembre se disuelve.
4. El positivismo moral.
Según el positivismo moral los comportamientos humanos no tienen
en ellos nada específicamente ético. Se niega así todo fundamento ético al
comportamiento humano.
Hay tres familias de teorías éticas positivistas morales:
a) el amoralismo, b) el relativismo moral y c) la disolución positivista
de la ética por el análisis lingüístico.
A) El amoralismo rechaza toda moral. El amoralista dice que él es
neutral respecto a todo código moral. Las normas de conducta no son
morales. No hay moral porque tanto la Naturaleza como la Cultura son
amorales. El comportamiento amoral como dice F. Nietzsche, está más allá
del bien y del mal. El motivo originario de las conductas humanas según
Nietzsche es la voluntad de poder.
B) El relativismo cultural sostiene que es bueno, justo y correcto lo que
cada sociedad o cultura históricamente dada considera tal. Esto se llama
también relativismo moral. La única postura ética es no tener ninguna postura
ética. Todas las normas morales o culturales son buenas en sí y
absolutamente, porque son inconmensurables científicamente. Y ello porque
no existe ningún método científico válido para efectuar una valoración
cualitativa de los distintos códigos morales vigentes en distintas sociedades.
Cada cultura impone sus propias reglas morales básicas y autojustifica su
validez con independencia y al margen de las demás.
C) El análisis positivista del lenguaje moral. El emotivismo.
Las normas, conductas y valores éticos no tienen ningún significado
objetivo o racional. Como las proposiciones de carácter moral y los juicios
éticos son puramente subjetivos e incontrastables, sólo manifiestan los
sentimientos que suscitan en el sujeto que aprueba o condena los actos,
normas o valores de los que se habla. Esto es el emotivismo.
Filosofía y Ciudadanía 138
5. El materialismo moral.
El fundamento de la ética reside en contenidos materiales. El
materialismo moral considera que la voluntad, la conducta y el juicio morales
pueden calificarse de buenos o malos, correctos o erróneos, no por sí mismos,
sino en función de su ajuste a los propios contenidos morales que proponen
como objetivos del buen obrar. Ciertos contenidos materiales ontológicos son
fuentes de eticidad y moralidad.
La amistad.
La amistad es necesaria para la felicidad. La amistad produce placer.
Es útil para ser feliz. La amistad procura tranquilidad. El amigo ayuda y evita
los males en un mundo hostil. La amistad proporciona el tener confianza y
seguridad en el futuro. Es necesaria para alcanzar la ataraxia. Se aprecia aquí
la amistad en el pequeño círculo de los vecinos y conocidos. La base de la
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 141
El cinismo.
Gottfried Benn decía: “Ser tonto y tener trabajo, eso es la felicidad”.
“Cinismo” viene del griego kyon, can, perro. Los kynikoi son los perrunos.
Vivían los cínicos como los perros. El cinismo es una filosofía moral que se
expresa a través de chistes, gestos y anécdotas. Pretenden provocar la risa y el
sarcasmo. Reducen la vida a sus mínimos y proponen un ascetismo hacia lo
animal como camino hacia la virtud.
Antístenes (446 – 366 a.c.) Discípulo de Sócrates. De Sócrates tomó
Antístenes algunos rasgos de su ética. El anteponer a lo demás el cuidado del
alma, el menosprecio de los bienes de fortuna, el afán por el diálogo, la crítica
a los políticos y demagogos.
Proclama la autosuficiencia del sabio para la felicidad. Sólo depende el
sabio de su propio saber y de su virtud. La virtud es enseñable. La virtud está
en los hechos y no necesita de largos discursos ni de muchos conocimientos.
El sabio es autosuficiente, pues los bienes de los demás son todos suyos. La
impopularidad es un bien y vale el esfuerzo. El sabio vivirá no de acuerdo
con las leyes establecidas, sino de acuerdo con la virtud. Así comienza el
cinismo. Es un precursor o puente entre Sócrates y Diógenes el Cínico (400 -
320 a.c).
Diógenes el Perro es el Cínico propiamente dicho en sentido estricto.
De él sabemos historias, chistes, anécdotas.
El hombre es autosuficiente para la virtud si es sabio. Para vivir es
necesario muy poco.
El sabio es absolutamente libre de todo tipo de trabas y ataduras. Sólo
sigue a la naturaleza. Menosprecia la sociedad. Desprecia las convenciones.
El sabio es un grosero y un indecente. Es obsceno. Una vez Diógenes se
masturbaba en medio de una plaza y dijo: “Ojalá rascándose la barriga se
quitase también el hambre”. Hacía sus necesidades en público, dormía en un
barril. Lo natural es lo bueno. El modelo moral para el cinismo son los
perros, los brutos. Es el desprecio hacia las normas sociales y culturales y la
postulación de un retorno a la simplicidad de la naturaleza como esencia de la
bondad. El hombre salvaje, primitivo, más cercano a la naturaleza es el
hombre bueno, no corrompido por las normas culturales y sociales.
Se le preguntó cuál era el mejor vino y contestó: “El de los demás”. Un
día se encontró con un atleta que, en compañía de sus amigos y admiradores
se jactaba de ser el más veloz corredor de la Hélade. Dijo él: “Pero no eres
más veloz que un conejo o que un ciervo y éstos, que son los más rápidos de
todos los brutos, son también los más timoratos.”.
Vivía como un mendigo. El perro era para los griegos el animal
impúdico por excelencia. Era un insulto denominar “perro” a quienes por
afán de provecho o en un arrebato pasional conculcaban las normas del
mutuo respeto, el decoro y la decencia. Por eso Diógenes era llamado
despectivamente “perro”. De ahí el nombre de cinismo. Ya Antístenes se
hacía llamar haplo kyon, perro auténtico.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 143
El escepticismo de Pirrón.
En el escepticismo antiguo, la teoría se subordinaba a la praxis. Los
escépticos trataban de llegar a la paz mediante la desaprobación del saber,
esto es, por el escepticismo, lo contrario de la ciencia.
Pirrón de Elis (360 – 270 a.c.) fue el fundador del escepticismo.
Apenas se sabe nada de él. Nada escribió. Sus maestros fueron Bryson, un
socrático o acaso Euclides de Mégara; posteriormente Anaxarcos, que
procedía de Abdera y al cual acompañó en la campaña de Alejandro en Asia.
Fue allí donde frecuentó a los sabios indios, a quienes los griegos
denominaban gimnosofistas, porque iban totalmente desnudos. Un día que
Anaxarcos se cayó en un pantano, renunció a socorrerlo y su amigo le alabó
por su insensibilidad.
Su doctrina consiste en afirmar que la razón humana no puede conocer
la esencia de las cosas. Sólo podemos conocer cómo las cosas se aparecen
ante nosotros. No nos es posible saber cuál es la opinión acertada. De nada
podemos estar ciertos y el sabio debe abstenerse de juzgar. En vez de decir
“Esto es así”, deberíamos decir “Esto me parece así” o “Puede que sea así”.
Aristocles formula su doctrina en estos términos:
“Timón, su discípulo, dice que quien quiere gozar de la felicidad debe
considerar los tres puntos siguientes: Primeramente, ¿Cuál es la verdadera
naturaleza de las cosas? En segundo lugar, ¿cuál debe ser la disposición de
nuestra alma con respecto a ellas? Finalmente, ¿qué resultado tendrán para
nosotros estas disposiciones? Afirma que si las cosas no manifiestan entre
ellas ninguna diferencia y escapan igualmente a la certidumbre y al juicio, las
opiniones que nos formemos con respecto a ellas no pueden por ello,
revelarnos ni lo verdadero ni lo falso. Por ello, no nos es preciso conceder
ningún crédito a las opiniones sino que debemos permanecer sin opiniones,
sin inclinaciones y sin dejarnos conmover, limitándonos a decir de cada cosa
que no es más esto que aquello, o más aún, que es al mismo tiempo que no
es, o en definitiva, ni que es ni que no es. A poco que conozcamos estas
Filosofía y Ciudadanía 144
9. El formalismo moral.
Una ética formalista es aquella que trata de fundamentar las conductas,
normas y juicios éticos no sobre contenidos axiológicos materiales, sino
sobre la forma o estructura misma de la acción moral.
Kant (1724-1804).
1. Las máximas de la acción y el imperativo categórico
Querer no es desear. Es decidirse en el transcurso de una acción. Según
Kant, tal decisión es moralmente buena solamente si se realiza por mor de
cumplir el deber de uno.
Según Kant, el valor moral de las acciones radica "en la máxima de
acuerdo con la que se han decidido". "Una máxima es el principio
subjetivo de la acción..." es decir, "el principio de acuerdo con el que él
debe actuar". Es posible, por supuesto, que la máxima del agente pueda
conformarse con la ley moral, así como también que su máxima o máximas
sean incompatibles con ella.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 147
4. La autonomía de la voluntad.
El imperativo categórico está edificado sobre la autonomía de la
voluntad. La autonomía de la voluntad significa que la razón es legisladora y
súbdita de sí misma. Todo ser racional se encuentra sometido al imperativo
categórico. La voluntad de todo ser racional está sometida al imperativo
categórico.
Los seres racionales no sólo están sometidos al imperativo categórico,
sino que son también sus creadores. Todo ser racional no sólo está sometido a
la ley moral, sino que también es legislador. Llegamos así a la "idea de la
voluntad de todo ser racional como una voluntad universalmente legisladora".
Ser moralmente autónomo es ser libre. La libertad consiste en regirse uno a sí
mismo moralmente por el imperativo categórico. Sólo se es libre si se es
autónomo moralmente. La voluntad o razón práctica no sólo está sometida al
imperativo categórico, sino que es el fin mismo de la ley y por lo tanto es
legisladora universal del deber. El ser racional actúa determinado por las
leyes que su propia voluntad impone.
Kant califica de heteronomía la suposición de que es la voluntad de un
ser racional la que está sometida a leyes o principios morales y no el
resultado de su propia legislación en cuanto voluntad racional. La ética
kantiana es autónoma, se autofunda en sí misma. La buena voluntad sólo se
determina a sí misma, es autónoma, no depende de las circunstancias externas
ni de las consecuencias de sus acciones. Por lo tanto, el fundamento último de
la buena voluntad ética es la libertad.
Quien se limita a cumplir la letra de la ley, sin representársela
racionalmente, no actúa moralmente. La conducta ética es una conducta
autónoma. Por ello, la virtud no tiene nada que ver con la felicidad. La
verdadera virtud no consiste en obrar por interés, sino por deber.
Se pasa así de la buena voluntad al deber y de éste a la ley, la cual
determina a su vez un imperativo categórico universal que se funda en la
idea misma de la libertad de la voluntad.
1. El derecho.
El derecho es un sistema o conjunto de normas reguladoras del
comportamiento humano en una determinada sociedad. Con la aparición
del Estado o de un poder público esas normas se fijan, se promulgan y se
respaldan con un sistema coercitivo.
2. Legalidad y legitimidad.
La existencia de un aparato coactivo organizado, que supone ya,
como es obvio, la previa constitución de un Estado o poder público
diferenciado, capaz de imponer sanciones al infractor de las mismas es la
condición sine qua non para que podamos hablar de derecho.
Podemos decir que hay legalidad cuando:
Existe una autoridad social capaz de sancionar legalmente las
costumbres establecidas por el grupo social y de establecer nuevas normas
que tengan rango de ley.
Se utilizan procedimientos judiciales estandarizados.
Se determina la jurisdicción o ámbito de aplicación de la ley.
Existe un aparato coactivo organizado.
Un poder político es legal cuando está establecido y constituido de
acuerdo con las leyes imperantes.
La legitimidad de las normas puede evaluarse en función del tipo de
legitimación que sostiene a la autoridad. El poder político busca legitimarse
ante los ciudadanos o súbditos. Un poder político es legítimo si obtiene la
obediencia sin necesidad del recurso a la fuerza, de una manera
institucionalizada.
Según Max Weber (1864-1920) todo tipo de legitimación lleva
aparejada una forma de organización jurídico-administrativa característica.
Tres tipos de organización jurídico-administrativa distingue Weber,
según la dominación, sea: carismática, tradicional o legal.
El ordenamiento carismático se funda en la dominación ejercida por un
personaje, elegido por la gracia de Dios. El dominus posee virtudes
excepcionales, una personalidad magnética, una fuerza sobrehumana,
poderes extraordinarios, etc. Los súbditos tienen fe en su persona y en
virtud de la fe o del sistema de creencias se legitima su autoridad para
promulgar y sancionar leyes. El ordenamiento jurídico en este caso, es
inestable e indeterminado, pues legisladores y jueces son personas
allegadas al líder, que gozan de su confianza y hacen de intermediarios con
las masas. Aunque haya derecho, este tipo de legitimidad no constituye un
Estado de derecho, pues la discrecionalidad no tiene otro límite que la
voluntad del dominus.
El ordenamiento tradicional se legitima por herencia. El modo de
Filosofía y Ciudadanía 160
4. La Idea de Justicia.
No es fácil perfilar los contornos de esta Idea nacida como tantas
otras en Grecia y trabajada y pulida en el taller filosófico de las Ideas
durante 25 siglos. Para empezar podemos distinguir entre la justicia como
virtud individual y la justicia como virtud social o política.
Entre los primeros filósofos griegos, sin embargo, estos dos sentidos
derivaban de su concepto más global y cómico de justicia. Ya en
Anaximandro “las cosas se dan mutua satisfacción y reparación por su
injusticia, según el orden del tiempo”. El cosmos es un orden, una
organización, y no un caos, cuando las cosas están en su lugar y hay un
lugar para cada cosa. El ajustamiento, lo justo, se define por el
ordenamiento natural o armonía, al que debe someterse la propia vida
social, cuyas leyes positivas se conciben como un simple reflejo del orden
cósmico.
El advenimiento de la democracia, como consecuencia de ajustes
socioeconómicos y luchas políticas, trajo como consecuencia la fractura de
la unidad del ideal de justicia cósmica y una preocupación por su
plasmación empírica en los sistemas legales. Los sofistas distinguieron
entre nomos y physis. La justicia o bien es algo relacionado con la physis y
entonces se reduce a la mera fuerza o bien es una mera convención y
entonces carece de poder para obligar realmente.
Para Platón la justicia es una virtud consistente en que cada parte del
alma ejerza la función que le es específica y su virtud propia. Eso no
significa que la justicia sea una virtud privada, individual. Tiene el alma
una triple dimensión cósmica (en el mundo de las Ideas), social y ética. Los
tres sentidos se armonizan a través de una correspondencia biunívoca. Al
ser una Idea goza de la misma necesidad que las entidades matemáticas y
cabe proyectarla sobre la ética y sobre la política.
La justicia en Platón pasa por la instauración de un sistema
Filosofía y Ciudadanía 162
primera generación eran meramente formales, esto es, que sólo podían
ejercerse de forma adecuada si se contaba con una buena posición social y
económica.
La clase obrera se veía así privada de los derechos humanos y
ciudadanos que la burguesía había proclamado como universales. El
movimiento obrero y el movimiento socialista iniciaron entonces la lucha
por la emancipación y para mejorar sus condiciones de vida. El
movimiento obrero así impulsará a completar el conjunto de derechos y
libertades de la primera generación con una segunda generación de
derechos: los derechos económicos, sociales y culturales. Estos son:
condiciones de trabajo dignas, derecho a un salario justo individual y
familiar, educación, sindicación, seguridad social, etc. Estos derechos, a
diferencia de los de la primera generación, requerirán una política activa de
los poderes públicos encaminada a garantizar su ejercicio, puesto que se
realizan a través de las prestaciones y servicios públicos en el orden
económico, social y cultural.
Mientras que los derechos anteriores civiles y políticos especificaban
el valor de la libertad, los derechos de signo económico, social y cultural
desarrollan las exigencias de la igualdad, entendida como igualdad
económica y social.
Entre los nuevos derechos se encuentran, por ejemplo, el derecho a
un salario justo; el derecho a un nivel de vida adecuado; al trabajo y a su
libre elección; a la protección de la maternidad y de la infancia; a la
educación, a la salud y a la cultura.
Dentro del movimiento obrero pueden observarse tres posturas
claramente diferenciadas: la anarquista, la socialista (socialdemócrata) y la
comunista. La corriente anarquista fue iniciada por Proudhon y por
Bakunin. El anarquismo pretende destruir el Estado por la violencia
revolucionaria y la huelga general revolucionaria amén de atentados
terroristas. Destruido el Estado, los hombres vivirán armónicamente sin
autoridad política de ninguna clase y en relaciones sociales no coactivas.
Será el reino de la libertad. En España destacó la CNT así como la FAI.
Hoy tal corriente ideológica es prácticamente inexistente en nuestro país.
La corriente socialista o socialdemócrata deriva de Marx y Engels pero
avanzó en el reformismo a favor de los trabajadores en el seno del Estado
burgués, aceptando la democracia y las reformas paulatinas. Esto
desemboca en el Estado Social posterior a 1945 en Europa Occidental. La
corriente comunista nace en 1917 con la Revolución Bolchevique. La
vanguardia de la clase obrera, un grupo de revolucionarios profesionales
que constituye el Partido Comunista debe adueñarse del poder político y
establecer una dictadura revolucionaria del proletariado que conducirá a la
sociedad al socialismo y al comunismo.
g) Generosidad.
Son los derechos ecológicos. Se trata de defender el medio ambiente
y los intereses de las generaciones futuras. Se trata de pensar en las
necesidades de las generaciones futuras y de obrar en consecuencia para
proveerles unas condiciones de vida dignas.
Serían estos derechos los siguientes: el derecho a la paz, el derecho
de los pueblos al desarrollo, el derecho al patrimonio común de la
humanidad, y el derecho a la calidad de vida y a un medio ambiente sano
ecológicamente. Estos derechos tienen contornos muy borrosos y no está
claro cómo se pueden materializar de alguna manera. Son meras
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 169
l) Recurso de amparo.
En la mayoría de los Estados democráticos la protección judicial de
los derechos humanos se lleva a cabo a través de los tribunales ordinarios y
del Tribunal Constitucional, un tribunal político y jurídico a la vez que nos
ofrece una serie de garantías específicas, como son: el recurso de amparo
constitucional, el control de la constitucionalidad de las leyes. Finalmente
tenemos que destacar la importancia de la actuación del defensor del
pueblo.
Los tribunales ordinarios no se encargan de una materia específica,
sino que tienen competencias en materia civil, administrativa y penal. Son
aquellos tribunales a los que primero debe acudir una persona cuando
considere que alguno de sus derechos no ha sido respetado. La protección
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 171
La O
U.
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que no
tiene fuerza obligatoria ni vinculante. Es una mera declaración de
principios y de buenas intenciones. El poder efectivo de la ONU, como
hemos dicho antes, no se nutre de fuentes distintas de las que manan de los
Estados asociados.
El Consejo de Europa.
En 1949 se creó el Consejo de Europa. Gracias al Consejo de Europa
se creó la Convención Europea para la Protección de los Derechos del
Hombre y las Libertades Fundamentales.
Una Convención constituye un sistema de garantías más eficaz que
el ofrecido por una Declaración. Las Declaraciones son manifestaciones de
principios que no implican ninguna obligación jurídica para aquellos
Estados que las aceptan. Por el contrario, las Convenciones tienen mayor
poder vinculante, de manera que los gobiernos que las ratifican adquieren
una serie de compromisos, el primero de los cuales es introducir y
garantizar en sus respectivas legislaciones los derechos que allí se recogen.
Las Convenciones, además, incluyen mecanismos para garantizar su
cumplimiento. España ratificó la Convención Europea el 4 de octubre de
1979.
1. El concepto de ciudadanía.
El concepto de ciudadano, que ha evolucionado mucho a lo largo de
la historia, necesita ser revisado para adaptarse a los cambios que
experimenta la sociedad actual. Pero podemos afirmar que las
características clásicas del concepto de ciudadanía son:
- la pertenencia a una determinada comunidad política
- la participación en los asuntos públicos y
- el reconocimiento legal de determinados derechos y deberes.
Según esta concepción, la ciudadanía es una relación entre un
individuo y una comunidad política, a través de la cual este es considerado
como miembro de pleno derecho de dicha comunidad, y a cambio, el
ciudadano le debe lealtad.
Para los comunitaristas como Charles Taylor, “la ciudadanía implica
la conciencia de estar integrado en una comunidad, dotada de una cierta
identidad propia, que abarca y engloba a todos sus integrantes”. De esta
manera, ponen en evidencia el hecho de que los seres humanos, en nuestra
dimensión ciudadana no solo estamos unidos a los otros por vínculos
legales, sino, y sobre todo, por vínculos de solidaridad que entrañan una
fuerte cohesión social. De allí que afirmen que la ciudadanía no es tanto un
conjunto de derechos y un status jurídico, sino el arraigo en una comunidad
por afecto y lealtad.
Justamente, es esto último lo que genera la motivación política
necesaria para interesarse por el marco político común: la identidad grupal
nos permite reconocernos como conciudadanos, nos cohesiona y nos
motiva a actuar, nos impone compromisos y deberes. Sin embargo, este
sentimiento de pertenencia puede resultar un riesgo cuando se tienden a
consolidar minorías cerradas y mutuamente excluyentes. Sobre el
particular.
Para los liberales, la ciudadanía se define por un status legal: “el
status de ciudadanos hace acreedores a sus titulares a ciertos derechos”; y
es en cada país que el significado de esta ciudadanía se concreta a partir de
los derechos considerados para cada ciudadano. Así, afirman que lo que
hace que alguien pueda considerarse miembro plena de una sociedad es la
vigencia plena y el disfrute de dichos derechos, tanto políticos, como
civiles y sociales. Esta concepción de la ciudadanía pone de relieve la
autonomía privada, es decir la independencia y la protección frente a
terceros, y no el autogobierno o la autonomía pública. Desde este punto de
vista, lo que importa, no es asegurar al ciudadano el poder gobernar, sino
garantizarle el derecho a ser gobernado por un Estado que goce de su
consenso, que respete sus derechos individuales y que le permita
Filosofía y Ciudadanía 176
4. Dimensiones de la ciudadanía.
Actualmente, el concepto de ciudadanía va más allá de
consideraciones políticas y jurídicas. Según Adela Cortina, la elaboración
de una teoría de la ciudadanía en la actualidad ha de considerar como
mínimo las siguientes dimensiones:
Filosofía y Ciudadanía 180
8. La sociedad civil.
El resurgimiento contemporáneo del concepto de sociedad civil ha
sido interpretado como la expresión teórica de la lucha de los movimientos
sociales contra el autoritarismo de los regímenes comunistas y de las
dictaduras militares en varias partes del mundo, especialmente en Europa
Oriental y en América Latina. La noción de sociedad civil resurgió en el
escenario teórico y político en los años 80, gracias sobre todo a la
influencia de autores como Keane, Wolfe, Cohen y Arato, entre otros. Este
renacimiento se debe principalmente a tres factores: a) el agotamiento de
las formas de organización política basadas en la tradición marxista, con la
consecuente reevaluación de la propuesta marxista de fusión entre sociedad
civil, Estado y mercado; b) el fortalecimiento en Occidente de la crítica al
Estado de bienestar social, por el reconocimiento de que las formas
estatales de implementación de políticas de bienestar no son neutras, y el
reconocimiento de los llamados “nuevos movimientos sociales” que
centran su estrategia no en la demanda de acción estatal, sino en la
proposición de que el Estado respete la autonomía de determinados
sectores sociales: c) los procesos de democratización de América Latina y
de Europa del Este, donde los actores sociales y políticos identificaron su
acción como parte de la reacción de la sociedad civil ante el Estado.
Según Arato y Cohen, los movimientos sociales contemporáneos se
han apoyado en tipos eclécticos de síntesis, vinculados con la historia del
concepto de sociedad civil. Ellos presuponen, en diferentes combinaciones,
la división gramsciana tripartita entre sociedad civil, Estado y mercado, al
tiempo que preservan aspectos claves de la crítica marxista a la sociedad
burguesa. Ellos reivindican asimismo, la defensa liberal de los derechos
civiles, el énfasis dado por Hegel, Tocqueville y otros a la pluralidad
societaria, la importancia dada por Durkheim a la solidaridad social, y la
defensa de la esfera pública y de la participación política destacada por
Habermas y Hanna Arendt. En esta perspectiva, el fin último de las
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 187
1. El poder político.
Podemos definir el poder político o la soberanía como la capacidad
de imponer la obediencia. La convivencia pacífica de la sociedad política
suele implicar la existencia de una autoridad política que la garantice. La
autoridad y el poder son los elementos fundamentales de toda sociedad
política y sin ellos el orden social se destruiría en la anarquía de la
desobediencia.
Autoridad es sinónima de poder. Es el poder que tiene alguien para
imponer la obediencia pero es un poder reconocido, legítimo, que se acepta
de buen grado.
Este poder político se ejerce dentro del Estado. Sólo podemos hablar
de política cuando hay Estado. Sólo hay poder político cuando hay Estado
y sólo hay Estado cuando hay poder político. El poder político es
asimétrico. Unos mandan y otros obedecen. El autogobierno de la sociedad
política es utópico por imposible. El fin del poder político es garantizar el
bienestar del pueblo y la paz pública.
El poder político es como Jano, el dios de las dos caras cuya efigie se
hallaba impresa en las monedas de la República Romana hace ya 22 siglos,
tiene una doble vertiente: como potestas y como auctoritas.
El poder político como potestas se refiere a un simple hecho:
“capacidad institucional efectiva, legal de hacerse obedecer”. La potestas
son las competencias efectivas del poder político, de la persona que ejerce
legalmente el poder político. La potestas no emana de la condición personal
del titular del cargo público, sino del cargo público que ocupa, de la
dignidad política que ostenta. El pueblo romano ostentaba la potestas y el
Senado romano la auctoritas.
El poder político entendido como auctoritas subraya el título o el
derecho que emana de la condición personal del individuo del que se trate,
de su prestigio personal. La auctoritas significa la legitimidad del poder
político del sujeto revestido de tal auctoritas. Es el prestigio moral y
personal del gobernante. Auctoritas viene de Auctor, el que está por encima
de los demás en excelencia, experiencia, comportamiento, conocimientos.
Es algo que pertenece a la persona incorporado a ella biográficamente. Lo
propio de la auctoritas es dar consilium. Es el poder político reconocido
socialmente por su prestigio y por la tradición. La auctoritas está
reconocida como legítima.
Todo poder político entendido como potestas tenderá a revestirse
también de auctoritas. Tenderá a legitimar su fuerza y poder para que la
Filosofía y Ciudadanía 194
2. La esencia de lo político.
Decía Aristóteles que el hombre era un zoon politikón, un animal
político, que alcanzaba su plenitud en la polis, en el Estado. El hombre es
evidentemente un animal social, como lo son también las hormigas y las
abeja. Puede haber perfectamente sociedades humanas sin Estado,
prepolíticas, naturales. Ocurre sin embargo, que las sociedades humanas
importantes, decisivas para entender el concepto del hombre y su historia
son las sociedades políticas. El hombre alcanza su plenitud en el Estado, la
libertad concreta a decir de Hegel. Lo político pues, sólo se da entre los
hombres.
Si tuviéramos que caracterizar la esencia de lo político, diríamos que
lo político tiene que ver con el Estado. Según Max Weber el carácter
específico del poder político consiste en tener el monopolio legítimo de la
violencia física. Según Carl Schmitt la esencia de lo político radica en la
distinción entre el amigo/ y el enemigo que realiza el Soberano a la hora de
decidir establecer el estado de excepción. Esta enemistad o amistad se
entiende que es una amistad o enemistad existencial, no particular, pública.
El Soberano es quien decide, quien manda en última instancia en el Estado.
En toda constitución, en todo Estado, siempre hay un Soberano que es
quien en última instancia tiene el poder decisor, el poder real. Por lo demás,
lo político se caracteriza por constituir un pluriverso de unidades políticas
en estado de naturaleza y sin una autoridad política por encima de ellas.
Los Estados del mundo político están de alguna manera en guerra entre sí y
luchando por la hegemonía. Lo decisivo para formar y pensar el concepto
de Estado es su relación de alteridad con otros Estados. Además, en el
Estado siempre hay en su seno una diferencia irreductible entre
gobernantes y gobernados. Esto se produce en toda sociedad política.
El Estado es un conjunto de instituciones que en un territorio y sobre
una población emplean el monopolio de la fuerza física legítima para
resolver el conflicto.
Según Julien Freund, la política es la dominación del hombre por el
hombre. Los presupuestos de lo político son tres: 1º el mando y la
obediencia. 2º lo privado y lo público. 3º el amigo y el enemigo.
a) El mando y la obediencia.
El mando consiste en ordenar, dar órdenes a los individuos. Si bien
puede haber mando sin política, no puede haber política sin mando.
Formalmente, no hay política sino allí donde hay, por ejemplo, relación de
mando y obediencia, o bien allí donde existe un enemigo. Sean cuales
fueren las situaciones y circunstancias históricas, siempre que hay política
hay la presencia de un enemigo, así como la relación de mando y de
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 195
obediencia.
Ya Platón fue uno de los primeros filósofos que pensó
profundamente sobre la correlación intrínseca entre mando y obediencia y
la política, al definir la política como una ciencia directiva o ciencia del
mando.
El problema que siempre se ha planteado es el de justificar a la vez la
autoridad y la obediencia. El mando siempre está ahí en las constituciones
y aparece siempre en las situaciones extraordinarias.
La soberanía es la potencia absoluta y perpetua de una república. La
soberanía es un concepto extrajurídico, puramente político, que puede, a lo
sumo, tener un significado metajurídico, en el sentido de que cualquier
soberanía procura otorgarse una base jurídica con el propósito, muy
interesado, de fortalecer su poder.
En el momento en el que surgen las situaciones-límite o de
excepción es cuando la cuestión del mando y de la soberanía se plantea con
mayor agudeza, hasta el punto de que no es equivocado decir que las crisis
propiamente políticas son, ante todo, crisis de mando. La soberanía es
inherente al ejercicio del mando político.
Además, el mando político no puede prescindir de la razón de
Estado.
El mando siempre es individual. Siempre manda uno. Es
monocrático esencialmente.
En todos los casos el ejercicio del mando va acompañado por la
represión. La política es, inevitablemente, y siempre lo será, una
dominación del hombre por el hombre.
El mando tiene como propósito el de mantener la cohesión social, la
concordia y la paz en el interior de la sociedad política y proteger a los
ciudadanos de cualquier amenaza exterior.
La causa esencial del descrédito de las nociones de obediencia y
mando está en la ideología progresista pseudoética de la emancipación
antiautoritaria que se basa en la doctrina de la igualdad considerada como
fuente de cualquier progreso, mientras que la desigualdad sería el origen y
la causa de todo mal.
La obediencia consiste en someterse en interés de una actividad
común determinada por la voluntad de otros para ejecutar sus órdenes.
Cualquier mando político busca la adhesión popular.
La obediencia no es total servilismo, sino respeto a una disciplina
necesaria, sin la cual no existiría la cohesión de la sociedad.
Un mando que chocase contra la hostilidad de la mayor parte de la
población no podría sobrevivir mucho tiempo.
La obediencia no exige ninguna ejemplaridad. Obedecer es algo muy
simple. Verdaderamente se precisan circunstancias excepcionales para que
los hombres se subleven contra el poder establecido.
Filosofía y Ciudadanía 196
b) Lo privado y lo público.
Las funciones y los poderes del Estado no pueden ser una propiedad
privada.
Sólo hay libertad política en un sistema político que respeta la
distinción entre lo público y lo privado. El problema político exige un
equilibrio entre las libertades públicas y la racionalización del poder
político.
3. El Estado.
La palabra “Estado” viene del latín “status”, condición, situación. A
partir del siglo XV se empieza a utilizar en italiano la palabra stato, lo stato
para designar a las sociedades políticas, a lo que anteriormente se llamaba
repúblicas. Maquiavelo habla precisamente de lo Stato-macchina, un
aparato impersonal que está situado por encima de la sociedad civil. Con la
aparición de la Idea moderna del Estado nace igualmente la palabra que le
corresponde. Así lo enseña de una manera evidente la frase con la que
Maquiavelo comienza “Il Principe”: “Tutti li stati, tutti e´domini che
hanno avuto ed hanno imperio sopra li uomini, sono stati e sono
reppubliche o principati”. Puede pues atribuirse con justicia a Maquiavelo
el haber introducido en la literatura científica la voz “Estado”.
El Estado según la teoría clásica es un ente constituido por tres
factores materiales. Son las condiciones básicas del Estado.
1) El gobierno. Es el conjunto de individuos o instituciones o de
órganos que rigen el Estado. El gobierno vincula y dirige coercitivamente
las múltiples voluntades sometidas.
2) El pueblo es el conjunto de personas que, en su calidad de miembros
del Estado quedan sometidas a la autoridad del gobierno. Los ciudadanos lo
son en virtud de normas jurídicas que regulan las diversas modalidades de
adquisición y pérdida o recuperación de la “ciudadanía”. La ciudadanía se
define por un conjunto de derechos y deberes.
3) El territorio es la tierra firme y las aguas que caen dentro de los
límites estatales, así como el espacio aéreo que lo cubre y el subsuelo en los
límites que impone su utilización correcta.
Los elementos formales o estructurales del Estado nos definen la
realidad estatal política. Estos elementos son el poder político o soberanía o
poder soberano y el derecho.
1) El poder político es el principal atributo del Estado. Se llama
también soberanía. Es el poder originario que permite someter a las
múltiples voluntades sometidas, a los súbditos. Es el poder de mando sobre
los hombres. Puede así ejercitar el Estado la violencia y puede exigir la
obediencia política hacia la autoridad constituida. Es la potestad soberana
ilimitada del Estado.
2) El derecho, el ordenamiento jurídico es un sistema o conjunto de
normas reguladoras del comportamiento humano en una determinada
sociedad. El Estado o poder político público fija esas normas como leyes y
se promulgan y respaldan como un sistema coercitivo.
Filosofía y Ciudadanía 198
a) Derechos humanos.
Como el hombre es creado por Dios a su imagen y semejanza,
dotado de inteligencia y voluntad libre es una persona y como tal sujeto
capaz de derechos y deberes fundamentales, inherentes a su persona e
intransferibles, anteriores y superiores a la sociedad y al Estado. Son
derechos que el hombre tiene por el hecho de ser hombre y no por
concesión de las instituciones políticas. Es por tanto, la misma naturaleza
humana quien determina sus derechos naturales innatos. Estos derechos no
se pierden por ningún tipo de pecado. Son derechos pues inalienables.
b) Origen del Estado y autoridad, sus derechos y deberes.
El hombre, ser racional y libre, sujeto capaz de derechos y deberes
tiene que realizarse. Pero su naturaleza limitada e indigente necesita de los
demás, no sólo para subsistir, sino también para realizar su vida en
plenitud; este hecho nos descubre la ley natural de la sociabilidad humana.
El hombre es por naturaleza un animal político y un animal social. La
familia constituye la primera sociedad natural en la que se integra
inmediatamente el hombre, pero es insuficiente en sí misma para realizar
íntegramente al hombre y tiende por ello a completarse en una forma
superior de vida en la sociedad civil o comunidad política. La comunidad
es el organismo social perfecto que tiene los medios suficientes para
realizar la vida humana en la paz y prosperidad natural. Con este fin se
integra el hombre en ella.
Ahora bien, la sociedad no puede conservarse sin el poder público o
autoridad. No es posible una comunidad política sin una potestad o
principio de gobierno que dirija a un fin o bien común a todos sus
miembros. El poder político tiene su fundamento y origen en la necesidad
de dirigir la actividad de los ciudadanos al bien común. El fin de la
autoridad se identifica con el de la sociedad.
El poder político procede de Dios, no por un acto especial de
otorgamiento sino por el mismo acto de creación de la naturaleza humana.
Toda potestad legítima tanto en abstracto como en concreto, viene de Dios.
Todos los titulares del poder reciben la autoridad de Dios. Ahora bien,
notemos que el poder civil viene de Dios inmediatamente a la República o
pueblo y mediatamente al Rey o gobernante, a través del consentimiento
expreso o tácito del pueblo, ya que toda determinación concreta del poder
civil y de sus titulares es de derecho positivo. La autoridad o poder es
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 201
6. El contractualismo.
Algunos pensadores han sostenido que el Estado es el fruto de un
contrato privado entre individuos o pacto constitutivo. A estas posiciones
se las denomina contractualismo. El Estado es así un ente artificial fruto de
la conveniencia del hombre. Creado por el hombre para cumplir una serie
de funciones.
Según Thomas Hobbes (1588-1679) por evitar la guerra de todos
contra todos y la inseguridad consiguiente, merece la pena sacrificar por
eso la libertad. Esto surge por un convenio entre los hombres.
Si no existiera la autoridad política, si no existiera el Estado, los
hombres viviríamos en un permanente desasosiego. Esto lo denomina él el
estado de naturaleza. Es la situación en la que nos encontraríamos si no
hubiera Estado, si no hubiera sociedad política. Como los hombres son
egoístas y no hay bienes suficientes para todos, surge inmediatamente el
conflicto. Homo homini lupus est. El hombre es un lobo para el hombre. La
consecuencia es la guerra de todos contra todos. Bellum omnium contra
omnes. Así pues, en el estado de naturaleza los hombres se rigen por el
deseo que no limita nada sino la incapacidad material. Aquí opera el
instinto de conservación. Cada individuo lucha para conservar su
existencia. El estado de naturaleza es libertad pero también es terror. Así la
vida es miserable y corta. En esta guerra permanente de todos contra todos
Filosofía y Ciudadanía 202
es imposible vivir bien y los hombres guiados por el temor y por su razón
acuerdan sacrificar su libertad y su poder a cambio de seguridad y deciden
entregar su poder y su libertad al soberano.
La razón le hace comprender al hombre las terribles consecuencias
de la lucha por la supervivencia Los hombres guiados por la razón y el
miedo acuerdan sacrificar su libertad y su poder a cambio de seguridad y
deciden entregar su poder y su liberad al soberano o Estado. El Estado,
mediante el monopolio legítimo de la violencia garantiza la seguridad y la
vida de los hombres. Esto es el estado social, de sociedad. Aparece aquí la
sociedad política. Así pues, no es que los hombres sean sociables por
naturaleza y que por lo tanto el Estado sea algo natural y espontáneo entre
los hombres, sino que más bien, como dirá Kant, hay una insociable
sociabilidad del hombre. La razón de la sociabilidad no es natural, sino
pragmática, utilitaria, convencional. El Estado, la sociedad política es algo
artificial, no es algo natural. La sociedad política surge por un pacto entre
los individuos que da origen a la creación del Estado El Estado tiene dos
notas importantes: el Poder y el Dominio. El Estado representa a los
ciudadanos. Obra por ellos. Los sustituye. Una vez que se ha entregado el
poder supremo al Estado, es el Estado el depositario y el titular de la
soberanía.
Este Leviatán, Estado o dios mortal tiene un poder ilimitado. La
soberanía una e indivisible del Estado es ilimitada. El Estado no tiene
ninguna obligación excepto la de asegurar la seguridad y la paz pública de
los ciudadanos. El Estado tiene como misión suprimir los conflictos del
estado de naturaleza y hacer posible la convivencia.
Según John Locke (1632-1704) la ley tiene como fin estricto el de
preservar y proteger los derechos naturales del hombre que son previos a la
constitución de la sociedad política y por tanto son inalienables e
imprescriptibles: Estos derechos son: el derecho a la vida, a la libertad, a la
propiedad y a la seguridad. El Estado es también el fruto de un convenio,
de un pacto, algo artificial.
En el estado natural los hombres se apropian libre y
espontáneamente de la tierra y de sus frutos según su trabajo. Todo hombre
tiene derecho a poseer tanta tierra como él pueda trabajar para mantenerse a
él y a su familia. Rechaza sin embargo la idea hobbesiana de la
conflictividad humana, al estar guiado el hombre por la razón, que impone
límites a su conciencia y a su conducta, haciendo posible el ejercicio
humano de los derechos naturales y el logro de la supervivencia.
Entre los derechos humanos naturales más importantes, destaca
Locke el derecho de apropiación de bienes, regulado por la afirmación de la
“igualdad de todos”. Esa apropiación de bienes que origina la propiedad
privada está sujeta a unas limitaciones entre las que destaca la necesidad de
trabajar. Sin trabajo no existiría propiedad privada. Precisamente el trabajo
es el medio fundamental que acelera el paso del estado de naturaleza al
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 203
2. El Estado moderno
En el siglo XIV, con las luchas entre los emperadores del Sacro
Imperio Romano Germánico y el Papado, comenzó a gestarse el Estado
moderno. Este Estado encontró su configuración definitiva en los Estados
nacionales que se constituyeron a lo largo de los siglos XV y XVI. El
progreso económico, el desarrollo de las ciudades y la aparición de la
burguesía, debilitaron a la nobleza e impulsaron el creciente poder de los
Filosofía y Ciudadanía 208
b) El Estado liberal.
A lo largo del siglo XVIII los avances del capitalismo comercial
produjeron un gran desarrollo de la burguesía que pasó a ocupar los
puestosimportantes en la administración del Estado. A ello hay que añadir
las trabas que suponían para la economía de los países la política de las
monarquías, sus cuantiosos gastos y su política de alianzas. Esta situación,
junto con el auge del individualismo racionalista y los ideales de los
ilustrados, produjeron el descrédito de las monarquías absolutas y
promovieron el establecimiento de Estados liberales.
El cambio se inició en Inglaterra, donde el absolutismo había estado
limitado por el derecho consuetudinario y por los derechos del Parlamento
desde la Edad Media. Contaba también esta nación con una vigorosa
burguesía comercial y una nobleza más ligada a la economía que la nobleza
del continente. Las pretensiones absolutistas de Carlos I condujeron a una
guerra civil y, tras la victoria de los parlamentarios dirigidos por Cromwell,
a la decapitación del monarca (1646) y al establecimiento de la república.
En 1688 tuvo lugar la Gloriosa Revolución que provocó el cambio de
dinastía y el establecimiento de un Estado liberal. La Declaración de
Derechos de 1689 sentó las bases del nuevo sistema político.
También supuso un fuerte impulso para el establecimiento de Estados
liberales la Revolución Americana que supuso el nacimiento de los Estados
Unidos de Norteamérica.
En el continente europeo, especialmente en Francia, donde la
monarquía absoluta estaba fuertemente arraigada, se intentaron solucionar
los graves problemas planteados mediante el Despotismo Ilustrado: “todo
para el pueblo, pero sin el pueblo”, pero su política de reformas no
consiguió solucionarlos y se produjo el estallido revolucionario de 1789.
Con la revolución, el poder soberano dejó de ser del rey y pasó a pertenecer
a la sociedad civil en su conjunto. Ésta quedó constituida como Estado
mediante el pacto social que se expresó en la Constitución, en la que
también se estableció el modo legítimo de ejercer el poder político. La
labor revolucionaria se ocupó también de la abolición del régimen feudal y
sus privilegios, del establecimiento de la igualdad jurídica de todos los
ciudadanos y de la creación de nuevas condiciones para el desarrollo de la
actividad económica. Estas conquistas fueron recogidas en la Proclamación
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y en la Constitución
francesa de 1791.
imperio de la ley.
El Estado liberal giró alrededor de una idea fundamental: el
individuo es el centro de la actuación política, y el Estado tiene como
función crear un marco legal que le permita y le garantice actuar
libremente. Los individuos tienen unos derechos propios, anteriores y más
importantes que el mismo Estado, y éste tiene que respetarlos al gobernar.
El Estado tiene el poder de crear leyes, pero la función de esas leyes no
puede ser otra que la de proteger los derechos de los individuos de manera
que sean éstos los que traten de satisfacer sus intereses en la vida social, de
acuerdo con las reglas de la competencia económica y del libre
intercambio.
Los teóricos de este tipo de Estados situaron el origen del poder de la
autoridad en el pacto social, por el que los hombres renuncian a la “libertad
natural” para obtener la “libertad posible” en la sociedad civil. De este
pacto sale una autoridad que será la encargada de dictar las leyes y hacer
que se cumplan. Las leyes han de respetar los derechos naturales y la
voluntad popular recogida en la Constitución.
Para evitar la corrupción y el abuso de poder se impuso, también, la
separación de poderes. Montesquieu propuso que los poderes del Estado, el
ejecutivo, el legislativo y el judicial, estuvieran separados y fueran
independientes para que pudiera existir un equilibrio entre ellos.
Con el paso del tiempo se vio que era imprescindible, además, para poder
controlar el poder político, que algunos de los poderes del Estado –el
legislativo y el ejecutivo- fueran elegidos en sufragio universal por la regla
de las mayorías, con lo que apareció el Estado liberal y democrático de
derecho.
d) El Estado socialista.
En el siglo XIX la revolución industrial produjo una transformación
muy profunda de la sociedad. Apareció un proletariado urbano, formado en
gran parte por campesinos que habían abandonado el campo atraídos por la
industria, y que vivían en unas condiciones intolerables. La situación
resultaba más grave por la desaparición de las instituciones que tutelaban a
los trabajadores en el Antiguo Régimen, como los gremios y las cofradías.
Para mejorar su situación, surgieron entre los obreros movimientos que
reivindicaban mejores condiciones laborales, sociales y salariales. Estos
movimientos se enfrentaron a una burguesía que estaba más interesada de
sacar provecho de la nueva situación económica que en defender las ideas
liberales, y que fue incapaz de dar respuesta a los problemas planteados.
También nació el pensamiento socialista que, frente a la defensa de la
libertad individual que hacía el liberalismo, defendía la igualdad material,
la necesidad de que existiesen unas condiciones económicas y sociales
suficientes e iguales para Todos los ciudadanos.
Para lograr tal igualdad, proponía que la propiedad de los medios de
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 211
e) El Estado de bienestar.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, y como consecuencia de
la influencia del pensamiento socialista y de la lucha sindical, los Estados
liberales democráticos de derecho introdujeron en su quehacer una serie
creciente de servicios a la sociedad, dando origen a lo que se conoce con el
nombre de Estado de bienestar o Estado social y democrático de derecho.
En el Estado de bienestar, se asume como tarea propia del Estado la
defensa de los derechos sociales, económicos y culturales de todos los
ciudadanos, los llamados derechos de “segunda generación”, lo que le lleva
a intervenir en el orden económico y social para tratar de conseguir una
igualdad real de oportunidades, una situación de pleno empleo y un apoyo a
los grupos sociales más débiles y marginados. Los defensores del Estado de
bienestar insisten en que los derechos fundamentales no pueden quedar
reducidos a derechos meramente formales, sino que deben poder ser
disfrutados realmente por todos los ciudadanos. Para conseguir sus
objetivos se valen, entre otros medios, de una política fiscal y
presupuestaria, un cierto control de la actividad económica, y una
participación directa en algunas actividades económicas. Nacen así la
escuela pública gratuita, la asistencia médica universal y gratuita, las
pensiones de jubilación, el seguro de desempleo…, con lo que el concepto
de democracia se extiende más allá del ámbito político a otras esferas de la
vida social.
Como la satisfacción de esos derechos obliga a los Estados a un
gasto público elevado y, consecuentemente, a una política fiscal con un
fuerte carácter impositivo, en las últimas décadas del siglo XX se originan
una serie de críticas al Estado de bienestar, al que en sentido peyorativo se
le denomina Estado benefactor, en las que se le reprocha, entre otras cosas,
el haber aumentado innecesariamente la burocracia; el haber reducido la
iniciativa privada hasta el punto de convertir a los ciudadanos en sujetos
pasivos que esperan que les den los problemas solucionados; el haber
gravado de impuestos el capital de manera tal que le ha impedido crear
riqueza, haciendo que la sociedad sea cada vez más pobre. Sin embardo,
Filosofía y Ciudadanía 212
hay que señalar que muchos de los que critican tanto el estado de bienestar
lo hacen en nombre de una teoría del Estado mínimo de corte neoliberal y
neocapitalista que tiende a olvidar las enormes injusticias del modelo
económico actual, presidido por la globalización.
legítimamente la sociedad.
Sin embargo el poder de los gobernantes no es absoluto e ilimitado.
Su poder se limita a lo acordado en el pacto: legislar y castigar; la
legislación siempre ha de respetar los derechos naturales, en especial el
derecho de propiedad privada. La intervención del estado tiene que
reducirse al mínimo y dejar que los ciudadanos organicen lo más
libremente posible su vida.
Para evitar los abusos del poder, propuso la separación entre el poder
ejecutivo y legislativo. Además defendió que el pueblo podía cambiar a los
gobernantes si su forma de gobernar no respetara el contrato originario.
6. La democracia.
a) Introducción.
Vivimos en un Estado democrático pero no sabemos qué es la
democracia. Creemos que tal procedimiento, institución o conducta no son
democráticos o sí lo son. La democracia se ha convertido en un conjunto
Filosofía y Ciudadanía 218
b) La democracia antigua.
La democracia nació en Grecia hacia el siglo VI a.c. principalmente
en Atenas —donde la democracia alcanzó sus más altas cotas de eficacia
política y donde esta democracia se vio acompañada del desarrollo de las
letras, las ciencias y las artes que hoy llamamos espíritu griego o
civilización helénica— En el 510 a.c. Clístenes establece un sistema
democrático pleno y sin restricciones. Las reformas democráticas culminan
hacia el 462 a.c. con las reformas de Pericles y de Efialtes. Este sistema
político durará hasta el 262 a.c. Todo lo que sabemos de la democracia
antigua lo sabemos a través de su ejemplo más sobresaliente, Atenas.
La democracia antigua era una democracia directa. Los ciudadanos
se representaban a sí mismos. La soberanía residía por partes iguales en el
conjunto del cuerpo cívico y cada cual estaba obligado a ejercitar esa
soberanía a través de la participación política en los asuntos públicos. Ser
ciudadano es ya una función. El que se abstenía de la política era el idiota,
el que iba a lo suyo, a lo particular. Los ciudadanos sin embargo, no
comprendían el total de la población. Había que contar junto a los
ciudadanos varones adultos a las mujeres y a los niños, sin derechos
políticos. Hay que añadir además a los extranjeros residentes o metecos y a
los esclavos. La democracia antigua es una democracia participativa. El
Estado o polis lo abarcaba todo. No existía la diferencia entre lo público y
lo privado. En la democracia antigua se produce la identidad entre el poder
político y la comunidad política expresada en la asamblea de ciudadanos.
Había isonomía, igualdad ante la ley, isocratía, igualdad en el poder e
isegoría, igualdad en el derecho de tomar la palabra. Por su parte,
Aristóteles consideraba importante para caracterizar la democracia la
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 219
c) La democracia moderna.
La democracia moderna aparece con las revoluciones liberales o
burguesas en la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del siglo
XIX. Al principio aparece como concepto, como ideología democrática
más que como una institución política efectiva y real, puesto que los
liberales no son demócratas, son partidarios del parlamentarismo, pero no
de la democracia. No creen en el sufragio universal, base de la democracia
moderna. Pero una vez que se ha admitido que todos los hombres nacen
libres y tienen los mismos derechos humanos, así como que todos los
ciudadanos tienen derecho a la igualdad ante la ley, se habrá de admitir que
todos los ciudadanos tienen igual derecho a la participación política
mediante el sufragio universal, directo, igual y secreto y la regla de la
mayoría. El movimiento democrático obligará a la burguesía a partir de
1848 a ir concediendo el sufragio universal y a transformar los regímenes
liberales burgueses en democracias burguesas caracterizadas por Lenin
como la forma más perfecta de ejercer el dominio de clase burgués sobre el
proletariado sobre todo bajo la forma republicana. Es una especie de
monstruo o de centauro pues la democracia liberal contemporánea, porque
en ella conviven el principio liberal individualista, garantista de las
libertades privadas y políticas individuales y el principio democrático de
Filosofía y Ciudadanía 220
8. El individuo-persona.
Los Estados democráticos actuales son regímenes de libertad. Para
los antiguos libertad era participar así como no ser esclavo y que el Estado
era independiente. Para los griegos el hombre alcanzaba su plenitud en la
política. La política no era un aspecto de la vida.. Era la vida en su
totalidad. El hombre no político era el idiota, un ser incompleto. Era el
ciudadano, el polites, el que tenía que servir a la polis.
Para nosotros no es así. Sostenemos que es el Estado el que tiene que
estar al servicio del ciudadano. Dicho de modo breve, el mundo antiguo no
conocía al individuo-persona, sujeto de derechos y deberes. Para el mundo
antiguo, no había esfera privada de la persona individual como esfera moral
y jurídica “liberadora” y promotora de autonomía, de autorrealización.
Para los griegos no existía reconocida la libertad individual. En la
polis griega el individuo estaba indefenso y en poder de la colectividad. El
individuo no tenía derechos y no gozaba en ningún sentido de defensa
jurídica. Su libertad se resolvía totalmente en su participación en el poder y
en el ejercicio colectivo del poder.
10. La representación.
Afirmar que el pueblo es el titular de la soberanía es adoptar la idea
democrática. Sin embargo, tal soberanía es delegada, transferida a los
representantes, los cuales son los que la ejercen directamente en nombre
del pueblo. La representación es necesaria porque sólo así puede el pueblo
participar políticamente a través de las elecciones. Sobre la representación
podemos decir varios argumentos a su favor.
En Primer lugar, el pueblo no puede ejercer él la soberanía
directamente. El autogobierno de la sociedad política es utópico e
imposible. Siempre hay gobernantes y gobernados.
En Segundo lugar, el pueblo necesita que los profesionales y
expertos en la política realicen el trabajo político. El pueblo no puede
ocuparse de los asuntos políticos y administrativos en detalle. El pueblo
elige a hombres que por su sabiduría, su cultura o su experiencia puedan
tratar los asuntos políticos. El pueblo sólo elige a sus representantes. Éstos
son capaces de discutir los asuntos. La Nación sólo puede ejercer sus
poderes por delegación. Además, supuesto de la democracia representativa
es que el pueblo no puede equivocarse, que tiene capacidad política.
En Tercer lugar, el gobierno representativo, como veremos luego,
constituye un límite, un correctivo a la democracia. Esto impide que la
nación esté sometida a los arrebatos de la demagogia. La clase política
democrática no está sujeta a la demagogia y es más fría y sensata que el
cuerpo electoral.
El mandato representativo busca dar a los representantes el derecho a
hablar en nombre de la nación. Se trata de tomar decisiones como si
procedieran de la nación, en nombre de la nación y en lugar de ella.
El mandato representativo es un mandato colectivo. Los
representantes lo son de la nación entera. Por ello no hay mandato
imperativo. Al ser el único titular de la soberanía, la nación es la única que
puede delegar su ejercicio.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 223
13. La tolerancia.
En una democracia liberal el pluralismo político es necesario para
que se pueda escoger entre diversas opciones políticas. En cierta forma
toda ideología tiene que estar tolerada dentro del Estado democrático para
que tenga lugar el pluralismo político e ideológico. La tolerancia será pues
un valor fundamental dentro de la democracia: tolerancia religiosa, moral,
política, etc. La sociedad democrática es una sociedad en la que como dice
Aristóteles cada cual puede vivir según su gusto y conveniencia, como
quiera.
Sin embargo, algunas veces resulta que no todo es tolerable y que la
tolerancia excesiva puede llevar al Estado a la destrucción. Esto no es
nunca deseable y se imponen entonces límites a la tolerancia en el Estado
democrático.
Filosofía y Ciudadanía 226
b) El modelo clásico.
El modelo clásico de democracia fue elaborado en el siglo XVIII.
Consiste éste en afirmar que el pueblo mediante elecciones por sufragio
universal opta entre los diversos candidatos que se le presentan y designa
así los cargos públicos por mayoría. El bien común se realiza a través de la
soberanía popular. Esta democracia es liberal e indirecta, porque la nación
es representada por los diputados, que representan así la voluntad general.
Elemento fundamental de la democracia es la regla de la mayoría. En este
modelo clásico se subraya la importancia de la participación ciudadana y
del control del gobierno por parte de los ciudadanos.
1ª Parlamentarismo liberal.
2ª Estado de partidos.
3ª Democracia de audiencia.
a) El parlamentarismo.
-Los partidos son partidos de notables, de cuadros. No hay mandato
imperativo para el representante. Es libre de votar como crea conveniente.
Se vota a individuos, a personas.
-La libertad de prensa garantiza la libertad de la opinión pública.
-Juicio mediante la discusión racional publica en el Parlamento.
b) El Estado de Partidos.
El sufragio universal determina el surgimiento de los partidos de
masas. Ahora se comienza a votar al Partido. El burócrata del partido es el
que manda en el partido. Aparece el fenómeno de la estabilidad electoral.
Los electores cambian poco de partido. Las divisiones electorales reflejan
divisiones de clase. El parlamento representa la estructura social. Se vota a
los partidos por razones ideológicas, de pertenencia social y por razones de
tradición familiar. El partido importa más que el programa del partido.
El diputado no es libre. Tiene que respetar la disciplina del partido.
Es el partido quien asume el mandato representativo.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 237
c) La democracia de audiencia.
En esta tercera fase se produce un aumento de la volatilidad del voto.
Se produce así una variación notable de los resultados electorales de unas
elecciones a otras.
Además las variaciones electorales dependen de la personalidad de
los candidatos. Ahora los votantes votan cada vez más a la persona en vez
de al partido o al programa. Donde se hace más perceptible la
personalización electoral es a nivel nacional, en la relación entre el
ejecutivo y los electores. En los Estados democráticos hay una tendencia a
la personalización del poder político.
Esto tiene lugar por dos causas: 1. La TV. Gracias a la TV los
ciudadanos pueden conocer a los candidatos. Los expertos en medios de
comunicación sustituyen a los burócratas del partido.
2. La personalización es una respuesta a las necesidades del gobierno.
No se pueden hacer promesas electorales concretas porque luego hay que
tener las manos libres para hacer lo que haga falta. Los políticos necesitan
una dosis mayor de discrecionalidad. Por lo tanto en la campaña se insiste
más en las cualidades personales del candidato que en la ideología o en el
programa.
El comportamiento electoral de los votantes varía dependiendo de las
elecciones de las que se trate. Depende de lo que los electores perciban qué
está en juego. Todo esto tiene mucho que ver con la TV.
Los medios de comunicación son neutrales, no partidistas. Las
encuestas de opinión reflejan a la opinión pública.
En el parlamento no se discute públicamente. Reina la disciplina de
voto como ocurría en el Estado de partidos. Sin embargo ahora ocurre que
los representantes se reúnen con corporaciones, asociaciones, grupos de
interés y de presión y consultan lo que hay que hacer. Las posiciones no
están rígidamente fijadas. Hay discusiones deliberativas
Se forma una nueva elite política caracterizada por su posición
social, modo de vida y educación y diferente del grueso de la población, de
los ciudadanos
TEMA 15. LEGITIMIDAD DE LA ACCIÓ
DEL ESTADO PARA
DEFE
DER LA PAZ, LOS VALORES DEMOCRÁTICOS Y LOS
DERECHOS HUMA
OS.
2. El problema de la guerra.
La guerra, sea cual sea su denominación, sus dimensiones reales y su
significado, ha sido tema de debate desde el comienzo de la actividad
filosófica en Atenas, hace más de dos mil años. Sin embargo, la inmensa
capacidad destructiva de los ejércitos actuales, el uso del armamento
atómico por parte de los países más poderosos, y el acceso a dicho
armamento por parte de los países menos poderosos, ha hecho que el
problema adquiera en la actualidad una dimensión más dramática. Sobre
todo si se tiene en cuenta que, en los últimos años, se ha complicado más el
asunto con la aparición del terrorismo internacional de signo islamista que
amenaza la paz en muchos países del mundo.
De ahí las preguntas inevitables: ¿Es legítimo el uso de la fuerza por
parte del Estado como medio para conseguir la paz en su propio país o
fuera de él? ¿Es legítimo el derecho de injerencia para hacer respetar los
derechos humanos?
Filosofía y Ciudadanía 240
3. El monopolio de la violencia.
El uso de la fuerza ha sido una constante en la historia humana, tanto
por parte de los Estados, como por parte de los ciudadanos. Pero desde la
aparición del Estado moderno (ss. XV y XVI) se ha impuesto la convicción
de que el Estado es el único que puede utilizar la fuerza, posee el legítimo
monopolio de la violencia: sólo él puede utilizar legalmente la violencia.
La violencia debió ser durante miles de años el modo natural en que los
grupos humanos solucionaban sus conflictos; en aquella época el “derecho
del más fuerte” era lo habitual y no existía el imperio de la ley. Fue en
épocas posteriores cuando las sociedades y los individuos empezaron a
organizar su convivencia mediante leyes, mediante pactos escritos a los que
todos se debían someter. A pesar de todo, durante muchos siglos el abuso
de poder por parte de los grupos más fuertes de la sociedad siguió
imperando en el mundo.
La aparición del Estado moderno en Europa supuso el inicio de una
concepción de la política basada en reglas, leyes y códigos que todos
debían respetar. Sin embargo, el Estado de derecho y la democracia como
ejes organizadores de la convivencia no se asentaron en Europa hasta los
siglos XIX y XX.
b) El terrorismo.
Además, en el mundo actual, ha surgido con fuerza un problema
nuevo que cada día merece una mayor atención teórica, ya que pone a
prueba, más que ningún otro, la fortaleza de las democracias y la fortaleza
de los diversos Estados realmente existentes: es el terrorismo que atenta
contra el mismo “corazón de la democracia”, contra la vida en libertad y en
paz de todos los ciudadanos. Los grupos terroristas utilizan en todo el
mundo el mismo método para lograr sus objetivos: sembrar el terror entre
la población y no respetar los más elementales derechos humanos de los
ciudadanos, para presionar a los gobiernos.
Aunque los objetivos de los terroristas sean políticos, sus métodos
violentos les deslegitiman ante la sociedad y les convierten en “enemigos
de la democracia”. Todas las ideas y todos los argumentos son expresables
en un sistema parlamentario, pero el uso de la violencia como arma política
no es ni puede ser admitido por ninguna democracia del mundo.
Aunque no hay acuerdo sobre cómo definir el terrorismo, acudimos a
lo que dice el diccionario de la Real academia de la Lengua Española que
incluye tres acepciones: “dominación por el terror” / “sucesión de actos de
violencia ejecutados para infundir terror” / “actuación criminal de bandas
organizadas, que, reiteradamente y, por lo común, de modo indiscriminado,
pretenden crear alarma social con fines políticos”.
El terrorismo, sea nacional o internacional, utiliza los últimos medios
tecnológicos para sus propósitos homicidas y se sirve de las nuevas
tecnologías para difundir sus mensajes.
7. Concepto de guerra.
Clausewitz es el mayor pensador de la guerra. Clausewitz decía que
la guerra es la prosecución de la política por otros medios y además un acto
de violencia destinado a obligar al adversario a hacer nuestra voluntad. Esta
aplicación de la fuerza no acepta ningún límite lógico.
La guerra en cuanto acto político, supone una pluralidad de
voluntades enfrentadas, encontradas, esto es, de sociedades políticas. La
Filosofía y Ciudadanía 244
8. Concepto de paz.
La paz es la suspensión más o menos duradera de las modalidades
violentas de la rivalidad entre unidades políticas. La paz depende de la
fuerza de los diversos Estados. Según las relaciones de fuerza entre los
Estados distinguimos tres tipos de paz:
1. Paz de equilibrio.
2. Paz de hegemonía.
3. Paz de Imperio.
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 245
que no saben leer— y, más tarde la televisión, marcan una nueva relación
entre los medios de comunicación y la política. El nacimiento de la
televisión como medio de masas desde los años cincuenta, la aparición de
los sondeos de opinión y las nuevas técnicas de comunicación política
generan una democracia en la que los medios desempeñan un papel
decisivo, por lo que se la califica de democracia mediática.
La comunicación pública de la democracia, la discusión de los
asuntos de interés, el control delos ciudadanos sobre sus representantes en
el gobierno, o la comunicación del gobierno con los ciudadanos, pasa
necesariamente por los medios de comunicación.
Sin los medios de comunicación no hay posibilidad de obtener o
ejercer el poder. Los medios de comunicación se convierten en la principal
fuente de información política. Representan un doble papel: por un lado,
informar de las cuestiones políticas bajo el tamiz de su propia ideología
para que los ciudadanos se formen una opinión de dichas cuestiones y de
sus representantes; por otro lado, recoger el sentir de la opinión pública a
partir de la cual los políticos conforman sus agendas y toman sus
decisiones. De este modo operan como mediadores entre la sociedad y el
poder, ocupando el lugar que antes correspondía principalmente a las
organizaciones partidistas.
En una primera etapa histórica, los medios audiovisuales fueron
controlados directamente por los Estados como una herramienta
privilegiada para la articulación de la opinión pública; en un segundo
estadio, las presiones del mercado obligaron a abrir el sistema de
comunicación a las manos privadas. Las formas en las que los medios de
comunicación construyen la opinión pública han sido analizadas en las
últimas décadas por diversas escuelas de las ciencias de la comunicación,
con la cuestión de fondo de si los medios influyen fuertemente o no sobre
las audiencias. Es decir si forman la opinión pública o la reflejan.
Manipular emociones y sentimientos para elevar el índice de
audiencia o aumentar las ventas es una violación palmaria del principio
ético de “no instrumentalización”...
Entretener. Y en esta tarea tal vez la televisión ostente la primacía,
porque a través de ella todo se convierte en espectáculo. Lo cual es
perfectamente legítimo, sólo que se puede entretener con calidad....
Con todo, forjar una ciudadanía mediática es bien difícil, entre otras
cosas, por dos razones: porque “información es poder” e “información es
mercancía”. Información es poder. Los medios crean realidad y conciencia,
pueden hacer creer a los ciudadanos que las cosas y las personas son como
ellos las muestran, “dan el ser” a unos acontecimientos y personas y se lo
niegan a otros, porque en una sociedad mediática “ser es aparecer en los
medios”. Vivimos de una “construcción mediática de la realidad”, los
ciudadanos saben de su mundo a través de lo que los medios les ofrecen,
tanto en el nivel global como en el local. Y, obviamente, la tentación de
Felipe Giménez Pérez – José Manuel Rodríguez Pardo 257
b) La democracia electrónica.
El contexto de la comunicación social está cambiando a gran
velocidad. A partir del último tercio del siglo XX, la aparición de las
tecnologías de la información está modificando no solo los procesos
productivos en la economía, sino también la capacidad de los ciudadanos
para acceder a una información que hasta ahora sólo era accesible a los
medios. A sí mismo, las nuevas tecnologías han ampliado la forma de
entender la comunicación, ahora cualquiera puede ser emisor y receptor, de
esta forma el poder y la influencia de los medios tradicionales disminuye.
La expansión de las tecnologías de la información electrónica han llegado a
desbordar la llamada “democracia mediática” a favor de la democracia
electrónica, llamada también democracia digital o ciberdemocracia.
4. La ciudadanía global.
La globalización es la mundialización de la economía y la
intensificación de las interconexiones de las diversas partes del mundo.
La idea de una aldea global que incluye a todo el planeta es ya una
realidad por las telecomunicaciones, por la rapidez de los viajes y de los
mensajes, por la contracción del espacio terrestre convertido en una
autopista aérea en la que se transporta todo, personas, bienes, ideas y
valores, de un lugar a otro del mundo, y a gran velocidad. El fenómeno de
la globalización en todas sus formas y manifestaciones afecta cada vez más
al modo de vivir, de comunicarse y de pensar del hombre actual.
La globalización no significa, como algunos autores pretenden, que
lo local y lo nacional desaparezcan de inmediato en favor de lo “global”:
los vínculos tradicionales con el territorio, con el Estado nacional, y con la
lengua van a seguir existiendo posiblemente durante mucho tiempo.
Supone la creación de un nuevo espacio social en el que los ciudadanos de
todo el mundo se convierten en consumidores y usuarios de una
Filosofía y Ciudadanía 258
6. Concepto de globalización.
a) Mundialización y globalización.
Mundialización y globalización son dos términos de máxima
actualidad que en nuestros días están en boca de todos, tanto los favorables
a la globalización como los que acuden a las ciudades de Seattle, Davos,
Gotemburgo o Génova a las manifestaciones "anti-globalización".
Globalización y mundialización no son, pese a la opinión general,
dos conceptos idénticos que puedan sustituirse el uno por el otro. Ni
siquiera pueden distinguirse por su aplicación a distintos campos: la
mundialización a procesos de totalización social relacionados con los
descubrimientos geográficos modernos, y la globalización ligada a los
procesos de totalización vinculados a las nuevas tecnologías, como el
teléfono, automóvil, el avión, la televisión o internet. Tampoco podría
decirse que la globalización se restringe a las cuestiones económicas, a la
extensión planetaria del modo de producción capitalista, mientras que la
mundialización se asocia a categorías políticas, religiosas o tecnológicas.
La globalización la entenderemos como una operación o conjunto de
operaciones, realizadas por un sujeto operatorio o por un grupo cooperativo
de sujetos que da lugar a una totalización cuyo resultado es la construcción
de un "globo", una esfera localizada. No es un concepto unívoco, pues es
compatible con una pluralidad de globos, de globalizaciones, no siempre
homogéneas ni armónicas entre sí. La globalización de las religiones, por
ejemplo, tales como el cristianismo o el islamismo, no son pacíficas sino
muchas veces polémicas, provocando choques institucionales en el sentido
señalado en el Tema 9. Lo mismo cabría decir de la globalización en el
sentido que la entienden en Estados Unidos y Europa frente a la
globalización "atrayente" de China en la actualidad.
De hecho, la primera globalización efectiva habría tenido lugar en el
siglo XVI, cuando Juan Sebastián Elcano dio la vuelta al mundo. Una
globalización desarrollada no sólo en un terreno económico, sino también
político, cultural y religioso.
Por el contrario, la Idea de Mundo, tiene una estructura muy
diferente. Ante todo, el Mundo no es un todo, sino una pluralidad que
propiamente, no tiene contorno ni, por tanto, entorno. Y es uno solo, salvo
bajo la condición de que esos mundos no queden "englobados" en los
demás, porque entonces se reducirían a un único Mundo. El Universo
Mundo de los clásicos es el mejor ejemplo de esta idea de Mundo.
Í DICE
TEMA 7. LA METAFÍSICA 99