Poética General
Magister Ciudad y Territorio
e[ad] Escuela de Arquitectura y Diseño
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Sem. 1 2013.
Nota Previa: Nos preguntamos por el hacer aparecer de la poesía y cuál su vínculo con las
dimensiones del oficio, materiales y serviles. La poesía que habla de la realidad del lenguaje
desde “un” lugar. Podemos establecer una relación metafórica con el canto de la página; ese
“lugar” sin espacio, o sin espesor, desde donde la poesía canta, ella habla en ese sin dimensio-
nes; es un canto sobre las obras de los hombres, es el intraducible del desconocido que toda
realidad conlleva; para algunos una esperanza.
El concepto de ha-lugar pensado como un dar curso, el acto poético que guarda una relación
directa y abierta con las dimensiones del lugar.
Topos = Lugar
Geo = Tierra
Hidro = Agua
(Ethos) Etno = Pueblo
Para el caso de la Ciudad Abierta (que sería el caso de estudio que se presenta), su cartografía
física estaría determinada –en primera instancia– por el río Aconcagua, al norte las dunas,
el Estero Mantagua y el mar Pacífico; se trata de un pueblo de palomas iluminado por el
hallazgo de América y la Cruz del Sur como indicación de su propio norte. Su ethos sería la
hospitalidad.
Genealogía.
Genea / genos: Raza, nacimiento, descendencia.
1. Tradición Modernismo
a. Stéphane Mallarmé, Un Golpe de Dados Jamás Abolirá el Azar, 1897.
“Cayó
la pluma
rítmica suspendida en lo siniestro
se sumerge
en las espumas originales
donde no ha mucho crecía su delirio hasta una cima
asolada
por la neutralidad idéntica del abismo
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NADA
de la memorable crisis
o se produjo
el acontecimiento
en esos parajes
vaporosos
en los que toda realidad se disuelve”
Lleva el peso de la humanidad, incluso de los animales; tendrá que conseguir que sus inven-
ciones se sientan, se palpen, se escuchen; si lo que trae de allá abajo tiene forma, él da forma;
si es informe, lo que da es informe. Hallar una lengua;
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— Por lo demás, como toda palabra es idea, ¡vendrá el momento del lenguaje universal! Hay
que ser académico, — más muerto que un fósil, — para completar un diccionario, sea del
idioma que sea. ¡Hay gente débil que si se pusiera a pensar en la primera letra del alfabeto,
acabaría muy pronto por sumirse en la locura!
Este lenguaje será del alma para el alma, resumiéndolo todo, perfumes, sonidos, colores,
pensamiento que se aferra al pensamiento y tira de él. Si el poeta definiera qué cantidad de
lo desconocido se despierta, en su época, dentro del alma universal, ¡daría algo más — la
fórmula de su pensamiento, — la notación de su marcha hacia el Progreso! Enormidad que
se convierte en norma, absorbida por todos, ¡el poeta sería en verdad un multiplicador de
progreso!
El arte eterno tendría sus cometidos, del mismo modo en que los poetas son ciudadanos. La
poesía dejará de poner ritmo a la acción; irá por delante de ella.
¡Existirán tales poetas! Cuando se rompa la infinita servidumbre de la mujer, cuando viva
por ella y para ella, cuando el hombre, — hasta ahora abominable, — le haya dado la remi-
sión, ¡también ella será poeta! ¡La mujer hará sus hallazgos en lo desconocido! ¿Serán sus
mundos de ideas distintos de los nuestros? — Descubrirá cosas extrañas, insondables, repul-
sivas, deliciosas; nosotros las recogeremos, las comprenderemos.
Mientras tanto, pidamos a los poetas lo nuevo, — ideas y formas. Todos los listos estarán
dispuestos a creer que ellos ha han dado satisfacción a tal demanda. — ¡No es eso!
“El hombre es un sujeto vacío de errores. Todo le muestra la verdad. Nada lo engaña. Los
dos principios de la verdad, razón y sentido, además de no carecer de sinceridad, se iluminan
uno al otro. Los sentidos esclarecen la razón mediante apariencias verdaderas. Ese mismo
servicio que le tributan, lo reciben de ella. Cada uno toma su desquite. Los fenómenos del
alma apaciguan a los sentidos, le producen impresiones que no aseguro sean peligrosas. No
mienten. No engañan a cual más.
La poesía debe ser hecha por todos. No por uno. ¡Pobre Hugo! ¡Pobre Racine! ¡Pobre Co-
ppée! ¡Pobre Corneille! ¡Pobre Boileau! ¡Pobre Scarron! Tics, tics y tics”.
Previo al acto que recibe a la palabra, unas notas que adelantan la preeminencia de la voz
para hacer aparecer a la poesía en un acto. No habría manera de normalizar o sintetizar lo
que allí acontece; al respecto François Fédier señala:
« J’ai dit un jour à des amis que Godo était un poète sans poème. Je ne sais si cela peut
s’entendre ainsi. Est-ce plus intelligible si je dis : un poète dont l’opération était au premier
chef orientée par la possibilité poétique que s’instaure un Fête ? Sommes-nous capables
d’entendre ce qu’est un Fête ? Il appelait cette possibilité un ‹ acte poétique ›. J’ai mis des
années a comprendre que ‹ acto ›, en espagnol, s’entend comme ‹ cérémonie ›. [...] Une
cérémonie n’a lieu qu’en public » .
Nous avons bien besoin d’un homme plus sage... Fédier, François.
Revue Po&sie, p. 23-24. Éditions Belin, Paris 2001.
Nos habíamos prometido juntarnos en el Palacio del Alba y del Ocaso, queríamos que junto
al devenir teórico de la presentación del tema poético del acto, Amereida y la Ciudad Abierta,
hubiese una instancia de encuentro real con la palabra poética a través de un acto. Nos había-
mos encargado traer una palabra ese día a propósito del canto de la página tratado el encuen-
tro anterior [en cuanto la poesía es siempre cantada]. Se leía el primer poema de Amereida
a voz en cuello por los exteriores del palacio, cada uno rondaba por los interiores accediendo
al lugar por medio de esa resonancia; en el suelo de una de las salas cuadradas anotamos las
palabra enteras en páginas independientes, las ordenamos una junto a otra y procedimos
a recortarlas por las vocales, 1 a 3 cortes por página/palabra; los fragmentos reunidos los
dispusimos en círculo en el sala oriente, y fuimos numerándolos de manera aleatoria; 23
fragmentos que el azar dieron el siguiente enunciado:
un luvas
zonte
la mira
da un oriña tino
tropa tosado
gen des
se americ
garota hori
tad me volum
gojue
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El poema desviste a las palabras de sentido y pierde su significación, se los roba para otor-
garles resonancias sonoras que distan de una representación del enunciado... y que al mismo
tiempo representan el mundo. La cuestión americana nace en esa incorporación a la mundia-
lidad [completitud], a lo universal.